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Quebradita, el mineral

amir ib tawfik simon


(2013)
En marzo de 1962, llegue al Mineral de Quebradita, pero a la Planta
de Concentrado, para realizar mi segunda práctica de obrero. Cía.
Minera Tomas Marambio Varas, Holding Capote Aurífero., familia
Callejas.: Administrador el ing. Carlos Cabello. Jefe de Planta:
Ernesto Cepeda ( el chango), Oficinas: Pelusa Alvarez, Sra de
Carlos Cabello y Don Pirita como practico enfermería. Casa de
Fuerza: Jefe don Mauro Hinojosa. Taller mecánico: Jefe Leonel
Briceño y Yayo Rojas. Taller Eléctrico: Sergio Cuello, un
huasquino. Bodega: Olivarez Pulperia: Coto Acevedo. Jefe de Mina:
Ibar Gonzalez.

Se entraba a las 7 de la mañana, ´pero a las 6 habia ya que ir a la


“cantina” a desayunar. Hasta las 11am era el turno de la mañana,
14 hasta las 19 turno tarde, solo administrativos. El horario de la
planta contaba con tres turnos. Como las faenas mineras en el
pueblo de Quebradito viejo y otras en las minas de Labrar.

Los camiones eran marca mercedez benz con tolva para el traslado
de minerales desde las faenas al buzo de la tolva primaria, donde el
mineral era chancado, luego pasaba a la tolva secundaria, desde
alli triturado, entraba al molino que giraba con bolas de acero para
moler el metal. Luego entraba a los clasificadores, a las celdas de
flotacion y ya el cobre que se mostraba con verde coscuro conn
espuma era expulsado por paletas a las canchas donde el relave se
secaba con los rayos del sol. Seco era cargado en camiones y
trasnportado a las canchas de almacenamiento en Freirina, cerca
de la estacion de FFCC. Alli por un desvio de la via ferrea era
cargado en vagones y transportado a la fundicion de Paipote...Fue
una maravillosa escuela para muchos de nosotros esta experiencia
de trabajar en las minas de cobre. Un dia de 1964 fui trasladado a
Cerro Blanco para hacerme cargo de la pulperia y almacenes.
Siendo administrador Reginaldo Callejas y jefe de oficina Adrian
Gajardo.

Solamente 1,6 km en distancia del cementerio se puede encontrar


el ex-pueblo Quebradita. Hay que tomar el camino que dobla hacia
la izquierda (sur) para llegar a los restos de Quebradita. Cuidado -
actualmente se desarrolla actividades mineras en el sector.

Todavía de quedan algunas casas. Impresionante es la antigua


escuela - construida en un pendiente fuerte - una casa de dos pisos
que realmente tiene un aspecto irreal - desplazado. Un edificio
típico urbano en medio del desierto.
Quebradita era un pueblo con algunos negocios, oficina de correos
y escuela. Su mejor época era a partir de 1860. En los años 1956 y
1957 las minas alrededores se quedaron completamente
abandonados por el bajo precio de cobre. Pero volvieron a ser
explotadas por la Cia. Capote Aurífero de Freirina, por su filial Cia.
Minera Tomas Marambio Varas de Quebradita.
Las minas más importantes del sector eran "Quebradita" y
"Socavón". La ultima tenía en 1908 una profundidad de 430 metros,
se reporta serios dificultades con ingresos de agua (Yunge, 1910).
Los yacimientos vetiformes tenían un espesor de alrededor 1,50 m
hasta 4 metros en algunas partes. Los sulfuros aparecieron en 40
metros de profundidad. Las minas tenían una buena cantidad de
personal (115 personas trabajaron en la mina Socavón en el año
1908). La ley de cobre era alrededor de 16 % - la mina muestra un
cierto grado de tecnificación: Calderas, máquinas a vapor,
perforadores eléctricas de Siemens y motor "Otto". Pero también se
trabajó con malacates de sangre. 
Interesante es, durante la crisis de los años 1908 las minas de
Quebradita resistieron bastante bien. Otros distritos estaban muy
decaídos (Yunge, 1910). 
El buen precio de cobre (entre 3 y 4 US$/ libra en 2006) provocó
que algunas minas del sector muestran una actividad por parte de
pirquineros. 

Cerca 41 kilómetros a distancia de Freirina se encuentra el


cementerio de Quebradita. Otro testigo mudo de la época de una
minería en camino de ser industrial. El cementerio todavía mantiene
su carácter de un parque.

Aquí se empalma el camino al pueblo desaparecido "Quebradita"


(hacia al sur). El camino principal sigue derecho hacíaChimeneas
de Labrar. Antes de llegar a Labrar se pasa por algunos
instalaciones metalúrgicas más modernas

Una tragedia de amor

Cada día viernes, llegaban hasta la pulpería de la planta de


concentrados de Quebradita, María y Jorge. Dos amigos y
compañeros de la escuela. Ambos Vivian en la mina y bajaban a
hacer sus compras de víveres. Siempre lo hacían caminando o
algunas veces en las camionetas o camiones de la Compañía
Tomas Marambio Varas, perteneciente a la familia Callejas.

Las familias de ambos amigos, estaban disgustadas desde hace


mucho tiempo y tenían prohibido juntarse para charlar. Ambos ya
eran jóvenes en plena madurez, rondaban los 18 y 19 años, siendo
mayor ella.

Siendo encargado de la pulpería, me tocaba atenderlos, ya que


éramos muy amigos. Solíamos encontrarnos los fines de semana
en el viejo cementerio, ubicado al borde del camino que conduce a
Freirina y al lado derecho la subida a la mina, donde ellos vivían.
Allí, en este lugar abandonado, solo algunas tumbas todavía eran
visitadas por familiares, que llevaban coronas de papel, velas y
flores silvestres de la zona. Solíamos ante un mausoleo de granito,
de una familia que debió tener dinero para levantar esa tumba,
sentarnos a fumar los fines de semana, hasta antes de la hora en
que las sombras caían sobre la quebrada. Nos despedíamos, ellos
subían caminando de la mano, por senderos, mientras yo,
caminaba hasta la planta, donde teníamos los trabajadores,
nuestros cuartos.

Maria, era morena, de ojos grandes, con aires de española y


montaba muy bien en mulas o burros. Jorge, también buen jinete y
cuidador de las cabras, que la familia tenia en buena cantidad, cuya
leche y queso llevaba al campamento de mineros para su venta.
Al paso de los meses, ambos amigos se engancharon y fueron
pololos a escondidas de la familia. Estando ambos en pleno
despertar de los deseos escondidos, Maria, se entrego a Jorge, en
uno de los viajes, escondidos en un chiflón abandonado en el
camino a la mina.

Los encuentros furtivos se hicieron mas seguidos. Por lo que Jorge,


decidió pedir en matrimonio a los padres de Maria. Mal le fue,
porque su madre lo reto y su padre casi le pega por ser
desobediente.

Llego un día de fiesta, que se realizó en el local del sindicato de


obreros. Solamente se expendía cerveza y refrescos, nada de vino
y pisco. Está prohibido salvo para Fiestas Patrias o Fin de Año. La
música eran vals peruano, algunas rancheras, pero también
canciones de rock and roll, como Brenda Lee, Paul Anka o The
Platters. Maria y Jorge se dejaron caer, cada por su lado, con
familiares jóvenes. El baile duro hasta la madrugada del domingo,
donde se fueron todos retirando.

El lunes amaneció con una camanchaca muy baja, que mojaba


bastante. El martes, llegaron los padres de Maria buscando al
administrador de la mina. Este ingeniero, hacia las veces de juez.
Recibió la denuncia de la desaparición de la hija. También vinieron
los familiares de Jorge. Inmediatamente se inició la búsqueda en
Labrar, Cobaltera, Fraguita. Nada de los jóvenes. Los choferes de
los camiones que bajaban a Freirina con el concentrado de cobre,
negaron hacerlos transportados. Ya que todo viaje, debía ser un un
boleto que se le entregaba en la oficina de contratación, a los
viajeros. El miércoles llego un arriero, muy asustado entregando la
noticia al administrador, quien con un grupo de trabajadores,
salieron caminando hasta la subida a la mina. El arriero hacía de
guía, y ante el chiflón de la mina abandonada, en la entrada, se veía
el cuerpo de ambos abrazados, a su lado de ambos un tarro vacío
de, leche condensada. El administrador lo tomo, lo olio y dijo: han
tomado cianuro. Ambos se habían envenenado con este mortal
reactivo que es usado en el proceso del mineral en la planta de
flotación.
Mis amigos, fueron enterrados en el viejo cementerio. Allí ambas
familias hicieron las pases ante el dolor que les embargaba que
perder a tan jóvenes hijos.

Llego el último día de estadía en la planta de Quebradita, me


baje de la camioneta con el chofer, también joven amigo. Le
dejamos unas añañucas y lirios sobre ambas tumbas.

Don Higinio Herrera

Corría el año 1962, cuando por primera vez que subí hasta la
antigua mina de Quebradita. Impresionado por la escuela de dos
pisos construida de barro barro, ladrillos y madera. Al contado la
casa de Don Higinio Herrera. Quien era alcalde, gobernador, juez y
cuidador de lo que fue en su inicio, un rico yacimiento, muy poblado
y cientos de trabajadores.

Ahora nuevamente se explotaba por la Compañía Tomas Marambio


Varas de Quebradita, de propiedad de la familia Callejas,
pertenecientes a la Sociedad Capote Aurífero de Freirina.

Don Higinio, tenía una tienda en la faena minera. Vendía


mercaderías a los pirquineros, mineros, arrieros y cuanto pasaba
por la localidad. Su principal proveedor fue en la época de oro, don
Antonio Simon, emigrante libanes que tenía su negocio en Freirina.
Ahora el hijo de este era el que le proveía de zapatos calamorros,
pantalones de mezclilla, camisetas de algodón, camisas,
sombreros, etc.

Despedida

Corría el año 1965, cuando abandoné el mineral de Quebradita.


Con una mochila repleta de ropa y un bolso con libros y discos long-
play 33 1/3”rpm con intérpretes del rock and roll de la década de los
años 50´.
El camión marca mercedes Benz, color azul y carrocería con tolva.
Este había cargado en la madrugada el concentrado de cobre que
debería llevar a la Planta de Paipote en Copiapó. Eran las cinco de
la mañana cuando el chofer apareció con su cigarrillo pegado a los
labios y muy abrigado, porque había una niebla húmeda, baja y
hacia frio. Arranco el camión luego de varios intentos, el vehículo
usaba petróleo como combustible. Casi comenzaba a amanecer
cuando cruzamos frente al desvío al pueblo antiguo. Pasamos por
La Cobaltera, luego Fraguita. Las sombras se recogían cuando
arribamos al portezuelo y el camión a descender la primera cuesta
con más de veinte curvas.
Como una película pasaron por la mente los gratos recuerdos con
mis amigos empleados y obreros. Sinceros, abiertos como el
paisaje agreste y otros llenos de quiscos, arbustos salvajes,
algarrobillas y algunos eucaliptos. Cuanta aventura y explorar
cerros, quebradas, minas abandonadas, pircas y llegar hasta las
vírgenes playas. Pescar de madrugada con lámparas con baterías.
Pernoctar los fines de semana en rusticas carpas para guarecerse
del sereno y la fina camanchaca. Buscar petroglifos, rastros de
antiguas civilizaciones y huellas dejadas por piratas y corsarios que
se refugiaban en caletas, esperando las naves españolas cargadas
con oro y plata, asaltarlas y perderse en alta mar.
Llegamos a una planicie, un camino largo y tortuoso a la vez. Una
segunda cuesta que subir. Ronroneaba el motor, alcanzar la cima y
volver a bajar unas 25 vueltas. Nuevamente una planicie que debía
terminar en el valle que a lo lejos se divisaba, ya estaba más claro.
Ya estaba lejos la planta, la mina, el campamento, los amigos…una
nueva aventura se comenzaría a tejer en algunas horas mas.

(Amir Ibn Tawfik Simon Haddad)


Libro: “Quebradita, el mineral que conoci”
Copyright. 04/2013
Volviendo a recorrer los mismo lugares en el mes abril de 2017.

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