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ESTUDIANTE:

NELLY MAMANI SIPE


LICENCIADA:
JENNY BLANCO ALCON

GESTION 2022
MARCO TEÓRICO

La apendicitis, como causa de abdomen agudo inflamatorio, es tan


antigua como el mismo origen del hombre. Luego de haber
transcurrido trescientos años desde la descripción anatómica original
del apéndice cecal, esta fue observada por ser el sitio de enfermedad
inflamatoria. Sin embargo, inicialmente este criterio no fue muy
aceptado sino hasta la publicación de Reginald Fitz 120 años más
tarde. Los cirujanos norteamericanos fueron los primeros en
demostrar que la apendicectomía temprana sería segura y salvaría
vidas. La perforación del apéndice con peritonitis continúa siendo un
problema significante, pero la tasa de mortalidad ha descendido
dramáticamente. Sin duda, la enfermedad apendicular ha estado
evidentemente afectada por el curso de la historia.

APENDICITIS:

El apéndice, llamado también apéndice vermiforme, apéndice


vermicular o apéndice cecal es un órgano pequeño (parecido a un
gusano o cilindro sin salida) de unos 8 a 10 cm (3 a 4 pulgadas) de
largo que se adhiere al ciego justo debajo de la válvula ileocecal. El
apéndice se llena con subproductos de la digestión y se vacía
regularmente en el ciego. Debido a que se vacía de manera
ineficiente y su luz es pequeña, el apéndice es propenso a obstruirse
y es particularmente vulnerable a infecciones (es decir, apendicitis).
La apendicitis, la causa más frecuente de abdomen agudo y el motivo
más común de cirugía abdominal de emergencia. Aunque puede
ocurrir a cualquier edad, típicamente ocurre entre las edades de 10 y
30 años. Su incidencia es levemente mayor entre los varones y existe
una predisposición familiar.
FISIOPATOLOGÍA:

Etiológicamente es desconocida la causa de la apendicitis, se cree


que el apéndice se inflama y edematisa como resultado de retorcerse
u ocluirse por un fecalito (es decir, una masa endurecida de heces) a
este proceso también se le denomina estasis fecal, hiperplasia
linfoide (secundaria a inflamación o infección) o, raramente, cuerpos
extraños (p. Ej., Semillas de frutas) o tumores. El proceso inflamatorio
aumenta la presión intraluminal, provocando edema y obstrucción del
orificio. Una vez obstruido, el apéndice se vuelve isquémico, se
produce un crecimiento excesivo de bacterias y, finalmente, se
produce gangrena o perforación.

La isquemia, infecciones bacterianas y la inflamación es un teoría


común. Las causas más frecuentes de obstrucción apendicular son:

• Fecalito
• Heces
• Hiperplasia linfoide
• Semillas
• Parásitos (oxiuriasis (infección por oxiuros)
parásitos intestinales que pueden vivir en el colon y en
el recto, se pueden adquirir cuando se tragan los huevos del
parásito.)
• Tumores

MANIFESTACIONES CLÍNICAS:
1. Dolor peri-umbilical vago (es decir, dolor visceral que es sordo
y localizado) que se irradia al cuadrante inferior derecho ( dolor
parietal que es agudo, discreto y bien localizado)
2. Rigidez de la pared del abdomen.
3. Mareos.
4. Vómitos y Nauseas.
5. Anorexia (Pérdida del apetito).
6. Fiebre.
7. Diarrea
8. Estreñimiento. (Importante: Los laxantes dados en este caso
puede resultar en la perforación del apéndice inflamado. En
general, no se debe administrar un laxante o catártico cuando
una persona tiene fiebre, náuseas y dolor abdominal).
9. Distensión abdominal (se desarrolla como resultado del íleo
paralítico y el empeoramiento de la la condición del paciente)
10. Leucocitosis (aumento del número de leucocitos en el
hemograma).

Es posible que se produzca dolor a la palpación local en el punto de


McBurney cuando se aplica presión Puede haber sensibilidad de
rebote (es decir, producción o intensificación del dolor cuando se
libera la presión). El signo de Rovsing puede obtenerse palpando el
cuadrante inferior izquierdo; esto paradójicamente hace que se sienta
dolor en el cuadrante inferior derecho. Si el apéndice se ha roto, el
dolor se vuelve compatible con peritonitis:

SIGNOS Y SÍNTOMAS:

HALLAZGOS DE EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO:


El diagnóstico se basa en los resultados de una historia clínica
completa y examen y en los resultados de laboratorio y estudios de
imágenes.

El hemograma demuestra un recuento elevado de glóbulos blancos


con una elevación de los neutrófilos. Los niveles de proteína C
reactiva suelen estar elevados.

Una tomografía computarizada puede revelar una densidad en el


cuadrante inferior derecho o una distensión localizada del intestino;
el agrandamiento del apéndice de al menos 6 mm sugiere
apendicitis.

Se puede solicitar una prueba de embarazo a las mujeres en edad


fértil para descartar un embarazo ectópico y antes de que se realicen
estudios radiológicos. Como alternativa, se puede utilizar una
ecografía transvaginal para confirmar el diagnóstico. Por lo general,
se obtiene un análisis de orina para descartar infección del tracto
urinario o cálculos renales. Se puede utilizar una laparoscopia
diagnóstica para descartar apendicitis aguda en casos dudosos .

COMPLICACIONES:

1. Preoperatorias
• Gangrena
• Perforación del apéndice (ocurre dentro de las 6 a 24 horas
posteriores al inicio del dolor )
• Peritonitis
• Formación de abscesos o pileflebitis portal (trombosis séptica
de la vena porta causada por émbolos vegetativos que surgen
de intestinos sépticos)
2. Postoperatorias
• Infección de la herida (es la complicación más frecuente)
• Abscesos intraabdominales
• Íleo paralítico

CONSIDERACIONES GERONTOLÓGICAS:

3. La apendicitis aguda es poco común en los adultos mayores.


Cuando ocurre la apendicitis, los signos y síntomas clásicos se
alteran y pueden variar mucho.
4. El dolor puede estar ausente o ser mínimo.
5. Los síntomas pueden ser vagos, sugiriendo obstrucción
intestinal u otro proceso. Es posible que no haya fiebre ni
leucocitosis. Como resultado, el diagnóstico y el tratamiento
oportuno pueden retrasarse, provocando complicaciones y
mortalidad.
6. El paciente puede no presentar síntomas hasta que el apéndice
se gangrenosa o se perfora.
7. La incidencia de complicaciones es mayor en los adultos
mayores porque muchos de estos pacientes no buscan
atención médica tan rápidamente como los pacientes más
jóvenes.

TRATAMIENTO:

El tratamieno es quirúrgico y de forma urgente: se procede a la


extirpación quirúrgica del apéndice y se realiza lo antes posible para
disminuir el riesgo de perforación (apendicectomía). Se realiza con
anestesia general con una incisión abdominal baja (laparotomía) o
por laparoscopia. Solamente en los pacientes con apendicitis
subaguda, que tiene una duración más larga sin afección general, la
cirugía se suele realizar más tardíamente, la técnica puede ser:
1. Laparoscopia: un método cada vez más utilizado, que consiste
en realizar unas pequeñas incisiones en la superficie abdominal
por donde se pasan instrumentos que nos permiten visualizar
el interior y manipularlo. La apendicectomía laparoscópica está
siendo de elección en una gran cantidad de casos con
apendicitis aguda, tanto en etapas tempranas como en etapas
avanzadas. Uno de los beneficios de esta técnica es el corto
post-operatorio y la rápida recuperación del paciente.
2. Laparotomía: en este caso se realiza una incisión mayor en el
abdomen para poder buscar y extirpar el apéndice
manualmente. La incisión más utilizada es la incisión de
McBurney, que sigue un trayecto paralelo a la ingle en la región
inferior derecha del abdomen, donde está el apéndice.

Algunos pacientes pueden tener formación de abscesos que


comprometen el ciego y/o íleon terminal, en estos casos, la
apendicectomía puede aplazarse hasta que se drene la masa. Con
mayor frecuencia, estos abscesos se drenan por vía percutánea o
quirúrgica. El paciente sigue recibiendo tratamiento con antibióticos.
Una vez que se drena el absceso y no hay más evidencia de
infección, se realiza una apendicectomía.

El tratamiento médico no quirúrgico se reserva para la apendicitis no


complicada (es decir, ausencia de gangrena o perforación del
apéndice, empiema o formación de abscesos, o peritonitis) se ha
instituido en algunos casos con un riesgo reducido de complicaciones
y una estancia hospitalaria similar a la de la apendicectomía.

Para corregir o prevenir el desequilibrio de líquidos y electrolitos, la


deshidratación y la sepsis, se administran antibióticos y líquidos por
vía intravenosa hasta que se realiza la cirugía.
Para apendicitis complicada (p. ej., con gangrena o perforación), el
paciente generalmente se trata con un ciclo de antibióticos de 3 a 5
días en el post-operatorio. Hoy se desaconseja colocar un drenaje
quirúrgico, los hallazgos de investigaciones recientes sugieren que
no hay mejoría en los resultados, por el contrario prolonga la estancia
hospitalaria y la infección nosocomial.

LA GESTIÓN DE CUIDADOS DE ENFERMERÍA:

1. Aliviar el dolor
2. Prevenir el déficit de volumen de líquidos
3. Reducir ansiedad
4. Prevenir o tratar la infección del sitio quirúrgico
5. Prevenir atelectasia
6. Mantenimiento de la integridad de la piel
7. Mantener una nutrición óptima.

Cuidados generales de enfermería

Diagnósticos de Enfermería

Alteración del bienestar general r/c dolor agudo evidenciado por


expresión verbal y gesticular del dolor, y posición antálgica para
evitarlo.

Acciones de Enfermería

1. Valore el dolor: localización, características (duración,


frecuencia, intensidad)
2. Valore signos vitales
3. Canalice vía EV periférica.
4. Administre analgesicos y líquidos IV según prescripción
médica.
5. Proporcione un ambiente tranquilo de comodidad y confort.

Desequilibrio hidroelectrolítico relacionado a pérdida activa de


líquidos (vómitos). Evidenciado por debilidad, Sed, sequedad de la
piel y mucosas, Disminución de la diuresis

1. Controle peso diario


2. Valore los signos de deshidratación y control de diuresis
horaria.
3. Mantener una vía E.V. permeable
4. Reponer líquidos y electrolitos según prescripción.
5. Realice balance hídrico estricto.
6. Observe perdida de líquidos (hemorragia, vómito, diarrea, )
7. Valore los resultados de electrolitos séricos.
8. Valore características de piel y mucosas.

Riesgo potencial o real de infección r/c la ruptura del apéndice.

1. Valoración de la temperatura corporal y demas signos vitales


c/8 h.
2. Nunca administrar un enema porque puede provocar una
perforación del apéndice.
3. Realice lavado de manos y demás técnicas asépticas.
4. Inspeccione el sitio de incisión de herida quirúrgica en busca de
signos de infección.
5. Administración de medicación prescrita (antibioterapia).
6. Obtención de exudado de heridas para cultivo, si es preciso.
7. Cura de las heridas mediante técnica cura húmeda por 2ª
intención c/12 (ó según protocolo establecido).
8. Control y cuidados de los drenajes quirúrgicos c/turno.
9. Valoración de la piel y herida quirúrgica. c/turno.
10. Registre y notificar cualquier cambio producido en la
herida.
11. Brinde una dieta hiperproteica, y Vitamina C.
12. Facilite la deambulación: Realice caminatas pasivas
diarias.

Dolor agudo r/c intervención quirúrgica.

1. Valore la intensidad de dolor según escalas establecidas y los


signos vitales
2. Después de la cirugía, colocar al paciente en una posición alta
de Fowler. Esta posición reduce la tensión en la incisión y los
órganos abdominales, lo que ayuda a reducir el dolor.
3. Revalúe la intensidad del dolor.
4. Administre analgésicos según prescripción médica.
5. Brindar comodidad y confort.

náuseas r/c medicación anestésica.

1. Realizar una valoración completa de las náuseas, incluyendo la


frecuencia, la duración, la intensidad y los factores
desencadenantes.
2. Identificar factores (medicamentos y procedimientos) que
puedan causar o contribuir a las náuseas/vómitos.
3. Controlar los factores ambientales que pueden evocar
náuseas/vómitos (malos olores, ruido y estimulación visual
desagradable).
4. Identificar estrategias exitosas en el alivio de las
náuseas/vómitos.
5. Enseñar el uso de técnicas no farmacológicas para controlar
las náuseas/vómitos.
6. Fomentar el descanso y el sueño adecuados para facilitar el
alivio de las náuseas/vómitos.
7. Utilizar una higiene bucal frecuente para fomentar la
comodidad, a menos que eso estimule las náuseas.
8. Proporcionar información acerca de las náuseas/vómitos, sus
causas y su duración.

Deterioro de la movilidad física r/c intervención quirúrgica.

1. Colocar una cama de baja altura, si resulta oportuno.


2. Colocar el interruptor de posición de la cama al alcance del
paciente.
3. Ayudar/enseñar al paciente a sentarse en un lado de la cama,
en la silla de ruedas que faciliten la mecanica corporal.
4. Ayudar al paciente en técnicas de traslado, movilidad y
deambulación segura
5. aplicar/proporcionar un dispositivo de ayuda para la
deambulación si el paciente no camina bien.
6. Fomentar la deambulación inmediata reduce los riesgos de
atelectasia y formación de tromboembolias venosas (TEV).
7. Educar al paciente sobre el uso de un espirómetro incentivador
y se le anima a usarlo al menos cada 2 horas mientras está
despierto.
8. Fomentar una deambulación independiente dentro de los
límites de la seguridad.

Déficit de autocuidado de baño e higiene y vestir r/c el temor o miedo


al dolor, dehiscencia de la herida

1. Higiene del paciente que requiere ayuda parcial, no encamado.


2. Cambio de ropa de cama de paciente encamado o autónomo.
3. Higiene del paciente en cama.
4. Higiene de genitales, manejo del orinal tipo botella y/o cuña.
5. Comprobar la capacidad del paciente para realizar
autocuidados independientes.
6. Observar la necesidad por parte del paciente de dispositivos de
adaptación para la higiene personal, vestirse, el arreglo
personal, el aseo y alimentarse.
7. Proporcionar los objetos personales deseados (desodorante,
cepillo de dientes…).
8. Proporcionar ayuda hasta que el paciente sea capaz de asumir
los autocuidados

Motilidad gastrointestinal disfuncional: Riesgo a desnutrición r/c


Cirugía, inmovilidad y ansiedad

1. Brindar soporte nutricional preoperatorio: mantener o mejorar


el estado nutricional del paciente antes del trauma quirúrgico.
Se recomiendan administrar soporte nutricional en el
preoperatorio durante 7-14 días a todos los pacientes con
desnutrición moderada o severa que serán sometidos a cirugía
mayor.
2. El reinicio de la dieta sera inicialmente con tolerancia líquidos
por vía oral y luego solidos.
3. Los alimentos se proporcionan según se desee y se toleren el
día de la cirugía, ya que el intestino delgado retorna a su
peristaltismo normal en 6-12 horas de la cirugía y la nutrición
puede ser asimilada y absorbida en su totalidad antes de la
válvula ileocecal.
4. Valorar ausencia de ventosidades (flatos), ruidos intestinales,
calambres abdominales, distensión abdominal, residuo gástrico
de color bilioso, regurgitación y vomitos.
5. Control de deposiciones (frecuencia, caracteristicas y volumen)

Deterioro de la integridad tisular r/c herida quirúrgica.

1. Controle de los signos vitales


2. Realice lavado de manos y demás técnicas asépticas.
3. Inspeccione el sitio de incisióndeherida quirúrgica en busca de
signos de infección.
4. Curación de la herida quirúrgica con Suero salino 0.9%.
5. Registre y notificar cualquier cambio producido en la herida.
6. Administre antibióticos según prescripción médica.
7. Brinde una dieta hiperproteica, y Vitamina C.
8. Realice caminatas diarias y pasivas

Ansiedad r/c intervención quirúrgica. evidenciado por Inquietud,


incertidumbre, angustia, preocupación creciente

1. Mantenga una relación terapéutica con empatía y simpatia con


el paciente, y brinde apoyo emocional.
2. Explique al paciente los procedimiento que se le realiza.
3. Valore el nivel de ansiedad.
4. Anime al paciente a que exprese sus dudas y temores.
5. Escuche las expresiones de sentimientos y creencias
espirituales.
6. Tratar de comprender la perspectiva del paciente sobre una
situación estresante.
7. Permanecer con el paciente para promover la seguridad y
reducir el miedo.
8. Programar una cita con el cirujano para que retire las suturas e
inspeccione la herida entre 1 y 2 semanas después de la
cirugía.

Riesgo de aspiración r/c medicación anestésica.

1. Prevención de la aspiración.
2. Cambios posturales programados.
3. Instalar sonda nasogástrica para descomprimir el abdomen
antes de la cirugía y evitar una distensión excesiva después de
ella.

Retención urinaria r/c intervención.

1. Vigilar periódicamente el grado de distensión de la vejiga


mediante la palpación y la percusión.
2. Proporcionar intimidad para la eliminación
3. Utilizar el poder de la sugestión haciendo correr agua.
4. Estimular el reflejo de la vejiga aplicando frío en el abdomen,
frotando la parte interior del muslo, haciendo correr agua.
5. Control de sonda vesical y valorar posible RAO

Riesgo de infección de herida quirúrgica r/c intervención quirúrgica.

1. Valoración de la temperatura corporal y demas signos vitales


c/8 h.
2. Realice lavado de manos y demás técnicas asépticas.
3. Inspeccione el sitio de incisión de herida quirúrgica en busca de
signos de infección.
4. Administración de medicación prescrita (antibioterapia)
5. Obtención de exudado de heridas para cultivo, si es preciso.
6. Cura de las heridas mediante técnica cura húmeda por 2ª
intención c/12 (ó según protocolo establecido).
7. Control y cuidados de los drenajes quirúrgicos c/turno.
8. Valoración de la piel y herida quirúrgica. c/turno.
9. Registre y notificar cualquier cambio producido en la herida.
10. Brinde una dieta hiperproteica, y Vitamina C.
11. Facilite la deambulación: Realice caminatas pasivas
diarias.

Hemorragia r/c intervención quirúrgica.

1. Vigilar de cerca al paciente por si se produce hemorragia.


2. Anotar los niveles de hemoglobina y hematocrito antes y
después, si está indicado.
3. Realizar estudios de coagulación, si procede.
4. Controlar los signos vitales.
5. Mantener reposo en cama durante la hemorragia.
6. Evitar esfuerzos.
7. Valorar signos y síntomas de hipovolemia

Íleo paralítico r/c intervención quirúrgica.

1. Control de ausencia de movimientos peristálticos.


2. Observar la presencia de distensión abdominal y timpanismo.
3. Mantener al paciente a dieta absoluta.
4. Valorar la necesidad de sondaje nasogástrico.

Dehiscencia de sutura r/c intervención quirúrgica.

1. Valorar signos y síntomas de dehiscencia de sutura.


2. Reducir riesgo de infección.
3. Evitar que el paciente levantar objetos pesados después de la
operación, aunque la actividad normal generalmente se puede
reanudar en 2 a 4 semanas.

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