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Arbitraje Expedito

Arbitraje en virtud del Convenio del CIADI (Reglas de 2022)

El Arbitraje de Inversión es un procedimiento establecido para resolver disputas entre


inversionistas extranjeros y Estados anfitriones (también llamado Investor State Dispute
Settelment “ISDS”). La posibilidad de que un inversionista extranjero demande a un Estado
anfitrión es una garantía para el inversionista de que, en caso de disputa, tendrá acceso a árbitros
independientes y calificados que resolverán la disputa y otorgarán un laudo que puede ser
ejecutado.

El arbitraje de inversión fue creado por el Banco Mundial, a través del convenio sobre
arreglo de diferencias relativas a inversiones entre Estados y nacionales de otros Estados, dando
vida, a su vez, al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones
(“CIADI”). Así, de conformidad con dicho convenio, la CIADI tiene la facultad para
proporcionar servicios para la conciliación y el arbitraje de diferencias en materia de inversión
entre Estados Contratantes y nacionales de otros Estados Contratantes.

Esto permite al inversionista extranjero eludir las jurisdicciones nacionales que podrían
ser sesgadas o carentes de independencia., y para resolver la disputa de acuerdo con las
diferentes protecciones otorgadas en virtud de los tratados internacionales.

Desde entonces, la CIADI ha conocido diversos procedimientos arbitrales en materia


inversión. Para ello, ha sido necesario que los Estados den su consentimiento a través de la
adhesión y ratificación de los Acuerdos internacionales de inversión (IIA), incluidos los tratados
bilaterales de inversión (BIT) así como los tratados de libre comercio (TLC) y acuerdos
multilaterales.

La mayoría de los acuerdos de arbitraje de inversión prevén un período de reflexión,


frecuentemente de 6 meses, donde el inversor y el Estado anfitrión están invitados a entablar
negociaciones para encontrar una solución amigable. El punto de partida del período de
enfriamiento es típicamente una Notificación de Intención para iniciar un procedimiento de
arbitraje contra el Estado anfitrión. En caso de que no se resuelva la disputa durante el período de
enfriamiento, como es común (muchos estados prefieren esperar y ver si un inversor extranjero
está realmente dispuesto a pagar los altos costos que se requieren para iniciar un arbitraje de
inversión), el inversor extranjero debe presentar una solicitud de arbitraje de acuerdo con las
reglas de arbitraje aplicables. La gran mayoría de las disputas no se resuelven en esta etapa.

En algunos casos, el inversionista puede estar obligado por el acuerdo de arbitraje sobre
el cual se basa su reclamo a agotar todos los recursos legales internos efectivos antes de iniciar
un reclamo en arbitraje. De lo contrario, otros acuerdos de arbitraje obligan al inversionista a
elegir demandar al estado ante tribunales nacionales o ante un tribunal arbitral internacional
(llamado "bifurcación en el camino"). Es muy importante que un inversionista extranjero revise
en detalle el instrumento que contiene el consentimiento del Estado anfitrión para el arbitraje
antes de iniciar el procedimiento., ya que se le puede prohibir iniciar un arbitraje más adelante si
los tribunales del Estado anfitrión se acercan primero para resolver la disputa.
El arbitraje promedio de inversión lleva un poco más de tres años. De acuerdo con las
estadísticas del CIADI, en 2015 el arbitraje promedio (entre la fecha de la constitución de un
tribunal arbitral hasta su conclusión) duró “de media, 39 meses”. La disputa más larga del CIADI
en la historia continuó durante un período de diecinueve años., pero esto fue realmente
excepcional e implicó la constitución de dos tribunales arbitrales separados.

No obstante lo anterior, existe una modalidad abreviada llamada “Arbitraje Expedito”.


Dicha modalidad es un procedimiento de arbitraje de inversión en el cual, las partes, pueden
acordad someterse a las reglas previstas en el capítulo XII de las reglas de arbitraje de la CIADI,
las cuales prevén un procedimiento con mayor celeridad para la resolución de conflictos.

El propósito del arbitraje expedito consiste en acelerar la tramitación de todo el


procedimiento reduciendo el tiempo que llevan las actuaciones principales del proceso:

o selección y nombramiento de los miembros del Tribunal


o la primera sesión
o el calendario procesal
o el laudo del Tribunal.

Si se sigue plenamente, el arbitraje expedito concluiría dentro de los 470-530 días


siguientes a la fecha de registro en un único procedimiento sin bifurcación.

Una de las peculiaridades que podemos encontrar en las reglas de este arbitraje expedito
es la contenida en la Regla 86, la cual regula el Acuerdo para Dejar de Tramitar el Arbitraje de
Manera Expedita. Al respecto, dicha regla prevé que “en cualquier momento, las partes pueden
dejar de tramitar el arbitraje de manera expedita notificando conjuntamente su acuerdo por
escrito al Tribunal y al secretario general.”.

Para que dicha solicitud proceda, el Tribunal podrá decidir que un arbitraje no continúe
tramitándose de manera expedita. Al decidir dicha solicitud, el Tribunal considerará la
complejidad de las cuestiones, la etapa del procedimiento y todas las demás circunstancias
relevantes.

Es punto puede resultar relevante, pues, en primer lugar, la reglamentación no regula de


manera específica los supuestos en los que el desistimiento del arbitraje expedito procede, pues
únicamente refiere que las partes, en cualquier momento, pueden solicitar de manera conjunta la
tramitación de este tipo de arbitraje, la cual será analizada por el Tribunal, para determinar sobre
su procedencia o no.

Esto da lugar a un estado de incertidumbre, pues no queda claro cuáles son las cuestiones
y circunstancias relevantes para tomar en consideración, para que el Tribunal determine si es
procedente dejar de tramitar el arbitraje de manera abreviada o no.

De igual manera, es importante señalar que en el caso de que se estime procedente dejar
de tramitar el arbitraje de manera abreviada, esto no quiere decir que se tenga a las partes por
desistidas del procedimiento arbitral, pues la única consecuencia es que el Tribunal, o el
secretario general, si el Tribunal no ha sido constituido, determinará el procedimiento a seguir en
virtud de los Capítulos I-XI y fijará los plazos necesarios para la tramitación del procedimiento.

De cualquier manera, el uso de reglas de procedimiento expedito sigue aumentando, pues


resulta bastante atractivo debido a la simplificación de los plazos y de los costos. Una
comparación de la duración de los procedimientos bajo las reglas de procedimiento expedito
frente a las reglas estándar muestra un claro beneficio de tiempo.

Debido a que dicho procedimiento fue incorporado, relativamente reciente, al reglamento


de arbitraje de la CIADI, es que debemos esperar para darnos cuenta de la efectividad de dicho
procedimiento, así como de los beneficios reales que se obtienen al optar por resolver los
conflictos en materia de inversión a través de un procedimiento expedito.

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