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Cali - Colombia
SOY BARRIO
“La realidad de Cali Colombia desde el barrio”
Floralia City
VICTOR JOHNSON
© Victor Johnson, [2022]
“Talento en la cabeza y mucha Calle en los pies”
Tabla de contenido
Prologo……………………………………………2
Capítulo 1
Un tiempo importante e
inolvidable……………………………………………………3
Capítulo 2
Complicada pubertad y dolescencia……………………………
25
Capítulo 3
¿Cambio o
Transformación?..........................................120
Capítulo 4
El Detonante………………………………………214
Capítulo 5
Impacto en el barrio………………………………..235
Capítulo 6
Cárcel e infierno……………………………………262
Capítulo 7
Talento en la cabeza y mucha calle en los
pies……...287
Capítulo 8
Paro nacional 2021…………………………………310
Capítulo 9
La Propuesta……………………………………….332
Agradecimientos……………………………………341
Biografía……………………………………………342
1
PRÓLOGO
2
3
Capítulo 1
5
En esta versión escrita viviremos una aventura “de
calle, de barrio, de supervivencia”.
Esperando que a través del viaje que haremos entre las líneas
de este escrito pueda motivar a los lectores a RESPETAR mucho
más al prójimo, a superarse cada día más, a valorar lo que tene-
mos, a soñar con un mundo mejor ayudándolo a construir desde
nuestras diferencias, posibilidades y esfuerzos.
Hoy, he podido comprender que a lo largo de los años, nuestras
experiencias pueden servir a otros a ver el mundo diferente y
que a pesar de la saturación de información y entretenimiento
que nos brindan las redes sociales y la televisión, podemos usar-
las como herramientas para crear generaciones o comunidades
más unidas, con respeto por el pensamiento del otro, con algo
tan sencillo como comprender que cada persona es el resultado
de sus propias vivencias y que es sobre eso que transmite sus
pensamientos y opiniones, el punto está en que de la manera
como lo transmita no dañe al otro.
Así que te invito a este viaje lleno de historias reales, vivencias
de más de 40 años, situaciones y experiencias que me llevaron a
este punto: ¡CONTARLA!
VICTOR JOHNSON
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¿Una Niñez difícil?
Después de muchos años transcurridos aprendí que lo peor que
podemos hacer como seres humanos es condenar o juzgar a otros por
sus comportamientos y acciones, la mayoría de las veces nadie sabe
qué historia se esconde detrás de ello.
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bosque y al lado izquierdo un canal de aguas negras o riachuelo, hoy
ya conocido como el barrio Paso del Comercio, una vivienda de varias
habitaciones y por supuesto de varias familias, ahí en ese instante con
tan solo 3 años casi 4 recuerdo ese momento como si hubiese Sido
ayer.....todavía siento sus manos en mi cabeza matando piojos ...cómo
ella decía ....enterrando sus uñas en mi cabeza y haciéndome dormir.
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estaban construidas y poco a poco siendo pobladas,; Floralia 1 conoci-
da en ese entonces cómo Müller Roa, dando reconocimiento a sus fun-
dadores empresarios, hasta el día de hoy le decimos MULLER! Jajja-
jajaja Y FLORALIA 2 etapa que era dónde estábamos nosotros, la más
grande hasta hoy en viviendas y población, entre una y otra etapa solo
había monte y barro, y entre la etapa 2 y la calle 70 solo había monte y
barro, solo teníamos una vía principal para entrar y salir y en los mo-
mentos de lluvia e invierno era terrible caminar hasta la calle 70 que
quedaba aproximadamente a 1 kilómetro hacia el oeste.
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jugar al fútbol se encontraba con la responsabilidad de sacar una fami-
lia adelante con mi madre , una mujer que en ese entonces no había
terminado sus estudios de secundaria pero que ya tenía 3 hijos con una
diferencia de tan solo 1 año, que responsabilidad tan grande!
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pase mucho tiempo al lado de la familia de mi papa; mi abuela Fanny
una mujer negra hermosísima de ojos verdes (quiero manifestar que
para nosotros los que tenemos familia o descendencia afro, no es racis-
ta ni denigrante decir NEGRA O NEGRO, ya que esta palabra se for-
mula en nuestra familia como un tema de orgullo, talvez para otras fa-
milias, otros países u otros movimientos sociales no les guste, solo
aclaro que orgullosamente de familia Negra!).
Mi abuela de la que hablaba de ojos verdes delgada y alta de esta-
tura, cocinaba espectacularmente, tejía sus propias sabanas, y recuerdo
sus mágicas historias, aunque tengo que manifestar que en esta misma
familia tengo un vago recuerdo de la Bisabuela Inés, tengo que nom-
brarla porque tengo dos recuerdos de ella, uno: que me llamaba con
sus ojos cerrados y su garganta defectuosa por el cáncer, “Huguito,
Huguito” me llamaba de niño y corría hacia ella, pasando sus arruga-
das y hermosas manos por mi cara tratando de reconocerme, que sen-
sación de infancia tan difícil ver una anciana de 99 años muriendo de
cáncer, donde no podía masticar la comida y ya no podía ver, sus ojos
ya muertos y su cuerpo queriendo dejar este mundo, ese cáncer origi-
nario de fumar el tabaco con la candela hacia adentro, que????? ¿Ha-
cia adentro? ¡Esa misma pregunta me la hice yo cuando pregunté! En
nuestros antepasados chocoanos, (origen del Chocó, uno de los depar-
tamentos de Colombia, con un porcentaje de población afro muy alto)
…………….
¿Tenían varias costumbres, entre ellas LEER EL TABACO, sig-
nifica predecir acontecimientos futuros o presentes a través del humo
que expulsan por su boca cuando fuman el tabaco con la candela hacia
adentro, difícil de comprender? Claro es parte de una de las tradiciones
de un departamento de Colombia, algunos le llamaban Santería, otra
brujería en fin…. la realidad es que para ellos era parte de su cultura
ancestral y de respeto por sus tradiciones!
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No puedo negar que toda esa cultura de una manera u otra se traslada a
las siguientes generaciones, en el caso de mi abuela, heredo varias co-
sas, entre ellas la costumbre de fumar, (ya no tabaco pero si cigarri-
llos), creer en algunas cosas, por ejemplo que los niños para que no les
dé “ojo”, así le llamaban cuando a un niño antes de los 3 años de edad
le daba fiebre, vomito y tal vez diarrea, ellas decían que había que pre-
venir que les transmitieran “ojo”, y eso de transmitir se lo adjudicaban
a personas que tenían “según ellas” una mirada muy fuerte, o eran ma-
las personas, o que tenían algún vínculo diabólico….en fin …muchas
historias pero una realidad: Nos ponían a los niños de la familia un
cordón alrededor del tobillo derecho, hecho por ellos con alguna clase
de semilla, no recuerdo muy bien, y lo REZABAN, tampoco recuerdo a
quien le rezaban….jajjajajaja….. pero era algo sagrado para evitar la
muerte a través del “ojo”. No me pregunten de a donde nace esa pala-
bra, solo sé que ellos creían que se trasmitía a través de la mirada fuer-
te de una persona.
Hoy en día hay familias, muchas familias que todavía creen en esa tra-
dición, y otros ya le decimos Dengue o enfermedad viral.
Mi abuela era de las mujeres que le gustaba contar historias, creo que a
la mayoría de esa época le gustaba hacerlo, nunca contaban temas fa-
miliares o problemas sentimentales, si puedo decir que de ella y mi
abuelo nacen dos hombres y 4 mujeres, mi tío también llamado Ru-
maldo como su papá era de piel negra, mi padre Victor hugo de piel
blanca, 2 tías de piel negra y 2 tías de piel blanca, mi padre era el de
ojos de color verde, todos y todas con los rasgos afrocolombianos, na-
riz, boca, entre otros, en esta familia se empieza a evidenciar genética
del Bisabuelo norteamericano, vivían en el barrio Alfonso López de la
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ciudad de Cali Colombia, un barrio que tenía a su costado la carrilera
por donde pasaba constante el tren y a su regazo el paso del Rio Cau-
ca, uno de los ríos más representativos de Colombia, una familia pecu-
liar con diferentes formas de expresión, con una cultura de Calle y al-
borotadora, las palabras soeces vulgares eran algo normal en el trato
con otras personas, la palabra más decente era “hijuep……” jajjajaja-
ja…rodeado de esta familia empieza mi crecimiento o hacen parte de
él.
Mi niñez con ellos fue muy familiar y amorosa independientemente de
sus costumbres o groserías, pero dos acontecimientos marcaron esta
relación, uno: mi abuelo Rumaldo que era un hombre de pocas pala-
bras y que recuerdo su trabajo arduo haciendo tubos en cemento para
la venta y luego de terminar se sentaba en una silla “mecedora”, en esa
silla pasaba gran parte de la tarde noche mirando hacia la calle y hasta
durmiendo en ella, una de tantas tardes se paró de la silla y se dirigió
hacia el rio Cauca que quedaba a unos 200 metros de distancia, sus
“chanclas”, así le llamamos en Cali a las pantuflas, quedaron en la ori-
lla del Rio, mi abuelo había tomado la decisión de Suicidarse, y lo hizo
con lo más tradicional de sus tiempos, Tirarse al Rio, tristemente fue
una noticia que salió en los periódicos y que fue un desespero total
para sus hijos e hijas, yo estaba muy niño todavía y solo entendía que
había muerto en manos del Rio Cauca.
Al tercer día su cuerpo flotó en el cauce del Rio cauca pero en la orilla
del barrio Floralia, recuerdo que paso por la esquina del pasaje donde
vivíamos un carro de bomberos con su bocina encendida hacia el Rio
Cauca y la gente hablaba que había aparecido un cadáver (en esos
tiempos era espeluznante escuchar de un cadáver en el Rio o en cual-
quier lugar, hoy en día es paisaje, se ha naturalizado tanto los suicidios
y homicidios que parece parte del día a día en nuestros barrios), re-
cuerdo que corrimos tanto como pudimos hacia el rio con mi mama y
mis tíos, pues ya se esperaba que saliera por algún lado, yo tenía ya
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como 5 años de edad y había visto fumar el tabaco con la candela ha-
cia la boca, a unos tíos fumar cigarrillo permanentemente, inundación
en el barrio floralia en 1984, morir a mi abuelo tirándose al rio más
grande del departamento, situaciones que hasta el día de hoy no se ol-
vidan.
Basta con decir que este tipo de muertes son aterradoras, el suicidio
nunca será visto “normal”, ya que muestra una deteriorada salud men-
tal de nuestra gente.
Y por supuesto, mis abuelos por parte de mi madre, mi abuelo Carlos y
mi abuela Eva, esposos, y con los que pase la mayor parte de mi tiem-
po de niño y adolescencia, ellos velaban porque al menos no nos falta-
ra la comida diaria, eran insistentes en eso, podía que nos faltara vesti-
do o zapatos entre otras cosas, ¡pero para ellos lo más sagrado era que
hubiese que comer!
Y así fue mis abuelos maternos con su vivienda en el sector de Floralia
2 etapa, en la calle 72J, iniciaban una nueva etapa en casa propia y con
sus 3 nietos que habían hasta el momento; mi madre en ese entonces
trabajaba como vendedora de lotería y mi padre trabajaba como guar-
necedor, mis hermanos y yo con una diferencia de edad de un año, ter-
minábamos nuestro jardín y guardería, con una costumbre arraigada en
esta familia: No falte el alimento, así solo haya un par de zapatos y
poca ropa que vestir!, de esta manera enfrentamos los años siguientes,
mis hermanos y yo pasamos a cursar Primaria, ellos en una escuela pú-
blica ubicada en el paso del comercio y yo en una institución privada
en Floralia donde mi mamá había rogado, suplicado que la directora le
ayudara con una beca para mí, a la cual la directora y fundadora de esa
institución ANA J. al ver la necesidad y la falta de recursos acepto
brindarme la beca estudiantil, es ahí donde inicia mi educación prima-
ria y mis ganas de vivir.
Puedo recordar varias cosas de esta etapa, lo primero es que la beca
que me había otorgado la directora fue continua hasta el grado 5º. ¡Ya
que me destaque siempre como el mejor estudiante, el número 1 de
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todo el colegio, de verdad era muy inteligente! Jajjajajaja, gustaba de
las matemáticas y de la literatura, además de poseer una habilidad para
tipos de letras importante, fue una etapa también con muchas experien-
cias nuevas e inolvidables.
¡Dentro de estas experiencias tengo que recordar que solo tenía un par
de zapatos negros, que me servían para ir a estudiar y también debían
servirme para alguna salida de fin de semana, tener un par era más que
“suficiente”, dos o tres mudas de ropa presentables y un uniforme del
colegio el cual si me quedaba bueno el pantalón o la camisa pasaba
con ellos para el siguiente año, a veces solo era cambiarle el bolsillo
del escudo y quedaba como nuevo! Hahahahh!
De niño uno es comprensivo, de verdad uno no presta atención a eso,
solo a medida que se van haciendo amigos en la Calle y dentro de la
comunidad es donde empieza uno a hacer comparaciones y es ahí don-
de se reconoce que unos tienen más recursos que otros, sin embargo,
yo estaba concentrado en mis estudios de primaria y enfocado en ser el
mejor…lo cual lo fui en esa institución.
A la misma vez en horas de la tarde durante ese periodo infante mis
hermanos y yo nos dedicábamos a jugar en el patio de la casa, un patio
espacioso que tenían esa viviendas, jugábamos especialmente a cons-
truir casas y a soñar tal vez con tener lo que era imposible en ese mo -
mento, rompíamos ladrillos de faro, eso nos permitía hacer muebles,
camas, comedores, habitaciones y una casa espectacular, hasta con
vehículo incluido, teníamos unas viviendas hechas en ladrillo tipo
mansiones, mi hermano Richard y yo éramos más dedicados a este
tipo de juego con estas superviviendas, pero no podía faltar el grado de
maldad entre hermanos, Hahahahh, nuestro hermano menor William,
era un chico de pelo amarillo, hermoso de niño por supuesto, y mi
abuela le había puesto de apodo o de cariño le decía Bebé!, este Bebé,
era un niño más contemplado por mi abuela y él aprovechándose de
eso nos buscaba problemas a mi hermano y a mí, yo siendo el hermano
mayor de 7 años solamente le decía que no molestara, pero insistente-
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mente nos molestaba diciendo cosas de burla, así que llego el momen-
to que nosotros reaccionábamos “pegándole”, ese muchacho salía llo-
rando hasta donde mi abuela victimizándose y adivinen qué?
Empezaron los castigos, esos castigos de esa época no son como los de
ahora, ni parecidos, hoy en día solo es dialoga y castiga quitándole el
celular!, noooooooo, en mi época de 7 años, año 1986, nuestra madre
y nuestros abuelos tenían varias opciones de reprensión; como la co-
rrea, la “chancla” o pantufla, pero estas chanclas no eran de tela, eran
de plástico duro, mi abuelo tenía la “Vaina” es el estuche del machete,
hecho en cuero y con cuerdas a su alrededor de cuero también; imagí-
nense con que me pegaban?............”Con lo primero que encontraban”,
Hahahahh , era el dicho de nuestros abuelos y padres, entonces este
hermano menor nos buscaba problemas y luego salíamos a pegarle y
quedábamos como si fuéramos nosotros quienes empezábamos la pe-
lea, las “pelas” o reprensiones que me dieron a mí con chanclas, correa
o con lo que fuera son innumerables, sin embargo en el momento que
mi hermano William quedaba solo, venia la venganza, Hahahahh, y así
pasamos varios años de convivencia.
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hasta destruirla, Hahahahh, así pasábamos un largo rato, entretenidos,
construyendo y derribando, porque mi hermano William construía
nuevamente una y otra vez su vivienda de piedras y nosotros los ma-
yores una y otra vez buscando el conflicto, niños que encontramos ju-
gar aunque no estuviéramos de acuerdo.
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patos nuevos que eran de color negro para que sirvan para ir a estudiar
decía mi mamá! Hahahahh.
Así era la economía de nuestro hogar, tal vez mis padres y abuelos en-
tendían que no tenían muchos recursos, pero nosotros solo lo veíamos
como parte de un juego, así fue casi hasta los 9 años, simplemente
creíamos que todo esto era parte de la vida y que todos vivíamos así,
incluyendo las formas de comunicarse y las tradiciones familiares.
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¡Era un tiempo que nuestras vacaciones no eran en una finca o en la
playa, era en la Calle!, si! En la calle, en ese entonces nuestra calle era
un poco más espaciosa, no habían construido antejardines y tampoco
estaba muy poblada la Ciudadela, íbamos a los riachuelos de lo que
hoy es el barrio Comfenalco a coger renacuajos, a correr jugando a las
escondidas, en ese mismo sector íbamos a jugar futbol con nuestros
tíos a la cancha, así le llamábamos a un espacio abierto en Comfenalco
Paso del comercio que quedaba entre los árboles, corríamos en la calle
de nuestra vivienda jugando con los pocos niños que habían, “lleva,
ponchado, escondite, canicas, eran algunos de los juegos que hacían de
una niñez que no sabía cómo iba a ser el futuro pero que concentraba
su mirada en la diversión que se le permitía en su medio.
¡Así mismo, salíamos con mis tíos al Rio Cauca, en ese entonces
acompañábamos a pescar, por lo menos Yo, quien era el mayor de los
3 hermanos, me llevaban a pescar, es una experiencia agradable poder
participar de poner el anzuelo o cargar los peces y llegar a la casa don-
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de mi abuela nos recibía con algo de comer siempre, y luego cocina-
ban los peces y era parte de varios días de alimentación que tuvimos!
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virla en el plato! Hahahahh, usted se imagina ese cuello con esa cabeza
con ese pico, con esa cresta, con los ojos medios cerrados de esa galli-
na y con una imagen en la cabeza de cómo fue su muerte, servida en
un plato, del cual se sale por los lados de lo grande que es!
¡Es una cosa loca! Pero era hecho con mucho amor por la abuela, que
uno hacia el esfuerzo de comérsela porque era algo que a ella le pare-
cía un buen regalo, y por supuesto no iba a dañar los sentimientos de la
abuela, ¡si lo hacía terminaba ella triste o me pegaban! Así que prefe-
ría la primera y ser agradecido, creo que fueron solo como dos veces
en mi vida que comí alguna parte de ese cuello relleno, porque nunca
pude con tanta comida de niño y menos después de ver todo ese proce-
so de muerte, ¡hervida y comida de la gallina! Hahahahh!
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(una, por supuesto que nos pondríamos el 24 y luego el 31 de diciem-
bre), después llegaban mis tíos primos y celebrar el fin de año con li-
cor y cigarrillo, por supuesto música a todo volumen, nosotros los ni-
ños nos mandaban a dormir temprano para no incomodar la celebra-
ción de los adultos.
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De todos estos momentos recuerdo escenarios de discusión entre mis
padres, donde mi abuela intervenía, donde mi abuelo callaba y donde
los 3 chicos hermanos solo empezábamos a salir a explorar el mundo.
Lo que, si es cierto, es que nunca nos acostamos sin comer, así fuera
Solo pepas con arroz, así pasamos nuestra educación primaria, sin ol-
vidar que estando en 5º. De primaria, una de esas veces almorzando
con mis hermanos, mi abuela y mi madre, mi abuelo que estaba en el
segundo piso, después de una operación que tuvo de una hernia umbi-
lical, de repente se escuchó un estruendo y de inmediato mi madre y
yo subimos corriendo, estaba mi abuelo Carlos tirado literalmente en
el piso convulsionando, no podía respirar, mi madre como pudo con
una bolsa de papel trato de oxigenarlo, se llamó la ambulancia la cual
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en un país como Colombia nunca llega a tiempo, toco subir al abuelo
en un taxi hacia el hospital y que mi madre le acompañara.
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tros era sagrado ese momento, ir con mi padre a partidos de futbol que
me llevaba por ser el hijo mayor, y por supuesto experimentando cosas
del mundo que estaban por venir.
No podría dejar a un lado el primer susto que recibí a esa edad y que
genero un impacto en mi vida hasta el día de hoy; veníamos mi primo
Freddy y yo de recibir el curso de Catecismo, un curso que se debía to-
mar antes de hacer la “Primera comunión” un sacramento de la reli-
gión católica donde mandaba realizarse para avanzar en el camino di-
vino, y por supuesto mi abuela Eva siendo la mayor influencia en la
casa, prácticamente era obligatorio hacerlo, no había forma en esa épo-
ca de reprochar ni decir que no!.
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cuento que significa “Tombo” hasta el día de hoy, obviamente con
mucho respeto a la policía nacional de Cali Colombia.
Los recuerdos son importantes, en nuestra niñez aún más, estudios han
demostrado la importancia de los primeros 5 años, familia, necesida-
des básicas, necesidades sentidas, la importancia de los 5 a 10 años, y
creo que a pesar de todo puedo resumir que un niño no necesita solo
tener lujos o alimento hasta saciarse, los niños necesitan AMOR Y
FAMILIA, la idea de familia hoy en día esta tan desfigurada que tene-
mos una sociedad joven muy complicada.
Hasta este momento de mi vida era muy feliz, Hahahahh, sin embargo
el pasado a veces no abandona y estaba por salir a la luz pública todos
los pasos y comportamientos de unos adultos que en su niñez, tal vez
tuvieron más deficiencias que nosotros y que por alguna razón el tener
hijos les daba una oportunidad de hacerlo mejor que sus padres, y así
supongo que hasta el día de hoy todos queremos que a nuestros hijos e
hijas no sufran lo mismo que hemos sufrido nosotros, y así pasan nues-
tras generaciones.
¡También creo que esta niñez fue algo distinto, No teníamos internet ni
buena televisión! Hahahahh! Quiere decir que jugar en la calle, todos
esos juegos tradicionales conocidos era la única opción que teníamos y
lo disfrutábamos lo que más podíamos.
Hasta este momento no podría considerar una niñez difícil, tal vez una
niñez con lo básico para vivir, además lo que más recuerdo de este pe-
riodo es ver la familia reunida siempre, y eso ya era bueno en ese mo-
mento, así que estoy seguro de que como niños no entendemos todo lo
que pasa alrededor solo vivimos cada momento creyendo que es parte
de la vida, ¡la vida que apenas estamos experimentando y la vida que
apenas nos ve crecer!
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Capítulo 2
27
Imagínense ustedes, yo con mi camisa de estudio y pantalón azul que
me compró mi mamá más la Toga y las zapatillas que acabo de descri-
bir, jajjajajaja, una sensación de que era lo que había, no había más, no
tenía más que ponerme así que tocó, y así salimos en foto, grado de 5º.
¡Con toga y zapatillas “Boca”, ¡en las fotos se ve más la marca de las
zapatillas que el mismo diploma!
Eso es inolvidable, lo importante es que salvamos el día, mi padre lo
salvó con sus zapatillas, mi madre con el pantalón y mi abuela con el
pescuezo de gallina relleno, ¡todos buscaban salvar el momento de
acuerdo con sus condiciones! ¿Culparlos o reprocharles? ¡Jamás! Hoy
entiendo como Padre de familia que cada uno da desde lo que puede y
le alcanza.
Tanto que tengo que recordar que en la institución de primaria del ba-
rrio hice 4º. Grado y 5º. En solo un año, la secretaría de Educación
promovió un decreto al que llamo Promoción automática, aquellos es-
tudiantes que sobresalen y que tenían actitudes para estar en un grado
superior eran inmediatamente promovidos, es así como terminé la pri-
maria a los 9 años, graduándome con mis zapatillas “Boca” jajjajajaja.
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historia de la risa, los colombianos tenemos el talento de reírnos de no-
sotros mismos.
¡Teníamos 9,8 y 7 años, los 3 primeros hermanos Johnson, en mi casa
No había dinero para comprar disfraces para nosotros, imagínense, en
Cali Colombia la tradición de disfrazarse y salir a pedir bananas en esa
época era muy fuerte! Nosotros estábamos muy tristes porque éramos
los pocos niños que no podían salir ese día, sin embargo, paso lo que
siempre pasa en una familia sin recursos en Colombia, ¡hay que salvar
el día! Jajjajajaja… mi mamá se le ocurrió la “agradable” idea de com-
prar material de hacer escobas, “escoba de mijo” se llamaba, pues la
señora Marina, mi madre, compró 3 juegos de esa escoba de mijo…y
adivinen qué? jajjajajaja… “NOS AMARRARON ESA ESCOBA DE
MIJO EN LA CINTURA, NOS MAQUILLARON CON EL PROPIO
MAQUILLAJE PERSONAL QUE ELLA USABA, NOS PUSIERON
UNA CINTA EN LA CABEZA, Y SIN CAMISA PUESTA Y CON
LOS ZAPATOS VIEJOS QUE TENIAMOS, QUEDARON LOS 3
INDIOS LISTOS A PEDIR BANANAS” jajjajajaja.
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traía la plata para comprar comida, y mi madre armaba el escándalo y
se peleaban, en varias ocasiones, no muchas, tengo que contarlo…hoy
día es muy chistoso recordarlo……mi padre le decía a mi mamá a las
8:00am “ya vengo, voy donde un man que me debe una plata y te trai-
go para el desayuno y el almuerzo” jajajajajaajjaajajajajajajajajajajajj-
jaajjaaj, saben qué? ¡Mi padre volvía a las 7 de la noche! Jajjajajaja,
para poder desayunar y almorzar mi abuela iba y sacaba crédito en la
tienda, en Cali le decimos “fiar”, término barrial de un crédito en una
tienda.
Situaciones que vivimos de niños que pese a los recursos o dinero que
tengamos o no, son inolvidables; las anécdotas entre nuestros padres,
las salidas al rio Pance, las fotos con iguanas en nuestro cuello, las
salidas a coger renacuajos, los juegos en las calles, los disfraces y por
supuesto la navidad con sus respectivas experiencias, buenas o malas,
hoy estamos aquí como resultado de una forma de vida de nuestros pa-
dres, abuelas y antepasados.
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en el mismo pasaje del Colegio, a la salida habían amenazado con pe-
garme y me insultaban sin yo saber por qué, en ese entonces pensaba
yo que eran ganas de sentirse fuertes y como eran 2 contra 1 los hacia
parecer pandilleros y eso!, yo la verdad nunca a esa edad había tenido
que defenderme o pelear con alguien, solo 9 años de estudio y ver
otros niños más grandes hablar de los hermanos mayores y de las pan-
dillas y toda eso; estos dos niños uno era indio de piel negra y el otro
era peli parado indio medio gordito, (muy conocido después), los dos
tenían futuro de pandilleros y creía yo en ese momento que eran de te-
mer, varias veces me correteaban, me hacían voltear por otro pasaje
para no encontrármelos, en fin me perseguían para llenar su ego de
más fuertes; …..uno de esos días en el colegio nos enviaron de tarea
realizar unos zancos con tarros de leche en polvo, efectivamente yo
lleve unos buenos tarros con unos lazos amarrados a su alrededor para
que sirvieran de buenos zancos.
Recuerdo que saliendo del colegio me metí por el pasaje de los chicos
con ínfulas de pandilleros, hablando con una compañera de mi salón,
me olvidé por completo que era el lugar por donde no podía meterme,
sin embargo, como era de esperarse, aparecieron los “pillos”, se me
acercaron y me dieron el primer empujón, mi compañera se asustó mu-
cho y yo solo apreté mi experimento de zancos y me fui encima de los
2 pegándoles en el cuerpo con esos tarros, uno de ellos salió hacia la
esquina y el otro busco meterse a su casa, yo entre con él, jajjajajaja,
entre dándole con los tarros hasta la cocina de su propia casa, increí-
ble, sus hermanas se metieron en medio y yo volví en sí! Reaccionan-
do pedí disculpas, pero les dije a sus hermanas que él me la tenía
“montada”, así decimos en Cali Colombia cuando alguien está cons-
tantemente molestando, sus hermanas me pidieron disculpas y ese niño
nunca más volvió a meterse conmigo, después me lo volvería a encon-
trar en la adolescencia, pero ya éramos casi parceros…jajjajajaja….
Son cosas que se viven fuera de las instituciones educativas todo el
tiempo, incluso hasta el día de hoy siempre va a ver chicos o chicas
que quieren abusar o menospreciar a otros.
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Aun así, en mi niñez solo tuve ese problema, no recuerdo que haya te-
nido otros, los problemas reales apenas estaban por venir…………….
¡Era sagrado el sitio, la casa de la abuela era solo para comer, beber al-
cohol y enrumbarse!
Volviendo al hecho del esfuerzo de mis padres por ser una familia
“normal”, y que mi mamá siempre le decía que había que independi-
zarse, mi padre consiguió donde mudarnos, es así como nos fuimos a
vivir al barrio Petecuy 2 etapa, un barrio ya poblado con 3 sectores,
pero en ese entonces aunque tenía acueducto y alcantarillado, tenía va-
rias problemáticas: CALLES SIN PAVIMENTAR, ALTO CONSU-
MO DE DROGAS ILEGALES Y DELINCUENCIA, era un sitio para
sobrevivir pero brindaba un espacio para que los dos experimentaran
ser independientes y pudieran con el hogar.
Tengo que confesar aquí en este espacio que empezaba una etapa difí-
cil, nos movimos del barrio donde ya llevábamos 8 años, niños y un
recién nacido, a un barrio con un ambiente hostil todo el tiempo.
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No solo experimentábamos un nuevo barrio, también una cultura dis-
tinta a nuestro sector en Floralia, y se sumaba mi transporte hacia el
colegio, más desplazamiento en esa época por las pocas calles y aveni-
das, había que hacer un recorrido muy largo para llegar a la parada del
bus, recorrer desde la calle nuestra atravesando el barrio San Luis para
llegar a la calle 70 y abordar el bus Coomoepal que me llevaba al
INEM, toda un esfuerzo de todos los días.
Era asfixiante ese entorno, no podíamos tener paz, ese sector contaba
con unas calles pequeñas que daban hacia el pasaje siguiente, a esos
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callejones le decíamos “calle mocha”, que significa “Calle corta o pe-
queña”, era un lugar de película, pude ver varias peleas a cuchillo y
palos entre dos pandillas del barrio, siempre salían muchos heridos y
algunos muertos, era de película, muy jovenes, adolescentes, empu-
ñando un arma cortopunzante, pues poseer un cuchillo en esa época
era lo más peligroso del momento.
Es así como por el espacio de 2 horas nadie estaba en ese sitio, al ver
que no pasaba nada y que esos federales no venían, daban por hecho
que ya no pasaba nada, sin embargo, los federales aparecían de la nada
por las calles “mochas” y en sus motos a toda velocidad empezaban a
abrir fuego hacia esas personas, recuerdo que eso sonaba en ráfaga, y
nosotros dentro de la casa despiertos viendo televisión, nos tocaba ti-
rarnos al piso huyendo de alguna bala perdida que quisiera entrar.
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No recuerdo a alguien de esa época contando esto, lógico, no había
tecnología, no había internet, no había redes sociales, solo un televisor
a blanco y negro que daba solo 2 canales y dibujos animados solo los
sábados.
Era toda una “locura”, ver muertos tirados en la calle como cualquier
objeto sin valor, muchos de ellos interactuaban con nosotros en el día a
día, eran nobles como personas, pero con una alta adicción al “bazu-
co”, maldita droga que destruye las vidas de personas a la puerta de
nuestras casas pensaba, pero teníamos que seguir adelante.
Una de esas noches casi tranquilas del pasaje donde vivíamos, mi ma-
dre nos envio a la tienda a mi hermano Richard y a mí, a comprar un
pan para el desayuno, llegando a la esquina del pasaje miramos hacia
la calle “mocha” y venían dos hombres discutiendo y tirándose con cu-
chillos, eran dos hombres de piel morena y ya le había propinado algu-
nas puñaladas al otro, sin embargo venia huyendo y corriendo tan rápi-
do que se dirigían hacia nosotros, inmediatamente le dije a mi herma-
no “coreeeeee” y empezamos a correr, el muy miedoso de mi hermano
en vez de seguir conmigo corriendo se metió por la puerta de una tien-
da que estaba abierta, en ese mismo instante que él se tira hacia esa
puerta, el herido también se tira ahí y le cae todo ensangrentado enci-
ma a mi hermano, el que lo había herido se va huyendo porque ya ve-
nía la policía y mi hermano casi se orina del susto con ese muchacho
encima casi muerto, así mismo los siguientes días, también de la mis-
ma calle “mocha” salió un hombre blanco de cabello castaño y alto,
acuerpado con un machete muy grande, y el otro era el señor que ven-
día artesanías con un machete pequeño que había sido como cortado a
la mitad; gritándose, insultándose, y se lanzaban al cuerpo con esos
machetes, cuando estaban gritando recuerdo que salimos de la casa
para ver el episodio y vimos como el señor artesano pareciera que fue-
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ra a ser el próximo difunto, varios “lances” se hicieron, y siguieron pe-
leando hasta la otra esquina donde empezaba “cinta larga”, recuerdo
que ellos voltearon la esquina y no los vimos más como por 5 minutos,
luego de esos 5 minutos venia corriendo el hombre alto de cabello cas-
taño, gritando y suplicando ayuda, venia sosteniendo en su mano iz-
quierda la mano derecha que le acababa de cortar el artesano, quien iba
a imaginarse, el artesano con el arma más pequeña le quitó la mano
derecha del gigantón.
Era impresionante ver tan cerca, uno tan niño un brazo sin su mano y
votando sangre a montones.
Experiencias, muchas experiencias de violencia en una edad tan corta,
hoy en día solo son recuerdos, pero de alguna manera influyen en el
futuro de cualquier persona.
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mano derecha impulsaba el cabello hacia la frente), me dirijo a un
kiosco y tímidamente paso en medio de unos chicos mucho mayores,
parecían de 11 grado, y me acerco a la vitrina del kiosco, ¡una papa
aborrajada por favor! ¡Dije! En ese instante sentir que por la parte de
atrás de mi alguien haló mi cabello desde casi de la frente hacia atrás,
tan fuerte que yo prácticamente caí al piso, levantándome sin entender,
y esos chicos mayores solo se burlaban de mí; ¡Salí corriendo y que
papa ni que nada! Jajjajajaja
En la institución educativa que me encontraba existía una grotesca for-
ma de dar recibimiento a los de 1er grado, se les llamaba “primere-
ños”, ¡es así como éramos identificados por nuestra estatura y llevába-
mos un maletín muy grande! Jajjajajaja
Nos tocaba andar muy en la jugada porque eran los chicos mayores
buscando todo el tiempo hacernos maldades a los de primer año, y yo
por supuesto después de ese jalón de pelo, mas.
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En esta época nos pasó algo importante, yo venía sufriendo de ASMA,
y en un cambio de clima que hubo en la ciudad de Cali, me produjo
una noche un episodio de asma, o un ataque de asma como lo llamaba
mi madre, recuerdo que ese ataque de asma fue tan fuerte que no ser-
vía nada de lo que me daban hecho en casa, ni agua caliente que me
daban ni nada, estaba realmente teniendo un episodio bastante difícil y
creí en algún instante que iba a morir, mi madre preocupada y angus-
tiada, le dijo a mi padre que me llevaran al médico, sin embargo como
ya estábamos acostados en la noche, mi padre creyó que era el mismo
tipo de ataque anteriores, pero no era así, era un ataque tan fuerte que
no permitía que yo respirara un poco, no respiraba nada, es asi como
mi madre enojada dijo a mi padre: ¡si usted no me acompaña, yo lo lle-
vo sola!, la caminada desde nuestra vivienda hasta el abordar un taxi
era bien larga, había que atravesar el barrio donde vivíamos y el barrio
siguiente, así, mi padre se paró de la cama y llevándome en su espalda
cargado llegamos a la calle 70 donde abordamos un taxi que nos lleva-
ría al Club Noel, un hospital para niños y niñas que existe todavía en la
ciudad de Cali Colombia.
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rie de situaciones que conllevan a experimentar, pero también a vivir
intensamente.
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Eso significaba que yo estudiaba en horas de la mañana y en la tarde
me iba a trabajar al autoservicio, tampoco era obligatorio ir lo que me
permitía empezar a entrenar futbol en el barrio y después del entreno ir
una o dos horas a mirar que podía hacerme en propinas.
En unos meses estaba entrenando en el equipo de un amigo de mi pa-
pá, el cual vivía en el barrio y empezaba un equipo que le llamaba
“ONCE AMIGOS”, los entrenamientos eran en la cancha de Florialita
atrás del autoservicio Mercatodo, una cancha empírica al lado de la
iglesia del barrio, pero ahí empezamos a correr y a divertirnos con el
futbol, más adelante saliendo del barrio, no existían casas ni aparta-
mentos, era zona de escombros y boscosa, pero existía otra cancha,
donde hoy se ubican los apartamentos del barrio los Guaduales, la can-
cha de Amilkar, así era conocida porque el señor que hacia los torneos
de futbol para adultos se llamaba así. Muy reconocida esta cancha
pues también hacían torneos de adultos y a pesar de ser un “peladero”
ósea que no tenía pasto sino tierra, era un espacio resiliente cada fin de
semana para las personas, iban a ver jugar futbol y luego terminan to-
mando cerveza y comiendo “fritanga”, si, fritanga se le llama a la co-
mida rápida que venden en Colombia, papas rellenas de carne o pollo,
empanadas, salchipapa, costilla, entre otras más.
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siones algunos no teníamos para dar nuestra parte del arbitraje y aun
así él permitía que jugáramos.
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mirándome se sonrió y me dijo… mijo me equivoque escuche mal la
hora, descanse un poco en la cama…..jajaajajja…..no había más que
hacer, con todo el esfuerzo que ella hacía en levantarse temprano, pre-
pararme desayuno, estar pendiente, no podía atacarla por algo tan sen-
cillo como eso.
Con las habilidades que estaba teniendo, jugando al futbol en el cole-
gio que estudiaba, el esforzarme por seguir con buenas notas, se acabó
el año escolar, y ocupé el puesto 11 entre 40 estudiantes, no era tan
malo, pero a comparación del primer puesto en primaria, si era algo
caótico para mi madre.
Las experiencias en el bachillerato son demasiadas, al recordar se em-
pieza a recorrer cada instante de esos momentos y me empiezo a pre-
guntar “porque no hice esto o aquello”, o porque permití esto o aque-
llo”, pero escribir sobre esto es refrescante y liberador, ya que algo si
es claro, ¡sobrevivimos a la vida que estuvo por delante!
Yo, era un chico poco atractivo, delgado muy delgado, con un cabello
tipo esponjoso y crespo, con una vestimenta que mostraba pobreza, los
mismos zapatos para todo, el jean del uniforme ya desgastado, y las
ocasiones que no tenía para comer en los descansos, con situaciones
que eran difíciles de asimilar pero que hacían que yo me refugiara en
el futbol y aumentara mis deseos de superación.
Entre mis 12 y 13 años fueron más tensos, una etapa donde mis padres
deciden irse a vivir a Yumbo, una ciudad pequeña que en una de sus
montañas estaba entregando lotes para construir a bajo precio, uno de
mis tíos por parte de madre también hace la misma gestión y compran
un lote en ese sector, para mí era imposible irme para allá, el estudio
acá, así que mis padres deciden irse con mis hermanos y yo me quedo
con mi abuela materna en Floralia.
El lugar donde fueron ellos a vivir le decíamos de cariño “la loma”, si,
era en una montaña que estaba siendo habitada con casas hechas con
madera y guadua, para llegar ahí había que caminar bastante en subida,
después de la parada del bus en la carretera Cali – Yumbo.
Mis padres y mis 3 hermanos que habían hasta el momento vivían allá
en precarias condiciones, no había sanitario, ni ducha, era un salón
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grande solamente rodeado de tierra y monte, para hacer “popis” había
que ir un poco lejos donde habían arbustos sin que nadie mirara y po-
der hacer las necesidades, para bañarse había que traer agua en un bal-
de y poder echarse con un recipiente, sin contar que todos los días ha-
bía que ir por agua unas dos cuadras hacia abajo donde una familia que
les decían las “boqui tromponas” jajaajajja, ya se deben imaginar por-
que, eran unas mujeres con pelo amarillo, alvinas, pero de labios muy
anchos y gruesos; ahí era el sitio que suministraban agua potable.
Era todo un karma bajo la ilusión de construir y tener casa propia, con
la esperanza que asi habían empezado muchos barrios, pero con una
manera de vivir que nunca se habían imaginado; para mi significaba
solo una cosa:
Un par de adultos queriendo ser una familia con recursos muy escasos,
o lo que conocemos como pobreza.
Tengo que reconocer que no me gustaba para nada que mis hermanos
y mis padres vivieran en esas condiciones, además de lo indignante
que es no tener los servicios básicos se sumaba que muchas veces no
tenían para comer, peleas entre mi mamá y papá, debían esperar a mi
padre que llegara con algo de dinero o comida, fueron unos meses muy
difíciles, aun así, viví en carne propia esos episodios los fines de sema-
na que los visitaba, cada vez entendía más que tenía que hacer algo
con mi vida para cuando fuera mayor no pasara por tantas necesidades
básicas, como siempre lo he dicho no era culpar a mis padres, porque
ahora entiendo que siempre quisieron SALVAR EL DIA! A su mane-
ra, pero querían en medio de su poca experiencia y pocos recursos ha-
cer algo mejor para nosotros.
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Pasados varios meses de estar viviendo en ese lote con toda la preca-
riedad y de yo visitarlos todas las semanas, después de una discusión
entre mis padres, decidieron devolverse para donde mi abuela, donde
estaba yo, en el barrio Floralia, siiii nuevamente a la casa de la abuela,
ahí se contaba con lo básico, baños, agua potable y comida al alcance,
siempre que estaban sin dinero, mi abuela salía al resolver yendo a
“Fiar” a la tienda, tenía crédito abierto gracias a la Pensión que el
abuelo le había dejado. Ya estando nuevamente en la ciudad de Cali,
en el barrio, mis hermanos retoman sus estudios de bachillerato, mi
hermano William ingresa al mismo colegio que yo estaba, y mi herma-
no Richard entra a un privado en el barrio Alfonso López, un colegio
de muchos jovenes afrocolombianos donde él era uno de los pocos
“blanquitos”, jajjajajaja, él no se sentía a gusto porque ese colegio que-
daba en un lugar peligroso, al lado de Puerto nuevo, una invasión que
era peligrosa en todos sus sentidos, y mi hermano William si estaba
concentrado en el INEM, menos hostil pero con grandes desafíos de
combatir el acoso escolar o los que se creían antiguos y experimenta-
dos.
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William dormía con mi abuela en el segundo piso de la casa, y Charly
dormía en una cama pequeña que estaba a nuestro lado, se sumaba la
cama donde dormían mis padres; en ese mismo lugar siendo las 7:30-
pm un día cualquiera, mi madre le reclama a mi padre por varias cosas
e inician una discusión tan fuerte que mi Padre le tira un golpe a mi
madre, en ese instante yo me tire a golpear por la espalda a mi Padre,
luego recuerdo que abrí los ojos, no sé cómo caí por un lado, viendo a
mi madre sacando un cuchillo de la cocina y mi Padre corriendo hacia
la calle con los zapatos en la mano, con un escándalo de pelea intrafa-
miliar terrible, al fin mi padre esa noche se fue de la casa y nosotros
quedamos ahí subsanando ese tema con mi madre y mi abuela ayudan-
do también.
Tengo que confesar que lo que se siente ver a sus padres peleando, dis-
cutiendo, divididos, mi Padre con otra mujer, necesidades de tener ves-
tido y comida y estas no ser suplidas, es algo muy difícil para los chi-
cos de 12 años.
así, después de esto, ellos, mis padres se separan, quedamos nosotros
viviendo con mi madre, ella en medio de hacer dinero para poder sos-
tenerse, entra a trabajar como vendedora de apuestas, en una oficina
ubicada frente a la plaza de Caicedo, ganando por comisión, sin sueldo
fijo, solo a lo que pudiera hacerse, lógicamente, mi padre no ayudaba
con dinero al irse, mi madre por más que la gente le decía que lo de -
mandara por alimentos, ella nunca lo hizo, me imagino que era sufi-
ciente el apoyo que le daba mi abuela Eva en cuanto a la alimentación,
es asi como seguimos, mis hermanos en sus estudios y yo en lo mío,
mi abuela siempre atenta a que no faltara algo de comer, mi madre ha-
ciendo poco dinero en su trabajo, en fin, el rollo social, emocional y fi-
nanciero de una familia viviendo en un estrato 2.
¡LA CALLE!
Se daba inicio a toda una aventura que marcaría una etapa importante
y desafiante en mi vida, La Calle, lugar donde empezaba a crear meca-
nismos de defensa para sobrevivir a la dinámica social que crecía en
ese entonces.
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A PARTIR DE ESTE MOMENTO VOY A NOMBRAR PERSONAS
POR SUS APODOS, YA QUE ESTOS NO TIENEN DERECHOS
DE AUTOR, JAJAJAJA, PERO CASI TODOS NOS RELACIONA-
BAMOS A TRAVES DE APODOS. así que algunos de los lectores
que viven en el sector donde estas cosas sucedieron lo entenderán más,
otros sencillamente reirán y otros se lo imaginaran!
Era la calle 72J con Cra 3N del barrio Floralia en la Ciudad de Cali
Colombia, se empezaban a relacionar los chicos de 15 años en adelan-
te en las esquinas del barrio, es así como en esta calle empiezan a so-
nar nombres o apodos como Chicle, Lenis, el German, el Michael, Me-
talero, el Leo, el Johny, Manotas, quienes vivían en el pasaje nombra-
do pero en el pasaje siguiente siendo amigos de recocha y de barrio,
otros como: Nariz, Condor, Stewart, zombi, Jacquie, luly, pícolo, entre
otros que no recuerdo muy bien pero que eran del mismo grupo cer-
cano, adicional estos grupos que empezaban su carrera de ATREVI-
DOS, y cuando digo atrevidos me refiero a que algunos empiezan con
lo primero que uno aprende en la calle…..Desafiar la autoridad…..al-
gunos empezaban a consumir marihuana, otros perico (coca), otros
sencillamente solo cigarrillo y a pararse en las esquinas todos los días
buscando conversar y recochar, y en muchos casos pelearse, si pelear,
era parte de imponerse como chico “malo” y sin que nadie lo dijera ha-
bía que “probar”, ósea había que probar que cada chico no era débil ni
miedoso.
Es así como en cada grupo había unos chicos menores que ellos ins-
truían y motivaban a que probaran o pelearan con cualquiera, en el
caso del pasaje donde yo vivía recuerdo que el chico menor le decían
“Caldorea” fue su primer apodo y tenía la misma edad mía, muchas
veces habíamos jugado futbol juntos o jugábamos en la cancha cual-
quier cosa, pero al empezar a pararse con ellos en la esquina, su moti-
vación de juego cambio a momentos solo de hostilidad.
En el otro grupo tenían de chico menor en sus filas a El Harvey.
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algo similar a hacer a través de ruidos, ¡de mentiras con risa o con em-
pujarlos a que se acercaran los dos que ellos querían que pelearan…ay
ay ay! Eran voces que se escuchaban para motivar las peleas, así fue
como tuve mi primera pelea oficial, jajjajajaja, nunca lo vi venir.
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avanzo, cuando voy pasando por el lado de Caldorea, él me “patea” el
carrito metálico del mercado, en ese instante me da mucha rabia y
digo mis primeras palabras ofensivas a los 12 años: ¿Qué pasa gono-
rrea?, los chicos mayores empezaron el “careo” y vieron que yo ya no
era el mismo de la pelea pasada, que ya había más rabia, en mi caso yo
le dije a Caldorea, ¡Espérame dejo el carro de mercado y ya vuelvo!,
todos empezaron a vociferar y yo Sali rápido a dejar ese carro de mer-
cado, efectivamente recuerdo que llevaba tanta rabia que llegando al
parqueadero del supermercado, tiré rápidamente ese carrito metálico y
Sali caminando rápido hacia la esquina de mi casa. Todo fue una locu-
ra en el trayecto hacia la pelea que sabía que tenía que mostrar más
agallas, aunque los chicos de esa esquina dudaban de que yo volvía, al
verme empezaron a gritar y a hacer bulla por la pelea….recuerdo que
al lado derecho de esa esquina dentro del parque había un espacio
lleno de arena, arena que estaban usando para construir en una vivien-
da cercana, con el “careo” llegamos a ese arenal dándonos “puño”,
Caldorea me pegaba uno, yo le pegaba otro, recuerdo que pareciera
que no nos cansábamos, éramos unos niños prácticamente queriendo
demostrarle a un grupo de “pendejos” que podíamos pelear y alguno
ganar, época estúpida, sin embargo la pelea termina es porque ya nos
separan porque era mucho tiempo dándonos golpes, yo Sali para mi
casa, esta vez ya no lloré, jajjajajaja, pero con la satisfacción de haber
respondido a esa pelea más decidido.
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veía oportunidad para mí, tenía una baja autoestima ya que me consi-
deraba feo, muy delgado y sin ropa adecuada porque lo que me hacía
como empacador no me alcanzaba para comprar algo mejor.
Las peleas en el parque del barrio Calima que quedaba junto a la insti-
tución, eran algo de puño limpio, era nuestra UFC en la calle, jajjajaja-
ja, todos salíamos a ver las peleas, todos peleamos alguna vez ahí, era
un espacio resiliente para muchos chicos de mi edad y mayores por su-
puesto, tal vez para olvidar tantas cosas que vivíamos en nuestros ho-
gares, era una cultura de calle en nuestros estudios.
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tre alumnos y desquitándonos de algunos profesores sin dejarnos ver,
había mucha adrenalina, además que no podíamos dejar nada a la vista
de otros porque nos robaban o lo robábamos, no se veía eso como un
delito, sino como parte de la cultura interna de los estudiantes, además
de este tipo de desorden se sumaba las “coleadas” al gimnasio, así le
llamábamos cuando las puertas estaban cerradas y nos metíamos por
cualquier lado sin autorización, cuando nos veían salíamos a correr
porque si nos cogían nos podían expulsar, adrenalina pura, o al final
terminábamos escondidos en “Macondo”, el restaurante del colegio,
para luego desde ahí saltar el muro y caer en el gimnasio.
No podré negar nunca que me empezó a gustar ese camino, creía que
el mundo me había irrespetado por vivir circunstancias difíciles, y mi
rabia frente a la vida estaba creciendo sin darme cuenta.
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La “Floria” llamada asi porque donde iniciaron a pararse había una pa-
nadería que se llamaba la Florialita.
Ahí se desprendió un gran problema para mí, los lunes en nuestro ca-
lendario estudiantil teníamos la materia “Religión”, una materia supre-
mamente aburrida donde el profesor lo único que hacía era hablar de la
creación de las leyes católicas, ¡era ya complicado ver esa materia con
horario normal imagínense apenas siendo realmente las 6:00am de un
lunes! Jajjajajaja… me entro rebeldía por esa clase y un día de esos
NO ENTRÉ A ESA CLASE, me quedé sentado en una banca, tem-
blando de pánico porque mi mamá si se daba cuenta me pegaba y esos
castigos eran siempre fuertes…jajjajajaja “nos pegaban con lo que en-
contraran a la mano” , chanclas, zapatos, palos, correa, cable o hasta
con la “vaina”, la vaina era el estuche del machete de mi abuelo, puro
cuero; obviamente estaba atemorizado, ya no estaba mi abuelo que una
vez me dio 3 latigazos con esa “vaina” que todavía recuerdo el dolor
infernal que eso me hizo pasar, jajjajajaja, mi madre en una ocasión
por castigo también cogió el primer palo que vio en el patio de la casa
y me lo pego en la canilla derecha, tristemente ese palo tenía una pun-
tilla grande y por supuesto fue calvada en mi pierna, ella dice que no la
vio, yo digo que algunos padres traían su maldad en la sangre!, jajaaja-
jja, de todas formas mi madre decía que yo era muy cansón, y eso le
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merecía darme castigos, en fin, eran momentos de temor que yo no en-
trara a clases, además de las notas del colegio y un sinfín de cosas que
pasaban por mi cabeza en esos 40 minutos que estuve sentado ahí.
Entrando muy poco a clases durante el año lectivo de 8º. Grado, era un
tiempo complejo, en el colegio nos volábamos del mismo saltando una
de las paredes que quedaban por la cancha de futbol, recuerdo mi pri-
mer volada, jajaajajja, me tire tan mal que me raspé toda la cara cayen-
do de esa pared, ya después la saltaba sin problema, al irnos temprano
del colegio nos íbamos para el centro comercial la 14, que quedaba
muy cerca, algunos jugábamos maquinitas, que eran juegos incorpora-
dos en una maquina grande de madera con una pantalla, hoy en día se
conocen como videojuegos, otros, robaban cosas del almacén, al final
nos tocaba salir corriendo a todos porque los vigilantes nos creían la-
drones a todos, ese año de estudio fui muy descuidado, aunque la ma-
yor parte del tiempo me la pasaba jugando futbol eso no me ayudaba a
las notas de las otras materias.
Ya casi finalizando el último periodo, iba perdiendo sociales, educa-
ción física, matemáticas, y por supuesto religión; sociales fue un des-
cuido de unos trabajos que no había presentado, educación física mi
nota real era 10 puntos pero estaba en cero porque yo no había ido ni
pagado una salida que hubo al parque de la caña, ¡infames!, matemáti-
cas con toda la película de algebra de Baldor y todas esa ecuaciones
estaba en cero, yo no había presentado ningún examen ni ninguna ta-
rea al respecto y religión que ya saben el antecedente que tenía con ese
profesor y su manera de enseñar a las 6:00am…jajjajajaja.. en fin, re-
cuperando sociales, matemáticas y pagando lo de educación física te-
nía el año asegurado; esa fue la negociación con el rector de ese enton-
ces.
52
Recuerdo que mi mamá consiguió un profesor para que me pusiera al
día con algebra y así poder hacer el examen final y poder pasar el año,
sin embargo, habiendo presentado todas las recuperaciones y habién-
dolas ganado, al final me pasaron la definitiva y era que había perdido
el año por faltas de asistencia en religión, recuerdo haberle suplicado
al rector que no me sacara del colegio, que me diera otra oportunidad,
pero no quiso y ni siquiera me dieron reintegro, fui echado como lo
peor; ya se pueden imaginar la rabia que sentía con ese rector pero no
podía hacer nada, solo quedaba buscar otro colegio.
En fin, con 13 años, expulsado del colegio INEM, y abrazando cosas
de la calle, empecé a tomar actitudes violentas aun en mi casa, mis
hermanos menores en cualquier instante y cualquier cosa ya los gritaba
o les pegaba, bueno; hay uno de mis hermanos que si era merecedor de
pegarle, jajjajajaja, William, era el morongo de nosotros, venia hacia
Richard o hacia a mí y nos decía cosas ofensivas y luego iba corriendo
donde mi abuela a decirle que nosotros le queríamos pegar por nada,
en varias ocasiones nos pegaron fuerte por quejas de él, además de vic-
timizarse hacia todo el show de llanto y dolor, claro inmediatamente
mi abuela o mi mamá nos daban tan duro que nos dolía el cuerpo, sin
embargo, la venganza era dulce en familia, jajjajajaja, cuando mi ma-
dre se iba y mi abuela salía a la tienda y nos dejaba solos, ahí en ese
momento era el desquite, le pegaba duro a William que quedaba dra-
matizando y botando saliva caído en la cama, era todo un show, éra-
mos hermanos, jajjajajaja.
53
comercial de ropa de segunda mano o muy barata, y camisa use una de
segunda que me habían regalado, recuerdo que no me quedaba muy
buena, recuerdo que no tenía correa y el pantalón se me caía, pero ha-
bía que aparentar que teníamos algo que ponernos, nuestros regalos de
navidad era uno solo y eso que después de los 12 años ya no era papa
Noel o el niño Dios sino una comida y ver mi familia bebiendo y bai-
lando.
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5 años de primaria hoy estaba repitiendo un año por falta de compro-
miso con sus estudios.
El camino hacia este colegio estaba sin pavimentar, hoy día se conoce
como la Avenida Ciudad de Cali, en ese entonces solo era polvo en ve-
rano y barro en las lluvias, también me podía llevar el bus de la empre-
sa de ese entonces más conocida de la ciudad, la “Papagayo”, eran bu-
ses diseñados para soportar trochas y para andar rápido, eran los buses
qué podíamos decirle que nos llevara hasta cierto lugar por menos pre-
cio, el chofer nos decía “hágale por la puerta de atrás”, jajjajajaja, una
locura, usábamos esto cuando llovía para no mojarnos, de resto del
tiempo caminaba hacia el colegio y en el camino me encontraba con
amigos y conversando nos íbamos sin problema.
El primer día de estudio, como yo trabajaba todavía de empacador en
el autoservicio Mercatodo de Floralia, tenía dinero y compraba cuader-
nos argollados 5 materias, portaminas como lápiz, lapicero retráctil,
era lo último de esa época, el que tuviera esto, daba a entender que te-
nía un poco más de dinero, jajjajajaja, yo llegue al salón y de los pues-
tos que ya ocupaban los antiguos fueron corriéndome hasta que quede
un poco atrás en el medio del salón, obviamente todo mundo llegaba y
me miraba como un extraño, otros me miraban mal, otros ni me mira-
ban, en fin, era una institución con estudiantes de barrios como Pete-
cuy, San Luis, la Dolores y Gaitán, quiere decir que había que estar en
la jugada porque era hostil.
Sin embargo, en una salida que tuve al baño, cuando regresé mis cua-
dernos estaban rayados y los lapiceros y portaminas se los habían ro-
bado. Recuerdo que miré al grupito de atrás que se notaban que eran
los saboteadores, y les dije: “así quieren jugar, todo bien, hágale que
yo juego”. Recuerdo que en venganza empecé a robar a todo el salón,
jajaajajja. Todo lo que dejaban a la vista desaparecía.
En esa institución yo repetía 8º, pero me encontré con unos amigos del
parche de los veleros, los de mi casa, que estaban cursando 10º grado,
siendo mayores lógico, a ellos les pasaba lo que me robaba de los del
salón y ellos lo vendían en los otros salones, teníamos un negocio y
siempre había para comer en el descanso, esto duro como 6 meses,
55
porque los cansones del salón se hicieron amigos míos y uno de ellos
era compañero de pupitre, al pasar este tiempo le pregunté que si el re-
cordaba cuando yo llegué quien me había robado! El muy sinvergüen-
za soltó a reírse y me confesó que había sido él. A partir de ese mo-
mento no volví a robar nada, parecía que la venganza ya no existía, mi
relación con todos los estudiantes crecía muy bien, empezamos a hacer
grupos de amigos con intencionalidad de muchas cosas, como jugar
futbol, hacer tareas juntos, recochar en el descanso, porque era tan pe-
queño el colegio que pasábamos el descanso en el mismo salón mu-
chas veces, pocos íbamos a los pasillos y cuando íbamos era para reco-
char o molestar otros alumnos, volarnos de clase, jajaajajja siiii, empe-
zamos a pensar en la posibilidad de volarnos del colegio, varios empe-
zaron a sumarse, el problema era que la única puerta abierta para salir
era la que quedaba al lado de la Rectoría, era angosta y solo había una
forma de salir…..distrayendo al rector o a la rectora…..efectivamente
lo intentamos varias veces pero fallamos, hasta que llegó el día que lo
hicimos.
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“tose tose”, llevábamos alcohol, algodón, ají y fósforos, al algodón lo
mojábamos con alcohol le echábamos ají y le prendíamos fuego tirán-
dolo en medio de salones de clase, eso producía que todo el que olía
ese humo empezaba a toser sin parar…jajjajajaja; comprábamos en
una tienda de químicos el “Pica pica”, jajaajajja, era un líquido que se
lo echábamos en el cuello a estudiantes y les daba una picazón muy
fuerte, jajaajajja, era parte de la recocha interminable del bachillerato.
También tengo que reconocer que había una materia que me parecía
difícil para mí, ya que yo venía de un colegio académico e industrial y
este colegio donde me habían metido era un colegio comercial, quiere
decir que enseñaban temas y materias de administración y secretaria-
do, entre esas había una materia aterradora para mí, la Taquigrafía,
hoy en día ya no enseñan eso, pero quiero decirles que era un tipo de
caligrafía que era complicado para este joven de 13 años, sin embargo
se me ocurrió “negociar” con la profesora de esta materia, yo tenía un
talento desde mi primeros años de estudio y lo había mejorado al pasar
los años: mi letra! Tenía la manera de hacer diferentes tipos de letras,
sabia crear diseños de letras, hacia letra gótica y en eso era bueno, para
marcar los cuadernos me buscaban, y esa era otra fuente de ingreso
porque yo cobraba a mis compañeros por eso, hacia trabajos de mate-
máticas a estudiantes que no comprendían, les cobraba también, tuve
un buen negocio en ese colegio, jajjajajaja, esta profesora en horas de
la tarde enseñaba preescolar y había mucha cartelera que hacer y dibu-
jos, entonces convine ayudar con eso y que me sirviera como nota en
Taquigrafía, yo le argumentaba a ella que eso no me iba a servir para
nada en el futuro, efectivamente hasta el día de hoy creo que a los úni-
cos que le sirve es a los médicos. Jajjajajaja! Así fue como pase esa
materia.
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gos cuando salía a la cancha que teníamos en la esquina, competíamos,
ahí conocí buenos jugadores de futbol que pudieron ser profesionales
en el tema, recuerdo a mi amigo, Samir, Edward, los de la ancha, y
muchos más que sacaban equipo y jugábamos hasta 4 horas de segui-
das, al no haber tecnología ni buena televisión, nuestra vida era la Ca-
lle!
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ba hacia el rostro del otro, jajjajajaja, pero todo se volvía moda y todos
imitábamos con otros chicos lo mismo.
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veía muy pequeño al lado de ella, lo cual generaba otro tipo de com-
plejo en mi e impedía que yo creyera que pudiésemos tener algo serio.
Era difícil, tenía mis propios complejos, por no tener buena ropa, por
tener el cabello como una crispeta, esponjado, por ser tan delgado que
parecía que no comía bien, y ahora la posibilidad de tener una chica
que tal vez no veía esto, pero yo si alimentaba mis complejos en esos
instantes, todas estas situaciones internas que son difíciles de contar,
no las dicen los chicos, son experiencias en esa época que había que
buscar superar, en mi caso, no tenía con quien hablarlo, pero refugiaba
todos estos vacíos o necesidades en mis habilidades, es así como dis-
traía mi mente en la recocha del salón y en el futbol.
Aunque no puedo negar mi gusto por las chicas compañeras de ese en-
tonces, en medio de todo, besé 2 chicas del salón n 8º grado, y jamás
se me va olvidar el paseo de fin de año al Pedregal de Yumbo, un lu-
gar con piscinas y canchas, un lugar donde tenía que mostrar mi cuer-
po para poder tirarme a la piscina, jamás lo hice, con la excusa de que
era alérgico al cloro, además quitarme la ropa delante de mis compa-
ñeros era complicado, ya que debajo del Bluejean o sudadera yo me
ponía y una pantaloneta o un short para no verme tan flaco. Ese mismo
día de despedida del grado muchos iban con la intensión de “vacilar”
con alguna chica, en mi caso mi compañera la “flaca hermosa” se le
notaba la intensión conmigo, pero yo como tonto evadiendo el tema,
creyendo que se iban a burlar de mi después porque andaba con una
chica más alta que yo, aun así tuvimos nuestra oportunidad de besar-
nos por largo tiempo, nos sentamos en una colina para charlar y a ver
si llegábamos a ese punto de besarnos, jajjajajaja, en ese entonces be-
sarse o “parchar” era lo máximo donde uno llegaba, había más cautela
y más prejuicios frente al sexo, sin embargo al mirar alrededor de no-
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sotros veía muchos compañeros escondidos esperando que nos besára-
mos, se reían todo el tiempo, eso bloqueo tanto ese instante en mí, que
ella y yo nos pusimos a hablar de otras cosas y yo termine alejándome
y culpándola a ella por estupideces, solo por mis complejos mentales.
En una época sin internet, sin celulares, sin redes sociales, se dialoga-
ba más y se transmitía mejor nuestros pensamientos, creo que hoy en
día puede haber muchos chicos con diferentes complejos, así como yo
me refugie jugando al futbol hoy ellos se refugian en un mundo creado
con filtros en una red social.
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bajando rápido y con mi hermano sentado en la parte de adelante del
cajón del mismo, él mostraba temor por la forma que yo conducía,
porque a veces levantaba el triciclo hacia un lado en dos llantas con el
ahí sentado, eso lo llenaba de miedo cada vez que salía conmigo, esa
noche bajamos rápido por esa calle y más adelante se veía venir un
adulto mayor en una bicicleta normal, yo lo alcance a ver y de manera
de molestar a mi hermano le dije: “vamos a estrellarnos con ese vieji-
to” jajjajajaja, él, empezó a decir que no, que cuidado, mientras ya nos
acercábamos más!, mi intención no era chocar al señor de la bicicleta
por supuesto, era solo asustar a mi hermano, sin embargo cuando ya
estábamos en el límite para girar y no ir contra la bicicleta, el señor
empezó a moverse para los dos lados y yo también, ocasionando que
de verdad nos estrellamos contra el señor, jajjajajaja, yo no podía de la
risa, mi hermano diciéndome un poco de cosas, y el señor llamándonos
irresponsables, que locura, no fue nada grave, pero mi hermano recibió
el golpe, a partir de ahí nunca más se volvió a subir conmigo a llevar
algún mercado.
Los cambios que venían con el traslado del autoservicio a un mejor lu-
gar implicaban que ya no podía manejar el triciclo porque era menor
de edad, y solamente los mayores podían hacerlo y además debían ha-
cerles un contrato, para lo cual yo no calificaba.
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Es así como tome la decisión con mi madre en contra, sentados en el
antejardín de la casa, de dejar mis estudios y dedicarme a trabajar en
otra cosa, mi madre me decía que porque lo hacía, y yo le respondí…!
ya no quiero seguir con poca ropa que vestir, ni zapatos que ponerme,
y jugar con guayos prestados, paradójicamente mi padre trabajaba el
calzado pero yo no tenía unos guayos permanentes, no puedo decir que
él nunca me dio guayos, si lo hizo, pero al dañarse estos, era muy de-
morado tener otros, por razones económicas casi siempre, así que tam-
bién quiero ayudar en la casa para los gastos y después miro como ter-
mino el bachillerato por las noches o lo que hoy se conoce como “ace-
lerado”.
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pecto, juzgaba a veces a mis padres, criticaba sus comportamientos,
pero como adolescente en esa época era muy difícil que comprendiera
o supiera por todo lo que tal vez ellos también habían pasado.
Puedo decir que pude conocerlos un poco y poder escribir de qué ma-
nera los veía yo en ese entonces:
CUCARACHO: era mi parcero, vivía con sus dos padres, pero ellos
eran muy adultos, además tenía otro hermano al cual era el primero
con el apodo de Cucaracho y fue uno de los que participó activamente
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en el parche de la Florialita, nos hicimos amigos y defendíamos nues-
tras ganas de salir adelante, anduve mucho tiempo con él, conversába-
mos todos los días de asuntos naturales como “que vamos a hacer hoy”
jajaajajja. Eso significaba hacer algo para distraer y esperar que la no-
che se acabara, él no trabajaba, pero yo sí, le costaba convivir con su
hermano, ya que éste ya consumía Bazuco y era problemático y ame-
nazaba con pegarles a sus padres, lo cual no permitía cada vez que es-
tuviese en casa, así mantuviera poco, nos cuidábamos de consumir
drogas ilegales, pues llegamos a la conclusión de que no era necesario,
solo consumíamos cigarrillo y en mi caso empecé a consumir cigarri-
llo mentolado.
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ganábamos permanentemente, los clásicos eran Cesar Tulio y el equi-
po de Héctor Abonia, buenos equipos de esa época en el barrio, mu-
chos talentos, poco apoyo para estas escuelas.
El tiempo llevo a que juntos conociéramos algunas drogas en rumbas y
reuniones de parceros, cuando empezó a coger fuerza el consumo en
nuestro barrio.
CHICHO: Este parcero vivía con sus 3 hermanos y sus padres, los re-
cuerdo bien porque hasta el día de hoy con dos de sus hermanos tengo
contacto, su padre hacia todo el esfuerzo por trabajar y sacarlos ade-
lante. Chicho fue uno de los que a pesar de la recocha siempre tuvo la
intencionalidad de estar en problemas, incluso en dos ocasiones tuve
problemas con él, la primera hubo una discusión y me invitó a pelear,
nuestras peleas en ese entonces eran a puño limpio, sin embargo, yo no
quise pelear, en ese entonces si uno no aceptaba le decían “Cagalera”
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que quiere decir que le dio miedo, jajaajajja, palabras de barrio!, sin
embargo no era miedo, ya venía yo de haber peleado en el colegio, de
haber peleado con Caldorea y de ver pelear mis padres, creo que era
evitar algo que afectara mi familia o a mí. En la segunda ocasión Chi-
cho andaba con un chico menor que todos que le decían Guillermito y
era el terror del cuchillo según me contó repollo, ya que después del
tiempo de vivir en San Luis volví a las calles de Floralia y eso me en-
contré, estando sentado con repollo en una banca atrás de la Estación
de policía, pasaron los dos en una bicicleta y nos miraron, Chicho le
dijo algo al Guillermito, el cual se bajó de la bicicleta y se acercó don-
de estábamos repollo y yo, nos dijo: ¿Quién es el más parado aquí? Y
sacó su navaja, conocida en ese entonces como “patecabra”, recuerdo
que Repollo se paró y no le prestó atención y yo también me pare y me
reí mirándolo pero camine hacia adelante, queriendo dejar que hablara
solo, evitando problemas, sin embargo, Guillermito, se me fue encima
diciéndome palabras obscenas y se me lanzó con la navaja, yo salte ha-
cia atrás pero alcanzo a cortarme levemente en la rodilla, al momento
de yo caer firme me lance sobre el con una patada en su pecho que lo
arrojé sobre una vivienda del sector, inmediatamente Chicho se me
vino encima con una patada que no logro pegar y nos paramos como
dos gallos de pelea, ajajajjaaj, le dije: ¡vamos a matarnos! Enfurecido,
él me dijo, voy a llevar la bicicleta y vuelvo. Nos quedamos en la es-
quina hasta tarde de la noche esperando que llegaran, pero nunca lle-
garon, al otro día salíamos a jugar campeonatos de futbol ahí en la
cancha y se me acerco Guillermito a pedir disculpas, que todo bien,
que no pasaba nada, en fin; así era en el barrio, igual con Chicho nos
vimos nuevamente y como amigos de calle, como si no hubiera pasado
nada, ni retaliaciones ni venganzas existían en nuestro barrio en ese
entonces.
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reto poder también tener buena ropa y buenas zapatillas, era parte de
ser parte del “parche”.
Habían algunos que no teníamos en ese entonces para las mejores za-
patillas, pero si se empezaba a mejorar el armario, jajaajajja, en mi
caso donde y trabajaba como ayudante de calzado, se fabricaban unas
zapatillas conocidas como las Corona, Clásicas y Master, replicas muy
bonitas que fueron las primeras que tuve, de todos los modelos y colo-
res tuve, parecía que me desquitaba de todos esos años que solo tuve
un par de zapatos para todo el año; así también le compré a mis herma-
nos menores para que no pasara necesidades de zapatillas.
Porras fue el chico del Parche, arriesgado para muchas cosas, pero an-
daba más tiempo con Juancho y el Negro nelson, le decíamos negro
porque para nosotros en esa época no se nos pasaba por la cabeza el
Racismo, jamás fuimos racistas, por el contrario, al desconocer ese
tema todos éramos iguales en color o juventud, lo único que se notaba
distinto era nuestra economía. Porras era el menor con noviecita, era
un chico alegre pero más adelante le gustaban las peleas. Siempre par-
ticipaba de todo lo que fuera recocha y peligroso.
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llevo a mi boca y en el camino en vez de aspirarlo con mi boca lo que
hice fue respirar profundamente llevándome el humo por mi nariz muy
fuertemente, eso ocasiono de inmediato que me dieran ganas de vomi-
tar, lo cual no permitió que en ese momento iniciara en la Marihuana,
y hasta el día de hoy nunca consumí “Bareta”, así le decíamos también
en ese entonces.
Después de un tiempo, homerito se alejó de nosotros y empezó a estar
más tiempo en la Florialita, donde la droga más rápido y era un sector
de amigos del barrio que de una manera u otra se hacía respetar.
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MIKIMA: El parcero era vecino del mismo pasaje que yo vivía, su
hermano y sus padres estaban en su casa, también se notaba pública-
mente que no pasaban necesidades gracias al trabajo de su padre, vi-
vían en una casa bien terminada. Este loco tenía como cualidad que se
reunía con nosotros también, muchas veces hablaba de situaciones que
supuestamente le habían pasado, algunas veces no le creíamos otras si,
en medio de todo había algo que importaba más que una historia…y
era que éramos vecinos, crecíamos juntos, jugábamos juntos y reíamos
juntos. Siempre tuve de ejemplo que así muchos de nosotros inventára-
mos algún tipo de situación que fuera peligrosa y que nos presentara
como villanos o capaces de hacer cosas diferentes, era con el fin de
crear un ambiente de respeto y aceptación. El ser aceptados por un
grupo o “pandilla” en ese entonces era bueno para la salud mental de
cada uno, todos teníamos historias familiares, vacíos, necesidades, to-
dos empezamos a sentirnos a gusto con los del “parche”.
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zio ya no le pegaban, físicamente era muy parecido a este personaje.
Tenía varias cualidades entre esas jugaba muy bien al Basquetbol, ju-
gaba futbol y en medio de todo hacía movimientos que generaban mu-
cha risa, contaba chiste malos e improvisados, pero siempre había al-
guien que se reía, entre ellos mi hermano, lo cual hacía que lo siguiera
haciendo. También bailaba House, Trans y hip hop de la época, era
muy divertido sus pasos y movimientos, pero si algo hay que recono-
cerle es que tenía las agallas para hacerlo por encima de lo que pensa-
ran los demás.
Era un chico que trabajaba por temporadas, aprendió la electricidad y
ganaba dinero haciendo ese tipo de trabajos, los meses que no trabaja-
ba andaba las calle de todo el barrio con mi hermano Richard. Era un
chico diferente definitivamente, pero de no olvidar.
PITU: Parcero de barrio, era uno de los que parecían de una familia
con mejores recursos económicos que otros, aunque a veces estaba en
nuestros espacios, se rodeaba más de otro tipo de jóvenes mayores que
él. También era de contar chistes, emborracharse y andar con jovenci-
tas de la época, era más un personaje de conquista, pero era noble y no
andaba buscando problemas, aunque si existía la posibilidad de algún
inconveniente o situación de peligro, él tenía respaldo para defenderse,
eso sí estaba claro. Jugaba muy bien al futbol y por supuesto vestía
muy bien para la época y eso era algo que las chicas de nuestro barrio
admiraban siempre.
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con unos “juanetes” inmensos, pero con toda la energía para jugar, re-
cochar, pelear y sabotear, era muy compadre de Porras, venia de una
familia numerosa. Recuerdo que le cambié de arrebato unas zapatillas
porque él metía su pie en cualquier talla por eso tenía esos juanetes tan
grandes, pues una de tantas modas de la época era el de tener el pie pe-
queño, porque a nuestra edad quien lo tuviera muy grande era sinóni-
mo de burla todo el tiempo. Increíble, nos quejamos de modas de hoy
en día que son muy raras y esa época había también modismos muy
bobos.
En el fondo era un chico que pretendía pasarla bien, creo que a pesar
de múltiples estilos de vida que había en su hogar, él quería decidir so-
bre su camino.
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muy a fondo, era explosivo en cuanto a su carácter, pero no conocí su
padre sino hasta después de la pelea que me buscó por una semana.
LOKO RICHARD: Siempre fue uno de los chicos más aterrizados del
grupo, tenía apoyo familiar, sus padres tenían una economía estable,
era talentoso para futbol, baloncesto y más que nadie en natación, por
eso tenía un físico grande y musculoso. No tenía problemas de chicas
porque su atractivo era suficiente, mejor dicho, yo parado al lado de él,
parecía un niño desnutrido, jajjajajaja, lo que si era cierto es que era
rebelde en su hogar teniendo permanentemente problemas con su Pa-
pá.
Su padre era un tipo alto y acuerpado también, trabajaba con el go-
bierno local y por supuesto no tenía buena relación con el Loko Ri-
chard.
Siempre fue buen amigo, no buscaba problemas sino se lo buscaban a
él, amable y también entraba dentro de la recocha de todos los días.
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Algunos se preguntarán que eso del “juego de Diablo”, en el día de la
velas, los 07 de diciembre, donde se prendían velas por todo el pasaje
donde vivíamos, conseguíamos una tapa de gaseosa, metálica era en
ese entonces, dos alambres gruesos y con dos piedras armábamos una
especie de fogón diminuto, donde la tapa la colocábamos sobre los
alambres gruesos y estos a su vez sobre dos piedras grandes y en me-
dio colocábamos una vela encendida dando su llama hacia debajo de la
tapa, dentro de la tapa colocábamos cera para derretirse y que se calen-
tara lo máximo, después venia la magia, jajjajajaja, con una distancia
adecuada colocábamos nuestra boca a una altura de la tapa caliente y
dejábamos caer “Saliva” si saliva de nuestra boca sobre esa tapa con
cera derretida, inmediatamente subía una llamarada de fuego que casi
nos quemaba la cara, jajjajajaja, era todo un desafío, era todo una ma-
nera de divertirse sintiendo algo de adrenalina; luego vino la pólvora y
efectivamente jugábamos con los diablitos, totes, volcanes, entre otros.
Era diciembre y hacíamos una cantidad de cosas que median nuestro
ímpetu y además nos hacía creer que éramos capaces de cualquier
cosa.
A veces creo que paso tan rápido nuestra niñez, creo que admiro tantas
cosas de esa época, pero también ayudó mucho la falta de tecnología
de ese entonces, porque para comunicarnos teníamos que vernos y reu-
nirnos, eso era valioso para hacer relaciones, por eso creo que hasta el
día de hoy con los que nos vemos todavía, sentimos que nos conoce-
mos muy bien de toda la vida.
Siento un gran aprecio por todos, hoy en día algunos han desarrollado
su vida después de pasar por múltiples situaciones difíciles y otros ya
no están vivos, se les recuerda y se les quiere.
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Todo este tiempo de adolescencia me enseñaba la capacidad que podía
tener para avanzar, también para dejar mis temores y complejos, que,
aunque no lo revelara en mi día a día, estaban ahí queriendo dañar mi
autoestima y mis razones para seguir adelante.
Mis 14 a 15 años fueron una etapa nueva, tanto laboralmente como so-
cialmente; empezando mi trabajo de ayudante de calzado me enfrenta-
ba al Bullying más elevado que había conocido, los zapateros en Co-
lombia tienen unas costumbres fuertes y entre ellas está el “saboteo”,
este es una forma de ridiculizar a otro o en su defecto molestarlo tanto
hasta que no aguante más.
En mi caso, fui víctima de sus intensas molestias; había un trabajador
en el taller que era “cortador”, cortaba el cuero con una cuchilla según
los moldes del calzado, tenía como apodo el “panadero” precisamente
le habían colocado ese apodo porque físicamente era barrigón y blan-
co, panadero empezó a molestarme permanentemente con mi físico,
todo los días me molestaba por ser tan delgado físicamente, a tal punto
que me daba pena quitarme la camisa para cambiarme públicamente,
siempre iba al baño a cambiarme para que no me vieran los huesos, ja-
jjajajaja, era una locura nueva que enfrentar; mi jefe que se prestaba
para la recocha también me envio por insumos que no eran los reales y
eso se prestaba para la burla de todos en el lugar, todo era una recocha
al principio cuando llegué a trabajar ahí, después ya conociendo un
poco la dinámica del lugar, no volví a caer en ese sabotaje.
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Recordé con el Bullying de este lugar mi tiempo en bachillerato, toca-
ba uno demostrar que no le importaba nada y que estaría dispuesto a
adquirir diferentes formas de comportamiento para lograr encajar o no
dejarse pisotear.
Era una etapa donde empecé a ganar buen dinero comparado con mis
obligaciones, me pagaban semanalmente, ayudaba con una parte a mi
abuela en casa, mis hermanos al menos tenían zapatillas de las que ha-
cíamos en el lugar, eso no les faltó, empecé a tener dinero para com-
prar mejor ropa, y por supuesto mejores zapatillas, que era lo que más
usábamos en esa época, y que de una forma u otra todo el mundo pres-
taba atención a eso, claro está, en esa época no vendían zapatillas re-
plicas como hoy en día que se vende en Latinoamérica mucho más que
las originales.
Creía en ese entonces que tener buenas zapatillas y buena ropa, tener
con que ir a bailar o comprar licor, era lo que necesitaba realmente.
Viviendo todavía ese año en el barrio San Luis 2, en la casa que nos
alquiló un señor al cual de apodo le pusimos Medio beso, se imagina-
ran porque, jajaja, presencié uno de los momentos difíciles después del
Asma.
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para ese entonces nunca me enojaba porque me pegaran jugando pero
recuerdo que ese día estaba tan ofendido y tenía tanta rabia que empe-
cé a responderle de la misma forma, en Cali Colombia decimos: “em-
pezamos a darnos pata” jajjajajaja, sin embargo, en un descuido que el
balón estaba dividido y un poco difícil de salir de un enredo de 3 juga-
dores, decide meter mi pie para ayudar y en ese instante ese chico me
pega con la punta del pie en mi canilla izquierda, que dolor!, inmedia-
tamente se paró el partido, la pierna se me colocó muy hinchada y tra-
jeron mucho hielo para ponerme, se detuvo el partido, y se terminó el
partido en ese instante.
Por mucha rabia que tuviera y que casi me voy a golpes con ese chico,
mi pierna me dolía mucho, después de 1 hora colocándome hielo me
calmó el dolor y cada uno se fue para su casa.
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Por el momento debía estar hospitalizado por 8 días, ese primer día
abrieron un hueco en mi canilla y con una toalla en mi boca para mor-
derla y soportar el dolor, el medico empezó a apretar mi canilla con
sus manos y por el hueco que abrieron iba saliendo sangre con Pus,
sangre con infección; el dolor era terrible, asi que cada día debían ha-
cerme una sección de drenaje.
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Después de esa semana que salí del hospital volví a trabajar normal-
mente, y volví a salir a la calle pensando que no podía volver a jugar
futbol nunca más. Así continuaba con mi vida, riendo en la esquina de
mi casa y trabajando en un taller de zapatería, consumiendo desde esa
edad cigarrillo mentolado y cerveza, los miércoles y sábados no falla-
ba en mi trabajo la salida al billar con algunos compañeros y en mi ba-
rrio por las noches empezamos a reunirnos en un billar de la esquina
de la calle donde manteníamos, siempre había manera y excusa para
pasar el tiempo, explorando y haciendo cosas de chicos en la calle del
barrio.
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lo tanto andaba con dos botellas de vidrio de un litro para lavarme per-
manentemente el rostro; me subí en el bus Papagayo 7 y le dije al cho-
fer que por favor me llevara en esos $200 e inmediatamente subí mi
pierna por la registradora, era normal, ya lo había hecho antes, pero
este chofer empezó a gritarme que me bajara, que le pagara completo o
si no me bajaba, que vergüenza, todos los pasajeros me miraban, hasta
que uno de ellos le paso el excedente y me dijo, ¡hágale parcero, todo
bien!, yo me senté avergonzado y con ganas de estallar, en todo el ca-
mino la gente iba hablando de lo sucedido a tal punto que me llene de
rabia y esperé que el bus estuviera cerca donde yo me bajaba en el ba-
rrio Floralia, el bus en ese entonces llevaba casi 10 pasajeros solamen-
te, yo me acerqué al chofer y empecé a insultarlo, inmediatamente el
detuvo el bus y lo dejó cruzado en la calle, la gente del bus empezó a
bajarse por las ventanas y puerta y quedamos él y yo en el bus, el cho-
fer con un machete y yo con las dos botellas en mi mano…….la ver-
dad …….yo le tiré una botella de vidrio y me tire por una ventana, co-
rriendo lo más rápido posible hasta llegar a mi casa; fue una escena de
susto pero de satisfacción por haberme liberado de la rabia contra el
chofer, todo un espectáculo, jajjajajaja, como olvidarlo!
Lo segundo que no podré olvidar tiene que ver con una bicicleta, en
ese tiempo el dueño del taller había viajado a San Andrés Islas y había
traído varias cosas, entre ellas varias bicicletas, una de ellas se la había
dado a mi antiguo jefe, era una todoterreno, yo había comprado una bi-
cicleta blanca caja ancha y un día le dije al parcero que cambiáramos,
que me permitiera irme en la todoterreno y él se iba en la mía, solo por
ese día, porque yo estaba enfermo, tenía fiebre y me faltaban las fuer-
zas, llevaba esa noche incluso unas Sábilas para un remedio, recuerdo
que llegando a la calle 70 con Cra. 1 cerca al cementerio metropolitano
del norte, me salieron 4 chicos en dos bicicletas, uno de ellos con un
machete en la mano, gritándome que le entregara la bicicleta todote-
rreno.
Inmediatamente yo tomé del asiento la bicicleta y le dije: ¡parcero la
todoterreno no es mía, llévese mis zapatillas y el reloj les dije!
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solté la bicicleta; no voy a negar que mientras caminaba hacia la entra-
da del barrio pensaba lo mismo que pensé cuando me robaron en el co-
legio de San Luis, quería robar a todo el mundo, era como un espíritu
de venganza e impotencia que crecía dentro de mí. Pasando la calle 70
entrando por la carrera 3N del barrio, se me acerco un vehículo negro
antiguo, muy viejo, y una vos que me dijo: ¡hola parcero, súbase que
le cogimos el ladrón!
Eran unos amigos del barrio que les decíamos “los metaleros”, ese
apodo era porque vivían en una subcultura de amor por la música me-
tálica y sus manera de vestir era igual a sus gustos musicales; ¿se ima-
ginan que pensé cuando vi a l chico que había lanzado a darme con ese
machete al cuerpo?, inmediatamente le pegué una patada en su pecho
y nos fuimos con él supuestamente donde los otros compañeros lleva-
ban la bicicleta, era una vivienda ubicada en la calle 72 con cra. 3N del
barrio Floralia, ahí nos bajamos, éramos 4 amigos más el chico ladrón,
lo bajamos a empujones y entramos a esa vivienda, salieron unas per-
sonas diciendo que ahí no habían dejado nada, pero si era notable que
conocían al chico ladrón; al no haber respuesta inmediata, le dijimos a
ellos y en especial a ese chico ladrón que volveríamos a esa casa en
una hora, que si la bicicleta no estaba íbamos a tener serios problemas,
eso fue una locura, mis amigos “metaleros” y yo nos fuimos hacia la
casa donde ellos mantenían, se unieron 3 más al grupo para ir por la
bicicleta en el carro viejo que andaban, ahí nos subimos todos, arma-
dos con cuchillos y machetes, parecíamos una banda de descuartizado-
res, jajaajajja, sin embargo, al llegar al sitio nuevamente, salió una se-
ñora adulta y sus hijos diciendo y suplicando que no les hiciéramos
nada, que ese muchacho era del barrio pero que realmente no lo cono-
cían bien, en fin, perdimos la ida, ya que el ladrón se había ido y esa
noche la bicicleta no apareció.
81
do y con ganas de pegarle una puñalada, jajjajajaja, lógico eran pensa-
mientos de violencia que tenía en esos momentos.
82
Cuando llegamos a la casa de la señora presidente de la Junta Comu-
nal, tocamos la puerta, efectivamente ella nos abrió y mi jefe empieza
a hablarle sobre el asunto del hurto de la bicicleta, ella me mira y le
dice a el que ellos entregaron la bicicleta a la Estación de policía por-
que les dio miedo y me señalaba diciendo que había ido con casi 30 jo-
venes todos armados buscando esa bicicleta, jajjajajaja, obviamente
era falso, éramos solo 7, pero bueno, la señora invento eso, mi jefe me
quedo mirando y yo le dije que era falso, sonriendo, nos fuimos hasta
la estación de policía del barrio La Rivera y después de todo el trámite
se nos entregó esa bicicleta.
Con esta bicicleta de color blanco caja ancha tuve dos experiencias
más, parecía que la vida me estaba empujando a vivir en un ambiente
peligroso y delincuencial, cada situación que vivía sentía que mi ca-
mino estaba destinado a volverme “malo” o peligroso, por otro lado,
realmente yo no quería para mi ese futuro, era una lucha permanente
en mi diario vivir.
83
En Colombia, el respeto por la vida y por las personas empezó a per-
derse hace mucho tiempo, el odio, la envidia, el narcotráfico, el dinero
rápido, el salir rápido de pobre, la lucha con el hambre, el tener vestido
y protagonismo, la educación de baja calidad, todo empezó a gestarse
desde hace muchos años, de tal manera que hoy tenemos una cultura
INDIVIDUALISTA Y DE GANSTERS.
Era el año 1995, yo tenía 15 años, y en Cali había un furor muy alto
con el narcotráfico más fuerte que nunca, a la vez había mucho em-
pleo, origen del dinero y lavado que se movía en la ciudad, en mi caso
trabajaba a veces hasta tarde porque siempre había mucho trabajo en el
sector del calzado, pero a su vez crecíamos muchos jovenes rodeados
de alternativas de violencia que no lo veíamos venir.
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Me hice amigo de un par de hermanos que trabajaban conmigo, vivían
en el Rodeo; uno de ellos estaba vendiendo una pistola 765 cromada,
una belleza de pistola, inmediatamente hice negocio con él, era un día
viernes en horas de la tarde, sin embargo, quedamos en que le entrega-
ría el dinero al otro día a primera hora y él me la guardaba solo por
esas horas; el negocio ya estaba hecho, ya me veía con una 765 empo-
derado y sin pensar en las consecuencias.
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mi mamá muera te voy a matar! Y yo diciéndole … ¡te voy a matar
primero hp!
Estaba sentado esperando que entrara por ese portón del lugar el chico
amigo del Rodeo quien había quedado a primera hora de entregármela,
mientras tanto yo con los $400 mil pesos listos en mi bolsillo.
86
moto, llevaba con él la pistola que te iba a vender, en estos momentos
lo van a judicializar!
Realmente hoy en día cuando recuerdo ese momento, creo que el uni-
verso conspiró para yo no cometer homicidio.
Así fue, que renuncié y me dispuse a buscar trabajo en otro lado, duré
casi 3 meses sin empleo, pensando que había cometido un error al
salirme de allá, pero por otro lado también pensando que tenía que ha-
cerme respetar.
En un día entre semana que había llevado varias hojas de vida a talle-
res de zapatería, no había conseguido trabajo todavía, ese día hasta sin
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almorzar estaba; llegué al barrio siendo casi las 4:00pm, acercándome
al “parche” donde estaban varios amigos ahí, me quedé ahí renegando
de mi día, y de conversa en conversa dije: ¡estoy tan estresado que me
doy en la cara con cualquiera! Jajjajajaja, efectivamente uno de los
muchachos de ahí reaccionó diciéndome que yo era “picado a loco” y
que si quería peleáramos a los golpes; la verdad este muchacho recién
había llegado al grupo, los policías nos decían pandilleros, tenía ganas
de probar, y en efecto, salimos a pelear…empezamos a darnos puño
separados, lo cual en eso parecía que yo ya le había pegado más que lo
que él me había pegado, en un instante me fui encima para ya golpear
más fuerte y me resbalé cayendo al piso y por supuesto él aprovechó y
me cayó encima de mi pecho, dándome puños sobre mi cabeza y yo
tratando de soltarme, era difícil, hasta que logré soltarme y el chico
empezó a correr hacia su casa, yo corriendo detrás de él, lo alcancé
cuando iba entrando a su casa y le propiné una patada en la espalda en-
viándolo hasta adentro de la casa, ahí salieron ya unos adultos y me to-
có correr hacia donde yo vivía.
¿Quería pelear? Ahí tuve para calmar mi estrés, jajjajajaja, sin embar-
go, parecía que yo había sido el que perdió la pelea, pero me tocó dejar
de salir de mi casa por una semana entera, ya que el papá del chico me
estaba buscando, supuestamente para arreglar cuentas conmigo. ¡Yo
pensaba que como era posible si el más golpeado de la pelea había
sido yo! Jajaajajja.
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te y que siempre voy a admirar, las peleas de muchachos son solo re-
cuerdos, pero las muertes de nuestros amigos son difíciles de olvidar.
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y 6 botones, jajjajajaja, habíamos dos del “parche” que estuvimos po-
seídos por el juego “tetris”, competíamos todos los días y cada vez se
hacía más desafiante avanzar en el juego mucho más; el Richard era
bueno en el juego y yo era competente, tanta era la locura con ese jue-
go que yo caminaba por las calles y veía las figuras en el aire y yo ar-
mando el “tetris”, realmente estábamos poseídos por ese juego, ajajaj-
jaaj.
Inmediatamente salté hacia un lado del susto y corri lo que más pude,
ahí empezaban prácticamente nuestras pruebas callejeras en pleitos y
amenazas por territorio, creyéndonos dueños del sector y con pensa-
mientos de hacer respetar “los veleros”, jajaajajja, eso suena hoy ab-
surdo, pero si así éramos.
90
Hay muchas situaciones vividas en esta época, sin evidencia porque no
había internet, por supuesto nada de redes sociales, la televisión era
muy escasa, eso permitía que pasáramos todo casi todo nuestro tiempo
libre en la calle, haciendo muchas cosas a la vez, incluso una vez un
amigo me puso de apodo también “el chontico”, decía que, porque ju-
gaba todos los días, (chontico es una lotería local).
Todo era una mezcla de muchas cosas, en este camino salíamos a bus-
car chicas con quien besarnos o nos dieran el “parche”, en esta época
le decíamos así cuando buscábamos besar a alguien. De verdad que si
tuvimos oportunidad a pesar de todo siempre había chicas que salían
con nosotros así fuera solo a escondidas.
A escondidas porque no era tan abierto ese tema, era un tabú, poco a
poco apenas se estaba despertando el interés de ir más allá, una rela-
ción sexual, aunque era pensada no era tan lanzada como lo es hoy en
día.
Los lugares más concurridos para uno ir con la chica a besarse y abra-
zarse eran: el parque de la estación de policía, la calle sin pavimentar
de la 2ª. (todavía hoy en día esta sin pavimentar, ajaja), la casa de al-
gún amigo que estuviera sola sin sus padres, en los parqueaderos oscu-
ros, detrás del polideportivo de floralia, siempre buscando los sitios
más oscuros.
Había más cuidado con los temas de relaciones porque no había en ese
entonces medios de comunicación ni redes sociales que estuvieran ali-
mentando ese tema en nuestras mentes; existía las películas que alqui-
laban en Beta o Vhs de pornografía, pero era todo restringido en su
mayoría.
91
Cada uno empezaba a explorar su cuerpo como se iba presentando la
oportunidad.
Para este tiempo a pesar de que ya vestía como yo quería, tenía dinero
cada fin de semana, parecía que estuviera incompleto, algo no andaba
bien, pero mi vida se marcaba prácticamente en lo mismo de mis fami-
liares, fiestas, licor y mujeres; eso era lo que se veía venir……
92
Cada mañana al despertar pensaba en que debía ser mejor, quería tra-
bajar y verme en el futuro terminando mis estudios y sin pasar necesi-
dades económicas, era algo que estaba clavado en mi cabeza, incluso
para esta época era super egoísta, solo ayudaba a mis hermanos en los
zapatos y a mi abuela prácticamente le devolvía lo que invertía en el
almuerzo que yo llevaba, cuando ya me dieron crédito en el restauran-
te cerca de mi trabajo, ya tampoco ayudaba mucho a mi abuela; estaba
creciendo mi individualismo y mi arrogancia.
93
De ese lugar recuerdo la recocha que vivía con los compañeros, las
fiestas y rumbas todo el tiempo en Juanchito y en sus casas, los festi-
vales de Juanchito con agua y harina incluida, fue una etapa donde bai-
laba mucho y a la vez tomaba mucho licor.
Saliendo por las tardes a abordar el bus, tocaba que caminar alrededor
de 1 kilometro para llegar al paradero, pasando por el puente de Juan-
chito rumbo a la calle 70 con Cra. 8. De Alfonso López, había que
salir en grupos y por la mañana también tratar de pasar el puente en
grupos de personas porque era muy peligroso, siempre había ladrones
buscando victimas en ese puente.
Así fue como en el camino y hablando con la chica que siempre son-
reía, Adriana, así se llamaba, me contó una vez que también vivía en el
barrio Floralia, efectivamente a partir de ese momento empezamos a
abordar el mismo transporte en la tarde cuando salíamos.
94
ajajajjaaj, sin embargo le dije que no podía irme con ella porque iba
para el centro de la ciudad a comprarme unas zapatillas que quería
hace rato, unas Reebok Classic, eran las zapatillas más clásicas de esa
época y los que la usábamos dábamos la impresión de tener unos muy
buenos tenis, eran espectaculares, hoy en día no los volvieron a hacer
igual ni originales solo replicas, pero eran muy cómodos y sencillos;
ella me dijo que si me podía acompañar al centro, obviamente el dije
que sí, terminada la jornada laboral salimos hacia el centro a hacer la
compra.
95
Referente a mi primer historia de amor, todo empezó a tornarse raro en
el trabajo, ya que los compañeros suponían que ella y yo ya teníamos
algo, entre recocha de zapateros nos insinuábamos cosas todo el tiem-
po; esto generó en varios compañeros hombres un malestar, ya que
ellos siempre le coqueteaban a ella, bueno, en Cali Colombia tenemos
un término para esto “le echaban los perros” ajajajjaaj, así es, siempre
la molestaban y ella a ninguno le prestó atención, luego llego este jo-
vencito y la sedujo, obviamente hasta el supervisor me miraba mal, me
decía cosas negativas, casi que me decían que ella era mucha mujer
para mí, sin embargo, no les prestaba atención por el contrario nadie
sabía si era oficial o no, ni yo lo sabía, solo nos habíamos besado, ha-
blábamos de muchas cosas pero nunca nos dijimos que era algo serio,
solo hasta el momento de una fiesta de cumpleaños de una compañera
de trabajo donde fuimos y bailamos toda la noche, obviamente no solo
bailaba con ella, siempre me gustó mucho la rumba y muchas compa-
ñeras me sacaban a bailar y algunas en medio de todo me apretaban y
se formaba una recocha por cualquier insinuación sexual.
Esa noche recuerdo que una chica salió a bailar conmigo un reguetón
de esa época, una canción de El General, ella casi me sube las piernas
a la cabeza, jajjajajaja, fue un muy buen baile, pero después de esa
canción, la chica que estaba conmigo me abrazo y besó delante de to-
dos los asistentes, ahí fue realmente público lo que teníamos y eso en-
fureció mucho más a los pretendientes que había tenido.
96
Son muy buenos recuerdos, muy buenas personas que conocí en esa
empresa de calzado en Juanchito, eran en su mayoría mujeres muy tra-
bajadoras, con problemas personales como la mayoría de las madres
solteras de nuestra ciudad, admirables, siempre las llevo como un gran
recuerdo de mi vida y crecimiento como persona.
Fue una época de transición, una juventud acelerada que tenemos mu-
chos jovenes de estrato 2 en Colombia, con 16 años y con comporta-
mientos, vivencias, fiestas y licor como si fuera de 20 años.
Eran tiempos de mucha adrenalina, todos los días había algo por expe-
rimentar, en ese querer experimentar pasó lo inevitable; los diferentes
tipos de drogas empezaron a contaminar el grupo…..y no me refiero al
consumo, en realidad y en mi experiencia el consumo no es el proble-
ma, solamente el hecho de que empezaran a consumir muchos de mis
amigos y no hicieran nada más……eso es lo que realmente empieza a
generar consecuencias negativas en el comportamiento y en la salud,
además de que según la droga que consuma y como la asimilan los
cuerpos así mismo se evidencian actitudes poco sanas.
97
En mi caso, consumí varias veces “perico”, llego el día que mi inteli-
gencia salió a relucir; estábamos en una discoteca del barrio “mi bella
época” así se llamaba, y un primo después de varias horas de tomar li-
cor y bailar, me entregó una “bolsita” de un gramo de “perico” con es-
tas palabras: “paséese primo que se le quita la borrachera”, en Cali Co-
lombia le decimos “Pasearse” al consumo de un gramo de perico; ósea
que si alguien tiene cocaína en su poder, el hecho de aspirar por su na-
riz un gramo del mismo, le llamamos “pase”; después que mi primo
me entrega la bolsita de perico, me dirijo al baño a hacerlo, cuando es-
toy frente al espejo del lugar, viene algo a mi mente diciendo: de ver-
dad esto quita la borrachera?, inmediatamente tiré la bolsita por el ino-
doro y no la consumí, quería ver si de verdad causaba el efecto que
todo el mundo decía, esa era una oportunidad verla en otra persona,
efectivamente cuando salí del baño venia mi primo y me pregunto si
ya lo había hecho, ¡listo! le dije, y él entraba a lo mismo.
98
das y económicas de una población desprotegida por el Gobierno na-
cional.
99
Varias veces salía de una fiesta directo para el trabajo, no alcanzaba a
cambiarme, a pesar de que tenía oficialmente una novia, cada vez que
salía de su casa me iba para alguna rumba o en su defecto terminaba
sentado en algún lugar con los amigos tomando cerveza.
Siendo una época acelerada, donde todos los de mi edad queríamos vi-
vir las cosas que nos ofrecía el mundo, además de poder buscar felici-
dad, casi todos veníamos de hogares diferentes, pero todos teníamos
unos vacíos que llenar e inconscientemente los buscamos en la calle,
en amigos o amigas, en trabajos o en las drogas.
Poco a poco fui quitando mis ojos del futuro futbolístico que en algún
momento quería y me sumergí en un mundo donde solo importaba te-
ner dinero y divertirme, creo que fue lo más ignorante que pude hacer,
pero yo no contaba con concejos de mis padres ya que ellos tenían su-
ficiente con sus cosas y problemas, empecé la carrera de una juventud
que hacia lo que se le presentare en el día a día.
100
Recuerdo una ocasión jugando billar donde siempre nos reuníamos la
mayoría del parche, que estábamos en el juego y tomando cervezas;
cuando de repente don David, uno de los últimos entrenadores que
tuve me tomó por el cuello de la camiseta y me apretó contra la pared,
enfurecido me gritaba: ¡porque estás aquí? ¡Este no es tu lugar! ¡Tie-
nes que estar jugando futbol y concentrado en tu futuro! Me gritaba
con tanta rabia, que lo único que yo le manifesté fue que él no tenía ni
idea de lo que hablaba, que si yo no había continuado era porque no
aguantaba más tener tantas necesidades de dinero para estar en ese ca-
mino.
Por otro lado, empezaba a sentir que a pesar de que ya no me hacía fal-
ta dinero sentía que me hacían falta otras cosas, de tal manera que los
vacíos emocionales empezaban su crecimiento.
101
de hacer lo mejor posible, eran decisiones que cada uno debíamos to-
mar y después de esto empezaron a ocurrir lo único que faltaba en este
tipo de historias: la muerte.
102
un futuro con ella, a pesar de mis temores por ser tan joven todavía, no
le tenía miedo a lo que pasara ya que me sentía confiado por estar tra-
bajando y tener comportamientos de adulto a pesar de mi edad.
Para muchos yo me veía de más edad, pero la realidad era que vivía
una etapa de experimentación y desarrollo acelerada.
103
importaban los problemas de los demás, pero si podíamos ayudar a al-
guno de nosotros, lo hacíamos sin condiciones.
Llevaba como una doble vida, por un lado, mi noviazgo con alguien
dos años mayor con pensamientos más aterrizados y mi trabajo con
empresa sólida, y por otro lado mi inclinación por las aventuras de la
calle; era algo que tenía que definir para no andar en un lado como el
jovencito menor de edad y en otro lado como el joven adulto y respeta-
do.
Juancho y yo, les dijimos que no íbamos, ellos no les gusto, y el Loko
Milt….encabezo la ida con la pistola de balines en su cintura; cuando
iban 2 pasajes adelante, Juancho y yo decidimos ir a acompañarlos por
si de verdad pasaba algo o eran mucho más en número. Al ir nosotros
más atrás viendo lo que acontecía, recuerdo que los 4 de nosotros pa-
saron por el lado del parche amenazantes pero sin sacar armas y
voltearon hacia la cancha de Pascualito, como nosotros veníamos una
cuadra atrás, los del otro grupo no nos vieron, ellos cuando los nues-
tros voltearon y habían avanzado una cuadra hacia la cancha, sacaron
2 pistolas 9mm, los dos que veníamos atrás al ver eso atravesamos un
pasaje que cruzaba antes hacia la cancha para gritarles, lo hicimos muy
104
rápido, al llegar a la cancha yo grite: ¡cuidado muchachos! ¡cuidado!
En ese entonces esos otros chicos empezaron a disparar.
Recuerdo ese instante donde pensé que iba a morir por una bala de
esas, pasaron cerca de mi cabeza haciendo zumbidos mientras corría-
mos sin parar, ellos tampoco se detenían y nos disparaban constante-
mente.
Llegando a la calle 72E con cra. 3N recuerdo que había unos amigos
parados con globos llenos de agua, pues era lo tradicional ese día,
cuando ven que vengo corriendo, sin tener idea que venía huyendo,
uno de ellos dice ¡mira johnson! y me tira un globo con agua que co-
necta perfectamente en mi cabeza a la misma vez que yo iba en veloci-
dad, ¡que puntería! Ajajajjaaj, inmediatamente me pega ese globo con
agua yo me caí al piso y uno de los que venía disparando me apunta
para descargar otro tiro de bala, como pude salté lo más rápido que
pude y corrí hacia la cancha de la estación de policía.
En ese momento entendí que no era el camino que quería tomar, que
merecía algo distinto, que no podía seguir arriesgando mi vida de esa
manera.
105
A partir de ese día comencé a alejarme un poco del parche, ya mante-
nía más tiempo donde mi novia y las fiestas los fines de semana, las
noches jugaba más futbol y dormía un poco más algunas veces.
106
minar por todos lados se sabe la vida de todo el barrio, ajajajjaaj, y
como el karma llega porque llega, hace poco no se había vuelto a ver
por las calles de Floralia y una señora que también le gusta hablar de
más, empezó a decir que a Sombra lo habían encontrado muerto y sin
cabeza, ¡qué horror!, esa noticia estuvo como 3 meses en el barrio has-
ta que de pronto apareció nuevamente, jajjajajaja.
Estos amigos “paisas” vivían en la calle 72K donde nos conocían muy
bien, porque por muchos años manteníamos en esa calle con chicas
que vivían en ese pasaje, fue una etapa movida con futbol, rumbas y
apuestas, incluso en el mes de diciembre compartíamos los tradiciona-
les “asados” y departíamos con vecinos y amigos recurrentes del sec-
tor.
Los fines de semana, algunos que pasaba con mi novia por donde ellos
estaban, me molestaban diciéndole a ella que si era otra novia…jajjaja-
jaja……así era la calle, no dar “papaya” (en Cali significa, descuido)
molestando porque llega el día que también te molestaban públicamen-
te.
En medio de este estilo de vida que había adoptado en esa época y los
diferentes amigos que tenía, surgió algo impredecible por mí; mi novia
que se había ido a vivir con su madre y sus hermanos al barrio Marro-
quín tenían una fuerte creencia en Dios a través de una religión a la
cual llevaban muchos años participando, yo personalmente nunca lo vi
venir.
107
Aun desafiando el peligro y desafiando la muerte yendo a visitar mi
novia, no vi venir que ella ya estaba visitando fuertemente ese sitio y
como solo nos veíamos los fines de semana, era más fácil para ella ir a
congregarse sin que yo lo supiera.
Fueron varias visitas que me quedaba con ella, varias salidas que me
mostraban que era buena chica, pero ya la creencia en ese tipo de reli-
gión había presionado su existencia.
108
Así fue que para el mes de noviembre del año 1998, la llame por telé-
fono fijo un domingo en la mañana y le dije que iría a su casa por la
tarde, era un día que teníamos para vernos y poder ponernos al día de 2
semanas sin sentirnos ni besarnos, ella me respondió que me esperaba
sin problema; recuerdo que estaba lloviendo y yo iba vestido con cha-
queta, cuando llegué a su casa, me abrió una de sus hermanas y me
dijo que ella estaba dormida. No les negaré que me dio mucha rabia
porque si sabía que yo iba cómo es posible que estuviera dormida, ese
era mi argumento, sin embargo, la hermana fue a llamarla y pasaron 5
minutos para que ella se levantara y se acercara a mí.
Estaba decidido, me iba a volver evangélico con tal de estar con ella,
ajajajjaaj, sin embargo, en ese instante ella se enojó y molesta me em-
pezó a decir que yo se lo había prometido y otras cosas bastante mo-
lestas.
Quiero decirles que, durante ese fin de año, no volví a saber de ella, ni
llamadas ni nada, literalmente habíamos terminado; yo tomé esa deci-
sión cuando vi que para ella era más importante cumplir con su asis-
tencialismo religioso que compartir conmigo; respeto mucho las creen-
cias religiosas, pero no aceptaba ese tipo de reglas que abusan contra
la libre expresión y el libre albedrío.
109
Quiero manifestar que para ese entonces yo desconocía por completo
los temas de Dios, en mi mente solo recordaba las veces que me obli-
gaban ir a las famosas procesiones con unas estatuas que les llamaban
Santos y que nos hacían caminar por todo el barrio rezando y cantan-
do, pero también recuerdo que de esas procesiones nos volábamos y
terminábamos en nuestras casas con cualquier excusa, la mía siempre
era que me dio ganas de entrar al baño, era una excusa perfecta porque
cada año decía algo distinto.
Recuerdo que llevaba puesto una ropa de moda de ese entonces, una
camisa bordada con todo el elenco de la “Warner Bros” en la espalda,
de marca Tommy Hilfiger, un pantalón en drill café, y unos zapatos
“apaches Topsider” era lo último en zapatos, jajjajajaja, mi correa de
cuero, cadena y un reloj Adidas original, era todo un traje de barrio,
pero listo para la ocasión.
110
Después de salir de la discoteca “mi bella época” o “ilusiones”, ya no
recuerdo muy bien cuál era el nombre de acuerdo a la época, lo que es
cierto es que era en el mismo sitio; me dirigí hacia mi casa y me en -
contré unos amigos con los que converse y tome cerveza hasta las
6:00am, luego entre a mi casa y me recosté en el mueble, donde me
quedé dormido; siendo las 10:00am abrí mis ojos con una “resaca en
mi garganta” terrible, inmediatamente me lave un poco la cara y salí a
buscar donde tomarme un caldo o “consomé” como lo llamamos en
Colombia.
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Continuamos con nuestro fin de semana de rumba, bebimos todo el
tiempo, antes y después del partido, bailamos con mi tía y llegada la
noche, siendo casi las 10:00pm salimos a abordar un taxi rumbo a Flo-
ralia nuestro barrio. Llegando al barrio nos bajamos en donde había-
mos estado en la mañana, mi primo siguió para su casa y yo volví a
entrar a la discoteca, aprovechando que vi unos amigos en el sitio.
Nuevamente estaba en la pista de baile, talvez cansado, pero no lo sen-
tía mucho seguramente por mi estado de alicoramiento.
Salidas con grupos de amigos hacia la Feria, salidas a bailar con ami-
gas, salidas con los del parche a Dapa, siempre había algo por
hacer.
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Recuerdo una de esas noches nosotros estábamos ahí en nuestro árbol
conversando, esperando que fuera un poco tarde para irnos a arreglar
por ser fecha especial de diciembre, estábamos el LOKO MILT…EL
LOKO RICHARD…EL CHICHO…EL REPO…Y otros dos más que
no recuerdo bien, cuando llegó al lugar otro chico que vivía por la ca-
lle 72H pero con 3BN, que estaba como quedando loco y decía incohe-
rencias, lo terrible de su acercamiento a nuestro sitio, donde solo está-
bamos fumando cigarrillo y tomando aguardiente mientras se hacía
más tarde era que él llevaba en su poder una bolsa de 1 libra de ma-
rihuana, eso era una bolsa muy grande, sin embargo la guardo debajo
de una piedra mientras conversaba con nosotros.
Nunca voy a olvidar que la cancha donde nos ubicábamos nosotros te-
nía problemas de iluminación y solo veíamos claramente como hasta
casi 30 metros de donde estábamos nosotros; mientras teníamos nues-
tra conversa y echábamos chistes, mi mirada se dirigió hacia al frente
donde estaba la oscuridad y logré ver cómo iban saliendo soldados del
ejército nacional; lo primero que se me vino a la mente fue pensar en
esa bolsa grande de marihuana que ese chico tenía donde nosotros es-
tábamos y de inmediato grité…..Corrannnnnnn……
Recuerdo que a los dos que se metieron a la casa, el ejercito los quiso
sacar a la fuerza, al REPO…. Lo pusieron a hacer ejercicios, fue un
caos en un momento donde había algo con nosotros que nos habían
podido judicializar por eso. ¡Qué suerte! Jajjajajaja.
113
cocha”, la manera de pasarla bien, nos veían en la esquina de la 72i, o
en la esquina de la 72L, en la 72K, en el billar de la 72i, en la peluque-
ría de Karina (una loca historia con esos peluqueros Gay) o definitiva-
mente en las escaleras de la cancha de microfutbol.
Ya después de un tiempo algunos empezaron a ir a pasar tiempo en el
sector de la Florialita, en mi caso mantenía por esos lados, pero más en
alguna fiesta o rumba, o con algunos primos o amigos.
114
En el barrio empezamos a naturalizar las muertes, se iniciaba todo un
tema territorial y de poder en las calles sobre el control de la venta de
drogas, que ese entonces solo eran dos sitios que vendían “Perico y
marihuana”, si alguien necesitaba Basuco o cualquier otro tipo de dro-
ga le tocaba trasladarse hasta el centro de la ciudad.
Mientras vivía este tipo de cosas y aventuras en el barrio, mi otra face-
ta de trabajador de una empresa grande y reconocida me enseñaba a
convivir con otros diferentes a los del barrio, así fue como en esa em-
presa Grupo Moda, me convertí en un chico multifacético y multifun-
cional, aprendí a operar muchas máquinas de ensamble, en mis tiem-
pos libres me dedicaba a aprender y lo hacía muy rápido, de tal manera
que me volví casi indispensable para el jefe de personal y supervisor.
Por este motivo cada fin de semana tenía partido y eso evitaba un poco
que siguiera con la rumba de los sábados en la noche, me enfoque un
poco más nuevamente en el futbol y llegaba a descansar después del
partido.
115
gran ayuda para cumplir sus resultados diarios; era el más joven de esa
bodega de ensamble y por supuesto molestaba como cualquier hombre
rodeado de zapateros.
Sin embargo, para esa época pasaron varios actos en nuestra ciudad
que generaron pánico, pero también algo novedoso en materia delin-
cuencial. Nació una banda de ladrones que se hacían llamar “Los
R15”, estos hombres eran un grupo grande de ladrones bien armados
que se movilizaban en carro y motocicletas Rx 115, estas motocicletas
eran conocidas en el país como transporte de personas que estaban en
algunos actos delictivos, una moto rápida y fácil para hacer maniobras
de escape; robaron varios carros de Valores, aquellos que transporta-
ban dinero recaudado de los bancos y un evento en plena Avenida 3N
con calle 44 donde hay 3 bancos, pararon el tráfico con armas de largo
alcance y mientras el tráfico estaba suspendido y la gente no compren-
día la escena de película que veían, otros de ellos entraron a los 3 ban-
cos y los robaron a la misma vez, increíble, un superrobo de película.
Este evento fue impactante para nuestra ciudad y por supuesto la poli-
cía y el DAS en ese entonces salieron a cazar los bandidos; fue des-
pués de un año que viendo las noticias en el periódico el País, cuando
salió en primera plana: “Capturado el jefe de los R15”, efectivamente
ahí estaba la foto del hombre costeño que durante 2 años había trabaja-
do junto conmigo, con quien habíamos salido a bailar en las despedi-
das de la empresa, a quien veía irse en un coche viejo Renault, ahí es-
taba en primera plana; claramente el trabajar ahí en la empresa era un
camuflaje, por supuesto desmantelaron la banda de los R15, captura-
dos y otros muertos, solo uno de ellos según cuentan las calles logro
salir del País.
116
Para este diciembre de risas y penas, llegó la navidad y el fin de año, la
verdad en mi casa era el tener una comida el 31 de diciembre, compar-
tir en familia hasta que llegaran las 12AM y después abrazarnos, dar-
nos un deseo de feliz año y después cada cual salía de la casa rumbo a
donde tuviera Parche o rumba.
Mientras mis tíos y abuela seguían en la casa bebiendo y hablando.
El 24 de diciembre ya con nuestra edad se perdió el tema de los rega-
los.
Ya no había niño Dios ni Papa Noel, solo unos jóvenes buscando calle.
117
pronunciar palabra, parecía una historia de amor y reconciliación, jaj-
jajajaja.
Nos abrazamos y ella me dijo al oído que saliéramos juntos más tarde,
que la recogiera al salir ella de trabajar y la acompañara donde una se-
ñora que le estaba haciendo unos vestidos y de ahí salíamos a algún si-
tio a comer algo y conversar. Tengo que decir que físicamente había
cambiado un poco, tenía un vestido largo debajo de la rodilla, sin nada
de maquillaje y nada de reloj ni cadenas, algo referente a la religión
que seguía. Sin embargo, para mí en ese momento se veía hermosa y
llegue a pensar en organizar mi vida ahí, así me tocara entrar a ese reli-
gión.
Estoy escribiendo este tema amoroso no por los detalles sino por lo
trascendente que fue esta experiencia después de unos años, ajajajjaaj.
118
horas, nos llegó la noche, quedamos en vernos de nuevo y empezar
una nueva etapa, yo la despedí en el bus que abordó y mi corazón que-
do satisfecho.
Tengo que decir que después de ese día no volvimos a hablar para
nada, jajjajajaja, no sé qué pasó, pero parecía que ese día en vez de ha -
ber empezado un nuevo ciclo creo que lo cerramos. No volví a saber
de ella.
Sin embargo, ese año tomé la decisión de retomar mis estudios de se-
cundaria, los cuales había dejado a un lado a mis 14 años y fui en el
mes de julio a inscribirme a la Universidad Obrera de Cali, lugar don-
119
de también mi exnovia se había graduado en la nocturna, así que yo
conocía como era porque por un tiempo la recogía en el sitio.
Era una educación acelerada y en las noches de lunes a viernes.
120
En esta época hubo varias cosas que marcaron esa etapa; entre ellas
una competencia que tenía con el Acuerpado amigo mío, un chico que
iba al gimnasio permanentemente; en la entrada al lugar de estudio
siempre había una señora que vendía jugos naturales, chontaduro y
frutas; con ella hicimos muy buena amistad y siempre cada noche
comprábamos algo de comer.
121
diando porque me quedaba dormido en el asiento o en el piso de la
casa por lo cansado que estaba por mi trabajo.
Era un tiempo difícil, salir de trabajar a las 16h:30 y abordar bus hasta
la institución donde estudiaba, empezando clases a las 18h, y llegar a
mi casa casi a la 23h; mantenía exhausto por esa rutina, incluso mu-
chas veces me tocó llegar a lavar una camisa o algo para ponerme al
otro día porque mi abuela o mi madre ya no me ayudaban con la lava-
da de ropa ni planchada, eso lo hacía yo; al lavar la camisa la colocaba
detrás de la nevera, jajaajajja, era una forma en esa época de secar la
ropa caseramente.
Son tantas las anécdotas vividas en esta época, risas y estudio, amigos
que salíamos a bailar algunos fines de semana después de clases al Pa-
rador Verde, un lugar muy cerca de la institución, y que permitía que
algunas veces entráramos a pasar un rato.
La Sandra, era una mis compañeras del grupo y vivía muy cerca de la
Paty, mismo sector y con la diferencia solo de un pasaje, ella tenía his-
toria conmigo, su madre y sus hermanas vivieron muchos años frente a
la casa de mi abuela, donde vivíamos nosotros, desde niño nos cono-
cíamos, hasta que se cambiaron para la casa actual y nos volvimos a
encontrar después de muchos años en la institución terminando la se-
cundaria en las noches. Así que teníamos afinidad y confianza para ha-
blarnos y ser compañeros, hubo muchas ocasiones que fuimos a hacer
trabajos de estudio también en su casa.
122
Todos en el barrio tenemos algo en común, nuestra capacidad para re-
ponernos a los diferentes cambios de la sociedad e incluso a los cam-
bios de la vida, en su mayoría la hicimos sin ayuda de nuestros padres,
ya que ellos apenas les alcanzaba para arreglar sus asuntos.
Capítulo 3
¿CAMBIO O TRANSFORMACION?
123
En medio de todo este tiempo ocupado con el estudio y trabajo entre
semana, hubo dos fines de semana cruciales en mi vida en esta época,
tiene que ver con uno de mis hermanos menores, William, quien con
un primo de mi madre estaban en esa “película” de “la iglesia”, esta-
ban congregándose en un lugar ubicado en el centro de Cali, donde ha-
bía sido un teatro, ahí estaban orando siempre por mí, decía mi herma-
no y el primo, jajjajajaja, yo la verdad con poca credibilidad al respec-
to, ya con experiencias anteriores con mi exnovia, para mi todas las re-
ligiones eran lo mismo.
Tengo que exponer que en mi familia creían que yo era la oveja negra,
después del problema y amenazas existentes todavía con uno de mis
Tíos, había sospechas de maldad y violencia que se sentían en el aire;
mucho odio y rabia con muchas cosas sentía muy adentro de mí, pero
con la necesidad de salir adelante y mejorar mi calidad de vida, eso sí
lo tenía claro.
124
Y nos fuimos para la iglesia, jajaajajja, no podía creerlo, mi intensión
solamente era cumplirle a mi hermano, porque me daba lastima dañar
su emoción de verme diferente, llegando al lugar, confieso que me
quería devolver, ese tipo de cosas entrando a esa iglesia y escuchando
saludos religiosos no solo me recordaban la situación con mi anterior
novia, sino que aturdían mis oídos, no gustaba para nada de ese tipo de
situaciones evangélicas.
Ellos le llaman a esa oración, la oración de Fé, donde según ellos una
persona recibe al señor Jesucristo como señor y salvador.
Pues por mi manera de ser, era obvio que no quería pasar al frente, aun
diciéndome mi hermano y el primo, aun así, no quería hacerlo, hasta
que recuerdo que un señor de aproximadamente 70 años se me acercó
viniendo desde las filas de adelante y me dijo: ¡pasa adelante y dale la
oportunidad a Cristo que entre en tu corazón!; tengo que reconocer que
se escuchó convincente, así que decidí pasar al frente.
125
Una vez estando ahí, el Pastor de esa congregación empezó a orar por
todos los que estábamos ahí. En mi caso reconozco que cerré mis ojos
y repetí algunas palabras y después dije Amen.
Terminada esa reunión a medio día, salimos del lugar nuevamente ha-
cia nuestras casas, yo llegué a dormir porque tenía sueño atrasado por
el trasnocho del día anterior
Tengo que reconocer que cuando salía del lugar, algo sentía en mi pe-
cho, algo similar a tranquilidad o Paz, creo que fue lo que sentí en ese
momento, como no sabía nada más me dirigía rumbo a mi vivienda.
Esa semana le dije a la Rubia de la ida a ese lugar y que luego salía-
mos o nos quedábamos en la casa, ella me dijo que si, sin problema.
Llegó el día y nos vimos en la casa de Paty y de ahí salimos hacia el
lugar a unos 5 pasajes de distancia.
126
Estuvimos dos horas en el lugar, tenían el mismo esquema a la iglesia
del teatro Aristi, música y predicación, esa reunión era lo que llamaban
ellos “Vigilia”, quiere decir que era estar orando a Dios hasta tarde de
la noche y madrugada, sin embargo, nosotros 3, mi hermano la rubia y
yo nos quedamos solamente hasta las 12 de la noche.
Recuerdo ese momento como si fuera ayer, cuando yo le dije esas pa-
labras a ese muchacho mirándolo fijamente con la pistola apuntando a
mi cabeza, ese chico le cambio literalmente el color de los ojos, bajó el
arma y me tomó la mano, diciéndome, perdóneme parcero, perdóne-
me, y se fue del lado de nosotros.
127
riencia como de revertir esa escena solo con decir que era un Hijo de
Dios.
Hasta el día de hoy, molesto a mi hermano con ese día, diciéndole que
“me dejó morir”, es una expresión en Colombia cuando alguien nos
deja solos en una situación así. Ajajajjaaj, pero a partir de ese momen-
to decidí acompañar a mi hermano unos domingos más a la iglesia.
Anduve con amigos que quisieron robarme, anduve con amigos que
quisieron hacerme daño, me embriagaba con ellos y aun asi buscaban
la manera de tener mis pertenencias por algún motivo, pero todo eso se
ignora solo por seguir con la forma de vida y protagonismo que genera
la Calle y por supuesto alimentando el ego de ser reconocido.
Esa semana antes del domingo, recibo una llamada al teléfono fijo, en
ese entonces era la única forma de comunicarnos, era un muchacho
con vos de mujer, el cual me estaba llamando de la iglesia donde iba
mi hermano, la verdad, atendí la llamada y lo único homofóbico que se
me vino a la cabeza era de como un hombre homosexual me estaba lla-
mando de una iglesia, claro está, que eso lo pensaba mi mente dañada
de ese entonces, el cual solo quería corroborar mis datos e invitarme a
la reunión en su congregación.
128
Ese domingo fui con mi hermano nuevamente a la iglesia del teatro
Aristi, entramos y en el camino varios jóvenes me saludaron sin cono-
cerlos, eso era empático y a la vez aterrador, pensaba que me estaba
metiendo en un tema de religión a lo cual le había huido por mucho
tiempo.
Durante unos meses solo iba cuando me invitaban a jugar futbol, pero
a la iglesia o a los grupos de oración que tenían, no iba.
Era el típico rebelde que solo estaba donde quiere estar, cuando digo
rebelde me refiero a pasar por alto las diferentes normales y leyes que
tienen y ponen estas iglesias, no les basta con las leyes divinas o espi-
rituales, sino que imponen las propias pensaba en ese momento.
129
Ya del grupo de estudio, Paty iba a esa iglesia en el barrio, Sandra iba
a otra iglesia en el sur de la ciudad, el acuerpado amigo mío también
estaba yendo a otra iglesia con su novia, estábamos con en una epide-
mia cristiana, aunque algunos pastores le llamaron Avivamiento, que
porque mucha gente estaba llegando al cristianismo.
130
Hasta que llegó el día, un domingo me quedé en toda la reunión cris-
tiana, hasta el final, ese día de nuevo el muchacho y los amigos Portela
se acercaron a invitarme a su grupo de oración o célula, así le llama-
ban, reunirse jóvenes, compartir, orar y leer la palabra de Dios, por sus
necesidades y disfrutar de una comida o refrigerio.
Recuerdo que ese día que llegue a la célula, grupo de oración, eran to-
dos jóvenes y uno de ellos en forma de chiste dice, ¡por fin! ¡Tanto
que hemos orado y se cumplieron nuestras suplicas, el famoso Victor
Johnson aquí con nosotros! Jajjajajaja.
El chico que dijo eso era de nombre Victor también, un gran ser huma-
no y era como el que más le gustaba reír y decir chistes en el lugar.
Pues con mi pasado de trabajar con zapateros era lógico que también a
mí me gustaba reír y molestar siempre.
Fue un momento que me sentí muy bien en ese lugar, los muchachos
eran empáticos y decidí entrar un poco más a fondo con este tema
eclesiástico.
Aunque eso no quiere decir que toda mi vida haya estado en una igle-
sia, sin embargo, es toda una historia real lo que van a empezar a leer.
131
REVELACION O FUTURO
En mi casa estaban felices, según ellos ese camino del cristianismo era
mejor que el camino que yo llevaba, para la tranquilidad de ellos yo
me encontraba con Dios y eso era bueno.
Recuerdo que tuve mi primer salida, ese retiro, a una aldea que se lla-
maba Emaús, la cual quedaba en las afueras de la ciudad y el clima era
muy frio. Llevábamos la ropa necesaria para estar allá 3 días y además
para protegernos del frio y de la lluvia.
Con nosotros iban los llamados lideres y los pastores, la línea de man-
do en ese lugar era de esa manera, los Pastores como eminencia abso-
luta y guiados por Dios para llevar a cabo varias actividades, entre
ellas: lectura de la Biblia, oración, liberación, sanidad interior y dones
del espíritu santo. Era toda una secuencia para hacernos libres y llegar
como nuevos a la ciudad, decían.
Es una etapa importante de mi vida que tengo que contar porque fue el
inicio de otra forma de ser en mí y adicional nació el sentimiento de
querer ayudar a otros jóvenes en mi vida, así que, es importante que
estes atento a cada frase de ahora en adelante.
132
El primer día fue un tiempo de la biblia y de los pastores explicar un
poco el proceso del retiro y cada actividad; la comida siempre fue muy
buena y la noche de ese primer día se volvió de música o alabanza
como le llamaban ellos, así, compartimos entre todos, nos conocimos
los que íbamos a ese retiro, hice muchos amigos y amigas, era poder
conocernos muy bien todos primero, al menos eso fue lo que pasó en
ese lugar.
Creo que me demore como 1 hora contando todo, cuando era el turno
de mi amigo Chucho recuerdo que dure como 10 minutos y no volví a
escucharlo, no porque hubiese parado, sino porque yo me quedé dor-
mido, jajjajajaja. Que pena me dio al otro día que me hizo reclamo, me
decía: ¡yo te escuché más de una hora y cuando te tocaba escucharme
te quedaste dormido!
133
La verdad yo lo disfruté mucho, me reí mucho de eso y ke pedí discul-
pas por el episodio. En este nuevo día, segundo día de retiro espiritual,
los Pastores habían llevado un invitado especial, un hombre a que ellos
llamaban Profeta.
134
cie de presencia del Espíritu Santo; de verdad ya estaba mentalmente
convencido que estaba en una nueva verdad.
En la noche de ese día, hubo otra cosa que era novedosa para mí, pero
adicionalmente era un espectáculo, llegaba el momento de la Libera-
ción; era un espacio donde parecía una invocación de demonios para
“echarlos fuera de las personas”; así el Pastor a través de una oración
donde le ordena a los demonios salir, se generaba un ambiente extraño
y nos decían a todos que cerráramos los ojos mientras ellos “repren-
dían los demonios”, así decían a sus palabras.
Recuerdo que, en esa Aldea, llovía muy duro, y había un chico por los
lados de una de las puertas, abrazando esa puerta y dejándose mojar, al
verlo y mientras los demás estaban distraídos en otros chicos, le puse
mi mano para correrlo y no se mojara, al voltear su rostro hacia mí, el
chico estaba votando una espuma blanca por la boca y hablando en
una voz demoniaca, jajjajajaja, la verdad para ser mi primera vez no
sentía nada de miedo, al contrario, mucha curiosidad por saber más de
eso.
135
más fuerte; le ayude a mi compañero y empecé a repetir lo que había
escuchado de ellos con la convicción de que el Poder de Dios era sufi-
ciente para ello. Efectivamente salió ese demonio y el chico quedo li-
bre por lo visto.
Es así, como llego la mañana del día siguiente, nos levantamos a des-
ayunar y a hacer algo que los evangélicos en esa época llamaban “de-
vocional”, quiere decir leer la biblia muy temprano y Orar a Dios a la
misma hora,
Recuerdo que pasaba por mi mente todos esos momentos que viví, que
dejaron algún tipo de herida en mi corazón o algún tipo de resenti-
miento en mi mente, todo eso lo rechacé de mi vida ese día, me sentí
libre, como si me hubiera quitado un peso muy grande de mi vida, fue
algo que realmente transformó mi vida de ahí en adelante.
136
que le haya hecho mal, a todo el que haya ofendido, tenía un deseo in-
tenso de reconciliarme con la gente y mostrarles que recibiendo a Cris-
to podían ser libres de esos odios que nos esclavizan. Ya quería salir a
contarle a todo el mundo lo que había vivido, ya estaba tocado por una
sensación espiritual o por el mismo Dios; eso estaba por saberse en el
futuro próximo en esa ocasión.
Hay muchas personas leyendo este libro que no sabían que tuve esta
experiencia de iglesias cristianas, que fui un líder reconocido y admi-
rado, que echaba fuera demonios, que predicaba la palabra de Dios,
que lo hice en parques y en el bus, que vincule muchos jóvenes en este
camino, que pedí perdón a todos los que le hice mal, que mientras es-
tuve dentro de este proceso estudié teología y teatro; una vida diferente
y en muchos casos religiosa; pero a pesar de todo lo que voy a decir,
aprendí lo más importante, el valor y el respeto por los demás.
137
…...llegando a la ciudad de Cali, ese domingo, luego de haber estado
en el retiro espiritual, recuerdo que el sitio de encuentro era el mismo
lugar de la iglesia, ahí nos bajamos y como si viniéramos de una recar-
ga de poder, nos sentíamos empoderados para cualquier misión, jajja-
jajaja.
En el lugar de llegada nos dispusimos a salir cada uno para su casa; re-
cuerdo un chico que admiro mucho, a él y a su familia, me buscó para
decirme si nos íbamos juntos, jajjajajaja, este chico fue el mismo que
recién yo iba a la iglesia, una de tantas veces su líder le dijo que se
fuera conmigo; él me miro de arriba abajo y se llenó de pánico, jajjaja-
jaja, en ese entonces yo andaba con una chaqueta negra grande, zapati-
llas, gorra y la cara que me tocó, jajjajajaja, ese muchacho ese día fue
tanto el susto que no dijo nada pero no se fue conmigo.
138
Asi que tome fuerzas, respire profundo y me dirigí hacia donde esta-
ban sentados mi abuela y él; inmediatamente le dije: “tío, ¿usted se
acuerda el problema que tuvimos usted y yo?, él me miro con rabia y
me contestó con tono de voz amenazante…siiii ¿Por qué?, le contesté
rápidamente: ¡le quiero pedir perdón por haberle dicho eso, perdóneme
por haberlo ofendido y amenazado!
Inmediatamente salí hacia la calle a dar una vuelta por donde siempre
anduve, veía el mundo diferente, sin ganas de calle, pero con muchas
ganas de saber más de Dios, era algo adictivo que empezaba a crecer
dentro de mí, parecía que no podía controlarlo, asi que decidí esa no-
che irme a descansar para madrugar a trabajar un poco más reposado.
Aun con lo absurdo que parezcan muchas de las cosas que he escrito
de este episodio, asi fueron, y voy a contarlas tal cual.
139
de contacto con ella. Algunas veces la hice sentir mal porque yo actua-
ba como santificado y a ella la trataba indiferente.
140
No podía empezar inmediatamente mis estudios de la Biblia en la igle-
sia porque todavía estaba estudiando por las noches, asi que determiné
ir a la “reunión de jóvenes” los sábados y a la reunión general los do-
mingos en la mañana y a medio día quedarme en la “célula” o grupo
de oración, en esta todos éramos jóvenes por supuesto; ahí ya tenía mi
fin de semana copado sin opción de hacer lo que hacía antes.
A partir de esos días, sintiendo algo que ardía dentro de mí por cono-
cer más de Dios y para eso tenía que leer la Biblia, compré en mi si -
guiente sueldo, una biblia de estudio y otra de lectura diaria, además
de una de bolsillo para poder llevarla al trabajo.
Era una adición que estaba naciendo tan fuerte que me estaba ardiendo
el pecho, todo el tiempo quería orar y leer la biblia, en momentos pen-
saba si me estaba enfermando o si de verdad como me decía la gente,
me habían lavado el cerebro, no sé, era complicado en ese entonces
definirlo.
141
Bueno, la situación se hacía cada vez más interesante, mis pensamien-
tos hacia la vida empezaron a dar un giro, me dediqué a todo lo rela-
cionado con Dios y la iglesia, me olvidé de mis amigos del barrio, a
los que podía o me encontraba les hablaba de Dios, mi tiempo sumer-
gido en mi trabajo y en aprender cada vez más del tema.
142
necesidad de contarles de Cristo. Era el nacimiento de un fanático que
estaba a punto de dejar absolutamente todo por la causa, alimentando
mi alma y espíritu todos los días con la Palabra de Dios, me estaba convir-
tiendo en un fiel servidor, al punto que no me importaba otra cosa.
Para estos días, sentía que tenía que hacer más para llegar a otros jóve-
nes y hablarles de Dios y todo lo que hasta ese momento yo aprendía;
asi que, una noche llegue de trabajar, no fui a estudiar ese día, y me
puse mis zapatillas, pantaloneta y camiseta, me dirijo hacia un escena-
rio deportivo ubicado en la 1ª. Etapa del barrio, tenía que aprovechar
que yo jugaba bien al baloncesto y al futbol, asi que me dispuse a par-
ticipar de algún juego y ser admirado aprovechándome de eso para
luego tener un momento de conversación; efectivamente asi lo hice.
Creo que las palabras del predicador Profeta que llevaron a ese retiro
espiritual estaban haciendo eco en mi interior, desde esa época los jó-
venes que siempre abordaba eran chicos con conflictos personales, fa-
miliares y en su mayoría problemas de pandillas.
143
Efectivamente seguí llevando más jóvenes nuevos hasta que el mismo
Pastor, aun sin yo haberme graduado de un primer curso que le llama-
ban “cinco noches con la biblia” me autoriza para el mes siguiente
abrir una Célula o grupo de oración. Recuerdo que tenía tanta emoción
que para el día de apertura de esa Célula también me graduaba de Ba-
chiller en la institución que estudiaba en las noches. ¿pues que suce-
dió? no fui al evento de graduación, me pareció más importante abrir
el grupo de oración con los jóvenes del barrio.
144
Fueron hábitos rápidos y permanentes, lo cual me llevó a entender mu-
cho mejor sobre Dios, pero también a tener una visión diferente de la
iglesia y su propósito, realmente hablar con Dios en la intimidad o en
la tranquilidad de mi interior era algo sobrenatural para mí, con la con-
vicción de servir mucho más los mandamientos de Dios y su propósi-
to; de verdad era impresionantemente apasionado.
Es asi, como tomé la iniciativa de reunir el grupo asi fueran más anti-
guos que yo en la iglesia, y les dije: ¡no podemos entregar el volante y
decir solamente Cristo le ama, hacemos mucho más si dedicamos a
cada persona un espacio de tiempo para hablar un poco de la situación
y hacer la oración de Fe junto con esa persona, habremos hecho mucho
más que solamente entregar publicidad.
Asi que me dispuse a dar ejemplo, me acerqué a dos personas que es-
taban sentadas y efectivamente después de saludarlas y contarles un
poco acerca de Dios, después ellas cerraron sus ojos y oraron conmi-
go; “si se puede”, solo tienen que querer hacerlo de esa manera del
dije; los cristianos que iban con nosotros creían que era una especie de
“Unción Nueva”, asi le decían al Poder de Dios manifestado en una
persona; de una forma u otra creían que yo tenía un poder de Dios dis-
tinto a lo tradicional que habían visto.
145
Dios estaba usándome no cesaban. Empecé a creer que poderosamente
Dios me había escogido y que iba a ser alguien diferente que ayudaría
a muchos a conocer la verdad.
Tengo que reconocer que para ese entonces todo se tornaba como algo
muy espiritual y lleno de poder divino, además, la Paz que sentía en
ese entonces era lo más importante para mí y creía que debía entregar
algo de mi por lo que Dios me había dado.
Eso fue algo novedoso para nosotros sin embargo se notaba el Poder
de Dios en mi voz decía mi compañero, mientras tanto yo solo creía
que podía ser usado por él y tener más sabiduría para ganar jóvenes
para Cristo. Era mi visión.
Asi mi historia en una iglesia ubicada en el centro de la ciudad empe-
zaría a escribirse desde la experiencia vivencial y sobre todo de impac-
to en la ciudad, siempre fue para mí un tiempo de muchos cambios y
de aislarme de mi antigua forma de vida, no sabía si era correcto o no,
146
pero ya mi tiempo estaba asignado a mis labores eclesiásticas y a las
de llevar una “verdad” a los jóvenes que más pudiera.
147
gusto mutuo, este tema era tratado altamente religioso, la orden era
que tenían que alejarse porque la “santidad” era primero y para ellos,
los lideres y pastores debían alejarse de ese tipo de situación hasta que
Dios les mostrara si era la persona o no….que raro pensaba yo en ese
entonces, sin embargo, en mi caso particular todos los días le pedía a
Dios que me mostraba a través de algo especial o que sintiera algo di-
ferente hacia la mujer que podía ser mi esposa más adelante; eso no
pasaba todavía.
No pasaba que yo sintiera algo especial, pero si pasaba que había chi-
cas que habían concebido en su corazón un gusto hacia mí, sin saberlo
una de las lideres de chicas más antiguas y la que atendía esos temas
con las muchachas, me lo dijo una vez, yo simplemente le argumenté
que yo no hacía nada al respecto para que eso pasara.
Para muchos era una locura mi forma de vivir en ese entonces, la ver-
dad solo quería saber más de Dios, le pedía todo el tiempo Sabiduría e
Inteligencia por encima de todo y decidí o tener relaciones sexuales
hasta mi matrimonio, esto último si era algo transmitido en la misma
doctrina que me encontraba, sin embargo, mi mentalidad estaba cerra-
da a que asi debía ser mi vida.
148
En esta época y periodo de tiempo recuerdo que ese ayuno fue algo
raro y especial, en primera instancia me puse más delgado físicamente
de los normal, los pantalones me quedaban supergrandes, la cara se
veía acabada, jajaajajja y el día que terminaba el ayuno que ya podía-
mos comer mejor, en la casa solo había arroz y frijoles, ni huevo, ni
carne ni pollo ni nada, jajjajajaja, pero con gusto empezamos a comer
después de 40 días de ayuno.
Cuando cuento esto, nadie cree que lo hay hecho, pero de verdad fue
algo que físicamente me deterioró pero que espiritualmente en ese en-
tonces fue fortaleza.
Estando en la iglesia, me inscribí a estudiar Artes Escénicas en el Insti-
tuto Popular de Cultura de la ciudad, quería aprovechar para resucitar
esos deseos guardados que tenía con el arte escénico, ya que en mi
época de bachiller en el colegio público donde me sacaron, realicé va-
rias actuaciones y era bueno en el tema según el maestro que me ense-
ñaba en ese entonces; asi que en esta etapa creía que debía desarrollar
mis talentos, era lo que Dios me había dado y lo que podía explotar.
Las clases eran los sábados en la mañana y para ese entonces ya ha-
bían sucedido varios cambios en mi vida, entre ellos, la decisión de de-
jar de trabajar en la empresa de calzado donde ya llevaba 3 años.
Asi fue que tome la decisión de trabajar solo hasta ese fin de año que
se me vencía el contrato y salir a buscar algo que me llevara a tener
mejores aspiraciones.
149
Trabajé en esa empresa hasta diciembre del año 2000, empezaba enero
del siguiente año mirando clasificados de empleos y por supuesto el
dinero se agotaba.
150
En mi caso jamás había trabajado en ventas, pero era la única opción
para avanzar en otro camino y no limitarme a trabajar el calzado, el
cual no lo veía como parte de mi futuro.
¡Que asqueroso! Pero debía hacerlo, al salir recuerdo que todo me olía
a mierda…jajjajajaja, sin embargo, queda en el historial de las anécdo-
tas.
Por dos semanas, todos los días iba a trabajar a esa multinacional,
atendiendo llamadas, buscando clientes y nada, ya mi estomago no
daba más y comía muy mal porque no podía ir a mi casa por lo lejos
de esa oficina.
151
Pasados esos días ya no aguantaba más, estaba al borde de abandonar
esa labor, asi que un fin de semana donde la multinacional publicó en
los clasificados la oferta de lectura rápida, estando en la oficina ese día
domingo, la secretaria me dice que hay una cita en la ciudad de Yum-
bo, un funcionario de la Alcaldía de ese municipio que quería saber
más del producto, ella me pregunta que si quiero ese cliente, por su-
puesto le dije y salí de inmediato para ese lugar, buscando dirección
llegué al sitio para atender al cliente.
152
Para esa siguiente semana, un amigo de la Iglesia donde yo iba trabaja-
ba en una multinacional reconocida que fabricaba medicamentos y se
distribuían en las tiendas de los barrios de la ciudad de Cali Colombia,
él me dijo que su jefe estaba buscando una persona que fuera capaz de
evacuar un producto que tenían estancado en la mejor distribuidora de
productos de la ciudad y por supuesto que vendiendo ese producto te-
nía la oportunidad de vincularme laboralmente con la empresa perma-
nentemente.
Asi que empecé con el trabajo, con sueldo fijo durante esos dos meses
y salir todas las mañanas bien temprano de lunes a sábado.
Puedo decir que durante esos dos meses logré evacuar el producto, a
pesar de que muchos vendedores al principio no les gustaban salir con-
migo al lado, después ya éramos amigos y por supuesto me hicieron el
contrato directamente con la distribuidora y me asignaron una ruta, un
sector que debía trabajar todos los días y sacar la mayor cantidad de
pedidos para la empresa.
153
buen asesor comercial y además seguir “sirviendo a Jesus” continuan-
do con mis estudios de artes escénicas.
Puedo recordar las obras de teatro que hice en la iglesia de este mo-
mento, fueron diferentes, fueron chicos y chicas que disfrutamos trans-
mitir un mensaje de Dios a muchas personas, lo disfruté al máximo,
sin embargo, también había conmigo muchos jóvenes con una falta de
identidad que me preocupaba, porque eso daba a entender que muchos
seguían a Jesus por sentirse aceptados en una comunidad que por con-
vicción de su propósito en la tierra.
154
Fue una época de experimentar sensaciones espirituales, de ver situa-
ciones que no estuve de acuerdo, como por ejemplo campañas evange-
listas que llevaban invitados de otro país los cuales pedían diezmos y
ofrendas exageradas, la gente por un milagro entregaba sus joyas, di-
nero y demás pertenencias, jamás estuve de acuerdo, ya que mi lectura
permanente de lo que Jesus hablaba no tenía nada que ver con esos
asuntos.
Era una etapa importante en mi vida donde conocía mucha gente, don-
de dejaba a un lado toda una vida de rumba y vicios, era una época de
soñar con hacer algo importante; yo estaba decidido a dejar lo que tu-
viera que dejar incluso mis deseos más personales con tal de llevar la
palabra de Dios a todo el mundo.
Por tal motivo, empecé a notar que había algo que no era justo y que
había ego de lideres que lograban manipular e intimidar a los creyen-
tes, lo cual yo no estaba dispuesto a apoyar y mucho menos a buscar
una posición dentro de la iglesia que me marcara algo negativo u ocul-
to.
155
En mi condición de hijo de Dios con todas las experiencias que ya a
este momento había vivido, situaciones que no las cuento en este libro
porque tocaría escribir otro solamente hablando de esta experiencia.
Pero si puedo manifestar lo que logre ver, como la manipulación ina-
decuada de los diezmos y ofrendas, el sensacionalismo planteado en
las oraciones hacia otros, la idea de que Cristo cuando toca la persona
ésta se cae al suelo, la teoría de la demonología que alimentaba un es-
pectáculo de echar fuera demonios y que demostraba según eso el po-
der de Dios, entre tantas otras acciones que promovían el temor en las
personas.
Pedí la cita con el pastor, porque a los pastores hay que pedirles citas,
jajjajajaja, y le hablé acerca de la propuesta de irme como Misionero a
través de las artes escénicas, el pastor me mira fijamente y se queda en
silencio un momento, respondiéndome después: ¡no es adecuado! tu
eres un gran líder aquí y si te vas de misionero empezaras una nueva
vida no volverás aquí…por eso no lo apruebo.
156
logía con una universidad de México y potencializando mi capacidad
de entendimiento.
Para esa época había hecho amigos con una organización de jóvenes,
uno de sus lideres tenía un hermano menor sumergido en el consumo
permanente de drogas ilegales, él no sabía que hacer y me dijo que si
podía hablar con su hermano y ayudarlo con ese tema; le dije que por
supuesto, lo que tuviera que ver con jóvenes que necesiten mi ayuda
ahí estaría.
James le gustaba también las artes escénicas, asi que sin hacerlo sentir
mal ni condenado por su forma de vivir, lo invité a las clases de teatro
y consecuentemente se quedaba en la reunión de jóvenes que teníamos
los sábados después de la enseñanza.
Fue asi como James empezó toda una transformación, a tal punto que
le gustaba las cosas de Dios, para ese entonces teníamos nuestra pri-
mer presentación en tarima en un evento patrocinado por la Alcaldía
157
Municipal para mostrar todo el talento de las diferentes comunas de la
ciudad.
Es asi como James fue dejando a un lado ese tema de drogas y empe-
zaba a estudiar la biblia, yendo a las reuniones y retiros espirituales
que hicimos en esa época, campamentos que ayudaban a encontrarse
con Dios a excepción de la metodología y sensacionalismo de echar
fuera demonios como acto super divino por encima de la sanidad inte-
rior, pero en ese entonces creo que era lo que se había aprendido.
158
Me vincule de una manera participativa con la organización de jóvenes
trabajando por Cali, visitaba los lideres de esa organización residentes
en la zona de ladera de la misma ciudad, Polvorines, Siloé y la zona
del distrito de Aguablanca como el Retiro y el Vergel, eran los barrios
más peligrosos de esa época.
Hasta que un día en medio de mis oraciones sentía que estaba estanca-
do, que la iglesia no tenía un rumbo definido, que los jóvenes estába-
159
mos sin rumbo fijo, en fin, en medio de este sentimiento abordé al pas-
tor y le pedí que me escuchara unos minutos, efectivamente se sentó
en el Hall de la entrada a la iglesia y prestó atención.
Le dije sin ningún temor que sentía que la iglesia no tenía visión, los
jóvenes estaban estancados en estudiar ir a la reunión de jóvenes y ac-
tividades y que de su desarrollo personal no había nada.
Siempre tuve ganas de una moto de esas, en mi barrio creo que fui el
primero de todos mis amigos en tener moto propia, aunque ya no anda-
ba con ellos, todavía los veía de vez en cuando por ahí en sus diferen-
tes mundos, y en mi trabajo que era visitar tiendas en los barrios, los
mismos compañeros de trabajo me pusieron de apodo “sicario”, decían
160
que parecía sicario en esa moto con el tipo de casco que tenía y la for-
ma de manejarla.
Yo disfrutaba andar en moto, a partir de ese momento siempre tuve
una, era sentir la brisa y sentirme libre.
Era contundente lo que debía hacer, la segunda situación fue que los li-
deres de jóvenes, porque para este entonces ya no estaban los pastores
anteriores de jóvenes, los habían movido para adultos y cuando le iban
entregar el mando de los jóvenes a dos lideres, un hombre y una mujer
que eran amigos, pero no pareja, el pastor decide vincularme a esa reu-
nión, ajajajjaaj, efectivamente yo asisto y medio de la conversación el
pastor le dice a ellos que yo estoy ahí porque yo soy como un Josué,
quien empuja la multitud para seguir el camino, ajajajjaaj.
161
la siguiente reunión de jóvenes; yo me asombré, pero a la vez me dio
alegría el saber que podía transmitirles algo de lo que Dios me había
dado hasta ese entonces.
Con todo el furor que un ser humano siente de “creer” ser usado por
Dios, llegó el día de la predicación, el mensaje de parte de Dios que te-
nía yo según las enseñanzas de la iglesia.
Todo lo que recuerdo fue que hablé ese día de la importancia de ser
autentico en todo, nada de imitaciones, y al final de la reunión se me
acercaron varios jóvenes diciéndome que ellos querían predicar como
yo, que querían aprender a dar mensajes como yo, lastimosamente al-
gunos lo dijeron delante del líder de jóvenes recién ascendido lo cual
después de eso nunca más me volvió a decir que diera el mensaje a los
jóvenes, jajjajajaja. En esa época era muy fácil creer inocentemente
que la envidia y los celos no existen, pero la verdad desde este tiempo
en todos los espacios que he estado me ha tocado enfrentar esto por la
forma de ser mía gracias a los cambios que generó el encuentro con
Dios en mí.
162
nencia o religiosidad, ni criticando ni juzgando, solo con mi testimonio
de vida y entendiendo la posición de la otra persona.
Pienso que con su idea de haberme llamado a esa reunión donde dele-
gaba el grupo de jóvenes y me ponía a mi como modelo a seguir, pen-
saba que me había olvidado de lo hablado, pues no fue asi, mi interés
no estaba en lo particular sino en el bien común para los demás jóve-
nes que seguíamos llevando a la iglesia.
Eran muchas ideas que me venían a la mente para enfocar los jóvenes
asistentes, pero todo se quedaba en eso en ideas y en una predicación
básica y tradicional que hacia el joven Pastor que había quedado al
frente del grupo.
Nadie se atrevía a decir nada porque era pecado insinuar algo o estar
en contra de algún pensamiento, a mí ya me tenían como rebelde por-
que siempre refutaba acciones o ideas que pretendían solo sostener los
jóvenes, pero no ayudarles a su desarrollo personal, eran ideas muy re-
ligiosas y coartadas por los pastores principales. Efectivamente nunca
me pude entender con la pastora principal porque en una ocasión no
estuve de acuerdo con un comentario hacia los jóvenes, me pidió que
me retirara de su oficina por ese motivo, sin ser grosero le dije que eso
era un gusto para mí.
163
iglesia y dedicó su vida a ir por todas partes, sin juicio ni condenando
a nadie, solo llevando las “buenas nuevas”, eso fue de mayor impacto
para mí que los que mudan sus rostros en las iglesias y en sus casas y
trabajos son otro tipo de personas.
Asi que empecé a sentirme que no encajaba en ese lugar, que había lle-
gado al límite y que no había crecimiento alguno, que ese tipo de igle-
sia no era para promover las “buenas nuevas”, para mí era una iglesia
con intereses particulares y sin intensión de crecer espiritualmente.
164
Quedó asombrado, seguramente pensando que mi situación de no ha-
ber vuelto era sentimental u otra cosa, cuando se dio cuenta que eran
ideológico, no toleraba estar más en un lugar donde solo éramos usa-
dos para fines individuales y egocéntricos.
Para ese entonces estaba siendo muy popular el rock cristiano y dentro
de los artistas que yo seguía, escuchaba a Rescate de argentina, Alex
campos o misión vida en su momento y a freddy Rodríguez de Bogotá;
asi que motivado por ese tipo de música y por amigos que me invita-
ron a una iglesia cerca de mi casa con las iniciales MCI, solo la nom-
brare a partir de este momento por esas iniciales, una iglesia con una
supuesta visión que cautivo mis ganas de seguir sirviendo a Jesucristo.
No podría dejar pasar por alto mi experiencia en las calles como ven-
dedor, había lugares que me tocaba dejar guardada la moto cerca y ha-
cer la ruta de trabajo caminando porque el sector era muy peligroso,
llevar monedas en los bolsillos para poder darles a los grupos o perso-
165
nas que se acercaban a pedir una moneda, era estresante visitar esos
barrios, pero era parte del trabajo.
Asi que era vistoso, un chico de 25 años con moto, celular e indepen-
diente, con potencialidad de liderazgo; cuando empezaron a conocer-
me los primeros días, dos chicas de la iglesia, lideresas e independien-
tes me invitaron a comer para asi conocernos mejor, jajjajajaja, eso era
otro nivel, asi que en amistad salíamos y compartíamos.
Tengo que hablar de este tipo de liderazgo que ejercí en este lugar por-
que pasaron cosas trascendentales y que cambiaron mi vida, no exacta-
mente dentro de la iglesia como tal, pero si alrededor de mis acciones
de liderazgo.
166
Este periodo fue una etapa importante, mi amor por Dios continuaba
intacto e imparable, cada vez quería saber más de él, pero me en-
contraba con una nueva forma de hacer el cristianismo, lo cual parecía
novedoso e importante pero no dejaba de generarme dudas por accio-
nes de intimidación de lideres que notaba en algunos grupos.
Asi con todo lo visto en tan pocos días, empecé a participar de una cé-
lula como asistente, aunque notaba que la predicación de la líder iba
enfocada en alimentar el ego en ellos y en metas por cumplir.
Para ese entonces mi físico era muy delgado, cabeza rapada, usaba
pantalones anchos y busos maga larga, realmente muy dedicado a
aprovechar mi tiempo en construir un buen grupo de jóvenes y por su-
puesto poder guiar de la mejor manera. Para esto continuaba siendo
muy estudioso de la Biblia y además de tener tiempo de oración muy
temprano y en cada momento que podía hacerlo.
167
Son muchas situaciones, son difíciles de enumerar por orden, sin em-
bargo, haré mi mayor esfuerzo para escribirlas y poder aprender de
ellas nuevamente.
Lo primero que tengo que resaltar es que para ese entonces la “visión”
de este lugar era atractiva para muchos, tenía un esquema de trabajo
que disponía que se creciera rápido en número, pero tenía una “puerta
trasera gigante”, una estructura administrativa y técnica para el manejo
de la iglesia proveniente de la ciudad de Bogotá Colombia donde esta-
ba la iglesia Madre.
Hoy en día puedo comparar esta “visión” con una “red de mercadeo”;
lo importante era traer “mucha gente”, que al final los que quedan ayu-
dan a sostener el proceso.
¿Qué eran los encuentros? Eran una especie de campamentos, una sali-
da a una finca con determinado número de jóvenes o personas que
querían “encontrarse con Dios”, increíble, ya no era necesario solo la
“oración de Fé” sino que el nuevo debía pagar una cuota por viajar a
encontrarse con su creador. Ahora suena loco, pero en ese entonces pa-
recía muy espiritual este mecanismo, tanto que hoy día creo que si-
guen con la misma funcionalidad.
168
Era toda una estructura motivacional y económica, la gente se le in-
yectaba un “sensacionalismo Divino” y al sentirse mal por sus pecados
diarios, el fin de semana cumplía con lo que Dios mandaba a través de
la predicación y lo que más se hablaba en la predica del Pastor era de
“pagar los diezmos”, jajjajajaja y asi se sostenía económicamente la
iglesia y adicional se trabajaba todos los días en las personas a través
de tenerlas en diferentes actividades toda la semana; ayunos, vigilias,
células, madrugadas de oración, reuniones dominicales y sábados y
por supuesto escuela de formación de lideres, todo un campo de con-
centración para no dar espacio al “pensamiento crítico e individual”.
Sin embargo, en medio de todo esto que veía, entré a hacer parte del
mecanismo, muy dentro de mi pensaba que era una buena manera de
“ganar personas para Cristo”, obviando todo lo que nombré anterior-
mente y suponiendo que era parte del proceso de Dios con la iglesia.
La verdad era un sitio grande para conocer una buena mujer, mi men-
talidad en ese sentido estaba enfocada en que de una manera u otra mi
esposa tenía que ser diferente a todo lo que yo había conocido; en mi
interés individual de querer cambiar la historia de mi familia.
¿Historia? Si, en mis familiares era muy normal en su época y casi que
se celebraba el tema que los hombres teníamos varias novias, varias
mujeres y adicional hijos con ellas, recuerdo que algunas tías siempre
me preguntaban que cuantas novias tenía. No las culpo por eso, enten-
dí después que es parte de la idiosincrasia de nuestras comunidades y
169
estilos de vida adquiridos por muchos años atrás, lo cual lo vuelve algo
normal.
Era como creer que, si tenía relaciones sexuales con alguien iba a pe-
car contra Dios, pero aparte de esto era temor lo que sentía al pensar
que tendría hijos talvez con la persona equivocada, y eso hacía que no
me enfocara en las relaciones con mujeres sino solamente con Dios en
oración.
Era en serio que todo mi ser, alma y espíritu querían hacer solo la vo-
luntad de Dios, aunque esta voluntad a veces terminaba siendo la vo-
170
luntad del Pastor, lo cual me enfurecía y empezaban los problemas
dentro de la iglesia.
En medio del liderazgo que ejercía en esta iglesia, para este entonces,
se suscitaron varias cosas, entre ellas, conocí excelentes personas y jó-
venes con el ánimo de querer servir a Dios, pero en medio de este tipo
de estructura y mensaje que manejaba la iglesia en sus enseñanzas, era
muy difícil hacerlo de manera que no existiera angustia y desespero.
Puedo decir abiertamente que una de las estrategias que más influía en
este lugar era el “alimentar el protagonismo que tanto desea el ser hu-
mano”, era un tema INYECTADO en la mente de cada creyente desde
que iba a un “encuentro”, las ganas de ganar y hacer discípulos era una
manera de mostrar de que eran capaces y a la vez de seguir escalando
en la estructura de liderazgo, todos querían ser parte de los doce (12),
era el grupo más importante del lugar, ser un “doce” era un mérito que
se le daba a aquellos que tenían más “fruto”, según el Pastor el fruto
era la cantidad de discípulos que tenía la persona.
Era un premio al esfuerzo por ganar almas para Cristo, al menos eso
era lo que le hacían creer a todos.
Les puedo contar que mi forma de vestir en ese entonces es para el re-
cuerdo, mi esposa siempre se acuerda, pantalones en Drill con bolsi-
llos a los lados, en Cali le decimos “guayaberas”, busos de manga lar-
ga, zapatillas originales, cabeza rapada con gafas oscuras en la parte de
las orejas mirando hacia atrás, jajjajajaja, y solo pesaba 69 kilos, era
muy delgado, lógico, decía mi abuela con esas “aguantaderas de ham-
bre”, asi le decía por los ayunos que hacía, ajajajjaaj.
171
Ese era yo, adicionalmente se le suma que mi dentadura después de la
situación presentada en la secundaria con las practicantes de odontolo-
gía donde me sacaron unas “raíces”, los dientes los tenía “Montados”,
era un desorden de dientes, jajjajajaja, siempre he luchado con eso,
además que en mi familia no fue importante de niño como lo manifes-
té antes.
172
sión y opresión no está Dios”, ellos me miraron diferente sin entender
lo que yo les decía.
Tengo que decir, realmente era un momento muy tenso, muy depri-
mente, y en mi forma de ver en ese instante, no había nada de Dios en
esa reunión, sin embargo, la temática del pastor con su visión de los 12
era que “por sus frutos os conoceréis”, para él, fruto era sinónimo de
seguidores, discípulos que todos debían conseguir para la iglesia.
Sin embargo, entendía que era la “visión” que Dios le había dado al
pastor principal en Bogotá y que guste o no era lo que Dios había di-
cho, ajajajjaaj, como me recuerda esto a todas las religiones del mun-
do, todas hablan de ser la verdadera y todos corren creyendo lo que di-
cen los hombres, sin cuestionar o peor aún sin investigar.
Desde esa primer reunión hice énfasis en que solo le serviré a Jesucris-
to, sea que lo haya entendido o no, al menos lo dije.
Se notó la molestia del pastor en ese momento, al ver que no era sumi-
so ni agachaba la cabeza, por el contrario, refutaba con la palabra de
Dios, la verdad poco y nada me importaba, desde que llegue a ese lu-
gar no me importaba ser otra persona o alguien que les agradara a to-
dos, solo me importaba lo que yo creía que a Dios le importaba.
173
Por tal motivo empieza un señalamiento lento hacia mi persona como
una persona difícil y rebelde en algunos casos, siempre les dije de
frente que yo no servía al hombre, yo solo servía a Dios. Mas adelante
eso me iba a poner en un ambiente difícil pero no me importaba, no es-
taba en este lugar para ciegamente obedecer un hombre nuevamente
sin el respaldo de la palabra de Dios o de verdaderamente ayudar al
prójimo como debe ser.
Tenía 2 células, dos grupos a los cuales les daba la palabra de Dios en
dos días entre semana por las noches; una noche en “escuela de lide-
res” lugar donde había que “educarse” para crecer en la iglesia, jajaa-
jajja; otro día de reunión o culto como le han llamado a las reuniones
cristianas; un día de culto de jóvenes y el dominical; no podíamos fal-
tar a nada, sin ninguna excusa, solo pensando y creyendo que era la
voluntad de Dios. Antes de las 6:00am dos días a la semana en algunas
fechas todos los días había que asistir a todas las “alboradas” eran
tiempos de oración e intercesión.
174
de nosotros, las ventanas se sacudieron muy fuerte y el humo era im-
presionante.
Otro día, antes de las 5:00am también, abrí mis ojos y veía unos deste-
llos de luz muy fuertes en el cielo, un zumbido en las calles, mientras
veía estos destellos la tierra se empezó a sacudir muy fuerte, el mueble
donde yo estaba se sacudió fuertemente, era un temblor como nunca
habíamos vivido.
175
se ponía delante del pastor para su cumplimiento. Estaba a mi lado una
de mis amigas llamada Verónica, mientras hablábamos y llegaban los
jóvenes al recinto, mi mirada se dirigió hacia la salida y mis ojos vie-
ron una chica de cabellos crespo y mediana estatura, en ese momento
sentí que mi corazón palpitaba mucho más rápido y que tenía un senti-
miento muy agradable hacia esa chica que no conocía, le pregunté a mi
amiga que quien era y recuerdo que me dijo el nombre pero también
me dijo que ella venia de un proceso de separación de su novio, mirán-
dome con ojos de sorpresa, me insinuaba que no era para mí.
Yo en cambio sentí lo que nunca había sentido por nadie solo con ver-
la, sin embargo, dentro de mi suponía que ese momento era el que ha-
bía esperado durante 5 años para entender quién podía ser la mujer que
iba a compartir conmigo el futuro.
Debo confesar que dentro de mi interior ya sentía que ella iba a ser mi
esposa, sin embargo, sin dar mucho de qué hablar simplemente espera-
ba crecer en nuestra amistad para conocernos mejor.
Solo había que cumplir a cabalidad con las metas y las órdenes del
pastor y asi la bendición de Dios siempre iba a llegar, eso se transmitía
por tanto “activismo eclesiástico”, lo cual estaba desgastando nuestras
vidas pero que todavía muchos no lo veían asi.
176
Entonces nuestra chica ya era parte más cercana a mí y lógico conver-
sábamos mucho más, nos conocíamos mejor.
Para ese entonces uno de los compañeros lideres tuvo que establecer
su trabajo de discipulado solamente en el municipio de Palmira, ya que
su padre había sido comisionado para abrir una sede de la iglesia en
esa ciudad, asi que los discípulos de mi compañero que tenía en la ciu-
dad de Cali tenían que tomarlos otro líder, es asi como el pastor decide
que ellos vengan a trabajar conmigo.
Recuerdo la mirada de los chicos y las chicas del anterior líder que pa-
saban a estar en mi liderazgo cuando les dieron la noticia y me presen-
taron, la mayoría me miraba como si fuera alguien de inferior “poder”,
jajjajajaja, como no conocían todo de mí, lo único que miraban era el
poder u autoridad que tenían los de la iglesia, sin embargo, al notar
este comportamiento entendí por donde debía empezar con ellos, era
realmente que fueran ellos mismos y no mostraran ante la iglesia solo
lo que esta pedía.
Era notorio para mí la “doble moral” que se movía en este lugar, mu-
cha gente aparentando cumplir con las actividades de la iglesia, pero
sin una relación íntima con Dios, para mí siempre fue más importante
mi tiempo a solas con Dios, la cual estaba siendo saboteada por tanta
actividad en la iglesia que parecía que estaba perdiendo el rumbo de la
relación íntima con Jesucristo.
Otra de las situaciones de esta época fue uno de esos días que, saliendo
temprano de mi trabajo, fui a uno de los lugares emblemáticos de mi
liderazgo en la iglesia, el barrio Alfonso López, sector El Hueco, a una
cuadra del lugar donde vivía mi familia por parte de papá, visité la
casa donde hacia la célula, ahí nos reuníamos en la noche, entonces iba
177
con el objetivo de verificar cuantos chicos y chicas estaban convoca-
dos a la reunión.
Uno de los chicos discípulos y amigo mío se me acercó ese día a decir-
me con temor en su rostro y en su manera de hablar que los mucha-
chos de la pandilla que se ubicaba en el Jarillón borde del rio Cauca,
era una invasión de familias, esos muchachos me habían mandado una
razón:
“dígale a su líder que, si vuelve por acá arriba a llevarse nuestros hijos
o mujeres, lo vamos a llenar de plomo”
Claramente ese lugar estaba sintiendo una remoción, los niños y niñas
menores de 10 años les daba algo que llamábamos “taller creativo” les
llevaba dulces y galletas además de juegos didácticos para que se olvi-
daran un poco de la violencia del sector; y las chicas llevaban sus ni-
ños entre semana y el sábado ellas se subían al bus que colocábamos
en el sector para dirigirnos a la iglesia con la mayor población posible,
asi fue durante varios meses.
178
Uno de ellos se me acercó a increparme y por supuesto varios tratán-
dome mal con palabras soeces, sin embargo, en mi intervención les
dije que solo había subido para escucharlos y me dejaran dar mi ver-
sión de los hechos, que si después de mi exposición no quedábamos
bien yo me iba y no volvía a hacer nada en el sector.
“Ante una vida poco digna que llevan muchos jóvenes de la ciudad de
Cali, sin políticas de inclusión y oportunidades, con familia e hijos,
muchos deciden abordar el camino de la delincuencia, no se trata de
justificar sus acciones, pero sí de reconocer que no existen estrategias
ni herramientas que permitan que los chicos y chicas de los barrios ac-
cedan a mejorar su calidad de vida, el bienestar NO existe en estos te-
rritorios.”
179
mente lo que había yo vivido antes de llegar a conocer de Jesucristo,
les conté todas mis necesidades con que crecí, gracias al talento que
Dios me dio de poder hablarles en sus mismos términos pude estable-
cer una conexión positiva con ellos y asi lograr que aun más me pres-
taran atención.
Empecé a subir a ese sector del Jarillón más de seguido, la única moto
que ellos permitía que estuviera allá arriba era la mía, por supuesto que
el modelo de mi moto era en esa época apetecida por delincuentes, ya
que era la más usada por pandillas de los barrios, sin embargo, sin te-
mor y con cariño en algunas ocasiones me la pedían para ellos “darse
una vueltica”, lo único que yo les decía era “hágale, pero no me la
vaya a calentar” refiriéndome a que no fueran a hacer nada ilegal en
ella.
En mis visitas a los chicos del sector, arriba en el Jarillón, tuve una vez
una situación que hasta el día de hoy recuerdo, una de las chicas y su
hermano me invitaron a pasar a su casa, una vivienda hecha en madera
y palos protegida con tejas negras y algunos plásticos al lado del Rio
Cauca, uno de los ríos más caudalosos de Colombia; ese día me dieron
jugo en un vaso plástico, cuando yo miro el vaso, estaba untado con
grasa a su alrededor, no podía despreciarlo ni mucho menos dar a en-
tender algún tipo de fastidio, al contrario, entendía que si ellos me sen-
tían parte de su territorio pues tenía que acostumbrarme a varias cosas
que eran normales para ellos.
180
tos de chicos que les hable de Jesucristo era mi forma de hablar y mis
comportamientos naturales de vida.
En ese sector llegamos a cerrar la calle para poder hacer nuestra “célu-
la”, eran muchos jóvenes y jovencitas que sentían algo distinto, juga-
mos muchas veces en la calle, juegos tradicionales que hacían que nos
olvidáramos un poco de las situaciones de necesidad y que nos lleva-
ban a compartir mucho más.
Una de las chicas, Yoselin, quien mucha gente no la veía a ella como
alguien honorable por su forma de hablar, de vestir y comportamiento
agresivo, yo la veía como una gran líder,
Hoy día que la veo por redes sociales predicando de Jesucristo con un
hogar establecido es donde me doy cuenta de que a pesar de todas las
situaciones y experiencias valió la pena para al menos ella como mu-
chos otros construyeran un estilo de vida donde se sintieran VIVOS.
Al sumarse los otros chicos que venían de ser parte de otro tipo de lí-
der, debía buscar la forma de integrarlos de manera natural, tal como
siempre había sido yo en esa situación, asi que en mi trabajo me gané
181
unos tickets para entrar a patinar en hielo, una pista que había llegado
a la ciudad a brindar sus servicios y no cualquiera podía entrar, para
nuestra población vulnerable y con bajos recursos en la ciudad no era
prioridad ir a gastar dinero en una pista de hielo cuando necesitaban
comprar comida.
“lo que si he aprendido a lo largo de todos estos años es que los mejo-
res momentos que podemos tener es cuando reímos, y en Colombia te-
nemos una cualidad, nos reímos hasta de nosotros mismos, jajjajajaja”.
182
Salimos del lugar tan cansados pero satisfechos, esa actividad termina
de vincular a los chicos nuevos con los antiguos y contribuye a que to-
dos comprendieran que yo era un líder normal de carne y hueso, con
errores y cualidades, que deben aprender a no ver la gente superiores a
ellos, pues Dios no solamente le habla a los lideres de 12 o al pastor de
una iglesia, es similar a pensar que solo Dios le habla al Papa de la
iglesia católica, falso, Dios le habla a quien quiera en donde quiera.
Asi que me invente dos actividades, una de ellas tocaba pedir autoriza-
ción al pastor para realizarla, ya que era algo que nadie se había atrevi-
do a hacer, la otra actividad era algo en la zona de Alfonso López.
La primer idea era hacer una “chiva rumbera”, siiii, una chiva rumbera
con música cristiana, jajaajajja, para muchos evangélicos de la época
era algo muy “mundano” asi le decían a lo que el resto de los habitan-
183
tes no cristianos hacían, cuando le cuento al pastor de jóvenes y le in-
formo la estrategia para recoger el dinero y poder llevar mi grupo a
Bogotá, él se escandaliza un poco, pero termina diciéndome que lo va
a consultar con el pastor General y me da una respuesta.
Fue algo especial, vendimos todas las boletas, los chicos que compra-
ron vieron la oportunidad de hacer algo distinto sin sentirse condena-
dos o presionados negativamente.
184
La “chiva rumbera” fue un éxito rotundo, el Tragadero cumplió con
las expectativas, fue un trabajo en equipo muy especial y los jóvenes
asistentes gozaron de un tiempo de buena música y un espacio más ju-
venil de menos presión.
185
LA MANIPULACION, LA INTIMIDACION Y LA CONDENA-
CION son herramientas disfrazadas por espiritualidad que llevan a las
personas a desdibujar el verdadero propósito del Dios de la Biblia.
Fue una experiencia muy buena para el grupo estar juntos en la ciudad
de Bogotá, años anteriores había ido yo solo, en esta ocasión íbamos
un grupo muy bueno de la línea que yo manejaba, bueno a esa línea le
decían en la iglesia “ministerio”, para mi eran mis amigos y siempre
quise que conocieran al Jesucristo que yo había conocido, el que no
critica, el que no juzga ni condena, el único que puede poner en noso-
tros el deseo de servir a otros y por supuesto de amarnos a nosotros
mismos tal como somos.
186
En las fotos nos hacíamos juntos, nos tomábamos de la mano y se sen-
tía una corriente muy fuerte, jajaajajja, era un tiempo especial, no sola-
mente por las actividades de la iglesia que por cierto la música siempre
fue lo que más me gustaba en ese entonces, adicionalmente el compar-
tir sueños y el futuro con cada uno de ellos.
Fue una experiencia nueva para la mayoría de los chicos y chicas lide-
res que llevamos a esta ciudad y a este evento, además que conocieron
una ciudad distinta de su entorno, algunos de ellos vivían en unos ba-
rrios de Cali marginales sin opción de salir de la ciudad.
Asi pues puedo decir que llegamos a Cali nuevamente con mejor oxí-
geno y en mi caso más enamorado de la chica que me gustaba. Los
chicos lideres de mi grupo también llegaron muy bien y empezamos
un ejercicio importante con predicar de Jesucristo en sus barrios.
187
Ahí estaba Michael, con su cara de asombro al abrir su puerta y salir a
recogerme una cuadra más adelante, ya que por donde estaba su vi-
vienda era un pasaje muy angosto, aun asi entré con la moto hasta su
casa, su cara era entre asustado y aterrado, asustado porque ha ese sec-
tor no entraba nadie diferente a sus habitantes y mucho menos en una
moto RX Yamaha.
En mi caso siempre supe que el poder de Dios era real y nunca le tuve
miedo a nada, literalmente a nada, a partir del momento que paso ese
episodio años atrás con el que me puso el arma en mi frente, desde ese
momento nada me detiene para poder entrar a lugares donde el mal pa-
recía tener el control.
188
plir las metas también luchaban con sus deseos juveniles, chicos y chi-
cas enfrentando un mundo exterior bastante complejo, yo lo sabía, mi
experiencia antes de estar con Jesucristo me alertaba siempre de las
múltiples luchas que tenían nuestros jóvenes y que nuestro deber era
entender y guiar.
Mucha diferencia con las directrices del pastor, las cuales eran presio-
nar y ministrar, ósea, hágalos sentir mal orando por ellos para que ten-
gan obligación de salir a buscar nuevos discípulos porque si no Dios
no los bendice, algo asi era ese espíritu de la iglesia, ajajajjaaj.
Cada uno vive su época, conforme a esto se expresa; por este motivo
hay que saber respetar todos los puntos de vista, pues todos llevan una
experiencia distinta.
189
Por supuesto que tengo anécdotas de cada “Encuentro”, pero escribiría
un libro solo dedicado a ese tema, es muy amplio y además es sensible
para los que creemos y los que no en Jesucristo. El debate es amplio al
igual que el Amor, asi que algunos momentos los escribo para direc-
cionar la experiencia básica de mi liderazgo por la iglesia cristiana.
Todas las órdenes y metas puestas por el pastor de la iglesia iban des-
pués de haber leído un versículo bíblico que respaldara su discurso, no
era una palabra de aliento para los cansados o afligidos, eran lideres y
tenían que recibir palabra Dura decía el personaje en cuestión, jajjaja-
jaja, era absurdo creer que los lideres no son seres humanos que sufren
día a día.
190
Es asi, como crecía lo que llame al inicio, CONDENACION, MANI-
PULACION E INTIMIDACION, en las vidas de tantas mujeres y
hombres, jóvenes y jovencitas que pensando en “servir a Dios” olvida-
ban su deber más importante, pasar tiempo a solas con Dios.
Jóvenes atraídos por las ganas de mejorar o cambiar sus vidas y algu-
nos “lideres” que solo preparaban las conferencias como copias de
otros lideres, sin tacto y sin amor o paciencia por comprender la vida
de los chicos que estaban en el retiro, sin embargo, mientras estaba en
el momento nunca me quedaba callado con tal de que los jóvenes pu-
sieran más su mirada y corazón en el Amor de Dios y menos en sus
pecados.
Puedo decir que era una golondrina cantando en medio de mucho rui-
do, la estructura o visión de este tipo de iglesia era muy fuerte, de ver-
dad era o es una muy buena estrategia en Suramérica de tener seguido-
res permanentes, alimentas su ego con el liderazgo, lo sostienes con
promesas de bendecir tus diezmos y ofrendas, los ministras permanen-
temente para que el sensacionalismo haga su trabajo, los educas en una
escuela de lideres, poco tiempo con su familia para que no les permita
explorar otros campos y si terminan cansados y queriendo renunciar,
ya hay muchos otros atrás entrando para seguir sosteniendo el G12.
Con leyes como la Libertad de Culto, en Colombia han sido muy abu-
sivas las iglesias evangélicas y demás, pues andan promoviendo sus
191
enseñanzas y de los daños colaterales nadie es responsable y nadie ha-
bla por vergüenza o temor.
Era un espacio donde los niños y niñas escuchaban algún tipo de men-
saje bíblico, dependía del líder que tuviera determinado salón de clases
que los chicos se sintieran a gusto. Por supuesto varios lideres de 12 le
huían al tema porque no soportaban la distracción y los gritos de estos.
192
tha, una mujer madura, muy talentosa, creativa, asistía a la iglesia con
su esposo y sus hijos, dos hijos muy peculiares, la niña adolescente
muy inteligente y el niño con una destreza original en su comporta-
miento, Martha se convertiría en una alegría constante, la manera
como transmitía sus enseñanzas y los niños aprendían fácilmente con
ella.
Lo que si es cierto es que pude entender que aún bajo presión, cual-
quier tipo de presión que tengamos como seres humanos, debemos cul-
193
tivar y respetar el amor por los demás, el individualismo está acabando
con nuestra sociedad en el mundo, prestamos atención a las noticias de
guerras, pero no vemos como nos destruimos lentamente al interior de
nuestros hogares, permitiendo que se pierda el respeto y la solidaridad,
en consecuencia, se pierde el amor.
Siempre supe que mis padres habían permitido tener 5 hijos varones,
ellos decían que buscaban la niña, jajjajajaja, pero casi completan un
equipo de futbol sala, jajjajajaja, la época que enfrentaron no es la mis-
ma época que enfrentamos nosotros, asi que no puedo juzgar a nadie
con reglas de diferente época ni mucho menos dudar que todos tene-
mos un propósito en esta tierra, asi sea solo venir a ser feliz o saber ser
feliz con lo que enfrentamos y tenemos.
194
Me tranquilizaba el hecho de ocupar mi “tiempo con Dios”, el cual no
era tan bueno en algunas ocasiones ya que había pasado de mi tiempo
a solas orando y alabando a Dios en mi cuarto, cerrada la puerta, olvi-
dándome del mundo que me rodeaba y solo intimando con él a solo
orar en la iglesia en la “intercesión” y al empezar una reunión o al es-
tar con más cristianos.
Todo lo que esté haciendo que le exija trabajar de noche, acostarse tar-
de, levantarse muy temprano sin haber dormido lo suficiente debe de-
jarlo de hacer para que su cuerpo tome otra vez su rumbo y no se des-
gaste mucho más de lo que ya está.
195
Lo primero que hice fue ir a la iglesia y hablar con el pastor de jóve-
nes mostrándole el dictamen médico y el motivo por el cual no podía
volver a madrugar a las intercesiones y por supuesto acostarme más
temprano.
Hablé con mis discípulos del tema y ellos mismos mantenían pendien-
te de la hora en la noche para que me despidiera y fuera a descansar.
Estos tiempos de descanso los aproveché para volver a encerrarme en
mi cuarto y poder orar a Dios de manera personal.
Siempre he creído que cada uno decide que creer y de qué manera lle-
var su relación espiritual, independientemente en que creas, debe haber
respeto por la diversidad y respeto por las creencias de todos.
196
Ella de 25 años de edad y yo de 28 años teníamos claras nuestras in-
tenciones, pero también sabíamos el “tabú” eclesiástico sobre el tema
de noviazgo, las iglesias no podían superar esos casos, porque su doc-
trina de condenación impedía que vieran más allá de solo jóvenes ca-
yendo en pecado.
Tenía que tomar una decisión esa noche, obedecer a la orden pastoral o
ayudar a que llegara a salvo mi futura esposa, jajjajajaja, lo que yo
aprendí de Jesucristo a través de la Biblia era que el amor está por en-
cima de todo.
Ellos tenían sus coches, pero muchos lideres y lideresas eran de trans-
porte público, y con el discurso que Dios “te protege” terminaban las
reuniones muy tarde de la noche sin importar el cuidado de sus ovejas.
197
SEPULCROS BLANQUEADOS.
Sin decirle a nadie, a partir de ahí nunca más permití que la mujer que
se proyectaba a ser mi esposa llegara con dificultad a su vivienda y
mucho menos tarde de la noche, preferí pasar como rebelde y desobe-
diente de los hombres que inhumano en el amor.
RAMBO
Es asi que, para esta fecha, estando Caldorea en uno de los parqueade-
ros principales del barrio, se acercó otro joven con una pistola y le
hizo varios tiros a su humanidad; dejándolo muy mal herido, con su
estómago abierto cargando en su mano los intestinos, y corriendo para
poder salvar su vida.
Fue muy doloroso para su madre quien también era nuestra amiga y
vecina, sin embargo, Andrés, logra salvarse de la muerte, y como un
milagro de Dios los médicos logran devolverle la esperanza.
198
Andaba con muletas y curándose de sus heridas, es asi como lo visité,
le hablé de Jesucristo, orando conmigo lloraba y me expresaba que
quería cambiar su vida, lo abrazaba siempre que podía porque para mí
era otro hermano del barrio que podíamos ayudar.
199
Mientras tanto yo seguía en mi rol de líder cristiano y trabajando para
llevar jóvenes que aceptaban entregar su vida a Jesucristo.
Esto no le iba a gustar a los pastores que veían más importante el cum-
plimiento en la iglesia y después la familia, yo, por el contrario, no iba
a obedecerlos por encima de Dios, ¡jamás!
Los mire fijamente a los ojos y les dije que no había problema, en mi
defensa les dije: “siempre serviré a Dios donde quiera que esté, ningu-
na posición hará que me olvidé de presentar el amor de Jesus que ha-
bía cambiado mi vida”, ese siempre era mi lema y ellos cada vez que
lo escuchaban sentían como se les removía sus ideales cristianos.
200
me opuse para nada ni me dio nostalgia en nada, creo que ellos espera-
ban verme llorando y pidiéndoles perdón de rodillas para que no me
quitaran el liderazgo, jajjajajaja, jamás pasó.
Hace que mi historia cristiana pasa por todas las veces que fui a los ba-
rrios más peligrosos de la ciudad de Cali con un mensaje de salvación
sin ningún tipo de condenación para los oyentes.
Debo reconocer que había madurado mucho para esa época, de verdad
me interesaba entender muy bien cual era mi propósito en esa iglesia y
si Dios tenía algo que enseñarme más a fondo.
201
gustaba, salir a hacer deporte y por supuesto hablar un poco más con
mi chica, próxima esposa, jajjajajaja.
Fui a hablar con el gerente para revertir esa decisión, pero tampoco se
pudo. Los años en esta empresa donde trabajé con mucho amor, donde
conocí amigos que me pusieron apodos y yo les ponía a ellos, donde
202
jugué futbol en campeonatos serios, todo esta experiencia llegaba a su
final.
Solo puedo decir que fue una época especial, económicamente muy
buena, los amigos vendedores de esta empresa fueron mis “parceros”,
los recuerdo mucho; uno de ellos me llevó a jugar futbol al barrio Si-
loé de Cali, nunca se me olvida que me dieron varias veces en la boca,
el árbitro jugaba con un arma en su cintura y nuestras motos parquea-
das a la orilla de la cancha por cualquier emergencia.
En ese tiempo con 25 años de edad era necesario ser estable económi-
camente, asi se podía mejorar y sostener la calidad de vida que lleva-
ba, sin embargo, empiezo a trabajar en otra distribuidora de productos
Jet, comestibles a base de chocolate para distribuir en diferentes zonas
de la ciudad.
Ahí trabajo por varios meses, pero el salario no era adecuado ni tam-
poco alcanzaba para los diferentes gastos de la época.
Siempre donde había oportunidad de hacer dinero, ahí estaba sin pro-
blema.
203
mente le manifesté que no podía porque la disciplina no me permite
hacer ese tipo de actividades y que eso era de consulta con el pastor
general.
Ahí entendí que las metas y activismo de la iglesia era más importante
que cualquier otra cosa, ya que estas sostenían la visión y la visión
sostenía todos los recursos que entraban a la misma.
Pero asi era esto, querer obedecer a Dios era sinónimo de obedecer a
los pastores, eso chocaba con mis estudios teológicos y me daba vuel-
tas la cabeza este tipo de prácticas, sin embargo, aguantaba pensando
que mi vida sentimental ya casi estaba resuelta.
204
sia, ellos lo llamaban privilegio, el problema era que yo no lo veía asi
y mi comportamiento no era de estar en un lugar de privilegio sino de
llamado por Dios.
205
En la reunión estábamos todos los jóvenes lideres que teníamos grupos
de 12 y 144 (según la visión, asi se le decía), era una lluvia de ideas
donde los antiguos jóvenes lideres no paraban de proponer, hablaban y
daban ideas todo el tiempo, mientras tanto yo pensaba e imaginaba ha-
cer algo distinto, las exigencias eran altas, no podía ser inferior a lo au-
daz y novedoso a lo que hacían en la ciudad de Bogotá.
Una de las lideres del pastor se acercó a los chicos que estaban en los
camerinos ensayando y les ordenó que fueran a acomodar sillas en el
salón principal, por supuesto los jóvenes argumentaron estar ensayan-
do porque la presentación también le faltaba.
206
Aun asi, una hora después el pastor principal se acerca a los salones
donde estábamos reunidos terminando de preparar los detalles finales,
sin embargo, el autoritario pastor habló fuerte diciendo que quedaba
cancelada la salida de los chicos en el evento, que ellos no tenían hu-
mildad, que les faltaba “trato de Dios”.
No podré negar nunca que me dio tanta rabia, como era posible que di-
jera eso cuando muchos de ellos aguantaron hambre por estar en los
ensayos, sacrificaron su tiempo personal y familiar, algunos hasta en-
fermos iban a los ensayos, para poder cumplir, y este señor dice seme-
jante barbaridad.
207
Llegada la noche, pronto a empezar la “Convención” de la ciudad de
Cali, en esta iglesia cristiana, estábamos preparados con la entrada de
la música, la danza dramatizada y la puesta en escena en la tarima.
Al final se terminó el día, salimos del lugar y a los 3 días se ponía fin a
la convención en la ciudad.
Después de todo este dilema, estaba convencido que tenía que darle
salida a mi futuro ya que sentía que podía ser manipulado por el llama-
do líder o pastor de la iglesia y no quería ningún tipo de estancamiento
en mí.
208
La verdad eso no me importaba, mucho menos a Enerieth, sin embar-
go, quisimos someternos a esa prueba la cual resulto ser la parte más
degradante de todo mi tiempo en ese lugar.
Sin exagerar, el pastor nos atendió a las 3:30pm, hora y media después
de lo señalado, que irresponsable, que falta de respeto pensaba yo y
con vergüenza con mi jefe inmediato.
209
Nos pregunta que cual era el objetivo de haber pedido la cita, le res-
pondí inmediatamente y directo al tema……venimos a hablar con us-
tedes para formalizar nuestro noviazgo…deseo que Enerieth sea mi es-
posa…ellos, los “pastores” se miraron y sonrieron, dejándome inquie-
to pues no sabía cuál era el chiste.
La pastora que estaba a su lado nos dice que es por nuestro bien, que
nos esforcemos más para cumplir esas metas y que será de bendición.
Ajajajjaaj, bendición para quien, pensé, además de lo molesto que me
puse en ese momento, ya que sus intenciones de aprovechar nuestra
necesidad para cumplir sus metas eclesiásticas, no era para nada algo
que Dios respaldara en la Biblia.
Asi mismo, se los hice saber, ¡no es bíblico, ni es de Dios! ¡Exclamé!,
ellos notaron nuestra molestia al sentir que para ellos era más impor-
tante sus metas y visión que la vida desarrollada de la gente que pres-
taba su tiempo en ese lugar.
210
condenación. En fin, un discurso de líder amigo, pero con dolor en el
alma debía continuar con la mujer que Dios había puesto frente a mí.
211
Enerieth y yo continuamos con la construcción de nuestra relación, nos
veíamos más seguido y estábamos planeando nuestro futuro.
Por supuesto ese día fue muy especial, nos amábamos fuertemente y
era necesario darle orden a nuestra relación. Asi que le pusimos fecha
a la boda, decidimos hacerlo por lo Civil, en Colombia se conoce asi
cuando la boda lo hace a través de la Notaria y queda legalmente ante
el gobierno. No lo hicimos por la iglesia ya que no teníamos ninguna
credibilidad ni en la doctrina católica y menos en la cristiana por la ex-
periencia vivida, sin embargo, el casarse por la iglesia es un acto sola-
212
mente simbólico ya que no se permite sin antes no hacerlo ante la No-
taria del gobierno.
213
vicio de una empresa muy popular en Colombia, ese lugar quedaba
cerca del centro de la ciudad y estaban muy caídas las ventas.
214
rriendo del lugar, pedí permiso por supuesto y abordé un taxi a reco-
gerla, llevándola a la clínica más cercana.
Ese día fue de mucha angustia, recuerdo que no paraba de orar a Dios
y de poner la vida del bebé en sus manos, la madre de mi esposa esta-
ba ahí conmigo y esperando a que saliera del parto.
Qué situación más difícil, empecé a pensar que también podía pasar-
nos a nosotros, no paraba de pedirle a Dios que los cuidara y diera
fuerzas a mi esposa, en fin, torturante para los que han pasado por
esto. Unas horas más tarde escuché un bebé llorar muy fuerte y la en-
fermera salió a buscarme y decirme que la bebé había nacido, que po-
día entrar a verla, rápidamente entré al lugar y mis ojos vieron una de
las maravillas que nunca habían contemplado, una niña blanca con
ojos azules, hermosa, llorando y moviendo su cuerpo; era la imagen de
la grandeza de la creación. Era mi hija Gabriela.
Los días siguientes fueron muy difíciles para mi esposa, sus senos no
daban la leche materna adecuada para la niña, lo cual hacía que la niña
llorara mucho por hambre, mientras ella intentaba sacarse leche con un
instrumento diseñado para eso, le dolía mucho, aun asi decidimos
comprarle leche en polvo adecuada para su edad y asi poder alimentar-
la.
215
Solo quien ha vivido esto sabe lo desesperante del asunto. En una sali-
da a la droguería a comprar los tarros de leche, a mi esposa le dieron
una boletas para la rifa de un televisor, después de 20 días recibimos la
llamada del lugar que nos habíamos ganado el televisor con el número
de la fecha de nacimiento de Gabriela.
Fueron 2 fiestas que nos ayudaron con insumos que no teníamos para
la bebé pero que fueron suficientes después, sin embargo, todos saben
216
que la leche en polvo especial y pañales es lo que más se gasta y se lle-
va la mayor parte del dinero, jajjajajaja.
Fue ese punto uno de los más importantes también y donde me visita-
ba mi esposa con la niña recién nacida para tomar un descanso.
Me caracterizaba por un excelente servicio al cliente, conocer sus ges-
tos a la hora de comprar, ser diferente en el trato con la gente, de ver -
dad el talento en ese campo era muy bueno.
217
Fuimos en varias ocasiones a otra iglesia en el sur de la ciudad, tenía-
mos varios amigos ahí, pero ya no soportaban mis oídos escuchar que
usaran la Biblia para condenar al pueblo o intimidarlo para que dieran
sus diezmos, asi que estaba en el tiempo de alabanza y luego me salía
del lugar.
218
Capítulo 4
EL DETONANTE
En una de las pocas visitas que hacía a la casa donde crecí en el barrio
Floralia, donde vivía mi madre, mi abuela y mis hermanos, pasaría lo
que cambiaría definitivamente el rumbo de nuestra historia.
Asi que parecía que cada uno resolvía su vida y por los lados mi abue-
la sobrevivía a esa forma de supervivencia.
Me dijo: “parcero, tenga cuidado con él, que la policía anda detrás de
él, pronto a capturarlo por vender drogas”, “está involucrado con una
219
línea en el barrio y en estos días la policía lo increpó y él logro soltarse
y salir corriendo, si no, lo hubiesen judicializado”
No era muy lujosa pero el espacio del local nos ayudaba para poder
generar otros ingresos, la idea era que mi esposa atendiera el negocio
de venta de celulares, venta de minutos, reparación entre otros, pero
para esos días el lugar donde yo trabajaba, un almacén donde vendía lo
de la telefonía…lo cerraron, estaba en proceso judicial y liquidaron a
todas las personas, aunque yo no hacia parte de esa nomina igualmente
me quedaba sin un espacio donde trabajar.
220
Quedándome sin un contrato fijo, debía adelantar lo del local y buscar
algo para hacer dinero adicional, al menos esa era la idea, con la mala
decisión de conseguir dinero prestado para poder comprar los insumos
y vitrinas del negocio, con la facilidad de conseguir dinero prestado en
el barrio, pues crecía muy fuerte los llamados “Gota a Gota”, aquellos
que prestaban dinero y se pagaba diariamente una cuota, eran cuotas
que al sumarlas pagábamos el préstamo por el doble de lo inicial.
221
mano compraba dos cigarrillos de marihuana y cuando caminaba hacia
donde estaba otro amigo de él para consumirlo, giró su rostro hacia mí,
al verme volteo la cara inmediatamente.
Tal vez para muchos hoy día es normal comprar y consumir marihua-
na, esto acontecía en el año 2007, era una época con demasiados pre-
juicios morales y sociales, era más difícil para la gente y las familias
aceptar el consumo de una droga ilegal y mucho menos venderla.
222
Empezaba a entender que Charly después de una situación amorosa
con una chica del mismo pasaje con quien tuvo un hijo, estaba siendo
despreciado por la familia de la novia y a su vez ellos con muchos pro-
blemas de jóvenes, sin dinero y con responsabilidades que lo exigían.
223
ro, aun asi muchas veces no colaboraban todos, eso no solo era negati-
vo, sino que generaba discusiones entre ellos.
Cuando empiezo a vivir cerca de ellos es donde puedo ver que mi fa-
milia a su interior esta desgastada y viviendo muchas escases, se su-
maba la situación de Charly enfocada en una línea nada rentable, pero
si peligrosa.
Era el juego del “gato y el ratón”, las leyes en Colombia y aun para ese
entonces eran y han sido incoherentes con la vida en los barrios de
nuestras ciudades.
224
Pensaba que si tomábamos un cargo con influencia y autoridad podía-
mos hacer algo por el territorio y buscar unir la gente con los jóvenes.
Para mí era imposible creer que estos chicos eran solo consumidores y
nada más, ya que yo también estuve muchos años de mi juventud al
lado de amigos míos que hacían lo mismo, pero eran chicos talentosos,
con capacidades y talentos importantes.
Mientras las personas del barrio solo veían algo negativo de ellos, yo
veía talento y capacidades de ser mejor cada día, esa fue y ha sido el
motivo porque toda mi vida ayudé con todo lo que pude a cientos de
chicos a buscar un camino donde pudieran desarrollar su vida mejor.
225
Asi fue como empezaba a respetar un poco más la vida, dignificándose
laboralmente, era un camino que apenas empezaba a recorrer y al me-
nos tenía disposición.
226
tivamente con una mensualidad muy baja los chicos podían ir dos ve-
ces a la semana a recibir las clases que daba en los espacios.
Hubo uno de esos días donde los hijos del señor de la casa local donde
vivíamos estaban hablando mal y amenazando porque no se le había
pagado el mes de arriendo, asi que ya no lo aguantaba y subí sin su
permiso a donde ellos estaban, al verme se asustaron y me reclamaron
porque había subido sin permiso.
227
ra, sin ejemplos a seguir de manejo de negocios, sin apoyo de ninguna
índole, quería mejorar con ganas de tener buenos recursos y ayudar a
mi familia si se podía, pero las cuentas y las deudas eran más altas que
lo que ganaba.
228
en mi posición hablaba con ellos para buscar solución, pero ya estaba
con mucha presión en el sitio.
Muy difícil cada día, sin embargo, con algunos pagos mensuales de los
chicos de las escuelas de teatro lo usábamos para comprar alimentos y
lo necesario de nuestra hija Gabriela.
Empezando una de las clases en el salón del barrio San Luis 2, conocí
un señor que decía ser director del C.A.L.I 6, el lugar donde un año
antes había ido a averiguar lo de las elecciones de Juntas Comunales,
me pregunto qué era lo que hacía y empezamos a conversar sobre el
futuro de la comuna.
No era una tarea fácil, pero éramos varios grupos artísticos, organiza-
ciones culturales legalmente constituidas y artistas independientes; en
229
ese entonces hacia la labor con mucho entusiasmo de organizar y con-
tribuir al desarrollo de este sector. Este tipo de labor en Colombia no
recibe ningún tipo de salario, la labor era voluntaria, sin embargo, la
idea de organizarse era poder buscar proyectos que ayudaran a dignifi-
car el sector cultural.
Como nunca hubo alguien que propusiera tal cosa en ese entonces en
la comuna, efectivamente todos se apoyaban con el liderazgo que yo
proponía. Se notaba alegría y unidad en el grupo a pesar de algunos ar-
tistas con el tiempo mostrar otro tipo de intenciones.
230
poblacionales; cada comuna tiene dispuesto por parte de la Alcaldía
Municipal, un presupuesto anual, asi que el comité de planificación es
el que decide en qué tipo de proyectos se invierte el recurso.
¿Que era la coalición? ¿o qué es realmente esa forma de hacer las co-
sas con el dinero que sale de los impuestos de los ciudadanos?
231
reuniones privadas y yo empezaba a ser visto como opositor y enemi-
go.
Asi fue, durante ese periodo de tiempo, a todos los que solicitaban
acompañamiento con bailarines y músicos para sus fiestas, se participó
activamente y solo daban la hidratación y el refrigerio, sin paga algu-
na, pero con la mirada puesta en hacernos fuertes dentro de unas for-
mas equivocadas de gobierno en los barrios de la comuna.
“no le ayude más a ese muchacho, que lo está haciendo quedar mal,
ayúdele a otra persona que valore los trabajos”, recuerdo que les con-
testé: “nunca dejaré de ayudarle, es mi hermano es mi sangre” asi si 70
veces cae 70 veces le ayudo a levantarse; algo bíblico el mensaje, pero
era de verdad que lo decía.
En esa época de mi vida era crucial 2 cosas; hacer lo posible para que
mis hermanos menores tomaran un estilo de vida mucho mejor y poder
ayudar miles de jóvenes que están en situaciones parecidas, estigmati-
zados por la sociedad y en el camino hacer algún tipo de trabajo refe-
rente que me permita ganar dinero para los gastos de mi hogar.
De esas 3 cosas, una se iba cumpliendo poco a poco, las otras dos si
estaban muy mal y consecuentemente era mayor el esfuerzo cada día.
232
Dentro de este proceso con el sector cultural y mi vida personal, había
mucha necesidad de organización, no solamente en lo social y comuni-
tario sino en estructurar que era lo que yo realmente buscaba para
mantener el equilibrio.
233
En el instante que desenfundó su arma, en mi mano izquierda tomé el
computador y en mi mano derecha la silla plástica como protegiéndo-
me, al pedirme el computador le dije que NO se lo iba a pasar, el gri-
tando fuerte palabras soeces y apuntándome me presionaba por el
computador y yo cada vez caminaba hacia atrás diciéndole que no;
cuando él se acerca mucho más, exclamé: ¡la sangre de Cristo entre tú
y yo”!
Los que estaban en el polideportivo esa mañana vieron todo lo que pa-
só, sin embargo, su miedo a que les dispararán hizo que no salieran de
las oficinas, después se acercaron a preguntar si estaba bien y todo
continuo normal.
Ese día por la tarde, salí a hablar con unos amigos del barrio sobre lo
sucedido, algunos se indignaron y fueron a buscar el chico con las in-
234
dicaciones que les di; era un joven de apodo Chávez, y dos horas más
tarde lo tenían sentado en las escaleras ubicadas en el parque al frente
de la estación de policía.
Mi hija había entrado a estudiar a uno de los colegios del sector, donde
los directores eran residentes del barrio, muy amables y con un cora-
zón de ayudar a todos, Colegio Mixto Santo Tomas.
Empecé a hablar con amigos del sector que lideraban algún tipo de
grupo, los convoqué a unirnos para tomar la Junta Comunal del barrio,
ellos me argumentaban que era difícil porque esas personas que lidera-
235
ban siempre ganaban porque hacían fraude y ya llevaban 25 años en
poder de la misma familia.
Esta era la oportunidad de hacer algo distinto y que las personas toma-
ran el control de los liderazgo del barrio. Lideres deportivos, personas
lideres en sus calles, jóvenes con ganas de participar, madres comuni-
tarias, lideres eclesiásticos, lideres culturales y sus grupos, algunos co-
merciantes, todos nos unimos en pro de cambiar la forma de adminis-
trar el barrio.
Lo que hizo fue unirse con la otra lista, el otro grupo donde estaban los
mismos de siempre y los que él tanto odiaba, según sus palabras cuan-
do estaba con nosotros, en fin, esos fueron momentos donde entendía
236
que sus intereses particulares eran más fuertes que las ganas de ayudar
al barrio a ser mejor.
Fue una “guerra”, la llamo de esta manera porque esas personas que
durante tantos años estaban en esa representación, habían construido
sus vidas, sus fuentes de ingresos, sus empleos políticos, sus ayudas
políticas; todo lo habían construido en base a figurar como lideres de
un barrio de las de 15.000 habitantes, así que decidieron como toda
fuerza ignorante empezar a degradar mi nombre.
237
A cambio, nosotros, el grupo constituido nos dedicamos a hablar con
la gente, a hacer campañas en pro de lo que había que solucionar en el
barrio, a hacer recorridos y generar conciencia que si se podía transfor-
mar el barrio.
No puedo negar que había 2 compañeros del grupo que también se po-
nían al nivel de los llamados lideres del sector, hablaban mal de ellos,
era un resentimiento de ocasiones anteriores que no supieron como de-
rrotarlos y decían necedades.
Ese tiempo fue un esfuerzo muy alto y un precio que pagar donde es
difícil de sobrellevar, mi vida familiar y económica no estaba bien,
conseguía trabajos a corto plazo, la alimentación era muy medida,
poca ropa que vestir y solo un par de zapatos presentables.
238
das estas necesidades y dificultades, tenía una convicción de poder
transformar el territorio que me vio crecer desde niño y a su vez en-
contrar formas de vivir sin ser corrupto o mentiroso.
Esa noche fue de celebración para el grupo nuestro, pero de rabia e im-
potencia para el otro grupo, sin embargo, todas las personas que estu-
vieron con nosotros, madres comunitarias, artistas, comerciantes, inde-
pendientes, jóvenes, niños que disfrutaron hacer caminatas, entrenado-
res deportivos, vendedores, disfrutamos de una victoria con un com-
promiso alto.
239
Capítulo 5
IMPACTO EN EL BARRIO
240
que habían ido unas personas a nombre del presidente saliente y que se
llevaron las sillas plásticas, algo de no creer, pero a ese punto llegaban
las inconsistencias, al final presentaron la denuncia y con dinero que
supuestamente tenían en tesorería compraron las 100 sillas faltantes.
Tengo que resaltar el apoyo de las personas del sector, más aún cuando
aún no se había hecho empalme, la secretaria del deporte de la ciudad
estaba entregando escenarios deportivos en administración por las jun-
tas comunales o fundaciones del territorio, la sorpresa que nos lleva-
mos cuando supimos que ésta secretaria en cabeza de un sector políti-
co iba a hacer entrega del escenario deportivo la Estación, ubicado en
el corazón de nuestro barrio, sin haber tenido en cuenta el cambio de
liderazgo y mucho menos la participación de los habitantes del mismo.
Asi que el mismo día que supuestamente una funcionaria iba a hacer
entrega del escenario deportivo a la Fundación en mención, nos encar-
gamos, todo el equipo de trabajo nuevo de llevar personas al sitio y pa-
rar ese procedimiento.
241
dencia y representación, con argumentos legales que les presenté solo
les quedó opción de hacer lo correcto sin su influencia política.
Tengo que reconocer que una de las cosas que más detesto y me eno-
jan es que una persona le quite sus pertenencias a otra, siempre he pen-
sado que el que roba en su propio barrio es capaz de robar a su querida
madre.
242
de los que consumían drogas en el barrio que conocía desde su infan-
cia, el cual me rogaba que no le hiciera nada, lo solté y lo dejé ir, cuan-
do la policía llegó le dije que no lo había alcanzado; luego le pregunté
al señor que lo acusaba qué le había robado…el señor contestó que era
el vecino que vive al lado de su casa y lo encontró de sorpresa metido
en su cocina robando comida y pasándose por detrás a su vivienda.
Es asi como el apodo empezó a sonar entre los jóvenes mal llamados
“alto riesgo” y los habitantes del sector, hasta el día de hoy niños, jó-
venes y adultos del barrio todavía me dicen “MY PRESIDENT”.
243
presupuesto asignado), lo cual no apuntaba a las necesidades actuales
de los barrios.
De tal manera que mientras estas personas llamadas “lideres” que solo
eran un grupo con intereses particulares y políticos esperaban la ayuda
de su “padrino” o la ejecución del proyecto aprobado, yo estaba consi-
guiendo que se invirtiera en el barrio directamente desde la Alcaldía.
244
La vicepresidente de ese entonces era quien me acompañaba casi
siempre en todo lo que nos proponíamos, los fiscales, Luis y Rosmira,
estuvieron muy atentos, la tesorera al principio muy dispuesta, los de
los comité de trabajo siempre acompañando, todo parecía que podía-
mos estar de acuerdo y direccionar el barrio hacia un fin común.
245
terior, por responsabilidad social pavimentar con asfalto el parqueade-
ro y velar por su respectivo mantenimiento anual, asi su descargue va a
continuar en el sitio y nuestro barrio va a gozar de una mejor vista por
ser uno de los principales a la hora de visitar Floralia.
Lo primero que hicimos con uno de los sectores (la estación) fue invi-
tarlos a una comida en uno de los salones a nuestro cuidado que que-
daba cerca de su territorio, nada de policías y con la intención de poder
dialogar, ayudar y llegar a consensos para mejorar el barrio.
246
En este arduo movimiento, llegaba muy tarde a mi casa, y por supues-
to también buscar el sustento para pagar recibos, arriendo y deudas,
todo era muy confuso, pero a la vez motivador, confuso porque ayudá-
bamos a solucionar problemas y yo tenía problemas personales hasta
el cuello que nadie me ayudaba, jajjajajaja.
Con los lideres de los dos grupos, hablé en los escenarios deportivos,
comprometiéndolos en una visión nueva del barrio, donde podíamos
mantener la paz, sin muertos, sin riñas, sin hurtos, y sin permitir que
personas de otros barrios robaran en el nuestro, a su vez buscar alter-
nativas para los chicos; oportunidades de terminar sus estudios secun-
darios y hacer alguna carrera técnica, todo empezó a rodar, haciendo lo
diferentes contactos, mucha gente se sumó a esta iniciativa de recupe-
rar nuestro barrio.
247
Una hernia inguinal a punto de estrangularse, la había adquirido cuan-
do tenía 13 años y trabajaba como empacador en el autoservicio del
barrio, ya estaba suficientemente grande, estaba sobre sobre el testícu-
lo izquierdo, promoviendo mucho dolor.
A veces era tan difícil la situación que mi esposa me decía que buscara
un trabajo permanente y estable para nuestras necesidades, que dejara
a un lado ese tema social que no generaba ningún dinero.
Para ese primer año logramos que la alcaldía empezar con una mejor
iluminación con luz led en el escenario de la estación de policía, lo
cual permitía que las personas pudieran salir más seguido a hacer sus
ejercicios, el consumo de drogas en medio de las personas se estaba
terminando, los chicos se habían comprometido a respetar el espacio
deportivo y eso se empezaba a evidenciar.
248
Un poco adolorido pude hacerle seguimiento a su terminación y por
supuesto quedó bien pavimentado y demarcado, gracias a la oportuna
intervención del fundador del Autoservicio Mercatodo, quien siempre
estuvo dispuesto a llevar el barrio a su desarrollo.
Era un evento con artistas locales, del barrio, de la comuna, una tarima
y sonido de carnaval, patrocinada por Mercatodo, regalos para rifar
donados por el comercio del sector, vendedores informales organiza-
dos para dar mejor movilidad a la gente y por supuesto una cantidad de
niños y niñas disfrutando de su bicicleta y patines en la calle principal
de su barrio.
249
Con sorpresa que se evidenciaron varias cosas, entre ellas, los egos de
algunos artistas, otros que dicen ser artistas y no lo eran y esto ayudó
para hacer el respectivo filtro para los que continuaban como parte del
comité de cultura de la nombrada comuna.
Asi que me dispuse a buscar con quien hablar de los dos bandos, esto
no podía seguir asi y la seguridad o el cese a la violencia no iba a lle-
gar por tener más policías en las calles.
250
Tuve un acercamiento respetuoso con los lideres de las dos bandas en
esa ocasión, después de una conversación respetuosa y coherente con
dejar a un lado las diferencias y respetarse los unos a los otros, men-
cionaban una patrulla de la policía que trabajaba con ellos y eran quie-
nes les informaban de las amenazas de un grupo a otro.
Resultó que la patrulla en cuestión trabajaba para los dos grupos, ellos
no lo sabían, pero al conversar pudimos llegar a esa conclusión muy
visible y de muchas pruebas de que asi era.
A esa reunión fuimos invitados algunos lideres de los barrios con más
índice de homicidios, Petecuy y Floralia encabezaban la lista, en me-
dio de las quejas y reclamos de los demás lideres, en el momento de
mi intervención se sacudió el lugar por las palabras que pronuncié:
251
“Lo que tiene la comuna en el estado que se encuentra es la Policía na-
cional, son corruptos y reciben dinero por brindar información a los di-
ferentes grupos que generan las muertes en el territorio, la policía de la
estación Floralia está contaminada de tanto corrupto, no son todas las
patrullas, pero si una gran parte de ellas” inmediatamente nombré las
dos patrullas involucradas en el enfrentamiento del barrio Floralia.
252
preguntaron nunca por supuesto, solo transmitían odio y falsos comen-
tarios.
253
peor aún que no lo invirtieran correctamente en el barrio, ya no tendría
autoridad moral ni criterio para denunciar nada.
El día 07 de octubre del año 2013, nos reunimos en el C.A.L.I 6, los li-
deres de las organizaciones culturales para coordinar el proyecto que
se iba a ejecutar en la comuna, las diferentes expresiones y por supues-
to los que iban a ser parte de la plantilla de contratación, la idea de las
propuestas en ese entonces del proyecto era fortalecer los diferentes
grupos artísticos que trabajaban sin recursos en la comuna.
254
ra conocer los procesos, sin ninguna malicia se lo permitía sin saber
que luego conocería realmente sus intenciones.
Esa madrugada del siguiente día, siendo las 5:00am, tocaron fuerte
nuestra puerta, aquella puerta de vidrio a esa hora sonaba muy duro,
yo me levanté un poco ansioso sin saber que pasaba.
Tengo que reconocer algo, en ese momento les dije, ustedes están
equivocados, me dio risa y salí a la puerta a mirar, les pregunté si eso
era algo como “cámara escondida” o alguna clase de chiste, como iba
a creer lo que estaban diciendo si me estaban leyendo unos cargos con
los cuales no tenía ninguna relación, no me buscaba la policía cuando
era adolescente y con amigos involucrados en delincuencia mucho me-
nos ahora que solo servía a la comunidad, pensé en ese momento.
255
hogar, no sé qué iban a encontrar en una vivienda donde solo teníamos
las camas de los niños y la nuestra, en la sala solo había una mesa de
madera pequeña y 2 sillas rimax con un televisor de cuerpo ancho.
Al salir del lugar uno de los policías me conocía me dijo que no me iba
a esposar pero que al llegar a la oficina de investigación si tenía que
hacerlo, que por favor me subiera a la camioneta.
256
palabras: “la cagaron, se equivocaron muy feo, la cagaron, malpari-
dos”, es una expresión muy de la ciudad de Cali en Colombia, la rabia,
la impotencia, la desilusión por la institución policial, la desilusión por
estar en un país con manipulación y carencia de respeto.
Esa mañana llegó un abogado enviado por una señora amiga que le
tengo mucho respeto y que en ese entonces desde su institucionalidad
apoyaba el proceso de jóvenes en la comuna 6 de Cali, este abogado
entró me pregunto que si yo tenía algo que ver con esas acusaciones,
que le dijera la verdad para el poder defenderme, ajajajjaaj, yo le ex-
presé que no tenía ni idea de eso y que por supuesto no hacia parte de
esa banda.
¡Qué tal este pirobo! Dije en ese momento, (esta expresión también
hace parte de las muchas palabras que decimos enojados en Colom-
bia), asi que no tenía abogado y llegando la noche en esas instalacio-
nes, nos llevaron a comer en un salón grande para después pasar la no-
che en ese recinto hasta el próximo día que supuestamente nos trasla-
daban.
257
instantes les preguntaba, como era posible que capturaran las personas
de esa manera si lógicamente no tenían pruebas de nada.
De esta manera, después de la foto nos subieron a dos carros que usaba
el S.M.A.T, (policía antidisturbios), blindados, escoltados con 4 ca-
mionetas de la policía y 6 motocicletas, parecía una película de acción,
según ellos trasladaban una banda muy peligrosa y no podía faltar su
contenido para los medios de comunicación, haciendo énfasis en el
“buen trabajo de la policía nacional”.
258
do en una celda, pero por dos horas solamente por cuidar la espalda de
unos amigos que consumían drogas ilegales.
Esa noche nos llevaron comida y empezaba a hacerme la idea que es-
taba en una situación difícil y tensa que debía tomar fuerzas cada mal-
dito segundo, sin embargo, mi espíritu estaba quebrado y lloraba muy
a menudo pensaba en mi esposa, mis hijos y su sostenimiento econó-
mico, era algo difícil no tener el control de ese momento.
Durante el día en esa celda pude entender el tipo de banda que estaba
en el lugar, había 12 hombres de los 16 que estábamos ahí que, si se
conocían y que sutilmente se comunicaban, 4 hombres que no tenía-
mos nada que ver en el asunto; un líder social y de transporte de la co-
muna 20, un trabajador de mantenimiento en una unidad recreativa en
el barrio San Luis, un hombre con aspecto de habitante de calle y yo,
un líder social y comunitario, todos de la ciudad de Cali Colombia.
En la noche pude ver a mi esposa, era lo que más le pedía a Dios, para
saber cómo iban las cosas, efectivamente me pasaron con ella donde
me contaba todo lo acontecido: una señora con la cual una año atrás le
259
había ayudado en una campaña política me había enviado un abogado
para ayudarme con el tema, el cual vendría a buscarme al siguiente
día, me contaba que las hijas de la señora donde vivíamos le habían
pedido que desocupara el apartamento inmediatamente porque no que-
rían tener relaciones con delincuentes.
Cuando me llamaron a lista para leer los cargos, la fiscalía decía que
yo había llevado una camioneta Toyota Fortuner al país vecino, Boli-
via, la cual había sido robada días antes al congresista Roosevelt Ro-
260
dríguez en el año 2011 y que en su poder tenían un documento que ha-
bía permitido ellos realizar la captura.
261
Al siguiente día, la siguiente audiencia era para conocer que pruebas
tenía la fiscalía para promover una condena a cada persona capturada,
nos llevaron nuevamente hasta el edificio de la fiscalía ubicado en ese
entonces en la Cra. 2 con calle 9, centro de la ciudad, nos dejaban en
una celda del lugar mientras nos tocaba el turno, cada uno de esos días
nos llevaban en un bus del INPEC (Instituto Nacional Penitenciario de
Colombia).
¡No tenían nada más!, solo que alguien se había hecho pasar por mi en
la frontera y que presento esa copia de cedula como si fuera yo, asi
que, había que tener las evidencias pedidas por el Juez, donde me en-
contraba yo en esa ocasión, o algo que probara mi presencia en otro lu-
gar.
El abogado que tenía asignado por la señora amiga del partido político,
era algo sospechoso, no me daba confianza, tenia en su poder todo el
arraigo social y vivencial mío, pero faltaba algo más.
262
desde ese día empecé a creer menos en la policía nacional y su institu-
ción; su conversación fue explicita donde esa persona que venía en re-
presentación de la policía le pedía 40 millones de pesos colombianos
para generar el procedimiento y pudiera dejar la cárcel en 2 meses.
El señor jefe le dijo que le diera hasta el segundo día para él revisar el
tema y ver con quien podía conseguirlos, al siguiente día en la maña-
na, efectivamente, hablaban entre todos los cabecillas del tema y del
dinero en cuestión.
Mientras tanto, las 4 personas que no teníamos nada que ver con sus
delitos sufríamos por estar afuera con nuestra familia, eran momentos
de mucha incertidumbre y desilusión.
Desde ese día entendí que la corrupción en Colombia esta tan involu-
crada con nuestra idiosincrasia, que todos de alguna manera estamos
participando de un deterioro de la ciudadanía y por supuesto de la ins-
titucionalidad pública.
263
Estando en la audiencia, mientras el Juez atendía los otros casos uno a
uno, revisé con el abogado su exposición para defenderme, con sorpre-
sa él me decía que no tenia problema porque tenia suficiente arraigo
social y que con eso me daban la libertad.
Este señor me llenó de dudas, aun asi decidí creer en su trabajo y espe-
rar, mis recomendaciones no las tomó y presentó en nuestro turno lo
planteado con todo el arraigo social político y familiar que yo tenía en
ese entonces.
Es asi como todo quedó en manos del Juez, salimos a almorzar para
luego volver a escuchar la decisión del tribunal y avanzar.
264
desesperación era notable, y yo sintiendo una impotencia tan grande
que se me salían las lagrimas en ese momento, sin embargo, les decía
desde ese lugar que tranquilos que todo iba a salir bien.
Empezó por las mujeres que tenían hijos solas, decidiendo que tenían
medida de aseguramiento en sus viviendas, en Colombia se conoce
como “casa por cárcel” o cárcel en el domicilio, terminando con las 2
mujeres, decidió que todos los 14 hombres restantes, medida intramu-
ral, trasladados a la cárcel de Villahermosa para esperar el juicio y la
condena.
Nos dijo el Juez que teníamos 15 minutos para despedirnos de los fa-
miliares y que volvíamos a la estación de policía para luego ser trasla-
dados al centro penitenciario.
Saliendo del lugar lo primero que hice fue abrazar a mi esposa, era la
única que dejaron entrar al salón, mis padres y hermanos estaban afue-
ra y solo podía verlos por la ventana.
Asi que abrazados y llorando juntos, tanto ella como yo sabíamos que
no era verdad nada de esto pero que estaba pasando y había que en-
frentarlo, le dije que tomara todas las fuerzas necesarias y que cuidara
de nuestros dos hijos como siempre lo había hecho.
265
Al mirar por la ventana para despedirme de mi familia presente, no
aguanté, solté a llorar y ellos entendieron que no había salido nada
bien, les hice señas que los amaba y que fueran fuertes.
Creo que a la misma vez que sentía que perdíamos las fuerzas y la es-
peranza se truncaba, también mi familia estaba unidad como nunca an-
tes.
Para ese entonces, mi abuela Eva, por parte de mi madre, estaba hospi-
talizada, ya estaba muy delicada con sus enfermedades respiratorias,
nunca se dio cuenta que a su nieto lo habían encarcelado, eso hubiese
sido duro para ella.
El día siguiente, domingo, nos avisaron en la mañana que íbamos a ser
trasladados a la cárcel de Villahermosa, mi esposa me había llevado
algo de ropa para llevar e insumos de aseo. Era algo que no quería vi-
vir pero que ahí estaba, a punto de enfrentarme a lo desconocido, a lo
que temía alguna vez, a la injusticia en mi propia vida, a la desesperan-
za, a la impotencia y a la corrupción del país.
Siendo las 4:00pm nos empezaron a llevar hacia el bus que nos trasla-
daban, cada uno con su bolsa plástica con ropa en la mano, fue sentán-
dose rumbo a ese lugar que para muchos era algo nuevo, para mi era el
infierno desconocido.
266
Al despegar el bus, bajo la intensa lluvia que empezaba a caer ese día,
mirando por la ventana, ví a mi esposa llorando, viendo como nos se-
paraba el destino, por alguna razón pasaba, pero no sabíamos porque
de esa manera.
Obviamente al verla asi también se me venían las lágrimas, aun sin sa-
ber si la volvería a ver o no, y sin saber que iba a pasar dentro de ese
lugar conmigo.
Deje ir ese instante y mirando las calles de la ciudad por donde nos
trasladaban ese fin de semana, recordaba todo desde mi niñez hasta ese
momento, sin entender el motivo por el cual estaba en esa situación.
Era una guerra mental, con euforia interna, con rabia e impotencia, con
odio creciendo hacia la justicia, era todo y era nada, solo un preso más.
Asi llegamos ese domingo siendo casi las 6:00pm a la cárcel de Vi-
llahermosa, frente al portón azul, a punto de entrar al infierno.
Capítulo 6
¿CARCEL O INFIERNO?
267
cia, en Colombia, en muchos casos te capturan y luego te investigan,
las cárceles en este país tienen un índice de hacinamiento suprema-
mente alto, las estadísticas son solo números comparados con la vio-
lación a la dignidad humana, si bien es cierto los delincuentes mere-
cen pagar por sus actos también es cierto que la institucionalidad
debe garantizar una correcta investigación”
Siendo casi las 8:00pm, nos retiraron del salón y nos trasladaron a LA
JAULA, un lugar que físicamente era similar a una jaula para anima-
les, en este lugar dejaban las personas unos días mientras los asigna-
ban a los respectivos patios.
268
cedido y al ver su rostro se notaba la esperanza de seguir creyendo que
hay personas que si aportamos con verdad y honestidad a la transfor-
mación de realidades.
Estaba decidido a defender mi caso sabiendo que no tenia nada que ver
en el asunto, en ese momento tomé la Biblia en mis manos y mirando
al cielo bajo una media luna que había, dije dentro de mi: Señor ¿Qué
pasa?, no recuerdo que versículo bíblico leí esa noche, lo que si re-
cuerdo es que esa noche cambio todo mi desanimo por comprensión.
Asi cerré mis ojos y pude dormir esa noche en esa cama dura de ce-
mento, jajaajajja, pero aun asi seguía sintiéndome como león enjaula-
do.
269
Bañarse desnudo a la vista de todos los presentes, hacer del cuerpo a la
vista de las personas, la intimidad contigo mismo es lo primero que te
quitan en la cárcel, aunque uno como hombre se acomoda a las cir-
cunstancias, no deja de ser indignante la situación.
Con esa descripción me quedaba claro que debía estar donde tuviese
algunos conocidos del barrio para poder relacionarme y conocer mas a
fondo el movimiento del lugar.
270
A los 2 chicos les dije que lo iba a pensar, para no dejar rivalidad en
ese lugar, asi que ellos esperaban mi respuesta y yo buscando evadirla.
271
siendo las 6:00pm a ubicar a cada uno de los presos en los diferentes
patios.
Para esto hacíamos varias filas donde iban llamando uno a uno, pre-
guntándonos a que patio queríamos irnos, esto lo hacían con el fin de
brindar oportunidad de estar con alguien conocido o familiar, efectiva-
mente elegí el patio 2, lugar donde era muy posible que conociera jó-
venes del barrio.
Arrugué mis cejas y mi rostro que ya tenia cicatrices del acné que me
dio de chico, parecía realmente un delincuente, jajaajajja, para algo me
ayudo mi rostro pensé ese día; llegamos a una celda del pasillo 1 del
patio en cuestión y me hizo pasar a hablar con un hombre sentado en
su colchón.
272
bles, además para poder estar en su patio y estar en uno de los pasillos
debía pagar el derecho a su entrada, $200.000 pesos colombianos por
derecho a patio, $100.000 pesos por derecho a pasillo, semanalmente
$5.000 pesos para la limpieza.
Por supuesto, no tenia colchoneta, asi que tocaba dormir en el piso sin
ella por ahora, pensé. Mientras estaba ahí parado solo mirando la tele-
visión como lo hacían todos, venia hacia mi dos hombres de aproxima-
damente 30 años mirándome fijamente y tratando de intimidarme, yo
los miré fijamente sin quitarles la mirada, no mostrando ningún tipo de
miedo al respecto.
273
Les manifesté que yo era de los buenos, que no pasaba nada, en fin,
dándoles a entender que yo estaba tranquilo y que si tocaba responder-
les lo iba a hacer, pero en realidad estaba “cagado” del susto, jajjajaja-
ja, pero no podía dar esa impresión sino iba a generar burla en mi pri-
mer día.
Fue asi como respiré profundo y aliviado que no tuve que defenderme
físicamente, todo fue una terapia mental en el lugar, seguido de este
dilema, un chico de aproximadamente 30 años también, el cual estaba
viendo lo que pasaba se me acercó y me ofreció que, si quería llamar
por celular, el me ayudaba desde el suyo, solamente que en retribución
le hiciera una recarga para que no faltaran los minutos.
274
Muy temprano mi esposa llegó a esa oficina y habló con la secretaria,
que muy amable inició la búsqueda del acta de la reunión y su listado
de asistencia, encontrándola y entregándosela a mi esposa, la prueba
de que yo nunca estuve en el país vecino estaba en manos de mi espo-
sa al 2 día de estar en el patio de la cárcel de Villahermosa Cali.
Pude notar en el trascurso del día las actividades en el patio de ese lu-
gar, algunos dando vueltas caminando, otros jugando futbol o balon-
cesto, otros en juegos de mesa, y algunos trabajando la madera hacien-
do figuras apara vender, varios chicos trabajando desde sus celdas el
crochet, la dinámica era entretenerse mientras pasaba el tiempo.
275
saludarnos, “rambo”, cuando me vio no lo podía creer tampoco, sin
embargo, después de contarles lo sucedido, decían que yo me iba rápi-
do del lugar.
Sin embargo, hablo sin temor de este tema, no es para juzgar este pro-
cedimiento, por el contrario, es para abrir los ojos a una realidad que
vivimos en los barrios de nuestras ciudades, similar, solo que no en 4
paredes.
276
La supervivencia ha sido para el pueblo colombiano parte de su cultu-
ra, hay que sobrevivir para avanzar y disfrutar un poco la vida, en
nuestros barrios funciona igual, unos grupos que algunos llaman “pan-
dillas” otros llaman “parches” y otros hoy día le dicen “oficinas”, los
cuales en algunas ocasiones repetidas veces se enfrentan por algún te-
rritorio de expendio de drogas.
En nuestros barrios es parte del día a día, las veces que hemos logrado
La Paz entre los diferentes bandos o grupos en el barrio ha sido por
llegar a consensos con sus lideres y respetarse mutuamente, no se la
logrado tranquilidad solo con poner policías en las esquinas.
277
Inmediatamente los ojos de todos los del pasillo giraron hacia mí, ha-
blando entre ellos de la noticia y se dieron cuenta que según la infor-
mación era una persona que trabajaba en la mitigación de violencias
entre pandillas de la comuna 6 u otras.
278
yo presidia había ido a decir que la comunidad estaba muy enojada y
que estaban solicitando el cambio de presidente inmediatamente.
Los primeros días durmiendo en ese lugar tuve pesadillas, soñaba car-
gando a mis hijos, jugando con ellos, riendo con mi esposa, soñaba ca-
minando por el barrio queriendo ayudar a los jóvenes a que murieran
sin intentar ser mejores, de repente despertaba y al abrir mis ojos veía
la poca luz de la luna que entraba a ese pasillo y me sentía “enjaula -
do”, mi pecho intentaba desprenderse cuando pensaba en mi hogar y
mi familia, la angustia era muy fuerte, luego me auto aconsejaba di-
ciéndome, debes ser fuerte, Dios te ha puesto aquí por algún motivo,
serás diferente al salir de aquí, con esta automotivación o mensaje
de Dios, tomaba aire y continuaba.
279
a mi esposa que no permitiera la visita de mis padres ni de mi hermano
Richard, ellos no soportarían estar en un lugar como ese y perturbaría
su vida.
280
“si todos los pecados echaran humo, los jóvenes no serían los únicos
consumidores”
Todos los días desde la cárcel mantenía comunicación con las perso-
nas de confianza y los procesos que estábamos gestionando para nues-
tra comunidad, viviendo la impotencia del encierro no dejaba de pen-
sar que la vida, el universo y Dios estaban enseñándome algo impor-
tante o me preparaba para algo más.
281
do a los ojos al policía en cuestión, ¡cómo me gustaría que pasaras un
día acá encerrado, no sobrevivirías, porque solo tienen agallas para
con un arma y el poder judicial a su disposición, pero la vida te hará
pagar por sus errores!
Aunque esa fue la parte que marcó la diferencia en todo el tiempo, es-
cuchar sus historias de vida sin pedirles que lo hicieran, deduje que ese
fue el propósito por el cual llegué a ese lugar, aprender que se siente
desde adentro esta situación y como miles de jóvenes pierden su vida
sin opción de recuperarla.
Después de una pagar una condena por cualquier delito, salen a la ca-
lle, la mayoría, a buscar cambiar de estilo de vida y lo primero que se
encuentran es que las empresas en Colombia les piden el certificado de
procuraduría, en el cual están reseñados por mínimo 5 años.
282
Mi esposa por recomendación de un amigo en común los contactó con
un abogado, Humberto, un gran hombre, honesto, que tomó el caso y
empezó con la solicitud de audiencia para la salida inmediata.
Yo empezaba a socializar mas con los presos, los jóvenes del barrio
hablaban mas de seguido conmigo contándome sus experiencias nega-
tivas y los chicos del barrio Siloé también con gran confianza, siempre
brindándoles el mejor consejo para que se alejaran de esa clase de
vida, la mayoría siempre me contestaba lo mismo, ¡como hago “Flora-
lia” para salir, si es lo único que sé hacer desde que respiro”.
No había que ocultar nada, para mí era primera vez que me desnudaba
delante de tanta gente, al menos todos éramos hombres dentro de lo
que sabia, pero se sentía indignante y atropellador, pero es la cárcel,
hay que someterse, me decían algunos.
283
con todo lo que tenia para dar. Lo único que recuerdo realmente de ese
partido, es que termine con los labios sangrando de 3 golpes que me
dieron con el codo repetidamente. No volví a jugar, jajjajajaja. Y para
el futbol ni siquiera me acercaba, eran partidos a muerte con patadas
tan altas que llegaban a la cintura.
Días después uno de los chicos que sale en video quien fue que mas
disparó hacia las personas, lo capturaron y lo llevaron a la misma pri-
sión donde yo estaba. Villahermosa. Ese día que ese chico con aproxi-
madamente 19 años de edad entró con su cabeza en alto, mirando de
mala manera a todo el mundo, creyendo que como había matado tanta
gente lo iban a respetar en la cárcel.
Al siguiente día, estaba sentado en una esquina del patio, con sus zapa-
tos sin cordones, y con la cabeza entre las piernas; no sé qué le habían
hecho la noche anterior, pero no fue nada bueno para que amaneciera
con esa actitud y por supuesto recibía constantemente el menosprecio
del grupo que manejaba el patio.
Mi esposa continuaba fielmente con su visita cada domingo, firme, sin
falta, ella fuerte y valiente, dándome aliento para avanzar, no sabía que
me molestaba más, si la injusticia cometida hacia mi vida donde no
hizo la policía el debido proceso o las injusticias que muchos habían
vivido desde su niñez, estaba enojado con todo el mundo, con el siste-
ma, con la política, con los bandidos, con la vida misma, tanta desi-
gualdad, tanta falta de hacer algo para cambiar y mejorar muchas fa-
milias.
Todos los días la misma rutina, bañarse desnudo ante la mirada de to-
dos los que esperan turno, si usábamos el baño para hacer deposición,
había una fila esperando turno y ver como tu hacías o no, estabas con
tus pies sobre el inodoro, con una mano tapándote un poco tu parte
284
intima frontal y levantar la mirada y todos viéndote y pidiéndote que
termines rápido. Indignante y humillante.
285
vida y otros que realmente les gusta hacer el mal, han decidido morir
de esa manera.
286
Moralmente curioso dentro del centro penitenciario, los días de visita
era prohibido que los presos miraran o admiraran la mujer de otro pre-
so, aquel que era sorprendido en ello, terminando la tarde era golpeado
por al menos 6 personas del “grupo”.
El 07 de diciembre del mismo año, fui notificado que tenía salida a las
6:00am del día siguiente al juzgado para la audiencia solicitada, esa
noche estaba muy ansioso, hablando con mi esposa por teléfono le de-
cía que estaba cansado y me sentía débil, había bajado varios kilos y la
repetición de los días encerrado era estresante.
287
les toca atender, se cayeron mis fuerzas y por supuesto solamente res-
piré profundamente y me devolví al patio a sentarme y seguir leyendo,
ahí estaba triste y desilusionado, por cierto, decepcionado aún más de
la justicia en el país.
Mientras tanto durante esa semana traté de arreglar varias cosas, entre
ellas mi relación con el tesorero del pasillo, quien habíamos tenido
288
problemas días antes por un chico ladrón que el protegía, el cual había
tomado mi cuchara sin autorización, robándome sin consecuencias.
Algunos chicos me dijeron que había sido él, subí al pasillo inmediata-
mente y estaba sentado junto a la celda del tesorero, cuando el me vio
llegar bajó la cabeza y empezó a comer, yo me acerqué lo tome por el
cuello y le di un puñetazo en el pecho, diciéndole que me entregara la
cuchara rápidamente, por supuesto empezó a hablar duro y a negarlo,
quiso increparme y volví y lo senté de un empujón.
289
Al llegar al edificio donde estaba programada la audiencia, al bajarme
del bus del INPEC y ver con mis ojos otra vez la calle con su gente me
daba nostalgia, al entrar al edificio estaba mi esposa presente y mi her-
mano Charly esperando acompañarme en esa cita. Mi esposa y mi her-
mano dándome animo y yo cansado los abracé y les dije que se tran-
quilizaran que pase lo que pase siempre resistiré.
290
Cuando llegamos al barrio y nos bajamos en el pasaje de la casa de mi
abuela, mi hija de tan solo 6 años de edad corría hacia mi gritando “pa-
pá. Papá, y saltó sobre mí, llorando desconsolada”, yo la cargué y lloré
con ella diciéndole, “ya estoy aquí mi niña, ya estoy aquí”.
Este tipo de episodios son los que la fiscalía no se imagina el daño que
puede hacer por no hacer bien su trabajo, pero en realidad en Colom-
bia no les importa hacer mal un procedimiento porque ellos mismos
encubren sus errores.
Esa noche, la realidad no era muy agradable, mi esposa y mis dos hijos
dormían en una habitación en la casa de nuestra amiga la costeña,
mientras pasaba todo esto, esa noche me acosté en el mueble y no po-
día dormir, paradójicamente solo pude concebir el sueño cuando me
acosté en el suelo, costumbre de 3 meses.
291
Capítulo 7
292
Al siguiente día muy temprano, me vestí con mi mejor camisa y panta-
lón, caminando por las calles de mi barrio, mirando fijamente a los
transeúntes que estaban tan temprano en la calle, mirando y disfrutan-
do el aire de una libertad conocida, me dirigía hacia el C.A.L.I 6, don-
de tenía una reunión programada con algunos de la Junta Comunal y
unos funcionarios de la Alcaldía.
Para resolver un tema del manejo del libro de Tesorería, donde días
antes el fiscal había denunciado la vicepresidente por unos gastos que
fueron presentados, pero no había soporte de ello.
A su vez, para poder confrontarla con todo lo que ella había dicho en
las diferentes reuniones del equipo de trabajo, donde argumentaba con
certeza que yo, el presidente de la organización no iba a salir, supues-
tamente porque lo que decía la fiscalía era verdad y mis delitos eran
muy graves, asi que días antes le dije por teléfono al fiscal que, si yo
salía, ese día estaba presente.
Les saludé y les dije que venia a acompañar la reunión, ya que ella
pensaba que yo no iba a volver.
293
Como siempre en personas que tiene el mal arraigado en sus corazo-
nes, negaba todo, diciendo que era la gente la que inventaba las situa-
ciones, en mi criterio, avanzamos a convocar asamblea y a dar orden
en la organización social.
Ese mismo día en horas de la tarde, caminaba por todo el barrio salu-
dando a la gente y el rumor no se hizo esperar, ya había vuelto “My
president”.
294
Ese mes de diciembre lo que restaba de ello, pude pasar tiempo con mi
familia, aprovechando cada minuto en poder asimilar lo pasado y pro-
yectarme al futuro.
Asi que fui enfático con mi madre y mis hermanos, no importa lo que
haya pasado en el pasado entre mi mamá y mi padre, no importa lo que
sufrimos por no haberlo tenido muy presente en nuestras vidas, ahora
están vivos y el resentimiento debe irse, asi que a partir de ese momen-
to mi padre hace parte de nuestras reuniones y celebraciones, la rela-
ción continua bajo el cariño amor y respeto.
Había que salir del cuarto donde nos quedábamos, fue un favor que
nos hicieron mientras yo estaba en la cárcel, asi que salí a buscar por
las calles de Floralia una vivienda para alquilar y poder trasladarnos
rápidamente.
Cuando caminaba por la calle 72E del barrio, una señora estaba pegan-
do un letrero donde estaba alquilando la casa, me acerqué a ella y ha-
blando llegamos a negociar, inmediatamente le pasé el dinero que pe-
día y quitó el letrero nuevamente, es asi que la semana siguiente ya es-
tábamos viviendo solos en una casa nuevamente y en la continuación
de nuestros procesos.
295
En ese mes de diciembre participé de la fiesta de despedida del comité
de planificación de la comuna 6, una comida que se realizó en la uni-
dad recreativa los Guaduales en el mismo sector, en ese lugar algunos
presidentes de Juntas comunales me pidieron disculpas porque ellos
llegaron a dudar de mi inocencia y por supuesto se sentían apenados
con mi presencia en el lugar
Este mismo mes realicé una asamblea de junta de acción comunal don-
de citamos a todos los residentes inscritos en el libro de afiliados para
presentar plan de trabajo y dar información acerca de lo sucedido refe-
rente a la captura y privación de la libertad que había tenido.
296
que la comunidad quería que yo renunciara a la Junta comunal, en
donde la gran mayoría de los asistentes se negó rotundamente.
297
males, transporte informal, creamos un frente de seguridad en la plazo-
leta principal del barrio, compramos alarma comunitaria, conseguimos
un parque nuevo para el escenario de la estación de policía, juegos bio-
saludables, adecuación de caseta, éstos ubicados en el mismo escena-
rio.
Ese año era importante el barrio, uno de los mas populares de la ciu-
dad por la capacidad de gestión y de convivencia en su gestión, hacía-
mos diferentes actividades que vincularan las familias, los niños y los
jóvenes por supuesto.
Les ofrecí 1 millón pesos por los 2 pasajes y que se lo departían entre
sí, asi fue, y al mes siguiente me fui con mi esposa para las playas de
San Andrés Islas.
Fue una luna de miel espectacular después de haber pasado por tanto
con mi esposa.
298
Seguíamos construyendo con nuestro líder amigo, mentor, Dr. Concha,
quien dirigía el programa de los “Colectivos” en la ciudad, el cual era
específicamente atender, intervenir la población joven vulnerable de
nuestras comunas, asi lo hacíamos cada año hasta el 2017.
Que mala decisión, fue mala idea, pero las inclinaciones electorales de
los nuevos dirigentes de la Alcaldía acabaron con la idea y continuidad
del proceso juvenil en la ciudad.
299
En las comunas intervenidas el índice de violencia había disminuido
debido al arduo trabajo de las organizaciones de base comunitaria y al
momento de no recibir ninguna aceptación política por parte de noso-
tros los lideres del proceso, quitaron el presupuesto.
Incluso el alcalde electo para esa ocasión, un empresario que decía ha-
ber sido taxista y pasar a ser empresario, visitó la comuna y especial-
mente el sector de Floralia, los chicos y sus madres del barrio que ha-
cían parte del proyecto lo abordaron pidiéndole que no acabara con el
proceso por su efectividad en el territorio, él mismo hizo una llamada
públicamente dando una orden de continuar con el proyecto de la co-
muna 6 de Cali; con la sorpresa que solo lo hizo en ese momento para
quedar bien con la comunidad.
300
En la comuna 6 de Cali, siempre tuve mis diferencias con un partido
político, lo llamaré “la vocal”, donde poco a poco fue manipulando los
diferentes espacios de participación y creando dependencia de vivir a
sus seguidores, de tal manera que solo pudieran obedecer y no pensar
ni opinar nada al respecto.
301
pasar los años debían sostenerse en el poder y para lograr eso tomaron
estrategias de clientelismo, aprovechar la necesidad de las personas
para volverlas seguidores con hambre.
Cuando desviaron los recursos del proyecto “Colectivos” para esa fun-
dación de la Universidad del valle, un candidato político de un partido
de color “rojo” se me acercó a pedirme que lo apoyara con la gente
que nosotros teníamos en nuestros procesos comunitarios y culturales;
para ese entonces habíamos realizado en 2 ocasiones el Concurso na-
cional de bandas musico marcial, quien dirigía un gran amigo, Harley,
siendo el fundador de dicho evento hacíamos alianzas para sacar ade-
lante el concurso.
302
Se comprometió a conseguir el recurso del concurso en ese año, lo
cual después de la elecciones no volvió a contestar el teléfono, jajjaja-
jaja, era de esperarse, eso era lo que me daba rabia e impotencia, por
eso muy pocas veces salí a la luz publica a prestar mi nombre en esos
espacios políticos.
303
actividades, lejos de depender de un político de turno, desde las perso-
nas a mi lado gestionábamos cursos con instituciones, cursos para ma-
dres cabeza de hogar, secundaria para jóvenes “caramelos”, los más
conocidos como vulnerables, hicimos muchos eventos sociales y cultu-
rales que convocaban cientos de personas.
Mis manos levantaron cuerpos de jóvenes que eran amigos del sector o
del proceso de ayuda que dábamos a los jóvenes de la comuna, es do-
loroso e impotente para un líder como yo en esa época tratando de bus-
car la tranquilidad del barrio independiente de tantas diferencias.
304
crimen estaba su cabeza contra una mesa de cemento al lado de las pis-
cinas con el cerebro cayendo por pedazos, con mis manos lo acomodé
como pude mientras llegaba la policía, sacar los medios de comunica-
ción a empujones y luchar para volver a la tranquilidad del barrio.
Por este motivo, todo lo que hacia era en pro de crear conciencia a la
comunidad de querer a sus jóvenes y familias, buscar la manera de me-
jorar el barrio entre todos, porque cada habitante de los barrios en in-
dispensable para transformar el territorio.
305
La diferencia en países con un sistema atrasado hace que los enemigos
empiezan a surgir de varios lados, lideresas y lideres llenos de envidia
por vernos hacer algo distinto, gestores políticos de las comunas que
por sostener sus empleos y poder sobre la gente empezaban a denigrar
y a calumniar, personas que nunca conocí personalmente y aun asi ha-
blaban mal de nuestra personalidad.
Todo apuntaba a que de una forma u otra si quería continuar con los
procesos del barrio, de la comuna o de ciudad tenia que estar ligado a
una Alcaldía municipal que pensara en el ciudadano del común y co-
nectara los presupuestos con la necesidad del barrio.
Trabajar por ver una comunidad diferente y con criterio para mejorar,
sin embargo, empezaban delirios de grandeza y poder en lideres o mal
llamados lideres y lideresas que empezaron a generar mentiras y con-
fusión en varios sectores, como cuando la cizaña quiere quemar el tri-
go.
Al pasar los años queda un sabor agradable de haber dejado algo posi-
tivo en el barrio, en la comuna, en la ciudad de Cali Colombia; pero a
su vez queda un amargo sentimiento de desilusión al vivir personal-
mente acciones que me llevaron a abandonar el país.
306
chas situaciones positivas, pero también recordare como las personas
están vendiendo su criterio al mejor comprador, al peor político, detrás
de unos beneficios individuales que no ayudan al desarrollo colectivo
de las comunidades.
307
En esa reunión, ¡sorpresa!, el alcalde electo, el mismo que caminó las
calles con el pueblo ya no reconocía sus lideres sociales, hablando des-
pectiva y egocéntricamente nos transmitió su idea de gobernar donde
poco espacio había para los lideres sociales con procesos en las comu-
nas.
308
Sus dos candidatos eran complejos, una líder de un barrio vecino que
lo único que le conocía eran sus intereses individuales y por supuesto
el hablar a espaldas de toda persona y el otro candidato era un chico
del sector de Comfenalco, barrio al lado de Floralia, el cual estaba ahí
con el fin solo de protagonismo y de dividir cualquier acción o perso-
nas que fueran en contra de su partido político.
Asi, con sus dos candidatos y toda su maquinaria política, con todo su
poder y toda su trayectoria, en las elecciones los doblé en número de
votos, estuvieron muy pero muy debajo de mi resultado; en realidad
sentía satisfacción, pero para ellos solo era un enemigo público.
Una semana después nos invitaron a los nuevos ediles electos de la co-
muna al comité de planificación, sorpresa que las dos personas que me
habían llamado días antes a desearme buena suerte, ese día me estaban
mirando muy mal sin deseos de saludarme respetuosamente.
309
Protagonismo que no buscan construir con su propio trabajo social o
comunitario sino a través de pisotear lo construido por otros lideres.
Pasando por encima del respeto y la solidaridad, los reprime la envidia
y su falta de capacidad de gestión.
Enfrentar la pandemia COVID 19, era algo prioritario para nuestra ciu-
dad, sin importar las diferencias con el alcalde actual y los compañeros
ediles de la comuna, debíamos estar presentes para brindar una mano
amiga a nuestra comunidad del barrio.
Fuimos uno de los primeros barrios donde se nos murió personas por
la pandemia, asi que teníamos la obligación de hacer algo colectivo
que ayudara a mitigar el impacto de muertes en nuestro territorio.
310
Floralia, un sector de invasión al lado del rio cauca, con la sorpresa de
el número de personas de nacionalidad venezolana, superaban los
1000 entre adultos y niños, era increíble pero estaban ahí, durmiendo
en una habitación más de 30 personas.
Detrás de estas actividades hay mucha gente de buen corazón, por ese
motivo que yo no bajo la guardia en poder hacer algo positivo para
nuestra población, a pesar de que existan personas que quieran dañar
el buen nombre, calumniar, engañar o matar, siempre la mayoría son
de buen corazón.
311
Al renunciar quedaba inmediatamente la vicepresidente de ese mo-
mento, Diana, una amiga de muchos años del barrio quien estaba tra-
bajando políticamente con otra persona del partido de la “vocal”, nun-
ca había trabajado conmigo ese tema ni yo tenia la conducta de estar
dejando o buscando tener personas con afines políticos en las organi-
zaciones sociales, primero, porque yo no soy politiquero y segundo,
esas costumbres no van conmigo desde que empecé a mis 20 años de
edad.
Para finales de este año pandémico ocurrió algo que marcaba el inicio
de una división y temor infundido para nuestra gente.
Siendo las 10:00pm decidí hacer un “en vivo” para redes sociales a
través de mi dispositivo móvil e invitar a todos los jóvenes y adultos
que durante décadas vivimos en el barrio, mi mensaje iba direccionado
a enfrentar aquellas personas que supuestamente se iban a meter al ba-
rrio a saquearlo, todos aquellos que durante años son vistos como chi-
312
cos peligrosos del barrio, hoy el temor tenia la gente escondida, asi
que los invité a salir a las calles y vigilar en las esquinas con palos en
mano para ver cuántos tenían que llegar al barrio para hacer lo que se
decía en las noticias.
Para algunos era algo ridículo, pero creamos una cultura de cuidarnos,
de respetar el barrio, de no tener barreras invisibles, de conversar antes
313
de matar, y si habían muertos conversar para la no retaliación, Floralia
es y será el barrio donde crecí y que haremos todo lo posible en que
nuestros niño y niñas tengan opciones de desarrollo asi el mundo diga
lo contrario.
Fue un año muy difícil económicamente para todos y todas las familias
por el proceso del COVID 19, pero ahí estábamos terminando el año,
llegando diciembre y compartiendo con nuestras familias, riéndonos
de nuestras desgracias y disfrutando de esos pocos momentos que te-
nemos en Colombia de abrazar la familia, desear feliz navidad y feliz
año nuevo a nuestra gente del barrio.
Entre actividades de fin de año, esos días apoyamos los pesebres del
barrio y de otros sectores de la comuna, gestionando los regalos para
1500 niños que no tienen garantías de recibir algún obsequio en Navi-
dad.
Pasamos al año 2021, con una mirada puesta en ser parte de los proce-
sos en la ciudad pero con una diferencia muy alta con el nuevo Alcalde
de la ciudad, el cual había desconocido el trabajo de las organizaciones
sociales y lideres de las comunas, asi que un amigo, bueno asi lo con-
sideraba por las ideas parecidas que teníamos y me pide que hagamos
una alianza donde pueda usar sus conexiones para contratar proyectos
de acuerdo a nuestro objeto social y que ayudara a no perder experien-
cia a nuestra organización y ganar algo de dinero.
314
Empezando a organizarnos se promovía en el país un gran PARO NA-
CIONAL, que iba promovido por un pueblo herido económicamente
desde la pandemia y adicional soportar la intención de encarecer ali-
mentos de primera necesidad de los hogares de menos recursos.
Mientras que se promovía el evento, EL PARO NACIONAL, por re-
des sociales y medios de comunicación, todo se notaba como algo nor-
mal y nos preparábamos para enfrentar lo que cambiaría la vida de
muchos de nosotros para siempre.
315
Capítulo 8
316
y negras, sacudieron el frasco, y empezamos a matarnos aquel 28 de
abril”.
Tengo que reconocer como lo hice públicamente, que el día que inició
el PARO NACIONAL, tuve la necesidad de apoyar porque había una
propuesta absurda en la reforma tributaria propuesta por el gobierno,
ponerle IVA al “Huevo”, un alimento de primera necesidad en los ba-
rrios, por supuesto uno de mis preferidos hasta el día de hoy, ajajajjaaj.
Asi que muy temprano, amigos, personas del barrio y sectores cerca-
nos empezamos a salir a los puntos de bloqueos, en mi lugar salí al
mismo punto del año anterior, lugar que no olvidaba que la policía,
ESMAD, asi se llaman los de contención policial en Colombia, me ha-
bían atacado en el Paro nacional anterior, solamente porque un amigo
y yo nos paramos de frente a sus tanques para decirle que ahí en el sec-
tor no había problema.
317
chados de tanto gas lacrimógeno que recuerdo que le dije a mi esposa,
“el día que estos policías del Esmad me ataquen sin ninguna razón voy
a defenderme”.
Mucha gente que estaba ahí, jóvenes y adultos, mujeres y niños, me re-
ferenciaban como líder de la comuna, talvez uno de los pocos lideres
reconocidos que acompañaba estos tipos de manifestación social.
Siempre lo he hecho, por mi experiencia de vida y como sobreviví a
las diferentes situaciones, eso me hacia apoyar el bien común y olvi-
darme del particular.
318
Todo era tranquilo, sin violencia, sin alteraciones de orden, cerca de
nosotros a unos 20 metros estaba el CAI de la policía (Comando de
Atención Inmediata de la policía) con agentes de guardia sin ningún
problema.
Todavía era obligatorio usar tapabocas en el país, asi que los que está-
bamos con “gorra” y a su vez tapabocas no nos reconocían fácilmente,
recuerdo que esos momentos tuve un choque emocional, no compren-
día como habían seres humanos que por una orden recibida no les im-
portaba atacar, golpear, herir a otra persona, recordé el ataque hacia mi
persona del año anterior y me llené de rabia contra ese grupo que nos
atacaba.
319
empezaron a acercarse donde yo estaba disputando con esos policías
de contención y tal vez creyendo que me apoyaban, exponían su vida y
su integridad.
Uno de los chicos cuando estaba cerca de mí, dijo: “¿my president?, en
esos instantes gire mi rostro y lo mire fijamente, de inmediato él gritó
fuertemente hacia los jóvenes que estaban atrás, ¡muchachos, es my
president, los chicos se vinieron rápidamente, parecían que querían
apoyarme o protegerme, lo cierto es que volví a razonar un poco y les
dije que no se expusieran con sus vidas, empecé a retroceder por que
me daba temor que los hirieran o golpearan a ellos.
Por este motivo tan intenso, por las acciones policivas salidas de con-
texto, empezaba a entender que este no era un Paro igual que los de-
más, se acercaba un estallido social provocado y alimentado por dife-
rentes corrientes políticas, esa lectura la hice en ese mismo día, aun asi
decidí irme para mi casa en la noche y tranquilizarme un poco.
320
La angustia no paraba en mi ser, sentía que algo malo iba a pasar, asi
fue como tarde de la noche recibí una llamada de uno de los mucha-
chos que un policía había disparado con su arma de fuego sobre la vida
de Yinson, uno de los chicos que estuvieron en nuestro proceso de jó-
venes en el Colectivo Norte, este chico fue realmente el primer muerto
en Colombia no registrado en redes sociales, pero si en la información
estadística.
Ese día todos y toda la gente que subía a apoyar el Paro Nacional no
bajaba de cientos de personas, todas con ansiedad de defenderse de los
ataques del escuadrón de policías asignados para eso, asi que en un po-
sible ataque, todos estábamos mas preparados que el primer día, y por
supuesto mas ofendidos por la muerte de nuestro chico del barrio.
321
empecé a presenciar, la llegada de personas que no eran de la comuna,
me daba sospechas para creer ciegamente que era solo un estallido.
Esa noche ocurrió lo que desataría una batalla sin precedentes en todo
el país, en la carrera primera diagonal a la 14 de calima, un diseñador
grafico estaba grabando en vivo por Facebook el encuentro de jóvenes
contra el escuadrón y policías, en esos momento un policía dispara su
arma de dotación e impacta con la bala el cuerpo de Nicolas, un chico
del barrio, amante del arte que en sus manos solo había una piedra.
322
vil, fueron 3 días de tensión y de impacto al saber que la policía no es-
taba para proteger el pueblo sino para ir en contra de ellos.
323
que todos estaban borrachos, por eso ellos no se drogan o toman al-
cohol cuando están en el proceso de guardia.
Eso no pasaba con algunas barricadas del sector, muchos chicos ya es-
taban sumergidos en un alto consumo de drogas, eso me preocupaba
desesperadamente.
Ya que la idea original de la protesta no era destruir sus vidas en el lu-
gar, asi que una de esa noches hice un recorrido con mis amigos, los
que me acompañaban, una mujer fuerte y valiente del barrio Comfe-
nalco, un barbero inteligente que le dolía la gente, dos amigos míos
que siempre estaban junto a mí, dos hermanos, y algunos chicos que
saben que había que resolver rápido la idea del punto de resistencia.
324
Cuando percibí esto, le dije a mis amigos, ¡esto es una trampa!, al final
van a venir por los jóvenes y saldrán como bandidos, capturados y en
la cárcel, mientras que sus políticos promotores estarán en el poder del
país.
Todo era demasiado raro y comprometedor, asi que con unos amigos
de unos puntos de resistencia decidimos que debamos unirnos y tratar
de sacar esos pelaos del bloqueo, estaban cayendo en una trampa polí-
tica y eso estaba peligroso con todos los eventos que estaban ocurrien-
do.
Dos veces fuimos en moto hasta los otros puntos y nos reunimos, no
pudimos llegar acuerdos unidos porque algunos puntos de resistencia
de la ciudad tenían nuevas personas que se autodenominaban lideres
de primera línea sin ninguna intensión de levantar los bloqueos y ne-
gociar con la alcaldía de turno.
Asi que, en el punto de resistencia del paso del comercio, recta Cali
Palmira, empecé a decirles a os chicos que era una trampa, que debían
salir como héroes y no como villanos, muchos de ellos me escuchaban
y estaban de acuerdo, otros eran confundido por personas que desco-
nocíamos su procedencia.
Asi tuve contacto con un líder sindicalista del sector que también era
presidente de una Junta comunal, con el cual estuvimos siempre en el
325
Paro Nacional, nos reunimos en su vivienda en varias ocasiones, me
manifestaba que estaba descontrolado todo el punto de resistencia, le
dije que debíamos buscar que los chicos negociaran su salida del lugar
lo antes posible y estuvo de acuerdo.
Logré hacer contacto con la alcaldía para que los chicos fueran escu-
chados, con los chicos les propuse hacer unas propuestas, la gran ma-
yoría estuvieron de acuerdo e hice un borrador para que lo leyeran en
medio del tiempo que pasaba en el lugar.
326
Obviamente el alcalde y su gente estuvieron de acuerdo, de cualquier
manera, ellos querían hacer algo para no perder el poder de su admi-
nistración y que el gobierno nacional viniera a poner alcalde Adoc
para la ciudad.
Asi que hablamos con los chicos y con documento en mano de las pro-
puestas se programó una reunión a puerta cerrada con el alcalde, era
un día sábado, habíamos coordinado con el presidente de la JAC del
barrio paso del comercio prestar la sede y él estuviera como garante
que le cumplieran a los chicos también.
Ahora lo importante eran los jóvenes les dije, ya la reforma tributaria
se tumbó, la gente despertó de su retardo o la durmieron diferente, no
sabemos, pero la vida de los chicos es supremamente urgente.
Llegó el día pactado con los voceros de la primera línea del sector y la
alcaldía, debía hacerse como se había dicho, ellos a puerta cerrada en
la sede comunal, efectivamente cuando los funcionarios venían en ca-
mino con el alcalde de la ciudad, llamé al presidente de la Junta Co-
munal para que estuviera pendiente de abrir el salón que nosotros íba-
mos con los chicos.
Asi que no había donde reunirse por seguridad con el alcalde y los mu-
chachos no tenían oportunidad de expresarse y salir de ese lugar.
327
sonas que a las 7:00pm se iban para sus casas a continuar su vida nor-
mal, deseaban que los jóvenes se hicieran matar en esa guerra política,
pero ellos mientras tanto durmiendo cómodamente en sus casas.
Asi es, se había cortado la mano y delante de los chicos firmo el acuer-
do y selló el documento con sangre, luego se bajó y se fue con todos
sus funcionarios. A espera de una mejor solución por parte de los chi-
cos.
328
Al ver que ese día muchos de los chicos que habían dicho que, si esta-
ban de acuerdo con salir y hacer diferente las cosas, luego salieron a
negarlo, tal vez influenciados y manipulados por estas personas que
solo querían subirse al poder igual que todos los demás.
Ya había soportado mucho, esa noche decidí irme para mi casa y des-
cansar, con la firme convicción de desearles lo mejor a todos los que
quedaban en el lugar, ya lo que podía hacer lo había hecho, no dio re-
sultado pensé en ese momento, sigo con mi vida.
329
Asi que el secretario se fue por donde vino y yo seguí en mi partido de
futbol. Después llegué a mi casa a descansar, tenia sueños atrasados y
muy poco tiempo había pasado con mi esposa e hijos.
Era uno de los voceros de la primera línea del punto de resistencia, di-
ciéndome que hablaron entre ellos y querían hacer un acuerdo con la
alcaldía, porque no querían ir a la guerra con los soldados que estaban
cerca del lugar. Estaban sitiados por todos lados de personas sin uni-
forme y fuertemente armados.
330
alguna manera, lo haré. Salí del lugar y empecé a conseguir unos taxis
para su traslado.
Llamé a sus padres y les dije que lo vieran por el Facebook live y les
di el mensaje, las emociones de estos chicos que estuvieron desde el
día 1 en el paro nacional estaban alteradas, muchos de ellos calmaban
su ansiedad y temores en el consumo de drogas, perdiendo la noción
del tiempo y el propósito.
331
Mi afán de poder que salieran de ahí y no fueran objetivo militar des-
pués fue porque al punto de resistencia empezaron a llegar personas
que nunca estuvieron en el Paro y llegaban diciendo que querían brin-
dar apoyo, en mi experiencia de calle para mi eran personas pagadas
para sostener los bloqueos y tomar evidencia que los involucraran des-
pués para su respectiva captura por parte de la policía.
Esa noche con los chicos volvimos en taxi, hacia el punto de resisten-
cia, una persona había entregado unas ayudas para que pudieran comer
algo mientras supuestamente iban levantando los bloqueos, yo se la
entregué a uno de los chicos que iba conmigo en el taxi, el cual con
alias J, quedaron de organizarse con los demás chicos.
332
ques del escuadrón y ataques del ejercito nacional en las noches, per-
sonas que no les importaba si los chicos los mataban o no, solo juzgan-
do desde la seguridad de su vivienda.
Asi mismo cuando llegaron al punto de resistencia, los chicos que es-
taban a favor antes de ellos salir hacia la reunión ya habían cambiado
de parecer, otras personas empezaron a salir en Facebook a decir que
los habían vendido, que no estaban de acuerdo, otros salieron a decir
que fue Victor johnson quien los vendió, en fin, la cura parecía ser
peor que la enfermedad.
Asi sucedió con un edil, mal llamado líder de la comuna, recién electo
ese año, y súbdito del partido político de la “vocal”, quien se encargó
de ir a los puntos de primeros auxilios a decirles a los voluntarios que
se fueran de los puntos porque Victor johnson había “vendido” el Paro
y que se iba a poner peligroso para todos.
333
No se podía esperar menos de una persona con déficit de atención, con
problemas emocionales y por supuesto con la presión de su partido po-
lítico; asi que varios puntos de primeros auxilios le creyeron y levanta-
ron el servicio.
Durante esos últimos días sufría varias cosas, la gente que quería ver-
me fuera del mapa porque mi único interés era que no cayeran en
trampas políticas los chicos del punto de resistencia, asi que inventa-
ban diferentes situaciones donde me nombraban autor intelectual.
Cuando los vecinos empezaron a salir por que vieron chicos extraños.
Uno de esos vecinos me nombro como si yo hiciera parte de ese acto,
de inmediato se empezó a decir que Victor estaba en el asunto.
Esa noche me dio tanta rabia que muy temprano me trasladé hacia el
lugar, algunos vecinos me vieron y me acerqué a preguntarles si era
cierto que lo habian dicho y si sabían quién era, nadie decía nada, solo
me respondían que no sabían, empecé a gritar “donde está la persona
que está hablando de mi” (obviamente lo dije en otras palabras más
polémicas y soeces), nadie salía, al final uno de los vecinos me dijo
quien había sido, cuando fuimos a confrontar lo negó todo.
334
alta que quien era quien me quería matar, todos los que estaban pre-
sentes se quedaron callados y otros siguieron en su fumadera.
Lo cierto es que, hoy en día, muchos de los que realmente fueron acto-
res principales del Paro Nacional están escondidos por persecución po-
licial, otros en la cárcel y otros tuvieron que salir del país, muchos de
los que están como voceros de la unión de resistencias fueron personas
y jóvenes que llegaron cuando ya no había enfrentamiento con la fuer-
za pública. Oportunistas del pueblo con intenciones políticas.
335
Por este motivo tengo claridad que el juego de la “polarización” tiene
sumergido a nuestro país en una división de grupos que defienden un
mesías, cuando realmente la solución está en juntos construir desde los
barrios, con las personas de cada vivienda que les interese ver un me-
jor país, no salir a votar por alguien y que éste solucione todo por los
demás.
Sino era la policía que buscaba involucrarme, eran las bandas que tra-
bajaban para los sectores políticos del país, asi que la situación se po-
nía tensa, sin embargo, yo creía que podía hacer algo para redireccio-
nar todo lo que sufríamos como familia, asi que yo no me fui con
ellos, me quedé en la ciudad para revisar si podía resarcir todo este
tipo de amenazas.
336
Al final de todo lo sucedido con los bloqueos en el paro nacional, el
comité del Paro salió a dar comunicado que ellos no tuvieron inciden-
cia en los bloqueos, el ejercito desmanteló los puntos de resistencia,
los cuales estaban agotados y muy pocos chicos en ellos puntos y el
inicio de una cantidad de capturas para llevarlos a la justicia.
Los chicos que habian quedado en el punto de resistencia del Paso del
comercio, estaban involucrados en la muerte de un policía sobre la ori-
lla del rio cauca, un activo policial quien vivía en nuestro barrio vícti-
ma de la guerra política causada para que se mataran unos a otros en
esos lugares.
Por este motivo creo firmemente que las “etiquetas” que nos han pues-
to a la población colombiana como derechistas o izquierdistas o ultra-
derechistas o extrema izquierda y las que faltan, jajjajajaja, son una
manera de gobernar a un pueblo, a una nación que no ha entendido que
la solución solo esta en la unidad de trabajo desde los barrios sin pre-
sencia de liderazgos arrodillados a la politiquería.
337
Capítulo 9
LA PROPUESTA
338
y otros en el congreso, empezamos a unir criterios varios lideres del
sector y de otras comunas y creamos una figura de movimiento que le
llamamos S.O.C.I.O CALI, Sociedad Civil Organizada, una apuesta a
vincular diferentes lideres de la ciudad con intensiones autónomas y
definidas para las elecciones siguientes.
Asi fue como con la alcaldía logramos que emplearan a muchos chicos
y chicas que habian sido parte del Paso del comercio, con el trabajo ar-
duo de una de las lideres a quien le había delegado esa labor, un espa-
cio ganado desde haber prestado mi nombre meses anteriores para que
lograran seguir adelante con el dialogo con jóvenes, una líder en la
cual me mostró confianza desde la entrega de mercados de la Pande-
mia, asi que se vincularon personas del punto donde ella estaba y del
punto donde yo había estado, trabajo en equipo y todo iba muy bien.
Hasta que empezó una guerra de liderazgo en el sector donde ella esta-
ba en el cual me involucraron fuertemente, de esa manera les dije a los
otros lideres que hicieran una reunión y yo iba sin problema.
339
Se necesitaba de todo en los puntos de resistencia, pero llegar a ser vo-
ceros sin haber vivido en carne propia lo sucedido y la persecución me
parecía ya demasiado.
Era noviembre del año 2021, con un supuesto amigo ejecutando dos
proyectos por nuestra organización, con deudas que había dejado la
pandemia, deudas de alquiler, servicios públicos, prestamos de dinero
para compra d tiquetes del viaje de mi familia, seguíamos creyendo en
el grupo poder hacer algo muy valioso con nuestra comunidad.
Tengo que reconocer que el ambiente se ponía tenso para mí, conti-
nuaban amenazas de muerte a través de terceros, personas desconoci-
das en moto, pero como yo mantenía rodeado de chicos del barrio y
personas del sector, ahuyentábamos un poco eso; pero empezaba a
sentir el vacío tan grande de no tener mis hijos y mi esposa a mi lado.
340
Solo podía verlos a través de videollamada y conversar en las madru-
gadas con ellos.
341
Sin embargo, el autor de la orden, el mismo que me había amenazado
por WhatsApp, me envió un mensaje contundente, “dile que se cuide
de los enemigos, porque quien me dio esa información falsa son perso-
nas que trabajan con partidos políticos”.
Ahí comprendí que a los “mal llamados lideres” que han salido última-
mente, arrodillados por un empleo que les brinda su partido político,
están dispuestos hasta hacer matar las personas que vean como oposi-
tores a su ignorancia.
Es asi como hoy en día, hay que tener cuidado con los mal llamados li-
deres que hacen parte de esos partidos políticos que lo único que tiene
para ofrecer es empleo, empleos de 7 meses en el año, empleos que ge-
nera dependencia de sus concejales o congresistas, empleos que ayu-
dan a ser manipulados por el hambre y la falta de competencia para
conseguir trabajo en empresas privadas.
Esa asi como notaba no solo las amenazas de grupos armados por mi
participación en el Paro Nacional, sino se sumaba la de los mal llama-
dos lideres que sentían envidia y presión con el tipo de liderazgo que
ejercíamos.
342
Recibí una propuesta de una persona que había estado durante años en
política, con la intensión de que apoyara su sobrino quien iba como
candidato al senado de la república, me ofrece un aval como candidato
a la cámara de representantes.
343
mente entendí que mi lugar debe estar donde está mi corazón y mi co-
razón estaba con mi esposa e hijos.
Pero lo poco que pudimos hacer aun con el tipo de partido político que
estábamos fue gratificante, mi equipo que quedó hasta el final, aun
cuando sabían que no había dinero para terminar bien, estuvieron fir-
mes, eso no se olvida.
344
Asi que en ese tiempo teníamos acompañamiento policial y eso me
blindaba un poco de los grupos que me estaban amenazando de muer-
te, adicional tenia dos amigos de infancia muy juntos a cada movi-
miento que yo daba, hombres que sabían de nuestro trabajo y estaban a
“sangre y fuego” conmigo, asi decimos en Colombia cuando hay per-
sonas que son leales. Piccolo y cornelio, son sus apodos, sus alias,
pero excelentes seres humanos.
Llegó el día electoral, sin todas las herramientas que habíamos podido
tener, sabia que el “político engañador” no cumpliría, pero aun asi
continue en el proceso por ejercicio de cubrir mi vida y la de los míos.
345
protegidos y que sean la voz de los que no pueden hablar, estaba de-
jando atrás los momentos de risa y alegría con mis amigos del barrio,
dejaba atrás las conversaciones de futbol con mis vecinos, dejaba atrás
los procesos sociales que ayudaban a nuestros niños y jóvenes, dejaba
atrás la lucha diaria contra la imponente política destructiva y viajaba
hacia lo desconocido con la intensión de conocer que tenia Dios y el
universo preparado para una persona como yo.
Aquí estoy frente al computador terminando estas últimas líneas del li-
bro, con lagrimas en mis ojos y un nudo en la garganta, sintiendo el
dolor de miles de personas que sufren día tras día en los barrios de
nuestra Colombia, sintiéndolo porque yo crecí con esas necesidades y
después de 43 años pareciera que cada vez fuera invivible nuestro país.
Las fuerzas que me ha dado mis hijos y mi esposa son suficientes para
entender que Dios permite estos movimientos para promovernos hacia
otros espacios de incidencia.
No tengo idea hasta donde pueda incidir con este libro o mis canales
de comunicación, lo que si tengo claro es que haré todo lo posible para
que la gente del Barrio, de los barrios de nuestro país tenga otra mira-
da de la realidad y no solamente la que imponen con la polarización
política.
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AGRADECIMIENTOS
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BIOGRAFIA
“LEE EL LIBRO”
348
349
350
« Y la historia como inmigrante actual, es
fascinante, llena de miedos, emociones en-
contradas, sentimientos de soledad, deseos de
integrarse a una sociedad , impotencia y diso-
lución, animo y anhelo de un futuro mejor ,
toda una lista de pensamientos y situaciones
que solo se pueden vivir y enfrentar”
Victor johnson.
351
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