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Comenzó a inicios del 2015 bajo el nombre “Fortalecimiento de los sistemas de gestión de
datos para las políticas de tierras en Colombia”, como iniciativa para proveer asistencia directa
a la Unidad de Restitución de Tierras, el Programa de Formalización de la Propiedad Rural
Privada y el IGAC en el desarrollo y mejora de los sistemas de información y gestión para
integrar los procesos de políticas de tierras.
on la puesta en vigencia de la ley 1753 del 2015 (Plan Nacional de Desarrollo 2014 – 2018), la
C
publicación del Decreto 2363 del 2015 (creación de la Agencia Nacional de Tierras ANT) y el
CONPES 3859 del 2016 (Política para la Adopción e Implementación de un Catastro
Multipropósito Rural-Urbano), el panorama para el ámbito Tierra de Colombia en general y
para el Proyecto en especial cambió considerablemente, estableciendo nuevos elementos para
la administración de tierras en Colombia, como son:
on el propósito de estar 100% alineado con el nuevo contexto legal e institucional y los
C
objetivos del país en materia de la administración de tierras, a partir del comienzo del 2016 se
realizó una reestructuración del Proyecto, con un plazo de ejecución hasta finales del 2019.
Idea Innovadora:
El catastro multipropósito es, entonces, una gran base de datos que puede entenderse en función
de tres dimensiones que deben ser complementarias: una geográfica, que responde a las
necesidades del ordenamiento de los territorios y en la que se debe dar especial importancia a las
diferentes características físicas de las propiedades; una económica, en la que se tiene en cuenta el
valor y el uso de las propiedades, la cual es fundamental para tomar decisiones de política pública,
como la determinación de los impuestos sobre los ciudadanos y el nivel de ayudas estatales al que
tienen derecho; y una judicial, que consigna las relaciones de propiedad y dominio sobre la tierra,
sin importar su carácter formal o informal.
Para tener un catastro multifuncional, moderno y operativo, hay que articular adecuadamente
estas tres dimensiones. Vale la pena mencionar que la propuesta de estructurar un catastro de esta
naturaleza no es nueva en Colombia: si bien desde hace 30 años el país ha llevado a cabo
importantes esfuerzos buscando mejorar los sistemas de gestión del territorio, los resultados de
estos esfuerzos han sido, en el mejor de los casos, modestos en comparación con los desafíos que
aún persisten, siendo los más graves el bajo nivel de control sobre las tierras por parte del
gobierno, como resultado de un conflicto armado alimentado por el narcotráfico y la minería
ilegal; los arreglos institucionales que hacen que haya una incongruencia entre los verdaderos
derechos de propiedad de los predios y lo que está registrado, haciendo que aparezcan letreros del
tipo “este lote no se vende” ; la falta de financiación de las agencias encargadas de recolectar los
datos, y las dificultades metodológicas y técnicas que disminuyen la confiabilidad de la recolección
y análisis de la información.
DESARROLLO
Contiene información completa sobre la situación formal e informal de los predios
Esta característica es equivalente al enunciado uno de la visión Catastro 2014. En este sentido, el
catastro debe mostrar la situación legal completa del territorio, lo cual incluye los DRR, en
concordancia con las definiciones de la ISO 19152, sobre la tierra y la propiedad inmobiliaria.
El catastro es competencia de las entidades que realizan las descripciones físicas y las valoraciones
de los inmuebles. Las funciones del catastro y las del registro son desempeñadas por entidades
separadas, que incluso pertenecen a sectores y niveles distintos de la administración pública. Las
escrituras públicas, aunque contienen una descripción del inmueble objeto del registro
público, generalmente son distintas a la inscripción en el catastro, ya que están originadas en
declaraciones voluntarias, las cuales respetan la tradición, pero pueden estar basadas en
mediciones y descripciones distintas de las utilizadas por el catastro. En Colombia, las desventajas
de la separación entre catastro y registro han superado considerablemente las ventajas.
La integración de los datos del catastro y del registro no se logra eficazmente mediante las
«interrelaciones» de sistemas de información construidos con lenguajes, enfoques y metodologías
distintos, sino mediante la incorporación de los elementos técnicos del catastro en los actos o
negocios jurídicos, y con una institucionalidad que asegure la comunicación continua entre el
registro y el catastro. Como sucede en los países más avanzados en integración de catastro y
registro, la meta es que los datos jurídicos del catastro sean los mismos del registro. En otras
palabras, los inmuebles tienen una realidad jurídica de la que responde el registro y una realidad
física, cuya determinación es responsabilidad del catastro. Esta integración de los datos del registro
y del catastro mantiene la validez jurídica del registro.
Gran parte de las limitaciones para obtener progresos adicionales en el catastro tienen su
explicación en una institucionalidad deficiente y en la falta de recursos, como se explica
en el proyecto de documento CONPES de catastro multipropósito. La separación entre el
catastro y el registro puede explicarse como resultado del estado primitivo de la
información del catastro, cuando los mapas se elaboraban con papel y lápiz, como lo
indica la en su documento de Catastro 2014. En efecto, las transacciones inmobiliarias, el
reconocimiento de los derechos de propiedad y de otros derechos reales y la publicidad
de los actos jurídicos respectivos, sería un proceso pesado si dependiera de los mapas
elaborados manualmente por el catastro.
Desenlace
El CATASTRO es el inventario actualizado y clasificado de los bienes inmuebles pertenecientes al
Estado y ciudadanos, con el objetivo de lograr una correcta identificación física, jurídica, fiscal y
económica.