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Casi todos los niños tienen momentos en que su comportamiento está fuera de
control. Pueden correr de un lado a otro, hacer ruidos sin parar, negarse a esperar
su turno y chocarse con todo lo que los rodea, no prestan atención o no terminan lo
que comenzaron a hacer, pero para algunos niños, estas clases de comportamiento
son algo más que un problema ocasional. Los niños con trastorno por déficit de
atención e hiperactividad tienen problemas de comportamiento que son tan
frecuentes y graves que interfieren con su capacidad de vivir una vida “normal”
como dificultades con su autoestima, las relaciones problemáticas y el bajo
rendimiento escolar. Los síntomas a veces disminuyen con la edad. Sin embargo,
algunas personas nunca superan por completo sus síntomas de TDAH.
● Olvidan tareas diarias como hacer la tarea, llevar cosas a la escuela o seguir
instrucciones.
Es importante tener en cuenta que no todos los niños con TDAH mostrarán todos
estos síntomas y que algunos síntomas pueden cambiar con el tiempo. Además,
otros trastornos y condiciones médicas pueden presentar síntomas similares, por lo
que es esencial obtener una evaluación profesional adecuada si se sospecha que
un niño podría tener TDAH. Un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden marcar
una diferencia significativa en la vida del niño y en su capacidad para prosperar en
diferentes áreas. El TDAH suele ser multifacético y su tratamiento tiene que ser
adaptado a las necesidades individuales de cada niño, puede involucrar una
combinación de estrategias educativas, terapias conductuales y en algunos casos,
medicación. Aquí te dejamos los principales pasos a seguir cuando un menor
presenta TDAH:
3. Terapia conductual:
Las terapias conductuales pueden ayudar a los niños a desarrollar habilidades de
autocontrol, manejo de impulsos y organización.
5. Terapia familiar:
La terapia familiar puede ayudar a los padres y a otros miembros de la familia a
aprender estrategias de manejo efectivas y mejorar la comunicación.
6. Apoyo escolar:
Trabajar en estrecha colaboración con los educadores y el personal escolar para
implementar adaptaciones en el aula, como tiempos de descanso, instrucciones
claras y asientos cerca del profesor.
7. Uso de medicación:
En algunos casos, los medicamentos estimulantes, como el metilfenidato o las
anfetaminas, pueden ser recetados por un profesional de la salud. Estos
medicamentos pueden ayudar a mejorar la concentración y el control de los
impulsos.
8. Establecimiento de rutinas:
Crear rutinas predecibles y estructuradas puede ayudar al niño a organizarse y
anticipar lo que viene a continuación.
9. Reforzamiento positivo:
Utilizar sistemas de recompensas y refuerzos positivos puede motivar al niño a
cumplir con tareas y comportamientos deseados.
Cada niño con TDAH es único, por lo que el tratamiento debe ser adaptado a sus
necesidades individuales. Trabajar en colaboración con profesionales de la salud,
educadores y otros miembros de la familia puede ser clave para brindar el mejor
apoyo posible y ayudar al niño a alcanzar su máximo potencial.