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CARTAS AL DIRECTOR

Cd. Juárez, Chih., 02 de Julio de 1985.

SR. OSVALDO RDGUEZ BORUNDA


Director y Gerente Gral.
Diario de Juárez.

Muy estimando señor:

Me he decidido a escribir por primero ocasión, ya que me causó gran impacto la carta del SR.
ANTONIO MERAZ ZAMORA, publicada en esta sección el día 27 de presente, en la cual analiza
algunos aspectos de la economía nacional, en forma interesante desmenuza la muerte del peso
mexicano y hace pública su decisión de emigrar a los E.E.U.U. como él dice antes de que mi México
querido termine por hundirse por completo en la miseria arrastrando consigo a mis familia.
En lo personal no conozco al Sr. Meraz, pero respeto sus opiniones y más aún, su decisión de emigrar,
sin embargo no soy partícipe de sus apreciaciones, las cuales no son por cierto aisladas, ya que muchas
personas como él piensan que huyendo del país solucionarán sus problemas y los de sus hijos. No es al
Sr. Meráz en lo particular, sino a todas las personas que como él piensan a las que recomendaría que
antes de salid del país reflexionaran sobre lo siguientes:
Ciertamente no encontramos en una época de crisis, una crisis ya crónica que comenzó oprimiéndonos
los bolsillos y actualmente nos oprime el corazón. En nuestro ambiente se palpa no solo la devaluación
de nuestra moneda, sino lo que es mucho peor aún la devaluación de nuestra “mismidad”.
Es cierto que el panorama económico es muy negro, que el panorama político es indefinido y que la
violencia social ya no es un hecho ni remoto ni aislado. Es cierto que del cuerno de la abundancia
hemos pasado a formar otro tipo de cuerno, que cada vez alcanza para menos y que no se vislumbran
muchas estrella s de esperanza en nuestro horizonte. Pero también es cierto que TODOS LOS
MEXICANOS hemos sido los responsables de la actual situación; no basta con culpar a unos pillos (y
para estos no hay perdón posible); es necesario aceptar nuestra responsabilidad. TODOS de una manera
o de otra, hemos permitido y fomentado las condiciones que nos han llevado a la tan mencionada crisis;
hemos aceptado la mordida como institución, hemos aceptado imposiciones in protestar en forma
madura, hemos rendido culto a la personalidad de nuestros “lideres”, hemos burlado nuestras leyes, y
en general no hemos cuestionado las políticas del gobierno en forma madura y valiente, hasta que el
paraíso s ha derrumbado y ahora sí nos sentimos vejados, burlados y explotados por un tirano que
nosotros mismos hemos centrado, con el niño que pone el coco y luego le tiene miedo.
Ante un panorama de tal naturaleza, es ciertamente tentador ponernos a salvo, lavarnos las manos y
olvidarnos de “los millones de mexicanos que se quedan atrás sin futuro ni esperanza”, olvidarnos de
nuestra patria que al cabo cantando “México lindo y querido”, nos sentiremos mexicanos a lo U.S.A. de
otra manera la manera difícil es necesario aceptar nuestras responsabilidades y buscar entre la escoria
de corrupción y degradación, los valores y principios que nos permitan recuperar nuestra identidad y
luchar ardua, valeros y cotidianamente por nosotros mismos, por nuestras familiar y por nuestra patria;
lo cual es sumamente difícil, perno imposible, porque MÉXICO señores, no es una canción folklórica,
ni un pedazo de territorio, ni un montón de ídolos de piedra y barro, ni un caudillo ni siquiera un
gobierno; MÉXICO es nuestra historia, forjada arduamente en las luchas y esperanzas de nuestros
antepasados, es nuestro suelo mutilado por nuestra propia desunión y por la ambición de un tirano, es
toda un gama de culturas, que por diferentes no nos han permitido unirnos, pero que por la misma
razón nos pueden dar una riqueza inapreciable; MÉXICO en suma, somos todos los mexicanos en
conjunto, desde el humilde obrero que crea con sus manos el patrimonio nacional, hasta el más alto
funcionario de palacio nacional.
Es fácil señores decidirse a dejar el territorio, pero ¿Podrán arrancarse a tirones la historia, la tradición
y la cultura, para huir cuando más los requiere la patria?. ¿Podrán sin remordimientos entregar su
esfuerzo y sus hijos a una patria ajena, que aún siendo l más poderosa del mundo no deje de ser ajena?
Ustedes tienen la palabra.
Muchas gracias señor director.

DR. CIPRIANO C. PIÑA Assaf


PEDRO S. VARELA 2761
CD. JUÁREZ, CHIH., MÉXICO JUNIO 28 DE 1985.

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