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Así, cabe señalar el hecho de que los ciudadanos exigen cada vez más y
mejores servicios públicos, y no obstante el esfuerzo de las autoridades
respectivas en cumplir con tales demandas, debido a las deficiencias
presupuestarias, no se logra dar una respuesta efectiva a las mismas, lo que pone
al descubierto la inequitativa distribución de funciones fiscales entre los diferentes
niveles de gobierno. Por ello resulta pertinente tratar de replantear y armonizar las
relaciones entre la federación y las entidades federativas y sus municipios a
fin de lograr un mejor ejercicio de las actividades que les correspondan.
1
José Gamas Torruco,. El Estado Federal, Orígenes, Realidades y Perspectivas. Gaceta Mexicana de Administración Pública
Estatal y Municipal 1996 p.140
agricultura, ganadería y desarrollo rural, medio ambiente, recursos naturales y
pesca, comunicaciones y transportes, turismo, energía y reforma agraria), se inicia
en nuestro país a principios de los años ochentas la instrumentación del nuevo
federalismo. El propósito principal de este programa plasmado en el Plan Nacional
de Desarrollo (PND) es que “un federalismo renovado es la forma de organización
política más adecuada para fortalecer la democracia, consolidar la unidad
nacional y propiciar un México más equilibrado y justo”2. Este gran objetivo es
retomado en el Programa para un Nuevo Federalismo (PNF), 1995-2000, donde
se establece que “el nuevo federalismo tiene como fin último revertir la
concentración de atribuciones y decisiones en el centro, a fin de impulsar las
potencialidades locales mediante una descentralización basada en la autonomía
política de los estados, la renovación de la unidad nacional, la eficacia de la
administración pública, el combate a las disparidades regionales y la revisión de
los marcos institucionales, a fin de fortalecer la república ante los retos que la
nación enfrentará en el próximo siglo ”.3
Aquí cabría preguntarnos qué tan factible es lograr la autonomía política sin
haber alcanzado la autonomía financiera. Es cierto que en el impulso al nuevo
federalismo ha habido avances en el proceso de descentralización federal,
entendida ésta como “la transferencia de aquellas atribuciones y recursos
actualmente bajo la responsabilidad de las dependencias, federales, susceptibles
de ser ejercidas de manera más eficaz y eficiente por los gobiernos locales y que
permitan una participación más directa de la población en la toma de decisiones
de la gestión pública”.4 Sin embargo, la opinión generalizada es que “al proceso
que opera en la actualidad en nuestro país lo podemos clasificar como una
descentralización operativa, más que una descentralización plena que contemple
una delegación de la toma de decisiones. Por otra parte, las competencias de los
diferentes órdenes de gobierno no se han modificado, ya que prevalece lo
establecido por la Constitución General de la República. El gobierno federal
continúa siendo el rector de la programación y asignación de los recursos
2
SHCP, Plan Nacional de Desarrollo 1994-2000, México 1995, p.v
3
Secretaria de Gobernación, Programa para un Nuevo Federalismo 1995-2000, SHCP 1995, p.7
4
Gobierno Federal, Secretaría de Gobernación. “Programa para un nuevo Federalismo 1995-2000, Diario Oficial de
la Federación, México 6 de agosto de 1997, p.7 y p.11” citado en “La administración pública sonorense “El pasado
reciente y el desafío del futuro”. Miguel Jiménez Llamas, Roberto García Romo, coordinadores. Gobierno del Estado
de Sonora, Secretaría de la Contraloría General del estado. 1997, pp.75-77.
públicos, mientras que los estados no adquieran competencias adicionales a las
que les otorga la ley en nuestros días”. 5
5
Jiménez Llamas et al., op. cit., pp. 113-114
6
José Alberto Saucedo Sánchez, “Hacia el Federalismo Fiscal” INAP 1996, p.28
7
Su fundamento descansa en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley de
Coordinación Fiscal. Esta última vigente desde 1978.
Representa un papel importante en las finanzas públicas contemporáneas, pues
es “la clave que permite mantener presupuestos deficitarios, compensando los
faltantes de recursos a partir de la emisión de títulos de deuda y de la contratación
de créditos[…] pero existe una limitante para la deuda pública en los niveles
estatales y municipales, señalada constitucionalmente, que consiste en que no
puede emplearse para financiar presupuestos desequilibrados, sino que
forzosamente debe ser para compensar algunos recursos que después se
obtendrán, y desde luego, estos ingresos extraordinarios deben destinarse a
inversión pública productiva, es decir, a proyectos que en forma directa o indirecta
produzcan un incremento en los ingresos de dichas entidades, o de sus
organismos descentralizados y empresas públicas”8.
8
J. Candelario Uribe Gómez, Salvador Santana Loza .”Normatividad en materia de Deuda Pública Estatal y
Municipal”, INDETEC 1994, p.12
9
Para lo cual se propuso impulsar la descentralización de funciones, recursos fiscales y programas públicos hacia
los Estados, determinándose como medida concreta la descentralización del Ramo 26, que ejerce la Secretaría de
Desarrollo Social, para entregar los recursos a los municipios a través de gobiernos estatales (Ramo 33), ver José
Gamas Torruco, Gaceta Mexicana de Administración Pública Estatal y Municipal “El Estado Federal: Orígenes,
Realidades y Perspectivas”. 1996, p.140
10
Estadísticamente el presupuesto de ingresos de las entidades federativas se conforma principalmente por las
participaciones federales, en orden descendente sus ingresos propios y en tercer término los ingresos por
endeudamiento público.
11
Cabe recordar que durante los primeros meses de 1995 las entidades federativas experimentaron graves
problemas financieros, por lo que el gobierno federal acudió en su auxilio al financiar el monto global de deuda
pública estatal y municipal en cantidad de 35,519 millones de pesos, cifra que equivale casi al 64% de las
participaciones federales enteradas en 1995 según datos publicados en “El Financiero” del 27 de mayo de 1996.
Al efecto, cabe mencionar que, existen diversos trabajos empíricos12 que
también se enfocan a la determinación de la inequidad existente en la distribución
de los recursos para las entidades, o específicamente centrados en el sistema de
participaciones como tal, pero todos ellos sin excepción caen en la dirección de
adoptar como alternativa de solución a la problemática precitada, en el sentido de
que se debe reestructurar el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal.
12
José Alberto Saucedo Sanchez, “Hacia el Federalismo Fiscal: La Reforma del Sistema de Asignación de
Participaciones Federales a los Estado s ”, INAP 1997
13
Uribe Gómez et al,. op.. cit p. 8
bonos para el desarrollo estatal y municipal”.14 Asimismo, en forma paralela a
mecanismos legales, como la concesión de servicios públicos a particulares y la
ejecución de obras públicas mediante el establecimiento de contribuciones de
mejoras. Existen diversas experiencias obtenidas durante las décadas 1940 y
1950, y más recientemente durante la década de 1990 por algunas entidades
federativas en el sentido de hacer uso de diferentes instrumentos financieros,
como certificados de participación ordinarios amortizables, pagarés de mediano
plazo, papel comercial avalado, etcétera, a través de los cuales se lograron
financiar o refinanciar importantes carreteras de cuota, entre las que podemos
mencionar “las de Guadalajara-Colima, concesionada a un fideicomiso constituido
en BANOBRAS con 148 kilómetros de longitud; los diferentes tramos de la
carretera Jiménez-Ciudad Juárez, de 595 kilómetros y bajo concesión del
Gobierno del Estado de Chihuahua; la carretera Monterrey–Nuevo Laredo,
concesionada a la empresa Viaductos de Peaje, con una longitud de 171
kilómetros; la autopista Cadereyta–Reynosa, concesionada a Impulsora de
Autopistas, con una longitud de 175 kilómetros; la carretera Armería–Manzanillo,
de 37 kilómetros, bajo concesión de Promotora de Autopistas del Pacífico; la
autopista Atlacomulco–Maravatío de 67 kilómetros. Y bajo concesión de
BANOBRAS, que forma parte de la vía corta México–Guadalajara; la super
carretera Constituyentes–Reforma–La Venta–La Marquesa, de 21 kilómetros,
concesionada a la empresa Promotora y Administradora de Carreteras, entre otras
importantes vías”15
Sin dejar de reconocer el avance sustancial existente en nuestro país en
cuanto al estudio de los diversos instrumentos crediticios a los que como fuente
extraordinaria y adicional de ingresos pueden acudir las entidades federativas y
sus municipios, hoy por hoy no se puede considerar que su utilización y aplicación
sea abundante y generalizada en el nivel subnacional de gobierno, sino, por el
contrario, su uso ha sido limitado y localizado generalmente en las entidades más
desarrolladas de nuestro país. En éste trabajo, el criterio de selección de los 5
estudios de caso (Guanajuato, Morelos, Nuevo León, Sinaloa, Sonora) de las 19
14
César León Bojórquez, “El Mercado de Valores”, INDETEC, 1993, p.8
15
Instituto para el Desarrollo Técnico de las Haciendas Públicas, “El Sistema Financiero como Fuente de Recursos
para la Infraestructura Pública Local”. INDETEC, 1992, pp.109-110
entidades federativas (Véase cuadro 36) que durante las última década han
recurrido a la emisión de bonos, fue primeramente el acceso a la información
respectiva, la presentación de los mismos, el objeto de la emisión y tipo de
instrumento por ellas utilizados. Así, resultó pertinente, por una parte, investigar de
qué manera se llevó a cabo su puesta en práctica y en qué etapa de amortización
se encuentran; en ciertos casos, investigar los motivos y circunstancias que
evitaron su aplicación, y por otra, indagar las causas y condiciones que impiden a
estados y municipios hacer uso de este mecanismo de financiamiento futuro de
infraestructura si, teóricamente, tales instrumentos crediticios deben coadyuvar al
fortalecimiento de las finanzas estatales.
“La emisión de bonos de deuda pública (BDP) es una alternativa viable para
que las entidades federativas en México financien proyectos productivos de
desarrollo en el marco de las siguientes condiciones:
1.- Los proyectos deben ser autoliquidables, es decir, deben ser capaces de
generar los ingresos para el pago de la emisión, de preferencia con utilidades.
2.- Las entidades federativas pueden optar por el método tradicional de
emisión de bonos a largo plazo (mayor a 5 años) mediante la constitución de un
fideicomiso de garantía con base en el cual se emitan los títulos valor (Certificados
de Participación Ordinarios, Pagarés a Mediano Plazo, etc.) atados a un riesgo
proyecto.
3.- O bien, las entidades federativas con capacidad de endeudamiento pueden
emitir bonos en forma directa con base en la garantía de plena fe y crédito que le
corresponde como ente público.
Existe una relación lineal entre la variable dependiente (financiamiento por
bonos) y otras variables independientes, a saber: sistemas de financiamiento,
grado de desarrollo de las finanzas estatales, incentivos o garantías ofrecidas a
los inversionistas, participación de los contribuyentes en la aprobación de
proyectos financiados por bonos y servicio de la deuda, a cargo de gobiernos
subsecuentes al que asumió originalmente la deuda.
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Entre ellos el método enunciado por Paul Marie Gaudemet y Joel Molinier en su libro Fiananzas Públicas
quienes distinguen tres fases en la investigación financiera: la observación de los fenómenos financieros, su
análisis y establecimientos de correlaciones y, por último la expresión de leyes financieras o conclusiones.
P.M. Gaudemet, J. Molinier, Finances Publiques, Tomo I, 1996, P.34, y el de análisis estadístico-histórico.
representativa de los 31 estados a 5 de los 19 que durante el periodo de 1990-
2001 recurrieron a la emisión de bonos como fuente de financiamiento,
La recolección de datos para la constitución de la muestra se realizó con
base en la información periódica proporcionada por la Comisión Nacional Bancaria
y de Valores CNBV, Bolsa Mexicana de Valores BMV, Instituto Nacional de
Geografía Estadística e Informática INEGI, Instituto Nacional para el Desarrollo
Técnico de las Haciendas Públicas INDETEC en sus informes anuales, y
complementándose con datos de otras fuentes gubernamentales (vbg. Boletines
Oficiales, etc.) así como en algunos datos encontrados en la bibliografía
consultada.