Está en la página 1de 2

Mauro Luengo Ramírez

Práctica 2: «Una gota».

El relato Una gota de Dino Buzzati, que me dispongo a analizar, plantea una serie de
recursos muy interesantes a la hora de plantear el tiempo.
La gran baza del relato es el uso del tiempo y como juega con este para crear en
el lector la impresión que pretende. «Una gota» cuenta la historia de un edificio de
apartamentos en el que una gota ha empezado a subir en lugar de bajar, y este hecho
inaudito está aterrorizando a la comunidad. Lo interesante aquí es el juego de puntos de
vista y de formas de narrar que, pese a pasar desapercibidos o parecer arbitrarios, están
meticulosamente dispuestos para provocar una reacción concreta en el lector y, de esta
forma, crear un giro inesperado al final. El relato comienza con una digresión del
elemento central del relato, la gota: «Sube de escalón en escalón, a diferencia de las
otras gotas que caen perpendicularmente». A continuación, pasa a plantear una escena
que narra el descubrimiento de la gota («—Señora —susurró—. ¡Señora! —¿Qué pasa?
—dijo la patrona sobresaltada—. ¿Qué sucede?») y justo después presentar una elipsis
que cuenta la reacción general de los residentes al enterarse de la noticia: «En los días
sucesivos, la noticia se difundió lentamente, de familia en familia». Pese a que también
se plantean analepsis, lo que crea un contexto más rico en detalles, pero también
contribuye a distraer al lector haciendo que se haga más y más preguntas sobre hacia
dónde quiere llegar el relato: «La descubrió una noche, tarde, cuando ya todos nos
habíamos ido a dormir».
Por su parte, el narrador parece ser autodiegético al decir «Otros (yo, por
ejemplo, que estoy en el sexto piso) todavía tenemos motivos de inquietud.», pero en
varias ocasiones cambia a ser el mismo autor quien nos habla directamente, e incluso
rompe la cuarta pared en varias ocasiones. Primero, justo al principio, lanzando una
pregunta inocente al aire: «Una gota de agua sube los peldaños de la escalera. ¿La
oyes?», y más adelante, al final del relato, pasa a dirigirse únicamente al lector
planteándole preguntas y haciendo suposiciones sobre este: «O acaso insistirían: ¿Será
una alegoría? ¿Tal vez se habrá querido con eso simbolizar la muerte? ¿O algún
peligro?».
En el plano de la inventio se mantiene el sentimiento de extrañeza, tanto al
analizar como al leer el relato, y es que «Una gota» está escrito de forma que a lo largo
de su lectura un lector atento irá haciendo suposiciones y conjeturas basadas en la forma
en la que está escrito el propio relato. De esta forma, el final, aparte de desbaratar todas
las ideas planteadas por el lector, sirve como giro final de forma inesperada, rompiendo
todas las expectativas, solo es una gota que sube en lugar de caer. A tenor de la inventio,
también se puede comentar que el simbolismo con la gota también contribuye a causar
confusión en el lector, ya que no es un elemento que suela estar asociado con el terror;
lo que, de nuevo, nos lleva a preguntarnos si, en caso de ser una creación propia del
autor (como parece ser el caso), ¿a qué simbolismo responde?
Sobre la dispositio, solo destaca el uso de la anáfora con el uso reiterado de «O»
a lo largo de las preguntas finales. Además de ciertas digresiones con excesivos juicios
de valor, «adultos, refinados, sensibilísimos» en contraposición con «una joven criadita,
escuálida, pequeña e ignorante criatura», que nos llevan de nuevo a preguntarnos si
realmente no hay un mensaje detrás de estas.
En lo que se refiere a la elocutio, plantea el mismo juego al presentar un cuadro
que no acaba de encajar, una gota que desobedece las leyes de la física como elemento
que provoca terror. Pero es bastante tradicional en su estructura, al sorprender con un
giro justo al final. Destaca, eso sí, que el giro no se lleva a cabo dentro de la narración,
sino al romper las expectativas creadas en el lector, en una extensa resolución de
supuestas hipótesis que podrían haberse generado en torno a la historia de la gota que,
no deja lugar a dudas, es exactamente lo que se ha descrito, algo tan extraño a tantos
niveles que «por eso mismo es que da miedo».

También podría gustarte