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El Federalismo en México

Introducción

Este trabajo se realiza con la finalidad de conocer actualmente el estatus del federalismo en nuestro sistema constitucional
mexicano y si Las reformas constitucionales a los artículos 75, 115, 116, 122, 123 y 127 decretadas en agosto de 2009,
impulsan un federalismo eficiente.

El federalismo o sistema federal de gobierno fue adoptado en México en la constitución de 1824, que a través del tiempo ha
sufrido incontables crisis para revertirlo, sin embardo, desde la constitución de 1857 se ha mantenido como el sistema
fundamental triunfante en los tres movimientos sociales más importantes que ha tenido nuestra nación: la independencia, la
reforma y la revolución.

En la doctrina mexicana se concuerda en que las actuales relaciones intergubernamentales tienen que montarse en un
sistema político y administrativo, en diseñar un federalismo redistributivo y de cooperación, que introduzca medidas
induzcan nuevas maneras de relación entre el gobierno federal y de los estados.

Desarrollo

El federalismo es una doctrina política que busca que una entidad política u organización esté formada por distintos
organismos que se asocian delegando algunas libertades o poderes propios a otro organismo superior, a quien pertenece la
soberanía, y que conservan una cierta autonomía, ya que algunas competencias les pertenecen exclusivamente. En otras
palabras, es un sistema político en el cual las funciones del gobierno están repartidas entre un poder central y un grupo de
estados asociados.

En un federalismo es característica crucial que los estados posean cierta autonomía. La autonomía legislativa de un
federalismo implica necesariamente dotar a las entidades integrantes la capacidad de concederse su propia constitución. Si
bien, en el caso mexicano, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es el ordenamiento supremo, las
constituciones locales son un símil para su propia jurisdicción.

Se tiene que concretar una nueva practica en el federalismo actual, para un proceso de cambio institucional, logrando así,
cambios de actitudes de comportamientos, de lógicas de intercambios entre actores, de mecanismos, de resolución de
conflictos, de sistemas de incentivos, nueva configuración de las redes de agentes y agencias de la vida colectiva.

En el aspecto financiero, debe de recuperase el criterio de sistema federal como un sistema de equilibrios para que el nivel
de descentralización fiscal está muy por debajo de países similares.

El escenario político mexicano, por su parte, ha venido experimentando cambios de suma importancia, que demandan un
modelo federal que se adapte a los requerimientos del hoy acentuado pluralismo y promueva de manera más efectiva la
cooperación de las instancias de gobierno.

Entre las medidas que se han utilizado hace poco tiempo, son las mejoras introducidas al sistema de coordinación fiscal,
particularmente en materia de participaciones y aportaciones federales. Los convenios de desarrollo social previstos en la
ley de planeación nacional desde hace algunos años, que como propósito han tenido servir como mecanismo del gobierno
federal, como se aprobó en el sexenio gubernamental anterior el “Programa para un nuevo federalismo 1995-2000,
mediante el cual se obtuvieron varios avances, pero no llego a su total realización, el plan de desarrollo vigente 2001 -2006,
se considera al federalismo como una “norma básica de acción gubernamental” y se establecen diversas estrategias para
impulsarlo y fortalecerlo en distintos aspectos, aunque los logros hasta hoy son muy relativos.

Se ha incluido el tema del federalismo como un asunto importante en el Acuerdo Político Nacional, el 7 de octubre de 2001,
que celebro el gobierno federal con los partidos, en el cual se señala como uno de los objetivos “asegurar la adecuada
distribución de competencias y recursos entre la Federación, los estados y municipios, habiéndose establecido así mismo
una mesa especial en la secretaria de gobernación para examinar el tema, pero sin consensos o pronunciamientos hasta la
fecha.

El congreso de la unión, se han establecido comisiones ordinarias al respecto, en la cámara de diputados se instaló la
comisión denominada “Fortalecimiento del federalismo y desarrollo municipal”. Por su parte, legisladores federales y locales
han presentado distintas iniciativas que pretenden, entre otros aspectos, reformar diversos artículos constitucionales que se
refieran al sistema fiscal en vigor, expedir una nueva ley de coordinación fiscal que sustituya a la actual que considera
obsoleta, robustecerlas haciendas locales con ciertos impuestos que ahora se encuentran en la esfera federal,
transparentar los mecanismos de asignación de las participaciones y las aportaciones.

Como uno de los efectos de la transición política y por la propia ausencia de una política consistente en federalismo del
gobierno del centro, los gobernadores de los estados han constituido la llamada Confederación Nacional de Gobernadores:
Conago. Esta ha hecho importantes pronunciamientos entre los que destacan la necesidad de transparentar el vigente
sistema de coordinación fiscal, de redistribuir las actuales facultades que en el orden tributario tienen Federación y Estados,
de demandar una mayor participación en el presupuesto nacional y convocar a una convención nacional hacendaria para
debatir respecto de los principales temas pendientes de la materia.

Por su parte las asociaciones nacionales de municipios, instituidas por los principales partidos políticos mexicanos, han
revelado un activismo creciente. De esta forma, se celebraron el Encuentro Nacional Municipio 2001 y el Encuentro
Nacional Municipio 2002, en diciembre y octubre de los años referidos en Veracruz y Monterrey, respectivamente; como
fruto de esos acercamientos, logro fundarse la Conferencia Nacional del Municipio, en el transcurso del año 2001, que es
una instancia de consenso para asociaciones municipales de distinta filiación partidista.

Las declaraciones que han hecho las asociaciones de municipios coinciden básicamente con las vertidas por los
legisladores y gobernadores, aunque a su vez reclaman para los ayuntamientos mayores facultades tributarias y
transparencia informativa de la Secretaria de Hacienda Federal y de las secretarias de finanzas estatales respecto de los
recursos que les asignan.

En respuesta a los problemas que venía arrastrando y las nuevas realidades políticas a las que se enfrenta, es
indispensable impulsar de manera decidida una nueva idea del Estado Federal. Para tal efecto, en el futuro tendrá que
efectuarse en el orden federal una reforma constitucional, legal y administrativa de amplio espectro, que establezca otras
para ser ejercidas de manera compartida y concurrente, así como haga entrega de actividades que son propias del resorte
local o municipal.

En revancha, los estados y municipios del país deben realizar un esfuerzo sostenido por mejorar sus estructuras de
gobierno y de administración; de nada servirán las acciones de carácter nacional, si las instancias locales no asumen de
manera cabal sus nuevas responsabilidades y prestan cada vez con mayor eficacia las que en la actualidad tienen
atribuidas.

La reforma constitucional de 2009, cuya nueva redacción del artículo 127 establece que “ningún servidor público podrá
recibir remuneración mayor a la establecida para el presidente de la República” y que los órganos legislativos federales y
locales “en el ámbito de sus competencias, expedirán las leyes para hacer efectivo el contenido del presente artículo”. El
plazo marcado para adecuar la legislación en el transitorio quinto es de 180 días naturales. Los salarios de gobernadores e
incluso de diputados locales muestran cómo las entidades federativas decidieron ignorar esta reforma.

Es necesario reflexionar qué herramientas son necesarias para hacer cumplir la constitución. Los desacatos van más allá
de una simple mala técnica legislativa: son reformas constitucionales que quedan en letra muerta, pues los artículos
transitorios no tienen manera de hacerse valer ante las entidades federativas. Queda claro que la autonomía legislativa en
México existe y, en ocasiones, va más allá de lo deseable. Las legislaturas locales pueden funcionar como contrapeso o
incluso como freno ante las decisiones centralizadas. Lo anterior, sin embargo, está sujeto al sistema de partidos y a la
disciplina partidista que pueda haber al interior de cada estado.

Conclusión

El desarrollo del actual esquema de organización del Estado mexicano, se ha fortalecido por medio de la atención a
determinadas condiciones sociales, políticas, administrativas, que afectan la vida de las comunidades y requieren de
directrices colaborativas de la federación hasta las entidades locales regidas incluso por el uso de la costumbre. De esta
manera, el federalismo se concibe como una forma de intervención a la problemática nacional de problemas específicos
como es la pobreza y exclusión social; productos, de la falta de oportunidades económicas asociadas a la situación del
entorno. Sin embargo, es necesario reconocer que el desarrollo y vigencia de problemas específicos, requieren de la
comprensión actual de ciertos problemas en el ámbito del gobierno local y sus condiciones particulares como estrategias de
intervención en cada uno de sus rubros

Así, a partir de la consideración a ciertas situaciones de promoción y desarrollo de los ambientes, será necesario identificar
una estrategia de organización del federalismo que debe considerar la aportación de los estados.

Un beneficio del federalismo, es que cada Entidad Federativa, está sujeta a una sola ley fundamental, integrada de las
Decisiones políticas fundamentales, interpuestas por las mismas necesidades del país; En el artículo 115 de la carta magna
podemos darnos cuenta sobre las facultades de las entidades federativas, siendo de relevancia en sus tres niveles, la
personalidad jurídica y el manejo de su patrimonio, conforme a la ley; otro ejemplo importante es que cada entidad
federativa goza de su autonomía y a su vez gozan de su propia ley fundamental para su régimen interno pero subordinada a
la Constitución Federal.

Lo más importante es determinar que la unión de todas las entidades federativas, por un pacto federal, depositan su
soberanía exterior en el constituyente y éste a su vez en la Constitución federal, pero sin perder sus atribuciones internas.

Podríamos decir que a lo largo del tiempo el Estado mexicano ha sufrido cambios importantes en su conformación, política,
económica, administrativa y socialmente. La más importante que se ha dado en su organización es el federalismo que ha
representado la puerta hacia el desarrollo de la nación.

Por un lado, existe la distribución de competencias entre el ámbito federal y estatal; por otro la separación y autonomía de
cada uno de los estados del país. Sin embargo, existe una gran mejora en el desarrollo de los estados aquellos que por
peculiaridades propias como ubicación, infraestructura y sociedad logran cada uno echar a andar sus mejores
potencialidades.

Aunque existen algunas deficiencias en el sistema mexicano, entre los estados y la federación han dejado de hacer cosas
indispensables las cuales por razones externas o de intereses grupales afectan la estabilidad del país.

Revisar cómo ha sido el desarrollo del federalismo mexicano deja ver que tiene ciertas carencias y que a pesar de contar
con la suficiente comunicación entre esferas de gobierno ha resultado deficiente su funcionamiento lo cual nos ha llevado a
índices altos de marginación y pobreza, ya que las políticas públicas no son bien aplicadas a la sociedad.

Falta mucho por hacer en ese sentido lo que hay que rescatar es que los gobiernos estatales deben desarrollar soluciones
que les permitan sacar adelante a sus entidades y por lo tanto al país.

Fuentes

Algunas consideraciones del federalismo en México.


Luis Becerril. Recuperado el 26 de mayo de 2018

http://www.monografias.com/trabajos84/algunas-consideraciones-del-federalismo-mexico/algunas-consideraciones-del-
federalismo-mexico.shtml#ixzz5GeF3p4Gk

La Reforma Constitucional en México. Rives Sánchez, Roberto, Universidad Nacional Autónoma de México, Primera
edición, 2010, pp. 285, 286 y 328.

https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/6/2802/2.pdf

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