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POSTMODERNAS a EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIAN lector La obra que usted tiene en sus manos e¢ muy valiosa, pues ef autor verti en ella conocimientos, experiencia y afios de trabajo. El editor ha procurado dar una presentacién digna a su contenido y pone su empefo y recursos para difundirla ampliamente, por medio de su red de comercializacion Cuando usted fotacopia este libro, 0 adquiere una copia “pirata", el autor y el editor dejan de percibir lo que les permite recuperar la inversion que han realizado, y ello fomenta el desaliento de a creacion de nuevas obras. La reproduccién no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor, ademas de ser un delito, daa la creatividad y limita la difu dela cultura, Si usted necesita un ejemplar del libro y no lees posible conseguirlo, le rogamos hacémoslo saber. No dude en comunicarse con nosotros. Eoown. Pax Manco, SAR Coonpnsscit enrroRiaL: Matilde Schoenfeld Poxtaps: Vicor M. Santos Gally ‘© 2005. Editorial Pax Mexico, Libreria Carlos Cesaeman S.A. ‘Aw, Casutémoe 1430 Col, Santa Crue Atoyac Mexico DE 03310 “Teefono: 5605 7677 Fre: 5605 7600 Corr electrinico: editorislpax@edivorialpa.com Pigina web: wowceditorialpaxcom Primera edicién ISBN 968-860-720-7 vi # INDICE de la cultura dentro de la terapia familiar, 52; Conclusiones, 56. 4. Un enfoque postmoderno de la terapia. La musica polifénica y la terapia “desde dentro” . eevee eee 59 Harlene Anenon. Hewson Galveston Intinte La miisica polifénica, 59. 5. Reflexiones sobre la violencia, el géncro y la posibilidad de escuchar nuevas voces en psicoterapia Puan Tjian Raz. una, Camas etacala Gilleroa Limin Arve Facultad de Bivooga, U1 Algunos antecedentes, 69; Sobre los tradicionales discursos en torno a lo masculino y lo femenino, 70; Nuevos riesgos, nuevos retos: la posibilidad de flexibilizar el abordaje, 73; Escuchar nuevas voces en psicoterapia, 78. 6. La creacién de un texto participante: la escritura, Tas voces miiltiples y la multiplicidad narrativa...........85 ‘ign Peay Marl Fonfre Ackerman Init fr the Fay Monélogo negativo, 87; Fscritura, 90; Aspectos multiples del seffy el owro, 92; La creacién de un espacio dialégico, 93; Desplazandose del monélogo al didlogo, 94; La introduccién de la escritura alos clientes, 95; Hustraciones de casos y comentarios, 96; La terapia como amalgama de voces, 99; Conclusién. 106, 7. Si las personas son textos Kenneth}. Gen Suartore Calg El impasse del conocimiento interno, 114; Los origenes de “el fantasma en el texto”, 126; El impasse de la construccién del lector, 129; Hacia el significado como una forma relacional, 132. 8. Construccionismo social, narratividad y simetria_.....- ++ 141 ‘Aged Veyrede, Univers Ober de Catalan Franrio fier Tired. Unversas Autinomea de Barcelona INoice ¢ wi ‘Miguel Domnec, Univenitat Autdnoma de Barcelona El giro lingafstico, 143; El giro discursivo, 145; El giro narrativo, 147; Mas alld del giro linguistico, discursivo y narrative, 150; El giro simétrico, 153; La construccién de la identidad: algo mds que un. proceso narrative, 157; Conclusiones, 162. La vide no es un block cuadriculado sino una golondrina en movimiento que no vuelve a los nidas del pasado porque no quiere el viento. JOAQUIN SABINA Prélogo y presentacién L segunda mitad del siglo Xx ue tstigo del surgimiento de importantes mnovaciones en el campo de las ciencias sociales y del conoc general. Llegaron a delinea interesante alterativas en diferentes Ambitos pro- fesionales que buscaban distanciarse de las tradicionales y limicantesexplicacio- nes cientficas identifcadas con la moderidad, sobre todo con ls posturas de corte postivsta. Son tendencias que, incluso, legaron a poner en entredicho algunos de los presupuestos de las llamadas“ciencias duras", como fue el caso de las incepretaciones presumiblemente objetivas de la realidad y de la verdad universal que pregonaban, argumentando, entre otras cosas, que fe trataba de recursos discursvos histéricamente situados y socialmente construidos. Sin embargo, algunos de los cuestionamientos més crticos se dirigieron hacia los escenarios sociales donde ellas mismas se proclamaban como “auténtcas dis plinas cientifics” y, por supuesto, hacia la ingenua 0 engafiosaretéicautiliza- da, para constarar que se tataba de formas discutsvas que estaban completa- mente enmarafiadas en relaciones de poder. Estas observaciones se hicieron mucho més acuciantes cuando la ligia de ert discurso fue tlizda para gene- rat “explicaciones cienifcas” dentro del campo de conocimiento de ls disci- plinas sociale, pero, sobre todo, cuando Hegd a sr estrétegicamente utilizado dentro de contextos insttucionales que involucran poder. Este tambien fue el caso dela psicologia, que en la primera mitad del siglo ‘xX vio cémo crecia la presencia de modelos de corte naturalista y experimental, aproximaciones que, por su misma nacuraleza, negaban la posbilidad de cual- qquier otra interpretaci6n, Pero también se trata de una disciplina que, en la segunda mitad del mismo siglo, alcanzé a ver cémo disminula esa presencia, para eventualmente darle paso a novedosas formas de pensar. Me refier a nue- vas y estimulantes formas de pensar 0 perspectivas que, de alguna manera, le estaban devolviendo la posibilidad de convertrseen una disciplina con impor- tantes vinculos en la historia, Este es el caso de las aproximaciones postestruc- turalistas, de las tendencias hermenéuticas o interprecativas, y de las propucstas englobadas bajo el rubro pestmadernidad, entre las que se encuentran Ia oricn- tacién construccionista 0 socicconstruccionita, surgida a calor de los debates 2ca- démicos propios de la psicologta social en la segunda mitad del siglo xx, y su posterior incursién hacia los escenatios contemporéneos de la psicoterapia. Al respecto de la orientacién construccionisia, gresco modo se podrla decir que se trata de una nueva y estimulante forma de pensar que nos estéofrecien- do la posibilidad de entiquecer nuestea actividad como terapcutas, ademés de “montarnos” en una perspectiva que esté poniendo énfasis particular en las rela- ciones sociales y en el papel que juega el lenguaje en la construccién social de ta realidad, De ahi que en el ambito de Ia psicoterapia estas perspectivas sean conocidas como “terapias narrativas", “enfoques colaborativos”,“terapias refle- xivas’, “aproximaciones conversacionales’, “terapias postmodernas” o, incluso, “construccionistas*. Considero importante subrayar que se tata de una orien- tacién que, aunque critica, por su misma naturaleza no estd cuestionando la cexistencia de otras perepectivas. Sdlo cuestiona que alguna de ellas quiera apro- piarse del discurso de la verdad, y en el cato dela psicoterapia, advire sobre los posible efectos paralizantes de los discursos cerrados o excluyentes, tanto de los pacientes como de los terapeutas. Dado el planteamiento anterior, resulta comprensible que estas nuevas orientaciones puedan ser vistas a través de dos tamices: uno que ve con reeelo ce6mo su propio diseurso ha sido bajado del Olimpo para ser considerado como tuna perspectiva més, construida en la historia por hombres y mujeres de carne y hueso; y un tamiz. mucho més modesto que ve con alivio su propio discurso como una perspectiva més, construida en la historia por hombres y mujeres de carne y hueso, pero liberador y repleto de posibilidades. Estas reflexiones y sefialamientos, sobre todo en sus consideraciones acerca de la funcién del len- sguaje en la construceisn social de la realidad, fueron las que dicron pie al sut- gimiento de estas nuevas orientaciones de corte natraivo para la pricoterapia. Son tendencias que, en mi opinin, estin favoreciendo nuevas y aparenteren- te mis liberadoras modalidades de intervencién (tanto para los pacientes como para los terapeutas), ademés de contener valiosas implicaciones para favorecer la construccién del conocimiento cientifico que estd prologando los inicios del siglo x0. La presente compilacién es una muestra de trabajos vinculados a las nuc- vas propuestas rerapéuticasidentificadas como natrativas 0 postmodernas, afi- PROLOGO Y PRESENTACION # xi nesa las tendencias conceptuales aqui mencionadas, entre las que se encuentra, preponderantemente, la orientacién socioconstruccionista, En Perspectivas postmodernas en terapia familiar, Joan Biever, Monte Bobele, Glen Gardner y Cyntia Franklin nos presentan un articulo sobre las diferentes aproximaciones de Ia terapia familiar que estuvieron influidas por el movi- rmiento postmoderno, sobre todo en las dos tiltimas décadas del siglo xX. Es un trabajo que revisa los principales aspectos tedricos, los presupuestos que las sus- tentan y las técnicas terapéuticas més importantes. Estos autores presentan un amplio y valioso panorama de la sitvacién actual de las aproximaciones pos- tmodernas, destacan algunos de los elementos més prometedores de dicha pric- tica en los actuales contextos de la terapia familiar. Es un trabajo amplio y meti- culoso que resalta, entre otras cosas, los comienaos de investigaciones que, segiin estos autores, prometen establecer una base empfrica para las aproxima- ciones postmodernas dentro de estos escenarios. Aunque algunos pudieran no compartir in tuito sense el planteamiento de la tendencia postmoderna que rea- lizan los autores, un desacuerdo que, por cierto, podrfa estar enmarcado en alguna de las muchas controversias generadas en el sero mismo de esta nueva forma de pensar, se trata de un planteamiento adecuadamente articulado para hablar de esta “gran tendencia” en el marco de la terapia familiar, En Del constructivismo al constructionismo; una nueva peripectina para la terapia familiar, se habla del uso de analogias como una caracteristica habitual en el Ambito de la experiencia humana, Sefala que es comtin recurtir a este mecanismo para, entre otras cosas, buscarle coherencia a una idea o para deri var un modelo cientifico que nos ayudea configurar una explicacién. Mer que éste también ha sido el caso de la terapia familia, una orientacién que ha sido particularmente prolifica en el uso de analogfas. Habla del caso del cons- tructivismo como un interesante modelo utilizado para derivar explicaciones ¢ intervenciones dentro de los escenarios de la terapia familiar y, posteriormente, de la forma en que fue gradualmente suplido por otto: la orientacién construc- cionista 0 socioconstruccionisa, ‘Al indicar la confusidn que existfa entre estos dos modelos, particularmen- teen sus inicios, en el articulo se argumenta sobre la idea de dos formas de pen- sar que nos “montan” sobre “tendencias” conceptuales y pragmaticas diferentes, sobre todo en su traslacién como analogias a los Ambitos de la psicoterapia. ‘Ademés de destacar algunas discrepancias con el planteamiento constructivista, sobre todo, con el identificado como “radical” (que en los afios ochenta tuvo gran presencia en los escenarios de la terapia fimilia). También se habla de la gradual penetracién que ha tenido la orientacién construccionista, aparente- Xi # PROLOCO Y PRESENTACION mente en ascenso. Finalmente se menciona que se trata de una perspectiva que ofrece Ia posibilidad de darle otro giro conceptual a nuestra actividad como terapeutas y, por lo mismo, de “montarnos” cn una perspectiva cuya tendencia hha emperado a poner énfasis en las relaciones sociales, en el papel que juega el lenguaje en la construccién social de la realidad y, més particularmente hablan- do, en los sistemas de significado implicitos en el discurso con el que nos comunicamos. En Migracién y cultura: implicaciones para la practica terapéutica, se parte de una problematica que ha sido contemplada por las orientaciones aqui sustenta- das (sobre todo en un mundo cada vez mas integrado), pero que no ha sido sufi- cientemente analizada. Al respecto, Sylvia London y Florence Rosemberg le oftecen al terapeuta algunas interesantes reflexiones para poder mirar a través de los lentes de la migraci6n y de la cultura, Entre otras cosas, estas autoras, con importantes experiencias de indole transculcural, tratan de explorar la posibili- cad de conformar un lenguaje comin para entender Ia interaccién y concep- tualizacién de una familia involucrada en diferentes contextos y culcuras para, através de la terapia, favorecer posbilidades de vida. La idea de este trabajo es crear un puente que facilite incluir algunas ideas transdisciplinarias que pus ran proporcionar al terapeuta recursos adicionales. Son recursos que, pot medio del anilisis constante de las miltiples variables involucradas, de la manera como <&tas inflayen en sus ideas, de su particular manera de estar en el mundo, y de su relacién con su cultura y con el mundo de la terapia, incluida la cultura del consultante y del lugar del encuentro terapéutico, podrian llegar a enriquecer la prictica de la terapia. Es asi como las autoras consideran que este “enfoque mul- tidimensional” podrfa llegar a convertirse en una fuente de oportunidades para que dos o mas personas, con diferentes bagajes culturales, pudieran mostrar desacuerdo y “aperturas” adicionales. Se trata de un enfoque que podria llegar a facilitar posturas diversas para ser utilizadas en la terapia, porque, entre otras cosas, permite més de una respuesta a un problema y més de una manera de alcanzar soluciones, pero, ademas, porque considera la diversidad cultural y variedades en las experiencias de vida. El articulo Un enfoque postmoderno de la psicoterapia; la musica polifinica y lu terapia desde dentro, de Harlene Anderson, habla de una interesante reflexién acerca de la “polifonta de voces” que promucye el enfoque post moderne para la psicoterapia, Ademds de ser pionera en proponer el “giro interpretativo” para los escenarios contempordneos de Ia psicoterapia, en este articulo utiliza una metéfora emanada de una experiencia personal con la misica polifénica, para, entre otras cosas, sefilar la posibilidad de que distintas voces individuales pue- PROLOGO Y PRESENTACION i dan llegar a convertirse en una totalidad. En la descripcién de esta modalidad musical sc menciona que, aunque cada voz tiene su propia melodia y ritme y, ppor tanto, que podrfan cantarse por separado, al cantarse de forma simulténea G:tas se convierten en una totalidad musical de gran riqueza y complejidad. Al tratar de seguir las reflexiones de Ia autora en su incursién por la misica poli- fénica, pero con los sentidos puestos en Ia psicoterapia, es como si cada vor siguiera siendo la misma, pero que al mismo tiempo se convirtiera en otra. Se trata de una interesante metdfora identificada con la creatividad que esté vi cculada con la diversidad y, también, con la aceptacién de voces nuevas y no con- vencionales. Si ampliamos esta metdfora al Ambito de los enfoques postmoder- nos para la psicoterapia, es mds que interesante observar las posibilidades obser- vadas por la autora en esta polifonfa de voces, sobre todo para enriquecer la rela- cin que los terapeutas mantienen con sus “clientes” y con lo que ella denomi- na “terapia desde dentro”. En concreto, esta autora considera que la conse- ccuencia natural de una conversacién es la transformacin, y que a través de ésta se tiene acceso 2 posibilidades desconocidss, para finalmente plantear la terapia como un proceso de investigacién colaborativa; un proceso, dice Harlene ‘Anderson, en donde “cliente” y terapeuta se conviertan en compaferos de con- versacién para explorat lo familiar y construir lo nuevo. Al partir dela idea de que la violencia en las relaciones interpersonales suele mantener una adhesién acritica a los discurso: de género dominantes, en Reflexiones sobre la violencia, el género, y la posbilidad de escuchar nuevas voces en uicoterapia, Patricia Trujano y Gilberto Limén hablan de la aplicacién de los ‘modelos postmodernos como medios idéneos para abrimos a la posibilidad de ‘escuchar nuevas voces y, por extensién, para generar discursos més flexibles que promuevan alternativas de vida y relaciones més respetuosas ¢ igualitarias entre los géneros. Lejos de suponer que los individuos o sus familias posean ciertas ccaracteristicas naturales que determinan sus conductas, aqu{ se sostiene que es dl significado que los miembros atribuyen a los hechos lo que influye sobre su comportamiento, y se destaca la utilidad que pudieran llegar 2 tener las terapias de corte narrativo para deconstruir las capas de sentido que estin sustentando un sistema de significados vinculado a la violencia. Al considerar que es a tra- vés de la pregunta como sc pueden dilucidar los procesos mediante los cuales las personas consiguen explicar el mundo en el que viven, los autores sefialan que es también por este medio como se pueden llegar a cuestionar los discursos dominantes, y cSmo podemos acceder a un mundo de significados antes no-vis- tos; a. un mundo de significados que promuevan alternativas de vida més res- petuosas y equitativas entre los géneros. En este sentido, a decir de los autores, xiv @ PROLOGO Y PRISENTACION Jas preguntas no sélo tienen la funcién de “extraer informacién”, sino que en si mismas pueden llegar a generar un sentido diferente a la experiencia y, presu- riblemente, significados mds flexiblesy liberadores. En relacién con la tendencia marcada por las modalidades postmodemnas en psicoterapia, Trujano y Limén sefialan que ¢s a través de medios narrativos como se podria llegar a deconstruir un particular significado problematico y, en su lugar, co-construir narrativas mds liberadoras, Se trata de una modalidad terapéutica que, utilizada en personas que han suftido violencia fisca, sexual 0 emocional, podria ayudar a disminuir los conflictos derivados por ese tipo de vivencias, incluida la atribucién de culpa, la sensacién de fracaso, la estigmati- zacién y la tensién, Pero también son terapias que, a decir de los autores, ayu- darfan a generar sentimientos de autoestima, a reconocer la autocompetencia, a facilitar la “reconexién” con los demés, a optimizar la sensacién de eficacia y, en general, a abrir las posibilidades de actuacién dentro del entorno social de las personas. Enel articulo La creacién de un texto participante: la escritura, las voces mil- tiples y la multiplicidad de narrativas, Peggy Penn y Marilyn Frankfurt wilizan las ideas generadas en la orientacién construccionista para explorar cémo cam- bian las familias cuando se investigan los modos en que las percepciones de nos- otros mismos han sido estructuradas y modificadas a través del lenguaje. En un trabajo amplio y muy bien estructurado, estas autoras hablan del potencial inherente al lenguaje, sobre todo cuando estamos en una “conversaci6n inter- na” con nosotros mismos y posteriormente éta se desplaza hacia la conversa- cién con los otros. Se refieren a un desplazamiento (del mondlogo al didlogo) para producir lo que denominan un “texto participante”, que incorpora, a tra- vés de la escritura, una narrativa compuesta por las voces de los miembros de la familia y de los terapeutas. Son voces que suelen permitir que nuestro discurso se expanda y multiplique, lo que las convierte, a decir de estas autoras, en la “materia prima” para generar nuevas natrativas. Se trata de un valioso articulo sustentado en el trabajo con diferentes poblaciones, estratos sociales y situacio- nes terapéuticas (divorcio, duelo, recuperacién del abuso y conflicto marital, ‘entre otros), en donde la idea del “texto participante” es concebida como un vehiculo a través del cual la terapia transfiere conocimiento nuevo a los parti pantes, tanto del interior al exterior de la sesi6n terapéutica como a la inversa, exo ¢s, “de afuera hacia dentro”. La autoras se refieren a una transferencia 0 movimiento que permite dat voz a nuestros sef de miltiples facetas, que siem- bra posibilidades entre nuestras vidas y la terapiz, pero, ademés, que tiene fun- ciones integrativas, sobre todo para disolver la fronterasartficales creadas por PROLOGOY PRESENTACION # xv dicotomias falsas, como sujeto-objeto, verdadero-falso, malo-bueno, la terapia y la vida. El articulo titulado Si fas personas son textos es, sin duda, un trabajo signifi- cativo, sobre todo por tratarse de Kenneth J. Gergen. Reconocido como el “motor principal” de la orientacién construccionista y, mds recientemente, pro- motor de un interesante acercamiento con la psicoterapia, este autor aborda de manera muy creativa una interesante critica a la idea de concebir a las personas como si fueran textos. Contrario a concederle alguna utilidad prictica 0 tera- péutica a la metéfora que relaciona a las personas con un texto, Gergen sefiala que, si las personas fueran textos, nunca podrfamos entendernos entre nosotros, pues es una idea que promueve la creencia de que la comunicacién correcta estd mis alld del entendimiento humano. Se trata de una propuesta que cuestiona Jas formulas tradicionales que promovian “indagar en la profundidad interior” de las personas, para proponer que los terapeutas pongan més atencién sobre los patrones de intercambio sugeridos por las propias acciones de los pacientes- clientes. De aquf que el autor se decante por reconceptualizar el entendimien- to humano como una forma de coordinacién relacional, sobre todo para des- arrollar formas que nos permitan alterar o ampliar el repertorio de posibilida- des en las personas. Ast, nos dice este autor, las preguntas sobre la validez ten- drian que ser reemplazadas por interrogantes acerca de las formas de relacién y sobre sus implicaciones, dentro de las cuales se dan nuestras expresiones verba- les (entre otras). En este tenor, Kenneth J. Gergen habla de favorecer las expli- caciones relacionales que consideren el proceso interpretativo como un proceso de mutua colboracién, y no como el acto de un individuo aislado que intenta localizar la regién interna de una persona, por lo que sugiere, de manera muy gratificante, desplazar la metéfora del texto por la metdfora de la danza o juego. Finalmente se presenta el articulo Construccionismo social, narratividad y simetria, claborado por Agnés Vayreda, Francisco Tirado y Miquel Domenech. Aunque se podrfa decir que es el tinico articulo que no se relaciona directa- mente con la psicoterapia. Se trata de un interesante texto escrito por un valio- s0 grupo de psicdlogos sociales construccionistas de la Universidad Auténoma de Barcelona (aunque Agnés Vayreda actualmente se encuentra colaborando en la Universitat Oberta de Catalufia, Espafia). Es un texto escrito desde la orienta- itn socioconstruccionista, pero crftico hacia algunos de sus planteamientos, par- ticularmente en el abordaje de algunos aspectos relacionados con la hermenéu- tica, En conereto, es un trabajo que habla de la diferencia existente entre los lla- mados “giro lingiilstico”, “giro discursivo” y “giro narrative”, mismos que impactan de manera también diferencial en los planteamientos de corte cons- xvi # PROLOGO Y PRESENTACION. truccionista y en sus précticas asociadss. Pero es un texto que también busca abrir un espacio de reflexidn para enriquecer la polémica al respecto. Es en este contexto que los autores buscan incursionaren ottos campos “para proponer un giro més’, lo que ellos identifican como “giro simétrico”, Se trata de una pro- puesta que podrfa llegar a tener interesantes implicaciones para la psicoterapia, y un nuevo giro que eventualmente podrfa permitimos elaborar otro tipo de relatos, también construccionistas, pero en los cuales el centro de gravedad no sea exclusivamente el recurso a “lo social” y a “lo narrativo”, sobre todo como mecanismo de inteligibilidad de los procesos y fenémenos analizados. Un nuevo giro, a decir de estos autores, que eventualmente podrfa permitirnos avanzar hacia sistemas de andlisis heterogéneos, esto es, hacia “sistemas de and- lisis que incorporen el papel que puedan tener entidades heterogéncas de expli- cacién’. Estos son, en resumen, los materiales que conforman la presente compila- cién, Son articulos genéricamente identificados con las tendencias terapéuticas que se estin perfilando en los inicios de este nuevo siglo, que guardan una estre- cha afinidad con la orientacién socioconstruccionista y con una forma de pen- sar que esté articulada, de manera por demds interesante, con una postura cr/- tica, propositiva, creativa y postmoderna. Finalmente, quiero hacer patente mi agradecimiento a los autores por su amabilidad y paciencia para realizar esta compilacién, que originalmente era parte de un proyecto de divulgacién mds ambicioso, y a las personas que, de manera por demds desinteresada, apoyaron su organizacién. Ellas son Sylvia London, Patricia Trujano, Margarita Tarragona, Claudia Mastache, Ménica Sesma y Alexis Ibarra. GILBERTO LINON captculo | Perspectivas postmodernas en terapia familiar* Joan, 1. Biever. Our Lady of the Lake University Monte Bobele. Our Lady of the Lake University Glen T. Gardner. Our Lady of the Lake University Ghia Franklin, University of Texas at Austin Introduccién as aproximaciones postmodemnas a la terapia familiar estén estrecha- mente vinculadas con los modelos de terapia basados en el construc- cionismo social. El postmodernismo se reficre a un movimiento en nucs- tm cultura que se aleja de la bisqueda y la creencia en verdades fondamentales, Este movimiento ha sido descrito como resultado de la evolucién de nuestra compleja visién del mundo: “...la Mente postmo- derna es aquella que... se pregunta si [la realidad] esté ordenada de manera que la razén del hombre puede revelarla (Smith, 1989, p. 7). El postmodernismo ha sido descrito como “una teorfa lingiifstica que pro- pone que el mundo social no puede ser tratado como un sistema objeti- vo" (Pardeck, Murphy y Jung, 1994, p. 343). El postmodernismo no rechaza categéricamente la realidad, la ciencia o la tecnologfa. Mds bien el postmodernismo esti interesado en explorar las maneras en que el len guaje, el poder, los factores sociales y Ia historia moldean nuestras visio- nes acerca de la realidad, la verdad y el conocimiento (Hollinger, 1994, p-177). Este articulo describe los nuevos modelos de terapia familiar que han sido influidos por el postmodernismo; se discute la teorfa, los supuestos * Dicres Jul, Bobele, RM. y Gardner, G.T. (1998), New Poamadern Perpectves: Social Gente truction an Nerrative Family Practice. En C. Franklin y C. Jordan Eés., Family practice: Brief ‘ystems methods for social werk, pp. 143-174, Garden Greovs, CA: Brook Cole. 2 © HISTORIA junto con las técnicas terapéuticas mas importantes. También se consi- deran los comienzos de investigaciones que prometen establecer una base empfrica para las aproximaciones postmodernas a la terapia familiar, Finalmente, se subrayan algunos de los elementos mds prometedores de la préctica postmoderna en los contextos actuales de la salud conductual, Historia Recientemente, el postmodernismo ha influido los modelos que gufan la prictica con familias, representa también una nueva orientacién socio- cultural a la terapia familiar (Laird, 1995). Las propuestas de la terapia familiar que estén empleando la teorfa del construccionismo social y las aproximaciones narrativas han sido asociadas con el postmodernismo, estas propuestas se originaron a partir delos modelos sistémicos y en oca- siones como una reaccién a éstos. La mayor parte de los progenitores de los modelos postmodernos fueron entrenados originalmente como tera- peutas sistémicos. Tanto la critica feminista como la critica multicultural a los modelos tradicionales de terapia familiar abrieron camino para la creacién de las perspectivas postmodernas. Asimismo, algunos practican- tes empezaron 2 desilusionarse de los modelos estratégicos constructivis- tas, querfan explorar nuevas maneras de conceptualizar y trabajar con familias (Hoffman, 1990). Otros factores que contribuyeron al desarrollo de la prictica pos- tmoderna son Ia creciente tendencia a ver a la familia como un sistema abierto influido por muchos sistemas sociales, un mayor reconocimiento de la importancia del lenguaje en la terapia, el interés por las teorias pos- tmodernas en las ciencias sociales, el nuevo interés por incluir la accién 0 ‘Terapeutas como Michael White, David Epston y Lynn Hoffman tuvie~ ron una especial influencia en la defensa de una visién sociopolitica de la terapia, ya que sefialaron Ia necesidad de la accién social como via para el cambio de las narrativas dominantes, presentes debido a las influencias opresivas de la cultura y la sociedad en general (Hoffman, 1992; White y Epston, 1990). , la critica cultural y social como parte del proceso terapéutico. PERSPECTIVAS POSTMODERNASEN TERAPIA FAMIUAR. @ Bases tedricas Kurt Lewin (1951) sefialé en una ocasién: “no hay nada mas prictico que una buena teorfa” (p. 169). Una tcoria nos orienta hacia la pragmé- tica de la terapia: cémo definimos los problemas, cémo entendemos los origenes de los problemas, con quién hablamos de los problemas, cémo establecemos metas, y cémo determinamos nuestros éxitos. El recién lle- gado a las terapias postmodernas, puede entender mis ficilmente la teo- tfa a través de la ejemplificacién de su préctica. Como dijo David Hunt al parafrasear a Lewin: “no hay nada mis tedrico que una buena précti- ca”. Tlustraremos la prictica mds adelante, pero primero queremos discu- tir algunas de los supuestos del postmodernismo. Supuestos principales El postmodernismo asume que no hay una realidad unica o universal, sino muchas maneras de entender las conductas, las interacciones y los eventos; cl lenguaje sirve como vehiculo primario para la transmisién de los significados y las comprensiones. Estas ideas tienen implicaciones profundas para la conducta del terapeuta. El postmodernismo puede ser ilustrado a través del desarrollo del arte en el ultimo siglo. Histéricamente, el problema fundamental de los artistas era conseguir una representacién precisa del mundo tridimensio- nal en un lienzo plano. Los artistas dominaron las leyes de la perspecti- va, el color y Ia composicién en un intento por dar al espectador una representacién casi perfecta de la realidad. En la medida en que nos des- plazdbamos al siglo xx, la meta del artista ya no era la re-presentacién, su meta fue la presentacién de un lienzo que ransmitiera las impresiones del artista, o sus interpretaciones del tema. El fin del artista era transmi tir los significados que un tema evocaba en él, la manera en que se sen- tfa acerca de ese tema, quiz4 en un intento por provocar en el espectador un sentimiento similar. Los artistas estaban menos absortos en el proble- ma de representar la realidad y mis fascinados por evocar realidades y expetiencias en el observador, De manera similar, a antropologta se ha alejado de la idea de que la ctnografia retrata con precisién la vida y la 4. LOS CONSTRUCCIONISTAS SOCIALES cultura de las civilizaciones de manera “objetiva”. En vez de ello las etno- grafias son entendidas como resultado de las interacciones entre el antro- pélogo, la cultura estudiada y el lector del documento (Clifford y Marcus, 1986). Esta tendencia en la antropologia es reflejada en la cul- tura popular, como se ejemplifica en el disco Graceland de Paul Simon, yen el incremento de la diversidad de comidas étnicas en tiendas o res- taurantes, y en el multiculeuralismo que se extiende en toda la sociedad. Los pensadores postmodemos estin desilusionados de las normas inmutables, La apreciacién del contexto ha dado lugar a nociones tales como la “ética situacional”, aquella que depende de las circunstancias, de los individuos y de las expectativas locales. Esta nocién difiere de la ética vista como si fueran “los diez mandamientos” grabados en piedra. En cl sistema de justicia criminal, la pregunta no es “jlo hizo?”, sino “zpor qué lo hizo?” Sila razén contextual ¢s el convencimiento, la culpa es mitiga- da. A pesar de que frecuentemente explicamos la conducta a partir de las psiques individuales, hay una apreciacién creciente por el impacto del contexto en la conducta. Los construccionistas sociales Un importante grupo de pensadores postmodernos son los construccio- nistas sociales (Berger y Luckman, 1966; Gergen, 1985; McNamee y Gergen, 1992), En un intento por definir la manera en que explicamos el mundo, si abandonamos la busqueda de verdades fundamentales y conocibles, los construccionistas sociales han dirigido su mirada a nues- tros origenes sociales. Para ellos, el mundo que percibimos y los signifi- cados que creamos acerca del mundo son el resultado de interacciones sociales, es decir, hablamos con otras personas y vivimos en un contexto cultural que nos transmite significados. El construccionismo social enfatiza el entrecruzamiento de ideas en nuestras conversaciones (Anderson y Goolishian, 1988). Esto no signifi- ca que intercambiamos ideas como si intercambidramos tarjetas. Més bien, se reconoce que lo que nosotros te decimos a ti es interpretado de una manera particular y nica. Las comprensiones creadas moldean y son moldeadas por otras ideas. Entonces hacemos una interpretacién PERSPECTIVAS FOSTMODERNAS ENTERAPIA FAMILIAR #5 tinica de la comprensién de otros. Mas que intercambiar tarjetas de pre- sentacién, estamos moldeando barro, el barro pasa por las manos de cada persona, cada una lo presiona y le da forma a su gusto antes de darselo a alguien més, En cada intercambio ¢l barro cambia. La posicién cons- truccionista ¢s que aun cuando habitualmente actuamos sobre un signi- ficado particular como si fuera el tinico significado, como si fuera la dinica verdad acerca de un problema, éte es solamente uno de varios sig- nificados o interpretaciones plausibles de los mismos eventos o las mis- mas conductas. Esto implica que los significados son transitorios, cambiantes, de momento a momento, en la conversacién. Como el barro, los significa- dos estén constantemente “en construccién” desde este punto de vista. Las “verdades” tiltimas o fundamentales son vistas con gran escepticismo por los construccionistas sociales. Métodos terapéuticos En la medida en que las aproximaciones postmodernas a la terapia fami- liar evolucionaban a partir de teorias filos6ficas, los terapeutas empeza- roma repensar las técnicas terapéuticas. Los terapeutas que incorporaron el postmodernismo a su préctica usan una variedad de técnicas. Sin embargo, el foco es el cambio de significados y comprensiones, més que el cambio de conductas, sentimientos, 0 pensamientos. Los clientes pue- den poner énfasis en alguno o varios de éstos, sin embargo los terapeutas estin mds interesados en los significados que son creados por las historias que rodean a las conductas, a los sentimientos y los pensamientos. Efec- tivamente algunos autores (Anderson y Goolishian, 1988) se manifiestan en contra de las intervenciones deliberadas. En contraste, Epston (1993) argumenta que las perspectivas socioconstruccionistas pueden volverse tuna especie en peligro de extincién si la teorfa no es traducida a précticas. Un obstéculo para describir las técnicas de las aproximaciones post- modernas a la terapia familiar es que éstas fueron desarrolladas por dife- rentes individuos y grupos, diversos en geograffa y cultura: Harry Goolishian y Harlene Anderson en Texas, Michael White en Australia, David Epston en Nueva Zelanda, Tom Andersen en Noruega, y Lynn 6 # POSTURA TERAPEUTICA Hoffman en Massachusetts. Asimismo, las aproximaciones postmoder- nas a [a terapia familiar han sido descritas a partir de nombres distintos. Por ejemplo, el modelo de Michael White y David Epston ha sido Ila mado tcrapia narrativa; el modelo de Goolishian y Anderson, aproxima- cién colaborativa a sistemas lingUsticos; las ideas de Lynn Hoffman han sido nombradas construccionismo social; como ya se mencioné, Tom Andersen es conocido por la terapia de equipo de reflexién. Sin embargo, estas terapias comparten una filosofia comin; de Shazer (1993) ha sefialado que por cada idea teérica hay al menos cua- renta técnicas 0 pricticas clinicas que la expresan. Efectivamente, las pricticas de la terapia postmoderna valoran las perspectivas multiples y la creencia de que hay muchas maneras “correctas” de hacer las cosas. Con esta idea en mente, ilustraremos algunos de los clementos comunes de las terapias postmodernas: la postura terapéutica, las conversaciones, los significados y las narrativas en terapia. Postura terapéutica Tradicionalmente, los terapeutas eran vistos como expertos que concep- tualizan casos y desarrollan plantes de tratamiento basados en su orien- tacién teérica. En contraste, el papel de los terapeutas que adoptan la aproximacién postmoderna es facilitar las conversaciones terapéuticas, en las que el terapeuta intenta, de manera activa, aprender acerca de las pers pectivas y comprensiones del cliente. Los problemas tal como son for- mulados por los clientes son el objeto de atencién en terapia. Las metas terapéuticas no son determinadas por ideas tedricas referentes a lo que es un funcionamiento “saludable”, las quejas de los clientes no son vistas como sintomas de conflictos subyacentes que sélo pueden ser entendidos por los terapeutas. Los terapeutas respetan las comprensiones y pasturas de los clientes con respecto a su queja. Las comprensiones de los tera- peutas acerca de las historias de los clientes son introducidas como posi- bilidades o hipétesis tentativas, no como prescripciones 0 “mejores” his- totias o maneras de comprender. Los terapeutas presentan sus ideas con el fin de generar conversacién, no de dar respuestas. La postura terapéu- PERSPECTIVAS POSTMODERNAS EN TERAPIA FAMILIAR #7 tica postmoderna esta caracterizada por la colaboracién, el no-saber, la curiosidad y la reflexién. Colaboracién. Para muchos, la diferencia primaria entre las terapias modernas y postmodernas es el lugar o la postura que los terapeutas toman en as relaciones con sus clientes. La terapia desde la perspectiva postmoderna es un esfuerzo colaborativo entre clientes y terapeutas. Los terapeutas toman un lugar activo para reducir los efectos negativos de la jerarqufa, en vez de adoptar una posicién vertical en la que sus ideas dominan, Existe un sentido de estar con el cliente en lugar de estar bus- cando déficits, traumas o disfunciones. No-saber. O” Hanlon (1993) describe la relacién terapéutica de la siguiente manera: ...clientes y terapeutas son considerados expertos. Los clientes son expertos en su experiencia, ineluyendo su dolor, su suftimiento, y sus preocupai También son expertos en sus recuerdos, sus metas y sus respuestas. Los tera- peutas son expertos en crear un clima conversacional e interaccional para el cambio y la obtencién de resultados en terapia. Los clientes y los terapeutas son compaiieros en el proceso de cambio/terapia y colaboran en decisiones tales ‘como cul es el foco de la terapia, cudl cs la meta a alcanzar y en qué momen- to debe terminar la terapia (p. 12). Anderson y Goolishian (1998, 1992) han denominado a esta postura “no-saber”. Los terapeutas que adoptan esta postura asumen que las comprensiones y las explicaciones en terapia no deberfan estar constre- fdas por las experiencias previas del terapeuta o por su conocimiento teérico. Los terapeutas hacen preguntas para incrementar su compren- sién del mundo del cliente, no para reunir datos para formular un diag- néstico convencional, Las ideas del terapeuta no son més utiles o mas validas que las ideas del cliente. La capacidad del terapeuta radica en la conduccién de una conversacién terapéutica que genera nuevas ideas y significados junto con los clientes. Los terapeutas pueden introducir nue- vas ideas, descripciones o explicaciones, pero son los clientes quienes tie- nen la diltima palabra con respecto a la utilidad de estas ideas. Curiosidad. Las aproximaciones postmodernas a la terapia familiar ponen énfasis en el mantenimiento de la curiosidad (Cecchin, 1987). Anderson sugiere que los terapeutas muestren curiosidad al aprender un poco acerca de una cosa y después desplazarse a otras dreas para evitar asi 8 @ POSTURA TERAPLUTICA dar la impresién de que los terapeutas estén sélo interesados en una parte pequefia de las experiencias de los clientes. Anderson y Goolishian (1992) sugieren que los rerapeutas no deberfan “entender” demasiado rapido. Cuando los terapeutas “entienden” a los clientes, las posibilida- des de ampliar y crear nuevos significados se vuelven limitadas. La pos- tura de curiosidades una postura que difiere de aquellas aproximaciones modernas que colocan a los terapeutas en una postura investigadora en donde tienen que “descubrir” “hechos” o ideas. Reflexién. El término “teflexién” fue introducido por Andersen (1987, 1991) en su descripcién de los equipos de reflexién. La idea de la reflexién ha sido ampliada y actualmente es usada para describir tanto un proceso (conversaciones reflexivas) como una postura (postura reflexiva) que los terapeutas pueden usar en su trabajo con equipos, en coterapia 0 solos. Andersen (1992) describié el proceso reflexivo como conversacio- nes internas y externas que permiten a los terapeutas y a los clientes tran- sitar entre hablar y escuchar. El explica que “estas dos diferentes posicio- nes en relacién con los mismos temas parecen proveer de dos perspecti- vas diferentes, a su vez estas dos perspectivas que salen de una misma cosa probablemente crearin nuevas perspectivas” (p. 62). Hoffman (1992) usa el término teflexivo para describir una aproximacién similar a la tera- pia: “para mi la palabra implica que hay equidad con respecto a la parti- cipacién aun cuando las partes tengan distintas posiciones o distintas caracteristicas... [las conversaciones reflexivas)... indican una preferen- cia por un proceso que ¢s mutuamente determinado por el consultante y el investigador en contraste con un proceso jerdrquico y uni nal” (p.17). Asi, Hoffman se enfoca en el modo en que el proceso refle- xivo influye la naturaleza de las relaciones entre clientes y terapeutas. Griffich y Griffith (1994) describen la postura reflexiva como: tuna posicién de escucha. En su aspecto més fundamental, ¢s un lugar dentro de una conversacién en el que se puede escuchar a otros hablar sin sentirse obligado a responder a lo que se escucha, o escuchar libremente a la conversa- cién interna sin sentirse obligado a relegarla al secreto 0 a la exposicién total (p.160). ireccio- El equipo de reflexidn es uno de los medios para introducir las reflexio- nes al proceso de la terapia. Este fue desarrollado en Noruega por Tom PERSPECTIVAS POSTMODERNAS EN TERAPIA FAMILIAR 9 Andersen y sus colegas (Andersen, 1987, 1991). El equipo de reflexién representa un alejamiento de la estructura del equipo estilo Milin (Palaz- zoli, Boscolo, Cecchin y Prata, 1980), puesto que los clientes escuchan la discusion del equipo en la intersesion en lugar de esperar a que las retroalimentaciones/mensajes scan cntregados por los terapcutas. Los equipos de reflexién permiten a los clientes un acceso directo a las ideas del equipo, en lugar de que el terapeuta se vuelva una especie de embu- do o filtro de estas ideas. La aplicacién del equipo de reflexién ha sido ampliada por diversos autores. Por ejemplo, Furman y Ahola (1992) describen el uso de un for- mato de discusién conjunta en el que los terapeutas comparten sus ideas con los clientes a lo largo de todas las conversaciones que puedan tener acerca de ellos; incluyendo las consultorfas, las conversaciones presesién y postsesin. Anderson y sus colegas, en el Houston Galveston Institute, han prescindido del uso de espejos unidireccionales; el equipo permane- ce en el cuarto con los clientes y los terapeutas a lo largo de la sesién. Los terapeutas que trabajan en coterapia pueden incorporar los procesos reflexivos al hablar entre ellos mismos. Por ejemplo, Madigan (1993) describe el uso de “terapeutas oyentes”. Los terapeutas oyentes se sitian en el cuarto de terapia junto con los terapeutas que conducen la sesién (terapeutas en accién) y los clientes. Durante la sesién y en la presencia del cliente, los terapeutas oyentes discuten periédicamente acerca de las preguntas que formularon los terapeutas en accién. Los terapeutas que trabajan solos también pueden incorporar la posi- cién reflexiva en su trabajo. Por ejemplo: los terapeutas pueden tomar pequefias pausas como “tiempo para pensar”. Los terapeutas pueden salir del cuarto de terapia o simplemente pedir unos minutos para reflexionar acerca de lo que ha sucedido hasta e! momento en la sesién; se puede invitar a los clientes a hacer lo mismo; después los terapeutas y los clien- tes comparten sus reflexiones. Wangberg (1991) sugiere que los terapeu- tas marquen una diferencia entre los comentarios reflexivos y otro tipo de intercambios terapéuticos mirando al piso o a la ventana mientras reflexionan. La reflexién es hablar acerca de los clientes, no hablarles a ellos; por lo tanto oftece la oportunidad de un tipo diferente de conver- sacién. 10 # CONVERSACIONES Conversaciones El terapeuta postmoderno es experto en el manejo de un tipo especial de conversacién, la conversacién terapéutica. Las aproximaciones terapéuti- cas basadas en las perspectivas postmodernas describen la naturaleza de las conversaciones terapéuticas de manera més frecuente que técnicas especificas. Como las interacciones sociales son conducidas principal- mente a través del lenguaje, el lenguaje es visto como el veh{culo prima- rio para la transmisién y la construccién de significados y comprensio- nes. Anderson y Goolishian (1988) explican: La terapia es una actividad lingiiistica en la que estar en conversacién acerca de un problema implica un proceso de desarrollo de nuevos significados y com- prensiones. La meta de la terapia es participar en una conversacién que conti- nuamente se diversifica y se abre, en lugar de una que se constrifee y se cierra. A través de la conversacién terapéutica, se crea un lugar para los significados y conductas fijas (el sentido que las personas dan a las cosas y a sus acciones), éstos se ensanchan, cambian y se transforman. No se espera otro resultado (p. 381). Tales conversaciones abren el espacio para el cambio, son tentativas y toman una postura “ambos...y”. Abriendo el espacio para el cambio. La meta de la conversacién es la creacién de una oportunidad para el cambio al introducir nuevas posibi- lidades. Los terapeutas hacen preguntas que extienden y amplian la con- versacién al mismo tiempo que evitan preguntas que cierren la conversa- cién. Las preguntas que constrifien son aquellas que tienen una respues- ta preestablecida, aquellas que pretenden Ilevar a los clientes a conclusio- nes que el terapeutta piensa que son “correctas”; aquellas que inducen rés- puiestas que apoyan las teorfas de los terapeutas acerca de la causa y/o la solucién a los problemas de los clientes. Este tipo de preguntas tienden a restringir la oportunidad para el desarrollo de nuevas comprensiones. Harlene Anderson (1995) sugiere que la exploracién compartida es la esencia de la conversacién terapéutica. La exploracién compartida ocu- rre cuando el interés y la curiosidad del terapeuta, acerca de la visién del cliente, tiene como resultado un “proceso de sorpresa mutua en el que el terapeuta y el cliente se involucran en una conversacién para coexplorar lo familiar de una manera que lleve al co-desarrollo de lo novedoso” (p. PERSPECTIVAS FOSTMODERNAS EN TERAPIA FAMILIAR #17 36). La exploracién compartida conduce a un didlogo en el que ambas partes cambian. Freedman y Combs (1993) describen preguntas disefiadas para clici- tar experiencias significativas para el cliente. Ellos identifican tres cate- gorias de preguntas que pueden ser utiles en este proceso: preguntas para abrir espacio, preguntas de desarrollo de historias y preguntas de signifi- cado. Las preguntas para abrir espacio estén dirigidas a generar experien- cias y conocimientos alternativos. Los terapeutas pucden indagar acerca de excepciones a la descripcién del problema, explorar las visiones de otros individuos acerca de la situacién problema, o preguntar acerca de cambios, @ cambios potenciales, en el problema a lo largo del tiempo y en diferentes circunstancias. Las preguntas de desarrollo de historias y de significado serdn discutidas més adelante. ‘Tentatividad. Frecuentemente los terapeutas postmodernos propo- nen la presentacién de sus ideas en una manera no autoritaria. Ofrecer ideas de manera tentativa puede invitar a los clientes a ofrecer sus pro- pios pensamientos ¢ ideas con mayor libertad. Harlene Anderson (1995) opina que la tentatividad puede ser transmitida por medio del uso de fra- ses sin terminar 0 expresiones como “me preguntaba..., “algo asi...” 0 “tal vez...” Al discutir los lineamientos para los equipos de reflexion, Tom Andersen (1991) sugiere que los miembros del equipo presenten un “banquete’ de ideas en lugar de interpretaciones ‘correctas’, ademas que estas ideas no sean presentadas como explicaciones rigidas sino como pensamicntos tentativos” (p. 133). Enunciar las ideas tentativamente es quizé una consecuencia natural de adoptar las ideas postmodernas. Postura “ambos...y”. Andersen (1987) sugiere que los terapeutas adopten una postura “ambos....y” en lugar de una postura “o...0”; lo que se deriva de la idea postmoderna de realidades miiltiples construidas socialmente y de la valoracién de la diversidad. La postura “ambos...y” saca a los terapeutas de un lugar en el que tienen que determinar quién “tiene la raz6n” en los desacuerdos de la familia, El énfasis se pone en entender cémo cada posicién llegé a ser sin tener que escoger cudl es la mejor. En ocasiones explorar las intenciones 0 los significados no expre- sados puede proveer de un camino para salir de las disputas “o...0”. Cuando el terapeuta toma esta postura, incluso las ideas que son incom- patibles, desde un punto de vista légico, pueden coexistir. 12 @ AMPUANDO SIGNIFICADOS Ampliando significados Una perspectiva postmoderna enfatiza que los significados y las com- prensiones son fluidas y siempre cambiantes. Las tcorlas psicolégicas son vistas como comprensiones alrededor de las cuales hay un consenso y que han probado ser titiles en uno 0 més contextos (Howard, 1991). Como ninguna explicacién o interpretacién de la realidad puede ser considera da mis vélida que otra, la cuestién es determinar cémo y cudndo una teorla puede resultar util, en vez de tratar de comprobar ideas teéricas especificas. Los terapeutas que trabajan desde esta perspectiva usualmen- te empiczan explorando la comprensién del cliente acerca de sus proble- mas 0 preocupaciones, en lugar de explorar si el cliente encaja con las teorias del terapeuta acerca de la naturaleza de los problemas psicolégi- cos, las categorias diagnésticas y sus teorias del cambio. Como lo ha sefia- lado O'Hanlon, la terapia es un balance entre el reconocimiento de las realidades de los clientes y Ia creacién de nuevas posibilidades. Los tera- peutas deberian mantenerse siempre en “el camino hacia” la compren- sin de significados (Anderson y Goolishian, 1992). Furman y Ahola (1988) describen técnicas de entrevista que explo- ran las explicaciones causales de los clientes o sus impresiones de las explicaciones causales de otros. Ellos sefialan que en ocasiones los clien- tes infieren las explicaciones de los terapeutas a partir del tipo de pre- guntas que les hacen; explicaciones iguales conducen a la cooperacién mientras que explicaciones desiguales a la ausencia de cooperacién. Por ello, para los terapeutas es importante entender tanto las explicaciones causales de sus clientes como la impresiones de los clientes acerca de las explicaciones de los terapeutas. Furman y Ahola alientan a los terapeutas a mostrar curiosidad y a evitar expresar acuerdo 0 desacuerdo con las explicaciones de los clientes. Una manera de explorar las explicaciones causales de los clientes es hacer preguntas directas destinadas a buscar estas explicaciones. Puede ser més facil empezar por preguntar cuiles son sus impresiones acerca de las explicaciones de otros, por ejemplo: “Seguin el maestro de tu hijo ;qué fue lo que causé esta conducta?” Si los clientes se muestran dudosos, quizé los terapeutas necesiten reformular su pregunta o pedir a los clien- tes que usen su imaginacién: “Pero si ti pudieras saber la razén, cudl PERSPECTIVAS POSTMODERNAS EN TERAPIA FAMILIAR #13, serfa? A veces puede ser ttil para los terapeutas especular acerca de expli- caciones altemnativas para demostrar que no estén buscando la explica- cién “correcta”. Furman y Ahola discuten varias ventajas de explorar las explicaciones de los clientes. Preguntar por sus explicaciones indica respeto y valora- cién de sus opiniones, De igual manera, al buscar la explicacién de cada persona en el sistema, los terapeutas reconocen que la opinién de cada tuno es importante; esto ayuda a los terapeutas a evitar coaliciones invo- luntarias con algunos miembros del sistema. Indagar acerca de causas alrernativas de las conductas probleméticas también puede tener el efec- to desoltar explicaciones firmemente sostenidas, lo que permite explorar nuevas posibilidades. Finalmente, trabajar con las explicaciones de los clientes puede conducir a un cambio eficiente y efectivo. Las preguntas de significado de Freedman y Combs pueden ser usa- das para extender o crear nuevas comprensiones y para asegurarse que la historia de la que se habla en sesién sea una experiencia relevante para los clientes. Tales preguntas invitan a los clientes a observar las implicacio- nes que tiene el contenido de las conversaciones en terapia, Algunos ejemplos de preguntas de significado son: “Qué cosas nuevas ves en tu relacién ahora que sabes que tu pareja aprecia esto de ti?” “Ahora que ves a tu familia de manera diferente gqué cosas nuevas notas acerca de las relaciones entre ustedes y que antes no habias visto?” (p. 301). Tom ‘Andersen (1991), al abordar el tema de los equipos de reflexién sugiere que los terapeutas observadores tengan dos preguntas en mente como tuna via para ampliar significados: {De qué otra manera se puede descri- bir esta situacién/conducta/pauta?” y “De qué otra manera puede ser explicado?” Estas preguntas también son titiles para los terapeutas que trabajan solos. Al hacer tales preguntas, los terapeutas permanecen abier- tos y contribuyen a la generacién de nuevas posibilidades. Harlene Anderson sugiere que los impasses ocurren en conversaciones en donde cada participante cree que su descripcién © explicacién es correcta y trata de convencer a los otros de que tomen esta posicidn, Esta competencia de ideas puede causar que los participantes se adhieran con mayor rigider a sus propias creencias. Asf la conversacién se “atasca” sin que haya oportunidad para el desarrollo de nuevas ideas 0 conductas. Tales impasser pueden ocurrit entre los clientes 0 entre los terapeutas y 14 USANDO HISTORIAS NARRATIVAS sus clientes, Esta visién recuerda a los terapeutas que cuando la terapia parece estar “atascada” se pregunten a si mismos “;Quién esté tratando de convencer a quién acerca de qué?” Para Anderson, un impasse tera- péutico ocurre cuando los significados se cierran y dejan de ser ampliados. Usando historias y narrativas Las terapias postmodernas tienden a poner su atencién en historias y narrativas. Lynn Hoffman (1990) ha descrito los problemas como histo- rias que las personas se cuentan a si mismas, Generalmente los términos “narrativa” e “historia” se usan de manera indistinta. Nosotros seguimos la propuesta de Saleeby (1994), usamos el término “historia” como las descripciones y explicaciones dadas a eventos, interacciones, 0 experien- cias, que son relatadas en el contexto de sistemas menores tales como familias, grupos de trabajo, vecindario u otros grupos sociales. “Narrativa” se usa para describir las historias basadas en las normas 0 expectativas de grupos culturales mayores. Las narrativas son relatos cul- turales que funcionan como pardmetros para determinar qué tipo de his- torias son posibles, Los terapeutas trabajan principalmente con historias de individuos, parcjas y familias, a pesar de que en ocasiones puede ser itil colocar estas historias en un contexto més amplio, tales como narra- tivas acerca de madres solteras 0 de violencia familiar. Los terapeutas post- modernos creen que la queja del cliente es una de las “historias” que podrfan ser narradas y en cada narracién subsecuente la historia puede transformarse, Al cambiar Ia historia cambian lo significados vinculados con los eventos, las conductas y las interacciones. Tanto los terapeutas que adoptan una postura moderna como post- moderna usan las historias y las narrativas de diversas maneras. Una de las variaciones en el uso de Ia historia depende de su fuente de origen. Generalmente en las aproximaciones modernas, los terapeutas generan la historia (metéforas creadas por el terapeuta), transforman las historias de los clientes a una historia que para el terapeuta es una historia més adap- tativa (véase Gardner, 1971), o hacen que las historias de vida de los clientes encajen en una estructura tedrica preconcebida (por ejemplo, las aproximaciones psicodindmicas). Es decir, “la narrativa del cliente es des- PERSPECTIVAS POSTMODERNAS EN TERAPIA FAMILIAR. @ 15 truida o incorporada, pero en ambos casos es sustituida por la narracién profesional” (Roberts, 1994, p. 169). Un terapeuta familiar que toma una postura postmoderna tiende a centrarse en las historias generadas por los clientes. Sin embargo, el grado de directividad del terapeuta varfa. Nosotros vemos el rango de diferen- cias entre los terapeutas post modernos, como un continuo, que va desde la correccién 0 edicién de historias a la facilitacién de cambios generados por los clientes. Algunos de los teéricos que recomiendan mayor direccién del rera- peuta son Michael White (White, 1993; White y Epston, 1990) y los que se han basado en su trabajo (Parry y Doan, 1994). White se enfoca en los modos en que las historias de los clientes son constrefiidas por narrativas culturales y sociales dominantes, tales como historias opresivas que se originan en situaciones de abuso. Re-historiar frecuentemente implica la externalizacién de los problemas. Los problemas se externali- zan (se describen como una cosa externa que afecta a la persona, no como si fueran una parte de la persona) para separar a la persona del pro- blema y/o a las restricciones que mantienen Ia historia dominante. Se hacen preguntas para evaluar Ia influencia de los problemas sobre los clientes versus la influencia de los clientes sobre los problemas. Los recur- sos literarios como cartas, documentos y cettificados, se vuelven algunos de los medios por los que los clientes re-cscriben su relacién con los pro- blemas. Otro de los enfoques narrativos se centra en cambiar la estructura de las historias, independientemente de su contenido (Sluzki, 1992), Sluzki define una conversacién terapéutica como aquella en la que “...ha ocu- rrido una transformacién en el conjunto de historias dominantes de la familia, de manera que se pueden incluir nuevas experiencias, significa- dos e (intet)acciones, lo que tiene como efecto la apertura del nticleo de historias acerca de conductas sintomiticas-probleméticas” (219). Los terapeutas pueden facilitar la transformacién de las historias de los clien- tes al poner atencién en las siguientes dimensiones: tiempo, espacio, catt- salidad, interacciones, valores y la narracién de la historia, Sluzki descri- be un continuo para cada una de estas dimensiones, las historias de los clientes pueden encontrarse en cualquier punto, la tarea del terapeuta es 16 # USANDO HISTORIAS NARRATIVAS que los clientes se desplacen a otro lugar del continuo, cualquiera que éste sea. Roberts (1994) también se centra en la estructura narrativa en su descripcién de diferentes estilos de narracién. En las historias entrelaza- das, los eventos que ocurtieron en un punto del tiempo son usados para interpretar otros eventos en las vidas de los clientes; tales historias pue- den detener el tiempo de manera que el pasado es vivido en el presente. En el otro extremo del continuo se encuentran las historias separadas; son historias que estén desconectadas y que no permiten el acceso directo a significados generados en otros contextos; tampoco se hacen conexiones entre historias aun cuando se estén enfrentando dilemas similares. En las historias minimas/interrumpidas no hay acceso al tiempo hist6rico y tam- poco se ofrecen detalles de los que se pueda obtener significado. Las his- torias secretas/de silencio son ocultadas y los significados son confusos, pueden contener alianzas 0 coaliciones ocultas. En las historias rigidas, el tiempo da Ia apariencia de estar congelado, las interpretaciones no cam- bian a lo largo de diferentes narraciones aun cuando provengan de dife- rentes personas. Cuando las historias estén en evolucién, existe el recono- cimiento de que las historias puedan cambiar a lo largo del tiempo. Roberts sugiere que el tipo de historias ayuda a determinar qué apro- ximaciones terapéuticas pueden ser tiles. Por ejemplo, los terapeutas pueden explorar diferencias entre historias entrelazadas o las similitudes entre las historias desconectadas. Con las historias minimas, los terapeu- tas pueden hacer preguntas para llenar los espacios faltantes. De manera similar los terapeutas pueden trabajar con los clientes para decidir cudn- do, dénde y cémo podrfan ser compartidas las historias secretas/de silen- cio. Los terapeutas pueden amplificar las historias rigidas al preguntar acerca de distintas perspectivas 0 posibles maneras de terminar la histo- ria. Las historias en evolucién pueden identificarse al hacer preguntas sobre el cambio a lo largo del tiempo y sobre los modos en que los cam- bios han afectado a las personas y a las relaciones. Griffich y Griffith (1994) describen los factores natrativos que pue- den llegar a impedir a las personas escapar de los dilemas: (1) falta de vocabulario o distinciones lingiifsticas necesarias para articular la expe- riencia de vida en forma narrativa; (2) historias de vida que impiden compartir experiencias personales; (3) historias que conducen a conse- PERSPECTIVAS POSTMODERNAS EN TERAPIA FAMILIAR. @ 17 cuencias que son demasiado terribles; y (4) pricticas sociales (politicas, culturales, religiosas, etcétera.) que prescriben dilemas pero que impiden su discusién, Griffith y Griffith las llaman historias que atan, Ellos reco- miendan ayudar a los pacientes médicos a ampliar este tipo de historias, para asf incluir los efectos de la enfermedad sobre otros miembros de la familia, los significados que ellos construyen, modos alternativos de ver la enfermedad cuando se sienten culpados y la historia de los encuentros con el personal médico. Los terapeutas que se centran en el desarrollo de historias, més que en proveer marcos para cambiar las historias, sostienen una postura de direccién minima. La terapia es vista como una oportunidad para que los clientes exploren una variedad de historias al mismo tiempo que se des- alienta el compromiso con cualquier verdad (Gergen y Kaye, 1992). El enfoque lingiiistico colaborativo desarrollado por Anderson y Goolishian (1988, 1992) proporciona un modelo para esta manera de pensar. Hacer preguntas desde una posicién de no-saber conduce al “desplicgue de estas posibilidades y narrativas atin no dichas” (p. 34). Ademis, “la creacién de nuevas narrativas © conocimientos no esté pre-establecida; se lleva a cabo en el proceso de conversacién y relacién” (Anderson y Swim, 1993, p. 150). Freedman y Combs (1993, 1996) también son no-directivas en el uso de preguntas para desarrollar las historias de los clientes. Las pre- guntas para el desarrollo de historias tienen el objetivo de conectar posi- bilidades recién creadas con contextos, individuos, con el pasado y el futuro. Ellos sugieren que las tradicionales preguntas del periodista aquién? ;qué? gcémo? zpor qué? ;cémo? pueden ser usadas para ampliar narrativas. Aplicacién a areas problematicas especificas Abuso y violencia Diversos escritores han propucsto el uso de la metéfora narrativa con vic- timas de violencia sexual 0 fisica. Generalmente se pone atencién en los tipos de historias que se desarrollaron alrededor de las experiencias abu- sivas. Se sefiala que algunas de las personas que han experimentado la violencia y el abuso pueden Megat a desarrollar historias acerca de si mis- 18 @ APLICACION A AREAS PROBLEMATICAS ESPECIFICAS mos que son limitantes. Adams-Westcott, Dafforn y Sterne (1993) sefia- lan que los problemas suelen desarrollarse cuando las personas acttian a partir de historias opresivas acerca de s{ mismos y de sus relaciones. Ade- més, Durrant y Kowalski (1990) plantean que las personas victimizadas por un ataque sexual pueden desarrollar historias limitantes en las que se ven como individuos incompetentes y desesperanzados. ‘Al trabajar con los perpetradores de Ia violencia familiar, White (1989) sugiere que se presente a las parejas la nocién de la ideologla patriarcal como una explicacién alrernativa de la violencia doméstica. Las narrativas patriarcales son aquellas en las que: selas mujeres son la propiedad de los hombres, de esto se deriva la idea de que los hombres tienen el derecho de hacer con su propiedad lo que quieran; junto con la nocién de la jerarquia como el orden natural, del derecho incuestiona- ble del hombre de asumir una posicién superior en este orden natural y un gran énfasis en el control de los seres con menos derechos (mujeres) por medio de ticticas del “poder por encima de” (p. 102). Las historias que se relatan alrededor de las conductas de ambos miembros de la pareja pueden ser examinadas en el contexto de una narrativa cultural. Se pueden hacer preguntas a los clientes para que exploren las diferencias que resultarfan del desaffo a la narrativa patriarcal. Jenkins (1990) proporciona otro marco para la terapia con hombres que son abusivos hacia los miembros de la familia. Sugiere que se debe poner énfasis en los factores que impiden a los hombres actuar responsa- blemente, en lugar de centrarse en los factores que “causan” que las per- sonas actiien violentamente. Algunos ejemplos de los factores que impi- den una conducta responsable incluyen las expectativas de género, un sentido exagerado de posesién y atribucién, preocupacién por el sentido de adecuacién y competencia personal, ¢ intentos erréneos por controlar el abuso. Jenkins propone evaluar las explicaciones de la conducta abusiva para analizar hasta qué punto éstas permiten a los perpetradores tomar res- ponsabilidad por su conducta; para ver si estas explicaciones apuntan a soluciones plausibles o accesibles para finalizar el abuso o problemas rela- cionados y para determinar si son sensibles a todos los niveles del con- texto (individual, familiar, cultural). PIRSPECTIVAS POSTMODERNAS ENTERAPIA FAMILIAR @ 19, El enfoque de Jenkins invita a los hombres a enfrentar su violencia, a abogar por una relacién no violenta, a examinar los esfuerzos mal enca- minados que contribuyen a la violencia en la relacién, a externalizar res- tricciones tales como la propiedad masculina, los sentimientos opresivos, los patrones de dependencia y la evitacién de responsabilidad. A partir de esto, Jenkins pregunta a los clientes su disposicién para el cambio y facilita la planeacién de nuevas acciones. Las nuevas acciones a ser con- sideradas incluyen promover la seguridad y la no violencia, promover la responsabilidad, demostrar responsabilidad por conductas abusivas del pasado y demostrar respeto. Se alienta a los clientes para que atribuyan sus propios significados a estos cambios. Aspectos culturales Gonzilez, Biever y Gardner (1994) han descrito las similitudes entre la perspectiva del construccionismo social y la perspectiva multicultural en terapia, Ambas reconocen la importancia de los contextos sociales para comprender significados, conductas y relaciones; exhortan a los terapeu- tas para que trabajen en la comprensién de los significados de los clien- tes sin supuestos o suposiciones a priori. Con curiosidad respetucsa, los terapeutas trabajan dentro de los marcos culturales y sociales para ampliar comprensiones y posibilidades. ‘Waldergrave (1990) argumenta que la terapia que no considera sig- nificados culturales puede distanciar a los clientes de sus relaciones mas cercanas, Para él, “una buena terapia se compromete de manera auténti- ca con la pauta entretejida de significado, a partir de ahi teje de modos apropiados nuevos hilos de resolucién y esperanza que se mezclan con pero no obstante cambian— el disefio centrado en el problema” (p. 19). Insta a los terapeutas a buscar “tradiciones liberadoras” en cada cultura. La idea es que algunas conductas indeseables pueden residir dentro de tradiciones culturales mas amplias que tienen valor y que pueden ser usa- das como una fuerza terapéutica positiva. Por ejemplo, al trabajar con clientes que provienen de culturas con roles rigidos de género, los rera- peutas pueden enfocarse en el valor y las habilidades involucradas en los roles tradicionales. Asi pues, pueden ser creadas situaciones “ambos... y” en las que se exploran las posibilidades de pertenecet a una cultura al mismo tiempo que se tiene un sentido de equidad. Trabajar desde una 20 # APLICACION A AREAS PROBLEMATICAS ESPECIFICAS perspectiva postmoderna permite a los terapeutas respetar las variaciones culturales y nutrir esas diferencias sin forzar a los clientes para que enca- jen en moldes creados por la cultura dominante. Investigaciones que apoyan el modelo Hasta la fecha, el volumen de investigacién en las aproximaciones pos- tmodernas a la tcrapia familiar refleja el cardcter postmodemo de los investigadores. Con esto queremos decir que la investigacién, en su mayor parte, se ha centrado en los procesos de la terapia mds que en los resultados. En su conjunto hay una ausencia de interés en el uso de métodos de investigacién cuantitativos. Los practicantes construccionis- tas prefieren los mévodos cualitativos tales como los estudios de caso, la etnografia, y el andlisis de discurso (Franklin y Jordan, 1995). Polking- horne (1992) ha tratado elocuentemente este tema desde Ia perspectiva de un practicante postmodemo. Argumenta que el proceso de terapia es diferente de los fendmenos frecuentemente investigados por los acadé- micos, Sefiala varios estudios que sugieren que pocas veces la investiga- cién convencional resulta relevante para la prictica de los psicoterapeu- tas. A partir de las ideas de Polkinghorne, Shotter (1992) sugiere una metodologia alternativa de investigacién postmoderna que involucra a los investigadores en posturas menos distantes y “objetivas”. Hunsley (1993) proporciona sugerencias aun mds concretas para la conduccién de investigaciones aplicables informadas por una perspectiva postmoderna. Varios estudios que usan métodos etnogréficos han intentado compren- der cémo operan los terapeutas postmodernos (Todtman, 1990), eémo ven los clientes el proceso de terapia (Kassis y Mathews, 1987; Smith, Yoshioka y Winton, 1993), c6mo los mismos terapeutas valoran y com- prenden {a practica de las terapias postmodernas (Kassis y Mathew, 1987; Smith, Winton y Yoshioka, 1992), y los patrones de habla usados en los escenarios terapéuticos (Gale y Newfield, 1992; Morris y Chenail, 1995), A pesar de que algunos terapeutas ¢ investigadores postmodernos rechazan las aproximaciones convencionales de investigacién cuantitati- va, existe una base empitica para muchas de las ideas que se encuentran cn terapias socioconstruccionistas. Franklin y Nurius (1996) hacen un resumen de las investigaciones que apoyan las perspectivas constructivis- PERSPECTIVAS POSTMODERNAS ENTERAPIA FAMILIAR @ 21 tas, De acuerdo con estos autores, la base de investigacién para el cons- truccionismo existe fandamentalmente dentro de las ciencias psicolégicas: La investigacién acerca de estructuras © procesos sociales y cognitivos tales como (1) la memoria (Brower y Nurius, 1993); (2) la cognicién social (Fiske y Taylor, 1984); (3) la epistemologfa evolutiva [cémo construyen los humanos el conocimiento] (Mahoney, 1991); (4) la psicologia ecol6gica (Greenberg y Pas- cual-Leone, 1995); (5) la psicologia narrativa (Van den Brock y Thurlow 1991); (6) las nuevas teorias sociales de la cognicién, del desarrollo y el apren- dizaje (Aldridge, 1993; Bandura, 1989; Prawat, 1993); y (7) la teorfa de la complejidad de los sistemas (Mahoney, 1995; Warten, Franklin y Streeter, en prensa) proporcionan apoyo para muchos de los principios discutidos en las terapias construccionistas. Brower y Nurius (1993), por ejemplo, revisan ‘la investigacién empitica desde la psicologia cognitiva, de la personalidad y social, asf como la psicologia ecolégica y describen la imporancia de las pers- pectivas construccionistas (p. 2). La mayor parte de la investigacién que demuestra una base empitica para el construccionismo social es tedrica y proviene ya sea de la psicologia de la personalidad y la psicologia social experimental 0 de investigacién de proceso acerca de la cognicién y la psicoterapia (Richardson y Franklin, en prensa). Recientemente, los practicantes han puesto su atenciéa a la evaluacién de las aproximaciones pricticas tales como los métodos narra- tivos discutidos en este escrito, Por esta razén, y también porque es tan nueva, la terapia postmodera tiene pocos estudios emplricos acerca de sus resultados. No obstante, David Besa (1994) realizé una serie de expe- rimentos de caso nico usando un disefio de linea base multiple y demostré la eficacia de la terapia narrativa con scis familias que experi- mentaban conflicto padres-hijos. A pesar de que los clientes gencralmente reportan percepciones favo- rables acerca de los procesos del equipo de reflexidn, los estudios acerca de sus resultados son también escasos. Andersen (1995) reporta diferen- cias observables inmediatas después del uso de un equipo de reflexi6n en una sesién de terapia. Griffith y sus colegas (1992), usando el Anilisis Estructural de la Conducta Social (sasB, por sus siglas en inglés), com- paré las interacciones de familias antes y después de la intervencién de un equipo de reflexién. Las conversaciones de la familia mostraron cam- bios significativos, Las familias exhibieron mayor confianza, comodidad y apoyo mutuo. Sells, Smith, Yoshioka y Robbin (1994) han completa- 22 APLICACION A AREAS PROBLEMATICAS ESPECIFICAS do el estudio mas amplio acerca de los equipos de reflexién y la percep- cién de los clientes, La retroalimentacién de los clientes indica una apre- ciacién por las miiltiples perspectivas. Otros investigadores (Biever y Franklin, 1997; Franklin, Biever y Scamardo, 1997) han replicado estos descubrimientos, demostrando que los equipos de reflexién promovian cambios en las quejas presentadas de algunos casos. Se requiere de inves- tigaciones posteriores acerca de los equipos de reflexién, y las terapias postmodernas en general, para explorar si las percepciones positivas de los clientes van acompajiadas por cambios en las quejas presentadas. Criticas al modelo Las terapias postmodernas no carecen de criticos que sefialan aspectos morales y filosdficos importantes que se vuelven evidentes en las pricti- cas emergentes, Actualmente se estd conduciendo un didlogo acerca de las ideas postmodernas en el terreno de Ia academia (Harris, 1992). Varios pensadores rechazan las ideas constructivistas y favorecen la modi- ficacién de los conceptos familiares del realismo. El realismo cientifico de Greenwood (1992a) es un ejemplo que ha sido objeto de debate en la literatura psicolégica (Greenwood, 1992b; Parrot, 1992; Potter, 1992; Shorter, 1992b). Algunos terapeutas familiares han cuestionado la utili- dad del abandono total del concepto de una realidad conocible. Speed (1991) propone una posicién que ella lama “co-constructivismo” que toma en cuenta una relacién entre el individuo que conoce y aquello que es conocido. Otros terapeutas familiares se muestran preocupados por la posicién construccionista en cuanto a asuntos de violencia familiar. Bograd (1984, 1992) ha argumentado que la préctica de no preferir una posicidn sobre otra es ingenua y peligrosa en el tratamiento de situacio- nes de violencia. Resumen En este articulo hemos presentado un panorama de las aproximaciones postmodernas a la practica con familias. El término “postmoderno” se ha vinculado a un mimero de movimientos intelectuales, tedricos y prag- miticos en la ultima mitad de este siglo, todos ellos pueden scr vistos como intentos por dar cuenta de la creciente diversidad y complejidad PERSPECTIVAS POSTMODERNAS ENTERAPIA FAMILIAR @ 23 con la que nos enfrentamos en nuestras vidas cotidianas como profesio- nales. El postmodernismo se expresa de muchas maneras en la prdctica de la psicoterapia, hay una preferencia por la adopcién del lenguaje, las metéforas y las historias que encajan con clientes, comunidades y cultu- ras especificas. Frecuentemente, el movimiento postmoderno ha sido simplificado y descrito como una forma de nihilismo. La mente postmo- derna no niega la existencia de una realidad externa a la experiencia que podemos tener de ella, més bien cuestiona si nuestras habilidades per- ceptuales y cognitivas pueden aprehender tal realidad de una manera objetiva. Se expuso tanto la teorfa como las técnicas terapéuticas, Poste- tiormente se subrayé la importancia de vincular la prdctica postmoderna con el trabajo social. Se discutieron las investigaciones usadas para explo- rar y explicar el construccionismo social, asf como el cuerpo de investi- gacién tedrica con bases experimentales que apoya sus constructos y sus métodos. Finalmente se resumieron las criticas al modelo.

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