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Silvina Gvirtz (coord.

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· El tamaño de la jurisdicción: volumen de la población a la que sirve


(en cantidad de alumnos y en establecimientos educativos). Se eligió
una jurisdicción relevante por la cantidad de establecimientos que
administra y por los alumnos a que atiende.
· La posibilidad de acceso a los datos (en cuanto a los recursos y a la
disposición de los actores).
· Dado que, en los casos de Perú y de Chile (en el ámbito pedagógico-
curricular para este último caso), la elaboración de las pol.íticas. se
localiza a nivel nacional, se buscó que el segundo caso estuviese dIS-
I ~. Lineamientos teóricos para entender
tanciado geográficamente del nivel central. De esta forma, es posible los niveles intermedios en el gobierno
explorar en qué medida la localización geográfica de la elaboración de
de la educación y su influencia en la equidad
políticas, así como la complejidad que presentan las estructuras d~ su
implementación, pueden condicionar el funcionamiento .del mvel Por Silvina Gvirtz y Gustavo Dufour
intermedio y su capacidad para incidir en el logro de la equidad .
. Dado que, en el caso de Colombia, conviven diversas estructuras
político-jurídicas que administran y gestionan los servicios. educ.ati-
vos, el segundo caso se eligió con la intención de reflejar dicha
diversidad.

A su vez, en el interior de la segunda jurisdicción, se eligió un caso que


cumpliera con los siguientes requisitos:
Durante las últimas décadas, en la mayor parte de los países de
l. El alto volumen de la poblaciónala que si~e (consumidores de edu- América Latina, se han producido innumerables transformaciones que
cación). han modificado la organización y forma de gestión de los sistemas educa-
~. Laelevada heterogeneidad social (socioeconómica, étnica, de naciona- tivos de la región. Estos cambios significaron una fuerte redefinición de
lidad, etcétera). los roles que, durante tanto tiempo, habían desarrollado cada uno de los
3. El mayor peso del sector público en la provisión del servicio educa- actores, individuales o colectivos, estatales o sociales, involucrados en la
tivo (mayor número de alumnos que asisten a escuelas estatales). gestión de los servicios educativos. Uno de los elementos más visibles de
tal redefinición puede notarse, de forma clara, al analizar y comparar el
rol que, hasta hace relativamente poco tiempo, desempeñaron los Estados
nacionales, y las nuevas responsabilidades (tanto en materia de provi-
sión, como de financiamiento y regulación) que a partir de las reformas
debieron asumir las instancias sub nacionales, regionales o locales, en
materia educativa.
Estas modificaciones, que se iniciaron en la década de 1980, se pro-
fundizaron durante la de 1990. Según datos recolectados por la
Organization for Economic Co-operation and Development (OECD) (1998,
zoco), durante la última década del siglo xx, el financiamiento de la edu-
zo I Silvina Gvirtz (coord.) Equidad y niveles intermedios de gobierno en los sistemas educativos

cación no solo experimentó un crecimiento de las fuentes de financia- Tampoco podemos ignorar que mientras que, en algunos casos, el nuevo
miento no estatales sino, además, una descentralización de las fuentes esquema de responsabilidades se puso en marcha bajo regímenes políticos
estatales hacia los niveles subnacionales. En cuanto a la regulación, los no democráticos y en contextos económicos no tan críticos, en otros casos,
sistemas educativos pasaron, en este período, por un doble proceso: por estos cambios se procesaron durante regímenes democráticos atravesados
un lado, hubo una disminución de la cantidad de campos regulados por el por profundas crisis económicas. Es preciso advertir que, en algunos países,
Estado y, por otro lado, existió un cambio en la naturaleza de las regula- el proceso de transferencia de responsabilidades estuvo acompañado de la
ciones, que pasaron de regular procesos a regular resultados (Dale, 1999). implementación de estrategias qué-favorecieron una modificación del esce-
Finalmente, en el campo de la provisión, las variaciones tanto en la regu- nario de provisión y de financiamiento de los servicios educativos: se pasó de
lación como en el financiamiento crearon las condiciones de existencia y un modelo de provisión caracterizado por una fuerte presencia del sector
de posibilidad para que nuevos actores estatales y no estatales se consti- público a otro donde el sector privado comenzó a adquirir cada vez más rele-
tuyeran en proveedores de los servicios educativos (OECD, zoco). vancia, y donde el sector público se reservó para sí la función regulativa. En
Sin embargo, más allá de este primer rasgo estructural que da cuenta tanto, en otros casos, ese proceso se articuló con la implementación de polí-
de una homogeneidad regional, es preciso advertir la existencia de pro- tic as educativas que modificaron sensiblemente no solo la estructura inter-
fundas heterogeneidades entre los diversos casos nacionales. En efecto, na del sistema sino, también, aspectos vinculados al ámbito pedagógico.
en cada uno de los países analizados, este proceso de redefinición de res- En este contexto, caracterizado por los profundos cambios que han
ponsabilidades entre los niveles gubernamentales, que ha sido común- experimentado casi todos los sistemas educativos de la región, adquirió
mente denominado por la literatura especializada como proceso de particular relevancia en la literatura especializada la pregunta acerca de
descentralización, no solo se encuentra en distintas etapas de su desarro- cómo han impactado o pueden impactar esos cambios sobre la calidad
llo sino que se ha llevado a cabo en diferentes secuencias, con distintos de los servicios educativos y sobre la equidad en su prestación. Este inte-
niveles de profundidad, en diversos contextos políticos y económicos, y rrogante se torna aún más relevante si se considera que, en muchos casos,
guiados por diferentes lógicas o imperativos. los procesos reformistas que han impulsado los Estados nacionales en la
En algunos casos nacionales, este nuevo esquema de distribución de región han sido guiados por una lógica en la que predominaron los obje-
responsabilidades en materia educativa ya ha dado lugar a la conforma- tivos económicos (como la reducción del gasto público nacional consoli-
ción de un nuevo escenario educativo (Argentina y Chile); en otros, el dado y, por tanto, la reducción del déficit fiscal) y no, por los objetivos
escenario actual es de transición, ya que estos cambios están siendo toda- pedagógico - educativos (como la búsqueda de una mayor eficacia, eficien-
vía procesados e implementados (Perú). Por otro lado, en algunos países, cia, calidad y equidad en la prestación del servicio).
la transferencia de responsabilidades hacia los niveles sub nacionales se En este espacio discursivo, aún hoy se enfrentan dos posiciones norma-
realizó con anterioridad (Chile) o con posterioridad (Argentina) al reco- tivas que, empleando una selección intencionada de las experiencias, sitúan
nacimiento de su autonomía política; en otros países, en cambio, dicha en el centro de la discusión las supuestas ventajas y desventajas que encie-
transferencia se está realizando en forma casi paralela a una profunda rran los procesos de descentralización realizados en los países de la región.
modificación en la distribución territorial del poder político, caracteriza- Entre las ventajas, se destacan: la no siempre probada mayor capacidad que
da por la reciente adquisición de autonomía política y financiera por parte un sistema descentralizado ofrece para adaptar el servicio a las necesidades
de los niveles subnacionales (Colombia y Perú). En algunos casos, el de los usuarios, lo que da cuenta de la diversidad de las demandas y de los
nuevo esquema de distribución de responsabilidades impactó solo sobre contextos en los que estos se sitúan; la apertura de nuevos espacios institu-
las autoridades regionales (Argentina y Perú); mientras tanto, en otros cionales más próximos a los ciudadanos que supuestamente potencian una
países, las mayores responsabilidades de gestión sobre los servicios edu- mayor participación y compromiso de aquellos en la gestión de los servicios,
cativos fueron transferidas a los gobiernos locales (Chile y Colombia, de lo que genera así más y mejores instrumentos para el control de la gestión; y
forma parcial). la mayor eficiencia (relación costo-eficacia) que un sistema descentralizado
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permite en el uso de los recursos públicos. Entre las desventajas, por su parte, centralización aparece como uno de los más relevantes. Esto no es casual. Por
sobresalen la posible fragmentación del sistema educativo, con los conse- un lado, refleja el discurso dominante utilizado enlas décadas de 1970 y 1980
cuentes problemas de coordinación y de cooperación que esta introduce; la para analizar los procesos de crisis que afectaron a los Estados latinoameri-
ocupación de los nuevos espacios de participación por los sectores con canos. Los primeros diagnósticos parecieron probar que las causas de las cri-
mayores recursos y capacidades, y no por los que más necesitan del servicio; sis que atravesaban estos Estados, y, en particular, los sistemas y las políticas
y los potenciales peligros que supuestamente un sistema descentralizado educativos, estaban asociados a los problemas derivados del agotamiento de
puede generar tanto en términos del aumento de las desigualdades sociales una matriz Estado - céntrica (Cavarszzi, 1994). Esta había sido hegemónica y
(sean estas de carácter socioeconómico, étnico, de género, etcétera), como había permitido explicar el desarrollo político, económico y social de la
de la desigual calidad de los bienes que se distribuyen. región entre las décadas de 1940 y 1970. Haciéndose eco de estos diagnósti-
Sin embargo, esta discusión sobre las distintas formas de organización cos, una porción importante de la literatura sobre el tema situaba en el cen-
del gobierno de la educación, que se desarrolla en muchas circunstancias tro de sus análisis el problema de la centralización, al tiempo que tomaba
desde una perspectiva unidimensional (centralización-descentraliza- partido por la descentralización como herramienta para superar todos los
ción), parece olvidar la importancia que tienen sobre el desempeño y el obstáculos vinculados a la centralización.
resultado del sistema educativo -más allá de cuán centralizado o descen- Sin embargo, transcurridos más de veinte años desde la aparición de
tralizado sea-, las estructuras, los organismos y los actores, estatales o este debate entre aquellos que alentaban la adopción de procesos descen-
sociales, ligados a la implementación de las políticas del sector. tralizadores y las voces críticas de la descentralización, este ej e ha perdi-
En este libro, pretendemos rescatar del olvido el rol de estos actores do hoy gran parte de la capacidad explicativa para comprender los
del nivel intermedio del sistema educativo, que tienen bajo su responsa- complejos, y a veces contradictorios, aprendizajes que resultan de las dis-
bilidad la difícil tarea de administrar para un determinado grupo de tintas experiencias analizadas. Los motivos que explican esta pérdida de
escuelas las políticas diseñadas en otro ámbito u órgano jurisdiccional, e relevancia explicativa pueden identificarse en torno a dos grandes argu-
indagar cuáles son las capacidades que tienen o que desarrollan para inci- mentos: a) la carga valorativa de los conceptos; y b) la importancia cre-
dir o influir en la búsqueda de la equidad intraterritorial. Por ello, el ciente de las relaciones intergubernamentales y del gobierno multinivel.
objetivo de nuestra investigación ha sido estudiar la diversidad organiza- El primer argumento que induce a abandonar el uso de los conceptos
cional, en términos formales e informales, de los niveles intermedios de de centralización y de descentralización se debe a la creciente carga valora-
gobierno del sistema educativo dentro de varios países de América Latina tiva que estos han adquirido desde la década de 1970, en virtud de su uti-
y entre ellos, desde la perspectiva de la búsqueda de la equidad. lización político-ideológica. Este uso interesado de los conceptos se dio
Asimismo, el quién y el qué de los niveles intermedios de gobiernQ de los en el marco de la hegemonía de un discurso que abogaba por una drástica
sistemas educativos de la Argentina, Chile, Colombia y Perú se describen en reducción y redefinición de las responsabilidades de los Estados nacio-
términos de normas formales e informales. Luego, se identifican las fun- nales, como estrategia para superar las crisis que afrontaban. En este
ciones que presentan y las acciones que realizan los niveles intermedios de contexto, no resultó sorprendente que la centralización apareciera aso-
gobierno del sistema educativo en relación con la justicia educacional. ciada con -e incluso como sinónimo de-la ineficacia, la ineficiencia, el
burocratismo (en el sentido peyorativo del término), la baja calidad, la
falta de equidad y, paradójicamente, que apareciera relacionada con
Centralización - descentralización: la discrecionalidad de la administración. La centralización se volvió así un
limitaciones explicativas de un par conceptual concepto técnicamente inútil al transformarse en la variable indepen-
diente que permitía explicar todos los males que habían conducido a la
Si se pregunta cuáles han sido los ejes que estructuraron el debate sobre crisis de los Estados nacionales. El ejemplo más claro se reflejó en el
las reformas experimentadas en el sector educativo, el eje centralización-des- plano discursivo, donde la defensa de cualquier tipo de posición centra-
Silvina Cvirtz (coord.)
Equidad y niveles intermedios de gobierno en los sistemas educativos

lista, con independencia de sus alcances y de los argumentos utilizados, Por otro lado, se encuentra la aproximación político-administrativa
fue considerada políticamente incorrecta. que percibe a la descentralización como el instrumento más adecuado
La contracara de esta asociación, supuestamente probada, entre cen- para promover la democratización de los procesos políticos, sociales y
tralización y crisis se advierte en los valores asignados al otro término del administrativos, o de gestión. Los partidarios de este enfoque postulan
par conceptual. En efecto, insertos en un escenario dominado por este que la descentralización potencia el crear nuevos espacios para que los
diagnóstico de la crisis de los Estados latinoamericanos, la descentraliza- ciudadanos participen, al trasladar\el proceso de toma de decisiones y la
ción se convirtió en uno de los instrumentos más importantes para su provisión de bienes y de servicios públicos hacia espacios más localizados
superación. Los supuestos teóricos que se utilizaron para legitimar la y próximos a la realidad vivida por los ciudadanos (Palma y Rufián, 1989;
adopción y la implementación de procesos descentralizadores respondían Borja, 1987). Como consecuencia directa, sostenemos, la descentraliza-
básicamente a dos marcos analíticos bien diferenciados', hecho que desta- ción permite que los ciudadanos estén más y mejor informados sobre la
ca la polisemia que caracteriza a este concepto. gestión de los asuntos y de los recursos públicos, y que asuman un mayor
Por un lado, se halla la aproximación económica que vincula la des- nivel de compromiso con esos temas. De este modo, los ciudadanos esta-
centralización con la búsqueda de una mayor eficacia y eficiencia en la rían en óptimas condiciones para poder ejercer el control no solo sobre
aplicación de las políticas públicas y, en particular, en la provisión de bie- los policy-makers (' diseñadores de políticas '), sino también sobre los que
nes y servicios públicos (Tiebout, 1956; Oates, 1977). El supuesto del que administran los bienes y los servicios públicos (Pírez, 1996). Finalmente,
se parte es que la descentralización de las atribuciones de recaudación y al situar la gestión de los asuntos públicos y la provisión de los servicios
ejecución del gasto público en los niveles subnacionales de gobierno no cerca de los ciudadanos, la descentralización "(. ..) also fosters greater
solo promueve la competencia en la producción y en la provisión de bie- responsiveness of policy-makers to the will of the citizenry and (. ..)
nes públicos locales' entre las distintas jurisdicciones, sino que propor- results in a closer congruence between public preferences and public
ciona, a raíz de la competencia que genera, el mecanismo más adecuado policy" (Wolman, 1990: 3~)4.
para revelar de forma correcta las preferencias y los gustos de los ciuda- Más interesante aún resultan las interpretaciones, muchas veces ses-
danos (Wolman, 1990)' La idea central de este modelo es que la combina- gadas, realizadas a partir de los contrastantes y, por ello, desconcertantes,
ción de un sistema fiscal descentralizado con la provisión descentralizada resultados suministrados por las distintas experiencias descentralizado-
de los servicios públicos permitiría aumentar las posibilidades de elec- ras. Si bien en los últimos años el discurso descentralizador moderó sus
ción de los ciudadanos puesto que: "The citizen should be able to 'vote expectativas y comenzó, lenta y progresivamente, a rescatar el rol positi-
with his feet' if he dissatisfied with the benefits received from th,e local vo y necesario que la centralización puede desempeñar en algunos
authority, and move to a locality where the level and mix of services rela- ámbitos, así como a resaltar algunos posibles problemas que la descen-
tive to taxes comes closer to meeting his preferences" (Smith, 1985: 31)3. tralización puede generar, las lecciones extraídas de esas experiencias no
parecen haber sido del todo aprehendidas. Esto se advierte en la contami-
nación conceptual que todavía hoy afecta a este par conceptual, y que, en
• Si bien esta distinción no representa fielmente la variedad e infinidad de aproximaciones existentes. gran parte de la literatura, se refleja en la identificación de los términos
es posible advertir que las lógicas que motivan la implementación de procesos descentralizadores pue-
centralización y descentralización con las palabras problema y solución,
den reagruparse. en última instancia. en torno a dos grandes enfoques teóricos.
a Es necesario señalar que el conjunto de bienes y de servicios públicos no puede ser considerado una respectivamente.
categoría única. puesto que la distribución del gasto público se corresponde con espacios geográficos
bien delimitados. Por tal motivo. se debe distinguir entre los bienes y los servicios públicos de carácter
nacional. regional y local.
3 . El ciudadano debería poder votar con sus pies si no está satisfecho con los beneficios que recibió de la

administración local y mudarse a otra localidad donde el nivel y la composición de los servicios. en rela- ,• '(. .. ) fomenta también una mayor recepuvidad de lo~ dis~ñadores de políticas a la volu~tad de los ciud~-
ción con los impuestos. se acercan a sus preferencias',
danos y (. ..) tiene como resultado una congruencIa mas proxirna entre las preferencias púhlicas y las poli-
ticas públicas.
Equidad y niveles intermedios de gobierno en los sistemas educativos
~61 Silvina Gvirtz (coord.)

El segundo argumento que justifica dejar a un lado el uso del par de to nivel y la autoridad jurisdiccional, y entre estos y los actores sociales
conceptos centralización-descentralización es su escasa capacidad para dar que intervienen, según el tipo de decisiones de que se trate.
cuenta de las complejas y diversas relaciones que se establecen entre los El concepto de centralización se asocia, usualmente, con un escenario
distintos niveles de gobierno en los países analizados. Esta advertencia donde la posición prominente del centro supone, de modo paralelo, la
resulta particularmente importante cuando se analiza la complejidad que concentración de funciones y competencias a nivel nacional y la presen-
caracteriza a los nuevos sistemas educativos que se han conformado en la cia de relaciones estrictamente jerárquicas con los niveles subnacionales
región. Por lo general, la clasificación de los sistemas educativos en torno (regionales o locales). Este modelo, llamado por Wright (997) modelo de
al eje centralización - descentralización suele realizarse dándole prioridad autoridad incluswa, parte de la premisa de que los gobiernos subnaciona-
a algún ámbito de competencias en detrimento de los otros, lo que condu- les constituyen simples unidades de ejecución que dependen totalmente
ce a la realización de simplificaciones absurdas de la complejidad del sis- de las decisiones de alcance nacional adoptadas por el Gobierno nacional.
tema. En este sentido, la dimensión usualmente privilegiada por los Se asume que no hay una efectiva interacción entre los distintos niveles
analistas es la localización de la responsabilidad en materia de la provi- de gobierno, sino solo una comunicación jerárquica, descendente, en
sión de los servicios educativos, y se descuidan las dimensiones de regu- donde el Gobierno nacional se encarga de definir la dimensión sustanti-
lación y de financiamiento del sistema (cuadro 1). va de las políticas (lo que se corresponde con las etapas de elaboración y
de toma de decisiones), mientras que los gobiernos sub nacionales solo
Cuadra 1: Responsabilidad según el nivel territorial tienen capacidad para influir sobre la dimensión operativa de esas políti-
ye I óm b ito competencia I cas (lo que se corresponde con los procesos de implementación).

Nivel territorial Ámbito.


~ Figura 1 J Modelo de autoridad inclusivo
Regulación Financiamiento Provisión

Nacional

Regional

local

Confusiones y simplificaciones similares se producen cuando las pre- Gobierno


local
guntas que se utilizan para indagar sobre el grado de descentralización del
sistema se hallan mal formuladas. En términos generales, las preguntas
que han acompañado a la mayoría de los estudios sobre el tema han sido
las siguientes: 1) ¿en qué nivel territorial se formulan las políticas públi-
cas en materia educativa''. z) ¿en qué nivel territorial se implementan? Por su parte, la descentralización se asocia con escenarios donde existe
Los problemas que plantean estos interrogantes son básicamente dos: una clara y estricta delimitación de competencias y funciones entre los dis-
a) parecen ignorar la diversidad de decisiones que se adoptan en el siste- tintos niveles de gobierno (nacional y sub nacional) , y se asume su indepen-
ma y, por lo tanto, la posibilidad de que las políticas puedan ser elabora- dencia. Este modelo de autoridad coordinada supone que el Gobierno
das en distintos niveles de gobierno y entre ellos; b) parecen desconocer nacional y los gobiernos subnacionales sean plenamente autónomos (cada
las complejas relaciones que se pueden generar en los contextos de uno de ellos gobierna dentro de su respectiva esfera de autoridad) y que solo
implementación de las políticas entre los organismos estatales de distin- están unidos tangencialmente. Las interacciones entre ambos niveles son
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casi inexistentes, pues no tienen competencias o funciones compartidas. En este escenario, ya no es posible seguir pensando las relaciones
Cada uno, en su propia esfera de autoridad, define la dimensión de las polí- intergubernamentales en términos de jerarquía o de autonomía, sino
ticas, y dispone y crea sus propios órganos para su implementación. que se vuelve imprescindible analizarlas en términos del modelo de
autoridad superpuesta, donde la negociación y la cooperación entre los
diversos niveles de gobierno se constituyen en un requisito funda-
Figura 2 J Modelo de autoridad coordinada mental. En este modelo, tanto el Gobierno nacional como los gobier-
nos sub nacionales participan activamente en la definición de la
dimensión sustantiva de las políticas públicas, aunque son los gobier-
nos subnacionales los que, a través de su propia estructura organizati-
va, tienen, o suelen tener, mayores responsabilidades -aunque no
Gobierno siempre exclusivas- sobre la dimensión operativa de las políticas. Por
nacional
lo tanto, ya no resulta tan útil continuar clasificando a los países y a sus
sistemas educativos en torno al eje centralización-descentralización.
Se vuelve más interesante pensar en términos de gobierno multinivel
(Gomá y Suhirats, 1998).
Este concepto presenta la ventaja de que resulta de su capacidad para
ubicar en el centro de la discusión los problemas y las complejidades pro-
Sin embargo, los países analizados se ubican dentro del contínuum que pios de las relaciones intergubernamentales. En efecto, los tres rasgos
establecen estos dos modelos polares. Más allá de las evidentes diferencias característicos de este modelo son: a) las áreas considerables de opera-
que existen entre los distintos casos nacionales, ninguno de ellos parece ciones gubernamentales incluyen, de un modo simultáneo, unidades (o
ajustarse a estos dos modelos extremos. En efecto, los cambios operados, o funcionarios) de los distintos niveles gubernamentales (nacional, regio-
que se están procesando, en cada uno de los países de la región, ponen de nal y local); b) las áreas de autonomía o de independencia de una sola
manifiesto que, en forma paralela al proceso de distribución del poder y jurisdicción, y de plena discrecionalidad, son relativamente pocas; y e) el
de las competencias entre los diversos niveles gubernamentales, son cada poder y la influencia de que dispone cualquier jurisdicción (o funciona-
vez más las áreas o los ámbitos de poder compartidos. rio) están limitados de forma considerable.
Por todo esto, resulta fundamental diferenciar los distintos tipos de
Figura 3 J Modelo de autoridad superpuesta decisiones que se adoptan dentro del sistema educativo, es decir, entre
las decisiones meramente administrativas y las que se refieren a los
aspectos financieros o pedagógicos. Asimismo, dado que es preciso poder
dar cuenta de la complejidad de los sistemas, resulta clave asumir la posi-
bilidad de que los actores de distinto nivel territorial puedan interactuar
a través de procesos de negociación tanto en la fase de elaboración como
en la de implementación de las políticas públicas, según el tipo de deci-
sión de que se trate.
30 I Silvina Gvirtz (coord.) Equidad y niveles intermedios de gobierno en los sistemas educativos

El gobierno del sistema y los actores del nivel intermedio:


Cuadro 2: Nivel de elaboración de las políticas hacia una definición conceptual-

I Nivel territorial npo de decisión El gobierno


Administrativa Financiera Pedagógica Consideramos pertinente incluir la definición del término gobierno,
Nacional considerando que, en la actualidad, alude a distintos significados. Según
Regional
Orlandi y Zelaznik (1996), este término tiene al menos tres tipos de inter-
local
pretaciones. La primera define gobierno como un conjunto de individuos
que ejercen el poder de autoridad en un sistema político. Este concepto
está centrado en actores individuales (los políticos, más precisamente),
así como en los colectivos (los partidos políticos, por ejemplo), que ocu-
Cuadro 3: Nivel de implementación de las políticas pan puestos de liderazgo oficial. Por el significado que aquí adopta, esta
palabra en lengua española se asimila a gobernantes.
I Nivel territorial npo de decisión Una segunda interpretación entiende por gobierno la actividad de con-
ducir a un conjunto de personas hacia determinados objetivos o estados
Administrotiva Finonciera Pedagógica
deseados. Esta acepción remite de un modo directo a su origen etimoló-
Nocional
gico y tiene una orientación exclusivamente funcional; por lo tanto,
Regional
requiere definir qué funciones corresponden a la acción de gobernar. Sin
local
embargo, según los autores mencionados, debido a la amplia gama de
actividades involucradas en el gobierno, resulta una tarea difícil de cum-
plir de modo exhaustivo. A pesar de ello, plantean dos categorías en las
Estas distinciones permiten la comparación de los distintos casos nacio- que se podrían clasificar las actividades o las funciones de gobierno: a) las
nales seleccionados, sin perder profundidad en la descripción y en el aná- funciones políticas; y b) las actividades administrativas o de gestión.
lisis de cada uno. De este modo, a su vez, contribuyen a superar la clásica Latercera acepción es aquella que interpreta algobierno como un conjunto
clasificación de los sistemas educativos en torno a la dicotomía centraliza- de instituciones. Según esta interpretación, el gobierno de un sistema debe
ción -descentralización y, por lo tanto, al reduccionismo que la caracteriza. ubicarse dentro de un esquema más amplio, compuesto por el régimen polí-
tico Yel sistema político. Para este marco analítico, el gobierno se encuentra
El rol crítico de los actores del nivel intermedio dentro de un espacio más amplio llamado sistema político, compuesto por tres
en el gobierno del sistema educativo niveles: la comunidad política, el régimen político y las autoridades.
A partir del esquema que plantea L. Morlino (1985) sobre los compo-
Antes de avanzar en el desarrollo del marco teórico que utilizaremos nentes de un régimen político, en esta investigación, el análisis se centra-
para analizar el rol y la importancia de los actores del nivel intermedio en rá principalmente en dos de dichos componentes: la normas y las reglas de
el gobierno del sistema educativo, resulta pertinente explicitar ciertas juego, y las estrucutras de autoridad.
definiciones. En efecto, son por lo menos dos los interrogantes que
requieren respuesta con algún tipo de precisión conceptual: a) ¿qué
entendemos por gobierno del sistema educativo?, b) ¿cómo definimos el s Este apartado fue extraído del Marco Teórico del Proyecto de Investigación El gobierno de las escuelas en
nivel intermedio del sistema? Latinoamérica. Los casos de Nicaragua y Bras!l. dirigido por Silvina Cvirtz, Fellow 2003 de la [ohn Simon
I Guggenheim Memorial Foundation. trabajo realizado con la colaboración de la Lic. Lucila Minvielle.
Silvina Gvirtz (coord.) Equidad y niveles intermedios de gobierno en los sistemas educativos 133

Las normas y las reglas de juego estructuran la acción social y especifican de niveles intermedios de gobierno que han experimentado numerosos paí -
básicamente dos elementos. En primer lugar, definen los modos en que los ses, tanto latinoamericanos como europeos, en las últimas décadas. Como
miembros del sistema pueden participar tanto del proceso de toma de deci- puede advertirse, este uso remite, por lo tanto, a un sentido territorial.
sioues como de su aplicación, regulando o condicionando la forma en que las La segunda acepción se vincula a su uso en tanto actores de nivel inter-
decisiones son adoptadas e implementadas. En segundo término, también medio en el gobierno del sistema educativo, en este caso, se refiere a la exis-
prescriben la forma de designación de las personas que estarán autorizadas a tencia de ciertos actores que se sitúan entre las instancias de elaboración
decidir ya implementar las decisiones adoptadas. Con respecto a la natura- de las políticas públicas del sector y las escuelas, que son las destinatarias
leza de las normas, Morlino (1985) establece una diferencia entre el campo de esas políticas y, en última instancia, el espacio sobre el cual estas polí-
de lo formal y lo informal. Mientras que las normas o los procedimientos ticas quieren operar. Por lo tanto, no es relevante para su definición, aun-
están constituidos por reglas formalizadas, las reglas del juego propiamente que sí a efectos de la comparación entre los distintos casos nacionales y la
dichas son no formalizadas, pero sí admitidas con facilidad. jurisdicción territorial de los actores del nivel intermedio.
Las estructuras de autoridad, por su parte, se distinguen en razón de si son En este último sentido, se utilizará aquí el concepto de nivel intermedio
estructuras de toma de decisiones o de aplicación de estas últimas. En ambos para referirnos a aquellas estructuras de autoridad (en tanto actores esta-
casos, son las normas formales (Constitución, leyes, decretos, etcétera) las que tales) que operan entre las escuelas, o nivel micra, y el nivel de elabora-
determinan cuáles son esas estructuras de autoridad y las que regulan su ámbi- ción de las políticas, o nivel macro. De este modo, se identifica a los
to ;ompete?c~al, quiénes son las personas autorizadas para ocuparlas y bajo actores del nivel intermedio con organizaciones o individuos que partici-
que procedímíemos, y cuáles son las funciones correspondientes a cada una de pan en el proceso de implementación de las políticas, es decir, como
ellas. Ello no significa desconocer, sin embargo, la importante influencia que estructuras de implementación (Pressman y Wildavsky, 1984).
las reglas del juego (informales) pueden ejercer o ejercen sobre las autorida-
des, esto es, sobre aquellos que ocupan posiciones de autoridad. La mirada sobre los actores del nivel
Por tanto, entendemos al gobierno como conformado por las reglas y las intermedio: el enfoque teórico
normas que configuran los roles de autoridad, así como por las estructuras
de autoridad que se derivan de estas definiciones de rol. Ambos elementos Desde sus orígenes, y durante muchos años, la literatura sobre las
def~nen, a su vez, quiénes tienen la potestad para tomar las decisiones y para políticas públicas se ha centrado de un modo exclusivo sobre el momento
aplicarlas, lo que determina sobre qué elementos o situaciones estos roles predecisional. Como consecuencia, hasta principios de la década de 1970,
de autoridad tienen potestad para decidir o para implementar. los mayores y más importantes aportes de esta literatura se realizaron en
el campo de los estudios sobre la formación de la agenda y la definición de
Los actores del nivel intermedio en el gobierno del sistema los problemas públicos, por un lado, y sobre la elaboración y la toma de
decisiones, por otro lado.
. O~ro concepto clave, a los fines de la presente investigación, es el de
nwe~ intermedio. Al igual que otros conceptos en las ciencias sociales, este El impacto de esta exclusiva preocupación académica por el momento
ha SIdo utilizado en diferentes contextos y con distintos significados. Sin predecisional ha sido el profundo desconocimiento sobre la fase de
e~bargo, son básicamente dos las acepciones con los que este término ha implementación de las políticas públicas y, por tanto, sobre el rol crítico
SIdo usado más comúnmente. que los actores que intervienen en esta etapa pueden desempeñar ~o de
hecho, desempeñan- sobre sus impactos y sus resultados. Durante este
Laprimera acepción remite a su uso en tanto nivel intermedio de gobierno y
s~ refler~ a la existencia de un nivel de gobierno que se encuentra entre el período, en el que los estudios predecisionales fueron hegemónicos, las
nivel nacional y el nivel de gobierno local. Este uso se potenció a raíz de los respuestas a la gran pregunta ¿por qué fracasan las políticas? estuvieron
profundos procesos de descentralización del poder político y de la creación focalizadas, porun lado, en el análisis de la etapa de definición de los pro-
blemas y, por el otro, en el análisis de los procesos de toma de decisiones.

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Equidad y niveles intermedios de gobierno en los sistemas educativos
Silvina Gvirtz (coord.)

En primer lugar, lo que la literatura reconoció es que gran parte de los de quienes toman decisiones públicas. Como contrapartida, estos auto-
fracasos de las políticas tiene su origen en malas, incorrectas o incompletas res han propuesto un modelo alternativo para describir y explicar el
definiciones del problema. Esto se debe a que, dada la complejidad y la mul- proceso de la toma de decisiones, esquema que ha sido denominado
tidimensionalidad que caracterizan a los problemas públicos, las definiciones incrementalismo. Según este modelo, las decisiones que se adoptan están
en competencia son solo recortes interesados que realizan los actores sobre condicionadas por las políticas precedentes, de modo que las actuales
los problemas que tienen raíces y causas complejas (Aguilar Villanueva, políticas solo son un eslabón más de una cadena de políticas, que solo
1996). Esto explica los importantes conflictos que se generan en esta etapa modifica algunos aspectos de la política pasada, en especial, aquellos que
entre los distintos actores, conflictos que suelen dirimirse a través de dos se desprenden como nocivos (Lindblom, 1996). De modo que, dado
modalidades: la negociación o la imposición. Como consecuencia, y en el que no es posible contar con una teoría causal válida para cada problema,
mejor de los casos, las decisiones adoptadas solo podrán atenuar algunos solo se adoptan políticas que alteran pequeños aspectos de la política
síntomas del problema, pero difícilmente podrán resolver sus causas. anterior. El modelo incremental permite reducir los riesgos, y por lo
En segundo lugar, la abundante literatura que surgió en torno al estudio tanto, aun si se adopta la decisión incorrecta, es mejor y más útil que el
de los procesos de decisión se ocupó de descubrir las profundas irracionali- método de racionalidad estricta. En efecto, este modelo "argumenta que
dades que muchas veces operan en el proceso de toma de decisiones y que, las decisiones son, ante todo, pragmáticas, no se basan en relaciones
según se informa, explican el fracaso de algunas políticas. Según esta causales bien estudiadas, ni en cálculos exhaustivos de costos y benefi-
corriente, la clave para garantizar el éxito de las políticas reside en mejorar el cios' sino en el método de las aproximaciones sucesivas y limitadas"
proceso decisorio, es decir, hacerlo más racional. Según esta visión raciona- (Tamayo Sáez, 1997: 2,97)·
lista (modelo de racionalidad estricta), quien toma las decisiones opera, y A pesar de estas diferencias, estos enfoques parecen ignorar el rol crítico
debe hacerlo siempre, de un modo absolutamente racional, tras elegir la que pueden desempeñar -y de hecho, desempeñan-los actores que imple-
mejor de las opciones disponibles, es decir, aquella que permite resolver el mentan políticas a la hora de explicar el éxito o fracaso de estas. Peor aún,
problema de una manera óptima y eficaz. En este modelo se supone, por un esta ignorancia dio lugar a que, dentro de esta literatura, se asumiera como
lado, que quien toma la decisión dispone de preferencias claras y ordenadas, supuesto la ya clásica, aunque hoy superada, distinción weberiana entre polí-
objetivos precisos, información actualizada y objetiva (confiable), y una teo- tica y administración. Según este autor, mientras el ámbito de la política era
ría o modelo causal válido y, por otro lado, que la elección busca maximizar concebido como el espacio exclusivo de toma de decisiones -y los políticos,
los beneficios y minimizar los costos, y que el aprendizaje se produce sus principales actores+, paralelamente se asumía que la esfera de la admi-
mediante los costos del error (Aguilar Villanueva, 1996). nistración era el lugar de la implementación y la ejecución sine ira et studio
Si bien sería ideal, a priori, proceder de acuerdo con una elección estric- ('sin ira y con conocimiento ') de aquellas -y los funcionarios o administra-
tamente racional, este modelo por lo general no es susceptible de ser segui- dores, los actores más destacados-o En este contexto, por lo tanto, no resul-
do, porque no se cumplen las condiciones (el contexto de acción) que exige ta sorprendente que la etapa de la implementación y sus actores hayan sido
para ello. En efecto, este modelo ignora las restricciones con las que operan olvidados por esta literatura, y durante mucho tiempo, hayan sido una gran
los encargados de decidir, y que, muchas veces, impiden que se adopten las caja negra para la mayoría de los analistas.
mejores decisiones. Por ello, algunos autores han sugerido la necesidad de A mediados de la década de 1970, aparecieron los primeros estudios
incorporar estas variables +limitaciones materiales o legales y restricciones sobre los problemas que enfrentan las políticas en su etapa de implementa-
organizacionales o políticas- al análisis racional, utilizando para ello una ción. Esta ha sido una de las etapas menos estudiadas, dado que la ortodoxia
nueva terminología: la de racionalidad limitada (Simon, 1957). en la administración pública sostenía que, para lograr un buen resultado,
Sin embargo, otros autores han manifestado la poca capacidad des- solo era necesario mejorar la calidad analítica e informativa de la decisión.
criptivo-explicativa de estos enfoques que centran su análisis en el tema Estos análisis surgen no solo de la profunda desconfianza que genera
de la racionalidad, puesto que no logran explicar el comportamiento real el supuesto weberiano, que relega la administración a un rol pasivo y, por
361 Silvina Gvirtz (coord.) Equidad y niveles intermedios de gobierno en los sistemas educativos

tanto, poco crítico para el éxito de las políticas; sino que surgen, además, ble comprender el comportamiento de quienes implementan decisiones
del reconocimiento de que el fracaso de la política pública reside, muchas únicamente a la luz de lo que las reglas formales establecen o estipulan,
veces, en su etapa de aplicación o de implementación. El primer hallazgo puesto que muchos de estos comportamientos, conductas y decisiones se
de estos estudios advierte que las fronteras entre política y administra- explican por el conjunto de rutinas y rituales no positivizados que ellos
ción son bastante menos claras de lo que asumían los estudios de la deci- desarrollan o adquieren, conscientemente o no, en su ámbito de trabajo.
sión (Aguilar Villanueva, 1996). La clásica dicotomía entre la política-el De este modo, es posible que se genere una brecha entre los resultados
espacio de elaboración de las políticas- y la administración -el espacio previstos por los policy-makers y aquellos alcanzados como consecuencia
de su implementación+" no permitía dar cuenta del crítico papel que del proceso de implementación.
desempeñan quienes las implementan. Lo que esta nueva literatura rescata es la importancia que tiene, para
El supuesto del que parte esta nueva literatura es que las decisiones garantizar el éxito de las políticas, la planificación adecuada del proceso
que adoptan los policy-makers suelen ser poco exhaustivas y detalladas, de implementación con el propósito de que los tomadores de decisión
como consecuencia de los procesos de negociación a los que se enfrentan, dispongan de mejores mecanismos para controlar a quienes las imple-
sobre todo en contextos democráticos. Así, se desplazan hacia la fase de mentan. Ello supone no solo reducir el número y la importancia de las
implementación algunas decisiones importantes que deberán, por tanto, decisiones que se postergan hasta la fase de implementación, sino, ade-
ser adoptadas durante del propio proceso de implementación. más, la reducción del número de participantes dentro de este proceso,
Lo importante y decisivo de este nuevo supuesto es que les reconoce a con vistas a atenuar los problemas que se plantean a raíz de la excesiva
quienes implementan decisiones, ciertas competencias para adoptar complejidad de la acción conjunta (cooperación), que es necesaria para la
decisiones, puesto que son las propias normas (reglas, procedimientos), implementación exitosa de una política (Pressmany Wildavsky, 1984).
esto es, los estatutos de las políticas, las que dotan a estos actores de cier- Sin embargo, el problema de estos primeros estudios sobre el proceso de
tos niveles de autonomía para adoptar decisiones. Lo clave aquí es que implementación ha sido su visión estrictamente jerárquica del proceso
estas decisiones, aunque algunos análisis suelen consideradas menos (enfoque top down) y, por lo tanto, el énfasis puesto en un diseño racional del
relevantes de las que se adoptan en la etapa de decisión propiamente proceso que permita limitar/reducir los márgenes de autonomía o de discre-
dicha, tienen un impacto crítico sobre los resultados que producen las cionalidad del que gozan los que implementan decisiones (Pressman y
políticas en términos de eficacia, de eficiencia y de calidad. Wildavsky, 1984; Gunn, 1978;Sabatier y Mazmanian, 1979). Por esa razón, a
Esta literatura asume, además, que el proceso de implementación es mediados de la década de 1980 y a la luz del análisis de los problemas de la
también un proceso complejo donde los actores establecen relaciones de implementación que surgen en el ámbito de las políticas sociales Cy entre
conflicto y de cooperación que pueden resultar clave para garantizar el ellas, en el ámbito educativo), surge una abundante literatura que invierte su
I
éxito o el fracaso de la política, dado que intervienen en él múltiples acto- mirada sobre el proceso. Este nuevo enfoque, denominado bottom up, plan-
res/organismos con diferentes intereses y recursos. Finalmente, estos tea que el punto crítico de todo proceso de implementación está en el perso-
nuevos estudios reconocen la capacidad que pueden desarrollar quienes nal de ventanilla (Lipsky, 1980) y, en contraposición al enfoque anterior,
implementan decisiones para ampliar sus márgenes de acción con inde- sugiere la necesidad de descentralizar ciertas decisiones y dar autonomía a
pendencia, o para apartarse conscientemente, de los estatutos de las polí- quienes las implementan, para adaptar el producto de las políticas a las con-
ticas. En efecto, los estudios de los procesos de implementación de diciones del contexto y a las características de los beneficiarios (Elmore,
políticas han demostrado que no siempre (o casi en ningún caso) es posi- 1996). El problema entonces ya no es tanto el control del quien implementa
-y del contexto de implementación por parte de los policy-makers-, sino la
6 Detrás de esta dicotomía, existían dos importantes supuestos. El primero, una administración pública búsqueda de mayores niveles de autonomía de aquellos.
profesional y subordinada al poder político; el segundo, la existencia de una sociedad pasiva sin capacidad Más allá de estas diferencias, lo que ambos enfoques (top down y bottom
1 para obstaculizar o para impedir la implementación de una política pública.
up) reconocen es que los actores y las estructuras que implementan políticas
Silvina Gvirtz (eoord.) Equidad y niveles intermedios de gobierno en los sistemas educativos
381

Actores de nivel intermedio, equidad y justicia educacional


también desempeñan un rol crítico, puesto que toman decisiones e inter-
pretan las políticas. Pero ¿qué tipo de decisiones adoptan, o pueden adoptar, Otro concepto clave que está presente en esta investigación es el de
los que implementan? La i~portancia de este interrogant.e se debe, a que las equidad. En efecto, el interés que esta investigación coloca en el conoci-
decisiones que adoptan tanto los poLicy-makers como qulen~s actúa,n ~n la miento del quién y el qué de los niveles intermedios del sistema educativo
implementación afectan a las distintas dimensiones de las políticas públicas, se vincula con la pregunta en torno a cuáles son las capacidades que estos
de modo que la naturaleza de las decisiones varía. actores tienen, así como los comportamientos que desarrollan para inci -
Siguiendo la clasificación propuesta por Gomá y S~b.irats ~1998), es dir o influir sobre el problema de la equidad.
posible reconocer al menos tres dimensiones de las políticas públicas. Pero ¿por qué la equidad? ¿Qué justifica que la mirada y el análisis
más profundo sobre los actores del nivel intermedio presten especial
· Dimensión simbólica: se relaciona con las decisiones que se adoptan interés en el problema de la equidad? La respuesta es sencilla, aunque no
sobre la construcción de estrategias discursivas y los marcos cognitivos. por ello lo es la solución al problema: la equidad se ha vuelto el tema más
· Dimensión sustantiva. se vincula con las grandes decisiones, es importante en la agenda educativa de los países latinoamericanos. Esto no
decir, con aquellas donde se definen los contenidos de las políticas a es casual, se explica a la luz de las profundas desigualdades (sccioeconó-
partir del análisis de las opciones alternativas. . micas, étnicas, de género, etcétera) de las sociedades de estas latitudes (y
· Dimensión operativa. se vincula con las microdecisiones, es decir, por lo tanto, de sus sistemas educativos), desigualdades que, al compás de
con las que se adoptan en los escenarios de gestión. ¿Cuál es la natu- las reformas implementadas en la última década, se han ido profundizan-
raleza de estas decisiones? Varían de acuerdo con los márgenes de do cada vez más.
autonomía que tienen (o crean) quienes las implementan. Pero ¿cómo, y en qué contexto, surge el concepto de equidad? La res-
puesta a esta pregunta exige reconocer que la importancia de este proble-
El cuadro 4 presenta la relación entre las distintas fases de la política ma es relativamente reciente. En efecto, durante muchos años, este
pública y las dimensiones de las políticas, se manifiesta el tipo de de;i.sio- concepto permaneció oculto detrás de otro que parecía explicar y dar sen-
nes que se adoptan en cada una de estas dimensiones y fases de las políticas. tido a las políticas educativas implementadas por los Estados nacionales.
Este otro concepto era el de igualdad de oportunidades, con el que se hacía
Cuadro 4- entre fases y dimensiones referencia no solo a la búsqueda de las mismas oportunidades para todos
- Relación \ de acceso al sistema sino, además, a los intentos por ofrecer un mismo
Fases de las políticas públicas f servicio, en características y calidad, para todos los ciudadanos.
Dimensiones --- I - ¡
Sin embargo, a mediados de la década de 1970, comenzaron a surgir los
de las políticas Construcción de los Tomo I Proceso
problemas públicos I de decisiones I de lmplementocrón
primeros estudios empíricos y teóricos que, desde corrientes marxistas,
Conflictos
advirtieron que la búsqueda de una educación igual para todos (los mismos
Simbólica
epistémicos contenidos, los mismos métodos) no garantizaba una mayor democratiza-
ción del sistema, sino que servía para reproducir las desigualdades, básica-
Opciones
Sustontivo mente de clase, preexistentes. Estos análisis evidencian que la igualdad de
de fondo
oportunidades es una ilusión, y que, incluso si una proporción importante de
Escenarios
la población en edad escolar accede al sistema, no todos llegan del mismo
Operativo I de gestión modo y, peor aún, no siempre se les brinda el mismo servicio.
I .J Amediados de la década de 1980, estos análisis comenzaron a ser cada
vez más abundantes y empezaron a mostrar que el sistema educativo no
Equidad y niveles intermedios de gobierno en los sistemas educativos
Silvina Gvirtz (coord.)

solo discriminaba por nivel socioeconómico, sino que también lo hacía El qué del gobierno de los niveles intermedios
por raza, por et ia, por religión o por género; lo que reforzaba así la idea Una vez identificado el quién en cada uno de los casos seleccionados,
de que, en sociedades cada vez más complejas y diferenciadas, la bandera procedimos a evaluar, a partir del análisis de la normativa de nivel macro y
misma educación para todos no solo era ilusoria, sino, al mismo tiempo, no de nivel micra, cuáles son las funciones, competencias y, en especial, las
siempre deseable. En efecto, comenzó a percibirse que la democratiza- decisiones que en materia educativa puede adoptar cada uno de estos acto-
ción del sistema educativo no consiste en brindar igual educación para res del nivel intermedio. En efecto, el quién está estrechamente vinculado
todos; y se reconoció, como parte esencial del proceso democratizador, el al qué, dado que, utilizando la idea de Mintzberg (993), una estructura
respeto a las diferencias culturales o de género. De modo que el nuevo implica necesariamente una división de tareas. Por lo tanto, determinar
gran desafío de la educación en la década de 1990 radicó en el reconoci- quiénes son los actores del nivel intermedio que tienen autoridad para
miento y en la valoración de esas diferencias (Braslavsky y Gvirtz, zooo). tomar decisiones durante la etapa de implementación de las políticas trae
En ese contexto, surge un nuevo concepto en el debate educativo: el de aparejada la definición de en qué ámbitos opera dicha autoridad.
equidad. Pero ¿cómo la definimos? Para ello, seguiremos a Hopenhayn El qué remite necesariamente a la materia prima con la que trabajan
(zooo) y a Hopenhayn y Ottone (999), quienes entienden la equidad los actores que han sido designados como los responsables para imple-
educativa como un proceso que incluye dos dimensiones: 1) igualdad de mentar las decisiones adoptadas por los policy-makers.
oportunidades; y~) valoración o compensación, según el caso, de las dife- Una vez identificado el quién y el qué, procedimos a realizar un análisis
rencias. Se trata entonces de prestar servicios diferenciados, atendiendo que focalizó la atención en el problema de la equidad y de la justicia social
a la heterogeneidad de la demanda, pero no con la intención de reprodu- en el sistema educativo. Por supuesto, excede los fines de la presente inves-
cir desigualdades, sino de brindar oportunidades equivalentes. tigación el realizar un estudio sistemático de la evolución de este problema
en cada uno de los casos seleccionados, a través de un conjunto de indica-
Actores de nivel intermedio y sistema educativo: dores estandarizados. Por tal razón, el objetivo que se persigue aquí solo se
las etapas de la investigaciónt limita a identificar, por un lado, si el problema de la equidad del sistema
aparece incorporado en las normas formales y, si es así, en qué tipo de nor-
El quién de los niveles intennedios mas aparece, cómo se define, quiénes son los actores identificados como
A partir de la estructura planteada, esta investigación se propone responsables para operar sobre dicho problema y con qué recursos cuentan
indagar, en primer lugar, quiénes son, en cada uno de los casos seleccio- para ello. Por otro lado, se pretende indagar, también, si los actores del
)

nadas, los actores del nivel intermedio del gobierno del sistema educati- nivel intermedio poseen algún tipo de sensibilidad respecto a este proble-
va. Para tal fin, procedimos a realizar un análisis exhaustivo de la ma y, si es así, identificar en qué acciones o comportamientos concretos se
normativa de nivel macro (Constituciones, leyes, decretos, reglamentos) traduce esa sensibilidad con respecto al tema de la equidad.
así como una extensa revisión de la normativa de nivel micra.
Se pretende poder construir un mapa que exprese no solo los distintos Referencias bibliográficas
actores y las estructuras de autoridad del nivel intermedio del sistema
educativo sino, además, las relaciones (características, modalidad, fre- AGUILAR VILLANUEVA, L. F. (996): "Estudio Introductorio", en L. F.
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Este apartado fue extraído del Marco Teórico del Proyecto de Investigación El gobierno de las escuelas en
I Latinoamérica.
7

Los casos de Nicaragua y Brasil (ver nota al pie número 5).


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Silvina Gvirtz (coord.) Equidad y niveles intermedios de gobierno en los sistemas educativos

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