La realización de una maniobra representa la aplicación de unos conocimientos a un entorno específico, en donde intervienen numerosas variables y todo ocurre en períodos de tiempo muy cortos. No pueden dejarse al azar, o a verlas venir, todas aquellas acciones a llevar a cabo para una correcta y segura maniobra, puesto que lo que no haya sido previsto requerirá improvisaciones, a veces coherentes, en otras atropelladas, siempre sin poder precisar la suerte o el resultado final. Las maniobras deben planificarse con antelación suficiente, considerando los condicionantes que son impuestos por terceras personas cuando asignan al buque un espacio de atraque, siempre relacionada con unas instalaciones terrestres, las correspondientes limitaciones espaciales que comporta y las características de la organización portuaria y personal portuario implicados. Con estas constantes, el buque debe disponer de un plan de maniobra que se ajuste, en los mínimos detalles, a lo que se espera realizar, sin que por ello, y a pesar de todo, podemos encontrar ciertas respuestas en nuestra experiencia profesional para cubrir algunos inconvenientes que la maniobra vaya mostrando, aunque estas deban ser mínimas. Tampoco debe olvidarse que toda maniobra puede tener varias soluciones según el planteamiento inicial desarrollado, ello en base al punto de vista de quién lo haya diseñado (siempre bajo orden del Capitán) por lo que, en cualquier caso, el objetivo es la realización de la maniobra, ejecutada en el menor tiempo y con la mayor seguridad, tanto para el buque propio como para el entorno desde donde se lleva a cabo. Todo Oficial debe realizar el seguimiento de consideraciones que todo oficial debería realizar para el planteamiento previo de cualquier maniobra integrando los aspectos más importantes directamente relacionados con la acción a realizar. La preparación del plan de maniobra aportará el conocimiento previo de los equipos con los que realizamos dichas maniobras, la gente necesaria para realizarlo, la disposición previa de las defensas en los atraques, las previsiones de utilización de las máquinas, la propia duración de la maniobra, con la asistencia de remolcadores, su situación en el buque y método de firmes, la seguridad de utilizar las anclas o su preparación para casos de emergencia y, en general, todas aquellas necesidades que por la singularidad del buque deban considerarse. El plan de maniobra incluirá las maniobras posibles que son consideradas normales, uniendo de las posibilidades del buque y las asistencias disponibles. De todas ellas, se elegirá aquella que represente menos dificultades, menos movimientos de máquinas, menos asistencia, menos tiempo y mayor seguridad ante imprevistos. Una vez iniciada solo debe cambiar en casos de alteración significativa de las circunstancias y condiciones, lo que puede significar una adaptación de los parámetros al nuevo planteamiento o cambiar radicalmente, si todavía se está a tiempo, a otra de las maniobras alternativas que anteriormente se habían valorado; de ahí la importancia de tener estudiadas otras posibilidades de actuación. Las maniobras de emergencia no solo incluirán la determinación de qué aspectos conllevan a dicha situación, sino también su desarrollo a partir de un momento dado, por ejemplo las que resulten de averías inesperadas en el propulsor, en el equipo de cadenas, la rotura de remolques, etc. que interrumpen súbitamente la continuidad de la maniobra y que precisan de una respuesta inmediata que vuelva a poner la situación bajo control. Las situaciones de emergencia pueden determinarse cuando en la etapa de la definición del plan de maniobra se van considerando las hipótesis de acaecimiento que sean posibles, como fallo de timón, faltar el remolque de popa cuando aguanta su caída al muelle, caída de persona al agua en los puntos críticos de menor espacio de maniobra o de mayor velocidad, etc. El conocimiento previo de las maniobras, tanto de la definitiva como de las alternativas, y las de emergencia, constituyen en su conjunto un índice de valoración para pedir las asistencias de maniobra necesarias, que quedarán plenamente justificadas por lo razonadas y lógicas, mientras que, en caso contrario, siempre queda la duda de saber si se está maniobrando por rutina o por criterios que no son los puramente técnicos. La fase más significativa de la maniobra de atraque es la de aproximación, tanto a mayor distancia para instalaciones abiertas (pantalanes), como la menor en la etapa final de la misma. El factor condicionante será la velocidad en que se efectúa dicha aproximación, en especial al ser relacionada con el desplazamiento del buque y las características de respuesta de sus máquinas. Debemos conocer la velocidad de aproximación y la condición mínima de gobierno, conllevará a hacer la maniobra sin prisas, con tranquilidad y teniendo siempre la situación bajo control. Una velocidad aceptable en dicha fase es aproximadamente de 2 nudos, mientras que velocidades inferiores requerirán la asistencia de un remolcador. Hay que llevar un control en la velocidad del buque. Debe recordarse que es mejor varias velocidades cortas adquiridas por máquina que una elevada que luego deba ser reducida con la inversión del propulsor, del mismo modo que es preferible llegar casi parado a 1 eslora del atraque y desde allí iniciar la maniobra de aproximación final, si bien, siempre que la acción de los agentes externos no representen una variación de las condiciones alcanzadas. El control de las distancias es una consecuencia del control de velocidades, puesto que aquellas deben ser previstas en función de las distancias disponibles por la proa y por el costado de maniobra previsto. La definición previa de la distancia que se considera segura según el tipo de obstáculos facilitará la toma de decisiones con antelación suficiente a la propia situación de aproximación excesiva, y es evidente que precisa de esa determinación, ya que cada observador tendrá una valoración distinta del término distancia segura, a veces influyendo tan solo la proximidad del observador al objeto crítico, como sucede con la valoración que obtiene el oficial que está en el puente, a otro que está a proa a popa al perfil del muelle. Finalmente, los planteamientos de la maniobra no son válidos para cualquier buque, sino para el propio buque, es decir, que una maniobra puede no ser oportuna para otro buque de similares características, aunque sea dirigido por la misma persona en períodos distintos, ya que, aun siendo parecidas las respuestas, nunca serán iguales y por tanto el resultado esperado, como tampoco lo serán las condiciones de tiempo presentes, ni las personas que intervengan, ni la hora del día en que se realizan, siendo, todos ellos, un factor más de la variabilidad de los aspectos que intervienen en la maniobra.
Por lo tanto, puntos importantes a tener en cuenta en una maniobra:
- Velocidad adecuada. - Cambios de timón. - Cambios de máquina (necesaria para atracar o desatracar) - Ángulos de aproximación. - Posicionamiento de personal: en el Puente, Capitán, Primer Oficial y timonel; En la Proa, Contramaestre y marineros; En la Popa: 2º/3º Oficial y marineros. - Maniobras de Proa y Popa todas equipadas con sus elementos de amarre (maquinillas, bitas, cabos, sisgas. . .)
2.- REGLAS GENERALES DE LAS MANIOBRAS DE
ATRAQUE. - Se realizarán a poca velocidad, el timón gobierna muy mal, por lo tanto será necesario meter todo el timón para que su efecto sea el mayor posible. - La velocidad de aproximación dependerá del desplazamiento del buque, que se encuentra en función del tonelaje. A mayor tonelaje menor velocidad - Aprovechar siempre la corriente de expulsión de la hélice. (La hélice al girar aspira aguas de proa y las expulsa hacia popa). - Se debe estar vigilando los cabos para evitar que se enreden en la hélice. - En las maniobras de atraque es aconsejable que la popa no choque con el muelle para evitar roturas de la hélice y/o timón. - Antes de entrar a puerto, es necesario pedir permiso al Puerto, y será el Práctico de ese puerto el que nos autorice la entrada, hay que esperarle donde nos indique (normalmente en la Boya de Recalada), y una vez con el Práctico a bordo, se iniciará la maniobra de entrada / atraque a Puerto. - Siempre hay que comprobar los equipos con los que se realicen las maniobras (molinetes, cabos, comunicaciones,…)
3.- ATRACAR A UN MUELLE SIN VIENTO Y MAR EN
CALMA.
Para atracar en un muelle hay que tener en cuenta tres factores:
- La velocidad de aproximación, como norma general será la mínima de gobierno. - El ángulo de aproximación. Un ángulo de aproximación, siendo este ángulo un promedio entre 20º y 30º. - En caso de que se disponga de remolcadores para atracar, nos pondrán en paralelo al muelle. La persona encargada de ir comunicando las distancias durante la maniobra tomará como referencia los norayes, sabemos que entre ellos suele haber 25 metros, se irán dando distancias con esa ayuda. La regla de oro es no llevar nunca demasiada velocidad, para poder ir controlando la arrancada del buque. 3.1.- BABOR AL MUELLE
(3) Parar máquina
(2) Máquina atrás, popa a babor
(1) Mínima de gobierno
(Ángulo de aproximación con el muelle de 20 – 25 grados)
En la primera posición se establecerá la velocidad de aproximación
que será la mínima de gobierno. Cuando te queda una eslora por la proa aproximadamente para llegar a la posición de atraque, se da máquina atrás, mientras el buque va frenándose la popa cae a babor y vas avanzando entrando en la segunda posición que aún sigue el movimiento evolutivo de la popa hasta llegar a 3 a la posición final de atraque La tendencia que tiene el buque a caer la popa a babor se compensa dando un cabo por proa y tensándolo, evitando que la popa caiga al muelle. 3.2.- ESTRIBOR AL MUELLE (4) (3)
(2) (1)
(Ángulo de aproximación con el muelle 20 – 25 grados)
En (1) la velocidad será mínima de gobierno y el ángulo de
enfilación mayor que el atraque babor al muelle. En posición (2) a menos de una eslora del atraque metemos el timón a babor, hasta que el plano diametral quede casi paralelo al muelle en la situación (3). Una vez aquí, damos máquina atrás quedando el buque tal y como se ve en 4.
4.- MANIOBRA DE DESATRAQUE DE AMBAS BANDAS.
- Tenemos Práctico a bordo. - Ante todo es necesaria, la preparación de los equipos del buque. - Se dejará el buque en sencillo (largando y cobrando los refuerzos de proa y popa). - Cuando estén listos en la maniobra de proa y popa para iniciar maniobra, se lo harán saber al Puente (Capitán). El Capitán cuando esté listo para iniciar maniobra, dará la orden a ambas maniobras de “Largar Todo”. - Con “Poca Avante” y todo el timón metido a la banda contraria a la que estemos atracados, se consigue sacar la popa uno 40º - 45º, una vez sacada la popa, se ayudará con la hélice de proa a abrir la proa. - Despegados ya del muelle (unos metros), paralelos a él, empezamos a meter avante, para ir saliendo poco a poco del atraque.
5.- MANIOBRAS DE ATRAQUE Y DESATRAQUE CON
VIENTO Y CORRIENTE. En las maniobras de atraque y desatraque, cuando aparecen viento y/o corriente, es necesario aprovecharse de ellos y evitar oponerse.
5.1.- ATRACAR BABOR / ESTRIBOR AL MUELLE CON VIENTO
DE FUERA. El atraque en estas condiciones es similar al mencionado en la condición de sin viento, según la banda de atraque considerada, con la diferencia en este caso, de que dado que se sufrirá un abatimiento hacia tierra; el muelle de maniobra será uno imaginario que se encuentre avanzado en la mar una distancia de “x”, de tal forma que la posición final corresponda a la deseada, ligeramente separada del atraque. La distancia del muelle imaginario será tanto mayor cuanto más lo sea la intensidad del viento y la lentitud de los equipos disponibles a bordo para el trabajo con las amarras, si bien esta maniobra siempre tiene un cierto riesgo en el control de las distancia de seguridad para no impactar con fuerza sobre el muelle, por lo que es muy importante la distribución y tipo de las defensas portuarias porque serán un condicionante importante para la seguridad de la maniobra, la seguridad de nuestro buque. Se tendrá en cuenta la velocidad que alcanzaremos por culpa del viento, si llevamos mucha velocidad por ser un viento muy fuerte, echaremos entonces las anclas de la banda opuesta al atraque, esto nos puede ayudar si vemos que la proa cae con mucha rapidez hacia el atraque (muelle). Si lo que cae a mucha velocidad hacia el muelle es la popa, meteremos todo el timón hacia la banda del muelle porque hará que la popa se abra y no caiga con tanta rapidez, la frenará. En cuanto se pueda, cabos a tierra.
5.2.- VIENTO PROCEDENTE DE TIERRA PERPENDICULAR AL
MUELLE. (BABOR / ESTRIBOR AL MUELLE). Al contar en estas maniobras con un viento que producirá un abatimiento al buque con tendencia a desplazarlo hacia la mar, la ejecución de la maniobra debe hacerse a un muelle imaginario que se encuentra hacia el interior de tierra en una distancia que dependerá de la intensidad del viento y de la superficie de las superestructuras del buque. En la posición (1), velocidad mínima de gobierno, teniendo en cuenta la reducción de velocidad que proporciona el viento de proa. Ponemos proa más a popa de su posición final, es decir, ponemos proa unos norays más popa del que nos corresponde en proa, lo que equivaldría a poner proa a un punto del muelle imaginario situado (equivale al noray en el que va a quedar nuestra popa). El ángulo de aproximación respecto al muelle será el mismo que la misma maniobra sin viento. En la posición (2), atrás poca, todo timón afuera. En la posición (3), lograda la máxima aproximación al muelle se darán los primeros cabos de proa a tierra, sin que trabajen para permitir que la popa pueda seguir cayendo a la banda de dentro. En la posición (4) el buque se encontrará paralelo y próximo al muelle; sin embargo, abatiendo a sotavento, por lo que la maniobra de dar cabos a popa debe ser rápida, y en cuanto estén encapillados en tierra virar de proa y popa para llevar el buque al muelle. Si esta posición no se alcanza debido a la fuerte intensidad del viento, puede ser necesario pasar la proa, posición (5), y luego dar atrás poca de forma que la popa tienda al viento, lo suficiente para dar los cabos de popa y cobrar de los de proa. En esta maniobra no es adecuado, salvo necesidad, poder fondear el ancla de fuera, ya que cualquier abatimiento que se produzca lleva al buque sobre la cadena, trabajando por debajo del buque.
5.3.- VIENTO PARALELO AL ATRAQUE, RECIBIÉNDOLO POR
NUESTRA PROA. (BABOR / ESTRIBOR AL MUELLE) El planteamiento de maniobra es similar a la mencionada para los mismos casos sin viento, si bien la proa se pondrá a un punto más a proa del espacio destinado para el atraque, con el mismo ángulo de aproximación que hemos mencionado en los casos de maniobra sin viento. La última posición debe alcanzarse completamente paralelo, o bien algo pasada la proa al viento, ya que si el buque no está totalmente paralelo, la popa iría siempre en busca del viento y la proa hacia tierra. Por dicha circunstancia, antes de quedar totalmente sin arrancada avante y parado, puede darse una palada avante con timón hacia fuera. Si la popa se aproxima demasiado al muelle, también deberá darse una palada avante, esta vez con timón hacia la banda del muelle.
5.4.- ATRAQUES CON VIENTO PARALELO AL MUELLE,
RECIBIÉNDOLO POR NUESTRA POPA. (BABOR / ESTRIBOR AL MUELLE). Es la orientación más difícil del viento respecto del buque, ya que no solo aumenta la arrancada del buque avante, con problemas si existen limitaciones de espacio por la proa, sino que, al dar atrás, el buque navegue a un rumbo lo más paralelo posible al muelle para recibir el viento por la misma popa y, en todo caso, siempre es más adecuado que reciba el viento por la aleta de la banda contraria al atraque. Los daños de proa son de menor cuantía que los de popa, si llega a tocar el muelle (en la popa nos encontramos con la hélice, el timón,…). La proa del buque, debemos ponerla en primera posición, para atraque por cualquier banda, a un punto muy a popa de la situación final que deba quedar.
5.5.- ATRAQUE CON VIENTO RECIBIDO POR LAS AMURAS O
ALETAS. (BABOR / ESTRIBOR AL MUELLE) Para todos los casos se considerará la situación del muelle imaginario ya citado para las maniobras con viento perpendicular de tierra o de la mar, según se reciban por la aleta o amura de tierra o de la mar. El rumbo de aproximación coincidirá con aquel que proporcione mejor control de la proa para que podamos llevar hacia el muelle la proa o la popa. Especial atención a los vientos recibidos por la aleta de afuera, obligando a la adopción de un muelle imaginario más hacia afuera que en cualquiera otra condición, ya que la respuesta del buque no es la más conveniente, vamos a depender mucho del viento que tengamos, la proa se podrá controlar mejor, en uno u otro sentido, con la acción avante de la máquina y el efecto del timón que siempre la obedecerá.
5.6.- OTRAS MANIOBRAS DE ATRAQUE.
En este grupo se incluyen las maniobras que son más habituales, en las que por necesidad o por imposibilidad, tanto por su realización como por la seguridad añadida que proporcionan, solo se pueden usar los equipos del buque dispuestos para la maniobra, en especial el equipo de anclas, sin contar todavía con la asistencia de remolcadores.
5.6.1.- ENMIENDA DE ATRAQUES / DESATRAQUES.
MANIOBRA DE CABOS. Si no hay nada que impida en movimiento longitudinal continuo de nuestro buque, las amarras se aligerarán al mínimo necesario (1 largo y 1 esprin en cada maniobra) para que la tripulación no deba atender un número excesivo de cabos que pudiera hacer la maniobra más lenta a causa de un elevado control de los mismos. Los cabos nos son de mucha ayuda si tenemos la necesidad de mover el buque e incluso retener una posible arrancada tanto hacia proa como hacia popa. A la hora de realizar una maniobra de salida, y necesitamos abrir la proa, podemos ayudarnos de los cabos de popa. Esto puede ocurrir si tenemos un viento atracante, largamos todo a proa (dejamos la maniobra sin cabos) y en popa nos quedamos solo con el esprín, viramos seguido de él, y vamos apoyando la aleta de la banda atracada sobre defensa, en este caso, el oficial de la popa debe estar especialmente atento de que la aleta apoye en defensa y no sobre el muelle, siempre reportando al Puente todo lo que va ocurriendo en la popa. Una vez bien abierta la proa, el Capitán dará avante para salir cuanto antes del atraque, dando la orden de largar el cabo que le queda en popa.
También se puede requerir la enmendada hacia popa, siendo
realizada de forma similar a la dicha para el movimiento hacia proa, con especial cuidado de que la popa no se meta sobre el muelle, por lo que si bien el esprín de proa trabajará virando de él; es muy importante esta virada del esprin de proa que tenderá a llevar la popa hacia fuera, y cuando el Capitán tenga clara la maniobra, largará el cabo de proa, y dará atrás para comenzar el reviro.
5.6.2.- ATRAQUE CON VIENTO DE LA MAR, UTILIZANDO EL
EQUIPO DE ANCLAS. Esta maniobra es muy habitual cuando tenemos un fuerte viento y tenemos que ayudarnos del equipo de fondeo en las fases finales de la aproximación a tierra ya que proporciona retención en una cabeza de maniobra que no dispone de otros métodos de control, salvo los buques equipados con hélices de maniobra a proa. El supuesto en este caso, es el de quedar atracado babor al muelle (estribor al muelle sería igual) para la descarga (y posterior carga) por la rampa de popa. Con el viento recibido por el costado de estribor (de la mar), y para mayor seguridad dada, y con la limitación del espacio disponible de nuestro atraque, se controla la proa con el ancla de estribor y la popa con dados por babor, una vez a su alcance. En la posición (1), a unos 125 m del atraque real, con velocidad mínima de gobierno, se da fondo estribor, poniendo el timón a estribor y parando toda máquina. Con esa acción, el buque tenderá a caer a estribor, mientras se sigue filando de la cadena de estribor hasta que se llega a la posición siguiente. El largo de cadena corresponderá, como mucho, a la distancia que quedaría la proa del buque atracado en el muelle imaginario y según la sonda disponible en ese atraque. Posición (2), el buque empieza a hacer cabeza sobre el ancla fondeada, cayendo a estribor con más rapidez. Si la arrancada es mucha o la cadena trabajase demasiado se dará la máquina atrás necesaria, pero no demasiado para detener la caída de la proa que está realizando el buque, ya que, de iniciar arrancada atrás, la popa tendería al viento perdiendo lo ganado. En la posición (3), la popa del buque sigue cayendo a babor. La distancia al ángulo del muelle no tendría que ser preocupante, dado el arco de movimiento que describe la popa del buque; sin embargo, de ser necesario siempre se dispondrá de la máquina en avante poca y timón adentro para el control de la seguridad de popa. En dicha posición se intentará dar los cabos de popa al ángulo del muelle, que si son cortos se podrán pasar a las bitas y lascar sobre ellas según nos vaya pidiendo. A partir de la posición anterior y hasta la posición (4) se podrá ir filando de la cadena para ir acercando la proa al muelle y dar un esprin y un largo en esa cabeza. Si la proximidad de la popa al muelle lo permite, se lanzará una sisga a popa para dar un esprin, con lo cual el control de distancias, tanto a proa como a popa, para cualquier movimiento longitudinal que el buque adoptara, quedaría asegurado, mientras que el control del abatimiento transversal del buque sobre el atraque se controla con el ancla de estribor y los cabos de la popa que llaman de codera. La posición (5) se corre el buque sobre cabos hasta llevar la popa al alcance de la rampa de popa. Los cabos de popa llamando de codera y la cadena de estribor se deberán dejar trabajando ligeramente, de forma que, de existir bandazos por la mar recibida por estribor, no castiguen el costado de babor sobre las defensas.
6.- MANIOBRAS DE DESATRAQUE.
Serán en función de las medidas que se hayan considerado en la maniobra de atraque, es decir, ayuda adicional de anclas, coderas, hélices de maniobra, remolcadores, etc. Además, se tendrán en cuenta las direcciones que dan los agentes externos y, en todo caso, la dirección de la salida respecto a la proa que mantiene en el atraque. Hay que tener en cuenta los efectos de las máquinas avante y atrás y los del timón en cada una de ellas. Si hay viento, debe aprovecharlo positivamente para ayudar en las caídas y la separación de la popa respecto a la línea de atraque. Sin embargo, con corriente siempre será delicado si separa la proa y mete la popa al atraque con daños al equipo propulsor y timón. La más delicada de las maniobras con viento de afuera, en la que la acción de la máquina atrás, sus efectos y la acción del viento se sumarán y pueden llevarnos la popa o la proa al muelle con violencia. Con vientos que se reciban por la popa o por la aleta, debe abrirse la popa hasta tener el viento por el costado de dentro, de esta forma se abre más y nos ayuda a sacar nuestro buque del atraque. Con viento duro de afuera, puede requerirse remolcadores, si fuera insuficiente la acción de virar el largo de proa pivotando sobre el cabos de esprin. Con dos hélices, para abrir la popa y también ayudarnos de los cabos de proa si lo que quiero es sacar la popa del muelle. La maniobra de desatraque puede ser tan laboriosa como la de entrada, sin embargo si esta última se realizó pensando en ello, la salida será mucho más cómoda, sin riesgos adicionales por un deficiente planteamiento del plan de maniobra de salida. El objetivo de la maniobra es dejar el buque libre del atraque, en una posición donde pueda permanecer seguro el tiempo necesario para que las acciones del timón y la hélice sean efectivas, manteniendo el control del buque. El buque puede tardar en su reacción hasta que coge arrancada y empezamos a tener gobierno. Todo nos influye a la hora de iniciar la maniobra de desatraque, vientos, corrientes, cabos, remolcadores,… antes de iniciar la maniobra, el Capitán tendrá que dar instrucciones de cómo quiere que se realice dicha maniobra, para dar seguridad al buque y a todas las personas de a bordo, sobre todo a la tripulación que manipula los equipos en las maniobras.
7.- ATRACAR CON CORRIENTE.
En estas maniobras lo que debemos buscar siempre es que nuestra proa esté siempre, proa a la corriente.
En estas maniobras, también puede ser necesario que usemos el
ancla, dependiendo de la fuerza de la corriente y sobre todo del viento, nos podemos encontrar los dos agentes externos a la hora de atracar. Por ello, podemos usar el ancla, siempre proa a la corriente, y hacemos fondo del ancla contraria al atraque.