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- Titulo de la Obra
Anónimo
España
4.- Vocabulario:
Epopeya Española
Cantar de Gesta
Está compuesto alrededor del año 1200 (fechas post quem y ante quem: 1195-
1207)
8.- Personajes:
A) Principales:
B) Secundarios
Los Infantes De Carrión: Sus nombres eran Diego y Fernando eran repulsivos,
codiciosos, vanidosos, avaros tenían todos los defectos que alguien puede tener
también tenían una interminable cobardía que solo era superada por sus
ambiciones y por eso se casan con las hijas del Cid y son objeto de burla son
personajes planos.
Sol Y Elvira Las Hijas Del Cid: son personajes leales y demuestran amor
incondicional hacia el Cid se ven afectadas por la jugada que le hacen los infantes
de Carrión pero al final terminan casándose con los infantes de Navarra Y Aragón
también son una de las que el Cid tenía Para seguir viviendo son personajes
redondos.
Doña Jimena Esposa Del Cid: es la esposa del Cid y pasa temiendo por la vida del
Cid en varias ocasiones pero aprende a no temer puesto que el Cid es un
campeador y entiende que así gana todo lo material que ellos poseen es un
personaje redondo.
Minaya (Álvar Fáñez): es un personaje con mucho valor y es la mano derecha del
Cid en las batallas es un gran bellator y estratega en el campo de batalla lo más
importante del era que el Cid le confió a su Familia.
Martín Antolinez, Muño Gustioz y Bermúdez: son los tres caballeros del Cid que
luchan el duelo triple al final de la obra los tres salen victoriosos y llegan con la
buena noticia asía Valencia par el Cid.
9.- Hechos:
a) Principales:
El tema principal del Cantar es la recuperación del honor perdido del caballero
de Vivar, honor que pierde en dos ocasiones. La primera, al ser acusado por sus
enemigos ante el rey de haberse quedado con parte de los tributos hecho que le
acarrea el destierro. La segunda, tras la afrenta sufrida por sus dos hijas que
son apaleadas y abandonadas por los infantes de Carrión.
b) Secundarios:
11.-Tema Central:
El Cantar de Mio Cid se diferencia de la épica francesa en la ausencia de
elementos sobrenaturales, la mesura con la que se conduce su héroe y relativa
verosimilitud de sus hazañas.
Además está muy presente la condición de ascenso social mediante las armas que
se producía en las tierras fronterizas con los dominios musulmanes (lo cual
supone un argumento decisivo de que no pudo componerse en 1140, pues en esa
época no se daba ese "espíritu de frontera" y el consiguiente ascenso social de los
caballeros infanzones de frontera).
El propio Cid, siendo solo un infanzón (esto es, un hidalgo de la categoría social
menos elevada, comparada con condes, potestades y ricos hombres, rango al que
pertenecen los infantes de Carrión) logra sobreponerse a su humilde condición
social dentro de la nobleza, alcanzando por su esfuerzo prestigio y riquezas
(honra) y finalmente un señorío hereditario (Valencia) y no en tenencia como
vasallo real. Por tanto se puede decir que el verdadero tema es el ascenso de la
honra del héroe, que al final es señor de vasallos y crea su propia Casa o linaje
con solar en Valencia, comparable a los condes y ricos hombres.
Más aún, el enlace de sus hijas con príncipes del reino de Navarra y del reino de
Aragón, indica que su dignidad es casi real, pues el señorío de Valencia surge
como una novedad en el panorama del S. XIII y podría equipararse a los reinos
cristianos, aunque, eso sí, el Cid del poema nunca deja de reconocerse él mismo
como vasallo del monarca castellano, si bien latía el título de Emperador, tanto
para los dos Alfonsos implicados como para lo que fue su origen en los reyes
leoneses, investidos de la dignidad imperial.
De cualquier modo, el linaje del Cid emparenta con el de los reyes cristianos y,
como dice el poema: "hoy los reyes de España sus parientes son / a todos crece la
honra por el que en buen hora nació", de modo que no solo su casa emparenta
con reyes, sino que estos se ven más honrados y gozan de mayor prestigio por ser
descendientes del mismísimo Cid
El poema tiene un gran valor histórico, porque gran parte de los personajes y
hechos que nos muestra están atestiguados históricamente.
Pero la intensa exaltación priva al texto de cierta imparcialidad y exactitud que,
por otra parte, no era lo que pretendía el autor.
El realismo es otro de los valores añadidos al Poema. Las batallas, los lugares
geográficos citados, las costumbres, vestidos y comida, aparecen descritos con
fidelidad
EL POEMA DEL MIO CID" debió ser escrito alrededor de 1140, fecha en la cual
doña Blanca de Navarra, bisnieta del Cid, se casa con el rey Sancho.
El autor de este singular poema no se conoce, aunque se cree que pudo haber sido
un juglar mozárabe de la región de Medinaceli.
tiene no sólo como hombre valiente y luchador sino también por su lealtad, su
valor, su iniciativa y su constancia y habilidad tanto en la guerra como en la paz.
Como el mismo libro lo llama Mío Cid, Mío que quiere decir señor y eso es lo que
es un gran señor, transparente en sus decisiones e impulsador de hazañas y
escaramuzas.
FIGURAS LITERARIAS
Hiperbatón
Aun todos estos duelos en gozo se tornaran.
Aún todos estos duelos se tornaran en gozo.
Antitesis
Aún todos estos duelos - en gozo se tornaran.
Interrogación
¿Cid, dos son vuestros esfuerzos?
Onomatopeya
Del ruido de los tambores.
La tierra se va a quebrar.
El poema se inicia con el destierro del Cid, primer motivo de deshonra, tras haber
sido acusado de robo. Este deshonor supone también el ser desposeído de sus
heredades o posesiones en Vivar y privado de la patria potestad de su familia.
Pero paradójicamente, con ello se produce la nueva caída de la honra del Cid,
debido al ultraje de los infantes a las hijas del Cid, que son vejadas, malheridas y
abandonadas en el robledal de Corpes.
Este hecho supone según el derecho medival el repudio de facto de estas por parte
de los de Carrión. Por ello el Cid decide alegar la nulidad de estos matrimonios
en un juicio presidido por el rey, donde además los infantes de Carrión queden
infamados públicamente y apartados de los privilegios que antes detentaban como
miembros del séquito real. Por contra, las hijas del Cid conciertan matrimonios
con reyes de España, llegando al máximo ascenso social posible.
Estructura externa
Los editores del texto, desde la edición de Menéndez Pidal de 1913, lo han
dividido en tres cantares. Podría reflejar las tres sesiones en que el autor
considera conveniente que el juglar recite la gesta. Parece confirmarlo así el texto
al separar una parte de otra con las palabras: "aquís conpieça la gesta de mio
Çid el de Bivar" (v. 1085), y otra más adelante cuando dice: "Las coplas deste
cantar aquís van acabando" (v. 2776).
Primer cantar. Cantar del destierro (vv. 1-1086). El Cid ha sido desterrado de
Castilla. Debe abandonar a su esposa e hijas, e inicia una campaña militar
acompañado de sus fieles en tierras no cristianas, enviando un presente al rey
tras cada victoria para conseguir el favor real.
El cantar del Mio Cid trata de las vivencias de Rodrigo Díaz de Vivar, conocido
también como el Cid campeador, cuyas hazañas -legendarias por lo demás-
contra los musulmanes han adquirido fama mundial. El cuerpo de la narración,
en su estructura original, está organizado en tres partes o cantares, los cuales
representan en sí mismos tres instancias y/o momentos de acción: El Destierro,
Las Bodas de las Hijas del Cid, La Afrenta de Corpes. .
En un principio, El Destierro, el Cid es enviado por el rey Alfonso a cobrar las
parias que pagaba el rey moro de Sevilla. Producto de la cizaña de su enemigo, el
conde García Ordóñez, el Cid es acusado de guardarse para sí parte de las parias
sevillanas recaudadas; el rey Alfonso, creyendo en la falsa acusación, lo
destierra. En su camino al destierro, y luego de despedirse de su esposa y de sus
hijas (Doña Jimena, Doña Elvira y Doña Sol respectivamente) cae sobre Costejón
de Henares y sobre Alcocer (camino a Calatayud), sometiendo a los moros de la
zona, en donde gana abundantes riquezas. Envía el Cid a Minaya a Castilla con
obsequios para Alfonso y otros dones para Doña Jimena. .
El Destierro es el cantar de las acciones de armas en donde queda de manifiesto
que la intención del Campeador no es enfrentarse a su Rey, ni siquiera ante la
negativa de implícita de éste de no desistir de su decisión.
En el cantar segundo, o el de Las Bodas de las Hijas del Cid, se llega al cenit del
éxito militar, cuando el Cid logra apoderarse de Valencia. Envía nuevamente
presentes al rey Alfonso, junto con la petición de permitirle a su familia irse a
vivir al nuevo territorio conquistado; el Rey, ya maravillado con los dones, acepta
la petición. Los trofeos enviados por el Cid despiertan en dos infantes de Carrión,
pertenecientes a la familia de Vani-Gómez, una gran envidia y con esto el deseo
de aquellos de casarse con las hijas del Cid, con el fin de disfrutar de las riquezas
del padre.
El rey de Marruecos, Yúcef, intenta apoderarse de Valencia, pero es derrotado.
Del botín obtenido en esta victoria, Díaz de Vivar envía un tercer presente al rey,
quien se encuentra en Valladolid, nueva residencia de los Vani-Gómez. El tercer
donativo, mucho más fastuoso que los anteriores, suscita reacciones diversas: por
un lado, la admiración del Rey; por otro, aviva la codicia de los infantes de
Carrión. Los infantes piden al Rey que intervenga ante la petición de matrimonio
con las hijas del Cid. Alfonso accede y a través de Minaya cita al Cid a unas
vistas para perdonarle el destierro y arreglar las bodas. Con recelo el
Campeador asiste a dichas vistas en la región de Toledo y, tras perdonar
públicamente el destierro, el rey propone la celebración de las bodas de los
infantes con Doña Elvira y Doña Sol. Díaz de Vivar acata la decisión de su Rey y
regresa con los infantes a Valencia, en donde se da paso a la celebración de los
matrimonios. .
El cantar tercero o La Afrenta de Corpes refleja al Cid en la plenitud de su poder.
Es esencialmente el desenlace literario. Los infantes dan muestras de su gran
cobardía en dos incidentes: uno de carácter público, en la batalla contra el rey
Búcar de Marruecos quien venía a recuperar Valencia; otro de carácter privado y
doméstico con un león. Ante la exposición a las burlas generalizadas, los infantes
deciden vengarse; ansían afrentar al Cid en sus hijas, fingiendo un viaje con ellas
a sus propiedades en Carrión. Ante la partida, el Cid les dona a estos dinero en
abundancia y sus dos espadas, Colada y Tizón, además de pedirle al primo de las
muchachas, Félez Muñoz, que las acompañe. Camino a su viaje, en el robledo de
Corpes, los infantes llevan a cabo su plan: simulando intenciones amorosas, se
quedan rezagados en el camino para luego azotar y maltratar a las hijas del Cid
hasta dejarlas casi muertas y abandonándolas a su suerte. Salvadas por su primo,
y con ayuda de Alvar Fáñez, son llevadas hasta su padre quien comienza a clamar
por justicia ante el Rey. La corte del rey, reunida e Toledo, le da el favor al
campeador; además, se acoge la petición del Cid de que la deshonra sea resuelta
en duelo en las tierras de Carrión, triunfando éste finalmente. Así recupera su
honra, sus bienes, sus espadas y logra compensar la afronta hecha a él y a sus
hijas, quienes son pedidas en matrimonio por dos infantes herederos del trono de
Navarra y Aragón. El cantar finaliza con la boda de Doña Sol y Doña Elvira, con
la mediación del rey Alfonso. .
Claro está que los tres cantares integran la totalidad de la obra. Sin embargo,
esta organización conjunta y ordenada no implica necesariamente una
homogeneidad de las formas y fondos; no se duda del carácter unitario de la
obra, sino que se afirma la existencia de diferencias en su composición que dejan
aún espacio para la duda y la discusión interpretativa. Estructuralmente, existe
una clara diferenciación de los tres cantares; pareciese ser que el texto, en su
carácter unitario, refleja un proceso evolutivo proporcional al tratamiento de las
temáticas; en este sentido, cabe destacar que tanto el segundo como el tercer
cantar son más extensos, siendo el último el que posee un tratamiento más
exhaustivo del motivo central, sin que esto signifique una inclusión de más
temáticas.
La lectura en una primera instancia podría determinar que el móvil de la obra es
el enfrentamiento del Cid con los enemigos moros, entendiendo que el contexto
histórico-geográfico en el cual se desarrolla el cantar es el de la Reconquista de
la Península Ibérica emprendida, como proceso, en el Siglo VIII, sin negar la tesis
del enfrentamiento cultural inserta en la obra, que queda de manifiesto con la
estrecha relación y vinculación con los reinos orientales hispánicos, tanto árabes
como cristianos, aparece una segunda línea interpretativa ligada al motivo
interno del personaje, motivo que trasciende los hechos específicos. No obstante,
lo uno no es excluyente de lo otro. .
La literatura heroica precisa de personajes idóneos, que sumen virtudes de todos
los órdenes, aunque la virtud por excelencia del héroe épico sea esa mesura con
que aparece dibujado el Cid desde las primeras tiradas del cantar. La mesura
implica un dominio total del ánimo, hasta el punto que, cuando es necesario,
puede postergarse la venganza o dejarse en manos de quien ha de administrarla,
como vemos en la Afrenta de Corpes, las cortes de Toledo y los posteriores
duelos. En definitiva, Rodrigo Díaz de Vivar suma todas las virtudes posibles
dentro de su poema, al dibujársele como el mejor de los padres, un esposo
amantísimo y ejemplar, el vasallo ideal por haber sido fiel aun monarca que lo
había apartado de sí por la ira que habían alimentado los enemigos del Cid y,
claro es, un devotísimo cristiano. Esta última dimensión de la obra, la religiosa,
no debe soslayarse en ningún caso, no solo por la importancia que la fe tiene en
la literatura heroica en general sino también por el énfasis explicito de esta esfera
en toda la obra -ante esto, un buen ejemplo resulta ser, en el segundo cantar, la
presencia del ángel Gabriel como mensajero de la ventura que espera al Cid,
actuando a su vez como consejero y recomendándole el camino de la mesura-.
Aunque en el cantar hay moros buenos y malos, un claro espíritu de cruzada
recorre sus versos, lo que respalda aquella tesis expuesta con anterioridad
referida al enfrentamiento de dos mundos. A lo largo del poema, es posible
distinguir la existencia de dos realidades paralelas que, a su vez, generan
distintas formas de coexistencia. Avengalvón, rey de Zaragoza y amigo del Cid
refleja una de ellas: el establecimiento de formas pacíficas de relacionarse. Al
contrario de, la presencia de Búcar, rey de Marruecos, representa el espíritu de
cruzada, capaz de darle mayor realce al valor moral y religioso del héroe Vivar.
19.- Ilustraciones
“Año de la Consolidación Democrática”
Asignación
de
Comunicación Integral
Tema
De:
Profesor:
Mollendo
2006