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De esta forma, este modelo de negocio, aunque sea conjunto, permite que
cada uno de los socios pueda seguir operando de manera independiente.
Bajo este prisma, la empresa conjunta es un negocio más, cuyos beneficios o
pérdidas se reparten y se ven reflejados en la cuenta de resultados de
ambos asociados, en función de la forma jurídica con la que se haya
estructurado la colaboración.
Cada vez son más las empresas que optan por este tipo de colaboraciones
joint venture. En la actualidad, se han diversificado tanto que existen varios
modelos, como pueden ser:
De alianzas estratégicas: En las que no es obligatorio realizar un
aporte de capital, puesto que lo que suman son los recursos de cada
empresa, que se pondrán a disposición de todos los contratantes.
De coinversión: En la que la principal característica es el aporte de
capital de ambas partes hacia una misma dirección, con el fin de
obtener una mayor rentabilidad de los recursos de la que pudieran
alcanzar individualmente. Como pueden ser la incorporación de
nuevos mercados y las economías de escala.
Contractuales: En la que las partes implicadas realizan una actividad
en común. Para ello se establecen una serie de acuerdos de
colaboración en los que se estipulan cláusulas que indican una serie
de especificaciones acerca de las asignaciones de cada parte en la
empresa.
Ventajas
o Aprovechamiento de las sinergias de las empresas al compartir
recursos y conocimientos entre sí para lograr una serie de
objetivos comunes.
o Mayor facilidad de entrada a nuevos mercados.
o Mayor facilidad para conseguir financiación, ya que una
agrupación de empresas ofrece una imagen más solvente y se
reparten los riesgos.
o Se reduce el riesgo individual y se aumenta la competitividad,
porque al aunar los esfuerzos se crea un negocio más amplio.
Desventajas
o Se requiere una alta inversión de capital por cada una de las
partes.
o Es posible que en el transcurso de la operación surjan conflictos
de intereses entre las empresas asociadas, lo que puede
implicar que la toma de decisiones sea más lenta y que se
retrase la consecución de objetivos.
o Es importante fijar de antemano la valoración de cada una de
las partes implicadas, para que a la hora del reparto de los
beneficios no surja ninguna complicación y cada parte reciba lo
que le pertenece según su inversión inicial.
Ejemplos de Joint Venture
Firmar un contrato, entre las partes implicadas, que sustente la creación de la Joint
Venture es lo más habitual. En él, y de forma clara, se especifican los derechos y
obligaciones de los “participantes”, las aportaciones iniciales que, como socios, han
realizado, así como los objetivos que se marca esta ‘colaboración entre empresas’, entre
otros aspectos.
Paralelamente, y sin que interfiera en los acordado, y plasmado, en el contrato de la
Joint Venture, cada una de las empresas (o socios), y así lo hemos indicado en el apartado
anterior, sigue operando sus negocios o empresas de manera independiente.
La empresa que resulta de la Joint Venture es, únicamente, un negocio más, cuyos
beneficios o pérdidas van a reportar en la cuenta de resultados de cada uno de los
“participantes”, en función de la forma jurídica con la que se haya estructurado la
“empresa conjunta”. buscando a través del principio de sinergia generar una integración
de sistemas que conforman un nuevo objeto.
En base a esto, se pueden establecer una serie de características, comunes, en los
contratos de Joint Venture:
Se trata de un contrato ‘innominado’ de colaboración empresarial.
Las empresas que se incluyen en el contrato de Joint Venture van a mantener
su propia independencia, al contrario de lo que ocurre en las fusiones.
Las empresas, socias en las Joint Venture, son preexistentes.
El contrato de la Joint Venture incluye, acordado por la partes, la utilidad
común por la cual se unen.
El objeto de la Joint Venture es variado y no tiene porqué requerir,
necesariamente, aporte en dinero, quedando definido, en cada caso, por las
necesidades que conllevan a la colaboración empresarial.
Las aportaciones que deben cumplir los contratantes pueden consistir en
dinero, bienes, tecnología, servicios, estrategias, etc.
Hay un carácter ad hoc, que se encuentra destinado básicamente a un
proyecto, sin por eso ser de corta duración, ya que esta, será designada en
virtud al principio de autonomía de voluntad, pero siempre tendrá una
duración limitada.
Se dan unas contribuciones y una agrupación de los intereses de las partes.
Existe un control conjunto de la colaboración empresarial.
Existe un acuerdo, que consiste en una declaración de voluntad común
destinada a regular sus derechos en este acuerdo.
La importancia de estas características del contrato de Joint Venture están vinculadas a los
tipos de Joint Venture que pueden existir, y es por ello que de este acuerdo pueden
desprenderse tres grandes categorías (que veremos a continuación): Joint Venture de
alianzas estratégicas, Joint Venture de coinversión y Joint Venture contractual.
Entre las principales desventajas de una eventual colaboración empresarial están los
posibles riesgos de conflictos de intereses entre los contratantes, la complementariedad
de tareas, la dependencia del socio para decisiones importantes y la adaptación a una
cultura distinta o a mercados desconocidos por uno de los contratantes. En el caso de
que la colaboración empresarial se realice entre dos contratantes de diferentes países,
existe una gran posibilidad de generarse una deficiente integración y comunicación
entre los socios si no se toman las medidas correctivas y decisiones estratégicas
correctas, propiciando, eventualmente, pérdidas y divergencias en cuanto a los
objetivos estratégicos.
Las principales diferencias entre una Joint Venture y una Alianza estratégica son: