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Introducción
Cuando pensamos en asados nuestra mente se traslada rápidamente a carne pero ¿por qué no
aprovechar el increíble sabor que da la parrilla y emplearlo en otro tipo de alimentos, más allá
de la carne, y del sabor salado? Definitivamente la parrilla también es una excelente opción
para realizar deliciosos postres.
¿Qué son los postres?, esos platos llenos de color y agradable sabor dulce o en ocasiones
agridulce que suelen venir al final de las comidas como su nombre lo dice (Etimológicamente la
palabra postre proviene del latín “poster” o “postĕri” que significa “viene después”). Sin
embargo, no hay una hora específica para consumirlos, los hay de todo tipo y para todos los
gustos.
Este trabajo pretende guiar al lector al descubrimiento del lado dulce de la parrilla. Para seguir
sorprendiendo a los comensales.
.
Postres a la parrilla
Y es que el origen de la tarta de queso se sitúa en el año 776 a.C., Se dice que se dio a conocer por primera vez
en la antigua Grecia durante la celebración de los Juegos
Olímpicos del 776 a.C. y que se añadía a la dieta de los atletas de
entonces por su gran aportación energética, resultado de la
combinación de ingredientes que lo formaban. Se le atribuye al
autor Ateneo y su preparación era muy sencilla. Solo había que
triturar el queso e introducirlo en una olla de cobre. A
continuación, se añadía miel y harina y se dejaba enfriar antes de servir.
La receta se fue difundiendo por Europa cuando los romanos conquistaron Grecia y empezaron a extender su
imperio.
Los edulcorantes tenían un gran peso en la gastronomía medieval. La miel y el azúcar se empleaban tanto en
los dulces –elaborados con distintas combinaciones de harinas, huevos, mantecas, quesos y frutos secos, y a
veces condimentados con especias– como en recetas de carne. El «manjar blanco», que fue uno de los platos
más populares de la cocina medieval, se componía de pechuga de pollo o gallina, harina de arroz, leche de
Postres a la parrilla
almendras y azúcar, y se aromatizaba con agua de rosas o de azahar. La miel se incluía en la mayor parte de
los estofados y guisos, tanto en la cocina cristiana como en la musulmana y la judía, y se añadía con
frecuencia a la masa del pan.
A medida que avanzaba la Edad Media y el uso del azúcar se popularizaba, fue cada vez más común
mezclarlo con la miel. En las salsas, casi siempre agridulces, que podían combinar ingredientes como cebollas,
grosellas, huevos, cerveza o vino, casi nunca
faltaban el jengibre, la canela, la pimienta, la sal y el azúcar. Con preparados de este tipo se acompañaban
carnes de vaca, cerdo, cordero y ave, algunos pescados e incluso ostras.
Puede llamar la atención el uso del azúcar en platos hoy considerados «salados»» en vez de «dulces», pero ha
de tenerse en cuenta que esta distinción no era tan clara para el paladar medieval. Debe entenderse, además,
que el azúcar se utilizaba en estas recetas como una especia, es decir, para condimentar. Paliaba
determinados sabores ácidos o amargos, algunos de ellos muy pronunciados en carnes conservadas durante
meses sin refrigeración. Compensaba, al mismo tiempo, los gustos de otras especias. A todo ello se unía el
hecho de que era fácil de conservar. Su empleo en confituras, mermeladas, almíbares o jaleas, que eran a su
vez modos de conservar otros alimentos, estuvo bastante más restringido debido al relativamente alto valor
del producto hasta el siglo XVI.
Por tratarse de un artículo de lujo, el azúcar representaba un factor de diferenciación social. Un texto árabe
del siglo XV, titulado Kital al-harb, narra una batalla entre los alimentos consumidos por los ricos y los que
estaban al alcance de los pobres. En ella, los ejércitos del poderoso rey Cordero, formados por carnes de
diferentes tipos, panes refinados y arroces, combaten contra las tropas del rey Miel, de las que forman parte la
leche y sus derivados, la manteca, las verduras y las conservas en vinagre. El Azúcar, colocado entre los pobres
al mando de las bebidas, se queja en el relato de ser destinado apenas a las medicinas, y acaba desertando
para dar la victoria al rey Cordero, que le había ofrecido ponerle a la cabeza de los dulces, y que venció
protegido «por una coraza de azúcar blanca y dura».
Como leemos este sabor dulce fue invadiendo cada vez más la alimentación, experimentando con diferentes
técnicas de cocción una de ellas la parrilla.
para elaboración de postres es una excelente opción, pues el asar frutas puede resaltar el sabor de la fructosa
minimizando el uso de azúcar.
Preparar postres en la parrilla puede ir por niveles, desde los básicos y fáciles de elaborar, hasta los más
sofisticados. Por ello le animamos a agrégalos en su menú y los pruebe la próxima vez que realice un asado.
Aun cuando no se es experto en el área se puede crear postres en la parrilla con mucha facilidad.
A continuación se hace una demostración de dos postres elaborados por una persona neófita, sin mayor
técnica.
Ingredientes
manzana
azúcar morena
mantequilla
polvo de canela
Papel aluminio el necesario
Helado de vainilla café o caramelo, al gus
Proceso de elaboración:
Proceso Recomendación:
Lavar y desinfectar las manzanas. Secar muy bien y Los gajos deben hacerse más gruesos, para evitar que se
partir en gajos resequen. Además, mejora la presentación del plato.
Postres a la parrilla
Proceso Recomendación:
Colocarlos en el papel En la prueba se utilizó panela le aporta otro sabor y es
aluminio. Agregar más saludable que el azúcar blanca.
azúcar morena ,la
canela y la mantequilla.
1. Envolver muy bien las Al engargolar las láminas del papel aluminio, creado una
manzanas. perfecta unión, permite que las manzanas no se
resequen.
Abrir el aluminio con mucho cuidado ya que el vapor que Sirve caliente para que la nieve se derrita y puedas
sale es muy caliente y disfrutar de la sensación frio-caliente.
servir con una bola de
helado de vainilla, café o
caramelo, o bien tu sabor
de helado o nieve favorita.
Postres a la parrilla
Piña asada
Ingredientes
1 piña, dulce
1 cucharada de mantequilla
1/2 litros de helado de vainilla
Preparación
Pelar la piña. Y luego en rebanadas de 2 cm. Derretir mantequilla y untar la piña.
Asar a la parrilla durante 5 o 6 min. volteando cuando estén listas de cada lado.
Una vez tibias servir en platitos individuales con una bola de helado de vainilla.
Esta receta tiene la ventaja que no lleva azúcar y se puede degustar perfectamente sin el helado.
Recomendaciones:
Cortar el centro de rodaja de piña antes de parrillar.
Se puede agregar caramelo o dulce de leche si se prefiere.
Como se observa en la elaboración de las recetas anteriores, parrillar fruta es sencillo y aporta
un sabor diferente al menú.
Para combinar frutas ten en cuenta la siguiente clasificación:
Dulces: durazno, plátano, mamey, caña, higo y sandía.
Semidulces: papaya, mango, uvas, pera y guanábana.
Postres a la parrilla
En el siguiente link, se encuentran las recetas de las imágenes y muchas otras para realizar.
https://soyparrillero.mx/blogs/recetas/tagged/postres
Postres a la parrilla
E-grafia consultada
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/azucar-especia-mas-irresistible_9439
https://laroussecocina.mx/palabra/postre-2/
https://www.elfinanciero.com.mx/monterrey/umami-en-busca-del-quinto-sabor
https://www.milenio.com/estilo/gastronomia/postres-historia-de-cuando-surgieron
https://soyparrillero.mx/blogs/recetas/tagged/postres
https://www.melodijolola.com/gourmet/frutas-la-parrilla