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LA CULPABILIDAD

Teoría General de la culpabilidad. El dolo y la culpa. El juicio de la culpabilidad y sus elementos.

En el curso anterior aprendimos que: El delito es un acto, que dicho acto debe ser típico, porque
debía estar tipificado en la Ley Penal, también, el acto, debe ser antijurídico, imputable a una
persona, la cual debe llevarse a un juicio de culpabilidad, y, de ser hallado culpable, tendrá una
sanción o pena.

LA CULPABILIDAD:

¿Qué es la culpabilidad?

La culpabilidad conforma el conjunto de condiciones que se le pueden señalar a una persona y que
se tienen que demostrar a través de un juicio para saber si la persona es responsable de lo que se
le señala. La culpabilidad, está dada, por el conjunto de presupuestos (que son presupuestos de
hecho) que viene siendo el hecho que se le señala a la persona.

Por ejemplo: Cuando señalamos que el día 13 de febrero del año 2005, un ciudadano “X”, siendo
aproximadamente las “J” horas de la mañana, llegó al sitio denominado C.C. Plaza Mayor,
encontró un carro, comenzó a desvalijarlo (se señalan todas las características del hecho), y
funcionarios policiales lo detienen y lo ponen a la orden de la Fiscalía: ¿Eso será suficiente para
señalar que la persona es culpable? ¿Qué se ha dado allí? Allí, lo que hemos dado es un conjunto
de presupuestos, pero todavía no podemos decir que la persona es culpable, sino que hay un
presunto responsable del hecho, y eso es lo que se debe demostrar.

Otro caso: Si el ciudadano Julio González, le de un tiro a otra persona, la lleva, la trae, la enterró,
etc; estos hechos, lo que refieren es un conjuntos de presupuestos; hay un presunto culpable,
porque siempre habrá la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario en un juicio
de reproche.

La Culpabilidad no es sólo el reproche, sino que debe estar sustentada sobre hechos concretos
para que se pueda hablar de ese juicio de reproche. En esta parte, hablamos de una teoría general
de la Culpabilidad, esas teorías, son las que van a recoger las formas como se presenta la
culpabilidad. Hay quienes consideran que desde el punto de vista normativo, si la persona violó
una norma, ya es responsable de ese acto cometido: ¿Por el hecho de qué una persona violé una
norma, ya esto hace a ésta responsable directa para que tenga una responsabilidad penal?
Ejemplo: Juan mata a alguien, y por ese hecho de matar, automáticamente, la persona es culpada;
¿no deberá primero demostrarse la responsabilidad? recordemos los casos ya estudiados de
legítima defensa, estado de necesidad o de las eximentes putativas, lo que, nos debe hacer
recordar, que hay una serie de situaciones que en un momento determinado nos pueden llevar a
señalar, si se está ante un delito o no; por eso, dichas teorías, trabajan sobre un elemento objetivo
y otro subjetivo.

¿Qué es el dolo?

El dolo es la intención. Por eso, cuando se habla de dolo se habla de la intención de cometer un
hecho punible. Hay un dolo intelectual y hay otro que es volitivo o emotivo. Si el dolo está
representado por la intención, existen dos elementos que debe cumplir ese dolo:

El elemento intelectual: Dado por la planificación, por parte del sujeto, del hecho y el otro
elemento determinante, para que se de ese dolo:

Es el elemento volitivo (la voluntad): Porque si la persona piensa ejecutar un hecho, pero, no
ejecuta lo que piensa; no ha cometido delito; por lo tanto, el elemento intelectual, donde la
persona piensa lo que va a hacer necesita que la persona manifieste la voluntad de cometerlo (lo
cual tiene que ser voluntario).

El dolo tiene una serie de elementos que deben cumplirse, porque en la medida que los mismos se
cumplan; se podría hablar de la culpabilidad de la persona.

¿Qué es el juicio de culpabilidad?

Es el acto, en el que se va a demostrar con todos los elementos que se poseen, que la persona,
que presuntamente cometió el hecho, es culpable.

En el juicio, es donde se va a debatir si la persona es culpable o no: hasta que no exista el juicio, la
persona será inocente. Por lo tanto, es en el juicio, donde se decide si la persona es culpable o es
inocente. Si en el juicio la persona es encontrada culpable se le aplicará una pena; pero, si por el
contrario, la persona es encontrada inocente, porque se demuestra que nada tuvo que ver con el
hecho que se le imputa, será absuelta. Si la inocencia de la persona se demuestra durante la
audiencia preliminar, y, se decide en ésta, que no hay elementos para llevar a la persona a juicio,
habrá un sobreseimiento mientras que durante el juicio, la persona podrá ser condenada o
absuelta (condenatoria o absolutoria), con la absolutoria termina el juicio; y ya no se podrá repetir
otro juicio contra la persona por el mismo delito, lo que implica que la persona sólo podrá ser
sancionada en el futuro por otro delito, pero no por el mismo.

Hay situaciones en las que debemos hablar de la exclusión de la responsabilidad penal, porque en
el momento en que se efectúa el juicio puede presentarse la extinción de la responsabilidad penal,
es decir, que la acción penal se puede extinguir a pesar de que la persona haya cometido el hecho
punible.

Por ejemplo: En la antigua y derogada Ley Orgánica de salvaguarda del Patrimonio Público, en su
Art. 102, se establecía: que a los 5 años los delitos de salvaguarda prescribían; lo que significaba,
que la persona ha podido cometer el hecho punible, pero si se ha extendido por un lapso mayor al
de la pena más la mitad venía la extinción: ¿Pero cuándo ocurre esa extinción? Si la persona a
cometido el hecho punible por ejemplo en el año 1995; la extinción de la responsabilidad penal
comienza a correr desde el momento en que la persona cesó en sus funciones dentro del cargo
que ocupaba en la administración pública y desde ese momento allí tiene 5 años. Si el caso
referido en el ejemplo, llegó al año 2005, aunque la persona no haya sido llevada a juicio, habrá
una prescripción. Si por ejemplo, una persona está detenida por haber cometido un hecho punible
y pasan dos años, lapso durante el cual no ha sido llevada a juicio, a dicha persona debe dársele
una libertad condicionada (aunque este en la cárcel) para que llegue a juicio en libertad, lo cual es
producto del recorrido que hace la persona desde que comete el hecho punible hasta que va a
juicio.

La persona asiste a la audiencia preliminar como imputado, si va a juicio, lo hace en calidad de


imputado y durante el juicio puede ser condenado o absuelto.

¿Qué es la culpa?

De acuerdo al Art. 61 del Código Penal nadie puede ser castigado como reo de un delito no
habiendo tenido la intención de realizar el hecho que se le está imputando: Esa intención es el
dolo; pero luego, dice el mismo artículo: “salvo que la ley se lo atribuya por su acción o por su
omisión” Lo que nos estaría señalando la culpa, porque los delitos culposos son aquellos en que la
persona no tiene ni la intención de matar ni de lesionar, pero sin embargo, mata o lesiona, lo cual
hace por acción o por omisión. Esa culpa, puede darse de diferentes maneras, es por eso que hay
diferentes clases de culpa.

La culpabilidad es el conjunto de condiciones que van a servir de presupuestos para atribuirle la


responsabilidad a una persona y hacerle un juicio de reproche en un momento determinado.
El conjunto de presupuestos es lo que permite hacer el juicio de reproche. Ese conjunto de
presupuestos está referido a los diferentes motivos y causas por las cuales se va a llevar a una
persona al juicio de reproche. ¿Qué viene siendo la reprochabilidad? La reprochabilidad sería el
momento de la acusación, de la imputación, que se le hace a la persona que ha cometido el hecho
punible.

Elementos necesarios para llevar a la persona a un juicio de reproche.

El art. 62 del Código Penal, señala “que no es punible el que ejecuta el hecho hallándose dormido,
en estado de enfermedad mental suficiente para privarlo de la libertad de sus actos y de su
conciencia (…)”.

Tenemos que tener en cuenta las palabras libertad y conciencia.

Da la impresión que libertad y conciencia son dos términos totalmente diferentes. La libertad
sería, la libertad personal y la conciencia la forma de pensar que puede tener esa persona.

EL DOLO

Concepto. Clasificación. Elementos. Clases. La Culpa. Concepto. Elementos. Formas y especies. El


delito preterintencional. Los delitos clasificados por el resultado.

CONCEPTO DE DOLO:

Es la voluntad consciente encaminada y orientada a la perpetración de un acto que la Ley prevé


como punible.

Analizando el concepto, decimos que es la voluntad consciente: Y al estudiar el Art. 62 del C.P. “No
es punible el que ejecuta el acto hallándose dormido o en estado de enfermedad mental suficiente
para privarlo de la conciencia o de la libertad de sus actos” podemos concluir que el dolo es la
voluntad consciente. Es decir, que para que pueda darse el dolo debe tenerse una voluntad
consciente.
ELEMENTOS DEL DOLO:

El dolo tiene dos grandes elementos que son:

El elemento intelectual y,

El elemento volitivo.

¿Quién ó cómo se representa el elemento intelectual?

El elemento intelectual requiere la representación y el conocimiento del acto.

Se requiere que la persona tenga conocimiento y que se represente (mentalmente) ese acto.
Recordemos que el dolo es la voluntad consciente de querer hacer algo, por lo que el dolo es
fundamental para ver si una persona es culpable en un momento dado.

Observemos con atención el Art. 405 del C.P. “El que intencionalmente mate” se refiere, como
podemos ver, al que con una voluntad consciente y con representación de querer hacer eso, mate;
en este caso, ¿Qué hay que demostrar? Habrá que demostrar la intención, es decir, el dolo. Y,
¿cómo lo demostramos? Lo haremos tanto con la parte intelectual como con la parte intencional;
porque la voluntad que pueda tener cada persona en un momento dado es fundamental para el
estudio que vamos a emprender.

Ejemplo: El Art. 405 C.P. señala: “El que intencionalmente mate”, pero también hay varios
artículos que hablan directamente de la intencionalidad, dentro de los que tienen que ver con el
homicidio.

Por ejemplo, el Art. 409 C.P.

“El que por haber obrado con imprudencia o negligencia, o bien con impericia en su profesión,
arte o industria, o por inobservancia de los reglamentos, ordenes o instrucciones, haya ocasionado
la muerte de alguna persona, será castigado con prisión de seis meses a cinco años.
En la aplicación de esta pena los tribunales de justicia apreciaran el grado de culpabilidad del
agente.

Si el hecho resulta la muerte de varias personas o la muerte de una sola y las heridas de una o
mas, con tal que las heridas acarreen las consecuencias previstas en el artículo 414, la pena de
prisión podrá aumentar hasta ocho años.”

Este articulo no habla de intención; lo que quiere decir que no hay dolo y si no hay dolo hay culpa,
que son los elementos que estamos estudiando. Pero en el artículo siguiente, podemos observar:

Art. 410 C.P.

“El que con actos dirigidos a ocasionar una lesión personal, causare la muerte de alguno, será
castigado con presidio de seis a ocho años, en el caso del articulo 405; de ocho a doce años, en el
caso del articulo 406; y de siete a diez años, en el caso del articulo 407.(…)”

En el subrayado hay lo que conocemos como preterintencion

La representación que hay en el articulo 410, es para causar una lesión no es para matar.

Cuando es intencional debemos demostrar los elementos del dado.

En los delitos culposos no hay que demostrar el dolo.

En el caso del homicidio preterintencional se Presenta:

¿Qué quiere decir en materia penal que tenga conocimiento?

Por ejemplo, en el homicidio: El conocimiento está relacionado con la antijuricidad. Por lo que, si
por ejemplo, yo voy a matar; el conocimiento está referido a que yo se que el acto que voy a
cometer es antijurídico. El conocimiento es con respecto a la antijuricidad; saber que el acto que
voy a cometer es antijurídico; no es lo mismo matar a una persona a tener la intención de matar
un pájaro u otro animal.
En los dos casos hay intención; pero matar el pájaro no estará dentro de lo que es la antijuricidad
pero matar a una persona si. Si no existe el elemento intelectual, que es la parte interna del delito;
es decir, cuando se tuvo la ideación criminal – pienso que voy a cometer el hecho punible- que
pudiera ser: homicidio, robo, vilipendio, difamación, injuria, falsificación de documentos,
malversación, concusión; etc. Pero todos estos delitos llagan a ese elemento que se debe conocer;
pero, ¿el solo hecho de qué ese sujeto activo tenga conocimiento del acto antijurídico será
suficiente para señalar que esta actuando con dolo? No por que tiene que darse también el otro
elemento, que es el elemento volitivo, que será la voluntad de cometerlo; porque antes de llegar
al acto tengo que representarlo y ¿Qué es representarlo? Es imaginar la manera como voy a llevar
a cabo dicho acto, es decir, que son los actos preparatorios: por que primero lo pienso (voy a
matar, voy a hurtar, voy a robar, etc) tengo el conocimiento de lo que voy a hacer, luego me hago
la representación; para matar necesito un arma, para hurtar en la USM, por ejemplo, tengo que
representarlo a través de una escalera, si todo esta cerrado, y me haría el esquema mental de
donde voy a buscar esa escalera. Una vez que tengo la representación del acto que seria como
tomarle una foto a lo que voy a hacer, si vendría el otro elemento que es el elemento volitivo; que
seria la manifestación de voluntad: es cuando manifiesto la voluntad y ejecuto el acto; ya se está
en la parte ejecutiva; no se está ni en la parte de representación ni en la parte de conocimiento, es
decir, que ha dejado de ser potencia para pasar a ser un acto; las cosas en potencia las podemos
tener y llevar a donde sea y eso no es delito. ¿Cuántas personas no se han enamorado solas?, lo
que permite que hagamos diferentes representaciones mentales de ello; lamentablemente hay
quienes van mas allá de la simple representación y llegan a cometer otro tipo de actos. Esa
representación, como pudiera ser una masturbación, masculina o femenina, por lo que nadie iría
preso, pudiera pasar a otra fase en la que si habría problemas.

Estos dos elementos son fundamentales para nosotros poder conocer lo que es el dolo: sin esos
dos elementos fundamentales no hay dolo.

CLASES DE DOLO:

1) El dolo de daño: Se da cuando esa voluntad consciente del sujeto activo está dirigida
efectivamente a causar un daño. Ejemplo; el homicidio intencional: “El que intencionalmente haya
dado muerte a alguna persona será castigado con presidio de doce a dieciocho años”. Este es un
dolo de daño. El que mata ¿Qué está haciendo? Está causando un daño efectivo, real y cierto, por
ello será un dolo de daño, este se da por la ejecución del acto. Puede ser hurto, robo, violación;
etc. Que son dolos de daño.
2) El dolo de peligro: Es cuando el sujeto activo solo tiene la intención de someter a las personas o
a las cosas a una fase de peligro, es decir que no llega a causar daño pero llega a poner en
situación de peligro.

Ejemplo, el Art. 357 C.P.

“Quien ponga obstáculos en una vía de circulación de cualquier medio de transporte, abra o cierre
las comunicaciones de esas vías, haga falsas señales o realice cualquier acto con el objeto de
preparar el peligro de un siniestro, será castigado con pena de prisión de cuatro a ocho años”

¿A quién se está poniendo en peligro?

Se pone en peligro al transporte colectivo. El peligro, como podemos observar está dirigido hacia
cosas determinadas; a diferencia del dolo de daño que es general. El peligro en este caso es sólo
para las vías férreas únicamente; puesto que no se está poniendo en peligro ni a la aviación ni a la
marina, sino sólo a las vías de comunicación y en el sitio específico donde se quiere causar el
siniestro; por ejemplo: los que desvían los rieles del metro de Caracas, para que tome otra vía y se
desvié y se encuentre con otro tren. Por eso en todas las normas jurídicas donde veamos peligro
será un dolo de peligro. Los vecinos por ejemplo cuando hacen falsas señales para desviar los
vehículos hasta donde pueden causar un siniestro. En esta parte del dolo es esa intención
consiente, por lo que hay diferente clases de dolo, que es este primer grupo están señalados como
dolo de daño y dolo de peligro.

Otros dolos que estudiaremos son el dolo de de ímpetu y el dolo de propósito.

3) El dolo de ímpetu: Se refiere a todas esas situaciones pasionales, donde se desboca el amor
hacia otra persona; y la gente cuando se siente defraudada actúa con rabia. Como es el caso de los
delitos que son frecuentes los fines de semana, como el caso reciente ocurrido en Carúpano
(señalado por los medios de comunicación), donde un señor se trajo a su mujer a vivir a esta
ciudad y estando ya en Carúpano, su mujer se enamora del vecino y ocurrió que el vecino de quien
se enamoro, mató al esposo de la mujer; pero lo más grave, es que al parecer, hubo complicidad
de la mujer con el victimario, puesto que ella no permitió que se le prestara auxilio para salvarle la
vida.

Estos hechos los podemos subsumir en el artículo Art.67 C.P.


“El que cometa el hecho punible en un momento de arrebato o de intenso dolor, determinado por
injusta provocación, será castigado, salvo disposición especial, con la pena correspondiente
disminuida desde un tercio hasta la mitad, según la gravedad de la provocación”.

Vemos que hay una disminución de pena que tiene sus motivos y su razón. Pero el dolo de daño se
hace planificado, premeditado, organizado y hay toda una representación; por lo que el que mate
en esas condiciones no tiene disminución de pena, que de acuerdo a la norma establecida en el
Art. 405 del C.P. va de 12 a 18 años, y no tiene ninguna atenuante.

Pero en el dolo de ímpetu no es así, porque el ímpetu se da en el momento (arrebato). Por


ejemplo si yo llego a mi casa y encuentro a mi esposa en los brazos de otro ó si es la mujer la que
llega a su casa y encuentra a su marido en la cama con su mejor amiga y como consecuencia de la
reacción por esa situación lo lesiona o lo mata; ¿habría alevosía en ese hecho? ¿Ella, hizo un
estudio previo de la situación y se la representó? No sino que reacciona en el momento, por lo que
no hay premeditación ni alevosía, ni absolutamente nada de eso; sino que frente al hecho
reaccionó (con ímpetu); ¿será con una voluntad conciente? No, sino que lo hizo con una voluntad
inconsciente, que es una voluntad emotiva (intenso dolor): que es cuando la persona pierde la
noción de lo que va a hacer y actúa.

4) El dolo de Propósito: Es el típico ejemplo del delincuente que con sangre fría hace un estudio de
lo que va a hacer y se lo representa sin importarle lo que eso sea, así tenga conocimiento de la
atipicidad. Es el típico delito intencional, el que tiene el propósito de matar, que se representó que
va a matar y mata. Es el que sale a la calle a robar y no le importa robar y además matar.

El dolo es la intención; es el acto de querer hacer algo, recordemos el texto del Art.61 C.P.

“Nadie puede ser castigado como reo del delito no habiendo tenido la intención de realizar el
hecho que lo constituye excepto cuando la ley se lo atribuye como consecuencia de su acción u
omisión”

5) Dolo Genérico: Está representado por el comportamiento que tiene la persona de delinquir, es
decir, es el dolo general; el dolo que cuando alguien quiere realizar un acto lo realiza. Por ejemplo,
como está establecido en el art. 457 C.P. El que quiere hurtar, tal como lo establece esta norma, lo
que hace es apoderarse de una cosa que es ajena o perteneciente a otra persona; por lo que la
persona allí estaría incurriendo en un dolo genérico. No es un dolo especial, porque no está
enmarcado dentro de una ley especial, si no que, lo está dentro de una ley general. Por eso es un
dolo genérico.
6) Dolo especifico: Es cuando el agente tiene una especial intención o un fin particular, especifico,
de querer cometer su hecho punible (especifico y para un fin especifico). Este fin es el objeto
central del dolo específico, porque el fin constituye el elemento específico de ese dolo, y por eso
constituye el criterio diferencial entre los diferentes tipos de dolo que podamos estudiar en un
momento determinado.

El dolo específico no se puede confundir con un dolo de consecuencias necesarias, pero que va
dirigido a un caso concreto.

Por ejemplo: en el caso del rapto, señalado en el Art. 383 C.P.

“todo individuo que por medio de violencias, amenazas, o engaño hubiese arrebatado, sustraído o
detenido, con fines de libertinaje de matrimonio, a una mujer mayor o emancipada, será castigado
con prisión de uno a tres años”.

¿Cuál es el fin específico que persigue la persona con el rapto?

El rapto tiene por fin específico el libertinaje o el matrimonio. (2 fines específicos) a la persona lo
que le importa es su fin particular; no busca que los padres tengan buena posición económica o
dinero, ni que dicho acto les afecte en su honor, reputación o prestigio; su objetivo es poder
contraer matrimonio con la persona que rapta. Por eso, es un fin particular.

Otro ejemplo lo encontramos en el delito del secuestro. Como lo señala el Art. 460 C.P. (nos
encontramos que la acción es lo mismo que tipifica el delito, lo cual no deberá ser así; sin
embargo, con la reforma del código no hubo modificaciones al texto del artículo, si no que repite
el fin: secuestro, y sabemos que secuestro es privar a una persona de su libertad). Sin hacer otras
consideraciones, démonos cuenta, que hay en este artículo un fin específico del secuestrador.
¿Cuál es ese fin? El fin es obtener de ella o de un tercero, como precio su libertad, dinero, cosas,
títulos o documentos a favor del culpable o de otro que éste indique, aun cuando no consiga su
intento; lo que quiere decir aun cuando no consiga su fin particular.

Si analizamos el parágrafo tercero del referido artículo “quienes recurran al delito de secuestro
con fines políticos o para exigir liberación o cauje de personas condenadas por tribunales de la
República Bolivariana de Venezuela, se le aplicará pena de 12 a 24 años de prisión”.
Podemos notar que el fin que persigue el secuestro político es un fin específico o particular.

El agente se representa algo como cierto, como probable y como seguro, y, adecua su conducta a
un hecho especifico. Va directamente a ello.

Podría ser otro ejemplo de dolo especifico: “el que intencionalmente mate” como lo expresa el
Art. 405 del C.P. No, porque sencillamente, este artículo está enmarcado dentro de un dolo
genérico; porque cualquiera puede matar a otro y no va contra un fin específico, mientras que en
el caso del secuestro con fines políticos va hacia un fin determinado, sin importar que para lograr
su objetivo (específico) se lleve por delante a quien sea.

7) Dolo directo: Este es el dolo más característicos y frecuente: en este caso el agente, refiriéndose
con el término agente al sujeto activo, al autor; caso este, en que dicho autor se representa como
cierto, como probable un resultado típicamente antijurídico, y, en el mismo, asume directamente
la responsabilidad de dicho acto típicamente antijurídico. En este caso, el agente actúa a sabiendas
que este hecho se va a producir. Este es el dolo más frecuente y más característico y que se
presenta en la mayoría de los hechos punibles: dado que un rapto, por ejemplo, se presenta
esporádicamente, de voz en cuando; así como un secuestro con fines políticos. Pero no es el caso
del dolo directo: el agente se representa como cierto y como probable un resultado antijurídico
que el asume directamente y será el responsable directo de dicho acto, por eso, se dice que actúa
a sabiendas de que va a realizar el acto. Porque está consiente de que va a lograr la consumación
del hecho punible; él se representa eso, por ejemplo: la persona que va a matar, se representa
como cierto y como seguro que va a cometer el hecho punible de matar, para lo cual cuenta con la
intención de hacerlo y con el medio apropiado, como seria un arma, con lo cual, está seguro de
que va tener un resultado típicamente antijurídico que es asesinar a la persona que está buscando;
responsabilidad que asume la persona directamente, sin estar buscando que otro lo ayude; sino
que personalmente busca a la persona que va a matar, la encuentra, le dispara y la mata. Con lo
cual, actúa a sabiendas que va a lograr el hecho antijurídico; si ese hecho es la muerte de otra
persona, se estaría actuando dentro de la norma del Art. 405 del C.P., es decir, se estaría
cometiendo un homicidio simple, porque la persona quiere matar y mata, sin importar mas nada y
asume toda la responsabilidad por la muerte que causó.

Ese dolo directo es lo que se conoce en derecho como el “animus necandi” – la intención de mata.

¿Qué es lo que aquí se toma en cuenta?

Si la persona logra matar como lo establecen los Artículos: 405, 406, 407 del C.P.,o por cualquiera
de las modalidades de los homicidios tipificados: El 405 C.P. será homicidio simple, el 406 C.P. será
homicidio calificado, lo cual deberá hacerse por medio de veneno, incendio o sumersión, lo puede
cometer con alevosía: que es cuando la persona actúa a sabiendas que no le va a pasar nada,
cuando toma las previsiones para atacar a traición o sobre seguro de que no le va a pasar nada.

Un motivo futíl es aquel en el que no existe la suficiente razón o fuerza para causar daño a otro
como seria matarlo por una deuda de mil bolívares.

Un motivo innoble es por ejemplo, cuando un hombre mata a una mujer; es innoble porque hay
diferencia de fuerzas entre ambos; u otro ejemplo, la persona adulta que mata a un niño; o como
seria el caso de un profesional del boxeo que golpee a otra persona y la mata, o el que mate a una
persona anciana o minusválida, estas serian calificantes.

Si la persona (agente, autor, sujeto activo) se representa como cierto el hecho (quiero matar) y
busca a la persona (víctima) a la que quiere matar; si existe un motivo externo, que no permite
que llegue a materializar o concretar el hecho punible que se proponía que era matar; ¿Qué
pasaría con el dolo directo que hemos analizado? ¿En que se transformará?

Aclaremos esta situación: La persona que tiene la intención, tiene el medo idóneo para realizarlo,
que seria el arma, busca y encuentra a la persona para matarla, por lo que al estar frente a ella le
dispara y la mata, lo cual estaría dentro de los parámetros de lo que seria un dolo directo por
cuanto se consumaría el delito, por que la persona se representó como cierto ese resultado
antijurídico, asumió la responsabilidad, es decir, la autoría directa de ese hecho, y consumó el
delito, por lo que la persona será juzgada por un delito consumado; pero si a pesar de todos lo
expuesto, dicha persona no consigue su objetivo, ¿Qué tipo de delito será? Será un delito en grado
de frustración o en grado de tentativa.

Por ejemplo el Art. 80 C.P.

“son punibles, además del delito consumado y de la falta , la tentativa del delito y del delito
frustrado.

Hay tentativa cuando, con el objetivo de cometer un delito, ha comenzado alguien en su ejecución
por medios apropiados y no ha realizado todo lo que es necesario a la consumación del mismo,
por causas independientes de su voluntad.
Hay delito frustrado cuando alguien ha realizado, con el objeto de cometer un delito, todo lo que
es necesario para consumarlo y sin embargo, no lo ha logrado por circunstancia independientes de
su voluntad”.

El análisis del artículo 80 C.P, nos lleva a señalar que el dolo directo puede llevar a:

un delito consumado

un delito en grado de tentativa

un delito en grado de frustración

¿Cuándo se da cada uno de estos casos?

Expliquémoslo a través de ejemplos sencillos para su mejor entendimiento:

En el delito consumado, recordemos que tengo la intención, me la represento como cierta, como
probable y el fin es un resultado antijurídico. Es decir, tengo la intención de que lo voy a hacer;
tengo el medio idóneo que es el arma, consigo a la persona, le disparo y la mato. Es decir, estoy
dentro de los parámetros de lo que es un delito consumado (primer caso).

Pero si no logro consumar el crimen, si no logro asesinar a mi victima debido a causas externas;
como cuando: como por ejemplo, cuando ciertamente consigo a la persona que buscaba para
matar y en el momento mismo del acto, cuando la apunto con el arma con toda la intención de
matarla, ésta, en un intento por salvar su vida me dice: – Estás conciente de lo que vas a hacer,
sabes que Dios te castigará por este crimen… con lo cual, reflexiono y abandono la intención de
matarla voluntariamente, y me retiro sin cometer ningún el acto que previamente me proponía;
caso en el cual, habrá una tentativa, que ha sido por propia voluntad.

Pero, si refiriéndonos al mismo caso anterior, conseguimos a la persona y teniendo la intención de


matarla y cumplidos los requisitos ya expuestos, en el ejemplo precedente, con el medio idóneo
para realizarlo (el arma) pero, justo en el momento en que vamos a cometer el hecho y le disparo,
otra persona interviene en el momento, y me toma por el brazo armado y me empuja desviando la
trayectoria del proyectil que percuté, por lo cual fallo en mi intento de matar y la persona se
escapa salvando su vida; mientras, la persona que se interpuso para que no cometiera el acto me
increpa y me llama a la reflexión de lo que iba a llevar a cabo y me hace desistir, ¿qué habrá allí?:
Estaríamos en presencia, desde luego, en un delito en grado de tentativa, que por una fuerza
externa o causas independientes de la voluntad de la persona, puesto que la voluntad de la
persona era matar, y la causa es independiente de la voluntad de la persona porque esta está dada
por la intervención de otra persona que me impidió cometer el acto que me disponía ejecutar, es
decir, que si no se consumó el hecho punible fue por una circunstancia ajena a la voluntad de la
persona, puesto que de no haber la intervención del tercero, habría consumado la acción que
inicie y que tenía todas las características de un dolo directo hasta su fracaso y cese, recuérdese
que incluso la persona disparó, pero falló.

¿Cuándo se da entonces la frustración?

Expliquemos la el delito en grado de frustración con un ejemplo sencillo para su mejor


entendimiento.

De acuerdo al segundo parágrafo del segundo aparte del Art. 80 del C.P. Una persona tiene la
intención de matar a otra, cuenta con el medio idóneo para hacerlo, pero sin embargo no logra
consumar el hecho por “circunstancias independientes de su voluntad” es decir, porque una
fuerza extraña a ella se lo impide: utilizando el mismo ejemplo anterior, obsérvese, que se
consigue a la persona que se busca para matarla (dolo directo) al estar frente a ella, la persona le
dispara con la intención de matarla, pero falla, a lo mejor, porque los nervios en el momento no le
permitieron un disparo certero y su pulso tembloroso no fue a dar justo en el blanco; a lo mejor,
sólo hirió a su victima, pero, véase que la persona accionó el arma y disparó a su blanco
directamente (no como en el caso de la tentativa que el disparo fue desviado del blanco por una
fuerza extraña). Si no se consumó el acto fue por una circunstancia independiente a la voluntad de
la persona, cuya voluntad era matar a su víctima: en este caso, indudablemente estamos en
presencia de un delito en grado de frustración o delito frustrado.

Cuando hablemos de homicidio frustrado, debemos tomar en cuenta, que lo único que falta para
la materialización del delito es su consumación, porque todos los requisitos previos fueron
cubiertos por el homicida a diferencia de la tentativa como hemos analizado.

El dolo directo es uno de los más importantes y, prácticamente lo vamos a manejar


cotidianamente en nuestro ejercicio diario como abogados.

Repasando conseguimos que los delitos pueden ser:

Delitos consumados

Delitos en grado de tentativa

Delitos frustrados o en grado de frustración.

Analicemos otro ejemplo, para profundizar nuestros conocimientos:


En el delito hurto, contemplado en el Art. 451 del C.P.

En el hurto la acción consiste en apoderarse de una cosa mueble. Pero, debemos cerciorarnos de
si existe apoderamiento.

Existen diversas teorías que tratan de explicarlo:

Teoría de la Aprehencio Rei: Lo cual significa que se pone la mano sobre la cosa. Tanto el Código
Civil como el Código Penal se refieren a cosa muebles. Si la cosa no tiene ningún valor, estaríamos
frente a una cosa “res nullíus” es decir, una cosa sin dueño, como sería el caso de un animal
salvaje, un tesoro, etc; es decir cosas que pueden ser apropiadas por alguien. Consideran los
defensores de ésta teoría, que el solo hecho de poner la mano sobre la cosa ya es hurto, cosa que
nosotros no podemos considerar de esa manera.

Teoría Mottio: Se refiere a la remoción de la cosa, llevarla de un lado a otro; lo cual tampoco
debemos considerar hurto.

Teoría de la Ablatio: Es darle un uso a la cosa. Ponemos la mano sobre la cosa, la tomamos, la
removemos, y procedemos a venderla. En este caso, hay que esperar a que se haga la venta, lo
cual tampoco hace a esta teoría estar en lo cierto.

Teoría de la “Lotu Pletatio”: Es cuando la persona hace disposición de la cosa, pero tampoco está
en lo cierto.

Teoría de la Disponibilidad: Es cuando la persona toma posesión de la cosa y se apodera de ella.

Como hemos podido observar, tiene tantos pasos, el hecho de que una persona tome una cosa
ajena sin que el dueño la vea. Pero si en el momento en que la persona toma la cosa ajena y sale
corriendo para escapar, es descubierta y alguien grita – un ladrón; agárrenlo, agárrenlo antes de
que se escape, pero la persona corre y huye ¿podrá decirse, que en plena carrera de escape, está
en disponibilidad de la cosa o que se ha apoderado de la misma?: No, porque, porque todavía
dicha persona no ha tenido la disponibilidad de la cosa; por lo que, si la atrapan, y a su vez, le
quitan la cosa contra su voluntad, en ese momento, ¿en qué condiciones estará el delito? ¿Estará
consumado? ¿En grado de tentativa o en grado de frustración? El delito de hurto no tiene grado
de frustración sólo tiene grado de tentativa. Lo que indica que se consumo o está en grado de
tentativa.

Si se agarra a la persona con la cosa y se la quitan a la fuerza, es un delito de hurto en grado de


tentativa, porque la persona no llegó a disponer de la cosa; aunque tuvo toda la intención, pero
lamentablemente le quitaron la cosa.
En el caso del secuestro:

Tipificado en el Art. 460 C.P.:

“Quien haya secuestrado a una persona para obtener de ella o de un tercero, como precio de su
libertad, dinero, cosas, títulos o documentos que produzcan un efecto jurídico cualquiera a favor
del culpable o de otro que este indique, aun cuando no consiga su intento, será castigado con
presidio de diez a veinte años. Si el secuestro se ejecuta por causar de alarma, la pena será de diez
años a veinte años de prisión.

Quienes utilicen cualquier medio para planificar, incurrir, propiciar, participar, dirigir, ejecutar,
colaborar, amparar, proteger o ejercer autoría intelectual, autoría material, que permita, faciliten
o realicen el cautiverio, que oculten y mantengan a rehenes, que hagan posible el secuestro,
extorsión y cobro de rescate, que obtengan canje de estos por bienes u objetos materiales.
Sufrirán pena de prisión no menor de quince años ni mayor de veinticinco años, aun no
consumando el hecho.

Parágrafo tercero: quienes recurran al delito de secuestro con fines políticos o para exigir
liberación o canje de personas condenadas por tribunales de la República Bolivariana de
Venezuela, se les aplicará pena de doce años a veinticuatro años de prisión”.

Nota: El artículo tiene cuatro parágrafos. Ver en el C.P.

Lo que debemos entender del análisis del artículo, es que, el fin que persigue es un fin específico, y
que el sólo hecho de llevarse a una persona, está consumando el delito de secuestro.

Debe quedar claro, entonces, que en el delito de secuestro no existe el grado de tentativa ni el
grado de frustración.

En el caso del Robo:

Art. 458 C.P.: “Cuando alguno de los delitos previstos en los artículos precedentes se haya
cometido por medio de amenazas de la vida a mano armada, o bien por varias personas, una de
las cuales hubiere estado manifiestamente armada, o bien por varias personas ilegítimamente
uniformadas, usando hábito religioso o de otra manera disfrazadas, o si, en fin, se hubiere
cometido por medio de un ataque a la libertad individual, la pena de prisión será por un tiempo de
diez años; sin perjuicio de aplicación a la persona o personas acusadas, de la pena correspondiente
al delito de porte ilícito de armas.

Parágrafo único: Quienes resulten implicados en cualquiera de los supuestos anteriores, no


tendrán derecho a gozar de los beneficios procesales de ley ni a la aplicación de medidas
alternativas del cumplimiento de la pena.

El Art. 458 C.P. está referido al robo agravado y como está escrito en la norma, existen cuatro
requisitos o condiciones indispensables para que se de este delito de robo agravado; que muchos,
consideran como si fuera un secuestro; un ejemplo, sería el mal llamado comúnmente, secuestro
expres, que no es secuestro sino un robo agravado, como señala el Art. 458 C.P. Veamos:

Requisitos o condiciones del robo agravado:

Amenaza a la vida a mano armada (asegúrese de entender que la coma que está colocada en la
oración, después de vida, está demás, porque cambiaría el sentido del artículo, ya que dejaría de
ser una premisa, como estamos observando, para convertirse en dos)

Por dos o más personas, una de las cuales hubiere estado manifiestamente armada.

Por varias personas ilegítimamente uniformadas.

Por medio de un ataque a la libertad individual.

Como observamos el artículo nos remite a cuatro premisas, para que podamos estar frente al
delito de robo agravado.

La jurisprudencia ha señalado al referirse a la frase “a mano armada” que debe ser con un arma
propiamente dicha. Lo que equivale a decir que el fascimil no es un arma. Los jueces y abogados
por los años 90, manejaron igualmente que el fascimil no era un arma, por lo que cuando en una
investigación llegaba al fascimil, se tumbaba el robo agravado por un robo simple. Pero a partir del
año 2000, la jurisprudencia señaló, que el fascimil, podía considerarse como un arma, ¿por qué?
Por que mediante el uso del fascimil los delincuentes lograban los objetivos que se proponían. O
será que cuando a una persona la asaltan y le colocan un fascimil en una de sus sienes, ella,
tranquilamente volverá su cara sobre su atacante para preguntarle si esa es un arma propiamente
dicha. La experiencia indica, que la persona es sometida generalmente y entrega todas sus
pertenencias y si acaso pedirá que no la maten.
La jurisprudencia había señalado que con el fascimil se lograba el objetivo; pero una nueva
jurisprudencia, ha vuelto a ratificar que el fascimil no es un arma; lo que ha generado una
confusión nuevamente sobre el tema, pero, es bueno saber, que la decisión cuenta con un voto
salvado, por lo cual, los jueces verán si la aplican o no la aplican. Particularmente creo que el
fascimil es un arma, por que el delincuente logra su objetivo de someter con él a su víctima y
llevarse lo que quiera consumando el hecho punible; es decir, logra el objetivo específico que
buscaba: obtener dinero, llevarse el carro.

Por lo pronto lo importante es que aprendamos a distinguir los diferentes grados en que se
pueden presentar los delitos.

8)DOLO EVENTUAL: En este otro tipo de dolo el agente se representa como posible o probable el
resultado típicamente antijurídico, pero no deseado, pero que se representa como cierto y como
seguro: ¿Por qué? Porque el va a confiar en su buena suerte o en su pericia; puesto que confía que
ambas (buena suerte y pericia) impidan un resultado típicamente antijurídico. Ejemplifiquemos, lo
que hemos dicho:

Un conductor “X” que pretende llegar a la USM, ubicada en Barcelona, a las 6:00 PM, saliendo de
la población de Clarines a las 5:30 PM, como conducirá para lograr su fin; es claro que conducirá a
exceso de velocidad; para lo cual la persona se refleja como posible que en el camino pueda tener
un accidente o lesionar o matar a alguien que se atraviese en su camino; cosa que el considera que
no es cierto ni es seguro, porque confía en su buena suerte y en su pericia de conductor
experimentad. Si la persona llega a su destino sin que haya ocurrido nada, no hay problema
alguno. Pero si ocurre algo: este es el dolo eventual, que estará en el límite entre lo que puede ser
dolo directo; puesto que la persona se representa como cierto o como seguro el hecho antijurídico
como en dolo directo; sin embargo, confía en que no pasará nada debido a su suerte y su pericia.

Este dolo eventual, está en la línea limítrofe entre el dolo directo y la culpa, lo que quiere decir
que con un “empujoncito” del abogado puede convertirse en dolo directo, es decir, homicidio
intencional o, del otro lado, una culpa consciente, lo que lo convertiría en un homicidio culposo;
como sería el caso, por ejemplo, de la persona que causó la muerte del ex medallista olímpico
venezolano Rafael Vidal, Hay que estudiar bien ese dolo eventual; para constatar si la persona
tiene la costumbre de hacerlo, como esos corredores de piques en las madrugadas en las
diferentes avenidas de la zona.

ASPECTOS TEÓRICOS SOBRE EL DOLO


Para Alberto Arteaga Sánchez, la figura del dolo pertenece al juicio de culpabilidad, es conocido
como un elemento de la culpabilidad, encontrándose constituida la culpabilidad por la
imputabilidad, el dolo y la culpa; de la misma forma alega Grisanti Aveledo, que tanto el dolo
como la culpa son especies de culpabilidad.

El Dolo esta concebido como el conocimiento y voluntad de realizar una conducta punible, el cual
está integrado por dos elementos:

Un elemento cognitivo: conocimiento de realizar un delito (“…intención de realizar el hecho


que”…, constituye el delito, consagrado en el artículo 61 código penal venezolano), y

Un elemento volitivo: voluntad de realizar un delito, o en pocas palabras significa: "El querer de la
acción típica".

Ahora bien, hay dolo eventual como lo señala Luís Jiménez de Asúa, “cuando el sujeto se
representa la posibilidad de un resultado que no desea, pero cuya producción ratifica en última
instancia” . De la misma forma nos precisa el referido autor que el dolo eventual pertenece al
territorio del delito intencional aunque se halle en la frontera que delimita el dolo y la culpa.

Considera Jiménez de Asúa que hay que ser muy cuidadoso en el manejo de la teoría del dolo
eventual, ya que a pesar de que se diferencie, en doctrina, de la llamada “culpa con previsión”,
requiere por parte del juez un examen de las representaciones y de los motivos que actuaron
sobre la psique del sujeto, obligando al interprete y aplicador de leyes a investigar en los más
recónditos elementos del alma humana. Nos manifiesta el referido autor su correspondencia con
la teoría del acogimiento o de la ratificación distinta a la teoría de la previsibilidad.

Entonces, entendemos que el dolo se encuentra constituido por elementos característicos tales
como, conciencia o previsión del hecho y la voluntariedad del mismo, por lo tanto, lo definimos
como la conciencia y la voluntad del hecho descrito en la ley como punible.

Una de las tareas más arduas en la dogmática penal es el hecho de deslindar el dolo eventual de la
culpa consciente, así dejo sentado, el maestro alemán Roxin, cuando señala que “la cuestión de
cómo se ha de determinar y cómo se ha de delimitar el dolo eventual frente a la imprudencia
(consciente) no sólo posee una extraordinaria importancia práctica, sino que es considerada
también como “una de las cuestiones más difíciles y discutidas del Derecho Penal” . Para
responder a esta diferenciación, continúa indicando que, “se ha de recurrir a la diferencia material
que existe entre dolo e imprudencia y en el entendido de que el dolo es “realización del plan”,
mientras que la imprudencia consciente es sólo “negligencia a ligereza”.

Es de destacar, que autores como Zaffaroni han dicho también que el dolo eventual constituye una
de las cuestiones de más difícil solución en el saber penal, especialmente en cuanto a su
delimitación de la culpa consciente. Señala además el autor citado, que “habrá dolo eventual
cuando según el plan concreto del agente, la realización de un tipo es reconocida como posible,
sin que esa conclusión sea tomada como referencia para la renuncia al proyecto de acción,
dejando a salvo claro esta, que esa posibilidad se corresponda con los datos de la realidad. Se trata
de una resolución en la que se acepta seriamente la posibilidad de producción del resultado”. No
obstante, nos muestra ciertas precisiones para identificar cuando transitamos en el campo del
dolo y como pudiera ser probado, a saber:
“si el agente toma conciencia del posible curso lesivo de su acción porque lo advierte o le informa
un tercero, no habrá dolo eventual si confía en que lo puede evitar. Sin embargo, la mera
apelación al azar no lo excluye, es decir, la confianza en la evitación debe ser confirmada por datos
objetivos: quien dispara peligrosamente sobre la cabeza de la victima, no puede alegar que
esperaba que el resultado no se produjese, porque el mero deseo de que la afectación no ocurra
no es un indicio serio para excluir el dolo eventual. Como los mendigos mutilaban niños para
excitar la compasión, pero algunos niños morían como consecuencias de las mutilaciones. Por
supuesto que de haberlo sabido no lo hubiesen mutilado pues muertos no le servía, o sea que
ellos no aceptaban el resultado, pero mutilaban pese a saber que los niños podían morir, con lo
cual aceptaban la posibilidad de producción del resultado. Distinto serían si hubieses confiado
seriamente en evitarlo; en tal caso debiera resolverse como homicidio preterintencional.”

Lo cierto es que es evidente en la actualidad la confusión latente respecto de la diferenciación del


dolo eventual con la culpa conciente, es por ello que también Santiago Mir ha señalado que “las
opiniones se separan profusamente a la hora de precisar este punto de partida, de modo que sea
posible distinguir el dolo eventual de la culpa consciente (modalidad de imprudencia) como se
verá al estudiar el tipo imprudente, esta clase de culpa supone también que el autor se representa
el delito como posible. Nótese pues que el dolo eventual y la culpa consciente parten de una
estructura común que hace dificultosa su neta diferenciación: a) en ninguno de ambos conceptos
se desea el resultado; b) en ambos reconoce el autor la posibilidad de que produzca el resultado”.
Este autor deja sin lugar a dudas establecido que el castigo de una conducta dolosa debe estar
estructurada sobre la base de la intención, y la culpa conciente con el delito imprudente. Y opina
que “es lógico, pues, que la doctrina se haya esforzado en distinguir dos conceptos tan próximos y
no obstante, de tan distintas consecuencias jurídico- positivas.”

Debemos enfatizar que sobre el dolo eventual se han elaborado infinidad de teorías para definirlo
y diferenciarlo de la culpa consciente, entre otras, podemos citar a las siguientes, siguiendo para
ello el texto de Roxin :

a) La teoría de la aprobación o del consentimiento, la cual postula que para estar en presencia del
dolo eventual es menester la aprobación interna del sujeto en cuanto al resultado que se
producirá, lo que deja entrever la manifestación de una actitud emocional del individuo.

b) La teoría de la indiferencia, que señala que cuando “el sujeto da por buenas o recibe con
indiferencia las consecuencias accesorias negativas meramente posibles, y sin embargo no cuando
considera indeseables esas consecuencias y tiene por ello la esperanza de que no se producirán” ,
explica esa actitud del individuo puesta de relieve a través de esa indiferencia ante el póstumo
resultado y no obstante sigue actuando, no importándole las consecuencias.

c) La Teoría de la representación o de la posibilidad, explica que cuando el sujeto se le presenta


una mera posibilidad de evitar el resultado, y no lo hace, estamos en presencia del dolo eventual.
Se le critica a esta teoría que reduce el dolo a un elemento intelectualista.

d) La Teoría de la probabilidad, caracterizada por un grado más de conocimiento que ostenta el


sujeto, en el sentido de que la probabilidad es más que una posibilidad, donde el peligro concreto
se visualiza de forma más cercana.
e) La Teoría de la no puesta en práctica de la voluntad de evitación, establece que el sujeto
incurrirá en dolo eventual cuando no haga nada para evitar el daño que pudiera ocasionar, pues
con la actuación para evitar el resultado, y esos esfuerzos materializados a favor de que no se
verifique, se deduce que su voluntad estaría dirigida a la evitación del mismo y por ende no
estaríamos en el campo del dolo eventual.

f) La formula de Frank, la cual fue otro intento en lograr fundamentar cuando estamos en
presencia del dolo eventual y cuando transitamos por la vía de la culpa consciente, intentando
esbozar partiendo de la premisa de cómo hubiera procedido el individuo si hubiera tenido un
conocimiento concreto de la producción del resultado nefasto realizador del tipo, por tanto si se
colige que su actuación hubiera sido la misma, se afirmaría el dolo, en caso contrario, se negaría el
dolo y estaríamos en el terreno de la culpa consciente.

g) La Teoría del riesgo (Frish). Tal teoría se esfuerza en exponer que nos encontramos en presencia
del dolo cuando el sujeto conoce el riesgo de su conducta y sigue actuando, pues adopta una
conducta en contra del bien jurídico, prevalece pues el término de conocimiento del riesgo que
tenga el sujeto a la hora de su actuación, para justificar su postulado, sobre la base de criterios de
imputación objetiva.

h) La Teoría de la no improbable producción del resultado y la habituación al riesgo (Jakobs), quien


toma elementos de la teoría de la probabilidad con la teoría del tomarse en serio, haciendo una
disertación entre riegos estadísticamente permitidos.

i) La Teoría del peligro no cubierto o asegurado (Herzberg), considera que se esta en presencia de
un peligro cuando el sujeto deja todo al azar, la suerte, para que el tipo no se consume, y estamos
en presencia de una actuación culposa consciente cuando se puede evitar posiblemente la
producción del resultado prestando atención.

j) La Teoría de la asunción de los elementos constitutivos del injusto (Schroth), este postulado
intenta recrear que cuando el sujeto asume las condiciones que constituyen el conocimiento del
riesgo, estando en conocimiento de que con su conducta engendra una actuación delictiva, y si es
capaz de reprimir los elementos del peligro a través de su actuación estamos en presencia de la
culpa, si no hace un esfuerzo en la evitación del resultado entramos en el sendero del dolo
eventual.

Las tesis anteriormente citadas serán objeto de análisis y evaluación a los efectos del desarrollo de
la investigación, con miras a establecer una pauta de diferenciación entre el dolo eventual y la
culpa consciente, y con el objeto de evaluar de forma critica la jurisprudencia de nuestro máximo
Tribunal sobre el tema sujeto a investigación.

Se puede afirmar que uno de los problemas que afectan al Derecho Penal venezolano son: la
vetustez del ordenamiento jurídico, la excesiva producción de leyes y el escaso desarrollo
dogmático. De todos ellos, quizá el más grave es el anacronismo de la legislación penal nacional.
En efecto, el Código Penal vigente data del 15 de julio de 1926, cuya más reciente reforma fue en
el año 2005. Dicho texto penal responde a las corrientes ideológicas y doctrinarias vigentes para la
época, este es el régimen que sigue nuestro código según el modelo de Zanardelli, situación que
ha originado un estancamiento en la ciencia penal venezolana, pero que poco a se ha ido
encaminando por una vía de desarrollo dogmático, gracias a estudiosos del derecho penal y
aceptación de la más actualizada doctrina extranjera.

Ahora bien, una de las ramificaciones de dicha problemática la podemos ubicar en negativa de
admitir la existencia del dolo eventual en virtud de que no se encuentra de forma expresa y
taxativa en el código penal venezolano. El legislador contemplo la intención, establecida en el
artículo 61 del código penal de Venezuela, siendo lo que la doctrina venezolana de manera
equivalente considera como dolo; tampoco hace mención a la figura de dolo eventual, situación
que no es óbice para su reconocimiento.

Por su parte, representantes de la doctrina venezolana mayoritaria reconocen la existencia de tal


figura, por ostentar características vinculadas con la realidad actual que no se pueden desconocer.

Es menester lograr una incorporación de la dogmática moderna en el ordenamiento jurídico patrio


como piedra fundamental de evolución para un derecho garantista, innovador, imprescindible
para el desarrollo de la normativa local, para si evitar lagunas de punibilildad y solucionar
problemas que se han quedado anclado bajo concepciones de antaño que no se adaptan a la
realidad que hoy vivimos. Es preciso evolucionar, pues la realidad es cambiante, y con ella la
manera que puede tener el sujeto a la hora de cometer un delito siempre podrá aparecer bajo
muchas modalidades para poder imputarle el hecho como suyo.

Nos avocamos entonces en justificar la punibilidad de esta figura, ya que su extinción genera en el
sujeto pasivo una gran inseguridad jurídica por el libre deambular de un agente que atentara
posiblemente contra su bien jurídico

El actuar frío, indiferente de un sujeto activo quien desprecia el bien común debe ser sancionado.

La importancia de este trabajo radica en enaltecer la pertinencia de la figura del dolo eventual en
nuestro país y más ahora en el hecho cierto del incremento de los accidentes de tránsito terrestre
en cabeza de conductores inescrupulosos quienes con su actuar insensible desprecian el bien
jurídico tutelado por el derecho que es la vida y la integridad personal, catalogados como bienes
jurídicos protegidos por antonomasia, y así evitar fundamentos estériles de su inadmisibilidad y
argumentando de forma peyorativa que son construcciones doctrinales desfasadas.

Por eso es necesario un desarrollo doctrinario, esto para delimitar su alcance interpretativo,
legitimando de este modo su aplicación práctica.
En definitiva, este trabajo constituirá un aporte para el estudio y aplicación en el derecho penal de
la figura del dolo eventual y una critica a la labor jurisprudencial de los magistrados que
conforman el Tribunal Supremo de Justicia de nuestra República Bolivariana de Venezuela.

No podemos obviar el aspecto inherente a la acción humana, que es ese comportamiento


indiferente que debe ser valorado y castigado por el derecho penal pues es el gravita una
finalidad, una voluntad que ha sido exteriorizada.

Conscientes de la dificultad de hallar una univocidad doctrinal nos proponemos a buscar un


argumento para justificar el reconocimiento del dolo eventual en el derecho positivo y cuestionar
el tratamiento jurisprudencial hasta ahora aplicado en nuestro país.

Es por ello que exhortamos al estudio profundizado del derecho penal, de la dogmática penal, a la
aplicación por parte de los jueces de las facultades que ostentan para que hagan gala de su
máxima de experiencia, sana crítica y ciencia para y así hallar la lógica, propósito, espíritu y razón,
que quiso el legislador al realizar su labor legislativa.

Queda así delimitado el problema objeto de estudio desde una perspectiva conceptual, donde se
conjuga el esfuerzo teórico y práctico de lograr una correcta definición sobre una categoría jurídica
que no se encuentra expresa de manera taxativa en el Código Penal de Venezuela, circunstancia
que no obsta para cuestionar su existencia

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