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24 – MAYO - 2022

FILOSOFÍA
“EL FIN DE LA EDAD MEDIA”
ACTIVIDAD 1: Realiza la lectura del siguiente material y en equipos de 4 integrantes realiza un mapa mental
donde incluyas el título en el centro, las definiciones de los temas a los lados y seguido de estas un dibujo que
ayude a explicar cada una de las definiciones sin necesidad de que alguien externo lea lo extraído.
(El objetivo de trabajar en equipos de 4 es lograr un apoyo y extraer cada uno lo pertinente de cada tema para
posteriormente juntarlo. Cabe señalar que cada integrante deberá de tener el mapa mental en su cuaderno y
en dicha actividad deberán de implementarse colores)

LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

Se conoce con el nombre de Revolución Científica al


cambio drástico en el modelo de pensamiento que tuvo
lugar entre los siglos XV, XVI y XVII, en Occidente, durante
la Edad Moderna temprana. Transformó para siempre las
visiones medievales sobre la naturaleza y la vida. Sentó
las bases para el surgimiento de la ciencia como la
comprendemos hoy en día.
La Revolución Científica nació en Europa a finales del
Renacimiento. Fue fruto de las nuevas ideas en materia de
física, astronomía, biología y química, y con ellas el cambio
en el paradigma filosófico que produjo el movimiento social
e intelectual conocido como Ilustración.

Las fechas exactas de aparición de este fenómeno son debatibles, pero generalmente se toma el año de 1543
como su punto inicial, cuando se publicó la obra cumbre de Nicolás Copérnico De revolutionibus orbium
coelestium (“Sobre los movimientos de los orbes celestes”).
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Del mismo modo, se señala tradicionalmente su final en el año 1632, cuando Galileo Galilei publicó su Dialogo
sopra i due massimi sistema del mondo Tolemaico, e Copernicano (“Diálogos sobre los dos máximos sistemas
del mundo: el tolemaico y el copernicano”), o bien con la publicación de los Principia de Isaac Newton en 1687.

Antecedentes de la Revolución Científica


Para que la Revolución Científica ocurriera, era
necesario superar el oscurantismo propio de la
era medieval, durante el cual la fe y la religión
gobernaron el pensamiento de Occidente con
mano de hierro. El primer paso fue cuando se
recuperó el legado clásico de la Antigüedad, en
especial de la cultura grecolatina. A esto se sumó
el aporte de la ciencia islámica medieval.
Para ello también fue necesaria la aparición de la
imprenta en el siglo XV, lo cual permitió masificar
y democratizar los saberes. Además, surgió la
burguesía como nueva clase social que
transformó al mundo. Esta clase de mercantes,
de origen plebeyo pero importantes posesiones
materiales, logró abolir el orden feudal.
A medida que ganó poder, la burguesía forzó a la aristocracia a flexibilizar sus normas, y debilitó el feroz agarre
de la Iglesia sobre la cultura. Sin embargo, muchos de los pensadores de la Revolución Científica padecieron
la persecución de la Inquisición católica, como es el célebre caso de Galileo, a quien forzaron a retractarse
públicamente de sus ideas revolucionarias.
Por otro lado, el pensamiento del filósofo griego Aristóteles estaba vigente a inicios de la Revolución Científica.
La influencia aristotélica fue una de las más difíciles de romper, en especial su concepción del cosmos como
un espacio en el que la Tierra ocupaba el lugar central.
Gracias a los aportes de Eudoxo de Cnido y de Claudio Ptolomeo, una nueva visión del cosmos pudo gestarse
en la obra de Nicolás Copérnico, dando así origen al modelo heliocéntrico y a una nueva era de pensamiento.

LA ILUSTRACIÓN
En la historia de Europa, la
Ilustración fue un movimiento
cultural e intelectual surgido en
Francia, Inglaterra y Alemania a
mediados del siglo XVIII. Hasta el
siglo XIX trajo consigo profundos
cambios en la cultura y sociedad de
la época, razón por la cual al siglo
XVIII se le conoce como el “Siglo de
las Luces”.
Su principal objetivo era combatir la
ignorancia y el fanatismo religioso
“mediante las luces del conocimiento
y de la razón”. Los pensadores ilustrados sostenían que, mediante el uso de la racionalidad y la acumulación
de saberes, la humanidad podría combatir la superstición, el oscurantismo y la tiranía.
Así, la Ilustración se proponía avanzar hacia un mundo más próspero y más justo. De esta manera se asentó
la fe en el progreso en el seno de la cultura Occidental, lo cual puede comprenderse como consecuencia de la
creciente celebración de la razón humana, iniciada con el Renacimiento.
El pensamiento ilustrado se extendió por toda Europa, especialmente entre la burguesía y parte de la
aristocracia, a través de los medios impresos y de las reuniones sociales. También fue difundida por
intelectuales y divulgadores que escribían sobre ciencia, filosofía, política y literatura.
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Características de la Ilustración
En líneas generales, la Ilustración se caracterizó por:
➢ Apostar abierta y totalmente por la razón humana y el progreso como las vías para construir una sociedad
mejor, más justa y más feliz. Ello significaba valorar los saberes humanos y divulgarlos a la sociedad entera,
así como el combate contra la ignorancia, la superstición y el fanatismo religioso.
➢ Tener una mirada antropocéntrica del mundo (o sea, centrada en el ser humano, sus capacidades y
necesidades), lo cual desemboca en una actitud pragmática ante la vida: sólo lo útil es digno de esfuerzo.
➢ Asumir la tradición de manera hipercrítica, lo cual condujo a una posición reformista, es decir: los pensadores
ilustrados asumían la herencia del pasado de manera crítica y escéptica, por lo que eran propensos a
corregirla, enmendarla o modificarla, en lugar de ser reverentes y respetuosos.
➢ Sostener una postura optimista frente a la vida (en franco contraste con la tradición culposa medieval), que
partía de asumir al ser humano como una criatura naturalmente bondadosa, aunque posteriormente
corrompida por la sociedad.
➢ Un enfoque laico y secular de la sociedad, que relegaba a la religiosidad y a la Iglesia de la conducción de
la sociedad y de la administración de los saberes: educación laica, fe en la ciencia, y la consideración de
cualquier saber no proveniente de la razón como meras supersticiones.
➢ Oponerse a la tiranía y al absolutismo monárquico, a favor del republicanismo y del establecimiento de una
sociedad más libre e igualitaria, propia de las sociedades burguesas que surgirían más adelante. Esto
implicó también oponerse a la sociedad de castas heredada del medioevo.
➢ En su seno tuvieron origen distintos movimientos filosóficos y culturales, como fueron el Racionalismo, el
Empirismo, el Materialismo, el Idealismo, el Enciclopedismo y el Universalismo.

Contexto histórico de la Ilustración


La Ilustración se halla conectada y emparentada con el siglo XVI y XVII, específicamente con el período
conocido como la Era de la Razón, dado que en él se dieron todos sus antecedentes filosóficos.
Dicho período presenció las guerras religiosas europeas que enfrentaron a católicos y protestantes, que
culminaron con la Paz de Westfalia en 1648. Europa quedó sumida en un clima de inestabilidad, en el que se
tenía a las revelaciones religiosas individuales como la fuente genuina y principal de conocimientos. En ese
entonces, alrededor de un 70% de la población europea era analfabeta.
Sin embargo, ese panorama no tardó en cambiar, a medida que tuvo lugar la Revolución Científica, gracias a
la obra de científicos como Galileo Galilei (1564-1642), Blaise Pascal (1623-1662), Gottfried Leibniz (1646-
1716), e Isaac Newton (1643-1727), cuyo aporte en la sustitución de un mundo religioso por uno científico
sembró las semillas que luego recogería la Ilustración.
El siglo XVIII marcó el inicio de las Revoluciones Burguesas, esto es, el inicio de la caída del Antiguo Régimen
y de la Monarquía Absolutista, que culminaron en la década de 1770.
Posteriormente se dio una transformación profunda de los modelos económicos, políticos y sociales de Europa
y Occidente, con el advenimiento de la Revolución francesa, la Revolución estadounidense, y la Revolución
industrial en Inglaterra.

EL IDEALISMO
El idealismo es una teoría filosófica que defiende la
existencia independiente de las ideas y su primacía por
sobre otras formas de conocimiento.
Decimos idealismo a toda doctrina filosófica que afirme que
el sujeto es el punto de partida de todo conocimiento
posible sobre el mundo. No nos adecuamos a las cosas,
sino que las cosas se adecuan a las ideas que tenemos de
ellas.
El idealismo es una de las corrientes filosóficas más
importantes de los últimos siglos. Cuenta con una nómina amplia y variada de pensadores y filósofos, tales
como Platón, Leibniz, Kant o Hegel. Más allá de sus particularidades, los filósofos idealistas dan a las ideas o
al espíritu una prioridad ontológica por sobre la materia. Esto significa, entre otras cosas, que las ideas tienen
un grado de realidad mayor al del mundo material.
Al igual que los racionalistas, los idealistas afirman que las ideas nos permiten conocer el mundo de una manera
más completa y perfecta que la forma en que lo hacen los sentidos. Algunos idealistas incluso han llegado a
rechazar todo materialismo o empirismo posible. Otros, como Immanuel Kant (1724-1804), propusieron una
forma de idealismo que concilió las discrepancias entre racionalismo y empirismo. Para Kant, el conocimiento
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empezaba por la experiencia, pero no terminaba en ella, sino que hacía falta de un sujeto que ordenara el
conocimiento y le diera forma. A esta rama del idealismo se la conoce como idealismo trascendental.

Por sus diferencias teóricas e históricas, podemos distinguir entre distintos tipos de idealismo. Las corrientes
principales son:
➢ Idealismo platónico. Lo que se conoce como idealismo platónico es en realidad un realismo. Platón
sostuvo que las ideas constituyen un mundo suprasensible, ideal e independiente, es decir, un mundo
que se intuye de manera intelectual y no a través de los sentidos. El mundo material o sensible no es
más que una copia degradada de las ideas perfectas y eternas.
➢ Idealismo objetivo o lógico-trascendental. Concibe a la conciencia desde un punto de vista ideal y
general, no real e individual. La conciencia es un sistema de estructuras lógicas que permite conocer la
realidad material. Dentro del idealismo objetivo encontramos, además, distintas subclasificaciones:
➢ Idealismo trascendental. Fundado por Kant, sostiene que los objetos son el resultado de la síntesis entre
lo “dado” a la sensibilidad y las categorías de unificación de la razón, “puestas” por el sujeto en el acto
de conocer. Estos objetos se conocen como fenómenos, y son la contracara de los noúmenos, término
con el que Kant llamó al objeto en sí, imposible de ser conocido o aprehendido.
➢ Idealismo alemán. Se desarrolló en Alemania y sus principales representantes fueron Kant, Fichte (1762-
1814), Schelling (1775-1854) y Hegel (1770-1831). El idealismo alemán se construyó sobre el
pensamiento kantiano. Sostiene que el mundo es el resultado de una Idea absoluta, infinita, universal y
a la vez histórica, cuyo despliegue es lo que llamamos mundo, historia e incluso hombre.
➢ Idealismo absoluto. Es el idealismo hegeliano, que se considera como una forma de idealismo propia.
Hegel sostuvo la necesidad de una identidad entre pensamiento y ser, sin la cual no habría acceso al
conocimiento del mundo.
➢ Subjetividad trascendental. Desarrollada por Edmund Husserl (1859-1938), se considera como forma de
la subjetividad para la fenomenología, y como una forma de idealismo subjetivo. Si bien no plantea una
primacía de las ideas por sobre lo material, le da una importancia innegable al accionar de la consciencia,
en tanto la subjetividad funda la objetividad del mundo.
➢ Idealismo subjetivo. Es aquel que piensa a la conciencia como algo real e individual. Sostiene que las
ideas existen en la mente del sujeto y no en un mundo exterior e independiente, de modo tal que el
mundo solo existe en tanto percibido. Algunos de sus representantes fueron G. Berkeley (1685-1753) y
W. Schuppe (1836-1913).
Características del idealismo
Según el idealismo, la realidad se conoce por medio de la razón y la intuición intelectual.
El idealismo es una posición filosófica cuyo significado puede variar según a qué escuela esté haciendo
referencia. Hay filósofos que han suscrito a un idealismo subjetivo, objetivo o absoluto. Incluso podemos
encontrar adherentes al idealismo especulativo o al idealismo trascendental. Sin embargo, todas estas formas
de idealismo comparten ciertas características o rasgos en común. Por ejemplo:
➢ Un idealista es alguien que no adhiere al materialismo, al dogmatismo o al empirismo. Incluso se
considera que un idealista no es realista, exceptuando a Platón, ya que su teoría de las ideas se ubica
en una región ambigua del pensamiento filosófico.
➢ El idealismo según un punto de vista metafísico se caracteriza por considerar que la mente (o la razón
o el espíritu) es el fundamento último de la realidad. El idealismo de G. Berkeley es un gran ejemplo de
esta postura.
➢ El idealismo formal o visto desde una posición epistemológica concede la posibilidad de que exista algo
independiente a la mente, pero todo lo que podemos conocer está condicionado al proceso cognoscitivo
(o espiritual) del sujeto que se enfrenta al mundo. Un ejemplo de esta posición es la filosofía kantiana,
para la cual el idealismo no habla de la existencia de las cosas sino de la forma en la que nos las
representamos.
➢ Todas las formas de idealismo sostienen que las ideas, la consciencia o el espíritu (usados de manera
general como sinónimos) están por encima del mundo material, generalmente considerado una copia,
una degradación del mundo ideal, o incluso solo un mundo imaginado.
➢ Todos los idealismos sostienen que la verdad se alcanza a través de la razón, ya sea de manera intuitiva
e inmediata o a través de procesos discursivos y razonamientos lógicos. Nada conocido a través de la
sensibilidad es digno de considerarse conocimiento o algo remotamente verdadero.
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EL NIHILISMO

Cuando se habla de nihilismo, usualmente se hace


alusión a la negación de las formas tradicionales de los
valores morales y religiosos, o a cualquier forma de
pensamiento que le encuentre principios rectores a la
vida. Formalmente, el nihilismo es una corriente
filosófica y también artística, cuyo eje fundamental era
justamente la negación de que la existencia tenga
sentido intrínseco alguno.
Esto último significa la negación de toda idea de
trascendencia, de orden y de misión en la vida,
pudiendo incluso considerarla como algo irrelevante,
caprichoso, en el fondo como algo superfluo o
insignificante.
Formas de nihilismo pueden identificarse en corrientes
contraculturales como la cultura punk o incluso en el anarquismo, y en ocasiones el término se empleó de
manera despectiva por parte de los sectores más tradicionales de la sociedad, para indicar que alguna persona
o movimiento carecía de ética o de escrúpulos.
Sin embargo, el nihilismo no es equiparable a forma alguna de terrorismo o de negación criminal de la vida
(sobre todo ajena), ni es realmente una creencia “en la nada”. Tampoco es necesariamente pesimista.
Simplemente es la oposición a los relatos deterministas y/o jerárquicos que tradicionalmente le dan a la
existencia humana una misión en la Tierra, una serie de mandamientos rectores o alguna forma de explicación
trascendente, como hacen por ejemplo las religiones.

Origen del nihilismo


El término “nihilismo” proviene etimológicamente del vocablo latino nihil (“nada”), y se uso por primera vez en
una carta de Friedrich Heinrich Jacobi al filósofo Fichte, a finales del siglo XVIII, en la que se criticaban las ideas
de Immanuel Kant.
El término luego se hizo popular gracias al escritor ruso Iván Turgénev en su novela Padres e hijos (1862), en
la que lo explica como una postura política semejante al anarquismo: opuesta a toda autoridad y a toda forma
de fe. El término se extendió prontamente por la Rusia imperial, siendo mal visto por los conservadores y
abrazado en cambio por los sectores revolucionarios.
En el ámbito filosófico, se vincula al nihilismo con la obra de dos grandes filósofos alemanes: Friedrich Nietzsche
y Martin Heidegger. El primero empleó ese término para describir al cristianismo: al negar el sentido a la vida
cotidiana, prefiriendo la promesa de un más allá en el que no haya sufrimiento, ni mortalidad, ni sufrimiento, el
pensamiento cristiano tendría un gran vacío en el centro, al que Nietzsche llamó “la muerte de Dios”.
Por su parte, Heidegger describió el nihilismo como un estado del ser en que no le queda “nada en sí”, lo cual
equivaldría a reducir el ser a un mero valor, a una cosa. Heidegger veía esa negación como la construcción de
un nuevo punto de partida.

Nihilismo ruso
El nihilismo ruso es el nombre con que se conoció a una generación de artistas jóvenes de la Rusia imperial (en
pleno mandato del zar Alejandro II). Estos aprovecharon la concesión de algunas libertades civiles, como la de
prensa, para arremeter contra las ideas religiosas, morales e idealistas que sostenía la clase conservadora.
Así, procedieron a ridiculizarlas y combatirlas mediante una sinceridad descarnada, empleando textos
considerados de “mal gusto” y mediante una provocación despectiva y sostenida. Estas actitudes fueron las que
inspiraron a Turguénev para el retrato generacional hecho en su famosa novela Padres e hijos.

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