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Diprotodon Macrauchenia
Smilodon Dinornis
Fin del Plioceno e inicios del Pleistoceno, surge la humanidad y surge la Prehistoria.
Lucy y Ardi, los fósiles que cambiaron la historia de la humanidad:
En 1992, en otra parte de la depresión de Afar conocida como Awash Medio, un equipo estadounidense etíope con sede en
la Universidad de California en Berkeley recogió las primeras piezas de una especie primitiva más de un millón de años
anterior a Lucy.
Los primeros hallazgos incluyeron dientes caninos en forma de diamante (distintos a los colmillos en forma de daga de los
simios), los cuales marcaron que estas criaturas eran miembros primitivos de la familia humana.
En 1994, el equipo de Awash Medio ganó la lotería de forma inesperada: hallaron un esqueleto de 4,4 millones de años de
una especie llamada Ardipithecus ramidus.
El erudito etíope Yohannes Haile-Selassie encontró un hueso del mano roto, lo que desencadenó una búsqueda intensiva y
el descubrimiento de más de 125 piezas de una hembra antigua que medía aproximadamente 1,2 metros de altura y tenía un
cerebro del tamaño de un pomelo de unos 300 centímetros cúbicos.
El esqueleto, apodado Ardi, conservaba muchas partes que le faltaban a Lucy (incluidas las manos, pies y cráneo) y tenía
1,2 millones de años más.
Los investigadores terminaron encontrando más de 100 especímenes de otros individuos de la misma especie.
Poco después de que el esqueleto de Ardi fuese llevado al laboratorio, el paleoantropólogo Tim White hizo un
descubrimiento impactante: el dedo gordo del pie de Ardi indicaba que tenía la capacidad de trepar árboles.
Esta revelación llegó junto con otras aparentemente contradictorias, por ejemplo, que los otros cuatro dedos de Ardi
mostraban una anatomía similar a la de los bípedos erguidos.
Otros hallazgos sumaron a la idea de que Ardi tenía una locomoción híbrida; es decir, trepaba árboles, pero también
caminaba erguida.
Aunque muy dañada, la pelvis de Ardi mostraba inserciones musculares exclusivas de los bípedos, junto con otra anatomía
típica de los simios arbóreos.
Recreación artística de Ardí.
Ardi desafió las predicciones imperantes de múltiples formas.
Al momento de su descubrimiento, la biología molecular había acumulado pruebas convincentes de que los humanos estaban
estrecha y recientemente relacionados con los chimpancés.
En ese entonces, los científicos estimaban que la divergencia de ambos linajes había ocurrido hacía tan solo 5 millones de
años (la mayoría ahora piensa que la división fue mucho antes). Por eso muchos investigadores compartían la idea de que,
cuanto más antiguo el fósil, más se parecería a un chimpancé moderno.
Pero Ardi no caminaba con los nudillos como los simios africanos modernos ni tampoco mostraba indicios anatómicos de
tener antepasados que caminaran de esa forma. Además, carecía de los dientes caninos en forma de daga de los chimpancés
y su hocico era menos prognatoso (con las mandíbulas salientes).
A lo largo de la última década, varios investigadores independientes examinaron los fósiles y afirmaron que Ardi era un
hominino (antes llamado "homínido"), una criatura que pertenece a nuestra rama del árbol genealógico tras separarnos de
los antepasados de los chimpancés.
No todas las afirmaciones sobre ella han ganado una completa aceptación, pero Ardi ciertamente nos obligó a replantear a
fondo nuestros orígenes.
Ardi provocaba incomodidad porque no encajaba fácilmente en la teoría predominante.
A medida que vamos atrás en el tiempo, nuestros antepasados se parecen más a los simios (aunque no necesariamente a los
simios modernos) y las pistas que los relacionan con nosotros se vuelven más sutiles y controvertidas.
Ardi representaba algo completamente nuevo: un escalador hasta entonces desconocido con un dedo del pie oponible y un
andar erguido extraño. No solo era una especie nueva, sino un género completamente nuevo. Por el contrario, Lucy encajó
con facilidad dentro del ya existente género Australopithecus porque era una variación más antigua de cuestiones anatómicas
bien establecidas. Como consecuencia, Lucy sigue siendo mucho más famosa que Ardi.
En 1974 el antropólogo Donald Johanson y su asistente Tom Gray encontraron a Lucy, un esqueleto de 3,2 millones de años
de antigüedad.
Al reconstruirlo, vieron que las piezas conformaban aproximadamente el 40% del esqueleto (o el 70% después de que los
técnicos de laboratorio crearan réplicas de huesos que faltaban en el lado opuesto) de una mujer pequeña con un cerebro del
tamaño de un simio, quien medía poco más de un metro de altura.
El equipo de Hadar recolectó cientos de especímenes más de la misma especie que luego se denominaría Australopithecus
afarensis. Y completó las partes que le faltaban a Lucy, incluido el cráneo, las manos y los pies.
Hoy esta especie fósil es una de las más conocidas de toda la familia humana, con más de 400 ejemplares que datan hace
entre 3 y 3,7 millones de años.
Reconstrucción del resto fósil de Lucy.
El descubrimiento del Australopithecus afarensis llevó a la ciencia a avanzar de muchas maneras. Primero, arrojó luz sobre
uno de los mayores misterios de la humanidad: ¿por qué se irguieron nuestros antepasados?
Los humanos nos parecemos a nuestros primos primates en muchos aspectos anatómicos, pero somos extrañamente únicos
cuando se trata de nuestra locomoción sobre dos piernas.
Darwin había teorizado que los humanos incorporaron una postura erguida al mismo tiempo en que desarrollaron
herramientas de piedra, cerebros grandes y dientes caninos pequeños, pero el Australopithecus afarensis demostró que estos
rasgos no evolucionaron como un paquete.
En realidad, la locomoción vertical comenzó mucho antes que los cerebros grandes y las herramientas de piedra.
En segundo lugar, estos descubrimientos movieron los registros de fósiles humanos más hacia el pasado y establecieron al
género Australopithecus como un antepasado viable de nuestro género, Homo. (El género es un rango taxonómico por
encima de la especie y típicamente une taxones que comparten un nicho adaptativo común).
La economía del Paleolítico era depredadora, del tipo caza-recolección y con ella cubrían sus necesidades básicas: comida,
leña y materiales para sus herramientas, ropa o cabañas. La caza fue poco importante al principio del Paleolítico,
predominando la recolección y el carroñeo. A medida que el ser humano progresó física y tecnológicamente la caza fue
cobrando mayor importancia:
Los primeros homínidos, incluidos los australopitecos y Homo Habilis apenas eran capaces de cazar. Vivían de la
recolección de vegetales comestibles (tubérculos, raíces, cortezas y brotes tiernos, frutas y semillas); de capturar
pequeños animales (insectos, reptiles, roedores, polluelos, huevos...) y de animales muertos o enfermos que
encontraban (carroña, sobre todo). Eran animales oportunistas.
Los Homo Erectus ya cazaban, pero su verdadera base alimenticia siguió siendo la recolección y la carroña, así
como las capturas oportunistas o con trampas, este espécimen humano fue el primero en domesticar y utilizar el
fuego hace más 500.000 a.C.
Los verdaderos homínidos cazadores son Homo Heidelbergensis, Homo Neanderthalensis y Homo sapiens que, sin
embargo, nunca dejaron de comer vegetales, pequeños animales o carroña.
La periodización de la Prehistoria:
La prehistoria se divide en dos etapas arqueológicas generales:
La Edad de Piedra o era Lítica. Consistió en el período más extenso de la prehistoria y comprendió diversos saltos
evolutivos, además del trabajo de la piedra. El período se subdivide en las siguientes etapas:
1. El Paleolítico. Corresponde a la etapa más antigua de la prehistoria, desde el 4.500.000 hasta el 15.000 a. C. Su
denominación proviene del griego que significa “piedra antigua”. Entre los avances más significativos de este
periodo se destacan: el trabajo de la piedra astillada realizado por el Homo Habilis, que le permitió crear
herramientas para cazar, y el control del fuego realizado por el Homo Erectus que le permitió defenderse de los
animales salvajes y asentarse en cuevas durante un tiempo prolongado.
2. El Mesolítico. Corresponde a la etapa que va desde el 15.000 hasta el 8.000 a. C. Se caracterizó por los avances en
el trabajo de la piedra pulida y por el cambio en el estilo de vida que pasó del nómada al sedentario. Ese cambio se
debió a diversos factores, como el fin de la era glacial y el gradual cambio climático en el que las temperaturas cada
vez eran más templadas, el control del fuego para calentarse que les permitió soportar temperaturas frías y las
primeras prácticas de siembra de alimentos.
3. El Neolítico. Corresponde a la etapa que va desde el 8.000 hasta el 5.000 a. C. Se caracterizó por el trabajo de la
piedra moldeada y pulida, el avance en las prácticas de agricultura y la domesticación de algunos animales que
permitió consolidar la forma de vida sedentaria y los asentamientos con mayor número de personas.
La Edad de los Metales. Consistió en el segundo período de la prehistoria desde el 5.000 hasta el 1000 a. C. y se caracterizó
por los cambios más significativos en la evolución del ser humano de la prehistoria. El período se subdivide en las siguientes
etapas:
La Edad de Cobre. Corresponde a la etapa que va desde el 5000 hasta el 3000 a. C. en la que el humano inventó
la rueda y aprendió a trabajar diversos metales, como el cobre, para la creación de herramientas para arar la tierra,
puntas de flecha y utensilios.
La Edad de Bronce. Corresponde a la etapa que abarcó desde el 3000 hasta el 1500 a. C. y se destacó por el
descubrimiento de la aleación de metales, tras fundir cobre con estaño, que dio origen al bronce, un metal resistente.
Se crearon herramientas para los enfrentamientos bélicos, como puntas de flecha. A medida que se conformaban
poblaciones y ciudades más grandes, las guerras por la lucha de territorio y poder se incrementaron.
La Edad de Hierro. Corresponde a la etapa que abarcó desde el 1500 hasta el 550 a. C. momento en que se inventó
la escritura y que da comienzo al período de la historia de la humanidad. Se caracterizó por el trabajo del hierro, un
material que resultó aún más resistente y que permitió ampliar la producción de elementos, como armamentos y
herramientas para el trabajo de la tierra. Para la fundición del hierro se utilizaban hornos de piedra capaces de
soportar elevadas temperaturas.
Paleolítico Medio: Desde el 300.000 a.C. hasta su final.
Una de las principales fuentes de información para la reconstrucción del pasado prehistórico son los datos que se pueden
extraer de los primeros enterratorios surgidos hacia el año 150.000 a.C. aproximadamente.
Los rituales funerarios se conciben como prácticas socio-culturales específicas de la especie humana, relativas a la muerte
de alguien y a la creencia de un mundo después este, a la creencia de la vida después de la muerte, este ritual funerario tiene
su registro en la prehistoria y muestran el surgimiento de las creencias religiosas de los seres humanos hacia el año 100.000
a.C.
Los enterratorios o tumbas en la prehistoria muestran que el ser humano estaba cambiando radicalmente sus hábitos sociales
y culturales, desde el inicio de la humanidad hasta el año 150.000 a.C. los humanos no tenían una necesidad de enterrar a
sus seres queridos, la antropología social explica que durante mucho tiempo los seres humanos no practicaban rituales
funerarios debido a la poca practicidad que ello conllevaba al ser sociedades nómadas y tenían que trasladarse de un sitio a
otro para cazar y recolectar recursos, se hacía poco práctico llevar un cuerpo fallecido de un miembro de la tribu a cuesta,
por esa razón la antropología deduce que antes del rito del enterratorio los individuos que fallecían eran abandonados en la
naturaleza.
Es así que el principal cambio del paleolítico medio es el surgimiento en el ser humano en la creencia en el “más allá”
representado en los primeros enterratorios y tumbas.
Tanto como el Homo Sapiens, los neandertales también enterraran a sus difuntos mostrando que no solo los hombres
modernos tenían creencias, sino que también el Homo Neandertal.
Para el estudioso de la filosofía de la religión, la religión del Paleolítico, dentro del conjunto de prácticas rituales mediante
las que los humanos se relacionan con los poderes sobrenaturales, fundamentalmente mediante el sacrificio, sería una
religión del culto, entre cuyos componentes se encuentra el chamanismo.
Existen indicios de que el ser humano, al intentar comprender racionalmente lo que les rodeaba, lo relacionaban con la
existencia de algo sobrenatural y para poder mitigar la ansiedad que producen algunos hechos, como las tormentas, los
rayos, buscaban refugios metafísicos (más allá de lo visible) frente al miedo y la muerte que se evidenciaron por el
enterramiento de los muertos mediante unos rituales. Este conjunto de creencias espirituales se cree que aparecieron durante
este período. Los paleoantropólogos Andre Leroi-Gourhan y Annette Michelson creen que el comportamiento religioso
surgiría en el Paleolítico Superior, al menos, hace más de 30.000 años, pero patrones de comportamiento, como los ritos
funerarios que se podrían caracterizar como religiosos (o como ancestrales del comportamiento religioso) entrarían ya en el
Paleolítico Medio, hace unos 300.000 años, coincidiendo con la primera aparición del Homo neanderthalensis y
posiblemente el Homo naledi.
Al principio, los muertos eran enterrados junto a herramientas y animales y a menudo estaban cubiertos de rocas para su
protección. Más adelante, en otra etapa, después de que el cuerpo fuera enterrado y descompuesto, se desenterraba y los
huesos se volvían a enterrar. Esto sugiere que el hombre del Paleolítico creía en una vida futura y por eso le dejaban bienes
y herramientas en su tumba.
El Paleolítico Medio abarca el período de hace 300.000 a 50.000 años. Algunas de las primeras evidencias significativas de
lo que podrían denominarse prácticas religiosas datan de este período. El enterramiento intencional, particularmente con
ajuar funerario, puede ser una de las primeras formas detectables de esas prácticas ya que, como sugiere Philip Lieberman,
puede significar una “preocupación por los muertos que trasciende la vida cotidiana”.
La evidencia sugiere que los neandertales fueron los primeros humanos en enterrar intencionadamente a los muertos,
haciéndolo en tumbas poco profundas junto con herramientas de piedra y huesos de animales. Algunos de estos
enterramientos incluyen la Cueva de Shanidar en Irak, Cueva de Kebara en Israel o Krapina en Croacia. Sin embargo,
algunos estudiosos han argumentado que estos cuerpos pudieron haber sido dispuestos así por razones no religiosas.
Del mismo modo, varios arqueólogos proponen que sociedades del Paleolítico Medio, como la de los neandertales, también
pueden haber practicado las formas más tempranas de totemismo o de culto a los animales además de haber enterrado
(presumiblemente por una creencia religiosa) a sus muertos. Emil Bächler en particular sugiere, basándose en las evidencias
arqueológicas de las cuevas del Paleolítico Medio, que existió un culto neardentalense generalizado a los osos.
El culto a los animales durante el Paleolítico Superior se entrelazaba con los ritos de caza. Por ejemplo, la evidencia
arqueológica del arte y los restos de osos revela que el culto al oso aparentemente habría involucrado un tipo de
ceremonialismo sacrificial del oso en el que este recibiría un disparo con flecha y luego sería rematado por un flechazo en
los pulmones para ser después enterrado ritualmente cerca de una estatua de oso de arcilla cubierta por una piel de oso, pero
con el cráneo y el cuerpo del oso enterrados por separado.
El primer enterramiento humano indiscutible data de hace 100.000 años. Se descubrieron restos óseos humanos manchados
con ocre rojo en las cuevas de Skhul y Qafzeh en Israel. Unas variedades de ajuares funerarios estaban presentes en el
yacimiento, incluida la mandíbula de un jabalí en los brazos de uno de los esqueletos. Los humanos anatómicamente
modernos (en contraste con los neandertales) que habitaban el Cercano Oriente durante ese tiempo, podrían haber inventado
esta forma de práctica ritualizada de enterramiento.
Las pinturas rupestres: los primeros vestigios gráficos de las representaciones humanas.
La cueva de Leang Tedongnge, situada en el sur de la isla de Célebes (en indonesio, Sulawesi), alberga la pintura rupestre
más antigua realizada por Homo sapiens que se ha descubierto hasta la fecha: habría sido pintada hace unos 45.500 años,
según las dataciones por uranio.
Se trata de una de las manifestaciones artísticas más antiguas de las que se tiene constancia, ya que, al menos, existen
testimonios datados hasta los 40 000 años de antigüedad, es decir, durante la última glaciación, en donde se representaban
acciones de casería llevadas a cabo por los seres humanos de esa época. Para la arqueología las pinturas rupestres representan
una gran fuente de información sobre los ritos de caza de los hombres prehistóricos y sobre todo las herramientas que
utilizaba y los tipos de animales que cazaban.
El comportamiento religioso es uno de los sellos distintivos de la modernidad conductual, y generalmente se supone que
surgió hace unos 50.000 años, marcando la transición entre el Paleolítico Medio y el Superior. Probablemente sería más
común durante el Paleolítico Superior Temprano que las ceremonias religiosas recibieran la participación igual y plena de
todos los miembros de una organización social en bandas en contraste con las tradiciones religiosas de períodos posteriores
cuando las autoridades religiosas y especialistas en rituales a tiempo parcial como los chamanes, sacerdotes o curanderos
eran relativamente comunes e integrados en la vida religiosa.
La evidencia de entierros con ajuares funerarios y la aparición de imágenes antropomórficas y pinturas rupestres pueden
sugerir que los humanos. durante el Paleolítico Superior, habrían comenzado a creer en seres sobrenaturales. Vincent W.
Fallio escribe que los cultos a los ancestros surgieron por primera vez en las sociedades complejas del Paleolítico Superior.
Fallio argumenta que las élites de sociedades complejas del Paleolítico Superior (como las élites de muchas sociedades
cazadoras-recolectoras complejas) pudieron haber usado rituales especiales y el culto a los antepasados para consolidar el
control sobre sus sociedades al convencer a sus súbditos de que poseen un vínculo con el mundo espiritual que les da control
sobre el reino terrenal y acceso al reino espiritual.
Las figurillas de Venus, denominadas Venus paleolíticas, que se han encontrado abundantemente en los registros
arqueológicos del Paleolítico Superior, proporcionan un ejemplo de magia simpática paleolítica (tótems utilizados de forma
ritualista para obrar magia para una buena casería). Podrían haber sido usadas para asegurar el éxito en la caza y como
medio para lograr la fertilidad de la tierra y las mujeres. Los eruditos a veces han explicado las figurillas de Venus del
Paleolítico Superior como representaciones de una diosa de la tierra similar a Gaia o como representaciones de una diosa
que es señora o madre de los animales.
El Mesolítico fue un período de la prehistoria que comprendió la transición entre los períodos Paleolítico y Neolítico. La
palabra Mesolítico proviene del griego meso que significa “entre” y lithos que significa “piedra”, por lo que alude a la “Edad
de Piedra media”.
Este periodo se utiliza en el estudio de aquellas sociedades prehistóricas que desarrollaron cambios en su organización y
mostraron elementos de transición de una economía predadora a una economía de producción. Puede ubicarse entre el 10000
y el 8000 a. C., pero la periodización cambia en el estudio de las diferentes culturas y regiones del mundo.
Durante el Mesolítico, las sociedades se caracterizaron por la mejora en las técnicas del trabajo de la piedra, en forma pulida
y astillada. Además, de este periodo datan los primeros vestigios de asentamientos poblacionales y de rituales funerarios en
los que se pueden observar rasgos de diferenciación social.
El periodo Mesolítico puede observarse en culturas prehistóricas de Europa, el Sahara africano, la península Indochina y en
algunas culturas americanas. Otros especialistas prefieren utilizar otros términos específicos sobre la cultura en estudio para
referirse al mismo proceso de transición. Por ejemplo, para los estudios de prehistoria americana suele utilizarse el nombre
“Periodo arcaico”.
Además, existieron culturas prehistóricas que no impulsaron por sí mismas los cambios económicos que llevaron a la
producción de alimentos y, más tarde, al sedentarismo. Estas culturas desarrollaron la agricultura de manera más tardía y
como consecuencia del contacto con otros grupos campesinos. Para estas sociedades, se utiliza el término “Epipaleolítico”.
Características del mesolítico
El período del Mesolítico se caracterizó por:
La transición. Fue un período de transformación entre los cazadores-recolectores de la etapa Paleolítica y los
agricultores de la etapa Neolítica.
El trabajo de la piedra. Se destacó la innovación en el trabajo de la piedra, como el pulido y el tallado elaborado,
también llamado microlito, que consiste en la utilización de una piedra de un centímetro de largo tallada de manera
elaborada de modo que tiene filo en uno de sus laterales.
La vida sedentaria. De esta época provienen los primeros vestigios de construcciones edilicias y asentamientos
poblacionales.
Los ritos funerarios. También de estas sociedades provienen los primeros vestigios de ajuares sepulcrales de
personas que tenían poder o un alto nivel social. Los cuerpos de los fallecidos eran enterrados con ofrendas o
accesorios personales de valor, lo que sugiere que se practicaban ceremonias o ritos espirituales.
La pintura. Si bien existía el arte rupestre durante el Paleolítico, en esta etapa surgieron las figuras humanas,
además de animales, pintadas en el interior de las cavernas. Las escenas muestran grupos de humanos practicando
cacería o algún ritual.
Los utensilios. Se encontraron evidencias del trabajo en cerámica, como vasijas decoradas con trazos geométricos
simples, rocas pulidas y perforadas utilizadas como accesorios y piedras filosas que servían como cuchillos.
Durante el Mesolítico se produjo el último período glacial, que corresponde a un proceso geológico caracterizado por
temperaturas extremadamente frías. De manera gradual, el clima se volvió cada vez más templado, lo que permitió más
variedad de formas de vida animal y vegetal.
Revolución Neolítica y la Revolución Agrícola.
Neolítico es un periodo de la Prehistoria que se inicia con la aparición de la agricultura y los primeros asentamientos en
forma de aldea. Se extiende entre los años 9.000 y 3.000 antes de Cristo. Su nombre proviene de los términos griegos neo:
nuevo y litos: piedra; es decir, la Nueva Edad de Piedra.
Se suele llamar a este periodo como el de la Revolución Neolítica o Revolución Agrícola, pues en él aparecen las primeras
manifestaciones de actividad agrícola.
Esta transformación económica se desarrolló por la influencia del cambio climático que obligó a las poblaciones de bandas
de pastores a dejar las montañas y bajar a las tierras de los valles en busca de las cada vez más escasas presas de caza; de
hecho, deben abandonar las habitaciones que habían erigido en las orillas de los cursos de ríos.
La necesidad de encontrar una actividad de subsistencia llevó a los hombres del Neolítico a la recolección y almacenamiento
de cereales, que pronto iban a ser sembrados y cosechados. Paralelamente, el hombre logró domesticar a algunos animales
pequeños como el perro.
El primer lugar donde apareció la agricultura fue en el Cercano Oriente (en la actual Turquía asiática) y los vestigios datan
del año 8.000 antes de Cristo. También se han encontrado restos de actividad agrícola en el Valle del Indo que han sido
fechados hacia el 7800 antes de Cristo. Sin embargo, se estima que recién en el año 3500 antes de Cristo algunas poblaciones
lograron desarrollar la agricultura; el resto se mantuvo con sus hábitos de caza y recolección.
La adopción de la agricultura significó para sus usuarios la posibilidad de desarrollar civilizaciones más avanzadas que
las de sus contemporáneos, debido a los cambios culturales que produjo. El más importante es el paso de grupos nómadas
a poblaciones sedentarias, motivado por la necesidad de desarrollar la agricultura y la ganadería, y de establecer un lugar
fijo de alimentación y residencia.
Consecuentemente, la sedentarización originó el desarrollo urbano y las ciudades; aunque es cierto que muchos grupos
humanos que se dedicaban a la pesca en las regiones costeras vivían en especies de aldeas, no contaban con una organización
funcional a la actividad económica y no habían logrado desarrollar ciudades.
Por otro lado, la adopción de la agricultura generó, por primera vez en la Historia del hombre, la posibilidad de contar con
excedentes alimenticios y se produjo un fenómeno de crecimiento demográfico; es decir, la población tuvo un aumento
sostenido en el tiempo.
La Revolución Agrícola ocurrida durante el Neolítico trajo una serie de consecuencias tanto sociales como culturales a los
insipientes asentamientos humanos.
Estos asentamientos donde se desarrolló esta revolución se encuentran distribuidos principalmente en el Próximo Oriente,
la costa este del Mediterráneo y el norte de África. Ésta distribución geográfica es llamada Medialuna Fértil.
Mapa en donde se representa la Medialuna Fértil.
Como se puede apreciar en el mapa anterior, las primeras civilizaciones crearon sus asentamientos en cercanías de los
afluentes de los ríos más importantes del medio Oriente, en la zona llamada Mesopotamia entre los ríos Éufrates y Tigris,
en la zona de Egipto junto al rio Nilo, también en este periodo se registran los primeros asentamientos agrícolas en el valle
del indo junto al rio Tánger en la actual India.
La abundancia de alimentos, aseguró un gran crecimiento demográfico, lo que hizo crecer las aldeas que se
transformaron en ciudades. Conjuntamente con la revolución técnica, la revolución agrícola condujo a una división y
especialización del trabajo. Sólo bastaba que un sector de la población se dedicara a las faenas agrícolas para sustentar a la
ciudad. Así, el resto comenzó a dedicarse a otros trabajos, actividades y productos. Se desarrollaron la artesanía, el arte, el
comercio, la construcción y la administración.
De igual forma, la organización de la ciudad se hizo más compleja, llevando a la creación de instituciones, como el Estado
y la Religión, las cuales ejercían el poder, establecían la administración, y dirigían los destinos del cuerpo social. Es decir
que la sociedad alcanzó un alto grado de complejidad, en cuanto su organización y modo de vida.
El desarrollo urbano y la explosión demográfica provocaron la diferenciación social basada en la especialización de las
labores económicas; a partir de este momento, los hombres y mujeres se dividieron según su función en la organización de
la aldea. Las habilidades y capacidades técnicas dieron pie a la aparición de los agricultores, los ganaderos, los artesanos,
los guerreros, etc.
En el Neolítico se han encontrado indicios de la existencia de las primeras religiones elaboradas, las que han sido asociadas
a los extraordinarios complejos arquitectónicos megalíticos. Se habla de Complejo Megalítico para referirse a las
construcciones de grandes tumbas de piedra que se encuentran diseminadas entre lugares tan lejanos como Stonehenge
(Inglaterra), Dinamarca y la isla de Malta (templos de Tarxien), los menhires de piedra de toda Europa; Çatal Höyük en
Turquía; Göbekli Tepe en la actual Turquía (Anatolia) que posee una datación de más de 12.000 años antes de Cristo.
Los complejos megalíticos son considerados como prueba de la actividad religiosa de las primeras civilizaciones, y se
relacionan con la especialización de las funciones (de culto en este caso) que la adopción de la agricultura significó para
ellas.
Göbekli Tepe:
Çatal Höyük:
Menhires en Europa:
Stonehenge:
Con el descubrimiento de la agricultura y la ganadería el ser humano comienza a cultivar diversos cereales como el arroz,
el trigo y el maíz, o tubérculos como la papa (patata), en diversas regiones del globo entre el Sexto y el Quinto Milenio
a.C. Así, deja de depender de la caza, la pesca y la recolección, se transforma en autosuficiente, y ello le permite adoptar un
modo de vida sedentario (si bien algunas actividades como el pastoreo requerirán la práctica del nomadismo o del semi-
nomadismo).
Uno de los primeros animales en ser domesticado fue el perro, descendiente de una variedad del lobo, a su vez otros
animales que se encontraban en un ambiente silvestre fueron domesticados dando lugar a las primeras granjas como las
cabras, los cerdos y gallinas.
Actividades:
El trabajo se puede realizar de manera individual como también grupal hasta 4 integrantes.
Leer la bibliografía especifica subida en el grupo de WhatsApp más lo dado en las clases, para poder contestar las siguientes
consignas:
1. Define qué es la Prehistoria. ¿Por qué para muchos historiadores el termino prehistoria es equivoco y no tiene por qué
separarse de la historia?
2. ¿Cuáles son los principios que se utilizan para establecer el inicio de la prehistoria y su finalización?
3. ¿Por qué son importantes los estudios y aportes de la geología para la arqueología?
4. ¿Qué es el Pleistoceno y cuáles son las fechas de su inicio y finalización?
5. Explica las etapas en las que se divide la prehistoria.
6. ¿Cuáles son las causas de los periodos glaciales en el pleistoceno?
7. Menciona a los animales más representativos de la llamada “Mega Fauna” pleistocénica.
8. ¿Qué define la teoría sintética de la evolución?
9. ¿Qué diferencias tiene la teoría del gradualismo y el puntualismo sobre la evolución?
10. ¿En qué etapa geológica surgen los primeros seres humanos? Menciona algunas características de Ardi y Lucy.
11. De los primeros humanos del género “Homo” ¿Quién domestico el fuego y en qué fechas?
12. ¿Por qué para la arqueología son importantes los enterratorios y las pinturas rupestres? Según los estudios arqueológicos
desde cuando los seres humanos comenzaron a utilizar la práctica de enterrar a los integrantes de su comunidad.
13. Explica por qué se asocia a la práctica de crear tumbas al inicio de la religión a fines del paleolítico.
14. El Homo Sapiens-Sapiens o ser humano moderno ¿debido a qué circunstancias surgió? ¿Cuáles son los motivos que
define la arqueología en torno a la desaparición del Neandertal?
15. Menciona algunas características del Mesolítico.
16. ¿Cuáles fueron los cambios más importantes de la revolución neolítica? La domesticación de animales y plantas en qué
fecha comenzó.
17. Menciona algunos de los llamados templos megalíticos del periodo neolítico.