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APENDICE, COLECISTITIS,
ULCERA PEPTICA PERFORADA,
DIVERTICULITIS
APENDICITIS
La apendicitis aguda fue descrita por primera vez en
1886, y representa la urgencia quirúrgica abdominal
más común en el mundo.
Tiene su mayor incidencia durante la adultez joven
y su menor incidencia en niños y adultos mayores.
Su diagnóstico se basa en una historia clínica
completa, un examen físico bien orientado y en una
adecuada interpretación de los exámenes de
laboratorio y el tratamiento es eminentemente
quirúrgico.
Epidemiología
En Estados Unidos se diagnostican e intervienen
más de 250.000 casos anuales (3), es levemente
más frecuente en hombres que en mujeres y se cree
que cada persona tiene un riesgo de padecerla del 7
al 8%.
Ocurre infrecuentemente en niños o en adultos
mayores, con un pico de incidencia entre el final de
la segunda y tercera década de la vida.
Anatomía
El apéndice cecal mide de 6 - 20 cm de longitud y 4 -8
mm de diámetro en adultos.
Posee las cuatro capas del intestino.
Surge del ciego a nivel de la confluencia de las 3 tenias
de colon y su posición varia de persona a persona
siendo su forma más común la retrocecal que
corresponde a un 65%, pélvica 25%, subcecal 5%,
preileal 2%, retroileal 1%, es irrigado por la arteria
apendicular rama de la arteria ileocecoapendiculocolica
que es rama de la arteria mesentérica superior.
Fisiopatología
Dentro de las teorías que buscan identificar la
causa de la apendicitis la más aceptada es
obstrucción del lumen apendicular causada en la
mayoría de los casos por hiperplasia linfoide,
fecalitos, tumores o cuerpos extraños.
Esta obstrucción favorece la secreción de moco y el
crecimiento bacteriano que lleva a distensión con
aumento de la presión intraluminal.
Seguidamente se produce obstrucción del flujo
linfático y venoso desencadenando la
producción de edema que conlleva a la fase
edematosa de la apendicitis y de perpetuarse el
cuadro, a isquemia que puede generar necrosis
de la pared con translocación bacteriana,
desarrollándose la apendicitis gangrenosa.
Si este proceso continúa evolucionando y
el paciente no es intervenido, el apéndice
gangrenado se perfora, produciéndose o
un absceso con peritonitis local si el
omento logra contener el proceso
inflamatorio o por el contrario se
producirá una peritonitis sistémica.
Escala de Alvarado
Síntomas
M – Migración del dolor (a cuadrante inferior derecho) 1
A – Anorexia y/o cetonuria 1
N – Náuseas y/o vómitos 1
Signos
T – Dolor en cuadrante inferior derecho (del inglés Tenderness) 2
R – Rebote 1
E – Elevación de la temperatura > de 38°C 1
Laboratorio
L – Leucocitosis > de 10,500 por mm3) 2
S – Desviación a la izquierda de neutrófilos > del 75% (del inglés shift
to the left) 1 Total 10
Clínica
La historia clínica continúa siendo la
piedra angular en el diagnóstico de la
apendicitis, enfocada en las
características de dolor, los síntomas
asociados y los hallazgos obtenidos
durante el examen físico.
Clásicamente se describe como un dolor
de inicio insidioso ubicado a nivel de
epigastrio con posterior migración hacia
la fosa iliaca derecha con aumento
progresivo de su intensidad conforme
pasan las horas, aunque esto solo ocurre
en el 60% de los casos.
Las variables en la posición anatómica pueden
influenciar en la localización y características
del dolor, por ejemplo, un apéndice en
localización retrocecal puede iniciar el dolor
en fosa iliaca derecha o en flanco derecho y un
apéndice largo que sobrepase la línea media
puede producir dolor en el cuadrante inferior
izquierdo.
Los síntomas comúnmente asociados son anorexia
y náuseas, el vómito puede presentarse aunque en
pocas ocasiones ocurre antes de la instauración del
dolor.
La temperatura no es un buen predictor de
apendicitis pero la presencia de fiebre marcada y
taquicardia aumentan la posibilidad de diagnóstico.
Es también conocida la asociación entre hiporexia
y apendicitis.
Es importante mencionar que ningún
signo o síntoma hace o descarta el
diagnóstico de apendicitis.
El dolor abdominal en el cuadrante