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“La ciencia no
exige el ateísmo”
Josemaría Carabante
“La ciencia desde la fe” es el último ensayo de Alister McGrath, que ha destacado por contrarrestar los argu-
mentos del Nuevo Ateísmo y por defender que la ciencia y la fe ofrecen de forma conjunta una comprensión más
razonable y profunda del universo y del hombre. Le hemos entrevistado con motivo de la publicación de su libro.
Nacido en Belfast (Irlanda), en 1953, car cómo descubrió la importancia de de problemas secundarios, dejando
McGrath llegó a Oxford para estudiar la religión? intactas las últimas, las cuestiones
química siendo ateo, pero allí redes- — Creo que hubo dos momentos en decisivas”.
cubrió la religión. Entendió entonces mi transición del ateísmo a la religión.
que la fe no le obligaba a abandonar El primero fue el creciente convenci- La ideología cientificista
la ciencia, sino a “verla desde un nue- miento de que la ciencia no exigía el — Según algunos historiadores de la
vo prisma”. Tras doctorarse en bio- ateísmo. El ateísmo era solo una de ciencia y divulgadores científicos la
logía y dedicarse durante una etapa las opciones, pero existían otras que religión siempre ha sido una rémo-
a la investigación, McGrath estudió resultaban cada vez más interesan- ra para el avance de la ciencia. A su
teología y fue ordenado sacerdote tes. El segundo momento fue cuan- juicio, esto no es así. Si tuviera que
anglicano. do me percaté de que la ciencia en hacer un balance histórico, ¿cuáles
Además de sus escritos teológi- realidad no respondía a “las grandes serían las principales aportaciones de
cos y sus investigaciones, ha publi- cuestiones” sobre la vida, como el la religión al ámbito científico?
cado diversas obras, como Surprised sentido de mi existencia, por ejemplo. — Desde un punto de vista histórico,
by Meaning: Science, Faith, and How Estas cuestiones se encuentran más la revolución científica parece haber
We Make Sense of Things (2010), The allá de los límites de la ciencia. comenzado en el Occidente cristiano
Dawkins Delusion? Atheist Funda- Comencé a darme cuenta de que debido fundamentalmente a la idea
mentalism and the Denial of the Divi- los seres humanos necesitamos res- teológica que afirma la existencia de
ne (2011), o C. S. Lewis. Su biografía, puestas de orden existencial sobre un orden creado racional y estructu-
(ver Aceprensa, 1-08-2014) dedicada el significado, el valor y el propósito rado, un orden que puede ser estu-
a uno de los autores que más le han de la vida y no solo entender cómo diado para glorificar y honrar a Dios.
influido. funciona el universo. Más tarde, en- Ha existido siempre una fuerte mo-
contré una cita del filósofo español tivación religiosa en la investigación
— Al comienzo del libro comenta que Ortega y Gasset que creo que refleja científica de la naturaleza. Escritores
durante cierto tiempo de su vida fue muy bien esta idea: “La verdad cientí- creyentes como Tomás de Aquino
un ateo convencido. Pensaba enton- fica se caracteriza por su exactitud y han insistido continuamente en que
ces que ciencia y fe eran incompati- el rigor de sus previsiones. Pero estas la regularidad y la belleza del mundo
bles. Más tarde, modificó su punto de admirables cualidades son conquis- natural apuntan a la sabiduría y la be-
vista y se convirtió al cristianismo “por tadas por la ciencia experimental a lleza de Dios. Estudiar la creación es
motivos intelectuales”. ¿Puede expli- cambio de mantenerse en un plano una manera de entender a Dios de un
modo más pleno.
También es verdad que se han
dado situaciones en las que los plan-
teamientos religiosos o políticos han
dificultado el avance de la ciencia,
como en el caso de Galileo. Pero a
veces han sido ideas ateas y políticas
las que han obstaculizado el progre-
so científico. No es muy conocido el
hecho de que científicos ateos como
Fred Hoyle o Steven Weinberg en un
primer momento se opusieron a la
teoría del Big Bang porque les parecía
¡“demasiado religiosa”!
ensayo puedan ser también ser útiles avance concebible de esta la capaci- tórico de las ciencias naturales y hoy
a mis lectores. tará para responder” (Peter Medawar). continúa ofreciendo un entorno inte-
Mi enfoque no niega nada en re- lectual que ayuda a la fe.
lación con las ciencias, excepto las — Las reflexiones que recoge en La No soy católico, pero me gustan
falsas pretensiones de exclusividad e ciencia desde la fe parecen referirse las palabras de Juan Pablo II: “El cris-
irreversibilidad por su parte. Esta vi- principalmente al cristianismo. ¿Cree tianismo posee su fuente de justifica-
sión puede estar en conflicto con las que sus opiniones son también aplica- ción dentro de sí mismo, y no espera
tesis del Nuevo Ateísmo, pero cierta- bles a todas las religiones en general? que la ciencia constituya su principal
mente no lo está con las de la verda- ¿Por qué el cristianismo se muestra apologética. La ciencia debe atesti-
dera ciencia, que siempre ha estado tan compatible con la visión científica? guar su propia valía. Mientras cada
dispuesta a reconocer sus límites, — Muchas, pero no todas, de las ideas una puede y debe apoyar a la otra
pues sabe que plantea cuestiones que desarrollo en este ensayo son como dimensiones distintas de una
que trascienden su propia capacidad aplicables a la religión en general. Sin cultura humana común, ninguna debe
de respuesta, “cuestiones que la cien- embargo, el cristianismo ha ocupado suponer que constituye una premisa
cia no puede responder y que ningún un lugar especial en el desarrollo his- necesaria para la otra”.
En defensa de la fe y de la ciencia
La ciencia desde la fe
Alister McGrath
Espasa (2016). sobre los interrogantes que le apremian.
327 págs. Es muy interesante, en este sentido, el análisis que
19,90 € (papel) / 12,99 € (digital). realiza de las consecuencias antihumanistas de los plan-
T. o.: Inventing the Universe. teamientos más radicales. Rebate, por ejemplo, la pre-
Traducción: Albino Santos Mosquera sunta moral científica que Sam Harris, uno de los nuevos
ateos, ha intentado fundar sobre bases biológicas. Hay
La ciencia desde la fe no trata de un capítulo dedicado al transhumanismo y a las posibi-
descubrir al lector ningún modo nuevo de ver las cosas, lidades de adelantar la evolución biológica con el uso de
pero explica de un modo bastante razonable y desapa- la tecnología. La religión, a juicio de McGrath, puede ser-
sionado los límites del método científico y las consecuen- vir también para refrenar y establecer límites éticos a una
cias nada racionales de su absolutización. No niega Mc- ciencia que por su propia naturaleza no puede solventar
Grath la ventaja que, como forma de conocimiento, nos los problemas éticos.
aporta la ciencia, pero sostiene que las soluciones que Sin embargo, la perspectiva desde la que McGrath
ofrece están limitadas al mundo físico-natural o empírico. aborda todos estos problemas no es condescendiente
Sin embargo, existen también otras preguntas –las más con la ciencia, ni ingenua con la religión. No pasa por alto
inquietantes, como explica en la entrevista- que sobrepa- que también hay manifestaciones religiosas especialmen-
san el ámbito de la ciencia y que han sido exploradas por te enconadas y que soslayan los descubrimientos científi-
la filosofía o la religión. cos, como el creacionismo. Pero de la misma manera que
Esto no significa que el científico tenga que ser cre- la mera existencia del cientificismo no refuta la ciencia en
yente, pero tampoco se le exige que sea ateo, como algu- general, tampoco determinadas opiniones religiosas de-
nos piensan. El error de los cientificistas ha consistido en berían servir de excusa para denostar todo lo religioso.
pensar que la ciencia tiene o tendrá algún día explicacio- La honradez que se percibe a la hora de enjuiciar, con
nes que aquietarán nuestros desvelos existenciales o que equilibrio, las aportaciones de la ciencia y de la religión
zanjarán definitivamente nuestra perplejidad moral, pero es suficiente para tener en cuenta las propuestas de La
paradójicamente esta presuposición no reviste carácter ciencia desde la fe. Tiene el mérito de recordar que el diá-
científico. Para McGrath, la fe proporciona “un marco de logo entre la ciencia y religión ha transitado en más oca-
sentido” que no solo ayuda a comprender lo real de un siones por los cauces de la comprensión que por los de la
modo más pleno, sino que también encamina al ser hu- enemistad, y muestra razones para pensar que continuará
mano “hacia lo bueno y bello”, de modo que le orienta esa relación enriquecedora. J.C.