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El Tunel: Sábato entre el psicoanálisis y

el policial
Leido 2550 veces - 22 de Septiembre de 2013 11:48

REALIDAD, FICCIÓN E IMAGINACIÓN

Ernesto Sábato es el autor que Nora Blok de Pecchia eligió para sus próximas
entregas en el espacio de Realidad, ficción e imaginación en B2000. En El Túnel,
el escritor teje una trama psicoanalítica y policial que atrapa al lector en la
oscuridad del personaje principal del relato. En las próximas entregas, Sobre
Héroes y Tumbas y Abadón, el exterminador.

Como en el juego de ajedrez, todos los movimientos propios y ajenos son


trabajados desde la pena y la rabia que –supuestamente- corren hacia la nada y
sin poder sortear el borde de la claudicación en medio de itinerarios caprichosos,
algunas veces. En un contexto determinado: comenzaba a despuntar el
psicoanálisis en la Argentina.

El autor recoge el guante y produce una historia en dos líneas: psicoanalítica y


policial con una trama, donde los misterios perviven con una singularidad
implacable.

Un cuadro (“Maternidad”) unirá a los protagonistas de la primera novela de


Ernesto Sábato, autor argentino, de longeva existencia. Así, Juan Pablo Castel y
María Iribarne, en una relación, con ausencia de erotismo, urdirán situaciones en
las que aparecen algunas características personales de Sábato.

Una de ellas, por ejemplo, está dada en el cuadro. Su fuerte relación con la madre
será la coartada para comenzar a desarrollar un problema complicado, no sujeto a
la simplificación y con numerosos senderos laterales imposibles de obviar.

La sorpresa se suma como insoslayable pista a desentrañar en esos laberintos, en


que se instala el protagonista y nos instala sin permisos para lograr entender esos
vericuetos. Obligados a estimar en una lectura que nos apela incesantemente con
varios “creo haber dicho” y otras frases semejantes nos somete a la duda de si
hemos leído como debiéramos.

Hay particularidades en Juan Pablo Castel (según los estudiosos de Sábato) que
ambos comparten: detesta “los grupos, las sectas, las cofradías, los gremios y, en
general, esos conjuntos de bichos que se reúnen por razones de profesión, de
gusto o de manía semejante”.
Cuando Castel nombra a Allende, por ejemplo, (marido de María) utiliza –también-
la palabra “bicho” como personaje y con un tono despectivo. Curiosamente,
nombrarlo de esa manera lleva implícita la antipatía a los ciegos que ambos
sienten (Castel y Sábato).

No es, sin embargo, el único argentinismo que a lo largo de la novela aparece.


Son numerosos y proceden, en la mayoría de los casos, de expresiones
conversacionales no lunfardas. Todas colaboran en comprender al personaje
principal.

En efecto, el comienzo poco usual nos presenta a Juan Pablo Castel con el relato
confesional, desde la cárcel, de su crimen, presuntamente pasional. La víctima:
María Iribarne.

De él sabemos mucho por el monólogo (uso de la primera persona) que despliega.

Un hombre sin creencias religiosas. No le interesa el destino del hombre después


de la muerte. Y sí evidencia una imperiosa necesidad de comprensión. Un
neurótico que enuncia: ”(…) cuando me pongo nervioso las ideas se me suceden
como un vertiginoso ballet; a pesar de lo cual, o quizá por eso mismo he ido
acostumbrándome a gobernarlas y ordenarlas rigurosamente; de otro modo no
tardaría en volverme loco”. “Un hombre condenado a permanecer ajeno a la vida
de cualquier mujer”.

De ella (María) solo conocemos lo que él nos quiere mostrar. De todas maneras,
el narrador subraya su misterio y su impenetrabilidad. Deja vía libre al lector para
imaginársela. Casada con Allende, “alto, delgado y ciego” se sintió “perturbada”
por Juan Pablo Castel.

Los lugares seleccionados para encontrarse Pablo y María son índices de algunas
lecturas posibles. Cada sitio –en definitiva- les permite transparentar los altibajos
en la relación de la pareja.

La variable tiempo, por su parte, es subrayada a lo largo del relato con distintos
matices. Precisamente, el tiempo para Juan Pablo Castel es “oscuro y tumultuoso
y a veces extrañamente calmo”. Un tiempo que pareciera funcionar como túneles
paralelos en los que ambos vivieron hasta el encuentro frente al cuadro. Una
ilusión que sostienen por diferentes razones.

Sin embargo, esos túneles paralelos facilitarán y obstruirán los encuentros puesto
que para Juan Pablo, en algunos momentos, se le ocurrirán que son de vidrio y
que le permiten visualizar a María como él pretende. Solitario y triste enunciará:
”en todo caso había un túnel oscuro y solitario: el mío”.

Es una novela intrincada. Nada fácil de leer, pues exige no dejar nada al azar para
una adecuada interpretación, nos encontramos –también- con la descripción de
otros personajes que contribuyen a “ilustrar” sobre determinados tipos sociales de
nuestro país.

Como por ejemplo, Hunter quien desarrolla una teoría sobre la novela policial que
se incorpora como sátira, en ese modo irónico y con tendencia a ridiculizar
conductas y situaciones, que definía al autor y que se notan por los cambios de
narrador que realiza. En el caso de Mimí Allende, nos dirá: “una mujer flaca que
fumaba con una boquilla larguísima que empuñaba como una batuta. Tenía un
acento parisiense…” particularidades que no le son gratas: ese afán de prestigiar
por razones de moda un idioma (el francés, en este caso) y un afán de mandar,
dadas por las palabras “empuñar y batuta”.

De regreso a la pareja protagonista, notamos que en esos encuentros y


desencuentros que producen llega un momento en que María deja de ser “la
ventanita” del cuadro (la madre) y que Castel comienza a observarla como una
más del género y entiende que por no ser perfecta no encontrará en ella la
salvación.

El muro de vidrio que, en determinadas situaciones Castel coloca se quiebra y ahí


comienza una suerte de seguridad en él. Se sumerge en un clima con tintes
policiales y con velocidad se dirige hacia la estancia con un objetivo: matarla. Lo
hace. Regresa a Buenos Aires, le confiesa a Allende su crimen. Allende despide a
Juan Pablo Castel con una palabra: ”insensato”. Palabra que resuena en el lector
porque se busca la razón del crimen o se pretende arribar a una conclusión: la
mató sin sentido, como manifestara Allende.
El después es “una caverna negra” que podemos interpretar como el vacío total
que ha invadido a Juan Pablo Castel. Su aislamiento es absoluto. Ya no están las
piezas del ajedrez, solo la celda como un túnel hermético, es decir, su yo. Un yo
incapaz de relacionarse, de comunicarse con otros y que puede uno llegar a
comprender, desde el análisis de los tres sueños que se narran en la historia.

Elementos de novela policíaca en El Túnel, de Ernesto Sábato


La denominada ‘novela policiaca’ tiene como fundamento estructural un acontecimiento
trascendental, usualmente un crimen, a partir del cual se desenvuelve la trama de la mano de un
detective o investigador que por medio de unos indicios –falsos o ciertos-, va develando los hilos
recónditos que condujeron a ese hecho –en sentido inverso como se produjeron- hasta dar con el
autor del hecho motivo de investigación.
La esencia de la novela policiaca es precisamente ese proceso de investigación. El ensayista
mexicano Alfonso Reyes dice al respecto:
“En la policial todo conflicto me deleita porque enriquece la investigación.”[1]
Y más adelante agrega:
“En la novela policial, al contrario, una muerte es bienvenida, porque da mayor relieve al problema.
Descansa el corazón y trabaja la cabeza como con un enigma lógico o una charada, como con un
caso de ajedrez. Pero el trabajo no es tan intenso que fatigue, y además sabemos que, por regla,
nos van a dar la solución en el último capítulo; de suerte que podemos ser un tanto pasivos si nos
place, y graduar nosotros mismos la atención y la energía mental que deseamos gastar.”[2]
Así, se puede considerar que los criterios estructurales mediante los cuales se organiza y
funciona la novela policial tradicional son los siguientes: el crimen, el desconocimiento de la
identidad del asesino, el proceso de investigación, la intriga in crescendo.
Sin embargo, existen variables estructurales y una de ellas consiste en invertir el proceso, esto
es, en comenzar por el final. En el caso del crimen, se da a conocer de entrada al asesino. Es lo
que sucede en El túnel, de Ernesto Sábato. Desde las primeras de cambio el lector es enterado de
quién es el asesino.
“Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el
proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesita mayores explicaciones sobre mi
persona.”[3]
Además, también sabemos de entrada que Juan Pablo Castel está preso y que ya fue
procesado y condenado. Así que el proceso de investigación ya se adelantó. Quedan, entonces,
descartadas estas posibilidades. Así las cosas, el lector deberá buscar otro camino. Son los
detalles, las motivaciones profundas del asesino para llevar a cabo el crimen, y los factores que
entraron en juego en la relación entre los personajes que intervienen en el cruento suceso...

[1] .- REYES, Alfonso. Prosa y poesía. Madrid: Ediciones Cátedra, 1984.


[2] .- Ibidem.
[3] .- SÁBATO, Ernesto. El túnel. Bogotá: Casa Editorial El Tiempo, 2002, p. 7.

“ El túnel ” de Ernesto Sábato.


 Elementos policiales.
 Análisis de los sueños. Relacionar con el surrealismo.
 Relación con el autor.
 Temas y subtemas.
 Personalidad del protagonista.
 María y los personajes restantes.
 La comunicación.
 Elementos literarios.
 Hay un enigma que es saber si María tiene otros amantes. Castel es el detective que a través de su
razonamiento trata de descubrir la verdad usando los indicios que ella y otros personajes le dan no
intencionalmente.

También hay un crimen pero esto esta narrado en el desenlace de la novela y ya es conocido
el asesino, lo que no se sabe es la causa de dicho acto.
El método mas usado por Juan Pablo es el de las hipótesis, es decir, pensar en las distintas
alternativas, descartando las que no son probables para quedarse con la mas cercana a la
realidad.

 El surrealismo es un movimiento artístico con ausencia de todo control ejercido por la razón y de toda
preocupación por la estética y moral.

Hay influencia surrealista en la manera en la que se narran los hechos, de una manera
informal. A veces no los ordena cronológicamente.
Pareciese ser una narración espontánea, no se preocupa por hacerla perfecta. “No, ahora que
recuerdo, eso me lo preguntó después que bajamos.” Página 101
En relación a los sueños, el que correspondería a este movimiento sería el primero, acerca de
él convirtiéndose en un pájaro.

 El protagonista al igual que el autor de esta novela era pintor, apasionado, pesimista por haber sufrido
a lo largo de su vida, estaba preocupado por las características del hombre y la sociedad actual, estuvo
tentado por el suicidio, entre otras características.

 Los temas principales de la novela son el amor, la desesperanza, la soledad y la


incomunicación entre personas. Además del existencialismo y el reflejo de los peligros de la
abstracción del mundo contemporáneo.
*El amor se encuentra distorsionado, es un sentimiento que Castel tiene, pero lo enfoca de
manera distinta pensando que es la única meta o salvación del horrible mundo al que se
enfrenta. Este amor debe ser puro, “amor verdadero” (pagina 74), siendo lo que en realidad
busca la forma de comunicarse con María.
Quiere que ella sienta como el. Y en algunos casos consiguen sentir lo mismo, o como el diría
“estar en el mismo túnel”.
Un ejemplo de estas “conexiones” es cuando tratan el tema de la ventana de su cuadro. “La
recuerdo constantemente” Pagina 29
Estas palabras las dice María y para Castel resultan muy importantes.
*La desesperanza surge por la desilusion de seguir viviendo lo mismo con las mismas gentes.
Piensa que todos los individuos son vanidosos y frívolos, y por lo tanto, no quiere compartir
esa vulgaridad.
“...el presente me parece tan horrible como el pasado...” Pagina 7.
“...el mundo es horrible, es una verdad que no necesita confirmación” Pagina 8.
La verdadera imagen de la desesperanza se ve ilustrada en la imagen de la ventanita.
*La soledad esta manifestada cuando Castel habla del túnel en el que se encuentra. Juan
Pablo se siente solo, incluso con la figura de María a su lado.
Se siente solo, cree que la vida van conducidas en túneles, y cada persona tiene su
propio túnel. Cuenta que María y el esperaban ese momento de unión, pero niega el
sentido diciendo que nunca estuvieron unidos, sino que a veces la pared que le separaba de
María era de vidrio y otras veces de piedra, dando a conocer así el porque de los cambios de
sentimientos hacia María.
*La incomunicación entre personas: este tema va acompañado de la soledad.
Se ve reflejado cuando dice que los túneles nunca se llegan a juntar.
“... en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío...” Pagina 150
Los individuos no llegan a conectarse en su totalidad. Creen verse reflejados en túneles
ajenos pero en verdad son destellos de la realidad distorsionada que pueden
formar a su gusto.
Entre los temas secundarios podemos encontrar la verdad y los celos.
*La verdad siempre esta impresa en todo.
Es Castel el que cuenta los hechos y debido a sus desequilibrios se puede encontrar una
realidad igualmente desequilibrada. Castel se interesa por la verdad, es una parte mas que él
exige al amor, siendo esta pura y clara.
*Los celos se concretan en el personaje de Juan Pablo. El siempre analiza las situaciones y
eso le lleva a desarrollar una mente perturbadora que imagina lo que quiere. Imagina a su
gusto para causarse dolor ante la idea de que su amada no se permita a si misma estar con
el. “Pense que alrededor de María existían muchas sombras” Pagina 51

 Juan Pablo Castel: pintor, los críticos describen sus obras como sólidas.
Odia a los críticos, alegando que son estúpidos que no deberían valorar nada.
No le gustan las asociaciones de personas , grupos, etc., ni la humanidad en si.
El intenta comunicarse claramente con alguien, y busca el amor absoluto, el verdadero. Cree
haberlo encontrado cuando una joven se fija en una pequeña ventana que el había pintado
dejándose llevar por sus sentimientos y sabe que cuando la mujer miro la ventana sintió lo que
el sentía. Mas tarde la conoce, desarrolla su amor hacia ella y se siente “feliz”. Pero Juan
Pablo no tiene un espíritu alegre. Es destructivo, obsesivo, incluso se podría decir que tiene
una actitud psicópata. Cegado de celos, de malestar y de inquietud, mata a María. La furia se
había desatado desde que Allende, el ciego, entrega la carta que cuenta lo que María siente
por Castel. Todo se tuerce. María huye escondiéndose en la estancia y Juan Pablo empieza a
ser lo que el mas odia. Bebe, va de bar en bar, la policía lo detiene y lleva a una prostituta a su
taller. En realidad la prostituta es la que le desvela el odio que siente hacia María. Ella, en un
momento de placer físico tuvo un gesto similar al de la prostituta, lo cual quería decir que
María era capaz de mentir, fingir. Castel analiza cada palabra, cada gesto. Es un ser
desesperanzado, incomunicativo y obsesivo. Eso le lleva al dolor y a la soledad. Egoísta,
piensa que el es único, nadie existe en su realidad. No se para a conocer nada, su mente
maquina destrucción , intenta llegar a María, hacerla sufrir para después sentir satisfacción en
lo oscuro de sus acciones. Termina encerrándose en su túnel, oscuro y solitario. “…casi
siempre, termino por encerrarme en mí mismo y no abrir la boca.” Página 15. En su agujero
impenetrable. Escribe el relato motivado por un sentimiento de vanidad y para que el lector se
ponga de su lado, además de ser una justificación de sus acciones “…me anima la débil
esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. Aunque sea una sola persona” página
11. Utiliza esta confesión como una especie de catarsis para canalizar su culpa.

 Maria Iribarne Hunter: joven de la que se enamora Castel. Son personajes similares, María busca
comunicarse con una persona pero no lo lleva a puntos tan extremos como Castel. Ella no analiza
conversaciones, pero intenta desconcertar (como una niña pequeña) para conseguir mas admiración y
amor de los que la rodean. Castel dice que existen muchas sombras en la vida de María, pero nunca se
sabe si es cierto o no. María ama a su marido, lo cuida y siente especial cariño por el. Ella al igual que
Castel, lo había idealizado desde el momento en que vio la ventanita. Termina queriéndolo, pero no de
manera frenética como el. Hay muchas dudas que quedan abiertas en la vida de ella, porque no solía
responder con precisión a los interrogatorios de el. Juan Pablo pretendía que ella fuese pura, que jamas
se hubiese rebajado a ser frívola ni hipócrita, pero para acabar con tantas dudas acaba matándola.

Hunter: primo de María. El es dueño de la estancia a la que María suele retirarse. Es Castel
quien lo describe en todo momento, le acusa de ser imbécil, mujeriego, cínico y sinvergüenza.
El narrador distorsiona la realidad guiado por celos. Cree, no, esta seguro de que Hunter
mantiene una aventura con María y debe acabar con la mentira, concluyendo así con
cualquier otra posibilidad de comunicación. “...era alto, moreno, mas bien flaco, pero de
mirada escurridiza” Pagina 99
El y Mimí son gente frívola, hipócrita y superficial. Hunter se muestra violento en la escena en
la que después de la llegada de Castel a la estancia, el y María se van a pasear. Cuando
vuelven, Castel se encuentra a un Hunter agitado, celoso (así lo cree el) y mas tarde cuando
Castel sube a su habitación oye una pequeña discusión entre Hunter y María.
Mimí: mujer con aire parisino, prima de Hunter. Flaca, malvada y miope.
Ella piensa ser mujer culta puesto que conoce y cita novelas policiacas, rusas y las
critica como cual experto. Es insolente e hipócrita , se dedica a crear un malestar irritante
entre los personajes. Castel no la soporta.
Allende: marido ciego de María. Alto, flaco, de hermosa cabeza. A Castel no le hace ninguna
gracia. “...debo confesar ahora que los ciegos no me gustan nada y que siento delante de ellos
una impresión semejante a la que me producen algunos animales, fríos, húmedos y
silenciosos, como las víboras.” Pagina 55
Cuando Castel acude a casa de María a recoger la carta nombra a Allende como pariente de
María (Iribarne) y Allende, con intuición, bruscamente contesta a Castel explicándole que el es
marido de María. Parecía que Allende desde el principio supiese con quien trataba. El sabia
que Juan Pablo amaba desesperadamente a su mujer.

 María y Castel se comunicaban principalmente por carta y por teléfono. Juan Pablo se expresaba
mediante la pintura.

 Estructura.
*La novela consta de treinta y nueve capítulos.
El narrador es en primera persona y nos cuenta los hechos después de que hayan
sucedido.
*Capítulos 1 al 2: hace una presentación de el mismo. Cuenta que esta en la cárcel
por el asesinato de María Iribarne y se detiene a explicar el horrible odio que siente
hacia la humanidad.
*Capítulos 3 al 8: como conoce a María, como la idealiza, como mantiene la primera
conversación con ella y también cuenta otra serie de temas que se apartan de la historia, ya
que vaga en su mente reconstruyendo el crimen.
*Capítulos 9 al 11: explica como fluye el amor entre los personajes pero en el capitulo 12 se
tuercen las cosas. Castel conoce al marido ciego de María.
*Capitulo 12 en adelante: comienzan las dudas, los celos y lo que Castel considera
mentiras. Pasa un día en la estancia del primo de María. El estar con seres tan hipocritas
como su primo y Mimi atenúa las gana de acabar con la vida de su amada.
Termina matando a María y entregándose a la policía.
Espacio.
En esta novela aparecen varios espacios, pero la verdadera historia siempre se desarrolla
dentro de la mente del autor.
El primer espacio que aparece es la cárcel y la exposición de arte, pero el primer
espacio abierto que aparece es la calle junto al edificio de la Compania T. Allí
Castel contesta de forma brusca al color de las mejillas de María.
Para mantener sus absurdos interrogatorios suelen ir a la Plaza de San Martín
y a la Recoleta.
El taller de Castel es un lugar importante en la novela. Allí es donde suena cosas que le hacen
distorsionar mas la realidad.
En los cabarets del Cafetín del bajo es donde mantiene relación con las copas y las
prostitutas.
Y el lugar clave de la novela es la estancia “Los Ombues” , donde se refugia María .
Allí siente que debe matar a María, allí la acaba matando.
Tiempo.
El tiempo en el que se desarrolla la acción no se sabe, ya que el protagonista nos
cuenta los hechos ya ocurridos. Aproximadamente el tiempo abarcara unos seis meses. La
época es la actual, el libro fue escrito en 1984, en el siglo XX.
Juan Pablo da importancia al tiempo cuando no esta cerca de su amada María.
Entonces es cuando comienza a pensar en los días que pasan, las semanas, y eso
acentúa sus ganas de poseerla.
Ya Castel en la cárcel narra la historia, pero no habla de los meses que han pasado.
En realidad nunca se detiene a analizar el tiempo, sino, lo trata como una parte mas que debe
superar para estar con María.
Narrador
El relato es en primera persona y lo lleva Castel desde la cárcel. Depende todo de su punto de
vista. Debido a los desequilibrios de Castel, este reconstruye una realidad también
desequilibrada.
En la novela se pueden encontrar muchos puntos en los que el narrador hace incisos
sin darse cuenta y muestra opiniones y comentarios. Un ejemplo es la explicación del
odio que siente hacia los críticos.
Y repetidamente nombra a los lectores, sobre todo en la parte inicial del relato.
“...el que quiera dejar de leer esta narración en este punto no tiene mas que
hacerlo...” Pagina 16
Intenta también decirnos en muchas ocasiones que tratara de relatar todo
imparcialmente, cosa que no puede cumplir.
“Tratare de relatar todo imparcialmente...” Pagina 12
El narrador utiliza el monologo en primera persona , pasado y en presente.
Lenguaje y estilo.
En la novela abundan los tres tipos de discurso: narración, descripción y dialogo.
*Los diálogos son usuales entre Castel y María:
“- No las queme porque fueran comprometedoras, sino porque eran tristes.
Me deprimían.
- Porque te deprimían?
- No se...Richard era un hombre depresivo. Se parecía mucho a vos.
- Estuviste enamorada de el?
- Por favor...
- Por favor que?
- Pero no, Juan Pablo. Tenes cada idea...
- No veo que sea descabellada. Se enamora, te escribe cartas tan tremendas que juzgas
mejor quemarlas, se suicida y pensas que mi idea es descabellada Por que?
- Porque a pesar de todo nunca estuve enamorada de el.
- Porque no?
- No se, verdaderamente. Quizá porque no era mi tipo.
- Dijiste que se parecía a mi.
- Por Dios, quise decir que se parecía a vos en cierto sentido, pero no que fuera
idéntico. Era un hombre incapaz de crear nada, era destructivo, tenia una inteligencia mortal,
era un nihilista. Algo así como tu parte negativa.” Pagina 81
Es el discurso que predomina en la novela. La lleva Castel en primera persona.
“Me sentía bastante tonto: de ninguna manera era esa mi forma de ser. Hice una gran
esfuerzo mental: acaso yo no razonaba? Por el contrario, mi cerebro estaba constantemente
razonando como una maquina de calcular, por ejemplo en esta misma historia, no me había
pasado meses razonando y barajando hipótesis y clasificándolas? Y, en cierto modo, no había
encontrado a María al fin, gracias a mi capacidad lógica? Sentí que estaba cerca de la verdad,
muy cerca, y tuve miedo de perderla: hice un enorme esfuerzo.” Pagina 40
Castel utiliza la descripción cuando hay cambios de espacio.
“Abrió la puerta un mucamo que debía de ser polaco o algo por el estilo y cuando di mi
nombre me hizo pasar a una salita llena de libros: las paredes estaban cubiertas de estantes
hasta el techo, pero también había montones de libros encima de dos mesitas y hasta de un
sillón. Me llamo la atención el tamaño excesivo de muchos volúmenes.” Pagina 51.
Lenguaje que utiliza el autor no es complejo, pero hay que saber llevarlo.
Explico, puedes llegar a perderte, pero no por la complejidad del lenguaje, sino por el orden en
si de las palabras. Mas coloquial que culto, pero la localización del relato (Argentina) hace
pensar que es culto en diálogos por el nombramiento del usted y la
conjugación de verbos como: queres, tenes, etc.
No existe un registro especial en la forma en la que se expresan, hablan de forma coloquial.
La repetición: en muchas ocasiones se dirige al lector, también repite que intentara relatar la
historia imparcialmente.
“Tratare de relatar todo imparcialmente...” Pagina 12
La comparación entre personajes: Castel se compara con la vulgar humanidad diciendo que
el nunca será como ellos.
“Diré antes que nada, que detesto los grupos, las sectas, las cofradías, los gremios y, en
general, esos conjuntos de bichos que se reúnen por razones de profesión, de gusto o de
manía semejante. Esos conglomerados tienen una cantidad de atributos grotescos: la
repetición del tipo, la jerga, la vanidad de creerse superiores al resto” Pagina 16
“Hunter y Mimí eran unos hipócritas y unos frívolos, la parte mas superficial de mi alma se
alegró, porque veía de ese modo que no había competencia posible en Hunter” Pagina 110
1. Introducción
Elegí el tema de la Psicología del personaje por el hecho de que en este personaje se da de modo atípico a la
de otros, pero desarrollare en especial el tema de la ira en el mismo. Tema el cual se encuentra incluido en
la personalidad del personaje, el cual es comparado con personajes de escritores brillantes como se señala
en el siguiente párrafo:
"Horror psicológico que Poe, Maupassant o Bierce habrían comprendido y admirado"
Carter Brook Jones escritor del Washington Star.
Esta personalidad tan dramática, calculadora y cambiante; tiene un poco de los problemas de la sociedad de
esa época 1, como se aprecia en la siguiente extracción en la que Sábato afirma esto:
"En este desorden, en este perpetuo reemplazo de jerarquías y valores, de culturas y razas. ¿Qué es lo
argentino?,¿Cuál es la realidad que han de develar nuestros escritos?."
Entonces podemos decir que Castel asume algunos rasgos de la personalidad de la gente de esa época. La
cual por un lado es participe de la crisis en la que se encuentra la civilización occidental; y por otro, sufre su
propia catástrofe de convivir con la violencia como una realidad diaria.
También podemos notar en el protagonista una actitud cambiante. En la que podemos ver que al comienzo se
trata de un pintor que enloqueció debido a al imposibilidad de comunicarse, incluso con la mujer que había
llegado a comprenderlo. Pero esto toma diferente rumbo cuando aparecen los celos en él, tanto a nivel físico
como psíquico.
El autor argumenta este cambio en la personalidad de su personaje de la siguiente manera:
"... Los seres humanos no pueden representar nunca las angustias metafísicas al estado de puras ideas, sino
que lo hacen encarnándolas... Las ideas metafísica se convierten así en problemas psicológicos, la soledad
metafísica se transforma en el aislamiento de un hombre concreto en una ciudad determinada, la
desesperación metafísica se transforma en celos, y la novela o relato que estaba destinado a ilustrar aquel
problema termina siendo el relato de una pasión y de un crimen"
Entonces podemos decir que la soledad de Castel se transforma en aislamiento, y la desesperación del
mismo terminara tornándose en celos. Y es por eso el giro que sufre la novela.
Por lo tanto podemos decir que el personaje adquiere a lo largo de la novela alguna de las
siguientes actitudes o sentimientos: La desesperanza, la incomunicación, la soledad, la obsesión, el amor, los
celos, la ira, la paranoia, la muerte, etc.
1 1948: Fin de la 2° guerra mundial, inicio de la guerra fría , lanzamiento del Plan Marshall
Pero deseo desarrollar el tema de la ira porque se va dando en el protagonista de forma parcial, y es este
sufrimiento junto con otros más que traen como consecuencia el asesinato de Maria.
Lo desarrollaré tomando en cuenta el crecimiento progresivo de este sentimiento en el personaje, mediante
ejemplos, análisis de los mismo, etc.
2. Desarrollo
En esta sección del trabajo desarrollare el tema de la "ira" en el personaje Juan Pablo Castel de la novela "El
túnel" de Ernesto Sabato.
Para comenzar debemos saber de que estamos hablando, así que por lo tanto definiré a la "ira" según
el diccionario:
"Ira: Irritación y enfado muy violento, con perdida del dominio de sí mismo"
También podemos extraer otra definición del libro de "Psicología General" de Maria C. Davini, el cual afirma lo
siguiente:
"La ira es una forma de indignación súbita que se manifiesta en una crisis emocional. Queda en ella
suspendida la acción de ataque físico hacia el adversario, se inhiben el pensamiento y el lenguaje,
apareciendo el tartamudeo, ronquera, etc.
Raramente toma forma de violencia activa hacia el otro; generalmente se interrumpe en insultos y
gesticulaciones ofensivas. A veces llega a una violencia atenuada como una bofetada.... Algunos sujetos
amplían su agresión verbal deseando la muerte de su adversario..."
Si tomamos esta afirmación como cierta veremos que en la novela el protagonista adquiere varias veces esta
actitud. Llegando a dañar tanto físicamente, como emocionalmente a la persona contra la que descarga este
sentimiento.
Una de las primeras ocasiones en la Castel asume esta actitud es cuando se encuentra en la Plaza Recoleta
con Maria y de una conversación surge el siguiente extracto:
(Maria)"-¿Por qué todo ha de tener un respuesta? No hablemos de mí: hablemos de vos, de tus trabajos, de
sus preocupaciones. Pensé constantemente en tu pintura, en lo que me dijiste en la plaza San Martín. Quiero
saber qué hacés ahora, qué pensás, si has pintado o no.
-No -le respondí-. No es de mí que deseo hablar: deseo hablar de nosotros dos, necesito saber si me querés.
Nada más que eso: saber si me querés.
No respondió. Desesperado por el silencio y por la oscuridad que no me permitía adivinar sus pensamientos a
través de sus ojos, encendí un fósforo. Ella dio vuelta la cara con mi otra mano y la obligué a mirarme: estaba
llorando silenciosamente" Pág. 103
Aquí Castel se desespera ante la actitud de Maria de esquivar sus preguntas sobre la estancia y de porque lo
dejo solo. Y es por eso que toma la actitud de contestar mal a la pregunta de su acompañante. Y es allí
cuando Maria reacciona mal e irrumpe en llanto.
Es en esa misma conversación que mantuvieron en aquella plaza en donde vuelve a sentir un disgusto Castel,
pero en esta ocasión reacciona de forma diferente:
(Castel)"-¿Por qué te vas?
-Temo que vos no me entiendas.
Me dio rabia.
-¿Cómo? Te pregunto algo que para mi es cosa de vida o muerte, en vez de responderme sonreís y además
te enojas. Claro que es para no entenderte." Pág. 104
Esta ves Juan Pablo reacciona de una forma distinta a la anterior, aquí le responde de una forma irónica a lo
que le dice Maria.
Más adelante cuando el protagonista relata algunos encuentros con Maria podemos ver como ante la
desesperación que tenia lastimaba algunas veces a su amante:
"Otros días, en cambio, mi reacción era positiva y brutal: me echaba sobre ella, le agarraba los brazos como
con tenazas, se los retorcía y le clavaba la mirada en sus ojos, tratando de forzarle garantías de amor, de
verdadero amor." Pág. 107
Aquí se ve como Juan Pablo trata de una forma desesperada de sacar alguna confesión Maria sobre el amor
que tenia hacia él. Ya que él dudaba de esto, como se lo describe en esta extracción:
"Con esta actitud solo lograba aumentar mis dudas acerca de la naturaleza de su amor, puesto que yo me
preguntaba si ella no habría estado haciendo la comedia y entonces poder ella argüir que el vinculo físico era
pernicioso y de ese modo evitarlo en el futuro; siendo la verdad que lo detestaba desde el comienzo y, por lo
tanto, que era fingido su placer. Naturalmente sobrevenían otras peleas y era inútil que ella tratara de
convencerme: solo conseguía enloquecerme con nuevas y más sutiles dudas, y así recomenzaban nuevos y
mas complicados interrogatorios." Pág. 108
Aquí se describe como se creaban dudas sobre el amor que sentía Maria por él, y como Castel a causa de
esto la sometía a interrogatorios ,o mantenían discusiones o peleas.
Anteriormente Castel comenta como los momentos gratos en su relación eran los que menos habían, por sus
tantas peleas y discusiones:
"Claro que pagábamos cruelmente esos instantes (refiriéndose a los buenos), porque todo lo que sucedía
después parecía grosero o torpe. Cualquier cosa que hiciéramos (hablar, tomar café) era doloroso, pues
señalaba hasta qué punto eran fugaces esos instantes de comunidad." Pág. 108
Luego la ira en las discusiones que mantenían fue aumentando, tal vez por el dolor que le causaba Maria a
Juan Pablo, y este dolor hacia que el le tenga más rencor por el sufrimiento que le causaba:
"Un día la discusión fue más violenta que de costumbre y llegue a gritarle puta. Maria quedo muda y
paralizada. Luego, lentamente, en silencio, fue vestirse detrás del biombo de las modelos; y cuando yo,
después de luchar entre mi odio y mi arrepentimiento, corrí a pedirle perdón, vi que su rostro estaba
empapado en lagrimas. No supe que hacer: la bese tiernamente en los ojos, le pedí perdón con humildad,
llore ante ella, me acuse de ser un monstruo cruel, injusto y vengativo"Pág. 109
La ira de Castel, en esta ocasión, llego a que insultara a Maria. La cual reacciona de forma similar a aquella
ocasión antes mencionada en la Plaza Recoleta. Juan Pablo al ver el daño causado se arrepiente de lo que
hizo y le pide perdón. Entonces al analizar este fragmento podemos ver como el descontrol se apodera del
personaje , haciéndolo decir cosas de las cuales después se arrepiente.
En otra de las ocasiones su enojo se desata contra una persona desconocida para él, es el caso del correo:
"La gente comenzaba a protestar ruidosamente. La cara de la solterona temblaba de rabia. Con verdadera
repugnancia, sentí que todo mi odio se concentraba en el lunar.
-Yo le puedo probar que soy la persona que ha mandado la carta –repetí, mostrándole unos papeles
personales.
-No grite, que soy sorda –volvió a decir-. Yo no puedo tomar semejante decisión.
-Consulte al jefe, entonces." Pág. 147
Aquí, la rabia del protagonista se centra en un objeto, como ser el lunar de la empleada del correo.
Convirtiendo el odio en repugnancia y desprecio, y luego gritándole. Castel en esta ocasión se encuentra
fuera de si y no se da cuenta de que levanto la vos, debido al odio que posee en su interior en ese momento.
Más adelante el odio de Castel hacia la empleada se acrecienta:
"-¡Mándela usted así y váyase al infierno! –le grité, mientras me iba
Salí del correo con un animo de mil diablos y hasta pensé si, volviendo a la ventanilla, podría incendiar de
alguna manera el cesto de las cartas.¿Pero cómo?¿arrojando un fósforo? Era fácil que se apagara en el
camino. Echando previamente un chorrito de nafta, el efecto seria seguro; pero eso complicaba las cosas. De
todos modos, pensé esperar la salida del personal de turno e insultar a la solterona." Pág. 148
El protagonista lleno de furia manda al infierno a la recepcionista. Y totalmente descontrolado hasta desea y
planea la muerte de la empleada del correo. Y luego al ver frustrado su plan por ser casi imposible decide
esperarla hasta que salga. Luego cuando sus ánimos se encuentran mucho más calmados decide irse ya que
no lograría nada con eso.
Y aquí vemos otra ves como la ira lo invade y llega a pensar en cosas fuera de control, y luego cuando esta
más calmado vuelve en si y se da cuenta de que no tiene sentido lo que iba a hacer.
Mas adelante en la novela el personaje expresa un disgusto pero totalmente sin fundamento, y dirigidos en
parte a Maria y a él:
"EL día fue execrable.
Salí de mi taller furiosamente. A pesar de que la vería al día siguiente, estaba desconsolado y sentía un odio
sordo e impreciso. Ahora creo que era contra mí mismo , porque en el fondo sabía que mis crueles insultos no
tenían fundamento. Pero me daba rabia que ella no se defendiera, y su voz dolorida y humilde, lejos de
aplacarme, me enardecía más." Pág. 151
El personaje comenta que su día no fue bueno por lo tanto es de obviar el estado de humor del mismo. Pero
el odio que sentía no se encuentra bien definido hacia quien es, porque en un principio dice que era hacia si
mismo, pero también lo enfurecía que Maria no se halla defendido, de ninguna forma de las acusaciones a las
que él la había sometido.
En ese mismo día la ira se volvió a presentar, pero en esta ocasión vuelve a tomar control del personaje:
"Estábamos en la cama, cuando de pronto cruzó por mi cabeza una idea tremenda: la expresión de la rumana
se parecía a una expresión que alguna vez había observado en Maria.
-¡Puta! – grité enloquecido, apartándome con asco-.¡Claro que es una puta!.
La rumana se incorporó como una víbora y me mordió el brazo hasta hacerlo sangrar. Pensaba que me
refería a ella. Lleno de desprecio a la humanidad entera y de odio, la saqué a puntapiés de mi taller y le dije
que la mataría como a un perro si no se iba en seguida. Se fue gritando insultos a pesar de la cantidad
de dinero que le arrojé detrás."Pág. 151
La ira en esta ocasión se apodera de los dos individuos que se encuentran en la escena. Por un lado en Juan
Pablo aparece al darse cuenta que los gestos de Maria y la prostituta eran los mismos, y en la desesperación
de su hallazgo grita "puta"; y luego esta ira cambia de rumbo ya que siente odio y desprecio hacia la rumana
que le ha mordido el brazo, para luego sacarla a puntapiés de su estudio.
Y en la prostituta vemos que la ira aparece al escuchar lo que le grita Castel, y entender que se refería a ella ,
y es por eso que lo ataca y le muerde el brazo, y luego cuando se esta saliendo del estudio, lo insulta hasta
irse.
Luego dado el hallazgo que realizo Castel el odio hacia Maria se vuelve permanente:
"-¡Puta, puta, puta! – grité saltando de la bañera.
Mi cerebro funcionaba ya con la lúcida ferocidad de los mejores días: vi nítidamente que era preciso terminar y
que no debía dejarme embaucar una vez más por su voz dolorida y su espíritu de comediante." Pág. 152
Aquí el protagonista ve aclaradas las dudas que tenia hacia Maria acerca de sus sentimientos, y al darse
cuenta de esto, siente la necesidad de terminar todo y de no dejarse persuadir por Maria.
Pero el encuentro en donde pasaría esto se ve frustrado y el personaje pierde el control nuevamente:
"Desgraciadamente, Maria me fallo una vez más. A las cinco y media, alarmado, enloquecido, volví a llamarla
por teléfono. Me dijeron que se había vuelto repentinamente a la estancia. Sin advertir lo que hacia, le grité a
la mucama:
-¡Pero si habíamos quedado en vernos a las cinco!
-Yo no sé nada, señor- me respondió algo asustada-. La señora salió en auto hace un rato y dijo que se
quedaría allá una semana por lo menos."Pág. 156
Castel se descontrola al escuchar que se encuentro con Maria seria imposible, y sin darse cuenta le grita
pidiendo explicaciones a la mucama.
El dolor que le causa esta noticia lleva a que Castel quiera destruir todo vinculo con esa persona:
"Pero había algo que quería destruir sin dejar siquiera rastros. Lo miré por última vez, sentí que la garganta se
me contraía dolorosamente, pero no vacilé: a través de mis lagrimas vi confusamente cómo caía en pedazos
aquella playa, aquella remota mujer ansiosa, aquella espera."Pág. 157
Por lo tanto Juan Pablo destruye aquella pintura que lo vinculaba con aquella persona que había llegado a
comprenderlo. Es aquí donde el autor demuestra el fin del vinculo entre Maria y su personaje, y el comienzo
de la ira del personaje hacia Maria, y por consecuencia el descontrol del mismo.
El personaje cierra totalmente s corazón a toda emoción, al encontrarse lleno de ira:
"Después de un inmenso tiempo de mares y túneles, bajaron por la escalinata. Cuando los vi del brazo, sentí
que mi corazón se hacia duro y frió como un pedazo de hielo."Pág. 161
Luego Castel tomado totalmente por ese sentimiento, mata a Maria:
"Temblando empuñe el cuchillo y abrí la puerta. Y cuando ella me miró con sus ojos alucinados, yo estaba de
pie, en el vano de la puerta. Me acerque a su cama y cuando estuve a su lado, me dijo tristemente:
-¿ Qué vas a hacer, Juan Pablo?
Poniendo mi mano izquierda sobre sus cabellos, le respondí:
-Tengo que matarte, Maria. Me has dejado solo."Pág. 163
En este momento culminante de la novela Castel ya no siente más nada hacia Maria, y lo único que desea es
vengar los males causados por es mujer. Y aunque ella trata de persuadirlo con su mirada, el se encuentra
totalmente cerrado hacia ella. Y es en ese momento en donde él le dice que lo ha dejado solo, ya que para él,
Maria era la única persona que lo había comprendido; y como antes ya habíamos mencionado aquí él vuelve
ha mencionar la ruptura de la relación.
Y la termina matando porque sus dudas, antes mencionadas, respecto de Maria se encuentran contestadas y
es esta respuesta la que crea un inmenso dolor en él, y encuentra como forma de alivio a todo esto el matarla
y terminar con todo el martirio y dolor causado por este ser.
Y de esta forma ya se encuentra totalmente desvinculado a esta relación y ya no hay nada que se la recuerde.
Y a partir de este momento podemos notar un nuevo cambio en el personaje, el cual se encuentra mucho más
tranquilo y vuelto en si, ósea sin ira.
Y podemos decir que el personaje vuelve a lo que era en un principio de la novela, y sentir de la misma forma:
solo.
3. Conclusión
Luego de todo este análisis puedo decir que este personaje atípico, la ira se fue dando de forma parcial en un
principio tan solo levantando la voz frente a una discusión, para que al final termine cometiendo una atrocidad
tan grande como ser el asesinato.
Y es este personaje tan culto, calculador, brillante, etc; el que pasa de ser un pintor solitario, a convertirse en
un asesino lleno de furia y de hambre de venganza. Pero este cambio se va dando de forma parcial y leve en
el personaje. Lo cual me pareció una de las mejores cosas de esta novela, porque se explica perfecta y
sencillamente este traspaso de una mentalidad a otra totalmente diferente.
También me gusto los diferentes mensajes que da Sábato en esta novela tal vez un poco pesimistas, pero en
alguno de ellos considero que tiene razón.
Además el hecho de mostrar una psicología tan complicada de una forma tan fácil.
Y me parece que en esta obra Sábato creo una de las mejores novela corta de los últimos tiempos
en Latinoamérica.
Y es por eso que debo decir como ultima reflexión que la novela me pareció muy buena, ya que muestra a la
mente de las personas desde otra perspectiva que la común, la pesimista, y da a ver como la obsesión, el
amor, la soledad y la desesperación transforman a una persona en un asesino.
4. Biografía del autor
Ernesto Sábato: novelista y ensayista argentino, cuya obra se caracteriza por un profundo contenido
intelectual sobre la difícil separación entre las nociones del bien y del mal, y por un estilo brillante e
inquietante. Nació en Rojas (Buenos Aires) en el seno de una familia de inmigrantes italianos.
Estudió Física y Matemáticas en la Universidad de La Plata; después de doctorarse en 1938, viajó a París
para trabajar en los laboratorios Joliot-Curie. Entró en contacto con el surrealismo, experiencia trascendente
en su vida ya que decidió adentrarse en los territorios más oscuros del arte apoyándose en el lenguaje del
inconsciente y en los métodos del psicoanálisis. Regresó a Argentina en 1940 como profesor de la
Universidad Nacional de Buenos Aires. En 1945 publicó unos artículos en el periódico La Nación atacando el
régimen de Perón, por lo que se vio forzado a abandonar la enseñanza. Estuvo retirado durante un año y el
resultado fue el libro Uno y el universo (1945), una colección de artículos políticos, filosóficos en los que
censuraba la moral neutral de la ciencia heredada del siglo XIX. Esta desconfianza en la ciencia le llevó a
investigar sobre las posibilidades que ofrecería la literatura para analizar problemas existenciales, y el fruto
fue la novela El túnel (1948) en la que el narrador describe una historia de amor y muerte en la que muestra la
soledad del individuo contemporáneo. A Sábato le interesa reflexionar sobre la locura, comprender el motivo
por el cual el protagonista mata a la mujer que ama y que es única vía de salvación. La obra tuvo una gran
aceptación y sirvió para calificar a su autor como una inquietante y original personalidad literaria. Sobre
héroes y tumbas (1961), considerada la mejor novela argentina del siglo XX, fue su siguiente obra y consagró
a Sábato como escritor universal. En ella quiso indagar "las verdades últimas (y muchas veces atroces) que
hay en el subsuelo del hombre"; vertió sus obsesiones personales en una clara introspección autobiográfica
en medio de las reflexiones sobre la historia argentina; todo a lo largo de la obra se va haciendo negativo,
pesimista, sin salida. La novela muestra a los últimos representantes de una familia oligárquica venida a
menos, en la que se intercala la historia de los seguidores del general Lavalle que una vez derrotados llevaron
el cuerpo muerto de su jefe al exilio; en un tercer plano argumental pero vertebrador de la estructura del libro e
imprescindible para el conocimiento del personaje central, Fernando, está el 'Informe para ciegos' que a veces
se ha publicado como pieza autónoma, una pesadilla que sufre Fernando culpabilizándose por un incesto
cometido y que lleva al autor a introducirse en los abismos infernales más perturbadores, combinando
elementos tomados del surrealismo, Nietzsche, Jung y Freud. Aún siguió reflexionando sobre las posibilidades
de la novela en Abaddón, el exterminador (1974) de corte autobiográfico más acusado, con una estructura
narrativa aparentemente fragmentario, y de argumento apocalíptico en el cual las potencias maléficas rigen
el universo y es inútil la resistencia. Su compromiso civil, en defensa de la democracia y del respeto a
los derechos humanos, se muestra en ensayos como El otro rostro del peronismo, El caso Sábato, Torturas
y libertad de prensa, Carta abierta al general Aramburu (1956), La cultura en la encrucijada nacional (1976);
en 1985 presidió la Comisión Nacional que publicó el informe Nunca más sobre la represión llevada a cabo en
Argentina por los gobiernos militares desde 1976 a 1983. Toda su reflexión sobre la literatura y especialmente
sobre la novela la ha plasmado en ensayos tan significativos como El escritor y sus fantasmas (1963) y
Aproximación a la literatura de nuestro tiempo: Robbe-Grillet, Borges, Sartre (1968). Sábato ha recibido el
nombramiento de Caballero de la Legión de Honor de Francia en 1979, y el Premio Miguel de Cervantes en
1984. Desde hace años, la pérdida progresiva de la vista le ha alejado de la escritura, aunque ha descubierto
la pintura y a ella dedica gran parte de su tiempo.
5. Bibliografía
-"El túnel" de Ernesto Sábato. Ediciones Cátedra - 1994
-"Diccionario Enciclopédico Ilustrado".Ediciones Clarín – 1997
-"Psicología General" de Maria C. Davini. Editorial Kapeluz – 1998
-"El Gran Libro Del Siglo". Ediciones Clarín – 1998

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos14/el-tunel/el-tunel.shtml#ixzz3uFQzRSAZ

Sobre la novela (11). Ernesto Sabato y el policial lógico-


matemático

Jorge Luis Borges (1899-1986) opinaba en una entrevista de 1975 que el género policial
"es ingenioso pero sin vida. Yo creo que ese desdén se debe al carácter artificial que
tiene la narrativa policial. Los artificios del género son pocos y el lector los puede
agotar con cierta facilidad". Sin embargo, cautivado por el orden y el rigor racional que
requiere el género, Borges había ligado la ficción policial con el discurso filosófico en
algunos relatos de su libro "Ficciones" en 1944, dando comienzo a la corriente
metafísica en la narración detectivesca al incluir en sus tramas meditaciones sobre la
esencia del hombre, los límites del conocimiento y las fronteras entre realidad y
ficción. Al respecto, Ernesto Sabato (1911-2011) señaló en su libro de ensayos "Uno y el
universo" de 1945: "A Borges le gusta confundir al lector: uno cree estar leyendo un
relato policial y de pronto se encuentra con Dios o con el falso Basílides". En la
legendaria revista "Sur", Borges reseñaba las últimas publicaciones del género y
hablaba de la "avara economía en los medios", la "primacía del cómo sobre el quién",
del "pudor de la muerte" y de la "necesidad y maravilla en la solución". Fue en esa
misma revista -en su nº 228 correspondiente a Mayo-Junio de 1954- que se comentó la
aparición de "Heterodoxia", la reunión de ensayos de Sabato entre los que incluía una
teoría sobre el género policial. En ella, el autor de "El túnel" discrepaba con la
desarrollada por el crítico literario francés Roger Caillois (1913-1978) en lo referente a
su evolución e intentaba vincular el género policial clásico con la filosofía de Gottfried
Leibniz (1646-1716).
A Sabato la novela policial le parecía un claro ejemplo de literatura-juego, esa clase de
literatura que pone el acento en el aliento estético en desmedro del aliento metafísico,
ya que convierte "una multitud de hechos incoherentes en un riguroso esquema lógico-
matemático". No obstante ello, su novela "El túnel" presentó claros elementos
distintivos del género: la revelación de un asesinato, las causales y la descripción del
crimen. Lo novedoso fue que el desenlace queda descubierto desde las líneas iniciales,
lo que no disminuye el interés que suscita la trama. Sabato evita el suspenso como
elemento de atracción y hace hincapié en la soledad del protagonista, con lo que, de
alguna manera, invierte la estructura tradicional de la novela policial. En esta novela
también aprovechó para observar con ironía a la novela policial clásica, a la novela-
problema. En uno de sus pasajes, una mujer que la defiende dice: "Son la única clase
de novelas que puedo leer ahora, te diré, me encantan. Todo tan complicado y
detectives tan maravillosos que saben de todo: sobre la época de Ming, grafología,
teoría de Einstein, baseball, arqueología, quiromancia, economía política, estadística
de la cría de conejos en la India. Y después son tan infalibles que da gusto". Y, por
medio de otro personaje, cuestiona la excesiva producción de novelas policiales
clásicas al hacerle decir: "La novela policial representa en el siglo XX lo que la novela
de caballería en la época de Cervantes. Más todavía, creo que podría hacerse algo
equivalente a Don Quijote: una sátira de la novela policial. Imaginen ustedes un
individuo que se ha pasado la vida leyendo novelas policiales y que ha llegado a la
locura de creer que el mundo funciona como una novela de Nicholas Blake o de Ellery
Queen. Imaginen que ese pobre tipo se larga finalmente a descubrir crímenes y a
proceder en la vida real como procede un detective en una de esas novelas. Creo que se
podría hacer algo divertido, trágico, simbólico, satírico y hermoso".
Dada la importancia que se le atribuye a la influencia de la novela policial en esta obra
-la historia de un crimen pasional, la relación entre sus protagonistas y cómo el asesino
fue haciéndose a la idea de cometer el homicidio- resulta esclarecedora la acotación
que hiciera el narrador y crítico literario argentino Enrique Anderson Imbert (1910-
2000) en su clásica "Historia de la literatura hispanoamericana": "En 'El túnel' el
mundo aparece visto desde los ojos de un 'yo' desligado, casi pura subjetividad". Y
añade: "La confesión (del asesino) interesa, no por el crimen, sino porque cada palabra
es símbolo de su proceso de locura y su locura símbolo de una metafísica desesperada".
Lo que sigue a continuación son varios fragmentos tomados de distintos ensayos en los
que Sabato se refirió a la novela policial.

ESQUEMA LOGICO-MATEMATICO Y GEOMETRIZACION EN LA NOVELA


POLICIAL

De Leibniz a Poe. El lenguaje de la vida y de la literatura no obedece a leyes rígidas,


porque su objetivo no es decir verdades sino lograr victorias. Se cambian a cada
instante las modalidades del juego, como en el póker, para tomar desprevenido al
adversario, para engañarlo con recursos inesperados. El lenguaje de la ciencia es el
lenguaje de la verdad. El de la vida y de la literatura es el lenguaje de la mentira. Para
Leibniz no existen en el universo hechos brutos ni casualidades: todo tiene su razón se
ser, y si muchas veces no la alcanzamos es porque nos parecemos a Dios pero no lo
suficiente. De todos modos, el ideal del conocimiento humano es el de ir reduciendo la
masa caótica de las verdades de hecho al orden divino de las verdades de razón. Los
físicos, que encajan el tumultuoso movimiento de una catarata en una fórmula
matemática, realizan en la tierra ese ideal leibniziano; el día en que los hombres
puedan calcular un odio o deducir un crimen, Leibniz por fin respirará tranquilo.
Mientras tanto, algunos escritores policiales tratan de calmarlo. Edgar Poe, aficionado
a las ciencias físico-matemáticas, inventó de golpe y en toda su perfección el género
policial estricto. Procede así: mediante una hipótesis, trata de hacer coherentes un
conjunto enigmático de hechos: un guante ensangrentado, un cadáver, una impresión
digital, un cigarrillo a medio fumar, una sonrisa; esa hipótesis debe explicar el crimen
mediante los hechos restantes, del mismo modo como un físico explica el estallido de
una estrella merced a las presiones, temperaturas y masas. Ese ejercicio es
estrictamente racional y aseado. Como corresponde a un temperamento platónico, el
caballero Auguste Dupin no es propenso a andar por los tejados, ni a disfrazarse, ni a
manejar el revólver: simplemente construye cadenas de silogismos. Su criminal podría
-y tal vez debería- ser designado por el símbolo 22akM-gamma. Hace bien Graham
Greene en calificar a sus novelas policiales de "entretenimientos". Pero no veo razón -
fuera de razones comerciales- para que se califiquen de policiales a novelas como "El
cartero llama dos veces". En tal caso, ¿por qué no calificar también de policial a
"Crimen y castigo"? Solamente en el caso en que el acento esté colocado sobre el juego,
el artificio, el pasatiempo. En general, nadie lo toma en serio: ni el literato que lo
fabrica -por algo se pone seudónimo- ni el editor que lo industrializa, ni el lector que lo
consume. Con razón esta literatura la leen los negociantes cansados que viajan en
avión.

Sobre la presunta jerarquía del género policial. La novela policial se


fundamenta en una hipótesis: significa establecer una rigurosa cadena causal que
termina en el crimen. El universo en que se mueven estos personajes está regido por
leyes inexorables, donde no hay lugar para el milagro: es un universo estrictamente
racional. Para que la novela cumpla con esta condición, se descartan deliberadamente
los elementos irracionales o demoníacos que no se puedan plegar al esquema. La
perfección del mecanismo implica la simplicidad de los personajes, del mismo modo
que un alfil no es capaz de actitudes imprevistas o problemas de conciencia. Y por
supuesto que ningún alfil posee conciencia: su voluntad es en realidad la del jugador
que pone la mano sobre él. En la novela corriente, el acento está colocado sobre la
verdad, sobre el drama, sobre lo humano; en la narración policial (estricta), está puesto
sobre el juego, sobre el artificio. La investigación del enigma es un pasatiempo, y tiene
ni más ni menos jerarquía que un problema de ajedrez o una ingeniosa charada. Por
eso no hay en este tipo de literatura drama auténtico, aunque abunde lo más dramático
de la vida, que es la muerte. Los personajes parecen disfrazados o actores que, en
cuanto terminen con su trabajo del día, irán juntos -criminales y detectives- a tomar
una copa al bar más cercano. Ahora bien: muchos autores se resisten a admitir esta
jerarquía subalterna y entonces nos señalan la riqueza psicológica de tal novela o la
excelente descripción de un poniente en tal otra. Ninguna de las instituciones
académicas que cuidan la pureza del género tolera la inclusión de un elemento que al
final no tenga su exacta posición en el rompecabezas; destinado a confundir al lector,
sería condenado como un deshonesto recurso. Así, ningún autor respetable incluirá un
guante con manchas de sangre o un hermoso paisaje que no tengan que ver con el
crimen. Es cierto que el guante ensangrentado es más grosero y que ni siquiera tiene el
merito literario del paisaje. Pero lógicamente, ambos constituyen elementos ajenos, y
¿por qué ha de ser repudiable un guante gratuito y no lo ha de ser un paisaje
igualmente gratuito, aunque sea hermoso? ¿Estamos tratando de descubrir un crimen
o de extasiarnos ante la belleza universal? A menos que ese poniente tenga su razón de
ser -en el sentido leibniziano de la expresión-, no hay argumento alguno que permita
tolerar semejante contingencia. Aparte de que una buena descripción de la naturaleza
puede ser tan despistadora para el lector como un guante ensangrentado, en cuyo caso
es de una deshonestidad ya directamente vergonzosa. En una narración policial
estricta todos y cada uno de los elementos que aparecen deben tener una rigurosa y
determinada relación con el enigma que se investiga: desde la forma de una carpeta de
mesa hasta un bello poniente. Como este grandioso programa es utópico, toda novela
policial es fatalmente imperfecta. De acuerdo. Pero al menos que sus autores no nos
vengan a invocar sus imperfecciones como muestra de su jerarquía literaria.

Acerca de los brillantes detectives. El género policial estricto, desde sus orígenes,
buscó la originalidad y la sorpresa. Una de las paradojas que inauguró fue la de
prescindir de la policía; quiero decir, la de reemplazar un cuerpo profesional atacado
de perenne idiotez por brillantes aficionados que descubren los enigmas más
intrincados entre dos estudios de arte chino o dos partidas de bridge. Así comenzaron a
desfilar "maîtres" retirados, como Hermes Theocopullos; rentistas melómanos y
einstenianos, como Philo Vance; caballeros geniales, como Sherlock Holmes. Que yo
sepa, la reducción al absurdo de esta raza fue lograda por dos escritores argentinos -
Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares-, al inventar a don Isidro Parodi, detective
aficionado que resuelve las charadas criminales encerrado en su celda de la
Penitenciaría Nacional. Parodi resulta así la réplica exacta del astrónomo puro
Leverrier, que enclaustrado en su cuarto de matemático, mediante el razonamiento
puro, descubre un nuevo planeta. La raíz de este fenómeno debe buscarse en la esencia
racionalista y leibniziana del género policial estricto. No habría sido verosímil
encomendar los complicados procesos lógicos a un cuerpo tan reconocidamente tonto
como el cuerpo policial, que si bien ha producido campeones de box no ha dado jamás
un filósofo de cierto renombre. Nada impide, en cambio, que esos sagaces detectives se
encuentren fuera, entre rentistas refinados o profesores de ciencias. Estos aficionados
deben estar dotados de una genial lucidez, apta para distinguir la trama racional
debajo del confuso caos de la realidad, las "verdades de la razón" debajo de las
"verdades de los hechos". De modo que hasta don Isidro, con su matecito azul y su
cucheta, resulta un modesto simulacro de Dios leibniziano: encerrado entre las cuatro
paredes de su celda, realiza una discreta y suburbana versión de la "característica
universal". Pero el género nació de la noble necesidad de racionalizar y asombrar, lo
que lo impulsa a una constante renovación de recetas. Y así como al comienzo el
criminal era el individuo menos sospechoso y luego fue menester abandonar esa
ingenua variante porque no puede asombrar más que una sola vez; del mismo modo se
trató de inyectar una curiosa originalidad haciendo que los crímenes los descubra la
policía: el bondadoso comisario Maigret, de Simenon, o el inspector Buhle, de Peyrou.
Claro que ya no es el torpe funcionario de antes sino un policía que sólo es concebible
después del género policial, después de este viaje de ida y vuelta hasta el reino de la
logística. Este detective de Peyrou no golpea ni tortura: es tranquilo y eficaz; y ha
traído del amateurismo esa singular propensión a la cultura filosófica que llega
significativamente hasta la admiración por Leibniz. De este modo, al final de su
excéntrico periplo, la narración policial se acerca a la realidad, ya que, al fin de cuentas,
nunca se ha visto que un crimen verdadero haya sido descubierto por un golfista o un
crítico de arte; mal o bien -generalmente mal, generalmente no en forma científica
como quería Poe, generalmente con una mezcla de razonamientos y tumefacciones que
acercan el género más a la física que a la matemática pura- es siempre la policía quien
descubre los crímenes. No me parece malo que de vez en cuando también los novelistas
policiales reconozcan este moderado hecho.

Geometrización de la novela. "La muerte y la brújula" representa un caso extremo


de geometrización y es el legítimo descendiente de la novela científica inaugurada por
Poe. En ésta se procede así: hay un conjunto de hechos -cadáveres, guantes perdidos,
impresiones digitales, palabras, odios conocidos- que es necesario hacer coherente
mediante una hipótesis; esta hipótesis debe explicar el crimen mediante los hechos
restantes del mismo modo que un astrofísico intenta explicar el estallido de una
estrella mediante las presiones interiores, temperaturas, masas y fuerzas gravitatorias.
¿Qué significa explicar? Significa establecer una rigurosa cadena causal que termina en
el crimen. El universo en que se mueven estos personajes está regido por leyes
inexorables, donde no hay lugar para el milagro: es un universo estrictamente racional.
Para que la novela cumpla con esta condición, se descartan deliberadamente los
elementos irracionales o demoníacos que no se pueden plegar al esquema. Ciertos
sucesos en la serie de crímenes de "La muerte y la brújula" pueden parecer la obra de
un criminal maniático, y en cierto sentido es así; pero esa manía obedece a un canon
geométrico y la serie de actos demenciales obedece a un plan racional. Quizá para una
Inteligencia Divina, todo lo irracional que existe en nuestro mundo sea también
aparente. En este sentido, la novela policial científica presenta con claridad un
problema de vasta trascendencia y es algo así como su reducción al absurdo: ¿es
racional la realidad? La novela común sería así el reino de la contingencia y de las
verdades de hecho en tanto que esta clase de novela policial sería el reino de la
necesidad y de las verdades de la razón. El detective que convierte una multitud de
hechos incoherentes en un riguroso esquema lógico-matemático, realiza el ideal
leibniziano del conocimiento. Claro que faltaría saber si nuestro universo ha sido
hecho por un Autor con mentalidad parecida a la de Edgar Poe. En "La muerte y la
brújula" se da un paso más y la realidad se convierte en geometría. Los personajes son
títeres, pero no como consecuencia de un defecto de construcción sino, precisamente,
por su perfecto ajuste. La perfección del mecanismo implica la simplicidad de los
personajes, del mismo modo que un alfil no es capaz de actitudes imprevistas o
problemas de conciencia. Por encima de la psicología, Borges desenvuelve un problema
de lógica y geometría. El pistolero Red Scharlach odia al detective Erik Lönnrot y jura
matarlo. Este es el único elemento psicológico, pero es apenas el motor que pone en
marcha la maquinaria matemática. Como Borges, el criminal ama la simetría, el rigor
geométrico, el número, el silogismo; de manera que piensa y ejecuta un plan
matemático: el detective termina por hallarse en el punto prefijado de un rombo
trazado sobre la ciudad, y el pistolero lo mata como quien termina una demostración.
Si esta novela policial culmina en la geometría, es evidente que sus elementos ingresan
al propio tiempo en este reino de la intemporalidad. No hay razón para hablar de un
transcurso, no hay que confundir el tiempo que se tarda en hacer una demostración
con el tiempo intrínseco que puede existir en los elementos puestos en juego. Tampoco
se puede hablar de causalidad: en estas novelas policiales no existe ninguna causa de
ningún crimen, como la rectitud de un ángulo no es la causa de que el cuadrado de la
hipotenusa sea igual a la suma de los cuadrados de los catetos. En estas ficciones, como
en la geometría, hay implicación.
Conclusión. El resultado es el siguiente: la culminación de cierto género policial
conduce a la novela geométrica y por lo tanto a la eternidad. Cuando el lector lee y va
haciendo desfilar las hojas delante de sí, este museo de formas eternas y petrificadas
sufre un simulacro de tiempo, prestado por el que lee. Y cuando la lectura termina, las
sombras de la eternidad vuelven a posarse sobre sus criminales y policías.

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