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EDAD MODERNA
La Edad Moderna es el tercer período histórico en que comúnmente se divide la Historia Universal,
comprendido entre los siglos XV y XVIII, luego de la Edad Media, y antes de la llamada Época
Contemporánea. Cronológicamente alberga un periodo cuyo inicio puede fijarse en la caída de
Constantinopla (1453) o en el descubrimiento de América (1492), y cuyo final puede situarse en
la Revolución francesa (1789) o en el fin de la década previa, tras la independencia de los Estados
Unidos (1776).
En esta convención, la Edad Moderna se corresponde al período en que se destacan y afianzan los
valores de del progreso, la comunicación, la razón, y que seguirán más o menos vigentes hasta hoy en día.
Frente al período anterior, la Edad Media, que es generalmente identificado como una
edad aislada e intelectualmente oscura. El espíritu de la Edad Moderna buscaría su referente en un pasado
anterior, la Edad Antigua identificada como Época Clásica, en la que florecieron la filosofía y las Bellas
Artes.
En el siglo XX se añadió una cuarta edad a la historia de la humanidad, la denominada como Edad
Contemporánea, en la cual no solo no se aparta, sino que también se intensifica extraordinariamente la
tendencia a la modernización, ya que sus características sensiblemente diferentes, fundamentalmente porque
significa el momento de éxito y desarrollo espectacular de las fuerzas económicas y sociales que durante la
Edad Moderna se iban gestando lentamente: el capitalismo y la burguesía; y las entidades políticas que lo
hacen de forma paralela: la nación y el Estado.
Dada la magnitud de los cambios que tuvieron lugar en la Edad Moderna, ciertos historiadores de la
escuela anglosajona suelen dividirla en dos etapas: la Temprana Edad Moderna (siglos XV-XVIII) y la
Segunda Edad Moderna (siglos XIX-XXI). Según esta clasificación estaríamos viviendo aún tiempos
modernos.
EL RENACIMIENTO
El Renacimiento fue un período de la historia en el que se iba dejando atrás la Edad Media, para dar
comienzo a lo que se conoció luego como era Moderna. Sin duda fue este un cambio muy profundo y
complejo, que trascendió a todos los órdenes de la vida, de modo que significó mucho más que un
movimiento artístico o cultural, como a veces se cree. No fue esta una ruptura brusca, sino un paso gradual
de una sociedad feudal basada en la actividad agraria a una sociedad mercantil y apoyada en el valor de la
Nación.
El humanismo es el término que mejor define al Renacimiento. Por primera vez la figura del hombre
como ser creador ocupa un lugar central, tras años y años de teocentrismo medieval, es decir,
de Dios como fuente de toda creación.
Como representantes del Renacimiento en el campo artístico entre otros se puede mencionar a
Botticelli, Tiziano, Rafael o Da Vinci (pintura), y a escritores como Alighieri, Petrarca,
Bocaccio, Shakespeare, Rabelais y Garcilaso de la Vega
1. Búsqueda de nuevos conocimientos, pues, surgieron los primeros aportes a las ciencias que hoy
conocemos. Se buscó entender el funcionamiento del mundo mediante un abordaje analítico basado
en el estudio y la observación; surgieron entonces los primeros aportes a las diversas ciencias que
hoy conocemos, como la biología, la astronomía, la anatomía, la física, etc, y entre ellos se destaca
la figura de Leonardo Da Vinci quién hizo aportes en muchas áreas del conocimiento y las artes.
5. Ética. Se ponen en un lugar destacado los valores éticos más profundos, como el respeto, la libertad,
la solidaridad, la justicia, el honor y el amor.
6. Optimismo. Hay una especial valorización de la vida terrenal frente a la eterna, por lo que el hombre
renacentista quiere gozar del aquí y ahora, sentimiento plasmado en la célebre frase carpe
diem (aprovecha el día). El mundo pasa a ser un lugar para ser vivido con intensidad.
7. Apoyo económico a artistas. El arte como creación humana es exaltado, y apoyado económicamente
por personas o grupos favorecidos, que patrocinan el trabajo de artistas. A éstos se los conoció
como ‘mecenas’. De esa forma, además de fomentar el arte estas personas van ganando espacios de
prestigio social y de poder político.
9. Fundación de los primeros bancos. El desarrollo de la actividad mercantil llevó a la necesidad de otorgar
préstamos; surgieron así los primeros bancos.
LA ILUSTRACIÓN
Su nombre, Ilustración, procede del objetivo de usar las luces de la razón y el conocimiento del ser humano,
para «librar de la ignorancia a la humanidad» y de esta manera construir un mundo mejor. Por esta razón, el
siglo XVIII suele ser llamado el Siglo de las Luces. Este movimiento impulsó a grandes pensadores y
científicos a producir grandes cambios sociales, culturales y políticos a través de la razón y el conocimiento.
Durante la Ilustración, los grandes pensadores se juntaban a discutir sobre lecturas. Pintura de Lemonnier.
1. El excesivo predominio de la razón, del «libre examen», del libre pensamiento, como guías
exclusivas del hombre, no sólo en la búsqueda del saber y el incremento de los conocimientos, sino
también, en el estudio de su época y su cultura.
2. La crítica agua, así como el duro ataque al orden de cosas imperante, que se manifestaron mediante
una «marcada tendencia a apartarse»:
De lo abstracto, es decir, de lo incomprensible, en las ciencias
De lo revelado, esto es, de las verdades de la iglesia Católica, en religión, propendiendo a la tolerancia.
De la tradición, es decir, del Absolutismo en política.
3. Por una marcada inquietud por aprender y por enseñar; por ensanchar los conocimientos; por hacer
progresar las ciencias; por lograr el desarrollo de la cultura.
4. Hace uso de la razón como principal base del conocimiento del ser humano.
5. Sucedió principalmente en Francia, Inglaterra y Alemania.
6. Inspiró grandes cambios sociales y culturales, tal como la Revolución francesa.
7. En la Ilustración se busca la felicidad a través de los principios de libertad e igualdad.
8. Le otorga mucha importancia al interés por la naturaleza. Los pensadores e impulsores de la
Ilustración consideraban que la mayor fuente de riqueza era la tierra y su mejor explotación
económica la agricultura.
9. Es un movimiento laico que descarta el interés hacia un dios y lo apunta directamente hacia el
hombre.
10.Está muy relacionado con la doctrina antropocentrista, la cual concibe al ser humano como centro
del universo.
11. Dio lugar al movimiento «enciclopedista» que consistía en dejar todo evidenciado a través de
escritos, con el fin de poder transmitirle lo investigado a la sociedad.
Durante este período de casi un siglo surgieron muchas consecuencias a partir de la Ilustración:
Las Nuevas ideas, imbuidas de un espíritu eminentemente liberal, nacieron por obra de aquellos
famosos pensadores llamados también «filósofos», quienes difundieron sus nuevas concepciones, políticas,
sociales, económicas, etc., que orientaron el pensamiento europeo de aquella época, contra el injusto sistema
de gobierno imperante. Es decir, que tales teorías, que tales ideas, se erigieron en una vigorosa corriente de
opinión pública totalmente contraria al Régimen absolutista de Francia, así como de otras naciones de Europa
y del Mundo.
Los Filósofos, denominados también pensadores políticos, fueron aquellos escritores de gran talento,
intelectuales de renombre, que estudiaron con ahínco la situación política y social de Francia como de otras
naciones de Europa, y luego criticaron los errores del Antiguo régimen, es decir, del sistema absolutista hasta
entonces imperante. Defendieron, por medio de sus escritos, la abolición de la desigualdad social, de los
privilegios y de la censura, pero, preferentemente, de la monarquía absoluta. Se mostraron, pues, partidarios
del establecimiento de un gobierno elegido por el pueblo, es decir, un gobierno democrático.
Las nuevas ideas, difundidas por estos esclarecidos pensadores, ya mediante sus propios libros, o por
medio de la Enciclopedia, prepararon el clima, las conciencias, para el estallido de la Revolución Francesa,
en razón de ello, considerándoles como los precursores ideológicos de este grande e histórico movimiento
políticos-social.
Voltaire (1694-1778), cuyo verdadero era Francisco María Arouet, nació en París y ha logrado
celebridad como literato, historiador y filósofo. Poseído de un agudo e ingenioso espíritu, fue el
crítico más implacable y demoledor del Antiguo régimen y del clero. Para ello se sirvió de la sátira y
de la burla.
De formidable talento fue, asimismo, uno de los personajes más brillantes del siglo XVIII y, a su
vez, uno de los que mayor influencia logró ejercer en su época y en la Revolución Francesa.
Desde Joven había sufrido las arbitrariedades del régimen absolutista imperante en Francia, pues fue
encarcelado en la Bastilla por sus «ácidas y mordaces críticas a la sociedad, el gobierno despótico y
la religión». Viajó luego a Inglaterra y, maravillado entonces de su gobierno constitucional, escribió
de regreso a su patria, su magistral obra: «Cartas sobre los ingleses», libro en el que después de
examinar las doctrinas democráticas de Locke quedó maravillado del sistema liberal inglés.
Voltaire se mostró, pues, partidario de la supresión del absolutismo y de la desigualdad social, así
como de la intolerancia religiosa. Con su espíritu ingenioso, combativo e irónico consiguió,
finalmente, que el pueblo perdiera el respeto y el temor al Rey y a las altas clases de la sociedad.
Juan Jacobo Rousseau (1712-1778), nacido en Ginebra (Suiza), está considerado como uno de los
escritores que mayor influencia ejerció en la Revolución francesa, pues no solo se concretó a criticar
los errores del absolutismo, sino que, yendo más allá, se mostró partidario de una reforma radical, de
una reforma total de la sociedad y el gobierno mediante la abolición de la Monarquía absoluta y el
establecimiento de la Democracia, «impuesta si fuera necesario por la fuerza de la Revolución».
Rousseau afirmó, asimismo, que la ley es la expresión de la voluntad popular, y que, en razón de
ello, la fuente de la soberanía radica en el pueblo, en la nación.
Sus nuevas ideas las expuso brillantemente en sus discursos sobre el Origen de la desigualdad de los
hombres y, sobre todo, en su libro fundamental: «El Contrato Social».
Los economistas fueron aquellos hombres de ciencia que estudiaron el sistema económico hasta
entonces predominante en Francia y en la mayoría de naciones de Europa, a la vez que censuraron los
defectos de su organización. Defendieron la libertad de industria, de comercio y de trabajo y, asimismo,
abogaron por una justa distribución de los impuestos entre todas las clases de la sociedad. Tuvieron, pues,
como primordial propósito el aumento de la riqueza nacional mediante la intensificación de todas las
actividades económicas, así como la supresión de las trabas e innecesarios controles estatales.
Sus principales representantes fueron los franceses: Quesnay y Gournay pertenecientes a la Escuela
Fisiocrática, y el inglés Adán Smith, de la Escuela Liberal.
Quesnay. Sostuvo que la tierra era la única fuente de riqueza, y que, en razón de ello, había que
fomentar y proteger la agricultura. Defendió, asimismo, la libertad de trabajo, de industria y de
comercio. Fundó la escuela denominada Fisiocrática (del griego fisio= naturaleza y cratos=riqueza),
es decir aquella escuela que sostuvo que la naturaleza, que la agricultura, era la fuente de toda
riqueza. Escribió su obra: «Fisiocrácia o gobierno de la Naturaleza».
Gournay. Discípulo de Quesnay, se mostró partidario de las ideas de su maestro; pero sostuvo,
además, que no solo la tierra era la única fuente de riqueza, sino también la industria. Reclamó,
asimismo, un régimen de libertad para la industria y el comercio, a la vez que atacó los monopolios.
Adam Smith. Considerado como el Padre de la Economía Política sostuvo que el trabajo, en sus
diferentes formas, era la única fuente de riqueza y «que debía realizarse con absoluta y total libertad,
de donde provino el nombre de liberal que se dio a su escuela». Como los anteriores economistas
reclamo mayor protección y libertad para las actividades económicas, pero se diferenció de aquellos
en que concedió igual importancia tanto a la agricultura y la ganadería como a la industria y el
comercio. Adam Smith escribió la célebre obra «La Riqueza de las Naciones».
Turgot. Ministro de Hacienda de Luis XVI, se destacó como un eminente economista. Partidario de
las nuevas ideas, propugnó la libertad de comercio y de trabajo, así como la igualdad en el pago de
impuestos al Estado por las 3 clases. Escribió la famosa obra: «Reflexiones sobre la formación y la
distribución de las riquezas».
En el siglo XVIII salió a la luz La Enciclopedia, monumental obra publicada en 28 tomos, verdadera
recopilación de los conocimientos humanos hasta entonces logrados (ciencias, artes, letras, política, religión
y moral); autentico diccionario razonado universal, escrito por un grupo de filósofos, economistas y hombres
de ciencia, así como por otros escritores de gran talento, entre quienes destacaron: el filósofo Diderot y el
matemático D’ Alembert, que dirigieron la obra; colaboraron asimismo: Rousseau, Voltaire, Montesquieu,
etc.
«Entre 1751 y 1772 la Enciclopedia reunió unos sesenta mil artículos en veintiocho volúmenes
preparados por 160 colaboradores. Durante esos veinte años sus autores debieron afrontar suspensiones,
persecuciones y censuras. Entre 1776 y 1780 apareció un suplemento de siete volúmenes».
Entre las nuevas ideas que difundió la Enciclopedia tenemos: la de la soberanía popular, la de la
libertad individual y la de la libertad de pensamiento, asimismo, la de la libertad de industria y comercio.
Combatió, igualmente, a las ideas religiosas y el absolutismo monárquico. La Enciclopedia fue «el vehículo
máximo de las ideas de la Ilustración», por su espíritu crítico y liberal.
La Ilustración. Recuperado de Enciclopedia de Historia: (https://enciclopediadehistoria.com/la-ilustracion/).