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Trastornos de inicio en la infancia, la niñez o la adolescencia.

El hecho de presentar una sección destinada a trastornos que suelen diagnosticarse por primera vez durante la
infancia, la niñez o la adolescencia es sólo una cuestión de conveniencia, y no se pretende sugerir que exista alguna
distinción clara entre trastornos «infantiles» y «adultos». Aunque la mayor parte de los sujetos con estos trastornos
se presentan en la asistencia clínica durante la infancia o la adolescencia, a veces los trastornos en cuestión no se
diagnostican hasta la etapa adulta. Además, varios trastornos incluidos en otros apartados de este manual suelen
tener su inicio durante la infancia o la adolescencia. Al evaluar a un niño o a un adolescente, el clínico debe tener en
cuenta los diagnósticos incluidos en este apartado, pero también los que se describen en otras secciones de este
manual. Los adultos pueden ser diagnosticados asimismo de trastornos incluidos en este apartado si su presentación
clínica satisface criterios diagnósticos relevantes.

En esta sección se incluyen los siguientes trastornos


Retraso mental. Este trastorno se caracteriza por una capacidad intelectual significativamente por debajo del
promedio, con una edad de inicio anterior a los 18 años y déficit o insuficiencias concurrentes en la actividad
adaptativa. Se presentan códigos separados para retraso mental leve, moderado, grave y profundo, así como para
retraso mental de gravedad no especificada.
Trastornos del aprendizaje: rendimiento académico sustancialmente por debajo de lo esperado dadas la edad
cronológica del sujeto, la medición de su inteligencia y una enseñanza apropiada a su edad. Los trastornos
específicos son: trastorno de la lectura, trastorno del cálculo, trastorno de la expresión escrita y trastorno del
aprendizaje no especificado.
Trastorno de las habilidades motoras: Incluye el trastorno del desarrollo de la coordinación motora que se sitúa
sustancialmente por debajo de lo esperado dadas la edad cronológica del sujeto y la medición de la inteligencia.
Estos trastornos se caracterizan por deficiencias del habla o el lenguaje, e incluyen trastorno del lenguaje expresivo,
trastorno mixto del lenguaje receptivo- expresivo, trastorno fonológico, tartamudeo y trastorno de la comunicación
no especificado. Los trastornos específicos incluidos en este apartado son trastorno autista, trastorno de Rett,
trastorno desintegrativo infantil, trastorno de Asperger y trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Incluye el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, que se caracteriza por síntomas manifiestos de
desatención y/o de impulsividad-hiperactividad. El trastorno de ansiedad por separación se caracteriza por una
ansiedad excesiva e inadecuada desde el punto de vista evolutivo concerniente a la separación respecto del hogar o
de las personas con quienes el niño está vinculado. El trastorno reactivo de la vinculación de la infancia o la niñez se
caracteriza por una relación social manifiestamente alterada e inadecuada evolutivamente, que se produce en la
mayor parte de los contextos y se asocia a una crianza claramente patógena. El trastorno de movimientos
estereotipados se caracteriza por un comportamiento motor repetitivo, aparentemente impulsivo.
El trastorno negativista desafiante se caracteriza por un patrón de comportamiento negativista, hostil y desafiante.
Categorías trastorno por déficit de atención con hiperactividad no especificado
trastorno de comportamiento perturbador no especificado.

Trastornos de la ingestión y de la conducta alimentarias de la infancia o la niñez. Estos trastornos se caracterizan por
alteraciones persistentes de la conducta alimentaria y de la ingestión de alimentos. Los trastornos específicos
incluidos aquí son: pica, trastorno de rumiación, trastorno de la ingestión alimentaria de la infancia o la niñez.

Trastornos de tics. Estos trastornos se caracterizan por tics vocales y/o motores: trastorno de Tourette, trastorno de
tics motores o vocales crónicos, trastorno de tics transitorios y trastorno de tics no especificado.Trastornos de la
eliminación. Se incluye la encopresis, la deposición repetida de heces en lugares inadecuados, y la enuresis, la
emisión repetida de orina en lugares inadecuados.

El mutismo selectivo se caracteriza por una persistente incapacidad para hablar en situaciones sociales específicas a
pesar de que el niño hable en otras situaciones. El trastorno reactivo de la vinculación de la infancia o la niñez se
caracteriza por una relación social manifiestamente alterada e inadecuada evolutivamente, que se produce en la
mayor parte de los contextos y se asocia a una crianza claramente patógena. El trastorno de movimientos
estereotipados se caracteriza por un comportamiento motor repetitivo, aparentemente impulsivo, y no funcional,
que interfiere las actividades normales y puede dar lugar a lesiones corporales.

Los niños o adolescentes pueden presentar problemas que requieran atención clínica y que no se definan como
trastornos mentales (p. ej., problemas de relación, problemas relativos a abuso o abandono, duelo, capacidad
intelectual limítrofe, problema académico, comportamiento antisocial de un niño o adolescente, problema de
identidad).
Retraso mental.

Características diagnósticas:La característica esencial del retraso mental es una capacidad intelectual general
significativamente inferior al promedio (Criterio A) que se acompaña de limitaciones significativas de la actividad
adaptativa propia de por lo menos dos de las siguientes áreas de habilidades: comunicación, cuidado de sí mismo,
vida doméstica, habilidades sociales/interpersonales, utilización de recursos comunitarios, autocontrol, habilidades
académicas funcionales, trabajo, ocio, salud y seguridad (Criterio B). Su inicio debe ser anterior a los 18 años de edad
(Criterio C). El retraso mental tiene diferentes etiologías y puede ser considerado como la vía final común de varios
procesos patológicos que afectan el funcionamiento del sistema nervioso central.

La capacidad intelectual general se define por el coeficiente de inteligencia (CI ) obtenido por evaluación mediante
uno o más tests de inteligencia). Una capacidad intelectual significativamente inferior al promedio se define como un
CI situado. Las personas con retraso mental suelen presentar incapacidades adaptativas más que un CI bajo. La
capacidad adaptativa se refiere a cómo afrontan los sujetos efectivamente las exigencias de la vida cotidiana, entre
los que se incluyen características escolares, motivacionales y de la personalidad, oportunidades sociales y laborales,
así como los trastornos mentales y las enfermedades médicas que pueden coexistir con el retraso mental. Pro-
bablemente las ayudas terapéuticas pueden mejorar más los problemas de adaptación que el CI cognoscitivo, el cual
suele ser un atributo mucho más estable a lo largo del tiempo.

Gravedad del retraso mental

Pueden especificarse cuatro grados de intensidad, de acuerdo con el nivel de insuficiencia intelectual: leve (o ligero),
moderado, grave (o severo), y profundo.

Retraso mental leve CI entre 50-55 y aproximadamente 70.


Retraso mental moderado: CI entre 35-40 y 50-55.
Retraso mental grave: CI entre 20-25 y 35-40.
Retraso mental profundo: CI inferior a 20 o 25.
Retraso mental de gravedad no especificada, es una categoría que puede utilizarse cuando exista una clara
presunción de retraso mental, pero no sea posible verificar la inteligencia del sujeto mediante los tests usuales (p.
ej., en individuos excesivamente deficitarios o no cooperadores, o en el caso de los niños pequeños).

Retraso mental leve

El retraso mental leve es equivalente en líneas generales a lo que se considera en la categoría pedagógica como
«educable». Este grupo incluye a la mayoría (alrededor del 85 %) de las personas afectadas por el trastorno. Tales
personas suelen desarrollar habilidades sociales y de comunicación durante los años preescolares (0-5 años de
edad), tienen insuficiencias mínimas en las áreas sensoriomotoras y con frecuencia no son distinguibles de otros
niños sin retraso mental hasta edades posteriores.

Retraso mental grave

El grupo de personas con retraso mental grave incluye el 3-4 % de los individuos con retraso mental. Durante los
primeros años de la niñez adquieren un lenguaje comunicativo escaso o nulo. Durante la edad escolar pueden
aprender a hablar y pueden ser adiestrados en habilidades elementales de cuidado personal. Se benefician sólo
limitadamente de la enseñanza pueden adquirir conocimientos académicos que les sitúan aproximadamente en un
sexto curso de enseñanza básica. Durante su vida adulta, acostumbran adquirir habilidades sociales y laborales
adecuadas para una autonomía mínima, pero pueden necesitar supervisión, orientación y asistencia. Contando con
apoyos adecuados, los sujetos con retraso mental leve acostumbran a vivir satisfactoriamente.

Retraso mental moderado

El retraso mental moderado equivale aproximadamente a la categoría pedagógica de «adiestrable». No debería


utilizarse este término anticuado, porque implica erróneamente que las personas con retraso mental moderado no
pueden beneficiarse de programas pedagógicos. Este grupo constituye alrededor del 10 % de toda la población con
retraso mental. La mayoría de los individuos con este nivel de retraso mental adquieren habilidades de
comunicación durante los primeros años de la niñez. Pueden aprovecharse de una formación laboral y, con
supervisión moderada, atender a su propio cuidado personal. Pueden aprender a trasladarse independientemente
por lugares que les son familiares.En los años adultos pueden ser capaces de realizar tareas simples estrechamente
supervisados. En su mayoría se adaptan bien a la vida en sociedad.

Retraso mental profundo

El grupo de retraso mental profundo incluye aproximadamente el 1-2 % de las personas con retraso mental. La
mayoría de los individuos con este diagnóstico presentan una enfermedad neurológica identificada que explica su
retraso mental. Durante los primeros años de la niñez desarrollan alteraciones del funcionamiento sensoriomotor. El
desarrollo motor y las habilidades para la comunicación y el cuidado personal pueden mejorar si se le somete a un
adiestramiento adecuado. Algunos de ellos llegan a realizar tareas simples en instituciones protegidas y estrecha-
mente supervisados.

Retraso mental, de gravedad no especificada

El diagnóstico de retraso mental, de gravedad no especificada, debe utilizarse cuando exista una clara presunción de
retraso mental, pero la persona en cuestión no puede ser evaluada satisfactoriamente mediante los tests de
inteligencia usuales. Éste puede ser el caso de ciertos niños, adolescentes o adultos con excesivas insuficiencias o
falta de cooperación, lo que impide que sean evaluados. También puede ocurrir en el caso de niños que clínicamente
son considerados intelectualmente por debajo del promedio, pero en quienes los tests disponibles proporcionan
valores de CI bajos. En general, cuanto menor es la edad, tanto más difícil es evaluar la presencia de retraso mental
excepto en los sujetos con afectación profunda.

Procedimiento de tipificación

El código diagnóstico específico para retraso mental se selecciona a partir del nivel de gravedad, tal como se indicaba
anteriormente, y se codifica en el Eje 2. Si el retraso mental está asociado a otro trastorno mental (p. ej., trastorno
autista), el trastorno mental adicional se codifica en el Eje 1. Si el retraso mental se asocia a una enfermedad médica
(p. ej., síndrome de Down), la enfermedad se codifica en el Eje 3.

Síntomas y trastornos asociados

No existen características comportamentales o de personalidad específicas que estén asociadas unívocamente al


retraso mental. Algunos individuos con retraso mental son pasivos, plácidos y dependientes, mientras que otros son
impulsivos y agresivos. La ausencia de habilidades para la comunicación puede predisponer a comportamientos
perturbadores y agresivos que sustituyan al lenguaje comunicativo. Algunas enfermedades médicas asociadas a
retraso mental se caracterizan por ciertos síntomas comportamentales (p. ej., el intratable comportamiento
autolesivo asociado al síndrome de Lesch-Nyhan). Las personas con retraso mental pueden ser vulnerables a la
explotación ejercida por otros (p. ej., sufrir abusos físicos y sexuales) o ver negados sus derechos y oportunidades.

Un traumatismo craneal puede dar lugar a retraso mental y a un cambio de la personalidad por traumatismo craneal.
Puede observarse cualquier tipo de trastorno mental, no existiendo prueba alguna de que la naturaleza de un
trastorno mental concreto sea diferente en los individuos con retraso mental. El déficit en las habilidades para la
comunicación puede provocar una incapacidad para suministrar una historia adecuada (p. ej., el diagnóstico de
trastorno depresivo mayor en un adulto no verbal con retraso mental suele basarse principalmente en
manifestaciones como humor depresivo, irritabilidad, anorexia o insomnio, observados por otras personas).). Los
trastornos mentales más frecuentemente son el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, los trastornos
del estado de ánimo, los trastornos generalizados del desarrollo, el trastorno de movimientos estereotipados y los
trastornos mentales debidos a una enfermedad médica (p. ej., demencia por traumatismo craneal).

Alteraciones tempranas del desarrollo embrionario (aproximadamente un 30 %). Estos factores incluyen alteraciones
cromosómicas (p. ej., síndrome de Down debido a trisomía 21) o afectación prenatal por toxinas (p. ej., consumo
materno de alcohol, infecciones).

Problemas del embarazo y perinatales (aproximadamente un 10 %). Estos factores incluyen malnutrición fetal,
prematuridad, hipoxia, infecciones víricas y otras, y traumatismos.

Enfermedades médicas adquiridas durante la infancia y la niñez (aproximadamente un 5 %): Estos factores incluyen
infecciones, traumatismos y envenenamiento (p. ej., por plomo).
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo

Deben tomarse medidas para asegurar que los procedimientos de evaluación intelectual reflejen una consideración
adecuada al origen étnico o cultural del sujeto. La prevalencia de retraso mental debido a factores biológicos
conocidos es similar en los niños de niveles socioeconómicos altos y bajos, aunque ciertos factores etiológicos están
asociados a un status socioeconómico inferior (p. ej., envenenamiento por plomo y nacimientos prematuros).

Curso

El diagnóstico de retraso mental requiere que el inicio del trastorno sea anterior a los 18 años de edad. Los retrasos
más graves, especialmente cuando se asocian a un síndrome con fenotipo característico, tienden a reconocerse
tempranamente (p. ej., el síndrome de Down habitualmente se diagnóstica en el nacimiento). Por el contrario, el
retraso leve de origen desconocido acostumbra a observarse posteriormente. En muchos retrasos graves resultantes
de una causa adquirida, la afectación intelectual se presentará más bruscamente (p. ej., retraso leve a consecuencia
de una encefalitis). El curso del retraso mental está influido por la evolución de las enfermedades médicas subyacen-
tes y por factores ambientales (p. ej., pedagógicos y afines, estimulación ambiental e idoneidad del trato general
otorgado). Si la enfermedad médica subyacente es de carácter estático, muy probablemente el curso será variable,
dependiendo de factores ambientales. El retraso mental no es necesariamente un trastorno que dure toda la vida.
Los individuos que presentan un retraso mental leve precozmente, manifestado por el fracaso en tareas de
aprendizaje académico, si gozan de oportunidades y adiestramiento adecuados, pueden desarrollar en otros
terrenos buenas habilidades adaptativas y, a partir de un cierto momento, no presentar el grado de afectación
requerido para un diagnóstico de retraso mental.

Diagnóstico diferencial

En los trastornos del aprendizaje o en los trastornos de la comunicación (no asociados a retraso mental) se observa
la alteración del desarrollo en un área específica (p. ej., lectura, lenguaje expresivo), pero no hay una afectación
generalizada del desarrollo intelectual y de la capacidad adaptativa.

Características diagnósticas

Se diagnostican trastornos del aprendizaje cuando el rendimiento del individuo en lectura, cálculo o expresión
escrita es sustancialmente inferior al esperado por edad, escolarización y nivel de inteligencia, según indican pruebas
normalizadas administradas individualmente. Los problemas de aprendizaje interfieren significativamente el
rendimiento académico o las actividades de la vida cotidiana que requieren lectura, cálculo o escritura

Síntomas y trastornos asociados

Los trastornos del aprendizaje pueden asociarse a desmoralización, baja autoestima y déficit en habilidades sociales.
La tasa de abandonos escolares de niños o adolescentes con trastornos del aprendizaje se sitúa alrededor del 40 %

Síntomas dependientes de la cultura

Es preciso tener certeza de que los procedimientos de evaluación de la inteligencia prestan una atención adecuada a
las características étnicas o culturales del individuo. Habitualmente, esto se consigue utilizando tests en que las
características relevantes del sujeto estén representadas en su muestra de normalización, o practicándolos un
examinador familiarizado con las características culturales o étnicas del sujeto. Para formular el diagnóstico de un
trastorno del aprendizaje se re- quiere siempre la administración de pruebas individualizadas.

Delirium debido a múltiples etiologías

Es la frecuencia del delirium debido a más de una etiología. Puede haber más de una enfermedad médica
relacionada etiológicamente con el delirium (p. ej., delirium debido a encefalopatía hepática, delirium debido a
traumatismo craneal) o el delirium puede deberse a los efectos combinados de una enfermedad médica (p. ej.,
encefalitis vírica) y el consumo de sustancias (p. ej., abstinencia de alcohol).

Procedimiento de tipificación
El delirium debido a múltiples etiologías no tiene un código propio y no debe registrarse como un diagnóstico.
Delirium no especificado

DEMENCIA: se caracteriza por el desarrollo de múltiples déficits cognoscitivos (que incluyen el deterioro de la
memoria) que se deben a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica, a los efectos persistentes de
una sustancia o a múltiples etiologías (p. ej., efectos combinados de una enfermedad cerebrovascular y la
enfermedad de Alzheimer). Además, la demencia no especificada se incluye en esta sección para aquellos cuadros
clínicos en los que no se pueda determinar una etiología específica que explique los múltiples déficits cognoscitivos.

Características diagnósticas

La característica esencial de una demencia consiste en el desarrollo de múltiples déficit cognoscitivos que incluyen
un deterioro de la memoria y al menos una de las siguientes alteraciones cognoscitivas: afasia, apraxia, agnosia o
una alteración de la capacidad de ejecución. La alteración es lo suficientemente grave como para interferir de forma
significativa las actividades laborales y sociales y puede representar un déficit respecto al mayor nivel previo de
actividad del sujeto. La demencia puede estimarse etiológicamente relacionada con una enfermedad médica, con los
efectos persistentes del consumo de sustancias (incluyendo la exposición a tóxicos) o con la combinación de ambos
factores.

Para establecer el diagnóstico de demencia se requiere que el deterioro de la memoria sea el síntoma más precoz y
prominente (Criterio A). Los sujetos con demencia tienen deteriorada la capacidad para aprender información nueva
y olvidan el material aprendido previamente. Los sujetos con demencia pueden perder objetos de valor como la
cartera o las llaves, Se puede examinar la memoria preguntando al sujeto acerca de su capacidad para registrar, re-
tener, recordar y reconocer información. La capacidad para aprender información nueva puede valorarse dándole
una lista de palabras para que se las aprenda. Se pide al sujeto que repita la lista de palabras (capacidad de registro),
que recuerde la información después de un ligero retraso de unos minutos (capacidad de retención y recuerdo) y
que reconozca palabras de una larga lista (capacidad de reconocimiento).

El deterioro del lenguaje (afasia) puede manifestarse por dificultades en la pronunciación En las fases avanzadas de
demencia los sujetos pueden enmudecer o presentar un patrón de lenguaje deteriorado, caracterizado por ecolalia
(p. ej., repite lo que oye) o palilalia (p. ej., repetir sonidos o palabras una y otra vez). El lenguaje se examinará
preguntando al sujeto nombres de objetos de la habitación (p. ej., corbata, vestido, despacho, lámpara) o partes del
cuerpo (p. ej., nariz, barbilla, hombro), haciéndole seguir órdenes («Señale la puerta y luego la mesa») o repitiendo
frases («sin síes ni peros»).

Los sujetos con demencia pueden presentar agnosia (p. ej., fallos en el reconocimiento o identificación de objetos, a
pesar de que la función sensorial está intacta) Por ejemplo, el sujeto puede tener una agudeza visual normal, pero ha
perdido la capacidad para reconocer objetos como sillas o lápices. En ocasiones es incapaz de reconocer a sus
familiares o incluso su propia imagen en el espejo. De forma parecida, puede tener una sensación táctil normal, pero
ser incapaz de identificar por el tacto objetos colocados en sus manos (p. ej., monedas o llaves).

Síntomas y trastornos asociados

Los sujetos con demencia pueden llegar a estar desorientados espacialmente y tener dificultades en relación con las
tareas espaciales. El funcionamiento visuoespacial se examina pidiendo al sujeto que copie dibujos como un círculo,
pentágonos entrelazados y un cubo. Son frecuentes en la demencia la pobreza de introspección y de juicio crítico.
Los sujetos pueden tener o no conciencia de la pérdida de memoria.

Hallazgos de laboratorio Hay anomalías de la actividad cognoscitiva y de la memoria que se pueden evaluar
mediante exámenes del estado mental y pruebas neuropsicológicas. La neuroimagen ayuda a realizar el diagnóstico
diferencial de demencia. La tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) pueden revelar la
presencia de atrofia cerebral, lesiones cerebrales focales (accidentes vasculares cerebrales, tumores, hematomas
subdurales), hidrocefalia o lesiones cerebrales periventriculares isquémicas.

Hallazgos de la exploración física y enfermedades médicas asociadas dependen de la naturaleza, la localización y el


estado de progresión de la patología acompañante. La causa más frecuente de demencia es la enfermedad de
Alzheimer, seguida por la demencia vascular y, por último, las etiologías múltiples.

Síntomas dependientes de la cultura y la edad


Se debe tener en cuenta el bagaje cultural y educativo del individuo al valorar su capacidad mental. Algunos sujetos
no están familiarizados con la información que se utiliza en algunas pruebas de conocimiento general (p. ej.,
nombres de presidentes, nociones de geografía), memoria (p. ej., fechas de nacimiento en culturas que no celebran
los aniversarios) y orientación (p. ej., el sentido de localización y lugar se conceptualiza de forma diferente en
algunas culturas. La edad de inicio de la demencia es tardía, con mayor prevalencia por encima de los 85 años.

Prevalencia

Depende de la edad de los sujetos para determinar la presencia, gravedad, y tipo de deterioro cognoscitivo, y de las
regiones o países estudiados.

Curso

Se basa en un patrón de déficit cognoscitivos y no conlleva connotaciones acerca del pronóstico. La demencia puede
ser progresiva, estática o en remisión.

Diagnóstico diferencial

El deterioro de la memoria se presenta tanto en el delirium como en la demencia. El delirium también se caracteriza
por una reducción de la capacidad para mantener y dirigir la atención de forma apropiada. Es típico que los síntomas
del delirium fluctúen, mientras que los síntomas de la demencia son relativamente estables. Los múltiples deterioros
cognoscitivos que persisten inalterados durante unos meses sugieren demencia en lugar de delirium. El delirium
puede sobreañadirse a la demencia, y en tal caso se diagnosticarán ambos trastornos. En los casos en los que no sea
claro si los déficits cognoscitivos se deben a delirium o a demencia, puede ser útil realizar el diagnóstico de delirium
y observar cuidadosamente al sujeto mientras se investiga la naturaleza de la alteración.

El trastorno amnésico se caracteriza por un grave deterioro de la memoria, sin otros deterioros significativos de la
función cognoscitiva (p. ej., afasia, apraxia, agnosia o alteraciones de la ejecución).

El retraso mental se caracteriza por una capacidad intelectual general por debajo del promedio y se acompaña al
mismo tiempo de deterioro de la capacidad de adaptación, iniciándose antes de los 18 años. El retraso mental no se
asocia necesariamente con el deterioro de la memoria.

En la esquizofrenia también puede haber múltiples deterioros cognoscitivos con un deterioro de la actividad, pero, al
contrario que en la demencia, el inicio es generalmente más temprano, con un patrón de síntomas característico y
ausencia de una etiología específica. La demencia debe diferenciarse de la simulación y del trastorno facticio. Los
déficit cognoscitivos presentes en la simulación y en el trastorno facticio no son habitualmente consistentes a lo
largo del tiempo y difieren de los que son típicos de la demencia. Por ejemplo, los individuos simuladores o con
trastornos facticios que se asemejan a la demencia pueden realizar cálculos para mantener sus puntuaciones en un
juego de cartas y quejarse de no poder realizar cálculos similares durante el examen de su estado mental.

Demencia tipo Alzheimer

Características diagnósticas

Los déficit cognoscitivos (Criterio A) y el deterioro requerido (Criterio B). El inicio de la demencia tipo Alzheimer es
gradual e implica un deterioro cognoscitivo continuo (Criterio C). Debido a la dificultad de obtener pruebas
patológicas directas de la presencia de la enfermedad de Alzheimer, el diagnóstico sólo se establecerá tras haber
descartado otras etiologías de demencia.

Subtipos y especificaciones

La edad de inicio de la demencia tipo Alzheimer puede ser señalada con el uso de uno de los siguientes subtipos:

Inicio temprano. Este subtipo se usará si el inicio de la demencia se presenta a los 65 años o antes.
Inicio tardío. Este subtipo se usará si la demencia se inicia después de los 65 años.
Deben utilizarse los siguientes subtipos (cada uno con su propio código) para indicar el síntoma predominante del
cuadro clínico actual:

Con ideas delirantes. Este subtipo se usa si las ideas delirantes constituyen los síntomas predominantes.
Con estado de ánimo depresivo. Se usa este subtipo si predomina un estado de ánimo depresivo (incluyendo los
cuadros clínicos que cumplen los criterios para episodio depresivo mayor). No se establecerá un diagnóstico
separado de trastorno del estado de ánimo debido a una enfermedad médica.

No complicado. Se usa este subtipo si ninguno de los subtipos mencionados resulta predominante en el cuadro
clínico actual.

Procedimiento de tipificación

La demencia tipo Alzheimer y la demencia vascular poseen subtipos codificados. Los códigos diagnósticos
seleccionados son los siguientes:

• Para la demencia tipo Alzheimer, de inicio temprano, el código depende de los síntomas
predominantes determinados por los subtipos: Con ideas delirantes. Con estado de ánimo depresivo y No
complicado.

• Para la demencia tipo Alzheimer, de inicio tardío, el código depende también de los síntomas
predominantes determinados por los subtipos: Con ideas delirantes. Con estado de ánimo depresivo y No
complicado.

Síntomas y trastornos asociados

La demencia es mayor en los sujetos con síndrome de Down y en quienes tienen historia de traumatismo craneal..

Hallazgos de laboratorio. En la mayoría de los casos la atrofia cerebral está presente en la demencia tipo Alzheimer,
con mayor dilatación de los surcos y mayor ensanchamiento de los ventrículos de lo esperado en el proceso normal
de envejecimiento. Esto puede demostrarse por tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM).
Hallazgos de la exploración física y enfermedades médicas asociadas. En los primeros años de la enfermedad se
asocian a la demencia tipo Alzheimer pocos signos sensoriales y motores.

Prevalencia

Se estima que entre el 2 y el 4 % de la población mayor de 65 años presenta demencia.

Patrón familiar

Comparados con la población general, los sujetos con familiares de primer grado con demencia tipo Alzheimer de
inicio precoz tienen más probabilidades de presentar el trastorno.

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