Á F R I C A /T^^

REVISTA DE T R O P A S C O L O N I A L E S

DICIEMBRE 1928 ÉPOCA I I - A Ñ O CVARTO

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tander el 19, de Gijón el 20, de Coruñael2,l para Habana Málaga el o y de Cádiz el 7, para Santa Cruz de Heneriíe,
y V^acruz. Salidas de Veracruz el 16 y de Habana el 20 Montevideo y Buenos Aires.
de cada mes, para Coruña, Gijón y Santander. Coincidiendo con la salida de dicho vapor! Jlega a
Cádiz otro que sale de Bilbao y Santander el dí^ último
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ña para Vigo, Lisboa, Cádiz, Cartagena, Valencia, Bar- la Compañía que admite carga y pasaje de los puertos
celoifs, P o n éaid, Suez, Coiombo, Singapore, Manila, del Norte y Noroeste de España pai-a todos los de escala
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vapores tienen médico y capellán.
i-as comodidades y trato de que disfruta el pasaje de tercera, se mantienen a la altura tradicional de la
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fia, Boston, Quebec y Montreal.—Puertos de América Central y Norte América en el Pacífico, de Panamá a
San Francisco de California.—Puítta'Arenas, Coronel y Valparaíso por-el Estrecho de Magallanes..,.:
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La Sección que para estos senncios tiene establecida la Compañía, se encargará del transporte y exhibi-
ción en Ultramar de los Muestrarios que le sean entregados a dicho objeto y de la colocación de los artícu-
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EEVISTA

TROPAS l-O

CE\-TA
COLONIALES
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Deelatada dfc afilidad poi~ R. O. del Ministerio d& la Guerra dfo 12 de< aéosto de^ 1925 (D. O. l78).

Diciembre 1928
£poea II Número 48
DIRECTOR:
E X C M O . SR. D. F R A N C I S C O FRANCO BAAMONDE

Administrador:
J. ys^ MIRÓ BERNAT

Redacción y Administración: Apartado de Correos 37.—Teléfono 245.—Ceuta

S UMAMIO

«El Estrecho de Gibraltar». Episodio/ principale/ de una ttaéedia

histórica, Gonzalo de R E P A R A 2 ; páé- 289. — «Política colonial de
España», Fernando de C A R R A N Z A ; páé- 291.—«Después de lo/
últimos acuerdo/ sobre Tánéer», Santo/ F E R N A N D E Z páé. 293.—
«Sembradore/de hispanismo en Marruecos», Dionisio P É R E Z páá. 295
—«El Alto Comisario visita el territorio de la zona». Orientacione/ de
la labor protectora; páé. 297.—«Características éeoéráficas de^ Marruei*
co/ y en especial d e la zona espaiíola de Protectorado» I I I , Coronel
A R A N D A ; páé- 3o5.—«Apunte/ para la historia del correo español en
Marrueco/», Lorenzo N O G U E S ; páé- 3o8.—Eco/: «La aéresión del
Sur oranés», Epifanio G O N Z Á L E Z ; páé- 3o9.—«Una Conferencio
sobre Marrueco/», A. M. de la E S C A L E R A ; páé. 310—«Nuestras
tropas de Policía del Sahara»; páé. 3ll.—Revista de Libros: «África la
víréen», Juan O R T E G A C O S T A ; pág. 312,

Portada: «Patio de una mezquita»; J. PITARCH.^—Amanecer en

el puerto de Ceuta, B. ROS.—Variedad de origínale/ gráfico/ de
actualidad e interés.

A N U E S T R O S SUSCRIPTORES
La Adminístracióiv de esta Revista recibe^ frecuente/ reclamacione/ de señore/ sus-
criptore/ c[ue^ no la recibeiv puntualmente^.
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devuelto/ corv, la referida indícaciórv,.
A u i v cuando el personal de^ esta Administración., agota todo/ lo/ medio/ posible/
dej información., para estar- al corriente- de^ lo/ cambio/ de- residencia de» sus suscrip-
tore/, aáradeceríamo/ extraordinariamente^ se^ no/ comunicararv, directamente^ por- lo/
interesado/, erv, la seguridad de^ (jue.- redundaría en, beneficio de^ la más pronta y regular"
recepcióiv de^ la Revista.
 I as aáuas del Esireclio y las del Mar Mediterráneo separadas por el istmo de Ceuta
EL ESTRECHO
E P I S O D I O S . P R I N C I P A L E S DE U N A T R A G E D I A H I S T Ó R I C A
'ÍLIEDO por gobernador de Ceuta D. Pedro de
-^JiWÍ Meneses, guerrero esforzado, mandando no
^ mucha pero sí veterana guarnición, con la
j f que no solo rechazó algunas acometidas de
'1S los moros, sino que constantemente los em-
bestía, saqueando los vecinos aduares, do
*">Sf modo que los tenia intranquilos y atemori-
zados. No parece, por los datos que se conservan, que en tiempo
alguno pudiese disponer L). Pedro de 200 caballos para estas
algaras ifussados decían lus jiortugueses), y aun si los tuvo nunca
los empleó juntos, pues por las minuciosas noticias que nos da
el cronista (¡ornes Eannes d'Azurara, el cual para escribir de estas
guerras con ])leno conocimiento se fué a vivir a AlVica, sabemos
(|ue la mayor entrada ijue se hizo fué la que 1). Duarte de Meneses,
hijo del conde ü . Pedro, llovó contra Tetuán en octubre de 15;5o,
y lii fuerza que empleó constaba de 300 peones y 170 caballos.
'Panto bastaba a los portugueses para ir de Ceuta a Tetuán y, en
un sólo día correr la vega y cautivaí' gente y ganado. Los peones
habían salido de noche, embarcados, para la ensenada del Tíincón,
donde fueron a juntárseles los jinetes; partiendo de allí sobre
Tetuán al amanecer, con rapidez fulminante.
Ni un momento abandonaron los portugueses a los marro-
(|uíes la iniciativa estratégica Tampoco vaciló en ellos nunca
la confianza en la propia superioridad militar, do modo que ja-
más aspiraron a la numérica, la cual les habría parecido deshon-
rosa, a la par que contraproducente. «A mayor nv'imero nuestro,
mayor peligro», era la máxima fundamental de D. Duarte de
Meneses. ¡Compárese con otras estrategias de otros tiempos! Los
fundamentos de la estrategia portuguesa en África fueron cons-
tantemente: 1." Perfecto conocimiento del indígena y de su modo
de operar. 2.° Vigorosa ofensiva basada en el desprecio del ene-
DE GIBRALTAR
migo. B.° Contacto con la población indígena, del que se sacaba
un buen servicio de espionaje.
Absténgome de juzgar la legitimidad d é l a invasión. Sobre
la conveniencia sólo diré que la guerra resultó, a la postre, aun
hecha tan a poca costa, más cara de lo que valia. Mas ya que se
hacia, hiciósese bien. Hizose, en verdad, de la mejor manera po-
sible, y si no aprovecharon más tarde los principios en ella ma-
gistralmente aplicados, culpa fué de la ignorancia total y verda-
deramente increíble, de los que luego operaron en África, así en
Argelia como en otras partes. Los portugueses vencieron siempre
a los marroquíes, desde las orillas del Estrecho a las llanuras del
Tensif, y pudieron adelantarse hasta las puertas de Marruecos y
de Fez, sin sufrir contrariedad alguna de consideración, menos
cuando asumieron la dirección de las operaciones Príncipes o
Reyes que sangrientamente probaron cuan fecunda suele ser en
desastres la gerarquía sin talento. Tal sucedió con las expedicio-
nes del Infante D. Enrique a Tángei', la de D. Alfonso V a Xe-
xauan, y la de IJ. Sebastián a Fez pasando por Alkazar-Quibir.
Tres grandes empresas ostentosamente preparadas, y que
acabaron en otras tantas catástrofes.
II
La fácil conquista de Ceuta avivó la ambición de gloria
bélica que el Infante D. Enrique padecía y que comunicó a su
hermano menor Fernando. No sin trabajo obtuvieron del mayor
y Rey D. Duarte, permiso para la nueva cruzada. Otorgado al fin,
hubo solemnísima fiesta religiosa en la catedral de Lisboa para
impetrar del Señor de los cristianos la necesaria protección. Ofi-
ció el Obispo de Evora. D. Fernando de Abreu, vestido de Ponti-
fical. La familia Real con su séquito imponente de cortesanos e
innumerable coro j'opular, llenaban el vasto templo. Después
- .28)
todos salieron procesionalmeate, siguiendo al Prelado, quien lle-
vaba en la mano la bula de la Santa Cruzada que el Papa acababa
de publicar. Precedíale un caballero que enarbolaba la bandera
con la Cruz de Cristo. ¡Gran solemnidad, pero sin entusiasmo!
Embarcaron los infantes con su gente aquel día 17 de agosto,
pero sólo pudieron partir el 22, impedidos por vientos contrarios.
Tan favorables se tornaron, que el 27 la flota fondeaba en el puer-
to de Ceuta, tras la más bonancible de las navegaciones.
Halló ya fondeada la armada salida de 0-Porto poco antes.
Apenas vio D. Pedro de Meneses el pabellón Real ondeando
en el mástil mayor do la capitana, hizose llevar a bordo de esta.
Alli, gobernador e infantes, se abrazaron efusivamente. Era Don
Enrique su compañero de armas en aquella cruzada desde los
primeros pasos de ella, y ahora el placer de continuarla juntos
más intimamente los unia. Desembarcaron D. Enrique y D. Fer-
nando con su acompañamiento, y con igual solemnidad que a la
salida de Lisboa, se encaminaron a la iglesia de Santa Maria de
África, donde hubo gran ceremonia religiosa, para pedir de nuevo
a Dios el auxilio necesario, y que seguramente no había de faltar.
Quedaron a bordo la bandera de la Cruzada y la del Rey, que al
día siguiente se fueron a buscar procesionalraente, llevando la
Ijrimera el obispo de Evora, quien viniera en la armada, y que
seguido de gran acompañamiento la depositó con toda pompa, en
la dicha iglesia, donde fuó velada toda la noche por el Prelado y
los sacerdotes de la ciudad. Por la mañana hubo solemnísima
función religiosa. En el orden místico no quedó precaución algu-
na que tomar para asegurar el éxito.
La tarde del mismo día llególe el turno al orden militar, pa-
sando revista el Infante D. Enrique a su hueste, la cual viose es-
tar reducida a 6.00Ü hombres, en vez de los 14.0(X) que en Lisboa
se inscribieron en la Cruzada. Debíase la merma a desaliento de
muchos, a enfermedades de otros y, finalmente, a falta de sitio en
los barcos de la armada. De que los desalentados de última hora
fuesen muchos no hay que maravillarse, porque la expedición
naciera impopular. La guerra al moro no era impulso espontáneo
de la plebe, aunque otra cosa digan las novelas históricas que i)or
ahí andan haciendo de Historias verdaderas desde no sé cuantos
siglos; era un sentimiento sugerido por el clero y por la nobleza,
educada y dirigida por la Iglesia, y bien nos la muestran este
capitulo histórico y aquel otro, aun más trágico, que acabó en
Alkazar-Kibir. En ambos vemos que el ejército reclutado no llega
a la mitad del que se pensó reunir. La resistencia a la cruzada
africana es, la verdadera tradición peninsular. Está en la esencia
misma del alma ibera.
Vista la merma hubo pareceres contrarios a que se continua-
se la campaña sin esperar refuerzos. Tánger, contra la que se pre-
tendía marchar, era ciudad muy fuerte, y la guarnecían más de
7.000 hombres. Parecía temeridad evidente embestirla con 6.000
Don Enrique era mal general, como lo probó la única vez de su
vida que mandó (que fué esta), y era terco. Su ciencia bélica se
reducía a la lección de la fácil con(|u¡sta de Ceuta. Suponía que
se repetiría en Tánger. Persuadíale la circunstancia de ser gober-
nador de la plaza el que lo fuera de Ceuta: Sala ben wSalá. Pensó
que seria tan mal defensor la segunda vez como lo fuera la pri-
mera. Y pensó muy mal. Hala ben Sala sabia muy bien que el que
tiene la suerte de liacer la misma cosa dos veces debe llegar al
extremo de la perfección la segunda vez. Y ahora estaba bien
apercibido. No triunfara el parecer del Infante fácilmente, por
serle opuesto el de otros capitanes más experimentados, de no
haber llegado comisiones de moros asustados que venían a pedir
paz, y ofrecer el pago de tributos en adelante. Aquellas sumisio-
nes hicieron prevalecer la opinión de la ofensiva inmediata.
¿Qué dirección llevaría esta? ¿Derechamente por Anyera {Se-
rras da Hinseira de los portugueses), o dando la vuelta porTetuán
y el Fondak? Mandaron a Juan Pereira, buen soldado y muy
práctico, con 1.000 hombres de pie y de a caballo, camino de Al-
kazar-Zeguer. Volvió diciendo que por alli no había paso. Quedó
resuelta la marcha por Tetuán. Tomó la delantera D. Duarte, par-
190
tiendo, según su costumbre, de la ensenada del Rincón; pero como
los moros le sintieron, y le temían tanto, desampararon la ciudad,
en la que entró rompiendo algunas puertas y escalando las mu-
rallas, sin encontrar alma viviente. Colocó unos 200 jinetes en la
vega por si venía algún socorro de la parte de Beni-Madan, y es-
peró la llegada del ejército.
III •'-'
Este saliera de Ceuta la víspera majestuosa y procesional-
mente.
Al amanecer de aquel domingo 8 de septiembre de 1137, el
obispo de Evora dijo misa, predicó un elocuente sermón procla-
mando la Santa Cruzada contra los infieles, y dio luego absolu-
ción plena a todos los cruzados.
El siguiente lunes, muy de madrugada, salía de la ciudad la
vanguardia: .300 jinetes mandados por Ruy de Sousa. Seguíale el
conde de Arrayólos, protegiendo un enorme convoy que estuvo
saliendo hasta mediado el día. Después caminaban: el ala derecha
mandada por D. Fernando de Castro, gobernador de la casa del
Infante D. Enrique; el ala izquierda, regida por D. Fernando el
Mozo, veedor de la dicha casa; luego Ruy de Mel-lo, con la ban-
dera del Infante D. Enrique, y D. Duarte de Meneses, que hacien-
do de Alférez mayor, en representación de su padre D. Pedro, lle-
vaba el estandarte Real; tras ellos Juan Falcón, con la bandera
de la Cruzada. Ceri'aban el séquito las imágenes de Santa María
de África, del condestable Alvares Pereira y de D. Juan I, y una
reliquia del Santo Ijeüo; todo ello acompañado por el obispo de
Evora y gran número de sacerdotes. A cuatro leguas de Ceuta
detúvose la procesión para pei-noctar. Aquella noche se separó de
ella D. Duarte, uniéndose en el Rincón con los suyos, para hacer
lo que dicho queda.
Tetuán fué escrupulosamente saquedo.
A la mañana siguiente volvió a marchar el ejército tan pau-
sadamente y tan en paz como los dos días anteriores, caminando
hasta un sitio llamado Alto del León, a cuatro leguas deTetiu'in,
donde acampó. De alli marchó al Fondak, distante otras cuatro
leguas (dice el cronista) que halló abandonado de los habitantes,
pero no falto de provisiones, por no haber podido llevárselas los
fugitivos, y al romper el quinto día arrancó toda la hueste sobre
Tánger, cuyo blanco caserío apareció pronto en el horizonte. Lue-
go dieron vista al mar, y contemplaron la escuadra, fondeada en
la bahía, lo que acabó do alegrar a todos que ya se consideraban,
tras tan feliz marcha terrestre, vencedores de toda la morisma,
gracias a la evidente protección del Señor. El obispo de Evora asi
lo aseguraba.
En la escuadra llegara el Infante D. Fernando, a quien una
indisposición impidiera venir por tierra matando infieles, auiujue
ya hemos visto que por mucho que los buscara no los hallara.
Sentía también esta ausencia de enemigos su.hermano mayor
1). Enrique, pero consolábase pensando qu,e alli eslaba Táiigei-,
repleta de ellos, y a punto de caer en sus manos.
Desembarcó D. Fernando; reuniéronse lus cnplUincs y deli-
beraron sobre lo que convenia hacer; desflhu-on las lroi)as a lo
largo de la playa, de modo que la guarnición de la jilaza ))udieso
admirar el poder de los cristianos, y oir el estruendo de las trom-
petas y atabales, i^ue iban tocando como delante de una nueva
Jericó; luego D. Enrique armó caballeros ostentosamente a varios
hidalgos de los de más ilustre sangre. En la plaza, en cambio,
todo era recogimiento y silencio.
Acabadas estas ceremonias, el ejército cristiano, subió por
los Seoanis a la meseta del Marxan, donde acampó. Sólo un temor
sentían todos los cruzados: que los moros abandonasen la plaza
sin lucha, como casi lo hicieran los de Ceuta. Corrió la voz de que
huían, y luego, sin orden, pero furiosamente, muchos soldados
corrieron al asalto, arrastrando a los jefes.
Era el viernes 13 de septiembre de 1437.
Gonzalo de REPARAZ
Barcelona, Diciembre, 1928.
POLÍTICA COLONIAL DE ESPAÑA
A política colonial ha entrado hoy en el minaron los Sultanes, sin duda porque no pudieron, conocidas en
mundo en una fase de extraordinaria activi- el país por el nombre de Bled es Siba, que eso significa, tenemos
dad, debido al progreso alcanzado por la in- la posesión de Ifni, cedida al terminar la guerra del 59 al 60 como
dustria moderna y los medios de locomoción. compensación de la antigua Santa Cruz de Mar Pequeña, que en
Nuevas materias primas, constituyen la base aquellas costas teníamos, para defendernos de las correrías pira-
de aquellas, que es preciso buscar en países tescas de los moros contra la isla de Lanzarote; lo mismo que
nuevos o viejos, pero inexplotados; a los ar- hacían las posesiones antes citadas del Mediterráneo con el co-
tículos comestibles que, antes constituían mercio marítimo en el Estrecho de Gibraltary aquellas aguas.
la riqueza principal de los países ultramarinos, el azúcar, cacao, En el Sahara tenemos una inmensa extensión de arena entre
café, te, especias, etc., reemplazan los nuevos combustibles lí- los paralelos de Cabo Blanco y Bojador, prolongada ])or una zona
quidos, los minerales, el cautohouc, los abonos minerales, etc., de protectorado y derecho de ocupación hasta los confines meri-
etc. Países colonizados se han convertido en metrópolis y orean dionales de Marruecos suponiendo que estos sean el río Draa. En
a su vez industrias y otros maso menos mediatizados, alcanzan esta zona desierta y hasta hoy sin valor, tenemos ocupados, el
su desarrollo y procuran explotar por sí mismos sus productos. puerto de Río de Oro y los Cabos Blanco y Juby. La razón de
Las inteligencias humanas se agudizan, la cultura se extiende y esta colonia, es sin duda su vecindad al archipiélago canario,
a los pueblos llamados directores, les es más difícil adelantarse cuyos pescadores solían antes hacerlo a veces en sus playas y
a la previsión de los otros sorprendiendo su buena fe y timidez; más al sur en la bahía de Galgo y los Bancos de Arguin, sin em-.
África está por completo acotada ya, hasta Abisinia, Liberia y bargo, al adjudicársenos esta colonia se nos privó de dicha bahía,
Marruecos han caído dentro de esferas de influencia de otras la única buena de aquella costa, aunque conservemos el derecho
Potencias; Asia despierta a la vida moderna y se adapta al pro- a pescar en sus aguas, pero no en los bancos de Arguin, que como
greso de la civilización occidental; América lo está ya hace tiem- las salinas de lyil y en general el Adraar-Tinarrt, única parte de
blo y necesita para sus propias industrias, sus elementos na- algún valor en aquel desierto, fué desglosado de nuestro dominio
turales. al que correspondía por el Tratado de Berlín.
La gran guerra no destruyó la industria germánica que ha- Finalmente nos queda como resto de nuestro antiguo poder
cia competencia a la sajónica y que, de vencer en Europa los colonial, en el Golfo de Biafra, al fondo del de Guinea, las islas
países centrales, hubiera puesto en peligro a la norteamericana; de Fernando Póo, Annobón y Coriseo y un pequeño territorio en
el desarrollo industrial de Alemania, su progreso químico, se el Continente Africano entre el Río Campos y el estuai-io del
impone y soslaya las dificultades derivadas de las pérdidas colo- Muñí, sin hinterland, és decir, una faja litoral bajo el Ecuador.
niales, como fuejites productoras de materias primas. El equili- Tanto nuestro protectorado en Marruecos, como nuestra po-
brio mundial bajo el punto de vista industrial no se ha logrado y sesión de Ifni, las del Sahara y la colonia de Guinea, colindan
como la competencia subsiste, el peligro internacional es quizá todas con territorios de Francia; la zona del Protectorado fran-
mayor hoy que antes de aquella guerra; ante la explotación de cés, la Mauritania, el África Occidental Francesa y Camerones.
Asia se alza la esfinge soviética de Kusia que intenta despertar El Imperio colonial francés, constituye hoy, merced a los esfuer-
a China y la India; ante la explotación por Ei'ancia e Inglaterra zos de sus bien orientados gobernantes, un conjunto armónico,
de las excolonias alemanas, persiste el veto wilsoniano, que sólo de su África Septentrional a través de Marruecos se dan la mano
consintió un mandato temporal, la nueva África Oriental Inglesa con el África Occidental y hoy esta, mediante Camerones, lo hace
y la Central Francesa pueden quedar planeadas como proyectos; con el África Ecuatorial francesa. Las pequeñas colonias citadas
las colonias que en América poseen estos países ven avanzar so- nuestras, herencias unas de nuestras seculares luchas con los mo-
bre ellas la sombra de Monroe, amenazadora en forma de Deudas ros, y de litigios con nuestros hermanos portugueses las otras,
de la Guerra, nada hay estable, nada es hoy seguro ante la inten- puestas en valor al producirse en el mundo el movimiento a que
sidad de la vida de los pueblos, como en las de los individuos; dieron lugar el Tratado de Berlín y Acta del Congo primero y
caen monarquías, cambian nacionalidades, desaparecen radica- nuestra liquidación colonial en América después, se encuentran
lismos religiosos, todo cambia, todo se transforma, la amplitud desperdigadas y distantes entre si a lo largo de las costas del
de la inteligencia humana, creación divina, desarrollada con el Continente Africano, en climas completamente distintos sin la
tiempo, mira hoy como detalles lo que antes constituían obras menor analogía ni relación entre sí y de dimensiones tan reduci-
definitivas, al átomo substituye el electrón, a la fuerza, la vibra- das, que por sí solas hacen dispendioso cualquier intento de orga-
ción, el principio de Lavoissier está en peligro. Consecuencia de nización administrativa. Se ocurre por consiguiente considerar
ello es que todos los países hacen examen de conciencia, miden,, que al tratar de explotar esas posesiones y protectorados en justa
sus fuerzas y las reconcentran, desechando prejuicios y atenién- compensación de los gastos que su civilización origina y no in-
dose a la utilidad práctica de sus medios de acción. fluyendo su situación geográfica en ningíin fin estratégico, pro-
España fué una gran potencia colonial, fuera ñoñería poner- cedía hacer un estudio de las mismas tomadas en conjunto ya
lo en duda y hoy todos nos lo reconocen, la leyenda negra que que existe la coincidencia de lindar en todas con Francia. Seria
contra nuestro patriarcal sistema se tejió para justificar el expo- mucho más fácil llegar a un acuerdo con dicho país, tratando así,
lio, va desapareciendo ante el análisis filosófico de la historia, que no haciéndolo hoy en Marruecos por Tánger o Branes, ma-
nuestro pecado fué la debilidad y la imprevisión, de aquello nos ñana en Mauritania por Ifni, al otro en el Sahara por el Transaha-
queda como a Grecia y Roma el recuerdo glorioso, lo actual no riano o en Guinea por los transportes fluviales por la vía del rio
tiene relación con ello, es todo nuevo y son procedimientos nue- Upuanyo o San Benito o por las del Utambeni o comercio de
vos los que debemos emplear. maderas del Muni; posiblemente se encontrarían materias com-
El poder colonial de España hoy, podemos circunscribirlo, pensables de uno y otro lado que complementasen las del otro
aunque parte de tales países no sean colonias, a Marruecos, el poniéndolas en valor.
Sahara y el Golfo de Guinea. Para España, por ejemplo, hay en esa serie de territorios he-
En el primero por razones estratégicas, basadas quizá en la terogéneos, dos principales que son la zona norte de Marruecos
tradición histórica, que de África vinieron a España casi todas que linda con nuestras aguas y en la que están enclavadas ciuda-
sus invasiones, consiguieron nuestros estadistas valiéndose de los des como Ceuta y Melilla esencialmente españolas y la Colonia
celos existentes entre los países predominantes, nos fuese cedida de Guinea, de valor positivo y que en manos de los que supieron
una zona de protectorado en el macizo del Rif, prolongada a po- llevar al grado de riqueza que tenían otras tierras semejantes
niente con la Yebala hasta el Océano. Enclavadas en esa zona como eran cuando perdimos las de Cuba, Puerto Rico, Luzón,
están nuestras zonas militares de Melilla, Ceuta y los islotes de Panay, Negros, etc., cabe esperar podían sernos muy reproducti-
Alhucemas y Gomera y en cambio dentro de ella también queda vas para la economía nacional; en cambio Ifni enclavado en medio
el enclave de Tánger, internacionalizado. En el sur de Marruecos, de una zona francesa, dependiendo de jefes que lo son también
en la región del Sus, en tierras en que como las del Rif, nunca do- délos indígenas de aquella, de valor dudoso tomado por si solo
s9l
en una zona de régimen semi desiértico, con guads secos en es-
tiaje, poblado por gente casi nómada y guerrera, sin puertos y
con dos malisimos fondeaderos muy lejos de la costa, sumamente
aplacerada, sin la menor ondulación en su linea que le preste
abrigo; nos resulta completamente inútil y sirviendo tan sólo de
carga al erario y de motivos de rozamiento con vecinos que no
se preocupan de evitarlos.
Lo mismo decimos de los territorios del Sahara, el valor de
cuya colonia recuerda el del Imperio del azucarero Lebandy. En
tiempos.pasados, las industrias de pesca sumamente elementales
de los habitantes de Canarias exigián para su protección en las
playas del litoral africano, torres o fortines que hoy no tienen
razón de ser con las embarcaciones y artes de arrastre que la pes-
ca intensiva moderna utiliza, los bancos pesqueros del Sahara
tanto en el norte como en el sur salen muchas millas mar afuerai
en el mar libre donde todos pueden pescar. Cabo Juby, fondea-
dero peligroso, tuvo su razón de ser para la Empresa inglesa que
allí se estableció a ejercer el contrabando de armas con los sub-
ditos rebeldes del Sultán. Rio de Oro es un mediano puerto de
mucha corriente de mai-ea y poco calado en su fondo, echado a
perder con la pérdida del crucero alemán en su boca. Cabo Blan-
co, sin la bahia del Galgo y con su desabrigado fondeadero de
fuera, no tiene otra utilidad que poder defender al puesto francés
de Port Etienne de ser envuelto en un ataque de los nómadas del
Desierto. Como dijimos al principio, lo poco que habia de valor
én esa región del Desierto, o sea el Adraar, las Salinas de Yegil
y la Bahía dé Galgo fué disgregado cuando nos fué cedido, y hoy
es una carga para España, que está obligada a balizar su litoral,
dotándolo de faros, a proceder al levantamiento hidrográfico de
los planos de las costas y a sostener la vigilancia y policía en su
zona, obteniendo como fruto las reclamaciones de ambnspflrtes,
cual ocurrió con ingleses y alemanes en el combate naval de Bío
de Oro durante la última guerra o cada vez que se cae un apara-
to de las Compañías de aviación francesas a Dakar, hoy, como
mañana ocurrirá con las vías férreas que puedan cruzar por nues-
tro territorio para Port Etienne a San Luis. El valor de dicha ex-
tensa región para España es nulo y es una carga; país desierto no
puede constituir en ningún caso una amenaza para Canarias,
como Marruecos para España. El peligro para aquella provincia
marítima sólo puede venir de la mar y en último caso el derecho
a pescar en su litoral puede obtenerse, sólo, como hoy lo tenemos
en la bahía de Galgo y debíamos tenerlo cual antaño en los Ban-
cos de Arguin, cual Francia lo conserva en la costa occidental de
Terranova.
En cambio para Francia actualmente han adquirido valor
tanto Ifni, después de la ocupación de Agadir y el Sahara, ante
el desarrollo de su África Occidental y el tendido de sus vías fé-
rreas hacia la misma.
Ambas posesiones españolas pueden servir para negociar con
Francia, haciéndolo en globo como territorios de compensación
para mejorar nuestra deficiente situación en Marrueces y en los
territorios del Muni; nuestra posición en la zona septentrional del
primero será siempre difícil, privados de su capital política y co-
mercial Tánger y de su capital política y religiosa Guazam; nun»
ca tendremos seguridad en nviestra zona mientras haya un esta-
tuto en la primera que secuestre nuestra autoridad en aquel nido
contrabandista, ni ])odremos desarrollar una política indígena en
el interior, mientras en este se sientan influencias extrañas en su
alma religiosa a través de los sherifes de Guazam. La reducida
profundidad de nuestro hinteiiand no pondría al abrigo de un
ataque enemigo en caso de una guerra continental a nuestra zona,
y dominada esta, poco tardarían en caer nuestras plazas militares,
cuyas comunicaciones marítimas pronto serian cortadas: lo mis-
mo que decimos de Tánger debemos pensar de Ceuta y Melilla-
su carácter español no las libra de que sean inseparables de la
zona, tan pronto esta se civilice y desarrolle. Las fronteras natu-
rales de nuestra zona, y esto podria considerarse una bien modesta
aspiración del partido colonista español, si existiera este, serían
los ríos Sebu y Muluya con sus afluentes Inauen y Msun, dejando
al sur el callejón Udga-Taza-Fez y comprendiendo en la desem-
bocadura del Sebu, nuestra antigua Mamora hoy Mehedia y Ke-
nitra, tan famosa en los anales de nuestra historia marítima.
VA\ los territorios del Muni, para darles valor colonial deex-
])lotación, precisa mayor hinterland y más concentración aproxi-
mándolos al centro de la colonia que hasta hoy es la isla de Fer-
nando Vóo. De esta distan hoy aproximadamente 125 millas y en
cambio aquella isla dista de la costa de enfrente de Camerones
29j
12 o 14 millas. La parte rica de nuestro territorio es principal-
mente la comprendida entre las cuencas de los ríos San Benito o
Upuanyo y Campos o N'tem, la parte sur, región de ríos torren-
ciales que vierten sus aguas en los estuarios del Muni y (Jabón,
asolada por la enfermedad del sueño y poblada en el litoral por
razas degeneradas Bengas y Combes, es de escaso aprovecha-
miento para nosotros, que debemos buscar la homogeneidad de
nuestra población indígena Pamue, remontando la colonia más
al norte, para aproximarla a Fernando Póo. La pérdida del puer-
to formado por el estuario del Muni, que seria una buena adqui-
sición para Francia, que nos la compensaría con un mayor hin-
terland, dejando nuestro territorio comprendido entre los ríos
Benito y Kribi con ambas orillas de ambos y de hinterland el
que alcanza el curso del rio Campo o N'tem, menor, aún que el
que en realidad nos correspondía, que era, como es sabido, hasta
el Sauga. De esta forma quedaba nuestra colonia próxima entre
sí, Fernando Póo y el territorio del Continente y poblada casi
únicamente por la sola raza Pamue con algunos Combes y Ba-
tangos ya muy mezclados a ellos.
Queda por considerar el islote de Annohon puesto que los de
Elobey y el pantanoso de Coriseo pueden considerarse como for-
mando parte del estuario del Muni cuj'a boca cierran; el islote de
Annobon, último eslabón de la cadena volcánica submarina que
del volcán Mungomaloha en el Cameron sigue por las islas Fer-
nando Póo, Príncipe y Sao Tomé, a 3(X) o 400 millas de la prime-
ra, abrupto y pedregoso, poblado escasamente por unos cientos
de negros procedentes de su vecina isla portuguesa de Sao Tomé.
])erezosos y haraganes, que se sostienen de }a pesca, nos es per-
fectamente inútil y dadas sus distancias a Fernando Póo y el
Muni, constituye una complicación sus comunicaciones, necesa-
rias por los Padres del Inmaculado Corazón de María que tienen
allí una Misión, un Practicante y un Caho de la Guardia Colo-
nial, únicos europeos que en el apartado islote del hemisferio sur
habitan. Quizá fuera más útil a España y la colonia, cederlo a
Portugal, a quien perteneció en principio, y dada la proximidad
a su isla podría serle útil, a cambio de que este nos permitiof-e
importar en nuestra colonia, indígenas procedentes de las suj as
africanas. En la política colonial actual, constituye hoy la última
palabra, las confederaciones coloniales y a España que aspira en
su política desde hace tirmpo a la aj)roximación hacia su heima-
na Portugal, quizá le conviniese una confederación de sus colo-
nias del África Occidental con las portuguesas de dicha parte de
África.
Resumiendo estas ligeras ideas sobre el colonismo español,
entendemos que el plan a seguir sería:
1.° Creación de un partido político colonial que recogiese
las aspiraciones de los millones de españoles hoy repartidos por
América y África, prociu-ando evitar esa causa de debilidad que
j)ara la metrópoli representa su pérdida de nacionalidad, sino en
las Repúblicas Americanas que podemos considerar países nue-
vos, prolongación de España, por lo menos en las colonias fran-
cesas del norte africano, inspirándonos en la jiolitica que .Musso-
lini sigue en las mismas para los subditos italianos (|ue fe halhin
en el mismo caso.
2.° Hacer un estudio de los territorios y derechos que fuera
de la metrópoli posee España, por personal que los conozca y
pueda apreciar cuales pueden ser reproductivos y cuales aprove-
chables tan sólo como materiales de compensación para ti'ansac-
ciones en una negociación.
8." Reconcentrar el esfuerzo colonial en los centros princi-
pales, siguiendo también en esto el ejemplo de Italia, que cons-
tante en sus propósitos, desde el 1870 que ocupó en el Mar Rojo
un pequeño establecimiento en la costa de Asab, base de la Eri-
trea de hoy, después la Somalilandia, el 12 Trijjoli y la Cirenaica,
recientemente en 1924 consiguiendo de Inglaterra los oasis de
Koiifra, Djerabout y la Djubalandia, manteniendo con Francia
a pesar de las concesiones conseguidas en Tánger sus pretensio-
nes sobre los territorios de Tibesti, Borkou y Ennebi, marcándose
siempre la misma tendencia hacia el sitio donde a pesar de los
fracasos sufridos reconcentra sus esfuerzos.
Trazarle en fin un programa viable, estudiar su desarrollo y
aplicarse a él con método, empleando la energía para encauzar
por él las masas humanas que hoy pierde la Patria a cambio de
un insignificante tanto jjor ciento de su utilidad, como nos lo está
hoy probando Grecia con la repatriación de sus hijos de Anatolia.
remando de CARRANZA
Tánger, diciembre, 1U28.
 Una calle de Ceuta, IÁ ciuJuJ de porvenir más definido en el Mediterráneo marroquí-
De/pués de lo/ último/ acuerdo/ sobren Tánéei~
LOS ÚLTIMOS ACUBIinOS. — DOS
i'UKTOS KS1,0X(;1ALHS.
ONUCIDOS 8on los últimos acuerdos inter-
nacionales sobre Tánger. Hay en ellos dos
puntos esenciales. El primero consiste en lo
que se ha reconocido a España. El segundo,
en lo que se ha otorgado a Italia.
Por lo que al primero atañe, no prestamos
gran interés a que la Gendarmería sea man-
dada por un español ni a la creación de
una Oficina de Información bajo la dirección también de un es-
pañol. Lo que importa es que las principales potencias interesa-
das en Marruecos y en el Mediterráneo han reconocido, oñcial-
mente y por primera vez, que en Marruecos hay vitales intereses
españoles que pueden ser amenazados desde Tánger y cuya vigi-
lancia cumple a España. El reconocimiento de este principio vale
tanto cuanto valga la futura política general de España en Ma-
rruecos. Del acierto de esta, depende la deducción de las últimas
consecuencias de aquel principio.
Le intervención de Italia en la Administración internacional
de Tánger es un paso más dado en la dirección que Inglaterra
parece quiere imprimir a la política general de Marruecos. El
lOstatirto internacional de Marruecos, establecido en el Acta de
Algeciras, es cuidadosamente vigilado por la Gran Bretaña.
Acceder a la intervención de Italia en la Administración de'l'án-
ger es un indicio claro de que se pretende ampliar la base de esta
internacionalización. La internacionalizaoión tiene sus riesgos.
Pero Inglaterra no solamente no parece temerlos, sino que dijé-
rase que los provoca. Además de internacional, el Estatuto de
Marruecos es provisional. La última conferencia sobre I'ángei'
puede haber sido laprepai'acióii de la próxima conferencia sobre
Marruecos.
L o QUK PUKDK ACARREAR LA
INTERVENCIÓN DE I T A L I A .
Las potencias encargadas de armonizar en Tánger sus inte-
reses políticos y de dar a esta ciudad una constitución habían sido
Inglaterra, España y Francia. Porque los tratados internacionales
reconocían a Marruecos dos clases de intereses.
Los intereses generales quedaban atendidos con acuerdos
también de carácter general, tales como la garantía de la inte-
gridad del Imperio y la puerta abierta para todos. Los intereses
Foto Ro/
especiales provenían, para Francia de la fi'ontera argelina; para
España de la frontei'a peninsular y de sus plazas y presidios de
soberanía; para Inglaterra, de la situación del Noroeste marroquí,
al margen de la artería vital del Imperio. Habían sido satisfechos
estos intereses especiales con la repartición del Imperio bajo la
vigilancia e intervención británicas. Y siendo Tánger territorio
del Imperio jerifiano, a estas tres potencias se creyó que
incumbía el arreglo de la cuestión local tangerina. Por eso
vino negándose persistentemente a Italia la intervención en la
Administración de esta ciudad sobre un pie de igualdad con
cualquiera de las tres potencias citadas.
Pero ahora se ha advertido viraje. Italia no ha podido invo-
car intereses especiales en Marruecos de la índole de los de Fran-
cia y España. Ha hablado de su posición en el Mediterráneo y se
ha creído oportuno acceder a la pretensión italiana. Ello ha sido,
ante todo, abrir una puerta que hasta el día se había tenido gran
interés en mantener cerrada. Toda potencia que invoque o pueda
invocar razones de carácter general, del géiiei'o de las invocadas
por Italia, pretenderá tener derecho a la misma intervención en
la Administración tangerina.
L A S PRIMERAS CONSECUENCIAS.
El nuevo acuerdo debía haber sido implantado el día 14 de
diciembre; pej'o ha habido que aplazar esta implantación. Han
sobrevenido las primeras consecuencias de la intervención de
talia.
Parece ser que el Gobierno portugués creyó de su derecho,
al igual que Italia, una participación directa en la Administra-
ción y una representación pareja en la Asamblea legislativa in-
ternacional. Según el Convenio de í'aris, esta representación
debe guardar proporción con el número de subditos y la impor-
tancia de los intereses que cada potencia tiene en Tánger. ]^ortu^
gal estima, y creemos que COB justo motivo, poseer en Tánger
más subditos y más crecido volumen de negocios que Italia.
El Gobierno holandés ha manifestado que no consentirá la
menor modificación en el acuerdo internacional de 1923 sin que
se le den determinados esclarecimientos y explicaciones. Todo lo
cual puede no querer sign ificar otra cosa sino que, abierta la puerta,
hay otras potencias que se oreen en el caso de pretender entrar.
Bien claro se ve que el acuerdo firmado en París en marzo
del año que expira no ha de ser el último. Parece concertado ex-
39f
presamente para que no sea el último. Aquí todo está in fieri, en
devenir. Precisamente en esto fundarnos nuestra opinión sobre lo
que debe ser la política española en Tánger, de la que más abajo
hablaremos. A la indeterminación causada por los acuerdos in-
ternacionales sobre Tánger, hay que agregar la incógnita de los
Estados unidos: una política de reserva y de no comprometer en
nada el porvenir, precisamente para poder adoptar en lo porvenir
la actitud que inás convenga. La cual viene a acentuar la som-
bra de provisionalidad proyectada sobre todo lo concertado acerca
de Tánger.
TÁNGER REDUCIDO A SUS PRO-
PORCIONES.
No hemos querido escribir estas lineas hasta ver el resultado
de la discusión de los presupuestos para el año 1929.
Se ha concedido a Tánger una administración autónoma. Y
parece imposible que una ciudad sin recursos propios pueda
administrarse a si misma. En las discusiones del presupuesto nos
interesaban los equilibrios que habrían de hacer la Administra-
ción y la Asamblea para evitar el déficit. Estas dos entidades han
concluido su labor. Vamos a exponer las conclusiones de la mis-
ma. Pero antes importa reparar en la posición incómoda en que
ha sido colocada Tánger.
Esta ciudad no tiene otros recursos de vida que los del trán-
sito de mercancías. Vive, pues, de su puerto y de sus comunica-
ciones con lo interior.
Cuando Marruecos no se hallaba intervenido, Tánger era la
puerta única de Marruecos. Casi todo el comercio del Imperio se
hacía por Tánger. Cuando la guerra del Rif, Tánger abastecía a
casi todos los habitantes de la zona española. Porque era el i'mico
mercado a donde estos podían acercarse.
En el día se han abierto otros puertos en los dos litorales. Se
ha ocupado en su integridad la zona española y los indígenas
concurren a los mercados más próximos. Tánger no tiene ya nin-
gún monopolio; tiene que sufrir las consecuencias de la compe-
tencia.
Es más. Por si siguieran entrando por este puerto mercancías
con destino a la zona española, bien claro se halla previsto en el
Convenio de París que estas mercancías pagarán los impuestos
de Aduana a la Administración del punto a que van destinadas
y en que han de ser consumidas.
Le quedaba a Tánger la esperanza de ser el puerto de expor-
tación de los productos de la floreciente zona francesa. Pero los
franceses no han construido en balde el puerto de Casablanca. El
propio administrador de la zona tangerina, M. Alberge, ha pro-
testado recientemente en un informe contra las medidas adopta-
das en la zona francesa para evitar el tráfico por Tánger.
L A GRAN I M Í E O C U P A C I Ó N : E L DKI'ICIT.
En la elaboración de los presupuestos para 1929 tanto en la
Administración como en la Asamblea ha habido una sola preocu-
pación: evitar el déficit.
Por las causas referidas anteriormente han decrecido nota-
blemente los ingresos. La Administración y la Asamblea se han
dado cuenta exacta de que es imposible evitar el déficit. Y han
encauzado toda su labor a disimularlo. Los caminos seguidos han
sido distintos. La Administración ha estimado que debían aumen-
tarse los ingresos. La Asamblea ha creído que deben disminuirse
los gastos. Ha prevalecido, en general, el criterio de la Asamblea.
Aumentar los ingresos es matar la gallina de los huevos de
oro. Porque los nuevos impuestos habrían concluido por arruinar
a los industriales tangerinos. Y reducir los gastos ha llevado a la
Asamblea a determinaciones como la de no asignar en el presu-
puesto para el año de 1929 ni un céntimo con destino a nuevas
Obras Públicas y como la de desatender las urgentes necesida-
des de higiene y beneficencia de la población marroquí.
Es decir, que la autonomía administrativa de Tánger queda
reducida al sostenimiento de unos cuantos funcionarios. Por falta
de dinero se propende a dejar desatendidos los principales servi-
cios y atenciones municipales. Lo cual es declarar la imposibili-
dad de que Tánger pueda desenvolverse independientemente.
LAS TRES ATENCIONES FUNDA-
M E N T A L E S DE LA ACTIVIDAD ES-
PAÑOLA EN MARRUECOS,
Un interés nacional justifica y manda la presencia de España
en Marruecos. Siendo nacional, nuestra política en estas tierras
debe ser bien definida y permanente. Debe tener en cuenta las
realidades, para que su acción no sea ineficaz. Y frente a estas
realidades hay para España en Marruecos tres atenciones princi-
pales: la de las comunicaciones, la del afianzamiento de lo espa-
iU
ñol en Marruecos y la de la actitud que debe adoptar nuestro país
frente a los indígenas.
En su reciente visita aLarache el Conde de Jordana se inte-
resó por el puerto de aquella ciudad. Después de la última con-
ferencia sobre Tánger, no queda otro remedio que dirigir la vista
hacia Larache y hacia Ceuta. Ya hemos aludido a los obstáculos
que en la zona francesa se ponen a que sea utilizado el Tánger-
Pez para exportar productos por Tánger. La zona española no
debe adoptar para con la tangerina ninguna actitud agresiva.
Pero sí debe atender a sus intereses y conveniencias. Debe pres-
cindir de Tánger, ya que se persiste en aislarla de Tánger. La
zona española debe contar consigo misma y encaminar todas sus
comunicaciones hacia los puertos de las plazas de soberanía y
hacia los de las principales ciudades del Protectorado.
Hemos aludido al Estatuto internacional y provisional de
Marruecos. Internacional quiere decir entregado a las influencias
de todos. Provisional significa que el estado y situación actuales
no son definitivas. Por eso decíamos que aquí todo está in fieri.
Un colaborador de esta EBVISTA, el incomparable D. Gonzalo de
Reparáz ha descargado repetidas veces los sangrientos latigazos
de su sátira sobre la imprevisión y torpeza de los políticos espa-
ñoles. Todavía hay ahora posibilidades. Todavía puede ejercitarse
con utilidad la previsión política. Todavía puede España reco-
brarse e implantar aquí una política autónoma, propia, según
mandan sus intereses permanentes. Los tratados futuros no ha-
rán más que confirmar un estado de hechos. Se trata ahora de
preparar los tratados de mañana y de ir a ellos con algo en las
manos. Es una política de porvenir, juvenil y optimista.
Lo primero que hay que lograr es la consolidación, fomento
y ampliación de todo lo español en Marruecos. Tiene este asunto
un aspecto económico y otro cultural. Por lo que se refiere al
aspecto cultural, y en particular a Tánger, hay en esta ciudad un
problema urgente de enseñanza. Dejar anotado el siguiente hecho,
que nadie puede discutir: en Tánger, que no es colonia extranjera,
ciudad que ha preocupado tan intensamente a España, gran parte
de la juventud española no ha estudiado la Historia de su país.
Gran parte de la juventud española habla el español, porque tal
es el idioma general de la calle. Pero no ha asistido a un colegio
español. Gran parte de la juventud española de Tánger no sabe de
la Historia de España más qvie lo que traen los textos de Historia
Universal de las Escuelas francesas. ¿Qué motivos hay para que
los niños españoles prefieran los colegios franceses? Esto es lo
que conviene estudie el Estado. El hecho es indiscutible. Y se
impone de urgencia la modificación.
Lo propio ocurre en la zona francesa, en donde hay a todo
trance que recabar escuelas españolas para los españoles. Los ita-
lianos nos dan el ejemplo. Pero en Tánger tiene menos disculpa.
Sabemos que el que es hoy Alto Comisario se ha preocupado de
este negocio y ha logrado asignar para el próximo presupuesto
medio millón de pesetas para atenciones de enseñanza en Tánger.
Lo que importa ahora es realizar con ese dinero una reorganiza-
ción total de la enseñanza española.
Resta la actitud frente a los indígenas, en el aspecto cultural,
sobre la que tan atinadas advertencias han hecho colaboradores
de esta REVISTA. También en esto es necesario que defina España
perfectamente su actitud. Hay naciones a quienes interesa el per-
petuo estancamiento de los habitantes de sus colonias. Hay otros
que trabajan por asimilarlos. La actitud de España quizá debiera
consistir en perfeccionarles sin pretender de ellos el descasla-
miento. Seria una actitud generosa, muy en armonía con nues-
tros intereses y muy en consonancia con las tendencias de resur-
gimiento de estos pueblos. En Tánger, España no ha mostrado
toda la preocupación que hubiera sido de desear por el fomento
de la enseñanza hispano-árnbe ni a veces ha atendido el Gobier-
no hermosas iniciativas de los propios marroquíes de Tánger.
También en esto so impone una labor de i'eorganización total.
La colonia española prevalece en niimero sobre todas. Tam-
bién en calidad y en la perseverancia en el trabajo. La principal
riqueza de España en Tánger es espiritual. Lo español lo anima,
informa y penetra todo. Y ello a pesar de los esfuerzos titánicos
que realizan otras naciones para arrebatarnos este influjo. Esas
naciones se valen, como de instrumento principa], de la enseñan-
za. Este año ha empezado a funcionar ya el gran Colegio italiano.
En esta rivalidad de influencias nosotros estamos en mejores po-
siciones y poseemos armas más poderosas que nadie. I'ero es
necesario que no nos descuidemos.
Santos FERNANDEZ
Tánger, 20. :
 Sembradore/ de hispanismo eiv Marrueco/
EL MÁRTIR FRANCISCANO FR. JUAN DE PRADO
27 de noviembre de 1629.—El, Duque de Medina Sidonia, señor
(le Sanlucar de Bari'aineda, dio embarcación bien armada, con
marineros y soldados de guarda, provisiones y todos sus requisi-
tos. Cerca de anochecer,—porque de noche se pudiese pasar la
boca del Estrecho, donde ordinariamente se temen los navios,
por haber siempre en aquel paraje muchos enemigos, aguardando
los que vienen o salen de Cádiz, para robarlos y cautivarlos {)')—
salió del convento de los Eranciscos Descalzos su guardián fray
Juan de Prado, acompañado de fray Matías de San Francisco y
del lego fray Ginés de Ooaña. Tras ellos, marchaba la comunidad
entera y numerosos devotos y señores de los más nobles y acon-
dicionados de la ciudad. En la Puerta del Mar, alli en la misma
playa hubo pláticd del venerable Padre y bendición que todos
recibieron de rodillas y despedidas conmovedoras y muchas lá-
grimas. Embarcaron los tres frailes y partió la nao, habiendo de
regresar y recalar fen Sancti-Petri perseguida de tres navios tur-
cos. Vuelta a partir, logró llegar a Mazagán, donde el Rey tenia
un castillo con fuerza de portugueses, y por gobernador y capi-
tán general a don Francisco de Almeyda. Entre prodigios se hizo
la navegación y con prodigios lograron los tres frailes vencer la
resistencia que Almeyda oponia a dejarlos pasar a tierra de mo-
ros, o malicioso amparador de los jesuitas que envidiaban a los
franciscanos la gloria de aquella empresa o prudente temedor de
los males que inexcusablemente sobrevendrían a los aventureros
religiosos.
Ya intentaron igual disiiación el duque de Medina Sidonia y
aquel comerciante de Cádiz Alonso de Herrera Torres, muy ha-
cendado, natural de Toledo que trataba en Berbería y tenia allá
sus agentes y criados, pero fray Juan de Prado, estaba obsesio-
nado, enloquecido por el anhelo de ser martirizado. Ya en Sevilla,
cuando conoció a su compañero de aventura fray Matias de San
Francisco, que regresaba del Japón, Filipinas y Nueva España,
le reveló que un santo religioso, de muchos milagros, llamado
fray Diego Milano le «había dicho, de haber de ser mártir, qui-
tándole una vez de que no fuese a Indias, ni Japón, y diciéndole
todo lo que después le fué sucediendo, y que entonces no era
tiempo para lo que deseaba, sino que sirviese a la Religión con
espíritu, que por otro modo exquisito, cuando menos pensase, le
habi'ía Dios de llamar al martirio.»
Esta obsesión del venerable Padre, esta impaciencia por en-
tregar la vida en tormento guia la expedición. Quedándose es-
condidos al anochecer en una noria de imas huertas, logran bur-
lar la vigilancia de Almeyda y escapar, corriendo por la playa
hacia Azamor, que está dos leguas, aconteciendo también raros
prodigios, dificultades y enredos en esta huida. Finalmente, el
2 de abril de 1G30 lograron llegar a la ciudad de Marruecos, que
está a cosa de treinta y seis o treinta y ocho leguas de Azamor.
Hicieron este recorrido en cuatro días, sin detenerse ni dormir,
sino muy poquito en una cáfila o caravana de mercaderes moros
y judíos.
Había en Marruecos gran cantidad de cautivos cristianos,
que desde tres y cuatro anos antes no recibían sacramento nin-
guno, y se algazararon con la buena nueva del refuerzo espiritual
que les llegaba, acudiendo a recibir a los frailes con grandes de-
mostraciones de alegría, ya que gozaban libertad dentro de la
ciudad. Alonso de Herrera Torres había conseguido un salvocon-
ducto del rey Muley Abdalmelec para fray Juan del Prado y sus
compañeros, pero este rey había sido destronado y asesinado por
su hermano Elogoaliquec, como si un designio providencial en-
caminara los sucesos de esta historia. Era aquel monarca escasa-
mente cruel y bastante letrado y curioso de las cosas de Europa,
ya que no aficionado a ellas; era éste, su asesino y sucesor, faná-
tico odiador de los cristianos, sanguinario y bárbaro.
Los frailes, entregados a su llegada al Arráez de los cristia-
(1) Cuéntalo así Fray Matías de San Francisco.
nos, «que es un cautivo de los más honrados, y es como capitán
y justicia y cabeza de todos los cristianos, que los gobierna, y
tiene a cargo», hubieron de aguardar dos días, a que el nuevo
Rey los recibiese en audiencia. Fray Matías, cronista de esta ex-
pedición, cuenta asi: «entrados por muchos patios de mármoles y
salas muy bien adornadas, que vimos alrededor con un maestro
de ceremonias, que iba delante de nosotros, hechas nuestras cor-
tesías y otras ceremonias que él iba haciendo delante, nos hicie-
ron hincar, como todos hacen tres veces las rodillas en el suelo, y
besar la tierra todas tres delante del Rey, primero que se hable,
después de lo cual vimos muchos moros nobles, y alcaides princi-
pales puestos en hilera, y otros alrededor del Rey, muy bien ves-
tidos y con mucha autoridad, y el Rey muy sin ella, pues vimos
un hombrecito, de bien poca suerte, delicadillo y de mediana
estatura, denegridillo y chupadillo de rostro, sentado en una silla
y en piernas desnudas, y una sobre otra, y sin presencia ni
autoridad...»
Para el lector que lee la Relación de este viaje espiritual,—
asi lo califica su referidor,—hay en este momento una gran sor-
presa: «El venerable Padre Fray Juan de Prado le dio su emba-
jada y le dijo que nosotros habíamos venido enviados del Exce-
lentísimo Señor Duque de Medina Sidonia, con aquéllas cartas (que
el Yenerahle Padre tenia en la mano) las cuales eran de muchos ofre-
cimientos a los servicios de Su Majestad, en que habían de intervenir
muchos presentes y correspondencias Beales, que estaban dispuestas
y tratadas entre este gran señor, que era tnuy poderoso, y los reyes
de Marruecos, en que habian de ser muy servidos...»
El Rey «muy desamorada y despegadamente respondió que
ni quería cartas ni correspondencias tales, que el Rey a quien
veníamos ya era muerto», y como el padre Prado insistiera, «res-
pondió el Rey, que él sabia a lo que veníamos y a lo que nos traía
su hermano...¡'
Luego ya, cuando el Rey monta en cólera y se desata en ame-
nazas, mandando a los frailes salir de su reino, el ci'onista quiere
interpretar y explicar espiritualmente la declaración de Elogoali-
quec de que «sabia a lo que nos traía su hermano». PJI monarca
ha querido referirse, sin duda, a la conversión de moros, porque
Abdalmelec «era afi.cionado a los cristianos y medio cristiano»,
pero queda sin explicación el hecho de aquellas cartas del Duque
de Medina Sidonia, de aquellos servicios de Su Majestad, en que
habían de intervenir muchos presentes y correspondencias Reales,
que estaban dispuestas y tratadas entre este gran señor, que era muy
poderoso y los reyes de Marruecos...i> ¿Qué buscaba el Duque de
Medina Sidonia en Marruecos? ¿Qué tratos y qué embajadas fue-
ron estos? No se olvide que ya está en el trono español Felipe IV;
que ya le guia con sus consejos el valido Conde Duque de Oliva-
res, primo del de Medina Sidonia y que hay una doble ambición
que ha de desatarse luego, con grave daño para España, en la
desmembración de Portugal, cuyo flamante trono comparte una
hija del de Medina Sidonia, y con ridículo para la Casa ducal en
el conato de levantamiento de Andalucía para desmembrarla y
hacerla reino independiente, coronando al Duque que tiene sus
palacios en Sanlucar de Barrameda y de quien el señorío se ex-
tiende hasta el Guadiana y hasta Extremadura, en la frontera
misma trazada por el nuevo reino lusitano.
¿Qué papel tiene el Conde Duque de Olivares en aquellos dos
sucesos? Muévele, sin duda, el deseo de dejar esclarecido su nom-
bre en las historias, acrecentando los domiuios del Rey, o, por lo
menos, compensando con nuevas adquisiciones, las provincias
que se desmembraban, pero a la vez, muévele, sin duda también,
la vanidad de ver engrandecida la casa de los Guzmanes, a que
pertenece.
Así, limpiando de cuanto hay en el relato hecho por fray
Matías de San Francisco, de propósito proselitista, y reduciendo
aquellos sucesos a lo humano, aparece la mística figura de fray
29$
 Juan de Prado obsesionada, sublimada por el anhelo del marti-
rio, que busca, que provoca, con valeroso reto y desafío. No ya
entre bárbaros, sino en cualquier ])ais de los que arrof^'an el dic-
tado de civilizados, hubiera corrido el fervoroso misionero suerte
semejante, dentro de las leyes y de los más escrupulosos proce-
dimientos judiciales.
No solo desobedece al Rey y solivianta a los cautivos pro-
metiéndoles que no se marcharán, sino hechos pedazos y no solo
.se instala con sus compañeros en la Sajena «donde tienen su
iglesia los cristianos», convirtiéndola en convento, sino que pre-
dica públicamente en el Trezenal, barrio de los cristianos, y dis-
cute airadamente con los moros y «escupe cada vez que pronun-
cia el nombre de Miilioma», llamándole hombre maldito y derao-
.nio del infierno y embustero canalla, delante del Rey mismo.
Un alcaide, viejo ¡•euegado, al que llamaban Morato dice al
exaltado fraile:
—Ay, mira que decimos nosotros bien de Sinaiza... ¿cómo tú
no dices bien de nuestro Santo Profeta MahomaP
«Para que se entienda esto—aclara fray Matías,—se ha de
saber que Sinaiza en lengua arábiga es Cristo nuestro Señor, que
ellos le tienen por santo y un gran profeta, pero no por hijo de
Dios, ni confiesan que murió por nosotros, ni ningim sacramento,
y también tienen que le parió la Virgen María, siendo y quedan-
do virgen y a la A'^irgen la tienen por santa y se llaman por su
imitación algunas moras Mariam, y así creen algunas cosas y
artículos evangélicos, que la secta deMahoma, no es más que una
ensalada, compuesta de la Ley Evangélica y la de Moisés, y de
Herejes y de la idolatría, etc., etc..» porque la aclaración se trueca,
en una profusa divagación teológica.
A la pregunta del prudente Morato, se contesta con una serie
de invectivas.
Se encarceló a los frailes y al comerciante Francisco Roque,
corresponsal de Alonso de Herrera Torres, cuya intercesión lo-
grara del anterior Rey, el salvoconducto, y ya todo fué en Ma-
rruecos indignación y alboroto y apasionadas controversias y
airadas disputas y puñadas y apaleamientos de moros, cristianos
y judíos. Así advino el martirio de Fray Juan de Prado; llamóle
el Rey a su presencia y el fervoroso anciano buscó con el desafue-
ro de sus respuestas la tortura que anhelaba, toda ella llena de
milagrosas circunstancias y de claras muestras de designios pro-
videnciales. No es de creer que fray Matias, exagerara-las circuns-
tancias y detalles de este suceso. Su relato conturba y espanta.
IMI todo el martirologio cristiano no se encontrará, sin duda, más
despiadado tormento, comenzado por la propia mano del Rey,
ni aposto! o virgen, confesor o misionero que sufriei'a el dolor y
viera escapársele la vida con tan valerosa resistencia y delecta-
ción tan gustosa.
Y fué, sin duda, parte de este milagro, el que no se diera
muerte también, ni se expulsara airadamente a fray Matías de
San Francisco y al lego fray Ginés de Ooana, para que no se per-
diera, sino que, antes al contrario, aprovechara bien la misión
diplomática o política que el ambicioso Duque de Medina Sido-
nía puso en manos de estos frailecitos, cuyos servicios a España
se referirá con nuevo y adecuado espacio.
Dionisio PÉREZ

tos GRAMÓFONOS EN EL ZOCO.

£n. uno de lo/ lujare/ más típico/ de Alcazar^uivir, esta tienda de ¿''amófono/ parece a primera vista una nota e/tridente como escapada de una de rsi&s bocines
amenazante/, dispue/tas á disparar tanfto/ y malagueñas, trozo/ de ópera italiana o recitado/ de Ortas- í in emtaigo también ello/, ccmo la máquina ¿c coser y la
camioneta o el arado de vertedera, sotí aliora típico/y realmente expresivo/de un momento sensacional y trascendente para Marrueco/, el de su transformación
interna, de la cual e/to/ avance/ discordantey de la civilización mecánica son lo/ primero/ sintomas- Foto Ro/
ü?6
 Millarc/ de cabileñu/ de todas las re^ioDe/ de la zona Kan acudido a rendir su pleitesía al Conde de Jordana- Presentacione/ brillantísimas por su número y por
la concurrencia unánime, en muchas ocasione/ incluso el elemento femenino, hasta el présenle abstenido de tale/ acto/- La fotografía ha recogido un aspecto del
acto de saludo y adhesión de lo/ cabileño/ de Anyera en el Zoco del Jemis de dicha cabila*

.<*ÍVí

EL ALTO COMISARIO VISITA EL TERRITORIO

DE LA ZONA ORIENTACIONES UE LA LABOR PROTECTORA

de allá para acá a visitar a sus subditos. Su justicia con ser

E L primer viaje de una alta autoridad al territorio de su go-'
bierno puede ser un simple viaje de pre-
sentación; puede ser una excursión regis-
tradora, así como un inventario general
con que todo buen administrador ha de /'
encabezar los libros consignadores
de su futura gestión y puede ser
algo más que todo eso, un verda- / eficacia y efectividad de su pri-
dero viaje de estudio, de actua-
ción inmediata en muchos casos,
en que el dignatario viajero ana-
liza la situación, pulsa todas las
coyunturas y problemas y traza
a administradores y administra-
dos las normas generales del sis-
tema que se propone implantar.
Esta última práctica tiene
siempre a su .favor las mayores
probabilidades de éxito. Las re-
soluciones de la superioridad so-
bre el terreno pierden la anoni-
dez y el desgaire de lo oiicial,
tracto, burocrático y alcanzan la medida
justa, la adecuación a la realidad; para
cada problema concreto una solución concreta.
La eficacia del mando viajero ha llegado a
ser proverbial. «El mejor Alcalde el Eey» lo dijo
, T j - 1 T_
nuestro L/ope de un monarca español que sobre
ser prudente y justo, gustaba de ir él mismo, de vez en cuando, triunfal, pero con un triunfo fervoroso y sincero, que ha excedido
— más acomodada y más pronta para cada ad-
ministrado, tenia por añadidura la vir-
tud de inspirar en todos los demás una
firme confianza, no solo en la sabidu-
ría y rectitud del primer magistra-
do del reino, sino también en la
macía y última instancia en to-
dos los órdenes de la justicia y
el poder. '
Los tres aspectos de presen-
tación, revista y estudio ha teni-
do esta primera y detenida visita
del Conde de Jordana al territo-
rio delProtectorado español en
Marruecos, al hacerse cargo de
sus funciones de Alto Comisario
y Jefe Superior de las fuerzas
militares, pero muy cumplida-
mente ha reunido las cualidades
del último de aquellos.
La presentación del Conde de Jordana a
las ciudades de soberanía y a las del Protecto-
El Gran Vi.ir Ben Azuz hablando a rado, a las cabilas y fracciones de todo el terri-
lo/ cabileño/ de Anyera.
torio, ha tenido todos los honores de un viaje
197
 t
ii.-.'-»'*''" .'1 .^^ ,^^^ . ~¿^ii^^y«í

Ú J
.^^HÉUI

IB9MM19^B^ I^^mv"'^^'''''-^^i\i
n Presenciando el de/file de tropas en Alcezarquivír

los limites de efusividad que los móviles iniicos de consideración gena, les pintaba a lo vivo el interss de la Xación Protectoi'a, que
y respeto hubieran exigido. Ha sido mucho más que eso, y a esa se desprende de uno de sus más ilustres generales y de un
franca expresión de entusiasmo, de coniianza y de verdadero ca- activísimo y difícilmente sustituible alto dignatario de su admi-
riño con que la población total de la zona española e indígena, nistración Central, para entregarle los poderes y para poner en
urbana y rural, ha respondido a sus expertas manos la de la zona
la visita del Alto Comisario, con- española, en los momentos tan
tribuyeron factores bien legíti- oportunos de sus primeros pasos
mos y honrosos para el Conde de por la senda de la paz y de la
Jordana: l-'rimeramente el desta- incor])oración al concierto de los
cado recuerdo de su preclaro pa- países civilizados y laboriosos.
dre, a cuya grande y patriótica Francas y llanas han sido la
labor en Marruecos estuvo ínti- aprobación y la adhesión de los
mamente asociado. Des])iiós el millares de cabileños, que de to-
propio historial africano del Con- das las regiones de la zona de
de de Jordana, que la muerte de uno a otro extremo, han acudido
su ilustre progenitor no inte- a rendir su pleitesía al Conde
rrumpió, ni las variaciones de la de Jordana. Presentaciones bri-
política española, que no han llantísimas por su número y por
desplazado ni un momento al ac- la concurrencia unánime, en mu-
tual Alto Comisario de su consa- chas ocasiones, incluso del ele-
gración inteligente a la labor mento femenino, hasta ol pre-
hispano-marroqui. Por último,su sente abstenido de tales actos.
decidido y probado amor a Ma- Pero esta EIOVISTA, ])ese a
rruecos y su actuación eficacísi- su apellido guerrero, tiene que
ma y bienhechora en la Direc- reducirse en su papel informati-
ción General de Marruecos y El C e n t r a l Jordana e/ saludado por el coronel de Uazan De Loustaleot y vo—como toda publicación espa-
vario/ oficíale/ comisionado/ por el Alto Comisario francés
Colonias, han agrupado a indí- ciada por intervalos de un mes
genas y españoles ciudades y poblados alo largo de sus jornadas —a la reposada función de prensa de retaguardia. Así es que no
de estos días y han dado a sus ovaciones y saludos el sabor pretendamos hacer una reseña detallada de estos días viajeros,
auténtico de sinceridad y naturalidad con que le ha sido brinda- que la prensa diaria ha recogido y detallado amiJianiente.
da la simpatía, el respeto y la confianza de toda la zona. Más oportuno y propio del carácter de esta publicación sei-á
Por todo el recoger al-
ello,la orato- gunas ense-
ria de su fiel ñanzas y con-
acompañan- secuencias
te, el Gran Vi- interesantes
si rBenAzuz, de estos via-
ha sido como jes y los ras-
nunca senti- gos generales
da y elocuen- de o r i e n t a -
te. BenAzuz ción que se
ha hablado a destacan en
los indígenas las resolucio-
con el cora- nes y pala-
zón en la ma- bras del nue-
no, c u a n d o vo Alto Co-
glosaba ante misario, eo-
los suyos el mo ¡alones
brillante de un doctri-
prestigio afri- nario de Pro-
cano del ape- tectorado y
llido Jordana merecedores
cuando, con de i n s p i r a r
su gráfico una franca fe
modo de ha- en el éxito fi-
blar al indi- n a l d e su
De/file de cabileño/ en las puertas de Alcazarquiyir
298
nueva y elevada tarea patriótica. compás de los esfuerzos y la ar-
]íl Conde de.Tordanalia de- monía, unidad y proporción de
dicado su juiciosa atención a to- los servicios y atenciones del
dos los aspectos más importantes Protectorado, según el plan y
de la misión protectora,—aparte criterio básico, que a él sólo co-
claro está de su función mili- rresponde concebir y desarrollar.
tar—, Las obras públicas, la vida
y régimen de las poblaciones, la
urbanización, la colonización y
la agricultura, la sanidad, la ins- AOTUACIÓX K.XPIíDTTrvA Y
trucción pública y la enseñanza, nFFCAz.—«Se ha acabado el pe-
los problemas locales, el comer- ríodo teórico», ha repetido en di-
cio y la industria. Todos estos versas ocasiones el Conde de
exponentes del esfuerzo español Jordana. Las memorias, los estu-
en Marruecos han sido repetida dios, los informes, constituyen
V minuciosamente estudiados y una labor laudable y útilísima y
analizados diu-ante estos viajes. ya han debido dejar el sedimento
En las soluciones acordadas o en y la base suficiente para entrar
las apreciaciones que respecto de decididamente en el período eje-
cada asunto ha hecho el Conde cutivo.
El Conde de Jordana recibe el saludo de lo/ e/colare/ de Xauen
de.Tordana, ha resplandecido un Cada tema ya concretado y
criterio seguro y definido de co- definido no debe exigir para una
mo ól entiende que'debe ser nuestro l'i'otectorado marroquí. Al- solución inmediata más literatura que la escuetamente oficial y
gunos de esos rasgos generales son los que hemos querido sinte- esa reducida a los limites de una cuartilla. Ya no es hora de teo-
tizar aqui, por estimarlos de intei-és indudable en la especialidad rizar sino de aplicar los principios teóricos a la realidad.
de nuestra EIÍVISTA. Por eso mismo el nuevo Alto Comisario, sobre el terreno y
acompañado por los directores
de los servicios, por las autorida-
des y funcionarios locales o los
l'.NIDAl) J)F. AC'CIÓX V DR Dl- jefes de las intervenciones mili-
KiílH'ióx.—Hay una responsabi- tares, ha examinado gran núme-
lidad capital en el Protectorado: ro de problemas, ha escuchado
la del Alto ('omisario. Pero esta todos los intereses, ha examina-
responsabilidad, acejjtada al reci- do todos los proyectos y ha dado
bir la investidura de tan elevada solución práctica a cada asunto
función, ha de corresponderse in- o las normas generales para que
timamente con una rigurosa uni- cuanto antes quede resuelto.
dad de acción y de dirección, un Pero, además de la rapidez en
eiicauzamiento centralizador de el resolver, hay que controlar la
todas las actividades y esfuerzos efectividad y la ejecución inme-
que la labor protectora exija. diata y la eficacia práctica de ca-
La iniciativa particular, el da resolución hasta el último
entusiasmo individual son facto- eslabón de la cadena adminis-
res preciosos, pero han de actuar trativa. «Así como los artilleros
encauzados y encarrilados por —dice el Conde de Jordana—no
quien lleva la su^jrema dirección se contentan con apuntar y hacer
y soporta la primer responsabi- el disparo sino, que cuidan de cei-
lidad. Muy laudables y dignos de El conde de Jordana si^ue la resolución de una operación de aritmética, por ciorarse de si este hizo blanco y
apoyo son los empeños indivi- él propuesta a un e/colar de LaracKe. alcanzó su objetivo, la Adminis-
duales, pero cuando actúan más o menos desligados de una tración central no puede limitarse a disparar sus órdenes y sus
suprema dirección, suelen pecar de exclusivismo, de falta de instrucciones; ha de seguirlas atentamente en su curso descen-
coordinación, de olvido de la debida ponderación y equilibrio dente hasta comprobar que se concretaron en una ejecución efi-
entre los diferentes servicios y necesidades del Protectorado. caz y pronta. Esta oportuna observación ha sido hecha por el
A quien tiene encomendada la dirección su2Jreraa incumbe, Alto Comisario refiriéndose a casos determinados que habiendo
con conocimiento del conjunto de todas las circunstancias, necesi- sido ya objeto de resolución por los centros directivos, se hallaban
dades y coyunturas de la labor general, el establecer el debido todavía pendientes de algún trámite burocrático de último grado

WTt

Puente militar del Keiman (Alcszai Í^UÍ- ii)

?99
La con uirencia de indíg-nas en Bfni Aro/ Ka sido extraordinaria y brillamísiroa. En la foiografía íe reproduce en piimertérmino la tribuna desde donde el Alto Comisario recibió a las autoridade/ y comisione/) en el Zoco del Jemis de Beni Aro/, y un
¿rupo de lo/ cabileño/ <iue integraron el largo de/file. Al fondo, sobre la loma próxima, numerosísimas mujere/ enarbolando ramas y banJeras, ovacionan al General Conde de Jordana. con sus ¡n ¡n característico/-
El Sr. Bauer, en nombre de la Compañía Agrícola del Lucus entrega al Alto Comisario las llaves del poblado del Adir cuyas jalmas Kan sido sustituidas por casas
' . valencianas a expensas de dicha Sociedad-

que paralizaba toda la actividad inicial. En el mismo día quedaron
obviados los obstáculos y fué hecho efectivo el acuerdo de la
superioridad.
L A ADMÍNISTUACIÓN DEL PROTECTORADO SO UEBIÍ DESATHN-
DER NINGUNA NECE.SIDAD PÚBLICA, PERO HA DE DAR PRUEBAS DE
GRAN SOBRIEDAD Y MESURA EN LOS GASTOS.—España, que ha
desarrollado el esfuerzo extraordinario de una guerra dura y cos-
tosísima en Marruecos para logi-ar al fin el éxito, no igualado, de
una ocupación total, un desarme completo y una seguridad abso-
luta, no ha de regatear un último esfuerzo económico y muy infe-
rior al ya realizado, que exija la organización económica y la
puesta en valor de nuestra zona. Sacrificio este por naturaleza
reproductivo, que por otra parte afianzará la pacificación y con-
solidará la oonqvilsta espiritual, que politicamente y con sagaz
concepto de la posición de España entre África y Europa, es la que
verdaderamente le interesa. Su protectorado marroquí debe ser
además un titulo de orgullo ante el mundo civilizado.
Las comunicaciones, la perfecta urbanización y saneamiento,
la roturación y explotación de las regiones útiles para la agricul-
tura, la instrucción pública de indígenas y europeos, los estable-
cimientos de asistencia sanitaria, etc. etc., exigen por el momento
el auxilio económico de la nación protectora, pero en grado muy
inferior a la acción bélica.
Todos estos servicios y necesidades deben ser atendidos con
amplia suficiencia, pero sin olvidar que un país protector es un
pais tutor y un tutor debe dar ejemplo de rigidez administrativa.
Suprimamos, pues, en cada servicio, obra o establecimiento todo
aquello que se salga de los límites de lo útil y necesario. Nada
de obras ni edificaciones desproporcionadas y ostentosas, ni lujos
ni fantasías que no respondan a una necesidad real. El Alto Co-
misario ha demostrado su complacencia por las obras públicas, los
edificios oficiales, los establecimientos municipales, las escuelas
y los hospitales cuyas proporciones se corresponden con las exi-
gencias reales, amplia y cumplidamente atendidas y que al propio
tiempo se caracterizan por una gran simplicidad de estructura y
sencillez arquitectónica. Fachadas de estética austera y construc-
ciones desprovistas de lujos innecesarios. Ha elogiado y recomen-
dado a sus ingenieros y arquitectos esta estética de lo útil y prác-

£1 puente permanente sobre el Nekotf construido por lo/ ingeniero/ nxilitarer

3ot
tico que son hoy en dia los postulados de la arquitectura y la inge- de tenacidad y persevei'ancia, ahí está el ejército que ha logrado
niería de vanguardia. una pacificación c|ue parecía a todos un anhelo imposible
Hemos visto como en jnenos de nueve meses los colonos de
Handekien han vencido la dura tenacidad del palmito y han creado
L A AdRiruLTUKA, LA coLoxizAcróx Y EL AUXILIO AL CO- una hei'mosa vega de cultivo, de espléndidas hojas bordeadas de
LONO.—La agricultura es la primogénita de la paz. La reja del naranjos, y ante un hoclio tan positivo, las esperanzas de una rá
arado borra las huellas horrendas de la guerra y transforma los pida intensificación agrícola en la zona se abren franco camino.
paisajes adustos, que ayer fueron teatro de combates sangrientos, El colono, el pequeño colono principalmente, ha sido el visi-
en perspectivas rientes y prometedoras. Cada nueva hectárea de tado predilecto del Ceneral .lordana en estos días viajeros. En
cultivo es una herida cicatrizada todos los núcleos de colonización
en el país pacificado. El Conde ha departido afectuoso con los
de Jordán a busca con franca cor- labradores y se ha interesado con
dialidad estos primeros azadona- detenimiento por el estado de sus
zos de la colonización y goza con labores, de sus esperanzas y pro-
fruición de las auras campesinas yectos, de las dificultades con
de algunos parajes ya transfor- que ti-opiezan y de sus aspiracio-
mados por el trabajo agi'icola. nes. Les ha puesto el ejemplo de
La primera visita ha sido los soldados y les ha dicho que
para unos huertecillos amables espera de ellos sean el ejército de
en que se alinean los naranjos y la paz. Los colonos han solicita-
los frutales, a lo largo de las cur- v^, do diversas mejoras o formas de
vas caprichosas con que el Lucus auxilio en su empeño: sanea-
se asoma al mar, bajo las mura- miento de terrenos,caminos agrí-
llas derrumbadas de Larache. colas, aperos de labranza, direc-
Junto a elh)S están la C.ranja del ción técnica etc., etc. El Conde
Servicio Agrícola y el ^'¡vero
'íii.Ji.1 de Jordana ha contestado a todos
]"orestal de Larache. L'n inmenso en términos alentadores, ha con-
arenal ha sido convertido en bos- El Alto Comisario y el Gran Visir presiden el He/file de cakilen< • de Ahí Cherif cedido de momento cuanto podía
y Sumata en MexeraK
que de eucaliptos y semillero de ser concedido y no ha querido
pinares, mientras en la Granja, un núcleo considerable de indíge- comprometerse respecto de aquellas peticiones que por su al-
nas adquieren los conocimientos científicos necesarios para ser cance o por su carácter no podían ser resueltas sin analizarlas
auxiliares útilísimos de la propaganda agrícola. Los colonos de diversas razones en pro y en contra. En síntesis, les ha dicho
los huertecillos del Jjucus son los primeros que se enfrontan con a los colonos que la Administración del protectorado será pater-
el Alto Comisario y escuchan de él palabras de aliento y de satis- nal para con ellos y no regateará esfuerzos en su favor, pero el
facción por la labor realizada y promesas de eficaz apoyo. En su colono debe ya conocer anticipadamente las condiciones de toda
favor se discute sobre el terreno mismo, oyendo a los ingenieros, índole de la tarea que echa sobre sus hombros, ya que la forma en
el plan de obras necesarias para evitar la inundación y el enchar- que se proveen los lotes da sobrados medios de información previa.
camiento de las partes bajas de los predios, ribereñas del Lucus, Los primeros pasos, los primeros trabajos, tienen que ser penosos
Después no se ha omitido la visita ni de un sólo núcleo de por todos conceptos. No quiere esto decir que la Administra-
colonización o de agricultura. Predios cedidos en lotes de peque- ción desampare al colono y que no sea la colonización uno de sus
ña colonización, granjas de experimentación y enseñanza agríco- ideales preferidos en la ¡jaz, pero no han de cargarse sobre ella
la, la yeguada militar de Smid el Maa y explotaciones particula- todas las dificultades y sacrificios, ni ha de creerse que a Marrue-
res, algunas de ellas tan importantes como la establecida en el cos se viene para encontrarlo todo hecho por la Administración.
Adir y otros predios por la Compañía Agrícola del Lucus, que
tiene a su cargo B.OOO hectáreas y ya iniciadas grandes obras de
saneamiento y desecación.
En todas estas ocasiones el Conde de .Tordana ha afirmado sus L A INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y LA EDUCACIÓN MERECERÁN LA
propósitos de impulsar por todos los medios posibles la valoriza- KSl'HCIAL ATENCIÓN DEL PROTECTORADO. — E l A l t O C o m í S a r í O
ción por el trabajo de las regiones útiles y utilizables de la Zona ha demostrado una decidida preferencia por la instrucción públi-
y su esperanza de que ello será pronto una realidad. ca en la Zona. Baste decir que no ha dejado de visitar ni un sólo
Nuestro Marruecos es superior en condiciones agrícolas a centro de enseñanza. Escuelas españolas, indígenas, hispano-
muchas de nuestras provincias norteñas, que no obstante se dis- árabes, de agricultura, de industrias, etc., etc. Las visitas no han
tinguen por su cultivo intensivo; sólo los territorios agrícolas de sido superficiales ni de pura fórmula, han tenido todo el cariño
la zona occidental bastarían para darle esta superioridad. Hay y detención que se merece el cuidado de la instrucción y educa-
pues, motivos fundados para esperar del trabajo y del esfuerzo de ción de nuestros hijos y los del país protegido. El (ieneral visitó
hoy, resultados sobradamente compensadores. Si el problema es en todos los centros las diferentes secciones y clases, hizo pregun-

Comisione/ y autoridader de Yebel Hebid en D c r X a u i

90<
 Misa de campaña en el campamento de Teffei
tas a los alumnos, se preocupó de la instalación y condiciones
higiénicas de las escuelas, del estado de sanidad de los colegiales
ydeinostró su complacencia ante algunos edificios escolares,como
el de Alcazarqu¡vir,que j-eunen excelentes condiciones. Recomen-
dó a los maestros inculquen a sus educandos los hábitos de labo-
riosidad y puntualidad, tan necesarios para la perfecta estructu-
ración social y política de los ])uebIos y que el amor de la Pa-
tria fuese el principio capital de esta, no sólo instrucción sino
educación espiritual y sentimental de los hombres de mañana, en
cuyas manos hemos de poner todo el fruto de tantos sacrificios y
afanes.
Al despedirse, entre las ovaciones ingenuas y sinceras de los
pequeRuelos, les ha prometido visitarles con frecuencia en sus
escuelas y asimismo ha indicado el propósito de crear una fórmu-
la para que la Administración ayude a aquellos muchachos ne-
cesitados que demuestren aplicación y condiciones brillantes
para el estudio, con el fin de que puedan continuar su desenvol-
vimiento intelectual en otros centros de enseñanza superior.
L A VF. E N E L Ú X n ' O FrXAL US I>A I>I{IM1;RA COXDK'IÓN lOXKil-
KLB A TODO COLABORADOR KN LA OBRA DKL PROTECTORADO.—
Conversando con los colonos del predio Handekien y con los in-
genieros del servicio agronómico, el General Jordana expresó su
fe firme en que, si, como espera, es tenazmente secundado, la
puesta en valor de toda la parte útil de nuestra zona será un he-
cho dentro de muy pocos años. Esta fe que él tiene arraigadisi-
ma, es preciso aliente en todos los que oficial o extraoficialmente,
directa o indirectamente, han de cooperar a esta segunda fase de
nuestra empresa marro(¡uí. Sin fe no hay empresas magnas y
heroicas y el que sinceramente no la sienta debe alejarse de esta
labor. Civilizar un país es casi tan heroico empeño como descu-
brirlo o conquistarlo, pero los caudillos que vencieron en esas
grandes ambiciones fueron siempre hombres de una fe mag-
nífica, secundados por soldados y compañeros inflamados en
la misma virtud. Nuestro Mari'uecos quedará pronto puesto al día
en la marcha civilizadora, sin que deban arredrarnos las dificul-
tades de todos órdenes que se nos atraviesen en el curso de tan
generosa jornada. Más inaccesible y quimérica nos pareció al-
canzar esta paz y este desarme general y absoluto en un país don-
de la rebeldía, que es mal tradicional, ardía en los cuatro puntos
cardinales, donde el suelo es fragoso hasta lo increíble y donde los
rebeldes, duros, fanáticos, sobrios y tenaces, disponían de unos
cuantos millares de fusiles, de ametralladoras y artillería y de
toda clase de elementos modernísimos de combate. El ejército,
guiado ])or hombres de fe y de tesón, ha borrado la palabra impo-
sible y ha logrado esta halagüeña realidad; los hombres de la
hora de la paz deben seguir este ejemplo y guardar el glorioso
recuerdo de la campaña como el símbolo de su fe en un nuevo
y paralelo triunfo de la civilización.
Tales son, en resumen algunas de las normas generales de
orientación que el General Conde de Jordana ha dejado trazadas
en las laboriosas jornadas de su primer visita de Alto Comisario
al territorio de nuestra zona. Ko obstante su imperfecta trans-
crijjción definen con claridad un criterio firme, seguro y perfecta-
mente a tono con la verdadera realidad de nuestra misión y de
nuestra situación en Marruecos.
En el largo curso de la Historia, más de una vez Marruecos
pudo llegar a integrarse en la gran unidad ibérica, de la que el
Estrecho de Gibraltar no es el límite, sino por el contrario su
eje y vía principal, Nuestros gobernantes de antaño y hasta los
de ayer, no alcanzaron a .hacer esta verdadera historia de Iberia.
Porque la Historia de un país no es obra de la casualidad; por el
contrario, sigue derroteros precisos y obedece a leyes inmutables
que el político sagaz ha de prever para encauzar según ellos el
rumbo de un pueblo.
Nuestra larga y penosa actuación en Marruecos ha entrado
en fase oportuna para ser conducida hacia resultados materiales,
espirituales y políticos qviizá no soñados hace algunos años, que
pueden ser, si no la rectificación total, al menos una reparación
relativa de enormes errores en la política hispano-africana.
Ahora que el delicado juego de aquella, queda en manos ex-
pertas y jirudentes, encomendado a quien tan bien y tan con-
cienzudamente demuestra saber apreciar el verdadero significado
de nuestra posición en Marruecos y las pru-porciones justas y
reales de nuestra empresa marroqui, líspaña ilolie prestar a esa
empresa y a quien tan a conci-MU'ia la re|)re.-ieiita l.<ido el apo\'0
y el auxilio que en los nujmento.s iniciales y crilicos se merece
l;i realización (le un liermiis(j y ¡utsti» idi'al llu'rii'd.
{Fotos Costa .Salas, Gavilán y P.ojo)-
• üJuaD 3Í: onsti(7 lo «3 ivaojiamA
303
Amanecer en el puerto de Ceuta Foto Ro/
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Zona e/pañola de Protectorado en Marrueco/.—Vías de comunicación y distribución en cabilas*

Características éeo^ráficas de M a r r u e c o / y en especial de la

Z o n a E s p a ñ o l a de Protectorado por ei CORONEL ARANDA
III y último
CONFERENCIA PRONUNCIADA EN EL CURSO
DE INTERVENTORES EN TETUAN (i)

IDIOMAS

L idioma nacional, llam(''moslc asi, os el lla- siendo de notar que el hablado en Marruecos es más parecido al
mado beréber, que los indígenas llaman «ta- tripolitano qne al argelino y al tunecino, a pesor de la distancia.
mazir», y más comunmente «clielja». Al jia- La escritura empleada constituye un género especial, llama-
recer procede del antiguo egipcio y desde do «mogrebia», que, al parecer, fué inventado en la universidad
luego es idioma camiUco. No.ha sido nunca de Karauin, en Fez, y se diferencia bastante de la primitiva
lenguaje de cultura, ni de una religión, ni escritura árabe, de origen semítico. J)e las GO cabilas del Pro-
listado. En la antigüedad tenia alfabeto ])ropio procedente tectorado, 18 hablan exclusivamente el rifeño, 5 el árabe y las
del libico y del púnico, pero hoy dia no tienen ya letras restantes ambos idiomas, predominando uno u otro, segv'in su
propias y tan sólo en la región de los Tuareg, en el Sahara, se ti'adición. Dentro de las que hablan el rifeño, el Grupo del Eif
conserva una a modo de escritura particulai', formada de rayas y oriental habla un dialecto propio del Eif y el Grupo del Rif cen-
])untos que los indíge- tral y parte de Gomara
nas llaman «tilinag». habla un dialecto que
l'ara escribirlo se em- se aproxima más a los
plea hoy el alfabeto del medio Atlas.
árabe, aunque se adapta Los hebreos desco-
muy mal a su fonética nocen, casi en absoluto,
jirojiia. el idioma hebraico que,
Comprende multi- /\EDITERRANEO hoy, constituye sola-
tud de dialectos de los mente un lenguaje re-
cuales son los princijja- < ligioso. En general, ha-
li's el rift'ño, el zenata, I- blan el español en su
«I
el susi y el senhaya. El vida privada y la ma-
árabe hablado en b a - o ,
2
yoría tres o cuatro idio-
rruecos es tan sólo lino mas, incluyendo el ára-
o
de los cinco dialectos be o el chelja, según
j)i-incipales del ái-abc su residencia.
puro que se hablan en
\\\\\\\\-^^^\w^^.v:;^
Tripoli, Túnez, Argelia I P N I O SANTA CRUZ DIÍ
y Marruecos, con gran- MAR PEQUEÑA
des diferencias en cada Nuestra soberanía
uno de estos países, sobre ese punto data de
£s4uema de la distribución étnica de la población indígena del Pó't«ctorado. La parte rayada corresponde
(1) Véanse los números 'ftl elemento beréber puro; la de trazos al beréber arabizado y la blanca al árabe, distribución 4Ue no co- 1344. En 1455 se cons-
de octubre y noviembre de Tresponde a la lingüística, sejún la cual lo/ límite/ de la población bereberófona son mucKo más reducido/
1928. y más extensa, en compensación, la superficie de la (fue usa el árabe.
truyó la fortaleza de
305
 Zona e/pañola-—Tipo/ berebere/ del Rif y áe Guelaia-

Santa Cruz de Mar Pequeña, cuyos restos no ha sido posible setas saharianas de poca elevación, pues descienden lentamente,
encontrar. KI tratado de J9] 2, ha ratificado la soberanía española, en escalón, sobre la costa.
sin que, hasta la fecha, se haya llegado a la ocupación del terre- No existe ningún curso de agua propiamente dicho, pues el
no. Comprende una Kona de unos 2.500 kilómetros2, estando denominado Acequia el Hamara, que constituye la arteria prin-
compuesta esencialmente por la desembocadura del rio Piusedra, cipal y desemboca unos 800 kilómetros al sur de Cabo Juby, no
teniendo su principal razón de ser en las pesquerías inmediatas, conduce agua corriente en ninguna época. La población es de
famosas en su costa que tiene un desarrollo de unos í)0 kilóme- origen marcadamente árabe, con alguna mezcla negra, siendo
tros. Se halla situada nómada en su totali-
entre los rios Sus y dad con movimientos
Nun, sirviéndole este poco amplios en la cos-
último, en su desembo- ta y más amplios hacia
cadura, de limite sur y el interior, constitu-
el punto más próximo yendo su única riqueza
i m portante es el puesto los rebaños, especial-
francés de Tiznit, en el mente de c a m e l l o s .
camino de Agadir a Muy difícil de calcular
1'ariidant. su e f e c t i v o ])arece
aproximarse a u n a s
R I O DE OKO O SAIIAÜA 50.000 almas que po-
ESPAíiOL seen 4.000 o 5.000 fusi-
Situado entre el les de repetición y tie-
Dráa, al norte, y el pa- nen gran facilidad para
ralelo 21, al sur, está proveerse de armas y
formado por una zona municiones.
costera, de régimen de- Primitivamente la
sértico, con un desarro- razón de la ocupación
llo de costas de 1.000 de estas dos porciones
kilómetros y una an- del territorio, residía
cliurii media de .SOO ki- tan solo en las pesque-
lómetros. Existen so- rías, donde los bar-
bre la costa los puestos cos canarios, recogen
españoles de Tarfaya o anualmente dos o tres
Cabo Juby, que se en- Zona e/pañola-—Niño/ beréber y mestizo de neéro. Niño/ árabe/ millones de un pesca,
cuentran a unos cien do llamado «chesna»
kilómetros de la isla Fuerteventura, ^'illa Cisneros y La Agüera. ^denominado «sama», en la costa marroquí), de condiciones
El único puerto natural es el denominado Eio de Oro, siendo, análogas al bacalao y peso medio de 10 kilogramos, siendo la
en general, la costa, extremadamente inhospitalaria. pesquería, proporcionalmente mucho más productiva que las de
El Sahara español constituye la parte occidental de las me- Terranova.

Zona ívpañola.—Tipo/ árabe/ de Metalza.

>o6
 Posteriormente, el estatleoimiento de la via aérea a Dakar ductos naturales no hay que pensar en crear manufacturas para
y San Luis de Senegal, ha originado el problema de la vigilancia la exportación. Aún descontando los gastos principales de la
sobre la costa, dando por resultado el establecimiento en Cabo ocupación militar, tardará mucho en nivelarse el presupuesto
Juby de una escuadrilla aérea española que ejerce la policía del Majzen, debiendo tenderse a ello no por inflación artificial délas
país, donde a falta de este elemento, únicamente podrían em- aduanas, sino por desarrollo de los productos naturales, es decir,
plearse las unidades montadas en camellos, llamadas «meliarip- creando riqueza sobre la cual sea posible cobrar los tributos tra-
tas», en la zona francesa inmediata. dicionales. En ello habrá de evitarse en lo posible la concurrencia
La movilidad de la población, lo duro del clima, la falta de con los productos netamente españoles que, de lo contrario, que-
agua, y de todo elemento de vida que no se deduzca de los reba- darían totalmente excluidos del mercado marroquí.
ños, fáciles de sustraer a nuestra acción, haría muy difícil una 4." La importación debe partir de todos los puntos de la
campaña en esta zona, requiriendo una preparación laiga y cui- costa y penetrar todo lo posible hacia el interior, siguiendo los
dadosa y un desarrollo metódico y pausado, a base de pequeños caminos naturales para drenar plenamente nuestra zona, soste-
efectivos bien aclimatados y muy especializados. niendo una corriente de ida importadora que llegue hasta muy
Es de notar que esta zona, se compone de una región norte cerca de la frontera y otra de retorno exportadora, que baje a la
hasta el paralelo de 27" 40', que comprende Cabo .Tuby, que por costa los productos naturales.
suponerse formaba parte del Imperio de Marruecos, debe tener el 5.° La acción militar está, en principio, subordinada a la
régimen político de zona de protectorado, mientras la zona sur, utilización de las bases marítimas y caminos principales. Sobre
entre Cabo Juby y Cabo Bojador, al ser tenida por independiente la costa, o en su.s proximidades, las bases esenciales, centros vi-
constituye un terreno de soberanía. tales, donde se hallan concentradas las fuerzas metropolitanas,
Larache, Alcázar, Ceuta, Tetuán, Villasanjurjo y Melillá. En el
TÁNGER extremo de las vías naturales, a la entrada de la región esencial-
El lúnterland adjudicado a la ciudad de Tánger en el tra- mente montañosa, las columnas principales siempre alerta, cons-
tado de 1912 está limitado al Este por la divisoria que corro a lo tantemente en condiciones de ejercer su acción, fraccionándose,
largo del macizo de Meyimel, y al sur por el Arroyo Meharhnr, si es preciso, para su más fácil vida, dentro de áreas reducidas
hasta la desembocadura en el Mediterráneo. Geográficamente no (Drius, Targuist, Xauen, Bab-Taza, Zoco Tenín, Alcázar). A van-
constituye zona alguna independiente, ni característica. Posee 48 guardia, en el interior de la montaña, las unidades jalifianas en
Ivilómetros de litoral, mitad en el Estrecho y mitad en el Atlán- núcleos de tabor, que guardan los pasos, aseguran el tránsito y
tico, sin cala natural alguna fácilmente utilizable, pues la bahía liacen acto de presencia en todo el país; después la oficina de In-
de Tánger reúne muy malas condiciones y no posee, en realidad, tervención que vigila los nv'icleos de población y sus jefes; por
puerto alguno sino un deficiente desembarcadero. último, la oficina de información que recoge hasta el último lati-
do de la vida indígena. De la fácil y rápida coordinación de estos
No posee más relieve que el macizo denominado Yebel Kebir,
órganos de acción depende la seguridad de la zona.
que alcanza su máxima altura en el Cabo lísparlel a 31.5 metros-
En el centro de la zona se extiende una pequeña cadena de direc- JJOS puestou militares se reducen a lineas orientadas de Norte
ción Sureste a Noroeste, con su máxima altura 200 metros. a Sur, que dividen la zona en regiones naturales y permiten, caso
No tiene curso alguno de agua de importancia, sepai-ando el de rebelión, reducirla a compartimentos prontamente aislados y
Arroyo denominado de los Judíos, la mésela del Marxan, donde drenados. Lógicamente, esas regiones militares coinciden con las
se asienta la parte alta de la ciudad, del macizo de Cabo Esparte!. naturales y sus líneas divisorias con los grandes caminos, no
El terreno es, en general, arcilloso, de procedencia secunda- detallándose su trazado y composición por razones fáciles de
ria y en el Cabo Esparte!, la presencia de grupos de conglomera- comprender.
dos ha dado lugar, por erosión marítima, a la formación de algu- En definitiva, que la razón de nuestra presencia en África,
nas grutas de cierta importancia. aparte atavismos de raza, se debe a imperiosas obligaciones, tan-
El clima es extraordinariamente marítimo, gozando del máxi- to de orden político internacional como de defensa nacional, y
mum de lluvias, siendo la temperatura muy igual y dulce. que ello exige el afianzamiento de la ocupación militar, mediante
la mejora material y moral del país y los habitantes, pero con los
Esta zona ha seguido las vicisitudes del resto de Marruecos
menores gastos posibles, pues el país no permitirá nunca, por su
respecto a razas.
relativa pobreza, se recuperen las sumas empleadas directa ni
Ha pertenecido a los portugueses y a Inglaterra, siendo per-
indirectamente.
dida y tomada multitud de veces, hasta que en 1684 la recuperó
el Bajá Alí Ben Abd-al-lah, y considerándola como terreno de G." y último. Que sería de desear la ocupación de Ifni que,
conquista, fué repartida entre los «muyahedin» o «guich» rífenos con la costa del Sahara, nos asegure la explotación de sus ricas
a sus órdenes, causa por la cual la población del Ehaz siempre ha pesquerías, no conviniendo por hoy la ocupación material del
estado muy relacionada con el Eif. Sahara, cuyos gastos no serian compensados por las ventajas de
La población se eleva a unos 15.000 habitantes, con una den- tal acción, bastando, por ahora, la organización de algunas uni-
sidad media de 40 habitantes por kilómetro cuadrado. dades montadas en camellos para con la aviación, asegurar la po-
licía de la Zona.
Hoy se encuentran refugiados en esa zona los últimos restos
de los huidos de la nuestra, quedando aún una cantidad de arma- Ha transcurrido con exceso el plazo de una hora señalado
mento difícil de precisar, pero que no bajará de 500 o GOO fusiles para esta disertación, no obstante la concisión con que he procu-
de repetición. rado tocar cada uno de los apartados de este tema; culpa es de
su amplitud y extraordinaria importancia.
En.SUMRN
Ningún otro estudio podría suministrar al oficial de Inter-
De todo lo expuesto se deduce: vencionesjnás amplia base para el ejercicio de su delicada mi-
1.° Que nuestra zona norte de Protectorado es una ínfima sión. Reflexionando sobre las características del terreno deducirá
parte de la totalidad de Marruecos y nna prolongación de nues- fácilmente la índole militar, política y económica del país y de
tra zona española de Levante. su población. Del conocimiento perfecto de sus condiciones geo-
2.° Que su característica es la montaña, de altitud media gráficas podrá partir perfectamente orientado hacia los estudios
pero dura y muy complicada, lo que produce gran dificultad de de otro orden necesarios para llenar tan difícil misión como es la
comunicaciones, siendo las esenciales de E. a O. excepto en los de orientara un pueblo, sin gobernarle directamente y vigilarle,
extremos donde son de Norte a Sur. sin alarde ni casi empleo de la fuerza.
3." Que desde el punto de vista de aprovechamiento mine- Mi deseo ha sido contribuir a tan elevada misión en la escasa
ro no parece ofrecer un porvenir excesivamente risueño y desde medida que pueden permitirme mis conocimientos personales
el agrícola sólo son aceptables los valles de la costa Atlántica y que, forzosamente han tenido que circunscribirse, largo tiempo a
algunos cortos trozos del final de los valles mediterráneos, siendo los asuntos de índole militar.
el resto del terreno, es decir el 95 °/„ del total, más apto para el A todos ruego benevolencia si no he conseguido llenar cum-
árbol o pastoreo que para la siembra. Por consiguiente, la zona plidamente la misión que me fué confiada y muy especialmente
en conjunto no pasa de mediana como productora, y por mucho al ilustre General que nos preside y antiguo profesor mío, a quien
tiempo la máxima aspiración debe ser el que produzca lo necesa- debo la iniciación y el consejo en todo lo que se refiere a altos
rio para sostener su población. Al carecer de un exceso de pro- estudios militares.—FIN.

3o7
 Apunte/ para u n a Historia del Correo Español en Marrueco/

OJEANDO una obrita de fleorges Brunel, Les Tetuán a Tánger tardaban una fecha, pernoctando en el Fondak
postes ü'K Maroc, nos detuvo una afirmación de Ain Yedida.
tan sorprendente como atrevida al exponer el He aquí un momento en que Esjiaña dispone del.sistema de
autor, en su capitulo V, de cierta manera iró- comunicaciones postales establecido en el interior del Imperio v
nica, que los correos españoles carecen de para sus relaciones internacionales.
historia en Marruecos. Estas Oficinas consulares, franqueaban los envíos con los
Si bien es cierto que no hemos sido los sellos de Correos de España, admitían certificados y disponían
primeros en establecer en este territorio una organización mo- incluso de carteros para distribuii' la correspondencia al público.
derna de los servicios postales, no por ello deja de ser menos En 1." de Julio de 188G se inauguró el servicio de los vapores
brillante la labor desarrollada por España en este orden de cosas, correos contratados por la Compañía Trasatlántica española.
y podemos asegurar que los servicios de los correos españoles, En 1899 organizó Alemania las Oficinas de Correos de Tán-
merecen no solo más respeto, sino el verdadero agradecimiento ger, Rabat, Casablanca y Mogador. No tardó en extender este
de todos los residentes en esta parte del Norte de África, a quie- servicio a las restantes poblaciones importantes de Marruecos, y
nes un falucho que salía de Tarifa, primero, y un servicio de va- entonces, se establece una especie de convenio local para el trans-
pores contratados por el listado español, después, les ha permitido porte de las valijas de correos por los rakkas, alternando en su
mantener una comunicación regular y permanente con todos los conducción los españoles con los alemanes; los ingleses con los
países del mundo, a través del estre- franceses.
cho de Gibraltar. _- Buenas pruebas podrían darse,
Los que tenemos la memoria de que los peatones que llevábanlas
atenta a los sucedidos de mérito en valijas de los cori'cos españoles y
esta frontera meridional de nuestro alemanes fueron los más respetados
país, recordamos los momentos de en Marruecos. Y como curiosidad, no
ansiedad y de admiración, sentidos, dejaremos de hacer notar que el
por los habitantes de Ceuta y Tán- correo genuinamente marroquí, el
ger especialmente, sin distinción de establecido por el Majzen, colabo-
razas ni nacionalidades, cuando un raba con los europeos en el trans-
minúsculo vapor correo, desafiando porte de las valijas, en muchas oca-
tempestades, interrumpida la nave- siones.
gación en el Estrecho, sólo ante los En 1901 se establece por la Di-
elementos, aparecía frente a la costa rección General de Correos y Telé-
marroquí, llevando el correo de to- grafos la Administración de Tánger,
dos, el correo que la Administración a cargo del Cuerpo de Correos, y al
española, había de entregar luego año siguiente, se inaugura el servicio
en Tánger, para su distribución, a de paquetes postales entre España e
las oficinas francesas, inglesas, ale- islas adyacentes y dicha oficina; ser-
manas... vicio que se extendió más tarde, en
Refiriéndonos a lo que podría- 1908, a todas las oficinas creadas en
mos llamar, por nuestra cuenta se la costa y Tetuán, por aquel tiempo,
entiende, época moderna de Marrue- a cargo también del Cuerpo de Co-
cos, a partir de 1800, fecha en que rreos.
con motivo de la guerra hispano ma- l''u6ron primeramente estableci-
rroquí empezó a dibujarse más cla- das dependientes, las Oficinas de
ramente, esa especie de luchas de Tánger, Larache, Rabat, Casablan-
influencias europeas en Marruecos, ca, Safi, Mogador, Eez y Tetuán. No
que llegaron a momentos tan culmi- tardó en disponerse lo mismo en Me-
nantes como la visita del Kaiser a quinez, Arzila y Alcazarquivir.
Tánger en 1905, y la consiguiente Estas Oficinas de Correos, ven-

--es.
reunión diplomática que produjo el dían los sellos de España con la
Acta de Algeciras, vamos a exponer sobrecai'ga Correo EspaTwl Marrue-
a grandes rasgos, aquí, y con la de- cos, y prestaban toda clase de funcio-
bida extensión de otro modo, la par- nes, lo mismo las propiamente pos-
te tan activa que han tomado los tales, que las similares y bancarias.
correos españoles en la afirmación Correo marroquí, según ua dibujo del siglo pasado Entre 1908 y 1909 aparecieron
de la personalidad española en el los sellos de Tetuán sobrecargados
Imperio de Marruecos. con la estampilla que se ha hecho
La primera prueba de la atención que ha merecido este asun- famosa en filatelia, TKTUÁN, sobrecarga que fué utilizada sin las
to a nuestros gobernantes, nos la da el Tratado de Comercio limitaciones de que suelen hablar los tratados de sellos de Ma-
entre España y Marruecos, de ISOl, concediendo en su art. B2, los rruecos.
mismos privilegios que a los buques de guerra, a los buques fle- En 1914 se vendieron los sellos de Correos de las Oficinas
tados o contratados por el correo español jiara conducir la del Protectorado español con la sobrecarga MARRUECOS.
correspondencia oficial y privada. Pero estas cuestiones de filatelia merecen capítulo aparte.
No tardó España, cuyo prestigio se mantenía a admirable al- Y algunas tienen que ser aclaradas en tiempo oportuno.
tura, en establecer el servicio de ('orreos en los diferentes Con- En 191.5 se firmó el Acuerdo hispano-francés para asegurar
sulados de Marruecos, los cuales funcionaban a manera de agen- el servicio de Correos de Marruecos, y en su virtud, fueron retira-
cias dependientes de laLegaoión deTánger, la que se denominaba das ])or España las Olicinas que tenia montadas en el Protecto-
capital diplomática del Mogreb. rado francés. Francia hizo otro tanto en el Protectorado español.
El primer servicio reguíarde peatón del correo español, JÍÍ7/.7,(IS Más tarde, en 1920, aparecieron nuestro Protectorado y el
fué oreado entre Ceuta y Tánger en 1874, extendiéndose ]wr francés, formando parte del Congreso postal universal de Madrid,
el mismo tiempo, ese sistema de transporte, a los ])uertos d é l a a consecuencia de haberse acordado la participación de ambos
costa occidental. territorios en la unión jiostal universal.
Por entonces, a iniciativa del Consejero Superior do Correos Todavía hubo de librarse una pequeña batalla con este mo-
de Alemania, Stephan, se celebraba el primer Congreso de la tivo. Uno de nuestros más ilustres diplomáticos, que hoy ocupa
Unión Postal Universal en Berna. Y España, uno de los pocos elevado puesto cerca de la Sociedad de Naciones, podría hablar
países que tuvieron participación en dicha reunión, hizo constar do ello.
en el artículo XXTX del Convenio firmado en 9 de octubre de Llegados a esta situación, hacemos punto, obtenidos, cree-
1894, que se consideraban como formando parte de la unión ge- mos, nuestros propósitos. Es decir, una vez demostrado que existe
neral de Correos las Oficinas que tenia organizadas en la costa una historia de los correos españoles de Marruecos.
occidental de Marruecos. De la importancia adquirida en la actualidad por estos ser-
El servicio de rakkas español de la costa, funcionaba dos vicios postales, nos ocuparemos en otros escritos. (Dios mediante).
veces por semana, y tardaban estos peatones 9 días en llegar de
rn L • TV • „ i J inoQ Lorenzo N O G U t S
Tánger aMogador. Entre Ceuta y Tetuán venían en él día y de
letuan. Diciembre de 1928.
?0S
ECOS
LA. AGRESIÓN DEL SUR GRA-
NES.—El dia 8 del actual fué ata-
cado un convoy constituido por tres
automóviles ligeros del Ejéacito fran-
cés en los confines desérticos, al sur de Colomb-Bechar.
Estos automóviles eran ocupados por el Coronel Clavery, jefe
del territorio de Ain Sefra; subjefe de Ejército Mayor Capitán de
Ingenieros Pasquet y.Jefe de la sección de servicios especiales de
automóviles Capitán de Artillería Debenne. Los tres fueron muer-
tos, así como dos oal)os que les acom])a]Saban. Dos soldados tira-
dores resultaron heridos y uno desaparecido, quedando única-
mente indemne el cabo Clavery, hijo del difunto Coronel falleci-
do, que formaba parte del séquito de su padre.
Tan trágica noticia no fué conocida hasta ol dia !(• por la no-
che en Colomb-Bechar. En un principio se dijo que el rezzu cau-
sante de la agresiíHi había cortado las comunicaciones y hubo
periódicos de la jjrensa francesa qu(> dieron como confirmadas por
el Ministerio de la (luerra estas noticias. Después quedó declarado
que la intei-rupción dalas comunicaciones telegráficas y telefóni-
cas era debido al borroso temporal desencadenado.
Los tres automóviles iban uno tras otro poi- la pista que reco-
rro el valle del rio Saura, siendo atacados por im «djich» que les
acechaba al pasar a la altura del Monte Arlal. Habian salido de
Beni-Abbes por la mañana tem])rano con intención do llegar en
las primeras hoi-as deja noche a Colomb-Bechar, jjero al llegar al
kilómetro sesenta y siete y a unos diez y siete del puesto de Mem-
munai-, fué donde tuvo lugar la agresiijn. Los accidentes varios
sobrevenidos en el curso de la marcha obligaron a los ocupantes
a detenerse en más de una ocasión. Indudablemente esta circuns-
tancia les expuso más fácilmente al golpe de los disidentes. En
previsión del regreso del Coronel Clavery se estableció un servi-
cio de seguridad unos días antes en las proximidades del monte
Arlal por ser considerado como ])unto peligroso, pero las averias
o patines retardaron el regreso en dos días, de suerte que el desta-
camento encargado de la seguridad habiendo agotado todas sus
existencias de víveres se vio obligado a replegarse sobre sus bases
i-espectivas. La agresión debió ser muy rápida, calculándose en
una veintena el númer.o d<! los agresores.
Al conocerse la noticia en Colomb-Bechar salió en automóvil
inmediatamente el Coíoncl Mobien ])ara el lugar del suceso con
objeto de hacerse cargo de las victimas. El Capitán de Artillería
Debenne, que habia rebultado herido, dejó de existir unos mo-
mentos des])ués de llegar a Colomli-Px'char. El Gobernador gene-
ral de Argelia M. Boi-des acababa de regresar de un viaje de estu-
dios de la i'egión de Oran ciuuido se enteró de tan fatal aconteci-
miento, saliendo igualniente en com])añía del General Kaulin,
Comandante en Jefe del 19° Cuerjio de Ejército y del General
Meynier, Inspector délos Servicios de los territorios del Sur para
informarse ])ersonalmente y tomar las primeras medidas de per-
secucii'in y seguridad y'acorapañai- a su última morada los restos
mortales de sus eficaces-colaboradores. El General Naulin antes
de abandimar el territorio de Ai-gelia dirigió a sus tropas una or-
den en términos muy elevados, dando cuenta del accidente y salu-
dando triste y respetuosamente a las familias de- las víctimas tan
cruelmente impresionadas.
Kn el jnes de mayo del pasado año fué asesinado (}ii el sector
de Bu-Denib el Teniente Rennó Estienne, hijo del General de este
apellido, en condiciones idénticas, afirmando las informaciones
recil)iilas aliora, que la misma partida ba sido la que ha ocasio-
nado la muerte del Coronel Clavery y algunos de sus acompañan-
tes. El 'l'eniente Estienne estaba es'talilecido en Colomb-Bechar en
unión de otro hermano suyo desdo hacia algunos años. Explota-
ban una em)iresa de camiones y se encargaban ellos mismos de
ir a buscar a las minas de plomo del Alto Ohir el mineral, que
'ti-ans])orlal)an después a la estación de Bochar. En cada viaje que
hacían, el convoy constituido por varios camiones seguía alineado
siendo ])rotegi(lo y acomjjañado por fuerzas de tiradoi'es mari-o-
quies y argelinos. En uno de aquellos días el Teniente lienné se-
guía a rotagmu-dia del convoy cuando fué sorprendido y muerto
con'toda la escolta que lo acompañaba por un «djich» que le ha-
bía preparado una emboscada. Al tenerse conocimiento de esta
agresión salió de Bu-Denib la escuadrilla de Gol i ats destacada pa-
ra seguir a la lianda de malhechores y ametrallarlos en su huida.
Las fuerzas de.los sectores y puestos inmediatos fueron moviliza-
das bajo el mando directo del General Lamotte, para castigarlos,
jiero no se pudo dar con las partidas ni con su rastro.
Las causas que mayormente han infiuído en esta última agre-
sión, han sido el retraso del Coronel Clavery. Era espei-ado en
Colomb-Bechar el día 5, siendo esta tardanza la que obligó a los
«goumiers» a replegarse a sus guarniciones por haber agotado las
existencias de víveres. Al temporal reinante de viento glacial y
fuertes lluvias torrenciales y granizadas y a una niebla muy densa
que cubría la pista e impedía ver más allá de dos metros. A que
los tres automóviles no marchaban agrupados como ¡n'ovenían las
instrucciones dictadas por las autoridades de Argelia, sino a más
de media hora de distancia unos de otros y al haber imjjedido las
malas condiciones atmosféricas foi-mar el vuelo a los ajjaratos de
las escuadrillas de aviación y vigilar la ]nsta de Colomb-Bechar a
Beni-Abbes.
Tan pronto se tuvo noticia del acontecimiento, tanto en la par-
te marroquí como en la parte argelina se destacaron varías patru-
llas para dar caza a las partidas disidentes, llegando algunas de
aquellas hasta más de setenta kilómeti'os al Sur de Colomb-Be-
char, pero tenemos que advertir que cuando las patrullas recibie-
ron orden de salir en su persecución habían transcuri-ido por lo
menos cuarenta y ocho lioras despiués del accidente, siendo enton-
ces ya muy difícil de dar con la partida atacante, no obstante ha-
berse desplazado las patrullas a cien y ciento cincuenta kilóme-
tros en todas direcciones y haberse servido de toda diligencia para
alcanzarla. A dos rezagados pudieron todavía dar alcance, averi-
guando, al ser identificados, que jiertenecían a la región insumisa
de Tafilete. La aviación el dia 11 descubrió y ametralló ima peque-
ña partida, ocasionando la jtérdida entre ella de dos camellos. Pero
los disidentes, muy conocedores del terreno y de los procedimien-
tos de d¡s])ersión que hace imjiosible toda acción eficaz a los avio-
nes, pronto se desviaron y fué perdida su dirección. Ija región
mcrntañosa donde se supone se guarecieron, so encuentra situada
al N.O. de las confluencias de los ríos Ghir y Rugha a unos cien
kilómetros al N.E. de Igli. siendo célebre por sus accidentes.y
abruptuosidades que tan difícilmente hacen su recorrido. Todos
los puestos recibieron la voz de alerta y toda incursión podría lle-
var consigo al ser descubiertos combates serios que los disidentes
procurarán evitar. IJOS informes más veraces que ha recibido el
Alto Mando francés acusan t|ue las partidas volantes se hallan
formando una barca de '2(X) fusiles perteneciente a las tribus do
ülab Maino, Hammum y Tafilete.
«El (3oronel Clavery, era tenido por uno de los más brillantes
soldados del ejército francés de África. Gran parte de su
carrera la había hecho en las regiones saliarianas y por una sin-
gular coincid(;ncia ha muerto en el momento que (n-a ])i'omovido
a Genei-al, habiendo sido publicado el Decreto do ascenso en el
Diario Oticial el mismo dia de su muerte. Había sabido captarse
la simpatía d(! los indígenas ]mv la alta concepcií'ui que tenía de
sus deberes, ])udiendo descartarse tenia liipótesis en la que se trato
de demostrar que la agresión iba dirigida conti-a su persona, pues
indudablemente este doloroso asesinato no ha temido otro móvil
que el robo, siendo un ejjisodio banal dentro del dominio de la
inseguridad.
Estuvo prestando servicio entre los centros y oficinas indíge-
nas desde el año 1806 hasta el dia 8 del corriente, fecha en que
sucumbió victima de la (Mnbosoada de los disidentes, abriendo
solamente un ligero parént(>sis en este largo periodo de servicios
prestados, para ir a combatir a la Gran Guerra. Desempeñó siem-
])re puestos y cai-gos de confianza, tales como los de Bu-Saada,
Rehgar, In-Salah, Timimimum. Estuvo de Jefe anexo en Laghuat
y mandó al «goum» ai-gclino de Casablanca en 1907 y 1908.
En 191.6 tom() ))arte en la guerra eiu'opca en el frente de YPV-
dún, re;gresando tlespués a su puesto africano. De 1921 a 19'2;3 di-
i'igií) los cursos de instrucción preparatoria do los servicios de
asuntos indígenas, además del mando del territorio de Laghuat, le
fué conferido en 1926, a petición del entonces Gobernador general
de Argelia M. Steeg un servicio especial para restablec(.>r la
situación moral y económica, gravemente comprometidas a causa
de múltiples accidentes.
Conocidos (-leí Gabinete de París los primeros inform(!S, se
acordó tomar ciei'tas medidas e imponer ciertas sanciones. Entre
las primeras puede considerarse el viaje del Mariscal Eranohet de
Esperey, Inspector General permanente de las Euerzas de África
del Norte, el cual salió por el correo de Port-Vendres para Oran,
continuando el viaje al desembarcar en este último puerto por el
ferrocarril del extremo Sur hasta Colomb-Bechar, llevando la mi-
sión de poner en claro las cirormstancias que originaron la agre-
sión.
El Coronel Catroux, Comandante militar de Tlemcen ñié
nombrado a petición del Gobernador de Argelia, Jefe del territo-
rio de Ain-Sefra, celebrando una detenida y extensa conferencia
el día 14 con Mr. Bordes y General Naulin en la estación de Saida.
En ella se acordó pedir lu'gentemonte a la División de ürán un
escuadrón de Spais para ponerlo a su disposición. Estas medidas
tendrán por objetivo establecer los puestos do Taghit y de Igli
entn^ Colomb-Bechar y Beni-Abbes, puestos que garantizarán la
seguridad de la pista hacia el Sahara, la cual no estaba giuirneci-
da hasta ahora más que por algunos mojaznis, poco numerosos
por cierto. Su misión será la defensa de los puestos y las persecu-
cioni's de las bimdas de disidentes que se aventuren a dar golpes
lie mano en sus jurisdicciones o sectores. A las escuadrillas de
aviación. (|U(! todos los inviernos se destacan en Colom-Bochar,
se las ha dado igualmente instrucciones sobre reconocimientos,
persecuciones y. bombardeos. Estos x'iltimos días, el Capitán Paola-
ci, jefe, de una de las escuadrillas, emprendió el vuelo e hizo varios
reconocimientos descubriendo y comprobando el origen, número
y constitución de la harca al conservar el contacto visual, obser-
vando aileraás que i)or marchas forzadas y en partidas diversas
i-emontaba el valle del Ghir dirigiéndose hacia el Norte.
Estos reconocimientos y pei'secuciones, tanto de las patrullas
de tiradores, marroquíes y argelinos y fuerzas meharistas, como de
las escuadrillas de aviación, a])enas han dado resultado positivo.
Las sanciones tomadas por el Gabinete de París al recibir las
pi'ime,ras informaciones, han sido la de destituir al Coronel Co-
inandante militar de la región de Colomb-Bechar, según las de-
claraciones hechas por el Presidente del Consejo de Ministros
M. I'oincaré.
La integridad de la autoritlad francesa no puede ser puesta
en duda hasta estos momentos, atestiguándolo el que los destaca-
mentos establecidos en la región desértica no han sido objeto del
menor ataque.
A pesar de todas las precauciones tomadas para la aplicación
de la ])olitica de protectorado y de vigilancia, amasada durante 50
años de continuos esfuerzos de saber y de experiencia, no se ha
])odido impedir cpie en los confines algero-marroquíes sean turba-
dos por la acción de los «djichs» procedentes de los oasis de
Tafilete y de las tribus revueltas y belicosas del valle del Draa
3 9
que termina en el G-ran Atlas. Antes bastaba que en el Sur oraués
hubiese una pequeña línea de puestos de mejaznis, para asegurar
la policía en Argelia, estando obligados ahora a mantener con
grandes gastos, efectivos importantes para garantir el orden en el
territorio tan inseguro en el cual tienen su campo de acción los
rezzus jirocedentes de Marruecos.
En el último viaje de inspección que hizo el Mariscal Fran-
chet de Esperey al puesto de Bu-Denib, llamó mucho la atención
sobre este punto. Indudablemente la solución está en la ocupa-
ción de Taftlete y en la pacificación de la región del Uraa, regio-
nes todavía rebeldes a la soberanía del imperio cherifiano.
Tanto la prensa metrojiolitana francesa, como la de las gran-
des zonas y regiones de su gran imperio franco-africano, aluden
actualmente a la falta de solución de este problema que de día
en día se va e.xtendiendo más y se hace más difícil añadiendo
que retardando la decisión que se impone y retardando lo que
tan caramente se ha pagado, se contribuirá indudablemente a
hacer las complicaciones inevitables.
La cuestión no interesa solamente al gobierno marroquí, sino
que interesa asimismo y en sumo grado a Argelia, Túnez y a
África occidental francesa, es decir, a casi la totalidad del suso-
dicho Imperio franco-africano.—ií. Gomales Jiménez.
UNA CONFERENCIA. SOBRE MARRUECOS. — Hace
muy poco tiempo un periodista residente en una de las ciudades
del Protectorado español se dirigió a uno de los primeros diarios
de España solicitando la corresponsalía informativa del citado
diario. Recibió una contestación muy atenta, pero denegatoria.
En buenas palabras venían a decirle que Marruecos no interesaba
ya a la opinión pi'iblica española, o por lo menos a los lectores
del tal periódico. Es decir, que Marruecos ya no era periodístico,
que es frase castiza con la que a veces se ampiaran muchas cursi-
lerías y bastantes extravíos del buen sentido que tanto perjudi-
can a la ])rensa seria. En cambio, le añadían, si volviese a
haber tiros en Marruecos ya era otra cosa y podía esperar la co-
rresponsalía solicitada.
(¿uien haya seguido con un poco de atención los libros y los
artículos amenísimos, sólidos y sustanciosos, de nuestro ilustre
colaborador 1). Gonzalo de Keparáz, que son el largo resumen de
nuestras torpezas y nuestras ignorancias, encontrará en ellos
buena copia do cosas escritas o dichas con la misma ingenua des-
orientación y la lamentable inopia conque está contestada la
carta del no menos ingenuo periodista marroquí. Asi es como se
hace patria y se orienta la opinión pública.
Afortunadamente, hay hoy en día otros focos de orientación
distintos de la Prensa. Aumentarán a medida que la cultura na-
cional se vaya integrando, pues la Prensa por sí sola no es sufi-
ciente órgano de orientación en los pueblos cultos. Los centros
intelectuales e instructivos, las agrupaciones políticas y literarias,
crean una opinión pv'iblíca más sólida, más activa y más cons-
ciente y acaban por influir poderosamente en la misma Prensa.
En Granada, un grupo brillante de intelectuales fomenta
con ferviente entusiasmo el anhelo de apro.ximación espiritual
entre España y Marruecos, sin necesidad de que haya tiros ni de que
Marruecos sea un negocio para España, que es otro de los tópicos
de orientación de algunos africanistas retardados y cegatos. Aho-
ra, en Cádiz, un distinguido catedrático de su Instituto, D. Deme-
trio Nalda, ha roto también una lanza por la política Jiisijano-
marroquí, también sin tiros y sin negocios como únicas aspira-
ciones, sino tomando por norte la esperanza de una reconstruc-
ción espiritual de la gran unidad ibérica, que los errores históri-
cos y no el Estrecho de Gibraltar partieron en dos, durante el
largo transciu'so de uiuis cuantos siglos.
]-)on Demetrio Nalda, en una brillante conferencia pronun-
Encolo
ciada en el Ateneo de Cádiz, ha tenido el acierto, además de
intei'csar al auditorio con su culta y bien cimentada diserta-
ción, de fijarlas aspiraciones españolas respecto de Marruecos en
un orden puramente político, esencialmente espiritual y de raza,
y para el cual los aspectos económicos y directamente utilitarios
del Protectorado, no son sino factores secundarios y auxiliares
en la realización de un más elevado ideal de fraternidad y rein-
tegración de los pueblos ibéricos.
Por eso mismo, el distinguido disertante, ha hecho resaltar
las características de tutela, de actuación temporal que tiene un
Protectorado, dentro de las cuales no caben otras ambiciones que
las compatibles con una leal cooperación en la labor educadora y
regeneradora del país protegido y la ambición fundamental y pri-
mordial de imprimir en aquel el espíritu de unidad de raza y los
sentimienios de amor y agradecimiento, que hagan de él para el
porvenir una nación y un estado libre y hermano.
De un modo especial ha estudiado el conferenciante los as-
pectos de la instrucción pública y la enseñanza en Marruecos y
ha hecho una acertada síntesis de lo mucho que hay ya realizado
en Marruecos, en lo que se refiere a aspectos pacíficos, colonización
agricultura, obras públicas, régimen de propiedad, etc., etc.; de
todo cual no pueden contar nada a sus lectores los periódicos
españoles que esperan a que haya tiros en Marruecos para ocupar-
se con alguna extensión de lo que por el momento constituye la
más definida y positiva actuación exterior de España.
Celebramos el éxito del conferenciante, que salió de la Facul-
tad de Letras con pi-eparación y aficiones para esta clase de
estudios y agradecemos en nombre de Marruecos su brillante
concurso a la difusión de las ideas africanistas. El Diario de Cádiz,
propagador de la elocuente conferencia del Sr. Nalda, merece com-
partir estos jjláceraes, que por nuestra parte le enviamos.^.!. M.
de la Escalera.
•ir
NUESTRAS TROPAS DE POLICÍA DEL SAHARA.—
Su primer actuación.— lín período de organización éstas tropas, so-
bre la base de la Mía a pie de Cabo Juby creada en 1926, ya han
tenido ocasión de distinguirse en la persecución y castigo de una
partida de gentes de Ait Ussa y Ait Zekri que procedente de la
zona francesa penetró en nuestra zona sur de protectorado en
Marruecos y realizó un importante J'obo de ganado a la cabila de
Izarguiin, establecida en los territorios situados al este de nuestro
destacamento de (íabo Juby y que mantiene excelentes relaciones
con nosotros.
El día I.° de octubre se tuvo noticia del robo en Cabo Juby.
Comprobado el hecho por nuestros aviones, se dispuso la salida
del Caid de la Mía con 85 indígenas montados en camellos y
caballos requisados, agregándosele una partida dé 12 individuos
de Izarguiin. El día o la aviación señaló a la Mía la situación de
un grupo de Ait Ussa que, con parte del rebaño robado, marcha-
ba hacia la zona francesa; las fuerzas de la Mía marcharon en su
persecución y les dieron alcance en el cauce seco de Yedari. El
Caid dividió sus fuerzas en dos grupos que avanzaron a toda ve-
locidad por el norte y sur del cauce; los Ait Ussa, apercibidos,
em])rendiei'ün la fuga y, viendo que sus perseguidores ganaban
terreno, abandonaron el ganado, pero la mayor velocidad de los
11 caballos que llevaba el Caid, permitió adelantarlos y cortarles
el camino, quedando completamente envueltos por nuestras fuer-
zas, (|uo dieron muerte a 27 de los que componían la partida e
hicieron prisioneros a los dos restantes, cogiendo 26 fusiles, 10
gumias, 1.1)0(1 cabezas de ganado y algunas prendas de ropas y
otros efectos. Entre los muertos figuraba Abeidi T'ild Eahal, peli-
groso cabecilla de Ait Puguisat (Confederación de Ait el Hasen),
que era el Jefe de la partida, y el Chej Zuber Uild Buun, impor-
tante jefe de la cabila de Ait Zekri. Nuestras fuerzas no tuvieron
ninguna baja, i-egresando sin novedad a Cabo Juby.
C ** ^fT ZEKRI
'' a n c e «y a
U n lincóa pintoresco.—Puente árabe en Xauen^ Foto Ro/
 REVISTA
DE LIBROS
«África la vírácn»- -Flürentio Ccruti.-Talleres
tipoáráficos J. Martínez. - Santander, X928. *_j)
]Je coiiiu es externamente el autor de este libro y aun quizá
de la sencilla psicología de su interioridad, dice mucho el retrato
(jue campea en una de sus primeras páginas. ]\íirándolo con aten-
ción inquisitiva, a])arenta quizá sin fundamento, puesto que no
hay medida alguna de referencia que lo asegure, no ser alto el
autor, lis robusto, en cambio, ancho de hombros y de brazos bien
musculados. Lleva el jielo -o rubio o cano—corto y de punta so-
bre la frente despejada que recibe de una calvicie, apenas notoria,
amplitud y nobleza. Las cejas puntúan la ])ose con una ligera
inñexión de acento circunflejo, elevando el arranque en una ma"
ñera distinguida de estar. Los ojos pierden la mirada hacia un
horizonte impreciso ensoñadores y vacantes. Las orejas, más ba-
jas de lo justo en apariencia, por efecto del escoizo que ])resenta
la cara ligera y orgullosamente levantada, son regulares y útiles
au.viliares del conjunto. Jy-x boca maniliesla una vohmlaria cerra-
zón («por si.las moscas» ( apretando los labios en eFi|UÍvczii de
confidencias y sobre todo en beneficio de la csfiiliilidiul de la
pose, y destaca el mentón fuerte, voluntai-ioí-o, abrillantado, re-
dondo, t^ueda, en medio de todos estos elrnicntos. la najiz. La
nariz, sin seje grande, es carnosa, y más sensual que emprende-
dora. La nariz con la caja de los ojos ])oco enérgica, jioco inten-
cionada, ablanda y desdibuja los demás i'asgos (jue darian deci-
sión a este semblante, instalado sobre un cuello ancho, coi-lo y
fuerte. El tórax de poderoso vigor pulmonar reparte su energía en
dos brazos de atleta, uno para el sombrero, otro para el bolsillo.
Piernas y pies componen una actitud intermedia, ni están jirmi's
propiamente ni en »n lutjar descanso. Se diría que la posición ele-
gida es do un descanso lleno de firmeza.
A esta fisiología corresponde, en el retrato, una indumenta-
ria adecuada, que recorreremos de prisa y de pies a cabeza: botas
altas atadas con cordones, poco usadas y en buen punto de betún,
calzones de corte sencillo y de génei'o, al parecer, fresco y resis-
tente, sostenidos por un cinturón de cuero y cierre metálico, ca-
misa blanca desabrochada hasta el extremo del esternón y cui-
dadosamente remangada bajo los codos, y en fin, sombrero colo-
nial en la mano. Uon Florencio (ieruti, en este retrato, no lleva
arma, ni bastón, ni más atributo, señales, ni accesorios que los
(|ue tengo dichos. Así como es, el retrato resulta interesante, ins-
tructivo, estujjendo, aunque no por eso deje de ser siigceptible de
mejora. Si la mano metida en el bolsillo, en vez de adoptar esta
no muy elegante actitud, como de quien recuenta a escondidas
la calderilla, agarrara un riñe, y si un pie se impusiera triunfal-
mente sobre el cadáver de un león, el retrato sería mucho más
bonito, sin duda, mucho más representativo. Y todfivia había de
ganar si detrás de la gallarda figura del escritor se viera vm
auténtico paisaje tropical en lugar del triste jardín renacimiento
que está pintado en el telón del fotógrafo que retrató a Don
Florencio.
Documento, aunque tácito, elocuente, este retrato basta para
juzgar lo que viene después, porque su composición, la buena fe
juvenil, inocente y provinciana de su composición acusa el error
inicial y fundamental del libro. Este error consiste en suponer
que un viaje pueda ser por si solo materia suficiente para un
libro. Así ocurrió en efecto, mientras los viajes se hacían dificil-
mente o se dirigían a países desconocidos. Hoy ya no. Marco
Polo, Pipaffeta, Cabeza de Vaca, Bernier, ISadia, Caibié o Nach-
tegal, siendo pésimos escritores, que no lo fueron, hubieran in-
fundido el mismo interés a las relaciones de sus viajes, porque
inauguraban el génei-o o los viajes mismos (|ue contaban. Cierto
que actualmente se siguen publicando libros de esta clase. Andró
(J ¡de ha escrito hace muy poco un Yinje id Congo, Paul Morand
hace menos aun ha lanzado BU itinerario Farís-Tombiiiío, para no
citar más que estos dos ejemplos ilustres y recientes. Lo que pasa
es que el interés de estos libros no depende ya del viaje, que no
es más que un ¡¡rete.xto para escribir, sino de las calidades litera-
rias de lo escrito. S! en lugar de ir al Congo o al Niger, Gide o
Morand se hubieran limitado a hacer recorridos más modestos,
Paris-^'ersalles o Tarascón-Ton-elavega, pongo ])or caso, sus libros
hubieran seguido siendo interesantes, amenos y leídos, porque
ellos habrían sabido hacei'Ios así. Es decir, que un libro de viajes
contemporáneos, cuando falla lo literario o en su caso lo científi-
co, no tiene razón de ser, y que un viajoj aunque sea a la Guinea,
y esté hecho en avión o patineta, si el viajero no tiene condicio-
nes de escritor, no da asiinto literario más que para unas cuantas
cartas a la familia.
Fste libro de l-'lorencio CcJ'uti alcanzó su punto de perfección
en el estado ju'imario de manuscrito destinado, según afirma en
el prólogo su autor, a solaz de sus amigos. Xo tuvo necesidad de
jiasar de ahi, puesto que si su mérito principal consiste, según su
autor también, en ser sincero y en no contener más que verdades,
cosa que no creo que nadie (|uiera poner en duda, como sus ver-
dades son subjetivas, es decir, hijas de la apreciación personal y,
por ello en cierto modo, infringibles, no c^be deducir de ellas la
general utilidad que resulta de los datos secos, pero abundantes
de un anuario o de la fría y británica objetividad de un Bedeker.
Pero, ya el libro en trance de publicación, debió haber merecido
más cuidados y más seguras verificaciones en evitación de erro-
res tan garrafales como los de un singularísimo croquis del itine-
rario <pie recorrió en su viaje a Fernando Fóo el autor de este libro.
Dicho itinerario, según resulta del relato y salvando paradas de
menor importancia es el siguiente: Madrid, Tánger, Casablanca,
Dakar, Konakry, Monrovia y Santa Isabel. Pues bien, en el cro-
quis hay dibujado otro itinerario enteramente distinto. Este: Ar-
gel, Tombucto y Konakry. Pero lo más notable del croquis no es
este inverosímil desacuej'do con el texto, sino la línea caprichosa
de la costa del tíolfo de Guinea y, sobre todo, las dilatadísimas
proporciones (jue afecta la isla de Fernando Póo sencillamente
iguales a las de todo al Imperio de Marruecos.
Juan ORTEGA COSTA
Pío Zabala y Lera. — El marques de Ar-
Óensonyel Pacto de familia.— Editorial Vo-
luntad. Madrid I 9 í 8 .
José Delito Piñuela.— La España de
Felipe 1V-.Editorial Voluntad. Madrid I 9 J ? .
La líditorial ^'oluntad publica una C'o?eeció/í Hispania de an-
chos horizontes, cuyos volúmenes, trabajados con esmero y ele-
gancia, se refieren a muy variados asuntos de la historia, la
cultura, el arte y el derecho patrios. Kscritos por plumas autoi'i-
zadas y expertas, presentados con primor editorial constituyen
los ya publicados y la promesa de los que han de seguir uno de
los más bellos alardes del actual renacimiento de la actividad
editorial española. En esta colección se han publicado trabajos
tan notables y de tan destacado renombre, como el de Asin Pala-
cios, sobre Dante y el Islam, y el de Julián Ribera, Historia de la
música árabe medioeval, que bastan por si solos, y en el orden de
los estudios arabistas, para acreditar la excelente clase de esta
colección.
Los últimos tomos publicados, cuyos títulos y autores enca-
bezan esta nota, son una confirmación de lo dicho para toda la
colección, que avalora su interés con el de estos nuevos temas
abordados también con maestría, amenidad y provecho.
Obra interesantísima para todo Oficial
estudioso: PRECEPTOS del MARISCAL
FOCH, magnífico resumen de la teoría y
práctica de la guerra del ilustre Maris-
cal de Francia; por A. Grasset, Coman-
dante del Ejército francés. Traducción
del Comandante de Artillería, Tomás
García Figueras.-lmp. Tropas Coloniales
CEUTA
FERNANDO AHUMADA
Capitán de Infantería
La Infantería en la Guerra
Su evolución Táctica.
Precio: 3'50 Ptas.
LOS MOGATACES
LOS PRIMITIVOS SOLDADOS MOROS
DE ESPAÑA EN ÁFRICA
I En estas conferencias se exponen las relaciones a entablar,
D A T O S P A R A LA H I S T O R I A D E
NUESTRO EJERCITO COLONIAL
POR
WÜIQUE AMQUE
C. DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
1928
Imp. Tropas Coloniale/
Ceuta-Tetuán
Los pedidos pueden hacerse a la Administración de esta Revista
Lea V. "Política de España en
África" por el ilustre historia-
dor, geógrafo y primer áfrica-
nista de España Gonzalo de
Reparaz. Segunda edición Es-
pasa-Calpe, Madrid.
Teniente Coronel VELASCO
y Capitán PITARCH
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Generalidades - Nomenclatura de las partes y
piezas principales - Funcionamiento de los
mecanismos - Desarme - Armado.
El folleto lleva además una magnífica lámina
detallada del mecanismo y de sus piezas.
Precio: 1'50
Combinación de las Armas
en la División Orgánica
:H£:
Conferencias pronunciadas por el Comandante de E. IVI. Don
Luis Ortega Ceiada, brevete del E. IVI. francés, Ayudante del
General Mlllán-Astray, los días 7 y 8 de noviembre de 1928
' en el teatro Apolo de Ceuta.
en el campo de batalla, entre un regimiento de Infantería ji-
la agrupación de Aríilleríade apoyo directo de dicho regi-
miento, dentro del cuadro de la División orgánica (zonas de
acción, puestos de mando sucesivos de ambas Armas, obje-
tivos comunes, enlace y transmisiones, orden de com-
bate, etc.)
Sobre un caso concreto se explica cómo, en la práctica se
establece la inteligencia directa entre ambas unidades, en
ejecución de la orden general de la División, y se estudian
asuntos como el de la yuxtaposición de los puestos de man-
do de ambas Armas, la organización artillera, la misión de
esfuerzo principal y la de sacrificio,
En la primera parte de la disertación se hace un breve estu-
dio histórico filosófico de nuestros reglamentos, en lo con-
cerniente a coordinación de los diferentes elementos de
combate, como preparación de la segunda parte (estudio del
caso concreto.
Al final se hace un resumen de las enseñanzas derivadas
de las otras dos partes.
:[§:
Los pedidos, al autor, Comandante Don Luis Ortega Celada,
Circunscripción Ceuta.
Precio del ejemplar; PtSs. 1'25.
Por correo certificado: Ptas. 1'50.
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 DOMICILIO SOCIAL: VIA LAYETANA, 2.--BARCEL0NA
REPRESENTACIÓN: PLAZA DE LAS CORTES, 6.--MADRID

SERYICJOS DE CORREOS

LÍNEAS DEL NORTE DE ÁFRICA / " < ' •

LINEAS DE BALEARES

De Málaga para Melilla y vicever^, ^ Comunicaciones directas, regulares

diario; de Algeciras para Ceuta y
viceversa, diario; ¡de Algeciras para
Táng-er y viceversa, diario; de Cádiz-'
para Tánger-Ceuta y viceversa, se-
manal; de Cádiz para Tánger y vice-
versa, semanal; de Cádiz para Lara^
che, los días 1,5, 10 15, 20 y 25 de
cada mes; de Larache para Cádiz, los
días 2, 6, 11, 16, 21 y 26 de cada mes.
LINEAS DE CANARIAS
De Cádiz, todos los domingos a las 15
horas; de Barcelona (servicio rápido
quincenal), el jueves cada dos sema-
nas; de Barcelona (servicio quincenal
con escalas en los principales puer-
tos del Mediterráneo y Norte de Áfri-
ca), el miércoles cada dos semanas.
y rápidas desde Barcelona, Tarra-
gona, Val eij.cia y Alicante para todos
los pulirtosde Baleares y viceversa.
Servicio n^ensual entre Marsella-Pal-
ina de-M^llorca-Argel y viceversa.
SÍBRVICIOS COMERCIALES
Línea regular seinanal con salidas
los jueves de Barcelona para los
puertos españoles del Mediterráneo,
Norte de África, españoles del Atlán-
tico y Cantábrico hasta Bilbao y vi-
ceversa.-Líneas regulares entre Bar-
celona-Valencia, Barcelona-Alican-
te-Orán y Barcelona-Castellón-Can-
día y viceversa en los tres servicios.
Líneas regulares de carácter semanal
entre España, Inglaterra y viceversa

Para más detalles, dirigirse a las oficinas de la Compañía o de sus Consignatarios en cualquiera de
los puertos de España, Baleares, Norte de África, Canarias e Inglaterra.
 •Jí

PRECIO U N A PESETA IMPRBNTA

TROPAS C O L O N I A L E S
ESTA REVISTA APARECE EN LA TERCERA = = CEUTA-TETUÁN -
DECENA DE CADA MES
 A Ñ O 1928
ÍNDICE ALFABÉTICO
Autores Tiab,
rabajos Páé. Autores Trabajo Páá-

A h m e d D a u d Mo- C a n t a la ciencia y desprecia la igno- Julián Gomar ]J0 periodístico en Marruecos. . . . 10

h a m m e d ben rancia 11)8 (.Juan O r t e g a Costa i C e n t e n a r i o de C á n o v a s ;jl
Alvarez Salíimancíi Atracción afectiva de Marruecos. — I Ecosj Exposición de A n t o n i o (jot. . 1)5.
Miguel. G r a n a d a y la casa del tJhapiz. . . 341 (E) L o s franciscanos en Marruecos. . 165
I n t e r c a m b i o espiritual h i s p a n o m a - Ceuta. Su p r e s e n t e y su porvenir. . 180
rroquí 256 l E j L a A ^ confeiencia n o r t e a f r i c a n a . . 188
Benomar Kl P a n a r a b i s m o 17 (E) L a esiinge y el canal 21.3
Gil B e n u m e y a A n d a l u c i s m o africano. L a universidad López Emilio A s p e c t o s del P r o t e c t o r a d o español. . 41
(Kodolfo Oili árabe e s p a ñ o l a 34 V i i i t a d e l E m b a j a d o r tle F r a n c i a a la
p]l Espíritu de la Mezquita. «La Bai'a- 2;ona española de Marruecos y del
ka» 154 A. C. es])añol a la z o n a francesa. . 58
I d . id. id. id. II 207 T e t u á n c a m i n a con su historia. . . ]37
Id. id. id. L a Y e m a a 230 Excursión tlel A l t o Comisario y .Jefe
Cai-ranza Fernd". de P o l í t i c a Colonial de E s p a ñ a . . . . 291 Superior a t r a v é s del territorio de la
Cai-rillo J e r ó n i m o L a Meka o el S a n t u a i l o venei'ado de zona 171
Muley Aljdeselam ig I E. I Se crea en Cádiz la e n s e ñ a n z a de
T e m a s islámicos. L a zauia de Sidi auxiliares m a r r o q u i e s de medicina. 286
Heddi -221 (B.) El n u e v o convenio aduimej'o de
Castell Miguel de ( Ecos)La CLiestión colonial poi'tuguesa 22 Tángoi' 287
Coronel A r a n d a Características geográiicas de M a r r u e - M. E. (E. 1 El rascacielos ciudad 286
cos y en especial d é l a zona española 258 (A. M. de la Escalera)
I d . , id., id., I I 273 M. de la Escalera A. El interés artístico y la atracción afec-
Id., id., id., I i r 805 tiva de Mariaiecos |1
Cortncero H e n a r e s ^;.-\ndalucismo árabe o ai-abismo espa- (Ecos). J u l i o Vcrne y la litei'atui-a co-
Humberto F. ñol?! 67 lonial.—La D u q u e s a de G u i s a . . 45
Id., id., id., id., 11. 81 (Ecos). L o s pi-üblenuis de Silla. . . 93
Episodios do la dominación portugue- X a u e n la libei-lada 308
sa en Arcila, I . 210 (Ecos). El M e d i t e r r á n e o de Sócrates y
Id., id., id., 11 233 el d(; Mussolini 364
Id., id., id., I I I 246 A ])i'0|)ósilo dc un pi'óximo c e n t e n a r i o .
( C o r t é s E c h a n o v e Arto árabe en Castilla 252 — Enseñanzas de la t o m a de Argel. 377
Luis. Id., id., id., id., I I ]!)5
Díaz de V i l l e g a s .1. Un l e v a n t a m i e n t o a g r a n escala. El (Ecosi. H o i - s l a l o y la gucrre! . . . 234
nuevo m a p a del P r o t e c t o r a d o espa- (Id.) U n a conferencia sobre Marruecos 310
ñol on Marruecos 75 Mas G u i n d a l .Toaq. Divulgación de la botánica m a r r o q u í :
Diz Tirado P e d r o C n d a s Coloniales ^ Dos días en T á n g e r 28
L a consti'ucción civil en Marruecos. 182 L a b o r dc los botánicos españoles en el
Obras P ú b l i c a s en Marruecos. — El I-'rotectorado de Mai-niecos. . . . 147
P u e n t e Alfonso X I I I 269 Sidi M o h a m e d ben H o s m i el B a k a l i y
F e r n á n d e z S a n t o s . Después de los últimos acuerdos sobre su tei'apéutica. Confidencias de u n
Tánger 293 celebi'ado médico moro de T e t u á n . 386
F o n s .Toso Tradiciones de S a n t o n e s Yeblíes.—El D a t o s para la mineralogí.a de la zona
S a n t u a r i o de Muley Abdelá el (Ja- occidental del ])rotectorado espa-
z u a n í en Beni Aros 80 ñol en ]\rarruecos 218
F r a n c o B a a m o n d o L a paz y el Tertib 25 M o n t a n e r j\[atura- ( E c o s \ El África francesa. Ix'os de un
Francisco A S. M. el R e y . . 98 n a Carlos discurso 23(!
a.' F i g u e r a s Tomás Ciudades africanas. «Larache». . . 6 No E d u a r d o de (¥J.) El .Jn])ón, los E s t a d o s l ' n i d o s y el
L o s clásicos entre los mozárabes cor- canal de Nicai'agua 38;>
dobeses 9(i (E.) Jja cuestión do las colonias ale-
U n proyecto i n t e r e s a n t e de la coloni- manas 315
zación en Guinea 161 N o g u é s Lorenzo L a Caja P o s t a l de A h o r r o s 222
(Boos) L a conferencia de Y e d d a . — E l A p u n t e s p a r a la h i s t o r i a del correo
t r a t a d o Ítalo abisinio dc 21 J u l . 1928 214 es|)añol en Marruecos 808
(Ecos). T u r q u í a y el alfabeto latino.— t)liver T o m á s L o s consultorios i n d í g e n a s en la zona
L a protesta de Egijjto con ocasión d e M e l i l l a . . . .' 385
del P a c t o Kellogg.—El acuerdo na- O r b a n e j a V. S. R. de L.—Profilaxis del p a l u d i s m o . . 72
val a n g l o francos 235 O r t e g a Costa .Tuan (Ecos) L a filtima g a c e l a 2.3
R e c u e r d o s de la c a m p a ñ a . . . . 283 (]?. de L ) F r a n c e E s p a g n e 48
L a situación de la zona francesa. Co- L a política i m p e r i a l de I n g l a t e r r a . . 69
m e n t a r i o s a un articulo i n t e r e s a n t e . 284 Imperialismo y desarme 90
Goded M a n u e l U n a carta interesante 45 (R. de L.) P r e c e p t o s del Marisca] Foch.
P a r a la R R V I S T A DE TIÍOÍ'.V.S C O L O - Id. líl a l m a do la aviación española. 3(i7
NIALHS 102 Id. I-'olitica de Es])aña en África . . 391
González Epifanio L a s operaciones en la zona francesa. 351 Id. El lílocao 236
(B.) Operaciones en la zona francesa 189 Id. Ni Oriente ni Occidente. . . . 339
Él Majzen a n t e s del protectorado. . 237 A n i v e r s a r i o de Ta])iró 249
( B o o s \ L a agresión del sur oranés. . 309 (R. de L.)) P a i s líifeño 288
Got A n t o n i o L o s caballeros del aire en Marruecos (Id.") África la virgen 312'
después de la g u e r r a 281 P é r e z Dionisio. S e m b r a d o r e s de h i s p a n i s m o en Ma-
Guerrero Adolfo (E.) L a s hei-oinas del m a r 22 rruecos 295
Eco depoi'tivo.—Recoi-d de un P e l a g e P o r t a m i r a s H a m i d o I m p o r t a n t e obra cartográfica.—Mapa
de]4H. P ^, • • • ^*'? (J. Díaz de Apliegas) del P r o t e c t o r a d o es])añol en M a r r u e -
.T. S., .T. Santi llana Maravilloso viajo volátil al Senega. 145 cos 41
(A. M. de la Tescalera Redacción. N u e v a organización territorial de las
L a P u e r t a del (!;unpo de Ceuta. . . 51 F u e r z a s de N o r t e de África. . . . .3
IjBJanias de C e u t a 120 19 2 7 - 3 9 2 8 •>
«Ecos». El Mediteri-áneo de Sócrates y (B.~) L o s n u e v o s p r e s i d e n t e s d é l a s . t u n -
el de Mussolini 1()4 t a s Munici¡)ales de C e u t a y Melilla.
(R. de L.) Boletín del I n s t i t u t o Geoló- — G r a n a d a y la exposición ibero-
gico y Minoro de E s p a ñ a . . . . 192 a m e r i c a n a . — N o t a s del P r o t e c t o r a d o 54
•Tevenois P e d r o E l t ú n e l s u b m a r i n o del Estrecho de L a s negociaciones sobre Tánger. . . ;>(>
G i b r a l t a r y las comunicaciones in- L a s e g u r i d a d del desiei'to 87
tercontinentales . . . . . . . 301 ( E.) C o m b i n a c i ó n de m a n d o s en Ma-
•Timónez A r t u r o F i g u r a de Interventoi'.—Actividades rruecos 95
y conocimientos 0.5 (R. de Jj.") A n u a r i o Genci'al de M a r r u e -
El I n t e r v e n t o r en sus relaciones con cos y Guinea 96
el europeo 163 IE.) E l p l a n de obras p ú b l i c a s y el em-
Autores Trabajos Páé. Autores Traba Pág.

prestito de M a r r u e c o s M4 gráfica de u n a t r a g e d i a histórica. . 1

(íi.í Un p r e m i o d e l A y u n t a m i e n t o de E l lístrecho de Gibraltai-. Episodios
Madrid 144 principales de u n a t r a g e d i a h i s t ó r i c a 26
Antropometría y Dactiloscopia. . . 149 » » » » » » 49
(E.! F i e s t a de la ñor. — L a c a r r e t e r a » » » » » » Y3
T e t u á n T á n g e r . — E x p o s i c i ó n de g a - » » » » » » 113
n a d o de L a r a c h e 165 » » » » » » 1 i^5
(E. I El E s t a t u t o de T á n g e r . . . . 188 » » » » » » 169
(^Id. I El G e n e r a l 2." J e f e de las E u e r z a s » » » » » » 193
Militares de litai'i'uecos.—El Banco » » » » » » 217
de E s t a d o de M a r r u e c o s y l a s n u e - » » » » » » 244
vas agencias.—El K u Kus K l a n d en » » » » » » 267
Marruecos 190 » » » » » » 289
L a s villas costeras del M a r r u e c o s !Me- R u i z Zorrilla C. L o s consultorios i n d í g e n a s en la z o n a
diteri'áneo; P u n t a P e s c a d o r e s . . . 208 de Melilla ' . 199
(B.) U n c e r t a m e n literario en Ceuta. 215 Sánchez Pérez A. Sidí A b d - e r - R a h a m a n el Mesdub . . 263
(Id.) T u r q u í a y el alfabeto l a t i n o . — L a S i n r o t M. L o s i n d í g e n a s de F e r n a n d o P ó o . . . 275
p r o t e s t a de Egipto co7i ocasión del V. de M. M o d a l i d a d e s de los principios funda-
P a c t o K e l l o g g . — Kafael López (T. García F i g u e r a s i m e n t a l e s de la guei'ra al ser aplica-
Rienda 235 dos a la n u e s t r a de M a r r u e c o s . . . 24
U n éxito de A l v a r e z S a l a m a n c a . . . 230 (R. de L.) Diego F l o m e s t a 139
(R. de L.^ C o m p a ñ í a i b e r o - a m e r i c a n a (E.) L a r e p a t r i a c i ó n de los b a t a l l o n e s
de p u b l i c a c i o n e s 240 de Cazadores (G. F.) 287
(Id. I L a A c a d e m i a G e n e r a l M i l i t a r . - - V e g a L u i s A. de T. de colonización. « L a P la Sfia y M u -
E x t r a o r d i n a r i o de «FA Sol».—ídem lev Tayeb» 19
de «El N o r t e de África» 204 «Eljolot» ()2
El Conde de J o r d a n a , A l t o Comisario L a población de El ( i a r b 158
y J e f e Superior de las F u e r z a s Mili- L a e n s e ñ a n z a a r t í s t i c a e i n d u s t r i a l del
tares en M a r r u e c o s 200 i n d í g e n a en la zona e s p a ñ o l a de
(R. de L.i A n d a l u c í a a e r o n á u t i c a . . 288 Marruecos . . . 227
El A l t o Comisario v i s i t a el territorio Villacañas Pedro L a aviación española en Marruecos.—
de la zona. O r i e n t a c i o n e s de la la- El aeródromo H e r r á i z 264
bor p r o t e c t o r a 297 U n d o c u m e n t o i n t e r e s a n t e para el es-
(Ecos. 1 N u e s t r a s t r o p a s de policía del (T. Garela F i g u e r a s ) t u d i o de la pacificación m a r r o q u í . . 244
Sahara 311 ('E.) T r o p a s de policía del S a h a r a . . 287
R e p a r á z ( rónzalo de E l Estrecho d e G i b r a l t a r . P r e m i s a geo-

índice cronológico
Páá. Títulos Autores Pág. Títulos ' Autores
ENERO MARZO
1 «El Pjstrecho d e G i b r a l t a r » . P r e m i s a
geográficade u n a t r a g e d i a histórica t-onzalo do R e p a r a z .
49 «El Estrecho de Gibraltar». Episo-
dios principales de u n a t r a g e d i a
3 N u e v a organización territorial d é l a s histórica Gonzalo de R e p a r á z .
F u e r z a s del N o r t e de África. . . Redacción. L a P u e r t a del C a m p o de Ceuta. . . J. Santillana.
51
5 1927 1928 ídem. «Ecos». L o s n u e v o s P r e s i d e n t e s de
6 C i u d a d e s africanas. «Larache». . . T. García F i g u e r a s . las J u n t a s M u n i c i p a l e s de Ceuta y
8 O n d a s Coloniales P . Diz T i r a d o . Melilla Redacción.
10 L o periodístico en M a r i u c c o s . . . Julián (iomar. Id. G r a n a d a y la Exposición ibero-
11 El i n t e r é s artístico y la a t r a c c i ó n amei'icana Redacción.
afectiva de M a r r u e c o s A. M. de la Escalera. 54 N o t a s de P r o t e c t o r a d o ídem.
15 T e m a s islámicos. « L a Meca de Ma- 56 L a s negociaciones sobre Tánger. . ídem.
r r u e c o s o el v e n e r a d o s a n t u a r i o de 58 V i s i t a del E m b a j a d o r de Francia a la
M u l e y Abd de Selam J e r ó n i m o Carrillo.
z o n a e s p a ñ o l a de Marruecos y del
17 El P a n a r a b i s m o Benomar. A l t o Comisario español a la z o n a
19 T e m a s do Colonización. « L a l ' l a Sfia francesa Redacción.
y Muley T a y e b L u i s A. de V e g a . 62 «El J o l o t » L. A. de V e g a .
22 «Ecos.» L a cuestión colonial p o r t u - 05 « F i g u r a de I n t e r v e n t o r » . A c t i v i d a d e s
guesa M. de C a s t e l l s . y conocimientos Arturo Jiménez.
í d e m . L a última gacela J u a n Ortega Costa. G7 ¿Andalucismo árabe o a r a b i s m o es- H u m b e r t o F . Corta,
í d e m . L a s h e r o í n a s del m a r . . . A. G u e r r e r o . pañol':' cero H e n a r e s .
24 (R. de L . ) — L ' a v e n t u r e i-ifaine et ses 69 L a i)olitica imperial de I n g l a t e r r a . . J u a n Ortega Costa.
d e s s o u s ])ol¡tiques. — M o d a l i d a d e s R. ¿ e L. I n s p e c c i ó n de S a n i d a d civil. V. S. Orbaneja.
de los principios f u n d a m e n t a l e s de 72
la g u e r r a al ser aplicados a nuesti-o ABRIL
Marruecos A'^ial de Moría.
73 «El E s t r e c h o de Gibraltai'». Episo-
FEBRERO dios principales de u n a t r a g e d i a
L a P a z y el T e r t i b Francisco Franco. histórica Gonzalo de R e p a r á z .
26 «El E s t r e c h o de G i b r a l t a r » . Episo- ío U n l e v a n t a m i e n t o a g r a n escala. «El
dios principales de u n a ti'agedia n u e v o m a p a de la zona de p r o t e c t o -
histói'ica ( I o n z a l o de R e p a r a z . rado español de iMarruecos . . . J. Díaz de V i l l e g a s .
28 V u l g a r i z a c i o n e s de la botánica nui- 80 Tradiciones de s a n t o n e s yeblies. «El
rroquí: Dos días en T á n g e r . . . J. Mas y G u i n d a l . s a n t u a r i o de Muley A b d e l á el Ga-
31 C e n t e n a r i o de C á n o v a s Julián Gomar. zuani en Beni A r o s José Fons.
84 A n d a l u c i s m o africano, «La Universi- 81 ¿ A n d a l u c i s m o á r a b e o a r a b i s m o es- H u m b e r t o F . Corta-
d a d á r a b e es])añola Benomar. pañol? IT cero-Henares.
38 I m p o r t a n t e obra c a r t o g r á f i c a . « E l m a - 87 L a s e g u r i d a d del desierto . . . . Redacción.
p a del P r o t e c t o r a d o español de Ma- El portamiras Ha- 89 I m p e r i a l i s m o y desai-me l u á n Ortega Costa.
rruecos» mido. 98 «Ecos». L o s pi'oblemas de Siria. . A. M. de l a Escalera.
41 Aspectos del p r o t e c t o r a d o español . Emilio L. López. í d e m . Combinación de m a n d o s en
45 «Ecos». Una c a r t a intei'esante. . . M a n u e l Goded. Marruecos Redacción.
í d e m . .Julio V e r n e y la l i t e r a t u r a co- 95 í d e m . Exposición de A n t o n i o (¡ot . Julián Gomar.
lonial . . . . ' A. M. de la Escalera. 96 (R. de L.) L o s clásicos entre los m o - T o m á s García Fi-
í d e m . L a D u q u e s a de Guisa. . . . Redacción. zárahes cordobeses güeras.
í d e m . Maravilloso viaje volátil al
Senegal T. S. MAYO
E . de L . — F r a n c e l'ls])agne . . . . J u a n O r t e g a Costa. 98 A Su Majestad el R e y Francisco F r a n c o .
Pág. Títulos Autores Páá. Títulos Auto

102 P a r a la KEVISTA D E T R O P A S COLO- 214 (Id.; L a conferencia de Y e d d a . . . l í e d a c c i ó n .

NIALES M a n u e l Goded. 214 (Id.i El t r a t a d o italo-abisinio de 21
108 X a u e n la l i b e r t a d a A . M. d e la Escalera. de J u l i o de 1928 T o m á s G." F i g u e r a s .
IIB «El Estrecho de Gibraltars.. Episo- 215 (Id.; L a cuestión de las colonias ale-
dios p r i n c i p a l e s de u n a t r a g e d i a manas . E. de N o .
histórica Gonzalo de Reparáz. (Id.) U n c e r t a m e n literario en C e u t a . I^edacción.
120 L e j a n í a s de C e u t a J. S. 216 (R. de L.) El Blocao J u a n O r t e g a Costa,
137 T e t u á n c a m i n a con su historia. . . E. L . L ó p e z .
SEPTIEMBRE
141 A t r a c c i ó n a f e c t i v a de M a r r u e c o s . M i g u e l A l v a r e z Sa-
« G r a n a d a y la casa del Cliapiz» . lamanca. 217 «El E s t r e c h o de G i b r a l t a r » . E p i s o -
144 (Ecos I. El p l a n de obras y el e m p r é s - dios principales de u n a t r a g e d i a
tito de M a r r u e c o s Redacción. histórica Gonzalo de Reparáz.
lid.) E s p a ñ a y la exposición de a r t i s - Casa de E s p a ñ a en 219 D a t o s p a r a la m i n e r a l o g í a de la zona
t a s i b e r o a m e r i c a n o s en R o m a . . Roma. occidental del p r o t e c t o r a d o español Joaq. Masy Guindal.
(Id.) Un premio del A y u n t a m i e n t o 221 T e m a s islámicos: « L a z a u i a de Sidi
de M a d r i d Redacción. Hed-di G. Carrillo.
222 L a Caja P o s t a l de A h o r r o s . . . . Lorenzo Nogués.
JUNIO 224 L a colonia p o r t u g u e s a d e Sao T o m é . Redacción.
145 «El E s t r e c h o de G i b r a l t a r » . Episo- 225 A r t e á r a b e en C a s t i l l " . . . . . L u i s Cortés E.
dios p r i n c i p a l e s de u n a t r a g e d i a 227 La e n s e ñ a n z a ai'tístioa e i n d u s t r i a l
histórica G o n z a l o de R e p a r á z . del i n d í g e n a en la zona e s p a ñ o l a
147 L a b o r de los botánicos españoles en J o a q u i n Mas y G u i n - de M a r r u e c o s L u i s A . de V e g a .
el p r o t e c t o r a d o do M a r r u e c o s . . dal. 230 El e s p í r i t u de la m e z q u i t a : L a Y e m a a Gil Benumeya.
149 A n t r o p o m e t r í a y dactiloscopia. . . Redacción. 233 E p i s o d i o s de la d o m i n a c i ó n ])ortu- H u m b e r t o F . Corta-
151 L a s operaciones en la zona francesa. Bpifanio González. g u e s a en A r c i l a I I cero-Henares.
154 El e s p í r i t u de la M e z q u i t a . «La Ba- 234 (Ecos) H o r s la loi, la guerre! . . . A. M. de la E.
raka» I Gil Benumeya. 235 (Id. j T u r q u í a y el alfabeto l a t i n o . , Redacción.
158 L a población del G a r b L u i s A. de Vega. (Id.j L a ])rotesta de Egipto con oca-
161 U n proyecto i n t e r e s a n t e de coloniza- sión del pacto Ivellogg Redacción.
ción en G u i n e a T o m á s G." if'jgueras. (Id.) El acuerdo n a v a l anglo-francés. T o m á s G." F i g u e r a s .
1GB El I n t e r v e n t o r en sus relaciones con (Id.) Rafael López R i e n d a . . . . Redacción.
el europeo Arturo Jiménez. 236 (Id.) El África francesa. Ecos do un
(Eoosi. El M e d i t e r r á n e o de Sócrates discurso C. M o n t a n e r .
y el de Mussolini A. M. de la Escalera. (Id.) Un éxito de A l v a r e z S a l a m a n c a . Redacción.
165 (Id.) F i e s t a d e la Elor.—Los F r a n - 237 El iMajzen a n t e s del ])rotectoi'ado. . E. González J .
ciscanos en Marruecos J u l i á n CJomar. 239 (R. de L.) Diego F l o m e s t a Héi'oe y
166 (Id.) L a c a r r e t e r a T e t u á n - T á n g e r . . Redacción. Mártir V i a l de Moría.
(Id.) Exposición de g a n a d o de L a - Z o n a de p r o t e c t o r a d o e s p a ñ o l en M a -
raclie Redacción. rruecos, e s t a d í s t i c a s de i m p o r t a c i ó n
167 R. de L. P r e c e p t o s del M a r i s c a l Foch. y exportación ídem.
lid.) El a l m a de la a v i a c i ó n m i l i t a r N i (.)riento ni Occidente. . . . . J u a n O r t e g a Costa.
española J u a n O r t e g a Costa. C o m p a ñ í a ibei'oamericana de pu-
168 Eco d e p o r t i v o Adolfo G u e r r e r o . blicaciones Redacción.
JULIO OCTUBRE
169 «El E s t r e c h o de ( i i b r a l t a r » . E p i s o - 242 «El líblrecho de G i b r a l t a r » E p i s o -
dios p r i n c i p a l e s de u n a t r a g e d i a dios |)rincipales d e u n a t r a g e d i a
histórica Gonzalo de Reparáz. histórica G o n z a l o de R e p a r á z .
171 Excursión del A l t o Comisario y J e f e 244 U n d o c u m e n t o i n t e r e s a n t e p a r a el
Superior a t r a v é s del territorio de e s t u d i o do la pacificación m a r r o q u í j , .... ....
la z o n a Emilio L. López. 246 Episodios (le la d o m i n a c i ó n ])ortu- H u m b e r t o F . Corta-
177 A propósito de u n ])róximo aniversa- guesa en A r c i l a I I ] cero H e n a r e s .
ilo. « E n s e ñ a n z a s d e l a t o m a de 249 A n i v e r s a r i o de Tapií-ó J u a n O r t e g a Costa.
Aro-el A. M. de la Escalera.
256 I n t e r c a m b i o e s p i r i t u a l liispano-ma-
180 Ceuta, su p r e s e n t e y su porvenir. . l u l i a n Gomar.
rroqui M. A. S a l a m a n c a .
182 L a c o n s t r u c c i ó n civil en Marruecos. P . Diz T i r a d o .
257 L o s i n d í g e n a s de F e r n a n d o l^óo. . M. Siiirot.
185 L o s c o n s u l t o r i o s i n d í g e n a s en la zo- 258 C a r a c t e r í s t i c a s geográficas de Ma-
n a de Melilla. . T o m á s Oliver. r r u e c o s y en especial de la z o n a
186 Sidi M o h a m e d ben H o s m i el R a k a l i y esj)añola de prorectorado iTi . . Coronel A r a n d a .
su tera)icutica. Confidencias de u n
262 L a avinción española en M a r r u e c o s . P e d r o "\"illacañas.
celebrado médico moro de T e t u á n . J o a q . M a s y Guindal.
263 Sidi A b d - e r - l í a h a m a n el M e s d u h . . A. S á n c h e z - P é r e z .
188 ÍEcos.) El E s t a t u t o d e Tánger. . . Redacción.
264 (Ecos) L a A c a d e m i a G e n e r a l Militar. ]íedacción.
I Id.) L a V Conferencia norteafricana. J . G.
(id.) E x t r a o r d i n a r i o de «El Sol». . Ídem.
189 (Id.) Operaciones en la zona francesa E. González.
(Id.) I d . de «Norte d e África». . . ídem.
(Id.) E l J a p ó n , los E s t a d o s U n i d o s y
el canal de N i c a r a g u a Eduardo deNo Louis NOVIEMBRE
190 (Id.) El G e n e r a l s e g u n d o J e f e de las
266 líl C o n d e de J o r d a n a , A l t o Comisn-
F u e r z a s Militares de Marruecos. . Redacción.
rio y Jefe S u p e r i o r de las F u e r z a s
(Id.) E l B a n c o de E s t a d o de M a r r u e -
Militares en Mai'ruecos Redacción.
cos y las n u e v a s a g e n c i a s . . . ídem.
267 «El l í s t r e c h o de G i b r a l t a r » . E])iso-
(Id.) El K u Kus K l a n en M a r r u e c o s . ídem.
191 ( R . d e L . ) P o l í t i o a d e E s p a ñ a e n África J u a n O r t e g a Costa. dios ])rincipales de n n a t r a g e d i a
192 (Id. id.) Boletín del I n s t i t u t o (Jeoló- histórica Gonzalo de Re])aráz.
269 O b r a s l-'úljlicns en Marruecos. «El
gico y Minero de E s p a ñ a . . . . J. S.
láñente Alfonso X I I I » P e d r o Diz T i r a d o .
AGOSTO 272 E l G e n e r a l Sanjurjo y D . D i e g o S a a -
198 «El Estrecho de G i b r a l t a r » . E p i s o - vedra Redacción.
dios ])rincipales de u n a t r a g e d i a 273 C a r a c t e r í s t i c a s peográíicas de Ma-
histórica Gonzalo de R e p a r á z . i-ruecos y en especial de la z o n a
195 A propósito de un próximo aniversario: e s p a ñ o l a de p r o t e c t o r a d o , I I . . . Coronel A r a n d a .
E n s e ñ a n z a s de la t o m a de A r g e l (II) A. M. de la E s c a l e r a . 281 L o s caballei'os del aii'e en Mai'ruecos
198 C a n t a la ciencia y des])recia la ig- M o h a m e d h e n A h - desj)ués de la guerra A. Got.
norancia uied D a u d . ^ 283 R e c u e r d o s de la c a m p a ñ a T o m á s G." l ' i g u e r a s .
199 L o s c o n s u l t o r i o s indigeniís en la z o n a C a l i x t o R u i z Zo- 284 L a situación en la zona francesa. . A'ial de Moi la.
de Melilla rrilla. 286 (Ecos) El rascacielos ciudad. . . . M. E .
20] El t ú n e l s u b m a r i n o del Estrecho de (Id.) Se crea en Cádiz la e n s e ñ a n z a de
G i b r a l t a r y las c o m u n i c a c i o n e s in- auxiliai-es mnri-oquíes de Medicina. ]íedncción. ' >--
tercontinentales Pedro Jevenois. (Id.) El n u e v o convenio a d u a n e r o
203 L a s villas costeras del M a r r u e c o s m e - con Tánger. . _ E. L . Lój^ez.
diterráneo: P u n t a Pescadores . . Redacción. 287 (Id.) L a repatriación de l o s l s a t a l l o -
207 E l e s p í r i t u d e l a mezqviita: L a B a r a k a G i l B e n u m e y a . n e s d e Cazadores (!. F .
210 Episodios de la d o m i n a c i ó n p o r t u - H u m b e r t o F . Corta- (Id.) T r o p a s de P o l i c í a del S a h a r a . ...^ .., ...
g u e s a en Aroila cero-Henares. 288 (R. de L.) P a i s rifeño J u a n Ortega Costa.
213 I Ecos). L a esfinge V el c a n a l . . . . J u l i á n G o m a r . (Id.) A n d a l u c í a a e r o n á u t i c a . . . . Redacción.
Páá. Títulos Autores Páá. Títulos Autores

DICIEMBRE
labor p r o t e c t o r a Eedacuión.
289 E l E s t r e c h o de flibraltar. Episodios 80,5 Características geográficas de Ma-
pi-inoipales de u n a tivigedia h i s - rruecos y en especial de la zona
tórica Gonzalo de ]íe])aráz. españohv de P r o t e c t o r a d o . I I I . . Coi'oiicl A i a n d a .
291 P o l í t i c a colonial de E s p a ñ a . . . . Eernd". de Carj-anza 1508 A p u n t e s pai'a la h i s t o r i a del correo
293 Después de los ú l t i m o s acuerdos so- español en Marruecos Lorenzo N o g u é s .
bre T á n g e r Santos Fernández. B09 IE. I L a agresión del S u r oíanés. . K])¡ranio González.
•295 Sembradores de h i s p a n i s m o en Ma- 310 ( E ) U n a C o n f e r e n c i a sobre Marruecos. A. M. de la Escalera.
rruecos Dionisio l'érez. 311 N u e s t r a s tropas do P o l i c í a del Sa-
297 El A l t o Comisario visita el territorio hara Redacción.
de la zona. Orientaciones de la 312 (R. de L.) África la vii-gen. . . . J u a n Oi-tega Costa.

ÍNDICE DE FOTOS ARTÍSTICAS

Enero. El año nuevo de los legionario?. . E. W o l t e r b e e k . Mayo. Villasanjui-jo.—Vista genei-al . . 15. Ros.
» I n d í g e n a s de F e r n a n d o P ó o . . . .T. P i t a r c b . » L a r a c h e . — L a Residencia. . . . »
» Estudiante marroquí 1-í. Ai'geló?. » Í d e m . — P l a z a de E s p a ñ a . . . . *
» Moritos del á n g u l o Eo?. » A l c a z a r q u i v i r . — U n a ^Mezquita. . »
» S a n t u a r i o de Sidí Mezuar. . . . F. Woltei'beek. » T e t u á n . — V i s t a general »
» Hamido y Fatoma líos. » Ídem.—Calle Alfonso X l l l . . .
Febrero Chiquillo moro de los (Castillejos, líos. Junio. El a g u a d o r »
» Callejuela de Tetuán lí. Argeles. » El Zoco de X a u e n »
» Un rincón del A j m á s Lázai-o. » El carpintero »
» U71 paisaje del Rif Ídem. .Julio. N u e v o s aspectos de Ceuta. . . . »
Marzo. A n c i a n o de Guelaia A. Muñoz. » X a u e n . — U n fondak »
» Los embusteros 15. R o s . » Ceuta. — V i s t a genei'al »
» E n el Zoco de Tetuán » » A g u a y adelfas Ijázai-o.
» líl d a r c a u a va de compras. . . . » Agosto. L a caleta de P e s c a d o r e s . . . . 1!. K'os.
Abril. E n t r a d a de u n a mezquitii. . . . » » N u e s t r a Señora de P e s c a d o r e s . . »
» L a devoción m u s u l m a n a . . . . » » T e t u á n . — M e z q u i t a de L u s s a s á . . »
» P o b l a d o del B i u t » » Arcila. — L a s m u r a l l a s »
» E l p a r r o q u i a n o ocioso » Septbre. L a v e g a de Z e l u á n Lázaro.
» T e t u á n . U n a calle del barrio moro. » » .lardines de las m u r a l l a s de A i -
Mayo. A l c a z a b a de Xaiien » cila 1!. R o s .
» L a ^ l e z q u i t a g r a n d e de id. . . . » Octubre. Tapiro. — La Favorita l51anco.
» L a tapicería de id » » » Retrato »
» Vista general de X a u e n . . . . » » » N o v i a mora »
» Arcila. V i s t a general » » » L a oración en la mez-
» í d e m . U n a Mezquita » quita l!eni(ah.
» í d e m . A n t i g u a batería m o r a sobie » » Moro n o t a b l e . . . . »
el m a r » » » Cafetín m o r u n o . . . »
» ídem. Junto a l a s murallas. . . » » » L a l ' la Sodia el sé])timo
» E l M o n t e H a c h o de Ceuta. . . . » día de su boda. . . »
» Ceuta. V i s t a general » » » .Jugadores de ajedrez . »
» Melilla.—Vista general » Xovbre. Yebel F a h i e s y Yebel Musa. . . líos.
' » í d e m . U n rincón del P a r q u e H e r - » El m e n d i g o Rul)io.
nández » Dicbre. U n rincón pintoresco 15. líos.
» í d e m . Calle Alfonso X I I I . . . . » » A m a n e c e r en el p u e r t o de C e u t a . »

ÍNDICE DE PORTADAS
Enero. Paz Rafael A r g e l e s . .Julio. L o s aprendices de sastre. . . R . Ai'gelés.
Febrero. Calle m a r r o q u í F . Sainz de laMazii Agosto. Chumberas F . Sainz de la Jilaza.
Marzo. U n a calle de T e t u á n . . . . A. Got. Septiembre. Tajja de Corán Aloliamed el H i x u .
Abril. Jefes de cabila R. Argeles. Octubre. E s c e n a de calle ^ 1 . Sei-vert.
Mayo. Alegoría J. P i t a r c h . Noviembre. Zoco chico do L a r a c h e . . . .1 l'itnrch.
Junio. U n morabito » Diciembre. P a t i o de u n a Mezquita . . . J. Pitarch.