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POSESION - CONSTITUTO POSESORIO.

El constituto posesorio exige en todos los casos dos actos jurídicos e independientes: el
acto de enajenación, en virtud del cual la posesión debe pasar al adquirente y el acto anexo,
en virtud del cual el enajenante debe ocupar la cosa como simple tenedor, sea este acto un
contrato de locación, sea una constitución de usufructo, etc., única manera de respetar la
presunción de coherencia que reina en el sistema de normas y de reducir los peligros del
constituto posesorio.
SCBA, Ac 39213 S 9-8-88, Juez LABORDE (SD)
CARATULA: Eiman, Mauricio c/ Ercoli, Humberto Ruben y/o cualquier ocupante s/ Desalojo
PUBLICACIONES: LL t. 1988-E p. 200 - ED t. 131 p. 369
MAG. VOTANTES: Laborde - Cavagna Martínez - Negri - San Martín - Vivanco

SCBA, Ac 55256 S 19-9-95, Juez SAN MARTIN (SD)


CARATULA: Lachaise de Iriart, María Cristina c/ Olive, Antonio Alberto s/ Desalojo
MAG. VOTANTES: San Martín-Laborde-Negri-Pisano-Salas

En la ciudad de La Plata, a -9- de agosto de mil novecientos ochenta y ocho, habiéndose


establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el
siguiente orden de votación:
doctores Laborde, Cavagna Martínez, Negri, San Martín, Vivanco, se reúnen los señores
jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia
definitiva en la causa Ac. 39.213, "Eiman, Mauricio contra Ercoli, Humberto Rubén y/o cualquier
ocupante.Desalojo".
ANTECEDENTES:
La Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de San
Nicolás revocó la decisión de fs. 99/101, rechazando, en consecuencia, la demanda promovida.
Costas de ambas instancias al accionante perdidoso.
Se interpuso, por la parte actora, recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la
Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente
CUESTION:
¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley?
VOTACION:
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Laborde dijo:
1. La Cámara revocó la sentencia apelada rechazando la demanda de desalojo promovida.
Sostuvo sustancialmente que "...el nuevo titular de una promesa de compraventa a quien no se
ha hecho la tradición de la cosa, carece de legitimación para instaurar la acción de desalojo", y
que "...ese requisito (la tradición) no se cumple con las simples manifestaciones del
enajenante de dar la posesión al adquirente (art. 2378, del C.C.)" sino que requiere de
"...actos reveladores de los actos realizados por el tradens y el accipiens (art. 2379, del C.C.)."
2. El accionante impugna dicho pronunciamiento denunciando -además de una valoración
absurda de la prueba, la errónea aplicación de los artículos 2378 y 2379 del Código Civil a la
situación fáctica de autos la que debió ser decidida a la luz del constituto posesorio
establecido por el art. 2462 inc. 3ro. del mismo ordenamiento.
3. El recurso no puede prosperar.
La queja no alcanza a desvirtuar la conclusión de la alzada pues el constituto posesorio,
conforme al invocado art. 2462 inc. 3 del Código Civil sólo comprende a aquél que "transmitió
la propiedad de la cosa". Y esa transmisión sólo se perfecciona a través de la respectiva
escritura traslativa de dominio, y su inscripción (arts. 1184 inc. 1, 2505, C.C.) resultando
ineficaz para ello el boleto que acompañara el demandante.
En tal sentido esta Suprema Corte ha tenido oportunidad de señalar que "el constituto
posesorio exige en todos los casos dos actos jurídicos distintos e independientes: el acto
de enajenación, en virtud del cual la posesión debe pasar al adquirente y el acto anexo, en
virtud del cual el enajenante debe ocupar la cosa como simple tenedor, sea este acto un
contrato de locación, sea una constitución de usufructo, etc. (Salvat, "Derechos Reales" nro.
161 y sgtes. con cita de Ihering: "Le Role de la Volonté dans la Posessión" págs. 182 y 183,
párrafo 10) única manera de respetar la presunción de coherencia que reina en el sistema de
normas y de reducir los peligros del constituto posesorio..." (v. "Acuerdos y Sentencias" 1976-I-
571; el subrayado de la frase me pertenece).
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4. Consecuentemente, si el actor no tenía la posesión de la cosa por no haberse producido la


tradición ya que sólo existen "simples manifestaciones del enajenante de dar la posesión al
adquirente (art. 2378, C.C.)", como surge de la promesa de venta de fs. 10 vta. era lógico
concluir que el recurrente no estaba legitimado para entablar la demanda de desalojo.
5. Por último, debo recordar que las cuestiones relativas a la valoración de la prueba no son
susceptibles de revisión en la instancia extraordinaria, en tanto no se demuestre
quebrantamiento de las reglas legales que la rigen o se haya incurrido en absurdo y para que
ocurra este último supuesto, el impugnante debe demostrar cabalmente que los juicios
elaborados en las instancias ordinarias son producto de un razonamiento viciado de modo que
lleve a conclusiones contradictorias o incongruentes pues la circunstancia de que puedan
considerarse discutibles o poco convincentes no configura aquel remedio que, por ser
excepcional, debe apreciarse con criterio restrictivo (causa Ac. 36.846, 26-II-88).
Por todo lo expuesto, voto por la negativa.
El señor juez doctor Cavagna Martínez, por las razones dadas por el señor Juez doctor
Laborde, votó también por la negativa.
A la misma cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo:
La circunstancia de que el recurrente haya limitado su queja al instituto reglado por el art. 2462
inc. 3 del Código Civil, torna inevitable la solución del voto que antecede, sin que ello signifique
abrir juicio sobre el distinto resultado a que pudo arribarse, en la especie, a partir de un
encuadre jurídico diferente.
Considero que corresponde declarar inoficioso a los fines regulatorios el trabajo del profesional
que suscribe el recurso (arg. art. 30 dec. ley 8904).
Los señores jueces doctores San Martín y Vivanco, por los mismos fundamentos del señor
Juez doctor Laborde, votaron también por la negativa.
Con lo que terminó el acto, firmando los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia.
SENTENCIA:
La Plata, 9 de agosto de 1988.
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechaza el recurso extraordinario interpuesto;
con costas (art. 289, C.P.C.C.).
Notifíquese y devuélvase.

Suprema Corte de la Prov. de Bs. As. - Causa: Ac 55256


ACUERDO:
En la ciudad de La Plata, a -19- de setiembre de mil novecientos noventa y cinco, habiéndose
establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el
siguiente orden de votación: doctores San Martín, Laborde, Negri, Pisano, Salas, se reúnen los
señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia
definitiva en la causa Ac. 55.256, "Lachaise de Iriart, María Cristina contra Olive, Antonio
Alberto. Desalojo".

ANTECEDENTES:
La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Dolores revocó la
sentencia de primera instancia que había hecho lugar a la demanda promovida, rechazando la
misma en todas sus partes, con expresa imposición en costas a la actora.
Se interpuso, por esta última, recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de dictar sentencia, la
Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente
CUESTION:
¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley?
VOTACION:
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor San Martín dijo:
1. La Cámara, para rechazar la demanda, sostuvo -por mayoría-: que la actora no probó haber
recibido la posesión del inmueble; que la prueba testimonial aportada por ella no era suficiente
a esos fines; que, en cambio, los testigos del demandado avalaban la posición de éste; que no
se acreditó la tradición en cabeza de la accionante; que la titularidad que surgía de la
escritura no era suficiente para probar esa circunstancia; que la figura del constituto
posesorio no resultaba aplicable en autos por la endeblez de la prueba; que el accionado había
acreditado estar en posesión del inmueble desde hacía veinte años; que no estaba legitimado
para demandar por desalojo quien alegaba la calidad de propietario y no acreditaba la
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posesión; que, por lo tanto, no era la de autos la vía procedente para obtener la restitución del
bien.
2. La actora interpone a fs. 184 recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley y doctrina legal.
Luego de hacer un relato de las constancias de autos, expone los siguientes agravios: a)
absurda valoración de las pruebas de posiciones, testimonial, pericial e informativa; b) violación
del art. 2352 del Código Civil; c) violación del art. 2462 incs. 3 y 6 del citado Código; d)
violación del art. 375 del Código Procesal Civil y Comercial y de la doctrina de este Tribunal
sobre esa norma; e) violación de la doctrina de esta Corte sobre manifestaciones contenidas en
escritura pública; f) violación de la doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre
prohibición de desentenderse de la justicia al resolver; g) violación de los arts. 993, 994 y 995
del Código Civil; h) violación de la doctrina de los propios actos. Pide se case la sentencia.
3. Aunque sin seguir el orden otorgado por la recurrente a sus reproches al fallo, les daré
respuesta a los mismos, anticipando que -a mi juicio- no pueden encontrar andamiento.
a) Comenzaré diciendo que no existe violación al principio de la prueba contenido en el art. 375
del rito, ni a la doctrina de este Tribunal, porque cuando -como en la especie- se demanda
invocando la calidad de propietario y ello es negado, al actor le incumbe acreditar su condición
legitimante.
b) Tampoco se ha violado el art. 2352 del Código Civil en base al cual, dice la actora, la
ampara la mención de la escritura según la cual el demandado hizo tradición del
inmueble, reconociendo en otro la propiedad.
Es que el dominio en nuestro derecho no se adquiere antes de la tradición (art. 577, C.C.) de
modo que en rigor no puede llamarse propietario a quien no haya recibido la tradición del
inmueble mediante el concurso de dos voluntades: la del tradens y la del accipiens,
coincidentemente proyectadas en un acto exteriorizante revestido de materialidad, como
lo dispone el art. 2379 del Código Civil .-
Precisamente por esto es que, para que la tradición se opere, no basta la sola
manifestación del enajenante -contenida en la escritura- de que dio al adquirente la
posesión del bien ("Acuerdos y Sentencias", 1958-V-322 -con citas de Salas en el voto del
doctor Fernández y de Salvat y Ovejero en el del doctor Portas-; 1962-III-370 -con citas en el
voto del doctor Trigo Viera de Lafaille, Salvat y Busso-).
c) Relacionado con esto he de decir que la impugnante no ha demostrado absurdo en la
conclusión del a quo respecto a que a la actora no se le hizo tradición del inmueble, que
permaneció siempre en posesión del demandado.
Es que, con excepción de lo referido a la cancelación del crédito -donde se demostró el error de
la alzada de no tenerlo por cancelado-, pero que no fue prueba valorada a los fines antes
enunciados, la apelante limitóse a hacer consideraciones sustentadas sólo en su propio criterio
y que no traducen más que meras discrepancias subjetivas, insuficientes para acreditar la
existencia de absurdo ("Acuerdos y Sentencias", 1985-II-386; 1986-IV-626; 1987-III-24; 1988-II-
588; 1989-I-676).
d) Por esta ausencia de prueba del absurdo en las conclusiones del a quo, debe desestimarse
el agravio de violación de los arts. 993, 994 y 995 del Código sustantivo y de la doctrina de esta
Corte según la cual la mera invocación de ser poseedor por parte del demandado no es
suficiente si no acredita su derecho.
Comprobar la existencia de la posesión es una cuestión de hecho ajena, como tal, de la
casación ("Acuerdos y Sentencias", 1986-IV-465; 1990-II-92). La Cámara sostuvo que el
demandado la había mantenido y la recurrente no demostró que ello constituía un absurdo.
e) Con lo dicho en el tercer párrafo del punto b), entiendo se completa la réplica a lo
sostenido alrededor de los arts. 993, 994 y 995 del Código Civil y al agravio según el cual se
transgredió la doctrina del Tribunal por la cual las declaraciones efectuadas en la escritura
alcanzaban para dar por acreditada la existencia de tradición.
f) Veamos ahora la queja con base en el art. 2462, incs. 3 y 6 del Código de fondo.
El constituto posesorio -que según la apelante y la minoría de la alzada existiría en el caso de
autos- exige siempre dos actos jurídicos distintos e independientes: el acto de enajenación, en
virtud del cual la posesión debe pasar al adquirente y el acto anexo, en virtud del cual el
enajenante debe ocupar la cosa como simple tenedor, sea este acto un contrato de locación,
sea una constitución de usufructo. Esta es la única manera de respetar la presunción de
coherencia que reina el sistema de normas y de reducir los peligros del constituto posesorio
("Acuerdos y Sentencias", 1976-I-571, voto del doctor de la Llosa con remisiones a Ihering y
Salvat; 1988-III-53). Esta exigencia no se ha cumplido en la especie.
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g) No advierto por qué la opugnante expresa que se ha violado la doctrina de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación según la cual los jueces no deben desentenderse de la justicia del
resultado. Amén de recordar que la doctrina del citado Tribunal no es vinculante ("Acuerdos y
Sentencias", 1990-I-303; 1991-II-550), viene al caso señalar que no me parece ni dogmático ni
desacertado haber sostenido -por parte de la Cámara- que la tradición debe hacerse en las
formas autorizadas por el Código Civil.
h) Por último diré que no es procedente la queja con sustento en violación de la doctrina de los
propios actos, tantas veces aplicada por esta Corte.
Esta doctrina adquiere aplicación cuando una persona -dentro de una relación jurídica- ha
suscitado en otra, con su conducta, la confianza de que un derecho no será ejercitado
("Acuerdos y Sentencias", 1987-III-531, punto IV de mi voto, con cita de Diez Picaso, en lo que
interesa).
No veo cómo, manteniéndose Olive en el inmueble de Belgrano nº 539 de Chacabuco durante
tanto tiempo (según lo ha tenido por demostrado la alzada y no lo ha desvirtuado la recurrente),
puede alegarse que la actora haya confiado en que no iba a ejercitar el derecho que podría
corresponderle.
4. Por lo expuesto y lo normado en los arts. 279 y 289 del Código adjetivo propongo se rechace
el recurso, con costas.
Voto por la negativa.
Los señores jueces doctores Laborde, Negri, Pisano y Salas, por los fundamentos expuestos
por el señor Juez doctor San Martín, votaron también por la negativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente
SENTENCIA:
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechaza el recurso extraordinario interpuesto;
con costas (art. 289, C.P.C.C.).
Notifíquese y devuélvase.

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