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La Ética Formal

La ética formal es un punto de vista que no se preocupa de los detalles de lo que es


moralmente correcto o incorrecto en sí, sino que se centra en cómo se llevan a cabo estos
actos morales. Imaginémonos que estás jugando un juego con reglas, y la ética formal se
preocupa por cómo sigues esas reglas en lugar de sí, las reglas mismas son buenas o
malas. Hay dos conceptos clave en este enfoque: la ética autónoma y la ética heterónoma.

La Ética Autónoma
El término “autonomía” proviene de una palabra griega que significa actuar por uno mismo.
Cuando actuamos de manera autónoma, nuestras decisiones no son influenciadas por
factores externos, lo que nos da libertad total en nuestras decisiones. Esto se aplica a
diversos ámbitos de la vida, como la moral, la política y el derecho.

En política, la autonomía se junta con la capacidad de autogobernarse, algo que es esencial


en las democracias. Esto también aplica al derecho, donde las personas tienen el derecho
de poder crear y discutir sus propias leyes. Kant, un filósofo importante en este ámbito,
habló sobre lo que es la Ilustración y la mayoría de edad, donde él está refiriéndose a la
capacidad de pensar y actuar por uno mismo sin depender de otros individuos. Al alcanzar
esta etapa en la vida, obtenemos autonomía, lo que nos da la capacidad de poder tener una
opinión acerca de las normas sociales.

Consecuencias de la Autonomía
La autonomía trae consigo considerables implicaciones en distintos aspectos. En primer
lugar, en lo relacionado con la Dignidad Humana, cuando tratamos a las personas como si
fueran iguales y pudiéramos cambiarlas unas por otras, les estamos poniendo un valor
como si fueran objetos. Por otro lado, cuando alguien es autónomo, es decir, único en su
forma de ser, tiene algo llamado dignidad, que es como el cimiento de los derechos
humanos que todos tenemos.

En segundo punto, está la Buena Voluntad, que es muy importante en términos de


moralidad. Ser bueno en algo, como en un trabajo, no garantiza ser moralmente bueno. La
verdadera bondad viene de querer hacer lo correcto porque respetamos las reglas y leyes
que existen.

Por último, hay que hablar sobre el concepto del Bien Supremo. Aquí surge una pregunta
¿una persona con Buena Voluntad puede esperar ser feliz? Aunque en la antigua Grecia
decían que una persona virtuosa era feliz, Kant, un pensador relevante, decía que en la vida
diaria, las personas que son moralmente buenas no siempre parecen ser felices. La Buena
Voluntad es crucial en términos morales, pero la verdadera felicidad parece venir cuando
alguien combina la bondad con ser feliz, y eso es lo que todos buscamos.
La Ética Heterónoma
En diferencia con la autónoma, está regida por todo aquellos factores externos que son
implementados, nos referimos a todo lo que se nos ha impuesto, como lo que puede ser la
religión, las tradiciones, la naturaleza, la familia y muchos más,

Según Kant, un acto no puede ser considerado moral si su origen proviene de algo ajeno al
ser humano, ya que esto limitaría su libertad al ser forzado por una instancia externa.

En resumen, la ética formal nos invita a considerar cómo realizamos los actos morales, ya
sea actuando de manera autónoma o siguiendo fuentes externas. La autonomía nos da
dignidad y la capacidad de buscar el bien supremo, mientras que la heteronomía nos
plantea cuestionamientos sobre la fuente de nuestra moralidad.

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