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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SALTA

Facultad de Artes y Ciencia

Tema:

Mecanismos del cerebro y aprendizaje de habilidades de alto


nivel

Profesor/a: Dra. Patricia Adriana Francica


Mecanismos del cerebro y aprendizaje de habilidades de alto nivel

Índice

Resumen 3

1. Introducción 4
2. Desarrollo 5
El proceso de la atención 5
Clasificación 6
Áreas cerebrales implicadas 7
Factores que inciden en el proceso atencional 9
La atención en la primera infancia y en el período preescolar 10
La atención en el período escolar 11
3. Conclusiones 13
4. Bibliografía 14
5. Anexo………………………………………………………………..

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Resumen

¿Cómo pensamos? ¿Cómo sentimos? ¿Cómo somos capaces de reaccionar ante un cierto estímulo?
¿Cómo podemos recordar? Son unos de los tantos cuestionamientos que han acompañado al hombre a
lo largo de toda su historia, e integran el engranaje de misterios que le corresponden al cerebro
humano. Es a raíz de esto, por lo cual en este presente trabajo se va a intentar exponer uno de los
mecanismos más importantes que tienen lugar en la mente humana, el de la atención, a través de la
cual se dota al ser humano de los mecanismos necesarios para ejercer una eficaz regulación de los
pensamientos, emociones y acciones, y aseguran así su supervivencia. En relación a dicho supuesto,
se van a intentar explicar los diferentes procesos que desempeñan un papel central en el desarrollo y
correcto funcionamiento de la atención, buscando brindar en torno a esta temática una mayor claridad.

Palabras clave: cerebro, mecanismo, atención.

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1. Introducción

A lo largo de toda nuestra vida, más de una vez nos debe de haber pasado que si bien estamos con
la vista puesta en un objeto en particular, realmente no le estamos prestando atención, y es acá cuando
la frase de Facundo Manes cobra sentido “No siempre prestamos atención a lo que es obvio, aunque
eso se encuentre justo frente a nuestros ojos” (Manes, Niro, 2014) buscando hacer referencia a todas
aquellas situaciones en las que el ser humano posiciona su vista sobre algo pero que sin embargo no lo
observa, porque simplemente tiene el interés puesto en otra cosa.

En este presente trabajo se va a buscar explicar los complejos mecanismos que integran el proceso
de la atención, mecanismos que se ven reflejados en todas y cada una de nuestras acciones y funciones
cerebrales, y que en cierta medida nos configuran e identifican, y llevan a cada individuo a ser único e
irrepetible, con diferentes vivencias y experiencias, y en consecuencia también a producir diversas
formas de apropiación y construcción de la realidad a la cual pertenece. Para poder comprender, en
toda su extensión, los diversos procesos que desempeñan un papel central en los mecanismos que
integran a la atención, se va a tomar como punto de partida el capítulo 9 del libro “El cerebro educado:
ensayos sobre la neuroeducación” escrito por Antonio M. Battro, Kurt Fischer y Pierre J. Lena.

Inicialmente, el texto comienza dando una breve introducción acerca de las redes cerebrales que
desempeñan un papel esencial para el aprendizaje y que subyacen tras la autorregulación de los
pensamientos, las emociones y el comportamiento, y que van a incidir en gran medida en el proceso de
la atención. Dichas redes neuronales, tienen lugar en nuestro sistema nervioso, y van a ser las
encargadas de desarrollar las diferentes funciones cognitivas en vistas de la supervivencia del
individuo. Dicho de otro modo, nuestro cerebro se encuentra integrado por diversas regiones
distribuidas en el espacio, pero funcionalmente conectadas, que comparten constantemente
información entre ellas, y funcionan a modo de redes interconectadas, que dan lugar a procesos
complejos como lo son, los mecanismos que configuran el pensamiento, la atención, y la memoria,
entre otros.

Sin embargo, estas redes deben de especializarse en diversas funciones en orden para trabajar más
eficazmente, por lo que se pueden encontrar una gran variedad de redes cerebrales encaminadas a
cumplir tal o cual función, como es el caso de la atención.

En cuanto a aquellas redes neuronales que están relacionadas a los mecanismos atencionales se
puede evidenciar la existencia de tres redes relacionadas con diferentes aspectos de la atención, las
cuales están vinculadas a las funciones de alertar, orientar y ejercer el control ejecutivo.

En un primer lugar, con alertar se hace alusión a la capacidad de las redes cerebrales para lograr y
mantener un estado de alta sensibilidad ante los estímulos entrantes, es decir aquella facultad a través

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de la cual somos capaces de alcanzar y sostener una susceptibilidad, pera decirlo así, ante todos los
estímulos que se nos presentan en nuestro día a día.

En una segunda instancia, en cuanto a orientar, se hace referencia a una selección de información
del estimulo sensorial, y es por esto por lo que dicha capacidad va a conllevar el alineamiento de la
atención con una fuente de señales sensoriales.

Por último la función de ejercer el control ejecutivo va a involucrar aquellos mecanismos


encaminados a monitorear y resolver el conflicto entre pensamientos, sentimientos y respuestas. Con
esta función se hace alusión a la capacidad que poseemos para seleccionar aquellos estímulos externos
que nos resultan más importantes, de aquellos que no lo son para nuestra supervivencia. Asimismo
esta red de atención ejecutiva está involucrada en la autorregulación del afecto positivo y negativo,
como así también en una amplia variedad de tareas cognitivas que subyacen tras la inteligencia.

El proceso de la atención

A partir de esta primera aproximación de las redes cerebrales que desempeñan un papel central en
el proceso de la atención, se nos posibilita empezar a exponer las diversas cuestiones que giran en
torno al mismo, para así, poder conceptualizar a dicho proceso con la mayor precisión y facilidad
posible.

Dicho esto, se puede concebir a la atención como un mecanismo por el cual, el sistema nervioso
está en condiciones de estar alerta, atento y vigilante con posibilidad de focalizar la conciencia sobre
eventos tanto del espacio exterior como del interior. En palabras de Julia Garcia, Jaume Roselló y
Jose María Ruiz-Vargas “La atención es un proceso básico con el que se inicia el procesamiento de la
información y pone en marcha a otros procesos cognitivos, regula y ejerce un control sobre la
percepción y la memoria” (García, 1997; Rosselló, 1998; Ruiz-Vargas, 1982). Es a raíz de esta
definición, por lo cual se puede afirmar que la atención no se encuentra localizada en un único sitio,
sino que funciona a través de grandes redes neurales, incidiendo por ende en otras funciones
cognitivas, como las previamente mencionadas (percepción y memoria).

A continuación, se puede afirmar que la atención es una función de carácter complejo que se
interrelaciona con diversos procesos cognitivos, asignando diferentes recursos para que la tarea que se
lleva a cabo se realice de manera eficaz. Generalmente se pueden diferenciar tres componentes: la
selección, la vigilancia y el control, los cuales si funcionan de una manera optima van a permitir al
sujeto ejecutar y mantener una conducta orientada a alcanzar una cierta meta. Entre sus características
se encuentran, una presencia de amplitud, de intensidad, de oscilamiento o despalazmiento de la
atención, la división del foco de atención según su dirección, y de control.

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En un primer lugar, con la primera característica se hace alusión a la cantidad de información que
podemos atender al mismo tiempo y cantidad de tareas que podemos realizar de forma simultánea,
teniendo en cuenta que si bien es posible prestar atención a diversas cuestiones a la vez, la atención es
un recurso limitado por lo que llegará un punto en el que no sea posible.

En cuanto a aquella característica que versa acerca de la intensidad de la atención, se hace


referencia a la cantidad de recursos atencionales que se prestan a un estímulo dado, lo cual quiere
decir, que se pueden dar fluctuaciones en el nivel de recursos que dirigimos a un estímulo
determinado, pudiendo realizar tareas prácticamente sin prestar atención (tareas de caracter
automático) y otras que exigen altos recursos atencionales (tareas controladas).

Una tercera cualidad de este proceso, se encuentra relacionada al oscilamiento o desplazamiento de


la atención, lo cual hace hincapié en la capacidad de la atención de poder alternar o cambiar el foco
atencional de un evento a otro (atención alternada). Esto quiere decir, que la atención alternada es
aquella que se produce cuando realizamos más de una actividad al mismo tiempo y ambas actividades
demandan los mismos tipos recursos cognitivos, por lo que debemos cambiar el foco de una a otra, ya
que atender a las dos al mismo tiempo resulta imposible.

En un cuarto lugar, el foco atencional se puede de dividir a partir de la dirección a donde se


encuentre dirigida la atención, es decir si se encuentra orientada a estimulos externos procedentes del
entorno, o estímulos internos, los cuales son aquellos que provienen del propio individuo, como así
también según su amplitud, es decir si dicho foco es amplio y permite por ende el percibir varios
estímulos a la vez, o si es estrecho, es decir si el individuo realiza un filtro de los estímulos no
deseados.

Por último, una última característica se encuentra estrechamente vinculada al control de la


atención, en donde la misma puede ser voluntaria o involuntaria. En cuanto a la atención voluntaria, la
persona debe realizar un esfuerzo mental para movilizarla, procesar la información que entra y
mantenerla el tiempo que sea necesario para posteriormente dar la respuesta más adecuada. Por el
contrario, si hablamos de una atención involuntaria se hace referencia a aquella capacidad de los
estímulos de atraer nuestros recursos atencionales sin requerir ningún esfuerzo por nuestra parte, es
decir que lo hacen por si solos.

Clasificación de atención (tipos de atención)

La atención, como capacidad de unión entre un cuerpo, cerebro y mente para fijarse en uno o varios
aspectos de la realidad y prescindir de los restantes, es una facultad que nos permite detectar cambios
en el medio ambiente por la aparición brusca de un estimulo o por un cambio en el aspecto de un

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elemento ya existente, por lo que en pos para alcanzar esto se va a clasificar en diversos tipos. Una
primera clasificación, la brinda Michael Posner quien expone la existencia de dos tipos de memoria:

• La espontanea, la cual requiere un mínimo esfuerzo, como escuchar un sonido o ruido


inesperado.
• Y la voluntaria, que requiere de un gasto enérgico alto, como por ejemplo, el acto de estudiar.

Estos dos tipos de atención, afirma Posner, se encuentran integradas por tres redes: el foco, la
conciencia, y la atención ejecutiva, la cual regula la planificación en la toma de decisiones de mayor
orden.

Una segunda clasificación, divide a la atención en distintos tipos, los cuales son:

• La atención interna, a la cual se la puede conceptualizar como aquella capacidad para prestar
atención a los propios procesos mentales u otros aspectos interoceptivos.
• La atención externa, que es la atención captada por los estímulos externos y procedentes del
entorno.
• La atención abierta, la cual se encuentra acompañada de respuestas motoras que apoyan y
facilitan el atender.
• La atención encubierta, que permite atender a los estímulos sin la apariencia de que se esté
llevando a cabo el acto.
• La atención selectiva o atención focalizada, la cual es la capacidad para seleccionar y
centrar la atención en un solo estímulo descartando otros que puedan llegar a ser irrelevantes
o que en una cierta medida pueden interferir en el proceso.
• La atención dividida, que es aquella capacidad para focalizar la atención en dos o más tareas
al mismo tiempo.
• La atención sostenida, que es la habilidad de mantener en el tiempo la atención y responder
adecuadamente.
• La atención visual, la cual puede ser concebida como aquella capacidad de atender a los
estímulos que se presentan en nuestro campo de visión, y se encuentra estrechamente
vinculada a aspectos espaciales.
• Y por último, la atención auditiva que es la capacidad de atender a los estímulos percibidos
a través del oído, por lo que se va a encontrar relacionados a parámetros temporales (área 41,
42 y 22 de Brodmanm).

Áreas cerebrales implicadas.

Como anteriormente se mencionó, la atención es aquel mecanismo por el cual podemos llevar a
cabo nuestras acciones cotidianas, permitiéndonos insertarnos en el mundo que nos rodea a partir de la

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filtración de los estímulos provistos por el ambiente, y su consecuente amplificación si nos resultan de
interés, o suprimiéndolos en caso de ser irrelevantes. En este complejo proceso, por ende, intervienen
múltiples áreas cerebrales, indispensables para su adecuado funcionamiento, entre las que se
encuentran los lóbulos parietal y frontal, la formación reticular, el tálamo, los ganglios basales, la
unión temporoparietal, los campos oculares frontales, los colículos superiores (sistema de visión), el
locus cerúleo, el cíngulo anterior, entre otras estructuras cerebrales.

En una primera instancia, una estructura que resulta esencial para el mecanismo de la atención es la
formación reticular, la cual discurre a través del bulbo raquídeo y se dirige desde su tercio inferior
hasta llegar al diencéfalo, formando así el Sistema Activador Reticular Ascendente (SARA). La
importancia de esta formación radica en el supuesto de que dicho sistema forma parte de la red que
controla los mecanismos de la vigilia y la alerta, los cuales van a preparar al individuo para poder
actuar. Asimismo, el SARA modula la atención a través del Arousal que proporciona a la corteza
cerebral, comprendiendo a la misma como una lámina de sustancia gris, formada por cuerpos de
neuronas, que recubren los hemisferios cerebrales. Al ser el adecuado funcionamiento de este sistema
una precondición para que se presente una conducta consciente, las lesiones que se produzcan en el
tronco cerebral que implican al SARA, van a producir en consecuencia, un aumento de alteraciones en
el sueño y un desorden en la consciencia, provocando así problemáticas en torno a la atención (figura
4).

En un segundo lugar, estas proyecciones emitidas por el Sistema Acivador Reticular Ascendente,
terminan en los núcleos inespecíficos del tálamo, implicándolo en funciones de arousal y de la
producción del sueño, y llevando a que el mismo sea considerado como una estructura cuyo
desempeño resulta crucial para el proceso de la atención. En el tálamo, se encuentran los núcleos
sensoriales talámicos, los cuales pueden ser concebidos como estaciones de relevo de los diferentes
sistemas sensoriales (visual, gustativo, auditivo, táctil) a excepción del olfativo, encargándose de
proyectarlos a las cortezas sensoriales primarias. Por otro lado, los núcleos motores talámicos reciben
proyecciones desde el cerebelo y los ganglios basales, y las proyectan a la corteza motora de
asociación (figura 4 y 5).

Estas proyecciones van a provenir en gran parte de los ganglios basales, a los cuales se los pueden
considerar como una interfaz atencional, que integran al núcleo caudado, al putamen y al globo pálido.
Estos ganglios basales presentan una gran importancia en cuanto a la temática de la atención ya que
intervienen en todos los aspectos de control motor, y a nivel cognitivo y conductual, el neoestriado,
que incluye al caudado y al putamen, es considerado como un componente crucial para el correcto
funcionamiento de la memoria procedimental, la cual se encuentra intrínsecamente relacionada a los
aspectos atencionales (figura 6).

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A continuación, un sistema que también desempeña un papel central para el correcto
funcionamiento de la atención es el Sistema límbico, el cual se encuentra integrado por el hipocampo,
el giro cingulado y la amígdala. Si bien todas las estructuras previamente mencionadas se encuentran
implicadas en procesos de memoria, motivación y emoción, en cuanto a la atención en particular, la
que mayor involucrada se encuentra es la corteza cingulada, ya que esta tiene un especial efecto sobre
la atención, la selección de las respuestas y la conducta emocional. Esta corteza cingulada se divide en
dos regiones: la anterior, la cual recibe proyecciones fundamentalmente desde la amígdala, y junto con
la corteza prefrontal dorsolateral interviene en la regulación de la conducta, y la posterior, la cual es la
región encargada de recibir la mayoría de las proyecciones desde el hipocampo, formándose así como
componente emocional del sistema de memoria. Es por esto por lo cual una lesión en dichas zonas
puede provocar tanto una interferencia en la atención selectiva, como una monitorización de
respuestas competitivas, y un autoinicio de la conducta (figura 7).

La información proveniente del tálamo y de los ganglios basales, va a llegar a diversas áreas de la
corteza cerebral, en orden para ser procesadas de manera exhaustiva. Es en esta en parte en donde
entran en juego los lóbulos frontales y parietales como los encargados de realizar mapas sensoriales
para la orientación de la atención y la regulación de los procesos psicológicos como la planificación
para alcanzar un control de la atención sostenida y focalizada. En cuanto al lóbulo frontal (figura 8),
este va a comprender a todo aquel tejido cerebral situado por debajo del surco central o también
llamado Cisura de Rolando. Esta área de la corteza, se va a hallar vinculada al control del movimiento,
a la proyección a otras estructuras como lo son los ganglios basales y el núcleo rojo, la ejecución de
los movimientos tanto de las extremidades como de los ojos (incide en la atención), de programación,
planificación y organización de los mismos, en donde en orden para alcanzarlas se va valer de las
diversas conexiones con circuitos relacionados con la atención, la memoria de trabajo, la prospectiva,
y monitorización de la respuesta, entre otras funciones.

En cambio, en relación al lóbulo parietal, este se va a encontrar implicado, en pocas palabras, a


procesos de recepción sensorial, por lo que se encargan de recibir e integrar toda aquella información
de carácter sensorial, y en consecuencia de dirigir los movimientos mediante la información que
proporciona sobre la posición de los miembros del cuerpo. Es por esto, que las lesiones en el lóbulo
parietal inferior y el lóbulo temporal superior se pueden encontrar estrechamente vinculadas a
dificultades en la orientación, factor central de los procesos de atención. (figura

Factores que afectan a la atención

Existen múltiples factores determinantes que pueden afectar al funcionamiento de la atención y


pueden definir a qué estímulo se va a dirigir la atención. Estos pueden ser tanto externos como
internos:

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Factores externos (determinantes externos): proceden del entorno y favorecen o dificultan la
concentración sobre los estímulos relevantes. Entre los que se encuentran:

➢ Intensidad: cuanto más intenso es un estímulo (potencia del estímulo) más probabilidad existe
de que le prestemos atención.
➢ Tamaño: a mayor tamaño del estímulo más recursos atencionales atrapa.
➢ Movimiento: estímulos en movimiento captan más la atención que los que permanecen
estáticos.
➢ Novedad: estímulos más novedosos o raros atraen en mayor medida nuestra atención.
➢ Cambio: si aparece un estímulo diferente que rompe con la dinámica, nuestra atención se
dirigirá al nuevo estímulo.
➢ Color: los estímulos que presentan color son más llamativos que aquellos que presentan tonos
blancos y negros.
➢ Contraste: aquellos estímulos que por su contraste destaquen entre un conjunto llamaran más
nuestra atención.
➢ Carga emocional: tanto los estímulos positivos como negativos atraen la atención en mayor
medida que los neutros.

Y los Factores internos (determinantes internos), que proceden del propio individuo y por tanto
dependen de cada persona. Algunos son:

➢ Intereses: nos concentramos más sobre aquellos estímulos que son de nuestro interés.
➢ Emoción: los estímulos que provocan emociones de mayor intensidad atraen en mayor medida
nuestra atención. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, los estados de ánimo positivos
contribuyen a focalizar los recursos atencionales, pero los estados emocionales negativos
dificultan la concentración.
➢ Esfuerzo requerido por la tarea: las personas realizan una evaluación previa del esfuerzo que
requiere la realización de la tarea y dependiendo del mismo atraerá en mayor o menor medida
su atención.
➢ Estado orgánico: depende del estado físico en el que se encuentre la persona, de forma que
estados de cansancio, malestar, fiebre, etc. dificultarán la movilización de la atención. Si por el
contrario, la persona presenta estados relacionados con la supervivencia como, por ejemplo,
sed o hambre, aquellos estímulos relacionados con la satisfacción de estas necesidades
atraerán en mayor medida los recursos atencionales.
➢ Curso del pensamiento: cuando el pensamiento sigue un curso determinado, basado en una
idea concreta, la aparición de algún estímulo relacionado con ellas captará nuestra atención.

La atención en la primera infancia y en el período preescolar

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Se puede afirmar, que el desarrollo de la red relacionada a orientar hacia los objetos visuales tiene
sus más hondas raíces en la primera infancia. Sin embargo, se puede sostener que a menudo los niños
de dicha etapa no poseen todavía un buen desempeño en cuanto a la presencia de conflictos entre dos
respuestas, y es que dicha capacidad de resolver conflictos es una parte importante de la red de
atención ejecutiva, la cual no parece estar presente en el niño hasta aproximadamente los dos años de
edad.

Alrededor del tercer año, se puede afirmar que se presenta un cambio en torno al desarrollo del
control de la cognición por parte de la atención ejecutiva usando una tarea de conflicto. A raíz de que
los niños de esta edad, en ese momento no leen, la ubicación, la identidad y el color de la tinta, en
lugar del significado de las palabras, van a servir como las dimensiones del conflicto.

Un aspecto que desempeña un papel central en torno a la temática de la atención ejecutiva es la


capacidad de manejar el conflicto, el cual se encuentra relacionado a los sistemas de control. De estos
últimos se desprenden dos sistemas los cuales son los encargados de regular el desarrollo de la
conciencia: uno reactivo (temor) y otro autorregulador (Control esforzado). Este último, se encuentra
íntimamente vinculado al afecto negativo temperamental. Asimismo, se puede afirmar que la habilidad
atencional puede ayudar a atenuar este afecto negativo, a la vez que funciona para limitar aquellas
tendencias de enfoques impulsivos.

En cuanto al período preescolar, la red de atención ejecutiva va a empezar a ganar una mayor
predominancia, puesto que resulta ser de gran importancia para la adquisición de temas escolares,
como el alfabetismo y en una gran cantidad de temas que van a fundar sus bases en la inteligencia
general.

Sin embargo no se debe de concebir a la atención como un único proceso aislado, sino que se
presenta como consecuencia de una compleja red cerebral que incluye regiones de los lobulos
frontales y parietales.

La atención en el período escolar

Como previamente vimos, los procesos atencionales y los mecanismos de memoria, son las
principales funciones neuropsicologías que sostienen y consolidan los procesos de
aprendizaje. Es por esto, por lo cual la atención es un pilar fundamental para los procesos de
aprendizaje, ya que funciona a modo de prerrequisito en orden para que acontezcan procesos
de consolidación, mantenimiento y recuperación de la información. Es más, a partir de una
serie de estudios en el campo de las neurociencias, se demostró que la atención es básica tanto
para la creación de nuevas conexiones neuronales, como así también para la conformación de

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circuitos cerebrales estables, los cuales solo se van a presentar cuando se esté prestando
atención.

De igual modo, en cuanto se hace referencia a variables como lo son, los estados de
vigilancia o alerta, la atención sostenida, la motivación, el sueño, la fatiga, el atractivo de la
tarea, el modo de explicar del profesor, entre otras cuestiones, se está haciendo alusión a
factores que inciden en el aprendizaje, facilitando o por el contrario haciendo más difícil el
mantenimiento de la atención. Asimismo, se debe de tener en consideración la existencia de
diversas fluctuaciones en los niveles atencionales, esto es que la atención sostenida va a ir
disminuyendo con el transcurso del día, como así tambien ante la realización de diversas
tareas. Es a raíz de esto, por lo cual resulta necesario establecer períodos de descanso, y a la
hora de brindar explicaciones en el aula, estas deben de ser expuestas con brevedad, precisión
y claridad.

Por otro lado, las características de los receptores sensoriales deben ser sumamente tenidas
en cuenta, en orden para facilitar la atención sostenida en el aula, y evitar llevar a una
distracción a causa de los múltiples estímulos que se pueden presentar. Es por esto por lo cual,
se debe de modificar la inflexión y el volumen de voz utilizado, presentar un lenguaje no
verbal sin excederse, moverse a lo largo de la clase… Y esto se debe de encontrar
acompañado de un ambiente rico en cuanto a estímulos se trata, ya que además de mejorar los
procesos atencionales se va a presentar un incremento de la orientación automática de la
atención visual, proceso en el intervienen de forma considerable los colículos superiores.

Cuando se presentan alteraciones de carácter emocional, la ansiedad, la angustia, el estrés,


el miedo, se va a causar una gran repercusión e incidencia en la atención de tipo selectiva y en
aquellos procesos de control atencional, por lo cual se debe de tener bajo consideración, estos
factores que pueden perjudicar o dificultar el mantener la atención.

Por último, se puede afirmar que al ser la atención un mecanismo crucial para el
aprendizaje, se deben de realizar estrategias y metodologías apropiadas, basadas en los
conocimientos de los procesos que tienen lugar en el cerebro humano, para así poder
favorecer y mejorar la adquisición de nuevos aprendizajes en el entorno escolar. Es por esto,
por lo que una adecuada estimulación de los mecanismos de atención, van a favorecer y a
optimizar, en gran medida, los procesos de aprendizaje. Un ejemplo de estas estrategias
podría ser el realizar ejercicios de atención durante unos cuantos minutos antes de empezar la

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clase, ya que a partir del mismo se puede mejorar la calidad de atención, y las funciones
ejecutivas.

Conclusiones

En conclusión, se puede afirmar que nuestro cerebro es una red conformada por distintas regiones
distribuidas a lo largo de todo el cerebro pero sumamente interconectadas, que comparten de manera
especialmente continua información entre ellas. Es gracias a estas redes de conexión, por las cuales se
presentan y desarrollan en el ser humano, procesos tan complejos como lo son la atención, la memoria,
y las emociones, las cuales desempeñan un papel tan central en la vida del individuo, que justifica el
énfasis en el estudio de estos. En relación a dicho supuesto, recientes estudios en el campo de la
neurociencia cognitiva revelan que el funcionamiento de estas redes neurales y de en consecuencia el
desarrollo de las funciones cognitivas se ve afectado tanto por factores hereditarios como así también
por las experiencias tempranas y la educación. A continuación, a raíz de esta incidencia por parte de
la educación, no se hace más que recalcar, la gran importancia que implica el hecho de que tanto
docentes como todos aquellos que cumplan un papel en torno a la actividad educativa, tengan una
cierta noción de los procesos cerebrales que se conjugan en el aprendizaje, para que a partir de dicho
conocimiento de los procesos cognitivos y los mecanismos cerebrales que subyacen a la atención, por
se puedan realizar estrategias educativas que optimicen el desarrollo de esta importante habilidad.

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Bibliografía

Apuntes de cátedra de Neuropsicología, primer año de Lic. En Psicopedagogía.

Apuntes de cátedra de Neuropsicología y neurología del aprendizaje, segundo año de Lic. En


Psicopedagogía.

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15
Anexo

Figura 1. Plasticidad cerebral, en donde se muestra como el cerebro puede ser concebido como
un conjunto de redes neuronales, que permiten la recolección, organización e integración de la
información.

Figura 2. Cerebro humano, en donde se muestra a la neurona, la cual es la unidad funcional


básica del sistema nervioso, y es aquella que da lugar a la formación de las redes neurales.
Función Estructuras Modulador
Orientar • Parietal superior Acetilcolina
• Unión
temporoparietal
• Campos oculares
frontales
• Coliculo superior
Alertar • Locus cerúleo Norepinefrina
• Corteza frontal y
parietal derechas
Atención ejecutiva • Cingulo anterior Dopamina
• Lateral ventral
prefrontal
• Ganglios basales
Figura 3. Cuadro que expone las tres grandes funciones de las redes atencionales, en donde se
encuentran en el cerebro, y quienes son sus moduladores (hormonas).
Figura 4. Corte sagital del encéfalo, en donde se muestran las estructuras que conforman al
mismo, poniendo énfasis en el recorrido realizado por la formación reticular.

Tálamo

Figura 5. Se muestra al cerebro y sus estructuras principales, entre las que se encuentra
marcada el tálamo.
Figura 6. Corte horizontal o transversal del encéfalo, en donde se encuentran los ganglios
basales, integrados por el putamen, el globo pálido, y el núcleo caudado.

Lóbulo frontal Cuerpo calloso


Fórnix Lóbulo parietal

Circunvolución cingulada

Lóbulo occipital

Lóbulo prefrontal

Ventrículo lateral
Cerebelo
Glandula

Lóbulo temporal pituitaria Tálamo Tronco encefálico


Figura 7. Corte sagital del encéfalo en donde se muestran las estructuras principales del
mismo.
Figura 8. Se busca mostrar el lóbulo frontal.

Figura 9. En esta ilustración, se marca el lóbulo parietal.

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