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TEMA 82.

PRINCIPIOS INFORMADORES DEL DERECHO PENAL

El marco jurídico en el que se aborda el estudio de esta unidad viene dado por nuestra CE y el CP de 1995. A lo largo de
la exposición de este tema, se hará referencia a algunos de los preceptos que estas normas incluyen.

La legitimación del DP o del poder punitivo del Estado proviene de la CE y de su reconocimiento a los Derechos
Fundamentales, aunque también se puede hablar de otro tipo de legitimación representada por una serie de principios
que inspiran y, a la vez, limitan su actuación. Estos principios del DP pueden definirse como aquellas pautas sobre las
que descansan las instituciones de DP positivo. La naturaleza de estos principios es tanto política como jurídica, pues
recogen las pretensiones de los órganos de poder, encargados de lograr el control social y mantener el orden,
sancionando las conductas contrarias a lo establecido como bueno y además, son reflejados por los legisladores al
elaborar la norma penal. Destacar que el origen de los principios informadores del DP viene de las ideas de la
Ilustración y la Revolución Francesa, ya que es en ese momento en el que se legitima la voluntad del pueblo y se
reconocen sus derechos Fundamentales.

A continuación, voy a hacer una mención especial a algunos de estos principios:

PRINCIPIO DE LEGALIDAD: Este principio viene reconocido en el Art. 25.1 de nuestra CE al dispones que “Nadie
puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de producirse no constituyan delito,
falta o infracción administrativa, según la legislación vigente en aquel momento”. Se exige, por tanto, que la acción u
omisión que vaya a ser castigada esté prevista por la norma correspondiente en el momento de la comisión. De este
principio se desprenden diversas garantías:

- La garantía criminal (Nullum crimen sine previa lege): Esta garantía se recoge en los preceptos 1.1, 10 y 2 del CP al
disponer que; No será castigada ninguna acción ni omisión que no esté prevista como delito por ley anterior a su
perpetración. ; Son delitos las acciones y omisiones dolosas o imprudentes penadas por la ley.; y Carecerán,
igualmente, de efecto retroactivo las leyes que establezcan medidas de seguridad. No obstante, tendrán efecto
retroactivo aquellas leyes penales que favorezcan al reo, aunque al entrar en vigor hubiera recaído sentencia firme y
el sujeto estuviese cumpliendo condena. ; respectivamente. Esta garantía también se relaciona con el principio Non
bis in idem, que se explicará más adelante.

- La garantía penal (Nulla poena sine lege): Esta garantía se puede encontrar en el Art. 2.1 del CP, al disponer que “No
será castigado ningún delito con pena que no se halle prevista por ley anterior a su perpetración”. Esto viene a
disponer que no se puede imponer una pena bajo el libre albedrío, sino que esta ha de estar prevista en el CP. de esta
forma, se evitan arbitrariedades no solo a la hora de apreciar la comisión de un delito, sino también en el momento de
sancionarlo.

- La garantía jurisdiccional (legalidad procesal): Esta garantía significa que no se puede castigar con una pena hasta
que el procedimiento de enjuiciamiento de la conducta, presuntamente contraria a la ley penal, haya finalizado por
entencia firme. Así, nadie puede ser sancionado ni castigado sino a través de un juicio formal, en el cual se respeten
las garantías constituidas por la Ley penal.

- La garantía ejecutiva (legalidad en la ejecución): Esta garantía mantiene que toda pena debe ser cumplida, ejecutada
y aplicada. Así lo expresa el Art. 3 del CP: “No podrá ejecutarse pena ni medida de seguridad sino en virtud de
sentencia firme dictada por el Juez o Tribunal competente, de acuerdo con las leyes procesales.Tampoco podrá
ejecutarse pena ni medida de seguridad en otra forma que la prescrita por la Ley y reglamentos que la desarrollan, ni
con otras circunstancias o accidentes que los expresados en su texto. La ejecución de la pena o de la medida de
seguridad se realizará bajo el control de los Jueces y Tribunales competentes”.

PRINCIPIO DE INTERVENCIÓN MÍNIMA: Este principio surge como consecuencia de que el DP proteja los bienes
más importantes que atañen a nuestras esferas, no se ocupa de todos ellos, para ello está el resto de jurisdicciones (C-A,
civil y social). De esta forma, no se protegen todos los bienes jurídicos de la sociedad, sino solo aquellos que son más
importantes.

PRINCIPIO NON BIS IN ÍDEM: En virtud de este principio se prohíbe el ejercicio reiterado del ius puniendi. Así, no
es posible castigar doblemente una infracción. Para considerar que se está ante un mismo supuesto, se exige la identidad
en sujeto activo, hecho y fundamento. Lo cierto es que, aunque este principio no está regulado expresamente en la CE,
CP o LECrim, se acepta que debe considerarse incluido dentro del concepto de cosa juzgada.

Si bien, estos principios son especialmente relevantes en materia de DP, me gustaría tambien comentar otros que,
indudablemente, también son fundamentales en esta materia:

PRINCIPIO DE IGUALDAD: Este principio tiene garantía constitucional al estar recogido en el Art. 14 de la CE: “Los
españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo,
religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Por tanto, en el DP no podrá darse
ningún tipo de conducta discriminatoria por ninguno de los motivos que enuncia el Art. 14.

PRINCIPIO DE PRESUNCION DE INOCENCIA: Este principio también cuenta con el respaldo de la CE. Su alusión
se encuentra en el Art. 24 de la CE cuando se hace referencia a que todos tienen derecho al Juez ordinario
predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, (..) y finaliza reconociendo el derecho a la
presunción de inocencia.

PRINCIPIO DE CULPABILIDAD: Este principio tiene su razón de ser en no culpabilizar a una persona antes de
constatar que ha existido un comportamiento doloso o imprudente, que además esté tipificado por una norma penal.
También en no sancionar si no es porque la ley lo permite y de prever ciertos supuestos en los que el individuo pueda
haber incurrido en error a la hora de lleva a cabo una acción.

PRINCIPIO DE HUMANIDAD DE LA PENA: Es de destacar este principio porque el DP ha avanzado mucho con El
Paso del tiempo hasta llegar a ser lo que hoy se conoce. Ese avance se debe gracias a la influencia de penalistas como
Beccaria, Howard o Lardizábal, y al surgimiento de los derechos fundaméntale, dando paso a penas que contemplasen
el respeto a la integridad y a la dignidad de las personas. Hoy día se recoge este principio en el Art. 15 de la CE que
recoge el derecho a la vida y a la integridad física y moral.

Una vez expuestos los principios, es necesario hacer referencia a cómo se realiza la Interpretación de la ley penal.
Interpretar la Ley es averiguar el sentido, contenido y alcance de la norma para aplicarla a un caso concreto. La
interpretación que se dé de la norma puede ser auténtica (si se atiende al texto literal que define la norma), judicial
(cuando lo definan os órganos judiciales) o doctrinal (cuando sea la Doctrina la que define el concepto. Por otro lado,
los mecanismos que pueden usarse para interpretar la Ley son gramaticales, históricos, sistemáticos o teológicos. A la
hora de interpretar la Ley penal, por la exhaustividad que se requiere, al tratarse de bienes especialmente protegidos de
ataques, se prohíbe la aplicación de la analogía. En este sentido, el Art. 4.1 del CP dispone que Las leyes penales no se
aplicarán a casos distintos de los comprendidos expresamente en ellas. Otros preceptos del CP, en concreto los Art. 7 y
8, nos dan una guía para interpretar la Ley penal en caso de controversia:

- El Art. 7 enuncia que A los efectos de determinar la ley penal aplicable en el tiempo, los delitos se consideran
cometidos en el momento en que el sujeto ejecuta la acción u omite el acto que estaba obligado a realizar.

- Y, se completa la información con el Art. 8 que dispone una serie de reglas para cuando los hechos puedan ser
susceptibles de calificarse con arreglo a dos o más preceptos del CP. Las reglas son que:

- El precepto especial se aplicará con preferencia al general.


- El precepto subsidiario se aplicará sólo en defecto del principal, ya se declare expresamente dicha
subsidiariedad, ya sea ésta tácitamente deducible.
- El precepto penal más amplio o complejo absorberá a los que castiguen las infracciones consumidas en aquél.
- En defecto de los criterios anteriores, el precepto penal más grave excluirá los que castiguen el hecho con pena
menor.

La Ley penal, al igual que las demás leyes, tiene una validez condicionada al tiempo y al espacio en el que se
promulgue. Solo desde la promulgación de una ley es posible su vigencia formal, que terminará con la derogación.
Entre la promulgación y la derogación se da la vigencia temporal de la ley penal. El artículo 2 del Código Civil regula,
en términos generales, los modos de producirse la promulgación y la derogación de las leyes: Dispone que las leyes
entrarán en vigor a los 20 días de su completa publicación en el Boletín Oficial del Estado, si en ellas no se dispone otra
cosa. También que las leyes solo se derogan por otras posteriores y que esta tendrá el alcance que expresamente se
disponga y se extenderá siempre a todo aquello que en la ley nueva, sobre la misma materia, sea incompatible con la
anterior. Además, por la simple derogación de una ley no recobran vigencia las que esta hubiere derogado. La
derogación, por tanto, será la forma de terminar con la eficacia de la ley. Las únicas leyes que no se terminan por la
derogación son las temporales y las de excepción. Hay que distinguir tres supuestos de derogación: La expresa por ley,
la tácita por ley posterior que incida en la misma materia y la derogación por incompatibilidad con la CE. Sobre esta
materia, puede producirse una situación temporal especial, que es la que recoge la Ley penal intermedia, que es aquella
ley que entra en vigor después de haberse cometido el hecho, pero es derogada antes de que el hecho sea juzgado. La
Doctrina española sostiene que el reo no podrá acogerse a dicha ley temporal cuando esta sea favorable, ya que ello
supondría acogerse a una disposición normativa inexistente, tanto en el momento de comisión del hecho delictivo, como
el momento de ser juzgado el mismo. No obstante, otros opinan que el reo no es responsable de la lentitud de la justicia
y por ello debería poder aprovecharse de la ley intermedia si esta fuera más favorable.

Como antes se ha hecho referencia a las Leyes temporales y de excepción, señalar que Las leyes temporales nacen de la
coexistencia de un conjunto de circunstancias excepcionales que requieren la elaboración de una normativa específica
con un plazo taxativo de vigencia. Por su parte, las leyes excepcionales son las dictadas para una situación en concreto.
A este respecto, el Código Civil indica que las leyes penales, las excepcionales y las de ámbito temporal no se aplicarán
a supuestos ni en momentos distintos de los comprendidos expresamente en ellas. No obstante el nuevo Código Penal
establece que los hechos cometidos bajo la vigencia de una ley temporal serán juzgados conforme a ella, salvo que se
disponga lo contrario expresamente.

La eficacia de la norma penal, en cuanto al tiempo, está sometida a una norma general: la irretroactividad, pero
acompañada por una excepción: la retroactividad de la ley penal más favorable. Es el principio según el cual las leyes
penales no pueden ser aplicadas a hechos anteriores a su promulgación por tres razones:

- Porque es una garantía política básica del estado de Derecho. La seguridad jurídica impone el derecho de los
ciudadanos a saber qué es lo que está prohibido y con qué pena se castiga un determinado hecho.
- Porque es la lógica consecuencia del principio de legalidad.
- Porque la propia teoría del delito se concibe sobre leyes promulgadas y no sobre futuras leyes.
Según el artículo 25.1 de la Constitución Española, nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que en el
momento de producirse no constituyan delito, falta o infracción administrativa según la legislación vigente en aquel
momento. Asimismo, se encuentra reflejado en el artículo 2 del Código Penal, al que se ha hecho mención al inicio de la
exposición. La excepción a la regla general que constituye el principio de irretroactividad de las leyes penales, la
encontramos en la retroactividad de la ley penal más favorable, la cual supone que se podrá aplicar, a un determinado
hecho, una ley posterior cuando sea más beneficiosa o más favorable para el reo. Su Fundamento:

- Porque la pena expresa las exigencias de defensa social y si estas cambian, también debe modificarse la pena.
- Porque mantener inflexivamente la irretroactividad de la ley posterior sería llevar el retribucionismo a sus últimas
consecuencias.
- Porque también la pena que se cumple debe estar en vigor y no se pueden cumplir penas ya derogadas.
Por último, en cuanto a la ley penal en el espacio, decir que, de forma general, la ley penal no puede aplicarse más allá
del territorio donde se ejerza la soberanía estatal. De ello se hace eco el llamado principio de territorialidad, que
establece que las leyes penales del país se aplicarán a todos los que delincan en su territorio, tanto si son nacionales
como extranjeros. Este principio está admitido en la mayor parte de las legislaciones como principio básico para regular
la eficacia de la ley penal en el espacio. Además asegura una mayor eficacia a la hora de recoger pruebas y juzgar con
acierto. Este criterio está ratificado por el artículo 23 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que dispone: “En el orden
penal corresponderá a la jurisdicción española el conocimiento de las causas por delitos y faltas cometidos en territorio
español o cometidos a bordo de buques o aeronaves españoles, sin perjuicio de lo previsto en los tratados
internacionales en los que España sea parte”. La aplicación del principio de territorialidad exige la determinación del
concepto jurídico de territorio, que comprende todos los lugares a los que se extiende la soberanía del Estado; además
del territorio nacional (espacio comprendido entre las fronteras), se incluye: Edificios de las embajadas y
representaciones diplomáticas o consulares; el Mar territorial, que alcanza una zona de 12 millas de anchura a partir de
la costa; el Espacio aéreo situado sobre el territorio en sentido geográfico y sobre el mar territorial y los Buques y
aeronaves españolas.
Por otra parte, existen una serie de principios que son complementarios al de territorialidad y que dan lugar a la
aplicación de las leyes penales españolas a conductas realizadas fuera del territorio español. Son: el principio personal,
el real o de protección y el universal o de justicia mundial .

Una vez expuesto lo anterior, finalizo la exposición diciendo que las coordenadas en torno a las cuales se vértebra la
aplicación de todo el Derecho penal son tres: el espacio, el tiempo y la persona.

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