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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ENTRE RIOS

FACULTAD DE CIENCIA Y TECNOLOGIA

TECNICATURA UNIVERSITARIA EN
PAPILOSCOPIA

QUIMICA PAPILOSCOPICA

Unidad I: Estudio de la composición química del


residuo que conforma una impresión latente.

Parte 2: Las Glándulas y sus secreciones.

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1. Introducción

Como ya se mencionara durante el desarrollo de la primer parte de esta unidad


temática, entre los distintos anexos que se revelan en la piel se encuentran las glándulas,
dentro de las cuales podemos distinguir a las glándulas sudoríparas, odoríferas,
sebáceas, y mamarias entre otras.

Debido a que una impresión digital latente puede estar compuesta de sustancias
naturalmente secretadas por el organismo, tales como el sudor, sebo o lípidos, y/o
materiales ajenos al cuerpo que han sido tomados por las manos, o una combinación de
todos, el conocimiento de cual es la mezcla que forma el deposito de una impresión
latente resulta casi imposible. No obstante a esto, el conocimiento de cuales son los
posibles componentes que pueden ser hallados en el residuo de una impresión latente
permite realizar una elección inteligente de la técnica de revelado a emplear. Resulta
pues de gran importancia conocer cuales son las glándulas que intervienen en la
formación del residuo de una huella, cuales son los factores que estimulan, ya sea
negativa como positivamente, su funcionamiento, así como también cuales son las
sustancias que conforman el residuo y sus proporciones relativas.

Veamos, antes de adentrarnos en el tema, un ejemplo práctico. Imaginen la


situación en la cual un estafador intenta cambiar un cheque adulterado en la caja de un
banco. El estafador conocedor de la situación intenta controlar toda manifestación de
nerviosismo que pueda hacer sospechar, de una posible estafa, a los empleados del
banco. Internamente el estafador encuentra nervioso y tenso a lo que el sistema nervioso
autónomo reacciona elevando el ritmo cardíaco y la respiración, eliminando por sudor
más cantidad de amino ácidos -entre otras sustancias- debido al incremento del
metabolismo por el estrés sufrido. Cuando el cheque es entregado por el estafador, este
no puede manipularlo con guantes dejando así impresiones digitales las que pueden ser
reveladas mediante el uso del reactivo revelador de Amino Acidos conocido como
NINHIDRINA.

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Es mediante este sencillo ejemplo que se puede comprender la importancia de
poseer el conocimiento de cómo es que se forma el residuo de una huella latente y
cuales son sus variables asociadas.

En el campo de la química papiloscópica sólo tres de las glándulas mencionadas


anteriormente tienen importancia en la formación del residuo que conforma una huella
(Imagen 1). Estas son:

Glándulas Sebáceas
Glándulas Ecrinas
Glándulas Apócrinas

Glándula Sebácea

Músculo erector
del Pelo
Glándula
Ecrina

Glándula
Apócrina

Figura 1: Diagrama esquemático de las tres glándulas principales involucradas en la formación del sudor
y su asociación con el pelo.

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2. Glándula Sebácea
Las glándulas sebáceas, cuya función principal es la de lubricar y proteger la
superficie de la piel, son junto a las glándulas ecrinas, las mayores glándulas secretoras
del cuerpo humano; estas glándulas (asociadas a los folículos pilosos) se encuentran
extendidas por todo el cuerpo a excepción de las palmas de las manos y las plantas de
los pies, siendo su densidad realmente elevada en la cara y el cuero cabelludo, donde
existen de 400 a 800 glándulas por cm2.

El tamaño de las glándulas sebáceas – y con ello el volumen que secretan- varia
en función de la zona corporal evaluada, así en el tronco estas glándulas son pequeñas y
menos abundantes, incrementándose en la parte anterior del tórax y línea media de la
espalda.

A diferencia de las secreciones ecrinas, las cuales son vaciadas directamente en


la superficie epidérmica, el sebo producido por las glándulas sebáceas primero viaja por
el canal del folículo piloso para volcarse luego en la superficie de la piel. El contenido
lipídico secretado por estas glándulas es producto de un mecanismo holócrino, por el
cual las células que componen la glándula, repletas de vacuolas (corpúsculos
citoplasmáticos) con alto contenido lipídico, se desintegran y vuelcan su contenido en el
canal folicular.

Figura 2: Vista esquemática de las estructuras asociadas a una glándula sebácea: 1.Cabello, 2.piel,
3.Sebo, 4.Folículo, 5.Glándula sebácea

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Estas glándulas se desarrollan durante la vida fetal entre las semanas 13 y 15 de
la EGE y alcanzan un tamaño próximo al máximo al momento del nacimiento. No
obstante a esto, las glándulas ya están completamente desarrolladas y funcionales,
debido muy probablemente al estímulo hormonal recibido durante el estadio del feto en
el vientre materno. Al nacer, con la finalización del estímulo hormonal, las glándulas en
su gran mayoría se vuelven rápidamente inactivas y decaen en su productividad lo cual
se puede verificar mediante el análisis de la tabla 1 en donde se observa como las
regiones de la frente, mejilla y pecho (forehead, cheek, chest) muestran una mayor
actividad en la producción de lípidos totales que el resto de las regiones del cuerpo.

Tabla 1: Variación en la composición y cantidad de sebo recolectado


luego de 12 hrs. de acumulación según la región del cuerpo analizada.

La actividad de las glándulas sebáceas parece estar controlada por un complejo


proceso, en el que la dopamina, un neurotransmisor del sistema nervioso central,
estimula la glándula pituitaria para ésta a su vez estimule a otras glándulas (tiroides,
adrenales y gónadas) a que liberen hormonas para finalmente estimular la producción de
cebo por parte de la glándula sebácea. Como vemos, este mecanismo en cadena es muy
complejo y puede ser alterado en cualquiera de sus eslabones por medio de la
estimulación de las glándulas intervinientes, razón por la cual, es sumamente difícil
atribuir la responsabilidad de la secreción mayor o menor de sebo enteramente al
neurotransmisor iniciador. En este sentido, se ha detectado que ciertos andrógenos, tal
como la testosterona, tienen un fuerte efecto estimulador en la producción de sebo,
cuestión que se verifica en humanos castrados quienes presentan niveles bajos de
producción de sebo en relación con la cantidad que produce un hombre intacto. Con
respecto al nivel de testosterona se han realizado otras experiencias en las que se ha

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suministrado esta hormona a hombres no castrados hallándose que el nivel de
producción de sebo no aumenta, por lo que se cree existe un valor límite de respuesta,
por ello otras experiencias, pero en niños habrían conducido a la elevación en la
producción del cebo ya que los niveles de esta hormona son bajos en esta etapa de la
vida por lo que sería admisible un incremento adicional en la concentración hormonal.

2.2 Composición química del Sebo (origen lipídico y break


down)

El producto principal de la glándula sebácea es una cera grasosa denominada


SEBO. Esta cera, que fluye hasta la superficie para endurecerse luego y alcanzar un
estado semisólido, está compuesta por una mezcla compleja de compuestos orgánicos
los cuales pueden ser incluidos como miembros de una familia mayor llamada lípidos.

Ya en la superficie de la epidermis ocurren varios cambios oxidativos y


bacteriológicos los cuales alteran la composición del sebo excretado. La lipólisis
(ruptura de los lípidos) mediante enzimas presentes en la piel o provenientes de algunas
bacterias alojadas en la epidermis (Corynebacterium acnes, Pitirosporum ovale,
Pitirosporum acnes, entre otras) tienden a degradar (Break down) a los triglicéridos y
esteres metílicos, lo que conduce a la formación de la mayor parte de los ácidos grasos
libres presentes en el sudor.

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FIGURA 3: Indica la forma en la que procede la ruptura de un triglicérido para formar una molécula de
glicerol y tres de ácidos grasos. Aquí las R indican cadenas hidrocarbonadas de gran longitud (12-20
carbonos)

Esta mezcla de sustancias químicas es tan particular y variable que puede ser
considerada como única e individual, tal como lo demuestran los animales que rastrean
a una determinada persona por su olor impregnado en las células de descamación que
caen al suelo.

La variabilidad de esta mezcla compleja radica en la gran cantidad de factores que


intervienen en la formación del sebo, determinando en forma, ya sea directa o indirecta
la composición de la secreción glandular y la forma en la cual esta es modificada al
alcanzar la superficie de la piel. Para dar una idea de esto imaginemos por un momento
que existen dos gemelos idénticos quienes al portar la misma carga de genes, -se
supone- podrían poseer la misma cantidad de glándulas. Si extendiéramos la suposición
aun más, podríamos decir que estos gemelos tienen una dieta exactamente igual y que
sus metabolismos son idénticos, lo que conduciría a que sus secreciones sean
prácticamente calcadas. En esta situación hipotética una sola variable añade su aporte y
conduce a que las secreciones varíen. Esta variable es la higiene personal de cada uno
de los gemelos, mientras uno se higieniza todos los días el otro lo hace más
esporádicamente. Esta costumbre hace que la flora bacteriana que crece en la piel de
cada uno de los hermanos sea totalmente diferente, con lo que la mezcla de las distintas
enzimas liberadas por las bacterias que incurren en la degradación de los lípidos de la
secreción sebácea, también es diferente. Una mezcla de enzimas diferentes hace que los
distintos lípidos sean degradados (cortados) de distinta forma, generando por ejemplo,
ácidos grasos de cadena más corta (más volátiles) o de cadena más larga (menos
volátiles), traduciéndose todo esto en un olor característico –aunque muchas veces
imperceptible para nosotros- para cada persona.

2.3 Principales componentes lipídicos

Debido a la complejidad y número de los distintos compuestos que pueden


hallarse en la superficie de la piel es que resulta imposible realizar una lista que

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comprenda a todos y cada uno de ellos por lo que se tiende a simplificar el estudio de la
composición de las secreciones enfocando la atención en los compuestos más
abundantes.

Principales constituyentes lipídicos


de la secreción sebácea.

Tabla 2: A partir de esta tabla podemos comprender cuales son los principales componentes lipídicos del
sebo.

2.3.1 Acidos Grasos (fatty Acids)

FIGURA 4: Representación tridimensional de un ácido graso.

La hidrólisis del sebo humano, como ya se mencionara, resulta en la formación de


una mezcla de ácidos grasos (fatty acids) (figura 3), no saturados, mono y
poliinsaturados los cuales pueden promediar entre el 15 al 25 % del peso total de los
componentes lipídicos. Los principales componentes del sebo afectados por esta
hidrólisis son los triglicéridos y esteres grasos (wax esters). Se sabe que la
concentración de estos ácidos grasos se halla autocontrolada ya que cuando estos ácidos
grasos alcanzan una cierta concentración el pH de la secreción disminuye (debido a la
acidez de los ácidos grasos) lo cual inhibe la activada de las enzimas que rompen los
lípidos (triglicéridos y esteres grasos) provocando que la producción de los ácidos
grasos decaiga.

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Aproximadamente el 50 % de los ácidos grasos del sudor, como se puede ver en la
tabla 1, corresponden a ácidos grasos saturados. Estos muestran una longitud de 14 a
16 carbonos, mientras que los ácidos grasos monoinsaturados presentan cadenas de 16
a 18 carbonos.

Tabla 3: Resumen de los distintos ácidos grasos (saturados e insaturados), donde se indica el nombre, el
número de carbonos de la cadena grasa, la estructura, y el punto de fusión.

A partir de la tabla 3 podemos ver como los principales ácidos grasos saturados,
que componen la secreción sebácea, corresponden a los ácidos Mirísticos y Palmíticos
de 14 y 16 carbonos respectivamente. Por otra parte podemos ver que los representantes
de los ácidos grasos monoinsaturados son los ácidos Palmitoléicos y Oleicos de 16 y 18
carbonos respectivamente. Finalmente, y sólo como dato adicional ya que se presenten
en muy baja concentración, tenemos a los ácidos grasos poliinsaturados entre los cuales
podemos mencionar al ácido Linoléico cuya molécula tiene dos dobles enlaces.

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2.3.2 Esteres Grasos (wax esters)

FIGURA 5: Representación de cómo procede la reacción de formación de un ester graso a partir de un


ácido graso y un alcohol graso. Donde los sustituyentes (R ) corresponden a cadenas hidrocarbonadas de
gran cantidad de carbonos.

En promedio los esteres grasos comprenden aproximadamente entre un 20 y un 25


% de los lípidos hallados en la superficie de la epidermis. Estos esteres grasos se
constituyen a partir de esterificación de un ácido graso con un alcohol graso el cual
puede tener una cadena de 18 a 26 carbonos de longitud, siendo el alcohol graso más
abundante el de 20 carbonos.

2.3.3 Escualeno (Squalene)

Figura 6: Estructura molecular del escualeno

El escualeno representa casi un 12 % de los lípidos hallados en la superficie de la


piel. Se sabe que éste, precursor de ciertos esteróides, se halla en elevada
concentraciones (19,9 %) en pacientes que presentan acne. Estudios adicionales han
señalado que la producción de escualeno por las glándulas sebáceas se corresponde con
el tamaño de la glándulas, por lo que a mayor tamaño mayor producción de este lípido.

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2.4 Variación de la composición del sebo con la edad

Se ha establecido perfectamente como la composición del sudor de una persona


cambia desde el nacimiento a la pubertad y de esta a edades mayores hasta la
ancianidad. Se ha podido determinar como cambian la velocidad de excreción del sebo,
las cantidades de ciertos ácidos grasos, la relación entre esteres grasos y colesterol, y la
concentración de los esteres de colesterol. Mientras que otros componentes lipídicos
como el escualeno no sufren alteración con el correr de los años (Tabla 4).

Modificación de los distintos lípidos con la edad

Tabla 4: Aquí se observa como varían los distintos lípidos de la secreción sebácea con la edad.

2.4.1 Recién nacidos

Un estudio de la vernix caseosa (película blanco grisácea que cubre la piel de los
fetos y recién nacidos) demuestra que los lípidos de superficie hallados en la piel de un
neonato tienen una cierta similitud con los encontrados en la piel de un adulto
diferenciándose principalmente por la presencia de esteres de colesterol de gran peso
molecular lo que provee al feto de una capa protectora lo que impide que el feto este en
excesivo contacto con el agua.

Otros estudios han demostrado la diferencia en la composición de la vernix


caseosa entre fetos masculinos y femeninos donde los masculinos contenían mucho más
sebo que los femeninos.

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Como se explicara anteriormente la estimulación hormonal en el vientre materno
es elevada (alto nivel de andrógenos) lo que conduce a una mayor actividad glandular y
por tanto mayor producción de ciertos lípidos. Esta estimulación perdura en el recién
nacido por un lapso muy corto decayendo rápidamente en los meses posteriores al parto
lo que se refleja en el descenso de las abundancias de los componentes lipídicos
mayoritarios (esteres grasos, y triglicéridos). Con respecto a este descenso es importante
observar como la abundancia de los ácidos grasos aumenta en la medida que transcurre
la vida del recién nacido fuera del vientre, como producto de la degradación
bacteriológica y oxidativa de los triglicéridos lo que conduce a la formación adicional
de ácidos grasos También debemos notar que este fenómeno químico se produce en la
superficie de la piel, ya que de ninguna manera podrían existir bacterias o aire en el
interior del saco placentario.

2.4.2 Adolescentes
En los comienzos de la pubertad se detecta el aumento el la producción de sebo
debido principalmente al aumento del tamaño de las glándulas mediado por un
incremento en la estimulación hormonal. El mayor salto en la producción del sebo
durante la adolescencia ocurre entre los 12 y 13 años de edad sin diferencia alguna entre
varones y mujeres. Aunque estas regulaciones de la actividad glandular parece seguir un
patrón constante para los adolescentes se han detectado desviaciones en pacientes que
sufren de acne, en estos jóvenes la presencia de las bacterias productoras de la
enfermedad aportan sus enzimas lipolíticas quienes provocan un incremento en la
degradación de los triglicéridos del sebo conduciendo a un aumento en la abundancia de
los ácidos grasos.

2.4.3 Post adolescentes


La producción del sebo continúa con la edad, alcanzando un pico durante la mitad
de la tercer década de vida a partir del cual comienza a decaer hasta alcanzar niveles
similares a los preadolescentes durante la tercera edad. Un estudio ha demostrado que la
producción de sebo decae casi un 23 % por cada decena de años en varones y casi un 32
% en mujeres. No obstante a esto al parecer no hay una alteración significativa en la
composición lipídica hasta muy avanzada la vida de la persona estudiada.

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Aparentemente, la razón principal por la cual se observan estas modificaciones en
la actividad glandular se debería al decaimiento de la estimulación hormonal (en los
hombres la testosterona comienza a disminuir significativamente entre los 50 a 60
años). En los varones adultos la actividad glandular no decae totalmente hasta una
década posterior al comienzo de la disminución de la testosterona, mientras que en las
mujeres la actividad se puede ver disminuida hasta una década antes que en los
hombres. Es por ello que en hombres y mujeres de 70 años de edad se verifica que la
producción de sebo es de 1, 69 mg y 0,85 mg respectivamente.

3. Glándulas Ecrinas

La formación de estas glándulas comienza a partir del tercer mes de gestación


(12va semana de EGE) para palmas y plantas de los pies y alrededor del quinto mes
(20va semana de EGE) para el resto del cuerpo. Típicamente las glándulas están
maduras para el octavo mes de gestación.

Las glándulas écrinas se encuentran esparcidas por casi todo el cuerpo, pero son
más abundantes en las plantas de los pies (620/cm2) y en las palmas de las manos,
siendo en estos sectores el único tipo de glándula que se desarrolla. En promedio, se
pueden contabilizar 560 glándulas por centímetro cuadrado en los dedos de un hombre
blanco, mientras que el promedio aumenta a 950 en personas de piel oscura.

El promedio de ocurrencia es mayor para los dedos de los pies que para los de
las manos pero es menor que el presente en planta de los pies y palmas de las manos. La
concentración de este tipo de glándulas en la frente es aproximadamente igual a la mitad
de lo que se puede ver en las manos, mientras que en las mejillas la concentración
promedio alcanza un quinto de la concentración palmar.

Debido a que las glándulas son capaces de producir enormes cantidades de


fluido (2 millones de glándulas ecrinas distribuidas a lo largo de la piel humana pueden
liberar de 2 a 4 litros de fluido por hora) permiten al organismo controlar rápidamente la
temperatura interna.

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Estas glándulas simplemente excretan el fluido, de ahí su nombre “ecrina”, a
partir de un movimiento de contracción de las células de la glándula lo que empuja al
fluido al exterior de la superficie epidérmica. El fluido excretado por estas glándulas es
una solución acuosa alcalina, de compuestos inorgánicos y orgánicos no lipídicos.

Las investigaciones al respecto de la composición de estas secreciones indican


que la misma esta constituida por un 98,5 a 99,5 % de agua y un 0,5 a 1,5 % de sólidos
de los cuales aproximadamente la mitad son sales inorgánicas y el resto compuestos de
origen orgánico.

3.1 Compuestos inorgánicos

Aunque las secreciones de origen ecrino son en exceso agua (99,5 %), en la escasa
proporción que le corresponde a la parte sólida de la secreción ecrina, las sales
inorgánicas (Cloruro de Sodio, Bromuro de Sodio, Ioduro de Sodio, Fluoruro de Sodio)
cumplen un rol importante. Entre estas sales el Cloruro de Sodio se presenta en mayor
cantidad.

En ciertas personas, quienes sufren una enfermedad denominada


HIPERHIDROSIS, es notoria la facultad que tienen de oxidar determinados elementos
metálicos ya que muestran una elevada sudoración con alto contenido de sales cloradas.

La velocidad y volumen de sudor excretado es dependiente del volumen de agua


ingerido. Ciertos estudios indican que el sudor contiene la presencia de amoniaco en
una concentración de 0,5 a 8 Mm, lo cual es 20 a 50 veces mayor que la concentración
en la cual se encuentra en el plasma sanguíneo. Además de este elemento se han
encontrado trazas de Magnesio, Ioduro, Bromuro, Fluoruro, Fosfato, Sulfato, Hierro,
Zinc, Cobre, Cobalto, Plomo, Manganeso, Molibdeno, Azufre y Mercurio.

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3.2 Compuestos orgánicos (Amino Acidos, Proteínas, Lípidos,
Misceláneos)

Como se puede observar en la tabla 6 los amino


ácidos representan una de las porciones
mayoritarias entre los compuestos orgánicos
hallados en el sudor. Entre los amino ácidos

Amino Acido detectados en el sudor (ver tabla 5) se destacan


como más abundantes la Serina, Glicina,
Ornitina y lisina. Más allá de las abundancias relativas de cada amino ácido cabe
destacar que los reactivos reveladores como la Ninhidrina no distinguen entre los 22
amino ácidos que pueden hallarse en el sudor por lo que se considera al conjunto como
un todo único y blanco de este reactivo revelador químico. Por lo tanto, y hasta tanto se
desarrollen técnicas de revelado más selectivas, la composición de los amino ácidos que
se hallan en el sudor es un dato anecdótico.

De los restantes componentes orgánicos (los autores no se deciden en la forma de


clasificarlo, es decir algunos clasifican al amoníaco como inorgánico y otros como
orgánico) de las secreciones ecrinas sólo tienen mayor significancia el Amoníaco que
interviene, aparentemente, en la reacción de la Ninhidrina con los amino ácidos, lo cual
no está del todo comprobado, indicando ciertos autores que la ninhidrina revelaría
también la presencia de amoníaco.

En cuanto a la porción lipídica es prácticamente despreciable debiéndose los


valores altos en su concentración, en la mayoría de los estudios, a la contaminación de
la muestra por secreciones sebáceas más que por producción propia.

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Tabla 5: Abundancias relativas de los amino ácidos
hallados en el sudor (se pueden ver los resultados de tres
estudios).

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Tabla 6: Sumario de los principales componentes (orgánicos e
inorgánicos) presentes en el sudor.

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3.3 Factores que alteran el funcionamiento de las glándulas
Ecrinas

La velocidad de transpiración es incrementada fundamentalmente por la actividad


física, estrés emocional, miedo, excitación, temperatura ambiente y estimulación
medicamentosa; por ejemplo, una temperatura ambiente que exceda los 31º C provoca
una sudoración profusa. A diferencia de lo que ocurre con el resto del cuerpo las manos
responden lenta y débilmente a la estimulación térmica, pero reaccionan rápidamente a
la estimulación mental; este es tal vez uno de los factores más significativos por los
cuales se deja impresiones digitales durante la comisión de un delito.

Existe un promedio de 2,000.000 de glándulas ecrinas esparcidas por casi todo el


cuerpo -como se mencionara con antelación-. Estas glándulas ecrinas no sólo varían su
concentración según la región del cuerpo que sea analizada, sino que también cambian
la velocidad y volumen de sudor que secretan. Así mismo, se ha observado que la
concentración glandular y el volumen de excreción varían de persona a persona. Por
otra parte debemos considerar que la composición de lo excretado está ampliamente
influenciada por el sexo, la edad, la salud mental y física, la dieta, el metabolismo y
actividad física del sujeto considerado.

Con respecto a las sales inorgánicas excretadas por el sudor podemos observar que
su concentración está íntimamente relacionada con los siguientes factores:

Velocidad y duración del sudor


Sudoración continua versus sudoración intermitente
Dieta
Edad y Sexo

Debido al hecho, ya mencionado repetidas veces, de que la piel es una de las rutas
usadas por el organismo para eliminar los productos de desecho al tiempo que es un
medio de enfriamiento rápido a través de la evaporación del sudor, es que llegan a la
superficie de la epidermis los distintos componentes inorgánicos. La concentración de
estos desechos inorgánicos en sudor dependerá entonces de la cantidad de desechos que

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tenga el organismo para descartar y de las oportunidades de eliminarlos que se
presenten, es decir, como existe una cantidad limitada de desechos si el organismo ha
estado sudando durante gran parte del día lo más probable que suceda es que la
concentración de sales en sudor sea baja ya que el cuerpo ha aprovechado todo el
tiempo de sudoración para eliminar sus desechos, mientras que si sólo ha sudado un
período corto de tiempo en todo el día, lo más probable que suceda es que la
concentración de sales sea elevada. Consideremos la situación de un individuo que se
halla en clima frío, el cuerpo de esta persona no necesita sudar para enfriarse pero si
requiere eliminar desechos por lo cual el cuerpo toma la primer oportunidad que se le
presente eliminando por sudor y orina gran cantidad de sus desechos. Por ello es que la
concentración temporal se vuelve elevada.

La situación opuesta ocurre durante el verano cuando el cuerpo requiere enfriarse


frecuentemente, el sudor se torna casi continuo y abundante, pero la cantidad de
residuos para eliminar es la misma que en el sujeto que vive en clima frío por lo que al
aumentar el volumen de agua eliminado por sudor se elevan las oportunidades de
eliminar residuos lo que conduce a la caída temporal en la concentración de sales
presentes en la transpiración.

Todo lo mencionado conduce a la conclusión de que en climas fríos la


concentración de las sales inorgánicas se incrementa volviendo más eficaces a las
técnicas de revelado químico de estas sales inorgánicas, tales como el reactivo
NITRATO DE PLATA. Esto, es parcialmente cierto ya que existen algunas
excepciones. Por ejemplo, el contenido de sal exudado es modificado por la dieta, ya
que una dieta por demás rica en sal conducirá a la necesidad del organismo de corregir
este desbalance, aumentando la cantidad de sal eliminada tanto por orina como por
sudor, más allá de la época del año. Así, es de esperar se revelen impresiones latentes
que de otro modo no deberían.

Con respecto a los últimos dos factores que afectan la concentración de las sales
inorgánicas (Sexo y Edad), debemos entender que no se limitan a las sales inorgánicas
sino al resto de los componentes, tanto de estas como de las otras secreciones
glandulares, esto se debe en gran parte a las diferencias en la distribución y cantidad de
las glándulas entre sexos, y la forma en que funciona el metabolismo en cada caso. Con

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la edad las funciones corporales son menos eficientes por lo que se ve que los ancianos,
juntos con los niños, son los primeros en sufrir las altas temperaturas por no poder
controlar eficazmente la temperatura interna. Otro ejemplo de cómo afecta la edad en
las secreciones glandulares es la notoria sequedad de la piel que experimentan los
ancianos debido a una pobre lubricación por parte de las distintas glándulas (recordemos
que una de las funciones de las glándulas presentes en la piel es la de lubricar y
mantener en condiciones la superficie de la epidermis).

Hasta aquí hemos considerado una porción de los solutos disueltos en el agua
del sudor, pero como hemos visto las secreciones ecrinas contienen Amoníaco y Urea,
ambos solubles en agua, por lo cual también se ven influenciados por la velocidad y
tiempo de la sudoración.

Otro de los componentes orgánicos hallados en el sudor son los Amino Acidos,
quienes si bien son afectados por la forma en que transcurre la sudoración, se ven
afectados por cuestiones que tienen que ver con su génesis. Se sabe que ante una
situación de estrés el organismo comienza, entre otras cosas, a degradar proteínas
(constituidas por la sumatoria de distintos amino ácidos) para obtener energía a partir de
ellas, lo que conduce a un aumento en la concentración sanguínea de los mismos,
consecuentemente estos Amino Acidos llegan al sudor eliminándose aquellos que se
hallen en exceso, siendo esta la razón principal por la cual el estrés afecta su detección
en el sudor.

4. Glándulas Apócrinas

Las glándulas apócrinas son halladas principalmente en la región de las axilas y


la zona genital, encontrándose además en muy baja cantidad, en el canal externo del
pabellón auricular, en la conjuntiva de los ojos, y ocasionalmente en el abdomen, cara y
cuero cabelludo. Estas glándulas, que sirven primariamente como glándulas odoríferas,
se encuentran inactivas hasta el comienzo de la pubertad donde se tornan
completamente funcionales. Esta maduración durante la pubertad sugiere que estas
glándulas serían un resabio evolutivo de un mecanismo por el cual los diferentes sexos
se comunicaban mediante olores característicos. Aparentemente, las glándulas

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apócrinas, estarían relacionadas con la formación de sustancias químicas intervinientes
en la atracción entre los sexos, actuando como feromonas (hormonas de atracción
sexual), las cuales al parecer serían inútiles en la actualidad por la incapacidad del ser
humano evolucionado de reconocer este lenguaje químico; no obstante a esto ciertos
científicos sostienen que el ser humano mantiene esta capacidad pero reaccionando de
manera inconciente.

Con respecto al funcionamiento y a la composición de la secreción de las


glándulas apócrinas no ampliaremos más allá de lo dicho hasta el momento debido a
que por su localización anatómica no contribuyen significativamente con el residuo
que conforman una huella latente, debido a que es muy poco probable que una mano
se contamine con el material presente en la zona genital y/o de la axila.

5. APENDICE:

Glándula
Una glándula es una célula epitelial secretora, organizada dentro de un epitelio de
revestimiento o formando un órgano, cuya función es sintetizar sustancias, como las
hormonas, para liberarlas, a menudo en la corriente sanguínea (glándula endocrina) y en
el interior de una cavidad corporal o su superficie exterior (glándula exocrina).

Las glándulas exocrinas pueden dividirse, según la forma en la cual liberan su contenido, en
tres grandes grupos:

Apócrinas - parte de las células corporales se pierden durante la secreción,


como las glándulas sudoríparas.
Holocrinas - toda la célula se desintegra para secretar sus sustancias, como
en las glándulas sebáceas.
Merocrinas - las células secretan sus sustancias por exocitosis, como en
las glándulas mucosas y serosas.

Existen dos tipos de glándulas sudoríparas:

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Las glándulas ecrinas están presentes en todo el cuerpo, aunque predominan en la
frente, las palmas de las manos y las plantas de los pies. Al producir sudor, estas
glándulas ayudan a regular la temperatura corporal y los productos de desecho se
excretan a través de ellas.

Las glándulas apócrinas propiamente dicha, se desarrollan en la pubertad y se


concentran en las axilas y la región pública. El sudor de las glándulas apócrinas es
más espeso que el producido por las glándulas ecrinas. Si bien este sudor es inodoro,
cuando se mezcla con las bacterias en la superficie de la piel puede causar olor
corporal.

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