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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA LIMA - Sistema de

Notificaciones Electronicas SINOE


SEDE ALZAMORA VALDEZ,
Vocal:SAAVEDRA CHOQUE RODDY /Servicio Digital - Poder Judicial
del Perú
Fecha: 27/04/2023 09:03:08,Razón: RESOLUCIÓN JUDICIAL,D.Judicial:
LIMA / LIMA,FIRMA DIGITAL

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA


LIMA - Sistema de Notificaciones
Electronicas SINOE

SEDE ALZAMORA VALDEZ,


Vocal:ROMERO ROCA Eduardo
Armando FAU 20546303951 soft
Fecha: 27/04/2023 09:27:35,Razón:
RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: LIMA / CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA
LIMA,FIRMA DIGITAL
SEGUNDA SALA CONSTITUCIONAL

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA


Expediente N.º : 2533-2022-25-1801-SP-DC-02
LIMA - Sistema de Notificaciones
Electronicas SINOE Demandante : Luis Enrique Rojas Gallegos
SEDE ALZAMORA VALDEZ, Demandado : Poder Judicial
Vocal:VILCHEZ DAVILA Roberto
FAU 20546303951 soft
Fecha: 27/04/2023 11:01:16,Razón:
Materia : Proceso de Amparo-Medida Cautelar
RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: LIMA /
LIMA,FIRMA DIGITAL

SS. VÍLCHEZ DÁVILA


SAAVEDRA CHOQUE
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA
LIMA - Sistema de Notificaciones
Electronicas SINOE
ROMERO ROCA
SEDE ALZAMORA VALDEZ,
Secretario De Sala:ESPINO VIGIL
Ricardo Daniel FAU 20546303951 RESOLUCIÓN NÚMERO DOS
soft
Fecha: 27/04/2023 12:22:30,Razón:
RESOLUCIÓN
Lima, trece de enero
JUDICIAL,D.Judicial: LIMA /
LIMA,FIRMA DIGITAL de dos mil veintitrés

I. AUTOS Y VISTOS

Por Presentada la MEDIDA CAUTELAR1 solicitada por Luis Enrique Rojas


Gallegos, con los anexos y documentos que se adjuntan; habiéndose analizado y
debatido la misma, este colegiado integrado por los señores Jueces Superiores:
Vílchez Dávila, Saavedra Choque, quien interviene como ponente y Romero
Roca, de conformidad con el segundo párrafo del artículo 42° del Nuevo
Código Procesal Constitucional (Ley N° 31307); emiten la siguiente decisión
judicial.

II. ATENDIENDO:

De la pretensión cautelar planteada:

2.1. El demandante, Luis Enrique Rojas Gallegos, en el ejercicio legítimo del


derecho a la tutela judicial efectiva, peticiona que el órgano constitucional dicte
Medida Cautelar a su favor, disponiendo la suspensión de todos los efectos de
la Sentencia de Vista contenida en la resolución N° 05, de fecha 16 de
noviembre de 2022, emitida por la Juez del Décimo Sétimo Juzgado de Familia
de Lima, que revocó la sentencia de primera instancia y reformándola
declararon infundada la demanda en todos sus extremos. La citada resolución
judicial cuestionada fue dictada en el proceso seguido por Luis Enrique Rojas

1
Foja 576 y ss.
Gallegos sobre Exoneración de Alimentos, (Expediente N° 24486-2021-0-1801-
JR-FC-17); y en consecuencia peticiona cautelarmente que se curse el oficio para
ese efecto: 1) al Juez del Décimo Sétimo Juzgado de Familia de Lima; y 2) al Juez
del Quinto Juzgado de Paz Letrado de Surco y San Borja, proceso de
exoneración de alimentos (EXP. N° 00987-2018-0-1815-JP-FC-05), y 3) al Juez del
Primer Juzgado de Paz Letrado de Pueblo Libre y Magdalena, en el proceso
(sumarísimo) de prorrateo de alimentos (EXP. N° 00084- 2015-0-1829-JP-FC-01);
y 4) al Juez del Tercer Juzgado de Paz Letrado de Pueblo Libre y Magdalena, en
el proceso (originario) de Alimentos, (EXP. N° 00312-1996-0-1829-JP-FC-01). Se
alega la vulneración de sus derechos constitucionales a la defensa, a la debida
motivación de las resoluciones judiciales, el debido proceso y el principio de
congruencia procesal.

Fundamentos de la pretensión cautelar:

2.2. El recurrente señala como sustento de su solicitud de medida cautelar,


básicamente lo siguiente: (i) que la apariencia del derecho invocado lo acredita
con el video de la vista de la causa realizada el 21 de octubre del 2022, ya que en
el mismo, la juez demandada tomó conocimiento por intermedio de su
abogado, que se había extinguido su relación laboral en el mes de octubre del
2021, y ante dicha circunstancia, considerando que el monto de la pensión de
alimentos estaba fijada en el 40% (cuarenta por ciento) de su haber mensual; -
teniendo la condición de desempleado-, como es posible que la juez emplazada
haya emitido sentencia desestimando la exoneración de alimentos que
demandó?; (ii) que la Juez del Décimo Sétimo Juzgado de Familia de Lima ha
vulnerado su derecho de defensa, pues la decisión adoptada se funda en
premisas que no han sido debatidas previamente por las partes durante el
proceso, y en la que la decisión final no ha tomado en cuenta los argumentos de
defensa expuestos por las partes a lo largo del proceso; (iii) que la Juez del
Décimo Sétimo Juzgado de Familia de Lima ha incurrido en un defecto de
motivación incongruente activa y omisiva al modificar los términos del debate
procesal que sostuvieron las partes durante el proceso de exoneración de
alimentos y durante el día de la vista de la causa, en la que se precisó que había
perdido su trabajo desde octubre del 2021; (iv) que se ha vulnerado sus derecho
a la motivación de las resoluciones judiciales, pues, pese a que su ex
empleadora comunicó la extinción de su vínculo laboral, tal hecho no fue
valorado por la juez demandada en la sentencia cuestionada, contraviniendo el
texto expreso del Artículo 483º del Código Civil; (v) que el peligro en la demora
lo afecta gravemente, debido a que en caso no obtenga una providencia cautelar
que suspenda los efectos de la sentencia que desestima la exoneración del pago
de alimentos, durante el tiempo que dure el trámite del proceso de Amparo,
corre el riesgo de que se le dañe económicamente y de manera irreparable, por
cuya razón requiere con urgencia que se le conceda la medida cautelar
peticionada a fin de garantizar sus derechos vulnerados y la sentencia definitiva
que se vaya a expedir en el proceso de amparo (autos principales); y (vi) que
sobre la adecuación de la medida, sostiene que la medida cautelar peticionada
consistente en la suspensión de los efectos de la sentencia definitiva expedida
en el proceso de ordinario de exoneración de alimentos, es la única que puede
garantizar la protección de sus derechos fundamentales vulnerados, y evitar
que se le irrogue un perjuicio económico irreparable.

III. CONSIDERANDO:

De las Medidas Cautelares

3.1. De conformidad con los artículos 18º y 19º del Código Procesal Constitucional,
toda medida cautelar importa un prejuzgamiento y es instrumental, provisoria
y variable, y pueden dictarse antes de iniciado un proceso o dentro de este,
siempre y cuando la solicitud cautelar cumpla ciertos requisitos y/o
presupuestos generales como:
a) la adecuación de la medida para asegurar la eficacia de la pretensión;
b) la apariencia del derecho invocado “fumus boni iuris”, es decir el rasgo o
aspecto exterior de derecho que debe contener el pedido constituyendo en sí un
hecho verosímil;
c) la certeza razonable de que la demora en su expedición pueda constituir un
daño irreparable conocido, es el que impone al juez la atribución de decidir con
anterioridad si el fallo a dictarse podrá ejecutarse con eficacia, es una necesidad
de dictar la decisión preventiva por constituir peligro en la demora del proceso
o por cualquier otra razón justificable.

La falta de acreditación de uno de estos requisitos implica la desestimatoria de


la medida cautelar solicitada.

Sobre la procedencia de la medida cautelar contra resoluciones judiciales

3.2. Sobre este punto corresponde tener en cuenta lo desarrollado en la STC N°


00978-2012-PA/TC, fundamento 6, para expedir o no la medida cautelar contra
la ejecución de otro proceso judicial ordinario, que señala expresamente:

“6. ¿Procedencia de medidas cautelares ordinarias que suspenden la ejecución de


sentencias judiciales ordinarias?

6.1 No obstante la decisión desestimatoria de la demanda, este Colegiado advierte que la


casuística procesal podría presentar casos límites para los derechos constitucionales, a
través de los cuales medidas cautelares ordinarias podrían oponerse en sus términos a
una sentencia judicial ordinaria con la calidad de cosa juzgada y suspender a la larga la
ejecución de la misma. En suma, se trataría de casos en los cuales se daría privilegio a la
ejecución de lo resuelto en un incidente cautelar (debate breve y sumario) frente a lo
resuelto en un proceso principal (debate amplio y profundo), y ello tendría el efecto de
suspender el ejercicio y disfrute del derecho fundamental a la cosa juzgada.

6.2 Al respecto, es necesario poner en evidencia que la suspensión de los efectos de una
sentencia dictada en un proceso ordinario, producto de una medida cautelar también
ordinaria, pueden ocasionar perjuicios irreparables sobre el vencedor del proceso
ordinario, titular indiscutible del derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales y
a que lo resuelto sea ejecutado en sus propios términos.
6.3 Ningún postulado del Estado constitucional de derecho puede pues legitimar el
hecho de que un vencedor en un proceso ordinario cuya sentencia determinó que era
beneficiario de un dar, hacer, no hacer o cualquier otra, no pueda luego ejecutar la
decisión que lo beneficiaba porque se ha dictado una medida cautelar ordinaria que, al
oponerse en sus términos, suspende los efectos de la sentencia.

6.4 Si bien es cierto que todo otorgamiento o concesorio de una medida cautelar tiene
entre sus requisitos legalmente estipulados, la apariencia de derecho y el peligro en la
demora, resulta inaceptable sostenerse en términos procesales constitucionales que una
medida cautelar que por su naturaleza contiene un debate sumario y provisorio, tenga
pues la aptitud legal para suspender lo decidido en un proceso principal que por su
naturaleza contiene un debate definitorio, amplio, principal. Es pacífico sostener que la
calidad de cosa juzgada de una sentencia ordinaria se relativiza cuando es expedida sin
respetar la tutela procesal efectiva, el debido proceso o el orden material de valores
inscrito en la Constitución, frente a lo cual puede discutirse la validez de la misma en
un proceso de amparo contra resolución judicial. Empero, constituye una anomalía del
sistema que una sentencia ordinaria pueda ceder, suspenderse o ser limitada a través de
una medida cautelar dictada en otro proceso ordinario.

6.5 Y es que cualquier acto procesal –del juez o de las partes– que suspenda el ejercicio
de un derecho constitucional para ser considerado válido debe estar revestido de un
mismo valor o importancia jurídica fundamental, pues la ponderación implica un
equilibrio en abstracto de bienes jurídicos que tienen un mismo valor. Sin embargo,
el concesorio de una medida cautelar que es manifestación del derecho a la tutela
procesal efectiva no tiene ni puede tener el mismo valor jurídico que una sentencia
ordinaria que ha pasado en autoridad de cosa juzgada en la cual subyace la ejecución de
un derecho constitucional debatido, reconocido y restablecido.

6.6 En una sentencia ordinaria, el órgano judicial se ha encargado de decir, a través de


un pronunciamiento sobre el fondo del asunto y luego del debate procesal
correspondiente, a quién le asiste el derecho, por lo que constituiría contrario a toda
lógica que un juez de apariencias, como es el juez de una medida cautelar, diga que, más
bien, el derecho corresponde, “aparentemente”, a quien resultó vencido en el primer
amparo (Cfr. STC Nº 03545-2009-PA/TC, Fundamento 5).

6.7 Por ello, resulta un despropósito que la parte afectada con una medida cautelar sea
precisamente la persona cuyo derecho ha sido declarado y restablecido en un proceso
ordinario, pues ésta se verá seriamente perjudicada en el ejercicio de su derecho en el
lapso de tiempo que dure la tramitación final del proceso ordinario en que se dictó la
medida cautelar.

6.8 Por lo expuesto, las medidas cautelares no pueden ser utilizadas con la simple
intención de prolongar en el tiempo la ejecución de una sentencia ordinaria o de
resistirse a su efectivo cumplimiento. En este sentido, este Colegiado precisa que el
principio pro homine debe trasladarse inclusive al ámbito de los procesos ordinarios, de
este modo cuando existan oposiciones o contradicciones en los términos de dichos actos
procesales, los jueces del proceso cautelar ordinario deben optar por hacer prevalecer la
sentencia ordinaria sobre cualquier intento de desconocerla o perturbarla a través
del concesorio de una medida cautelar ordinaria, pues en este tipo de casos específicos la
tutela procesal efectiva, manifestada a través de una medida cautelar, viene ciertamente
limitada por el derecho a la cosa juzgada.”

Respecto del pedido cautelar

3.3. El escrito de medida cautelar tiene como pretensión planteada en la demanda


es que el órgano jurisdiccional declare la nulidad de la Sentencia de Vista
contenida en la resolución N° 5, de fecha 16 de noviembre 2022, emitida por el
17° Juzgado de Familia de Lima, que revocó la sentencia de primera instancia
(contenida en la Resolución 17), del 03 de agosto del 2021, y reformándola
declaró infundada la demanda en todos sus extremos. La cuestionada
resolución judicial fue expedida en el proceso ordinario subyacente, tramitado
como Expediente N° 24486-2021-0-1801-JR-FC-17.

3.4. De conformidad con lo preceptuado por el artículo 18° del Código Procesal
Constitucional vigente: “Se pueden conceder medidas cautelares y de suspensión
del acto violatorio en los procesos de amparo, habeas data y de cumplimiento. La
medida cautelar solo debe limitarse a garantizar el contenido de la pretensión
constitucional, teniendo en cuenta su irreversibilidad, el orden público y el perjuicio
que se pueda ocasionar. El juez, atendiendo a los requisitos dicta la medida cautelar sin
correr traslado al demandado. La ejecución dependerá del contenido de la pretensión
constitucional intentada y del adecuado aseguramiento de la decisión final, a cuyos
extremos deberá limitarse (…)”.

3.5. Asimismo, para efectos de la procedencia de la medida cautelar, se debe tener


en consideración lo preceptuado por el Artículo 19º del mencionado cuerpo
normativo, según el cual: “El juez para conceder la medida cautelar deberá observar
que el pedido sea adecuado o razonable, que tenga apariencia de derecho y que
exista certeza razonable de que la demora en su expedición pueda constituir un
daño irreparable. En todo lo no previsto expresamente en el presente código, es de
aplicación supletoria lo dispuesto en el Título IV de la Sección Quinta del Código
Procesal Civil, con excepción de los artículos 618, 630, 636 y 642 al 672” (subrayados
y resaltados agregados).

3.6. De las normas glosadas en el fundamento precedente se concluye que para la


procedencia de la medida cautelar peticionada se requiere de la existencia de
tres requisitos:

a) apariencia o verosimilitud del derecho invocado por el actor en el proceso


principal, entendido como la posibilidad razonable que tiene la pretensión
principal que se intenta garantizar, de ser declarada fundada al pronunciarse la
sentencia; pudiendo afirmarse que las medidas cautelares no exigen un examen
de certeza sobre la existencia del derecho pretendido sino sólo un grado de una
aceptable verosimilitud, como la probabilidad de que ésta exista y no como una
incuestionable realidad que sólo se logrará al agotarse el trámite;

b) peligro en la demora, supuesto que se encuentra referido al daño


constitucional que se produciría o agravaría como consecuencia del transcurso
del tiempo entre el inicio de la relación procesal hasta la expedición de la
sentencia definitiva, es decir la posibilidad de que el proceso se torne ineficaz si
la medida cautelar no fuera adoptada, privando de efectividad a la sentencia
que ponga fin al proceso; y

c) que el pedido sea adecuado para garantizar la pretensión principal; éste


importa la correlación que debe existir entre el pedido cautelar y la situación
jurídica de la que es objeto, y, además, que con la medida cautelar solicitada se
pueda asegurar de mejor manera la pretensión principal del proceso.

3.7. De los hechos expuestos por el solicitante, así como de las instrumentales
aportadas, no se aprecian preliminarmente elementos que configuren el
requisito de verosimilitud o apariencia del derecho invocado en la demanda,
toda vez que las circunstancias descritas en la solicitud cautelar no permiten
apreciar de manera palmaria la mencionada apariencia de los derechos
invocados, que persuadan a anticipar tutela mediante la medida cautelar
planteada; siendo necesario precisar que la solicitud cautelar se sustenta en la
presunta afectación de sus derechos invocados, pues no se evidencia de manera
palmaria que la sentencia judicial cuestionada se hubiese dictado soslayando el
derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, ni que con ello se hubiera
afectado, además, el derecho de defensa ni el derecho al debido proceso del
recurrente. Por tanto, de una simple lectura de los argumentos expuestos en la
solicitud cautelar y de los documentos anexados a dicha solicitud, no se
advierte la existencia de elementos que causen verosimilitud sobre la
presunta afectación de los derechos constitucionales invocados, ya que ello
que no se produce en el estado actual del presente cuaderno cautelar, y que en
todo caso, corresponderá analizarse con mayor detalle y en la etapa procesal
respectiva, en el proceso principal, a fin de establecer si se han vulnerado o no
los derechos al debido proceso, a la defensa, a la motivación de las resoluciones
y el principio de congruencia procesal; ello básicamente porque la materia en
discusión no se presenta lo suficientemente clara para poder dilucidarse en el
presente proceso cautelar, más aún si los procesos cautelares implican
únicamente un prejuzgamiento de la controversia –tal como señala el Artículo
612º del Código Adjetivo Civil, de aplicación subsidiaria al presente caso, lo
cual no resulta suficiente para dilucidar tales aspectos referidos.

3.8. Estando a los hechos expuestos, y considerando que la finalidad de toda


medida cautelar es la de garantizar los efectos y el cabal cumplimiento de la
decisión definitiva, a tenor de lo preceptuado por el último parágrafo del
Artículo 608° del Código Procesal Civil, queda claro que en el caso concreto no
existe -al menos por ahora- decisión favorable que asegurar. La situación
descrita convertiría en inoficioso cualquier análisis sobre los demás elementos
requeridos, dado que para la concesión de toda medida cautelar se exige la
concurrencia de todos ellos.

3.9. No obstante lo señalado anteriormente, sobre el peligro en la demora, se debe


precisar que el solicitante no ha demostrado tampoco, de manera consistente,
verosímil e indubitable, la alegada existencia del peligro en la demora en la
tramitación y duración del proceso principal que le cause un daño irreparable,
puesto que –como ya se ha mencionado-, al no haberse verificado la
verosimilitud de los derechos invocados, mal podría hablarse de la existencia
de un daño, y mucho menos de naturaleza irreparable, sobre todo si se tiene en
consideración que la existencia del peligro en la demora se encuentra
supeditada al hecho de haberse generado cierta apariencia de derecho, lo cual
no ha ocurrido en el presente caso.

3.10. En atención a lo expuesto, queda claro también que a juicio del Colegiado, la
medida peticionada en la presente solicitud cautelar, tampoco resulta adecuada
o idónea para garantizar la pretensión planteada en la demanda, toda vez que
la pretensión cautelar, en puridad, resulta ser la misma que la pretensión
contenida en la demanda; en consecuencia, acceder a la solicitud cautelar
planteada, implicaría en la práctica, la actuación inmediata o ejecución
anticipada de lo que se va a resolver en el proceso principal en la sentencia, que
únicamente puede disponerse de conformidad con el supuesto contemplado en
el Artículo 26º del vigente Código Procesal Constitucional, circunstancia
diferente a la que ahora nos ocupa. Por consiguiente, no configurándose de
manera concurrente, los elementos para disponer el otorgamiento de la medida
cautelar peticionada, resulta desestimable, deviniendo en improcedente.

IV. DECISIÓN:

Por los fundamentos expuestos, este Colegiado, con la autoridad que le confiere
el artículo 138º de la Constitución Política del Perú y la Ley, impartiendo justicia
en nombre de la Nación, resuelve:

DECLARAR IMPROCEDENTE la Medida Cautelar2 solicitada por Luis


Enrique Rojas Gallegos. Notifíquese.
En los seguidos por Luis Enrique Rojas Gallegos contra el Poder Judicial sobre
Proceso de Amparo-Medida Cautelar.
SCH/jas.

2
Foja 576 y ss.

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