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C.

JUEZ DE LO FAMILIAR EN TURNO


PRESENTE

ILIANA, mexicana, mayor de edad, profesionista, señalando como domicilio


para oír y recibir todo tipo de notificaciones la finca marcada con el número 1124 de
la Avenida Jorge Álvarez del Castillo (antes Circ. Providencia) en esta ciudad y
designando como Abogados Patronos, de conformidad con lo señalado por el
artículo 42 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, a los Licenciados en
Derecho Claudia Corona Marseille y/o Héctor Antonio Cárdenas Morales y/o
Guillermo Lozano Mora, ante Usted C. Juez con el debido respeto comparecemos a
efecto de

E X P O N E R:

Que en representación de mi hija menor de edad, FERNANDA, en la vía civil


sumaria, ejercitando las acciones del estado civil correspondientes, y con
fundamento en los artículos 1 y 4 Constitucional, 1, 2, 21, 27, 40, 41, 55, 68 bis, 68
quáter, 90, 91, 106, 161 fracción IX, 249, 618 fracción VI y demás relativos del
Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Jalisco, y los artículos, 1, 2, 6,
15, 18, 565 al 571, 578, 580, 598 fracción VII, 599 fracción II y demás relativos del
Código Civil del Estado de Jalisco vigente, me presento a demandar al señor
EDUARDO, por las siguientes prestaciones y

C O N C E P T O S:

A. Por que se decrete en sentencia definitiva la pérdida de la patria potestad


que el SR. EDUARDO sobre la menor de edad FERNANDA, esto derivado
de la conducta dañina del demandado y del total abandono hacia la menor
de edad mencionada, consistiendo dicho abandono en la abdicación total,
voluntaria e injustificada de los deberes inherentes al ejercicio de la
patria potestad, ya que mi encausado jamás la ha querido ejercer ni de
manera voluntaria, espontanea, ni constante, tal y como lo probaré en el
momento procesal oportuno;
B. El pago de los gastos y costas que el presente juicio origine, en virtud de la
negligente conducta del ahora demandado.

Fundo mi demanda en los siguientes, antecedentes, hechos y consideraciones de


Derecho:

H E C H O S:

1.- En el año de 2001 el ahora demandado y la suscrita, decidimos vivir en unión


libre ya que teníamos una relación relativamente buena y ninguno de los dos
deseábamos contraer matrimonio.

2.- Con fecha 07 de enero de 2008 nació nuestra hija FERNANDA, tal y como lo
acredito con la copia certificada del acta de nacimiento 11111, del Libro de la
Oficialía 1, perteneciente al Municipio de Guadalajara, Jalisco.

3.- Después de muchos problemas que teníamos el ahora demandado y la suscrita,


es que en los primeros días del mes de agosto de 2011, sin recordar la fecha
exacta, el primero de los mencionados decidió abandonar el domicilio que
habitábamos, ubicado en la finca marcada con el número 1111de la Avenida XXXX,
Colonia XXXXX, Municipio de Zapopan (Jalisco) ya que, a su juicio, y según sus
explicaciones, al no tener vínculo matrimonial que nos uniera podía irse en el
momento que quisiera; posteriormente me avisó que estaba viviendo en una finca la
cual utilizaba como negocio de reparación de automóviles ubicado en la calle xxx
número xxx, Colonia Las Águilas en Zapopan, Jalisco.

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4.- Por espacio de cuatro meses no supimos nada del Sr. Eduardo, no se
comunicaba para nada, ni apoyaba en la manutención de Fernanda, pero en el mes
de diciembre de 2011 me contactó para informarme que se iba a llevar a nuestra
menor hija a Estados Unidos de Norteamérica a “pasar Navidad allá”, ya que él es
ciudadano estadounidense, a lo que yo me opuse dada la conducta errática que
siempre ha tenido, aunado al abandono y rechazo que tenía hacia Fernanda,
independientemente que la menor de edad carecía (y carece) de Pasaporte para
pasar la frontera y lo mas importante: temía que se la llevara y no la reincorporara
conmigo ya que de eso me amenazó varias veces; de nueva cuenta se alejó por
espacio de un mes para volver a presentarse en mi domicilio el día 10 de enero de
2012, según él con el pretexto de celebrar mi cumpleaños sin ser invitado; huelga
decir que como acostumbraba a comportase de patán, en esa ocasión no falló y
empezó a ponerse agresivo con Fernanda y conmigo y no se quería ir hasta que la
niña le pidió que se fuera.

5.- El día 18 de enero del mismo año el ahora demandado me contactó vía
telefónica para informarme que fuera a mi domicilio, por qué me tenía preparada
“una sorpresa”. Esperando lo peor es que me dirigí hacía allá y grande fue mi
sorpresa cuando, al abrir la puerta, me percaté que literalmente me había robado
cuanta pertenencia encontró dentro, esto es sustrajo todo el mobiliario (sala,
comedor, recámara, credenzas, cajoneras, sillas, mesas, etc.), enseres domésticos,
(licuadora, horno de microondas, cafetera, etc), aparatos de audio, video, TV, ropa,
calzado y mis documentos personales tales como mi pasaporte, documentos
notariales, actas de nacimiento (de nuestra hija y la mía), hasta la bomba y el
hidroneumático se robo.

Como consecuencia de ello es que presenté denuncia de hechos ante la Fiscalía del
Estado, habiéndole asignado dicha dependencia el número de averiguación previa
xxxxxx, radicada en la Agencia 2 de Robo a casa habitación.

6.- De enero de 2012 a marzo de 2012 recibí múltiples amenazas por parte del
ahora demandado quien refería que por haberlo denunciado por el robo, me iba a
quitar a Fernanda Alejandra y que jamás la volvería a ver, que se la llevaría a
Estados Unidos de Norteamérica, y que me iba a dejar en paz si me desistía de la
denuncia o que de lo contrario me iba a arrepentir, que no iba a poder estar
tranquila jamás, que iba a vivir con miedo todo el tiempo y majaderías e insultos de
todo tipo.

Ante esta oleada de amenazas es que interpuse de nueva cuenta denuncia penal
por el delito de violencia intrafamiliar y presenté de igual forma, demanda en contra
del Sr. Eduardo por la declaración de la custodia provisional y posterior la
definitiva, habiendo sido turnado el escrito inicial al Juzgado XX Familiar de éste
Primer Partido Judicial, y quedó registrado con el número de expediente 0000/2000,
tal y como lo acredito con las copias certificadas que acompaño como fundatorio de
mi acción.

La demanda de mérito se admitió y con fecha 21 de junio de 2012, se dictó


sentencia interlocutoria la cual ordenaba que la custodia provisional de
Fernanda Alejandra iba a ser ejercida por la suscrita.

Con fecha 14 de agosto del mismo año 2012 el ahora demandado contestó
escuetamente la demanda instaurada en su contra, confesando que efectivamente
nos había abandonado, que sustrajo del que era nuestro domicilio todas sus
pertenencias (sic) y simultáneamente reconvino por la convivencia “familiar” con
nuestra pequeña hija.

Dentro de las actuaciones que integran el expediente, es que consta que el día 12
de julio de 2013 se llevó a cabo la Audiencia de Escucha de Menores habiendo
manifestado en aquella ocasión mi hija menor de edad lo que cito textualmente:
…”que vive en la casa de su mama con su tía y su abuelita, su mama la lleva a la
escuela, su abuelita le da de comer, le gusta vivir con su mama, conoce a su papa,
tiene que no ve a su papa como hace un año, no le habla por teléfono, no le
gustaría ver a su papa porque le robo todos los muebles que tenían en su
casa, siempre le pegaba mucho, la regañaba, no se sentía agusto con él, no le
gustaría convivir con su papa ni un rato, no convive con la familia de su papa,
ni le gustaría convivir con ellos, su mama se hace cargo de todos sus gastos,

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su papa no le habla en su cumpleaños, ni en navidad, ni le dio regalos, ni le
gustaría que se los diera.”

De igual forma, en las mismas actuaciones del multicitado expediente se desprende


que el día 30 de noviembre de 2012, se dictó acuerdo teniendo al ahora
demandado consignando la cantidad de $1,500.00 (Mil quinientos pesos 00/100
M.N.) como pago de la pensión alimenticia, mediante billete de depósito número
xxxx, expedido por la Secretaría de Finanzas del Estado, aclarando que dicha
cantidad había sido la única que había destinado el ahora demandado para cubrir la
pensión alimenticia de Fernanda, desde que se fue del que era nuestro domicilio,
por lo que en 14 meses mi hija recibió por parte de su progenitor la bicoca de
$1,500.00 (Mil quinientos pesos 00/100 M.N.) esto equivaldría a $107.00 (Ciento
siete pesos 00/100 M.N.) mensuales evidenciando el tipo de persona miserable que
es.

Posteriormente se consigna otro tanto en el mes de mayo de 2013, O SEA 5


MESES DESPUÉS, ya que mi contraparte se imagina ó piensa que nuestra hija
menor de edad requiere alimentos y cuidados de vez en cuando, aclarando que
éstas fueron las dos únicas ocasiones que el ahora demandado aportó alimentos
a favor de Fernanda Alejandra, desde que nos separamos en el mes de enero de
2012; así pues en 5 años 10 meses mi contraparte, obligado por el juicio que
promoví en su contra, aportó la cantidad de $3,000.00 para cumplir una
obligación vital, como lo es, proporcionar alimentos a los hijos.

El juicio siguió por todas las etapas correspondientes y con fecha 25 de noviembre
de 2013 se dictó sentencia definitiva mediante la cual, el Juez Décimo de lo Familiar
otorgó la Custodia Definitiva de Fernanda, a favor de la suscrita, y determinó que se
autorizaba la convivencia del Sr. Eduardo con la pequeña, previniendo al antes
mencionado que, en caso de que no pudiera presentarse a la convivencia tenía la
obligación de avisar de ello a la suscrita por respeto a los derechos de la
infante. Cabe mencionar que el ahora demandado jamás se presentó a convivir con
nuestra hija y jamás dio aviso de ninguna índole, de hecho desde antes que
culminara el juicio él ya no vivía aquí en Guadalajara.

7.- Así las cosas es que desde el día 10 diez de enero de 2012 dos mil doce (5
años 11 meses) mi hija menor de edad no ha convivido con el Sr. EDUARDO, quien
la abandonó y hasta la fecha, no se comunica ni con mi hija ni con la suscrita para
saber como está, o como se encuentra de salud, ó preguntar acerca del estado
anímico, físico o psicológico de FERNANDA, y mucho menos me ha pedido convivir
con ella, literalmente es como si no existiese.

8.- Ante el evidente abandono en el que ha incurrido mi contraparte respecto a


nuestra menor hija FERNANDA, a quien sin mas ni mas dejó desamparada no solo
en el aspecto económico, sino que con su conducta la privó del afecto paterno
necesario para su sano desarrollo psicológico, habida cuenta que en estos 5 años
11 meses no se ha comunicado para preguntar como está, ni ha procurado su
bienestar, ni siquiera a buscado convivir lo mínimo con ella, en resumidas cuentas
su papel de progenitor quedó totalmente suprimido, por una decisión unilateral de la
cual él es el único responsable, es por lo que solicito se decrete la pérdida de la
patria potestad, respecto de nuestra hija menor de edad, en virtud de que estamos
frente a las causales necesarias para que Su Señoría pueda decretarla, en los
términos de lo que señala él artículo 598 fracciones III y VII del Código Civil para el
Estado de Jalisco, correlacionado con los artículos 578 y 580, del mismo
ordenamiento, toda vez que mi demandado no ha sido capaz o no ha querido
ejercer el derecho que la ley le confirió al investirlo de progenitor, aparte de que ni
por asomo ha cumplido con su deber de cuidar, criar y brindar afecto a Fernanda.

Aunado a todo lo anterior, el demando ha incurrido flagrantemente en el


incumplimiento de proporcionar alimentos a nuestra hija, ya que como lo mencioné
anteriormente, desde que Fernanda nació y hasta la fecha, mi contraparte ha
aportado por concepto de alimentos ÚNICAMENTE la miserable cantidad de
$3,000.00 (Tres mil pesos 00/100 M.N.) y eso lo hizo obligado por las
circunstancias, razón por la cual el Sr. Eduardo deberá ser irremediablemente
condenado a perder el privilegio que la patria potestad conlleva, ya que es absurdo
que la siga detentando cuando la realidad es que él la RECHAZA sin remordimiento
de ninguna clase.

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En ese sentido, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sido enfática, a través
de diversas Jurisprudencias, a clarificar los términos y circunstancias que deben
imperar para decretar la Perdida de la Patria Potestad, según se puede constatar en
las siguientes Tesis que me permito transcribir:

PÉRDIDA DE LA PATRIA POTESTAD. LA CAUSAL SE ACTUALIZA SI EL OBLIGADO


SE ABSTIENE INJUSTIFICADAMENTE DE CUBRIR SUS DEBERES ALIMENTARIOS
POR MÁS DE DOS MESES, AUNQUE POSTERIORMENTE CUMPLA CON EL PAGO DE
ALIMENTOS O MUESTRE VOLUNTAD PARA HACERLO (ARTÍCULO 4.224, FRACCIÓN
II, DEL CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE MÉXICO).- La pérdida de la patria potestad por el
abandono de los deberes alimentarios prevista en el precepto citado, se actualiza cuando el
obligado alimentario se abstiene injustificadamente de cubrir las necesidades alimenticias del
acreedor durante más de dos meses, aun cuando posteriormente cumpla con el pago de
alimentos o muestre voluntad para hacerlo. Sostener lo contrario equivaldría a permitir que
quede al arbitrio del deudor proporcionar alimentos por las cantidades y en los tiempos que
estime necesarios, y a que baste un atisbo de voluntad o muestra de disposición ulterior para
eximirlo de las consecuencias de su omisión. Dicha posición vulneraría la finalidad de
prevención y conservación de la integridad física y moral de los descendientes que orienta la
existencia de la disposición, además de poner en entredicho el mandato de garantía
reforzada de los derechos de los menores, derivado del principio constitucional de velar
siempre por su interés superior.

PATRIA POTESTAD. PARA QUE PROCEDA DECRETAR SU PÉRDIDA POR


INCUMPLIMIENTO REITERADO DE LA OBLIGACIÓN ALIMENTARIA, NO ES
NECESARIO ACREDITAR LA CIRCUNSTANCIA DE QUE SE COMPROMETA LA SALUD,
LA SEGURIDAD O LA MORALIDAD DE LOS HIJOS, NI EL ESTABLECIMIENTO PREVIO
DE PENSIÓN ALIMENTICIA (LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL) (MODIFICACIÓN
DE LA JURISPRUDENCIA 1a./J. 62/2003). La reforma al artículo 444 del Código Civil para
el Distrito Federal, publicada en la Gaceta Oficial de esa entidad el 25 de mayo de 2000,
eliminó como causa de pérdida de la patria potestad el que por abandono de los deberes de
los padres pueda comprometerse la salud, la seguridad o moralidad de los hijos, para incluir
la hipótesis relativa al incumplimiento reiterado de la obligación alimentaria. Ahora bien, si se
toma en consideración, por un lado, el principio general de derecho de que donde la ley no
distingue el juzgador no tiene por qué hacerlo y, por otro, que la fracción IV del artículo 444
no exige el acreditamiento de que el abandono de los deberes de los padres, concretamente
la obligación de dar alimentos, comprometa la salud, la seguridad o moralidad de los hijos,
se concluye que para que proceda decretar la pérdida de la patria potestad por
incumplimiento reiterado de la obligación alimentaria no es necesario acreditar tales
circunstancias, pues esta causal se actualiza cuando el deudor alimentario deja de
subvencionar de manera injustificada las necesidades alimenticias; además de que tampoco
se requiere la exclusiva circunstancia de que ante un Juez se haya ejercido la acción de
pago de alimentos contra el obligado y que éste deje de pagar reiteradamente la pensión
que de manera provisional o definitiva, por convenio, sentencia o cualquier resolución judicial
vinculatoria se haya decretado, ya que la norma citada no establece tales condicionantes, en
tanto que no alude al incumplimiento reiterado en la obligación de pago de "pensión
alimentaria", sino a la "obligación alimentaria inherente a la patria potestad", la cual
encuentra su fundamento en el estado de necesidad de una persona que no puede cubrir
por sí misma los gastos necesarios para su subsistencia, la posibilidad de otro sujeto de
cubrir esa necesidad y determinado nexo jurídico que los une.

ABANDONO DE UN MENOR DE EDAD. SU INTERPRETACIÓN COMO CAUSAL DE


PÉRDIDA DE LA PATRIA POTESTAD ATENDIENDO AL INTERÉS SUPERIOR DEL
MENOR.- A juicio de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la
privación de la patria potestad se justifica por el incumplimiento grave de los deberes
inherentes a la misma ya que, en definitiva, lo que importa es el bien de los hijos, cuyo
interés es el único y exclusivo fundamento de la función en la que se configura la patria
potestad. Las autoridades jurisdiccionales, al analizar el abandono de un menor de edad
como causal para decretar la pérdida de la patria potestad previsto en las distintas
legislaciones, deben interpretar el término "abandono" no sólo en su acepción más estricta,
entendido como dejar desamparado a un hijo, sino también en la amplia, vinculada al más
radical incumplimiento de los deberes inherentes a la patria potestad, incluso en el caso de
que las necesidades del menor queden cubiertas por la intervención de otras personas. Así
las cosas, se estima que en los casos de abandono sancionados con la privación de la
pérdida de la patria potestad, existe una abdicación total, voluntaria e injustificada de los
deberes inherentes a dicha función. Asimismo, los tribunales, en aras de proteger al menor,
deberán analizar en cada caso concreto las causas del abandono, la edad del menor, su
madurez y autonomía, ya que en aquellos supuestos en los que el abandono se realice al
momento mismo del nacimiento, resulta patente el radical desinterés de los progenitores
respecto del menor. Esta pauta interpretativa es la que deben tomar en cuenta los órganos
judiciales al analizar las causales de privación de pérdida de la patria potestad que hacen
referencia al "abandono del menor" y siempre teniendo presente que estos supuestos

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denotan una situación de absoluto desprecio a las obligaciones parentales más elementales
y primarias respecto del menor.

PATRIA POTESTAD. PROCEDE SU PÉRDIDA AUN CUANDO SE CUMPLA CON LA


OBLIGACIÓN DE DAR ALIMENTOS, SI SE ABANDONA AL MENOR Y SE DEJAN DE
CUMPLIR LAS OBLIGACIONES DE TIPO MORAL, ÉTICO Y AFECTIVO QUE INFLUYEN
EN SU DESARROLLO INTEGRAL, PUES DICHA OMISIÓN GENERA UN TIPO DE
VIOLENCIA EMOCIONAL QUE DEBE SER SANCIONADA.- De conformidad con el artículo
444, fracción III, del Código Civil para el Distrito Federal, procede la pérdida de la patria
potestad en los casos de violencia familiar en contra del menor; para aclarar qué debe
entenderse por violencia familiar es preciso remitirse al artículo 323 Quáter, del citado
ordenamiento legal, que establece que por regla general ésta se produce por acciones y
omisiones de carácter intencional, cuando tiene como objetivo dominar, someter, o agredir
física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquier integrante de la familia, y que
produzca un daño en alguno de los integrantes de la familia; de ahí que para que se
actualice la hipótesis de violencia por omisión es necesario que se acrediten tres elementos:
1) La omisión o abandono por parte de un integrante de la familia. Éste es de carácter
negativo por lo que demostrada la existencia del deber, no corresponde probar el abandono
a quien lo afirma sino corresponde a quien se atribuyó la omisión, aportar prueba en
contrario; 2) La alteración auto cognitiva y auto valorativa que integran la autoestima o
alteraciones en alguna esfera o área de la estructura psíquica de la persona objeto de la
omisión. Este elemento se presume a partir de la existencia del deber y la omisión, como
una consecuencia necesaria entre la conducta omisa y la afectación en el integrante del
núcleo familiar; y 3) El nexo causal entre la omisión y la alteración ya reseñadas. Este
elemento también es materia de prueba presuncional humana. Cabe señalar que el
abandono a que se refiere el primer elemento no se reduce a una cuestión de separación
física entre hijos y padres ni al aspecto económico o a la satisfacción de necesidades
primarias, sino que engloba una serie de aspectos de tipo moral, ético y afectivo que
necesariamente influyen en el correcto desarrollo de un niño, puesto que de conformidad con
el artículo 414 Bis del código antes citado, quienes ejercen la patria potestad o la guarda y
custodia de un menor, independientemente de que vivan o no en el mismo domicilio, están
obligados a procurar la seguridad física, psicológica y sexual, fomentar hábitos adecuados
de alimentación, de higiene personal y desarrollo físico, así como impulsar habilidades de
desarrollo intelectual y escolares; realizar demostraciones afectivas, con respeto y
aceptación de éstas por parte del menor y determinar límites y normas de conducta
preservando el interés superior del menor. En consecuencia, si no se desvirtúa el
incumplimiento de estas obligaciones y como consecuencia el abandono de los menores en
el aspecto emocional, se acredita la existencia de violencia por omisión y como
consecuencia de ello, la hipótesis antes mencionada para la pérdida de la patria potestad, ya
que también se surte la presunción de la causación del daño.

9.- Por otro lado, solicito que al dictar la sentencia definitiva se tome en cuenta que
la salud de Fernanda se ha visto comprometida con el abandono y falta de
comunicación de su progenitor, ya que en varias ocasiones me han pedido la
autorización de ambos progenitores para intervenciones medicas que ha requerido
por su delicada enfermedad, situación que he podido subsanar con las copias
certificadas de la sentencia del multicitado juicio de custodia, sin embargo es un
temor constante el exponer a mi menor hija a una atención médica tardía que pueda
traer como resultado que muera, por lo que es una razón mas para que se decrete
la perdida de la patria potestad para que así, la suscrita pueda tomar las decisiones
adecuadas para que Fernanda se desarrolle sanamente en todos los aspectos, sin
tener que depender de una eventual localización de mi contraparte para tomarle su
parecer, lo que hasta la fecha como ya lo mencioné he podido salvar con la
custodia, independientemente que bajo protesta de conducirme con verdad es que
manifiesto que desde el año de 2013 desconozco el paradero del Sr. EDUARDO, ya
que desapareció de nuestras vidas, sin saber si vive aquí en la ciudad o en donde
tiene su residencia al no tener contacto con él por ningún medio desde la fecha que
menciono, por lo que solicito sea emplazado por edictos, al tenor de lo que señala el
artículo 117 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado.

Para los efectos de dar cumplimiento a lo señalado por el artículo 93 Bis del Código
de Procedimientos Civiles me permito anexar las documentales que acreditan lo
narrado por la suscrita y anunciar los medios de prueba que oferto para probar las
acciones que mediante la presente demanda se hacen valer:

C A P I T U L O D E P R U E B A S:

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1.- DOCUMENTAL PÚBLICA.- Consistente en la copia certificada del acta de
nacimiento número xxx, del libro xx, expedida por el Oficial del Registro Civil número
1, en el Municipio de Guadalajara, Jalisco. Con esta prueba acredito el nacimiento
de nuestra menor hija FERNANDA, y se relaciona con los conceptos A y B, que se
demandan y con la totalidad de los incisos, del capítulo de hechos de éste escrito.

2.- DOCUMENTAL PÚBLICA.- Consistente en las copias certificadas de las


actuaciones que integran el expediente 000/2000 radicado en el Juzgado xxxx que
se demandan y con la totalidad de los incisos, del capítulo de hechos de éste
escrito.

3.- TESTIMONIAL.- A cargo de dos testigos a quienes me comprometo a presentar


el día y a la hora que este H. Juzgado se sirva fijar, quienes deberán rendir su
declaración al tenor del interrogatorio que de manera verbal y directa se les
formulará en la fecha señalada para su desahogo. Esta prueba se relaciona con los
conceptos A y B, que se demandan y con la totalidad de los incisos, del capítulo de
hechos de éste escrito.

4.- INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES.- En todo aquello que favorezca mi dicho.

5.- PRESUNCIONAL EN SUS DOS ASPECTOS: LEGAL Y HUMANA.- En el


mismo sentido de la probanza anterior.

D E R E C H O:

Son aplicables los artículos 1 y 4 Constitucional, 1, 2, 21, 27, 40, 41, 55, 68 bis, 68
quáter, 90, 91, 106, 161 fracción IX, 249, 618 fracción VI y demás relativos del
Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Jalisco, y los artículos, 1, 2, 6,
15, 18, 565 al 571, 578, 580, 598 fracción VII, 599 fracción II y demás relativos del
Código Civil del Estado de Jalisco vigente,

Por todo lo expuesto y fundado a Usted C. Juez de manera atenta le:

P I D O:

PRIMERO.- Se admita la presente demanda por estar ajustada a derecho y no ir en


contra de la moral y de las buenas costumbres;

SEGUNDO.- Se me tenga por presente en los términos de éste escrito,


demandando al Señor EDUARDO, por los conceptos señalados en el capítulo
correspondiente;

TERCERO.- Se me tenga ofertando los medios de convicción detallados en este


escrito, en los términos del artículo 93 bis del Enjuiciamiento Civil para el Estado y
por admitidas al estar ajustadas a derecho y no ir en contra de la moral y las buenas
costumbres, ordenando, de ser admitidas las documentales de informes, que se
giren los oficios correspondiente a los destinatarios indicados para cada prueba.

CUARTO.- Se fije día y hora para el desahogo de la prueba testimonial ofertada, en


el punto 3 del capítulo de pruebas.

QUINTO.- Se le dé vista al Agente Social, adscrito a la Procuraduría Social, para los


efectos de la representación que en derecho les corresponde atento a lo dispuesto
por el artículo 595 del Código Civil del Estado;

SEXTO.- Se ordene el emplazamiento por edictos del demandado y seguido que


sea el juicio por las etapas procesales correspondientes, se dicte sentencia
definitiva, condenando a mi contraria a la pérdida del ejercicio de la patria potestad
sobre nuestra menor hija FERNANDA.

Como ya lo manifesté y bajo protesta de conducirme con verdad manifiesto que desconozco
el paradero del Sr. EDUARDO, por lo que solicito se giren los oficios correspondientes
para su búsqueda y localización y de no lograrlo se autorice la publicación de los
edictos correspondientes; el último domicilio del demandado es la finca marcada con

6
el número en la calle Rio Tepalcatepec número XXX, Colonia XXXXen Zapopan,
Jalisco.

A TENTAMENTE
Guadalajara, Jal., al día de su presentación

XXXXXXXXXX

ACEPTAMOS EL CARGO CONFERIDO Y PROTESTAMOS SU FIEL Y LEGAL


DESEMPEÑO.

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