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Dibujos de portada: Inmaculada M ontejo Gañán.
Pintora y M édico especialista en Radiología y Pediatría
ISB N 978-84-617-5088-7
3
Abreviaturas
A-aDCO2: diferencia alveolo arterial de anhídrido carbónico
A-aDO2: gradiente alveolo-arterial de oxígeno
AC: ventilación asistida controlada
ACD: AnaConDa
AD: aurícula derecha
AI: aurícula izquierda
AInh: anestésico inhalado
APRV: ventilación con liberación de presión
APV: asincronías paciente-ventilador
APV: ventilación de presión adaptable. Hamilton
ASV: ventilación de soporte adaptable
ASB: respiración espontánea asistida (presión de soporte) sobre CPAP.
Dräger
ATOT: concentración total de ácidos débiles no volátiles
Autoflow: presión control con volumen objetivo. Dräger
AVAPS: average volume assured pressure support
BB: bases buffer
BF: broncofibroscopio flexible
BIPAP: ventilación mandatoria intermitente sincronizada por presión
BIPAPASSIST: ventilación asistida controlada o controlada por presión
BIS: índice biespectral
BLPAP: ventilación no invasiva en dos niveles de presión. Bilevel positive
airway pressure
BO: bronquiolitis obliterante
BURP: backwards, upwards, rightwards pressure
C: complianza
CaO2: contenido arterial de oxígeno
CcO2: contenido capilar de oxígeno
Cest: complianza estática
Cesp: complianza específica
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cmH2O: centímetros de agua
CMV: ventilación mandatoria continua
COHb: carboxihemoglobina
CO3H: bicarbonato real
COPD: patología pulmonar obstructiva crónica
CPAP: presión continua en vías aéreas
CPT: capacidad pulmonar total (TLC)
CRF: capacidad residual funcional (FRC)
CSV: Ventilación espontánea continua
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EIP: enfisema intersticial pulmonar
EPAP: presión positiva al final de la espiración en BLPAP
Esens: sensibilidad espiratoria o final de ciclo inspiratorio
EtCO2: concentración de anhídrido carbónico al final de la espiración
FBC: fibrobroncoscopia o fibrobroncoscopio
FBP: fístula broncopleural
Fc: frecuencia cardiaca
FEt: anestésico al final de la espiración
FEV1 o VEMS: volumen espirado máximo en el primer segundo de la
espiración forzada
FIO2: fracción inspirada de oxígeno
FOP: foramen ovale permeable
FQ: fibrosis quística
Fr: frecuencia respiratoria
FRC: capacidad residual funcional
FSC: flujo sanguíneo cerebral
h: horas
H+: hidrogeniones
Hbt: concentración de hemoglobina total
HbF: hemoglobina fetal
HbS: hemoglobina S (drepanocitosis)
HDC: hernia diafragmática congénita
HFV: alta frecuencia en Babylog 8000 plus
HH: Humidificador térmico
HHME: intercambiador de calor y humedad hidrófilo
HHMEF: intercambiador de calor y humedad hidrófobo
HHb: desoxihemoglobina o hemoglobina reducida
HID: hiperinsuflación dinámica
HIV: hemorragia intraventricular
HME: intercambiador de calor y humedad
HMEF: intercambiador de calor y humedad con filtros antibacteriano
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H2O: agua
HPPN: hipertensión pulmonar neonatal persistente
HTP: hipertensión pulmonar
ICC: insuficiencia cardiaca congestiva
I:E: relación inspiración:espiración
IEO2: índice de extracción de oxígeno
ID: diámetro interno del tubo endotraqueal o la cánula de traqueostomía
IDS: interrupción diaria programada de la sedación
IL: interleukina
im: intramuscular
IMV: ventilación mandatoria intermitente
inh: inhalado
iNO: oxido nítrico inhalado
IO: índice de oxigenación
IPAP: presión positiva inspiratoria de vías aéreas durante la VNI, BLPAP
IPPV: ventilación por presión positiva intermitente.
IPPV/IMV: ventilación controlada por presión
IRA: insuficiencia respiratoria aguda
IRC: insuficiencia respiratoria crónica
ISO: índice de oxigenación en base a la saturación
IT: intubación traqueal
iv: IV intravenoso
L: litros
L/m o l/m: litros por minuto
LBA: lavado broncoalveolar
LMPV: leucomalacia periventricular
lpm: latidos por minuto
LPIV: lesión pulmonar inducida por ventilación. Ventilator induced lung
injury
LPA: lesión pulmonar aguda, acute lung injury (ALI)
LPAV: lesión pulmonar asociada a ventilación mecánica.
7
m: minuto (s)
MAP: presión media en la vía aérea
mcg: microgramo
MetHb: metahemoglobina
MDI: inhalador de cartucho presurizado
mmHg: milímetros de mercurio
mg: miligramos
ML: mascarilla laríngea
ml: mililitros
MMV: ventilación mandatoria minuto
MOAS: movimiento oscilatorio armónico simple
MR: maniobras de reclutamiento
NAVA: neurally adjusted ventilator assist
NAC: neumonía adquirida en la comunidad
NAVM: neumonías Asociadas a Ventilación Mecánica
neb: nebulizado
NIPPV: ventilación con presión positiva intermitente nasal
NNT: número de pacientes a tratar
NO: óxido nítrico
O2: oxígeno
O2Hb: oxihemoglobina
OD: diámetro externo del tubo endotraqueal o la cánula de traqueostomía
OELM: optimal external laryngeal manipulation
OSI: índice de saturación de oxígeno
P0.1: máxima presión ejercida por el paciente en los 100 primeros
PAO2: presión parcial alveolar de oxígeno
PACO2: presión alveolar de anhídrido carbónico
PAI-1: inhibidor de la activación del plasminogeno-1
Palv: presión alveolar
PaO2/PAO2: Cociente arterio-alveolar de oxígeno
PaO2: presión parcial arterial de oxígeno
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PaCO2: presión parcial arterial de dióxido de carbono
PAS: presión arterial sistólica
Patm: presión atmosférica
PAV+: ventilación asistida proporcional en Puritan Bennett
Paw: presión en la vía aérea
PC: presión control
PCAC: asistida controlada por presión
PCAPRV: ventilación por liberación de presión
PCCMV: ventilación controlada por presión. Dräger
PCPSV: presión de soporte con frecuencia de rescate. Dräger
PC SIMV: ventilación mandatoria intermitente sincronizada por presión .
Dräger
PCO2: presión parcial de dióxido de carbono
PCP: presión capilar pulmonar
PCT: punción cricotiroidea
PDC: presión de distensión continua
Pdi: presión transdiafragmática
Pdimáx: presión transdiafragmática máxima
PEEP: presión positiva al final de la espiración
PEEPi: presión positiva intrínseca al final de la espiración
PEEPe: presión positiva extrínseca al final de la espiración
PEFR: tasa de flujo pico espiratorio
Pes: presión esofágica
PI: esfuerzo inspiratorio
PII: punto inferior de inflexión de la curva de complianza
PImáx: esfuerzo inspiratorio máximo
PIPmax: presión inspiratoria máxima
P/F: cociente presión parcial arterial de oxígeno/fracción inspirada de oxígeno
PG: presión del generador
pH: potencial de hidrógeno o potencial de hidrogeniones
PH2O: presión parcial de vapor de agua
9
PIO2: presión inspirada de oxígeno
PIP: presión pico o pico de presión
PIT: presión intratorácica
PO2: presión parcial de oxígeno
POP: presión de enclavamiento u oclusión pulmonar
PPC: presión de perfusión cerebral
PPI: presión positiva intermitente
Pplat: presión plateu o presión meseta
pMDI: Inhalador de cartucho presurizado
Ppl: presión pleural
PPS: ventilación asistida proporcional
PRISM: puntuación de riesgo de mortalidad pediátrica. Pediatric risk score of
mortality
PSV: ventilación con presión de soporte
PSV: presión de soporte con frecuencia de rescate
PS: presión de soporte
PTC: presión transcaja
PtcCO2: presión transcutánea de anhídrido carbónico
PTP: presión transpulmonar
PTP: producto de la presión inspiratoria por el tiempo
PTPes: producto presión tiempo de presión esofágica
PTPesinsp: índice de esfuerzo inspiratorio
PTT: punción transtraqueal
PVC: presión venosa central
PvO2: presión parcial venosa de oxígeno
Qp: circulación pulmonar
QR: cociente respiratorio
Qs: circulación sistémica
R: resistencia
RASS: Escala de agitación-sedación de Richmond
RACHS: Risk Adjusted Congenital Heart Surgery Score
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RCP: reanimación cardio-pulmonar
RI: resistencia inspiratoria
RMN: resonancia nuclear magnética
RNPT: recién nacido pretérmino
Rpm: respiraciones por minuto
RSBI: índice de respiración superficial rápida
RVA: resistencia vía aérea
RVP: resistencias vasculares pulmonares
SaO2: saturación arterial de oxígeno
Rx: radiografía habitualmente se refiere a radiografía de tórax
S: modalidad de ventilación no invasiva espontanea
SA: status asmaticus
SAb: síndrome de abstinencia
SAM: síndrome de aspiración de meconio
SAOS: síndrome de apnea obstructiva
SAPS: simplified acute physiological score
SpO2: Saturación de oxígeno
SB: respiración espontánea en Evita
sc: subcutáneo
sICAM-1: molécula de adhesión intercelular soluble
SID: diferencia de iones fuertes
SIMV: ventilación mandatoria intermitente sincronizada . Ventilación
mandatoria intermitente sincronizada en Servo-i
SNIPPV: ventilación con presión positiva intermitente sincronizada nasal
SIPPV o AC: ventilación asistida controlada por presión en Babylog 8000 plus
SDR: síndrome de distrés respiratorio
SDRA: síndrome de distrés respiratorio agudo
s: segundos
SG: semanas de gestación
S/F: cociente saturación de oxígeno/fracción inspirada de oxígeno
SN: sistema nervioso
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SNC: sistema nervioso central
SPN-CPAP/PS: respiración espontánea asistida (presión de soporte) sobre
CPAP
SPN-CPAP/VS: respiración espontánea con volumen de soporte
SPN-PPS: ventilación asistida proporcional
SPONT: presión de soporte
SSH: suero salino hipertónico
S/T: modalidad de ventilación no invasiva
espontanea-temporizada
sTREM-1: receptor soluble de la señalización expresado por células mieloides-
1
SvO2: saturación venosa mixta
SHb: sulfohemoglobina
t: tiempo
T: modalidad de ventilación no invasiva temporizada
Tª: temperatura
TAC: tomografía axial computerizada
TGA: transposición de grandes arterias
Te: tiempo espiratorio
Tent: parte del tiempo inspiratorio en el que se produce la entrada de gas
TET: tubo endotraqueal
Ti: tiempo inspiratorio
Tim: tiempo inspiratorio de la máquina
Timáx: tiempo inspiratorio máximo
Tin: tiempo inspiratorio neural
Tit: tiempo inspiratorio total
TIV: tabique interventricular
TOF: tren de cuatro
Tp: tiempo de pausa
TTdi: índice tensión-tiempo
TTmus: índice de tensión-tiempo de los músculos respiratorios
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Ttot: tiempo total del ciclo respiratorio
TTRN: taquipnea transitoria del recién nacido
TRALI: lesión pulmonar aguda inducida por trasfusión
UCI: unidad de cuidados intensivos
UCIN: unidad de cuidados intensivos neonatales
UCIP: unidad de cuidados intensivos pediátricos
V: volumen entregado
VA: vía aérea
VAD: vía aérea difícil
VAF: ventilación de alta frecuencia
VAFIF: VAF por interrupción de flujo
VAFJ: VAF de Jet
VAFO: ventilación de alta frecuencia oscilatoria
V: flujo
Vc o VT: volumen corriente o tidal
VcHF: volumen corriente de alta frecuencia
VC: volumen control
VCAC: ventilación asistida controlada por volumen. Dräger
VCCMV: ventilación controlada por volumen
VCMMV: ventilación mandatoria minuto
VC SIMV: ventilación mandatoria intermitente sincronizada por volumen.
Dräger
VC+: presión control regulado por volumen
VCRP: presión control regulado por volumen
VD: ventrículo derecho
VD: volumen del espacio muerto
VE: volumen minuto
VEE: Volumen de gas atrapado o Volumen de final de espiración
VEI: volumen pulmonar al final de la inspiración
VG: volumen garantizado
VI: ventrículo izquierdo
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VL: videolaringoscopio
VM: ventilación mecánica o ventilador mecánico
VMD: ventilación mecánica domiciliaria
VNI: ventilación no invasiva
VO2: consumo de oxígeno
V/P: volumen/presión
V/Q: relación ventilación/perfusión
VRS: virus respiratorio sincitial
VS: volumen asistido o volumen soporte
W-Ag: antígeno del factor von Willebrand
WOB: trabajo respiratorio
WOBimp: trabajo respiratorio impuesto
∆P: presión diferencial o delta pressure
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Autores
Marta Aguar Carrascosa
MD, PhD. UCIN. Hospital Universitario y Politécnico “La Fe”.
Paula Álvarez Mendiola
DUE. UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario Central de
Asturias. Oviedo. España.
Irene Amores Hernández
MD. UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. España.
Angela Aramburo Caragol
MD, MSc. UCIP. The Royal Brompton Hospital. NHS Foundation Trust.
London. Reino Unido.
David Arjona Villanueva
MD. Departamento de Cuidados Intensivos Pediátricos. Virgen de la Salud
Hospital. Toledo. España
María José Arroyo Marín
MD. UCIP y de Departamento de Cardiología Pediátrica. Hospital
Universitario
Reina Sofía. Córdoba. España.
Isabel Benavente Fernández
MD, PhD. Departamento de Neonatología. Hospital Universitario “Puerta
del Mar”. Cádiz. España.
Marta Betes Mendicute
MD. Departamento de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital General
Universitario Gregorio Marañón. Madrid. España.
Marta Brezmes Raposo
MD, PhD. UCIP. Hospital Clínico Universitario de Valladolid.
Valladolid.España.
Rosa Calderón Checa
MD. UCIP. Hospital 12 de Octubre. Madrid. España.
José Miguel Camacho Alonso
MD. Hospital Regional Universitario de Málaga. Málaga. España.
José María Carmona Ponce
MD. UCIP. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla. España.
Angel Carrillo Álvarez
MD, PhD. Departamento de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital
General Universitario Gregorio Marañón. Madrid. España.
15
Maria Jose de Castro López
MD. UCIP, UCIN. Hospital Clínico Universitario de Santiago de
Compostela. España.
Ana Coca Pérez
MD. UCIP. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid. España.
Andrés Concha Torre
MD, PhD. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario Central de
Asturias. Oviedo. España.
Marta Costa Romero
MD. Servicio de Neonatología. Departamento de Pediatría. Hospital
Universitario Central de Asturias. Oviedo. España.
Raquel Del Arco León
MD. UCIP. Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria. Santa
Cruz de Tenerife. España.
Jimena Del Castillo Peral
MD. Departamento de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital General
Universitario Gregorio Marañón. Madrid. España.
Isabel Del Blanco Gómez
MD. UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario de Burgos.
Burgos. España.
Pablo del Villar Guerra
MD, PhD. Departmento de Pediatría. Complejo Hospitalario de Segovia.
Segovia. España.
Gema De Lama Patón
MD. UCIP. The Hospital for Sick Children. Toronto (ON). Canada.
Diana Díaz Suárez
DUE. UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario Central de
Asturias. Oviedo. España.
Raluca Ene
MD. UCIP. Alderhey Children’s Hospital. Liverpool. Reino Unido.
Sarah N. Fernández Lafever
MD. Departamento de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital General
Universitario Gregorio Marañón. Madrid. España.
Jose Carlos Flores González
MD, PhD. UCIP. Hospital Universitario “Puerta del Mar”. Cádiz. España.
Mirella Gaboli
16
MD, PhD. UCIP, Neumología Pediátrica. Hospital Universitario Virgen
del Rocío. Sevilla. España.
Sandra Gala Peralta
MD. FRCPCH UCIP Royal Brompton Hospital NHS Foundation Trust.
London. Reino Unido.
Mireia Garcia Cuscó
MD. UCIP. Birmingham Children´s Hospital. Birmingham. Reino Unido.
M. Ángeles García Teresa
MD. UCIP. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. Madrid. España.
Diego García Urabayen
MD. UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. España.
Irene García Hernandez
MD. PhD. Cardiología Pediátrica. Departamento de Pediatría. Complejo
Hospitalario Universitario A Coruña (CHUAC). España.
Juan Pablo García Íñiguez
MD, PhD. UCIP. Hospital Infantil Miguel Servet. Zaragoza. España.
Milagros García López
MD. Servicio de Medicina Intensiva Pediátrica. Centro Hospitalar São João.
Porto. Portugal.
Julio García-Maribona Rodríguez-Maribona
DUE. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario Central de
Asturias. Oviedo. España.
Patricia García Soler
MD, PhD. Hospital Regional Universitario de Málaga. Málaga. España.
Paula García Casas
MD. UCIP Cardiaca. The Royal Brompton Hospital NHS Foundation
Trust. London. Reino Unido.
Ariel J. Garnero Guglielmone
RTT. Salem Hospital. Salem. Oregón. EEUU.
José María Garrido Pedraz
MD. UCIN. Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. Salamanca.
España.
Javier Gil Antón
MD, PhD. UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. España.
Teresa Gili Bigatà
MD. UCIP. Hospital de Sabadell. Corporació Parc Taulí. Universitat
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Autònoma de Barcelona. España
Amelia González Calvar
MD. UCIP. Hospital Universitario Son Espases. Palma de Mallorca.
España.
José Manuel González Gómez
MD. Hospital Regional Universitario de Málaga. Málaga. España.
Arturo Hernández González
MD, PhD. UCIP. Hospital Universitario “Puerta del Mar”. Cádiz. España.
María Herrera López
MD. Departamento de Cuidados Intensivos Pediátricos. Virgen de la Salud
Hospital. Toledo. España.
Julio López Bayón
MD. UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. España.
Yolanda M. López Fernández
MD. UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. España.
Silvia López Galera
MD. Anestesia Pediátrica. Hospital de Sabadell. Corporació Parc Taulí.
Universitat Autònoma de Barcelona. España
Jesús López-Herce Cid
MD, PhD. Departamento de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital
General Universitario Gregorio Marañón. Madrid. España.
José Luis López Prats
MD, PhD. UCIP. Hospital Clinico Universitario. Valencia. España.
Marta Los Arcos Solas
MD, PhD. Departamento de Pediatría. Hospital Valle del Nalon. Langreo.
Asturias. España.
Simón P. Lubián López
MD, PhD. Departamente de Neonatología. UCIP. Hospital Universitario
“Puerta del Mar”. Cádiz. España.
Ana M. Llorente De La Fuente
MD. UCIP. Hospital 12 de Octubre. Madrid. España.
Paula Madurga Revilla
MD. UCIP. Hospital Infantil Miguel Servet. Zaragoza. España.
Laura Mantecón Fernández
MD. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario Central de
Asturias. Oviedo. España.
18
Federico Martinón Torres
MD, PhD. UCIP, Pediatría Translacional Pediátrica y enfermedades
infecciosas. Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
España.
Nuria Masip Rodríguez
MD. Departamento de Anestesiología Pediátrica. Alder Hey Children’s
Hospital. Liverpool. Reino Unido.
Juan Mayordomo Colunga
MD, PhD. UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario
Central de Asturias. Oviedo. España.
Alberto Medina Villanueva
MD, PhD. UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario
Central de Asturias. Oviedo. España.
Sergio Menéndez Cuervo
MD, PhD. UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario
Central de Asturias. Oviedo. España.
Vicent Modesto i Alapont
MD, PhD. UCIP. Hospital Universitario y Politécnico “La Fe”. Valencia.
España.
Antonio Morales Martínez
MD. UCIP. Hospital Regional Universitario de Málaga. Málaga. España.
Elvira Morteruel Arizkuren
MD. UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. España.
Alvaro Navarro Mingorance
MD. Programa de Ventilación Domiciliaria Pediátrica. Hospital Clínico
Universitario Virgen Arrixaca. Murcia. España.
Paloma Núñez Adsuara
MD. UCIP. Hospital Universitario y Politécnico “La Fe”. Valencia. España.
Eider Oñate Vergara
MD, PhD. UCIP. Hospital Universitario de Donostia. San Sebastian.
España.
Pedro Pablo Oyágüez Ugidos
MD. UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario Universidad
de Burgos. Burgos. España.
Daniel Palanca Arias
MD, PhD. UCIP. Hospital Infantil Miguel Servet. Zaragoza. España.
19
Julio Parrilla Parrilla
MD. UCIP. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla. España.
Carolina Pérez González
MD. Departamento de Pediatría. Basurto de Hospital. Bilbao. España.
Luis Pérez Baena
MD. UCIP. Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria. Santa
Cruz de Tenerife. España.
Elena Pérez Estevez
MD. UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. España.
Javier Pilar Orive
MD. UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. España.
Martí Pons Òdena
MD, PhD. UCIP. Programa de Ventilación Domiciliaria Pediátrica.
Hospital Universitario Sant Joan de Déu. Barcelona. España.
Silvia Redondo Blazquez
MD. UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. España.
Corsino Rey Galán
MD, PhD. UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario
Central de Asturias. Universidad de Oviedo. Oviedo. España.
Susana Reyes Domínguez
MD, PhD. UCIP. Hospital Clínico Universitario Virgen Arrixaca. Murcia.
España.
Patricia Rodríguez Campoy
MD. UCIP. Hospital Universitario “Puerta del Mar”. Cádiz. España.
Luciana Rodriguez Guerineau
MD. UCIP Cardiaca. Great Ormond Street Hospital. London. Reino
Unido.
Mª José Salmerón Fenández
MD. UCIP. Hospital Universitario de Granada. Granada. España.
Pilar Sánchez Yáñez
MD. UCIP. Hospital Regional Universitario de Málaga. Málaga. España.
Silvia Sánchez Pérez
MD. UCIP. Hospital de Sabadell. Corporació Parc Taulí. Universitat
Autònoma de Barcelona. España
J. Ignacio Sánchez Díaz
MD, PhD. UCIP. Hospital 12 de Octubre. Madrid. España.
20
Debora Sanz Fernández
MD. UCIP. Evelina Children’s Hospital. London. Reino Unido.
Irene Sanz Fernández
MD. UCIP. Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Valladolid.
España.
Alexandra Scheibl
MD. UCIP. Hospital Vall d’Hebrón. Barcelona. España.
Jordi Sorribes i Estorch
MD. UCIP. Hospital Infantil Miguel Servet. Zaragoza. España.
José Luis Vázquez Martínez
MD, PhD. UCIP. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid. España.
Silvia Vidal Micó
MD. UCIP. Hospital Universitario y Politécnico “La Fe”. Valencia. España.
Lucía Villa Alonso
DUE. UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario Central de
Asturias. Oviedo. España.
Amparo Villalba Pérez
MD. UCIP. Hospital Universitario y Politécnico “La Fe”. Valencia. España.
Ana Vivanco Allende
MD, PhD. UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario
Central de Asturias. Oviedo. España.
Raúl Montero Yéboles
MD. UCIP. The Royal Brompton Hospital. NHS Foundation Trust.
London. Reino Unido.
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Prólogo
L a cuarta edición del manual de ventilación mecánica en
pediatría elaborado por el Grupo de Trabajo de Respiratorio
de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos
aparece un año después de la tercera edición. L a razón para
esta nueva edición es principalmente disponer de un manual
en formato electrónico que permita una mayor difusión a
todos los interesados en el tema. Creemos que hay muchos
médicos, enfermeras/os y terapeutas respiratorios de habla
hispana interesados en la ventilación mecánica.
22
Apostamos porque este manual despierte el interés de
residentes y pediatras de Unidades de Cuidados Intensivos
Pediátricos y Neonatales, y en general de cualquier
profesional que tenga que aplicar estas técnicas.
Javier Pilar y Alberto Medina
23
Dedicado a nuestras mujeres por su amor y
apoyo constante y a nuestros padres por
habernos traído hasta aquí.
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Índice
1. Capítulo 1. Fisiología de la respiración. Física de la ventilación
mecánica
1. Fisiología de la respiración
1.1. Estática de la mecánica respiratoria
1.2. Propiedades elásticas del pulmón
1.3. Complianza pulmonar
1.4. Propiedades elásticas de la caja torácica
1.5. Propiedades elásticas conjuntas (caja torácica + pulmón)
1.6. Dinámica de la respiración
1.7. Resistencia de la vía aérea
1.8. Fundamento fisiológico de la presión de soporte
1.9. Física del funcionamiento conjunto: constante de
tiempo
1.10. Aspectos prácticos de la fisiología respiratoria
1.10.1. Vías respiratorias
1.10.2. Ventilación pulmonar
1.10.3. Mecánica respiratoria
1.10.4. Perfusión pulmonar
1.10.5. Difusión pulmonar y transporte de gases
2. Física de la ventilación mecánica
2.1. Espiración en ambos tipos de generadores
2.2. Inspiración: generador de baja presión
2.3. Inspiración: generador de alta presión
2. Capítulo 2. Manejo de la vía aérea: intubación, vía aérea difícil,
traqueostomía
1. Particularidades del paciente pediátrico
2. Evaluación de la vía aérea pediátrica
2.1. Historia clínica
2.2. Examen físico
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2.3. Exploraciones complementarias
3. Manejo de la vía aérea pediátrica
3.1. Posición correcta para permeabilizar la VA
3.2. Cánulas orofaríngeas (Guedel)
3.3. Cánulas o tubos nasofaríngeos
3.4. Ventilación asistida manualmente con mascarilla facial
3.4.1. Bolsas autoinflables
3.4.2. Insufladores de flujo
3.5. Intubación traqueal
3.5.1. Preparación previa
3.5.2. Optimización de la laringoscopia
3.5.3. Selección del tamaño y posición del tubo traqueal
3.5.4. Intubación oral versus nasal
3.5.5. Tubos traqueales con balón versus sin balón
4. Vía aérea difícil
5. Manejo de la vía aérea difícil en pediatría
5.1. Dispositivos de rescate extraglóticos
5.1.1. Mascarilla laringea
5.1.2. Tubo laríngeo
5.1.3. Combitube
5.2. Introductores
5.3. Estiletes
5.3.1. Estilete luminoso
5.3.2. Estilete fibroóptico
5.4. Fibrobroncoscopio (FBC)
5.4.1. FBC flexible
5.4.2. FBC rígido
5.5. Videolaringoscopio (VLC)
5.6. Técnicas transtraqueales
5.6.1. Cricotiroidotomía
5.6.2. Punción transtraqueal
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5.7. Traqueostomía
5.7.1. Traqueostomía quirúrgica de urgencia
5.7.2. Traqueostomía electiva
5.8. Intercambiadores
6. Algoritmo de manejo de VAD
7. Extubación de la vía aérea difícil en niños
8. Manejo de emergencias en vía aérea pediátrica
8.1. Reanimación básica
8.1.1. Seguridad
8.1.2. Vía aérea
8.1.3. Oxígeno
8.1.4. Evaluación de la permeabilidad de la traqueostomia
8.1.5. Cambio de emergencia de la cánula de traquestomía
8.1.6. Evaluación de la respiración
8.1.7. Chequear las constantes vitales
8.2. Reanimación avanzada: oxigenación de emergencia
3. Capítulo 3. Gases medicinales: Oxígeno y Heliox
1. Introducción
2. Oxígeno
2.1. Características del gas
2.2. Conceptos generales
2.3. Fisiología de la oxigenación
2.4. Causas de la hipoxia
2.5. Clínica de la hipoxia
2.6. Indicaciones de la oxigenoterapia
2.7. Nivel de oxigenación objetivo
2.8. Toxicidad del oxígeno
2.9. Dispositivos de administración de oxigenoterapia
2.9.1. Sistemas de bajo flujo
2.9.2. Sistemas de alto flujo
2.10. Humidificación y calentamiento del oxígeno
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3.1. Concepto
3.2. Mecanismo de acción
3.3. Indicaciones y contraindicaciones (Tabla VII)
3.4. Métodos de administración
3.5. Efectos secundarios
4. Heliox
4.1. Bases de su utilidad
4.1.1. Mecanismos de acción sobre la mecánica pulmonar
4.1.2. Mecanismo de acción sobre el intercambio gaseoso
4.1.3. Mecanismos de protección pulmonar
4.2. Indicaciones y contraindicaciones
4.3. Descripción detallada de su uso
4.4. Modalidad no invasiva
4.4.1. Mascarillas con reservorio sin reinhalación
4.4.2. Como fuente de nebulización
4.4.3. Ventilación con cánulas de alto-flujo con Heliox
4.5. Ventilación no invasiva con Heliox
4.6. Aplicación invasiva: ventilación mecánica con Heliox
4.7. Contraindicaciones, efectos adversos e inconvenientes
4. Capítulo 4. Respiradores pediátricos
1. Introducción
1.1. Historia
1.2. Respiradores y edades pediátricas
1.3. Tubuladuras y filtros antibacterianos
1.4. Humidificación
1.5. Chequeo del funcionamiento
1.6. Nominación de los modos ventilatorios en las
principales casas comerciales
2. Servo-i, Servo-u (Maquet®)
3. Puritan Bennett 840 (Covidien®)
4. Evita 4, Evita XL y Evita Infinity V500 (Dräger®)
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5. Hamilton G5 (Hamilton Medical®)
6. Babylog 8000 plus y VN500 (Dräger®)
7. Respiradores de anestesiología pediátrica
5. Capítulo 5. Sedación, analgesia y relajación en el niño con
ventilación mecánica
1. Introducción
2. Sedación
2.1. Conceptos
2.1.1. Sedación consciente o ansiólisis
2.1.2. Sedación profunda o hipnosis
2.1.3. Agitación
2.1.4. Ansiedad
2.2. Monitorización
2.3. Fármacos
2.3.1. Benzodiazepinas
2.3.2. Ketamina
2.3.3. Barbitúricos
2.3.4. Etomidato
2.3.5. Propofol
2.3.6. Agonistas α2-adrenérgicos
2.3.6.1. Dexmedetomidina
2.3.6.2. Clonidina
2.3.7. Hidrato de cloral
2.3.8. Neurolépticos
2.3.9. Anestésicos inhalatorios (AInh)
3. Analgesia
3.1. Fármacos analgésicos
3.1.1. Opiáceos
3.1.1.1. Morfina
3.1.1.2. Fentalino
3.1.1.3. Remifentanilo
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3.1.1.4. Meperidina
3.1.1.5. Tramadol
3.1.2. Ketamina
4. Relajación neuromuscular
4.1. Tipos de miorrelajantes
4.1.1. Despolarizantes
4.1.1.1. Succinilcolina
4.1.2. No despolarizantes
4.1.2.1. Aminoesteroideos
4.1.2.2. Bencilisoquinolínicos: atracurio y cisatracurio
4.2. Monitorización del bloqueo neuromuscular
4.2.1. Monitorización clínica
4.2.2. Monitorización instrumental
4.3. Efectos adversos del bloqueo neuromuscular
5. Síndrome de abstinencia
5.1. Conceptos
5.1.1. Tolerancia
5.1.2. Dependencia física
5.1.3. Abstinencia
5.2. Diagnóstico
5.3. Prevención y tratamiento
6. Aspectos importantes en la sedación, analgesia y relajación
en la adaptación a la ventilación mecánica
6.1. Sedoanalgesia para la intubación endotraqueal
6.1.1. Intubación programada
6.1.2. Secuencia rápida de intubación
6.2. Pacientes en respiración espontánea (ventilación no
invasiva y ventilación invasiva en fase de destete)
6.3. Pacientes en respiración mandatoria continua
6. Capítulo 6. Principios de ventilación mecánica
1. Introducción
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2. Insuficiencia respiratoria
2.1. Fisiología respiratoria
2.2. Fisiopatología del fracaso respiratorio
2.2.1. Hipoxemia
2.2.1.1. Hipoventilación
2.2.1.2. Trastorno V/Q
2.2.1.3. Trastorno de difusión
2.2.1.4. Disminución del oxígeno inspirado
2.2.2. Hipercapnia
2.3. Clasificación de la insuficiencia respiratoria (IRA)
2.3.1. IRA tipo I (hipoxémico)
2.3.2. IRA tipo II (hipercápnico)
2.4. Insuficiencia respiratoria aguda y crónica
3. Indicaciones de intubación y de ventilación mecánica
3.1. Indicaciones de intubación
3.1.1. Falta de protección de la vía aérea
3.1.2. Instauración de ventilación mecánica invasiva
3.1.3. Lavado bronquial: aspiración de secreciones
3.2. Indicaciones de ventilación mecánica
3.2.1. Mejorar el intercambio gaseoso o reducir el trabajo
respiratorio
3.2.2. Disminuir el consumo de oxígeno sistémico o
miocárdico
3.2.3. Lesiones neurológicas
3.2.4. Necesidad de sedación o bloqueo neuromuscular
3.2.5. Expansión pulmonar (atelectasias) y lavado de
secreciones
3.2.6. Hipoxia celula
4. Tipos de ventilación mecánica
4.1.Clasificación en base al patrón respiratorio
4.1.1. Ventilación mecánica convencional
31
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4.1.2. Ventilación mecánica no convencional
4.2. Clasificación en base a la presión que generan
4.2.1. Ventilación a presión positiva
4.2.2. Ventilación a presión negativa
4.3. Clasificación en base a la interfase
4.3.1. Ventilación invasiva
4.3.2. Ventilación no invasiva
5. Generalidades sobre los ventiladores mecánicos
5.1. Fuente de energía
5.1.1. Energía eléctrica
5.2.2. Gas comprimido
5.2. Sistema de control
5.3. Producción de salida (output)
5.4. Válvula de control de la producción de salida (output)
5.5. Sistema de monitorización/alarmas
5.6. Sistemas de conexión
6. Conceptos básicos para la programación del ventilador
6.1. Ecuación del movimiento
6.2. Variable de control
6.3. Teoría de control
6.3.1. Control de asa cerrada con retroalimentación negativa
6.3.2. Control de asa cerrada con retroalimentación positiva
6.4. Modo Ventilatorio
6.4.1. Unidad funcional: ventilación o respiración
6.4.2. Frecuencia respiratoria (Fr)
6.4.3. Ciclo respiratorio
6.4.4. Tiempo inspiratorio
6.4.4.1. Tiempo de flujo inspiratorio o tiempo de entrega
6.4.4.2. Pausa inspiratoria
6.4.5. Tiempo espiratorio
6.4.5.1. Tiempo de flujo espiratorio
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6.4.5.2. Tiempo de reserva espiratoria
6.5. Fases del ciclo respiratorio
6.5.1. Inicio de la inspiración/fin de la espiración
6.5.1.1. Inspiraciones empezadas por la máquina
(mandatorias)
6.5.1.2. Inspiraciones empezadas por el paciente
6.5.2. Suministro de una inspiración
6.5.3. Fin de la inspiración
6.5.3.1. Ciclado en ventilación controlada por volumen
6.5.3.2. Ciclado en ventilación controlada por presión
6.5.3.3. Ciclado de seguridad
6.5.4. Espiración
6.6. Tipos de ventilaciones
6.6.1. Mandatorias
6.6.2. Espontáneas
6.6.2.1. Soportadas
6.6.2.2. No soportadas
6.7. Control del volumen, control de la presión y control del
tiempo
6.7.1. Control del volumen (VC)
6.7.2. Control de la presión (PC)
6.7.3. Control del tiempo
6.8. Combinación de la variable de control y los tipos de
ventilación
6.9. Secuencia ventilatoria
6.9.1. Ventilación mandatoria continua (VMC/CMV)
6.9.2. Ventilación espontánea continua (VEC/CSV)
6.9.3. Ventilación mandatoria intermitente (VMI/IMV)
6.10. Patrón ventilatorio
6.11. Esquemas de control
6.11.1. Esquema con ajuste fijo o set point (s)
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6.11.2. Control dual (d)
6.11.3. Control biovariable (b)
6.11.4. Control servo (r)
6.11.5. Control adaptativo (a)
6.11.6. Control óptimo (o)
6.11.7. Control Inteligente (i)
7. Clasificación o taxonomía de los modos ventilatorios
7.1. Variable de control
7.2. Secuencia ventilatoria
7.3. Esquema de control
7. Capítulo 7. Programación de la ventilación mecánica
1. Programación de los parámetros ventilatorios
1.1. Modo de ventilación
1.2. Volumen corriente (Vc) o volumen tidal
1.3. Frecuencia respiratoria (Fr)
1.4. Volumen minuto (VE)
1.5. Presión inspiratoria máxima (pico/PIP)
1.6. Tiempo inspiratorio (Ti)
1.7. Relación inspiración/espiración (I:E)
1.8. Flujo inspiratorio (velocidad de flujo)
1.9. Tiempo de rampa-Retardo inspiratorio
1.10. Tipo de flujo inspiratorio
1.11. Presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) -
presión positiva al final de la espiración (PEEP)
1.12. Presión soporte
1.13. Sensibilidad (trigger)
1.14. Fin del ciclo inspiratorio (regulación de la sensibilidad
espiratoria o Esens)
1.15. Suspiro
1.16. Fracción inspirada de oxígeno (FIO2)
2. Programación de las alarmas
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2.1. Alarmas de presión
2.2. Alarmas de volumen
2.3. Alarma de frecuencia respiratoria elevada
2.4. Alarma de apnea
2.5. Alarma de oxígeno
2.6. Otras alarmas
2.7. Alarmas automáticas
8. Capítulo 8. Modos convencionales de ventilación mecánica
1. Introducción
2. Modos en función de la variable de control: presión (PC)
o volumen (VC)
2.1. Modos controlados por volumen (VC-CMV o VC-
VMC; VC-IMV o VC-VMI)
2.1.1. Ventajas
2.1.2. Inconvenientes
2.1.3. Parámetros
2.2. Modos controlados por presión (PC-CMV o PC-
VMC; PC-IMV o PC-VMI)
2.2.1. Ventajas
2.2.2. Inconvenientes
2.2.3. Parámetros
2.3. Modos controlados por presión con esquema de
control adaptativo (PC-CMVa o PC-VMCa; PC-IMVa o
PC-VMIa)
3. Modos de ventilación según la interacción paciente-
respirador
3.1. Modo mandatorio continuo (CMV o VMC)
3.2. Ventilación mandatoria intermitente (IMV o VMI)
3.3. Ventilación espontanea continua (CSV o VEC)
4. Programación inicial del respirador
4.1. Volumen tidal o corriente (Vc)
4.2. Pico de presión (PIP)
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4.3. Frecuencia respiratoria (Fr)
4.4. Flujo/tiempo inspiratorio
4.4.1. Tiempo inspiratorio (Ti)
4.4.2. Flujo
4.5. Relación I:E
4.6. Sensibilidad de disparo (trigger)
4.7. PEEP
4.8. Fracción inspirada de oxígeno (FIO2)
4.9. Alarmas
5.1. En el patrón obstructivo
5.2. En el patrón restrictivo
7. Conclusiones
9. Capítulo 9. Ventilación por presión de soporte y volumen
soporte
1. Presión soporte (PS) o ventilación espontánea continua
controlada por presión con esquema de control de ajuste fijo
o set point (PC-VECs o PC-CSVs)
1.1. Concepto
1.1.1. Reconocimiento del inicio de la inspiración
1.1.2. Presurización
1.1.3. Reconocimiento del final de la inspiración (ciclado)
1.2. Efectos fisiopatológicos
1.2.1. Patrón respiratorio
1.2.2. Intercambio gaseoso
1.2.3. Trabajo y esfuerzo respiratorio
1.2.4. Compensación del trabajo causado por el tubo
endotraqueal (TET), espacio muerto instrumental y válvula
de demanda
1.3. Indicaciones
1.3.1. Destete
1.3.2. Método inicial de ventilación mecánica
1.3.3. Ventilación no invasiva (VNI)
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1.4. Programación inicial de parámetros y modificaciones
1.4.1. Presión de soporte
1.4.2. Trigger o sensibilidad inspiratoria
1.4.3. Tiempo de rampa, retardo inspiratorio, rise time
1.4.4. Sensibilidad espiratoria
1.4.5. Fracción inspirada de oxígeno (FIO2) y presión
positiva al final de la espiración (PEEP)
1.4.6. Alarmas de volumen minuto y de frecuencia
respiratoria
1.4.7. Ventilación de apnea
1.5. Ventajas
1.6. Inconvenientes
1.7. Solución de problemas
2. Volumen soporte (VS) o ventilación espontánea continua
controlada por presión con esquema de control adaptativo
(PC-CSVa o PC-VECa)
3. Resumen
10. Capítulo 10. Otros modos de ventilación mecánica
1. Introducción
2. Modos controlados por presión mandatorios con
esquema de control adaptativo: mandatorios continuos
(PC-VMCa o PC-CMVa) o mandatorios intermitentes
(PC-VMIa o PC-IMVa)
2.1. Concepto
2.2. Parámetros a fijar
2.3. Formas de ventilación
2.4. Indicaciones
2.5. Modificaciones según las condiciones clínicas
2.6. Ventajas
2.7. Inconvenientes
3. Modos controlados por presión espontáneos continuos
con esquema de control adaptativo (PC-VECa o PC-
CSVa)
37
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3.1. Concepto
3.2. Parámetros a fijar
3.3. Indicaciones
3.4. Modificaciones según las condiciones clínicas
3.5. Ventajas
3.6. Inconvenientes
4. Modos controlados por presión con dos niveles de
CPAP
4.1. Concepto
4.2. Parámetros a fijar
4.3. Formas de ventilación
4.4. Indicaciones
4.5. Modificaciones según las condiciones clínicas
4.6. Ventajas
4.7. Inconvenientes
5. Modos controlados por presión con secuencia ventilatoria
espontánea continua y esquema de control servo (PC-VECr
o PC-CSVr)
5.1. Ventilación asistida proporcional (PAV) al esfuerzo del
paciente
5.1.1. Fundamento
5.1.2. Concepto
5.1.3. Parámetros a fijar
5.1.4. Indicaciones
5.1.5. Modificaciones según las condiciones clínicas
5.1.6. Ventajas
5.1.7. Inconvenientes
5.2. Ventilación asistida ajustada por control neurológico
(NAVA)
5.2.1. Concepto
5.2.2. Parámetros a fijar
5.2.3. Indicaciones
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5.2.4. Ventajas
5.2.5. Inconvenientes
5.3. Compensación automática del tubo endotraqueal
(ATC)
5.3.1. Concepto
5.3.2. Parámetros a fijar
5.3.3. Indicaciones
5.3.4. Ventajas
5.3.5. Inconvenientes
6. Modos de cambio automático o autorregulables
6.1. Ventilación mandatoria minuto (MMV)
6.1.1. Concepto
6.1.2. Parámetros a fijar
6.1.3. Indicaciones
6.1.4. Modificaciones según las condiciones clínicas
6.1.5. Ventajas
6.1.6. Inconvenientes
6.2. Ventilación de soporte adaptable (ASV)
6.2.1. Concepto
6.2.2. Parámetros a fijar
6.2.3. Indicaciones
6.2.4. Modificaciones según las condiciones clínicas
6.2.5. Ventajas
6.2.6. Inconvenientes
6.3. Automode
6.3.1. Concepto y denominación
6.3.2. Parámetros a fijar
6.3.3. Indicaciones
6.3.4. Ventajas
6.3.5. Inconvenientes
7. Modo alternativo de presión de soporte con esquema de
39
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control inteligente. Smartcare
7.1. Definición
7.2. Parámetros a fijar
7.3. Indicaciones
7.4. Ventajas
7.5. Inconvenientes
8. Conclusiones
11. Capítulo 11. Pulsioximetría y capnografía
1. Pulsioximetría
1.1. Concepto
1.2. Ventajas
1.3. Limitaciones
1.4. Cociente Saturación trascutánea de oxígeno/Fracción
inspirada de oxígeno (S/F). Otras aplicaciones de la SpO2
2. Capnografía
2.1. Fundamento
2.2. Análisis del CO2 espirado
2.3. Capnografía normal
2.4. Tipos de capnógrafos
2.4.1. Capnógrafos en línea o de flujo principal
(mainstream)
2.4.2. Capnógrafos de muestreo lateral (sidestream)
2.5. Aplicaciones clínicas
2.6. Capnografía en las alteraciones de la ventilación-
perfusión
2.7. Capnografía en el vaciado alveolar incompleto
3. PCO2 transcutánea
4. Puntos claves
4.1. Ventajas
4.2. Inconvenientes
12. Capítulo 12. Monitorización de la ventilación mecánica:
40
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gasometría y equilibrio ácido-base
1. Introducción. Fisiología del intercambio gaseoso
2. Monitorización invasiva. Gasometría intermitente
2.1. Tipos de muestras
2.2. Interpretación de la gasometría
2.3. Estado de oxigenación
2.3.1. Captación de oxígeno
2.3.2. Transporte de oxígeno
2.3.3. Cesión y consumo de oxígeno en los tejidos
2.3.4. Interpretación de los parámetros de oxigenación
2.4. Estado de ventilación
2.4.1. Hipercapnia
2.4.2. Hipocapnia
2.5. Equilibrio ácido-base
2.5.1. Acidosis respiratoria
2.5.2. Acidosis metabólica
2.5.3. Alcalosis respiratoria
2.5.4. Alcalosis metabólica
2.5.5. Acidosis mixta
2.5.6. Alcalosis mixta
2.6. Interpretación del equilibrio ácido-base
2.6.1. Anión GAP normal: pérdida de CO3H–
compensada con Cl–, acidosis hiperclorémica
2.6.2. GAP aumentado, pérdida de CO3H– por ácido no
medido
13. Capítulo 13. Monitorización gráfica de la función respiratoria
1. Introducción
2. Curvas de función respiratoria
2.1. Volumen control
2.1.1. Curva de flujo-tiempo
2.1.2. Curva volumen-tiempo
41
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2.1.3. Curva presión-tiempo
2.1.4. Bucle flujo-volumen
2.1.5. Bucle volumen-presión
2.2. Presión control
2.2.1. Curva de presión-tiempo
2.2.2. Curva flujo-tiempo
2.2.3. Curva de volumen-tiempo
2.2.4. Bucle flujo-volumen
2.2.5. Bucle volumen-presión
2.3. Otros modos
2.3.1. Modos con esquema de control adaptativo (PC-
CMVa, PC-IMVa, PC-CSVa)
2.3.2. Presión de soporte
3. Utilidad práctica de monitorización con curvas.
Metodología de aplicación
3.1. Reconocimiento del modo respiratorio
3. 2. Optimización de la programación
3.3. Identificación de patrones respiratorios patológicos
3.3.1. Patrón obstructivo
3.3.1.1. Aumento de resistencias
3.3.1.2. Atrapamiento. Hiperinsuflación dinámica.
Estimación de la PEEP intrínseca
3.3.2. Patrón restrictivo
3.4. Incidencias durante la ventilación
3.4.1. Fugas
3.4.2. Flujos anómalos
3.4.3. Agua en las tubuladuras. Secreciones en la vía aérea
3.4.4. Sobredistensión
3.5. Sincronización con el paciente
3.6. Valoración de la respuesta terapéutica
4. Limitaciones en los métodos habituales de monitorización
y nuevas aplicaciones
42
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14. Capítulo 14. Monitorización de la función respiratoria en el niño
con ventilación mecánica II: complianza, resistencia,
atrapamiento aéreo, espacio muerto, trabajo respiratorio
1. Introducción
2. Complianza
2.1. Concepto
2.1.1. Complianza estática (Cest)
2.1.2. Complianza dinámica (Cdin)
2.1.3. Complianza específica (Csp)
2.2. Curva de volumen-presión
2.3. Utilidad
2.4. Causas de alteración de la complianza
2.5. Limitaciones
3. Resistencias
3.1. Concepto
3.2. Medición
3.3. Utilidad
4. Atrapamiento aéreo
4.1. Concepto
4.2. Consecuencias
4.3. Medición
4.4. Utilidad
4.5. Tratamiento
5. Espacio muerto
5.1. Concepto
5.2. Medición
5.3. Utilidad
6. Trabajo respiratorio
6.1. Producto de la presión inspiratoria por el tiempo
(PTP) y trabajo respiratorio impuesto (WOBimp) (j/L)
6.2. Presión 0.1 (P0.1)
6.3. Máximo esfuerzo o presión inspiratoria máxima
43
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(PImáx)
6.4. Trabajo respiratorio
6.5. Índice tensión-tiempo (TTdi)
15. Capítulo 15. Asincronías paciente-ventilador
1. Introducción
2. Definición de asincronía paciente-ventilador
3. Incidencia de asincronía
4. Tipos de asincronía
4.1. Asincronías durante la fase de disparo (trigger)
4.1.1. Autodisparo
4.1.2. Esfuerzo inefectivo
4.1.3. Disparo retrasado
4.1.4. Doble disparo
4.2. Asincronías de flujo o de presurización
4.3. Asincronías durante la fase de ciclado
4.3.1. Ciclado prematuro
4.3.2. Ciclado retrasado
5. Estrategias para optimizar la sincronía
6. Particularidades y consideraciones específicas de APV en
VNI
6.1. APV de disparo
6.2. APV de flujo
6.3. APV de ciclado
7. Consecuencias y pronóstico de la asincronía
8. Conclusiones
16. Capítulo 16. Complicaciones de la ventilación mecánica
1. Introducción
2. Complicaciones agudas y crónicas relacionadas con la vía
aérea artificial
2.1. Complicaciones en la colocación de un tubo
endotraqueal (TET) o de una cánula
44
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2.1.1. Traumáticas
2.1.2. Reflejas
2.2. Complicaciones en el mantenimiento de la vía aérea
artificial
2.2.1. Edema de la mucosa laríngea
2.2.2. Malposición del TET
2.2.3. Extubación accidental
2.2.4. Obstrucción de la vía aérea artificial (TET o cánula)
2.2.5. Lesiones laríngeas y traqueales
2.2.6. Fugas alrededor del TET
2.2.7. Atelectasias
3. Complicaciones agudas o crónicas relacionadas con la
ventilación mecánica
3.1. Complicaciones pulmonares
3.1.1. Barotrauma
3.1.2. Volutrauma o lesión por sobredistensión
3.1.3. Atelectrauma
3.1.4. Biotrauma y mecanotransductores
3.1.5. Toxicidad pulmonar por oxígeno
3.2. Complicaciones infecciosas
3.2.1. Neumonía asociada a la ventilación mecáncia
(NAVM)
3.2.1.1. Epidemiología y definiciones
3.2.1.2. Criterios diagnósticos
3.2.1.3. Prevención
3.2.2. Sinusitis
3.2.3. Infección traqueobronquial
3.3. Complicaciones cardiovasculares
3.4. Complicaciones renales
3.5. Complicaciones neurológicas
3.6. Complicaciones neuromusculares
45
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3.7. Complicaciones gastrointestinales y nutricionales
3.8. Úlceras de decúbito
3.9. Efectos psicológicos
17. Capítulo 17. Retirada de la asistencia respiratoria
1. Introducción
2. Conceptos generales
3. Fase de soporte respiratorio total
4. Fase de soporte parcial
4.1. Modos con secuencia mandatoria intermitente (IMV o
VMI)
4.2. Modos con secuencia espontánea continua (CSV o
VEC)
4.3. Protocolos estandarizados
5. Fase de extubación
5.1. Evaluación del paciente
5.1.1. Criterios clínicos
5.1.2. Requisitos de soporte respiratorio
5.2. Prueba pre-extubación
5.2.1. Prueba de tubo en T
5.2.2. Prueba de presión de distensión continua (CPAP) +
PS
5.2.3. Compensación automática del tubo
5.3. Factores predictores de fracaso
5.3.1. Factores de fracaso de extubación
5.4. Extubación
18. Capítulo 18. Humidificación, calentamiento y filtración del aire
aspirado. Aerosolterapia
1. Humidificación
1.1. Conceptos y terminología
1.2. Introducción
1.3. Sistemas de humidificación
1.3.1. Humidificadores térmicos (Heated humidifier, HH)
46
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1.3.1.1. Mecanismo de acción
1.3.1.2. Clasificación, según presencia de sistema de servo
control de Tª
1.3.1.3. Posición
1.3.1.4. Indicaciones
1.3.1.5. Ventajas y desventajas
1.3.1.6. Consideraciones
1.3.1.7. Contraindicaciones
1.3.2. Intercambiadores de calor y humedad (Heat and
moisture Exchangers, HME)
1.3.2.1. Mecanismo de acción
1.3.2.2. Clasificación según su mecanismo de conservación
de la humedad
1.3.2.3. Posición
1.3.2.4. Indicaciones
1.3.2.5. Tamaño
1.3.2.6. Frecuencia de cambio
1.3.2.7. Humedad
1.3.2.8. Ventajas y desventajas
1.3.2.9. Consideraciones
1.3.2.10. Contraindicaciones
1.4. Humidificación y neumonía asociada a ventilación
mecánica
1.5. Humidificación en ventilación mecánica no invasiva
1.6. Humidificación en traqueostomizados
1.7. Humidificación en ventilación de alta frecuencia
1.8. Humidificación en neonatología
2. Aerosolterapia
2.1. Nebulizadores
2.1.1. Tipos
2.1.1.1. Neumáticos o Jet
2.1.1.2. Ultrasónicos
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2.1.1.3. De malla vibrante
2.1.2. Posición en el circuito del respirador
2.1.2.1. Ventilación invasiva
2.1.2.2. Ventilación no invasiva
2.1.3. Ventajas
2.1.4. Limitaciones
2.2. Cartuchos presurizados
2.2.1. Posición en el circuito del respirador
2.2.1.1. Ventilación invasiva
2.2.1.2. Ventilación no invasiva
2.2.2. Ventajas
2.2.3. Limitaciones
2.3. Particularidades de la terapéutica inhalada en VM
pediátrica
2.3.1. Ventilación invasiva
2.3.2. Ventilación no invasiva
2.4. Humidificación durante la aerosolterapia
2.5. Otros factores asociados a la aerosolterapia
3. Filtros antibacterianos del respirador
3.1. Circuitos con un filtro
3.2. Circuitos con dos filtros
19. Capítulo 19. Ventilación no invasiva en pediatría
1. Introducción
2. Indicaciones
3. Contraindicaciones
4. Material necesario
4.1. Interfases
4.2. Sistemas de sujeción
4.3. Respiradores de VNI y convencionales
4.4. Administración de oxígeno
4.5. Humidificación y aerosolterapia
48
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5. Modos de ventilación no invasiva
5.1. CPAP (ventilación con un nivel de presión)
5.2. BLPAP (ventilación con dos niveles de presión)
5.2.1. S/T (spontaneous/timed; espontáneo/temporizado)
5.2.2. Presión soporte (PS)
5.2.3. Presión control
5.2.4. Ventilación asistida proporcional
5.2.5. Modos con esquema de control adaptativo
5.2.6. Otros modos
6. Metodología de aplicación de la VNI
6.1. Algoritmo para niños mayores de 3 meses
6.1.1. Interfase
6.1.2. Respirador
6.1.3. Modo
6.1.3.1. S/T
6.1.3.2. Presión de soporte (PS)
6.1.4. Efectividad
6.2. Algoritmo para niños menores de 3 meses
6.2.1. CPAP
6.2.2. BLPAP
6.2.3. Modo con trigger neutral
7. Monitorización y vigilancia
7.1. Monitorización clínica
7.2. Gasometría arterial
7.3. Pulsioximetría
7.4. Capnometría
8. Análisis del fracaso de la VNI
8.1. Algoritmo de análisis de fracaso
8.2. Factores causantes de fracaso
9. Complicaciones
9.1. Relacionadas con la interfase
49
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9.1.1. Intolerancia
9.1.2. Dermatitis irritativa
9.1.3. Conjuntivitis irritativa
9.1.4. Hipercapnia
9.1.5. Rinitis vasomotora
9.2. Relacionadas con la presión en la vía aérea
9.2.1. Distensión gástrica
9.2.2. Asincronía
9.2.3. Aspiración alimentaria
9.2.4. Herniación orbitaria
9.2.5. Otras
20. Capítulo 20. Ventilación de alta frecuencia
1. Fundamentos físicos y fisiológicos
1.1. Física de la VAFO: Movimiento Oscilatorio
Armónico Simple (MOAS)
1.2. Transmisión de las presiones de la VAFO a la vía aérea
del paciente
1.3. Fisiología del uso de la VAFO. Oxigenación en
VAFO: la MAP
1.4. Ventilación en VAFO: el lavado de carbónico
2. Mecánica de funcionamiento
3. Indicaciones
4. Contraindicaciones
6. Desventajas y limitaciones
7. Material
8. Técnica general
8.1. Preparación del ventilador: calibraciones y montaje
8.2. Colocación del paciente y posición de la tubuladura
8.3. Preparación del paciente
8.4. Programación inicial recomendada y fase de
reclutamiento
8.5. Modificación de parámetros
50
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8.5.1. Cambios en la oxigenación
8.5.2. Cambios en la ventilación
8.5.3. Porcentaje de tiempo inspiratorio
8.5.4. Flujo
8.6. Criterios y modo de retirada de la VAFO
8.6.1. Criterios clínicos
8.6.2. Criterios objetivos
8.6.3. Parámetros recomendados de cambio a la VMC
8.6.4. Extubación
9. Monitorización y controles
9.1. Monitorización hemodinámica
9.2. Monitorización respiratoria
9.2.1. Pulsioximetría
9.2.2. PaO2 y PaCO2
9.2.3. Radiografía de tórax
9.3. Vibració
9.4. Auscultación
9.5. Aspiración del paciente: sistema cerrado de aspiración
9.6. Analgesia, sedación y relajación neuromuscular
10. Estrategia en situaciones especiales
10.1. Desconexión y desrreclutamiento alveolar
10.1.1. Prevención
10.1.2. Actitud ante una desconexión
10.1.3. Maniobra de reclutamiento
10.2. Hipercapnia refractaria
10.3. Escape aéreo: neumotórax, fístula broncopleural
10.4. Patología con aumento de resistencias de la vía aérea:
bronquiolitis, displasia broncopulmonar
10.5. Terapia con óxido nítrico inhalado (iNO)
10.6. Ventilación con Heliox
11. Criterios de fracaso de la VAFO
51
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21. Capítulo 21. Ventilación mecánica neonatal
1. Introducción
1.1. Volumen versus presión
1.1.1. Modo controlado por volumen mandatorio continuo
(VC-CMV o VC-VMC) o modos controlados por
presión mandatorios continuos con esquema de control
adaptativo (PC-VMCc o PC-CMVa)
1.1.2. ¿Y es ventajoso ventilar por volumen control?
1.1.3. ¿Cuál es el volumen corriente normal en recién
nacidos?
1.2. NAVA en neonatología
2. Estrategias en el recién nacido prematuro
2.1. Síndrome de distrés respiratorio (SDR)
2.1.1. Definición
2.1.2. Fisiopatología
2.1.3. Estrategia ventilatoria
2.1.3.1. Modo
2.1.3.2. Control del VC
2.1.3.3. PEEP
2.1.3.4. Constante de tiempo-tiempo inspiratorio-
frecuencia
2.1.3.5. Presión pico (PIP)
2.1.3.6. FIO2
2.1.3.7. Destete
2.1.3.8. Otras medidas
2.2. Displasia broncopulmonar
2.3. Apneas de la prematuridad
2.4. Enfisema interticial pulmonar (EIP)
3. Estrategias de ventilación mecánica en recién nacidos con
insuficiencia respiratoria secundaria a SAM, HDC e HPPN
3.1. Síndrome de aspiración meconial (SAM)
3.1.1. Surfactante
52
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3.1.2. Ventilación de alta frecuencia
3.1.3. Óxido nítrico inhalado (iNO)
3.2. Hernia diafragmática congénita (HDC)
3.3. Hipertensión pulmonar persistente neonatal (HPPN)
4. Ventilación y desarrollo neurológico
4.1. Recién nacido pretérmino
4.1.1. Alteraciones hemodinámicas concomitantes y
repercusión de los parámetros de ventilación mecánica sobre
el sistema cardiovascular
4.1.2. Objetivos gasométricos
4.1.3. Oxígeno
4.1.4. Dióxido de carbono
4.1.5. Modo respiratorio
4.1.6. Apnea del prematuro
4.1.7. Resumen y conclusiones
4.2. Recién nacido a término con encefalopatía hipóxico-
isquémica
4.2.1. Objetivos gasométricos
4.2.2. Oxígeno : hipoxia e hiperoxia
4.2.3. Dióxido de carbono
4.2.4. Apnea
4.2.5. Secreciones
4.2.6. Resumen y conclusiones
22. Capítulo 22. Ventilación mecánica durante el transporte
1. Introducción
2. Fisiología durante el transporte
2.1. Expansión de gases
2.2. Descenso de la presión inspirada de oxígeno (PIO2)
2.3. Descenso de la humedad
3. Características de la ventilación mecánica en el transporte
4. Respiradores de transporte
53
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4.1. Características generales
4.2. Modelos de respiradores de transporte
4.3. Programación del respirador de transporte
5. Monitorización respiratoria durante el transporte
5.1. Parámetros clínicos
5.2. Saturación transcutánea de oxígeno
5.3. Capnografía
5.4. Monitorización transcutánea de CO2
5.5. Gasometría
5.6. Mecánica ventilatoria
23. Capítulo 23. Ventilación mecánica a domicilio en pediatría
1. Introducción
2. Objetivos de la ventilación mecánica domiciliaria
3. Indicaciones
3.1. Criterios clínicos y fisiológicos de insuficiencia
respiratoria
3.2. Criterios clínicos de estabilidad médica
3.3. Criterios clínicos para iniciar VM como terapia electiva
en IRC
3.4. Criterios familiares
4. Ventajas
5. Inconvenientes
7. Ética
8. Preparación del alta a domicilio
8.1. Características
8.2. Pasos
8.2.1. Establecer la indicación y aceptación de la
responsabilidad por los padres
8.2.2. Entrenamiento de los padres o cuidadores (al menos
dos personas)
8.2.3. Adquisición de material. La Tabla V recoge el
material necesario para el alta
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8.2.4. Otros aspectos antes del alta
9. Seguimiento tras el alta
9.1. Revisiones periódicas
9.2. Visitas domiciliarias
9.3. Incidencias
10. Asistencia a domicilio
11. Escolarización
12. Técnicas de VMD
12.1. Traqueostomía
12.2. Lenguaje
12.3. Contenido de la bolsa de emergencia del niño con
traqueostomía
12.4. Decanulación
12.5. Ventilación no invasiva con presión positiva
12.5.1. Interfases
12.5.2. Humidificación
12.6. Ventilación con presión negativa intermitente
12.6.1. Indicaciones
12.6.2. Dispositivos utilizados
12.7. Ventilación con marcapasos frénico
13. Programación de la ventilación
13.1. Modos
13.1.1. Características de los modos de presión
13.1.2. Características de los modos controlados por
volumen
13.1.3. Características de los modos controlados por
presión con esquema de control adaptativo
13.2. Secuencia ventilatoria o grados de asistencia
13.3. Parámetros de ventilación
13.4. Cambio de parámetros
14. Aparatos
55
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14.1. Respiradores
14.2. Los respiradores de BLPAP
14.3. Las denominadas CPAP
14.4. Pulsioxímetro
14.5. Aspirador de secreciones
14.6. Humidificador
14.6.1. Intercambiador de calor y humedad o nariz artificial
14.6.2. El humidificador de placa calentadora (humidificador
térmico)
14.7. Dispositivo de fisioterapia respiratoria
15. Oxigenoterapia a domicilio
15.1. Indicaciones
15.2. Fuentes de oxígeno a domicilio
15.2.1. Oxígeno comprimido
15.2.2. Oxígeno líquido
15.2.3. Concentrador de oxígeno
16. Problemas asociados
16.1. Nutrición
16.2. Desarrollo psicomotor
24. Capítulo 24. Ventilación mecánica en el estatus asmático
1. Concepto
2. Fisiopatología del estatus asmático
2.1. Alteración de la ventilación-perfusión
2.2. Aumento del espacio muerto
2.3. Incremento de la resistencia
2.4. Incremento del trabajo respiratorio
2.5. Alteraciones hemodinámicas
3. Clínica y monitorización
3.1. Clínica
3.2. Monitorización
4. Tratamiento farmacológico del estatus asmático
56
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5. Ventilación mecánica en el estatus asmático refractario
5.1. Ventilación no invasiva (VNI)
5.1.1. Programación
5.1.2. Interfases
5.1.3. Posibles riesgos y efectos secundarios de la VNI en el
asma
5.2. Indicaciones de ventilación mecánica convencional
5.2.1. Absolutas
5.2.2. Relativas
5.3. Intubación
5.4. Principios de ventilación mecánica en el estatus asmático
5.5. Parámetros iniciales
5.6. Ajustes posteriores del respirador
6. Monitorización de la hiperinsuflación dinámica
6.1. Prueba de apnea
6.2. Pico de presión inspiratoria (PIP)
6.3. Auto-PEEP
6.3.1. Curvas de flujo-tiempo y flujo-volumen
6.3.2. Volumen pulmonar al final de la inspiración (VEI)
6.3.3. Presión meseta (Pplat)
7. Sedoanalgesia y relajación muscular
7.1. Sedación
7.2. Relajación muscular
8. Otros tratamientos
8.1. Broncodilatadores
8.2. Bicarbonato
8.3. Sulfato de Magnesio
8.4. Otros tratamientos
9. Complicaciones y mortalidad del estatus asmático
sometido a ventilación mecánica
10. Retirada de la asistencia respiratoria
57
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25. Capítulo 25. Ventilación mecánica en la bronquiolitis
1. Introducción
2. Epidemiología
3. Fisiopatología
4. Pronóstico
5. Tratamiento
5.1. Tratamiento de soporte
5.2. Soporte respiratorio
5.2.1. Oxigenoterapia de alto flujo (OAF)
5.2.2. CPAP
5.2.3. Ventilación no invasiva con dos niveles de presión
(BLPAP)
5.2.4. Ventilación mecánica convencional
5.2.4.1. Patrón obstructivo
5.2.4.2. Patrón restrictivo
5.2.5. Ventilación de alta frecuencia (VAF)
5.2.6. Oxigenación con membrana extracorpórea (ECMO)
5.2.7. Heliox
5.2.8. iNO
26. Capítulo 26. Ventilación mecánica en el síndrome de dificultad
respiratoria aguda (SDRA)
1. Introducción
2. Epidemiología
3. Definición
4. Fisiopatología
5. Tratamiento
5.1. Ventilación mecánica no invasiva
5.2. Ventilación mecánica convencional optimizada con
estrategia de protección pulmonar (“pulmón abierto”)
5.2.1. Evaluación de la gravedad y de la efectividad del
tratamiento
5.2.2. Elección del modo ventilatorio: Volumen Control vs
58
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Presión Control
5.2.3. Ventilación controlada vs ventilación espontánea
5.2.4. Limitación del volumen corriente
5.2.5. Elección del nivel óptimo de PEEP
5.3. Ventilación de alta frecuencia (VAF)
5.4. Maniobras de reclutamiento (MR)
5.5. Ventilación en decúbito prono
5.6. Óxido nítrico inhalado (iNO)
5.7. Tratamientos complementarios y otras
recomendaciones
5.7.1. Cuidados de la vía aérea y fisioterapia
5.7.2. Sedación y relajación
5.7.3. Nutrición
5.7.4. Transfusiones
5.7.5. Corticoterapia
5.7.6. Surfactante exógeno
5.7.7. Balance hídrico negativo
5.7.8. Oxigenación con membrana extracorpórea (ECMO)
5.7.9. Seguimiento evolutivo a largo plazo
27. Capítulo 27. Ventilación mecánica en cardiopatías congénitas e
hipertensión pulmonar
1. Interacción cardiopulmonar
1.1. Fisiopatología de la unidad cardio-pulmonar
1.1.1. Presión ventricular transmural y presión intratorácica
1.1.2. Interdepencia ventricular y presión intratorácica
1.1.3.Vasculatura pulmonar y presión intratorácica
1.2. Efectos hemodinámicos de la ventilación mecánica
debidos al cambio de presión intratorácica
1.2.1.Retorno venoso sistémico
1.2.2. Función ventrículo derecho
1.2.3. Función del ventrículo izquierdo
59
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1.2.4. Presión intrabdominal
1.2.5. Perfusión regional
1.3. Efectos hemodinámicos del intercambio gaseoso
1.4. Efectos neuro-endocrinos de la VM
1.5. Efectos sobre la monitorización hemodinámica
1.5.1. Gasto cardiaco (GC)
1.5.2. Monitorización de presiones de llenado
1.5.3. Presión arterial sistémica
1.5.4. Monitorización de la volemia
1.6. Efectos hemodinámicos en situaciones clínicas especiales
1.6.1. Atrapamiento aéreo
1.6.2. Reclutamiento alveolar en SDRA
1.6.3. Interaccion cardiopulmonar y modos ventilatorios
1.6.4. Destete de ventilación mecánica (weaning)
1.6.5. Apnea obstructiva del sueño
2. Cardiopatías y aparato respiratorio
2.1. Programación de ventilación mecánica en cardiopatías.
Modulación hemodinámica
2.1.1. Ventilación mecánica y disfunción ventricular sistólica
(fallo cardiaco agudo-edema pulmonar)
2.1.2. Ventilación mecánica y disfunción ventricular
diastólica
2.1.3. Ventilación mecánica y Flujo pulmonar
2.1.4. Ventilación mecánica y modulación del Qp:Qs
2.1.5. Conexiones cavo-pulmonares (Glenn bidireccional -
Fontan)
2.1.6. Situaciones específicas
2.2. Ventilación mecánica en hipertensión pulmonar
2.2.1. Función respiratoria y resistencias vasculares
pulmonares
2.2.2. Estrategia de ventilación mecánica en la hipertensión
pulmonar
60
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2.3. Volemia
3. Monitorización del paciente cardiópata en VM
4. Adaptación al respirador en cardiopatías
5. Estrategia de protección pulmonar en cardiopatías
6. Destete y extubación
28. Capítulo 28. Ventilación mecánica en las exacerbaciones de la
patología pulmonar obstructiva crónica
1. Introducción
2. Fisiopatología
2.1. Físicomecánicos
2.2. Funcionales
2.3. Alteraciones en el control ventilatorio
3. Esquema práctico de manejo durante exacerbaciones
respiratorias
3.1. Mantenimiento e intensificación del tratamiento de base
3.2. Tratamiento conservador
4. Ventilación no invasiva (VNI)
4.1. Indicaciones
4.2. Interfase y programación
4.3. Monitorización durante la ventilación mecánica no
invasiva
5. Ventilación mecánica invasiva convencional
5.1. Indicaciones
5.2. Preparación del equipo y del paciente. Intubación
5.3. Consideraciones sobre la programación
5.3.1. Identificación y estimación del atrapamiento tiempo-
dependiente
5.3.2. Identificación y estimación del atrapamiento PEEP-
dependiente
5.3.3. Bloqueo inspiratorio y titulación de la PEEP
programada
5.4. Monitorización durante la ventilación mecánica invasiva
61
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5.4.1. Oxigenación
5.4.2. Ventilación
5.4.3. Monitorización hemodinámica
5.5. Retirada de la ventilación mecánica
6. Otras estrategias ventilatorias
6.1. Ventilación de alta frecuencia
6.2. Lavado extracorpóreo de CO2 (Extra Corporeal CO2
Removal ECCO2R)
6.3. Uso de mezclas de helio-oxígeno (Heliox)
29. Capítulo 29. Neumotórax y ventilación mecánica
1. Concepto
2. Etiopatogenia
3. Factores de riesgo
4. Manifestaciones clínicas y diagnóstico
4.1. Enfisema intersticial
4.2. Quistes de aire intraparenquimatosos
4.3. Neumomediastino
4.4. Neumopericardio
4.5. Enfisema subcutáneo
4.6. Neumoperitoneo
4.7. Embolismo de aire sistémico
4.8. Neumotórax
4.9. Fístula broncopleural (FBP)
5. Prevención
6. Tratamiento
6.1. Embolismo aéreo sistémico
6.2. Neumomediastino, neumoperitoneo y enfisema
subcutáneo
6.3. Neumopericardio
6.4. Neumotórax a tensión
6.5. Neumotórax simple
62
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6.6. Fístula broncopleural
7. Fuga aérea y ventilación de alta frecuencia (VAF)
8. Fuga aérea y ventilación no invasiva (VNI)
9. Toracocentesis y colocación del drenaje pleural
9.1. Material
9.2. Técnica de toracocentesis
9.3. Técnica de toracostomía o colocación de tubo de
drenaje pleural
9.3.1. Técnica de Seldinger
9.3.2. Punción con trocar
9.3.3. Catéter a través de aguja
9.4. Cuidado de los tubos torácicos. Sistemas de drenaje
9.5. Retirada del tubo de drenaje torácico
9.6. Complicaciones
30. Capítulo 30. Tratamientos complementarios: óxido nítrico,
posición en prono, surfactante. Fibrobroncoscopia
1. Óxido nítrico
1.1. Introducción
1.2. Efectos del iNO
1.3. Aplicaciones clínicas del iNO
1.3.1. Cardiopatías congénitas
1.3.2. Fallo respiratorio agudo, síndrome de distrés
respiratorio agudo (SDRA)
1.3.3. Hipertensión pulmonar persistente del recién nacido
(HPPN)
1.3.4. Enfermedad pulmonar hipoxémica neonatal
1.3.5. Otras patologías pulmonares
1.4. Material y métodos de administración, medición y
controles
1.4.1. Material
1.4.2. Métodos de administración
1.4.2.1. De forma continua en el asa inspiratoria
63
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1.4.2.2. Con VAFO
1.4.2.3. Con ventilación no invasiva
1.4.2.4. Con ventilación espontánea
1.4.3. Medición
1.4.4. Administración, dosificación y retirada
1.4.5. Efectos secundarios
1.4.6. Contraindicaciones
2. Posición en prono
2.1. Técnica
2.2. Ventajas y efectos beneficiosos reportados
2.3. Desventajas
2.4. Contraindicaciones
3. Surfactante
3.1. Indicaciones
3.1.1. Profiláctico
3.1.2. De rescate o terapéutico
3.2. Contraindicaciones relativas
3.3. Técnica de administración
3.4. Complicaciones
4. Fibrobroncoscopia
4.1. Indicaciones
4.2. Sedación
4.3. Complicaciones
31. Capítulo 31. Cuidados de enfermería en niños con ventilación
mecánica
1. Medidas generales
1.1. Monitorización
1.2. Sistema de aspiración
1.3. Material de reanimación
1.4. Acceso venoso
1.5. Medicación para intubación
64
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1.6. Medidas posturales
1.7. Medidas de higiene
1.8. Control del aparataje
1.9. Medidas de protección de la piel
1.9.1. Apósitos hidrocoloides de efecto suave o similares
1.9.2. Aceite de ácidos grasos hiperoxigenados
1.9.3. Cremas barrera
1.10. Material
2. Intubación oronasotraqueal
2.1. Material
2.2. Procedimiento
3. Cuidados específicos del paciente sometido a ventilación
mecánica invasiva
3.1. Fijación del TET orotraqueal
3.1.1. Material
3.1.2. Procedimiento
3.2. Cuidados y cambio de las fijaciones del TET
orotraqueal
3.2.1. Material
3.2.2. Procedimiento
3.3. Fijación del TET nasotraqueal
3.3.1. Material
3.3.2. Procedimiento
3.4. Cuidados y cambios de la fijación del TET nasotraqueal
3.4.1. Material
3.4.2. Procedimiento
3.5. Situaciones particulares del manejo de pacientes con
TET con balón de neumotaponamiento
3.6. Aspiración por TET
3.6.1. Material
3.6.2. Procedimiento
65
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4. Extubación programada
4.1. Material
4.2. Procedimiento
5.1. Preparación del equipo
5.2. Preparación del paciente
5.2.1. Acondicionamiento del paciente
5.2.2. Acomodación del paciente
5.3. Educación
5.4. Integración e implicación del paciente con las medidas
terapéuticas
5.5. Evaluación clínica previa
5.6. Aplicación de la técnica
6. Cuidados de enfermería a pacientes con interfase Helmet
6.1. Aplicación de la técnica
6.2. Cuidados de enfermería
32. Capítulo 32. Ecografía pulmonar
1. Principios básicos de la ecografía pulmonar
2. Equipamiento y técnicas de exploración
3. Hallazgos ecográficos normales
3.1. Signo del murciélago (bat sign)
3.2. Semiología del movimiento pulmonar: deslizamiento
pulmonar, signo de la orilla de mar y pulso pulmón
3.3. Artefactos pulmonares lineales: líneas A, B y otras
líneas
3.4. Patrones ecográficos pulmonares
3.4.1. Signo del cuadrado (quad sign)
3.4.2. Signo del sinusoide (sinusoid sign)
3.4.3. Signo de la consolidación (tissue-like sign)
3.4.4. Signo del desflecamiento (signo shred)
3.4.5. Signo de la estratosfera o del código de barras
(stratosphere sign)
3.4.6. Punto pulmón (lung point)
66
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4. Ecografía pulmonar en UCIP
4.1. Neumotórax
4.1.1. Técnica
4.1.2. Signos ecográficos
4.1.3. Algoritmo diagnóstico
4.2. Derrame pleural
4.2.1. Técnica
4.2.2. Toracocentesis
4.3. Consolidación
4.4. Síndrome alveolo-intersticial
5. Patología pulmonar en el neonato
5.1. Taquipnea transitoria del recién nacido
5.2. Síndrome de distrés respiratorio del recién nacido
6. Ecografía pulmonar y reclutamiento alveolar
7. Vía aérea central y ecografía
7.1. Control de la intubación endotraqueal
7.2. Predicción del estridor postextubación
7.3. Deteccion de la parálisis de las cuerdas vocales
8. Motilidad diagragmática
33. Capítulo 33. Resumen y algoritmos
Fisiología
Vía aérea
Gases medicinales: oxígeno y Heliox
Respiradores pediátricos
Principios de ventilación mecánica
Modos y programación de la ventilación mecánica
Programación del respirador
Presión soporte (PS)
Pulsioximetría capnografía
Monitorización de la ventilación mecánica: gasometría y
equilibrio ácido base
67
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Monitorización curvas
Monitorización de la complianza, resistencia, atrapamiento
Asincronías (
Extubación (
Ventilación no invasiva
VAFO
Ventilación neonatal
Ventilación de transporte
Ventilación mecánica domiciliaria
Ventilación en patrón obstructivo
Ventilación en patrón restrictivo
Ventilación mecánica en cardiopatías congénitas e
hipertensión pulmonar (HTP)
Ventilación mecánica en la fístula broncopleural
Cuidados de enfermería en ventilación mecánica
68
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Capítulo 1
Fisiología de la respiración.
Física de la ventilación
mecánica
Vicent Modesto Alapont (1)
Silvia Vidal Micó (1)
Ana Vivanco Allende (2)
Alberto Medina Villanueva (2)
Marta Betes Mendicute (3)
1 UCIP. Hospital Universitario y Politécnico “La Fe”. Valencia.
España
2 UCIP. Hospital Universitario Central. Asturias. España
3 Departamento de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital
Universitario Gregorio Marañón. Madrid. España
1. Fisiología de la respiración
L a ventilación mecánica es una estrategia terapéutica,
ampliamente utilizada en la práctica clínica habitual, que
consiste en reemplazar o asistir en diferente grado a la
ventilación pulmonar espontánea, cuando ésta resulta
insuficiente. Únicamente comprendiendo la fisiología de la
mecánica respiratoria, se podrá aplicar esta técnica
correctamente con el fin de sustituir la función respiratoria
espontánea adecuadamente. L a ventilación espontánea consta
de dos fases: inspiración y espiración. Durante la
inspiración, para introducir aire en los pulmones, la
musculatura respiratoria debe crear una presión negativa
suficiente como para vencer dos fuerzas: una estática (el
incremento en la presión de retracción del pulmón cuando
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éste aumenta de volumen) y otra dinámica (la fricción
asociada con el flujo que atraviesa la vía aérea). Durante la
espiración, se produce la salida del aire, que es un proceso
pasivo.
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manteniendo la glotis abierta o bien cerrando la glotis
(evitando que el pulmón pierda volumen), pero relajando
toda la musculatura respiratoria. Así seremos capaces de
descubrir cómo responden a los cambios de presión tanto el
pulmón como la caja torácica.
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Figura 1. Presiones y volúmenes que actúan sobre el pulmón y la caja
torácica. Patm: presión atmosférica; Palv: presión alveolar; Ppl:
presión pleural; CPT: capacidad pulmonar total; CRF: capacidad
residual funcional; VR: volumen residual.
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histéresis, y se debe, entre otras cosas, a la presencia de
surfactante y a la tracción ejercida sobre cada alveolo por sus
alveolos vecinos. El parénquima pulmonar patológico se
caracteriza por la pérdida, casi completa, de la histéresis. Por
esta razón, y a fin de simplificar las cosas, se procederá a
estudiar sólo el comportamiento del “asa inspiratoria”: el
llenado pulmonar.
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Figura 3. Histéresis pulmonar. SDRA: síndrome de distrés
respiratorio agudo.
Para hacer estos conceptos más comprensibles, se pueden
llevar a cabo varios experimentos. El primero de ellos
consiste en situarse de pie frente a un espejo y exhalar aire
hasta que en el pulmón sólo quede el volumen residual
(VR): el aire que rellena las vías aéreas y el parénquima. En
ese momento se realiza una apnea prolongada, manteniendo
la glotis abierta. En esta situación, ¿cuál será la P alv? Al
estar la glotis abierta y ser la apnea mantenida durante un
tiempo, la presión del interior de los alveolos se igualará a
la presión atmosférica. Por ello la respuesta correcta es que,
en esta situación, P alv = 0 cmH 2O. Si en ese momento
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alguien pudiera medir la presión intrapleural que podría
hacerse en un laboratorio de fisiología mediante una aguja de
toracocentesis o una sonda nasogástrica colocada en el tercio
distal del esófago, la zona mediastínica de este órgano), se
podría comprobar que la P pl es de -3 cmH 2O. En resumen
al volumen pulmonar que corresponde con el VR, le
corresponde una P alv = 0 cmH 2O, y la P pl = -3 cmH 2O y
por tanto una P TP = 0 – (-3) = +3 cmH 2O.
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en este caso, como es necesario llevarlo a CRF, se deberá
obtener una P TP = +5 = P alv – Plp = P alv – 0. L uego se ha
de aplicar una P alv = +5 cmH 2O para que su volumen
alcance la CRF. Esta situación ilustra claramente por qué se
debe usar una P alv positiva (llamada PEEP) en ventilación
mecánica cuando el paciente está sedado (el paciente por sí
mismo es incapaz de crear presión negativa intrapleural) y se
desea que al final de su ciclo respiratorio el pulmón tenga
un volumen correspondiente a la CRF.
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De todo lo anteriormente expuesto se puede deducir
fácilmente una propiedad capital de la estática respiratoria:
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Figura 4A. Curva de presión-volumen del pulmón en volumen
residual. Palv: presión alveolar; Ppl: presión pleural; CPT: capacidad
pulmonar total; CRF: capacidad residual funcional; VR: volumen
residual; Patm: presión atmosférica.
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Figura 4B. Curva de presión-volumen del pulmón en capacidad
residual funcional. Palv: presión alveolar; Ppl: presión pleural; CPT:
capacidad pulmonar total;
CRF: capacidad residual funcional; VR: volumen residual; Patm:
presión atmosférica.
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Figura 4C. Curva de presión-volumen del pulmón en capacidad
pulmonar total.
Palv: presión alveolar; Ppl: presión pleural; CPT: capacidad
pulmonar total;
CRF: capacidad residual funcional; VR: volumen residual; Patm:
presión atmosférica.
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C: complianza; V: volumen; P: presión
Como puede apreciarse en la figura 5, la complianza
pulmonar va disminuyendo a medida que aumentan los
volúmenes, obteniéndose la complianza máxima entorno a la
CRF.
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Figura 5. Curva estática de presión-volumen. CPT: capacidad
pulmonar total;
CRF: capacidad residual funcional; VR: volumen residual.
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Figura 6A. Curva de presión-volumen de la caja torácia en volumen
resiudal.
Palv: presión alveolar; Ppl: presión pleural; CPT: capacidad
pulmonar total;
CRF: capacidad residual funcional; VR: volumen residual; Patm:
presión atmosférica.
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Figura 6B. Curva de presión-volumen de la caja torácica en
capacidad residual funcional. Palv: presión alveolar; Ppl: presión
pleural; CPT: capacidad pulmonar total; CRF: capacidad residual
funcional; VR: volumen residual; Patm: presión atmosférica.
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Figura 6C. Curva de presión-volumen de la caja torácica en
capacidad pulmonar total. Palv: presión alveolar; Ppl: presión
pleural; CPT: capacidad pulmonar total; CRF: capacidad residual
funcional; VR: volumen residual; Patm: presión atmosférica.
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Figura 7. Curvas de presión-volumen del pulmón y la caja torácica.
Figura A: la caja torácica tiene tendencia a la expansión hasta el 75%
de la capacidad pulmonar total. Figura B: la caja torácica tiene
tendencia a la retracción por encima del 75% de la capacidad
pulmonar total. CPT: capacidad pulmonar total; CRF: capacidad
residual funcional; VR: volumen residual.
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Figura 8. Curvas de presión-volumen del pulmón, la caja torácica y
del sistema respiratorio. CPT: capacidad pulmonar total; CRF:
capacidad residual funcional; VR: volumen residual.
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absoluto (sin contracción muscular). Por eso a este valor de
volumen se le llama Volumen de reposo del sistema
respiratorio. En el adulto sano, el volumen de reposo (un
concepto anatomo-fisiológico estático) coincide con la CRF
(un concepto clínico-fisiológico dinámico, o de “laboratorio
de pruebas de función pulmonar”: el aire que queda en un
pulmón sano al final de una espiración normal). Por eso, en
la ventilación espontánea, la espiración es pasiva.
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Figura 9. Curvas de presión-volumen en el sistema respiratorio del
adulto y del lactante. CPT: capacidad pulmonar total; CRF:
capacidad residual funcional.
M ultitud de trabajos han demostrado que los neonatos y
lactantes, para evitar este fenómeno, realizan una espiración
que no es pasiva. Por ejemplo, su contración diafragmática
se inicia en una fase teleespiratoria previa a que se alcance su
volumen de reposo (relación I:E muy alta e incluso
invertida) y presentan un movimiento de aproximación de las
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cuerdas vocales durante la espiración (resistencia del sistema
mayor en espiración que en inspiración). Con todo ello, los
lactantes sanos tienden a producir un mecanismo de
“hiperinsuflación dinámica” (ver capítulo de asma) para
incrementar su volumen teleespiratorio. Por ello, en
neonatos-lactantes el volumen de reposo no coincide con la
CRF: el volumen al que realizan la respiración espontánea es
mucho más alto que el volumen al que les llevaría la fuerza
de retracción de su caja. Este fenómeno fisiológico suele
acabar a los 2 años de vida, en los que la caja, totalmente
osificada ya es capaz de mantener alto el volumen pulmonar
durante la apnea, y volumen de reposo y CRF coinciden.
Ésto explica la base del tratamiento del síndrome apneico-
bradicárdico es la presión de distensión continua de la vía
aérea (CPAP) no invasiva: aunque el neonato tenga
episodios de apnea, y su carbónico se sitúe en el límite alto
de la normalidad, su pulmón no perderá volumen y no se
producirá shunt ni hipoxia.
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A diferencia de las propiedades “estáticas”, las propiedades
“dinámicas” de la mecánica respiratoria se estudian en
condiciones en las que existe flujo aéreo: cuando se está
produciendo movimiento del aire. Para estudiar con más
detalle el comportamiento dinámico del sistema respiratorio
se pueden utilizar unos diagramas en los que la bola
representará la posición respecto al tiempo en cada una de
las fases del ciclo respiratorio.
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Figura 10. Fase de apnea previa a la inspiración. PTP: presión
transpulmonar; PTC: presión transcaja; Palv: presión alveolar; Ppl:
presión pleural.
L a inspiración se inicia, inmediatamente antes de que
comience a entrar el aire, con la contracción de los músculos
inspiratorios (Fig. 11). Ello disminuye la presión del
espacio pleural (P pl), haciéndola más negativa. Durante ese
instante inicial no hay aún entrada de aire: el pulmón no ha
cambiado de volumen, y eso sólo puede significar (ver antes)
que inicialmente la P TP se ha mantenido constante. L a
única forma de que ésto se produzca es que, inmediatamente
antes de que comience a entrar el aire, la caída de la P pl
provoque una caída de la P alv de la misma magnitud. Es esa
caída de la P alv a niveles inferiores a la P atm la que genera el
gradiente para que se produzca la entrada de aire.
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Figura 11. Fase inicial de la inspiración: contracción diafragmática.
PTP: presión transpulmonar; PTC: presión transcaja; Palv: presión
alveolar; Ppl: presión pleural.
L a caída de la P alv genera un flujo de entrada (Fig. 12A) que
produce que los pulmones vayan llenándose de aire y
ganando volumen. El cambio en el volumen pulmonar
incrementa paulatinamente la P TP: la contracción de la
musculatura hace caer aún más la P pl, pero la entrada de aire
a los alveolos no deja caer mucho la P alv. Esta situación se
mantiene durante toda la inspiración hasta que, en la fase
final (Fig. 12B ), la contracción muscular es máxima y el
volumen pulmonar y la P TP alcanzan su valor máximo, pero
la P alv y la P atm se igualan y cesa el flujo de aire. En ese
momento se produce la pausa inspiratoria.
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Figura 12. Fase final de la inspiración: A) La caída de la Palv inicia la
entrada de aire. El pulmón gana volumen y ello hace que la PTP se
incremente hasta B) Momento de la contracción muscular máxima.
La PTP máxima coincide con el momento de máximo volumen
pulmonar, pero la Palv se iguala a la Patm y el aire ya no entra más.
PTP: presión transpulmonar; Palv: presión alveolar; Patm: presión
atmosférica. PTC: presión transcaja.
Tras la pausa inspiratoria se produce bruscamente el cese
total de la contracción de la musculatura respiratoria (Fig.
13). El pulmón mantiene su volumen máximo, y ello
significa que la P TP es idéntica a la que había durante la
pausa inspiratoria (no hay aún pérdida de volumen), pero el
cese de la contracción muscular convierte la P pl en cero.
Toda la P TP se debe ahora a la P alv, que alcanza valores
máximos debido a la tendencia a la retracción pasiva del
tejido pulmonar. El incremento de la P alv por encima de la
atmosférica origina el flujo de salida del aire (Fig. 14).
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Figura 13. Cese brusco de la contracción muscular. No hay pérdida
de volumen, se mantiene idéntica PTP, pero la Palv se hace máxima.
PTP: presión transpulmonar; Ppl: presión pleural.
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Figura 14. Salida del aire durante la espiración pasiva. PTP: presión
transpulmonar; PTC: presión transcaja; Palv: presión alveolar; Ppl:
presión pleural.
Una vez ha salido todo el aire (Fig. 15) cesa el flujo: la
presión alveolar y la atmosférica se igualan (P alv = P atm = 0
cmH 2O), y la P pl vuelve a su valor de reposo (P pl = -5
cmH 2O). L a P TP se hace igual a 5 cmH 2O, y el pulmón se
mantiene en un volumen igual a la CRF.
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Figura 15. Apnea preinspiratoria. PTP: presión transpulmonar; PTC:
presión transcaja; Palv: presión alveolar; Ppl: presión pleural.
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del aire cesará. Entendido al revés, este principio suele tener
mucha mayor aplicación práctica en la ventilación mecánica:
si el aire se está moviendo (o sigue moviéndose) es siempre
porque existe un gradiente de presión.
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ΔP: gradiente de presión.
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Así que, de este modo, para que funcione la presión de
soporte, se necesitará: una manera de saber que la
inspiración comienza (trigger inspiratorio), un valor de
presión a la que presurizar la vía aérea sólo durante la
inspiración, y una manera de saber que la inspiración ha
terminado (trigger espiratorio o sensibilidad espiratoria
[Esens]).
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Figura 16. Presión de soporte. Figura A) Fracaso respiratorio por
insuficiente contracción muscular que genere una Ppl inferior a – 7
cmH2O. Figura B) Efecto de la presión de soporte durante la
inspiración. PTP: presión transpulmonar; PS: presión de soporte;
PTC: presión transcaja.
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rozamiento del pistón simula la resistencia del sistema.
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Figura 17. Fundamento físico del cuerpo de Maxwell. R: resistencia;
C: complianza; L: longitud; T: constante de tiempo; E: elastancia.
En la figura 18 se muestra el trazado de una curva
presión/tiempo que aparecerá en la pantalla de un respirador
mecánico que trabaje a flujo constante (“volumétrico”, VC-
CM V). Como se ve claramente, la fuerza que va a mover
todo el proceso de llenado pulmonar (el gradiente de presión
generado) precisa alcanzar un valor máximo que puede
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dividirse en dos componentes: la presión necesaria para
vencer la resistencia al flujo (Presión dinámica = Flujo ×
Resistencia) y, una vez el flujo se haga cero, la presión
necesaria para mantener el pulmón distendido (Presión
estática = Volumen/Complianza). M atemáticamente, los
físicos consideran que en cada instante temporal del proceso,
la presión del sistema es la suma algebraica de estos dos
gradientes. Por ello, conforme el tiempo inspiratorio va
transcurriendo, el valor que va tomando la presión en cada
uno de los instantes temporales infinitesimales pueden
aproximarse mediante lo que se llama la ecuación de
movimiento del sistema respiratorio (Fig. 18):
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Figura 18. Ecuación de movimiento. P: presión; V: volumen; R:
resistencia;
C: complianza; t: tiempo.
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C: compliance; R: resistencia
Ésta es la ecuación que rige el desarrollo temporal de todo
el proceso desde el punto de vista físico, y se puede observar
que depende de dos constantes que simbolizan las dos
características físicas del sistema: complianza y resistencia.
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se mueve a la baja. Sin embargo, R sólo se mueve al alza: si
se produce patología de la vía aérea, R aumentará, y cuando
el enfermo sane, R disminuirá hasta su valor mínimo en el
sistema (el determinado por el tamaño del TET). Por ello,
si al conectar a un paciente al ventilador, se mide su C y ésta
está en valores normales (1 – 2 ml/kg/cmH 2O) y τ = C × R
está más elevada que su valor normal, se puede
inmediatamente concluir que el problema se debe a un
aumento de R. Si, por el contrario, el niño tiene un TET
adecuado (y no tiene nada que lo obstruya) y τ = C × R es
menor que su valor normal, el problema estará en un
deterioro de la C. Por tanto se podría plantear si el niño ha
desarrollado una patología que haya producido un
desrreclutamiento (neumonía, atelectasia, síndrome de
distrés respiratorio agudo [SDRA]).
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Figura 19A. Curva volumen-tiempo (constante de tiempo) en
inspiración. τ : constante de tiempo.
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Figura 19B. Curva volumen-tiempo (constante de tiempo) en
espiración. τ : constante de tiempo.
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L as vías de conducción, intra y extratorácicas, son aquellas
que acondicionan (filtrado, acondicionamiento y
humidificación) el aire inspirado, sin intervenir en el
intercambio gaseoso; es importante, por tanto, que en
pacientes intubados se utilicen sistemas de humidificación
artificiales (cascada, narices) (ver cap. 18).
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diafragma como trigger del inicio de la inspiración (ver caps.
6, 7, 9, 10, 17, 19 y 21).
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El flujo sanguíneo pulmonar está determinado por la
gravedad (es mayor en la base que en el ápex), la presión
intravascular, y las presiones extravasculares y el volumen
pulmonar, así como la hipoxia (una presión alveolar de
oxígeno baja produce una vasoconstricción pulmonar
selectiva con objeto de desviar el flujo sanguíneo hacia zonas
mejor ventiladas).
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que el flujo inspiratorio resulta decelerante PC-CM V o
PCV, PC-CM Va o PCV con volumen objetivo) son
generadores físicos de baja presión. Por el contrario, los
generadores de alta presión trabajan internamente con
magnitudes de presión mucho mayores de las que pueden
alcanzarse en la vía aérea de los pacientes (p. ej., Presión
trabajo = 80 – 100 cmH 2O >> Presión pico). L a modalidad
respiratoria VC-CM V, que trabaja con un flujo inspiratorio
constante, es un generador físico de alta presión.
114
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Al conectar a un paciente a un generador de alta presión se
establece también un gradiente de presión, generándose un
flujo de gas que inicia la insuflación. Pero como las
presiones internas que existen en el respirador son muy altas
(80 – 5.000 cmH 2O) y el alveolo sólo va a llenarse hasta
alcanzar presiones bajas (aproximadamente 15 – 25
cmH 2O), en el tiempo que dura la inspiración la caída del
gradiente de presión PG – P alv es mínima. Por ello puede
asumirse que el flujo inspiratorio no disminuye tampoco: el
aire se insufla con flujo constante y la entrega de volumen en
un generador de altas presiones es lineal: V = Flujo × t.
Evidentemente, si se permitiese al generador de alta presión
actuar durante tiempos extremadamente largos, el volumen
teórico entregado sería desproporcionalmente elevado (100 a
200 litros) y, en ese caso, el flujo también descendería
exponencialmente y llegaría a anularse cuando PG = P alv. Sin
embargo, este proceso de llenado quedaría truncado en el
momento que se haya entregado el Vc deseado y nunca se
llegarían a alcanzar esos volúmenes y por tanto, el flujo se
mantiene constante.
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Figura 20. Diferencias entre generadores. Izquierda: generador de
baja presión (40 cmH2O). Derecha: generador de alta presión (2000
cmH2O). Ambos generadores en: A) situación normal, B) situación
de baja complianza (constante de tiempo pequeña), C) situación de
alta resistencia (constante de tiempo grande). PG: Presión de
trabajo del generador; Paw: presión en la vía aérea y tubuladuras;
Palv: presión alveolar; PG – Palv: gradiente de presión que hace fluir
el aire; V: volumen de aire entregado.
En la figura 21 se muestra cómo ambos tipos de
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generadores trabajan de forma muy diferente. L a gráfica del
generador A representa un generador de alta presión
conectado a un paciente con una cierta complianza y
resistencia: con un valor dado de constante de tiempo (τ ).
VA es el volumen que este generador es capaz de entregar:
como su presión de trabajo interna es muy alta (por ejemplo,
80 cmH 2O), mientras exista gradiente de presión entre los
alveolos y el interior del aparato, existirá flujo de aire. Por
ello, estos generadores son capaces de entregar una gran
cantidad de volumen de aire (teóricamente hasta que la
presión alveolar llegara a 80 cmH 2O). Como se puede ver,
la entrega del volumen sigue un perfil exponencial: en un
tiempo igual a una τ se entrega un 63% del volumen a
entregar (VA), y en 3 τ se entrega prácticamente todo el VA.
Pero se aprecia claramente que en la primera parte de la
gráfica (aproximadamente hasta la primera τ) la entrega de
volumen es lineal.
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Figura 21. Comparación en la forma de entrega del gas en los
generadores de alta y baja presión. Generador A (alta presión) y
generador B (baja presión). VA: volumen generador A; VB: volumen
generador B; τ : constante de tiempo.
L a gráfica del generador B representa un generador de baja
presión conectado al mismo paciente en las mismas
condiciones de complianza y resistencia (un sistema con el
mismo valor de τ ). VB es el volumen que este generador es
capaz de entregar. Como su presión de trabajo es sólo de,
por ejemplo, 25 cmH 2O (la que se ha decidido programar),
este generador entregará aire sólo hasta que la presión
alveolar sea de 25 cmH 2O, y por ello a esa presión de
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trabajo sólo es capaz de entregar un volumen VB que es
muchísimo menor que VA. De nuevo la entrega del
volumen sigue un perfil exponencial: en un tiempo igual a
una τ se entrega un 63% del volumen pautado, en este caso
VB , y en 3 τ se entrega prácticamente todo el VB .
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De aquí se extrae que la única modalidad efectiva para
garantizar un volumen es ventilación controlada por volumen
(VC) con flujo constante. En los otros modos, no se puede
asegurar si no se puede conseguir un tiempo inspiratorio
suficiente.
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generadores
Al ser la espiracion un fenómeno pasivo, la forma de salida
del aire tendrá lugar al establecerse un gradiente de presiones
entre la presión alveolar en fase inspiratoria y la presión
atmosférica.
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Figura 23. Proceso de espiración.
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Figura 24. Duración completa del ciclo respiratorio en un generador
de baja presión. V: volumen; PIP: presión pico; C: complianza; R:
resistencia; t: tiempo; T: constante de tiempo.
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presión pico, sea superior a la presión alveolar habrá flujo de
entrada de aire. Sólo se podrá asegurar que todo el Vc que se
quiere entregar se ha entregado cuando se objetive que el
flujo se ha hecho 0 L /s al final de la inspiración:
únicamente en ese momento no existirá gradiente de presión
entre el generador y el alveolo. Como se objetiva en la figura
24, ello sólo será posible cuando hayan transcurrido 1,5
segundos: más de 5 constantes de tiempo.
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Figura 25. Proceso de inspiración: generador de baja presión. PC-
CMV (presión control) o PC-CMVa (presión control con volumen
objetivo).
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Figura 26. Inspiración: generador de baja presión. PIP: presión pico;
Palv: presión alveolar; C: complianza; Vc: volumen corriente.
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Figura 27. Curva de flujo-tiempo demostrando el efecto de la
prolongación del tiempo inspiratorio sobre la entrega del volumen
corriente.
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paciente normal. Pero en el asmático el fenómeno sería el
mismo: en una τ a sólo se entregaría el 63% del aire que el
generador es capaz de entregar, y sólo saldría el 63% del Vc.
Para completar todo el proceso de entrada y salida del aire se
necesitarían 3 τ en el paciente normal y 3 τ a en el asmático.
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Figura 29. Duración del ciclo inspiratorio en un paciente normal y en
un paciente asmático. τ : constante de tiempo; τ a: constante de
tiempo en paciente asmático; Pplat: presión plateau; Vc: volumen
corriente.
Si se utilizase como modo de ventilación VC-CM Vs
(asistida/controlada por volumen), la figura 30 ilustra como,
tanto en el caso del paciente normal como en el caso del
asmático, con un generador de alta presión se precisa mucho
menos de una constante de tiempo para poder entregar el Vc
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objetivo. Con un tiempo inspiratorio menor a τ en el
paciente normal, y a τ a en el asmático, todo el Vc que se
desea entregar se entrega. No se necesitará que el generador
entregue todo el volumen que es capaz de entregar; es decir,
no se necesitará que la presión alveolar suba a 120 cmH 2O.
Abortando el proceso de inspiración cuando ha pasado
menos de una constante de tiempo, la inspiración del
paciente ya se ha completado. Como durante toda la
inspiración la entrega de volumen ha sido lineal, se puede
decir que el flujo inspiratorio ha sido constante durante la
inspiración.
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Figura 30. Duración de la inspiración durante la ventilación. Con un
generador de alta presión (VC-CMV o volumen control) el volumen
de gas se puede entregar en menos de una constante de tiempo. τ :
constante de tiempo; τ a: constante de tiempo en paciente
asmático; Pplat: presión plateau; Vc: volumen corriente.
Sin embargo, durante la espiración (generador de baja
presión) aparece el problema reseñado en la figura 30: se
deben esperar de 3 a 5 constantes de tiempo (> 3 τ en el
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paciente normal, > 3 τ a en el asmático) para que se
complete la salida de todo el aire (Fig. 31).
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presión en los generadores ideales cuando se ventilan
pacientes con constantes de tiempo muy elevadas. Por largas
que sean sus τ s, se puede acortar sin miedo muchísimo la
inspiración: el aire se va a entregar. Únicamente se debe
insistir en alargar la espiración (relación I:E muy baja) para
que el Vc pueda salir.
133
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Bibliografía
134
booksmedicos.org
9 Slutsky AS, Ranieri VM . Ventiator-Induced L ung Injury.
N Engl J M ed. 2013;369:2126–36.
135
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Capítulo 2
Manejo de la vía aérea:
intubación, vía aérea difícil,
traqueostomía
Teresa Gili Bigatà (1)
Milagros García López (2)
Silvia López Galera (3)
Corsino Rey Galán (4)
Nuria Masip (5)
1
UCIP. Hospital de Sabadell. Corporació Parc Taulí. Universitat
Autònoma de Barcelona. España
2 UCIP. Centro Hospitalar São João. Oporto. Portugal
3
Servicio de Anestesia Pediátrica. Hospital de Sabadell. Corporació
Parc Taulí. Universitat Autònoma de Barcelona. España
4 UCIP. Hospital Universitario Central. Asturias. España
5
Paediatric Anaesthesia Department. Alder Hey Children’s Hospital.
Liverpool.
Reino Unido
El manejo de la vía aérea (VA) tiene como objetivo mantener
su permeabilidad facilitando una ventilación y oxigenación
adecuadas. L a indicación de acceso a la VA mediante
intubación traqueal puede ser inmediata, como en el caso de
parada cardiorrespiratoria, o puede ser consecuencia del
deterioro progresivo del paciente a pesar de la utilización de
tratamientos médicos optimizados o soporte no invasivo. L a
intubación urgente es más dificultosa que la intubación
planificada en quirófano, hay poco tiempo para la valoración
136
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del paciente, éste puede no estar en ayunas y el
empeoramiento progresivo de la enfermedad la hace más
susceptible a todas las complicaciones inherentes al
procedimiento. En estas circunstancias, la presencia de una
vía aérea difícil (VAD) es una situación que puede ser
catastrófica si no se dispone de planificación, formación y
material adecuado.
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2. Evaluación de la vía aérea pediátrica
Antes de realizar cualquier procedimiento invasivo de la VA,
es obligatorio identificar los factores que pueden condicionar
una VAD. Existen una serie de limitaciones para su
evaluación en pediatría, básicamente debidas a la falta de
colaboración de los pacientes y a los cambios anatómicos
constantes hasta los 8 – 14 años de edad. L as pruebas de
valoración de la VA que se aplican habitualmente en el
adulto no han sido validadas para la población pediátrica,
por este motivo, la evaluación de la VA se basa
138
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principalmente en una adecuada anamnesis y un examen
físico dirigido.
139
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Tabla II. modificadas de Andreu E, Schmucker E, Drudis R et al.
Algorithm for pediatric difficult airway. Rev Esp Anestesiol Reanim.
2011;58:304-11.
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inspección muestra la existencia de malformaciones faciales
y ciertas condiciones anatómicas asociadas a intubación
difícil (Tabla II). Cuando el niño llore se podrá valorar la
apertura bucal, la presencia de macroglosia, la forma del
paladar y los dientes, la hipertrofia amigdalar, etc. En niños
mayores se podrá valorar, como en los adultos, el test de
M allampati (Fig. 1), la distancia tiromentoniana y la
movilidad cervical.
141
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adyuvantes que ultrapasen la obstrucción debida a la caída de
la lengua. Posteriormente, si la respiración espontánea sigue
siendo ineficaz, se recurrirá a la ventilación asistida
manualmente a través de mascarilla facial y se procederá a la
intubación traqueal.
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Tabla III. Material para el manejo de la vía aérea en pediatría
(continuación).
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Tabla III. Material para el manejo de la vía aérea en pediatría
(continuación).
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Tabla III. Material para el manejo de la vía aérea en pediatría
(continuación).
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Tabla III. Material para el manejo de la vía aérea en pediatría
(continuación).
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3.1. Posición correcta para permeabilizar la
VA
Se debe asegurar que el paciente se encuentra en la posición
ideal para mantener permeable su VA:
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momento en el que se rota 180º para continuar su inserción.
Si se usa un Guedel de tamaño incorrecto o en un niño
semiconsciente se puede agravar la obstrucción, provocar
traumatismos o laringospasmo.
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evitar la compresión de las estructuras blandas
del suelo de la boca.
Usar cánula oro o nasofaríngea del tamaño
adecuado si se sospecha caída de la lengua.
Conseguir un buen sellado de la mascarilla, si
es preciso, asegurarla con las dos manos.
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de 10 – 15 L /m. El tamaño mínimo para lactantes debe ser
de 500 ml.
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Evaluación cuidadosa de la VA del niño.
Diseñar planes alternativos en caso de fracaso
de la intubación, disponer de todo el material
necesario, idealmente un carro específico de
VAD pediátrica, y ayuda experta.
Elegir la técnica que más se domina.
Preoxigenar antes de la inducción anestésica,
especialmente importante en los niños más
pequeños por la rápida aparición de hipoxemia
y bradicardia asociadas. L a preoxigenación
consiste en administrar O 2 al 100% mediante
mascarilla facial con reservorio durante algunos
minutos. El objetivo es purgar la mayoría del
nitrógeno y aumentar las reservas de oxígeno.
En el caso de que el niño tenga una
ventilación inefectiva se deberá preoxigenar con
bolsa autoinflable con reservorio y toma de
oxígeno y realizar la maniobra de Sellik para
disminuir el riesgo de aspiración.
M antener la oxigenación (cánulas nasales,
mascarilla facial, cánula nasofaríngea,
mascarilla laríngea, etc.).
M onitorización durante el procedimiento.
Cabe realzar la importancia de disponer de
capnografía durante la intubación de todo niño
crítico, independientemente del lugar donde se
realice.
L a administración de anticolinérgicos es
controvertida en pediatría. L a atropina inhibe
la bradicardia producida por el reflejo vagal
secundario a la estimulación mecánica de la
faringe. También actúa de antisialogogo y
disminuye las secreciones mejorando la
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visualización de las cuerdas vocales en caso de
utilizar ketamina. Pero este efecto tarda entre
15 y 30 minutos. Se recomienda la
premedicación con atropina cuando se
administre succinilcolina.
Inducción anestésica: el objetivo es conseguir
un plano anestésico adecuado para evitar la
irritación de la vía aérea. L a sedación puede ser
inhalatoria con sevoflurano, la preferida por
algunos anestesiólogos, o intravenosa, la más
frecuente en la UCI. L a inducción intravenosa
suele utilizar secuencialmente un analgésico
opiáceo, un hipnótico y un relajante
neuromuscular. En el caso de los niños con
estómago lleno se realizará una intubación de
secuencia rápida modificada que consiste en:
una inducción suave (no se realizará por rutina
presión cricoidea) con hipnosis profunda y
parálisis muscular completa y rápida
(succinilcolina o rocuronio), seguida de
ventilación suave con mascarilla (presiones <
10 a 12 cmH 2O, para permitir la oxigenación
sin aumentar el riesgo de distensión gástrica y
aspiración). En la Tabla V se presentan los
fármacos más utilizados durante la intubación.
156
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3.5.2. Optimización de la laringoscopia
157
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posición que los adultos, se extiende el cuello
y se apoya la cabeza sobre una pequeña
almohada (posición “de olfateo”). En niños
entre 6 meses y 6 años estas maniobras no
cambian los ángulos de intubación, en
cambio, si se presiona sobre la laringe durante
la intubación se mejora la visualización de la
glotis.
Pala. En neonatos y lactantes se prefiere la
pala recta de M iller, que permite calzar la
epiglotis alargada y mejorar la visualización de
las cuerdas vocales. En niños mayores se
utiliza la pala curva de M acintosh, cuyo
extremo se sitúa en la vallécula. Elegir en
ambos casos el tamaño adecuado a la edad.
M ango del laringoscopio. Se recomienda usar
el mango pediátrico en recién nacidos y
lactantes, para facilitar la aplicación de presión
sobre el cartílago cricoides con el meñique de
la misma mano que sostiene el laringoscopio.
Pinzas de M agill. Ayudan a dirigir el extremo
del tubo hacia la glotis cuando es muy
anterior, como en el caso de neonatos y
lactantes (para evitar que la punta del tubo
choque con la comisura anterior).
M anipulación externa de la laringe:
M aniobra B URP (backwards,
upwards, rightwards pressure):
presión cricoidea hacia arriba,
derecha y posterior.
M aniobra OEL M (optimal
external laryngeal
manipulation). Consiste en
ejercer presión externa sobre la
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laringe. Puede ser útil en
menores de 2 años.
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3.5.4. Intubación oral versus nasal
L a intubación oral es la de elección en situaciones urgentes,
por su rapidez, sencillez y menor tasa de complicaciones.
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3.5.5. Tubos traqueales con balón versus sin balón
H istóricamente se han usado TET sin balón en niños
menores de 8 años de edad debido al riesgo de causar
estenosis subglótica. Pero como el anillo cricoides es
ligeramente ovalado, con un diámetro anteroposterior mayor
que el diámetro transversal, incluso un TET sin balón de
tamaño adecuado y con una fuga aceptable (a través de los
segmentos anterior y posterior del cricoides) potencialmente
podría estar ejerciendo suficiente presión sobre las paredes
laterales para producir isquemia y lesión de la mucosa. En
cambio, un TET con neumotaponamiento bien diseñado
(baja presión y alto volumen) y posicionado a nivel de la
tráquea por debajo del anillo cricoides (la mucosa posterior
de la tráquea permite alguna expansión), puede reducir el
potencial de lesión isquémica. El uso de tubos con
manguito es cada vez más habitual en anestesia y UCI
pediátrica, pero obliga a monitorizar frecuentemente la
presión del balón para mantenerla < 20 cmH 2O.
Recientemente se ha introducido para uso en neonatos el
tubo M icrocuff (Kimberly-Clark H ealthcare) que tiene un
manguito con mejores características de sellado, ultrafino, de
alto volumen y baja presión, y una menor longitud distal al
balón para reducir la posibilidad de intubación
endobronquial, pero hasta el momento no se dispone de
datos sobre su seguridad.
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Alineación de la vía aérea mediante un correcto
posicionamiento de los ejes oral, traqueal y
laríngeo.
Entrada de aire en los pulmones con la bolsa
de resucitación.
Apertura de la boca y control de las estructuras
orales con la pala del laringoscopio.
Visualización de la laringe e intubación de la
tráquea.
Identificación de los puntos de referencia del
cuello para la realización de una vía aérea
quirúrgica.
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Índice de masa corporal por
encima del percentil 95 en
niños mayores de 2 años.
L esiones ocupantes de espacio.
Enfermedad pulmonar grave
con necesidad de presiones
altas que dificulta la ventilación
con mascarilla facial.
Factores que dificultan la laringoscopia o la
intubación
Asimetría facial o mandibular.
Apertura bucal: se considera
adecuada para laringoscopia una
amplitud de boca igual o mayor
a tres traveses de dedos del
paciente.
Test de M allampati (Fig. 1): la
intubación puede ser dificultosa
en los grados III y IV. El test
de M allampati utilizado de
forma aislada tiene poco valor
predictivo de intubación difícil
en pediatría.
Dientes: movilidad,
maloclusión, incisivos grandes,
etc.
Paladar hendido y labio
leporino.
M ovilidad atlantooccipital:
reducida en la artritis crónica
juvenil, las mucopolisacaridosis
o en algunos síndromes (es
163
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típica la inestabilidad occipito-
atlanto-axoidea en el síndrome
de Down).
L a movilidad de la articulación
temporomandibular (ATM )
puede estar reducida
(anquilosis/fibrosis, tumores,
etc.), limitando la apertura
bucal.
Distancia tiromentoniana o de
Patil (distancia entre la
prominencia del cartílago
tiroides y el borde inferior de la
sínfisis mandibular con la
cabeza en hiperextensión y la
boca cerrada): debe ser superior
a 15 mm en neonatos, 25 mm
en lactantes y 35 mm en niños
de 10 años. En general, se
considera adecuado si es mayor
o igual a tres traveses de dedo
del paciente. Se observa
problemas de intubación si esta
distancia es demasiado larga o
demasiado corta.
M alformación del pabellón
auricular: puede asociarse a
hipoplasia mandibular. La
microtia bilateral se asocia a
intubación difícil en pacientes
en edad escolar.
Factores que dificultan la cricotirotomía
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de identificar referencias anatómicas y por el pequeño calibre
de su vía aérea.
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E (edad): mayor dificultad en neonatos y
lactantes.
166
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DEG con canal gástrico o de segunda
generación, diseñados para aislar la VA de la
digestiva, reduciendo el riesgo de aspiración.
Ejemplos: M L i-gel, Tubo L aríngeo de
Succión (TL S II y TL S-D), M L Pro-Seal®
(M L P) y M L Supreme® .
DEG aptos para ventilar e intubar: M L
Fastrach® y Air- Q IL A® (“Intubating
L aryngeal Airway”).
167
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5.1.2. Tubo laríngeo
El tubo laríngeo es un DEG diseñado para alojarse en el
esófago que consta de una única luz y dos manguitos
inflables, uno proximal (aisla oro y nasofaringe) y uno distal
(aisla esófago). L a ventilación se realiza a través de unos
puertos laterales proximales. Debido a su falta de rigidez, no
suele localizarse en tráquea y algún modelo permite acceso a
la vía digestiva (TL S II y TL S- D). Su mayor ventaja es que
existen tamaños pediátricos pero se ha descrito una alta tasa
de fracaso en niños menores de 10 kg.
5.1.3. Combitube
El Combitube es un DEG de doble luz diseñado para
alojarse en esófago (en el 95% de veces) o en tráquea. Posee
un manguito inflable distal que se localiza en esófago y que
impide el paso de contenido gástrico a la vía aérea, y otro
manguito inflable proximal más grande diseñado para ocluir
la oro y nasofaringe. L a ventilación se realiza a través de
unos puertos laterales proximales cuando el tubo está en
esófago. Si el tubo se aloja en la tráquea se puede ventilar a
su través. No está disponible para niños menores de 120
cm. Sus indicaciones y contraindicaciones son las mismas
que la M L . Se han descrito varias complicaciones asociadas
a este dispositivo, como rotura esofágica, perforación del
seno piriforme, edema de lengua e isquemia de la mucosa
por excesiva presión de los balones.
5.2. Introductores
M uy útiles cuando se visualiza la epiglotis pero no las
cuerdas vocales, pueden ser fenestrados permitiendo la
oxigenación del paciente. Primero se introduce el introductor
dentro de la tráquea y después se desliza el TET hasta su
posición correcta. L a porción distal está angulada 30º y hay
tamaños pediátricos.
168
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5.3. Estiletes
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no se ha asegurado la oxigenación de los pacientes, ya que es
un dispositivo que necesita un tiempo de ejecución,
formación y experiencia del operador. Se puede utilizar
simultáneamente con CPAP o con ventilación no invasiva
(VNI) con dos niveles de presión mediante mascarillas
adaptadas para FB C como las de tipo Patil, que incorporan
codos especiales para poder realizar la técnica.
5.6.1. Cricotiroidotomía
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Acceso a la vía aérea a través de la membrana cricoidea.
Técnica altamente invasiva que puede tener graves
complicaciones. Está indicada en VAD cuando los
procedimientos de rescate han fracasado. No debe ser
utilizada en lesiones de laringe, cartílago cricoides y tráquea
que imposibiliten la oxigenación o la ventilación a través de
un catéter.
Tipos de cricotiroidotomía
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5.6.2. Punción transtraqueal
Indicada en niños < 2 años debido a la dificultad que
presenta la punción cricoidea en este grupo de edad por ser
esta membrana muy pequeña (la membrana cricoidea tiene 2
– 3 mm en neonatos frente a los 9 – 10 mm del adulto), en
cambio la tráquea es más accesible y fácil de palpar. Se debe
tener en cuenta que la punción de la tráquea con la aguja
orientada a 45º es muy dificultosa porque la mandíbula lo
impide. Igualmente, se debe transformar en intubación
traqueal o traqueostomía cuando el paciente esté estable.
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Figura 2. Sistemas de ventilación percutánea transtraqueal. En este
esquema se pueden ver varios sistemas de ventilación transtraqueal
basados en el uso de un catéter intravenoso (iv) de calibre 14 G
localizado en la tráquea y conectado a una fuente de oxígeno (O2) a
alta presión. A) Conexión directa del catéter a una fuente de oxígeno.
La ventilación se consigue con la apertura y cierre intermitente con el
pulgar de un agujero realizado en el tubo que administra O2. B)
Utilizando un conector de un tubo endotraqueal (TET) del nº 3,0 o
173
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3,5, se puede conectar la bolsa autoinflable al catéter. Serán
necesarias presiones muy altas. C) Se usa una conexión en codo
conectada en su extremo distal con el tubo que administra O2 (a
través de un conector de un TET nº 7,0) y en su extremo proximal
con una jeringuilla de 3 cc ensamblada al catéter (a través de un
conector de un TET nº 8,0). La ventilación se consigue de la misma
manera que en la opción A. D) Semejante al sistema C, excepto que
la conexión en codo es sustituida por un tubo corrugado y una pieza
en “T”. Esto permite dar más longitud y tener un agujero más
grande para la salida de aire (se debe ocluir con la palma de la
mano). L/m: litros por minuto Adaptado de “Lee-Jayaram J,
Yamamoto LG. Alternative airways for the Pediatric Emergency
Department. Pediatr Emer Care. 2014;30:191-9”.
Con un catéter en la tráquea, la ventilación y oxigenación se
lleva a cabo mediante la apertura y cierre intermitente de la
salida de aire (llave de 3 pasos, pieza en T, agujero en el
tubo de administración de oxígeno, válvula del jet). Dado
que el catéter provoca un aumento de resistencia al flujo de
aire, es importante realizar una ratio inspiración/espiración
1:4 – 1:5 y una frecuencia respiratoria de 10 – 12
respiraciones por minuto para permitir la exhalación pasiva y
reducir el riesgo de hiperinsuflación pulmonar y barotrauma,
y disminución del retorno venoso, que daría lugar a bajo
gasto cardiaco e hipotensión. Con este sistema se suele
observar aumento del trabajo respiratorio del paciente,
hipercapnia, barotrauma y enfisema subcutáneo por
desplazamiento del catéter. Así pues, se deberá buscar una
vía aérea definitiva (tubo traqueal o traqueostomía) tan
pronto como sea posible.
174
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5.7. Traqueostomía
175
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estenosis subglótica), ventilación mecánica prolongada no
subsidiaria de VNI e incapacidad para el manejo de
secreciones (a pesar del uso de tos asistida, mecánica o
manual).
5.8. Intercambiadores
A veces es necesario cambiar un tubo oral por un tubo nasal
176
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o viceversa, o bien, cambiar un tubo orotraqueal por otro.
Estas maniobras pueden hacer perder la vía aérea, sobre todo
si la intubación ha sido difícil. En estas situaciones es útil
utilizar un intercambiador (p. ej., intercambiador de tubo de
Cook) que posee puertos para conectar un capnógrafo y
comprobar que el intercambiador está en tráquea y puertos
para administrar oxígeno o ventilación por jet. L a extubación
sobre una guía intercambiadora de TET se basa en la técnica
de Seldinger y según la situación clínica del paciente se
mantiene durante más o menos tiempo en la tráquea (desde
1 h a 72 h).
177
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En muchas ocasiones, las dificultades en el manejo de la vía
aérea se deben a problemas de ventilación, más que de
intubación, por ello, es vital una buena técnica de
ventilación minimizando la distensión gástrica que
dificultará la expansión de los pulmones. Cuando no se
consigue una ventilación eficaz con mascarilla facial, los
DEG, como la M L , permiten una correcta ventilación en la
mayoría de casos (excepto si la obstrucción está en la entrada
de la glotis). Si con un dispositivo extraglótico no se puede
ventilar al paciente se deberá plantear una técnica
transtraqueal de urgencia.
178
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Otra posibilidad sería la intubación a través de una M L . En
caso de no conseguir la intubación traqueal con estos
dispositivos se deberá realizar una técnica transtraqueal de
urgencia
179
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Figura 3. Manejo de la vía aérea urgente (VAD: vía aérea difícil).
180
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las estructuras blandas del suelo de la boca, usar cánula oro o
nasofaríngea del tamaño adecuado, conseguir un buen sellado de la
mascarilla asegurándola con las dos manos, evitar la distensión
gástrica con sonda oro o nasogástrica y conseguir un buen nivel de
sedoanalgesia.
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espontánea es estable y eficaz
(ventilación y oxigenación adecuada con
un mínimo apoyo ventilatorio).
Por último, para los niños con vía aérea difícil y con alto
riesgo de poder necesitar traqueotomía quirúrgica debido a
las anomalías de su vía aérea, sospecha de estenosis traqueal
o parálisis de las cuerdas vocales, puede ser apropiada su
extubación en el quirófano.
182
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Por otra parte, el Grupo de Trabajo de Pediatría del Proyecto
Nacional de Seguridad para Traqueostomías, en Reino
Unido, ha desarrollado un algoritmo de emergencia para el
manejo de situaciones críticas de un niño con traqueostomía.
Este algoritmo (Fig. 5) consta de dos partes:
8.1.1. Seguridad
Comprobar que el área donde se encuentra el paciente es
segura, estimular al paciente y pedir ayuda.
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8.1.2. Vía aérea
M antener una vía aérea permeable: la maniobra frente-
mentón y colocar un rollo debajo de los hombros (puede
ayudar a exponer mejor el cuello y dar acceso al estoma de la
traqueostomía).
8.1.3. Oxígeno
Aplicar alto flujo de oxígeno tanto a la traqueotomía como a
la cara.
184
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superior (boca o nariz), pero si esto no es efectivo, aplicar
oxígeno a través de la traqueotomía o del estoma
directamente con una pequeña máscara facial o una
mascarilla laríngea.
185
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Si no se puede lograr una oxigenación o ventilación
efectivas, se requieren maniobras de oxigenación de
emergencia secundarias. Se deberán tener preparados todos
los dispositivos posibles para un escenario de intubación
difícil y disponer de los medios necesarios para manejo
avanzado de la vía aérea (carro de la vía aérea difícil, FB C,
introductores o guías). Es aconsejable tener dos equipos
trabajando simultáneamente: uno en la cabeza/cara y otro en
el cuello/traqueostomía.
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187
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Figura 5. Algoritmo de emergencia para el manejo de situaciones
críticas de un niño con traqueostomía. (Adaptado del National
Tracheostomy Safety Project - Paediatric Working Group) DSG:
dispositivos supraglóticos. MF: máscara facial. MF: máscara
laríngea. TET: tubo endotraqueal. VA: vía aérea. VAD: vía aérea
difícil.
188
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Bibliografía
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192
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Capítulo 3
Gases medicinales: Oxígeno y
Heliox
Federico Martinón Torres (1)
Jose Carlos Flores González (2)
María José De Castro López (3)
Arturo Hernández González (2)
1 UCIP. Hospital Universitario Santiago de Compostela. España
1. Introducción
L a asistencia respiratoria, ya sea invasiva o no, con el
paciente respirando espontáneamente o dependiendo
totalmente de una máquina, por vía oral-nasal o a través de
una traqueotomía o un tubo endotraqueal, incluye unos
elementos esenciales: los gases. Dichos gases son
“medicinas” con dosis, modos de administración, efectos
terapéuticos y efectos adversos. En este capítulo se tratarán
específicamente el oxígeno y la mezcla H eliox.
2. Oxígeno
193
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El oxígeno es un gas incoloro, inodoro, insípido y poco
soluble en agua, que constituye el 21% del aire atmosférico
a nivel del mar. Es el gas esencial para la vida, ya que se
precisa para las reacciones de oxigenación que se producen
en el metabolismo celular. L a oxigenoterapia es una
modalidad terapéutica que pretende aumentar la presión
parcial de oxígeno en la sangre arterial (P aO2) a través de un
aumento de la concentración de oxígeno en el aire inspirado
(fracción inspiratoria de oxígeno o F IO2) y, finalmente, el
aporte del mismo a los tejidos.
194
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PaO2. M ide el oxígeno disuelto en la sangre.
Depende de la F IO2 aportada, de la
ventilación alveolar y de la relación
ventilación/perfusión. Se correlaciona con la
saturación de oxígeno de la hemoglobina,
según se muestra en la Tabla I.
Saturación arterial de oxígeno (SaO2). M ide la
fracción arterial de la hemoglobina unida al
oxígeno y generalmente se correlaciona con la
P aO2 (Tabla I). Su medición se puede
realizar de forma no invasiva, mediante un
pulsioxímetro (saturación trascutánea de
oxígeno mediante pulsioximetría o SpO2), en
cuyo caso se denomina saturación
transcutánea de oxígeno (SpO2) (Tabla I).
Contenido arterial de oxígeno. Es la suma del
oxígeno unido a hemoglobina y el disuelto
en plasma.
Transporte de oxígeno. Es igual al contenido
arterial de oxígeno, multiplicado por el gasto
cardiaco. Su concentración depende de
muchos factores: la P aO2, la concentración
de hemoglobina, la curva de disociación de
la oxihemoglobina, el gasto cardiaco y la
perfusión tisular.
195
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En la Tabla II se muestran los índices que se emplean en la
valoración del estado de oxigenación.
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197
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2.3. Fisiología de la oxigenación
El mantenimiento de unos niveles adecuados de oxígeno
depende de diferentes órganos y sistemas. El oxígeno se
inspira a través de la vía respiratoria y llega a los alvéolos,
desde donde pasa a la sangre. Si los niveles de oxígeno
descienden, el organismo responde del siguiente modo para
compensarlo:
198
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Hipoxia hipoxémica. Causada por un bajo
aporte de oxígeno a la sangre. Puede deberse
a una disminución del oxígeno inspirado,
como sucede en el mal de altura, la patología
pulmonar (alteraciones en la
ventilación/perfusión o disminución de la
difusión alveolo-capilar) o la presencia de un
cortocircuito extrapulmonar.
Hipoxia anémica. En la que la hemoglobina
disponible para unirse al oxígeno está
disminuida. Esto puede deberse a que las
cifras totales de hemoglobina sean bajas
(shock hemorrágico u otras causas de anemia
grave) o a que la hemoglobina se encuentra
unida a otras moléculas que desplazan el
oxígeno (intoxicación por monóxido de
carbono).
Hipoxia por éstasis. Causada por un bajo flujo
sanguíneo, ya sea sistémico (shock
cardiogénico o shock distributivo) o local
(por ejemplo, necrosis de las extremidades
que se produce por congelación).
Hipoxia citotóxica. Causada por alteraciones
en el metabolismo celular, que impiden la
utilización del oxígeno por los tejidos
(intoxicación por cianuro).
199
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2.5. Clínica de la hipoxia
L os efectos de la hipoxia en los diferentes sistemas se
resumen en la Tabla IV.
200
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que evolucionan a bradicardia e hipotensión.
Arritmias, acidosis metabólica y parada
cardiorrespiratoria.
Respiratorios. Taquipnea, aleteo nasal,
retracción y apnea.
Neurológicos. Agitación, confusión,
disminución de conciencia, convulsiones y
coma.
Cianosis. Es un signo tardío.
201
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durante la reanimación de neonatos en
paritorio, se observa un mejor pronóstico
cuando se emplea aire frente a oxígeno puro.
202
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2.8. Toxicidad del oxígeno
El oxígeno, como cualquier otro medicamento, no está
exento de cierta toxicidad, por lo que se recomienda aplicar
la mínima F IO2 necesaria para mantener una adecuada
homeostasia pulmonar. A este respecto debe recordarse que
las complicaciones de la hipoxia son más graves que las de
la hiperoxia (Tabla IV).
203
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hipercapnia crónica), atelectasias absortivas
(al desplazar el oxígeno al nitrógeno cuando
se utilizan F IO muy altas), traqueobronquitis
o síndrome de distrés respiratorio agudo
(SDRA). En recién nacidos con
malformación cardiaca ductus dependiente, el
aumento de la P aO2 favorece el cierre del
ductus, apareciendo o empeorando el cuadro
de hipoxemia y cianosis. Por otra parte
incrementa la formación de radicales libres.
Crónicos. Fibrosis pulmonar, displasia
broncopulmonar o enfermedad pulmonar
crónica, retinopatía de la prematuridad.
204
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tomado del aire ambiente. L a F IO2 administrada, por tanto,
es variable y depende no solo del flujo de oxígeno, sino del
tamaño del reservorio del dispositivo y del patrón
respiratorio del paciente (a mayor taquipnea menor F IO2).
L os dispositivos diseñados con este sistema pueden aportar
F IO2 altas o bajas.
205
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1.b. Gafas nasales, 1.c. Mascarilla simple,1.d. Mascarilla tipo Venturi,
1.e. Mascarilla con reservorio.
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Proporcionan la totalidad del gas inspirado, por lo que la
F IO2 es constante e independiente del patrón respiratorio. El
paciente sólo respira el gas suministrado por este sistema.
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Tabla VI. Sistemas de administración de O2 de bajo y alto flujo.
Relación entre el flujo elegido y la FIO2 aportada.
208
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2.10. Humidificación y calentamiento del
oxígeno
El oxígeno sale frío y seco de las diversas fuentes que lo
aportan (suministros centralizados o bombonas de oxígeno
comprimido), por lo que debe ser calentado y humidificado
previamente a su administración. Al contrario de lo que
209
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ocurre en los pacientes sometidos a ventilación mecánica o
traqueostomizados, en los que el calentamiento y la
humidificación son obligados, una gran parte de los autores
no recomiendan la humidificación en pacientes con
respiración espontánea y con un sistema de administración
de bajo flujo menor de 4 L /m. El humidificador de burbuja
es probablemente el método más utilizado. En este
humidificador, el gas se dirige por debajo de la superficie
del agua, con lo que aumenta así el tiempo y la superficie
del área de contacto, y por lo tanto, su eficacia.
3.1. Concepto
Consiste en la administración de un flujo alto de oxígeno,
solo o mezclado con aire, a través de una cánula nasal. Para
favorecer su tolerancia debe de humidificarse y calentarse
(humedad relativa 100% y Tª 34 – 40ºC). Su utilizaciónestá
aumentando por su tolerancia y su facilidad de uso, aunque
no se ha demostrado su superioridad sobre otros métodos de
soporte respiratorio.
Aumento de la oxigenación:
L avado del espacio muerto
nasofaríngeo por la ocupación
de este espacio por gas limpio,
lo que mejora la oxigenación y
210
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el trabajo respiratorio y favorece
de forma teórica la eliminación
del CO 2.
Administración de un flujo
mayor que el flujo inspiratorio
del paciente, con lo que se evita
la inhalación de aire ambiente
que disminuya la F IO2
administrada.
Efecto CPAP, por aportar cierta presión
positiva en la vía aérea, aunque esta presión
es variable, impredecible, no regulable y
depende de muchos factores (tamaño de las
cánulas, fugas, humidificación).
Disminuye atelectasias y mejora
relación ventilación-perfusión
pulmonar.
M ejora la elasticidad pulmonar
asociada al adecuado
calentamiento y a la
humidificación del gas
inspirado. Así se evita la
posible broncoconstricción al
inhalar gas frío y seco.
Aumenta de forma discreta el
reclutamiento alveolar debido al
aporte de cierto grado de
presión de distensión.
M ayor tolerancia y comodidad:
M ejora el aclaramiento
mucociliar por el calentamiento
y humidificación del gas
inspirado.
Disiminuye el trabajo metabólico que se
211
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necesitaría para calentar y humidificar un gas
en respiración espontánea.
212
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3.4. Métodos de administración
L os dispositivos son fácilmente aplicables, permiten comer,
hablar y el movimiento y se pueden utilizar en todos las
edades (Figs. 3 y 4). No es recomendable todavía la
administración de fármacos por estos sistemas.
213
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Figura 3. Sistemas de administración de oxigenoterapia de alto flujo.
Sistema Fisher&Paykel.
214
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escape aéreo, erosiones en la nariz (duración prolongada).
4. Heliox
El helio en combinación con el oxígeno (H eliox) mejora el
flujo aéreo en pacientes con lesiones obstructivas de la vía
respiratoria. Aunque carece de efectos terapéuticos
intrínsecos, dada su naturaleza inerte, puede servir como un
«puente terapéutico» hasta que se produzca el efecto de otras
terapias o bien se alcance la resolución espontánea del
cuadro.
215
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4.1.1. Mecanismos de acción sobre la mecánica pulmonar
L a resistencia que ofrece la vía aérea al flujo de un gas
depende del tipo de flujo. Cuando es turbulento, la
resistencia está aumentada y el gradiente de presión necesario
para mantener el flujo es directamente proporcional a la
densidad del gas. L os flujos turbulentos se producen en
situación basal en la vía aérea alta, laringe y tráquea, y
constituyen aproximadamente un 80% del total de la
resistencia en la vía aérea. Por tanto, la menor densidad del
H eliox disminuye la resistencia de la vía aérea y del trabajo
respiratorio del paciente cuando el flujo es turbulento.
216
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4.2. Indicaciones y contraindicaciones
L as principales aplicaciones clínicas del H eliox se
corresponden con cuadros respiratorios de predominio
obstructivo (Tabla IX)
217
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4.3. Descripción detallada de su uso
218
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L a máxima efectividad clínica del H eliox se logra
empleando las mayores concentraciones de helio, entre el 60
y el 80% . Se utilizarán botellas de H eliox ya mezclado a una
concentración preestablecida helio-oxígeno (80/20, 70/30,
60/40). En el momento actual la regulación de gases no
permite la mezcla in situ de helio puro con oxígeno, dado el
riesgo de administrar inadvertidamente un mezcla hipóxica.
219
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L as cánulas nasales simples y las mascarillas de oxígeno
convencional son inefectivas para la administración de
H eliox, porque facilitan la dilución del gas. L a
administración mediante campana no es adecuada, puesto
que el H eliox (menos denso) se acumula en la parte alta y el
nitrógeno del aire (más pesado) se deposita en la parte baja.
220
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221
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Figura 4 A. Esquema de administración de Heliox 70/30 a través de
cánulas alto-flujo. A) lactantes (hasta 15 kg) y niños (de 12 a 22 kg).
222
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Figura 4 B. Niños mayores (de más de 22 Kg). En caso de necesitarse
oxígeno suplementario, este se regularía a través del caudalímetro
de oxígeno y se mezclaría con el Heliox a través de la pieza en “Y” o
en “U”. Debe utilizarse la mínima concentración de oxígeno
suplementaria posible para mantener la saturación transcutánea de
oxígeno objetivo del paciente, y así lograr que la concentración de
Heliox que llega al paciente sea mayor.
223
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VNI se utilizan de forma segura y eficaz para este fin,
teniendo en cuenta una serie de consideraciones y
precauciones.
224
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para la realización de VNI, se
aplica un aparato de ventilación
mecánica convencional.
Conexión post-dilucional. El
flujo de H eliox se introduce
después del ventilador en algún
punto de la tubuladura-interfase
que se conecta al paciente lo
más próximo posible al
paciente. Con este montaje, los
principales determinantes en la
concentración de helio que
llega al paciente serán el flujo
de gas administrado y el
volumen corriente manejado (a
mayor volumen corriente, al
mantener el flujo de H eliox
constante, menor será el
porcentaje de helio que llega al
paciente). Esta modalidad es
opcional en la B iPAP Vision® ,
pero resulta la única factible en:
B iPAP S/T-D30, Knighstar
335 (M allinckrodt, Pleasanton,
California), Quantum PSV
(Respironics, Georgia), o
Sullivan VPAP II ST
(ResM ed, California). Tiene la
limitación de no saber
exactamente qué concentración
de helio se administra.
También posee el potencial de
alterar el funcionamiento del
ventilador, que desconoce el
flujo externo introducido. Por
ello, se hace necesario un
225
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control neumotacográfico
externo.
226
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mecánicamente a un paciente con H eliox. De este modo, el
uso de H eliox puede disminuir el tiempo necesario para
alcanzar la presión diana, pero no alterará el volumen
entregado por el aparato.
227
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aire o del oxígeno.
228
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Bibliografía
229
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8 O’Driscoll B R, H oward L S, Davison AG; B ritish
Thoracic Society. Emergency oxygen use in adult patients:
concise guidance. Clin M ed (L ond). 2011;11:372-5.
Heliox
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bronchiolitis. Pediatrics. 2002;109:68-73.
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M artinon-Torres F, Rodriguez-Nunez A, M artinon-
Sanchez JM . Nasal continuous positive airway pressure with
H eliox versus air-oxygen: a crossover study. Pediatrics.
2008;121:e1190-5.
231
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Capítulo 4
Respiradores pediátricos
Juan Pablo García Iñiguez (1)
Angela Aramburo (2)
Javier Gil Antón (3)
Elena Pérez Estevez (3)
Julio López Bayón (3)
Jordi Sorribes i Estorch (1)
1 UCIP. Hospital Infantil Miguel Servet. Zaragoza. España
1. Introducción
1.1. Historia
Existen referencias acerca de la ventilación mecánica (VM )
en los tratados de H ipócrates, pero no es hasta 1911 cuando
la casa Dräger construye un primer aparato que administra
presión positiva intermitente (Pulmotor).
232
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positiva intermitente.
233
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la respiración espontánea. H oy en día, los avances
tecnológicos han obviado esos problemas, y la clásica
separación entre respiradores de flujo continuo para niños
pequeños (neonatos) y volumétricos para mayores se
considera superada. Por otra parte, el hecho de que la base
de los ordenadores sea un soporte informático, posibilita
una actualización casi constante de los mismos con una
simple modificación del “software”.
234
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L a distensibilidad de las tubuladuras también contribuye a
que parte del volumen del gas que sale del respirador se
quede en el interior de las mismas (volumen compresible).
Por este motivo, los respiradores modernos permiten la
compensación del volumen compresible (ver cap. 7).
1.4. Humidificación
Durante la respiración normal la vía respiratoria superior
ayuda a calentar y humedecer el aire inspirado al tiempo que
retiene el calor y la humedad contenidos en el aire espirado.
Durante la inspiración, el aire frío y seco es calentado hasta
37ºC y saturado de agua (44 mg de H 2O por litro). L a
inserción de un tubo endotraqueal anula la función de
calentamiento y humidificación de las vías aéreas altas
provocando sequedad mucosa. Esta sequedad mucosa
provoca inflamación, reducción de la función ciliar,
retención y espesamiento de secreciones (limitando el
intercambio gaseoso), riesgo de colonización bacteriana,
descenso de la temperatura de los pacientes (mayor cuanto
más pequeños) y oclusión del tubo endotraqueal por
secreciones.
235
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las tubuladuras y el tubo endotraqueal
reteniendo el calor y la humedad procedente
del aire espirado. Ejercen una acción similar
a la realizada por las fosas nasales, por ello
se denominan también “narices artificiales”.
Tipos de intercambiadores:
H M E hidrófobos (conductividad
térmica baja): eficaces para
filtración bacteriana y menos
eficaz para humidificación y
calentamiento.
HME hidrófilos: mejor
humidificación y calentamiento
pero sin filtro antibacteriano.
M ixtos.
Existen diferentes tamaños según el volumen
corriente aplicado y sólo están indicados en
caso de VM en la que se prevea corta
duración.
2. H umidificadores - calefactores:
a. Humidificadores de cascada con
cubeta rellenable y sistema no
auto desechable. Calientan el
agua mediante una resistencia
eléctrica regulable por un
termostato. El gas proveniente
del ventilador penetra en el
humidificador y circula por
debajo del nivel del agua
evitando que circule por zonas
del calentador con bajo
contenido en vapor de agua. Sin
embargo, el gas se enfría al
pasar por las tubuladuras y el
vapor de agua se condensa en
236
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ellas.
Ventajas: aporta mayor
humidificación que los
intercambiadores de calor y
humedad. Desventajas: la
temperatura no es constante, se
condensa agua en las
tubuladuras y es fácil la
colonización bacteriana.
237
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funcionamiento. En la mayoría de respiradores se realiza
mediante una lista de chequeo integrada que guía al usuario
en su realización. Son chequeos iniciales que en cada
respirador se denominan de manera diferente y es
imprescindible conocer.
238
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No es el objetivo de este capítulo extenderse en un sinfín de
detalles (circuitos, humidificadores, etc.) que pueden
condicionar una ventilación más adecuada de los pacientes.
Algunos aspectos están expuestos en otros capítulos de este
texto y, en cualquier caso, se remite al interesado a los
excelentes tratados que existen sobre ventilación mecánica.
Se presentan de manera somera los respiradores que pueden
cubrir las necesidades de la mayoría de los pacientes
pediátricos, dejando a un lado los respiradores específicos
(neonatales, alta frecuencia, transporte, no invasiva que serán
presentados en otros capítulos) y a un respirador neonatal
cuyo uso está muy extendido entre las UCIs mixtas.
Asimismo, se realiza un pequeño comentario sobre los
239
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respiradores empleados en anestesiología pediátrica.
240
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casa comercial) para comunicar salida
inspiratoria y entrada espiratoria.
5. Si existe un módulo de batería conectado, se
realizará una prueba de permutación
automática batería-red (seguir instrucciones).
6. Se conectará un sistema de tubuladuras,
nebulizador (en su caso) y humidificador; se
bloqueará la pieza en Y según indicaciones, y
posteriormente medirá la complianza del
circuito y preguntará si se desea compensar.
241
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control regulado
por presión
(VCRP).
CPAP/presión
soporte
(CPAP/PS).
Volumen
asistido (VS):
volumen
soporte.
Ventilación
mandatoria
intermitente
sincronizada
(SIM V-PC+PS,
SIM V-
VCRP+PS).
B i-vent: ajuste
de dos niveles
de presión en
los cuales puede
respirar
espontáneamente
sin restricciones.
Al seleccionar un modo de ventilación,
aparecen los parámetros que se deben
programar.
Automode (3). Conexión/desconexión de
dicha función. El ventilador se adapta a las
variaciones de la capacidad respiratoria del
paciente y cambia automáticamente de un
régimen controlado a un régimen asistido
mediante tres combinaciones posibles:
242
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Datos paciente/admitir paciente (4).
Nebulización (5).
Estado (6). Indica cuándo funciona con
corriente alterna y cuándo con batería, así
como el tiempo de batería disponible.
Teclas de función fijas (7). Silenciar alarmas
por 2 minutos, perfil de alarmas y
tendencias.
Teclas de acceso rápido (8). Acceso a soporte
de aspiración, bucles, escalas,
configuración de ondas, open lung tool y
escalas de open lung tool.
Tecla de menú (9). Se accede a una serie de
submenús: alarmas, revisión (tendencias,
ondas grabadas, eventos, configuración),
opciones, compensación complianza del
circuito, copiar (a record card), biomédico,
bloqueo de panel y cambio de categoría
paciente.
Tecla pantalla principal (10). Se pasa a
pantalla principal y bloquea el trabajo que
se estaba realizando.
Mando giratorio principal (11). Permite
seleccionar teclas menú (encuadradas en
azul), seleccionarlas (apretando), modificar
sus valores (girando el mando) y confirmar
el cambio (al apretar de nuevo).
Teclas de funciones especiales (12):
243
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Init. resp. El ventilador inicia
nuevo ciclo con los ajustes
actuales del mismo.
Resp O2 100%. Oxígeno puro
durante 1 minuto.
Prolongac. espiración. Cierre
de válvulas inspiratoria y
espiratoria, tras la espiración
(máximo 30 segundos).
Permite medir presión positiva
al final de la espiración
(PEEP) total.
Prolongac. inspiración. Cierre
de válvulas inspiratoria y
espiratoria, tras la inspiración
(máximo 30 segundos).
Permite medir presión al final
de inspiración, complianza
estática y hacer radiografías
inspiradas.
Botones de acceso directo (13). Permiten el
ajuste inmediato de los siguientes
parámetros de importancia vital, para cada
modo ventilatorio elegido:
Nivel de PEEP.
Concentración de O 2.
Frecuencia respiratoria.
Presión por encima de
PEEP/volumen corriente.
Indicador de conexión a red eléctrica (14).
(Verde).
Inicio/parada (15). De la ventilación o “en
espera” (amarillo).
244
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Otros ajustes (16). Acceso directo a los
ajustes disponibles.
Otros valores (17). Total de valores
disponibles.
Curvas (18). Aparecen de forma simultánea
las curvas.
Cuadro de valores medidos (19). M uestra
valores medidos y calculados de forma
digital. Si no se ajustan a los límites, se
destacan con ***.
245
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Figura 1B. SERVO-U (Maquet ® ) pantalla de inicio del ventilador en
espera con modos de ventilación invasiva y apariencia una vez
seleccionado un modo de ventilación.
246
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4. ATC (autotest corto): secuencia corta, de
unos 3 minutos, de pruebas que verifican el
buen funcionamiento, la ausencia de fugas,
mide la distensibilidad del circuito
respiratorio y la resistencia del filtro
espiratorio.
247
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El ventilador facilitará una serie de
instrucciones a seguir para valorar sensor de
flujo ATC, filtro espiratorio,
distensibilidad y resistencia del circuito.
Una vez que se han pasado (siempre que
ATC no detecte fallo o alerta) hay que
pulsar SAL IR ATC y posteriormente
ACEPTAR.
El ventilador realiza el ATE (autotest de
encendido), que mide la integridad del
sistema eléctrico (cada vez que se enciende
el ventilador, tras un corte de energía o tras
errores internos) y muestra la pantalla
Inicio del ventilador (Fig. 2B ).
248
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Figura 2B. Pantalla de inicio del respirador 840 Puritan Bennett
(Tyco ® ).
Una vez realizado el ATC, existe la opción de elegir
M ISM O PACIENTE y si se acepta, iniciará la ventilación
con los últimos parámetros programados, o NUEVO
PACIENTE en cuyo caso se tendrá que introducir el PCI
(peso corporal ideal) mediante el mando giratorio, y una vez
que se confirme se ajustarán de modo automático muchos
parámetros y límites de alarma (que se podrán modificar
posteriormente si se considera necesario) y tras pulsar
CONTINUAR aparecerán los siguientes parámetros:
249
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Tipo espontáneo. presión soporte (PS),
compensación del tubo endotraqueal (TC),
volumen asistido (VS) o NINGUNO. El
botón de ESPONT no aparece si se elige
modo AC. En el modo VS se aplicará
soporte de presión en las respiraciones
espontáneas para alcanzar un volumen tidal
objetivo.
Tipo de disparo. DISP-P (presión) o
DISP-V (flujo).
Límites de alarma.
Se debe pulsar CONTINUAR y aparecerán
más parámetros; la modificación de los
mismos, como la de los previos, pasa por
activar el parámetro, modificarlo girando el
mando rotatorio y confirmarlo, pulsando
dicho mando. Una vez que se termine,
pulsar ACEPTAR.
L a siguiente pantalla será la de
CONFIGURACIÓN DE APNEA, que
el ventilador determina automáticamente en
función del PCI introducido y el tipo
obligatorio de respiración, pero pueden ser
modificados a criterio del médico. Una vez
revisados/modificados pulsar ACEPTAR.
En este momento se puede conectar al
paciente, aunque la ventilación no empieza
hasta que detecta un paciente conectado. L a
parte superior de la pantalla (Fig. 2A)
mostrará los datos monitorizados (*) de
forma numérica (parpadean si están fuera de
rango); inmediatamente por debajo existe
un área de alarmas y mensajes de texto (**),
y debajo un área (***) dedicada a curvas,
registro de alarmas, etc. En la porción
250
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superior de la mitad inferior de la pantalla,
aparecerán los parámetros ventilatorios
programados, y debajo de la misma
aparecerán el modo, la configuración de
apnea, alarmas y otras informaciones (tipo
de humidificador, sensibilidad espiratoria,
sensibilidad de desconexión y sensor de
oxígeno) cuando se pulsen dichas teclas.
251
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espontáneas del paciente mediante una presión positiva
proporcional al flujo inspirado, que supera la resistencia
calculada de la vía aérea artificial. L o hace en pacientes de
PCI (peso corporal ideal) ≥ 7 kg y sirve para tubos
endotraqueales y de traqueotomía mayores de 4,5 mm.
Opción Bilevel
Opción PAV+
252
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Está diseñado para su uso en pacientes con un PCI (peso
corporal ideal) superior a 25 kg y un diámetro de tubo
endotraqueal o traqueotomía entre 6,0 y 10,0 mm. No debe
usarse esta opción para aplicaciones de ventilación no
invasiva y tampoco cuando existen fugas, ya que pueden
suponer un soporte ventilatorio excesivo e incomodidad para
el paciente.
No invasiva
253
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1. Silencio alarma: suprime la alarma acústica
durante 2 minutos.
2. L ímites de alarma.
3. Ajustes del ventilador: ajustes del modo y de
los parámetros.
4. Tecla libre para funciones posibles futuras.
5. Parámetros del sensor: calibración de
sensores y activación/ desactivación de la
monitorización.
6. Configuración del sistema: para la
configuración de funciones del aparato.
7. Inicio/Standby: para modo en espera o puesta
en funcionamiento.
254
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Figura 3A. Apariencia general del respirador Evita 4 (Dräger ® ).
255
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Figura 3B. Apariencia de la pantalla tactil del respirador Evita 4
(Dräger ® ) una vez se ha seleccionado un modo ventilatorio.
256
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Figura 4A. Apariencia general del respirador Evita XL (Dräger ® ).
257
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Amarillo: preparado para la operación.
Verde claro: operable, no activo (no en
Evita 4).
Verde oscuro: operable, activo o
confirmado.
258
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Respiración espontánea a presión
atmosférica. Denominada SB (spontaneous
breathing).
Respiración espontánea con presión
positiva continua en la vía aérea asociada o
no a presión de soporte. Denominada
CPAP (continuous positive airway
pressure) cuando no asocia presión de
soporte y ASB (assisted spontaneous
breathing) cuando asocia presión de soporte
en Evita 4 y XL . Denominada SPN-
CPAP/PS en Evita Infinity V500.
Ventilación mandatoria intermitente
sincronizada por presión. Puede asociarse a
presión soporte (denominada ASB en estos
respiradores) para las respiraciones
espontáneas. Denominada B IPAP
(B iphasic Positive Airway Pressure) en
Evita 4 y XL . Denominada PC SIM V en
Evita Infinity V500.
Ventilación controlada o asistida
controlada por presión. Denominada
B IPAP Assist (B iphasic Positive Airway
Pressure Assisted) en Evita 4 y XL .
Denominada PC AC (Asistida-Controlada)
y PC CM V (controlada) en Evita Infinity
V500.
Ventilación por liberación de presión.
Respiración espontánea con dos niveles de
presión diferentes: un nivel de CPAP
elevado y un breve período de presión baja
(release). Denominada APRV (Airway
Pressure Release Ventilation) en Evita 4 y
XL . Denominada PC APRV en Evita
Infinity V500.
259
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Ventilación asistida proporcional. M odo
espontáneo con presión de soporte en la
que dicha presión se ajusta para compensar
cierta complianza y resistencia del sistema
respiratorio del paciente. Asiste la
respiración espontánea del paciente
proporcionalmente al esfuerzo inspiratorio.
Si no hay respiración espontánea, se omite
completamente el apoyo mecánico.
Denominada PPS (Proportional Pressure
Support) en Evita 4 y XL . Denominado
SPN-PPS en Evita Infinity V500.
Autoflow. Se trata de una ventilación
controlada por presión con un esquema de
control adaptativo, es decir con un volumen
corriente objetivo (equivalente al VCRP de
M aquet, al VC+ de Puritan B ennett).
Ajuste adicional a modos de volumen.
Denominada Autoflow en los tres
respiradores.
Ventilación pulmonar independiente y
sincronizada, para cada pulmón con dos
equipos Evita interconectados (maestro y
esclavo). Denominado IL V (independent
lung ventilation).
260
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rescate. Denominada PC PSV (pressure
control-pressure support ventilation).
Respiración espontánea con presión
positiva continua en la vía aérea asociada a
presión de soporte variable para intentar
conseguir un volumen tidal pautado
(volumen de soporte). Denominada
SPNCPAP/ VS (Spontaneous-Continuous
Positive Airway Pressure/Volume
Support).
261
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Figura 5. Apariencia del respirador Evita Infinity V500 (Dräger ® ).
Compuesto por Infinity C500 (Unidad de control y visualización) y
Evita V500 (Ventilador).
Desde el punto de vista de diagnóstico permite la medición
de: PEEP intrínseca (PEEPi), de la presión de oclusión
(P0.1) y de la fuerza inspiratoria negativa (NIF) (Negative
Inspiratory Force) o máximo esfuerzo inspiratorio tras una
espiración.
262
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Quick set: regulación directa.
Pressure link: regulación
acoplada.
Tendencias de reclutamiento.
L ow flow PV-loop.
Smart care/PS: aplicación basada en el
conocimiento para la automatización de
directrices clínicas.
Evita 4 L ink: tarjeta de comunicación.
263
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complicaciones.
264
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presión baja. Este último suele
programarse de menor duración que en el
modo previo para que el paciente respire
preferentemente sobre la presión alta. En
ambos modos el soporte está limitado por
límite de presión alta.
VNI: ventilación no invasiva. Adaptación
del modo de presión de soporte con gran
capacidad de compensación de fugas (180
L /m) y de adaptación de las alarmas.
265
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Figura 6B. Detalle de la pantalla del respirador Hamilton G5® .
266
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267
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Figura 7. Apariencia general del respirador Babylog 8000 Plus
(Dräger ® ).
L os modos de ventilación comunes que incluyen estos
respiradores son los siguientes:
268
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ciclada por tiempo con patrón
predeterminado, o con volumen tidal
respiratorio objetivo (si se asocia garantía
de volumen), sincronizada con cada
inspiración espontánea del paciente.
Denominada SIPPV (Synchronized
Intermittent Positive Pressure Ventilation)
y en algunos modelos AC (Asistida-
Controlada) en B abylog 8000 Plus.
Denominada PC AC en VN500.
Ventilación mandatoria intermitente
sincronizada por presión. Ventilación
controlada por presión y ciclada por tiempo
con patrón predeterminado, o con volumen
tidal objetivo (si se asocia garantía de
volumen) y frecuencia predeterminados,
sincronizada con la inspiración espontánea
del paciente. Entre las emboladas de
ventilación sincronizadas, el paciente
respira de manera espontánea. Denominada
SIM V (Synchronized Intermittent
M andatory Ventilation) en B abylog 8000
Plus. Denominada PC SIM V en VN500.
En este último puede asociarse presión de
soporte, mientras que en B abylog 8000
Plus no es posible.
Presión de soporte con frecuencia respiratoria
de rescate. CPAP con presión de soporte
que cambia, en caso de apnea, a un modo
que administra respiraciones controladas
por presión con ciclo temporal con la
frecuencia respiratoria pautada como
rescate. Denominada PSV (Pressure
Support Ventilation) en B abylog 8000
Plus. Denominada PC PSV en VN500.
Respiración espontánea con presión
269
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positiva continua en la vía aérea.
Denominada CPAP (Continuous Positive
Airway Pressure) en B abylog 8000 Plus.
Denominada SPN-CPAP (Spontaneous-
Continuous Positive Airway Pressure) en
VN500 en el modo de aplicación de
ventilación no invasiva.
SPN-CPAP/PS (Spontaneous-Continuous
Positive Airway Pressure/Pressure
Support). Respiración espontánea con
presión positiva continua en la vía aérea
270
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asociada o no a presión de soporte.
SPN-CPAP/VS (Spontaneous-continuous
positive airway pressure/volume support).
Respiración espontánea con presión
positiva continua en la vía aérea asociada a
presión de soporte variable para intentar
conseguir un volumen tidal objetivo
(volumen de soporte).
SPN-PPS (Spontaneous-Proportional
Pressure Support). Ventilación asistida
proporcional. M odo espontáneo con de
presión de soporte en la que dicha presión
se ajusta para compensar cierta complianza
y resistencia del sistema respiratorio del
paciente. Asiste la respiración espontánea
del paciente proporcionalmente al esfuerzo
inspiratorio. Si no hay respiración
espontánea, se omite completamente el
apoyo mecánico.
PC MMV (Pressure Control-M andatory
M inute Volume Ventilation). Ventilación
mandatoria minuto. Volumen minuto total
preajustado-ajustado con volumen corriente
y frecuencia. El paciente puede respirar
espontáneamente y contribuir al volumen
minuto total. L a diferencia entre el
volumen minuto ajustado y el volumen
minuto espontáneo es compensado
mediante respiraciones mandatorias.
PC APRV (Pressure Control-Airway
Pressure Release Ventilation). Ventilación
por liberación de presión. Respiración
espontánea con dos niveles de presión
diferentes: un nivel de CPAP elevado y un
breve período de presión baja (release).
271
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Figura 8. Apariencia general del respirador VN500 (Dräger ® ).
272
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inspiración y no los elimina al exterior del circuito en cada
espiración. De este modo, reutiliza los gases de la
espiración para una nueva inspiración tras lavar el CO 2, lo
que implica un ahorro tanto económico, al gastar menos
gases anestésicos, como ambiental, ya que no elimina gases
anestésicos al medio ambiente.
273
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Bibliografía
274
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infants and children. 4ª ed. Philadelphia: Saunders Elsevier.
2009. 1099-126.
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15
http://www.kilimed.com/user_manual/babylog8000_en.pdf
275
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Capítulo 5
Sedación, analgesia y relajación
en el niño
con ventilación mecánica
Patricia García Soler (1)
Luis.Fco. Pérez Baena (2)
Milagros García López (3)
María José Arroyo Marín (4)
1 UCIP. Hospital Regional Universitario de Málaga. España
1. Introducción
El paciente ingresado en una Unidad de Cuidados
Intensivos Pediátricos (UCIP) está expuesto a numerosas
fuentes de ansiedad, miedo y dolor, ya sea derivado de su
patología de base o de los procedimientos a los que está
sometido diariamente, entre ellos la asistencia respiratoria.
L a analgesia y la sedación son una parte importante en el
manejo del paciente en ventilación mecánica, tanto para
facilitar la adaptación a la misma, disminuyendo la tasa de
asincronías y de eventos adversos (extubación accidental),
como para el tratamiento de las circunstancias que puedan
estar asociadas a la causa que ha motivado la necesidad de la
276
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ventilación mecánica (VM ) y que puedan producir ansiedad y
dolor (tipo de patología, realización de técnicas, aspiración
endotraqueal, tratamientos farmacológicos, impacto
psicológico ambiental).
2. Sedación
2.1. Conceptos
Cuando se habla de sedación farmacológica se deben tener
en cuenta los siguientes conceptos:
277
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2.1.3. Agitación
Presencia de movimientos frecuentes de la cabeza, los brazos
o las piernas o la desadaptación del ventilador, que persisten
a pesar de los intentos de tranquilizar al paciente por parte
de los padres o del personal encargado de su cuidado. L a
agitación condiciona muchos efectos deletéreos como el
aumento de la demanda de oxígeno y una mayor
probabilidad de autorretirada de dispositivos (sondas,
catéteres y tubo endotraqueal).
2.1.4. Ansiedad
Distorsión del nivel de consciencia que se traduce en un
aumento de la percepción del entorno y de la reactividad
inespecífica y vegetativa al dolor.
2.2. Monitorización
Se recomienda utilizar una escala validada que mida la
profundidad de la sedación, basándose en la capacidad del
paciente de reaccionar a estímulos, y que también sea capaz
de cuantificar el grado de agitación. Una adecuada
monitorización de la sedoanalgesia permite reducir el tiempo
de VM y la estancia en UCIP. Se han desarrollado múltiples
escalas clínicas para documentar la profundidad de la
sedación en los niños: la escala de COM FORT, la escala
de Ramsay, la escala de sedación de B ruselas, la escala de
sedación de la Universidad de M ichigan. En la encuesta
realizada por el Grupo de Estudio de Sedoanalgesia de la
SECIP en 2008, el 55% de las UCIP no utilizan
rutinariamente escalas para monitorizar la sedoanalgesia y
dentro de ellas la más utilizada es la de Ramsay (Tabla I),
debido a su sencillez y rapidez de valoración. L as guías
pediátricas recomiendan utilizar la escala de COM FORT
(Tabla II), diseñada específicamente para pacientes críticos
pediátricos en ventilación mecánica, pero de más difícil
278
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aplicación ya que evalúa ocho variables, con cinco categorías
cada una.
279
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280
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L a guía más reciente de la Federación Panamericana e
Ibérica de Sociedades de M edicina Crítica y Terapia
Intensiva (FEPIM CTI) de adultos recomienda utilizar la
escala de agitación-sedación de Richmond (Richmond
Agitation Sedation Scale: RASS) (Tabla III), que también
está validada en niños mayores de 5 años. L a escala RASS
parte del nivel cero en un paciente alerta y tranquilo, para
cuantificar la agitación en 4 grados (+4, combativo) y la
profundidad de sedación en 5 grados negativos (-5,
comatoso). Esta guía recomienda niveles de sedación entre 1
y -3 de la escala RASS (o Ramsay entre 2 y 4) para los
pacientes ventilados mecánicamente con tubo traqueal. Y
reservar el nivel RASS de -4 (o Ramsay 3 o 4) para aquellos
con VM por situaciones respiratorias complejas (por
ejemplo, asma grave o síndrome de distrés respiratorio
agudo [SDRA]), ya que con estos niveles de sedación se
observa frecuentemente amnesia anterógrada, que se asocia
con mayor incidencia de delirium y estrés postraumático.
Finalmente, la sedación profunda de nivel 5 o 6 de la Escala
de Ramsay o RASS -5 podría ser útil únicamente para el
tratamiento de la hipertensión intracraneal o en situaciones
como el tétanos o la hipertermia maligna.
281
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Cuando no sea factible el uso de escalas clínicas, por
ejemplo, en los niños que requieran bloqueo neuromuscular
y en pacientes con patología neurocrítica aguda, se
recomienda utilizar sistemas derivados del
electroencefalograma (EEG) para evitar infra y
sobresedación, entre los que destacan la entropía y sobre
todo el índice biespectral (B IS), el más utilizado y estudiado
de todos. El B IS es un parámetro adimensional derivado del
electroencefalograma (EEG) cuyo rango varía entre 0,
ausencia de actividad cerebral, y 100, completamente alerta.
Para una sedación consciente se considera apropiado valores
entre 60 y 80, mientras que para anestesia quirúrgica o
sedación profunda, el intervalo será entre 40 y 60. Cuando el
paciente no esté bajo el efecto de bloqueadores
neuromusculares hay que tener en cuenta que los artefactos
producidos por el electromiograma pueden aumentar
falsamente su valor. El B IS se utiliza en el 50% de las
UCIP españolas según la encuesta anteriormente
mencionada.
2.3. Fármacos
282
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No existe un fármaco sedante ideal para el niño crítico. En
primer lugar se debe garantizar una analgesia adecuada,
utilizando el menor nivel de sedación necesario para el
confort del niño, pero evitando la sobresedación que se
asocia a delirium, deprivación y estrés postraumático.
Asimismo, se debe contar con las medidas no
farmacológicas para disminuir la cantidad de fármacos
sedantes y analgésicos, especialmente en los casos en los
que se esté manejando un estado de sedación ligera (Tabla
IV). A continuación se describen los medicamentos sedantes
más usados en pediatría. Su dosificación se resume en la
Tabla V.
2.3.1. Benzodiazepinas
283
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prolongada y ventilación no invasiva (VNI).
Permite mantener unos niveles adecuados de
sedación, pero provoca amnesia anterógrada,
no tiene actividad analgésica, prolonga la
retirada de la VM y se asocia frecuentemente a
tolerancia y síndrome de abstinencia.
Lorazepam: tiene un efecto similar al
midazolam, con un tiempo de latencia mayor
y una vida media más larga. En las UCIP
españolas prácticamente no se utiliza por vía
intravenosa.
2.3.2. Ketamina
Derivado de la fenciclidina, antagonista no competitivo del
receptor NM DA, con efectos sedantes y analgésicos. Ejerce
su acción mediante la desconexión de los sistemas tálamo-
cortical y límbico, estimulando a este último y deprimiendo
al córtex, disociando así al sistema nervioso central (SNC)
de los estímulos externos. El resultado de este “aislamiento”
se caracteriza por una analgesia potente, sedación y amnesia,
mientras que se mantiene la estabilidad hemodinámica, la
respiración espontánea y los reflejos protectores de la vía
aérea. Es por ello y debido a su efecto broncodilatador una
opción considerada en la sedoanalgesia del paciente asmático
en VM , ya sea invasiva o no invasiva (ver apartado
Analgesia).
284
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285
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2.3.3. Barbitúricos
L os barbitúricos han sido reemplazados en gran parte por las
benzodiazepinas, mucho más inocuas. De hecho, no son
mencionados generalmente en las guías clínicas de
sedoanalgesia en niños. Deprimen reversiblemente todos los
tejidos excitables, carecen de especificidad en su efecto sobre
el SNC, su índice terapéutico es más bajo que el de las
benzodiazepinas y la tolerancia es más frecuente que con
estas. Dentro de las reacciones adversas se incluyen la
toxicidad tisular directa en la extravasación, alteración de la
función tiroidea, inestabilidad hemodinámica y depresión
respiratoria. Pueden producir todos los grados de depresión
del SNC, desde sedación leve hasta anestesia general y su
uso actual se limita al estatus refractario e hipertensión
intracraneal refractaria, siendo el tiopental sódico el más
comúnmente empleado.
2.3.4. Etomidato
Utilizado en la intubación traqueal por su rápida inducción
de la hipnosis y porque produce pocas alteraciones
hemodinámicas. Su uso está limitado en el niño crítico o
séptico porque puede producir insuficiencia suprarrenal
incluso con una única dosis.
2.3.5. Propofol
Es un potente anestésico de inicio de acción rápida (1 a 2
minutos) y efecto breve (10 a 15 minutos), utilizado tanto
para sedación consciente, como para sedación profunda en
función de la dosis administrada. No tiene efectos
analgésicos. El propofol actúa más rápidamente y parece
acortar la duración de la VM respecto al midazolam, pero
produce mayor repercusión hemodinámica. Es el hipnótico
de elección para procedimientos cortos (como la intubación)
286
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y para pacientes en los que se precisa reevaluación
neurológica frecuente, como en los pacientes neurocríticos
(traumatismos craneoencefálicos [TCE] y estatus
convulsivo).
287
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2.3.6. Agonistas α2-adrenérgicos
2.3.6.1. Dexmedetomidina
288
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Ramsay 2 – 3). Aunque su uso está autorizado para duración
inferior a 24 horas, su utilización más allá de este período
parece segura, sin aumento de los efectos secundarios.
2.3.6.2. Clonidina
2.3.8. Neurolépticos
L os neurolépticos de baja potencia como levomepromazina
también pueden utilizarse como sedantes, teniendo en cuenta
la posibilidad de que aparezcan síntomas extrapiramidales.
El haloperidol es utilizado en el tratamiento del delirium y
del síndrome de abstinencia.
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intravenosa en la UCIP. Otras indicaciones ya establecidas
en el paciente crítico pediátrico son el tratamiento del estado
asmático y epiléptico refractario. Dentro de los AInh, el
sevofluorano ofrece muchas ventajas en pediatría, debido a su
rápido inicio de acción, ausencia de irritación de las vías
aéreas, efecto broncodilatador, mínima depresión del centro
respiratorio, adecuada estabilidad hemodinámica y una
recuperación de la conciencia rápida.
290
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Sistema de vaporización, existen varios tipos::
Vaporizadores específicos
integrados en todas las máquinas
de anestesia.
Vaporizadores específicos
adaptados a determinados
respiradores de cuidados
intensivos como el Servo 900C.
Cámara de vaporización, el
dispositivo AnaConDa (ACD:
Anaesthetic Conserving Device,
dispositivo de conservación de
anestésicos, Sedana M edical,
Sundbyberg, Suecia), que se
puede conectar al circuito de
cualquier respirador, sin
necesidad de un aparato de
anestesia.
Analizador de gases anestésicos que mida la
concentración del AInh al final de la
espiración y permita titular la dosis del
mismo.
Sistema de eliminación de gases, para reducir
al mínimo la contaminación ambiental y
consiguiente exposición profesional. Se debe
conectar el puerto espiratorio del respirador a
un bidón con un absorbente específico (p. ej.,
Adalsorb, Contrafluran) o al sistema de vacío
centralizado del hospital.
291
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Y del circuito de ventilación del respirador y el tubo
traqueal, en pacientes con peso superior a 30 kg. Debido a
sus características técnicas, elevado espacio muerto (100 ml)
y resistencia al flujo de gas, se recomienda colocar el ACD
en la rama inspiratoria del respirador si el peso del niño es
inferior a 30 kg (Fig. 1B ). Su funcionamiento es muy
simple. El anestésico volátil se suministra a temperatura
ambiente, en estado líquido, por medio de una bomba de
jeringa a una varilla porosa, donde difunde y se vaporiza,
siendo arrastrado por el flujo de gas inspiratorio a los
alveolos. Durante la espiración, el 90% del AInh se
condensa en una membrana de carbón activado y se libera de
nuevo al pulmón en la siguiente inspiración. Esta función
de ahorro anestésico se pierde cuando el ACD se coloca en
la rama inspiratoria del circuito. L a velocidad de infusión se
ajusta en función del volumen minuto del paciente y de la
concentración deseada del anestésico al final de la espiración
(FEt).
292
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Figura 1. Montaje del dispositivo AnaConDA (ACD). A) Colocación
tras la pieza en Y en pacientes > 30 kg. Puede colocarse también en
el asa inspiratoria a la salida del respirador. B) Colocación en rama
inspiratoria en menores de 30 kg. Modificado de: Sacket PV,
Martling CR, Radell PJ. Three cases of PICU sedation with isoflurane
delivered by the “AnaConDa(R)”. Pediatric Anesthesia 2005;15:879-85.
Precauciones de uso del dispositivo ACD:
293
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Vamos® (Dräger) o el monitor Veo®
(Phasein).
2. Usar siempre la jeringa y la línea de
infusión suministrada por el fabricante, ya
que los AInh pueden disolver los materiales
plásticos habitualmente utilizados en las
jeringas estándar.
3. Evitar la formación de burbujas en el
interior de la jeringa durante su llenado y la
exposición a temperaturas elevadas. L a alta
presión de vapor de los AInh provoca que
se evaporen en el interior de estas burbujas
si la temperatura aumenta, haciéndolas
crecer y bombear más líquido anestésico en
el ACD, pudiendo provocar sobredosis.
4. Nunca purgar la jeringa manualmente o con
un volumen superior a 1,2 ml, por el riesgo
de sobredosis.
5. L a jeringa de infusión siempre tiene que
estar a un nivel más bajo que el paciente y
el dispositivo ACD por encima de la cabeza
del paciente, ligeramente inclinado, como
cualquier filtro intercambiador de calor y
humedad (H M E).
6. Se recomiendan sistemas de aspiración
cerrada para evitar la desconexión del
circuito.
7. Se desaconseja el uso de sistemas de
nebulización y humidificación, para evitar el
aumento de la resistencia espiratoria del
ACD debida al depósito de agua/fármaco.
8. Conectar el puerto espiratorio del respirador
a un sistema de depuración de gases
anestésicos, bidones con un absorbente
específico (por ejemplo, Adalsorb,
294
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Contrafluran) o al sistema de vacío
centralizado del hospital, para minimizar la
contaminación ambiental y consiguiente
riesgo de exposición profesional.
9. El dispositivo es de un solo uso y se debe
cambiar siguiendo el protocolo habitual
para los filtros H M E estándar (aunque
puede mantener sus propiedades un máximo
de 72 horas).
3. Analgesia
L a expresión e interpretación del dolor puede ser difícil en
pacientes críticos, sobre todo en lactantes y preescolares
incluso sin VM . Por ello la detección del dolor y su
evaluación es diferente en cada edad. En los mayores de tres
años se emplean métodos subjetivos o autoinformes,
basados en tablas adaptadas a la madurez del niño para
interpretarlas. Para los menores de tres años que sean
incapaces de expresar inteligiblemente la intensidad de su
dolor, se emplean métodos objetivos, usando parámetros
conductuales y fisiológicos que son valorados por un
observador (Tabla VI).
295
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en cuidados intensivos y postquirúrgicos presentan una
alteración de los mecanismos nociceptivos que puede causar
cambios en el comportamiento y la repuesta al estímulo
doloroso. En el postoperatorio de los niños sometidos a
trasplante cardiaco, la denervación impide la aparición de
taquicardia y la respuesta hipertensiva al dolor puede estar
muy atenuada, siendo los únicos signos midriasis,
sudoración, lagrimeo y vasoconstricción cutánea. Aunque
con limitaciones, el B IS puede ser de utilidad en estos
pacientes.
En general hay que asumir que los niños con patología que
indefectiblemente producirá dolor, deben ser tratados como
296
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si lo tuvieran, aunque el dolor no sea fácilmente detectable a
causa de la patología subyacente (traumatismo craneal),
tratamientos farmacológicos (sedantes a dosis hipnóticas o
miorrelajantes), incapacidad para expresar el dolor por la
edad (niños muy pequeños) o déficit neurológico.
3.1.1. Opiáceos
En VM los opioides son los fármacos más utilizados. Sus
aspectos farmacocinéticos, farmacodinámicos, indicaciones,
dosis y vías de administración pueden consultarse en
revisiones incluidas en la bibliografía. Deben ser utilizados
más cuidadosamente que en pacientes no críticos,
asegurando la volemia, las necesidades de inotrópicos y
titulando la dosis para evitar los efectos adversos. L a
administración en bolos deberá ser siempre lenta en 5 – 10
minutos. L a depresión respiratoria no constituye problema
en el paciente intubado, no obstante, en la fase de destete
del respirador hay que tenerla en cuenta. L as dosis quedan
reflejadas en la Tabla VIII.
297
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más en la biotransformación que las propias alteraciones
metabólicas, apareciendo en estos casos toxicidad y
prolongación del efecto de los opioides aun siendo la
función hepática normal, de modo que en la insuficiencia
hepática, aunque sea moderada deben evitarse. El
fenobarbital y la rifampicina estimulan el sistema del
citocromo P450 y producen el efecto contrario acelerando la
biotransformación.
298
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3.1.1.1. Morfina
Es un fármaco bien conocido y ampliamente estudiado,
algunas de sus propiedades farmacocinéticas (metabolitos
activos de eliminación renal) y farmacodinámicas
(repercusión hemodinámica, liberación de histamina),
pueden ser un problema en determinados pacientes, siendo
el fentanilo el fármaco más adecuado para la sedoanalgesia
del niño crítico con VM .
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3.1.1.2. Fentalino
Apenas se afecta por la insuficiencia hepática ya que su
metabolismo depende sobre todo del flujo hepático, y no
tiene metabolitos activos, por lo que puede utilizarse en
insuficiencia renal. Es, además, relativamente barato, estable
hemodinámicamente y con escasa o nula liberación de
histamina.
Tabla VII. Escala de Evans.
3.1.1.3. Remifentanilo
Es un opioide de uso más reciente cuya principal
característica es que, gracias a su pequeño volumen de
distribución (mayor acceso a los receptores) y su rápido
aclaramiento, tanto el inicio como la desaparición del efecto
300
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son muy rápidos (1 y 3 – 5 minutos, respectivamente). Otra
importante ventaja es su metabolización por esterasas
plasmáticas inespecíficas en ácido remifentanílico cuya
acumulación en la insuficiencia renal, dada su bajísima
actividad, no tiene implicaciones clínicas. De este modo, el
metabolismo y la eliminación del fármaco y por tanto, su
acumulación no varían en presencia de insuficiencia hepática
o renal. Se usa fundamentalmente en anestesia quirúrgica
asociado a propofol o anestésicos inhalados. B asándose en
su efecto analgésico, también se preconiza su empleo como
sedante en la VM de corta duración, especialmente cuando
la analgesia es un factor fundamental para la adaptación al
respirador. Tiene el inconveniente de su elevado coste frente
a otros opioides. Debido a la rapidez de desaparición del
efecto, la interrupción producirá la reaparición brusca del
dolor o la desadaptación al respirador necesitándose pautar
un analgésico de rescate antes de retirar la perfusión.
301
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3.1.1.4. Meperidina
Es más liposoluble que la morfina, produce menos
depresión respiratoria y menos sedación que la morfina. Su
vida media es de 2 a 4 horas cuando se administra en forma
de bolos. Puede administrarse también en perfusión
continua, im o vo. L a meperidina solo debe ser usada por
cortos períodos de tiempo, puesto que el producto de la
degradación conocido como normeperidina puede causar
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temblores especialmente en niños con una función renal
alterada.
3.1.1.5. Tramadol
Es agonista de los receptores κ y σ y antagonista μ. Produce
menos depresión respiratoria y tolerancia que otros opiáceos.
Tiene una vida media de 6 a 8 horas. Se utiliza vía oral, en
bolos iv o en ocasiones en perfusión continua, siendo la
dosis máxima por cualquiera de estas vías de 400 mg/día.
3.1.2. Ketamina
Potente agente hipnótico que provoca anestesia disociativa y
analgesia. Presenta mínimo efecto sobre la función
respiratoria, produce relajación del músculo liso bronquial y
no produce depresión hemodinámica, excepto en los
pacientes con agotamiento de las reservas de catecolaminas
endógenas (shock séptico y cardiópatas). Es un fármaco
adecuado para sedación y analgesia (incluida la intubación de
secuencia rápida) de pacientes con hipovolemia,
inestabilidad hemodinámica aguda, hiperreactividad
bronquial y riesgo de depresión respiratoria. También puede
ser útil en la sedación de pacientes con VM que presentan
broncoespasmo o estatus asmático (Tabla VIII). Dentro de
sus efectos secundarios destacan: la sialorrea/broncorrea (se
suele asociar atropina iv para evitarlo) y la aparición de
alucinaciones y delirio, que generalmente se previene
asociando benzodiacepinas o propofol a dosis bajas. Presenta
una vida media corta, cuando se administra iv el efecto se
inicia en menos de 1 minuto y se mantiene durante 15 – 20
minutos. L a ketamina está contraindicada en la hipertensión
arterial mal controlada, insuficiencia hepática, aneurismas y
en la hipertensión pulmonar; además, se debe utilizar con
precaución en los procesos infecciosos de la vía respiratoria
alta y en la laringotraqueomalacia por riesgo de
303
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laringoespasmo.
4. Relajación neuromuscular
L a relajación muscular debe ser la última opción terapéutica.
L as ventajas teóricas que ofrecen estos fármacos son:
304
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intracraneal, hipertensión pulmonar, tétanos,
hipertermia maligna, síndrome neuroléptico
maligno o hipotermia inducida).
Patología obstructiva grave (estatus asmático):
reservado para pacientes en quienes la
sedación profunda es insuficiente para reducir
el atrapamiento y la hiperinsuflación graves.
Se debe tener especial precaución ya que son
pacientes que suelen tener tratamiento
concomitante con corticoides, lo que puede
aumentar el riesgo de miopatía posterior.
H ipertensión intracraneal: debe evitarse y no
ser de uso rutinario pero puede considerarse
su uso cuando la sedación profunda es
insuficiente para prevenir los incrementos
peligrosos de PIC relacionados, por ejemplo,
con la tos, la aspiración o temblores,
preferentemente de forma intermitente.
Cirugías y patologías laringotraqueales que
precisen un tubo endotraqueal (TET) estable
e impedir extubación accidental.
305
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4.1. Tipos de miorrelajantes (Tabla IX)
4.1.1. Despolarizantes
4.1.1.1. Succinilcolina
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prolongada.
Contraindicaciones:
La contracción muscular
producida por la despolarización
puede provocar hiperpotasemia
por lo que estaría contraindicado
en: insuficiencia renal,
quemados, politraumatismo con
aplastamientos y grandes lesiones
musculares, lesionados
musculares, miotonías y
miopatías, y Guillain-B arré.
Antecedentes familiares de
hipertermia maligna porque
puede precipitar su aparición.
H eridas abiertas del globo ocular
porque aumenta la presión
intraocular.
Dosis: 0,5 – 1 mg/kg iv. L a estimulación
vagal y muscarínica se puede evitar
administrando previamente atropina 0,02
mg/kg (máximo 1 mg).
4.1.2. No despolarizantes
307
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la parálisis habitualmente es en sentido
contrario, siendo el diafragma el músculo que
se moviliza en primer lugar.
Reversión: neostigmina 0,06 mg/kg (dosis
máxima 2,5 mg) (inhibidor de la
acetilcolinesterasa, enzima que degrada la
acetilcolina; al aumentar la concentración de
esta, desplaza competitivamente a los
bloqueantes no despolarizantes).
4.1.2.1. Aminoesteroideos
308
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acción. Dosis: 2 mg/kg. Es importante
recordar que si se ha usado sugammadex en
las últimas 24 horas para revertir el bloqueo
muscular de estos relajantes y se precisa volver
a relajar al paciente (p. ej., tras fracaso de la
extubación que precisa reintubación y
conexión a VM ), se debe usar otro tipo de
relajante, bien despolarizantes o no
despolarizantes benzilisoquinolínicos.
309
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Debido a la variabilidad de la dosis/respuesta de los
relajantes neuromusculares en niños, la monitorización de su
efecto es imprescindible con objeto de utilizar la menor
dosis posible:
310
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en pacientes neurocríticos, y dificulta la
valoración del nivel y necesidad de
sedoanalgesia.
Duración prolongada del bloqueo por
acumulación o disminución del aclaramiento
del fármaco.
M iopatía del paciente crítico cuando se usa de
forma prolongada la relajación, por alteración
en el número y distribución de los receptores
de acetilcolina en la placa motora. Este
cuadro se potencia con el uso conjunto con
fármacos que potencian la acción de los
relajantes musculares, como los corticoides a
altas dosis, aminoglucósidos,
benzodiacepinas, mórficos, etc.
Taquifilaxia: descrita raramente para el
vecuronio, precisa aumento de la dosis
progresivamente para alcanzar el mismo
efecto. En estos casos se recomienda el
cambio a otro relajante de diferente familia.
5. Síndrome de abstinencia
El creciente empleo de fármacos sedantes y analgésicos
311
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conlleva consigo un aumento de sus efectos secundarios,
entre ellos el síndrome de abstinencia (SDA). El SDA
aparece principalmente con el uso de opiáceos y
benzodiacepinas y se relaciona habitualmente con la
disminución rápida o el cese brusco del fármaco. El
desarrollo de este síndrome aumenta el estrés del paciente,
interfiere con el destete respiratorio, complica su evolución y
prolonga su estancia en UCIP.
5.1. Conceptos
5.1.1. Tolerancia
Disminución del efecto de un fármaco con el tiempo o
necesidad de aumentar la dosis para conseguir la misma
eficacia clínica. L a misma concentración de fármaco en
plasma produce menos efecto.
5.1.3. Abstinencia
Conjunto de síntomas y signos físicos que se manifiestan
cuando se suspende bruscamente la administración de un
fármaco, una vez se ha establecido una dependencia física.
Una vez se suspende o disminuye la perfusión del fármaco,
la clínica comienza desde horas a días, dependiendo
fundamentalmente de la vida media del mismo y de sus
metabolitos, desde pocas horas en caso de vida media corta
(fentanilo, midazolam) hasta incluso días si es de vida
media larga (diazepam).
312
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Dado que la mayoría de centros utilizan opiáceos y
benzodiazepinas y que los síntomas generalmente se
solapan, hay autores que proponen hablar de SDA como
fenómeno único, sin distinguir entre el tipo farmacológico
que lo produce. L os síntomas más comunes son, en primer
lugar, los cambios del comportamiento (ansiedad, agitación,
insomnio, temblores, irritabilidad) y, en segundo lugar, los
cambios fisiológicos como febrícula/fiebre, taquicardia,
hipertonía, hipertensión arterial, sudoración, vómitos y
diarrea.
5.2. Diagnóstico
El diagnóstico es clínico, siendo fundamental una estrecha
vigilancia al iniciar el descenso de la sedoanalgesia, sobre
todo en niños que hayan precisado perfusión prolongada o
dosis elevadas. En el estudio multicéntrico del grupo de
sedoanalgesia de la SECIP, se encontraron como factores de
riesgo una perfusión continua durante más de 5 días tanto de
midazolam como de fentanilo, una dosis acumulada de
fentanilo mayor de 0,6 mg/kg, una dosis acumulada de
midazolam mayor de 40 mg/kg y una perfusión máxima de
fentanilo superior a 5 μg/kg/h. Se dispone de diferentes
escalas clínicas para ayudar al diagnóstico (Escala de
Finnegan, Cunliffe, WAT-1, SOS), ya que la
sintomatología es inespecífica y puede ser debida a otras
causas. L a Sophia Observation Withdrawal Symptoms Scale
es la única que ha sido validada en niños.
313
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L a estrategia más utilizada es la disminución
paulatina de las perfusiones. El ritmo de
descenso propuesto dependerá del tiempo
durante el que se ha recibido el fármaco,
encontrando pautas desde un 50% hasta un 2
– 5% al día.
L a instauración de un tratamiento sustitutivo
generalmente por vía oral, con fármacos
similares a los recibidos en perfusión
continua. Generalmente se utiliza metadona
como sustitutivo de los opiáceos y diazepam,
lorazepam o cloracepato dipotásico como
sustitutivo del midazolam en perfusión
continua. Se recomienda iniciar la terapia
sustitutiva enteral antes del cese definitivo de
las perfusiones para minimizar el riesgo de
SDA.
Optimizar la sedoanalgesia con el uso de
escalas clínicas para monitorización de la
sedación o con sistemas como el B IS, para
evitar la sobresedación y administrar menor
cantidad de fármaco.
Utilizar fármacos como la clonidina, la
gabapentina o la dexmedetomidina para
disminuir los síntomas de SDA y ayudar en el
proceso de retirada de los opiáceos.
314
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avanzar en la ventilación mecánica. En caso de
aparición de agitación, las perfusiones se
reinician a una dosis inferior a la previa
(generalmente la mitad), aunque el protocolo
varía entre centros. En adultos está
demostrando disminuir la dosis total de
fármaco requerida, la duración de la VM y la
estancia en UCI. Sin embargo, las
experiencias comunicadas no son extrapolables
a todo tipo de pacientes, siendo excluidos de
los estudios aquellos que requieren bloqueo
neuromuscular, pacientes neurológicos con
riesgo de hipertensión intracraneal o
convulsiones, y situaciones de inestabilidad
hemodinámica y respiratoria. En niños existen
escasos ensayos clínicos controlados y
aleatorizados o son de pequeño tamaño
muestral. L os problemas potencialmente
asociados a la IDS son la extubación
accidental, la retirada de catéteres y
dispositivos de monitorización, angustia,
aumento de la presión intracraneal y las
manifestaciones de abstinencia, pese a que en
los estudios pediátricos no se ha detectado
una mayor incidencia de eventos adversos.
Además, este esquema terapéutico genera
cierta reticencia y desconfianza por parte del
personal sanitario. Queda por establecer la
verdadera utilidad de este régimen en niños y
el perfil de pacientes en los que pudiera
aplicarse.
Utilizar los fármacos en bolos en lugar de en
perfusión continua. L a administración de
bolos está asociada a variación de la
concentración plasmática con picos y valles,
sedación excesiva y ansiedad. L a infusión
315
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mantiene la concentración más estable, pero
puede prolongar el tiempo para que el
paciente despierte, a causa de la acumulación
del fármaco.
Rotación secuencial de fármacos para evitar la
ocupación prolongada del receptor.
Administración conjunta con el opiáceo de
una perfusión de naloxona a dosis bajas o de
ketamina, para disminuir la dosis necesaria de
aquel y reducir potencialmente la tolerancia y
el SDA.
316
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ansiedad y dolor. L a sedación de un paciente
crítico se debe iniciar habiendo proporcionado
previamente una adecuada analgesia y tratado
las alteraciones fisiopatológicas reversibles
(hipotermia, anemia, etc). Asimismo el
empleo de relajantes neuromusculares solo
debe realizarse cuando el paciente se encuentre
adecuadamente sedado y analgesiado.
Facilitar el sueño y provocar amnesia.
Permitir una buena adaptación a la VM y
aumentar la tolerancia al TET. Uno de los
objetivos del empleo de fármacos sedantes y
analgésicos es evitar la asincronía que puede
llevar a un aumento del trabajo respiratorio y
del consumo de oxígeno. En la valoración de
un paciente con mala adaptación al ventilador
se deben considerar todos los factores que
pueden estar relacionados, tales como la
presencia de fugas, especialmente en VNI,
programación del respirador, presencia de
fiebre, estado hemodinámico, etc; no solo el
grado de sedoanalgesia. Por ello, la solución
a la mala adaptación a la VM no siempre es
aumentar la dosis o administrar bolos de
sedación, siendo muy importante descartar el
resto de posibilidades.
M inimizar los problemas respiratorios,
hemodinámicos y neurológicos derivados del
dolor.
Disminuir la respuesta al estrés y minimizar
las respuestas metabólicas y hormonales
secundarias al dolor.
L imitar el impacto de las agresiones
exteriores (ruidos, luz, personal) y como
premedicación en exploraciones y técnicas
317
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invasivas.
Evitar eventos adversos como la extubación
accidental o la pérdida de catéteres vasculares.
318
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6.1.1. Intubación programada
De usar atropina, este sería el primer fármaco a emplear. A
continuación se administra un sedante que puede ser
tiopental, midazolam o propofol si existe estabilidad
hemodinámica. En caso contrario se emplea etomidato
(salvo sospecha de shock séptico) y como alternativa a éste,
ketamina, que también puede ser útil para la intubación del
paciente asmático. Puede administrarse un analgésico para
tratar el dolor que produce el procedimiento, siendo en este
caso de elección el fentanilo o la ketamina, que combina
efecto analgésico y sedación. Cuando el paciente va
alcanzando la sedación profunda se administra un relajante
muscular y se procede a la intubación. Si el paciente no
presenta patologías que lo contraindiquen (ver anteriormente)
puede utilizarse succinilcolina y en caso contrario, un
relajante no despolarizante, siendo el rocuronio el más
indicado por su rápido inicio de acción. Como alternativa
también puede usarse vecuronio.
319
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neuromuscular de elección en estos casos.
320
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Para ello se deben utilizar varios de los fármacos ya
comentados anteriormente, siendo los sedantes más
empleados el midazolam o el propofol, teniendo en cuenta
en este último caso, que la duración de la perfusión ha de
ser preferentemente inferior a 72 horas. L a dexmedetomidina
es una alternativa que cada vez cuenta con más experiencia en
pacientes cardiovasculares y que puede emplearse además
para disminuir el riesgo de SDA a benzodiacepinas y
opiáceos. En aquellas unidades que cuenten con
equipamiento y experiencia al respecto, los AInh son una
opción también válida para conseguir el nivel de sedación
que requieren estos pacientes. L a mayoría de estos niños van
a necesitar una analgésico mayor, siendo los opiáceos los
fármacos más utilizados. Entre los disponibles en perfusión
continua, el fentanilo es el fármaco de elección por tener
menos efectos adversos, fundamentalmente a nivel
cardiovascular, aunque la morfina puede administrarse
especialmente en niños mayores con estabilidad
hemodinámica. Aunque la ketamina muestra asimismo buen
perfil de seguridad, su uso como fármaco de primera línea
suele estar relegado al paciente con aumento de resistencia
de la vía aérea inferior.
321
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Capítulo 6
Principios de ventilación
mecánica
Teresa Gili Bigata (1)
Ariel J. Garnero Guglielmone (2)
Alberto Medina Villanueva (3)
Mirella Gaboli (4)
Carolina Pérez González (5)
1 UCIP. Hospital de Sabadell. Corporació Parc Taulí. Universitat
Autònoma de Barcelona. España
2 Salem Hospital. Salem. Oregón. EEUU
3 UCIP. Departamento de Pediatría. Hospital Universitario Central
de Asturias.
Oviedo. España
4 UCIP, Neumología Pediátrica. Hospital Universitario Virgen del
Rocío. Sevilla. España
5 Departamento de Pediatría. Hospital de Basurto. Bilbao. España
1. Introducción
L a ventilación mecánica (VM ) consiste en proporcionar una
ayuda externa artificial a la respiración del paciente,
movilizando gas dentro de los pulmones y así asegurar una
correcta oxigenación de los tejidos y evitar la retención
carbónica. Cabe resaltar que la ventilación mecánica es un
procedimiento de soporte (no terapéutico) para la sustitución
temporal de la función respiratoria normal en aquellos
pacientes en los cuales esta función esté o pueda estar
326
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comprometida. Por otra parte, la VM puede provocar daño
pulmonar secundario dependiendo de la enfermedad del
paciente y la estrategia ventilatoria utilizada.
2. Insuficiencia respiratoria
Se define como la incapacidad del aparato respiratorio para
llevar a cabo un intercambio gaseoso adecuado que responda
a las necesidades metabólicas del organismo dando lugar a
un trastorno de ventilación y/o oxigenación.
327
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arterial de oxígeno (P aO2). Esta relación no es lineal y se
expresa mediante la curva de disociación de la H b.
2.2.1. Hipoxemia
L a hipoxemia se define como la disminución de la P aO2 en
sangre (ver cap. 3). Puede ser debida a:
2.2.1.1. Hipoventilación
Provoca un aumento de la presión parcial de dióxido de
carbono arterial (P aCO2) y, por lo tanto, un aumento de la
328
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P CO2 alveolar (P ACO2). El aumento de la P ACO2
disminuye la P O2 alveolar (P AO2) reduciendo la difusión del
oxígeno al capilar pulmonar y provocando hipoxemia.
Característicamente la hipoxemia por hipoventilación se
corrige rápidamente con pequeños aumentos de la fracción
inspirada de oxígeno (F IO2) y el gradiente A-aD O2 es
normal (excepto si hay atelectasias prolongadas que provocan
un aumento del A-aD O2).
V/Q < 1
L a disminución de la ventilación alveolar
(↓P AO2 + ↑P ACO2) provoca hipoxemia (P aO2
< 60mmH g) con P aCO2 normal o bajo, ya
que la hipoxemia estimula los
quimiorreceptores que dan lugar al aumento
del volumen minuto (V E ). Suele ser debido a
enfermedades que afectan a las vías aéreas o
al intersticio pulmonar. Es característico el
aumento del gradiente A-aD O2 y la
hipoxemia se resuelve administrando
oxígeno, siendo necesario aumentar su
concentración a medida que empeora la
ventilación para poder mantener una P aO2
normal.
Shunt intrapulmonar
En casos extremos con V/Q = 0, la perfusión
pulmonar no participa en el intercambio
gaseoso porque las partes pulmonares
perfundidas del pulmón no están ventiladas
(V = 0). L a sangre no oxigenada que proviene
de las unidades no ventiladas se mezcla con
la sangre oxigenada que proviene de las
329
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unidades bien ventiladas haciendo disminuir
la P aO2. Este proceso se llama cortocircuito
o shunt intrapulmonar y se calcula
comparando el contenido de oxígeno arterial,
con el de sangre venosa mixta y el del capilar
pulmonar (ver cap. 11, 12 y 24).
El shunt intrapulmonar suele ser debido a
enfermedades con ocupación alveolar
(neumonía, edema, síndrome de distrés
respiratorio agudo [SDRA], hemorragia) o
atelectasias, y deberá ser diferenciado de un
shunt extrapulmonar (shunt intracardiaco,
malformación arterio-venosa y síndrome
hepatopulmonar). También se observa el
efecto shunt en el asma por obstrucción de
pequeñas vías aéreas.
L a P aO2 disminuye proporcionalmente con el
aumento del shunt, en cambio, la P aCO2 se
mantiene constante porque aumenta el V E de
forma compensatoria, hasta que el shunt es >
50% , momento en el cual aparece la
hipercapnia. El reflejo protector pulmonar
para mejorar la hipoxemia en situación de
shunt intrapulmonar es la vasoconstricción
pulmonar hipóxica que corrige parcialmente
los desajustes de la V/Q regional mejorando
la P O2 a expensas de aumentar la resistencia
vascular pulmonar.
Si el shunt es > 30% (en personas sanas el
shunt intrapulmonar es < 10% ) la hipoxemia
no mejora con oxígeno porque hay sangre del
capilar pulmonar que no entra en contacto
con los alvéolos con alto contenido de
oxígeno. En estos casos es necesario reclutar
los alvéolos y maximizar el volumen
pulmonar con presión positiva (ver cap. 26).
330
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L as enfermedades que causan fracaso
respiratorio hipoxémico suelen tener una
coexistencia de trastornos de V/Q y de shunt.
V/Q > 1
También se encuentra hipoxemia cuando la
ventilación alveolar excede la perfusión
pulmonar (↑P ACO2 + ↓P AO2). A la porción
pulmonar que no puede llevar a cabo el
intercambio gaseoso porque no está
perfundida (Q = 0 en un caso extremo), se le
llama volumen de espacio muerto alveolar.
L a suma del volumen de espacio muerto
alveolar y el volumen de espacio muerto
anatómico (vías aéreas que no participan en el
intercambio gaseoso) es lo que se conoce
como espacio muerto fisiológico (V D ).
H abitualmente el V D es un 30% del total de
la ventilación, si aumenta esta proporción se
produce hipoxemia e hipercapnia por falta de
intercambio gaseoso.
Esta situación se encuentra en enfermedades
con disminución de la perfusión pulmonar:
hipotensión, embolismo pulmonar o
sobredistensión alveolar durante la VM . L a
relación volumen de espacio muerto/volumen
corriente (V D /Vc) se puede calcular con la
diferencia entre la P aCO2 y la CO 2 exhalada
(EtCO2).
331
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coexiste un trastorno de V/Q. L os trastornos de difusión se
caracterizan por un empeoramiento de la hipoxemia durante
el ejercicio ya que el aumento del gasto cardíaco acorta el
tiempo de la difusión.
2.2.2. Hipercapnia
L a causa más frecuente de hipercapnia es la hipoventilación
alveolar. L a ventilación alveolar a su vez, puede disminuir
por una reducción del V E o por un aumento del V D . L a
disminución del V E suele ser debido a enfermedades
neuromusculares, procesos que deprimen el sistema nervioso
central (SNC), alteraciones de la caja torácica (que incluye
desde la cifoescoliosis al atrapamiento aéreo ya que
dificultan la dinámica de la musculatura respiratoria) y la
fatiga muscular (cuando no es posible generar una presión
negativa pleural suficiente para mantener el V E como en las
obstrucciones graves de la vía aérea).
332
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producción de CO 2 ya que en condiciones normales el SNC
incrementa el V E para mantener niveles normales de P aCO2.
Causas de aumento de la producción de CO 2 son la fiebre y
la actividad muscular intensa (hipertonía, ejercicio).
333
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334
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2.3.1. IRA tipo I (hipoxémico)
Dificultad en el intercambio de oxígeno debido a un
trastorno V/Q que da lugar a una mezcla de la sangre arterial
con la venosa de origen no cardíaco. Se caracteriza por
hipoxemia (P aO2 < 60mmH g), P aCO2 normal o baja,
aumento del A-aD O2 (> 15 – 20 mmH g) y pobre respuesta
al aumento de oxígeno inspirado.
335
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hipoxemia (IRA tipo I), mientras que la obstrucción grave
de las vías aéreas (asma grave) y la afectación de la bomba
respiratoria provocan un disbalance entre la carga y la
potencia respiratoria e hipercapnia (IRA tipo II).
3. Indicaciones de intubación y de
ventilación mecánica
L as indicaciones de instauración de una vía aérea artificial
mediante la colocación de un tubo endotraqueal o
traqueostomía no necesariamente son las mismas que las
336
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indicaciones de VM (Tabla II).
337
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3.1.3. Lavado bronquial: aspiración de secreciones
Indicación relativa ya que si el paciente lo permite se puede
realizar fibrobroncoscopia. En estos casos una interfase de
ventilación no invasiva (VNI) no aseguraría la vía aérea, por
lo tanto, dicha técnica estaría contraindicada.
338
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respiratorio de forma invasiva o no invasiva. L as
indicaciones de VNI serían las mismas que en VM invasiva
pero en un estadio menos avanzado de la enfermedad y si no
existen contraindicaciones (ver cap. 19).
339
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procedimientos.
340
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4.2.1. Ventilación a presión positiva
Para producir una ventilación, el ventilador eleva la P aw por
encima de la presión alveolar al fin de la espiración (PEEP).
P aw > P alv, P alv = PEEP por lo que la P aw > PEEP.
341
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mecánicos
Un ventilador mecánico es una máquina automatizada
diseñada para asistir o reemplazar la función natural de los
músculos respiratorios, ayudando a conseguir el Vc
necesario para una adecuada ventilación y permitiendo,
además, manipular la PEEP para asegurar una adecuada
oxigenación.
342
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interna de trabajo del ventilador se reduce por medio de
válvulas reductoras internas. Esto previene que tales
fluctuaciones afecten al ventilador.
343
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de PEEP/CPAP. L as válvulas han evolucionado desde
válvulas de orificio fijo, a válvulas de orificio variable
manuales y posteriormente a válvulas digitales, que se
utilizan en los ventiladores de UCI actuales, y que permiten
una variedad y flexibilidad en el control del flujo
inspiratorio. También permiten la espiración dentro del
tiempo inspiratorio (Ti) permitiendo liberar la presión extra
producida por las exhalaciones activas del paciente durante el
Ti con el objetivo de mejorar el confort del paciente (p.ej.,
válvulas flotantes o floating valves en la ventilación con
liberación de presión de la vía aérea o airway pressure realese ventilation
[APRV]).
344
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6.1. Ecuación del movimiento
Para entender como interacciona una máquina con el
paciente para realizar el trabajo necesario para ventilarlo, se
utilizan modelos de mecánica respiratoria. Estos modelos
ilustran y simplifican la compleja relación entre las variables
de presión, flujo y volumen con las impedancias (resistencia
[R] y complianza [C]) a lo largo del tiempo.
345
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Esta ecuación muestra que las presiones generadas por el
ventilador y/o el paciente, para conseguir un flujo y un
volumen inspiratorios, deben ser aquellas necesarias para
vencer las cargas creadas por la R y la C.
346
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el comportamiento de las variables incluidas
en un sólo lado de la ecuación. Además, se
puede simplificar el problema dado que las
variables de volumen y de flujo están
relacionadas matemáticamente (el flujo es la
derivada del volumen con respecto al tiempo
y el volumen es la integral del flujo en un
periodo de tiempo), por lo tanto el control de
una implica el control directo de la otra
(desde el punto de vista práctico se engloba
el control de una en la otra).
Como conclusión, se puede establecer que
los respiradores controlan durante la
inspiración la “presión” o el “volumen”, pero
nunca las dos variables a la vez. Existe una
tercera opción en la que no se controla ni el
volumen ni la presión, sino el “tiempo
inspiratorio y el tiempo espiratorio”.
A la variable controlada también se la
denomina variable independiente, ya que ante
cambios en las impedancias el ventilador
realizará los ajustes necesarios para “controlar
su variación” a lo largo del tiempo y
lógicamente su grafica tendrá la misma forma
en cada ventilación (ver esquemas de control
de asa cerrada o closed loop).
L as variables incluidas en el lado “no
controlado” de la ecuación se llaman
variables dependientes, ya que sus valores
dependen de los ajustes realizados por el
ventilador para mantener la variable
controlada dentro de los valores esperados.
L a representación gráfica de las variables
independientes tendrán formas diferentes en
cada inspiración.
347
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Como se abordará en la descripción de los
modos con esquemas de “control dual”, bajo
ciertas condiciones (variables condicionales),
estos modos pueden, dentro de una misma
inspiración, pasar de controlar la presión a
controlar el volumen o viceversa.
348
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El ventilador y el paciente constituyen un sistema en el cual
el ventilador tiene la función de controlar la ventilación del
paciente por medio de un sistema de entrega. L os productos
de salida (outputs) del ventilador son la presión, el flujo y el
volumen, que van a ser generados durante la inspiración.
349
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diferencia deseada respecto a la variable medida. El
ventilador mide una señal generada por el paciente y el
controlador comanda al efector para que genere una respuesta
de manera que se obtenga la diferencia deseada. Por lo tanto,
se puede decir que actúa como un amplificador del paciente.
350
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Figura 2. Representación gráfica del ciclo respiratorio con flujo
constante. Ti: tiempo inspiratorio; Te: tiempo espiratorio; Tp:
tiempo de pausa.
351
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Número de ciclos que se repiten en un minuto.
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6.4.4.2. Pausa inspiratoria
Periodo de tiempo durante el cual las válvulas inspiratorias y
espiratorias permanecen cerradas, atrapando el volumen
inspirado dentro del sistema tubuladura-paciente.
353
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variable relacionada con la ecuación de la dinámica del
aparato respiratorio (presión, flujo, volumen y tiempo) se
mide y es utilizada para iniciar, desarrollar o finalizar la
respiración.
354
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clasificación de las ventilaciones.
355
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inspiratoria (poco utilizado en
respiradores modernos).
Actividad eléctrica del
diafragma: ver caps. 10 y 19.
Impedancia. Detectan
movimientos de la pared
torácica (cápsula de Gaseby). Se
utilizan en algunos respiradores
neonatales.
L a máquina puede ser activada por variables
que no son voluntad del paciente, pero son
interpretadas por el ventilador como esfuerzos
del paciente. Esto se denomina autodisparo
(autotriggering) (ver cap. 15).
356
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(ver modos duales).
357
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Tiempo: la inspiración termina cuando se
llega a un Ti programado. El Ti ideal
debería ser el suficiente para que el flujo
inspiratorio llegue a cero; cuando esto se
produce la presión del ventilador y la P alv se
igualan.
Flujo: la inspiración termina cuando el flujo
inspiratorio cae por debajo de un porcentaje
(fijo o programado por el operador) del flujo
pico alcanzado. Este tipo de ciclado se
considera que es producido por el paciente ya
que es la interacción de la presión de soporte
(PS) con su mecánica respiratoria la que lo
determina (ver ventilaciones espontáneas).
Por onda virtual desfasada de flujo o shadow
trigger: específico del Autotrack® (Philips).
6.5.4. Espiración
358
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mide con respecto a la P atm. Generalmente
los respiradores miden la P atm aunque
algunos no tienen esa posibilidad y se debe
introducir el dato para aplicar las correcciones
necesarias (p.e., muchos respiradores de
transporte).
L a línea de base o cero corresponde con la
P atm y se denomina ZEEP (Zero End
Expiratory Pressure). Al programar un nivel
de PEEP/CPAP se está determinando que la
línea de base ahora va a ser supratmosférica
(debe tenerse en cuenta que la P atm se mide
en mmH g y la PEEP en cmH 2O). L a
sensibilidad (trigger) por presión se mide desde
la línea de base o cero (PEEP), este aspecto
es importante si existe atrapamiento aéreo
(ver cap. 28).
6.6.1. Mandatorias
359
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como controladas (cuando son iniciadas por
el respirador basándose en una Fr programada
que se activa en caso de que el paciente no
tenga la capacidad de hacerlo) o asistidas
(cuando son iniciadas por el paciente).
Una ventilación empezada y/o terminada por
el paciente durante la “ventana de
sincronización” se considera que es empezada
por la máquina ya que esta la máquina la
hubiera iniciado de todos modos. Esto es
importante distinguirlo en modos como
APRV ya que de otra manera se considerarían
espontaneas y el paciente respiraría
espontáneamente dentro de una ventilación
espontanea, lo cual no es posible.
Cualquier tipo de intervención de la
máquina, ya sea en el inicio o en el fin de
una ventilación, determina que ésta sea
mandatoria.
6.6.2. Espontáneas
360
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Pueden ser “soportadas ” o “no soportadas ”:
6.6.2.1. Soportadas
Durante la inspiración la presión inspiratoria se eleva por
encima de línea de base, indicando que el ventilador asiste al
paciente generando parte del trabajo respiratorio (presión de
soporte, ATC, etc.).
6.6.2.2. No soportadas
Durante el ciclo respiratorio la presión se mantiene
constante, por lo tanto, el ventilador no participa en el
trabajo respiratorio (presión de positiva continua o CPAP).
No es una buena práctica que el paciente realice
ventilaciones espontáneas no soportadas si está intubado o
es portador de traqueostomía.
361
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inspiración.
362
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tiempo).
El limite máximo de presión que el
ventilador puede generar puede aumentar
automáticamente. Está determinado por la
alarma de presión máxima (PIPmax). El
sistema de control de asa cerrada negativo
realiza estas funciones automáticamente.
Desde el punto de vista del paciente la mejor
forma de entender cómo llega el gas al
alveolo en VC es considerando que el
respirador trabaja como un generador de alta
presión, es decir, la presión de trabajo interna
del respirador es mucho mayor que la que se
puede alcanzar en la vía aérea del paciente,
originando una onda de flujo constante (ver
cap. 1).
H ay diferentes ondas de flujo inspiratorio:
Constante, cuadrada o
rectangular.
Rampa descendente o triangular
con pico de flujo inicial.
Rampa parcial o trapezoidal.
Rampa ascendente con pico de
flujo final.
Sinusoidal.
363
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demanda del paciente y que determina que el modo cambie
automáticamente la variable de control de volumen a presión
(ver modos de control duales).
364
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determinará un aumento del
flujo pico inspiratorio (Tabla
IV).
En las dos opciones anteriores el Ti, ya sea
programado directamente o programado
indirectamente, coincide con el tiempo de
flujo inspiratorio. Normalmente y a criterio
del usuario se programa un Tp. En la
mayoría de los ventiladores se programan
independientemente (Tp o % de pausa) y
suele ser de 1/3 del Ti. Este tiempo se añade
al Ti original (tiempo de flujo inspiratorio o
de entrega). Durante ese tiempo las válvulas
inspiratoria y espiratoria permanecen cerradas,
atrapando intencionalmente el Vc dentro del
sistema.
L a P plat será igual para todas las ondas de
flujo si se entrega el mismo Vc, sin embargo
la PIP dependerá de la onda de flujo
seleccionada a iguales condiciones de
impedancias.
El control del volumen permite un mejor
control de la ventilación alveolar al ser el Vc
estable, lo que a su vez permite un mejor
control de la P aCO2.
Cuando la R se eleva o la C disminuye la
PIP generada va a aumentar. Se debe tener en
cuenta que la presión que refleja la P alv
durante la inspiración será la P plat . L a
diferencia entre PIP y P plat refleja la presión
necesaria para vencer las resistencias. Por
tanto no lesiona el alveolo (ver caps. 1, 16 y
24).
L a alarma fundamental será la de PIPmax.
Además se deberá medir la Pplat
365
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periódicamente, con el objeto de valorar los
cambios en C y R. Esta alarma al alcanzarse
determina la terminación inmediata de la
inspiración.
En VC al ser Vc, onda de flujo, pico flujo
invariables (“oferta fija”) pueden generarse
asincronías (ver cap. 15) como consecuencia
de las “demandas variables” del paciente. En
relación con esto, es importante programar la
alarma de PIP mínima (en los ventiladores
que dispongan de ella) que alertara sobre
fugas o desconexiones, además de las
despresurizaciones causadas por esfuerzos
inspiratorios excesivos del paciente con una
mayor demanda de flujo. Esta situación fue
la que determinó la introducción de los
“modos con esquema de control dual” con la
intención de que el paso hacia el control de
la presión permita aumentar el flujo
adaptándolo a las necesidades del paciente.
El volumen solamente puede ser la variable
controlada en las ventilaciones mandatorias
pero no en espontáneas. El control del
volumen implica que el mismo Vc, onda,
flujo pico serán suministrados en cada
ventilación y sus valores no pueden ser
alterados por el paciente; mientras que en una
ventilación espontánea, todos estos valores
son determinados por el paciente.
366
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6.7.2. Control de la presión (PC)
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inspiración: determinado por la
máquina, basado en señales
procedentes del paciente y
modificable dentro del Ti.
Cuando la presión es constante se considera
una variable limitada. La máquina
suministrara inicialmente el flujo necesario
para llegar al nivel de presión deseado y
posteriormente lo regulará para mantenerlo
constante (en el punto en el que se mide)
hasta que se cumpla la variable de ciclado.
L a grafica de presión-tiempo tendrá una
forma plana o limitada al nivel de presión
preestablecido, independientemente de las
variaciones de R, C o del esfuerzo del
paciente (variable independiente). El nivel de
presión predeterminado será considerado
como el “valor de referencia” (ver caps. 8 y
13).
El sensor mide la presión en el circuito y sus
valores son reportados al controlador. Ante
cualquier presión menor a la esperada el
controlador comanda la generación de un
flujo inspiratorio para restaurar la presión al
nivel deseado.
L os flujos son variables y no están
pretederminados como ocurre en VC.
L a forma de las graficas de flujo-tiempo y
consecuentemente la de volumen-tiempo
dependerán de los ajustes realizados por el
ventilador (variables dependientes).
Este proceso automático de control de la
presión es llevado a cabo por medio del
“control de asa cerrado negativo” en aquellos
modos en los que la presión se trata de
368
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mantener a un nivel constante dentro de una
inspiración. En aquellos modos con presión
inspiratoria variable (NAVA, PAV, etc.) el
control de la presión se realizará mediante el
“control de asa cerrado positivo”. El flujo,
por lo tanto, pasa a ser la variable
manipulada por el controlador durante la
inspiración y no tiene que ajustarse a valores
predeterminados por el operador como ocurre
en VC.
En un paciente pasivo la forma de la gráfica
de flujo tiene un flujo pico inicial muy rápido
que luego decae exponencialmente (también
llamado flujo decelerante). El ángulo de
caída depende de las impedancias del sistema
(a mayor τ menor pendiente) así como del
esfuerzo del paciente.
El flujo en un paciente activo puede tener
formas muy irregulares y diferentes que
representan la capacidad de variar del flujo
inspiratorio por parte de la máquina, para
mantener el nivel de presión estable.
El operador solamente puede, por medio del
control de la velocidad de presurización
(rampa o rise time), graduar el ángulo de
elevación inicial del flujo inspiratorio,
haciendo que el nivel de presión se obtenga
más o menos rápido. Esta velocidad de
presurización se debe regular en base al
confort del paciente, siendo útil la valoración
de la fase inicial de la gráfica de presión-
tiempo (ver cap. 15). En ciertas ocasiones,
una presurización muy rápida puede originar
un pico de presión (overshooting) que puede ser
el origen de asincronías (ciclado prematuro,
doble disparo). Velocidades de presurización
369
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muy lentas pueden hacer que el nivel de
presión programado se obtenga al final de la
inspiración o no se obtenga (ver Fig. 8 del
cap. 8). En este sentido, la velocidad de
presurización restringe la libertad del flujo
inspiratorio.
Cuando la máquina determina el nivel de
presión momento a momento, la gráfica de
presión-tiempo no va estar limitada a un
valor constante dentro de una inspiración,
sino que va a tener formas variables, al igual
que la de flujo-tiempo y volumen-tiempo.
Esta variabilidad está condicionada por la
propia variabilidad de la señal recibida del
paciente y que el respirador amplifica a un
valor determinado por el operador. L a
variación la presión es un objetivo
intrarespiratorio del control de asa cerrado
positivo.
Desde el punto de vista del paciente la mejor
forma de entender cómo llega el gas al
alveolo en PC es considerando que el
respirador trabaja como un generador de baja
presión, es decir, la presión de trabajo interna
del respirador, producida por la regulación
del flujo por el respirador, es similar a la que
se puede alcanzar en la vía aérea de un
paciente, generando un flujo inspiratorio
decelerante (ver cap. 1).
El sensor de presión se puede encontrar
dentro del ventilador (el respirador debe
compensar el volumen compresible de las
tubuladuras) o en la “Y ” (vulnerable a
secreciones o agua).
Cuando se controla la presión existen dos
370
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criterios de ciclado:
Tiempo: la inspiración termina
cuando se llega a un Ti
programado.
Flujo: la inspiración termina
cuando el flujo cae por debajo
de un porcentaje del flujo pico
alcanzado. Puede ser fijo (Evita
4, B abylog 8000), regulado por
el operador (la mayoría de los
respiradores modernos) o
automáticamente por la
máquina (Autotrack® de
Philips). Este tipo de ciclado
se considera que es producido
por el paciente ya que es la
interacción de la PS con su
mecánica respiratoria la que lo
determina.
L os criterios protectivos de ciclado son:
Por tiempo: en el caso de que
el flujo no caiga a valores de
ciclado por fugas y la máquina
prolongue el tiempo de entrega
la PIP (tiempo inspiratorio de
la máquina [Tim]).
Por presión: por aumentos de
presión por encima de la alarma
de PIPmax.
El Vc variará en función de la τ (C y R). Un
mismo nivel de presión va a generar menores
Vc si aumenta R o disminuye C. M uchos
operadores cambian del control del volumen
a control presión debido al temor que les
produce altas PIP, buscando seguridad en
371
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presiones limitadas como manera de proteger
las áreas normales del pulmón, aunque esto
no está demostrado. Pero, ante pacientes con
esfuerzos espontáneos, esta supuesta
protección, se puede diluir al generarse Vc
altos ya que aumentará la presión
transpulmonar al sumarse la presión pleural a
la P alv.
L a gran ventaja de los modos que controlan
la presión es la capacidad de adaptación del
flujo inspiratorio a las demandas variables del
paciente activo, siendo imprescindible vigilar
los Vc generados
L as principales alarmas a programar serán:
Vc bajo, Vc alto y V E .
El máximo Vc que un nivel de presión puede
generar se producirá cuando las presiones en
la vía aérea y nivel alveolar se igualen. Esto
se observa en la grafica de flujo-tiempo
(cuando el flujo inspiratorio desciende hasta
la línea de base) y determina el Ti ideal para
las ventilaciones mandatorias. El Ti
programado deberá ser como mínimo igual al
Ti ideal. Cuando se alcanza el Ti ideal, la
P plat y la PIP se igualan, lo que traduce que
no existe flujo inspiratorio y se ha entregado
todo el Vc posible. El Ti ideal varía en
función de la τ, y en el caso de altas R el fin
del Ti programado puede cortar el flujo
inspiratorio (ver cap. 1, 8 y 24). Si el Ti
ideal es menor del Ti programado se creará
una pausa inspiratoria.
Si el alveolo no se vacía completamente antes
del comienzo de la siguiente inspiración se
incrementará la presión alveolar al final de la
372
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inspiración (PEEP intrínseca o PEEPi) y se
disminuirá el diferencial de presión,
disminuyendo el Vc entregado. Este aspecto
también tiene repercusión sobre la
programación del trigger inspiratorio (ver
cap. 28).
L a presión pueden ser controlada durante las
ventilaciones mandatorias y las espontáneas.
373
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6.9. Secuencia ventilatoria
El tipo de ventilaciones presentes o posibles dentro de un
modo es determinado por la secuencia ventilatoria. L a
secuencia ventilatoria determina el tipo de ventilaciones que
constituyen o son posibles en un modo. Dado que sólo
existen dos tipos de ventilaciones (mandatorias y
espontáneas), se obtienen 3 combinaciones o secuencias
posibles entre ellas:
374
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No hay ventilaciones mandatorias en ningún
momento.
Sólo se puede controlar la presión durante la
inspiración.
Pueden ser soportadas (PS/ATC) o no
soportadas (CPAP).
No hay Fr programada.
375
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espontáneas).
L as ventilaciones mandatorias, se las
identifica también como ventilaciones
principales y a las espontáneas como
ventilaciones secundarias. Esta distinción es
importante a la hora de especificar los
esquemas de control.
Teniendo en cuenta que la IM V permite la
coexistencia de ventilaciones mandatorias y
espontaneas, mientras que la CM V no
permite espontáneas (clásicamente asistida-
controlada o AC), modos como APRV o
B ilevel se clasifican como IM V. Si bien el
Te es muy corto para respirar
espontáneamente, si se alarga se podría
conseguir (p.ej., B IPAP).
Aquellos modos controlados por presión que
no permiten ventilaciones espontaneas entre
las mandatorias, pero permiten ventilar
espontáneamente dentro del Ti (válvulas
flotantes), no se clasifican como IM V sino
como CM V.
Antiguamente se denominaba SIM V. L a S
representaba la capacidad de sincronizar las
ventilación mandatorias con el esfuerzo del
paciente al contrario de otros ventiladores que
no la tenían dicha capacidad de
sincronización. Actualmente la mayoría de
los ventiladores poseen la capacidad de
sincronización, por lo que se puede
prescindir de la letra S y nombrarla como
IM V o VM I. Algunos respiradores de
transporte y neonatales no tienen la capacidad
de sincronización (p.e., B abylog 2000).
376
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CSV) se mantenían fijos en el tiempo y los ajustes o la
progresión de una hacia la otra solo podía ser realizado
manualmente por el operador.
377
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completar las programadas.
IMV”. L as ventilaciones mandatorias son
suministradas sólo cuando el V E espontáneo
es menor que el V E programado. Si el V E
espontáneo es mayor al programado se
suprimen las ventilaciones mandatorias. En
el caso de que el V E sea inferior al
programado se añaden respiraciones
mandatorias hasta completar el VE
programado.
378
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Dado que en una ventilación espontánea no se puede
controlar el volumen, no hay combinación posible entre VC
y VEC/CSV. Diferentes modos pueden compartir el mismo
patrón ventilatorio, por lo que es necesario diferenciarlos a
un nivel más profundo.
379
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determinando los objetivos que el ventilador tratará de
cumplir. L os objetivos pueden ser metas a cumplir dentro de
una respiración o en ventilaciones sucesivas.
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modos dentro de una familia y entender su comportamiento.
381
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deseado, o la necesidad de un mayor flujo
inspiratorio por el paciente.
Generalmente este modo no se programa
como un modo inicial sino que se activa
como opción.
El operador programa el modo al igual que
en el control de ajuste fijo (set point) y, además,
selecciona la opción o condición que activa
este modo.
De no producirse la condición que lo activa
durante la inspiración el modo se comporta
como si fuera de ajuste fijo, pero la capacidad
de cambio permanece latente.
Si se activa la condición, ésta produce el
cambio automático de variable de control
dentro de una ventilación tratando de
conseguir el objetivo.
Ejemplos:
VAPS (Volume Assured Pressure
Support). El ventilador asiste el
esfuerzo del paciente por medio
de una presión programada por
el operador. Si el ventilador
determina que el volumen
deseado no va a ser obtenido
antes del fin de la inspiración
pasa a controlar el volumen para
conseguir alcanzar el objetivo
programado.
Flow Adaptive Volume Control.
Se programa como una VC-
CM Vs (asistida-controlada por
volumen o VC AC). Si el
paciente realiza un esfuerzo por
obtener más flujo, la máquina
382
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pasa a controlar la presión para
ofrecerle un flujo variable (PS).
Se incorpora en las últimas
versiones de los respiradores
Servo (M aquet) como una
opción de onda de flujo.
383
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“neurally adjusted ventilator assist” (NAVA).
384
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obtenerlo, así como el Ti y el paso de
ventilaciones mandatorias a espontáneas.
El modelo matemático utilizado es la
ecuación de Otis-M ead, que determina el
patrón respiratorio que genera el mínimo
trabajo respiratorio.
El sistema de control, además, contiene
“reglas determinadas por expertos” que
añaden límites de seguridad de Fr y Vc para
evitar la autoPEEP.
Por combinar un modelo matemático y reglas
de expertos se lo considera un sistema
hibrido.
Ejemplo: ventilación de soporte adaptado
(ASV) de H amilton.
385
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espontánea, Vc, y EtCO2) definidos como
aceptables por el sistema de inteligencia
artificial, en función del diagnostico
seleccionado por el operador (enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, enfermedad
neuromuscular, etc.). Con esos datos ajusta
el nivel de PS de manera que mantiene al
paciente en una zona respiratoria de confort.
Posteriormente disminuye progresivamente el
nivel de PS mientras el paciente está dentro
de la zona de confort; y analiza la posibilidad
de extubación manteniendo al paciente en el
nivel mínimo de PS y utilizando ATC.
M antiene al paciente en dicho nivel en
observación durante una hora (prueba de
ventilación espontánea) e informa al operador
(ver cap. 10).
Incluye recomendaciones de expertos lo que
lo hace más completo en la toma de
decisiones automáticas. L as recomendaciones
de expertos no dirigen el control del
ventilador, solamente hacen indicaciones al
operador sobre los pasos a seguir.
Este sistema es más avanzado que el sistema
anterior ya que incorpora medición del
EtCO2 en la toma de decisiones.
El modo ASV además de tener un esquema
de control óptimo puede ser incluido dentro
de los modos con esquema de control
inteligente. De esta manera la combinación
de ambos se ve reflejada en el código de
nomenclatura (Tabla VII).
386
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siguientes motivos:
387
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clasificación estándar o taxonomía que describa, de forma
sistematizada, los diferentes modos disponibles.
388
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“asistidas/controladas”. L a diferenciación
radica en que en SIM V el paciente puede
ventilar espontáneamente entre las
ventilaciones mandatorias y en AC no.
Ventiladores que en lugar de permitir la
elección de diferentes modos de forma
independiente, los ofrecen en opciones
avanzadas y al activarse cambian el modo
original. El AutoFlow® de Dräger en VC
AC, al ser activado pasa de controlar el
volumen a la presión. Ventiladores como el
Avea permiten activar la opción Volumen
Asegurado en PC AC, pasando de controlar
la presión a controlar el volumen.
Ventilación controlada por volumen vs
ventilación controlada por presión. Estas
denominaciones son genéricas ya que sólo
hacen referencia a la variable controlada.
Deben estar asociadas a otro tipo de
información que describa completamente el
modo.
389
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clasificación. Su aplicación más común se desarrolla en el
ámbito de la biología para la clasificación sistemática y
jerarquizada de los grupos de animales y de vegetales. L as
categorías taxonómicas son los distintos niveles o rangos de
jerarquías que se dan en un sistema de clasificación. Se
establecen taxones o grupos en una estructura jerárquica de
inclusión, es decir, un grupo está subordinado o pertenece a
una categoría más amplia y a su vez comprende otros grupos
menores hasta que se llega a identificar a un organismo con
características únicas. L a taxonomía es de utilidad a los
científicos, no solo porque brinda una estructura
clasificatoria racional, sino porque establece un lenguaje
universal con el cual referirse a distintos especímenes sin
confusiones. Por ejemplo:
390
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secuencias de CM V/VM C y CSV/VEC y la mandatoria en
IM V/VM I).
391
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L a secuencia de IM V permite la coexistencia de
ventilaciones mandatorias (principales) y espontáneas
(secundarias). Dado que en las ventilaciones espontáneas
sólo se pueden controlar la presión, mientras que en las
mandatorias la presión o el volumen, en esta secuencia se
pueden producir las siguientes combinaciones:
392
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Inteligente (i).
393
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ventilación mandatoria intermitente; VEC o CSV: ventilación
espontánea continua; s: esquema de control de ajuste fijo o set
point; d: esquema de control dual; r: esquema de control servo; b:
esquema de control biovariable; a: esquema de control adaptativo;
o: esquema de control óptimo; i: esquema de control inteligente.
Con todo lo anteriormente explicado se puede decir que un
modo está completamente definido cuando se especifican:
394
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Bibliografía
395
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9 M ireles-Cabodevila E, H atipoglu U, Chatburn RL . A
Racional Framework for Selecting M odes of Ventilation.
Respir Care. 2013;58:348-66.
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Taxonomy for M echanical Ventilation: 10 Fundamental
M axims. Respiratory Care. 2014;59:1747-63.
397
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Capítulo 7
Programación de la ventilación
mecánica
Jesús López Herce (1)
David Arjona Villanueva (2)
Ángel Carrillo Álvarez (1)
María Herrera López (2)
Sarah N. Fernández (1)
1 UCIP. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid.
España
2
UCIP. Hospital Virgen de la Salud. Toledo. España
L a programación de la ventilación mecánica se puede dividir
en dos partes: la programación de los parámetros
ventilatorios y la programación de las alarmas.
398
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los límites son sobrepasados.
399
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también dependerá de si el respirador
compensa o no las tubuladuras, siendo
necesario añadir el volumen utilizado en la
distensión de las tubuladuras del circuito
respiratorio (volumen de compresión o
volumen compresible) si el respirador no
lo compensa. Cuanto mayor es el calibre
de las tubuladuras, mayor es el volumen
de compresión; por el contrario, cuanto
menor es el calibre, mayores son las
resistencias que se oponen al flujo del gas,
lo que provoca que en VC aumente la
presión pico y en las controlados por
presión disminuya el V C (caps. 1 y 4).
H ay que tener en cuenta que incluso en
los respiradores más modernos que
compensan las tubuladuras el V C que
llega al tubo endotraqueal puede ser menor
que el que sale del respirador.
L a manera de comprobar inicialmente que
el V C es el adecuado es observar si la
expansión del tórax y la auscultación de
ambos campos pulmonares es adecuada, y
si los valores de capnografía y la
saturación de oxígeno (SpO2) son
normales. Después, es necesario realizar
una gasometría que valore definitivamente
el estado de ventilación, para efectuar, si
es preciso, los ajustes necesarios.
Si el paciente padece una enfermedad
pulmonar aguda grave, se recomienda
utilizar V C más bajos (4 – 6 ml/kg),
tratando de evitar el volubarotrauma,
aunque sea a costa de un cierto grado de
hipoventilación.
400
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Figura 1. Volumen corriente en la curva de volumen-tiempo, en los
modos controlados por volumen y presión.
401
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inspiratorio (Ti), de tal manera que
cuando se aumenta la Fr disminuye el Ti.
L os pacientes con distensibilidad
pulmonar reducida (enfermedades
restrictivas) pueden requerir Fr más altas,
mientras que si existe un aumento de las
resistencias de la vía aérea (enfermedades
obstructivas) es preferible utilizar
frecuencias más bajas para permitir un
tiempo espiratorio mayor.
402
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aumentará.
403
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Tent + Tp. L a pausa inspiratoria favorece
que la ventilación del pulmón sea más
homogénea al permitir una redistribución
del gas por todos los alveolos, a pesar de
que puedan tener distintas constantes de
tiempo (resistencia y complianza).
En la ventilación por presión, no se
programa Tp sino que durante toda la
inspiración se administra un flujo de gas
suficiente para mantener constante el nivel
de presión programado; se crea así una
meseta inspiratoria que también favorece la
distribución del gas. El Tit = Ti (Fig. 2).
L os tiempos inspiratorios largos tienen la
ventaja de que, al permitir velocidades de
flujo más bajas, se reducen las resistencias
dinámicas de la vía aérea y mejora la
distribución del gas dentro del pulmón, lo
que permite la ventilación de los alveolos
con constante de tiempo más elevada. Sin
embargo, un Ti prolongado aumenta la
presión media en la vía aérea, lo que
disminuye el retorno venoso y el gasto
cardiaco. Si al alargar el Ti se acorta
excesivamente el tiempo espiratorio, puede
impedirse el vaciado alveolar y facilitar la
sobredistensión con aparición de una
presión positiva al final de la espiración
(PEEP) inadvertida (autoPEEP) (ver caps.
1, 24 y 28).
L os tiempos inspiratorios cortos, al
incrementar la velocidad del flujo del gas,
aumentan las resistencias de la vía aérea,
alterándose la distribución del gas que se
dirige, preferentemente, hacia los alveolos
con constantes de tiempo más cortas.
404
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Además, en VC, un Ti corto aumenta la
velocidad de flujo, el pico de presión y el
riesgo de barotrauma (ver caps. 16, 24 y
26).
405
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diferente según el modelo de respirador
utilizado:
En algunos, el Ti y el Tp (en
VC) se programan en
segundos, dejando el resto del
tiempo del ciclo respiratorio
para la espiración; por lo
tanto, la relación I:E
dependerá de la Fr.
En otros, lo que se programa
es el porcentaje de tiempo que
se dedica a la inspiración y a
la espiración; por ejemplo,
para una relación I:E de 1:2,
el Ti total será del 33% y el
tiempo espiratorio del 66% .
En VC, el Tit se subdivide en
Tent (25% ) y Tp (10% ),
mientras que en PC no hay
Tp programado (Ti 33% ). En
algunos respiradores la pausa
inspiratoria se programa en
porcentaje de tiempo del ciclo
respiratorio (en general un 5 –
20% ). En otros se programa
en porcentaje del Ti (20 –
30% ).
L a relación I;E se puede variar dentro de
unos márgenes muy amplios, de manera
que se pueden aumentar los tiempos
inspiratorios en detrimento de los
espiratorios hasta igualarlos (I:E de 1/1) o
invertirlos (I:E invertida: 1,5:1; 2:1; etc.),
o, por el contrario, aumentar los tiempos
espiratorios (I:E de 1:2,5; 1:3) en función
de la patología.
406
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Figura 3. Velocidad de flujo o tiempo de rampa en la curva de
presión tiempo. En la segunda curva, el tiempo para alcanzar la
presión máxima ha aumentado porque se ha disminuido el flujo
inspiratorio. Para tener el mismo tiempo de presión pico es
necesario alargar el tiempo inspiratorio.
407
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duración del Tp. En ventilación por
presión, cuanto más elevado sea el flujo
antes se alcanzará la presión programada y
aumentará el V C, y viceversa (Fig. 3).
En otros respiradores se programa el
volumen o la presión y el tiempo o
porcentaje de Ti; el respirador ajusta el
flujo automáticamente para conseguir esta
programación. En ventilación por
volumen, la velocidad de flujo dependerá
del V C y del Ti. Si el volumen se
mantiene constante, el flujo es tanto más
rápido cuanto menor es el Ti. Si el Ti se
mantiene constante, el flujo es más rápido
cuanto mayor es el volumen.
408
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programa en porcentaje de Ti, en general 5
– 10% , o en segundos entre 0,05 y 0,15.
409
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Figura 4. Onda de flujo constante cuadrado (curva de flujo-tiempo).
410
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Figura 5. Onda de flujo decelerado (curva de flujo-tiempo).
411
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Figura 6. Onda de flujo acelerado (curva de flujo-tiempo).
412
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Figura 7. Onda de flujo sinusoidal (curva de flujo-tiempo).
413
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(CPAP) y otra (PEEP) solo durante la
espiración. Ambas persiguen impedir el
colapso de los alveolos y mejorar la
oxigenación.
El nivel de PEEP inicial se programa
generalmente alrededor de 5 cmH 2O (cap.
1) si no existe patología pulmonar, aunque
no se conocen cuáles son los valores
iniciales más adecuados.
Si existe hipoxemia de origen respiratorio,
la PEEP se debe ir aumentando de 2 a 3
cmH 2O hasta conseguir la máxima
mejoría en la PaO 2 sin provocar efectos
hemodinámicos secundarios (PEEP
óptima) (ver cap. 26).
Cuanto más elevada sea la CPAP o PEEP
mayores son las posibilidades de que
aparezcan efectos secundarios:
Disminución del gasto
cardiaco: por reducción de la
precarga y aumento de las
resistencias vasculares
pulmonares que, al aumentar
la postcarga del ventrículo
derecho, provocan el
desplazamiento del tabique
interventricular hacia la
izquierda y la disminución del
volumen sistólico. (ver cap.
27).
Sobredistensión alveolar.
Aumento del espacio muerto y
retención de CO 2.
Derivación de la perfusión
sanguínea de las zonas
414
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pulmonares sobredistendidas
hacia otras en las que
predomina la perfusión sobre
la ventilación, lo que provoca
un aumento del cortocircuito
intrapulmonar con
disminución de la presión
parcial arterial de O 2 (PaO 2).
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Figura 8. Presión espiratoria final (PEEP) en la curva de presión-
tiempo.
416
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detectado por un sensor
situado en el circuito
espiratorio, produce la
apertura de la válvula
inspiratoria del respirador.
Este tipo de sensibilidad
requiere menos esfuerzo por
parte del paciente que la
activada por presión, ya que el
niño solo tiene que inspirar
un pequeño volumen de aire
del circuito para conseguir
abrir la válvula inspiratoria.
Algunos respiradores
seleccionan automáticamente
un nivel fijo de sensibilidad
por flujo, mientras que en
otros ésta se suele programar
entre 0,1 y 3 L /m.
Por presión: el esfuerzo
inspiratorio del paciente
genera una presión negativa,
que es detectada por un sensor
de presión situado en el
circuito espiratorio que activa
la apertura de la válvula
inspiratoria. L a sensibilidad
por presión se suele programar
entre -0,5 y -2 cmH 2O. Este
tipo de sensibilidad requiere
que el paciente realice un
esfuerzo algo mayor que la de
flujo, ya que tiene que
producir una disminución de
la presión por debajo de la
PEEP.
417
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Existen respiradores cuya sensibilidad es
por presión y otros por flujo, pero muchos
de los respiradores actuales tienen las dos
posibilidades.
L a sensibilidad debe ajustarse para que el
paciente consiga abrir la válvula con el
menor esfuerzo posible. Sin embargo, hay
que evitar que el nivel de sensibilidad
prefijado sea demasiado bajo, ya que la
aparición de turbulencias dentro de las
tubuladuras podría ser interpretadas
erróneamente por el respirador como el
inicio de la inspiración del paciente y
generar un ciclado no solicitado
(autodisparo).
Aunque los respiradores más modernos
tienen una capacidad de respuesta muy
rápida (en milisegundos) ante mínimas
demandas por parte del paciente, el
esfuerzo requerido puede todavía ser
excesivo para algunos neonatos, sobre todo
los prematuros. Por eso, en los recién
nacidos se suelen usar respiradores de flujo
continuo en los que el niño puede obtener
aire sin dificultad en cualquier momento
del ciclo respiratorio.
418
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(ver cap. 9). Sirve para adaptar la ayuda del
respirador al esfuerzo real del paciente y
evitar que, por fugas, se mantenga la
inspiración durante un tiempo excesivo
mientras el paciente ya está realizando la
espiración (Fig. 9). (ver cap. 15)
Solo se puede programar en algunos
respiradores. En otros este parámetro es
fijo y no se puede modificar.
Se puede programar según los respiradores
entre un 1 y un 90% del flujo máximo
inspiratorio, aunque en general se utilizan
valores del 20 al 30% (Fig. 9).
419
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Figura 9. Sensibilidad espiratoria (curva de flujo-tiempo).
Sensibilidad espiratoria del 10 y 40% del flujo inspiratorio máximo.
Con la sensibilidad espiratoria del 15% el tiempo inspiratorio es
mayor y por tanto también el volumen corriente, pero el paciente
puede haber iniciado la espiración y el respirador sigue
manteniendo la presión de soporte.
1.15. Suspiro
El suspiro es una respiración con un V C
420
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superior al habitual. Este parámetro solo
está disponible en algunos respiradores.
El suspiro tiene como objetivo abrir
algunos alveolos y zonas pulmonares que
permanecen cerradas con el V C normal.
Puede ser útil después de una aspiración
para reclutar los alveolos colapsados
durante la misma.
Se puede programar el V C del suspiro
(aunque algunos respiradores dan
automáticamente un suspiro con 1,5 veces
el V C programado) y el número de
suspiros por hora (Fig. 10).
421
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programar el nivel de PEEP intermitente y
el número de suspiros por hora (algunos
respiradores tienen una programación
automática) (Fig. 11).
422
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Después, se debe ir disminuyendo
progresivamente hasta dejarla en el valor
más bajo posible que consiga una
oxigenación adecuada. El objetivo, dada la
toxicidad del O 2, es ventilar al paciente
con la F IO2 más baja. En niños fuera del
período neonatal inmediato se debe
intentar mantener una F IO2 inferior a 0,6
siempre que sea posible.
423
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El respirador avisa con señales luminosas
y acústicas, y termina inmediatamente la
inspiración cuando la presión máxima
alcanza el nivel seleccionado. El objetivo
de la alarma de presión inspiratoria elevada
es evitar el barotrauma, por lo que se suele
programar unos 10 cmH 2O por encima
del valor que esté alcanzando en el
paciente o en un valor de 30 – 40
cmH 2O, fuera del período neonatal.
Algunos respiradores también tienen
alarma de presión inspiratoria baja que se
activa cuando, por fugas o desconexión, el
respirador no puede alcanzar una presión
pico o una PEEP mínima. El objetivo de
la alarma de presión baja es detectar las
fugas y desconexiones para evitar la
hipoventilación.
Son consideradas alarmas prioritarias, por
lo que deben programarse en todos los
modos.
424
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espirado, y por tanto, si existen fugas
espiratorias , el V C espirado que medirá el
respirador será inferior al que realmente
recibe el paciente, y puede activarse la
alarma de volumen bajo detectando una
hipoventilación inexistente.
Al tratarse de una alarma prioritaria, ha de
programarse en todos los modos.
425
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tiempo de apnea se programa en 10 a 20
segundos.
Debe programarse en todos los modos,
sobre todo en los que existen respiraciones
espontáneas. H ay respiradores en los que
esta alarma se activa de forma automática;
incluso algunos, al activarse la alarma de
apnea pasan automáticamente de un modo
espontáneo a uno controlado para asegurar
una ventilación mínima al paciente.
426
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respiradores avisan al detectar que al
paciente no le da tiempo a espirar el V C
administrado.
Alarma de Ti insuficiente: se activa
cuando el respirador no puede administrar
al paciente el volumen programado en el
Ti o con la relación I:E programada.
Alarma de volumen inconstante: se activa
cuando el respirador no puede administrar
al paciente, en todas las respiraciones, el
volumen programado, por problemas en la
programación (Ti corto) o en el paciente
(lucha, secreciones, etc.).
427
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en cada momento a los parámetros
programados.
428
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Bibliografía
429
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8 M arini JJ. Unproven clinical evidence in mechanical
ventilation. Curr Opin Crit Care. 2012;18:1–7.
430
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Capítulo 8
Modos convencionales de
ventilación mecánica
Ana Llorente de la Fuente (1)
Francisco Javier Pilar Orive (2)
Irene Amores Hernandez (2)
Yolanda López Fernández (2)
Juan Ignacio Sánchez Díaz (1)
1 UCIP. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. España
1. Introducción
En la práctica clínica diaria la ventilación mecánica (VM ) se
emplea para proporcionar asistencia respiratoria en un
amplio espectro de patología tanto respiratoria como no
respiratoria.
431
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supervivencia. Se deduce por tanto que el modo ventilatorio
a elegir será aquel que se adapte mejor a un determinado
paciente con el menor riesgo asociado.
432
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VM C), ventilación mandatoria intermitente
(IM V o VM I) y ventilación espontánea
continua (CSV o VEC).
433
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variable dependiendo de las características del pulmón y la
caja torácica. Al ser la presión un valor que cambia con la
resistencia y distensibilidad del sistema respiratorio, es
necesaria una cuidadosa monitorización de la misma. Si
estas condiciones cambian, al mantenerse el volumen
constante, se podría incrementar la presión con el
consecuente riesgo de lesión por barotrauma.
434
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que la presión aumenta hasta alcanzar el pico
de presión inspiratoria (PIP). A continuación,
se produce un descenso de la presión hasta un
nivel que se mantiene constante y que
representa la presión meseta o plateau (P plat ).
L a presión meseta representa la presión
alcanzada durante el Tp que equivale a la
presión que alcanza el gas en el alveolo. A
continuación, cae la presión en la espiración
hasta alcanzar el nivel de presión positiva al
final de la espiración (PEEP) programado.
435
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Figura 1. Modo controlado por volumen. En la gráfica de presión,
flujo y volumen se observa el trazado correspondiente a la pausa
inspiratoria, periodo en el cual el flujo de aire es cero. Ti: tiempo
inspiratorio; Te: tiempo espiratorio; Tp: tiempo de pausa.
2.1.1. Ventajas
436
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Asegura un volumen minuto (V E ) constante siendo menor el
riesgo de hipoventilación. Asimismo, en condiciones de
sedoanalgesia profunda en las que no haya interferencia con
respiraciones espontáneas del paciente, permite la medición
de la mecánica del sistema respiratorio: V C espirado, PIP,
P plat y PEEP total. Estas variables permiten calcular la
resistencia (R), la complianza (C) y la constante de tiempo
(τ).
2.1.2. Inconvenientes
2.1.3. Parámetros
437
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inspiratoria máxima que se ha fijado. Al abrir la válvula
inspiratoria, el gas fluye rápidamente dentro del circuito del
respirador para presurizar el sistema. Durante toda la
inspiración, se mantiene una presión constante en el
respirador igual a la pautada y la entrada de gas depende de
la diferencia de presión entre en respirador y el alveolo. Así,
al inicio de la inspiración con el pulmón vacío el flujo es
elevado permitiendo la entrada rápida de gas. Conforme se
llena el pulmón y aumenta la presión alveolar, el flujo va
disminuyendo. Cuando la presión alveolar iguala la presión
pautada el flujo será cero. A partir de ahí aparece una fase no
programada equivalente al tiempo de pausa que sirve para
redistribuir el aire. Algunos respiradores pueden detectar una
caída de la presión como consecuencia de esa redistribución
(pendelluft) siendo capaces de compensar esa caída
entregando de nuevo flujo. No existe, por tanto, pausa
inspiratoria programada o diferencia entre pico y meseta,
siempre y cuando el flujo al final de la inspiración sea cero.
En caso contrario, si el flujo no llega a cero al final de la
inspiración, la realización de una maniobra de pausa
inspiratoria permite detectar la diferencia entre presión pico y
meseta. Si el flujo no llega a cero indica que las presiones
no han llegado a igualarse, bien por un Ti insuficiente bien
por un flujo insuficiente.
438
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Figura 2. Modo controlado por presión. En la gráfica de presión se
observa el pico de presión (PIP) durante el tiempo inspiratorio (Ti)
sin pausa. La morfología de la onda de flujo es decreciente. Te:
tiempo espiratorio; Ti: tiempo inspiratorio.
439
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En la gráfica de presión-tiempo se observa
un aumento rápido, seguido de una presión
que intenta ser constante durante toda la
inspiración hasta que se abre la válvula
espiratoria y cae la presión por la salida de gas
del pulmón.
En la gráfica de flujo-tiempo se observa una
onda decreciente, con un flujo pico inicial que
cae hasta llegar a cero al final de la
inspiración y se hace negativo en la
espiración.
2.2.1. Ventajas
2.2.2. Inconvenientes
2.2.3. Parámetros
440
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presión.
441
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siguientes conceptos.
442
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Por el ventilador: si el paciente
no inicia la respiración en un
determinado periodo de tiempo
programado, el ventilador
comienza la entrega de gas de
manera automática (trigger por
tiempo).
Fin de la respiración, también llamado
“ciclado”. Es el paso de inspiración a
espiración. Puede ser determinado:
Por el respirador o ciclado por
tiempo. En las respiraciones
mandatorias de modos
convencionales el fin de la
inspiración está determinado por
el tiempo inspiratorio
programado. Al cumplirse dicho
tiempo, se abre la válvula
espiratoria para dar paso a la
espiración.
Por el paciente o ciclado por
flujo. En las respiraciones
espontáneas, el paciente decide
su tiempo inspiratorio en función
de unos parámetros de caída del
flujo inspiratorio que se pueden
programar.
443
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de manera estricta implica que el paciente no realiza ningún
esfuerzo respiratorio y por tanto todas las respiraciones son
mandatorias, controladas por el respirador. Al no haber
respiraciones espontáneas la presión intratorácica será
siempre positiva con los consecuentes cambios en la
interacción cardiopulmonar que esto condiciona.
444
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esfuerzo respiratorio, disminuir la frecuencia
del respirador por debajo de la frecuencia del
paciente no alteraría el nivel de soporte
ventilatorio ya que el paciente continúa
“disparando” respiraciones mandatorias. El
trigger debe programarse con el mínimo valor
que evite el trabajo excesivo del paciente sin
que se produzca autodisparo. Disminuir la
sensibilidad del trigger con el propósito de
disminuir el número de respiraciones
mandatorias iniciadas por el paciente no es
una estrategia aceptada para disminuir el VE
ya que forzaría el esfuerzo inspiratorio y por
tanto el trabajo respiratorio del paciente
provocando fatiga.
Riesgo de asincronía. Es un modo con un
diseño “monótono” en el que todas las
respiraciones, sean iniciadas por el respirador
o por el paciente, son iguales entre sí. Por
tanto, no se recrean las variables fisiológicas
que se producen en las respiraciones
espontáneas del paciente. Cuando el paciente
tiene su propio esfuerzo respiratorio, se deben
reconocer los problemas de asincronía que
puedan surgir y considerar entonces otros
modos de soporte ventilatorio que puedan
acomodarse mejor a la situación del paciente.
445
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Figura 3. Modo mandatorio continuo por volumen con esquema de
control set point o punto fijo (VC-CMVs o VC-VMCs). En la curva de
presión-tiempo se observa la deflexión del trazado provocado por
el esfuerzo del paciente y la asistencia con una respiración
mandatoria (a). En otra parte del trazado se observa el esfuerzo del
paciente sin respuesta del ventilador por mal ajuste del trigger (b).
446
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3.2. Ventilación mandatoria intermitente
(IMV o VMI)
El respirador combina respiraciones espontáneas y
programadas, asegurando unas respiraciones mandatorias
controladas entre las que el paciente puede respirar
espontáneamente.
447
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controladas por volumen.
448
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ventana de trigger. Durante este periodo el respirador es sensible a
los esfuerzos del niño, por lo tanto si se produce uno el respirador
asistirá la ventilación con una ventilación programada (a), si no se
produce un esfuerzo el respirador enviará una respiración
mandatoria-programada (b). Fuera de estos períodos el niño puede
respirar espontáneamente sin ayuda del respirador (c).
L a Fr programada afecta directamente al número de
respiraciones mandatorias y, por tanto, al nivel de soporte
proporcionado (asumiendo que las respiraciones espontáneas
no son asistidas al mismo nivel que las mandatorias). Por
ello, sin esfuerzo del paciente o a una frecuencia de SIM V
por encima de la del paciente, el soporte será total. Por el
contrario, a frecuencia cero, todas las respiraciones serán
espontáneas. Entre ambos extremos se proporciona un
soporte parcial que hará trabajar a los músculos respiratorios
facilitando el destete de la ventilación mecánica.
449
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En la Tabla II se muestran las principales diferencias entre
los modos CM V y IM V.
450
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o VEC)
En este modo tanto el inicio como el fin de la respiración lo
decide el paciente. En determinadas circunstancias a la
respiración espontánea del paciente se le añade una presión
inspiratoria (PS según la nomenclatura clásica). El objetivo
principal es ayudar a vencer la resistencia que supone el tubo
endrotraqueal y la tubuladura del respirador. Esta presión
termina cuando el flujo generado por el paciente cae por
debajo de un determinado límite. Por tanto, es un modo
iniciado por el paciente, limitado por presión y terminado
por el paciente. Como se ha comentado, generalmente este
modo se emplea en combinación con la SIM V para soportar
las respiraciones espontáneas no mandatorias. (ver cap. 9).
451
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debería empezar a utilizar el “peso corporal ideal” (PCI) en
lugar del peso real, al menos en niños obesos. A la espera
de más estudios, parece prudente recomendar usar el peso
ideal si el niño está por encima del P 50 de peso y seguir
calculando el peso real si el niño está por debajo del mismo.
Para calcular el peso ideal del paciente se pueden utilizar
fórmulas como las referidas en la figura 5.
452
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Se programa un nivel de presión sobre la PEEP, de modo
que el pico total que alcanza (PIP) es igual a dicha presión +
la PEEP. El objetivo es conseguir una adecuada expansión
del tórax, generalmente con un Vc de 6 – 8 ml/kg. L a PIP
no depende tanto de la edad como de las características del
pulmón y de la vía aérea. Por tanto, estos valores son
orientativos y siempre deben ajustarse en función del V C
conseguido. En pulmones sanos lo habitual serán presiones
pico de entre 12 y 20 cmH 2O. Solo se programa en PC.
0 – 6 meses: 30 – 40 rpm.
6 – 24 meses: 25 – 30 rpm.
2 – 5 años: 20 – 25 rpm.
5 – 10 años: 15 – 20 rpm.
> 10 años: 15 rpm.
Se programa en PC y VC.
453
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embargo, la pausa inspiratoria sólo se programa en VC y,
según el respirador, se programará como el porcentaje del
ciclo respiratorio (5 – 20% ) o del tiempo inspiratorio (20 –
30% ).
Orientativamente, el Ti será:
4.4.2. Flujo
454
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De forma estándar se programa una relación 1:2. De nuevo,
esto variará en función de la patología.
4.7. PEEP
De 5 cmH 2O, que equivaldría a la capacidad de reserva
funcional (CRF) en condiciones fisiológicas.
4.9. Alarmas
P resión: H abitualmente en torno a 30 - 35
cmH 2O o 10 cmH 2O por encima del PIP.
L a alarma más importante cuando se usan
VC.
455
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V olumen corriente (Vc) y volumen minuto
(VE): la alarma más importante en PC. Se
programa un 20% por encima y por debajo del
V C o VE programado.
R esto de alarmas (en función de los
respiradores): Fr elevada, apnea, F IO2, etc.
456
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5. Elección del modo ventilatorio
Durante muchos años, debido a las dificultades para medir
volúmenes corrientes pequeños en respiradores diseñados
principalmente para adultos, se ha recomendado ventilar a
los lactantes solo por presión, especialmente a los más
pequeños. Un segundo argumento en contra del modo
controlado por volumen fue que el uso de flujos
inspiratorios constantes (onda cuadrada) podía causar una
distribución no uniforme del gas dentro del pulmón.
Finalmente, la existencia de fugas insalvables cuando no se
utilizaban tubos endotraqueales con balón en pediatría,
parecían alterar el suministro efectivo de los volúmenes de
forma sustancial. En cualquier caso, ninguna de estas
suposiciones está avalada por evidencia científica firme.
Debido a los avances tecnológicos en el diseño de los
respiradores y a la recomendación del uso de VC pequeños
para la protección pulmonar, la ventilación VC ha ganado
interés en el campo de la pediatría. Ninguna de los dos
grandes modos, PC o VC, parece ofrecer ventajas
sustanciales sobre la otra en cuanto al intercambio gaseoso o
pronóstico de los pacientes. M ás que recomendar un modo
de ventilación sobre el otro, deben proponerse opciones de
estrategias ventilatorias a individualizar en cada unidad,
paciente y patología.
457
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espacio muerto e hipoventilación. Tradicionalmente se han
recomendado flujos inspiratorios altos mediante el uso de un
flujo constante (modos controlados por volumen). El
objetivo sería compensar la resistencia de la vía aérea
entregando el gas de manera más efectiva. Esto permitiría
reducir el Ti y por tanto, disponer de tiempos espiratorios
mayores. De este modo se minimizaría el V E , el
barotrauma, el atrapamiento aéreo y los efectos
hemodinámicos adversos. Sin embargo, con el manejo actual
de la ventilación mecánica en el asma, una vez minimizado
el V E y dando un Ti suficiente para la entrega del gas, el
efecto del nivel y tipo de onda del flujo inspiratorio tiene un
impacto mínimo en el grado de hiperinsuflación. En las
figuras 6, 7 se muestran las gráficas de presión, flujo y
volumen en función del tiempo en PC en dos situaciones
con diferentes constantes de tiempo.
458
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Figura 6. Modo controlado por presión. Constante de tiempo corta.
En un paciente sin patología obstructiva el flujo llega a cero antes de
la mitad del tiempo inspiratorio programado. Ti: tiempo
inspiratorio; Te: tiempo espiratorio.
459
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En ciertos casos podría observarse un beneficio ventilando
por volumen. Obsérvese en la gráfica flujo-tiempo en PC en
un paciente obstructivo (fig. 7):
460
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Figura 7. Modo controlado por presión. Constante de tiempo larga.
En un paciente con patología obstructiva el flujo inspiratorio no
llega a cero al final de la inspiración si el flujo no es suficiente para
461
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entregar el gas en el tiempo inspiratorio fijado. Ti: tiempo
inspiratorio; Te: tiempo espiratorio.
Es en estos casos donde puede observarse un beneficio
ventilando en VC. Al emplearse flujos altos durante toda la
fase inspiratoria se asegura la entrega del volumen en menor
Ti permitiendo alargar el Te para evitar el atrapamiento
aéreo. Estas mismas consideraciones deben tenerse en cuenta
al ventilar pacientes obstructivos en PC con esquema de
control adaptativo como VCRP o VG en las que la variable
controlada sigue siendo la presión y el flujo es decreciente.
En estos modos es importante valorar si la curva de flujo
llega a cero al final de la inspiración (es decir, si entrega
todo el volumen pautado). También el ajuste de la rampa es
importante en PC (no así en VC en la que el flujo es tan
alto que el ajuste de la rampa no tiene efecto en la entrega de
gas). (Fig. 8).
462
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Figura 8. Modo controlado por presión. Flujo insuficiente y/o rampa
demasiado larga para asegurar la entrega de gas en el tiempo
inspiratorio fijado.
463
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Como en el SDRA (ver capítulo 26) el principal objetivo
será optimizar el mínimo V C y la PEEP adecuada. Para ello
pueden emplearse tanto VC como PC. Algunos autores
apoyan la ventilación por presión ya que el flujo decreciente
daría más tiempo para la distribución de gas en un pulmón
heterogéneo como en el SDRA.
6. Solución de problemas
Se debe evaluar:
H ipoventilación. Aumentar el VE
aumentando la Fr, el V C (en VC) o la PIP
464
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(en PC). Valorar aumentar la sensibilidad si
el paciente realiza respiraciones pero no es
capaz de disparar el respirador.
H iperventilación. Disminuir el VE
reduciendo Fr o disminuyendo Vc (en VC) o
PIP (en PC).
H ipoxemia. Aumentar F IO2, buscar la PEEP
óptima que asegure un reclutamiento alveolar
óptimo, aumentar el Ti o aumentar el
V C/PIP.
H iperoxia. Disminuir F IO2.
Riesgo de barotrauma/volutrauma: usar las
mínimas presiones (PIP, presión meseta,
PEEP) o V C necesario para un intercambio
gaseoso adecuado.
Autodisparo: disminuir la sensibilidad del
respirador. Detectar y disminuir las fugas.
Aumento del trabajo respiratorio:
Aspiración de secreciones.
En CM V: asegurar que la
ventilación programada es
adecuada. Si el paciente no se
sincroniza con el ventilador,
valorar cambiar a otro modo. Si
la CM V es el modo deseado,
puede ser necesario más sedación
o incluso relajación muscular.
En IM V: se pueden emplear
diversas estrategias como
aumentar el número de
respiraciones mandatorias o por
el contrario disminuirlas pero
asociando una PS adecuada a las
respiraciones espontáneas.
465
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Ajustar el ciclado y la rampa para
obtener un Ti adecuado.
Cuando el aumento del trabajo
respiratorio no mejora en estos
modos a pesar de ajustar los
parámetros programables, se debe
pensar en otros modos como la
PC-CSV o la ventilación NAVA
que se discutirán en otros
capítulos. Si todos los esfuerzos
fracasan, se debe optimizar la
sedación.
7. Conclusiones
Es fundamental para realizar una adecuada ventilación
mecánica conocer las características y principios de los
diferentes modos ventilatorios que ofrece el respirador del
que se dispone en cada unidad de cuidados intensivos. L os
modos CM V e IM V tanto por volumen como por presión y
la PC-CSV son los modos convencionales más utilizados en
la práctica clínica. Entre PC y VC, no hay evidencia para
recomendar el uso de una sobre la otra y la elección deberá
hacerse de manera individualizada en función de las
características del paciente y la patología. L a CM V controla
por completo las respiraciones del paciente. L a IM V
permite sumar respiraciones espontáneas a las mandatorias.
L a PC-CSV es una de las estrategias de destete utilizadas
actualmente y será discutida con más detalle más adelante.
466
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Bibliografía
467
booksmedicos.org
8 Sassoon CS. Intermittent mandatory ventilation. En:
Tobin, M artin J. Principles and Practice of M echanical
Ventilation. 3ª ed. New Y ork: M cGrawH ill; 2013, p. 175
– 98.
9
Vidal S, Ibiza E, M odesto V. Ventilación mecánica en el
status asmático. En: M anual de Ventilación M ecánica. 2ª
ed. Grupo Respiratorio de la Sociedad Española de
Cuidados Intensivos Pediátricos. Coordinador: Javier Pilar
Orive. M adrid: Publimed, 2009. p. 427 – 49.
468
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Capítulo 9
Ventilación por presión de
soporte y volumen soporte
José Manuel González Gómez (2)
Yolanda López Fernández (1)
Antonio Morales Martínez (2)
Javier Pilar Orive (1)
1
UCIP. Hospital Regional Carlos Haya. Málaga. España
2 UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. Bizkaia.
España
L os modos ventilatorios de presión de soporte (PS) y
volumen de soporte (VS) son modos de apoyo ventilatorio
parcial, cuyo uso está aumentando en los últimos años en
las unidades de cuidados críticos pediátricos. Al permitir el
control respiratorio por parte del paciente, precisan menos
sedación y minimizan la atrofia muscular de desuso,
facilitando el destete ventilatorio de los pacientes complejos.
Inicialmente, el destete (weaning) fue su indicación habitual,
pero actualmente estos modos se utilizan de forma más
precoz, siempre y cuando el paciente conserve el impulso
respiratorio. De este modo, el paciente controla el patrón
respiratorio, la frecuencia respiratoria (Fr) y el tiempo
inspiratorio (Ti), siendo el volumen corriente (Vc)
alcanzado, consecuencia de la suma de dos presiones, la
presión negativa ejercida por la musculatura del paciente y la
presión positiva de soporte generada por el ventilador.
469
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por ello, la búsqueda del nivel óptimo de presión de soporte
continúa siendo un campo continuo de investigación en
ventilación mecánica.
1.1. Concepto
L a PS se define como un modo ventilatorio de presión,
disparado por el paciente, controlado por presión y ciclado
por flujo (Fig. 1). Se distinguen tres fases:
470
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3) y el tiempo de retraso del disparo.
471
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Figura 1. Curvas flujo-tiempo y presión-tiempo en presión soporte
(PS: presión de soporte). Gráfica flujo-tiempo. Flujo decreciente. La
inspiración termina cuando el flujo inspiratorio disminuye a un
472
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determinado porcentaje del pico-flujo inicial (12 – 25%). Gráfica
presión tiempo. Se observa la caída de presión producida por el
esfuerzo inspiratorio del paciente que da lugar al inicio de la
respiración.
1.1.2. Presurización
Una vez detectado el esfuerzo del paciente, el ventilador
genera un flujo inspiratorio rápido hasta alcanzar el nivel de
presión de soporte prefijado, manteniendo constante esa
presión mediante un mecanismo de servocontrol,
decreciendo posteriormente el flujo, y generando la
característica onda de flujo decreciente de los modos
controlados por presión, pero a diferencia del modo de
control presión, el flujo se mantiene durante todo el tiempo
inspiratorio.
473
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al concepto de presión transpulmonar (suma de la presión
positiva aplicada en la vía aérea y la negativa pleural ejercida
por la activación de la musculatura inspiratoria).
474
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Figura 2. Disparo inefectivo. Tanto el tercero como el cuarto
esfuerzo del paciente son incapaces de “disparar” el trigger del
respirador.
475
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Figura 3. Autodisparo. Ocurre cuando el trigger inspiratorio se
programa demasiado sensible o en presencia de fugas. Se observan
en el trazado como “ciclos cortos”.
Es necesario identificar en cada ventilador, si la cifra de fin
de ciclado se refiere a la caída del valor “desde” el flujo pico
o “hacia” el flujo pico. En general, los ventiladores
convencionales suelen referirse al porcentaje del pico flujo, y
de esta forma, un punto de ciclado situado al 70%
conllevaría un Ti más corto, puesto que el ciclado se
produce rápidamente, mientras que si se programa al 5% , se
476
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retrasa el ciclado y el Ti resultante será más largo. Por
contra, los ventiladores domiciliarios suelen expresarlo al
revés. Generalmente se establece en torno al 15 – 30% . Una
de sus mayores utilidades clínicas es su ajuste para evitar que
la presencia de fugas genere asincronía. En este este caso,
para mantener la presión constante, el ventilador mantiene el
flujo y no se produce la caída del flujo y por tanto, el
ciclado, por lo que la inspiración se mantiene de forma
prolongada. Con el ajuste de la Esens con valores altos (50
– 60% ) se puede “limitar” ese tiempo inspiratorio que está
provocando disconfort en el paciente.
477
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Figura 4. Inspiración prolongada. Ciclado retrasado. En este trazado
en las respiraciones 2 y 3 se puede observar una prolongación de la
inspiración con respecto a los otros dos ciclos. Muchas veces la
existencia de fugas condiciona que el respirador mantenga el flujo
para mantener la presión programada. Esto dificulta el criterio de
ciclado por flujo. En algunas ocasiones, el ciclado se produce por
tiempo inspiratorio máximo de seguridad.
L a posibilidad de variar el punto de ciclado permitirá al
clínico intentar alcanzar la sincronía de tiempo, es decir,
intentar ajustar el tiempo inspiratorio de la máquina (Tim)
478
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al tiempo inspiratorio real del paciente (tiempo neural, Tin).
L as dos situaciones que se pueden producir si no están bien
sincronizados el tiempo neural y el de máquina son:
479
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Figura 5. Doble disparo. Ciclado precoz. Si se produce un ciclado
precoz (tiempo de rampa corto, sensibilidad espiratoria muy alta,
etc.), el tiempo inspiratorio de la máquina (Tim) es muy corto. Si el
paciente continúa inspirando durante ese tiempo, puede dar lugar a
un segundo disparo.
Como acaba de ser expuesto, el criterio de ciclado
fundamental es el de flujo. Sin embargo, en PS pueden
existir, además, dos sistemas de ciclado de seguridad:
480
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el ventilador detecta que se supera la presión
de soporte por encima de un determinado
valor (límite superior de presión), el
ventilador interpreta que el paciente está
espirando y cicla, finalizando la asistencia
inspiratoria.
481
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1.2.2. Intercambio gaseoso
Como resultado de los cambios en el patrón respiratorio se
produce un aumento de la ventilación alveolar cuyo efecto se
traduce en una disminución de la presión parcial de
anhídrido carbónico (PCO 2). A partir de niveles altos de PS
se puede producir hiperinsuflación.
1.3. Indicaciones
1.3.1. Destete
482
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Como método de retirada de la ventilación mecánica puede
utilizarse PS para realizar ensayos de respiraciones
espontáneas partiendo de un nivel alto de PS y realizando
una reducción progresiva. Varios estudios señalan que un
nivel bajo de PS (7 – 10 cmH 2O) se ha mostrado tan
eficiente e incluso ligeramente superior al tubo en T para
probar si un paciente puede ser finalmente extubado (ver cap.
15).
483
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1.4. Programación inicial de parámetros y
modificaciones
484
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Es la presión sobre el nivel de PEEP con la que se asisten
las respiraciones espontáneas del paciente. Según el
ventilador el rango oscila entre 1 y 60 cmH 2O, aunque en la
práctica clínica rara vez se programan niveles mayores de 25
– 30. H abitualmente se pauta en función de los datos
obtenidos del modo controlado con el que se esté ventilando
al paciente (pico de presión en modos controlados por
presión [PC-CM V, PC-IM V] incluidos los controlados
por presión con volumen corriente objetivo [PC-CM Va,
PC-IM Va], y presión meseta en modos controlados por
volumen [VC-CM V]), comprobando inmediatamente el
volumen tidal obtenido. En general, se recomienda mantener
una PS para obtener un Vc de 6 – 8 ml/kg sin que el
paciente esté polipneico. Un adecuado volumen tidal en cada
respiración con una apropiada frecuencia respiratoria son
indicadores de una óptima presión de soporte. Una PS baja
llevará a que el paciente aumente su Fr, intentando mantener
un volumen minuto adecuado. Una PS excesiva conlleva una
sobreasistencia que favorece el desuso muscular y el retraso
del destete, además de la posibilidad de hiperventilación y
de hiperinsuflación con la consiguiente asincronía. Durante
el destete se va disminuyendo progresivamente la PS,
generalmente hasta valores de 6 – 8 cmH 2O, desde donde se
suele intentar la extubación. H abitualmente no se programa
por debajo de estos niveles, considerados los necesarios para
compensar la resistencia del circuito y del TET. Ver el
algoritmo de programación en la figura 6 y consultar la
Tabla II.
485
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Figura 6. Algoritmo de programación de la presión de soporte (PS)
partiendo de una PS mínima.
La opción de programación que se plantea como más sencilla y
cómoda para el paciente consiste en: 1) programar el trigger
inspiratorio mínimo sin que exista autodisparo y pautar una PS
mínima para vencer las resistencias de las tubuladuras y el tubo
endotraqueal; 2) pautar la rampa adecuada valorando la existencia
de un Ti adecuado; 3) pautar el trigger espiratorio que consiga el Ti
más adecuado; 4) Valorar el Vc alcanzado con los anteriores
parámetros; 5) Ajustar la PS, teniendo en cuenta los valores de
presión PIP o Pplat previos y valorando el Vc conseguido.
Se debe tener en cuenta que la diferencia entre la presión meseta
(Pplat) o la presión pico (PIP) y la PEEP para fijar la PS debe ser
486
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meramente orientativa ya que en PS la actividad de los músculos
inspiratorios produce una presión negativa que contribuye a generar
una presión transpulmonar (PTP) que no aparecía cuando el paciente
estaba dormido. Esto implica que la PS que se debe pautar para
conseguir el mismo Vc será menor a esa diferencia siempre y
cuando se pauten adecuadamente la rampa y el trigger espiratorio,
tal como se ha explicado previamente, y se consiga un Ti adecuado.
Por ello puede resultar más dificíl programar la PS partiendo de
presiones altas que comenzando por presiones mínimas.
PS: presión de soporte; PEEP: presión positiva al final de la
espiración; Ti: tiempo inspiratorio; Vc: volumen control; PIP:
presión pico o pico de presión; PC: presión control; VC: presión
control , Pplat: presión plateu o presión meseta; Fr: frecuencia
respiratoria; Fc: frecuencia cardiaca.
487
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sensor de presión que activa la apertura de la
válvula inspiratoria. L a sensibilidad por
presión se suele programar entre -0,5 y -2
cmH 2O.
488
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489
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1.4.4. Sensibilidad espiratoria
Normalmente se programa entre un 15 y 30% del flujo
inspiratorio máximo. En respiradores antiguos era un
parámetro fijo, generalmente un 25% ; en los respiradores
actuales se ofrece a los clínicos la posibilidad de ajustar este
parámetro. L os niños mayores suelen requerir valores
cercanos al 10 – 15% y los lactantes cercanos al 25 – 30% .
Su programación intentará ajustar el Tim al Tin, evitando
las asincronías por ciclado precoz o retrasado.
1.5. Ventajas
Sincronía paciente-respirador: teóricamente la
PS está diseñada para reconocer el principio y
el final de los esfuerzos espontáneos del
paciente y adaptarse a su demanda.
M antiene intacta la actividad del centro
490
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respiratorio y disminuye la necesidad de
sedación.
Puede ser usada combinada con respiraciones
mandatorias intermitentes (IM V), como en la
clásicamente denominada ventilación
mandatoria intermitente sincronizada (SIM V).
Facilita la retirada de la ventilación mecánica.
Disminuye el trabajo respiratorio espontáneo y
el trabajo adicional debido al TET y
circuitos.
M enor interferencia hemodinámica.
491
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1.6. Inconvenientes
492
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L a principal desventaja de este modo de
ventilación, al igual que ocurre en cualquier
modo programado por presión, es que el Vc
no está garantizado y por tanto existe riesgo
de hipoventilación. El Vc puede afectarse no
solo por los cambios de la mecánica
respiratoria (resistencia y complianza) sino
también por el componente del esfuerzo del
paciente, y por tanto, mayores grados de
sedación o de cansancio muscular provocarán
una disminución en el Vc.
En los pacientes con alta resistencia en la vía
aérea se puede tolerar mal, por generarse picos
de flujo muy elevados al inicio de cada ciclo.
Esto podría mejorarse aumentando el retardo
inspiratorio, que hace más lento y confortable
el inicio de la respiración.
L a PS se dificulta mucho, con frecuentes
problemas de sincronía, ante la presencia de
fugas (habituales en pediatría y en ventilación
no invasiva).
Debe realizarse un uso juicioso de fármacos
depresores del sistema respiratorio, ya que
este modo precisa un esfuerzo inspiratorio
conservado.
Con los ventiladores antiguos es difícil
conseguir una buena sincronía paciente-
ventilador. En primer lugar, porque sus
tiempos mecánicos de respuesta son más
lentos y, en segundo lugar, porque no
permiten modificar parámetros como la
sensibilidad espiratoria o el tiempo de rampa,
con los que se puede optimizar la ventilación.
Además, no suelen disponer de respiración de
rescate en caso de apnea.
493
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Aunque es un modo ventilatorio que busca la
sincronía entre el paciente y el ventilador, se
ha visto que la existencia de asincronías es
mucho mayor en PS si se compara con la
ventilación con ajuste neural (NAVA). En el
modo NAVA (ventilación espontánea
continua controlada por presión con esquema
de control servo: PC-CSVr o PC-VECr), se
puede observar la actividad eléctrica
diafragmática del paciente, evidenciándose de
forma bastante clara los retrasos de disparo,
los disparos inefectivos así como los
problemas de ciclado (precoz y retrasado).
494
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ocurrir en PS si varían las condiciones mecánicas o el
esfuerzo del paciente. Como desventaja presenta la
posibilidad de que errores en la medición del Vc, o la
existencia de fugas, impliquen una sobreasistencia, con
todas las consecuencias ya comentadas.
3. Resumen
L a PS es un modo de asistencia respiratoria parcial que se
ha mostrado eficiente en disminuir el trabajo respiratorio y
proporcionar una aceptable sincronía con el esfuerzo del
paciente. Aunque inicialmente se utilizaba en el destete de la
ventilación mecánica, cada vez se emplea más de forma
precoz como modo ventilatorio de inicio, siempre que el
paciente mantenga su impulso respiratorio. De esta forma,
se disminuye la necesidad de sedación y se avanza
precozmente en el destete. Una de sus principales desventajas
es la aparición de desincronización en pacientes con fugas
(traqueostomizados, fase de destete en pacientes intubados
por laringitis) y también la posibilidad de “sobreasistir” a
los pacientes, causando APV.
495
booksmedicos.org
Bibliografía
496
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9 L ópez-Fernández Y , Pilar Orive J. Ventilación por presión
de soporte. En: M anual de Ventilación M ecánica. Grupo
Respiratorio de la Sociedad Española de Cuidados
Intensivos Pediátricos. Ed. Publimed. 2ª edición. M adrid.
2009:87-99.
497
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Capítulo 10
Otros modos de ventilación
mecánica
Jesús López Herce (1)
Julio Parrilla Parrilla (2)
Ángel Carrillo Álvarez(1)
José María Carmona Ponce (2)
Jimena del Castillo Peral (1)
1 UCIP. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid.
España
2 UCIP. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla. España
1. Introducción
En los últimos años se han desarrollado otros modos de
ventilación mecánica que, por una parte, intentan mejorar la
coordinación entre el respirador y el paciente y así disminuir
el riesgo de daño pulmonar asociado a la ventilación
mecánica, y por otra, permitir un cambio más o menos
automático de la ayuda respiratoria dependiendo del estado
respiratorio del paciente, para facilitar la retirada de la
asistencia respiratoria.
498
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2. Modos controlados por presión
mandatorios con esquema de control
adaptativo: mandatorios continuos (PC-
VMCa o PC-CMVa) o mandatorios
intermitentes (PC-VMIa o PC-IMVa)
2.1. Concepto
Son modos controlados por presión. L as respiraciones
mantadorias, tanto en las secuencias mandatorias continuas
como las respiraciones primarias en las mandatorias
intermitentes, están sometidas a un esquema de control
adaptativo, es decir con un volumen corriente (V C) objetivo
(PC-CM Va o PC-VM Ca y PC-IM Va o PC-VM Ia).
499
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Por tanto, el volumen corriente trata de ser constante y la
presión podrá variar en los subsiguientes ciclos inspiratorios
(similar a los modos controlados por presión), pero la
variable de control será la presión, por lo que el flujo es
decreciente y no se programará pausa inspiratoria.
500
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control dentro de una inspiración (cambiar de volumen a
presión, o viceversa) para conseguir lograr un objetivo (ver
cap. 6).
501
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Figura 1. Curvas de presión-tiempo, flujo-tiempo y volumen-tiempo
en un modo controlado por presión con secuencia ventilatoria
mandatoria continua y esquema de control adaptativo (PC-CMVa).
502
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Ejemplos de este modo son: VCRP de Maquet, VC+ de Puritan
Bennett, Autoflow de Dräger (respirador V500), IPPV + VG de Dräger
(respirador VN500), etc.
503
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intermitente sincronizada) con o sin PS o en espontánea. En
el caso que se asocie PS en las respiraciones secundarias ésta
puede tener un esquema con ajuste fijo o set point (PC-
IM Va,s o PC-VM Ia,s) o también puede tener un esquema
de control adaptativo, es decir volumen de soporte (PC-
IM Va,a o PC-VM Ia,a).
2.4. Indicaciones
L as mismas que la ventilación por volumen
o por presión. Puede ser la ventilación de
inicio para cualquier paciente.
Se puede utilizar en pacientes con riesgo de
barotrauma para asegurar un V C constante a
pesar de las variaciones del estado
respiratorio.
2.6. Ventajas
Comparte las ventajas de los modos
504
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controlados por volumen al mantener un V E
constante.
Utiliza un flujo decreciente similar al que
ocurre en la respiración espontánea, que
podría mejorar la tolerancia del paciente (ver
cap. 15).
Comparte los modos controlados por
presión la ventilación con picos de presión
más bajos y la utilización de un flujo
decreciente, que en algunas patologías
mejora el llenado alveolar y la distribución
de aire en el pulmón.
Tiene menor riesgo de hipoventilación
aguda que la ventilación controlada por
volumen ya que no finaliza la inspiración al
llegar a la alarma del pico de presión
máxima. Este aspecto ha sido resuelto en
algunos respiradores que mantienen la
presión máxima durante el tiempo
inspiratorio al mismo tiempo que se activa
la alarma y en este caso el esquema de
control sería “dual” ya que cambiaría la
variable de control de volumen a presión.
En pacientes tras cirugía cardiaca sin
enfermedad pulmonar, este modo podría ser
mejor que el modo controlado presión al
disminuir el cortocircuito intrapulmonar al
conseguir un ajuste más preciso de la
presión inspiratoria.
En neonatos prematuros reduce la duración
de la ventilación mecánica, la incidencia de
hipocapnia, displasia broncopulmonar,
neumotórax y hemorragia intraventricular en
comparación con la el modo controlado por
presión control, sin existir diferencias en la
505
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mortalidad.
2.7. Inconvenientes
Como la presión es variable, al igual que
sucede en las los modos controlados por
volumen existe riesgo de barotrauma cuando
las condiciones de la vía respiratoria o el
pulmón empeoran, ya que la presión
aumenta hasta introducir el volumen
objetivo programado.
Aunque estos modos adaptan la presión
pico de cada ventilación a la mecánica del
sistema respiratorio y teóricamente podrían
mejorar la sincronía paciente-ventilador y
reducir la lesión pulmonar inducida por el
respirador, no existen estudios que
demuestren que son superiores a otros
modos.
506
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3. Modos controlados por presión
espontáneos continuos con esquema de
control adaptativo (PC-VECa o PC-CSVa)
3.1. Concepto
El concepto es similar a los modos previos pero aplicado a
las respiraciones espontáneas del paciente. El respirador
realiza una PS variable hasta alcanzar el volumen corriente
programado. Por tanto son modos controlados por presión
con una secuencia ventilatoria espontánea continua y un
esquema de control adaptativo, es decir con un V C objetivo
(PC-CSVa o PC-VECa).
507
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realiza un V C menor del prefijado, el respirador le ofrece una
PS suficiente para alcanzar el V C objetivo programado. L a
presión de soporte, por tanto, varía en las respiraciones
sucesivas de acuerdo al V C medido en las respiraciones
anteriores hasta alcanzar el V C objetivo.
508
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Figura 2. Curvas de presión-tiempo, flujo-tiempo y volumen-tiempo
en un modo controlado por presión con secuencia ventilatoria
509
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espontánea continua y esquema de control adaptativo (PC-CSVa o
PC-VECa). Ejemplos de este modo son: VS de Maquet, PSV + VG
de Dräger (respirador VN500), etc. (volumen de soporte, asistido o
garantizado).
3.3. Indicaciones
L as mismas que la PS, fundamentalmente
la retirada de la asistencia respiratoria en
pacientes en los que el esfuerzo respiratorio
es insuficiente para alcanzar un V C
adecuado.
510
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como límite inferior el V C habitual de 6 – 8
ml/kg.
3.5. Ventajas
Igual que en la PS, el paciente decide
cuándo empieza y termina la respiración, y
consigue más o menos aire dependiendo de
su esfuerzo respiratorio.
El respirador adapta la PS a la situación del
paciente; si el paciente introduce por sí
mismo más aire le ayuda menos y viceversa.
Asegura más la ventilación que la PS.
No es necesario ir cambiando
continuamente el V C programado ya que
sería someter al paciente a un trabajo
respiratorio innecesario. Cuando el paciente
es capaz de conseguir el V C objetivo con
una PS mínima de 4 – 8 cmH 2O se puede
plantear la extubación.
3.6. Inconvenientes
En la mayoría de los respiradores no se
puede asociar respiraciones mandatorias.
En algunos respiradores si el paciente hace
pocas respiraciones espontáneas y no alcanza
el V E mínimo programado, el respirador
aumenta el V C por encima del programado
para alcanzar el V E mínimo.
L a existencia de fugas importantes alrededor
del tubo endotraqueal puede hacer que el
respirador aumente de forma excesiva la
presión de ayuda y el tiempo que mantiene
511
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la misma.
Teóricamente no hay que hacer
modificaciones del V C objetivo, ya que
cuando el paciente mejora cada vez precisa
menos PS para alcanzar el mismo volumen.
Sin embargo, en la práctica algunos
pacientes se acostumbran a la ayuda recibida
y la PS no disminuye y obliga a disminuir
el V C objetivo. Sin embargo, no es
recomendable que en el proceso de retirada
de la ventilación mecánica se programen V C
menores de los normales, sino que se debe
monitorizar el estado clínico y la presión de
soporte para decidir la indicación de
extubación.
4.1. Concepto
Se trata de modos controlados por presión con dos niveles
alternantes de CPAP (fase de presión alta y fase de presión
baja). El paciente puede ventilar espontáneamente en ambas
fases. El paso de un nivel a otro se realiza de forma
mandatoria se realizará siguiendo un esquema con ajuste fijo
o set point (s), ya que ocurre tras un tiempo especifico, tiene
una Fr predeterminada y el incremento de presión es fijo.
L as ventilaciones espontáneas se producen dentro de una
mandatoria (bien sea en la fase de presión alta o en la fase de
presión baja). Dado que hay una combinación de
ventilaciones mandatorias y espontáneas, la secuencia
ventilatoria será IM V o VM I. Por tanto la nomenclatura
general de estos modos sería PC-IM Vs o PC-VM Is.
512
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Se puede asociar una PS a las respiraciones espontáneas con
un esquema con ajuste fijo o set point (“s” para las
respiraciones secundarias). Se nombraría como PC-IM Vs,s
o PC-VM Is,s.
513
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Alarmas de presión y volumen.
Tiempo de rampa o retardo inspiratorio (en
algunos respiradores).
PS.
Sensibilidad espiratoria: en la PS.
Sensibilidad inspiratoria.
4.4. Indicaciones
L as mismas que la ventilación por presión.
Puede ser la ventilación de inicio y retirada
de la asistencia de cualquier paciente.
H ipoventilación: aumentar el VE
incrementando la Fr y/o el PIP. Si el
paciente tiene respiraciones espontáneas y
éstas son superficiales, se debe valorar
añadir o subir la PS.
H iperventilación: disminuir el VE
reduciendo el PIP y/o la Fr.
Retirada de la asistencia respiratoria: ir
514
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disminuyendo la Fr hasta dejar en PS.
4.6. Ventajas
Permite las respiraciones espontáneas en
cualquier momento del ciclo respiratorio, lo
que facilita la adaptación del respirador al
paciente.
Puede ser útil en pacientes con hipoxemia
refractaria a ventilación mecánica
convencional.
Podría ser útil en patología neurológica
porque permite mantener el flujo sanguíneo
cerebral sin aumentar la presión intracraneal.
4.7. Inconvenientes
Como en todos los modos controlados por
presión, el volumen es variable, por lo que
existe el riesgo de hipoventilación e
hiperventilación (volutrauma).
L a experiencia en niños todavía es pequeña y
no existen estudios que demuestren sus
ventajas sobre otros modos.
515
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(PAV) al esfuerzo del paciente
5.1.1. Fundamento
5.1.2. Concepto
516
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modificación es en las sucesivas respiraciones.
5.1.4. Indicaciones
5.1.6. Ventajas
517
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El respirador se adapta de forma inmediata
al esfuerzo del paciente, lo que mejora la
adaptación al respirador y puede facilitar la
retirada de la ventilación mecánica.
5.1.7. Inconvenientes
Es difícil de programar.
Sólo está disponible en algunos
respiradores.
Existe muy poca experiencia en niños.
El paso de la fase inspiratoria a la
espiratoria exige un esfuerzo activo del
paciente para oponerse a la inspiración, lo
que puede llevar a asincronía entre el
paciente y el respirador.
Riesgo de hipoventilación: si el paciente
realiza respiraciones superficiales el
respirador le ayuda poco. Si el paciente
queda en apnea pasa a una ventilación en
controlada.
No ha demostrado ser superior a la PS en
estudios en adultos.
518
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presión inspiratorio variable. L a máquina mide el esfuerzo
inspiratorio del paciente y suministra un nivel de presión
determinado en cada momento por el porcentaje de
amplificación o ganancia del esfuerzo medido.
519
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Figura 3. Curvas de ventilación con NAVA. Edi: actividad eléctrica
diafragmática.
520
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Sensibilidad Edi: sensibilidad de actividad
diafragmática. Generalmente se inicia en
0,5.
PEEP.
F IO2.
Alarmas.
5.2.3. Indicaciones
5.2.4. Ventajas
5.2.5. Inconvenientes
521
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Sólo existe en respiración espontánea y no se
puede asociar a respiraciones mandatorias.
Si se produce hipoventilación, el respirador
pasa a un modo controlado por presión.
5.3.3. Indicaciones
522
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En cualquier modo para ayudar al paciente a
compensar la resistencia del tubo
endotraqueal o la vía aérea.
Puede usarse como alternativa a la PS, la
CPAP o el tubo en T en la retirada de la
asistencia respiratoria.
5.3.4. Ventajas
5.3.5. Inconvenientes
523
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se ajustan automáticamente según el estado del paciente, con
el objetivo de conseguir una adaptación instantánea a los
cambios y facilitar la retirada de la ventilación mecánica. Es
por esta razón por la cual los modos “autorregulables” no
tienen una Fr mandatoria fija, al contrario que la IM V
clásica.
524
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IM V'': IM V en la que se entregan
respiraciones mandatorias sólo cuando el
V E espontáneo cae por debajo de un V E
programado mínimo (p. ej., ASV de
H amilton, M M V de Dräger). L a frecuencia
de las respiraciones mandatorias será
variable dependiendo del V E espontáneo (la
suma del V E espontáneo y mandatorio será
igual o superior al VE objetivo
programado).
525
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Se podría asociar PS fija a las respiraciones espontáneas por
lo que las respiraciones secundarias tendrán siempre un
esquema con ajuste fijo o set point (p. ej., PC-IM V''a,s).
V C o V E objetivo.
Fr.
F IO2.
PEEP.
Sensibilidad inspiratoria.
Relación inspiración:espiración (I:E)
(mediante tiempo inspiratorio y flujo, o
porcentaje de tiempo inspiratorio y pausa).
PS (en algunos respiradores).
Tiempo de rampa o retardo inspiratorio (en
la PS).
Sensibilidad espiratoria: en la PS.
Alarmas.
6.1.3. Indicaciones
526
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Retirada de la ventilación mecánica: ir
disminuyendo progresivamente el V E . Si se
observa que el paciente realiza
espontáneamente todo el V E , no es
necesario modificar la programación.
6.1.5. Ventajas
6.1.6. Inconvenientes
527
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los objetivos del patrón respiratorio (ver cap. 6). El modelo
matemático utilizado para calcular los objetivos ventilatorios
es la ecuación de Otis-M ead, que calcula el patrón
respiratorio que genera el mínimo trabajo respiratorio.
528
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fórmula de Ottis, y la adapta a la Fr y V C
espontáneo. L as respiraciones espontáneas
reciben una PS variable con un objetivo de
V C calculado por el respirador en en base a
la fórmula de Otis-M ead). L a mínima PS
será de 5 cmH 2O.
En pacientes con respiración espontánea
exclusiva la ASV se comporta como un VS
(PC-CSVa) aunque con esquema de control
“óptimo”, en el que el V C objetivo es
calculado por el respirador.
El respirador determina el Ti y la relación
I:E según las características del paciente
para conseguir la menor presión inspiratoria.
6.2.3. Indicaciones
529
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6.2.4. Modificaciones según las condiciones clínicas
6.2.5. Ventajas
6.2.6. Inconvenientes
530
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El algoritmo de funcionamiento tiende a
ventilar con V C bajos y Fr altas.
El paciente puede acostumbrarse a la ayuda
del respirador y no hacer más respiraciones
espontáneas, por lo que para realizar la
retirada de la asistencia puede ser necesario
modificar mucho el porcentaje de ayuda.
Sólo está disponible en respiradores de una
única compañía.
Existe poca experiencia con este modo,
sobre todo en pediatría, y no ha demostrado
claramente su superioridad sobre otros
modos.
6.3. Automode
6.3.1. Concepto y denominación
531
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ser fijo, adaptativo.
6.3.3. Indicaciones
6.3.4. Ventajas
532
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6.3.5. Inconvenientes
7.1. Definición
Es un modo controlado por presión con una secuencia
ventilatoria CSV y esquema de control inteligente.
533
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seguridad hasta llegar a un mínimo soporte. Posteriormente
el sistema comprueba la posibilidad de extubación
manteniendo al paciente con un nivel mínimo de PS y ATC
durante una hora (prueba de ventilación espontánea) y tras
ésta notifica al operador la idoneidad de realizar o no la
extubación.
7.3. Indicaciones
Retirada de la asistencia respiratoria.
7.4. Ventajas
El respirador ajusta la PS con un doble
control de características mecánicas (V C y
Fr) y los resultados de la ventilación (CO 2).
Facilita la retirada de la asistencia
respiratoria.
Podría reducir la duración de la retirada de
la ventilación mecánica y de la estancia en
cuidados intensivos, aunque esto depende
también de la organización de la unidad
donde se emplea.
534
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7.5. Inconvenientes
Sólo está disponible en un tipo de
respirador.
No está preparado para niños con peso
inferior a 15 kg.
Existe muy escasa experiencia clínica
pediátrica.
Puede no funcionar bien si existe gran
discrepancia entre la capnometría espirada y
la P aCO2.
L os patrones definidos están basados en la
experiencia de grupos de expertos y éstos no
controlan al ventilador, solamente hacen
recomendaciones al operador sobre los pasos
a seguir. Faltan estudios amplios que
demuestren si este modo consigue una
mejor adaptación al paciente y reduce la
duración de la ventilación mecánica.
8. Conclusiones
L os modos no convencionales se han diseñado para ajustarse
de forma más rápida a las necesidades del paciente, favorecer
la coordinación y permitir una retirada más progresiva y
rápida de la ventilación mecánica. Sin embargo, a pesar de
sus ventajas teóricas, en la práctica clínica no han
demostrado todavía claramente su superioridad con respecto
a los modos convencionales utilizados con un control
clínico estrecho del personal sanitario.
535
booksmedicos.org
Bibliografía
536
booksmedicos.org
release ventilation: what do we know? Respir Care.
2012;57:282-92.
537
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16 M oerer O. Effort-adapted modes of assisted breathing.
Curr Opin Crit Care. 2012;18:61-9.
538
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mechanical ventilation. South M ed J. 2011;104:701-9.
539
booksmedicos.org
Capítulo 11
Pulsioximetría y capnografía
Juan Mayordomo Colunga (1)
Eider Oñate Vergara (2)
Marta Los Arcos Solas (3)
1 UCIP. Hospital Universitario Central de Asturias. Oviedo. España
1. Pulsioximetría
1.1. Concepto
L a pulsioximetría (SpO2) es una técnica de monitorización
no invasiva que estima la saturación de oxígeno de la
hemoglobina (H b) en sangre arterial, en base a las
propiedades espectrofotométricas de la H b. Es una técnica,
que se aplica de forma rutinaria en la gran mayoría de las
unidades de cuidados intensivos pediátricos (UCIPs) y
neonatales (UCINs), servicios de urgencias y quirófanos,
hasta el punto que algunos autores se refieren a ella como
“el quinto signo vital”. Tiene gran utilidad para valorar el
estado de oxigenación de los pacientes sin necesidad de
realizar gasometrías, dado que la valoración clínica de la
oxigenación no es fiable. De hecho, se dice que la cianosis
es apreciable de forma objetiva cuando la SpO2 ronda el
75% .
540
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presencia de una señal pulsátil generada por la sangre
arterial, la cual es independiente de la generada por la sangre
no pulsátil venosa o capilar y del hecho de que la
oxihemoglobina (O 2H b) absorbe luz con una longitud de
onda entre 850 y 1000 nm, mientras que la
desoxihemoglobina (H H b) lo hace en el rango comprendido
entre 600 a 750 nm. L a sonda de pulsioximetría se compone
de un fotodiodo como detector de luz y de dos diodos que
emiten luz a dos longitudes de onda diferentes, uno a 660
nm (franja de luz roja) y otro a 940 nm (franja de luz
infrarroja). En función de la razón entre la luz roja e
infrarroja absorbida, se puede calcular la saturación de
oxígeno de la H b arterial (SaO2). Para ello se tiene en cuenta
además la fracción de luz absorbida en presencia de sangre
pulsátil (arterial) y se relaciona con la luz absorbida sin
sangre pulsátil (es decir, la absorbida por sangre venosa y
capilar, y por los distintos tejidos subyacentes). Esta
información es incluida en un algoritmo en el
microprocesador del pulsioxímetro, ofreciéndose finalmente
la cifra de SpO2. Además de la lectura digital de la SpO2, la
mayoría de los pulsioxímetros muestran la onda del pulso
por pletismografía lo que permite distinguir entre una señal
real y una lectura artefactada.
1.2. Ventajas
Ofrece una serie de ventajas que hacen muy útil a la SpO2,
entre las que destacan:
541
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sobre cualquier tipo de paciente.
Generalmente se coloca la sonda de
pulsioximetría en un dedo de la mano o del
pie del niño, si bien también puede
colocarse en el lóbulo de la oreja, dorso del
pie, muñeca, mano, tobillo, brazos,
mejillas, y de forma excepcional en lengua y
nariz en neonatos y lactantes pequeños.
Ofrece una información continua de la
saturación de oxígeno de hemoglobina en
sangre arterial. Sus resultados se actualizan
con cada onda de pulso, a diferencia de la
determinación del intercambio gaseoso
mediante el análisis gasométrico de
muestras sanguíneas repetidas,
disminuyendo la necesidad de estas últimas.
Es una técnica fiable, siempre y cuando la
perfusión de la zona donde se sitúa la sonda
del pulsioxímetro sea adecuada. Además
tiene una correlación muy buena con la
presión parcial de oxígeno de la sangre
arterial (P aO2) cuando la SpO2 se encuentra
en el rango comprendido entre el 80% y el
97% . Es en este intervalo donde la
correlación P aO2 – SpO2 es más lineal,
explicado este hecho por la morfología de la
curva de disociación de la H b (Fig. 1).
542
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Figura 1. Curva de disociación de la hemoglobina y los factores que
la desplazan hacia la izquierda o la derecha. H+: hidrogeniones
(aumento: acidosis; descenso: alcalosis); DPG: 2 – 3-
difosfoglicerato; Tª: temperatura; HbF: hemoglobina fetal; HbS:
hemoglobina S. Tª: temperatura; PCO2: presión parcial del
anhídrido carbónico en sangre.
1.3. Limitaciones
543
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Por otra parte, la SpO2 tiene una serie de limitaciones que
deben conocerse (Tabla I). El clínico siempre relacionará los
datos exploratorios con la información ofrecida por el
pulsioxímetro. En caso de discordancia debe prevalecer la
impresión clínica, como en el caso de aparente cianosis en
presencia de lecturas de SpO2 elevadas.
544
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contrario, valores de SpO2 menores del 80%
tampoco tienen una buena correlación con la
P aO2, y esto es debido a que los algoritmos
se basan en estudios realizados en
voluntarios sanos, y por razones éticas no se
han estudiado saturaciones menores a esa
cifra.
L a presencia de H b anómalas dan valores de
SpO2 no fiables:
En el caso de valores altos de
metahemoglobina (> 20% ), los
valores de SpO2 serán de en
torno al 85% .
En el caso de niveles altos de
carboxihemoglobina la SpO2
estará falsamente elevada, lo
cual puede suponer un retraso
importante en la corrección de
una hipoxemia grave.
Drepanocitosis. Niveles
elevados de H bS desplazan la
curva de disociación de la H b
hacia la derecha.
Hb fetal (F). Altas
concentraciones de H bF
podrían desplazar la curva de
disociación de H b a la
izquierda. Sin embargo, algún
trabajo actual encuentra una
correlación SpO2 – P aO2
mantenida pese a valores altos
de H bF.
Anemia grave: la hemoglobina
debe ser inferior a 5 mg/dl para
causar lecturas falsas.
545
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L a SpO2 ofrece una estimación del porcentaje de O 2H b, no
directamente de la P aO2, si bien en condiciones normales
existe un equilibrio entre el O 2 disuelto en la sangre y el
unido a la H b. L os citados factores alteran dicho equilibrio.
546
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Ondas electromagnéticas.
Excesiva luz ambiental (xenón,
infrarrojos, fluorescentes...).
Piel oscura. Debe señalarse que
la ictericia no interfiere.
Colorantes empleados para
diagnóstico o tratamiento,
como el azul de metileno, verde
de indocianina o índigo carmín.
Alteraciones ungueales, bien
por onicomicosis o por lacas de
uñas (si bien algún trabajo
sugiere que este último factor
no tiene influencia).
Ritmos cardiacos irregulares,
sobre todo taquiarritmias.
547
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1.4. Cociente Saturación trascutánea de
oxígeno/Fracción inspirada de oxígeno
(S/F). Otras aplicaciones de la SpO2
548
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Desde hace algunos años, con el objetivo de minimizar la
práctica de actuaciones invasivas sobre los pacientes y
teniendo en cuenta las ventajas citadas que ofrece la SpO2, se
ha venido estudiando el cociente SpO2/F IO2 (S/F) como un
posible sustituto del cociente P aO2/F IO2 (P/F), empleado
de forma rutinaria para establecer la gravedad de la
hipoxemia. El P/F servía para diferenciar la lesión pulmonar
aguda (L PA) del síndrome de distrés respiratorio agudo
(SDRA) en la antigua definición de SDRA/L PA, y se ha
incluido nuevamente como parámetro fundamental para
clasificar el SDRA en leve, moderado y grave en la nueva
definición de SDRA de B erlín. (ver cap. 26).
549
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oxígeno/Fracción inspirada de oxígeno (S/F) y Presión arterial de
oxígeno/Fracción inspirada de oxígeno (P/F) según los distintos
trabajos publicados. Los valores de P/F reflejados son los
correspondientes a los puntos de corte sugeridos en la definición
de Berlín de síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) para
clasificar el SDRA en leve, moderado y grave.
2. Capnografía
2.1. Fundamento
Es un método de monitorización no invasiva de la
concentración de la presión parcial de dióxido de carbono
(CO 2) en la mezcla de un gas, tanto en inspiración como en
espiración.
550
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(P aCO2) es una función casi directa de la ventilación
alveolar. Su valor normal es 35 – 40 mmH g. Por otro lado,
la presión de CO 2 alveolar (P aCO2) refleja la presión de
todos los alveolos participantes en la ventilación.
551
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2.3. Capnografía normal
L a capnografía es una técnica más cualitativa que
cuantitativa y cuenta con unas características que permiten la
interpretación clínica (Fig. 2). El capnógrafo tiene dos
velocidades de registro. El registro más rápido (12,5 mm/s)
permite detectar cambios inmediatos. El registro lento (25
mm/m) permite identificar variaciones en la tendencia a
largo plazo.
552
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Figura 2. Capnografía. Segmento I: línea de base. Segmento II:
aumento del CO2 en el aire espirado al vaciarse progresivamente
los alveolos. Segmento III: meseta de gas alveolar. El valor máximo
de la CO2 coincide con el final de la espiración (EtCO2).Segmento 0:
Caída brusca de la CO2 a la línea basal que corresponde a la
inspiración.
Una adecuada interpretación de la gráfica puede alertarnos de
eventuales complicaciones y debe incluir el examen de tres
puntos clave: el punto de inicio debe empezar en cero, debe
existir un rápido incremento en la concentración de CO 2 y
una meseta de gas alveolar estable.
553
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durante el cual se ventila el espacio muerto.
Representa primordialmente el gas del
espacio instrumental y del espacio muerto
anatómico. En esta fase la presión parcial de
CO 2 es la ambiental. Al conectarse el
capnógrafo reconoce esta presión de CO 2
ambiental y la asimila al valor cero, proceso
conocido como “autocero”.
Fase II (Fig. 2, segmento II) se observa una
rápida subida de CO 2 al inicio de la
espiración por la eliminación de CO 2 del
espacio muerto mezclado con CO 2 alveolar.
Fase III o meseta alveolar, corresponde a la
exhalación del CO 2 del aire procedente de
los alveolos observándose un ascenso lento y
progresivo hasta alcanzar el punto donde la
presión parcial de CO 2 es máxima (Fig. 2,
E tCO2) El valor de esta presión parcial de
CO 2 al final de la espiración es el CO 2 tele-
espiratorio o EtCO2 (end-tidal CO 2) y será
reflejo de la P CO2 arterial. Su
monitorización es una representación muy
fiable de la perfusión pulmonar.
Una vez acabada la fase III, la presión
parcial de CO 2 decrece rápidamente al inicio
de la inspiración formando prácticamente un
ángulo recto. En esta fase se inhala gas
fresco libre de CO 2 y la concentración de
CO 2 cae rápidamente a cero. Este tramo del
capnograma que incluye desde el principio
de la inspiración hasta el principio de la
espiración (fig. 2, segmento 0) es conocida
como fase 0.
El ángulo alfa es el ángulo entre la fase II y
la fase III del capnograma. Una obstucción
554
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de vía aérea o alteraciónes en la ventilación-
perfusión pulmonar pueden provocar que
este ángulo disminuya.
El ángulo beta es el que está comprendido
entre la fase III y la fase 0 del capnograma.
Una disminución en el ángulo beta puede
indicar reinhalación de CO 2.
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Figura 4. La obstrucción del flujo de gas espirado tiene como
expresión un cambio en la pendiente del extremo ascendente de la
onda del capnograma. Las causas más frecuentes de este evento
son: obstrucción del extremo espiratorio del circuito, cuerpo
extraño en la vía aérea superior o secreciones, broncoespasmo.
556
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L a aparición de melladuras en la Fase III , sugiere dolor,
asincronía del paciente con el ventilador o respiración
espontánea. Es un patrón característico de incoordinación
entre los músculos intercostales y el diafragma. Se observa
en pacientes despertando del bloqueo neuromuscular en
aquellos pacientes ventilados con parámetros no adecuados y
que tratan de luchar contra el respirador.
557
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2.4. Tipos de capnógrafos
L os métodos para la medición de CO 2 espirado incluyen la
espectrofotometría de masas (coste elevado), la absorción de
rayos infrarrojos (más barato y de fácil aplicación clínica), la
espectroscopia Raman, espectroscopia fotoacústica y análisis
químico colorimétrico.
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Existen dos tipos de analizadores de CO 2 espirado según la
forma en el que el gas llegue a la cámara de medición.
Ambos sistemas requieren la colocación de una pieza para
poder acoplar el analizador (dicha pieza añade un pequeño
espacio muerto al circuito).
559
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Presentan el sensor dentro del monitor y miden el CO 2
mediante pequeños volúmenes de muestreo aspirados de la
vía aérea de forma continua, tanto en el paciente intubado,
empleando un adaptador entre el tubo endotraqueal y el
circuito del respirador, como en el no intubado a través de
una cánula oro-nasal que mide CO 2 exhalado. El gas puede
también ser analizado mientras se está administrando
oxígeno, utilizando unas cánulas nasales modificadas. Este
sistema requiere la utilización de filtros externos para evitar
que las secreciones alcancen el sistema de muestreo
sidestream. Una ventaja de este sistema es que no tiene
problemas para la esterilización y permite una conexión
sencilla sobre todo en pacientes con posturas no habituales
como la de prono.
560
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Otras situaciones como estados hipermetabólicos,
hipertermia maligna, crisis tirotóxicas y sepsis graves se
pueden detectar con cambios en la monitorización del CO 2.
Un aumento en el metabolismo, aumenta considerablemente
la producción de CO 2 lo que deriva en un aumento del
EtCO2. Dicho aumento repentino de EtCO2 puede ser un
signo de alarma precoz de una crisis hipermetabólica. En
estas ocasiones, la capnografía se convierte en una excelente
herramienta para detectar, acidosis metabólica, cetoacidosis
diabética, acidosis láctica, envenenamiento por cianuro,
embolismo pulmonar e incluso una simple hipoperfusión
ocasionada por cualquier estado de shock.
561
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errónea en esófago. Si el tubo se encuentra
alojado en el esófago, al no recoger flujo
espiratorio del niño, la CO 2 será muy baja o
nula. H a de señalarse también que la CO 2
será de cero en situación de parada
cardiorrespiratoria pese a la adecuada
intubación endotraqueal, por ausencia de
flujo pulmonar. (Fig. 5).
Se recomienda su uso estandarizado para
confirmar una adecuada ventilación y
oxigenación durante la anestesia general con
o sin tubo endotraqueal. L a hipoventilación
ocasiona un incremento en los niveles de
CO 2 antes de la caída de la saturación de
oxígeno por lo que la capnografía es útil
como detección temprana y adecuada
prevención de hipoxemia.
Permite detectar situaciones potencialmente
peligrosas para los pacientes tales como
hipertermia maligna, desplazamiento del
tubo endotraqueal, extubación accidental,
fugas o desconexión del circuito o fallo del
equipo. Excepto en la hipertermia maligna
en la que se observará un incremento en la
EtCO2, en el resto de situaciones esta
disminuirá y además se alterará la
morfología de la curva de la capnografía,
pudiendo no observarse una meseta final.
L a capnografía es más útil en ocasiones que
la capnometría ya que las distorsiones de la
curva de CO 2 (prolongación de la fase II,
elevación de la fase III, altura irregular)
suceden antes que los cambios en la EtCO2.
A pesar de ello la oclusión del tubo
endotraqueal debe ser al menos de un 50%
para traducirse en alteraciones en la
562
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capnografía o en los niveles de EtCO2
Es útil durante la realización de maniobras
de reanimación cardio-pulmonar (RCP).
Cuando el gasto cardiaco es nulo, el valor de
la P CO2 en el aire espirado es 0. L a
capnografía permite valorar la calidad del
masaje cardíaco realizado al estimar de forma
no invasiva el gasto cardíaco logrado con la
RCP. L a elevación súbita y sostenida del
EtCO2 es una alerta precoz de recuperación
de la circulación espontánea, debida a un
aumento de perfusión no relacionada con el
masaje cardiaco, que se produce antes que la
recuperación del ritmo y la recuperación del
pulso arterial. Como pronóstico se deduce
que la persistencia de valores muy bajos de
la capnografía (EtCO2 inferior o igual a 10
mmH g) en la RCP prolongada, es un
indicador de la imposibilidad de
recuperación del paciente y que, por el
contrario, niveles altos de EtCO2 se asocian
a una mayor supervivencia.
Durante la monitorización en niños
ventilados mecánicamente permite reconocer
conflictos entre las respiraciones
mandatorias y las espontáneas del paciente
detectando posibles asincronías y
permitiendo de esta manera modificar la
sensibilidad del respirador y mejorar el
confort del paciente.
563
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puede ser importante y es arriesgado confiar en la CO 2
espirada como reflejo de la arterial, por lo que sólo se puede
utilizar la CO 2 espirada una vez calculado el gradiente con la
P aCO2 como una tendencia para que ayude a valorar la
evolución.
564
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P aCO2 aumenta con unos niveles bajos de EtCO2.
3. PCO2 transcutánea
Es una técnica simple y no invasiva para monitorizar la
ventilación de forma continua.
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que no precisarán de calibraciones.
4. Puntos claves
4.1. Ventajas
M onitorización continua poco invasiva de la
EtCO2. En situaciones normales del
parénquima pulmonar es un fiel reflejo de la
P aCO2.
Usado conjuntamente con el pulsioxímetro,
reduce la necesidad de gasometrías arteriales.
El análisis del capnograma permite valorar
la integridad de la vía aérea del paciente, la
correcta posición del tubo endotraqueal y las
alteraciones en la ventilación-perfusión.
Es útil en la retirada de asistencia
respiratoria.
4.2. Inconvenientes
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L a correlación entre la EtCO2 y la P aCO2 no
es buena en situaciones de aumento del
espacio muerto, de incremento del
cortocircuito intrapulmonar o de bajo gasto
cardíaco. En estos pacientes, es preferible
valorar la P aCO2.
567
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Bibliografía
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Capítulo 12
Monitorización de la ventilación
mecánica: gasometría y
equilibrio ácido-base
Luis Pérez Baena (1)
Daniel Palanca Arias (2)
Marti Pons Òdena (3)
1 UCIP. Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria. Santa
Cruz de Tenerife. España
2 UCIP. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España
572
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mmH g y disminuye a medida que aumenta la altitud. L a
P atm total es igual a la suma de todas las presiones parciales
ejercidas por cada uno de los gases que la componen. Dado
que el gas alveolar se encuentra humidificado al 100% , se
asume que el aire inspirado se encuentra humidificado al
100% . A temperatura de 37ºC y humedad relativa del 100% ,
la presión parcial del vapor de agua es de 47 mmH g,
independientemente de la altitud. En condiciones normales,
la atmosfera está compuesta por un 20,93% de oxígeno
(O 2), por lo tanto la presión parcial de oxígeno en el aire
inspirado (P IO2) a nivel del mar será:
573
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a la mitad la P ACO2 aumenta al doble y viceversa. L a
presión alveolar de oxígeno (P AO2) se calcula mediante la
ecuación del aire alveolar:
574
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hipoventilación e hipoxemia. L a sangre venosa que llega a
los pulmones es “arterializada” una vez que la difusión de
los gases se lleva a cabo. En este momento debe contener la
misma P O2 y P CO2 que el alveolo. Pero incluso en
condiciones normales la composición de los gases arteriales
difiere de los alveolares debido a que existe cierto
componente de ventilación del V D , así como de
cortocircuito pulmonar en un pulmón sano. L a ventilación
de espacio muerto causa un aumento de la P aCO2 con
respecto a la P ACO2, mientras que el cortocircuito pulmonar
(shunt derecha-izquierda) produce una disminución de la
P aO2 con respecto a la P AO2.
575
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aumentos en la saturación son precisos aumentos mayores en
la P O2. Cuando la P O2 es < 50 mmH g existe un fuerte
descenso en la saturación y por lo tanto, del contenido de
oxígeno.
576
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L os gases sanguíneos pueden monitorizarse por métodos
invasivos y no invasivos. L os primeros suelen ser
intermitentes y los segundos continuos. L os métodos
cruentos incluyen la gasometría arterial, venosa y capilar,
pudiendo realizarse medición invasiva continua de los gases
sanguíneos a través de dispositivos intraarteriales o de la
saturación venosa mixta continua. Este capítulo, se centrará
en el análisis de los datos obtenidos mediante gasometría.
577
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para minimizar los efectos del metabolismo;
si se va a demorar más de 10 minutos, la
muestra debe enfriarse hasta 0 – 4ºC,
procurando, aún en estas condiciones, no
retrasar el análisis más de 30 minutos.
Situaciones frecuentes, como el aumento de
temperatura, pueden modificar algunos
valores de la gasometría (más acidosis y
menos hipoxemia) que no se tienen en
cuenta si no se corrigen en la gasometría.
Por cada 1°C de temperatura mayor de 37°C,
la P aO2 debe incrementarse un 7,2% , la
P aCO2 un 4,4% y el pH disminuir 0,015.
L a P aO2 se reduce un 7,2% por cada grado
que la temperatura del paciente desciende de
37°C.
Antes de aceptar los resultados como
válidos, sobre todo si no coinciden con la
situación clínica del paciente, debe
considerarse si ha podido existir alguna
alteración en la extracción o manipulación
de la muestra, o en la determinación
analítica por el aparato, y en esos casos
valorar repetirla.
578
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forma, dado que es más fácil de extraer, no
molesta al paciente y elimina el riesgo
asociado de los pinchazos múltiples. Sin
embargo, dados los riesgos inherentes a los
catéteres intraarteriales (infección,
coagulación, trombosis, anemia,
disminución del flujo distal, embolia aérea
o líquida por excesivo lavado, y dilución de
la muestra con la solución salina de lavado),
solo deben utilizarse en los pacientes que
requieran controles gasométricos frecuentes
o una monitorización continua de la tensión
arterial.
Capilares. Se obtienen en el talón o en los
dedos del pie y mano. Generalmente son
fáciles de extraer en niños de cualquier edad
y con pocos riesgos. Sin embargo, la P O2
capilar puede diferir mucho de la arterial
según sea el grado de perfusión periférica,
por lo que siempre se intenta “arterializar” la
muestra capilar mediante masajes y
aplicación de calor. Si la compresión
ejercida para obtenerla ha sido importante, la
gasometría puede parecerse más a la de
sangre venosa que a la de arterial, y al
producir hemólisis, dar lugar a una excesiva
elevación del potasio y del lactato.
Venosas. L as muestras de sangre venosa
periférica o central, aunque sirven para
valorar de forma aproximada el estado de
ventilación, proporcionan poca información
sobre el estado de oxigenación. L as
muestras de sangre venosa mixta, obtenidas
en la arteria pulmonar o de un catéter venoso
central, son muy útiles porque pueden
evaluar el estado respiratorio, metabólico y
579
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circulatorio del paciente.
580
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UCI.
582
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suministro suficiente de oxígeno a los tejidos, que depende
no solo del estado de oxigenación de la sangre arterial sino
de otros factores como la circulación sistémica y la perfusión
tisular.
583
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entre 60 y 80 mmH g, entre 40 y 60 mmH g
la hipoxemia es grave y crítica por debajo de
40 mmH g. L a P aO2 depende de otros
parámetros secundarios como la F IO2, la
P AO2, la P ACO2, la P B, la presión media
en vías aéreas (M AP) y del cortocircuito
intrapulmonar total (Qs/Qt).
Relación presión arterial de oxígeno/fracción
inspirada de oxígeno (P/F): en condiciones
normales es mayor de 400 mmH g; si su
valor es menor de 300 mmH g existe
hipoxemia y si es inferior a 200 se considera
que la hipoxemia es grave. Es un parámetro
útil, sencillo y más completo para valorar la
oxigenación porque lo relaciona con el O 2
suministrado a distintas concentraciones,
aunque no valora la influencia de otros
parámetros utilizados en la asistencia
respiratoria.
Relación saturación transcutánea de
oxígeno/fracción inspirada de oxígeno (S/F)
(ver cap. 11): marcador no invasivo fiable
comparable con el cociente P/F para
identificar a pacientes adultos y pediátricos
con hipoxemia particularmente con
síndrome de distrés respiratorio agudo
(SDRA).
Cociente arterio-alveolar de
oxígeno (P aO2/P AO2): es la
razón entre la P aO2 y la P AO2.
Su valor debe ser mayor de
0,75. Para su cálculo es
necesario conocer la P B, que es
igual a 760 mmH g a nivel del
mar, la P H2O , que es igual a
47 mmH g a cualquier altitud,
584
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la F IO2, la P ACO2 (que para
efectos prácticos se considera
igual a la PaCO2 y la P aO2 ).
Diferencia alveolo-arterial de
oxígeno (A-aD O2): relaciona
las presiones parciales entre el
oxígeno del alveolo y el arterial.
Para su cálculo son necesarios
los mismos datos que para el
cociente alveolo-arterial de
oxígeno:
IO = (F IO2 × MAP)/PaO2
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IO: índice de oxigenación; FIO2: fracción inspirada de oxígeno; MAP:
presión media en la vía aérea; PaO2: cociente arterio-alveolar de O2.
Su valor normal es inferior a 5. Es un dato útil para
valorar la oxigenación en relación con el grado de
asistencia respiratoria. Se ha utilizado para comparar la
gravedad de los pacientes, la respuesta de estos a
diferentes medidas terapéuticas e incluso como
medida de gravedad para indicar ventilación de alta
frecuencia o oxigenación por membrana extracorporea
(ECM O) según valores y tiempos determinados.
Recientemente, en un estudio en pacientes pediátricos
que recibían ventilación mecánica convencional se ha
extrapolado el cálculo del IO con el índice de
oxigenación en base a la saturación (ISO) a través del
uso de la saturación transcutánea de oxígeno (SpO2) en
lugar de la P aO2:
587
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la sangre en un minuto y depende del GC y
el contenido total de oxígeno en la sangre
arterial (C aO2):
D O2 = CaO2 × GC
DO2: transporte de oxígeno; CaO2: contenido arterial de oxígeno;
GC: gasto cardíaco.
El índice de transporte de oxígeno normal (transporte
de oxígeno dividido por la superficie corporal) es de
500 – 600 ml/m/m 2. Para calcular el transporte de
oxígeno es necesario realizar una gasometría arterial
para conocer la P aO2, la SaO2 y la concentración de
H b, y medir el GC.
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Saturación arterial de oxígeno (SaO2): es el
porcentaje de H b oxigenada (O 2H b) en
relación con la H bt. Se considera normal
entre 95 y 99% , aceptable entre 90 y 95% ,
hipoxemia entre 85 y 90% , e hipoxemia
grave por debajo del 85% . L a SaO2 depende
de la P aO2, la concentración de
hemoglobina, la presencia de otras
hemoglobinas no oxigenadas y la afinidad
de la hemoglobina por el oxígeno, valorada
por la P 50 en la curva de disociación de la
hemoglobina (Fig. 1 cap. 11). Por esto,
actualmente se prefieren los analizadores de
gasometría que tienen un dispositivo
llamado cooxímetro, mejor que los que
determinan la SaO2 deduciéndola a partir de
la P aO2 y el pH . L a cooximetría permite
medir la concentración de H bt en la sangre
y de cada una de sus fracciones:
oxihemoglobina (O 2H b),
desoxihemoglobina o hemoglobina reducida
(H H b), carboxihemoglobina (COH b),
metahemoglobina (M etH b) y
sulfohemoglobina (SH b). L as
concentraciones normales de COH b y de
M etH b deben ser inferiores al 1 – 1,5 % .
Cuando aumenta la concentración de las
hemoglobinas no oxigenadas disminuye la
SaO2. L a cooximetría es especialmente útil
en aquellas situaciones en las que existe una
P aO2 muy baja, la curva de la H bt está
desviada a la izquierda o a la derecha por
cambios del pH o la temperatura, cuando la
H b fetal está aumentada, en la intoxicación
por monóxido de carbono y en la
metahemoglobinemia. En estas
circunstancias la saturación de la H b
589
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deducida por el aparato de gasometría y la
pulsioximetría pueden no ser reales.
590
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derecha evita el gran inconveniente de
necesidad de disponer de un catéter en
arteria pulmonar y en diferentes estudios ha
mostrado buena correlación con los valores
de SvO2.
Extracción de oxígeno por los tejidos
(I EO2): es el porcentaje del oxígeno
transportado por la sangre que es extraído de
la misma por los tejidos. El I EO2 se calcula
a partir del contenido arterial y venoso de
oxígeno:
591
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A pesar de la complejidad de los factores que intervienen en
la relación entre el consumo y cesión de O 2, de forma
práctica para guiar el tratamiento se podría simplificar de la
siguiente manera: en la evaluación de la oxigenación de los
tejidos ninguno de los valores que se monitorizan de forma
aislada es ideal, y las decisiones deben basarse en la
interpretación combinada de parámetros clínicos,
bioquímicos y de oxigenación.
592
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Para interpretar los parámetros de oxigenación de forma
adecuada, es necesario seguir una sistemática que se base en
el análisis de los tres parámetros clave que valoran tanto los
aspectos respiratorios como los hematológicos del
suministro de oxígeno a los tejidos:
593
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a la derecha para aumentar la cesión de
oxígeno a los tejidos.
594
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L a P ACO2 es el parámetro que mejor define el estado de
ventilación pulmonar, y depende directamente de la
producción de CO 2 e inversamente de la ventilación alveolar.
Como el dióxido de carbono difunde muy rápidamente a
través de la membrana alveolar, la P ACO2 está en equilibrio
con la (P aCO2) y por tanto, se considera que esta última es
el medio más sencillo y útil para valorar la ventilación.
Cuando la ventilación es normal, la P aCO2 se mantiene
alrededor de 40 mmH g. Si la P aCO2 es inferior a 35 mmH g
se considera hiperventilación o hipocapnia, mientras que
cuando supera los 45 mmH g se llama hipoventilación o
hipercapnia. Si la P aCO2 se encuentra entre 45 y 60 mmH g,
la hipercapnia es moderada; grave, si está entre 60 y 80
mmH g, y crítica, cuando supera los 80 mmH g. Sin
embargo, la P aCO2 está tan relacionada con el pH que su
repercusión en el estado de gravedad del paciente es más o
menos importante dependiendo de si se acompaña de una
variación significativa de este último. De hecho, en algunas
patologías pulmonares, para minimizar la agresión de la
ventilación mecánica, se permiten cifras de P aCO2 superiores
a 60 mmH g (“hipercapnia permisiva”) siempre que el pH se
mantenga por encima de 7,20 – 7,25.
2.4.1. Hipercapnia
L a hipercapnia produce vasodilatación cerebral, y si se
acompaña de un descenso del pH , vasoconstricción
pulmonar. El aumento de la P aCO2 provoca un aumento de
la P ACO2 y por tanto disminuyen la P AO2 y la P aO2. Sin
embargo, la acidosis respiratoria, al desviar la curva de
disociación de la H b a la derecha, facilita la cesión del O 2 a
los tejidos. El efecto nocivo de la hipercapnia sobre los
tejidos depende de la cifra de P aCO2, de su efecto sobre el
pH sanguíneo, de la rapidez de instauración y si ha dado
tiempo a que se establezcan los mecanismos compensadores,
y de la presencia de alguna patología asociada (hipertensión
pulmonar o intracraneal).
595
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2.4.2. Hipocapnia
L a hipocapnia produce vasodilatación pulmonar si aumenta
el pH y vasoconstricción en diferentes partes de la
circulación sistémica, incluyendo la vascularización cerebral.
Cuando la P aCO2 baja disminuye la P ACO2 y hay un
aumento de la P AO2. Además, la hiperventilación desvía la
curva de disociación de la hemoglobina a la izquierda, lo
que teóricamente, facilita la captación de oxígeno en los
pulmones. Sin embargo, los efectos sobre la circulación
sistémica y la menor cesión del oxígeno a los tejidos
(desviación de la curva de disociación de la H b a la
izquierda) contrarrestan estos efectos, y la oxigenación tisular
disminuye.
596
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de H + en los líquidos corporales es enorme, se encuentran
neutralizados por los amortiguadores (tampones), de los que
el bicarbonato es el más importante. L os tampones
representan la primera línea de protección contra los cambios
del pH . Sin embargo, cuando se producen alteraciones
bruscas en la producción de H +, los tampones no son
capaces por sí solos de mantener el pH normal por mucho
tiempo, debiendo complementar sus efectos, en primer
lugar, por ajustes fisiológicos compensadores y
posteriormente por correcciones definitivas a nivel pulmonar
y renal.
597
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normal de CO 3H – es de 24 mEq/L (22 a 26 mEq/L ).
598
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2.5.4. Alcalosis metabólica
599
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Tabla V. Alteraciones del equilibrio ácido-base.
600
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2.6. Interpretación del equilibrio ácido-
base
L a interpretación del equilibrio ácido-base debe hacerse de
forma sistematizada, siguiendo tres pasos que evalúan cada
uno de sus componentes (Tablas VI, VII y VIII):
601
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otros dos parámetros para ver si también lo están.
602
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dicha compensación en condiciones normales.
603
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604
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Figura 2. Evaluación de los trastornos ácido/base. H+:
hidrogeniones, pH: potencial de hidrogeniones, PCO2: presión
parcial de dióxido de carbono, CO3H–: bicarbonato..
L as siguientes reglas nemotécnicas son de utilidad para
orientar la etiología de los trastornos del equilibrio ácido-
605
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base en relación al anión GAP, equivale a la diferencia entre
las concentraciones plasmáticas del catión más abundante
(Na+) y los aniones cuantificados más abundantes (Cl – y
CO 3H –). Su cálculo es útil en el diagnóstico diferencial de
las acidosis metabólicas.
F istula pancreática.
U retogástrico conductos.
S uero salino.
E ndocrino (hiperparatiroidismo).
D iarrea.
C arbonic anhidrasa inhibidores.
A monium cloruro.
R enal (ATR).
S pironolactona.
M ethanol intoxication.
U remia.
606
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D iabetic ketoacidosis (and other
ketosis).
P araldehyde, propilen glicol.
I ron, inhalants, isoniazid.
L actic acidosis.
E thanol.
S tarvation, salicylates, solvents.
607
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Bibliografía
608
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8 Alander M , Peltoniemi O, Pokka T et al. Comparison of
pressure-, flow-, and NAVA-triggering in pediatric and
neonatal ventilatory care. Pediatr Pulmonol. 2012;47:76-83.
10
Gilbert H C, Vender JS. Arterial blood gas monitoring.
Crit Care Clin. 1995;11:233-48.
609
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Capítulo 13
Monitorización gráfica de la
función respiratoria
Antonio Morales Martínez (1)
Pedro Pablo Oyagüez Ugidos (2)
Isabel del Blanco Gómez (2)
Pilar Sánchez Yáñez (1)
José Manuel González Gómez (1)
1UCIP. Hospital Regional Universitario de Málaga. España
1. Introducción
L a ventilación mecánica ha experimentado en las últimas
décadas una serie de avances que le han conferido una
capacidad de respuesta y adaptación al paciente mejor y más
rápida.
610
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L a información presentada por las curvas durante la
ventilación mecánica no es reemplazable por otras
mediciones efectuadas en el paciente. Esto no quiere decir
que las curvas sean exclusivamente importantes, sino que,
como se abordará posteriormente, una adecuada
interpretación de las curvas permitirá optimizar el manejo
ventilatorio del paciente, haciendo uso de herramientas y
mediciones que no son dadas por otro tipo de
monitorización.
611
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presión (parámetros medidos). El volumen es
un dato calculado (aunque se haya
programado) en función del flujo y del tiempo
transcurrido.
612
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inspiratorio y tiempo de pausa, va a ser
entregado a velocidad constante (flujo
constante). En inspiración, el flujo es
constante hasta el momento de pausa y la
presión es variable.
En presión control los parámetros
programados son la presión inspiratoria y el
tiempo inspiratorio. El respirador genera una
presión determinada que origina un flujo
inicialmente rápido (flujo pico) que se va
enlenteciendo (flujo decreciente) conforme
disminuye la diferencia de presión entre el
respirador y el alveolo. Si ambas presiones
llegan a igualarse se genera una fase no
programada de flujo cero. Así, el respirador
entrega el flujo en función de las
características del paciente y el circuito.
De esta primera aproximación, se puede intuir
que las gráficas o curvas que más interesan
son las variables, es decir, en un modo
controlado por volumen la gráfica de interés
será la de presión, ya que las de flujo y
volumen vienen fijadas por nuestra
programación. En modo controlado por
presión, las gráficas de volumen y flujo serán
variables y, por tanto, interesantes para tener
datos acerca de la patología del paciente.
Se ha analizado analizado la parte inspiratoria
de los modos controlados por presión y
volumen, obviando la parte espiratoria, ya que
ésta, al ser un fenómeno pasivo, no depende
del modo ventilatorio, sino de las
características del paciente, y en menor
porcentaje del respirador, para mantener la
presión al final de la espiración (sin importar
para ello el modo ventilatorio).
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2.1. Volumen control
Como se ha visto anteriormente el generador en volumen
control es capaz de aumentar mucho la presión, de modo
que la diferencia de presiones entre éste y el paciente genera
un flujo de entrada de aire muy rápido y constante que se
interrumpe de manera súbita (Fig. 1, fase 1), manteniéndose
durante un tiempo de pausa, durante el que se redistribuye el
gas en los pulmones (Fig. 1, fase 2), hasta que se produce el
ciclado a espiración (Fig. 1, fase 3). Así, se podrá distinguir
en las diferentes curvas varias fases:
614
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Figura 1. Volumen control. Visión conjunta de las tres curvas de
tiempo: 1) Fase inspiratoria con flujo constante. En ella se evidencia
entrada de flujo constante con aumento progresivo de presión y
ganancia de volumen. 2) Tiempo de pausa. No hay entrada ni salida
de aire (flujo cero). La presión cae, hasta un valor de presión meseta,
y el volumen se mantiene. 3) Espiración. Salida del volumen, caída de
presión hasta nivel de presión positiva al final de la espiración
(PEEP) y flujo espiratorio negativo. 4) Fase de reserva espiratoria (es
importante que exista tiempo suficiente para la salida del aire
inspirado), se mantiene la PEEP y no hay cambios de volumen. Ti:
615
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tiempo inspiratorio; Te: tiempo espiratorio.
616
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establecido que se mantiene constante (b-c). El segmento 2
corresponde al tiempo de pausa o flujo cero en que cae
bruscamente la entrada de aire y ambas válvulas (inspiratoria y
espiratoria) se cierran. El segmento 3 es el que corresponde la
espiración efectiva. El segmento 4 representa la reserva espiratoria
(es importante que exista tiempo suficiente para la salida del aire
inspirado). L/m: litros por minuto.
En el segmento 1 el ascenso inicial (a-b) se puede modificar
en algunos respiradores (con la rampa inspiratoria, rise time,
retardo inspiratorio o tiempo de presurización).
Posteriormente, el flujo constante (b-c) depende de los
parámetros programados (tiempo inspiratorio, flujo y tiempo
de pausa).
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Figura 3. Curva flujo-tiempo espiratorio. La figura representa la
gráfica de flujo espiratorio en la que a) indica el comienzo de la
espiración, b) representa el flujo espiratorio pico y c) es el final de la
salida del gas. 3 representa la duración del flujo espiratorio y 3+4 es
el tiempo total disponible para la espiración. Es importante que el
segmento 3+4 sea suficientemente prolongado para permitir la
espiración completa de aire y no exista atrapamiento aéreo. El flujo
máximo espiratorio y la rama decreciente de flujo (b-c) pueden verse
alterados en situaciones que exista obstrucción a la salida de aire
(broncoespasmo, mucosidad, acodamiento, etc.).
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2.1.2. Curva volumen-tiempo (Fig. 4)
Solo traduce la cantidad de volumen que entra en el paciente
durante cada ciclo y está directamente programado por
nosotros y determinado por la curva de flujo. El respirador
calcula el volumen que entra o sale en función del flujo de
entrada o salida y el tiempo de cada uno de éstos.
619
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se modifica el volumen, porque no hay entrada ni salida de aire.
Estos dos tramos corresponden a la inspiración y solo se verán
modificados en caso de cambios en la programación del
respirador. Los tramos descendente (3) y horizontal (4)
corresponden a la espiración y dependerán del tiempo reservado
para la espiración y de las características biofísicas del paciente y el
circuito. En la fase de reserva espiratoria (4) no hay cambios de
volumen. Ti: tiempo inspiratorio; Te: tiempo espiratorio.
L a rama espiratoria debe ser de la misma magnitud que la
inspiratoria, en caso de mayor volumen en la espiración
(gases adicionales como óxido nítrico) o menor (fuga de
aire, atrapamiento aéreo) se modificará esta curva de volumen
espiratorio. L a dificultad a la salida del volumen
previamente inspirado, se traducirá en una rama descendente
de menor inclinación (más tumbada) que la inspiratoria.
620
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Figura 5. Volumen control. Curva presión-tiempo. Segmento 1:
aumento de presión hasta valor máximo o presión pico (a).
Segmento 2: descenso de presión hasta presión meseta (b).
Segmento 3: fase espiratoria con presión positiva (PEEP).
Como se ha señalado anteriormente, la presión del segmento
2, llamada presión meseta o presión de pausa, es debida al
volumen intrapulmonar de gas, y al no existir movimiento
de aire, es reflejo de la complianza toracopulmonar. Sin
embargo, en la fase 1, la presión se debe a dos
componentes: el componente resistivo, derivado de las
resistencias al flujo o paso del gas (circuito y vía aérea) y en
segundo lugar, al relacionado con la presión que ejerce ese
aire en el pulmón (complianza toracopulmonar). Por
consiguiente, la diferencia entre la presión pico y meseta, se
621
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convierte en una herramienta diagnóstica, ya que informa de
las propiedades mecánicas del pulmón permitiendo
diferenciar entre patrones obstructivos y restrictivos. L a
diferencia normal entre presión pico y meseta es 5 – 8
cmH 2O. Así, si se tiene una presión pico elevada con
mucha diferencia con la meseta, se debe asumir que hay un
problema debido al aumento de las resistencias (patrón
obstructivo) o bien que el flujo programado es excesivo. En
caso de existir una presión pico elevada pero con presión
meseta cercana a dicho valor, se tendrá que asumir que esa
presión elevada se debe a una disminución de la complianza
toracopulmonar (patrón restrictivo). Para una adecuada
valoración de la presión meseta es necesario que el tiempo
de pausa sea suficiente para producir la redistribución de gas
y esta se tome en condiciones de flujo cero. Para ello se
suele realizar una pausa inspiratoria mantenida (Fig. 6).
622
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Figura 6. Volumen control. Pausa inspiratoria. Prolongando el
segmento 2, se puede observar que la presión cae hasta la presión
atribuible a la complianza (presión meseta), no hay flujo de aire (flujo
cero) y el volumen no se modifica. L/m: litros por minuto.
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gráfica espiratoria presenta el tramo de flujo máximo
espiratorio (d) y el tramo de flujo decreciente espiratorio
hasta alcanzar flujo cero (e). Esta parte del bucle sí puede
aportar una información valiosa en cuanto a incapacidad para
exhalar todo el volumen que ha entrado, presencia de fugas,
presencia de algún flujo espiratorio adicional o una
espiración forzada.
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2.1.5. Bucle volumen-presión (Fig. 8)
Es una manera gráfica y rápida de conocer la complianza
dinámica de todo el sistema. En éste, para cada ciclo, se
relaciona un valor de presión con un valor de volumen. No
sirve para conocer la estática del pulmón ya que está
realizado en condiciones dinámicas y la medida de presión
no se toma en el pulmón sino en la tubuladura.
625
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presión meseta (b). La parte descendente o superior de la curva (3)
corresponde a la parte espiratoria, que es diferente a la inspiratoria
por el fenómeno de histéresis, ya que el pulmón una vez abierto
tarda más en “cerrarse” incluso con presiones menores (a una misma
presión mantiene mayor volumen).
626
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Figura 9. Presión control. Visión conjunta de tres curvas temporales.
Segmento 1: entrada de flujo inspiratorio pico con la que se alcanza
una presión determinada. Segmento 2: el flujo decrece manteniendo
una presión en el sistema casi constante. Segmento 3: una vez
igualada la presión dentro del respirador y el alveolo ya no entra
más gas y por tanto el flujo es 0. Se considera una fase de pausa no
programada. Segmento 4: espiración efectiva. Salida del volumen,
caída de presión hasta nivel de presión positiva al final de la
espiración (PEEP) y flujo espiratorio negativo. 5) Fase de reserva
espiratoria (es importante que exista un tiempo suficiente para la
salida del aire inspirado), se mantiene la PEEP y no hay cambios de
volumen.
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2.2.1. Curva de presión-tiempo (Fig. 10)
Es la que menos información va a aportar ya que refleja una
onda de presión que prácticamente es constante
independientemente de las características del paciente.
628
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No obstante, la gráfica de presión puede dar una idea de si
el respirador está funcionando correctamente de acuerdo a las
necesidades del paciente. El ventilador debe presurizar
rápidamente el conjunto conformado por el circuito y el
sistema respiratorio del paciente y luego mantener esa
presión durante toda la fase inspiratoria. L a rampa puede
estar alargada de forma no intencional si el circuito o el
paciente tienen con constante de tiempo larga, de modo que
con el flujo inspiratorio generado el ventilador no puede
elevar rápidamente la presión en el circuito (Fig. 11).
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Figura 11. Presión control. Valoración del funcionamiento del
respirador. En la imagen (A) la presión pico se alcanza más tarde.
Puede deberse a la rampa programada o porque el respirador no
pueda alcanzar la presión pico inmediatamente (desfase flujo
aportado vs. constante de tiempo del sistema circuito-paciente). La
consecuencia será una menor entrega de volumen, a pesar de tener
programados ambos ventiladores la misma presión inspiratoria y el
mismo tiempo inspiratorio. En el caso de que la constante de
tiempo del sistema sea más corta (B), la entrega del gas es más
rápida igualándose antes las presiones del respirador y el alveolo,
por lo que aparece una fase con flujo cero (tiempo de pausa no
programado) que permitirá mejorar la redistribución del aire. Como
se verá más adelante, observar dicha pausa puede ser garantía de
que el tiempo inspiratorio programado es correcto. PEEP: presión
positiva al final de la espiración.
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Figura 12. Presion control. Curva flujo-tiempo. 1. Flujo pico
inspiratorio. 2. Flujo decreciente inspiratorio. 3. Flujo 0. Pausa no
programada. 4. Flujo espiratorio efectivo. 5. Tiempo de reserva
espiratoria (es importante que haya tiempo suficiente para la salida
del aire inspirado).
Como se puede observar en las gráficas, cuando hay un
tiempo inspiratorio suficiente, en el tramo 3 de flujo cero
puede disminuir o incluso llegar a desaparecer, circunstáncia
típica de las situaciones con constante de tiempo larga.
Parece lógico pensar que en los ciclos mandatorios
controlados por presión (PC-CM V y PC-IM V) el tiempo
inspiratorio debe durar lo suficiente como para que la curva
descendente llegue a cero, con el fin optimizar el volumen
administrado a una presión determinada.
631
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optimizar la programación de la ventilación, aumentando o
acortando el tiempo inspiratorio. Por otro lado, será útil
para la detección de fugas, ya que como el sistema tiene que
estar presurizado, la única forma de hacerlo en caso de fuga
será aumentando el flujo de entrada de aire, de modo que se
verá un volumen que no varía con incremento del flujo
inspiratorio (no en todos los respiradores, ver apartado de
fugas).
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Figura 13. Presión control. Curva volumen-tiempo. 1+2+3: Volumen
inspiratorio con tiempo de flujo cero (izquierda) y sin este (derecha).
4: Exhalación de volumen en fase espiratoria efectiva. 5: En la fase de
tiempo de reserva espiratoria no hay cambios de volumen. Ti:
tiempo inspiratorio; Te: tiempo espiratorio.
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L a fase (3) corresponde con la espiración (generalmente en el
cuadrante inferior) no depende del modo ventilatorio sino
que es un fenómeno pasivo dependiente de las características
del paciente y del circuito, y su análisis no difiere del
realizado anteriormente (Fig. 7).
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volumen ya que el generador consigue presurizar rápidamente
el sistema sin aumento significativo del volumen.
Posteriormente se mantiene la presión casi constante y va
aumentando el volumen corriente inspiratorio. L a parte
espiratoria mantiene el fenómeno de histéresis previamente
comentado.
635
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2.3. Otros modos
L os modos con esquema de control “adaptativo” (p. ej.:
volumen control regulado por presión, VC+, Autoflow, etc.)
y la de presión soporte se entienden por su modo de generar
flujo y por la morfología de sus curvas como modos con
variable de control de presión. Por tanto, el análisis de las
curvas es el mismo que el realizado para los modos de
presión. No obstante, a continuación se destacan las
peculiaridades en la monitorización de curvas de estos
modos.
636
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Figura 16. Modo con esquema de control adaptativo (PC-CMVa). En
la figura se muestra cómo, en un paciente con constante de tiempo
alargada, incrementando el tiempo inspiratorio aumenta el volumen
corriente (y por consiguiente, el volumen minuto), para una misma
presión inspiratoria. En el siguiente ciclo bajará la presión para
mantener el volumen programado. PIP: presión pico; PEEP: presión
positiva al final de la espiración; Vc: volumen corriente.
637
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inspiratoria y la apertura de la espiratoria no se regula por un
tiempo inspiratorio sino que se produce cuando en la curva
de flujo-tiempo, el flujo decreciente desciende hasta un
porcentaje preestablecido del flujo máximo inicial. Este
porcentaje puede ser fijo o ajustable, dependiendo del tipo de
ventilador. Esto es importante porque un ciclado demasiado
precoz puede provocar un volumen corriente insuficiente o
porque puede haber algún problema en detectar el descenso
de flujo que alargue demasiado el tiempo que se mantiene la
presión de soporte (fuga de aire) o porque sencillamente el
paciente quiera espirar antes de tiempo (Fig. 17).
638
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Figura 17. Presión de soporte. Si aumenta el tiempo que dura la
presurización, como consecuencia de una modificación del el
porcentaje de caída del flujo inspiratorio para que se retrase el
ciclado, se incrementará el volumen corriente. Debe ajustarse
adecuadamente ya que en caso de incrementarse mucho el tiempo
inspiratorio, si el paciente quiere un ciclado más rápido o existen
fugas que dificulten su detección, se provocará una asincronía
espiratoria.
Un paciente en un modo de presión soporte debe
monitorizarse de acuerdo a los volúmenes realizados,
frecuencia respiratoria, confort (ver caps. 9 y 15).
639
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optimizar la programación del respirador (determinación de
tiempos inspiratorio y espiratorio, optimizar ciclado
espiratorio en presión de soporte, optimización de tiempo de
rampa, etc.). Pero además, será útil para identificar una serie
de situaciones clínicas, valorar su repercusión así como
evaluar la respuesta terapéutica que se haya instaurado, sea
esta una modificación de la ventilación o un tratamiento
(broncodilatadores, aspirado de secreciones o corrección de
tiempo espiratorio).
640
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variable:
volumen
corriente en el
modo de presión
y presión
inspiratoria pico
en volumen
controlado.
Volumen
corriente (Vc):
se debe valorar
la diferencia
entre Vc
inspirado y
espirado
(detección de
fugas) y si estos
son adecuados
para el paciente
(particularmente
en presión
control).
b. Presiones:
presión
inspiratoria pico
(PIP) en
volumen control
y presión control
regulada por
volumen.
Presión meseta
o plateau (P plat )
en volumen
control, además
de comprobar la
PEEP. El
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análisis de las
presiones dará
idea de si son
adecuadas para
el paciente
concreto que se
está ventilando.
Si las presiones
son altas se
deberá valorar si
es acorde a la
patología o
puede existir
algún problema
asociado (ver
Tabla II). Esto
puede ser
orientada por la
diferencia entre
la PIP y P plat .
Si las presiones
son
anormalmente
bajas se debe
pensar en
extubación o
fugas.
c. Frecuencia
respiratoria (Fr):
se debe analizar
en número
absoluto (si es
alta o baja) y la
diferencia entre
la Fr pautada y
la que realmente
642
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se produce en el
respirador, para
diagnosticar la
posible
existencia de
autodisparo o de
respiraciones
espontáneas.
d. F IO2: la mayoría
de los
respiradores
disponen de
analizadores de
oxígeno
incorporados
pero algunos
(como muchos
respiradores de
transporte o de
ventilación no
invasiva) no
disponen de
ellos, por lo que
la F IO2
suministrada es
calculada.
e. Diagnóstico de
asincronías: los
siguientes
parámetros que
se deben valorar
de forma
conjunta son:
tiempo
inspiratorio
(Ti), flujo o
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rampa, trigger
inspiratorio y
trigger espiratorio.
El análisis
conjunto de
ellos, apoyado
en el uso de las
gráficas, permite
hacer una
aproximación al
diagnóstico de
asincronías (ver
cap. 15). L a
asincronía que
debe ser
diagnosticada de
forma más
precoz es el
autodisparo, que
ya se orientaba
al analizar la Fr.
3. Datos gráficos: apoyan la
información obtenida
analizando los datos
numéricos. Alguna
complicación puede ser
diagnosticada con el uso de
las gráficas o los
procedimientos especiales.
4. Pruebas especiales, permiten
conocer con más detalle las
características del aparato
respiratorio: complianza,
resistencia, constante de
tiempo y conocer la existencia
de atrapamiento aéreo.
644
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5. Alarmas: deben ser
reprogramadas una vez
comprobado que todos los
datos que ofrece el paciente y
el respirador parecen correctos
para la situación clínica del
paciente.
C. M onitorización: con los datos que ofrece la
monitorización clínica (SpO2, CO 2 espirado
o trascutáneo, gasometría y radiografía) se
valorará si lo conseguido al aplicar la
ventilación mecánica es correcto en base a
nuestros objetivos. En caso contrario se
deberá modificar la programación y volver a
aplicar el AB C desde el primer punto.
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646
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3.1. Reconocimiento del modo respiratorio
Además de la terminología (no homogeneizada y en
ocasiones equívoca) y de los parámetros programables en
cada modalidad, las curvas pueden ayudar a identificar el
tipo de modo respiratorio. Para ello se deberá valorar:
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Figura 18. Curvas de volumen, flujo y presión en modos controlados
por volumen (izquierda) y por presión (derecha) pudiendo reconocer
las diferencias entre ambas.
3. 2. Optimización de la programación
M odo controlado por presión. Como se ha
visto anteriormente, las curvas de flujo y de
648
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presión van a ser de utilidad para reconocer el
correcto funcionamiento del respirador en
presión control (Fig. 11) y valorar si con el
pico programado se obtiene el volumen
adecuado para el paciente.
M odos controlados por presión con esquema
de control adaptativo. L a valoración de la
onda de flujo puede ser útil de modo que, si
la onda de flujo decreciente inspiratoria no
llega a cero, puede indicar que, prolongando
el tiempo inspiratorio, se puede conseguir el
volumen corriente deseado con una menor
presión inspiratoria (ver Fig. 16).
Presión soporte. Como se explica en el
capítulo de presión de soporte, la lectura de
las curvas junto con la cuidadosa exploración
del paciente ayuda a optimizar la
programación del respirador en esta este
modo para:
Optimizar tiempo de rampa (ver
apartado de sincronización).
M odificar porcentaje de caída de
flujo o trigger espiratorio (si el
respirador lo permite).
M odificar presión de soporte.
Espiración. Detectar y corregir atrapamiento.
Como se ha explicado previamente, el tiempo
reservado para la espiración debe ser suficiente
para que el flujo espiratorio llegue a cero, en
caso contrario se debe modificar la frecuencia
respiratoria y/o el tiempo inspiratorio, de
modo que el flujo espiratorio pueda ser
completamente exhalado.
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3.3. Identificación de patrones respiratorios
patológicos
El estudio de las curvas permite detectar el tipo de patrón
(obstructivo, restrictivo o mixto) y puede alertar de cuál es el
origen de una ventilación con presiones elevadas, en la que
no se consigue una oxigenación o ventilación adecuadas o se
precisan parámetros agresivos (Tabla III).
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3.3.1. Patrón obstructivo
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Figura 19. Volumen control. Diferencias entre patrón normal y
obstructivo (a partir de flecha). Para una misma programación, se
observa en la curva de flujo-tiempo, acodamiento de la curva
espiratoria y alargamiento de la fase espiratoria. En la curva
presión-tiempo hay un aumento de la presión pico y de la diferencia
pico-meseta. En la curva volumen-tiempo se ve un menor intervalo
entre la rama espiratoria y el inicio de la siguiente inspiración.
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Figura 20. Presión control. Diferencias entre patrón normal y
obstructivo (a partir de flecha). Para una misma programación, se
observa en la curva de flujo-tiempo, disminución de flujo-pico,
acodamiento y horizontalización de la fase decreciente. La
inspiración finaliza sin que el flujo inspiratorio sea cero (mayor
constante de tiempo). La salida de aire en la espiración se prolonga.
En la curva volumen-tiempo se ve un menor volumen entregado y un
menor intervalo entre la rama espiratoria y el inicio de la siguiente
inspiración. La curva de presión- tiempo no se debe modificar.
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Figura 21. Volumen control. Bucle flujo-volumen. Diferencias entre
patrón normal y obstructivo con atrapamiento. Para una misma
programación, se observa, en la rama espiratoria, acodamiento de
la curva y horizontalización con alargamiento de la fase espiratoria.
Hay atrapamiento (el flujo espiratorio no llega a cero). La rama
inspiratoria no sufre cambios.
655
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Figura 22. Presión control. Bucle flujo-volumen. Diferencias entre
patrón normal y obstructivo con atrapamiento. Para una misma
programación, se observa, en la rama espiratoria, disminución del
flujo pico, acodamiento de la curva y horizontalización con
alargamiento de la fase espiratoria. Hay atrapamiento (el flujo
espiratorio no llega a cero). Además, en la rama inspiratoria hay un
menor flujo pico inspiratorio, con acodamiento y horizontalización
de la curva. La inspiración finaliza antes de que el flujo sea cero.
656
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Figura 23. Volumen control. Bucle volumen-presión. Diferencias entre
patrón normal y obstructivo. Para una misma programación, se
observa un aumento de la distancia entre las ramas inspiratoria y
espiratoria de la curva y en este caso se intuye diferencia aumentada
pico-meseta (la presión pico a’ del paciente obstructivo es mayor
que la presión pico a del normal siendo en ambos casos la presión
meseta – b y b’– igual). Se alcanza el volumen programado
generando una mayor presión.
657
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Figura 24. Presión control. Bucle volumen-presión. Diferencias entre
patrón normal y obstructivo. Para una misma programación, se
observa un aumento de la distancia entre las ramas inspiratoria y
espiratoria de la curva. El volumen del pulmón obstructivo es menor
que en el pulmón sano.
658
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Dicho de otro modo, el flujo espiratorio no llega a cero, lo
que ocurre cuando la presión alveolar no ha descendido hasta
igualarse a la PEEP programada. Esta discordancia entre la
PEEP programada (extrínseca) y la PEEP alveolar genera
una presión denominada PEEP intrínseca o autoPEEP. Al
fenómeno que se produce cuando el atrapamiento aéreo se
mantiene, generando PEEP intrínseca y aumento progresivo
de la presión alveolar, se le denomina hiperinsuflación
dinámica.
659
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Figura 25. Volumen control. Atrapamiento. En la curva flujo-tiempo
(izquierda) el flujo espiratorio no llega a cero. En la curva volumen-
tiempo (derecha) no hay horizontalización de la rama espiratoria
previa al siguiente ciclo.
660
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Realmente, esa PEEP total es una aproximación a la PEEP
alveolar, puesto que, durante el bloqueo, el aumento de
presión en la tubuladura se debe necesariamente a un
descenso en la presión alveolar (ya que durante el bloqueo
sale aire del pulmón). Es decir, en ese momento de
equilibrio, la presión medida es menor que la presión
alveolar real (la previa a la maniobra).
661
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Figura 26. Curva presión-tiempo. Maniobra de bloqueo espiratorio
para estimación de PEEP intrínseca. PEEP: presión positiva al final
de la espiración.
Esto ocurre en casos graves de obstrucción (asma grave,
bronquiolitis, displasia broncopulmonar, etc.) en los que
hay un fenómeno de aumento de resistencias (manifestado en
la curva de flujo espiratoria y en la de presión con gradiente
pico-meseta). En estos pacientes se asume que la presión
alveolar ha aumentado de manera que el aire atrapado
incrementa la presión meseta. Existen maniobras para tratar
de reconocer esta autoPEEP oculta consistentes en alargar el
tiempo inspiratorio o añadir PEEP extrínseca y ver cómo
repercute sobre la autoPEEP y sobre la presión meseta, pero
no están estandarizadas y su interpretación es compleja. Es
en estos pacientes obstructivos en los que la adición de
PEEP extrínseca podría ser beneficiosa por presentar una vía
aérea rígida (ver caps. 24 y 28).
662
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Tabla VI. Hallazgos característicos en gráficas de monitorización en
situación de disminución de complianza. En cursiva aquellos que no
siempre están presentes.
663
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Figura 27.Volumen control. Diferencias entre patrón normal y
restrictivo. Para una misma programación, se observa (flecha)
elevación de pico y meseta. En espiración, aumenta el flujo pico (hay
más gradiente de presión) y la curva de flujo es más vertical (el aire
sale en menos tiempo).
664
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Figura 28. Presión control. Diferencias entre patrón normal y
restrictivo. Para una misma programación, se observa (flecha)
disminución del volumen entregado y alteración del flujo.
Disminuyen los flujos pico (inspiratorio y espiratorio) y los tiempos
de entrada y salida del aire (el aire circula en menos tiempo).
665
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Figura 29. Patrón restrictivo. En el bucle volumen-presión, la
pendiente de la curva está horizontalizada. Se observa
sobredistensión (fase final de la rama inspiratoria horizontalizada).
3.4.1. Fugas
3.4.4. Sobredistensión
Tabla VII. Hallazgos característicos en gráficas de monitorización en
666
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diferentes situaciones clínicas: fuga, flujos anómalos, agua en
tubuladuras, secreciones y sobredistensión.
667
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Figura 30. Curva volumen-tiempo. Diferencia entra atrapamiento y
fuga de aire. En el atrapamiento la curva no tiene fase horizontal
espiratoria y en ciertas ocasiones se puede ver que se inicia la
siguiente respiración sin que el volumen haya llegado a cero (círculo)
aunque el respirador posteriormente deja de mostrarlo. No debe
confundirse con la presencia de fugas. En ese caso, la curva sí
presenta una fase horizontal. El respirador la interpreta como flujo
cero y dibuja una muesca (flecha) para que en la siguiente respiración
la gráfica se vuelva a iniciar desde la línea base.
668
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Figure 31. Fugas. (A) Bucle flujo-volumen: el flujo espiratorio llega a
cero con un volumen mayor de cero. (B) Curva presión-tiempo:
669
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durante el bloqueo inspiratorio la presión meseta desciende sin
alcanzar un valor estable. Este ejemplo está realizado en volumen
control pero sería igual en modos controlados por presión.
670
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Figura 33. Flujo adicional. El volumen espiratorio llega a valores
negativos en el bucle flujo-volumen (A) y en la curva volumen-tiempo
671
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(B). Cuando ocurre en ciclos aislados se entiende como espiración
forzada. Cuando es constante se debe sospechar la presencia de
gas adicional (p. ej., óxido nítrico inhalado).
672
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Figura 34. Irregularidades originadas por secreciones (Figura A) y
por agua en la tubuladura (Figuras B y C).
673
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3.5. Sincronización con el paciente
L as curvas ayudan a detectar problemas de sincronización. A
continuación se exponen unos ejemplos (Figs. 35, 36, 37 y
38) pero se remite al lector a los capítulos 9 y 15 para una
mayor profundización de este tema.
674
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soporte (SIMV+PS). Autodisparo. Aparecen múltiples respiraciones
espontáneas apoyadas por presión de soporte (PS) condicionando
atrapamiento (Figura A). En la gráfica de flujo (Figura B) se observan
irregularidades (agua en las tubuladuras que puede ser el origen del
autodisparo).
675
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Figura 36. Presión soporte. Bucle flujo-volumen. En la imagen
676
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superior se observa asincronía debida a rampa excesivamente
corta. En la imagen inferior el flujo inspiratorio se normaliza al
aumentar el tiempo de rampa.
677
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Figura 38. Asincronía en ventilación mandatoria intermitente
sincronizada con ajuste fijo controlada por volumen asociada a
presión de soporte con ajuste fijo (VC-IMVs,s), clásicamente
conocida como ventilación mandatoria intermitente sincronizada
por volumen con presión de soporte (SIMV+PS). El trigger no
detecta las respiraciones espontáneas, por lo que no las apoya con
PS (flechas finas). Tras ajuste de trigger (flecha gruesa), se corrige la
situación.
678
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endotraqueal.
Desaparición del autodisparo al revertir la
causa (fugas, agua, secreciones, etc.) y/o al
reajustar el trigger.
Disminución de fugas tras inflado del
neumotaponamiento.
679
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L a mayoría de los respiradores actuales miden la presión en
las tubuladuras y los flujos y volúmenes mediante un sensor
situado en el final del circuito espiratorio (distal al
paciente). Como consecuencia:
680
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Distintos modelos de respiradores han desarrollado
funciones con las que intentan mejorar algunas de estas
carencias. Para la mayoría de ellas se precisa más evidencia
sobre su utilidad práctica en la optimización de la
ventilación mecánica, en la reducción de morbilidad asociada
y en la reducción de días de ventilación mecánica.
681
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capacidad residual funcional).
Dräger ha puesto en el mercado
un monitor por tomografía de
impedancia con el que se puede
visualizar de forma intuitiva y no
invasiva la distribución regional
de aire en los pulmones.
Otras aplicaciones: herramienta
Openlung del respirador Servo-i
(M aquet), H erramienta P/V del
respirador Galileo Gold
(H amilton M edical).
M ejoría en el trigger: asistencia ventilatoria
ajustada neuralmente (NAVA). Desarrollada
por M aquet para los respiradores Servo.
Detecta mediante un sensor esofágico la
actividad eléctrica en el diafragma y puede
responder aplicando un nivel de asistencia
ventilatoria proporcional a la intensidad de la
señal. Evita los retrasos y asincronías de los
sistemas tradicionales de trigger.
682
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Bibliografía
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686
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Capítulo 14
Monitorización de la función
respiratoria en el niño con
ventilación mecánica II:
complianza, resistencia,
atrapamiento aéreo, espacio
muerto, trabajo respiratorio
Jesús López Herce (1)
Susana Reyes Domínguez (2)
Angel Carrillo Álvarez (1)
Álvaro Navarro Mingorance (2)
Irene Sanz Fernández (3)
1 UCIP. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid.
España
2
UCIP. Hospital Virgen de la Arrixaca. Murcia. España
3 UCIP. Hospital Universitario de Valladolid. España
1. Introducción
L a mayoría de los respiradores actuales incorporan las
gráficas respiratorias como un parámetro de monitorización
habitual, y además permiten realizar diversas pruebas de
función respiratoria, que pueden ayudar al diagnóstico de
algunas alteraciones pulmonares, sirven para medir algunos
parámetros que no pueden valorarse con una monitorización
convencional y ayudan a evaluar la respuesta a
687
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modificaciones de la ventilación mecánica o a la
administración de fármacos.
2. Complianza
2.1. Concepto
L a complianza (C) es una medida de la elasticidad del
sistema respiratorio, que relaciona el volumen corriente con
la presión necesaria para introducir ese volumen en el
pulmón.
688
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Cest: complianza estática; Vc: volumen corriente; Pplat: presión
plateau; PEEP: presión positiva al final de la espiración.
689
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en niños sometidos a ventilación mecánica. Se consideran
normales valores de C (ml/cmH 2O), de 2 × peso (kg) en
lactantes y en niños, y 60 – 100 en adultos (Tabla I).
690
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L a curva de volumen-presión permite representar
gráficamente la complianza y valorar los cambios de la
misma tras modificaciones de la asistencia respiratoria.
Además permite determinar los puntos de inflexión inferior
(presión a la que empiezan a abrirse los alveolos) y superior
(presión a la que empieza a producirse sobredistensión) (Fig.
1). Esta representación de la curva presión-volumen se ha
correlacionado con la aireación y reclutamiento alveolar
medidos por tomografía axial computerizada (TAC)
pulmonar.
691
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Figura 1. Curva de volumen-presión o de complianza. Puntos de
inflexión inferior (PII) (apertura alveolar) y superior (PSI)
(sobredistensión). CPT: capacidad pulmonar total; CRF: capacidad
residual funcional; VR: volumen residual.
2.3. Utilidad
L a medición de la complianza puede servir para caracterizar
el tipo de alteración pulmonar (obstructiva o restrictiva).
692
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También ayuda a cuantificar la evolución clínica del paciente
y los cambios secundarios a las modificaciones de asistencia
respiratoria, por ejemplo, tras administración de surfactante
o aplicación de la presión positiva al final de la espiración
(PEEP).
693
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En el niño, la complianza torácica es mayor
que en el adulto, debido a la menor
osificación de las costillas, y, por el
contrario, la complianza pulmonar es
mucho menor. Esto hace que la capacidad
residual funcional sea menor, lo que
aumenta el riesgo de producción de
atelectasias y de hipoxemia (ver cap. 1).
En el paciente crítico la complianza de la
pared torácica puede alterarse por cirugía,
dolor, distensión abdominal, sedación,
contracción de los músculos respiratorios y
relajación muscular.
L as enfermedades restrictivas (Tabla II)
aumentan las fuerzas de retracción elástica
de los pulmones o la caja torácica, y
disminuyen la complianza.
694
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2.5. Limitaciones
L a curva de presión-volumen para valorar la complianza del
sistema respiratorio y los puntos de inflexión superior e
inferior solo es útil en los modos controlados por volumen y
la medida debe hacerse en condiciones estáticas, para
eliminar el componente resistivo.
3. Resistencias
695
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3.1. Concepto
L a resistencia respiratoria (R) es igual a la suma de las
resistencias de las vías aéreas y las del tejido pulmonar. En
la práctica se considera solo la resistencia de las vías aéreas,
producida fundamentalmente por los bronquios de mediano
calibre, ya que la resistencia del tejido pulmonar se mantiene
constante y contribuye relativamente poco a la resistencia
total. L a resistencia de las vías aéreas depende del volumen
pulmonar (menor cuanto mayor sea el volumen pulmonar) y
del tipo de flujo (laminar o turbulento) y es directamente
proporcional a la viscosidad del aire, a la longitud de la vía
aérea y a la velocidad del flujo de aire e inversamente
proporcional a la cuarta potencia del radio.
3.2. Medición
L a resistencia se calcula dividiendo el cambio de presión
entre la entrada y salida del circuito por el flujo de aire.
R: resistencia.
Durante la ventilación mecánica se pueden medir tanto las
resistencias inspiratorias como las espiratorias. L os valores
normales de la resistencia de las vías aéreas en niños por
encima del año de edad se pueden calcular por la fórmula:
696
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R: resistencia; PIP: presión pico; Pplat: presión plateau.
L a medición de la resistencia de las vías aéreas varía entre un
respirador y otro dependiendo del lugar donde esté situado el
sensor de flujo y de presión en el circuito respiratorio:
697
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Figura 2. Curva de volumen-presión. Valoración de la resistencia. El
aumento de la resistencia (R) hace que la curva se amplíe.
3.3. Utilidad
Valoración y cuantificación de la resistencia de las vías
aéreas. L as causas más frecuentes de aumento de resistencia
en el niño con ventilación mecánica vienen recogidas en la
Tabla III.
4. Atrapamiento aéreo
698
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4.1. Concepto
El atrapamiento de aire durante la ventilación mecánica
refleja la imposibilidad de espirar todo el aire que se ha
introducido al paciente durante la inspiración. H a sido
denominado de diversas formas: atrapamiento aéreo,
hiperinsuflación dinámica, autoPEEP o PEEP intrínseca.
Estos conceptos no son equivalentes ya que unos términos
se refieren al volumen que queda atrapado y otros a la
repercusión de este volumen sobre la presión o al
mecanismo de producción.
699
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4.2. Consecuencias
Respiratorias:
Aumenta el riesgo de
volutrauma: el volumen
pulmonar al final de la
espiración es mayor que la
capacidad funcional residual.
Aumenta el riesgo de
barotrauma: la PEEP real y el
pico de presión aumentan.
700
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Disminuye la complianza del
sistema respiratorio.
En pacientes con respiración
espontánea aumenta el trabajo
respiratorio, ya que los
músculos respiratorios
inspiratorios inician su
estimulación sobrestirados.
Favorece la asincronía paciente-
respirador ya que el paciente
precisa realizar una presión
inspiratoria mayor para abrir la
válvula inspiratoria (la presión
necesaria será igual a la
autoPEEP más la
sensibilidad).
H emodinámicas:
Disminución del retorno
venoso con disminución de la
precarga.
Aumento de la postcarga del
ventrículo derecho.
Disminución del gasto cardiaco
y de la tensión arterial
secundaria a los dos factores
anteriores.
701
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Figura 3. Atrapamiento aéreo en la curva de flujo-tiempo. La
inspiración empieza antes de que el flujo espiratorio llegue a 0
(flechas).
702
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Figura 4. Atrapamiento aéreo en la curva de flujo-volumen. La
inspiración empieza antes de que el flujo espiratorio llegue a 0.
4.3. Medición
L a valoración del atrapamiento aéreo o hiperinsuflación
pulmonar se puede realizar de diversas formas (radiografía de
tórax [Rx], medición de la constante de tiempo, curvas de
volumen o flujo, medición de la PEEP total, medición del
volumen atrapado):
703
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Curvas de volumen y flujo. El atrapamiento
aéreo se puede visualizar en diversas curvas:
en las curvas de flujo-tiempo (Fig. 3) y
flujo-volumen (Fig. 4). Se aprecia que la
inspiración empieza antes de que el flujo
espiratorio llegue a cero. Probablemente la
forma más fácil de visualizarlo sea en la
curva de flujo-tiempo.
Constante de tiempo espiratorio: mide el
tiempo de vaciamiento de los pulmones. L a
constante de tiempo es el producto de la
complianza por la resistencia. En una
constante de tiempo se elimina el 63% del
volumen corriente, en dos constantes el
86,5% , en tres el 95% y en 4 el 98% . L as
enfermedades que producen un aumento de
la complianza y/o de la resistencia
aumentan también el tiempo necesario para
eliminar el aire de los pulmones. Si el
tiempo espiratorio es menor de tres
constantes de tiempo se producirá un
vaciado pulmonar incompleto con
atrapamiento del aire (ver cap. 1).
AutoPEEP o PEEP intrínseca: la PEEP
total se puede medir realizando una pausa
espiratoria prolongada (Fig. 5). L a
metodología es la siguiente:
1. M antener al paciente sedado y
adaptado al respirador. La
medición exige que el paciente no
interfiera con la respiración del
aparato, por tanto, no puede
determinarse con fiabilidad en
niños en respiración espontánea.
704
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pausa espiratoria prolongada
hasta que el valor de la PEEP se
estabilice. Este valor es la PEEP
total (Fig. 5):
El valor de
autoPEEP o PEEP
intrínseca es igual al
valor de PEEP total
menos el de PEEP
programada en el
respirador.
AutoPEEP (PEEP
intrínseca) = PEEP
total – PEEP
extrínseca.
En otros respiradores
el médico prolonga la
pausa espiratoria
hasta que el aparato
avisa que se ha
medido la PEEP
total.
En otros modelos el
aparato realiza una
pausa espiratoria fija
de 3 a 10 segundos
(según sea lactante o
niño-adulto) y mide
automáticamente la
autoPEEP y el
volumen atrapado.
Algunos respiradores,
además de permitir
realizar maniobras de
pausa espiratoria
705
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manual, miden
continuamente la
autoPEEP en
cualquier modo sin
necesidad de
interrumpir la
ventilación ni realizar
maniobras de
oclusión.
706
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Figura 5. Medición de la autoPEEP en la curva de presión-tiempo.
PEEP: presión positiva al final de la espiración.
4.4. Utilidad
M edición y cuantificación del atrapamiento aéreo y de su
variación con las modificaciones de la asistencia respiratoria.
4.5. Tratamiento
En pacientes con tiempo espiratorio corto
se debe intentar alargar el tiempo
espiratorio: esto se puede hacer
disminuyendo la frecuencia respiratoria o el
tiempo inspiratorio.
En pacientes con un volumen corriente alto,
el atrapamiento se puede reducir
disminuyendo el volumen corriente.
En pacientes con aumento de resistencias
espiratorias se puede intentar disminuir el
volumen corriente, la frecuencia respiratoria,
alargar el tiempo espiratorio o disminuir la
PEEP extrínseca.
En pacientes con limitación del flujo
espiratorio por colapso de la vía aérea, el
aumento de la PEEP externa hasta alcanzar
el 75% o 100% de la PEEP intrínseca
puede mejorar el atrapamiento porque
mantiene abierta la vía aérea. Sin embargo,
hay que tener en cuenta que si se aumenta la
PEEP externa en pacientes con autoPEEP
secundaria a aumento de resistencias
707
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espiratorias sin colapso de la vía aérea,
aumentará el riesgo de volu-barotrauma.
Por tanto, habrá que realizar esta maniobra
con precaución y con aumentos progresivos
de la PEEP controlando el volumen y la
presión tras cada uno de los cambios. Si al
aumentar la PEEP extrínseca se produce un
aumento del pico y la meseta en modos
controlados por volumen, o una
disminución del volumen en modos
controlados por presión, es signo de que el
atrapamiento no ha mejorado y puede
aumentar la auto- PEEP (ver cap. 24 y 28).
En pacientes con ventilación espontánea se
puede aumentar la presión de soporte o
variar la sensibilidad de inicio de la
espiración para que la inspiración termine
antes.
5. Espacio muerto
5.1. Concepto
El volumen de aire enviado por el respirador se puede dividir
en ventilación alveolar y espacio muerto (V D ). El espacio
muerto fisiológico es el volumen de aire que no participa en
el intercambio gaseoso, y a su vez se divide en espacio
muerto anatómico, que es el aire que llena la vía aérea (sus
valores normales varían con la edad y están recogidos en la
Tabla I) y espacio muerto alveolar, que es el volumen de aire
que alcanza los alveolos pero que no interviene en el
intercambio gaseoso debido a que estos alveolos no están
perfundidos. Si aumenta el espacio muerto anatómico
(broncodilatación, aumento de la distancia entre las
tubuladuras y el paciente) o el espacio muerto alveolar
708
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(embolia pulmonar, bajo gasto cardiaco, uso de PEEP), y el
volumen minuto no se incrementa de forma compensadora,
se producirá una disminución de la ventilación alveolar.
5.2. Medición
El espacio muerto fisiológico (volumen de espacio
muerto/volumen corriente: V D /Vc) se mide en la práctica
por la diferencia entre la presión arterial de anhídrido
carbónico (P aCO2) y la P CO2 espirada media (EtCO2).
5.3. Utilidad
Es un indicador de éxito en la retirada de la ventilación
mecánica. Algunos trabajos en niños consideran que un valor
de V D /Vc < 0,5 predice el éxito de la extubación, mientras
que un valor por encima de 0,65 identifica a los pacientes
con riesgo de fracaso en la extubación.
709
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V D /Vc elevado es un indicador pronóstico de mortalidad.
6. Trabajo respiratorio
Existen diversos parámetros que valoran el trabajo
respiratorio, pero en el momento actual ninguno de ellos
está incorporado a la práctica pediátrica. Algunos
respiradores informan automáticamente de algunos
parámetros relacionados con el trabajo respiratorio, lo que
puede permitir en un futuro utilizarlos en la clínica:
710
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conseguir el aire. Este esfuerzo (trabajo
impuesto o adicional) es realizado
exclusivamente por el paciente y, por tanto,
solo puede ser medido en las respiraciones
iniciadas por el paciente. El trabajo
respiratorio impuesto se mide valorando la
presión en la vía aérea integrada sobre el
volumen inspiratorio hasta que la presión
llega al nivel de PEEP. Algunos
respiradores lo miden de forma automática.
Tampoco existen referencias de los valores
normales en niños.
711
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Figura 6. Medición del producto presión-tiempo (PTP), aérea rayada,
en la curva de presión-tiempo. PEEP: presión positiva al final de la
espiración.
712
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valorar aumentar la presión de soporte o acortar el tiempo de
rampa.
713
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El trabajo realizado por el paciente depende de:
714
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Figura 7. Valoración del trabajo respiratorio en la curva de volumen-
presión.
715
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TTdi: índice tensión-tiempo; Pdi: presión transdiafragmática;
Pdimáx: presión transdiafragmática máxima; Ti: tiempo
inspiratorio; Ttot: tiempo total del ciclo respiratorio (inspiración +
espiración).
Para el registro de la Pdi se precisa un catéter con balón en
esófago y estómago. Como alternativa se puede medir el
TTmus (índice de tensión-tiempo de los músculos
respiratorios).
716
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Bibliografía
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Capítulo 15
Asincronías paciente-ventilador
José Manuel González Gómez (1)
Juan Mayordomo Colunga (2)
Patricia García Soler (1)
José Miguel Camacho Alonso (1)
Andrés Concha Torre (2)
1
UCIP. Hospital Regional Carlos Haya. Málaga. España
2 UCIP. Hospital Universitario Central de Asturias. Oviedo. España
1. Introducción
L a insuficiencia respiratoria constituye la primera causa de
ingreso en las unidades de cuidados intensivos pediátricos
(UCIP). L as distintas medidas de soporte respiratorio van
encaminadas a optimizar el intercambio gaseoso y a
disminuir el trabajo respiratorio del paciente. El soporte
respiratorio, bien sea ventilación (VM ) invasiva o ventilación
no invasiva (VNI), constituye una de las técnicas de uso más
frecuente en cualquier UCIP.
721
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existen dos tipos de ventilaciones que se pueden encontrar
formando parte de los diferentes modos ventilatorio:
722
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respiratorio del paciente y la prolongación del tiempo de
ventilación mecánica y de estancia hospitalaria.
723
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2. Definición de asincronía paciente-
ventilador
L a APV se define como la ausencia de sincronía o
concordancia entre las respiraciones que entrega el ventilador
y las que requiere el paciente en ese momento. Esta
discordancia puede producirse a dos niveles: en el tiempo
que dura la respiración y en la forma de entregar dicha
respiración. Así, las APV por tiempo serán aquellas
producidas por la no coincidencia entre los tiempos neurales
(Tin) del paciente y los tiempos de la máquina (Tim), bien
sea en el inicio (asincronías de disparo o de trigger) o en el
final (asincronías de ciclado), ya sea por adelantarse o
724
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retrasarse el mismo. El otro grupo de APV las constituyen
las derivadas de la entrega de flujo (asincronías de flujo o
presurización).
725
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726
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3. Incidencia de asincronía
En el análisis de la incidencia de APV, deben tenerse en
cuenta varios factores, algunos de los cuales se especifican
en la Tabla III. En primer lugar, es imprescindible
considerar cómo se está midiendo la asincronía. Se pueden
diferenciar dos métodos para identificar las asincronías: la
observación directa por parte del profesional sanitario y en
segundo lugar métodos automáticos mediante software
específicos de detección de APV. En la observación directa
por parte del personal sanitario, es necesario evaluar dos
aspectos: el estado respiratorio del paciente y los datos
obtenidos de la evaluación de las gráficas del ventilador.
Sobre el estado respiratorio del paciente, es necesario
comprobar la existencia de signos de trabajo respiratorio,
como el uso de musculatura accesoria (tirajes supraesternal,
intercostal, subcostal), aleteo nasal, sudoración, disociación
toracoabdominal, taquicardia, taquipnea, hipertensión, etc.
En su conjunto, es lo que se conoce como “paciente
desadaptado” o paciente “luchando con el ventilador”
(fighting to ventilator), como se representa en la figura 1.
Dentro de la valoración continua por parte de enfermería de
un paciente en ventilación mecánica, es obligatorio detectar
precozmente cualquier signo de los anteriores y valorar si se
trata de una APV e intentar solucionarla. El otro aspecto a
evaluar es la observación de las gráficas del respirador,
identificando los patrones típicos de cada disincronía
(disparo inefectivo, autodisparo, ciclado prematuro, etc.).
727
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H ay que diferenciar la APV en VM invasiva frente a la
VNI. Distintos estudios estiman la incidencia de APV entre
un 10% y un 85% . L as APV más frecuentes son las
derivadas del disparo, y fundamentalmente los disparos
inefectivos.
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729
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Figura 1. Valoración de un paciente con asincronía paciente-
ventilador (APV). Es necesario por parte del personal que atiende a
un paciente en ventilación mecánica una adecuada valoración clínica,
en busca de signos de aumento de trabajo respiratorio y una
apropiada interpretación de las curvas del ventilador, para
identificar posibles APV.
4. Tipos de asincronía
L as APV se clasifican clásicamente según la fase del ciclo
ventilatorio donde se producen (Fig. 2). L as principales
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APV se resumen en la Tabla IV.
4.1.1. Autodisparo
APV que se produce cuando el ventilador es disparado sin
que exista actividad propia del paciente. A diferencia de otras
APV, el autodisparo se puede producir en cualquier modo
ventilatorio. Pero en algunos modos puede tener mayor
repercusión que en otros. Así, si se está aplicando una
presión continua (CPAP) o SIM V (ventilación mandatoria
intermitente sincronizada) sin asociar presión de soporte
(PS) lo único que se puede observar serán variaciones en el
flujo de base (que pueden hacernos pensar en respiraciones
espontáneas). Pero en caso de estar aplicando ventilación
asistida o PS, cada uno de los disparos determinados por el
ventilador serán acompañados con una variación de presión o
volumen (en base a la programación).
731
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H ay algún respirador como el Servo i (en PS) o el Galileo
(en ASV) que a pesar de programar una PS = 0, el respirador
asiste a las respiraciones espontáneas siempre con una PS
prefijada.
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a veces es necesario realizar algunas maniobras para detectar
el autodisparo, como desconectar momentáneamente al
paciente del ventilador y comprobar que el paciente
realmente no respira a esa frecuencia respiratoria tan alta, o
por el contrario, relajar al paciente y comprobar que a pesar
de estar relajado muscularmente continúan las insuflaciones
mecánicas a la misma frecuencia respiratoria. L a frecuencia
respiratoria de autodisparo, en general, es muy elevada (más
de 70 rpm), lo que hace sospechar su presencia; pero en
otras ocasiones, particularmente cuando es debido a
oscilaciones cardiogénicas, la frecuencia es más fisiológica,
lo que puede complicar el diagnóstico.
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Figura 2. Tipos de asincronía paciente-ventilador según el momento
del ciclo donde se producen. Modificado de Gentile, 2011.
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propios de cada ventilador ya que no todos los ventiladores
tienen la misma capacidad de detectar el paciente, ni la
misma rapidez de actuar una vez sensada la actividad del
mismo. En ese sentido, los ventiladores actuales han
mejorado mucho sus sistemas de disparo, no existiendo
actualmente tanta diferencia entre el trigger de presión y el de
flujo, aunque en pediatría se siga recomendando este último.
735
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Este tipo de APV se origina por el retraso de disparo del
ventilador ante el esfuerzo del paciente. En general se debe a
las características intrínsecas del ventilador. L os ventiladores
actuales se diferencian de los antiguos en el tiempo que
tienen de respuesta ante un esfuerzo inspiratorio del
paciente. Ese tiempo va desde que el paciente genera el
cambio de flujo base o el cambio de presión hasta que el
ventilador abre la válvula inspiratoria y administra el flujo.
Este retraso de disparo (trigger delay) puede ser debido a un
“defecto en la detección” del impulso o a una “lentitud en
actuar” una vez reconocido el esfuerzo del paciente, es decir,
en la presurización o administración de flujo. Ese tiempo en
los ventiladores antiguos podría llegar hasta los 500 ms,
mientras que los actuales trabajan con unos tiempos entre 50
– 100 ms. El tiempo de respuesta del ventilador es una de
las características intrínsecas del ventilador que condiciona
una adecuada sincronía.
736
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Figura 3. Asincronía paciente-ventilador de doble disparo. El doble
disparo se caracteriza por dos insuflaciones separadas por un
tiempo espiratorio muy corto. Ocurre si tras un ciclado prematuro,
el paciente continúa inspirando y su esfuerzo supera el nivel de
trigger.
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máquina y los requerimientos del paciente, bien sea por
exceso o por defecto.
738
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y puede provocar una espícula en la onda de presión y al
paciente resultarle incómodo ese pico de flujo tan alto,
incluso generar un ciclado prematuro por sobrepresión.
Tiempos de rampa más largos suelen ser mejor tolerados por
el paciente, siempre que no sean tan lentos que el paciente
tenga “sed de aire” por una entrega de flujo muy lenta.
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Figura 4. Asincronía paciente-ventilador de flujo. Se produce cuando
el flujo del ventilador es insuficiente para las necesidades del
paciente. La inspiración del paciente genera una distorsión de la
pendiente de la curva de presión, habitualmente rectilínea,
transformándola en una con concavidad hacia arriba, siendo la
distorsión mayor cuanto mayor sea el esfuerzo del paciente
(modificado de Correger, 2012).
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Figuras 5 y 6. Asincronía de flujo. El flujo del ventilador no es
adecuado a las necesidades del paciente.
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Esta APV se origina cuando Tin > Tim. Es debido a un
ciclado precoz, es decir, la máquina ha cesado la entrega de
flujo pero el paciente quiere seguir inspirando. Para el
estudio de las causas de esta APV es necesario conocer
cuáles son los criterios de ciclado de cada modo. Por
ejemplo, en ventilación con presión soporte el ciclado se
produce por caída de flujo inspiratorio. Si se programan
criterios de fin de ciclo inspiratorios altos (> 50% ) se
pueden generar Ti cortos. También se puede producir un
ciclado precoz, en caso de superar un límite de presión (es
un criterio de ciclado de seguridad), como ocurre en casos
con impulsos inspiratorios muy bruscos y tiempos de rampa
muy cortos. En algunas ocasiones, si el paciente se
mantiene inspirando y se supera la sensibilidad de trigger
inspiratoria, puede dar lugar a un doble disparo. En la
detección de esta APV es importante examinar las gráficas
del ventilador y comprobar si existe flujo inspiratorio del
paciente tras el ciclado y si en la curva de presión se
observan deflexiones secundarias a las inspiraciones del
paciente. Si alguno de esos esfuerzos supera el nivel de trigger
se producirá un doble disparo. Para solucionar esta APV hay
que averiguar cuál es la causa del ciclado precoz: mal ajuste
de la sensibilidad espiratoria o de ciclado, tiempo de rampa
muy cortos, etc. (Fig. 7).
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Figura 7. Asincronía paciente-ventilador de ciclado prematuro.
Ocurre cuando el tiempo inspiratorio neural (Tin) es mayor que el
tiempo de respuesta de la máquina (Tim). El paciente continúa
inspirando cuando la máquina ya ha ciclado e iniciado la espiración.
El esfuerzo del paciente se evidencia en la distorsión de la parte final
de la onda de presión, y por el acortamiento del pico de flujo
espiratorio. Si el esfuerzo mantenido supera el nivel de trigger se
ocasiona un doble disparo. (Fig. 3 y Fig. 5 cap. 9).
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Figura 8. Asincronía paciente-ventilador de ciclado retrasado. En el
ciclado retrasado el tiempo neural (Tin) es menor que el tiempo de
la máquina (Tim). El paciente quiere espirar pero la máquina
mantiene la presurización. El uso de la musculatura espiratoria,
abdominal fundamentalmente, hace que sobre el final de la curva de
presión aparezca una espícula de sobrepresión.
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mayor empleo de sedantes conlleva a un retraso en el destete
de estos pacientes, una mayor atrofia muscular por desuso y,
en definitiva, a una estancia más prolongada, con todas sus
complicaciones. Por ello, en la actualidad se tiende a realizar
estrategias para disminuir sedantes, promover períodos de
descenso e incluso suspensión de sedantes y a comprobar la
sincronía paciente-ventilador como parte del programa de
cuidados del paciente en ventilación mecánica. El papel de
la enfermería en este sentido es fundamental.
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6. Particularidades y consideraciones
específicas de APV en VN I (ver cap. 19)
L as APV son un fenómeno frecuente en VNI, en mayor
medida que en VM invasiva, fundamentalmente por la
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presencia constante de fugas. Estudios en pacientes adultos
han referido que las APV aparecen hasta en un 43% de los
pacientes. Existen pocos datos acerca de la frecuencia en el
paciente pediátrico, si bien, por tener frecuencias
respiratorias más elevadas y menor fuerza muscular, sería
lógico pensar que las APV son más frecuentes que en
adultos. Algunos estudios objetivan un índice de asincronía
del 65,5% en presión de soporte (que disminuye al 40% tras
ajustar el trigger espiratorio con información de la actividad
eléctrica diafragmática), registrándose fundamentalmente
autodisparos, esfuerzos inefectivos y ciclados prematuros.
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utilizando un chupete o una banda mentoniana en el caso de
fugas por la boca al utilizar una interfase nasal.
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L os respiradores convencionales precisan de la programación
de un trigger espiratorio, normalmente en un porcentaje de
disminución del flujo con respecto al flujo pico. Esto es
problemático y poco preciso ya que las fugas son variables,
lo cual obligaría a un ajuste continuo de dicho trigger.
Algunos respiradores específicos de VNI modernos cuentan
con un sistema de trigger que de forma automática se van
ajustando en función de las fugas detectadas en cada
momento. A pesar de ello, en algunos trabajos se describe
una prolongación inadecuada de la fase inspiratoria, como en
el de Essouri et al., en el que se utilizaron los respiradores
de VNI B iPAP H armony® y B iPAP Synchrony® , que
cuentan con un sistema automático de triggers inspiratorio y
espiratorio (Autotrak® ). En el trabajo de Vignaux, en el que
se emplea un respirador convencional con módulo de VNI
(Servo i de M aquet® ), hallan problemas en la finalización de
la inspiración debido a la aparición de ciclados prematuros,
lo cual se corregía parcialmente al ajustar el trigger espiratorio.
752
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mejorar la sincronía paciente-respirador, ya que el trigger no se
ve influenciado por las fugas. Varios autores han publicado
la mejoría de la sincronía, disminuyendo de forma
significativa el índice de asincronía y el tiempo de retraso de
activación del trigger inspiratorio.
7. Consecuencias y pronóstico de la
asincronía
L as APV tienen numeras consecuencias negativas sobre el
paciente, muchas de las cuales se incluyen en la Tabla I. Su
presencia está asociada a prolongación de la ventilación
mecánica, de la estancia en UCIP y al aumento de la
morbimortalidad. Sin embargo, es difícil saber si la APV es
la causa o es simplemente un marcador de mayor gravedad
de la enfermedad. L a frecuencia de las APV, como se ha
comentado anteriormente, depende de quién y cómo las
mida, y de igual modo, el grado de repercusión sobre el
paciente puede ser muy variable. De esta forma, puede que
pacientes en los que se puede registrar un índice de
asincronía alto no estén muy incómodos, y cómo en el caso
de algunas APV en VNI sean tolerables y no influyan en el
fracaso de la VNI y en la necesidad de intubación. L o que
es incuestionable es que el conocimiento de las distintas
APV y su posible solución mejorará la sincronía y facilitará
un adecuado destete de la ventilación mecánica.
8. Conclusiones
Es imprescindible entender las APV como una mala
relación entre dos partes, el ventilador y el paciente, que
ocurre cuando el ventilador no es capaz de ajustarse a las
necesidades del paciente, tanto en tiempo como en modo de
administrar gas. L a mejor manera de acabar con una mala
relación entre dos elementos es eliminar a uno de ellos y eso
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justifica que históricamente se haya intentado eliminar al
paciente mediante sedación y relajación muscular. Es
fundamental un adecuado conocimiento de las APV por
parte de todos los profesionales que se encargan del cuidado
de pacientes en ventilación mecánica, para poder
solucionarlas o, al menos, minimizarlas. El
desconocimiento de las mismas conlleva a un aumento de
complicaciones secundarias, como aumento del trabajo
respiratorio y mayor tiempo de ventilación y de estancia en
UCIP.
754
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Capítulo 16
Complicaciones de la
ventilación mecánica
Mirella Gaboli (1)
María José Salmerón Fernández (2)
1 UCIP y Unidad de Neumología Pediátrica. Hospital Universitario
Virgen del
Rocío. Sevilla. España
2 UCIP. Complejo Hospitalario Universitario de Granada. Granada.
España
1. Introducción
L a ventilación mecánica (VM ) no es una técnica curativa,
sino tan solo una medida de soporte, en general temporal,
mientras se produzca la mejoría de la función respiratoria.
Tiene indiscutibles efectos beneficiosos sobre el intercambio
gaseoso, la mecánica pulmonar y la reducción del trabajo
respiratorio, pero también presenta efectos no deseados y se
asocia a complicaciones, algunas muy graves y muchas de
ellas relacionadas con su duración.
760
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medicación (fundamentalmente sedantes, relajantes
musculares, corticoides y antiácidos). Finalmente, algunos
pacientes pueden desarrollar secuelas a largo plazo derivadas
de la aplicación de la VM , fundamentalmente alteraciones
anatómicas y funcionales de la vía aérea y del pulmón.
761
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relacionadas con la VM .
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763
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2. Complicaciones agudas y crónicas
relacionadas con la vía aérea artificial
L a colocación y el mantenimiento de una vía aérea artificial
constituyen un requerimiento indispensable, pero no exento
de riesgos, para poder aplicar la VM invasiva con presión
positiva. Por otro lado, la VM puede provocar lesiones a lo
largo de la vía aérea, cuyas manifestaciones pueden resultar
evidentes incluso después del cese de la VM . En ocasiones
es difícil diferenciar la responsabilidad de la intubación o
del ventilador en la aparición de una complicación.
2.1.1. Traumáticas
764
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dependerán en buena medida de la experiencia y habilidad de
quien realice la técnica, de las características anatómicas del
paciente, de su patología de base y de la situación de
urgencia con la que ha de realizarse la técnica.
2.1.2. Reflejas
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Cuando la intubación es nasotraqueal, puede impedir el
drenaje correcto de los senos paranasales por obstrucción o
lesión del ostium, con consecuente riesgo de aparición de
sinusitis.
766
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bronquial favorece que cuando el TET se introduce
excesivamente pase al bronquio principal derecho. Al ventilar
únicamente el pulmón derecho, puede producirse
sobredistensión del mismo con riesgo de que ocurra un
neumotórax y atelectasia del pulmón izquierdo, con
hipoxemia, con o sin hipercapnia, por cortocircuito
intrapulmonar (la sangre que perfunde el pulmón no
ventilado no realiza el intercambio gaseoso de forma
correcta). En el caso de un TET posicionado excesivamente
cerca de la glotis existe el riesgo de extubación accidental.
Debe sospecharse una mala posición del TET cuando
cambian de manera inesperada las necesidades de ventilación
en un paciente previamente estable. El TET debe
mantenerse, mediante un adecuado sistema de sujeción, en la
posición que por auscultación y por radiología se haya
considerado como correcta.
767
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2.2.4. Obstrucción de la vía aérea artificial (TET o cánula)
Puede ser secundaria a acodamiento, mordedura, (cuando el
TET se introduce por la cavidad oral) y, sobre todo, al
acúmulo de secreciones traqueales espesas, especialmente si
son hemáticas. En la ventilación donde la variable
controlada es el volumen debe sospecharse una obstrucción
de la vía aérea cuando se produce un aumento de la presión
pico, con aumento de la diferencia entre presión pico y
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presión meseta, mientras que en la ventilación donde la
variable controlada es la presión se detectará inicialmente
una disminución del volumen corriente entregado. L a
humidificación adecuada y continua del gas inspirado y la
aspiración suave en función de las secreciones respiratorias
del paciente son las medidas más eficaces para prevenir la
obstrucción del TET o de la cánula. Ocasionalmente,
cuando no sea posible desobstruirlo, es necesario el
recambio del dispositivo, Por eso, es necesario que la
programación de alarmas sea correcta, ya que permitirá
detectar de forma precoz los cambios de presión o de
volumen para realizar una aspiración adecuada de secreciones
o solventar el problema obstructivo antes de que repercuta
sobre la oxigenación del paciente.
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exploración de la vía aérea sistemática tras un periodo de
VM o de si se diagnostican posteriormente por la clínica, ya
que estenosis leves (hasta un 25% de la luz) pueden no dar
síntomas y por tanto pueden pasar desapercibidas. Cuando
se manifiestan clínicamente, lo hacen en forma de
insuficiencia respiratoria con estridor inspiratorio y
espiratorio que empeoran con el paso del tiempo y en
situaciones de aumento de las necesidades respiratorias
(ejercicio, infecciones, etc.). Responden mal al tratamiento
médico, a diferencia de lo que ocurre cuando el estridor
post-extubación es debido sólo a edema que suele resolverse
en pocas horas con un tratamiento médico conservador. En
ocasiones, las estenosis se resuelven espontáneamente o con
tratamiento médico, especialmente si son debidas a
granulomas. Pero, cuando se producen cambios fibrosos en
la pared de la tráquea, la lesión suele ser irreversible y
precisan corrección quirúrgica.
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2.2.7. Atelectasias
Según cómo se valore, su incidencia varía sensiblemente,
llegando a ser uno de cada tres pacientes ventilados cuando
se diagnostican las atelectasias segmentarias. L as
atelectasias son la primera causa de empeoramiento brusco
en la oxigenación de un paciente crítico, por incremento de
la mezcla arteriovenosa intrapulmonar (shunt). L a
distribución no uniforme del volumen corriente por una
intubación selectiva, acúmulo de secreciones o
humidificación inadecuada, pueden favorecer la aparición de
una obstrucción bronquial y la pérdida de volumen
pulmonar. También la respiración de oxígeno a altas
concentraciones, cuando no hay apenas nitrógeno que
mantenga estable el alveolo y cuando el oxígeno difunde
rápidamente hacia la sangre, favorece la tendencia al colapso
alveolar o atelectasias reabsortivas. En la prevención de las
atelectasias, además de una correcta colocación del TET y
unas adecuadas aspiraciones de secreciones, juegan un papel
muy importante los cambios posturales, la fisioterapia
respiratoria, una PEEP adecuada y las técnicas ventilatorias
que mantengan abiertos los alveolos.
771
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entre L PIV y L PAV es mínima: L PAV se refiere a la lesión
causada por una inadecuada técnica de ventilación sobre un
pulmón inicialmente sano o la lesión inducida de forma
experimental en animales, mientras que L PIV describe la
exacerbación de una lesión pulmonar previa por efecto de la
VM sobre pulmones enfermos. Desde un punto de vista
anatomopatológico la lesión pulmonar se caracteriza por
infiltrados de células inflamatorias, membranas hialinas,
aumento de la permeabilidad vascular y edema pulmonar. Se
trata de una lesión muy parecida a la descrita en pulmones
con síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA). L os
pulmones previamente dañados por diferentes causas (déficit
o consumo de surfactante, infecciones, síndrome de
respuesta inflamatoria sistémica, contusiones, o pulmones
con alteraciones histopatológicas que cambien sus patrones
normales de distensibilidad y resistencia), son más
susceptibles a desarrollar L PIV, de forma que a mayor
lesión pulmonar previa a la VM , mayor es la posibilidad de
producir una L PIV.
3.1.1. Barotrauma
L as lesiones debidas a sobrepresión, o barotrauma, o lesión
por presión transpulmonar excesivamente elevada (en inglés,
“stress”), son las que clásicamente se han relacionado con la
L PIV, aunque hoy en día esta teoría está en entredicho. Son
complicaciones graves porque se acompañan de mayor
mortalidad. Su incidencia varía mucho según las series
revisadas y las lesiones recogidas, pero puede llegar a
producirse en uno de cada tres pacientes ventilados. L a
importancia del barotrauma radica en el hecho que su
aparición se manifiesta casi siempre con graves, y a menudo
repentinas, alteraciones gasométricas y con trastornos
hemodinámicos. El diagnóstico ha de ser siempre precoz y
su tratamiento inmediato. L a más frecuente es la rotura
alveolar que se presenta como aire extraalveolar acumulado
en el espacio pleural (neumotórax), en el mediastino
772
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(neumomediastino), en el tejido subcutáneo (enfisema
subcutáneo), en el peritoneo (neumoperitoneo), en el
pericardio (neumopericardio) o intravascular (embolismo
aéreo), este último muy poco frecuente en el paciente
pediátrico. L os factores de riesgo relacionados con el
desarrollo de este tipo de complicaciones son, en primer
lugar, parenquimatosos, bien por cambios regionales en la
distribución del volumen corriente, como los que se
observan en enfermedades pulmonares focales con falta de
homogeneidad en la distensibilidad y en la resistencia, o
bien por malformaciones focales (quistes pleurales,
dilataciones bronquiales, pseudoquistes
intraparenquimatosos, fibrosis pulmonar, fase avanzada de
SDRA, etc.). Por otro lado, se encuentran los factores que
dificultan la espiración, como una vía aérea artificial pequeña
o parcialmente obstruida, especialmente si hay un
mecanismo valvular, obstrucción de las vías aéreas
intratorácicas o una dificultad para la eliminación de
secreciones. L a limitación de presiones en la vía aérea,
lograda mediante una buena programación inicial y una
adecuada sedoanalgesia del paciente con el fin de evitar que
luche contra el ventilador, es una medida que puede reducir
significativamente el riesgo de lesión por sobrepresión (ver
cap. 29).
773
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sobredistensión, no suelen ser determinantes para la
instauración de la L PIV (ver cap. 1). L a presión que
determina la distensión pulmonar es la presión
transpulmonar, que resulta de la diferencia entre la presión
en vía aérea y la presión pleural. Por todo ello se considera
que el término volutrauma describe de manera más adecuada
el mecanismo de la L PIV, aunque en la práctica los dos
mecanismos descritos están íntimamente correlacionados y
con frecuencia se prefiere hablar de volu/barotruma. Quizá
cabe matizar que la lesión por sobrepresión (barotrauma)
suele ser local, mientras que la lesión por sobredistensión
(volutrauma) suele ser difusa.
3.1.3. Atelectrauma
Ocurre cuando se ventila un pulmón con un volumen muy
bajo, causando una apertura y cierre (colapso) cíclico de los
alveolos. El daño por estiramiento es más intenso en las
zonas límite entre las áreas atelectasiadas y los alveolos
abiertos. Desde un punto de vista anatomopatológico, la
lesión producida por este mecanismo causa desprendimiento
de células epiteliales, membranas hialinas y edema
pulmonar.
774
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membrana alveolo-capilar puede haber translocación de
bacterias, mediadores de la respuesta inflamatoria y
productos de degradación hasta el espacio intravascualar.
Esta translocación puede ser la responsable de que se
instaure una disfunción multiorgánica en un paciente con,
por ejemplo, una situación de SDRA.
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apertura y colapso cíclico de los alveolos.
M aniobras de reclutamiento, es decir,
procedimientos cuyo objetivo es la
reexpansión del parénquima colapsado,
minimizando la repercusión hemodinámica y
el riesgo de barotrauma.
Fracción inspirada de oxigeno (F IO2) igual o
inferior a 0,6, para disminuir el estrés
oxidativo.
Ventilación en prono, con el objetivo de
aumentar la homogeneidad de la ventilación.
Considerar el soporte extracorpóreo parcial o
total, con el fin de dejar parcialmente o
totalmente en reposo el pulmón lesionado
hasta su recuperación.
Considerar, cuando es posible, la
introducción de ventilación con NAVA
(Neuronally Adjusted Ventilator Assist): con
este modo se proporciona una ayuda
respiratoria por medio de una presión en la
vía aérea proporcional a la actividad eléctrica
del diafragma. Estudios preclínicos en
modelos animales sugieren que esta
estrategia disminuye la L PIV.
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permita modificar la presión positiva al final de la espiración
(PEEP) para mantener una presión transpulmonar entre 0 y
10 cmH 2O (según nivel de oxigenación y las necesidades de
oxígeno), permitiría disminuir la L PIV. Pero para confirmar
este dato y realizar indicaciones clínicas al respecto todavía
son necesarios más estudios.
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entre 4 y 40 por cada 1.000 niños intubados sufrirá una
NAVM . Cuando la neumonía ocurre en las primeras 48 –
72 horas de la colocación de la vía aérea artificial y no hay
factores de riesgo predisponentes que puedan cambiar la
flora bacteriana habitual del tracto respiratorio (p. ej.,
hospitalización previa mayor de una semana,
inmunodepresión, etc.) se define de inicio precoz y suele
deberse a la aspiración ocurrida durante el proceso de
intubación. L os gérmenes responsables (los más frecuentes:
Staphylococcus aureus sensible a oxacilina, Haemophilus influenzae y
Steptococcus pneumoniae) suelen ser, por lo general,
sensibles a los antibióticos. L a neumonía que aparece
posteriormente se denomina de inicio tardío y se asocia a
gérmenes más resistentes (Staphylococcus aureus oxacilina resistente,
Pseudomonas aeruginosa, especies de Acinetobacter y Enterobacter,
gérmenes productores de beta-lactamasa de amplio espectro,
infecciones fúngicas cuando hay otros factores predisponerte,
o víricas graves).
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respiratoria, y que precisa de cambios en la programación del
respirador, como aumento de la PEEP y/o de la F IO2. En
segundo lugar se necesita “una infección relacionada con la
condición asociada al uso del ventilador” (ICAV), definida
como una CAV en un paciente que presenta en el mismo
momento temperatura corporal anómala (< 36ºC o > 38ºC),
leucocitosis o leucopenia, recibe tratamiento antibiótico no
prescripto anteriormente y que se mantiene por lo menos 4
días. En tercer lugar se requiere la presencia de unas
secreciones purulentas (valorado con la tinción de Gram
según los criterios cuantitativos), o cultivo positivo de
secreciones respiratorias, o ambos, como evidencia de
infección respiratoria. L a nueva definición de NAVM
distingue los pacientes con ICAV que tienen solo
secreciones purulentas o solo cultivos de secreciones
respiratorias patológicos, cuyo diagnóstico es una “posible
neumonía”, de los pacientes con secreciones purulentas y
cultivos positivo (cuantitativos o semicuantitativos), cuyo
diagnóstico es una “probable neumonía”. El diagnóstico de
“probable neumonía” se puede también realizar por medio de
datos histopatológicos sugestivos, cultivos positivos de
exudado pleural o test diagnósticos positivos de Legionella
pneumoniae o algunos virus respiratorios. Esta nueva definición
de NAVM en adultos no incluye criterios radiológicos.
Recientemente se ha publicado un estudio prospectivo,
multicéntrico que recoge los eventos adversos relacionados
con la VM . Se observó que dichos eventos son frecuentes,
(CAV 77% ; ICAV 29% ) en pacientes de UCI de riesgo (con
más de 5 días de VM ) y que los episodios de ICAV se
correlacionan positivamente con NAVM . No obstante, solo
el 27,6% de los episodios de ICAV se pueden relacionar
con NAVM y menos de la mitad con una infección
nosocomial. Estudios similares en la población pediátrica se
encuentran en fase de realización. De acuerdo con los CDC,
los criterios actuales de NAVM en niños siguen incluyendo
la evaluación de cambios radiológicos, y el algoritmo
diagnostico pediátrico se recoge en la figura 1. L os factores
779
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de riesgo para el desarrollo de NAVM en niños y las
medidas preventivas propuestas se recogen en las Tablas III
y IV respectivamente.
780
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L a aplicación de la puntuación de infección pulmonar CPIS
(de su nombre anglosajón Clinical Pulmonary Infection
781
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Score) y el CPIS modificado (mCPIS) parecen tener utilidad
en el diagnóstico y la vigilancia de las NAVM . El CPIS es
una escala aditiva, que emplea seis tipos de ítems, cada uno
de ellos con diferentes puntuaciones. Diferentes estudios,
tanto en niños como en adultos han identificado un valor de
corte de 6 como el valor que tiene la mejor sensibilidad,
especificidad y área bajo la curva ROC, para identificar un
evento asociado a VM como una probable NAVM . El
mCPIS se recoge en la Tabla V.
3.2.1.3. Prevención
Se acepta, en general, que la colonización de las vías
respiratorias altas por patógenos hospitalarios o por la flora
endógena del enfermo sea un hecho que precede a la
infección pulmonar, aunque solamente una parte de los
pacientes desarrollará finalmente una neumonía. Según
varios estudios en adultos, la colonización bacteriana por
bacilos Gram negativos del tracto aéreo digestivo (paso que
precede, la aspiración de secreciones contaminadas y el
782
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desarrollo de la neumonía), parece estar influenciada por el
aumento del pH gástrico debido a la utilización de
antiácidos como los anti-H 2 y los inhibidores de la bomba
de protones en la profilaxis de las úlceras de estrés. El
aumento del pH gástrico no parece tener la misma
significación cuando se valora una población pediátrica,
donde tampoco la nutrición enteral parece asociarse con
aumento de NAVM .
783
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adultos, de momento no ha demostrado por si sola
disminuir la incidencia de NAVM . Así mismo no se
recomienda en el paciente pediátrico la administración de
antibióticos cuando el paciente presenta una disminución del
nivel de consciencia en el momento de la intubación.
Tampoco se recomienda tratar las colonizaciones ni
administrar antibióticos nebulizados con el fin de prevenir
las infecciones respiratorias.
3.2.2. Sinusitis
Otra complicación de carácter infeccioso asociada a la
intubación por vía nasal es la sinusitis, secundaria a la
obstrucción del ostium, que impide el correcto drenaje de las
secreciones de los senos paranasales.
784
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785
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786
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Figura 1. Diagrama de flujo para el diagnóstico de neumonía en
pacientes de cualquier edad. NAVM: neumonía asociada a
ventilación mecánica. BAL: lavado broncoalveolar. PMN:
polimorfonucleares. PCR: reacción en cadena de la polimerasa. IFA:
análisis por inmunofluorescencia. RIA: radioinmunoanálisis EIA:
enzimoinmunoanálisis.
787
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izquierda o la presión de cierre), con aumento de la poscarga
del ventrículo derecho. Sobre el ventrículo izquierdo, los
cambios descritos se traducen en una disminución del
llenado ventricular, por disminución de la precarga del
ventrículo izquierdo y por desviación hacia la izquierda del
tabique interventricular, cuando hay un aumento significativo
de la presión diastólica del ventrículo derecho.
788
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la presión de perfusión cerebral. Estas alteraciones son más
marcadas en presencia de hipotensión arterial y son
especialmente importantes en el manejo del paciente con
traumatismo craneoencefálico grave. Por otro lado, la
utilización de una hipercapnia permisiva obliga a tener en
cuenta que el aumento del dióxido de carbono a nivel
cerebral actúa como un potente vasodilatador cerebral, puede
aumentar la presión intracraneal y el riesgo de edema
cerebral. Se han descrito varios casos de edema cerebral y de
hemorragia subaracnoidea en el contexto de VM en pacientes
con estatus asmático, en los cuales además se suele utilizar
ketamina en perfusión continua, fármaco que, según algunos
autores, puede aumentar la presión intracraneal.
789
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Dentro de los mecanismos que explican los efectos de la
VM sobre el aparato digestivo, el más importante es la
hipoperfusión esplácnica que ocurre como consecuencia de la
disminución del gasto cardiaco con reducción de la presión
arterial y aumento de las resistencias vasculares del tracto
gastrointestinal, por incremento de la actividad simpática y
en parte por el aumento de la actividad del sistema renina-
angiotensina-aldosterona. Varias son las razones por las
cuales el tracto gastrointestinal es particularmente sensible a
la isquemia:
790
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reperfusión son responsables de la isquemia mesentérica
observada en los pacientes críticamente enfermos. L os
fenómenos descritos pueden verse amplificados por la
activación de la cascada de la inflamación, que a su vez
puede activar el sistema inmunológico de manera que se
pueda poner en marcha un síndrome de respuesta
inflamatoria sistémica. M edicamentos de uso frecuente para
facilitar la VM , como los opiáceos y los sedantes,
contribuyen a disminuir la motilidad gastrointestinal y a
dificultar el retorno venoso, perpetuando los fenómenos
descritos.
791
booksmedicos.org
y dolorosa.
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Capítulo 17
Retirada de la asistencia
respiratoria
M.J. Arroyo Marín (1)
M. Pons Òdena (2)
Raluca Ene (3)
1 UCIP. Hospital Materno Infantil Reina Sofía. Córdoba. España
1. Introducción
L a retirada de la ventilación mecánica (VM ) es el proceso
que permite el paso de la ventilación mecánica a la
respiración espontánea y puede suponer hasta un 40% del
tiempo de ventilación.
800
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En esta revisión se expondrá la evidencia científica que existe
hasta la fecha y se darán una serie de pautas generales,
teniendo en cuenta que no todos los pacientes van a precisar
de un destete gradual. En general se recomienda:
2. Conceptos generales
Retirar la VM lo antes posible debe ser nuestro objetivo
prioritario, pero elegir el momento adecuado es de gran
trascendencia. El fracaso asociado a la extubación de forma
prematura y la reintubación y conexión a VM de nuevo, se
correlaciona con un aumento de la morbimortalidad tanto en
niños como en adultos, pero se ha observado que hasta la
mitad de las extubaciones accidentales o no planeadas en
niños tienen éxito, lo que sugiere que se prolonga la VM en
pacientes innecesariamente.
801
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duración y complejidad en el proceso de
destete. L os pacientes con patología aguda
resuelta rápidamente o que precisan VM por
cirugías mayores no complicadas o
procedimientos intervencionistas se
beneficiarán de una retirada rápida de la VM .
L os pacientes con patologías graves y que han
precisado VM durante un largo período de
tiempo probablemente necesiten una retirada
más lenta.
Sobrecarga hídrica. L a complianza pulmonar
está disminuida por el edema pulmonar, la
rigidez de la pared torácica por el edema del
tejido celular subcutáneo y el edema del
diafragma.
Necesidades de sedación. Un exceso de
sedación condiciona depresión del centro
respiratorio del paciente e hipotrofia de la
musculatura respiratoria por desuso. Pero una
sedación insuficiente puede motivar
intranquilidad en el niño y lesión de la vía
aérea por traumatismos repetidos del TET en
la vía aérea e incluso riesgo de extubación
accidental.
H ipertensión pulmonar (H TP). Puede
retrasar el destete, pues la oxigenoterapia y la
VM para conseguir normoventilación son uno
de los pilares del tratamiento de ésta (ver cap.
27).
Disfunción diafragmática. Puede prolongar el
momento del destete fundamentalmente en
lactantes y niños pequeños que aún no tienen
desarrollados los músculos respiratorios
accesorios. Esta disfunción puede ser
secundaria a tiempos prolongados de VM y
802
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atrofia de éstos, o por lesión del nervio
frénico durante la cirugía cardiovascular, entre
otras causas.
803
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denomina IM V con esquema de control fijo o set point
(IM Vs), en este caso la variable de control puede ser presión
(PC-IM Vs) o volumen (VC-IM Vs). L as respiraciones
primarias pueden tener un esquema de control de tipo
adaptativo, pero en este caso la variable de control será la
presión (PC-IM Va) y tradicionalmente se denominará
SIM V con volumen objetivo (ej., SIM V con volumen
garantizado, SIM V en volumen control regulado por
presión, etc.).
804
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la complianza y/o resistencia de la vía aérea del paciente.
L os cambios de la presión pico inspiratoria se producen
automáticamente, sin demandar la atención continuada del
personal sanitario. Un error habitual en el proceso de destete
utilizando VS es la disminución del Vc objetivo
excesivamente bajo ya que puede aumentar el tiempo de
destete y la lesión pulmonar (L ista, 2006). Por tanto, se
debe pautar un Vc en torno a 6 ml/kg (siempre teniendo en
cuenta la compensación de las tubuladuras y el espacio
muerto artificial) y valorar, posteriormente, el descenso de la
presión pico a lo largo del tiempo. El punto más
complicado en este proceso de destete será decidir la presión
pico con la que se procederá a la extubación, pero la
recomendación general será la misma que para el destete con
PS. En el caso de que se pautase un Vc objetivo
excesivamente alto se puede producir una sobreasistencia que
prolongue el tiempo de destete.
805
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programa un volumen minuto (V E ) mínimo a
través de un Vc y una frecuencia mandatoria;
el respirador adapta la frecuencia mandatoria
al objetivo de V E en función de la frecuencia
respiratoria del paciente. L a diferencia con la
SIM V es que en ésta la frecuencia mandatoria
es fija y en la M M V la frecuencia mandatoria
es variable. Si las respiraciones espontáneas
que realiza el paciente, con una PS fija,
alcanzan o sobrepasan el objetivo de V E
mínimo, el respirador no dará ninguna
respiración mandatoria. Si el V E del paciente
cae por debajo del nivel predeterminado, el
respirador ofrecerá las respiraciones
mandatorias necesarias para alcanzar el
objetivo. Solo está disponible en algunos
respiradores (Evita 4, Evita XL y H amilton
Veolar ventilator).
ASV (Ventilación con Soporte Adaptativo).
El V E entregado al paciente se basa en el
peso corporal ideal de este y el porcentaje de
V E que debe aportarse. Durante cada
inspiración el ventilador determina la
mecánica pulmonar del paciente y, a
continuación, ajusta Fr, Vc y la relación
inspiración:espiración (I:E) para minimizar la
presión inspiratoria y continuar manteniendo
el volumen requerido. Este modo está
disponible en los respiradores Galileo,
Raphael y H amilton S1, C2, T1, M R1 y G5.
PAV (Ventilación Asistida Proporcional).
Soporte ventilatorio interactivo en el que se
genera una presión en la vía aérea que depende
del esfuerzo inspiratorio del paciente,
ajustando automáticamente el flujo y el
volumen generado según los cambios en la
806
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mecánica; cuanto mayor es el esfuerzo del
paciente, mayor es el soporte que realiza el
aparato. L os datos clínicos demuestran que
este tipo de ventilación facilita la sincronía
entre el paciente y el ventilador, hecho que
repercute en el confort del paciente.
807
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conseguían disminuir el tiempo de inicio del destete, pero
ninguno constató diferencias en cuanto a la evolución
(estancia en UCIP o en el hospital, mortalidad o neumonías
asociadas al respirador). Tampoco hubo mayor incidencia de
efectos secundarios. Estos trabajos tienen dos
inconvenientes: 1) no incluyeron a pacientes complejos
(H TP primaria, cardiopatías congénitas cianóticas o
enfermedades neuromusculares), que precisamente son los
que suelen tener una VM más prolongada, por lo que no se
sabe el impacto de estos trabajos en este grupo de pacientes;
2) excluyeron un sector importante de la población pediátrica
(Jouvet, que utiliza el Smartcare® de Dräger® , excluye a
pacientes < 2 años y/o < 15 kg). L as conclusiones de esta
revisión fueron que el uso de protocolos de destete
(automatizados o no) tienden a disminuir los tiempos de
VM y de inicio de destete aunque no se sabe si esto es
beneficioso o no para el paciente.
808
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5. Fase de extubación
Se va disminuyendo el soporte ventilatorio del respirador y el
paciente va asumiendo progresivamente mayor esfuerzo
respiratorio. Se evaluará diariamente al paciente para
comprobar si cumple una serie de requisitos clínicos y de
asistencia respiratoria recomendados para plantear una prueba
pre-extubación.
809
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aunque no es necesario que la resolución sea
completa sí es necesario que se haya podido
disminuir el soporte
L os pacientes pueden precisar, todavía,
fármacos vasoactivos, incluso en algunos
pacientes cardiópatas es aconsejable
mantenerlos para prevenir la insuficiencia
cardiaca causada por el sobreesfuerzo
respiratorio secundario al destete. No se
deben establecer recomendaciones precisas
sobre los niveles de soporte hemodinámico
mínimo, ni el trabajo respiratorio esperable
tras la extubación. L os sedantes y analgésicos
usados en la VM pueden aumentar las
necesidades de soporte vasoactivo y éstos se
irán disminuyendo conforme se vaya retirando
la sedación en el destete.
Nivel de consciencia suficiente para mantener
el esfuerzo respiratorio y los reflejos de
protección de la vía aérea (tos y nauseoso). Es
habitual el uso de sedantes (benzodiacepinas,
mórficos o propofol) y en ocasiones, relajantes
musculares para adaptar al paciente a la VM .
L a retirada de los mismos, previo a la
extubación, aún siendo progresiva y tratando
el síndrome de abstinencia, suele tener como
consecuencia que los pacientes alternen fases
de gran agitación y otras de somnolencia .
Esta situación puede plantear la demora de la
extubación por el riesgo de fracaso. En el caso
de los lactantes, esta evaluación es más
difícil. Es frecuente que se tenga que decidir
entre sedar al paciente para adaptarlo al
respirador o extubarlo asumiendo el riesgo de
que, tras retirar el estímulo del tubo
endotraqueal, presente escaso esfuerzo
810
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respiratorio o incluso alguna apnea en las
primeras horas postextubación. En estos casos
puede ser necesario el uso de antídotos, VNI
y, en ocasiones, la reintubación. En el caso
del paciente con traumatismo craneoencefálico
grave y/o lesiones neurológicas importantes,
se aconseja la extubación cuando haya
recuperado los reflejos de protección de la vía
aérea aunque el nivel de conciencia sea menor.
Capacidad para manejar las secreciones de la
vía aérea. En pacientes neuromusculares se
recomienda el uso de dispositivos de tos
mecánica asistida.
Fuerza muscular. L a valoración de la fuerza
muscular es importante, sobre todo, en
pacientes con patología aguda grave (sepsis,
grandes quemados, etc.) que han estado
ventilados durante largos períodos de tiempo
o que tengan alguna patología crónica
caquectizante (malnutridos) o neuromuscular
aguda o crónica (miopatías, etc.). En casos en
los que haya sospecha de debilidad muscular y
el resto de los datos son favorables, se debe
plantear la extubación a VNI para
proporcionar un soporte ventilatorio adecuado
y poder acelerar la extubación.
Ausencia de hemorragia activa que inestabilice
al paciente. En el caso de hemorragia
digestiva alta es recomendable mantener
intubado al paciente para proteger la vía aérea.
El grado y repercusión de la anemia se
valorará de forma individual, pudiendo
transfundir al paciente antes de la extubación.
Ausencia de fiebre no controlada o signos de
proceso infeccioso activo o sepsis. En este
811
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caso se debe valorar la repercusión sobre la
situación del paciente.
Fuga de aire alrededor del TET. L a
obstrucción de vías respiratorias altas tras la
extubación es responsable de hasta un 37% de
las extubaciones fallidas en pediatría. Se
recomienda realizar un test de fuga alrededor
del TET que consiste en oír la fuga de aire
alrededor del TET con bajas presiones
inspiratorias con la cabeza del niño en
posición neutra u observar la diferencia entre
el Vc inspirado y espirado. Si la fuga de aire
alrededor del TET es baja, se recomienda
administrar un ciclo corto de glucocorticoides
previo a la extubación.
812
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5.2. Prueba pre-extubación
Si el paciente cumple los requisitos clínicos y de soporte
respiratorio ya comentados, se puede considerar apto para
realizar una prueba pre-extubación. Ésta tiene 2 objetivos:
813
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reintubación, etc.
814
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necesario para vencer la resistencia añadida que supone
respirar a través de un TET. El inconveniente es que no es
posible saber el trabajo respiratorio individual que le supone
a cada paciente la resistencia del TET, por lo que la
programación de la PS se hará de forma genérica y, en
general, sobreestimada. L a pauta más usada sería una PEEP
≤ 5 cmH 2O y una PS 5 – 10 cmH 2O sobre PEEP.
Algunos autores han propuesto diferentes niveles de PS
según el tamaño del TET (diámetro interno 3 – 3,5 = PS de
10 cmH 2O; 4 – 4,5 = PS de 8; ≥ 5 = PS de 6) y otros
trabajos muestran que una PS de 4 es suficiente incluso para
TET pequeños. Con esta técnica se puede enmascarar una
insuficiencia respiratoria si se programa una PS excesiva para
el trabajo que le supone al niño el TET y contribuir a mayor
tasa de fracaso en la extubación. Este problema sería más
frecuente en el caso en el que se active la compensación
automática del TET. Además, con la PS se puede
enmascarar una lesión frénica que se manifieste cuando se
extube al paciente.
815
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minutos. L os pacientes con mayor probabilidad de fracaso
serían aquellos en los que se observen los datos resumidos
en la Tabla III.
816
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encuentran:
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los primeros 100 milisegundos cuando se
inspira contra un tubo ocluido. Es una
estimación del impulso neuromuscular del
sistema respiratorio, es decir del trabajo
respiratorio del paciente. Para medirla el
paciente tiene que respirar a través de una
válvula cuya rama inspiratoria puede ocluirse
sin que el sujeto lo note; en este momento los
músculos inspiratorios han iniciado su
contracción en forma proporcional al estímulo
central que han recibido. En población adulta
se usa más como indicador de fracaso de la
extubación cuando los valores son ≥ 4
cmH 2O. H ay pocos estudios en la población
pediátrica.
Otros: edad < 24 meses, pacientes
sindrómicos, pacientes con enfermedades
respiratorias o neuromusculares crónicas,
necesidad de cambio de TET durante el
ingreso, larga duración de la VM (algunos
estudios la han relacionado con mayor
probabilidad de fracaso de la extubación
mientras que otros no), índice de oxigenación
> 5, largo tiempo con sedación o uso de
sedantes en las últimas 24 horas.
En el fracaso de la VNI electiva se ha descrito
como factor predictor de fracaso el tener una
PIP > 18 cmH 2O antes de la extubación.
818
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5.4. Extubación
El paciente debe estar a dieta mínimo 4 - 6 horas antes de la
extubación programada, retirar SNG u orogástrica y preparar
el material necesario para una posible reintubación
(mascarilla facial, bolsa autoinflable, sonda de aspiración,
cánula orotraqueal, tubos endotraqueales del mismo número
y menor, laringoscopio, guía,etc.) y medicación (sedantes y
relajantes musculares). Si se ha usado sugammadex en las
819
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últimas 24 horas para revertir el bloqueo neuromuscular
inducido por los relajantes musculares no despolarizantes
aminoesteroideos (rocuronio y vecuronio), se deberá usar
otro tipo de relajantes: despolarizantes (succinilcolina) o no
despolarizantes bencilisoquinolinas (atracurio o cisatracurio).
820
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(PaCO2) del 10% y un pH < 7,35.
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Capítulo 18
Humidificación, calentamiento
y filtración del aire aspirado.
Aerosolterapia
Jose Carlos Flores González (1)
Paula Garcia Casas (2)
Milagros Garcia López (3)
Patricia Rodriguez Campoy (1)
1 UCIP. Hospital Universitario Puerta del Mar. Cádiz. España
2 Unidad de Cuidados Intensivos Cardíacos Pediátricos. Royal
Brompton Hospital.
London. Reino Unido
3 UCIP. Sao Joao Hospital. Porto. Portugal
1. Humidificación
826
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agua en un gas. Se mide en mg de H 2O/L .
No se afecta por los cambios de temperatura
(Tª).
Humedad relativa. Es la capacidad de contener
vapor de agua de un gas a una determinada
temperatura. Se mide en porcentaje (% ). Se
afecta por los cambios de temperatura. Ej: un
gas con 30 mg de H 2O/L de humedad
absoluta a 30ºC tiene una humedad relativa
del 100% (porque es el máximo vapor de agua
que se puede tener a esa Tª). Pero si se
calienta el gas a 37ºC, tendrá más capacidad
de contener vapor de agua, y si no se agrega,
la humedad relativa descenderá al 69% . Para
mantener su capacidad máxima (100% ) el
contenido de vapor de agua debería llegar a 44
mg de H 2O/L . Por eso es importante
conocer la Tª de un gas al medir la humedad.
1.2. Introducción
L a función principal de la vía respiratoria alta
(fundamentalmente la nariz), es la humidificación,
calefacción y filtración del aire inspirado. En respiración
espontánea, el aire llega a los alveolos a 37ºC, con una
humedad relativa del 100% (completamente saturado) y con
44 mg de H 2O/L de humedad absoluta. En los pacientes
con una vía aérea artificial, las vías superiores no pueden
ejercer estas funciones, por lo que es necesario acondicionar
los gases medicinales inspirados para aportarles calor y
humedad.
827
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del gas inspirado previene la disfunción mucociliar,
hipotermia, broncoespasmo, atelectasias, alteración del
epitelio de la vía aérea y, en los casos graves, obstrucción
parcial o total del tubo endotraqueal por espesamiento de las
secreciones.
Importante: se recomienda la
humidificación para todos los pacientes
con ventilación mecánica (VM) invasiva,
ventilación no invasiva (VN I) y
oxigenoterapia de alto flujo (OAF).
828
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humidificadores de calor (Fig. 1).
1.3.1.3. Posición
Se describe en la figura 2.
1.3.1.4. Indicaciones
Ventilación mecánica prolongada (> 48 – 96 h),
829
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contraindicaciones de los intercambiadores de calor y
humedad (H eat and M oisture Exchangers, H M E) (ver
apartado), ventilación de alta frecuencia oscilatoria, neonatos
y prematuros y VNI.
1.3.1.6. Consideraciones
1.3.1.7. Contraindicaciones
No existen contraindicaciones.
830
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831
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Figura 1. Humidificadores térmicos.
832
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1.3.2. Intercambiadores de calor y humedad (Heat and moisture
Exchangers, HME)
Son humidificadores pasivos. También reciben el nombre de
narices artificiales. Algunos de ellos incorporan filtros
antibacterianos (H eat and moisture exchangers filter,
H M EF) (Figs. 3 y 4).
833
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Figura 4. Distintos tamaños de filtros intercambiadores de calor y
humedad con filtro antibacteriano (HMEF).
834
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y buena humidificación. Se recomienda el uso
de estos últimos.
1.3.2.3. Posición
L o más cercano al tubo endotraqueal del paciente (Fig. 5).
1.3.2.4. Indicaciones
Ventilación mecánica no prolongada (< 96 h) y transporte.
1.3.2.5. Tamaño
Elegir el más adecuado a la edad y volumen corriente (V C)
del paciente.
835
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1.3.2.6. Frecuencia de cambio
L os fabricantes recomiendan cambiarlos cada 24 horas
aunque hay estudios que demuestran que pueden mantenerse
de 2 a 7 días.
1.3.2.7. Humedad
Se debe comprobar que aporte, al menos, el mínimo de
humedad recomendado. En una comparación de 44
dispositivos, sólo 13 superaron los 30 mg de H 2O/L .
1.3.2.9. Consideraciones
836
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ambiente, por lo que su uso es adecuado en
ambientes calurosos (rango de 22 – 30ºC).
Estudios sostienen que los H M E mantienen
su capacidad de humidificación en ventilación
con V C altos (hasta 30 L /m). Sin embargo,
es recomendable siempre adoptar estrategias
ventilatorias de protección pulmonar con V C
bajos y siempre leer las instrucciones del
fabricante.
1.3.2.10. Contraindicaciones
837
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aumentar el trabajo respiratorio del paciente.
Pacientes hipotérmicos (< 32 ºC) donde el
aire que se exhala es frío.
Otras: acidosis respiratoria, intoxicación con
sustancias de eliminación respiratoria.
838
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1.4. Humidificación y neumonía asociada a
ventilación mecánica
L a neumonía asociada a ventilación mecánica es la infección
relacionada con la atención sanitaria más frecuente en los
pacientes críticos. Se asocia a mayor mortalidad, estancia y
coste. L a colocación del tubo endotraqueal actúa como
vehículo para la transmisión y colonización de
microorganismos a las vías respiratorias inferiores. Se ha
sugerido que ambos sistemas de humidificación podrían
prevenir la neumonía asociada a ventilación mecánica; los
H M E al reducir la condensación del circuito y los H H al
mejorar el aclaramiento mucociliar. A pesar de la existencia
de estudios que sugieren el uso de los humidificadores
pasivos para prevenir la incidencia de neumonía asociada a
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ventilación mecánica, diversos estudios posteriores y un
metaanálisis, además de varias guías clínicas (American
Thoracic Society, AARC; Infectious Diseases Society of
America, CDC) concluyen que ningún sistema de
humidificación es superior a otro para prevenir la neumonía
asociada a ventilación mecánica.
840
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de manera rutinaria; sin embargo la experiencia sugiere que
se evalúe cada caso acorde al confort del paciente, a la
duración de la VNI y otros parámetros. El nivel de
humidificación no tiene que ser necesariamente tan alto
como en pacientes intubados, una humedad relativa del
100% y 30ºC de temperatura es suficiente, una temperatura
más alta puede causar disconfort. En la actualidad no se
recomienda el uso de H M E en VNI por el incremento del
espacio muerto y la alta incidencia de fugas, principalmente.
841
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lo hacen del ambiente exterior (con un grado de humedad y
calor dependiente del lugar geográfico y de la estación del
año). Por último, también dependerá de la patología del
paciente; siendo distinto buscar el humidificador más
adecuado para un niño con una enfermedad neuromuscular y
nula o escasa actividad, que para un niño con capacidad
pulmonar y física normal.
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por su comodidad, sencillez y bajo coste, la primera opción
es un intercambiador que aporte un mínimo establecido de
humedad absoluta, recurriendo a un humidificador activo en
caso de problemas con el espesor de las secreciones. Se debe
recordar que una oclusión u obstrucción de una cánula de
traqueostomía es un indicador tardío y poco sensible de una
humidificación inadecuada que puede significar la presencia
de daño de la mucosa respiratoria en niños con patologías
crónicas.
843
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con posibilidad de episodios de aspiración o
desreclutamiento alveolar, etc.). El humidificador debe tener
un sistema de alarmas, que avise cuando el reservorio de
agua esté demasiado lleno o demasiado bajo o cuando el
termómetro registre una temperatura del gas inhalado mayor
de 41ºC, para evitar lesiones de la mucosa respiratoria por
mecanismo térmico.
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Importante: el sistema de humidificación
de elección en el paciente neonatal tanto
en ventilación mecánica invasiva como en
ventilación no invasiva es el
humidificador de calor.
2. Aerosolterapia
Se define aerosol como la suspensión de partículas
microscópicas de líquidos o sólidos en el aire o en otro gas.
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Nebulizador: convierten un líquido en
pequeñas gotas mediante:
L a fuerza de un gas presurizado
(Neumáticos o Jet).
Ondas ultrasónicas de alta
frecuencia (Ultrasónicos).
L a vibración de una placa (De malla
vibrante).
Inhalador de cartucho presurizado o inhalador
presurizado de dosis medida (pressurized
metered dose inhaler, pMDI): contienen el
fármaco con un propelente que, al ser
expuesto a la presión atmosférica, se
transforma de líquido en gas produciendo el
aerosol.
Inhalador de polvo seco (dry powder inhaler,
DPI): generan un aerosol de polvo.
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2.1. N ebulizadores
2.1.1. Tipos
2.1.1.2. Ultrasónicos
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También son ineficientes para nebulizar suspensiones y
tienen tendencia a presentar alteraciones eléctricas o
mecánicas.
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Idealmente se debe colocar el nebulizador entre el orificio de
fuga espiratoria y el paciente. Actualmente, existen cámaras
de nebulización que se conectan directamente a la interfase.
Como alternativa se puede usar una pieza en “Y ” para
conectar el nebulizador a la interfase. Pero, frecuentemente,
esta pieza interfiere con la posición de la interfase y
condiciona un aumento de fugas. En ese caso se colocará
proximal al orificio espiratorio, teniendo en cuenta que el
depósito del aerosol será menor (Figs. 8, 9, 10 y 11).
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Figura 8. Cámara de nebulización de un dispositivo de malla vibrante
acoplada en línea con la máscara.
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Figura 9. Cámara de nebulización de un dispositivo de malla vibrante
acoplada al codo de la máscara. Sistema NIVO®.
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Figura 10. Nebulizador tipo jet colocado proximal al orificio
espiratorio.
2.1.3. Ventajas
No requieren coordinación ni pausa respiratoria. Permiten
administrar diferentes fármacos a diferentes concentraciones.
Se pueden utilizar de forma continua o sincronizado con las
fases inspiratoria o espiratoria. L a nebulización continua
permite tiempos de tratamiento más cortos pero no existe
evidencia actual sobre su mayor eficacia en cuanto a depósito
de aerosol en la vía aérea.
2.1.4. Limitaciones
Son fuente potencial de contaminación, aumentando el
riesgo de neumonía asociada a la VM . Durante el uso de un
flujo de gas más alto para la nebulización, se deben ajustar
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las alarmas del ventilador para mayor seguridad del paciente.
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Figura 11. pMDI (inhalador de cartucho presurizado) con cámara
espaciadora en la rama inspiratoria del circuito de un respirador
convencional. A una distancia aproximada de 15 cm de la pieza en
“Y”.
Se utilizan adaptadores para conectar el inhalador al circuito
de ventilación (Fig. 12):
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Deben colocarse entre el orificio de fuga espiratoria y la
interfase. Para mejorar su eficacia es necesario coordinar su
aplicación con la inspiración del paciente.
2.2.2. Ventajas
Son portátiles.
Se requiere un corto periodo de tiempo de
administración.
L os espaciadores hacen innecesaria la
coordinación entre la pulsación del pM DI y
la inspiración y aumentan el depósito
pulmonar del fármaco.
2.2.3. Limitaciones
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condicionan una menor eficacia se obtiene el menor tamaño
de la vía aérea, V C, flujo y tiempo inspiratorio y las
características del circuito del respirador pediátrico.
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proximal, debido a los altos flujos inspiratorios usados por
los respiradores específico (de turbina). Pero los estudios
sobre el depósito de broncodilatadores inhalados en
pacientes sometidos a VNI son heterogéneos, Fauroux et al
encuentran un aumento de un 30% en niños con fibrosis
quística y, en cambio, Galindo-Filho et al no observan
ningún incremento del depósito en adultos con crisis
asmática, aunque confirman la mejoría sustancial de la
función pulmonar con un efecto beneficioso adictivo.
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para evitar el aumento de resistencias de las vías aéreas como
respuesta al elevado flujo de aire frio y seco. En todo caso,
se debe monitorizar la respuesta clínica para titular la dosis y
compensar la disminución del depósito de aerosol que la
humidificación condiciona, aproximadamente un 40% .
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través de traqueostomía se ha visto más eficaz en
comparación al tubo endotraqueal en adultos, debido a la
menor longitud de la via aérea artificial. Sin embargo, no
existen estudios de esta índole en población pediátrica.
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Figura 12. Distintos tipos de filtros de respiradores.
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espiratoria (inmediatamente antes de la
válvula espiratoria del respirador).
En otros ventiladores los filtros
antibacterianos son de un solo uso.
Ventajas de los circuitos con dos filtros: no
aumentan el espacio muerto y no existe riesgo
de tener que cambiar los filtros de forma
anticipada al momento programado (porque
se hayan contaminado con las secreciones del
paciente al toser).
Inconvenientes: coste económico mayor (dos
filtros).
Es recomendable:
861
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Bibliografía
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effects of heat and moisture exchangers and heated
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exchangers and heated humidifiers in acute lung injury/acute
respiratory distress syndrome patients. Effects on respiratory
mechanics and gas exchange. Intensive Care M ed.
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23 Dhand R. Aerosol delivery during mechanical ventilation:
from basic techniques to new devices. J Aerosol M ed Pulm
Drug Deliv. 2008;21:45-60.
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Capítulo 19
Ventilación no invasiva en
pediatría
Martí Pons Òdena (1)
Teresa Gili Bigata (2)
Alberto Medina Villanueva (3)
Juan Mayordomo Colunga (3)
Rosa Calderón Checa (4)
1 UCIP. Hospital Sant Joan de Déu. Barcelona. Universitat de
Barcelona. España
2 UCIP. Hospital de Sabadell. Corporació Parc Taulí. Universitat
Autònoma de Barcelona. España
3 UCIP. Hospital Universitario Central. Asturias. España
4 UCIP. Hospital 12 de Octubre. Madrid. España
1. Introducción
L a ventilación no invasiva (VNI) es una técnica de soporte
respiratorio que no requiere una vía aérea artificial mediante
intubación o traqueostomía y que tiene como objetivo la
disminución del trabajo respiratorio y la mejoría del
intercambio gaseoso. L a necesidad de minimizar la
agresividad y las complicaciones de la intubación traqueal y
la ventilación mecánica en los pacientes con insuficiencia
respiratoria, ha favorecido la introducción de la VNI en los
últimos 15 años en las unidades de cuidados intensivos
pediátricos (UCIP).
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presión positiva, y se diferencia de la ventilación mecánica
(VM ) convencional en dos aspectos fundamentales:
2. Indicaciones
L as indicaciones de VNI en pediatría son la insuficiencia
respiratoria aguda (IRA), la insuficiencia respiratoria crónica
(IRC) o crónica reagudizada en el ámbito hospitalario y la
IRC en el domicilio.
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Desde el punto de vista práctico y para definir los objetivos
terapéuticos, es útil clasificar la IRA en base a criterios
fisiopatológicos en tipo I y tipo II (ver Tabla I Cap. 6). En
relación con dicha tabla, la principal puntualización que es
importante destacar en este capítulo es la clasificación del
asma. En la clasificación fisiopatológica original que se
recoge en el capítulo 6, el asma está clasificado como una
IRA tipo I al considerarse que el principal problema en
fases iniciales es un disbalance ventilación-perfusión. Sin
embargo, en las situaciones más graves pasa a existir,
predominantemente, una hipoventilación (tipo II). Como
planteamiento terapéutico puede ser considerado más
razonable manejar el asma como un IRA tipo II aplicando
los algoritmos de metodología y análisis de fracaso
correspondientes.
3. Contraindicaciones
L as contraindicaciones más importantes de la utilización de
la VNI son: alteración profunda del estado de consciencia
con ausencia del reflejo de la tos e incapacidad de eliminar
secreciones, inestabilidad hemodinámica, parada respiratoria
inminente, IR grave, síndrome de distrés respiratorio agudo
(SDRA) con cociente presión parcial arterial de
oxígeno/fracción inspirada de oxígeno (P/F) < 150 y la
presencia de neumotórax no drenado (Tabla II). L a falta de
material adecuado o experiencia insuficiente debe ser una
contraindicación clara para iniciar la VNI, especialmente en
aquellas situaciones en que se ha detectado una menor
eficacia de la técnica: lactantes menores de 6 meses y
pacientes muy hipoxémicos.
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Tabla II. Contraindicaciones de la ventilacion no invasiva (VNI).
4. Material necesario
4.1. Interfases
Existen interfases nasales, buconasales, faciales completas y
de tipo casco (H elmet). Es importante tener en cuenta que
la VNI nunca puede ser un sistema cerrado paciente-
interfase-respirador, debe haber un puerto de exhalación de
anhídrido carbónico (CO 2) (orificio espiratorio), bien sea en
la interfase o en la tubuladura. L as interfases que están
provistas de puertos de exhalación solo pueden utilizarse con
respiradores específicos de VNI debido a que estos
respiradores compensan adecuadamente las fugas controladas
y requieren puertos de salida de CO 2 ya que utilizan
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tubuladura única. Por otro lado, los respiradores
convencionales poseen doble tubuladura con rama espiratoria
para eliminar el CO 2, la presencia de una interfase con
orificio espiratorio es innecesaria y puede dar problemas para
alcanzar la presión programada, ya que estos respiradores son
menos eficaces a la hora de compensar totalmente las fugas.
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L as interfases buconasales y faciales son las más adecuadas
para situaciones agudas en las que el paciente no pueda
respirar solo por la nariz porque esté muy disneico,
hipoxémico o no colabore, pero son más claustrofóbicas,
con mayor riesgo de aspiración en caso de vómito y menos
cómodas para el uso a largo plazo. El paciente puede hablar
sin mucha dificultad, pero será difícil entenderle. En
lactantes menores de 10 meses a veces es necesario usar
interfases nasales grandes como buconasales debido a que
pocas casas comerciales disponen de tamaños adecuados para
lactantes. L a interfase facial completa (actualmente con
tamaños para todas las edades) minimiza la posibilidad de
fugas, es muy confortable, pudiendo caber un chupete en su
interior. En relación con esta interfase es imprescindible la
vigilancia de reinhalación como consecuencia de su espacio
muerto estático, aunque artículos recientes parecen descartar
esta posibilidad.
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de interfases para evitar el apoyo sobre el puente nasal y
priorizar el apoyo sobre los pómulos.
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a) Edad y tamaño del paciente.
b) Fase de la enfermedad o “situación” gasométrica.
c) Tipo de fracaso respiratorio.
d) Disponibilidad de material.
e) Grado de cooperación del paciente.
En la Tabla III se presentan las principales interfases a
elegir en función de la edad y tipo de insuficiencia
respiratoria, teniendo en cuenta las circunstancias de cada
paciente y unidad.
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Figura 1. Protocolo inicial de aplicación de la ventilación no invasiva
(VNI) en relación con la interfase. IRA: insuficiencia respiratoria
aguda.
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trigger espiratorio (algunos también automáticamente) y
tienen mezclador de oxígeno.
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L a humidificación puede realizarse con tubuladuras
especiales que permiten intercalar un humidificador pero
suelen disminuir la sensibilidad del trigger inspiratorio
sobre todo en lactantes o pacientes neuromusculares.
Actualmente se dispone de humidificadores para VNI
regulados para mantener una temperatura de 34 ºC en la cara
del paciente con el objetivo de conseguir una mayor
tolerancia (ver Cap. 18).
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Es un modo que puede incluirse en dentro de los modos
autorregulables. Se trata de un modo PC-IM V o PC-VM I
que modifica las respiraciones mandatorias en base a la
frecuencia (ver Cap 6 y 10). Disponible en algunos
respiradores de VNI específicos (Respironics® ). M odo
controlado por presión producido mediante una turbina que
administra dos niveles de presión (presión positiva durante
la inspiración [IPAP] y presión positiva durante la
espiración [EPAP]) y que permite la sincronización con la
respiración espontánea del paciente mediante un “trigger”
controlado por una señal electrónica que sigue la curva de
flujo del paciente con ≈150 milisegundos de decalaje, así
como la compensación de las fugas alrededor de la interfase.
L a IPAP es la presión pico y la diferencia entre IPAP y
EPAP es la presión soporte. Se pautan unas respiraciones de
rescate (T) con un tiempo inspiratorio limitado (mínimo
dependiendo del respirador 0, 3 – 0,5 segundos), que el
respirador administrará en caso de no detectar las
respiraciones del paciente. En ese caso, puede emplearse el
modo T, programando una Fr y un tiempo inspiratorio
similar a las del paciente. En caso contrario, en el que el
respirador detecta el esfuerzo inspiratorio del paciente, la Fr
de rescate debe pautarse baja de modo que no interfiera con
las respiraciones del niño ( al menos 5 inferior que el
paciente). En resumen, se trata de una presión de soporte en
la que se programan respiraciones de rescate (que idealmente
no entregará el respirador).
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tiempo inspiratorio máximo.
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En respiradores específicos de VNI volumétricos se puede
programar presión soporte aislada o combinada con
ventilación mandatoria intermitente sincronizada (SIM V).
Actualmente también está disponible en algún respirador de
VNI presurométrico para neonatos (Ginevri® ).
6. Metodología de aplicación de la VN I
No existen datos con suficiente nivel de evidencia para
establecer recomendaciones de clase A y pocas B , aunque en
los últimos años se han publicado múltiples artículos que
han permitido aportar mayor evidencia.
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Figura 2. Algoritmo general de aplicación de la ventilación no
invasiva (VNI).
IRA: insuficiencia respiratoria aguda.
6.1.1. Interfase
Con la excepción que se considere la posibilidad de iniciar
CPAP en lactantes, en más del 90% de los pacientes agudos
se está utilizando en el momento actual una mascarilla
buconasal o facial total. El uso de otro tipo de interfase es
anecdótico.
6.1.2. Respirador
L os estudios más recientes ratifican que los respiradores de
turbina tienen una mejor respuesta que los respiradores
convencionales incluso con un software específico para VNI.
6.1.3. Modo
Tanto en pacientes con IRA tipo I como tipo II parece
bastante adecuado intentar realizar una ventilación con dos
niveles de presión, siempre empezando con una diferencia de
presión baja (4 cmH 2O) para primar el confort en los
primeros minutos de inicio de la técnica.
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Existen algunas excepciones que están condicionadas por la
tecnología y la edad. Así en pacientes con bronquiolitis,
apneas o edema agudo de pulmón (EAP) podría ser
razonable iniciar el tratamiento con CPAP. Existe algún
trabajo reciente donde parece tener mejores resultados el uso
de B L PAP que el de CPAP en pacientes con EAP. El nivel
óptimo inicial de CPAP podría ser de 4 – 6 cmH 2O en el
caso de apneas, para evitar generar apneas centrales con
niveles más elevados de presión, y de 6 – 7 cmH 2O para
pacientes con bronquiolitis.
6.1.3.1. S/T
L os trigger son automáticos y deberá pautarse una Fr de
rescate. En pacientes por encima de 3 – 6 meses
(dependiendo del respirador utilizado) el trigger inspiratorio
es suficientemente sensible y la sincronización será
prácticamente perfecta, por lo que la Fr de rescate deberá
pautarse al mínimo para que no cause asincronía.
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orificios espiratorios ni interfases con válvula antiasfixia
debido a la insuficiente compensación de las fugas en la
mayor parte de respiradores convencionales aún con módulo
de VNI.
6.1.4. Efectividad
Después de los primeros minutos en los que se busca
prioritariamente el confort del paciente se deberán aumentar
los parámetros para conseguir la mayor efectividad de la
técnica. En este punto es interesante diferenciar que si el
paciente padece fundamentalmente un problema de
reclutamiento pulmonar (tipo I) será necesario
fundamentalmente aumentar la EPAP, manteniendo el
gradiente de presión. Si predomina un IRA tipo II (p. ej.,
un problema de falta de fuerza) se deberá primar el aumento
del gradiente de presión. Se debe recordar que en VNI no es
posible modificar la Fr con la programación del respirador,
ya que se trabaja con la Fr espontánea del paciente. L a rampa
se deberá ajustar para conseguir un cambio de presión lo más
rápido posible sin que exista un disconfort del paciente. Una
rampa más corta (0,05-0,1 segundos) prolonga la duración
del período en IPAP, recibiendo el paciente más volumen
corriente (Vc) con el mismo gradiente de presión.
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Figura 3. Algoritmo de metodología de aplicación de la ventilación
no invasiva en niños mayores de 3 meses. VNI: ventilación no
invasiva; S/T: ventilación espontánea/temporizada; PS: presión de
soporte; FIO2: fracción inspirada de oxígeno; SpO2: saturación de
oxígeno; IPAP: presión positiva inspiratoria; EPAP: presión positiva
espiratoria; CPAP: presión positiva continua; Fr: frecuencia
respiratoria; Fc: frecuencia cardiaca; Ti: tiempo inspiratorio; PEEP:
presión positiva al final de la espiración; Vc: volumen corriente; P/F:
cociente presión parcial arterial de oxígeno/fracción inspirada de
oxígeno; S/F: cociente saturación transcutánea de oxígeno/fracción
inspirada de oxígeno; SDRA: síndrome de distrés respiratorio
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agudo; EAP: edema agudo de pulmón; s: segundos.
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Figura 4. Algoritmo de metodología de aplicación de la ventiación
no invasiva en niños menores de 3 meses. PC-CMV: ventilación
mandatoria continua controlada por presión; T: modo
temporizado; S/T: ventilación espontanea/temporizada; PS: presión
de soporte; FIO2: fracción inspirada de oxígeno; CPAP: presión
positiva continua; Fr: frecuencia respiratoria; Ti: tiempo inspiratorio;
PEEP: presión positiva al final de la espiración; Edi: actividad
eléctrica del diafragma.
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6.2.1. CPAP
Parece bastante razonable iniciar la VNI de este grupo etario
con CPAP, teniendo en cuenta que la mayoría serán
bronquiolitis que se pueden beneficiar de este tipo de modo,
y se evita de entrada el riesgo de asincronía. El nivel de
presión que parece más razonable utilizar basado en los
estudios de M ilesi y Essouri es igual o superior a 6
cmH 2O. Por ello se recomienda iniciar la CPAP con 6 – 7
cmH 2O.
6.2.2. BLPAP
En caso que sea necesario pasar a dos niveles de presión se
deberá intentar por todos los medios conseguir una buena
sincronización inspiratoria y espiratoria disminuyendo las
fugas en la medida de lo posible e incluso eliminando del
circuito el humidificador de forma transitoria. En los
pacientes en PS con asincronía espiratoria se recomienda
incrementar el trigger espiratorio a valores superiores al 60%
para acortar el tiempo inspiratorio. A pesar de todas las
medidas sugeridas, en estos niños pequeños, según nuestra
experiencia, es difícil conseguir una adecuada sincronización
inspiratoria, por lo que en algunos casos es recomendable
pasar a un modo T pasar a una modalidad T o ventilación
mandatoria continua controlada por presión (PC-CM V)
dependiendo del respirador que se esté utilizando.
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En nuestra opinión y debido al coste adicional de la
modalidad NAVA, esta será una opción que se utilizará
como último escalón terapéutico.
7. Monitorización y vigilancia
L a monitorización consiste en la vigilancia de diferentes
parámetros del paciente (clínicos, analíticos, funcionales) y
del respirador, con el fin de constatar los objetivos deseados
y detectar precozmente los efectos adversos y complicaciones
de la técnica, aportando al clínico criterio para continuar,
retirar o modificar la terapéutica.
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El Vc objetivo es un parámetro difícil de valorar y poco
estudiado, fundamentalmente por la dificultad de medición
al existir fugas. Parece adecuado considerar que en
respiradores con tubuladura única, el Vc objetivo podría ser
de 6 – 10 ml/kg dependiendo de la interfase usada, mientras
que en trabajos recientes algunos autores obtienen un Vc de
6 ml/kg con un respirador no específico y de doble
tubuladura (Servo i). Cabe destacar que un estudio en
pacientes adultos señala que Vc superiores a 9,5 ml/kg en
pacientes hipoxémicos tratados con VNI mediante
respiradores convencionales con módulo de VNI se asocia a
fracaso de la técnica.
7.3. Pulsioximetría
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Es el estimador más rentable de la adecuada oxigenación del
paciente, y debe emplearse de forma sistemática y continua
en pacientes sometidos a VNI. Además, la pulsioximetría
permite el cálculo del cociente S/F que ha demostrado su
utilidad en el diagnóstico de SDRA en pacientes adultos
(ver caps. 11, 12 y 26). Este cociente puede ser calculado
repetidamente para aquellos pacientes con riesgo de
desarrollar un SDRA, evitando prolongar innecesariamente
la VNI y pasar precozmente a ventilación invasiva.
7.4. Capnometría
L a determinación de CO 2 mediante capnografía está poco
extendida en el momento actual como consecuencia de los
problemas de fiabilidad que presenta. L a capnometría
transcutánea convencional o auricular puede ofrecer unos
mejores resultados a la hora de evaluar la respuesta a la
técnica, especialmente en los fracasos tipo II.
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Figura 5. Algoritmo de monitorización de la ventilación no invasiva.
Fc: frecuencia cardiaca; Fr: frecuencia respiratoria; FIO2: fracción
inspirada de oxígeno; S/F: saturación de oxígeno/fracción inspirada
de oxígeno; Rx: radiografía de tórax; SDRA: síndrome de distrés
respiratorio agudo.
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por los autores. Se necesitarán probablemente algoritmos
diferenciados para los pacientes con patologías específicas
como bronquiolitis, VNI postextubación, etc.
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Figura 6. Algoritmo de análisis de fracaso de VNI en el fallo
respiratorio.
VM: ventilación mecánica, BLPAP: ventilación no invasiva con dos
niveles de presión, CPAP: presión de distensión continua; EAP:
edema agudo de pulmón; SDRA: síndrome de distrés respiratorio
agudo; S/F: saturación transcutánea de oxígeno/fracción inspirada
de oxígeno; Rx: radiografía de tórax; Fc: frecuencia cardiaca;
Fr: frecuencia respiratoria; h: hora (s).
En diferentes trabajos la hipoxemia aparece como variable
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independiente de fracaso, expresada de diferentes maneras:
diagnóstico de SDRA, F IO2 > 0,6, S/F < 200 a las 2 horas.
En la serie de 491 pacientes presentada en la tesis doctoral
del Dr. Pons, la edad < 6 meses y S/F a las 2 horas fueron
variables independientes de fracaso de la VNI. En un trabajo
multicéntrico, el S/F a 1 y 6 horas también fueron
reconocidas como variables predictoras. En adultos, además
del paciente con IRA tipo I o hipoxémico, un P/F bajo (<
175 a la hora de inicio de la VNI) y el diagnóstico de
SDRA, se ha demostrado el valor del pH como predictor de
fracaso, así como su utilidad para decidir si la VNI puede
aplicarse fuera de la UCI (pH > 7,25). Así pues, en
pacientes muy acidóticos o hipoxémicos puede ser más
aconsejable iniciar la ventilación mecánica invasiva y plantear
a posteriori una extubación precoz a VNI.
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En general, los pacientes con IRA tipo I con valores
superiores suelen responder bien solo con oxigenoterapia u
oxigenoterapia de alto flujo (OAF).
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literatura se puede extrapolar el valor de S/F que identifica el
SDRA grave (P/F = 100), y dicho valor es un S/F en torno a
150. Por tanto, con estos datos, el valor de S/F que puede
identificar un P/F de 150 estará comprendido muy
probablemente entre 150 y 200. Por lo que se debe
considerar que todo paciente que presente estos valores, y
particularmente un S/F inferior a 150, debe ser seguido de
forma estrecha y será obligatorio descartar la existencia de
contraindicación de VNI (SDRA con P/F < 150) mediante
realización de gasometría arterial, y en ese caso proceder a la
intubación. En caso de presentar dicho S/F y no ser un
SDRA y se decida iniciar VNI, se deberá valorar la respuesta
de esta terapia en un tiempo muy corto.
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hipoxia secundaria a hipoventilación o a un shunt
intrapulmonar. En este tipo de pacientes muchas veces se
encuentra que al inicio de la VNI la F IO2 puede ser superior
a 0,8 (lo que correspondería con un S/F < 120), pero a los
30 – 60 minutos, en un elevado porcentaje de los mismos,
se ha conseguido disminuir la F IO2 por debajo de 0,6 (S/F
> 160), al haber conseguido mejorar la ventilación y/o
disminuir el atrapamiento. En caso contrario debe valorarse
muy estrechamente la necesidad descartar otras patologías
asociadas (shunt extrapulmonar a través del foramen ovale
permeable, aumento del espacio muerto en bronquiolitis y
asma) con el fin de aplicar alguna medida terapéutica
complementaria (tos asistida en pacientes neuromusculares,
nebulización continua de broncodilatadores en pacientes
asmáticos, medidas anti hipertensión pulmonar) o pasar al
siguiente escalón de soporte ventilatorio, la ventilación
invasiva.
Por tanto, en los paciente con IRA tipo II, la variable S/F
puede ser útil para identificar groseramente los pacientes con
un riesgo superior de fracaso, pero deberán tenerse en cuenta
medidas indirectas del trabajo respiratorio, como la Fr y la
Fc a las 2 horas, valores superiores de IPAP o presión
media en la vía aérea, que también han demostrado ser
variables predictoras independientes de fracaso.
901
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mentoniana si las fugas son orales. Si no se puede resolver
con estas medidas, se valorará el cambio de interfase.
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Si hay problema de oxigenación se deberá valorar la
necesidad de mejorar el reclutamiento alveolar mediante el
aumento de EPAP, ajustando la F IO2 mínima necesaria para
conseguir una SpO2 del 93 – 97% . Asegurar que el
respirador cuenta con mezclador de oxígeno o añadirlo con
una pieza en T si no tuviera (máxima F IO2 en ese caso del
0,4 - 0,5).
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Figura 7. Algoritmo de análisis y solución de problemas durante la
ventilación no invasiva (VNI). Vc: volumen corriente; Ti: tiempo
inspiratorio; Fr: frecuencia respiratoria; FIO2: fracción inspirada de
oxígeno; PS: presión de soporte; PC: ventilación controlada por
presión; S/T: ventilación espontanea-temporizada.
Por último se deberá comprobar que de que se está
utilizando humidificación activa (especialmente importante
en lactantes y pacientes con drenaje inadecuado de
secreciones), que el paciente está en la postura que favorece
su mecánica respiratoria (semisentado en general) y que se
protegen los puntos de presión con apósitos.
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Figura 8. Algoritmo de análisis de asincronías durante la ventilación
no invasiva (VNI). IPAP: presión positiva inspiratoria; Ti: tiempo
inspiratorio; Fr: frecuencia respiratoria.
9. Complicaciones
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L a VNI no está exenta de inconvenientes. Dentro de los
más frecuentes es el mayor requerimiento de atención y
trabajo sobre el paciente para ajustar la interfase, minimizar
las fugas y así conseguir una buena adaptación al respirador.
Otro inconveniente, a veces difícil de salvar, es la carencia
del material adecuado, como respiradores específicos de
VNI, modelos de interfase etc., lo cual conduce a una tasa
de éxito menor y también en una pérdida de confianza en la
técnica. Finalmente, en el paciente pediátrico existen muchas
variables (edad, variedad de patología, etc.) que limitan su
uso a un número relativamente pequeño de pacientes con
insuficiencia respiratoria dificultando la adquisición de
experiencia para manejo de pacientes complejos.
9.1.1. Intolerancia
Suele ser causada por el incremento de flujo secundario a la
compensación de fugas. También puede ser debido a
alteraciones neurológicas secundarias a la hipercapnia-
hipoxemia o a la sensación de claustrofobia. El ajuste
adecuado de la interfase o el cambio a otro tipo de interfase
que sea más adecuado al perfil del paciente solucionarán la
mayor parte de las intolerancias. En pacientes angustiados
puede utilizarse durante las primeras horas sedación
intravenosa continua con midazolam o propofol a dosis
bajas.
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hace poco, la complicación más frecuente en los pacientes
que precisaban VNI de forma continua. L a prevención se
basa en la interposición de apósitos especiales antiescaras,
realizar períodos de descanso, la alternancia de dos modelos
de interfase diferente o el uso de una interfase tipo Adams
(apoyo directo sobre las fosas nasales) o facial total.
9.1.4. Hipercapnia
Interfases con espacio muerto estático grande (p.ej., facial
completa p. ej.) precisan de un flujo continuo suficiente para
evitar la reinhalación (espacio muerto dinámico). Por ello
debe emplearse un valor de EPAP entre 6 – 8 cmH 2O para
reducir la reinhalación (o asegurarse de emplear un flujo alto,
mayor de 30 L /m, en caso de administrarse CPAP mediante
H elmet). Se debe recordar que una EPAP por debajo de 4
cmH 2O no garantiza, en los circuitos con fuga controlada,
la eliminación del aire espirado pudiendo ser el causante de
la hipercapnia por reinhalación. Existen válvulas (válvula
Plateau de Respironics® ) que intercaladas en el circuito
tienen una mayor capacidad de eliminar CO 2 que el orificio
espiratorio normal. También la administración de un flujo
de gas cerca del orificio espiratorio genera turbulencias que
favorecen la eliminación de CO 2.
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9.2. Relacionadas con la presión en la vía
aérea
9.2.2. Asincronía
Presiones superiores a 20 cmH 2O pueden hacer que el
paciente inicie espiraciones activas antes del final de la
insuflación del respirador, circunstancia que favorece la
aparición de asincronías; también se puede producir cierre
glótico como resultado del reflejo inducido por la
hiperventilación.
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estén alimentados por sonda enteral se recomienda el débito
continuo. Aunque la sonda transpilórica no descarta la
posibilidad de reflujo puede ser útil.
9.2.5. Otras
Finalmente, es importante resaltar que seguramente la
complicación más grave asociada a la VNI es su uso en
pacientes con contraindicaciones para la misma, o la demora
en establecer una ventilación mecánica convencional en
aquellos pacientes en los que la VNI no está siendo efectiva
o les surge una contraindicación durante el tratamiento.
910
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Bibliografía
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Capítulo 20
Ventilación de alta frecuencia
F. Martinón Torres (1)
Maria José de Castro (1)
Vicent Modesto Alapont (2)
Amparo Villalba Pérez (2)
1 UCIP. Hospital Universitario Santiago de Compostela. España
915
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niño, con sus vórtices, sus remolinos y su dinánima no
lineal, es un potentísimo modo de lavar el aumento de
carbónico que esa PDC va a producir.
916
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pulmonar.
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Figura 1. Magnitudes fundamentales de todo movimiento oscilatorio
armónico simple (MOAS).
En el M OAS que se utiliza en la VAFO, al doble de la
Amplitud se le llama habitualmente Potencia o ∆P (leído
“delta” P y expresado en cmH 2O) y mide la intensidad en la
oscilación (gradiente entre máximo y mínimo) que se
produce en la presión de la vía aérea a ambos lados de la
PDC generada por el flujo basal (Fig. 2 y 3).
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Figura 2. Izquierda, esquema básico de un ventilador de alta
frecuencia oscilatoria. Consiste en un dispositivo que crea un flujo
laminar basal constante dirigido hacia la vía aérea del paciente,
generando a nivel alveolar una presión de distensión continua (PDC).
Sobre la tubuladura, un circuito eléctrico conectado a un pistón hace
oscilar rápidamente una membrana o diafragma. Derecha, la
membrana oscilante superpone un movimiento oscilatorio
armónico simple (MOAS) al flujo laminar de base, y lo torna
turbulento. PEEP: presión positiva al final de la espiración; MAP:
presión media en la vía aérea.
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Figura 3. Magnitudes fundamentales del MOAS generado por la
VAFO. PEEP: presión positiva al final de la espiración; MAP: presión
media en la vía aérea. ∆P: potencia de VAF, delta de presión o
incremento de presión.
También resulta importante el concepto de Resonancia.
Cualquier M OAS que se genera en la naturaleza induce en
las estructuras que entran en contacto con él (en el caso de la
VAFO el complejo tubuladuras-niño) una serie de ondas
secundarias denominadas Armónicos. L as frecuencias de esta
serie de armónicos de resonancia pueden calcularse mediante
el análisis matemático de Fourier, pero lo importante es
comprender que, aunque la frecuencia del M OAS original (4
a 15 H z) no pueda ser percibida por nuestra vista o nuestro
tacto, algunas de estas ondas de resonancia que oscilan a una
frecuencia mucho menor sí son perceptibles para nuestros
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sentidos. Por eso se ve moverse (vibración, ver
posteriormente) a los pacientes conectados a un ventilador de
VAFO (Fig. 4).
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Figura 4. Fenómeno de resonancia. Las diferentes frecuencias de los
armónicos de resonancia asociados al movimiento oscilatorio
armónico simple (MOAS), pueden calcularse mediante una técnica
matemática denominada análisis de Fourier.
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dentro de un continente que se está moviendo (en este caso
vibrando con un movimiento ondulatorio). Cuanto más
hinchados estén, mejor será la oxigenación. Cuanto más se
mueva el continente (resonancia), mayor lavado de carbónico
se producirá (Figs. 5 y 6).
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Figura 6. Amortiguamiento de la oscilación de la presión en
ventilación de alta frecuencia oscilatoria (VAFO). La única presión
que se mantiene indefinidamente es la presión media en la vía aérea
(MAP). Como puede observarse, en más de la mitad de la duración
de cada ciclo (ya que suele usarse un porcentaje del tiempo
inspiratorio del 33% del ciclo), cuando la membrana se retira hacia
925
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detrás el flujo es de “succión” hacia el respirador. Algunos autores
denominan a este fenómeno produce “una espiración activa en
VAFO”(sic), aunque claramente en VAFO no existe espiración. TET:
tubo endotraqueal.
MAP: presión media vía aérea; PIP: presión pico; Ti: tiempo
inspiratorio; Te: tiempo espiratorio.
Siendo (PIP – PEEP) el gradiente entre las presiones
máxima y mínima del sistema a nivel alveolar y PEEP la
presión de distensión continua.
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MAP: presión media vía aérea; PDC: presión de distensión continua;
Ti: tiempo inspiratorio; Te: tiempo espiratorio.
Es decir, en VAFO la M AP corresponde a la PEEP de la
VM C, a la PDC que genera el flujo basal. Y ello tiene un
valor fisiológico: la M AP de VAFO corresponde en la
espirometría al volumen de la capacidad residual funcional.
El mecanismo mediante el cual la M AP de la VAFO
oxigena al paciente es el mismo por el cual la PEEP
oxigena al paciente en VM C.
El i mi na ci ón de CO2 = VE = VC × Fr
CO2: dióxido de carbono; VE: volumen minuto; VC: volumen
corriente; Fr: frecuencia respiratoria.
Sin embargo, en VAFO esta fórmula no funciona. Como ya
se ha dicho, la característica principal de la VAFO consiste
en que se movilizan volúmenes de gas inferiores al espacio
muerto anatómico. Para que dichos volúmenes sean efectivos
lavando carbónico, deben ser superior al volumen del espacio
muerto sumado al volumen corriente.
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forman parte de la fórmula clásica del volumen minuto, se
ha encontrado que el modelo que mejor se ajusta en VAFO a
la eliminación de carbónico es:
928
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con lo que desde allí hasta el nivel alveolar la vía aérea se
encuentra sometida sólo a una PDC casi constante. Es
decir, que casi todo el volumen de aire oscilado se está
moviendo por el interior de las tubuladuras, en forma de
flujo turbulento. Son estos remolinos y vórtices no lineales
los responsables de lavar el carbónico y han sido generados
por el M OAS y por sus armónicos de resonancia (Fig. 7). Si
aparece bruscamente un aumento de la resistencia del
sistema (por ejemplo, en el caso de secreciones que ocluyen
la luz), la presión alcanzará rápidamente los límites pautados
del ∆ P y el sistema incrementará la fuga de aire para
mantener la presión dentro de esos límites durante todo el
ciclo. Ello resultará finalmente en una disminución de la
“resonancia”: sólo se generá el M OAS basal, prácticamente
sin armónicos de resonancia, el paciente dejará de moverse
(la vibración ya no se podrá apreciar a nivel umbilical o en
raíz de miembros inferiores) y, lo más importante, desde el
punto de vista clínico disminuirá de forma abrupta el lavado
de carbónico, con la consiguiente hipercapnia.
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Figura 7. Mecanismos de lavado de carbónico. La oxigenación, sin
embargo, se produce porque a nivel alveolar, al mantenerse una
presión de distensión continua se disminuye el shunt. MAP: presión
media en la vía aérea.
2. Mecánica de funcionamiento
L as variables que se controlan de manera directa, a través de
un mando específico, en el modo VAFO son: el flujo de gas
basal, la frecuencia oscilatoria, la potencia (∆ P) o amplitud,
la M AP, el “porcentaje del tiempo inspiratorio” y la fracción
inspirada de oxígeno (F IO2) (Fig. 8).
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Figura 8. Variables controladas durante la ventilación de alta
frecuencia oscilatoria. A mayor amplitud mayor es el volumen (V) de
gas oscilado. Cuando la membrana se aleja del paciente y el aire
vuelve hacia el pistón, la presión en la vía aérea puede hacerse
negativa. MAP: presión media en la vía aérea.
L a frecuencia de la oscilación se pauta en H ertzios. No se
recomienda una frecuencia menor de 3 H z, porque, cuando
los ciclos se hacen tan largos, la profundidad de la caída de
la presión puede transmitirse a la vía aérea del paciente, y
esta circunstancia fuerza a la atelectasia aumentando el riesgo
de volutrauma (atelectrauma). L a VAFO sólo requiere de
forma excepcional la disminución de la frecuencia para
manejar una hipercapnia, aumentando el volumen oscilado y
mejorando el lavado de CO 2. En general, antes de reducir la
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frecuencia para reducir la presión parcial de carbónico
(P CO2), habrá que asegurarse, en este orden, de que otros
ajustes han fracasado:
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necesidades de F IO2 elevadas se aumentará la M AP.
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3. Indicaciones
El uso actual más habitual de la VAFO sigue siendo “de
rescate”, ante el fracaso de la VM C aplicada con estrategias
de protección pulmonar. El problema es que no están bien
definidos los criterios de “fracaso” de la ventilación
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convencional. Tradicionalmente, en pediatría se han
utilizado los siguientes criterios para plantearse la opción de
utilizar VAFO:
4. Contraindicaciones
No existen contraindicaciones específicas de la VAFO. L as
principales situaciones que pueden dificultar la aplicación de
la técnica o disminuir la probabilidad de respuesta son las
de aumento de las resistencias en la vía aérea (por ejemplo,
status asmático), ya que teóricamente en situaciones de
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constante de tiempo muy larga, se minimiza el volumen de
aire oscilado (los límites del ∆ P se alcanzan muy pronto y
se produce mayor fuga de gas que no contribuye al lavado de
CO 2), y el uso de PDC tan altas aumenta el volumen de aire
que queda atrapado en el pulmón.
5. Ventajas
Es un modo de reclutamiento y protección
pulmonar sencillo, segura y eficaz.
L a oxigenación y la ventilación pueden ser
manejadas de modo casi independiente.
Cuando se está acostumbrado, su uso es más
simple que la ventilación convencional, por lo
que es más probable una aplicación correcta.
L a VAFO es compatible con la utilización de
otras terapias respiratorias como el óxido
nítrico, el héliox, la ventilación en prono, la
insuflación traqueal y la ventilación líquida
parcial.
6. Desventajas y limitaciones
L a principal complicación de la VAFO es la
sobredistensión y la fuga aérea.
Es una técnica poco confortable para el
paciente, por lo que requiere sedación
profunda y, habitualmente, relajación.
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L a oscilación interfiere con la evaluación
clínica habitual del tórax.
No permite la administración de medicación
nebulizada.
No permite la realización de capnografía.
L a VAFO no elimina el riesgo del daño
pulmonar agudo y, como toda técnica, tiene
una morbilidad asociada a la capacitación
especifica del equipo asistencial y su curva de
aprendizaje.
7. Material
L a Tabla II resume las características de los respiradores de
VAFO disponibles para niños.
8. Técnica general
Se detallan a continuación los detalles de preparación,
programación y manejo de la VAFO, estableciendo por
defecto que el dispositivo utilizado es el Sensormedics® . Se
aportarán variantes específicas para otros modelos.
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calibraciones. Si no se pasan, la mayoría de
las veces se debe al montaje incorrecto del
circuito o a la existencia de fugas.
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Con ello se evitan las interferencias de la
respiración espontánea durante el
reclutamiento inicial.
Se asegurará una vía aérea permeable. Se
recomienda la utilización de sistemas de
aspiración cerrados.
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Flujo de base inicial: para pacientes hasta 20
kg de peso: 20 L /m, entre 20 – 50 kg: 30
L /m, por encima de los 50 kg: > 30 L /m.
Frecuencia: según peso del paciente:
2 a 12 kg: 10 H z
13 a 20 kg: 8 H z
21 a 30 kg: 7 H z
> 30 kg: 6 H z
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8.5.1. Cambios en la oxigenación
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pacientes y en el mismo paciente durante el
curso de su enfermedad.
Se debe programar la
frecuencia más elevada que
consiga el objetivo
ventilatorio, recordando que, a
mayor frecuencia, menor
volumen de gas oscilado, pero
más potencial de protección
pulmonar (menor transmisión
de la amplitud del ∆ P). Para
ello, una vez iniciada la
VAFO y optimizada la
amplitud, se aumentará la
frecuencia (en intervalos de
0,5 – 1 H z cada 60 – 90
minutos), mientras la P CO2
se mantenga dentro de los
límites objetivo para el
paciente. Con ello se
conseguirá mejorar la
protección pulmonar.
Una vez ajustada la frecuencia
óptima, se debe mantener
constante.
En el caso de hipercapnia
persistente, a pesar de una
amplitud máxima, tras revisar
la situación clínica del
paciente (secreciones,
volumen pulmonar) y los
demás parámetros de VAFO
(en especial la M AP), puede
ser útil disminuir la
frecuencia en intervalos de 0,5
– 1 H z, siendo esta maniobra
942
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habitualmente excepcional.
8.5.4. Flujo
Sólo suele ser necesario incrementarlo en casos en que se
precise un aumento de la PM WA; es decir, cuando los
mandos de regulación de la M AP ya están en el máximo o
en situaciones de hipercapnia refractaria. Se modificará en
incrementos de 5 L /m (por ejemplo, cada 15 – 30 min). Es
preciso tener en cuenta que, si se aumenta el flujo, se debe
reajustar simultáneamente la M AP.
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8.6. Criterios y modo de retirada de la
VAFO
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8.6.1. Criterios clínicos
El paciente está preparado para la retirada de la VAFO
cuando, durante la aspiración o desconexión transitorias, no
se producen desaturaciones significativas ni mantenidas (>
10 min). L a evolución clínica de la patología que originó la
indicación de la VAFO también es un buen indicador.
8.6.4. Extubación
Aunque poco utilizado en la práctica, también es posible
prolongar la VAFO y extubar al paciente o pasarlo
directamente a ventilación soportada o a ventilación no
invasiva.
9. Monitorización y controles
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9.1. Monitorización hemodinámica
Igual a la del paciente con ventilación mecánica
convencional (frecuencia cardiaca, tensión arterial, presión
venosa central).
9.2.1. Pulsioximetría
En general, no se altera por la VAFO, aunque la fiabilidad
varía según el tipo de pulsioxímetro y el tamaño del
paciente. En los niños pequeños, la vibración que produce la
VAFO puede dar lugar a interferencias y lecturas erróneas.
Se considera aceptable mantener la saturación alrededor del
95% .
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9.2.3. Radiografía de tórax
Debe realizarse siempre con el oscilador funcionando y con
cuidado de evitar la desconexión accidental. L a primera
radiografía se recomienda una hora después del inicio de la
VAFO, para valorar si el volumen pulmonar es adecuado
(nivel diafragmático en 8ª – 9ª costilla posterior).
Posteriormente, debe repetirse según el estado del paciente y
siempre que se sospeche bien un exceso o un defecto de
volumen pulmonar, bien cualquier complicación.
9.3. Vibración
Es el parámetro más importante en el control
clínico inicial y evolutivo de la ventilación
alveolar, siendo más sensible que la
auscultación en la detección precoz de
complicaciones.
L a vibración debe llegar al ombligo en el
lactante y hasta la raíz de los miembros
inferiores o mitad del muslo en los niños
mayores y adultos.
Si la vibración disminuye sin haber cambiado
la programación del aparato, lo primero que
debe pensarse es que el paciente necesita ser
aspirado.
Si con una aspiración adecuada no se
normaliza la vibración, se debe realizar un
control radiológico.
El aumento de la vibración, sin modificación
previa en los parámetros, puede indicar
indirectamente una mejoría en la
distensibilidad pulmonar, por lo que habrá
que valorar un reajuste a la baja de los
parámetros ventilatorios. Con ello se evita un
947
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lavado excesivo de carbónico que pudiera
alterar el flujo sanguíneo cerebral.
9.4. Auscultación
L as características de la auscultación durante la VAFO son
distintas a la VM convencional:
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Antes de iniciar la VAFO, el paciente debe
ser aspirado.
Después, se aspirará sólo cuando sea necesario
para evitar el desrreclutamiento pulmonar, en
especial durante las primeras 24 – 48 horas.
L a efectividad de la VAFO para eliminar el
carbónico es extremadamente sensible al
acúmulo de secreciones. Por tanto, el paciente
debe ser aspirado siempre que disminuya la
vibración, se vean secreciones en el tubo,
aumente el nivel de PaCO2 o caiga sin otra
explicación la SpO2.
L a aspiración se realizará preferiblemente a
través de un sistema cerrado de succión, sin
desconectar al paciente del ventilador y
aumentando de forma transitoria la M AP 1 –
2 cm H 2O y la F IO2 al 100% . Es importante
que el adaptador del sistema cerrado de
aspiración no sea de menor calibre que la
conexión del tubo endotraqueal, de modo que
se evite la amortiguación de la amplitud.
949
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facilitar la adaptación.
L a relajación neuromuscular es recomendable
durante la conexión inicial y las maniobras de
reclutamiento e imprescindible en patologías
específicas, como los escapes aéreos o las
resistencias aumentadas de la vía aérea. L a
retirada de la relajación neuromuscular se
ajustará a la tolerancia del paciente y la
experiencia del equipo.
10.1.1. Prevención
Debe tenerse especial cuidado a la hora de manipular al
pacientes y emplearse un sistema de aspiración cerrado.
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reclutamiento pulmonar.
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10.2. Hipercapnia refractaria
L a VAFO tiene una gran capacidad ventilatoria, por lo que
la retención de carbónico no suele ser un problema. De
todos modos, si persiste la hipercapnia (PaCO2 > 80 – 90
mmH g con un pH < 7,20) tras aplicar la máxima amplitud
con la frecuencia oscilatoria inicial, se debe:
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Idealmente, se ajustará la
M AP por debajo de la presión
de fuga. Esta presión se
determina mediante
ventilación manual con bolsa
autoinflable y un manómetro,
siendo la presión a partir de la
cual aparecen burbujas en el
drenaje torácico. Si la presión
de fuga es menor de 15
cmH 2O, es posible que esta
M AP sea insuficiente para
mantener una oxigenación
adecuada con VAFO. En ese
caso, debe ajustarse la M AP
para obtener una oxigenación
adecuada (P/F > 175) y dejar
el drenaje burbujear. L a fístula
broncopleural se cierra antes
en VAFO que en VM C.
Cuando se tenga una F IO2 <
0,6, se priorizará el descenso
de M AP al descenso de la
F IO2. L a M AP necesaria
inicialmente para reexpandir el
pulmón tras un escape aéreo
puede ser elevada, por lo que
primero se intentará el
reclutamiento pulmonar para
después bajar cuanto antes la
M AP. Así se protegerá al
pulmón de la sobredistensión
y se evitarán nuevas fugas.
Frecuencia inicial: 2 H z por debajo de la
correspondiente para su peso.
Amplitud: la mínima que garantice un pH ≥
953
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7,20 (hipercapnia permisiva).
Relajación neuromuscular.
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Figura 9. Cuadro de mandos del ventilador Sensormedics 3100A,
esquema del circuito, y conexión de óxido nítrico (NO).
955
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El heliox se introducirá a través de la entrada
de aire a presión del ventilador.
Se calentará adecuadamente el gas, con lo que
se evita la inducción de hipotermia,
especialmente en los pacientes más pequeños.
Si se utiliza helio puro, se controlará la F IO2
entregada,evitando así la administración de
una mezcla hipóxica.
956
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Bibliografía
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Capítulo 21
Ventilación mecánica neonatal
Isabel Benavente Fernández (1)
Marta Costa Romero (2)
José Maria Garrido Pedraz (3)
Laura Mantecón Fernández (2)
Marta Aguar Carrascosa (4)
Grupo de Surfactante y Patología Respiratoria (RESPISURF) (5)
1 Unidad de Neonatología. Hospital Universitario Puerta del mar.
Cádiz. España
2 Unidad de Neonatología. Hospital Universitario Central. Asturias.
España
3 Unidad de Neonatología. Complejo Asistencial Universitario.
Salamanca. España
4 UCIP. Hospital Universitario y Politécnico “La Fe”. Valencia.
España
5
Sociedad Española de Neonatología. España
1. Introducción
El éxito de la ventilación mecánica (VM ), pasa por entender
la mecánica pulmonar, los modos ventilatorios, conocer los
respiradores que se utilizan y las estrategias que se deben
adoptar en función de la fisiopatología de cada proceso. En
el caso de la ventilación neonatal se debe tener en cuenta las
peculiaridades de esta población y cómo afectan a la
mecánica pulmonar.
960
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prematuro con dificultad respiratoria desde el conocimiento
de la fase de desarrollo pulmonar concreta en función de su
edad gestacional al nacer, de si se realizó una correcta
maduración pulmonar, de los cambios que se producen en la
complianza en función de la administración de surfactante
entre otros muchos factores, sin olvidar la vulnerabilidad
neurológica de estos pacientes que puede condicionar
secuelas neurológicas a largo plazo.
961
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Una vez que se sabe que el volumen tidal (V C) es una
prioridad a la hora de ventilar al neonato en base a estos
estudios, surge la pregunta de cómo hacerlo.
962
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En otros capítulos del libro se habla de ventilación
controlada por volumen frente a ventilación controlada por
presión (ver caps. 1, 6, 7 y 8).
963
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por volumen en el neonato siempre que se sepa si nuestro
respirador compensa fugas, volumen compresible (o tiene
sensor proximo al paciente) y es capaz de administrar V C
pequeños con una buena sensibilidad inspiratoria. H ay
patología pulmonar neonatal que puede verse beneficiada de
una estrategia que incluya elegir esta entrega de flujo.
964
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muy importante tener en cuenta el V C, ya que se recomienda
pautar un V C de 5 – 6 ml/kg (en niños con displasia
broncopulmonar puede ser necesario un V C de 8 – 10
ml/kg) y mantenerlo. El respirador irá ajustando la PIP
administrada, de tal manera que se podrá proceder a la
extubación cuando la PIP sólo suponga la necesaria para
paliar el trabajo respiratorio impuesto por el TET y las
tubuladuras.
965
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autores) son:
www.neonatologytoday.net/Articles/NAVA-
S/1.html
www.neonatologytoday.net/Articles/NAVA-
S/2.html
www.neonatologytoday.net/Articles/NAVA-
S/3.html
www.neonatologytoday.net/Articles/NAVAS/4.html
www.neonatologytoday.net/Articles/NAVA-
S/5.html
2.1.1. Definición
Cuadro de insuficiencia respiratoria que comienza al
nacimiento o próximo a él, secundario principalmente, pero
no de forma exclusiva, al déficit de surfactante. Se trata del
problema más prevalente en el ámbito de la neonatología, si
bien se observa una disminución en su incidencia en los
últimos años dadas las mejoras en el tratamiento obstétrico y
en la asistencia al parto en recién nacidos de edades
gestacionales extremas.
966
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2.1.2. Fisiopatología
En el desarrollo de SDR participan varios factores si bien el
déficit de surfactante es el más importante. M ecánicamente
se traduce por un aumento en la tensión superficial alveolar
que favorece el colapso al final de la espiración y el
desarrollo de atelectasias, hipoventilacion y sobredistensión
de zonas menos afectadas y, por tanto, más ventiladas.
Debido a que la presión de apertura de cada alveolo es
directamente proporcional al doble de la tensión superficial e
inversamente proporcional al radio de la misma (ley de
L aPlace), cuanto menor sea la cantidad de surfactante y
menor sea el reclutamiento alveolar, mayor será la presión
necesaria para abrir ese alveolo.
2.1.3.1. Modo
967
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Se debe elegir un modo sincronizado que permita al niño
iniciar la ventilación cuando desee. Estudios recientes
demuestran que el recién nacido, y especialmente en el
pretérmino, está más cómodo y mejor acoplado si es
ventilado con modos que soporten cada inspiración. El V C
se mantiene más estable, existe menos hipoxemia, menos
taquipnea y la duración de la VM es menor. L os modos,
por tanto más recomendados serán aquellos que tengan
secuencias ventilatorias mandatorias continuas (CM V o
VM C) o mandatorias intermitentes (IM V o VM I) con
presión de soporte asociada a las ventilaciones secundarias.
968
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Tabla I. Resumen de programación.
2.1.3.3. PEEP
Dado que una parte fundamental en el desarrollo del SDR es
el colapso alveolar, una de las estrategias básicas
recomendadas es el reclutamiento pulmonar (open lung strategy).
L as últimas guías europeas de consenso recomiendan
utilizar valores de PEEP apropiados para cada paciente y
situación, que en ningún caso serán menores de 5 cmH 2O.
L a elección de la PEEP óptima se apoyará en las variaciones
de la saturación transcutánea de oxígeno (SpO2), de la
ventilación y del sistema hemodinámico con cada aumento
de presión, por tanto, dicha PEEP óptima será
individualizada. No obstante, no suelen ser necesarias
presiones por encima de 8 - 10 cmH 2O.
969
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2.1.3.4. Constante de tiempo-tiempo inspiratorio-frecuencia
Debido a la afectación de la complianza, la constante de
tiempo es reducida (entre 0,05 – 0,1 s). Se recomienda, por
tanto, tiempos inspiratorio y espiratorio breves (pero nunca
inferior a 3 – 5 constantes de tiempo) con frecuencia
respiratoria (Fr) alta (≥ 50 rpm).
2.1.3.6. F IO2
En 2005 se desarrollaron simultáneamente varios ensayos
clínicos internacionales, aleatorizados, multicéntricos,
denominados SUPPORT (Estados Unidos), B OOST II
(realizado en Reino Unido, Australia, nueva Zelanda) y
COT (Canada) que trataron de definir el rango de SpO2
970
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segura en los RNPT comparando para ello niños con
saturación entre 85 – 89% y 91 - 95% . El metaanalisis
realizado con los resultados de estos trabajos (estudio
NeOProM ) fue publicado por Saugstad en 2014. Ante el
hallazgo de un mayor riesgo de muerte antes del alta y de
desarrollar enterocolitis necrotizante en el grupo de SpO2
bajas, los autores concluyen que el objetivo de SpO2 de los
RNPT menores de 28 semanas y hasta 36 semanas debe ser
90 – 95% , si bien reconocen que existen aun puntos sin
esclarecer. Otros estudios posteriores avalan estas
conclusiones.
2.1.3.7. Destete
El destete será lo más precoz posible tras haber logrado la
estabilidad clínica y los objetivos gasométricos deseados. El
primer parámetro que se descenderá será el potencialmente
más nocivo. En caso de RNPT, gracias a los avances en
ventilación mecánica no invasiva (VNI), se aboga por un
descenso de la asistencia respiratoria agresivo, extubando a
VNI desde una presión media en la vía aérea (M AP) de 6 –
7 cmH 2O y F IO2 menor del 30% . En ventilación controlada
por volumen o ventilación controlada por presión con
esquema de control adaptativo, el destete lo hace el propio
paciente, así, a medida que mejoran las condiciones del
niño, éste necesitará menos ayuda (PIP) para introducir el
V C necesario.
971
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exógeno es el tratamiento de elección del
SDR, ya que ha demostrado mejorar las
complicaciones pulmonares (fuga aérea,
DB P), persistencia de ductos arterioso
(PDA), H IV y la mortalidad (Soll R.
Cochrane Database of Systematic Reviews
2009). No obstante, la mejoría de la
asistencia obstétrica y del manejo en paritorio
con la aplicación de VNI desde el
nacimiento permite que el manejo de los
niños prematuros pueda llevarse a cabo sin
VM ni surfactante, de manera que su
administración será siempre individualizada.
Para su administración se puede valorar el
uso de técnicas poco invasivas que eviten la
conexión a VM como INSURE que precisa
de intubación endotraqueal y ventilación con
bolsa o bien L ISA (less invasive surfactante
administration) que permite administrar el
surfactante a través de una sonda nasogastrica
o catéter vascular mientras el paciente respira
espontáneamente con VNI.
Ventilación no invasiva. L a aplicación
terapéutica precoz de presión positiva
continua (CPAP), NIPPV (ventilación con
presión positiva intermitente nasal) o
SNIPPV (ventilación con presión positiva
intermitente sincronizada nasal) al
nacimiento reduce la inactivación del
surfactante residual del pulmón de estos
niños, disminuyendo la probabilidad de SDR
y su gravedad. De esta forma se consigue
limitar el tratamiento con surfactante y la
VM , reservando ambos tratamientos a los
cuadros más graves o a niños que precisan
intubación al nacimiento.
972
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L as pautas europeas de consenso de 2013
recomiendan una presión mínima de 5 – 6
cmH 2O, con variaciones según la situación
clínica y gasométrica del paciente. En caso
de apneas, agotamiento, dificultad
respiratoria progresiva o insuficiencia
respiratoria refractaria a optimización de la
VNI, la ventilación mecánica invasiva está
indicada.
Ventilación de alta frecuencia (VAF). Una
revisión Cochrane (2015) no encuentra
diferencias significativas en la mortalidad
entre pacientes ventilados con VM
convencional frente a aquellos en los que se
usa VAF de rescate y, en cambio si muestra
un aumento de efectos adversos de esta
última como hemorragias intraventriculares.
Asi, la evidencia disponible en este momento
no apoya el uso de VAF de rescate en
RNPT.
973
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En el año 2000 se realizó una reunión de consenso donde se
definieron los grados de gravedad de DB P. En los casos de
DB P grado 2 o moderada, en los últimos años se propone
asociar una definición fisiológica basada en el resultado del
test de reducción de oxígeno (Tabla III).
974
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L a asistencia respiratoria en casos de DB P debe restringirse
a casos en que sea imposible mantener un adecuado
intercambio gaseoso con VNI. Dada la gran variabilidad en
la función pulmonar (complianza y resistencia), es necesario
realizar modificaciones frecuentes de los parámetros
pautados. Por este motivo es fundamental el uso de modos
sincronizados, con control de volumen (VC-CM V) o
controlando la presión con esquema de control adaptativo
(PC-CM Va), para intentar conseguir mantener un V C
estable, y la presión de soporte. Se recomienda, además, usar
975
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estrategias de protección pulmonar. Se intentará extubar al
paciente cuando se mantenga un adecuado intercambio
gaseoso con PIP entre 15 y 18 cmH 2O y F IO2 menor de
0,4.
976
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2.4. Enfisema interticial pulmonar (EIP)
Se produce por la fuga de aire a través del epitelio pulmonar
dañado que se distribuye localmente disecando el tejido
conectivo que envuelve las vías aéreas. Si la situación clínica
persiste o progresa, el aire diseca el espacio peribronquial o
perivascular desplazándose y ocasionando la aparición de aire
ectópico en forma de neumotórax, neumomediastino,
neumoperitoneo y/o enfisema subcutáneo.
977
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Reducir asistencia (PIP, PEEP,
M AP) al mínimo que permita
mantener un adecuado
intercambio gaseoso.
Ventilar acorde al descenso de
distensibilidad: tiempos
inspiratorios cortos y frecuencias
altas.
Si es unilateral: intubación
selectiva del pulmón sano,
posicionar al niño en decúbito
lateral sobre el lado afecto.
Ventilación de alta frecuencia: es la única
indicación electiva en neonatología en el
momento actual. Permite ventilar al paciente
con menor PIP y M AP y permite una
resolución más rápida del EIP. Trabajos
clásicos demuestran que este modo mejora el
intercambio gaseoso y desciende la
mortalidad. En la Tabla IV se puede ver un
resumen de programación de VAF.
978
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3. Estrategias de ventilación mecánica en
recién nacidos con insuficiencia respiratoria
secundaria a SAM, HDC e HPPN (Tabla
V)
979
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El meconio puede obstruir parcialmente la vía aérea y
provocar un fenómeno de válvula que ocasiona atrapamiento
de aire, distensión de la vía aérea y aumento del riesgo de
neumotórax (ver Fig. 5 del cap. 28). L a neumonitis química
resulta de la toxicidad directa del meconio y de la liberación
de mediadores de inflamación. El surfactante es inactivado
directamente por el meconio y por los mediadores de
inflamación lo que predispone a las atelectasias. Todo esto
ocasiona un disbalance entre la relación
ventilación/perfusión (V/Q) que produce hipoxemia,
hipercapnia y acidosis. Esto, unido a la remodelación
vascular pulmonar antenatal que suele ocurrir intraútero,
debido a hipoxemia crónica, a su vez conlleva a una
vasoconstricción pulmonar secundaria a la hipoxia e
hipertensión pulmonar (Fig. 1).
980
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Figura 1. Fisiopatología de síndrome de aspiración de meconio
(SAM). V/Q: relación ventilación perfusión.
El manejo del recién nacido con SAM es un reto debido a la
dificultad para ventilar zonas con atelectasias y zonas con
sobreinsuflación. L a estrategia ventilatoria convencional en
los casos de SAM , se basa principalmente en la
fisiopatología pulmonar. Niños con hipoxia (P O2 < 50
mmH g), sin evidencia de shunt derecha-izquierda a través
del ductus o a nivel auricular, posiblemente tengan un
disbalance V/Q y shunt intrapulmonar por sangre que pasa
de zonas poco o nada ventiladas del pulmón. Si presentan
hipoxemia, hipercapnia y acidosis (pH < 7,25), con F IO2 >
0,8 son candidatos a la ventilación mecánica. En los recién
nacidos con SAM sin hipertensión pulmonar asociada, la
estrategia irá encaminada a mantener un pH entre 7,3 – 7,4
981
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con P aO2 entre 60 – 80 mmH g y una P aCO2 de 40 – 50
mmH g.
982
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la relación V/Q, puede mejorar aumentando la concentración
de oxígeno inhalado y es preferible aumentar la F IO2 antes
que las presiones del ventilador. L a preocupación por los
efectos secundarios de la hiperoxia es menor en estos
pacientes ya que, la mayoría de los neonatos con SAM , son
a término o postérmino.
3.1.1. Surfactante
L a administración de surfactante pulmonar, según la
revisión Cochrane (2016), puede disminuir la gravedad de la
enfermedad respiratoria, disminuir la progresión de la
misma y por tanto la necesidad de ECM O en estos
pacientes. Si bien la eficacia es relativa comparada con otras
estrategias o en conjunto con otros enfoques de tratamiento,
como pueden ser el empleo de óxido nítrico, el lavado
broncoalveolar con surfactante, la ventilación líquida o la
ventilación no invasiva y se necesitan más estudios para
demostrar su evidencia.
983
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3.1.2. Ventilación de alta frecuencia
Aquellos pacientes cuyo SAM se caracterice por lesión
pulmonar difusa, sin hipertensión pulmonar o siendo esta
leve y con mínimo componente obstructivo, podrían
beneficiarse de VAF (y/o de optimización de VM
convencional con aumento de PEEP). Pueden ser necesarias
frecuencias bajas y M AP alta para reducir el atrapamiento
aéreo.
984
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L a fisiopatología del disbalance en el intercambio de
oxígeno en la H DC resulta de la hipoplasia pulmonar que
conlleva una disminución de la superficie aérea para
transferencia de gases y se complica por la hipertensión
pulmonar. Actualmente se aboga por estabilizar estabilizar al
recién nacido, tanto la función cardiopulmonar como los
trastornos hidroelectrolíticos o hematológicos y retrasar la
reparación quirúrgica de la hernia.
985
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empleo de iNO para tratar la H PPN, aunque no ha podido
demostrarse su beneficio en cuanto a la mejora del
pronóstico.
H ipoxemia.
Asfixia.
Sepsis.
Síndrome de aspiración meconial.
H ipoplasia pulmonar.
986
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H ernia diafragmática congénita.
Anitiinflamatorios no esteroideos maternos
que inhiban la síntesis de prostaglandinas y
cierren el ductus.
H PPN primaria.
987
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mecánica y permitir una hipoxia leve y/o hipercapnia para
intentar disminuir la injuria pulmonar. Con este tipo de
estrategia se pretende mantener una F IO2 que consiga una
P aO2 entre 50 – 70 mmH g y una P aCO2 de hasta 60
mmH g.
988
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4. Ventilación y desarrollo neurológico
989
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periodo de gran vulnerabilidad neurológica. A partir de las
36 semanas se inicia la mielinización, que no se completará
hasta los 2 – 3 años.
990
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repercusión de los parámetros de ventilación mecánica sobre el
sistema cardiovascular
Esto es importante ya que una de las alteraciones
fisiopatológicas más importantes es la alteración en el flujo
sanguíneo cerebral (FSC) (relacionado tanto con el proceso
respiratorio como con las intervenciones terapéuticas) y la
pérdida de autorregulación de éste haciéndolo dependiente de
la presión arterial.
991
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mecánica sincronizada.
Optimizar la estrategia ventilatoria para
conseguir disminuir el trabajo respiratorio.
Puede ser necesaria sedación.
4.1.3. Oxígeno
El FSC aumenta cuando disminuye la P aO2 en recién
nacidos. L a P aO2 depende de la concentración de
hemoglobina (H b), de la afinidad de ésta por el oxígeno y
de la presión parcial de oxígeno.
992
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vías de generación de radicales libres
aminoácidos excitotóxicos y óxido nítrico.
Esta cascada molecular aumenta la expresión
de genes proapoptóticos originando muerte
neuronal.
A nivel de FSC, la hipoxia da lugar a
vasodilatación en el lecho cerebrovascular,
excepto en caso de hipotensión añadida,
circunstancia en que dicha respuesta puede
estar alterada.
Saturaciones transcutáneas de oxígeno por
debajo del 90% se han visto relacionadas con
aumento de mortalidad , si bien es un punto
en continua controversia.
Hiperoxia. L a hiperoxia provoca una caída en
el FSC en pretérminos a través de
vasoconstricción cerebral. Se ha podido
comprobrar que aquellos pretérminos
reanimados en paritorio con F IO2 mayor o
similar al 80% presentan una reducción del
25% de la velocidad de FSC frente a aquellos
reanimados con aire ambiente.
Aquellos pacientes con SpO2 por encima de
95% parecen presentar mayor riesgo de
retinopatía del prematuro y peor pronóstico
respiratorio.
Para evitar los efectos deletéreos de la hipo e
hiperoxia se sugieren, en la actualidad,
objetivos de saturación de 90 – 95% .
993
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secundaria a las alteraciones del FSC que
genera la hipocapnia. L a isquemia cerebral
secundaria a hipocapnia parece deberse al
efecto del pH y la P aCO2 sobre el lecho
vascular que genera vasoconstricción. Tanto
la gravedad como la duración de la
hipocapnia se han relacionado con lesión de
sustancia blanca y la parálisis cerebral.
Se postula que a nivel celular la hipocapnia
podría actuar a través de una menor
inhibición de los receptores NM DA (N-
metil-D-aspartato) lo que provoca un
aumento de las necesidades metabólicas
neuronales.
Esta hiperexcitabilidad neuronal parece
deberse a la alcalosis respiratoria secundaria y
provoca mayor riesgo de convulsiones y
lesión neuronal. Al generarse mayor afinidad
de la H b por el oxígeno también existe una
menor entrega de oxígeno tisular.
Recién nacidos a término con hipertensión
pulmonar sometidos a hiperventilación
presentan mayor riesgo de sordera
neurosensorial.
Hipercapnia. L a respuesta cerebrovascular a la
hipercapnia es la vasodilatación. El aumento
de FSC secundario se asocia con mayor
riesgo de H IV.
L a hipercapnia actúa a nivel celular, junto
con la acidosis, disminuyendo el
metabolismo energético cerebral, lo que, a su
vez, desencadena una serie de mecanismos
moleculares que originan la expresión de
proteínas apoptóticas.
Hipercapnia permisiva: basado en la
994
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experiencia en adultos con enfermedad
pulmonar crónica se ha sugerido que la
estrategia de tolerar niveles altos de P CO2
pudiera ser aplicada al pretérmino de manera
que facilitara el destete de VM y por tanto
pudiera reducir el riesgo de VAL I.
Aunque algunos estudios sugieren una
reducción en la duración de la VM con esta
estrategia, no han podido encontrar una
menor incidencia de DB P y sí un posible
aumento en mortalidad y secuelas
neurológicas. Estos resultados hacen
desaconsejable el uso de hipercapnia
permisiva en el pretérmino durante la fase
aguda de inestabilidad cardiorrespiratoria. L a
estrategia ventilatoria debe tener como
objetivo la normocapnia.
En aquellos pacientes crónicos, con VM de
larga duración, es frecuente tolerar cierto
grado de hipercapnia en el proceso de destete.
Aunque no esta claro que nivel de PCO2 es
seguro, no recomiendan niveles de PCO2 >
50 mmH g (Woodgate PG; 2007).
995
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entre el número de días de apnea sumado al número de días
de VM y mal pronóstico neurológico.
996
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4.2. Recién nacido a término con
encefalopatía hipóxico-isquémica
L a asfixia perinatal se puede definir como la agresión
producida al feto o al recién nacido por la falta de oxígeno
y/o la falta de una perfusión tisular adecuada. L a
encefalopatía hipóxico-isquémica (EH I) es la consecuencia
más grave de la asfixia perinatal ya que va a determinar su
pronóstico a largo plazo. Por encefalopatía neonatal
hipóxico-isquémica se entiende una constelación de signos
neurológicos que aparecen inmediatamente después del parto
tras un episodio de asfixia perinatal. Se caracteriza por un
deterioro de la alerta y de la capacidad de despertar,
alteraciones en el tono muscular y en las respuestas motoras,
alteraciones en los reflejos y, a veces, convulsiones.
997
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Desviación de la curva de disociación de H b
hacia la izquierda, lo que condiciona menor
liberación de oxígeno a los tejidos.
M enor consumo de oxígeno al disminuir el
metabolismo basal.
998
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la mortalidad neonatal. Incluso una breve exposición a la
hiperoxia tras una agresión hipóxico-isquémica aumenta el
daño neuronal e interfiere con la mielinización. L a hiperoxia
se ha asociado con hallazgos patológicos en la resonancia
magnética y con mal pronóstico neurológico. Además, se ha
comprobado una asociación entre el uso de una F IO2 elevada
y un mal pronóstico neurológico en niños sometidos a
neuroprotección mediante hipotermia
999
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8% por cada grado de temperatura) que
condiciona una menor producción de CO 2
durante el enfriamiento y a la disminución
del flujo sanguíneo cerebral durante la
hipotermia, aumenta el riesgo de que se
produzca una vasoconstricción inducida por
la hipocapnia.
Por otro lado, una ventilación agresiva puede
conducir a hiperventilación e hipocapnia,
aunque en el contexto de una EH I la
hipocapnia también puede reflejar la propia
gravedad del daño neuronal con una menor
producción de CO 2 o, incluso, el propio
esfuerzo respiratorio del paciente en un
intento de corregir la acidosis metabólica.
Por estos motivos y por el efecto
anteriormente mencionado de la hipotermia
sobre los valores gasométricos, el volumen
minuto requerido para mantener normocapnia
puede ser significativamente menor para
niños sometidos a esta medida
neuroprotectora. Así, se postula que, en los
niños sometidos a neuroprotección mediante
hipotermia por EH I, la ventilación se inicie
con volúmenes minutos bajos y sean
destetados rápidamente dada su menor tasa
metabólica y, por tanto, menor producción de
CO 2.
Hipercapnia. L a hipercapnia ocasiona en
recién nacidos un aumento del flujo
sanguíneo cerebral y una disminución de la
resistencia vascular cerebral, y se ha asociado
a un aumento en la incidencia de H IV.
Ahora bien, hay algunos datos clínicos que
sugieren que, incluso sin provocar
hemorragia, la hipercapnia también puede ser
1000
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dañina al cerebro del recién nacido a termino.
El daño cerebral que se produce durante la
hipercapnia puede ser el resultado de
alteraciones en el flujo sanguíneo cerebral, la
disminución del pH extra e intracelular, la
generación de radicales libres de oxígeno o
un aumento de la entrada de calcio al interior
celular. Así, se ha demostrado un mal
pronóstico neurológico en neonatos con
hipercapnia que presentaban alteración de la
reactividad del flujo sanguíneo cerebral.
Por tanto, en el manejo de la encefalopatía
neonatal es de suma importancia la adecuada
monitorización de los gases sanguíneos,
corregidos a la temperatura del paciente, para
mantener la normocapnia.
4.2.4. Apnea
Durante la fase de recalentamiento, si el paciente se ha
sometido a neuroprotección mediante hipotermia, pueden
tener lugar apneas cuyo tratamiento será inicialmente con
VNI (CPAP nasal o SNIPPV) pudiendo necesitar en
algunos casos VM por la frecuencia y gravedad de las
mismas.
4.2.5. Secreciones
L as secreciones durante la hipotermia son más espesas, por
lo que se realizarán con frecuencia cambios posturales,
aspiración de secreciones (con instilación previa de suero
salino si precisa). Es importante mantener el aire inhalado
caliente y humidificado en VM en hipotermia.
1001
booksmedicos.org
L a EH I se desarrolla dentro de un cuadro de afectación
multiorgánica que requiere atención especializada y cuidados
intensivos. L a inestabilidad respiratoria en estos casos puede
condicionar un empeoramiento en el pronóstico neurológico
de nuestros pacientes.
Objetivos gasométricos:
M onitorización de los valores de
P aCO2, corregidos a la
temperatura del paciente.
Evitar hipo e hipercapnia.
Evitar hipo e hiperoxia, con
objetivos de P O2 entre 60 – 90
mmH g.
M odo ventilatorio:
Uso de modos cuyo objetivo sea
mantener la estabilidad del V C.
Pueden ser necesarias Fr bajas o
V C menor al que inicialmente se
pautaría para evitar hipocapnia
(ver texto).
1002
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Capítulo 22
Ventilación mecánica durante el
transporte
Alberto Medina Villanueva (1)
Amelia González Calvar (2)
Sergio Menéndez Cuervo (1)
Pablo del Villar Guerra (3)
1 UCIP. Hospital Universitario Central. Asturias. España
1. Introducción
L a ventilación mecánica durante el transporte no difiere
sustancialmente de la que se llevará a cabo en la unidad de
cuidados intensivos, intentando mantener una adecuada
oxigenación y ventilación de los niños críticamente enfermos
que se trasladan tanto desde cualquier punto hacia las
unidades de cuidados intensivos neonatales (UCINs) o
pediátricas (UCIPs) como a los que se derivan desde dichas
unidades a quirófanos, unidades de radiología o unidades de
tratamiento de referencia, pero es preciso conocer las
peculiaridades que existen derivadas tanto del medio donde
se realiza este soporte, como de los recursos disponibles
para el mismo.
1013
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últimos años, especialmente con la evolución de los
respiradores de transporte y los sistemas de monitorización,
que ofrecen, cada vez más, prestaciones similares a los
habitualmente utilizados en las UCIs, incluyendo la
posibilidad de realizar ventilación no invasiva (VNI) en
pacientes conscientes con fracaso respiratorio parcial.
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los tubos endotraqueales (TET) aumentan su
volumen con la altura, al disminuir la presión
atmosférica, y es preciso prestarles una
especial atención para evitar que se desplacen,
obstruyan la vía aérea, lesionen las cuerdas
vocales o se rompan. Para evitar este problema
se debe hinchar el balón con cualquier líquido
(habitualmente suero salino fisiológico) en
vez de con aire.
De igual forma, el volumen de cualquier
neumotórax o neumomediastino tiende a
aumentar con la altura. Por tanto resulta
imprescindible drenar el neumotórax antes de
iniciar el traslado, manteniendo dicho drenaje
operativo y conectado a un sistema de
aspiración de baja presión durante todo el
tiempo que dure el traslado. No existe una
recomendación clara para el uso de válvulas de
H eimlich (que ofrecen la ventaja de su
sencillez y comodidad, pero tienen el
inconveniente de no asegurar una aspiración
continua y poder limitar la salida de gas en
niños pequeños) o el uso de sistemas tipo
Pleur-evac (que son más aparatosos pero
pueden ser conectados a aspiración continua).
En base a la misma ley, distintos trabajos han
demostrado que durante el transporte aéreo
existe un aumento del volumen minuto (V E )
realizado por el respirador aunque el
programado no cambie, ya que aumenta el
volumen corriente (V C). Estos cambios hacen
que el uso de respiradores de transporte en los
traslados aéreos requiera una importante
vigilancia para evitar el volubarotrauma y una
hiperventilación excesiva (en particular en los
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pacientes con traumatismo craneoencefálico).
El desarrollo tecnológico de respiradores
(Impact Eagle 754® , M onnal® , L TV-1000® ,
Crossvent® o Oxilog 3000+® ) ha permitido
incorporar sensores de presión barométrica
que permiten ajustar el Vc entregado
ajustándolo a la altura real de vuelo o nivel de
presurización de la cabina de vuelo, evitando
lesiones de volutrauma en altura.
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L a P IO2 disminuye al descender la presión barométrica
[P IO2 = Fracción inspirada de oxígeno (F IO2) × Presión
barométrica] lo que implica una disminución de la presión
alveolar de oxígeno (P AO2). Esto exige efectuar correcciones
en F IO2 aportadas a los pacientes en ventilación mecánica y
en los que necesiten oxigenoterapia mediante mascarilla. L a
intolerancia a la altura es particularmente importante en
pacientes con enfermedades respiratorias e hipoxia crónica,
en los cuales la presión arterial de oxígeno (P aO2) se
encuentra al límite de la tolerancia clínica, incluso en
condiciones basales y a nivel del mar. Durante el vuelo debe
vigilarse estrechamente la saturación transcutánea de oxígeno
(SpO2), ajustando la F IO2 para mantenerla en valores
adecuados, y en pacientes de riesgo debe realizarse el
transporte a baja altura. Debe evitarse el empleo de gafas
nasales en cabinas no presurizadas, ya que proporcionan
concentraciones respiratorias de oxígeno (O 2) impredecibles.
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imprescindible la utilización de sistemas de humidificación
pasivos.
3. Características de la ventilación
mecánica en el transporte
El transporte medicalizado puede clasificarse en primario
(desde el lugar en que se ha producido la emergencia hasta
un centro asistencial), secundario (desde un centro
asistencial emisor hasta un centro asistencial receptor) o
terciario (transporte intrahospitalario).
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clínica y del tratamiento instaurado.
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(aunque tal como se ha comentado en otros capítulos en la
actualidad se está intentando aplicar el cociente saturación de
oxígeno/F IO2 a[S/F] así como otros métodos de
monitorización no invasiva). Se debe proporcionar asimismo
una adecuada humidificación (normalmente utilizando
“filtros” intercambiadoras de calor-humedad) y aspiración de
secreciones. En este apartado hay que recordar que en
pacientes sometidos a ventilación mecánica y especialmente
en caso de transporte aéreo es mandatorio el drenaje previo
de cualquier neumotórax.
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la disponibilidad de energía eléctrica en el vehículo.
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4. Respiradores de transporte
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de monitorización numérica y gráfica adecuados, disponer de
modos de ventilación espontáneos con sincronía inspiratoria
y espiratoria adecuadas y capacidad de ofrecer modos de VNI
con compensación de fugas eficaz.
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acoplamiento de válvulas de PEEP, humidificadores de
nariz, sensores de flujo, capnógrafos e interfases de VNI.
L os circuitos de tubuladura única deben poseer una válvula
espiratoria. Cualquier pieza que se incorpore al circuito entre
la válvula espiratoria y el paciente aumentaría el espacio
muerto, lo que debe ser tenido muy en cuenta en la
programación del respirador, particularmente en pacientes de
bajo peso.
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Tabla III. Características de los respiradores de transporte más
habituales.
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Tabla III. Características de los respiradores de transporte más
habituales.
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Figura 1. Cálculo del consumo de gas para un niño con volumen
minuto de 4 L/m, consumo interno del respirador utilizado de 1 L/m
(consultar Tabla III), tiempo de traslado previsto de 5 horas. L/m:
litros por minuto; atm; atmósferas; m: minuto (s).
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M atic® , mixtos (neumáticos y electrónicos) como Oxylog
3000+® , ReVel® , L TV 1000® o M edumat® , y respiradores
electrónicos presurizados mediante turbinas de alto
rendimiento como M onnal T60® , H amilton T1® y Elisee
350® , equipados con diversas herramientas de
monitorización gráfica.
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Todas las personas relacionadas con el transporte pediátrico
deben conocer las características del respirador de transporte
con el que trabajan habitualmente y estar familiarizadas con
su uso.
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Para programar adecuadamente el respirador de transporte se
deben considerar tanto las características fisiológicas de los
niños de acuerdo a su edad como su patología de base. En
líneas generales, la programación de un respirador de
transporte no difiere de la de uno convencional. L a mayoría
de los respiradores de transporte pueden ser programados
inicialmente con los datos reflejados en la Tabla V, ya que
si los controles no se programan directamente con dichos
parámetros pueden ser deducidos fácilmente. Esta
programación básica inicial deberá ser ajustada
posteriormente a las características particulares de cada
paciente. Si el niño está recibiendo ventilación mecánica con
un respirador convencional inicialmente deben colocarse los
mismos parámetros en el respirador de transporte, pero hay
que comprobar que la ventilación y oxigenación conseguida
con el nuevo respirador es similar a la anterior.
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5. Monitorización respiratoria durante el
transporte
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grado de dificultad respiratoria, los movimientos
respiratorios y la auscultación pulmonar. Además, debe
prestarse especial atención al grado de adaptación del
paciente al respirador, fundamentalmente cuando se utilicen
respiradores que no disponen de mando de sensibilidad
inspiratoria (trigger) y que, por tanto, no son capaces de
realizar respiraciones sincronizadas.
5.3. Capnografía
L a monitorización del anhídrido carbónico (CO 2) espirado
(EtCO2) es útil como método de verificación de la posición
del tubo endotraqueal en la vía aérea, pero sobre todo es
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interesante porque permite conocer de forma continua el
estado ventilatorio del paciente, y así optimizar la
ventilación evitando tanto la hipo como la hiperventilación,
que pueden ocurrir con más facilidad durante el transporte
debido a las variaciones que existen durante el mismo.
5.5. Gasometría
En la actualidad existen analizadores portátiles de gases
sanguíneos que permiten optimizar la ventilación, corroborar
los datos obtenidos con el resto de parámetros
monitorizados y reconocer de forma precoz problemas en el
intercambio de gases en el paciente. En cualquier caso, es
absolutamente imprescindible y obligatorio la comprobación
de los parámetros ventilatorios mediante la realización de
una gasometría previa a cualquier transporte secundario, por
dos razones fundamentales: la primera, por la inexactitud de
la programación de la mayoría de los respiradores de
transporte y la segunda, para comprobar la correlación con la
capnometría.
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Como se ha comentado en el apartado referido a los
distintos modelos de respiradores de transporte, muchos de
ellos ofrecen datos de monitorización de la función
ventilatoria. En el caso de no disponer de esta información
es recomendable controlar de forma sistemática los
volúmenes realizados por el paciente mediante espirómetros
adaptables a los respiradores de transporte. L os modelos
más avanzados, como el Oxylog 3000+® , M edumat® ,
Carina® , Elisee 350® , H amilton T1® y C1® y M onnal
T60® , equipan software y pantallas que posibilitan la
monitorización gráfica de parámetros y curvas, y permiten, al
igual que en los respiradores convencionales, el diagnóstico
rápido de diferentes problemas (aumento de resistencias,
disminución de la elasticidad pulmonar, atrapamiento aéreo,
etc.) y la modificación de la estrategia ventilatoria (ver
capítulos de monitorización de la mecánica ventilatoria).
IMPORTANTE
En el transporte medicalizado “ventilar” en
ningún caso está justificado precipitar el viaje en
un paciente inestable.
El peor hospital es mejor que la ambulancia más
moderna.
Durante los traslados, en general, los grandes
problemas son derivados de pequeños problemas
no previstos inicialmente. Es necesario, ante
todo, prever y anticipar.
El “transporte ideal” es aquel en el que las
actuaciones son mínimas o nulas.
La disponibilidad de oxígeno, aire y baterías
debe ser el doble de las necesidades previstas.
Desde el punto de vista respiratorio, antes del
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traslado se debe asegurar una vía aérea
permeable. En el caso de que existan dudas, se
debe intubar y ventilar mecánicamente al
paciente.
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Bibliografía
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Capítulo 23
Ventilación mecánica a
domicilio en pediatría
M Ángeles García Teresa (1)
Martí Pons Òdena (2)
Gema de Lama Patón (3)
1 UCIP. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. Madrid. España
2 UCIP. Hospital Sant Joan de Déu. Barcelona. Universitat de
Barcelona. España
3 UCIP. The Hospital for Sick Children. Toronto (ON). Canadá
1. Introducción
L a ventilación mecánica a domicilio (VM D) surge a
mediados del siglo XX para tratar la insuficiencia
respiratoria crónica (IRC) producida por la epidemia de
polio. Actualmente, gran número de niños con IRC
dependientes de tecnología de soporte respiratorio y/u
oxígeno, sobreviven por diferentes razones: la ampliación del
conocimiento médico; la mejoría y optimización de
tratamientos farmacológicos, rehabilitadores y quirúrgicos;
el continuo desarrollo tecnológico de las Unidades de
Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) y neonatales, y la
ampliación de los criterios éticos y psicológicos para alargar
la vida mediante tecnologías de soporte. L a existencia de
pacientes subsidiarios de VM D, el desarrollo de la
ventilación no invasiva (VNI) y de tecnología adecuada a las
necesidades de los cuidados en el domicilio y la dotación de
recursos económicos han hecho que, actualmente, la VM D
en pediatría sea una terapia de uso generalizado en el mundo
desarrollado.
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L a VM D incluye la terapia de soporte vital para pacientes
sin autonomía respiratoria y la terapia electiva en pacientes
con IRC, instaurada con el fin de evitar reagudizaciones,
preservar la función pulmonar y aumentar su supervivencia.
L a primera es más frecuente en niños pequeños, llevándose a
cabo generalmente a través de traqueostomía, y la segunda se
utiliza más en niños mayores, adolescentes y adultos,
generalmente mediante VNI.
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3. Indicaciones
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Pacientes con IRC. L as enfermedades que producen IRC se
enumeran en la Tabla I.
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3.2. Criterios clínicos de estabilidad médica
(Tabla III)
Son una guía general, y cada paciente debe ser valorado
individualmente.
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3.3. Criterios clínicos para iniciar VM
como terapia electiva en IRC
Paciente estable en fase de deterioro progresivo detectado
ambulatoriamente (Tabla IV).
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3.4. Criterios familiares
L a familia debe estar informada del diagnóstico y pronóstico
de la enfermedad de su hijo y de las ventajas, inconvenientes
y riesgos de la VM D para asumir la responsabilidad del
cuidado en casa.
4. Ventajas
Favorece el desarrollo físico, psíquico,
intelectual y social del niño.
Facilita la vida familiar.
Evita los efectos secundarios de la
hospitalización prolongada: infecciones
nosocomiales, yatrogenia, deprivación
afectiva, alteraciones del esquema del sueño,
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falta de estímulos positivos, ambiente hostil,
ausencia de contacto con otros niños y de
otros miembros de la familia, escolarización
nula o inadecuada.
Aumenta la disponibilidad de camas
hospitalarias (en ocasiones puede ser elevado
el número de camas que ocupan los pacientes
crónicos) y disminuye el coste económico.
5. Inconvenientes
Para la familia:
6. Riesgos
L a desconexión inadvertida del respirador,
dependiendo de la autonomía respiratoria del
paciente, puede llegar a producir su
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fallecimiento o secuelas neurológicas graves.
En los pacientes con traqueostomía, esas
consecuencias fatales también pueden ser
debidas a accidentes por decanulación o
tapones de moco. L a monitorización con
pulsioxímetro permite su detección precoz.
L os niños con VNI pueden desarrollar
deformidad del macizo facial, secundaria a la
presión continua ejercida por la interfase. Se
debe prevenir alternando diferentes interfases.
7. Ética
L a capacidad técnica de alargar la vida por medio de la VM
hace que el planteamiento actual sea más “lo que debe
hacerse” que “lo que puede hacerse”. L os pacientes y sus
padres tienen un papel esencial en la toma de decisiones. El
médico es responsable de proporcionar una información
completa y adecuada al paciente, si es el caso y la familia
para que tomen una decisión lo más acertada posible.
8.1. Características
Suele ser un proceso largo y laborioso (sobre todo en
traqueostomizados).
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médicos (intensivista, neumólogo, ORL , traumatólogo,
cardiólogo, neurólogo, neurocirujano, rehabilitador,
nutricionista, etc.), trabajador social, fisioterapeutas,
psicopedagogos, enfermeras.
8.2. Pasos
8.2.1. Establecer la indicación y aceptación de la
responsabilidad por los padres
Deben aprender:
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de fugas y escaras.
Valoración de signos y síntomas de dificultad
respiratoria, cambio de coloración y
secreciones.
Actuación en situaciones de urgencia
(obstrucción o salida accidental de la cánula y
parada cardiorrespiratoria): manejo de la bolsa
autoinflable, masaje cardiaco y, en algún caso,
la administración de drogas por vía
intratraqueal.
Funcionamiento y limpieza del respirador y
de los demás equipos, interpretación de las
alarmas, ajuste de determinados parámetros
respiratorios.
Administración de aerosolterapia y
oxigenoterapia.
Nutrición: dieta, técnicas de alimentación,
cuidados de gastrostomía o cambio de sonda
nasogástrica.
Cuidados y actividades de la vida diaria:
baño, vestido, juego, salida de domicilio-
paseos (material necesario).
Técnicas de rehabilitación, fisioterapia
respiratoria (uso de dispositivos para favorecer
la tos), logopedia y terapia ocupacional.
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cada área sanitaria y en cada Comunidad
Autónoma. Si los aparatos se compran, se
debe incluir un contrato de mantenimiento.
M aterial fungible (sondas, cánulas de
traqueostomía, etc.): gestionar el suministro
mensual de repuestos con la empresa de
ventiloterapia, con el centro de atención
primaria o con el hospital de referencia.
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8.2.4. Otros aspectos antes del alta
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Se programan según el tiempo desde el alta, la enfermedad
de base, las patologías asociadas y la distancia al hospital.
L as revisiones de los diferentes especialistas deben coincidir
para ahorrar viajes; en ocasiones puede ser necesario ingresar
durante uno o dos días.
9.3. Incidencias
L os padres deben disponer de un teléfono de contacto las 24
horas al día para resolver los problemas, aunque en
ocasiones deben acudir al hospital. Algunos centros realizan
seguimiento telemático mediante las nuevas tecnologías
(ordenador, tablets, smartphones) y programas (skype,
videoconferencia, Whatsapp) que permiten la comunicación
bidireccional en tiempo real entre el domicilio y el hospital,
con imagen y sonido de buena calidad.
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bronquiales positivos en pacientes traqueostomizados
asintomáticos (paciente colonizado). En estos casos no se
recomienda antibioterapia sistémica, aunque en ocasiones se
pueden beneficiar de ciclos de antibioterapia inhalada.
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actividad laboral.
11. Escolarización
Es preciso animar y ayudar a los padres a conseguir la
escolarización, esencial para el aprendizaje y la socialización.
A veces hay que salvar múltiples obstáculos, no solo por la
enfermedad de base, sino provenientes de la familia, los
docentes o el organismo público de educación. L as
Instituciones Públicas de Educación pueden contar con
personal sanitario o de apoyo para atender al niño durante las
horas escolares, pero esto es variable en cada comunidad
autónoma. En ocasiones, el personal de la escuela deberá
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recibir formación adecuada para resolver una urgencia en caso
necesario.
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respiradores e interfases de VNI.
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Figura 1. Ventilación con presión positiva a través de traqueostomía.
Tabla VI. Técnicas de ventilación mecánica a domicilio.
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ventilación domiciliaria.
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12.1. Traqueostomía
L as indicaciones de la traqueostomía son ventilación
mecánica prolongada, obstrucción grave de la vía aérea y
necesidad de aspiración de secreciones no manejables en
neuromusculares.
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Figura 2. Cánulas de traqueostomía, con y sin manguito, ambas de
una sola pieza. A la izquierda se puede apreciar, el fiador o guía que
ayuda a introducir la cánula en la tráquea.
L as cánulas, al igual que los tubos endotraqueales, pueden
disponer de un balón que evita la fuga del aire alrededor.
L as cánulas con balón se utilizan poco en pediatría y están
indicadas: 1) cuando la ventilación con cánulas sin balón es
inadecuada, debido a la presencia de patología respiratoria
grave que requiere ventilación mecánica agresiva y 2) para
evitar la aspiración crónica translaríngea. Se deben usar
balones de baja presión (menor de 20 cmH 2O).
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coinciden se fuga aire hacia las cuerdas vocales. Durante la
ventilación mecánica es preciso desacoplar ambos orificios y
no se pueden utilizar cánulas fenestradas de una sola pieza.
El uso de cánulas fenestradas en niños es infrecuente porque
presentan mayor resistencia al flujo de aire (al ser de dos
piezas) y favorecen la formación de granulomas en el lugar
de la fenestración.
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obstrucción esofágica, obstrucción de la cánula por la pared
traqueal, erosión de la pared, daño de la arteria innominada
o fístula traqueoesofágica. Si las cánulas se reutilizan, es
muy importante comprobar que no se han deformado con la
esterilización, y, si esto ocurre, desecharlas porque podrían
dañar la mucosa traqueal o impedir una correcta ventilación.
12.2. Lenguaje
L a traqueostomía puede dificultar la fonación y los niños
pueden requerir el apoyo de un logopeda. Para facilitar la
fonación se utilizarán cánulas de tamaño no mayor de 2/3 de
la luz traqueal y sin balón, que permitan la fuga de aire
alrededor de ella hacia las cuerdas vocales. Para hablar, el
niño, hablar el niño aprende a taparse la cánula con el dedo
o con la barbilla en espiración.
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abre durante la inspiración, permitiendo la entrada de aire, y
se cierra durante la espiración forzando la salida del aire
alrededor de la cánula hasta las cuerdas vocales. Es
recomendable utilizarla siempre que el niño la tolere, lo que
es más difícil en niños pequeños.
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Figura 3. Válvula fonatoria Passy-Muir, acoplada a la cánula de
traqueostomía.
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aspiración, teléfonos de urgencia (primeros números en el
móvil).
12.4. Decanulación
Si el paciente tiene respirador, la decanulación se realiza en
un tiempo. Cuando no tiene respirador, se puede hacer
también de forma escalonada.
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para adultos, siendo posible la elaboración a medida para
niños.
12.5.1. Interfases
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evitar la deformidad del macizo facial por el uso prolongado
de la interfase: alternar diferentes modelos (nasal y facial)
para cambiar los puntos de presión, uso de olivas nasales
(Circuito Adams® , B reeze de Puritan B enet, Swift® , de
ResM ed) y más recientemente el uso de la interfase facial
total (Fit-life® de Philips- Respironic) (Fig. 5).
12.5.2. Humidificación
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ambiental. Se debe considerar entonces el uso de
humidificador térmico, en ocasiones ya incorporado en el
propio dispositivo o añadiéndolo en el circuito inspiratorio.
12.6.1. Indicaciones
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12.7. Ventilación con marcapasos frénico
Es un dispositivo formado por varios componentes, externos
(radiotransmisor, antena) e internos (receptor, cables y
electrodo, implantados quirúrgicamente en el tórax) que
estimula eléctricamente el nervio frénico, para contraer el
diafragma (Fig. 6). Para su correcto funcionamiento exige
que la antena esté ubicada justo sobre el receptor, para recibir
correctamente la señal.
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Figura 6. Componentes del marcapasos frénico. El radiotransmisor
emite señales de radiofrecuencia que, a través de una antena
adherida a la piel, son volcadas en el receptor subcutáneo, que las
convierte en señales eléctricas y mediante unos cables llegan al
electrodo, para estimular al nervio frénico, ambos en íntimo
contacto.
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13. Programación de la ventilación
En general, la mayoría de pacientes, tengan traqueostomía o
VNI, estarán ventilados en modos controlados por presión.
13.1. Modos
Se utilizan modos controlados por presión, por volumen
(con o sin presión de soporte asociada) o, más
recientemente, modos controlados por presión con esquema
de control adaptativo (volumen objetivo), disponible en los
nuevos modelos de ventiladores.
Flujo decreciente.
Se adapta mejor a las fugas (situación habitual
en traqueostomía sin balón y en VNI),
mejorando la adaptación del paciente cuando
éstas existen.
Riesgo de hipoventilación si existen
secreciones o empeora la patología del
paciente (reagudización por aumento de
resistencias o disminución de complianza).
Fundamental ajustar alarmas de volumen.
Flujo constante.
Puede ser difícil la adaptación del paciente en
caso de fugas (situación habitual en
traqueostomía sin balón y en VNI). Riesgo
de hipoventilación por las fugas.
Fundamental ajustar alarmas de presión.
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13.1.3. Características de los modos controlados por presión
con esquema de control adaptativo
Flujo decelerante.
Proporciona una presión variable (entre los
valores de presión mínima y máxima
programados) que se ajusta a los cambios de
complianza pulmonar, intentando la
administración de un volumen programado.
Riesgo alto de hipoventilación e
hiperventilación con los respiradores
domiciliarios, por lo que debe usarse con
precaución. L a hipoventilación se produce en
presencia de fugas no controladas si se usan
circuitos de doble rama o de una rama con
válvula espiratoria. Esto es debido a que el
volumen corriente es estimado en función del
flujo inspiratorio del respirador,
malinterpretando las fugas y produciendo
paradójicamente un descenso en la presión
suministrada, que conlleva un descenso de
volumen corriente real suministrado. Para
disminuir el riesgo de hipoventilación se debe
programar una presión mínima que en
condiciones normales asegure la ventilación
del paciente. Sin embargo, los respiradores
que utilizan circuito de una sola rama con
fuga controlada, conservan su capacidad de
compensar las fugas en el modo controlado
por presión con esquema de control
adaptativo (volumen objetivo). Por otro lado,
si el respirador utiliza el parámetro “volumen
corriente espirado” como valor de referencia,
las fugas son sobrecompensadas: el respirador
detectará el volumen corriente (V C) espirado
bajo e intentará conseguir el programado en
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las siguientes inspiraciones mediante
aumento de flujo inspiratorio, aumentando de
forma progresiva dicho flujo, y haciendo
difícil la adecuada adaptación del paciente,
pudiendo producir hiperventilación. También
existe riesgo de hiperventilación tras la
resolución de un evento que requirió aumento
de presión, ya que el respirador la disminuye
pasados varios ciclos respiratorios.
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termina el ciclo respiratorio. L a ventilación
controlada solo tendría sentido usarla cuando
el respirador no capta las respiraciones del
paciente, es decir, en aquellos pacientes con
alteración del centro respiratorio (síndrome de
Ondine, Arnold-Chiari), lesionados
medulares o niños incapaces de activar el
trigger del ventilador (lactantes con peso
inferior a 7 kg).
Ventilación controlada por volumen o por
presión mandatoria intermitente clasica con
esquema de objetivos fijos o set point. El
ciclo respiratorio está dividido en período
mandatorio y período espontáneo. Dentro del
período mandatorio, existe una ventana de
sensibilidad. Si el paciente inicia una
respiración durante la ventana de sensibilidad,
el respirador le proporcionará una respiración
mandatoria (igual a las respiraciones
asistidas), y si lo dispara después de ésta, se
realizará la respiración espontánea, la cual
debe apoyarse con presión de soporte.
M odo S/T. Incluida dentro de los modos
autorregulables. Se trata de una IM V en la
que se entregan respiraciones mandatorias
sólo cuando la frecuencia de las respiraciones
espontáneas cae por debajo de la frecuencia
programada mínima (IM VRR). L a frecuencia
de las respiraciones mandatorias será variable
dependiendo de la frecuencia espontánea y
como máximo será la frecuencia programada.
El respirador cicla como en el modo S y,
además, si el paciente deja de respirar, el
respirador no capta las respiraciones del
paciente o respira a menor frecuencia de la
programada como rescate, proporciona la
1075
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presión positiva completando la frecuencia
respiratoria del paciente hasta la frecuncia
programada. Esta es la modalidad más
utilizada.
Presión de soporte: M odo S (spontaneous) de
los respiradores de B L PAP. El respirador
cicla entre EPAP e IPAP en respuesta al
esfuerzo del paciente (el niño decide la
frecuencia respiratoria y la duración del
tiempo inspiratorio). M antiene una presión
espiratoria (EPAP o PEEP), y cada vez que
el niño hace un esfuerzo respiratorio (trigger
inspiratorio), el respirador se presuriza y le
ayuda con una presión de soporte (PS = IPAP
o PIP – EPAP). El respirador mantiene este
flujo inspiratorio hasta que el niño dispara el
trigger espiratorio, entonces, termina la
inspiración y cesa el flujo inspiratorio). H ay
que ajustar esta presión de soporte (o presión
inspiratoria) para conseguir una adecuada
ventilación (expansión torácica o un adecuado
V C [6 – 10 ml/kg]). Permite la mejor
adaptación y sincronía paciente-respirador.
Por tanto, la presión de soporte será el modo
de elección siempre y cuando el centro
respiratorio funcione adecuadamente y el
paciente sea capaz de disparar el trigger.
CPAP. El dispositivo proporciona la misma
presión de distensión continua durante todo
el ciclo respiratorio. Indicado
fundamentalmente para el tratamiento del
síndrome de apnea obstructiva del sueño
(SAOS); la CPAP necesaria se debe titular en
cada paciente en particular, y puede oscilar
entre 5 y 15 cmH 2O según la gravedad.
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Además de las presiones IPAP, EPAP, o el V C, y la
frecuencia respiratoria con su tiempo inspiratorio, a veces se
pueden programar otros parámetros: la rampa o retardo
inspiratorio y los trigger.
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– 10 ml/kg.
Por presión. Pico de presión, presión de
soporte: para expandir normalmente el tórax (y
realizar un V C adecuado: 6 – 10 ml/kg). L a
presión necesaria depende del esfuerzo
respiratorio del paciente, de la existencia o no
de patología pulmonar y del grado de ésta (de
la complianza y resistencia del sistema
respiratorio del paciente).
Frecuencia respiratoria (programada o
asegurada). Es importante asegurar la
ventilación óptima; por ello se debe
programar una frecuencia completa (la que
corresponde a su edad) en pacientes sin un
patrón respiratorio adecuado (síndrome de
Ondine, Arnold-Chiari, lesión medular) o
que sean incapaces de activar el trigger del
ventilador (lactantes con peso inferior a 7 kg).
En el caso de que el niño sea capaz de
mantener una adecuada frecuencia respiratoria,
este parámetro puede programarse como
rescate (modo S/T).
Relación inspiración: espiración (I:E): 1/2.
Tiempo inspiratorio: 0,5 – 1 s (según edad).
Presión positiva al final de la espiración
(PEEP): H abitualmente se programan valores
de 4 – 5 cmH 2O. L os nuevos respiradores
domiciliarios llevan incorporada la PEEP,
los modelos antiguos no, precisando acoplar
una válvula de PEEP en su circuito
espiratorio. Cuando se utiliza PEEP con
trigger de presión, éste se debe programar 1
cmH 2O por debajo del nivel de PEEP para
evitar el sobreesfuerzo durante las
respiraciones espontáneas.
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Trigger inspiratorio. L o más sensible, pero
que no produzca autodisparo.
Trigger espiratorio (decide la duración de la
inspiración en las respiraciones espontáneas-
presión de soporte) se programa entre el 25 –
35% , incluso mayor en caso de fuga. En
situación de fuga, el flujo inspiratorio se
mantiene alto en ese intento de compensar la
fuga y, por tanto, si el trigger espiratorio es
bajo, el paciente no será capaz de dispararlo
nunca (el flujo inspiratorio no bajará a ese
porcentaje del flujo inspiratorio máximo que
se haya programado), y el tiempo inspiratorio
se prolongará demasiado (indefinido). Por
ello, algunos respiradores permiten programar
un tiempo inspiratorio máximo para evitar el
alargamiento excesivo del mismo, por las
fugas.
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estos dispositivos pueden no cubrir las necesidades del
paciente necesitando cambiar a un respirador hospitalario
con mezclador de oxígeno.
14. Aparatos
14.1. Respiradores
Deben ser ligeros, portátiles, fáciles de manejar, con alarmas
de desconexión, de alta presión, de volumen y deben tener
un coste económico razonable. Si es volumétrico deben
trabajar con V C adecuados para los pacientes pediátricos.
Generalmente funcionan enchufados a la red y con batería
interna de duración variable a la que se puede sumar una
batería externa, ambos adaptables a la silla de ruedas.
Pueden tener cable de 12 voltios de conexión al mechero del
coche. En los últimos años ha habido un gran avance en el
1080
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desarrollo de respiradores volumétricos o de presión
diseñados para VM D (Fig. 7), incorporando nuevos modos
de ventilación y otras prestaciones de los respiradores de
cuidados intensivos;. Normalmente utilizan circuitos de una
sola rama con válvula espiratoria acoplada o, más raramente,
circuitos de doble rama.
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Figura 7. Diferentes modelos de respiradores portátiles, para
utilizarlos con ventilación no invasiva (VNI) o traqueostomía-tubo en
hospital y en domicilio. A) Monnal T50®, de Air Liquide; B) Puritan
Bennett 560®, de Covidien; C) Trilogy®, de Philips Respironics; D)
Vivo 50® de Breas, y E) LTV1000®, de Pulmonetic Sistems. Son
pequeños, poco pesados, con batería interna de varias horas de
duración y fácilmente adaptables a la silla de ruedas.
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Figura 8. Diferentes modelos de BiPAP, ventiladores específicos de
ventilación no invasiva.
14.4. Pulsioxímetro
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Debe ser sencillo, fiable, con alarmas acústicas, funcionar
con batería y ser fácilmente transportable. Puede sustituir o
complementar a los monitores cardiorrespiratorios.
14.6. Humidificador
El aire inspirado en condiciones normales se humidifica y
calienta al atravesar las fosas nasales. En el paciente portador
de traqueostomía esto no ocurre y en el paciente con VNI
puede ser insuficiente por los altos flujos utilizados. L os
métodos artificiales de humidificación son dos: la
humidificación pasiva (utiliza el intercambiador de calor y
humedad) y la humidificación activa (utiliza la placa
calentadora) (ver cap. 18).
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Figura 9. Diversos modelos de intercambiadores de calor y
humedad. El modelo de la derecha es muy útil para favorecer el
decúbito prono en los lactantes.
Existen diferentes modelos: los que tienen la entrada del aire
por orificios laterales facilitan el decúbito prono, postura
muchas veces necesaria en el tratamiento rehabilitador en
lactantes y niños pequeños. Otros disponen de conexión para
la fuente de oxígeno.
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L imitaciones: puede no proporcionar la humidificación
adecuada en pacientes con secreciones muy espesas o con
fugas importantes. Puede obstruirse por moco, sobretodo en
pacientes con infección respiratoria, tos y abundantes
secreciones; si esto ocurre es obligado cambiarlo
inmediatamente. H ay niños que no lo toleran, sintiendo un
obstáculo a la entrada de aire. No puede utilizarse durante la
inhalación de un medicamento, ya que puede retenerlo.
Tampoco puede utilizarse con válvulas fonatorias porque en
esta situación no pasa flujo espiratorio a su través. Aumenta
el espacio muerto y la resistencia.
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15. Oxigenoterapia a domicilio
Se administra a través de traqueostomía, cánulas nasales,
mascarilla o en el respirador.
15.1. Indicaciones
P aO2 < 60 mmH g respirando aire ambiente.
Pulsioximetría durante el sueño con
desaturaciones inferiores al 90% .
H ipertensión pulmonar y/o hipertrofia
cardiaca derecha y/o policitemia, por
hipoxemia crónica.
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a diferencia de los anteriores, no precisa de nodriza para
recargarse. Funciona conectado a la red eléctrica que, a su
vez, recarga la batería interna (puede durar hasta 3 horas) o
externa (puede durar hasta 10 horas). Este dispositivo
proporciona un flujo máximo de 4 L /m, lo que hace que se
utilice en niños con bajo requerimiento de O 2 (Fig. 10 D).
L as fuentes de oxígeno domiciliario pueden ser de flujo
continuo (proporcionan oxígeno en inspiración y espiración)
o con válvula a demanda (proporciona oxígeno solo durante
la inspiración). Estas últimas gastan menos gas, lo que hace
que los dispositivos puedan pesar menos y favorecer la
movilidad del paciente, sin embargo, no se pueden utilizar
con el respirador. Existen concentradores y mochilas de O 2
líquido con válvula a demanda.
16.1. N utrición
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L os niños con IRC presentan con frecuencia malnutrición,
más raramente obesidad (pacientes neuromusculares). El
aporte nutricional ha de ser idóneo para asegurar el
crecimiento físico adecuado, para favorecer el desarrollo
pulmonar y evitar la malnutrición, ya que dicha malnutrición
disminuye la fuerza de los músculos respiratorios. L a
displasia broncopulmonar (B PD) mejora con el crecimiento
del niño, que conlleva maduración y crecimiento pulmonar,
pudiendo en muchos casos retirar la asistencia respiratoria.
Pueden necesitar apoyo nutricional, a veces, a través de
gastrostomía o sonda nasogástrica.
1089
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Bibliografía
1090
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con traqueostomía. En: Casado Flores J, Serrano A,
editores. Urgencias y tratamiento del niño grave 2ª ed.
M adrid: Ergon; 2007.313-21.
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16 Pérez-Ruiz E, Caro P, Pérez-Frías J et al. Paediatric
patients with a tracheostomy: a multicentre epidemiological
study. Eur Respir J. 2012;40:1502-7.
1092
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Capítulo 24
Ventilación mecánica en el
estatus asmático
Silvia Vidal Micó (1)
Vicent Modesto i Alapont (1)
Diego Garcia Urabayen (2)
Javier Pilar Orive (2)
José L López Prats (3)
1UCIP. Hospital Universitario y Politécnico “La Fe”. Valencia.
España
2UCIP del Hospital Universitario de Cruces. Baracaldo. Vizcaya.
España
3Hospital Clínico Universitario de Valencia. España
1. Concepto
El asma es una enfermedad del árbol traqueobronquial
caracterizada por obstrucción o estrechamiento reversible de
la vía aérea, inflamación e hiperreactividad bronquial, en
respuesta a una variedad de estímulos, como alérgenos,
irritantes inespecíficos o infecciones. L a prevalencia de asma
en la población pediátrica se estima actualmente en un 5 –
12% . Todos los pacientes con asma tienen riesgo de
desarrollar crisis asmáticas agudas que son muy variables en
gravedad, desde las moderadas que se manejan fácilmente
intensificando las medicaciones antiasmáticas, hasta aquellas
que pueden progresar en pocos minutos hacia el fracaso
respiratorio.
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significativamente, o continúa empeorando a pesar de estar
recibiendo dosis óptimas de corticoides, simpatico-
miméticos y bromuro de ipratropio. A nivel práctico, todos
los pacientes que deben ser hospitalizados por crisis
asmáticas graves para continuar el tratamiento presentan SA.
El SA es una condición muy inestable, y potencialmente
fatal en unos pocos minutos. El principal problema que
plantea es que es imposible predecir con certeza qué
pacientes van a responder a la terapéutica.
1094
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oxigenación no responde a incrementos moderados de la
F IO2 se debe replantear el diagnóstico, o sospechar
neumotórax o neumonía/atelectasia.
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respiratorio. En los casos más graves, el atrapamiento aéreo
induce volutrauma por sobredistensión alveolar. L a
ventilación a volúmenes pulmonares altos y la aparición de
una espiración activa condiciona que en espiración la presión
pleural se haga muy positiva y produzca un cierre prematuro
de las pequeñas vías aéreas. El atrapamiento aéreo resultante
condiciona que la presión alveolar al final de la espiración se
haga positiva respecto a la presión atmosférica, apareciendo
una presión positiva al final de la espiración (PEEP)
intríseca (PEEPi).
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hipoxemia y la acidosis incrementan mucho la presión de la
arteria pulmonar, con lo que aumenta la poscarga del
ventrículo derecho. Por otra parte, el estrés
(hiperestimulación adrenérgica) y la gran presión negativa
intratorácica generada durante la inspiración disminuyen el
vaciado sistólico, ya que se incrementa mucho la poscarga
del ventrículo izquierdo (Fig. 1A). Este es el mecanismo
fisiopatológico por el que se produce el pulso paradójico.
1097
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Figura 1A: Durante la ventilación espontánea, en inspiración el
paciente en SA debe desarrollar una presión intratorácica muy
negativa, y el descenso del diafragma produce una presión
intraabdominal supraatmosférica. Ello impide la progresión del
líquido que rellena el sistema cardiovascular. En espiración, sin
embargo, la presión intratorácica es positiva, y la presión
abdominal es similar a la atmosférica, con lo que el líquido tiende a
salir del tórax y a circular en el sentido correcto. Es la causa del
pulso paradójico. Patm: presión atmosférica.
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Figura 1B. Durante la ventilación mecánica, si se produce
hiperinsuflación dinámica, el atrapamiento aéreo incrementa
muchísimo la presión positiva intratorácica e intraabdominal. El
líquido que rellena el sistema cardiovascular no puede circular en el
sentido correcto, y en inspiración puede producirse incluso un paro
circulatorio. PEEP: presión positiva al final de la espiración. Tp:
tiempo de pausa.
3. Clínica y monitorización
3.1. Clínica
El patrón típico del SA pediátrico es el llamado asma agudo
asfíctico. L a mayoría de los episodios se asocian a
1099
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exposición a alérgenos específicos (polen de Alternaria).
Previamente al ataque, los niños tienen un asma trivial o
moderado, correctamente controlado, pero con gran
hiperreactividad bronquial.
3.2. Monitorización
Tasa de flujo pico espiratorio (PEFR): si el
PEFR es menor del 30% la crisis es grave.
Pulsoximetría: una saturación de oxígeno
(SpO2) < 91% al ingreso tiene una
sensibilidad del 100% y una especificidad del
84% como indicador de crisis grave.
Gasometría arterial: puede reservarse solo para
detectar alteraciones en la P aCO2 en pacientes
con crisis grave, pues no aparece hipercapnia
hasta que el PEFR es menor del 30% .
1100
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asmático
En la figura 2 se resume una posible pauta de tratamiento
del SA, y las dosis de las medicaciones se especifican en la
Tabla I.
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inspirada de oxígeno; SpO2: saturación arterial de oxígeno; PaCO2:
presión parcial arterial de dióxido de carbono; PaO2: presión
parcial arterial de oxígeno; iv: intravenoso; h: hora (s).
Tabla I. Fármacos utilizados en el tratamiento del estatus asmático.
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5. Ventilación mecánica en el estatus
asmático refractario
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ningún tipo de sedantes o ansiolíticos. L a VNI produjo una
mejoría más rápida y persistente en la puntuación clínica del
asma, menos taquipnea/taquicardia, y menor necesidad de
oxígeno suplementario y de tratamiento coadyuvante. Con
este estudio queda claramente en entredicho la principal
razón por la que la VNI no ha recibido mayor aceptación en
el tratamiento del SA en niños: se creía que los niños en una
situación estresante como es la crisis de asma, menos
preparados para recibir las explicaciones sobre los beneficios
de la terapia y susceptibles de ser tratados con interfases
inadecuadas, podrían tener miedo (claustrofobia) a una
máscara ajustada y a la sensación inusual del flujo que genera
la presión positiva. Tambien pone en duda que la necesidad
de sedación y el riesgo de aspiración y úlceras por presión
puedan determinar un seguro fracaso terapéutico. L os datos
experimentales contradicen claramente todas hipótesis.
1105
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generar el flujo aéreo, y la EPAP parece actuar evitando el
cierre de la vía aérea distal (ya que la resistencia del sistema
respiratorio es muy dependiente del volumen al que se hace
la ventilación), disminuyendo así la resistencia espiratoria y
mejorando la hiperinsuflación dinámica y el trabajo necesario
para disparar el trigger de la siguiente insuflación. Además,
la VNI posibilita la aplicación de gases medicinales como
el H eliox.
5.1.1. Programación
L a fracción de oxígeno inspirado (F IO2) se titula para
mantener una SpO2 > 92% . Se puede empezar con una IPAP
de 6 – 8 cmH 2O y una EPAP de 3 – 4 cmH 2O para lograr
un volumen tidal de 6 – 9 ml/kg. L a presión inspiratoria y
espiratoria se ajustan mediante incrementos de 2 cmH 2O,
sobre la base de la pulsioximetría, los valores de la
gasometría, el alivio de la disnea, la mejora de la frecuencia
respiratoria (< 25 – 30 respiraciones por minuto) y la
sincronía paciente-ventilador. No se debe aplicar una EPAP
> 5 cmH 2O a menos que no se obtenga mejoría de la
pulsioximetría o la P aO2. En una serie de 72 episodios de
estatus asmático pediátrico tratados con VNI, M ayordomo-
Colunga y colaboradores utilizaron una IPAP de 13 ± 2
cmH 2O (rango intercuartílico 11 – 15) y una EPAP de 6,6
± 1,4 cmH 2O (rango intercuartílico 6 – 8). En la
obstrucción grave la resistencia de la vía aérea está muy
incrementada, lo que resulta en un aumento en la constante
de tiempo, por lo que será necesario más tiempo para
completar la espiración. El criterio habitual utilizado en la
mayoría de los ventiladores de soporte de presión para
cambiar a la fase espiratoria es una disminución del flujo
inspiratorio a un valor de umbral, por lo general el 25% del
flujo pico máximo. En la VNI de pacientes con
exacerbaciones de EPOC se ha comprobado que al aumentar
este umbral desde el habitual 25 al 50% o incluso al 70%
del flujo pico máximo, se produce un acortamiento del
1106
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tiempo inspiratorio, lo que permite más tiempo para la
espiración. Esto se traduce en una reducción en el retraso del
ciclado, menor PEEPi y menos respiraciones no
sincronizadas. El resultado final es la mejora en la sincronía
paciente-ventilador con la consecuente disminución en el
trabajo de la respiración. Esta estrategia podría ser de
utilidad también en el paciente asmático.
5.1.2. Interfases
Se recomienda usar máscaras buconasales o faciales. Si no se
pueden mantener las presiones se puede usar la máscara
facial total. No hay evidencia suficiente para recomendar una
interfase sobre otra. Por lo tanto, la elección entre las
distintas máscaras debe hacerse sobre una base individual.
Algunos pacientes prefieren máscaras faciales totales,
mientras que otros prefieren las máscaras oronasales o
nasales. A menudo, la elección de la interfase depende de la
disponibilidad y de la experiencia del equipo.
Independientemente de la interfase, un equipo con
experiencia y la buena colaboración del paciente mejorarán
las posibilidades de una aplicación con éxito de la VNI.
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vigilancia, siendo recomendable que fuera en la unidad de
críticos.
5.2.1. Absolutas
Parada cardiorrespiratoria.
Alteración importante del estado de
consciencia.
5.2.2. Relativas
L os factores más importante a tener en cuenta al tomar la
decisión de intubar son:
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intentar un tratamiento broncodilatador
agresivo previo. L a mayoría de pacientes con
SA en insuficiencia respiratoria, incluso con
un tórax silente, siendo incapaces de hablar o
con P aCO2 inicial ≥ 55 mmH g, responden a
la terapéutica broncodilatadora agresiva y no
requieren ventilación mecánica. La
incapacidad de revertir una acidosis
respiratoria grave (pH < 7, 25) tras un
razonable intento de tratamiento agresivo o el
empeoramiento de la acidosis son
indicaciones de intubación endotraqueal.
5.3. Intubación
Premedicación:
Atropina: 0,01 – 0,02 mg/kg iv,
para evitar los reflejos
vagotónicos (bradicardia,
vómitos) y el laringoespasmo.
M idazolam (0,1 – 0,3 mg/kg
iv) y/o ketamina: 1 – 2 mg/kg
iv lento (0,5 mg/kg/m). L a
ketamina posee propiedades
broncodilatadoras (que duran
sólo 20 – 30 minutos tras el
bolo), con una duración de
anestesia general de 10 – 15
minutos y no deprime el centro
respiratorio ni bloquea los
reflejos de protección de la vía
alta (tusígeno, nauseoso,
laríngeo). Puede producir
delirios que se evitan asociando
midazolam.
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Vecuronio (0,1 – 0,2 mg/kg iv).
Es un paralizante no
despolarizante que no libera
histamina y que tiene muy pocos
efectos cardiovasculares. Facilita
la intubación y la ventilación
manual. Pueden usarse también
cisatracurio (0,1 – 0,2 mg/kg iv
y rocuronio (1 – 2 mg/kg iv).
Ventilación manual con bolsa-mascarilla y
F IO2 de 1. Para evitar el atrapamiento aéreo,
se debe ventilar al paciente con una frecuencia
lo más baja posible, dando tiempo a la
espiración completa. Si aparece hipotensión
se debe expandir la volemia y volver a medir
la presión arterial tras un breve período de 30
– 40 segundos de apnea (para que se espire
todo el aire atrapado). Si la hipotensión no
responde a esta maniobra, se debe sospechar
neumotórax y proceder a su tratamiento,
conectando al paciente lo más pronto posible
al respirador para monitorizar las presiones.
Expansión de la volemia: en el período previo
a la conexión al respirador, es muy frecuente
que el paciente presente hipotensión grave por
la combinación de los sedantes y el
atrapamiento aéreo. El riesgo puede
disminuirse si, previamente a la inducción de
la anestesia, se expande la volemia con 10 –
20 cc/kg de cristaloides durante 20 minutos.
Vía de intubación: la vía orotraqueal permite
introducir tubo endotraqueal de mayor calibre,
lo que disminuye la resistencia al flujo
espiratorio. L os intentos fallidos de
intubación aumentan el riesgo ya que pueden
inducir espasmo laríngeo o empeorar el
1110
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broncoespasmo.
1111
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Figura 3: Hiperinsuflación dinámica. En el pulmón normal todo el
volumen tidal (Vc) es exhalado y el volumen pulmonar vuelve a
capacidad residual funcional (CRF) antes de la siguiente respiración.
En el niño con estatus asmaticus existe un vaciado incompleto del
Vc en cada respiración, lo que resulta en una progresiva
hiperinsuflación dinámica. CRF: capacidad residual funcional; VEE:
volumen de gas atrapado o volumen al final de la espiración; VEI:
volumen al final de la inspiración; SDRA: síndrome de distrés
respiratorio agudo. Modificado de Levy.
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series de casos (M edina, 2014, 2016) que
sugieren que el modo controlado por
volumen, flujo inspiratorio constante (onda de
flujo cuadrada) puede ser útil en casos graves
al permitir disminuir el Ti y aumentar la Fr.
Al funcionar el respirador como un generador
de alta presión, el tiempo necesario para
introducir el aire será inferior a una constante
de tiempo, y permitirá dedicar más tiempo a
la fase espiratoria (ver cap. 1). De hecho,
algún autor como M edoff (2008) considera
muy difícil conseguir una adecuada
ventilación (pH > 7,20) en pacientes
gravemente obstructivos y, aunque comience
la ventilación con presión control, la mayoría
de estos pacientes necesitan una ventilación
con volumen control.
Volumen corriente (Vc): 6 – 10 ml/kg.
Frecuencia respiratoria (Fr): 10 – 15
respiraciones por minuto. A un Vc constante,
si el flujo inspiratorio es constante, la
disminución de la Fr prolonga el tiempo
espiratorio y, por ello, reduce la H ID.
Volumen minuto (V E ): 100 ml/kg/minutos.
Flujo inspiratorio: 1 – 2 L /kg/minutos. A un
Vc constante, si el flujo es constante y
elevado, se disminuye el tiempo inspiratorio,
prolongándose el tiempo espiratorio y
reduciéndose la H ID.
PEEPe: 0 – 5 cmH 2O. Inicialmente, se
utiliza un nivel de PEEP de 0 cmH 2O
debido a que el paciente ya presenta PEEPi
por el atrapamiento aéreo debido a la H ID
(ver cap. 28). Si se detecta un fenómeno
asociado de cierre de la vía aérea distal al final
1113
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de la espiración, un nivel de PEEP entre 5 y
10 cmH 2O puede ayudar a disminuir la
H ID. Aunque algunos trabajos anecdóticos
han encontrado beneficios en el uso de PEEP
muy alta, estudios prospectivos han
demostrado que una PEEP ≥ 10 cmH 2O
produce mayor hiperinsuflación pulmonar.
Por ello, se recomienda que la PEEP total
(PEEPe + PEEPi) no debe pasar de 10
cmH 2O.
Relación inspiración:espiración (I:E) de 1:3 a
1:5: utilizando estos parámetros suele
obtenerse una relación I:E de 1:3 a 1:5, lo
que prolonga el tiempo espiratorio.
Presión plateau (P plat ): mantener una P plat <
35 cmH 2O y un volumen teleinspiratorio <
20 ml/kg.
F IO2 adecuada para una SpO2 ≥95%
Tubuladuras: se deben utilizar tubuladuras
rígidas y poco compliantes. A un mismo
volumen minuto, el grado de H ID será
menor con tubuladuras rígidas, pues menos
porcentaje del Vc insuflado por el ventilador
se utilizará en rellenar las tubuladuras [(Vc
efectivo = Vc – (Presión pico/Complianza del
circuito)].
1114
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Figura 4: Algoritmo de ventilación mecánica en el estatus asmático
pediátrico. Fr: frecuencia respiratoria; PEEPe: presión positiva al
final de la espiración extrínseca; PEEPt: presión positiva al final de la
espiración total; Pplat: presión plateau; m: minuto (s).
1115
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L a estrategia recomendada para el manejo ventilatorio del
asma grave es mantener un Vc constante y un flujo
inspiratorio constante, e ir haciendo ajustes del volumen
minuto y del tiempo espiratorio mediante cambios en la
frecuencia respiratoria, en función de la gasometría y de las
mediciones de los parámetros indicativos de hiperinsuflación
pulmonar, el volumen teleinspiratorio y la presión meseta.
L a figura 4 recoge el algoritmo de ventilación mecánica en
el estatus asmático pediátrico.
6. Monitorización de la hiperinsuflación
dinámica
Además de los parámetros de monitorización
cardiorrespiratoria, oxigenación y ventilación habituales, en
el paciente con estatus asmático sometido a ventilación
mecánica es necesario vigilar estrechamente los signos de
atrapamiento aéreo. Varios trabajos han intentado descubrir
los parámetros que tengan valor predictivo sobre la detección
de la hiperinsuflación inducida por el ventilador.
1116
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una gran disminución del retorno venoso (Fig. 1 B ).
6.3. Auto-PEEP
L a H ID produce una elevada PEEP intrínseca o auto-
PEEP (Fig. 5). No se ha encontrado que la auto-PEEP
medida por oclusión telespiratoria (pausa espiratoria) se
correlacione con la presencia de complicaciones. Trabajos
recientes han demostrado que la auto-PEEP medida por este
método es un mal estimador de la presión alveolar
teleespiratoria real, y que, en pacientes con SA, puede existir
una marcada hiperinsuflación con auto-PEEP baja. Este
fenómeno que se denomina “auto-PEEP oculta” puede
deberse a varias razones:
1117
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exhalado, lo que evita que pueda medirse
adecuadamente la presión alveolar
teleespiratoria (ver Fig. 5 del cap. 28).
1118
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Figura 5. Detección de la autoPEEP mediante la maniobra de
oclusión telespiratoria.
1119
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es el mejor predictor de la aparición de complicaciones
durante la ventilación mecánica del SA. Por tanto, una
estrategia ventilatoria que mantenga un VEI < 20 ml/kg
reducirá el riesgo de hipotensión y barotrauma durante la
ventilación mecánica del SA.
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pulmonar al final de la inspiración; VEE: Volumen de gas atrapado o
Volumen de final de espiración; CRF: capacidad residual funcional.
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7.1. Sedación
Una sedación efectiva es crucial ya que disminuye el
consumo de oxígeno y la producción de CO 2, y asegura la
sincronía paciente-ventilador. L a acidosis respiratoria induce
gran ansiedad y una hiperestimulación del centro
respiratorio. Además, si se elimina el esfuerzo muscular
durante la espiración, se reduce el atrapamiento aéreo:
1122
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cubital (muñeca) de “tren de cuatro” con el
acelerógrafo. Si no puede controlarse de este
modo, para evitar su acumulación es
preferible administrarlo en bolo cada 4 – 6
horas, y reexaminar periódicamente la
necesidad de mantener la paralización.
Efectos secundarios. En el 36% de los SA que
requieren ventilación artificial, tratamiento
con corticoides y sobre todo paralización
muscular con agentes no despolarizantes > 24
horas, se desarrolla una miopatía necrotizante
difusa que condiciona paresia muscular
generalizada (proximal y distal) y produce
dificultad en el destete. L a aparición de esta
miopatía se asocia con incremento mantenido
de los niveles de CPK sérica.
8. Otros tratamientos
8.1. Broncodilatadores
No existen trabajos que comparen diferentes regímenes de
tratamiento broncodilatador durante la ventilación mecánica
del asma. L o más razonable parece que es administrar
betamiméticos y metilprednisolona por vía intravenosa, y, en
los pacientes en los que resulte efectivo, una combinación
inhalada de salbutamol e ipratropio nebulizada en la rama
inspiratoria del ventilador. Si aparecen arritmias o empeora
la taquicardia, deben suspenderse los betamiméticos. Para
evaluar la respuesta al tratamiento broncodilatador durante el
período de ventilación mecánica, se utiliza la PIP (presión
pico) y el gradiente PIP – P plat . Si el flujo inspiratorio no
cambia, la mejoría en la resistencia de la vía aérea al flujo
hace que tanto la PIP como el gradiente PIP – P plat
disminuyan (ver Fig. 19 del cap 13).
1123
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8.2. Bicarbonato
L a hipoventilación intencionada produce hipercapnia, que es
bien tolerada en la gran mayoría de los casos.
1124
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mejora de la función pulmonar de pacientes afectos de
exacerbaciones asmáticas graves (Evidence B ).
1125
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10. Retirada de la asistencia respiratoria
Cuando la P aCO2 vuelve a niveles normales, se debe
suspender la paralización y reducir la sedación, para
comenzar el proceso de retirada de la ventilación artificial. Si
no aparecen signos de empeoramiento del broncoespasmo,
se debe realizar una prueba de ventilación espontánea. Si el
paciente permanece consciente, con los signos vitales y el
intercambio gaseoso estables durante 60 – 120 minutos de
ventilación debe ser extubado.
1126
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Capítulo 25
Ventilación mecánica en la
bronquiolitis
Teresa Gili Bigatà (1)
Julio Parrilla Parrilla (2)
Juan Mayordomo Colunga (3)
Alberto Medina Villanueva (3)
Mireia Garcia Cuscó (4)
1 UCIP. Hospital de Sabadell. Corporació Parc Taulí. Universitat
Autònoma de Barcelona. España
2 UCIP. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla. España
3 UCIP. Hospital Universitario Central de Asturias. Oviedo. España
4 UCIP. Birmingham Children´s Hospital. Birmingham. Reino
Unido
1. Introducción
L a bronquiolitis es una lesión inflamatoria aguda de los
bronquiolos causada por infección primaria o reinfección de
un agente habitualmente vírico (siendo el virus respiratorio
sincitial [VRS] el agente causal más frecuente). Es un
síndrome clínico que afecta fundamentalmente a niños
menores de 2 años y se caracteriza inicialmente por síntomas
de vías aéreas altas (tos, rinitis, con o sin fiebre) seguido de
inflamación de vías respiratorias bajas que se manifiesta con
dificultad respiratoria, estertores húmedos, atrapamiento
aéreo, sibilancias y, ocasionalmente, apneas en los más
pequeños. L a radiografía de tórax habitualmente muestra
hiperinsuflación pulmonar y en un 20 – 30% infiltrados
lobares y/o atelectasias. Puede ser difícil de diferenciar de
los sibilantes recurrentes inducidos por infecciones virales o
1133
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el asma agudo precipitado por infecciones virales.
2. Epidemiología
L a infección es altamente contagiosa y se disemina por
contacto directo con las secreciones respiratorias. L a
eliminación de VRS en secreciones nasales se prolonga entre
6 – 21 días después de iniciar los síntomas y el periodo de
incubación es de 2 – 5 días. Suele ser epidémica, entre los
meses de noviembre y febrero en el hemisferio norte, y el
riesgo de transmisión intrafamiliar es del 45% (superior en
las guarderías).
1134
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El agente etiológico habitual de la bronquiolitis aguda es el
VRS (el subtipo A es el causante del cuadro más grave),
aunque también pueden estar implicados otros virus como el
rinovirus, adenovirus, metaneumovirus, influenza,
parainfluenza, enterovirus y bocavirus; también el
M ycoplasma pneumoniae (5 – 15% ) pero es más frecuente
en el niño mayor y el adulto. Un 9 – 27% de los casos
presentan coinfección viral, la coinfección VRS se asocia a
bronquiolitis grave y un riesgo 10 veces superior de ingreso
en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP).
3. Fisiopatología
L a afectación principal de la bronquiolitis aguda se
encuentra en los bronquiolos. L os bronquiolos son
pequeñas vías aéreas (< 2 mm de diámetro) sin cartílago y
sin glándulas submucosas.
1135
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provoca edema de submucosa y la liberación de varias
citoquinas por parte de las células epiteliales infectadas que
amplifican la respuesta inmune aumentando el reclutamiento
celular y perpetuando la inflamación.
1136
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torácica y los músculos respiratorios trabajen en condiciones
biomecánicas poco favorables, alterando la eficiencia en la
fuerza generada por la musculatura respiratoria. Esta
dificultad en iniciar la inspiración da lugar a un aumento de
la frecuencia respiratoria (Fr) y la relación tiempo
inspiratorio/tiempo total del ciclo (Ti/Ttot) que tiene como
consecuencia una disminución del tiempo espiratorio y
atrapamiento aéreo. El mantenimiento de la apertura de la
zona colapsable mediante una presión positiva continua en la
vía aérea (CPAP) evita el atrapamiento aéreo (y la aparición
por tanto de PEEPi), lo que justifica la eficacia de este
método de soporte respiratorio en la bronquiolitis
moderada-grave.
4. Pronóstico
L a bronquiolitis es una enfermedad autolimitada con
recuperación total sin secuelas. H abitualmente empieza
como una infección de vías altas, a los 2 – 3 días se inician
síntomas respiratorios de vías bajas (pico a los 5 – 7 días) y
posteriormente se resuelve de forma gradual con una
1137
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mediana de 12 días. L os síntomas duran 3 semanas en un
20% de pacientes y en otro 20% , 4 semanas.
1138
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predictores de gravedad del cuadro.
SDRA.
B ronquiolitis obliterante: cuadro muy
relacionado con la infección respiratoria por
adenovirus.
Insuficiencia cardiaca, miocarditis o arritmias.
Infección secundaria: las infecciones
bacterianas graves son poco frecuentes en los
pacientes con bronquiolitis, el riesgo de
bacteriemia o meningitis es < al 1 – 2% y el
1139
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riesgo de infección urinaria es del 1 – 5% .
Pero el riesgo de infección bacteriana
secundaria es del 1,2% (0,9% neumonía). El
riesgo de neumonía bacteriana aumenta en el
paciente ingresado en UCIP y particularmente
en aquellos que requieren intubación.
Enfermedad pulmonar crónica: las infecciones
respiratorias por VRS en la infancia se asocian
a sibilantes con posteriores procesos virales.
Casi la mitad de niños con antecedentes de
bronquiolitis por VRS grave durante el primer
año de vida tienen un riesgo 7 veces superior
de asma a los 18 años. L as bronquiectasias
después de la bronquiolitis son muy
infrecuentes y asociadas principalmente a la
infección por adenovirus.
5. Tratamiento
Desde el punto de vista práctico, salvo en la aspiración de
secreciones y el mantenimiento de la hidratación, no hay
1140
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consenso sobre el manejo terapéutico de la bronquiolitis
aguda. El tratamiento va dirigido a mejorar los síntomas
siendo el oxígeno (O 2) la única medida terapéutica, junto
con las anteriores, que tiene indicación clara en el caso de
hipoxemia.
1141
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si hay riesgo de broncoaspiración por
taquipnea (significativa si > 60 respiraciones
por minuto) o dificultad respiratoria
importante.
B roncodilatadores: no utilizar de rutina. L a
utilización de salbutamol nebulizado/inhalado
o adrenalina nebulizada no está recomendado
por las Guías Clínicas más recientes
(Academia Americana de Pediatría y Guía
NICE inglesa) y por autores como Shawn L .
Corticoides inhalados, orales, endovenosos:
no se recomienda utilizar corticoides en el
primer episodio. No indicados por vía
inhalada para prevenir los episodios de
sibilantes siguientes al episodio de
bronquiolitis. Alansari, en un estudio reciente
publicado en Pediatrics, observa que el
tratamiento con dexametasona oral durante 5
días disminuye los días de ingreso (19 vs 27
horas) sólo en aquellos niños afectos de
bronquiolitis (edad media 3,5 meses) que
tienen antecedentes de atopia o historia
familiar de asma en un familiar de primer
grado.
Suero salino hipertónico (SSH ) 3% , 5% ó
7% : tiene la ventaja potencial de disminuir el
edema y los tapones de moco pero los
resultados son contradictorios. El estudio
SAB RE aleatorizó 317 lactantes afectos de
bronquiolitis, una rama de pacientes fueron
nebulizados con SSH 3% cada 6 horas y la
otra rama sólo recibió cuidados estándar, no
observando diferencias entre los dos grupos en
cuanto a tiempo de ingreso. Jacobs, en un
estudio publicado en Pediatrics en pacientes
con bronquiolitis de 6 – 18 meses, observó
1142
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que la adrenalina nebulizada con SSH 7% no
disminuía las escalas clínicas de gravedad, la
necesidad de ingreso ni la estancia
hospitalaria comparada con adrenalina
nebulizada con suero fisiológico al 0,9% . Por
tanto, se puede concluir, en consonancia con
las actuales guías NICE, que no existe
evidencia que el SH H mejore el pronóstico ni
a corto ni a largo plazo.
1143
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bronquiolitis aguda moderada-grave o con apneas recurrentes
es útil para evitar la intubación y la ventilación mecánica.
1144
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Figura 1. Recomendación de soporte respiratorio en la bronquiolitis
aguda. SpO2: Saturación de oxígeno de la hemoglobina; Fr:
frecuencia respiratoria; CPAP: presión positiva continua en la vía
aérea; BLPAP: ventilación no invasiva en dos niveles de presión;
1145
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PCR: parada cardio-respiratoria; VM: ventilación mecánica; VAF:
ventilación de alta frecuencia; SDRA: síndrome de distrés
respiratorio agudo; ECMO: oxigenación por membrana
extracorpórea.
1146
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espiratorio y disminuir el esfuerzo respiratorio
permiten superar la PEEPi y además, la
presión positiva generada puede conseguir
vencer el colapso dinámico de las pequeñas
vías aéreas que son muy compliantes.
Sin embargo tal como se recoge en una
reciente revisión Cochrane, se debe tener en
cuenta que no hay suficiente evidencia de la
efectividad de la OAF para el tratamiento de
la bronquiolitis.
Recientemente, M ilesi y cols ha comunicado
un estudio con 142 niños de 0 a 6 meses
ingresados en UCIP por bronquiolitis grave
(Escala modificada de Wood > 3). L os
pacientes fueron aleatorizados en dos grupos:
OAF (2 L /kg/m) y CPAP (6 cm H 2O)
durante 24 horas. En este este estudio se
objetivó una mayor tasa de fracaso en el grupo
de OAF (49% ) frente al 31% del grupo
CPAP. No se encontraron diferencias entre
los dos grupos en tiempo de estancia ni en
tasa de intubación.
5.2.2. CPAP
1147
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traqueales. Varios estudios han demostrado que su
utilización precoz mejora el trabajo respiratorio, la Fr, la
frecuencia cardiaca (Fc), la SpO2 y la gasometría y diminuye
el riesgo de intubación traqueal. Asimismo, acorta los días
de oxigenoterapia y de ingreso hospitalario. L as
contraindicaciones de utilizar la CPAP serían la
inestabilidad hemodinámica y la depresión grave del nivel de
conciencia. L a incidencia de neumotórax es muy baja. L a
revisión de la Cochrane 2015, subraya que el efecto de la
CPAP en niños con bronquiolitis es incierta con la
evidencia disponible hasta ahora. Se necesitan estudios más
amplios para evaluar el efecto de la CPAP en los niños con
bronquiolitis.
1148
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ratio Ti/Ttot). Este nivel de CPAP sería el
nivel necesario para vencer la PEEPi que debe
ser superada en cada inspiración. Por otro
lado, observó que la aplicación de una CPAP
a 10 cmH 2O aumenta la actividad de la
musculatura respiratoria para superar la alta
presión administrada.
El estudio de Fleming utilizando cánulas
nasales tipo H udson y una CPAP de 7
cmH 2O demostró que es una técnica segura y
eficaz durante el transporte.
Ganu, en su estudio retrospectivo realizado en
una UCIP Australiana de 26 camas y con 520
ingresos por bronquiolitis en 10 años,
observó una tendencia creciente al uso de la
CPAP (con interfase nasal o facial total) en
detrimento de la intubación (incremento del
2,8% al año en pacientes de similares
características), una tasa de éxito del 83%
(incluso en niños con factores de riesgo) y una
estancia media en UCIP inferior.
1149
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compensación de fugas favorecen la asincronía inspiratoria y
espiratoria que junto a la utilización de interfases
subóptimas son los responsables del fracaso de la B L PAP
en este grupo de edad (ver caps. 15 y 19). L a asincronía
debida a triggers poco sensibles es el motivo por el cual
frecuentemente los lactantes se adaptan mejor a los modos
controlados por presión ciclados por tiempo en vez de la
presión de soporte (ciclada por flujo). Por este motivo es
necesario continuar investigando en modos que mejoren la
sincronía y en interfases más ajustadas a la anatomía del
lactante pequeño.
1150
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VNI son el menor peso, la menor edad y la
presencia de apneas, y que los parámetros que
pueden predecir el éxito son la ausencia de un
cuadro clínico predisponente y una mayor
disminución de la Fc en la primera hora.
Otro estudio llevado a cabo por los mismos
autores buscando factores predictivos de
fracaso en 116 episodios de insuficiencia
respiratoria (un 28% de los cuales eran
bronquiolitis) tratados con B L PAP (solo tres
casos recibieron CPAP) con un respirador
específico e interfase buconasal de forma
mayoritaria (76,7% ), obtuvieron una tasa de
éxito del 84,5% . Demuestra que los factores
de riesgo independientes de fracaso de VNI
son la insuficiencia respiratoria tipo I, un
PRISM alto y poca disminución de la Fr. El
análisis univariante de este estudio muestra
que los niños más pequeños tienen mayor
riesgo de fracaso.
B audin describe menos asincronías paciente-
ventilador y menos retrasos de activación del
trigger con el modo VNI-NAVA comparado
con la asistida / controlada por presión en
lactantes con bronquiolitis.
1151
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En opinión de los autores y a falta de evidencia científica, es
importante identificar la causa principal de la insuficiencia
respiratoria mediante el estudio de las curvas y bucles que
muestran los respiradores (sobre todo la curva flujo/tiempo y
el bucle flujo/volumen) y la radiografía de tórax. L os
pacientes afectos de bronquiolitis pueden tener insuficiencia
respiratoria por obstrucción de la vía aérea que provoca a su
vez atrapamiento aéreo (forma más frecuente. Figura 2) o
insuficiencia respiratoria por ocupación alveolar (neumonía,
SDRA. Fig. 3).
1152
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Figura 2. Radiografía de tórax en paciente con bronquiolitis:
atrapamiento aéreo.
1153
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Un modo prometedor es el asociado al trigger neural. H an
sido publicadas experiencias cortas de casos clínicos que
sugieren su utilización con éxito en la bronquiolitis aguda,
sin embargo se debería tener en cuenta el aumento del coste
derivado de la tecnología utilizada. Además no existen datos
que demuestren su superioridad frente a otros modos
ventilatorios.
1154
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Se recomienda la lectura del capítulo 20.
5.2.7. Heliox
1155
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duración del tratamiento en los lactantes que requieren
CPAP por distrés respiratorio grave.
5.2.8. iNO
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Capítulo 26
Ventilación mecánica en el
síndrome de dificultad
respiratoria aguda (SDRA)
Alberto Medina Villanueva (1)
Vicent Modesto i Alapont (2)
Susana Reyes Domínguez (3)
Yolanda M. López Fernández (4)
Sandra Gala Peralta (5)
1 UCIP. Hospital Universitario Central. Asturias. España
2 UCIP. Hospital Universitario y Politécnico “La Fe”. Valencia.
España
3 UCIP. Hospital Virgen de la Arrixaca. Murcia. España
4 UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. Vizcaya.
España
5 FRCPCH UCIP. Royal Brompton Hospital NHS Foundation
Trust. London. Reino Unido
1. Introducción
El síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA)
constituye la expresión clínica de un edema pulmonar grave
de origen no cardiogénico. Es la entidad clínica más
característica dentro de la insuficiencia respiratoria
hipoxémica o tipo I (ver Cap. 6).
1164
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Clásicamente, de acuerdo con la definición establecida en
1994, si el grado de hipoxemia medido por la relación entre
la presión parcial arterial de oxígeno (P aO2) y la fracción
inspirada de oxígeno (F IO2) o P/F. Si el P/F es < 300 se
denomina L esión Pulmonar Aguda (L PA) y si es < 200,
Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA).
1165
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síndrome en: leve (P/F < 300 con PEEP o
CPAP ≥ 5 cmH 2O), moderado (P/F < 200
con PEEP ≥ 5 cmH 2O) o grave (P/F < 100
con PEEP ≥ 5 cmH 2O). Este parámetro se
correlaciona con la mortalidad.
1166
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Figura 1. Infiltrados bilaterales en la radiografía simple antero-
posterior del tórax típica de un síndrome de distrés respiratorio
agudo (SDRA).
Durante las dos últimas décadas los pediatras han aplicado
la definición clásica en nuestra práctica clínica. Sin embargo,
ni en ésta ni en la más reciente definición de B erlín se han
incluido consideraciones específicas del paciente pediátrico.
Si bien es cierto que el SDRA pediátrico (SDRAP)
comparte muchas similitudes fisiopatológicas con el SDRA
del adulto, también lo es que existen algunas diferencias que
deberían ser tenidas en cuenta.
1167
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definición de B erlín la afectación en la radiografía (Rx) de
tórax, considerando que el criterio radiológico que define el
SDRA debe ser la aparición de infiltrado/s en el parénquima
pulmonar y no la bilateralidad como criterio indiscutible.
También incluyen al índice de oxigenación (IO= F IO2 ×
M AP/P aO2) y al índice de saturación/oxigenación (ISO=
F IO2 × M AP/saturación transcutánea de oxígeno [SpO2]
como marcadores del grado de hipoxia (Tabla II).
1168
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2. Epidemiología
H asta ahora todos los estudios sobre epidemiología del
SDRA se basan en la definición clásica (AECC, 1994).
Dichos estudios parecen confirmar que tanto la incidencia
como la mortalidad es menor para la población pediátrica
que para el adulto. L a incidencia en el adulto varía entre
17,9 a 81 casos por 100.000 personas por año, frente a la
incidencia en la población menor de 18 años que varía desde
2 a 12,8 casos por persona por año.
1169
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En cuanto a la etiología del SDRA, las causas más
frecuentes son la neumonía (SDRA de origen pulmonar) y la
sepsis (SDRA de origen extrapulmonar), pero existen otras
condiciones clínicas desencadenantes como: aspiración,
contusión pulmonar, hemorragia pulmonar, ahogamiento,
inhalación de tóxicos, politraumatismos, grandes quemados,
circulación extracorpórea, transfusiones masivas (TRAL I) o
pancreatitis entre otros.
3. Definición
L a primera descripción fue realizada por Ashbaugh en 1967.
1170
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L a definición de B erlín estratifica la gravedad del SDRA
según el grado de hipoxemia además de promover el uso de
la ecocardiografía en lugar de la monitorización de la presión
de enclavamiento, sin embargo, no incluye un apartado
específico para el SDRA pediátrico (SDRAP).
1171
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gravedad (L a medida del S/F debe efectuarse
para una SpO2 entre 88 – 97% ) (ver Tabla
II).
Admite poblaciones especiales de pacientes
que pueden padecer SDRA como:
enfermedad pulmonar crónica donde además
de cumplir el resto de criterios (edad,
duración y origen del edema) presentan
nuevo/s infiltrado/s y deterioro de la
oxigenación sobre su estado basal;
cardiopatías congénitas donde el deterioro de
la oxigenación no pueda explicarse por su
enfermedad; o disfunción del ventrículo
izquierdo donde se aprecien cambios
consistentes en nuevo/s infiltrado/s y
deterioro agudo en la oxigenación no
explicables por su enfermedad de base.
4. Fisiopatología
En la patogénesis del SDRA se describe un daño
inflamatorio en el endotelio y epitelio pulmonar, que
produce un incremento en la permeabilidad vascular a nivel
de la microcirculación, favoreciendo el paso de un edema
rico en proteínas al alveolo y al intersticio pulmonar, incluso
en presencia de una presión vascular pulmonar normal. L a
ventilación mecánica agrava esta lesión particularmente si se
1172
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usan volúmenes o presiones altos. El conocimiento de los
mecanismos de producción podría servir para identificar qué
pacientes se beneficiarían de un tratamiento concreto contra
esta respuesta inflamatoria.
1173
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14 días) hay resolución del infiltrado neutrofílico con más
mononucleares y macrófagos alveolares y a menudo fibrosis,
caracterizada por la obliteración de la arquitectura pulmonar
y formación de áreas quísticas. En algunos pacientes la
progresión hacia la resolución se produce sin fibrosis,
simplemente se reduce gradualmente el edema y la
inflamación aguda.
1174
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vasoconstricción hipóxica, compresión
vascular por presión positiva, destrucción del
parénquima, colapso de la vía aérea,
hipercapnia y vasoconstrictores pulmonares.
1175
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estudios experimentales señalan la gravedad de la lesión
pulmonar producida por Pseudomonas aeruginosa. H ay factores
medioambientales que, aunque requieren más estudio,
podrían aumentar la gravedad del SDRA, en especial, la
exposición al humo del tabaco.
5. Tratamiento (Fig. 2)
1176
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P/F ≤ 145 al diagnóstico. Y , si el paciente tiene que ser
intubado tras recibir VNI su mortalidad es del 54% ,
inaceptablemente superior a la que presentan los pacientes
intubados de inicio y ventilados con la estrategia de
“pulmón abierto”, y parece que a esta alta mortalidad
contribuye el haber retrasado 12 – 72 horas la intubación.
1177
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Figura 2. Sugerencia de esquema diagnóstico-terapéutico aplicable
al síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA). S/F: saturación
transcutánea de oxígeno/fracción inspirada de oxígeno; CPAP:
presión continua en vías aéreas; BLPAP: ventilación no invasiva en
dos niveles de presión; VM: ventilación mecánica; PC: ventilación
controlada por presión; VC: ventilación controlada por volumen; Vc:
volumen corriente; PEEP: presión positiva al final de la espiración;
1178
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Pplat: presión meseta; ΔP: presión diferencial; VAF: ventilación de
alta frecuencia; iNO: óxido nítrico inhalado; ECMO: oxigenación con
membrana extracorpórea;
Fr: frecuencia respiratoria; Fc: frecuencia cardiaca; m: minuto (s).
1179
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En el ámbito pediátrico, los pacientes con VNI suelen tener
una monitorización menor que el paciente intubado. En este
sentido es muy prometedor el potencial uso del cociente S/F
como herramienta (L obete, 2013) para llevar a cabo una
cuidadosa selección de los niños con SDRA sometidos a
VNI que deberían ser precozmente intubados (ver cap. 11).
Así, un S/F > 200 identifica muy bien (razón de
verosimilitudes para positivos entre 4,25 y 8,7 y razón de
verosimilitudes para negativos entre 0,29 y 0,15) a los niños
con un P/F > 200.
1180
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intercambio gaseoso mínimo (Fig. 4). Por otra parte, evitar
el desarrollo de la lesión pulmonar inducida por la
ventilación mecánica (L PIV), producida por sobredistensión
(volutrauma), colapso cíclico de unidades broncoalveolares
(atelectrauma) o empleo de F IO2 elevadas, además del
consiguiente biotrauma (ver cap 16).
1181
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oxigenación. L os pulmones son incapaces de oxigenar la
sangre y ello conlleva la aparición de un alto grado de shunt:
de sangre que vuelve a salir desaturada a la circulación
sistémica porque ha cortocircuitado el sistema de
oxigenación. Teóricamente, el cortocircuito se puede
producir en dos puntos:
1182
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1) y la magnitud del shunt intrapulmonar, medido como
intensidad de la densidad agua de los campos pulmonares
(evaluado con TAC), en pacientes adultos con SDRA. Se
trata de un modelo logarítmico, en la Tabla III se muestran
las correspondencias más importantes.
1183
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Especialmente en la edad pediátrica, donde la prevalencia de
foramen ovale permeable (FOP) es tan elevada, o cuando la
etiología de la infección pulmonar es vírica (por ejemplo:
VRS o Influenza) y se afecta primariamente el reflejo de
vasoconstricción pulmonar hipóxica, el cociente P/F
también es capaz de evaluar estrechamente la magnitud del
1184
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cortocircuito y la mejoría que en él está produciendo el
tratamiento aplicado. Sin embargo, en estos pacientes
característicamente la imagen radiológica suele mostrar
mucha menor alteración de la densidad de los campos
pulmonares. Ello suele indicar que otros mecanismos de
cortocircuito diferentes a la inundación alveolar están
contribuyendo a la alteración de la oxigenación, por lo que
probablemente la estrategia de protección pulmonar deba
matizarse (menor presión de distensión continua para no
contribuir a la H TP) o combinarse con otras medidas
terapéuticas (p.ej., óxido nítrico inhalado [iNO]) que son
poco eficaces en los pacientes adultos.
1185
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Figura 4. En esta gráfica se correlaciona el bucle presión-volumen en
el paciente normal y en el paciente con síndrome de distrés
respiratorio agudo (SDRA) normalizando ambos en el mismo eje.
Habitualmente se representa el bucle presión-volumen en el paciente
con (SDRA) con menor tamaño y alcanzando menor volumen que en
el paciente normal (ver cap. 1, Fig. 3). En realidad la capacidad
1186
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pulmonar total (CPT) del paciente permanece invariable (el pulmón
no se reduce de tamaño). Lo que ocurre es que existe un aumento
del volumen residual (VR) perdiéndose volumen de reserva
inspiratoria (VRI). Al pautar el volumen corriente (Vc) a 6 ml/kg la
presión necesaria estará muy próxima al punto superior de inflexión
(PSI). Además existe una pérdida de la histéresis de la curva.
CPT: capacidad pulmonar total; CRF: capacidad residual funcional;
Vc: volumen corriente; VR: volumen residual; VRI: volumen de
reserva inspiratoria; VRE: volumen de reserva espiratoria; PSI: punto
superior de inflexión; PII: punto inferior de inflexión.
1187
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evitar la sobredistensión de estas zonas abiertas y es una
medida terapéutica que, aunque no ha demostrado disminuir
el barotrauma, sí ha conseguido disminuir moderadamente
la mortalidad de los pacientes con SDRA (NEJM , 2000)
(NNT = 12 pacientes; IC 95% : de 8 a 36). Es importante
que esta limitación del Vc se acompañe de una PEEP
elevada para maximizar el reclutamiento y disminuir la
sobredistensión al repartir el aire inspirado entre el mayor
número posible de alveolos.
1188
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de que es la driving pressure o presión diferencial (diferencia entre
P plat y PEEP total), la variable independientemente asociada
con la mortalidad. El estudio de Amato refleja
elocuentemente que el aumento de P plat no siempre es
deletérea ni el aumento de PEEP siempre es protectora, sino
que es la diferencia de presión entre ambas la que origina la
lesión pulmonar. Se ha establecido como punto de seguridad
una presión diferencial por debajo de 15 cmH 2O (Amato
2015).
1189
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permisiva. Al contrario de lo que sucede en el patrón
obstructivo no debe ser considerada una estrategia inicial. L a
acidosis resultante de esta estrategia se considera menos
lesiva que el incremento de Vc necesario para corregirla. Y ,
si se acompaña del resto de medidas de protección pulmonar
(sobre todo un nivel adecuado de PEEP; Rotta, 2001), ha
demostrado mejorar la hemodinámica de los pacientes
adultos ventilados por SDRA (Carvalho, 1997). Tales
circunstancias justifican por parte del clínico, la
permisividad con la que acepta su desarrollo durante el
manejo del SDRA (hipercapnia permisiva). Por el contrario, sobre
todo en lactantes y a diferencia del adulto, en el SDRAP
parece tener un papel fisiopatológico muy importante la
hipertensión pulmonar secundaria, que podría empeorar con
acidosis respiratorias muy graves. Esta circunstancia obliga a
recomendar prudencia en la hipercapnia permisiva del
paciente pediátrico. En relación con esto el PAL ICC
recomienda mantener el pH entre 7,15 – 7,30 exceptuando
pacientes con hipertensión intracraneal, inestabilidad
hemodinámica, disfunción ventricular izquierda significativa
y algunas lesiones cardiacas congénitas. Por tanto, y dada la
naturaleza restrictiva del SDRA y la característica de tener
una constante de tiempo corta, la hipercapnia permisiva debe
ser considerada como una situación extrema que no pueda
ser compensada con el aumento de la frecuencia respiratoria.
1190
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distensión continua alta, evita la L PIV porque previene el
atelectrauma originado por el colapso cíclico de dichos
alveolos durante la fase espiratoria (Farias, 2005). Para
aplicar correctamente la estrategia de pulmón abierto
(Amato, 1995; Amato, 1998; Ranieri, 1999; Villar, 2006) ,
el empleo de PEEP alta debe individualizarse en función de
la mecánica pulmonar de cada paciente que va a ser
ventilado, y para ello debe realizarse (mediante, por ejemplo,
la técnica de “super-jeringa”) para cada uno de ellos la curva
de complianza estática, en su rama inspiratoria, y pautar un
nivel de PEEP 2 cmH 2O por encima del punto inferior de
inflexión (PII) de dicha curva. Este es el punto de presión
transpulmonar que corresponde a la capacidad pulmonar
residual (CRF) de ese paciente (Figs. 4 y 5). Con ese nivel
de PEEP todo el ciclo respiratorio se realiza por encima de
la CRF, justo lo que ocurría cuando estaba sano, se evita el
atelectrauma y se minimiza el shunt intrapulmonar (y, por
tanto, los requerimientos de F IO2).
1191
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realizar la curva de complianza estática y por ello el nivel
“óptimo” de PEEP debe determinarse de manera indirecta.
Kacmarek, Amato y otros investigadores (Caramez, 2009)
han comprobado que determinar el nivel de PEEP en
función del PII de la curva de complianza estática y hacerlo
midiendo el grado de cortocircuito produce resultados
estadísticamente indistinguibles.
1192
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niveles bajos de SpO2 pueda existir una situación de hipoxia
crítica.
1193
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usa pequeños volúmenes corrientes que podrían maximizar la
protección pulmonar.
1194
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reclutamiento alveolar, la insuflación mantenida y los
incrementos de la PEEP.
1195
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Figura 6. Maniobra de reclutamiento (Hodgson, 2011); ver texto.
PEEP: presión positiva al final de la espiración; PIP: pico de presión
inspiratoria; ΔP: incremento de presión. m: minuto (s).
1196
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pacientes han conseguido ser oxigenados hasta un P/F >
160. Es decir, cuando el paciente esté bien reclutado
(Curley, 2005), ni se acelera la extubación, ni se disminuye
la mortalidad o el fracaso multiorgánico, ni mejora el
resultado neurológico o el estado funcional al mes del
ingreso.
1197
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2003 en pacientes adultos ventilados por SDRA,
encontraron un FOP casi en el 20% de los pacientes. En
ellos, característicamente, cuando se incrementaba la PEEP
no se obtenía una mejoría en el P/F (o ésta era menor del
20% ). Y el shunt a través del FOP, se abolía si se
disminuía la PEEP o se administraba iNO (Fig. 7).
1198
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positiva al final de la espiración en pacientes con síndrome de
distrés respiratorio agudo con y sin shunt (cuadrados grises y
blancos respectivamente) a través del foramen oval permeable
(Dessap, 2010).
En la misma línea, en el PAL ICC se considera el uso de
iNO sólo en pacientes con hipertensión pulmonar
documentada o grave disfunción ventricular derecha. En caso
de no ser efectivo debe ser retirado cuanto antes para evitar
los efectos secundarios.
1199
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tolerancia a la ventilación mecánica, optimizar el
intercambio de gases, el consumo de oxígeno y el trabajo
respiratorio. Esta sedoanalgesia debe monitorizarse con
escalas fiables y marcando unos objetivos conocidos por el
equipo de trabajo. L a relajación del paciente es necesaria si
la sedación es insuficiente para lograr los objetivos de
ventilación mecánica, y en ese caso se debe establecer y
monitorizar un nivel de profundidad objetivo además de
realizar una ventana diaria de relajación. Además se debe
recordar que el uso de relajantes musculares durante las
primeras 48 horas tras la intubación ha demostrado
disminuir la mortalidad.
5.7.3. Nutrición
5.7.4. Transfusiones
5.7.5. Corticoterapia
1200
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5.7.6. Surfactante exógeno
1201
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En el PAL ICC se recomienda el uso de ECM O cuando las
estrategias de protección pulmonar fracasan y siempre que el
fracaso respiratorio sea reversible o el niño es candidato a
transplante pulmonar. Con los datos disponibles en la
actualidad, la supervivencia del SDRAP grave es muy
superior en los niños que reciben ECM O.
1202
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Capítulo 27
Ventilación mecánica en
cardiopatías congénitas e
hipertensión pulmonar
José Luis Vázquez Martínez (1)
Irene García Hernández (2)
Raúl M. Yéboles (3)
Mireia Garcia Cuscó (4)
1 UCIP. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid. España
1216
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sean el objetivo principal de este capítulo.
1217
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1218
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1. Interacción cardiopulmonar
El corazón, los grandes vasos y el pulmón actúan como una
auténtica unidad funcional. Consecuencia de esta
interrelación, todos los determinantes del gasto cardiaco
(frecuencia cardiaca, precarga, postcarga y contractilidad)
resultan afectados ante cualquier patología o intervención
pulmonar y, a la inversa, las alteraciones del flujo
circulatorio (caso de cardiopatías congénitas o adquiridas)
afectarán la función pulmonar. Se analizarán los efectos de la
respiración espontánea y de la ventilación mecánica (VM )
sobre el sistema cardiovascular, así como las repercusiones
de ciertas patologías y ciertos modos de ventilación.
1219
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la presión intracavitaria (presión de llenado ventricular
[PIV]) y la que la rodea o extracavitaria, (PIT).
1220
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corazón, circulación pulmonar y aorta intratorácica) y
extratorácico (vena cava superior y aorta extratorácica). Esto
afecta al retorno sistémico y, en menor medida, a la eyección
ventricular sistólica. En inspiración espontánea (Fig. 1), al
disminuir la PIT y aumentar la presión abdominal, aumenta
el llendo ventricular, mientras que en espiración, sobre todo,
aumenta la eyección ventricular. En caso de VM los efectos
se invierten, al invertirse el valor de la PIT y de la presión
abdominal (Fig. 2).
1221
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1222
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Figura 2. Cambios del llenado ventricular según la presión
intratorácica (PIT) y abdominal, en respiración espontánea y
ventilación mecánica. Con PIT alta disminuye retorno venoso
aumentando el llenado del ventrículo izquierdo por ordeñamiento
pulmonar. Con PIT baja o negativa el retorno venoso aumenta. Tp:
tiempo de pausa; PEEP: presión positiva al final de la espiración;
Patm: presión atmosférica.
1223
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niños con VM y PIT elevada: al aumentar la
postcarga del ventrículo derecho (VD), éste
se dilata y comprime al ventrículo izquierdo
(VI), limitando su llenado.
1224
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Figura 3. Relación en “U” de las resistencias vasculares pulmonares
(RVP) y volumen pulmonar.
En sentido recíproco, los cambios del flujo pulmonar
repercuten en la mecánica respiratoria. L a Tabla II refleja la
repercusión de dichos cambios en el intercambio gaseoso.
1225
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1.2. Efectos hemodinámicos de la
ventilación mecánica debidos al cambio de
presión intratorácica
L os cambios en la PIT alteran los gradientes de presión
entre la vasculatura intratorácica con la del resto del
organismo. Estos efectos son especialmente acentuados en
pacientes hipovolémicos y en aquellos donde los
mecanismos adaptativos periféricos están alterados (p.ej.,
1226
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uso de fármacos, sedación).
1227
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sobre la hemodinámica que si se aplicase a un paciente
normal. Al disminuir la C L el cociente que multiplica el
∆ P aw será menor y la fosa cardiaca estará sometida a menor
presión.
1228
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interventricular hacia la izquierda, el llenado
será aún menor. Teóricamente debería
promover el vaciado del lecho sanguíneo
pulmonar hacia el VI por “ordeñamiento
pulmonar”; este efecto no se observa a los
volúmenes corrientes (Vc) empleados en
estrategias de protección pulmonar.
L a VM disminuye la postcarga del VI. Ésta
depende de la presión transmural miocárdica
(PTM ), que es la diferencia entre la presión
sistólica del VI (o arterial sistémica) y la
PIT. Si la presión arterial se mantiene
constante, al incrementarse la PIT disminuye
la PTM . Por otro lado, este aumento de PIT
se transmite a la vasculatura arterial
intratorácica, aumentando la diferencia de
presión de éstos con la vasculatura arterial
extratorácica. Ambos fenómenos favorecen el
vaciado del VI.
En condiciones patológicas, el efecto
ventilatorio sobre la función del VI es más
marcado. En caso de insuficiencia cardiaca
congestiva (ICC) con disfunción sistólica la
VM resulta beneficiosa, porque además de
mejorar la hipoxia, protege del exceso de
sangre intrapulmonar al reducir el volumen
de eyección del VD y aumenta el gasto
izquierdo al disminuir su postcarga.
En caso de disfunción diastólica del VI, la
VM producirá una caída del gasto izquierdo
si antes no se consigue optimizar el volumen
telediastólico del VI.
En inspiraciones espontáneas forzadas (p.ej.,
broncoespasmo), la disminución de PIT
generada aumenta la PTM y por tanto la
1229
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postcarga, pudiendo precipitar un edema
agudo de pulmón (EAP), agravado por el
mayor retorno venoso sistémico y la mayor
eyección VD.
1230
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1.3. Efectos hemodinámicos del
intercambio gaseoso
El estado del intercambio gaseoso tiene efectos
hemodinámicos:
1231
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desvía la curva de disociación de la
hemoglobina (H b) a la izquierda, lo cual
supone un aumento de la afinidad de la H b
por el oxígeno y dificulta la cesión del
mismo a nivel celular.
L a hiperoxia puede originar vasoconstricción
coronaria, aumento de resistencias vasculares
sistémicas y disminución del GC.
Resistencias vasculares pulmonares y estado
ácido-base. En la figura 4 se objetiva el
efecto del pH y la oxigenación sobre las
resistencias vasculares pulmonares (RVP),
representadas en el eje de ordenadas. Cuando
el pH disminuye, es decir, a mayor acidosis,
se produce un aumento de las RVP. Además
de lo anterior, para un mismo nivel de pH ,
cuando el paciente entra en situación de
hipoxemia significativa (hacia la izquierda de
la gráfica), se ve como se produce un
aumento muy significativo de las RVP. Por
ello es recomendable ante la situación de
hipertensión pulmonar (H TP), evitar la
acidosis y mantener una excelente
oxigenación.
1232
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Figura 4. Efecto del pH y la oxigenación sobre las resistencias
vasculares pulmonares (RVP). PO2: presión parcial de oxígeno.
El pH tiene por sí mismo un efecto sobre las RVP,
independiente de la cifra de P CO2 (Fig.5). L a línea punteada
muestra el efecto de la normalización del pH : partiendo de
una situación de acidosis con componente respiratorio (pH
7,31, P CO2 55 mmH g) la administración de bicarbonato
consigue normalizar el pH sin afectar la P CO2 (pH 7,44,
P CO2 58 mmH g), generando un descenso de las RVP
respecto a la situación inicial. L a línea continua muestra el
efecto de la normalización de la P CO2: se objetiva que si se
parte de la misma situación inicial de acidosis con
hipercapnia, al corregir la hipercapnia mediante una
hiperventilación (P CO2 36 mmH g) se aumenta el pH hasta
provocar una alcalosis y nuevamente se genera un descenso
de las RVP. Es decir, la situación ideal para un paciente con
H TP es evitar la acidosis (ideal pH > 7,4) para lo cual se
1233
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optimizará el soporte ventilatorio. L a administración de
bicarbonato puede ser necesaria en los casos con componente
metabólico (Tabla IV).
1234
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1.4. Efectos neuro-endocrinos de la VM
L a alteración del tono del sistema nervioso autónomo
asociados a los cambios de volumen pulmonar son más
evidentes en el neonato y en el lactante, originándose:
1235
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aumentar la Fc en inspiración y
disminuir en espiración.
Depresión miocárdica mediada por factores
humorales inducidos por la hiperinsuflación
pulmonar.
Tendencia a retención hídrica: por liberación
de renina, hormona antidiurética y
disminución del péptido natriurético atrial.
Vasodilatación arterial refleja por
hiperinsuflación o en ventilación de alta
frecuencia oscilatoria (VAFO).
1236
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independientes del momento del ciclo respiratorio.
1237
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la PIT se hace negativa,
aumenta la postcarga y con ello
retrógradamente la PAI).
Presiones y PEEP. En caso de que exista
una PEEP elevada, las presiones de
enclavamiento corresponderán a la presión del
capilar alveolar pero no a la de la AI. Para
solucionarlo es necesario suspender PEEP
(desconectar de la VM 3 – 4 segundos) para
realizar la medición, única maniobra que
asegura que la presión medida sea la
intravascular y no la suma de ésta con la
PIT. Esto es también aplicable en caso de
hipovolemia o de que el catéter de Swanz-
Ganz no esté en la zona III de West (donde
la presión capilar es mayor que la alveolar; en
la zona I y II, la presión alveolar supera la
presión arterial pulmonar, reflejando la
presión obtenida en estos casos la presión
alveolar y no la de enclavamiento). Si la
oscilación del trazado de la PAI con la
inspiración es igual o menor que el de la
presión diastólica de la arteria pulmonar, se
podrá afirmar que la presión obtenida es la
PAI y no la alveolar.
Presión venosa central (PVC). Al aumentar la
PIT con la inspiración en VM , aumenta la
PVC aunque disminuya el retorno venoso, al
aumentar la presión transmural. De nuevo se
debería desconectar al paciente de VM o
medir la PVC al final de una espiración.
1238
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consecuencia del aumento de PIT, y durante la espiración
caen ambas (Fig. 6). Generalmente este fenómeno se ve con
una latencia de dos latidos cardiacos.
1239
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Figura 7. Análisis de la repercusión de la ventilación mecánica en el
flujo aórtico obtenido por Doppler en un plano 5 cámaras. La curva
amarilla refleja la curva ventilatoria.La flecha azul refleha la velocidad
pico del flujo aórtico.
En niños en respiración espontánea o en VM pero con
función cardiaca conservada, una variabilidad del 13% de la
eyección VI inducida por la respiración predice un aumento
del GC en respuesta a una expansión de volemia (precarga-
dependencia). Para su diagnóstico se precisa VM controlada
por volumen con Fc y PEEP constante, Vc de al menos 6 –
8 ml/kg, toráx cerrado y ausencia de arritmias.
1240
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sistólico es alta.
En hipovolemia, la caída de presión arterial
diastólica es mayor que la de la presión
arterial sistólica, dado que la VM acentúa la
disminución de precarga. Se podrá apreciar
un aumento de la presión de pulso.
1241
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(evidenciada por ecocardiografia) que se
traduce en una caída de gasto y de tensión
arterial. En ocasiones obliga a suspender la
maniobra y puede beneficiarse de una
expansión previa de volemia. En
determinadas cardiopatías, estas maniobras
deben ser muy cautelosas y estrechamente
monitorizadas.
Posterior a ella, en función del éxito del
reclutamiento, se modificará la postcarga del
VD. Análogamente, un cambio a posición en
prono condicionará diferente postcarga del
VD en función de que consiga o no reducir
las RVP.
1242
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la PIT.
Peor tolerancia en niños
hipovolémicos y mala
complianza VD.
4. Ventilación alta fecuencia tipo jet.
Consiste en aplicar un pequeño
jet inspiratorio de aire de 1 – 3
ml/kg con frecuencias de 4 – 11
H z.
M ejor tolerancia hemodinámica
que la VAFO. Podría indicarse
en postoperatorios cardiacos,
especialmente en Fontan
(disminuye PIT un 50% y las
RVP en un 59% comparado con
otros modos convencionales de
VM ).
5. Ventilación con liberación de presión en la
vía aérea (APRV). Produce una mayor
estabilidad hemodinámica pero mayor RVP.
1243
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punto 2.2.), la VM tiene efecto inotrópico,
el inicio del destete produce:
Incremento del trabajo
respiratorio y la demanda
metabólica.
Aparición de PIT negativa.
Aumento del tono simpático.
Aumento del consumo
miocárdico de oxígeno.
Compromiso perfusión
coronaria.
1244
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Reducción del llenado VI por acentuación
del fenómeno de interdependencia ventricular
diastólica (la PIT muy negativa aumenta el
retorno venoso y desvia el septum hacia la
izquierda, aplastando el VI).
1245
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H TP con resistencias vasculares
pulmonares (RVP) normales
inicialmente. De perpetuarse estas
situaciones, se producen cambios
reactivos de la vasculatura
pulmonar con vasoconstricción y
proliferación muscular que
determina un aumento de la RVP
y, en último término, H TP
precapilar, que puede llegar a ser
suprasistémica, con inversión del
shunt y cianosis (situación
Eisenmenger).
H ipertensión venosa pulmonar
(H TP postcapilar o “pasiva”) por
transmisión retrógrada del aumento
de la presión en la AI (p.ej.,
obstrucción en cavidades izquierdas
o disfunción del VI), con flujo
pulmonar normal.
Disfunción ventricular
izquierda (p.ej.,
miocarditis aguda,
miocardiopatía
dilatada). Se produce
edema intersticial
(con obstrucción
peribronquial y
sibilancias,
clásicamente
denominado “asma
cardiaco”) y/o edema
alveolar que produce
fallo respiratorio.
Además, la H TP
postcapilar mantenida
1246
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en el tiempo, sumado
a los efectos de la
hipoxia por edema
cardiogénico, produce
un aumento de la
presión en la arteria
pulmonar provocando
disfunción cardiaca
derecha.
Drenaje venoso
pulmonar anómalo
total (DVPAT). En
estas cardiopatías el
retorno venoso
pulmonar drena a la
circulación derecha
generalmente por un
colector venoso
común, que suele
comportarse como
obstructivo (H TP
pasiva) además de
sobrecargar de
volumen las cavidades
derechas, con el
consecuente
hiperaflujo pulmonar,
suponiendo un mayor
riesgo de edema
pulmonar.
Obstrucción de
cavidades izquierdas
(p.ej., estenosis
mitral, estenosis
aórtica o coartación de
aorta).
1247
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Cardiopatías con obstrucción al
flujo pulmonar (p.ej., cardiopatías
congénitas con estenosis pulmonar,
tetralogía de Fallot y la atresia
pulmonar con comunicación
interventricular). Dichas patologías
pueden asociar anomalías de las
ramas pulmonares, que pueden ser
hipoplásicas (aumenta la postcarga
VD), o bien no estar comunicadas
con el VD o incluso ser
funcionalmente inexistentes; en
estos casos el flujo pulmonar
depende de colaterales
aortopulmonares (M APCAs),
expuestas a presión sistémica (RVP
altas).
Cardiopatías con aumento de la
presión en AD (p.ej., anomalía de
Ebstein o la cirugía de Fontan,
estadio quirúrgico paliativo donde
el flujo pulmonar es muy
dependiente de las presiones
pulmonares existentes). Existe
tendencia a derrames pleurales
recurrentes, quilotórax, disfunción
linfática con linfopenia y otros
problemas como la enteropatía
pierde-proteínas.
2. Compresión de la vía aérea (anomalías de
troncos supraáorticos y arterias pulmonares).
Determinan una obstrucción crónica de la vía
aérea (p.ej., anillos vasculares, sling pulmonar,
dilataciones de tronco o ramas pulmonares
como en la agenesia valvular pulmonar
1248
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asociada a algunas formas de Fallot). En
estas patologías se produce un aumento de la
resistencia en la vía aérea de mayor calibre
por compresión extrínseca de la tráquea o
bronquios que puede conducir al fracaso
respiratorio si se hace grave o se complica
con otras patologías, como por ejemplo
infecciones.
1249
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(obstructiva-restrictiva, explicada en caps. 24,
25, 26 y 28).
1250
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Figura 8. Beneficios de la ventilación mecáncia (VM) en el edema
agudo de pulmón (EAP). PIT: presión intratorácica; VI: ventrículo
izquierdo; VD: ventrículo derecho; CRF: capacidad residual
funcional; RVP: resistencias vasculares pulmonares.
Estos efectos también se observan en ventilación no invasiva
(VNI). Debe destacarse que la VNI en dos niveles de
presión (B L PAP), al combinar soporte inspiratorio y
PEEP, produce un efecto de descarga de la musculatura
respiratoria mayor que la presión positiva continua (CPAP)
pero sus efectos hemodinámicos son comparables. En
adultos se describe que la B L PAP produce una correción de
la P CO2 más rápida que la CPAP, lo cual puede inducir
vasocontricción coronaria y desencadenar fenómenos de
isquemia miocárdica.
1251
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aplicación de la VM en el niño con fallo cardiaco:
1252
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Figura 9. Efecto del estado de función cardiaca en la interacción
cardiopulmonar durante la respiración espontánea. GC: gasto
cardiaco; RV: retorno venoso.
1253
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A diferencia de los apartados anteriores, el bajo gasto es
debido a un inadecuado llenado ventricular. Siempre
predominan los efectos de la PIT en el corazón derecho
(disminución retorno venoso y aumento postcarga derecha)
sobre sus efectos en el izquierdo (reducción de postcarga).
1254
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experimentar bajo GC en el 33% de los
postoperatorios por fallo diastólico del VD y
prolongación inspiratoria de la insuficiencia
valvular pulmonar, si existiese. Esta
situación revierte con el paso a PIT negativa.
Con todo, el aumento del consumo de
oxígeno originado (por el mayor trabajo
respiratorio muscular que supone la
respiración espontánea) puede limitar su
efecto beneficioso.
1255
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Cardiopatías con circulación pulmonar y
sistémica conectadas en paralelo (es decir,
hay falta de mezcla entre los circuitos
pulmonar y sistémico que funcionan como
independientes). El ejemplo claro es la
transposición de grandes arterias (D-TGA)
con septo íntegro. Dicha situación precisa de
la creación de un orificio que permita la
mezcla de sangre en las aurículas
“rompiendo” el septo interauricular a nivel
del foramen oval (atrioseptostomía con
catéter-balón, Rashkind). Reconocer estas
dos situaciones es prioritario en el
tratamiento inicial, pero el manejo óptimo
posterior (médico y quirúrgico) dependerá del
diagnóstico detallado del tipo de cardiopatía
congénita.
Cardiopatías congénitas en las que existe
mezcla de sangre sin obstrucción al flujo
pulmonar (ventrículo único funcional,
truncus arteriosus, etc.) resulta de especial
importancia balancear ambas circulaciones
(pulmonar y sistémica) modulando las RVP.
En este caso, la programación de la VM
tiene un papel importante, ya que puede
ayudar a “regular” el flujo pulmonar,
actuando sobre las RVP para conseguir
equilibrar el Qp:Qs y que éste se mantenga
lo más cercano posible a 1:1 (en todo caso <
1,5:1). Este objetivo se traduce clínicamente
en una saturación transcutánea de oxígeno
(SpO2) entre 70 – 80% (P aO2 40 mmH g):
Si Qp:Qs > 1,5:1 (SpO2 >
85% ). Se debe aumentar las
RVP mediante fracción
inspirada de oxígeno (F IO2)
1256
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mínima (≤ 0,21 añadiendo CO 2
o nitrógeno al gas inspirado),
PIT alta (PEEP elevada, Vc
alto) e hipoventilación
controlada (P CO2 45 – 50
mmH g).
Si Qp:Qs < 1:1 (SpO2 < 70% ,
descartándose septo
interauricular restrictivo). Se
deberán disminuir las RVP
mediante F IO2 alta, PEEP
óptima (mantener CRF), evitar
atelectasias y sobredistensión,
frecuencias respiratorias altas y
normoventilación (P CO2 35 –
45 mmH g).
1257
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venoso sistémico.
M inimizar RVP (PEEP para reclutamiento,
PIT baja, Vc bajo, F IO2 alta).
L a VM es imprescindible si hay hipoxia, ya
que, ésta aumenta las RVP.
Ventilación con presión negativa.
1258
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tricuspídea y en insuficiencia pulmonar.
1259
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estenosis mitral, obstrucción
venosa pulmonar y fallo
ventrícular izquierdo.
Canal auriculo-ventricular.
Truncus arteriosus.
DAP amplio.
Ventana aorto-pulmonar.
D-TGA (con foramen oval permeable
restrictivo).
Drenaje venoso pulmonar anomalo total.
1260
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crisis de H TP y después mantener la
situación de normoventilación,
preferiblemente con P aCO2 entre 35 – 40
mmH g.
Vc: preferible entre 5 – 8 ml/kg; presión
meseta menor a 30 cmH 2O.
Fr: preferible programar en límite alto para la
edad o algo más altas, vigilando
atrapamiento aéreo.
PEEP óptima: evitando zona de
sobredistensión (protección pulmonar).
1261
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reducción de la postcarga (vasodilatadores pulmonares
específicos).
2.3. Volemia
Alcanza un punto capital en el manejo de cualquier paciente
crítico sometido a VM y es esencial en los cardiópatas.
Como ya se ha comentado en otros apartados, cualquier
situación de hipovolemia exacerbará los efectos
hemodinámicos secundarios del aumento de PIT y, al
contrario, situaciones de hipervolemia se beneficiarán del
efecto protector de la PEEP.
Respiratorios:
Aumento del trabajo
1262
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respiratorio.
Aumento del consumo de
oxígeno por los músculos
respiratorios.
Disminución del Vc.
Riesgo de barotrauma.
Cardiacos:
Aumento de la postcarga del
VD.
Descenso de la precarga del
VD.
Aumento de la postcarga VI por
generar PIT negativa.
1263
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estrategia general de protección pulmonar (Vc bajo,
limitación de la presión positiva inspiratoria y PEEP
óptima) que se individualizará para cada paciente según la
situación de su pulmón en ese momento.
6. Destete y extubación
Como ya se adelantó, constituye una situación de riesgo que
obliga a hacer una adecuada selección de candidatos.
1264
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de fracaso y que por tanto, se beneficiarían de un destete más
gradual de la VM . En la práctica clínica, éste se puede
realizar mediante la técnica de respiración espontánea con
tubo en T o mediante la presión de soporte. En una u otra
modalidad, la aparición de hipoxemia, acidosis respiratoria o
trabajo respiratorio importante obligará a suspender
temporalmente la disminución del soporte respiratorio.
1265
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protectores de vía aérea presentes.
H emostasia normal.
1266
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1270
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Capítulo 28
Ventilación mecánica en las
exacerbaciones
de la patología pulmonar
obstructiva crónica
Pedro Pablo Oyágüez Ugidos (1)
Susana Reyes Domínguez (2)
Isabel del Blanco Gómez (1)
Álvaro Navarro Mingorance (2)
Débora Sanz Álvarez (3)
1UCIP. Hospital Universitario. Burgos. España
1. Introducción
L a patología pulmonar obstructiva crónica en el niño
(Chronic Obstructive Pulmonary Diseases in Children,
COPDC) representa un grupo de enfermedades con
inflamación y obstrucción crónica de la vía aérea, muchas de
ellas irreversibles y con carga genética. Dentro de las
COPDC están el asma crónico persistente, la displasia
broncopulmonar de la prematuridad (DB P), la bronquiolitis
obliterante (B O), la fibrosis quística (FQ), las neumonitis
intersticiales, la neumopatía por reflujo gastroesofágico, la
discinesia ciliar, etc…
1271
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El asma, dada su importancia e incidencia, y puesto que
presenta algunas diferencias fisiopatológicas respecto al resto
de entidades, es tratado en el capítulo 24.
1272
booksmedicos.org
consiguiente, enfermedad pulmonar más grave. El deterioro
progresivo en pacientes con FQ se produce por la
obstrucción inflamatoria de la vía aérea que causa
bronquiectasias, acumulación de moco y destrucción del
parénquima pulmonar. L a FQ es la causa más frecuente de
trasplante pulmonar en pacientes menores de 16 años.
2. Fisiopatología
El pulmón heterogéneo, con áreas de enfisema y atelectasia,
de la displasia broncopulmonar puede guardar cierta
similitud con el EPOC del adulto. L a pérdida de la calidad
estructural de las vías aéreas resulta en un colapso durante la
espiración que incrementa la CRF. En sujetos adultos
normales en reposo, el volumen tele-espiratorio (capacidad
residual funcional, CRF) coincide con el volumen de reposo
elástico del sistema respiratorio. Sin embargo, en pacientes
1273
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con COPD la CRF se sitúa por encima del volumen de
reposo, creando atrapamiento aéreo. El colapso de la pared
displásica de estas vías aéreas pequeñas es una de las
principales características de los enfermos con DB P.
Además el aumento de la resistencia de las vías aéreas reduce
la habilidad del paciente a exhalar en un tiempo normal
(incrementa la constante de tiempo) y por tanto se produce
hiperinsuflación dinámica.
2.1. Físicomecánicos
Disminución del área alveolar y del área
capilar disponible para el intercambio
gaseoso y por lo tanto, aumento del espacio
muerto fisiológico, por lo que pueden retener
anhídrido carbónico (CO 2).
L a desestructuración de la unidad acinar y la
pérdida de elasticidad de la pared torácica
originan que las fuerzas de retracción elástica
en el alveolo sean más bajas de lo normal, lo
cual a igual presión intratorácica produce una
presión intraluminal más baja. (Fig. 1).
Cuando el flujo de gas pasa por esta vía aérea
patológica, donde la resistencia además está
aumentada, la caída de presión del flujo de
aire es mayor de lo normal. Como la presión
de retracción de la pared torácica es mayor
que la presión intraluminal en las vías aéreas
pequeñas, éstas tienden al colapso por
compresión dinámica durante la espiración.
Es decir, la espiración deja de ser un
mecanismo pasivo y el paciente debe usar la
1274
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musculatura respiratoria para generar el
gradiente que complete la salida de aire.
Durante la espiración, el aire intraluminal
alcanza un punto crítico de presión en el que
se iguala la presión intra y extraluminal
(punto de igual presión o EPP). Si la presión
intrabronquial sigue cayendo la vía aérea se
colapsará completamente. Para evitarlo, los
pacientes generan una presión intraluminal
superior a ese punto crítico (respiran con
quejido), para poder mantener el flujo durante
todo el tiempo espiratorio. Esta situación
empeora si se elimina este mecanismo
intubando al paciente y conectándolo a un
respirador con presión positiva intermitente
pero sin añadir presión positiva al final de la
espiración (PEEP), haciendo imposible la
salida del aire atrapado por mucho que se
alargue el tiempo espiratorio.
1275
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Figura 1. Colapsabilidad de pequeños bronquios en la patología
pulmonar obstructiva crónica (COPD). A: Pulmón normal en
respiración espontánea.
1276
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Figura 1 C: Pulmón con pared displásica sometido a ventilación
mecánica con PEEP.
1277
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alveolar por debajo de la presión atmosférica
para iniciar el flujo inspiratorio. Por lo tanto,
tiene que compensar la autoPEEP que está
generando y que supone una carga
inspiratoria tipo umbral. El incremento del
esfuerzo inspiratorio, según su intensidad y
duración, condiciona una gran gasto
energético e incluso favorece la fatiga
muscular. En pacientes pretérmino afectos de
DB P seguidos durante 11 años, se ha
observado una mayor presión para iniciar la
inspiración y una mayor prevalencia de
obstrucción al flujo (FEV1 disminuido)
comparando con controles sanos.
2.2. Funcionales
Presencia casi constante de hiperreactividad
bronquial en este grupo de enfermedades
secundaria a las alteraciones de la mucosa
bronquial, la inflamación, la disminución del
aclaramiento muco-ciliar, el aumento de
secreciones y el edema submucoso. Esto se
puede ver empeorado por la asociación con
lesiones altas (estenosis subglótica, etc.).
H iperinsuflación dinámica. Durante las
exacerbaciones, como en los asmáticos, se
produce un aumento del broncoespasmo
basal, un aumento de la inflamación y de las
secreciones. Esto conlleva mayor resistencia
al flujo, que puede condicionar atrapamiento
aéreo.
Reserva muscular respiratoria disminuida.
Tanto la disposición espacial anómala por la
hiperinsuflación crónica, como la mayor
1278
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sensibilidad a la hipoxemia que presentan los
músculos respiratorios de estos pacientes, no
son capaces de hacer frente de una forma
adecuada al aumento del trabajo respiratorio
ante ciertas situaciones.
Gran heterogeneidad en el equilibrio entre
ventilación y perfusión (V/Q) entre distintas
unidades pulmonares.
Presencia de hipertensión pulmonar (H TP)
asociada en un 12 – 38% de los pacientes
con DB P.
1279
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hiperoxia, por lo que se podrían producir
apneas inducidas por hiperoxia.
1280
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Figura 2. Fisiopatología de la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (COPD) del niño. V/Q: relación ventilación/perfusión.
1281
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como enlentecer el daño pulmonar irreversible de la
evolución de estas enfermedades.
1282
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3.2. Tratamiento conservador
El tratamiento de estos pacientes a menudo requiere ingreso
en unidades de cuidados intensivos pediátricos, y suele
1283
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incluir el uso de:
1284
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según resistencias locales se recomienda de
forma general en las exacerbaciones en
adultos, ya que hasta el 50 – 70% de las
exacerbaciones tienen causa infecciosa. En
los pacientes traqueostomizados, que
presentan colonización bacteriana casi
constante, se iniciará tratamiento antibiótico
según el resultado del último cultivo de
secreciones recogido. En estos pacientes, la
reprogramación de los parámetros
ventilatorios y el uso de antibiótico
constituyen los principales pilares del
tratamiento.
Mucolíticos. No se recomienda el uso de
agentes mucolíticos al no haber demostrado
mejoría en exacerbaciones de COPD ni de la
DB P.
Diuréticos. Aunque el uso de diuréticos
mejora la mecánica pulmonar, no hay
suficiente evidencia para recomendar su uso
de rutina. L os diuréticos más usados son las
tiacidas y los diuréticos de asa. No han
demostrado mejorar el pronóstico a largo
plazo, la estancia hospitalaria ni la necesidad
de ventilación en pacientes con DB P.
Tratamiento de la hipertensión pulmonar
(HTP). El sildenafilo se ha mostrado eficaz
en el tratamiento de la hipertensión
pulmonar, no obstante, recientes estudios no
demuestran mejoría en las escalas
respiratorias de gravedad a las 48 horas
después de su inicio. El bosentán puede ser
útil en el tratamiento crónico, pero no en el
episodio agudo. L as prostaciclinas inhaladas
han reducido el índice de oxigenación en un
30% en algunos neonatos seleccionados. En
1285
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pacientes con disfunción cardiaca secundaria
a hipertensión pulmonar el uso de milrinona
y óxido nítrico pueden resultar beneficiosos.
Nutrición. L a desnutrición es común en este
grupo de pacientes, las posibles causas son
aumento del gasto energético, disminución
en la absorción de grasas, succión ineficiente,
hipoxia crónica y oxigenación tisular
subóptima. Se ha propuesto el uso de
fórmulas hipercalóricas para estos pacientes.
No obstante, durante el episodio de
exacerbación aguda se debe evitar un aporte
calórico excesivo, especialmente de hidratos
de carbono, para no aumentar la carga de
anhídrido carbónico (CO 2). Se recomienda
una instauración personalizada de la nutrición
preferiblemente supervisada por un
nutricionista experto.
Líquidos. Aunque la literatura al respecto es
escasa, durante las exacerbaciones una
discreta limitación de líquidos parece
relacionarse con una evolución más favorable.
4.1. Indicaciones
Actualmente es la medida ventilatoria de primera línea en
estos pacientes. Se recomienda de forma generalizada el uso
de la VNI en las exacerbaciones de la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica tanto en niños como en adultos. En
numerosos ensayos clínicos de adultos, se ha demostrado su
eficacia disminuyendo el trabajo respiratorio, la mortalidad a
largo plazo, la necesidad de ventilación invasiva, y por tanto
sus complicaciones, el tiempo de estancia en la unidad de
1286
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cuidados intensivos y el tiempo de hospitalización.
1287
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Oxigenación. No es frecuente la
disponibilidad de una línea arterial para
obtener niveles de presión parcial de oxígeno
(P aO2) en estos pacientes, por lo que se
puede utilizar la SpO2 medida por
pulsioximetría continua y el cociente
saturación transcutánea de oxígeno/fracción
inspirada de oxígeno (S/F) (ver caps. 11 y
12).
Ventilación. Se pueden utilizar la capnografía
transcutánea y la gasometría capilar o venosa.
Se aceptan niveles altos de P aCO2 siempre
que el pH se encuentre en rangos aceptables
(pH > 7,25).
Monitorización. L a monitorización clínica
del trabajo respiratorio es fundamental para el
ajuste de los parámetros de la VNI. Es
imprescindible favorecer la mayor comodidad
posible para obtener sincronía con el
respirador.
5.1. Indicaciones
Empeoramiento de la dificultad respiratoria
(aumento de la frecuencia respiratoria, disnea,
uso de musculatura accesoria, etc.) a pesar de
un adecuado manejo no invasivo.
Inestabilidad hemodinámica y parada
cardiorrespiratoria.
Empeoramiento en el intercambio gaseoso a
pesar de un adecuado manejo no invasivo.
1288
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B ajo nivel de consciencia que no mejora con
ventilación no invasiva.
Intolerancia a VNI no controlable con
sedación ni medidas de confort.
Existencia de cualquier contraindicación al
uso de VNI (ver cap. 19).
1289
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5.3. Consideraciones sobre la
programación
L a evaluación atenta de la situación respiratoria permite
identificar la mejor estrategia de protección pulmonar,
puesto que además en estos pacientes hay varios factores
contribuyen a un mayor riesgo de daño pulmonar inducido
por ventilación mecánica:
1290
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por mecanismos similares a los de los
pacientes con obstrucción grave (ver Fig. 5
cap. 24). Durante la ventilación mecánica se
observa un marcado gradiente entre presiones
pico y meseta en la curva de presión-tiempo,
por la elevada resistencia de la vía aérea. Si el
tiempo espiratorio es insuficiente, el flujo
espiratorio no alcanza la línea de base en la
curva de flujo-tiempo.
Medida de la PEEP intrínseca. Durante los
segundos que dura la maniobra de oclusión
espiratoria, el paso de aire a través del
estrechamiento de la vía aérea, permite
estimar la presión en el alveolo y detectar
autoPEEP. Pero esta maniobra puede
infraestimar el grado de atrapamiento (PEEP
intrínseca oculta) porque como la presión se
mide en la tubuladura, no en el paciente, al
bloquear el sistema paciente-tubuladura,
parte del volumen atrapado pasa a la
tubuladura, hasta que la presión alveolar (en
descenso) se iguala con la presión en la
tubuladura (ascendente) (Fig. 3). Cuanto
menor sea la PEEP programada mayor será
la PEEP intrínseca oculta (el gradiente entre
la presión alveolar y la PEEP es mayor), lo
cual podría llevarnos a concluir erróneamente
que programando una PEEP menor se está
aliviando el atrapamiento (Fig.3).
Ajuste de programación propuesto. Puesto que
esta autoPEEP se produce porque una nueva
inspiración empieza antes de que el flujo
espiratorio haya terminado, en este caso la
acción apropiada para reducir la autoPEEP es
alargar el tiempo espiratorio.
1291
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Figura 3. Presión positiva al final de la espiración (PEEP) intrínseca
oculta por las limitaciones de la medida de PEEP intrínseca. A.
Durante la pausa inspiratoria y espiratoria estarán cerradas las
válvulas inspiratoria y espiratoria. Durante la pausa inspiratoria, los
alvéolos y la tubuladura alcanzan una presión equivalente que se
denomina presión meseta (Pplat).
1292
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Figura 3 B. Durante la espiración sin atrapamiento el pulmón se
vacía, con lo que la presión disminuye progresivamente. El volumen
evacuado (espirado) sale de la tubuladura, que siempre se mantiene
con el nivel programado (PEEP extrínseca).
1293
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Figura 3 C. En una situación de atrapamiento, durante la maniobra de
pausa u oclusión espiratoria, si existe una PEEP alveolar de 12
cmH2O, con el bloqueo se igualarán las presiones en un punto
inferior a la PEEP alveolar.
1294
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Figura 3 D. Espiración con un nivel menor de PEEP extrínseca (2
cmH2O).
1295
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Figura 3 E. Pausa espiratoria con un nivel menor de PEEP extrínseca.
Si se programa una PEEP menor (2 cmH2O en este ejemplo), el
punto de equilibrio se situará en un nivel de presión inferior, pero
existiendo mayor diferencia con la PEEP programada, por tanto, la
PEEP intrínseca oculta será mayor. Esto podría llevar a concluir
erróneamente que se ha aliviado el atrapamiento.
1296
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atrapamiento porque durante la espiración se
produce una obstrucción completa.
Ahora bien, en el caso del colapso distal de
las vías aéreas, la maniobra de bloqueo
espiratorio permeabiliza la vía aérea al cesar
el efecto venturi que colapsa activamente la
vía aérea displásica. Se iguala la presión a
nivel distal, no hay colapso de la pared
displásica y se puede detectar la autoPEEP
con la maniobra de oclusión. En este caso se
recomienda programar una PEEP extrínseca
(PEEPe) del 70 – 80% de la autoPEEP que
permita abrir el colapso y facilitar el paso de
aire (Fig. 4).
En cambio, las secreciones respiratorias
originan un efecto de válvula unidireccional,
ya que en espiración al disminuir el calibre
de la vía aérea la colapsan y no permiten el
flujo de aire. En este caso, cuando hay flujo
0, la obstrucción impide medir la presión en
el alveolo (Fig. 5). Por tanto, queda un
volumen de aire en el interior del alveolo
difícil de detectar con la maniobra de
oclusión espiratoria, porque no está en
contacto con el bronquio, y esta presión no
detectada se denomina “autoPEEP oculta o
PEEP intrínseca oculta”.
1297
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Figura 4. Atrapamiento por colapso distal. A. Se detecta autoPEEP,
el flujo llega a 0. El colapso de la vía aérea durante la espiración
impide la comunicación con el alveolo por lo que la pausa
espiratoria no revela una medida de autoPEEP real.
1298
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Figura 5. Bloqueo inspiratorio. Atrapamiento secundario a
secreciones y bajo nivel de presión positiva al final de la espiración
(PEEP). A. Al realizar la pausa espiratoria no se aprecia autoPEEP y
la medida de presión meseta (Pplat) es de 20 cmH2O.
1299
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Figura 5 B. Tras aumentar la PEEP a 5 cmH2O, la Pplat no cambia (20
cmH2O) pero se reduce la presión diferencial o driving persure (15
cmH2O). Por tanto, la PEEP ideal sería la que más redujera la driving
pressure.
1300
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Cuando hay colapso distal, siempre que se haya
permeabilizado la vía aérea con la PEEP programada y ésta
sea menor que la PEEP alveolar, habrá salida de aire durante
la espiración. Diversos autores apoyan el uso de PEEP
programada, siempre que no sobrepase una PEEP crítica
(“teoría de la cascada”, M arini et al y Contou et al) (Fig. 6).
Si se aplicase una PEEPe superior a la PEEP total
aumentaría el volumen pulmonar al final de la espiración (ya
elevado por el atrapamiento), con la consiguiente repercusión
respiratoria y hemodinámica.
1301
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pressure o presión diferencial, P plat – PEEP) para intentar
conocer la PEEP a utilizar en pacientes con autoPEEP
oculta. L a PEEP ideal, en este caso, sería la que más
reduzca la driving pressure y por tanto también debería
reducir el atrapamiento (Fig. 5).
1302
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Figura 6. Teoría de la cascada. Una presión positiva al final de la
espiración (PEEP) programada del 80% de la autoPEEP permite
superar el colapso (critical pressure). Palv: presión alveolar.
1303
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5.4.1. Oxigenación
5.4.2. Ventilación
1304
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invasiva y también podría disminuir la tasa de intubación en
los pacientes con VNI durante las exacerbaciones de EPOC.
El equipo y el funcionamiento es similar al de la
oxigenación extracorpórea.
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Capítulo 29
Neumotórax y ventilación
mecánica
Paula Madurga Revilla (1)
Elvira Morteruel Arizkuren (2)
Silvia Redondo Blazquez (2)
Javier Pilar Orive (2)
1 UCIP. Hospital Infantil Miguel Servet. Zaragoza. España
2 UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Barakaldo. Bizkaia.
España
1. Concepto
El neumotórax, presencia de aire en el espacio pleural, es
una complicación relativamente frecuente y potencialmente
fatal de la ventilación mecánica (VM ).
1314
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incidencia de lesión pulmonar inducida por ventilación
(L PIV). En un estudio multicéntrico prospectivo que
incluyó a más de 5000 pacientes sometidos a VM , la
incidencia de barotrauma fue del 3% , siendo el asma y el
síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) factores de
riesgo independientes, confirmados además en otros
estudios. En el estudio multicéntrico sobre VM pediátrica
realizado en España y publicado en 2004, la incidencia
alcanzó el 8,1% .
2. Etiopatogenia (Fig.1)
Aunque generalmente se asume que el barotrauma es una
complicación de la VM , no siempre es la presión positiva la
que provoca un neumotórax en un paciente con VM . El aire
extraalveolar se puede asociar con problemas a diferentes
niveles:
1315
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tales como inserción de tubo torácico,
traqueotomía o mediastinoscopia.
1316
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extrapulmonar, el aumento de presión transpulmonar
(gradiente de presión que se genera entre el espacio aéreo
[alveolo] y los tejidos que lo rodean [espacio pleural] juega
también un papel fundamental). En muchas ocasiones, los
aumentos de presión en la vía aérea se acompañan de
aumento de presión pleural (tos, etc.), manteniendo presión
transpulmonar baja, sin aumentar por tanto el riesgo de
desarrollo de aire extrapulmonar. Ahora bien, cualquier
incremento de presión en el espacio aéreo con presión
pleural baja genera un gradiente suficiente para provocar la
rotura de la pared alveolar.
3. Factores de riesgo
En estudios en animales, se ha comprobado
que el V C alto (volutrauma) y la consiguiente
sobredistensión son los factores más
importantes en el daño alveolar e intersticial.
Según algunos autores, para evitar el
neumotórax, la presión alveolar (P alv) no
debería exceder de 35 cmH 2O. L os V C altos
1317
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causan daño alveolar incluso en la ventilación
a presión negativa. En pacientes con VM , la
sobredistensión alveolar ocurre durante los
incrementos de presión inspiratoria. Ahora
bien, ¿qué presión indica la sobredistensión
alveolar? L a presión pico inspiratoria (PIP)
no necesariamente refleja un aumento del
volumen alveolar (ver cap. 1). En ventilación
controlada por volumen (VC), la PIP depende
también de otros factores como el flujo
inspiratorio elevado, la resistencia del circuito
respiratorio, del tubo endotraqueal (tubo
pequeño, acodamiento, obstrucción), de la vía
aérea del paciente (secreciones,
broncoespasmo, edema de la vía aérea, cuerpo
extraño intrabronquial). De modo que la
presión que realmente refleja un aumento del
volumen alveolar es la presión meseta (P plat )
(en (VC)), cuyo aumento ha demostrado ser
factor de riesgo para el desarrollo de daño
alveolar. En ventilación controlada por
presión, no es posible diferenciar PIP de
P plat . Por otra parte, un incremento de la
presión pleural (PC) (tos, agitación,
convulsiones, escalofríos, derrames,
neumotórax, ascitis, vendajes) puede elevar la
PIP sin influir en la presión transalveolar o
volumen alveolar. Incluso una elevación de la
presión pleural (P pl) no generará una rotura a
menos que exista un gradiente de presión
entre los alveolos adyacentes o el tejido
broncovascular que lo rodea.
Ni la estrategia ventilatoria “pulmón abierto”
(open lung) utilizando altos niveles de presión
al final de la espiración (PEEP) ni las
maniobras de reclutamiento se han
1318
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relacionado con aumento de riesgo de
barotrauma. De hecho, la estrategia
ventilatoria “pulmón abierto” (PEEP óptima)
se conoce como “estrategia de protección
pulmonar”.
Ventilación manual con bolsa: en esta
circunstancia el V C y la presión administrada
no se controlan pudiéndose administrar
volúmenes hasta el 170% mayores de los
programados y presiones de hasta 100
cmH 2O, aumentando el riesgo de
neumotórax. Un neumotórax que aparece a las
pocas horas de iniciar la ventilación estaría
relacionado con un trauma previo o una
hiperinsuflación durante la ventilación
manual.
Presencia y naturaleza de la patología
pulmonar. El neumotórax en el paciente con
pulmón normal es raro. SDRA, asma y
neumonía bacteriana necrotizante son las
patologías con riesgo más elevado. L a
presencia de lesiones focales no homogéneas y
la inmadurez pulmonar también son factores
de riesgo.
No existe evidencia científica del tipo de flujo
o modo ventilatorio (VC o PC) con mayor
riesgo de baro y volutrauma. L o que sí está
claro es que se deben emplear modos
espontáneos contínuos (presión de soporte)
siempre que la clínica lo permita.
Duración de la VM . El número de días de
VM también es un factor de riesgo para el
desarrollo de neumotórax.
1319
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Todas las formas de presentación clínica deben considerarse
como signos de gravedad de la enfermedad pulmonar o la
consecuencia de un manejo ventilatorio inadecuado.
4.3. N eumomediastino
Suele ser el primer signo de barotrauma y en un importante
número de casos (42% ) se desarrollará un neumotórax.
M uchas veces es asintomático y se diagnostica en
exploración radiológica. Pueden aparecer disnea, dolor
torácico o cervical, taquicardia, taquipnea e hipertensión. Si
se desarrolla un neumomediastino a tensión pueden aparecer
signos de bajo gasto cardiaco por disminución de retorno
venoso.
4.4. N eumopericardio
Tiene mayor repercusión clínica en neonatos.
4.6. N eumoperitoneo
1320
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Es una rara consecuencia del barotrauma, por lo que siempre
habrá que descartar el origen abdominal antes de atribuirlo a
barotrauma respiratorio. Se puede manifestar como dolor,
distensión abdominal y timpanismo; a veces la única
manifestación es radiológica. El síndrome compartimental
secundario es muy raro.
4.8. N eumotórax
Existen tres formas de presentación de un neumotórax.
1321
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Por un deterioro inexplicado de la función
pulmonar. Un empeoramiento en la
oxigenación, un incremento en la P plat si el
paciente está ventilado por VC, una caída en
Vc si está ventilado por PC, o una
disminución de la complianza pulmonar son
signos inespecíficos de neumotórax.
El neumotórax a tensión es la forma más
grave. Cuando un neumotórax se produce en
un paciente en VM , el riesgo de desarrollar
un neumotórax a tensión es muy elevado (30 –
90% ). En el neumotórax a tensión, el aire
entra en el espacio pleural durante la
inspiración y no puede salir durante la
espiración, generando una presión mayor a la
atmosférica, colapsando el pulmón y
desplazando a las estructuras mediastínicas
hacia el lado contralateral. H ay que descartar
un neumotórax ante cualquier deterioro clínico
agudo en un paciente en VM , sobre todo si
está sometido a ventilación con parámetros
agresivos. Se manifiesta por aparición brusca
de agitación, dificultad respiratoria,
hipoventilación de un hemitórax, hipoxia e
inestabilidad hemodinámica (taquicardia e
hipotensión) secundaria a la disminución del
retorno venoso y por tanto, de la precarga.
L os signos radiológicos incluirían el colapso
casi total del pulmón con aire rodeando sus
bordes, desvío contralateral del corazón y
mediastino e inversión del diafragma (no
deberían existir radiografías de neumotórax a
tensión, ya que ha de resolverse mediante
toracocentesis ante sospecha clínica, sin
esperar al estudio radiológico). L a ecografía
torácica, presente en muchas unidades, se ha
1322
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convertido en un medio sencillo, rápido y no
invasivo en el diagnóstico a pie de cama del
neumotórax (ver cap. 32).
1323
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5. Prevención (Tabla I)
L a prevención del desarrollo de aire extrapulmonar
secundario a ventilación mecánica se basa en ajustar los
parámetros ventilatorios según la “estrategia de protección
pulmonar” (ventilar en la “parte segura” [zona central o
vertical] del bucle de mecánica respiratoria de volumen-
presión). Pese a que los datos de estudios aleatorizados no
muestran que la estrategia de ventilación de protección
pulmonar (Vc y P plat bajos) disminuya la incidencia de
neumotórax ni FB P secundaria a VM , probablemente estos
datos estén limitados por la baja incidencia de estas
complicaciones. Así pues, las medidas para evitar el
desarrollo de aire extrapulmonar consistirán en:
1324
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inflexión superior de la curva de complianza.
El mejor parámetro de control de barotrauma
es la P plat , ya que es el mejor indicador de
presión alveolar. Cuando la P plat es > 35
cmH 2O, la incidencia de barotrauma aumenta
de forma muy importante. Para ello, se debe:
Evitar volúmenes corriente altos
(sobre todo en patología
respiratoria grave: SDRA o
broncoespasmo grave).
Evitar el atrapamiento aéreo:
alargar el tiempo espiratorio lo
suficiente para que el flujo
espiratorio (y con ello, la
autoPEEP) se haga cero. El
mejor parámetro para control de
la hiperinsuflación es la
monitorización de la P plat (mejor
indicador de atrapamiento aéreo
en caso de PEEP inadvertida [ver
caps. 24 y 28]). L a PIP no
predice la aparición de
barotrauma durante la VM del
estatus asmático; de hecho, la
estrategia que trata de minimizar
la hiperinsuflación requiere en
ocasiones PIP muy elevadas
(dada la gran resistencia de la vía
aérea al flujo, y la necesidad de
emplear flujos inspiratorios altos
para poder alargar el tiempo
espiratorio lo suficiente). El
alargamiento del tiempo
espiratorio, que es el mejor
método para disminuir o evitar la
hiperinsuflación, tiene un límite,
1325
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ya que no puede reducir el
volumen de aire atrapado más allá
de las vías aéreas distales que
quedan cerradas al final de la
espiración (por colapso de la vía
aérea distal por inmadurez o por
fenómeno valvular por moco, ver
cap. 28). En este caso, una
solución podría ser administrar
una PEEP “suficiente” para evitar
este colapso teleespiratorio.
Evitar el daño secundario al colapso alveolar:
“pulmón abierto” (open lung). Esta estrategia
trata de buscar la PEEP óptima en cada
paciente y en cada momento de su evolución,
para evitar el atelectrauma de aquellas
unidades alveolares dañadas y con tendencia al
colapso (evitar ventilar por debajo del punto
de inflexión inferior o de apertura en el bucle
presión-volumen). Además, al optimizar el
reclutamiento, habrá más unidades alveolares
preparadas para “repartirse” el V C, evitando
así el daño por sobredistensión de los
alveolos inicialmente no dañados (que, de
otro modo, tendrían que soportar volúmenes
mucho mayores, compensando el colapso de
los alveolos dañados).
1326
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lateral izquierdo y la administración de oxígeno hiperbárico
no han demostrado ser eficaces.
6.3. N eumopericardio
En algunas ocasiones, principalmente en neonatos, también
puede requerir tratamiento (drenaje).
1327
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un tubo de drenaje torácico, de calibre 6 a 16
Fr según la edad, en el 2º – 3º espacio
intercostal línea medioclavicular o en 5º
espacio intercostal, líneas axilar anterior o
media, y con dirección anterosuperior. L a
técnica de colocación más utilizada para los
neumotórax es la técnica de Seldinger;
también se puede colocar mediante la punción
directamente con trócar dentro de catéter o con
catéter sobre aguja. L os neumotórax
loculados, que difícilmente se localizan y
drenan por toracostomía, se drenan mejor
mediante punción guiada por tomografía axial
computerizada (TAC) ya que la inserción a
ciegas de un tubo de toracostomía puede
ocasionar la perforación del pulmón. El tubo
de drenaje se conecta a un sistema de drenaje
cerrado (válvula de H eimlich) o con
aspiración cerrada. Se aplica la mínima
aspiración precisa para conseguir la
reexpansión pulmonar (-10 a -20 cmH 2O), ya
que la presión negativa de -20 cmH 2O puede
promover la persistencia de la fuga, o incluso
sin aspiración, simplemente mediante la
conexión del tubo de drenaje a un sistema
valvular o de sello de agua. Una vez
reexpandido y tras confirmar que no hay fuga
residual durante al menos 24 horas se procede
al pinzado y posterior retirada del tubo. L a
media de tiempo para que cure un neumotórax
en un paciente con patología pulmonar grave
oscila entre 11 y 14 días.
Ventilación mecánica (Tabla II): lo ideal sería
retirar al paciente de la ventilación con presión
positiva, pero casi nunca es posible. En tal
caso, se usará el soporte ventilatorio menos
1328
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agresivo posible, con el objetivo de reducir la
presión media intratorácica: estrategia de
protección pulmonar. Si clínicamente el
paciente lo permite, se emplearán modos
espontáneos continuos (presión de soporte),
con intención de disminuir la presión
positiva. Si esta opción tampoco es posible,
se intentará disminuir la sobredistensión
alveolar utilizando V C lo más bajos posible (4
– 6 ml/kg), para mantener una presión meseta
< 35 cmH 2O. Se tolerará hipercapnia
permisiva y se buscará la PEEP óptima que
permita el reclutamiento alveolar, evitando la
sobredistensión. Además, en estos casos en
los que hay que mantener importante soporte
ventilatorio, será necesario optimizar la
sedación y probablemente emplear relajación
muscular para hacer tolerable la hipercapnia
que se producirá debido a la estrategia de
hipoventilación empleada y minimizar la
lucha con el respirador (ver cap. 5).
1329
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No existe consenso sobre el tratamiento más adecuado de la
FB P, por lo que la terapéutica debe individualizarse en cada
caso. Inicialmente, se preconiza un manejo conservador que
incluye la colocación de tubos de drenaje con sistemas de
drenaje adecuados al flujo de la fístula (la menor succión
posible para reducir el V C que se pierde a través de la
fístula), el tratamiento de la patología de base y minimizar
el daño alveolar secundario a VM , empleando la misma
estrategia ventilatoria que en el neumotórax (Tabla II):
1330
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efectividad. Existen además, técnicas no ventilatorias
descritas en adultos (oclusión del tubo torácico durante la
inspiración, aplicación de PEEP al tubo torácico y oclusión
de la vía aérea afectada mediante broncoscopia) empleadas en
intento de disminuir la fuga aérea (generalmente empleadas
en el postoperatorio y no en FB P secundaria a ventilación
mecánica), cuya efectividad tampoco está demostrada. Otros
autores prefieren procedimientos quirúrgicos como la
toracoplastia, decorticación y cierre del “muñón bronquial”
con músculos pectorales e intercostales. El cierre quirúrgico
estaría indicado en pacientes con FB P y neumonía lobar
necrotizante o en FB P secundaria a cirugía previa.
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1332
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7. Fuga aérea y ventilación de alta
frecuencia (VAF)
Aunque no existe suficiente evidencia de su superioridad
sobre la ventilación convencional, algunos trabajos han
demostrado su eficacia, por lo que parece justificable su
empleo en pacientes críticos con escape aéreo persistente y
enfermedad pulmonar grave difusa que no responden a la
ventilación convencional, siendo ésta la principal indicación
de la VAF (ver caps. 20 y 26). Se utilizará una estrategia de
hiperoxia (intento de la menor presión media en la vía aérea
[M AP] a expensas de mayor fracción inspirada de oxígeno
[F IO2]) e hipercapnia permisivas, valorando sedación y
relajación, con una M AP inicial similar a la utilizada en la
ventilación convencional, siempre y cuando se consiga un
adecuado reclutamiento alveolar. Posteriormente se intentará
idealmente ajustar la M AP por debajo de la “presión de
fuga”, siempre y cuando la oxigenación (reclutamiento-shunt
intrapulmonar) lo permita. L a frecuencia respiratoria será 2
H z menor de la correspondiente para su peso, y se utilizará
una amplitud mínima que garantice un pH > 7,25 (ver cap.
20).
1333
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9. Toracocentesis y colocación del drenaje
pleural
9.1. Material
El material necesario para realizar la toracocentesis y la
toracostomía se refleja en la Tabla III.
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4º. Preparar la zona cutánea con antiséptico. Infiltrar la
piel, el tejido celular subcutáneo, los músculos
subyacentes y la pleura con anestésico local: vía
anterior, a nivel del borde superior de la 3ª costilla (2º
espacio intercostal) en la línea medio y clavicular
(Fig. 2). Se puede aspirar con la misma aguja de
anestesia local para confirmar la penetración en la
pleura y la presencia de aire.
1335
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aplicando una aspiración constante en la
jeringa, hasta la profundidad aproximada
en que se penetró inicialmente con la
aguja anestésica en la pleura (puede
apreciarse un súbito cese de la
resistencia). Al llegar al espacio pleural
retirar la aguja e introducir el catéter,
obturándolo hasta unirlo a una llave de
tres pasos para evitar entrada de aire.
Aguja unida a una llave de tres pasos y a
una jeringa: de la misma forma que en el
caso anterior, pero al llegar al espacio
pleural sujetar la aguja con una pinza
hemostática a nivel de la piel, para
mantener constante la profundidad de la
inserción mientras se realiza la
aspiración.
1336
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Figura 3. Técnica de toracocentesis.
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óptimo, pero suelen emplearse calibres 6 – 16 F.
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Figura 4. Dispositivos para colocación de drenaje pleural mediante
técnica de Seldinger.
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Figura 5. Introducción de tubo de drenaje pleural, con ayuda de
pinzas.
1º. Preparar el campo estéril.
2º. Infiltrar con un anestésico local 2-3 cm por debajo del
lugar de penetración en la pleura. Se continúa la
infiltración a través de todas las capas de la pared
torácica, dirigiendo la aguja en sentido craneal, hacia
el espacio intercostal donde se penetrará en la pleura.
Inyectar 1-3 ml de anestésico local inmediatamente
por debajo de la costilla, por delante y por detrás del
punto proyectado de penetración pleural, para bloquear
el paquete nervioso intercostal. Infiltrar la pleura y
atravesarla para confirmar la existencia de aire o
líquido.
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3º. Realizar una incisión lineal en la piel anestesiada a la
altura del espacio intercostal donde introducirá el
tubo. El tejido subcutáneo y los músculos
intercostales se disecan de forma roma con la pinza
curva, creando un túnel subcutáneo desde la piel hasta
el punto de entrada de la pleura, sin necesidad de
llegar a ella.
4º. Punción pleural con el trócar, situado dentro del tubo a
introducir: se introduce la punta del catéter en el
espacio intercostal (borde superior de la costilla), se
efectúa una presión, firme y cuidadosa (colocar
nuestros dedos de la otra mano o un mosquito cerrado
a 1-3 cm de la punta a modo de tope para evitar
introducir el trócar demasiado) introduciendo de 1-3
cm hasta perforar la pleura parietal, y se introduce el
catéter suavemente en la dirección deseada, al mismo
tiempo que se va retirando el trócar.
5º. Resto de pasos igual que en la técnica anterior.
1341
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pleural, se debe conectar el extremo distal a
un sistema de válvula unidireccional, que
facilita la eliminación desde el espacio
pleural, pero a su vez impide la entrada de aire
en el mismo:
1.- L a válvula unidireccional más sencilla
utilizada es el sello de agua (Fig. 6), que
consiste en un frasco en el que se
introducen dos tubos, uno queda sumergido
en agua unos 2 cm en su extremo distal y
por su extremo superior se encuentra unido
al tubo de drenaje. El segundo tubo
comunica la cámara del sello de agua con el
exterior. El sello de agua sirve como válvula
unidireccional y como cámara de
recolección. El drenaje del líquido pleural
es facilitado al poner este sistema por
debajo del lugar de inserción
(aproximadamente 80 cm), con lo que se
usa tanto la mecánica respiratoria como la
gravedad para lograr drenar el espacio
pleural.
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Figura 6. Sello de agua.
2.- Cuando se debe drenar gran cantidad de líquido, el
sello de agua es insuficiente, ya que en la medida que
aumenta el líquido drenado aumenta la distancia que
se sumerge el tubo de drenaje, y como consecuencia
aumenta la resistencia a vencer por el paciente. De
igual forma, si además se drena aire, se forma una
solución espumosa que dificulta su medición. En
estos casos se usa un sistema de dos botellas,
interponiendo un frasco de drenaje entre el paciente y
el sello de agua, que tiene dos tubos, ambos sin
sumergir, el primero se conecta al drenaje pleural y el
segundo al sello de agua. Esto es lo que
denominados frasco reservorio (Fig. 7). Este frasco
acumula todo el líquido que proviene del espacio
pleural sin aumentar la resistencia en el sistema y,
además, facilita la identificación del líquido a drenar y
su medición.
1343
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Figura 7. Frasco reservorio + sello de agua.
3.- Cuando la clínica o la radiología indican que no se ha
logrado una reexpansión pulmonar adecuada, se debe
conectar el drenaje a un sistema de aspiración,
empleando un tercer frasco: frasco de aspiración (Fig.
8), que se usará como válvula de control del sistema
de aspiración convencional, ya que la presión de
aspiración de los sistemas convencionales es
excesivamente alta y causaría daño pulmonar. El
sistema valvular de aspiración consiste en un frasco
con 3 tubos. Uno de los tubos se sitúa sumergido en
solución fisiológica (10-20 cm) y su otro extremo
libre está en contacto con el medio ambiente. L os
otros dos tubos se conectan al sello de agua y a la
fuente de aspiración convencional. Este es el sistema
de drenaje utilizado con más frecuencia: sistema de
1344
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aspiración de 3 frascos (Fig. 9), que permite regular el
grado de aspiración y extraer aire y líquido del espacio
pleural con la adición de válvulas que hacen más fácil
y seguro su uso. El primer frasco o reservorio recoge
el líquido de drenaje, el segundo proporciona un
sellado bajo agua con una válvula de baja resistencia
que permite la extracción del aire, y el tercero regula el
grado de aspiración. Al activar el sistema de
aspiración de pared se genera una presión negativa
dentro del frasco de aspiración, que producirá un
burbujeo de aire procedente de la atmósfera (la presión
negativa de aspiración es igual a la profundidad a la
que dicho tubo se encuentra sumergido bajo la
columna de agua del frasco de aspiración). Esta
presión se transmite al frasco del sello de agua, que
ofrece una resistencia a la aspiración de 2 cm de agua
(porque el tubo del sello se encuentra hundido 2 cm),
por lo que deben restarse esos 2 cm de la presión de
aspiración para tener la presión final que se aplica al
espacio pleural (Fig. 9).
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Figura 8. Frasco de aspiración.
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Figura 9. Sistema de drenaje pleural con aspiración con 3 frasco.
Por tanto, el manómetro del aspirador no es el que
determina la presión negativa en el frasco. El
manómetro de pared debe ser mantenido en succión
continua, a una presión suficiente para asegurar el
burbujeo en el segundo frasco durante las dos fases de
la respiración. En este sistema, cuando se quiere dejar
de aplicar presión negativa de aspiración, no sólo se
debe apagar el aspirador convencional de pared sino
que se debe desconectar el tubo de conexión entre el
tercer frasco y el aspirador para dejar salir el aire
evacuado por el sello de agua hacia la atmósfera. En
caso de no proceder a la desconexión de esta
tubuladura, se impediría la eliminación del aire del
neumotórax y, por tanto, la situación generada es
idéntica a la producida al pinzar el tubo de drenaje del
paciente. Para evitar este problema se idearon los
sistemas con 4 botellas, actuando el 4º vaso o “sello
auxiliar” como válvula de seguridad (Fig. 10).
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Figura 10. Sistema de drenaje pleural con aspiración con 4 frascos.
1348
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pinzamiento del sistema.
Ante la reaparición de fuga cuando ésta ya
había cedido, deben comprobarse todas las
conexiones, así como la disposición
intratorácica de todos los orificios del tubo de
drenaje. A continuación, pinzar el tubo
torácico para localizar la procedencia de la
fuga (si al pinzar, la fuga de aire persiste en el
frasco de sellado bajo agua, puede deducirse
que existe una fuga en el sistema de drenaje).
Pinzar el tubo para los cambios de sistema de
drenaje.
Asegurar las medidas de asepsia para
minimizar el riesgo de infección. No está
indicada profilaxis antibiótica para
toracocentesis o colocación de drenaje en
ningún caso salvo en drenajes postraumáticos
(sobre todo si existe herida penetrante), en
cuyo caso se administrará una dosis única
previa al procedimiento, o se mantendrá un
máximo de 24 horas.
Colocar el sistema de drenaje siempre por
debajo del lugar de punción.
No cerrar el drenaje durante el transporte en
niños con neumotórax. L a movilización o
transporte del paciente a un lugar distante
debe hacerse colocando un sistema de
seguridad tipo “válvula de H eimlich” (Fig.
11) o con un sistema de drenaje tipo Atrium®
(Fig 12), o Pleur-evac® (Fig. 13) guardando
las máximas medidas de seguridad. Nunca
debe realizarse un transporte con el sistema
cerrado durante largo tiempo, por el peligro
de producir un neumotórax a tensión.
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Figura 11. Válvula de Heimlich.
1350
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aspiración, se debe añadir agua a dicho vaso.
El aumento de la presión de aspiración del
sistema convencional sólo produce aumento
en el burbujeo del vaso de aspiración, con
clara molestia para el paciente y alto riesgo de
evaporación del agua de los vasos.
L a elevación de la columna de agua del
“sello” determina un aumento proporcional
(en cm de agua) de la presión que debe vencer
el aire del espacio pleural. Dicha elevación
puede ser debida a un excesivo llenado del
sello o por la elevación de la columna del
sello producida por un exceso de presión
negativa en el vaso reservorio que
normalmente es debido a haber existido una
presión de aspiración. Para solucionar este
problema se debe introducir aire en la cámara
del sello, lo que se podría hacer
desconectando el vaso reservorio del paciente
o utilizando la “válvula de liberación de
presión negativa” que se encuentra en la parte
superior de los sistemas tipo Pleur-evac® (A
en la Fig. 13).
En los sistemas tipo Pleur-evac® existe una
“válvula de límite de exceso de presión
negativa”, que es una bola situada entre el
sello de agua y el vaso reservorio que evita
sobrepasar un límite de presión negativa en la
pleura del paciente (B en la Fig. 13).
En los sistemas de tipo Pleur-evac® siempre
es recomendable seguir el mismo
procedimiento que en los sistemas de 3
botellas, al retirar el sistema de aspiración.
Aunque estos aparatos tienen una válvula de
seguridad en su parte superior que cumple la
función de sello de agua auxiliar y que
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permite la “liberación del exceso de presión
positiva” (C en la Fig. 13).
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Figura 12. Atrium® Sistema de drenaje.
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Figura 13. Sistema de drenaje tipo Pleur-evac®. A. Válvula de
liberación de presión negativa. B. Válvula de limitación de exceso de
presión negativa
C. Válvula de liberación de presión positiva.
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Se realizará lo antes posible. L os criterios para la retirada
son:
Procedimiento:
9.6. Complicaciones
Reacción vagal: bradicardia, paro cardiaco.
L esión de los vasos intercostales o mamarios:
si la hemorragia no cesa puede requerir
exploración quirúrgica para su ligadura.
L esión del pulmón: hemorragia pulmonar.
1356
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L esión del corazón y grandes vasos.
Penetración en los órganos y vasos
abdominales.
L esión del sistema nervioso simpático
(síndrome de H orner).
Neumotórax, por comunicación del sistema
con la atmósfera o por punción del pulmón.
Edema de pulmón “ex-vacuo” del lado afecto
(raro).
Enfisema subcutáneo: por descompresión
inadecuada de un neumotórax, por paso de
aire alrededor del tubo hacia el interior del
espacio subcutáneo, o porque el orificio más
proximal del tubo torácico esté situado
subcutáneamente.
Infección en el punto de inserción del tubo
torácico.
Infección pleural y/o empiema secundarios.
Obstrucción del tubo por sangre o coágulos
de fibrina.
1357
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Bibliografía
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23 Serrano A, Jiménez R. Pneumothorax. En: Casado J,
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Capítulo 30
Tratamientos complementarios:
óxido nítrico, posición en prono,
surfactante. Fibrobroncoscopia
J. Parrilla Parrilla (1)
M. Brezmes Raposo (2)
M. Pons Òdena (3)
L. Rodríguez Guerineau (4)
1UCIP. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla. España
2Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos y Neonatales Hospital
Clínico Universitario. Valladolid . España
3UCIP. Hospital Sant Joan de Déu. Barcelona. Universitat de
Barcelona. España
4 UCIP. Great Ormond Street Hospital. London. Reino Unido
1. Óxido nítrico
1.1. Introducción
El óxido nítrico (NO) es el vasodilatador fisiológico
conocido más potente. Se encuentra en la vía aérea normal de
los humanos en una concentración entre 10 y 100 partes por
billón (ppb), en ambientes con polución entre 10 y 1000
ppb y en el humo de los cigarrillos entre 400 y 1000 partes
por millón (ppm).
1362
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arginina, que es convertida por la enzima endotelial, calcio
dependiente, NO sintetasa, difunde a través de la membrana
celular para activar la guanilatociclasa y producir
monofosfato de guanosina cíclico (GM Pc), que relaja el
músculo liso. Se produce en el endotelio vascular pulmonar,
neutrófilos, macrófagos, fibroblastos, células endoteliales,
músculo liso vascular, vía aérea, nervios y plaquetas.
1363
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Vasodilatación pulmonar selectiva. El iNO
produce vasodilatación arterial y venosa
pulmonar, reduciendo las resistencias
vasculares pulmonares (RVP) y la presión
arterial pulmonar media sin afectar a las
resistencias vasculares sistémicas ni a la
presión arterial.
Mejoría de la función ventricular derecha. Al
disminuir las RVP, el iNO mejora la
disfunción ventricular derecha, ya sea
secundaria a la producida por hipertensión
pulmonar, o por una disfunción primaria de
este ventrículo.
Mejoría del intercambio gaseoso. El iNO
mejora la relación ventilación/perfusión (V/Q)
al producir vasodilatación exclusiva de los
alveolos que están bien ventilados, no actúa,
al no llegar, en los alveolos mal ventilados. Se
reduce así el cortocircuito intrapulmonar y
aumenta la oxigenación arterial.
Broncodilatación. El iNO produce
broncodilatación moderada al relajar el
músculo liso bronquial mediante la liberación
de GM Pc.
Remodelación. Se ha demostrado que el iNO
tiene un efecto de supresión sobre el factor de
crecimiento vascular endotelial y sobre la
proliferación de la fibra muscular lisa.
Además, en estudios experimentales en
modelos animales de enfermedad pulmonar
crónica se ha demostrado un efecto de
remodelación de la musculatura bronquial.
Estos posibles beneficios del iNO son la base
para su utilización en la prevención o
tratamiento de la displasia broncopulmonar
1364
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(DB P) en recién nacidos prematuros. Sin
embargo, no existe evidencia que apoye la
hipótesis de que el tratamiento con iNO en
niños prematuros < 34 semanas de gestación
(vivos a los 28 días) reduce la incidencia de
DB P.
Neuroprotección. Parece que el iNO podría
tener funciones neuroprotectoras, aumentando
la vascularización en áreas con hipoperfusión
cerebral, tras una lesión hipóxico-isquémica,
favoreciendo el desarrollo de la sustancia
blanca.
1365
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en niños con elevada reactividad vascular
pulmonar. El iNO sustituye el NO
endógeno, cuya producción se altera durante la
cirugía debido al bypass cardiopulmonar. A
estos pacientes, la mayoría neonatos y
lactantes pequeños, tras la corrección
quirúrgica de cardiopatías complejas les
facilita la salida de la bomba de circulación
extracorpórea. Un estudio aleatorio y
controlado demostró que el uso profiláctico de
iNO en la Unidad de Cuidados Intensivos
(UCI), se asoció con una reducción
significativa de las crisis de hipertensión
pulmonar y una disminución del tiempo de
intubación.
En el tratamiento del bajo gasto cardíaco
postquirúrgico en pacientes intervenidos con
la técnica de Fontan que presentan elevación
de las RVP. En pacientes tras la anastomosis
cavopulmonar superior bidireccional (técnica
de Glenn), el iNO se usa para reducir las
presiones pulmonares y facilitar el flujo a
través del Glenn. En aquellos con hipoxemia
grave y desaturación venosa pulmonar, el iNO
podría usarse para optimizar la relación V/Q.
En pacientes con insuficiencia cardiaca
derecha aislada con compromiso
hemodinámico, el iNO se utiliza para reducir
las RVP y así disminuir la postcarga del
ventrículo derecho.
1366
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una mejoría transitoria en la oxigenación, pero no reduce la
mortalidad y aumenta el riesgo de insuficiencia renal. Esta
falta de efecto es independiente del grado de reclutamiento
alveolar que presente el paciente cuando se administra el gas.
1367
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1.3.4. Enfermedad pulmonar hipoxémica neonatal (ver cap. 21)
L as patologías que se acompañan de una disminución de la
complianza pulmonar con o sin aumento de las resistencias
vasculares pulmonares, provocan hipoxemia secundaria. El
iNO mejora la oxigenación al reducir la resistencia vascular
pulmonar y provocar la vasodilatación selectiva de los
alveolos bien ventilados. En neonatos a término y
prematuros, el iNO mejora la oxigenación y disminuye las
necesidades de ECM O, sin aumentar el riesgo de
hemorragia intracraneal, aunque no se ha demostrado efecto
sobre la supervivencia. L a combinación de iNO y
ventilación de alta frecuencia oscilatoria (VAFO) mejora los
efectos de ambas terapéuticas por separado.
1368
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1.4. Material y métodos de administración,
medición y controles
El NO puede administrarse con cualquier tipo de respirador,
ya sea de flujo continuo o discontinuo, y también en
pacientes no ventilados, con respiración espontánea.
1.4.1. Material
1369
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Filtro en el asa espiratoria. L a administración
de un flujo continuo de NO en el asa
inspiratoria puede descalibrar el espirómetro
de algunos respiradores. Para evitarlo es
aconsejable colocar un filtro antibacteriano en
el asa espiratoria del circuito antes de su
conexión con el respirador.
Sistemas de evacuación: la administración de
NO a concentraciones terapéuticas con los
dispositivos disponibles actualmente no
aumenta los niveles de NO y NO 2 ambiental
(existen equipos que realizan esta medición).
No se aconseja utilizar sistemas de evacuación
de gases conectados a la fase espiratoria del
respirador, ya que pueden interferir con el
ciclo espiratorio. No hay riesgo de toxicidad
para el personal.
1370
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ajustando el valor programado de NO al volumen minuto
administrado.
1371
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Figura 1. Administración de oxido nítrico inhalado (iNO) de forma
continua en el asa inspiratoria. NO: óxido nítrico; NO2: dióxido de
nitrógeno; HH: humidificador térmico.
1.4.3. Medición
L a medición del NO y del NO 2 se realizará de forma
continua, en el asa inspiratoria del circuito respiratorio o
inmediatamente antes de la conexión al tubo endotraqueal,
que es el método más sencillo y cuya medida se aproxima
más a la concentración real administrada al paciente. L a
medición se realiza mediante electroquímica. El sistema de
medición está compuesto por un medidor de NO y NO 2 en
1372
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el circuito respiratorio que regula continuamente el flujo de
NO administrado para alcanzar la concentración programada
de NO.
1373
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Durante la administración de iNO es necesario monitorizar
la saturación transcutánea de oxígeno (SpO2), frecuencia
cardiaca, presión arterial, presión venosa central y
concentraciones diarias de metahemoglobinemia en sangre.
En pacientes con hipertensión pulmonar es recomendable la
monitorización regular de la presión arterial pulmonar
mediante ecocardiografía y la saturación venosa mixta.
Metahemoglobinemia. El NO se une a la
hemoglobina produciendo metahemoglobina
(M etH b) que es incapaz de transportar
oxígeno, y que en concentraciones elevadas
produce hipoxemia. Con concentraciones de
NO inferiores a 40 ppm la aparición de
metahemoglobinemia es excepcional. A pesar
de ello, es necesaria su monitorización en
sangre diaria. Además, el nitroprusiato sódico
y la nitroglicerina pueden tener un efecto
aditivo cuando se usan en pacientes en
tratamiento con iNO. L os síntomas de
metahemoglobinemia dependen de la
concentración de M etH b: del 3 al 15% piel
grisácea, > 15% cianosis, > 20% mareo,
1374
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síncope y letargia, > 60% convulsiones, coma
y muerte. Si la M etH b es mayor del 5% el
iNO debe ser suspendido o disminuido. Si es
> 20 – 30% debe administrarse azul de
metileno 1 – 2 mg/kg intravenoso en 5
minutos.
Producción de NO2. L a toxicidad del NO está
mediada por su metabolito, el NO 2. A
concentraciones superiores a 5 ppm puede
producir daño pulmonar por aumento de la
permeabilidad alveolar. El NO 2 se produce en
el asa inspiratoria del circuito y depende de la
fracción inspirada de oxígeno (F IO2) y del
tiempo de contacto entre el oxígeno y el NO.
Por este motivo se ha de medir continuamente
la concentración de NO 2. En la práctica, con
concentraciones de NO inferiores a 40 ppm y
a pesar de utilizar F IO2 del 1 es excepcional
encontrar concentraciones de NO 2 superiores a
2 ppm.
Efecto rebote. L a suspensión brusca del NO
puede producir hipoxemia grave y crisis de
hipertensión pulmonar, por lo que la
disminución y retirada del NO debe realizarse
lentamente. En pacientes con dependencia del
NO, la administración de sildenafilo puede
facilitar la retirada del NO, evitando el efecto
rebote.
Estrés oxidativo. El estrés oxidativo va ligado
al peroxinitrito formado a partir del NO 2, y se
presenta sobre todo en los prematuros o
cuando coexiste inflamación pulmonar. En
estos casos puede favorecer la aparición de
fibrosis pulmonar o displasia
broncopulmonar. También se ha descrito una
daño potencial sobre el ADN, con riesgo
1375
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mutagénico y carcinogénico.
Aumento de la presión de llenado del ventrículo
izquierdo. L os pacientes con disfunción
ventricular izquierda tratados con NO a
concentraciones elevadas (40 – 80 ppm)
pueden desarrollar edema pulmonar, debido al
aumento del flujo sanguíneo pulmonar.
Inhibición de la agregación y adhesión
plaquetaria. Existen estudios en los que se
demuestra que a dosis bajas de NO (< 5 ppm)
no parece aumentar el riesgo de hemorragia
intracraneal.
Exposición accidental al ambiente de óxido
nítrico. L as fugas de los equipos o de las
botellas de gas pueden producir cefaleas. El
límite máximo de seguridad de exposición del
personal hospitalario a NO es de 25 ppm
durante 8 horas y el de NO 2 es de 2 a 3 ppm.
L a concentración atmosférica de NO 2 debería
estar por debajo de 0,5 ppm.
Insuficiencia renal. El tratamiento con iNO
aumenta sustancialmente el riesgo de
desarrollar insuficiencia renal, especialmente
si su uso es prolongado en pacientes con
SDRA. Se desconoce si este aumento del
riesgo es específico en pacientes con SDRA y
iNO o si está relacionado con el uso
prolongado de iNO.
1.4.6. Contraindicaciones
1376
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debida a hiperaflujo pulmonar.
2. Posición en prono
M oreno y L yons fueron los primeros en postular y
demostrar en 1961 que el decúbito prono mejoraba la
oxigenación al incrementar la capacidad funcional residual.
1377
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global pulmonar, los niveles de citoquinas pro-
inflamatorias, las áreas de sobredistensión pulmonar
(volutrauma) y la magnitud del fenómeno de apertura y cierre
cíclico de zonas alveolares cerradas (atelectrauma).
2.1. Técnica
Previo al cambio de posición es necesario mantener la
monitorización continua hemodinámica y respiratoria. Es
aconsejable realizar una gasometría arterial y registrar los
parámetros ventilatorios, así como aumentar la sedación, si
es necesario.
1378
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El empleo de un colchón neumático (“antiescaras”) evitará
las complicaciones del mantenimiento prolongado del
prono.
1379
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Reduce el daño pulmonar inducido por la
ventilación mecánica.
Técnica de reclutamiento sencilla y
económica.
2.3. Desventajas
No es adecuado para todos los pacientes,
sobre todo si presentan inestabilidad
hemodinámica.
No se ha demostrado una disminución de la
mortalidad en los pacientes con SDRA
excepto en los más graves (P/F < 150
mmH g).
Puede ser complejo y arriesgado, si no se
extreman precauciones, cuando se realiza en
pacientes críticos (extubación accidental,
desplazamiento de las sondas o vías
intravenosas y arteriales en la movilización del
paciente, hemorragia a través de los catéteres
intravasculares).
Podría presentar efectos adversos tales como
edema facial, conjuntival o palpebral, lesiones
cutáneas de las zonas declives como la pared
anterior del tórax, los labios, las rodillas y la
frente, y lesiones mucosas (úlceras corneales o
linguales). L as lesiones cutáneas y mucosas
son secundarias son secundarias al
mantenimiento prolongado de la posición en
prono y están en relación directa con el tiempo
de permanencia en dicha posición.
Una buena intervención de enfermería puede
reducir considerablemente los potenciales
riesgos para el paciente.
1380
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2.4. Contraindicaciones
Fracturas de columna o pelvis.
Quemaduras extensas o heridas abiertas en
cara anterior del tórax, abdomen y cara.
Neumotórax no drenado.
Esternotomía o laparotomía reciente.
H ipertensión endocraneal.
Inestabilidad hemodinámica.
3. Surfactante
El surfactante es una mezcla de fosfolípidos (90% ) y
proteínas (10% ) producido y secretado por los neumocitos
tipo II y las células de Clara del epitelio pulmonar. Su
principal función es reducir la tensión superficial, mejorar la
complianza pulmonar y estabilizar los volúmenes
pulmonares a bajas presiones transpulmonares. Además, el
surfactante tiene una segunda función defensiva, potenciando
la actividad macrofágica y el aclaramiento mucociliar y
reduciendo la inflamación.
1381
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producción y secreción de surfactante endógeno. En ciertos
procesos en los que se produce daño del epitelio alveolar u
ocupación por sangre, meconio o células inflamatorias, el
surfactante endógeno puede ser inactivado así como su
producción puede verse disminuida.
3.1. Indicaciones
3.1.1. Profiláctico
Se recomienda administrar el surfactante lo antes posible tras
el nacimiento de cualquier niño intubado < 32 semanas de
edad gestacional (por riesgo de desarrollar un SDR
neonatal).
1382
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Se utiliza ante la sospecha de déficit de surfactante o
inactivación:
1383
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reducir la necesidad de ECM O. Por este
motivo, en casos graves de SAM , la
administración de surfactante puede ser
considerado en las primeras horas de vida.
H emorragia pulmonar. El surfactante como
tratamiento de rescate puede ser considerado
en niños con hemorragia pulmonar.
Neumonía. L a administración de surfactante
puede mejorar la oxigenación en neonatos con
insuficiencia respiratoria secundaria a
neumonía, debido a la deficiencia secundaria
de surfactante. Su uso puede ser considerado
como tratamiento de rescate.
H ipertensión pulmonar persistente del recién
nacido. Si bien el surfactante se ha utilizado
en el tratamiento de la hipertensión pulmonar
persistente del recién nacido, actualmente no
es una recomendación habitual.
En el SDRA pediátrico la administración de
surfactante es discutible. Por el momento se
necesitan más estudios que permitan hacer una
recomendación sistemática de su uso (Fig. 2).
1384
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Figura 2. Indicaciones de administración del surfactante en recién
nacidos. Tipos de surfactantes. SG: semanas de gestación; SDRA:
síndrome de distrés respiratorio agudo; SAM: síndrome de
aspiración meconial; SDR: síndrome de distrés neonatal; CPAP:
presión positiva continua en vía aérea; h: hora (s).
1385
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H ernia diafragmática congénita: los estudios
realizados hasta ahora ponen de manifiesto
que la administración de surfactante aumenta
la mortalidad.
Inestabilidad hemodinámica.
H emorragia pulmonar activa.
1386
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aspiración del tubo endotraqueal en las primeras 6 horas.
3.4. Complicaciones
Suelen ser leves y corregirse con un ligero aumento de la
asistencia respiratoria (hipoxemia, bradicardia, taquicardia,
apnea, obstrucción del tubo endotraqueal, hipotensión).
H asta en un 5% de los pacientes se puede producir
hemorragia pulmonar.
4. Fibrobroncoscopia
En 1916 Chevalier Jackson crea la primera escuela de
broncoscopia. Shigeto Ikeda, en 1968, diseñó el primer
fibrobroncoscopio flexible, convirtiendo la exploración de la
vía aérea en un procedimiento sencillo, rápido y de bajo
riesgo, que no precisa anestesia general y que se ha
convertido en una poderosa herramienta diagnóstica.
1387
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En la década de los 80, Robert Wood introduce la
fibrobroncoscopia flexible (FB C) en pediatría, con lo que se
crean broncoscopios de diferentes calibres adecuados al
tamaño del niño y se desarrollan guías específicas de
actuación en pediatría. Se trata de un instrumento flexible,
fabricado con haces de fibra óptica o una videocámara digital
que proporciona una imagen magnificada. A todo lo largo
del tubo flexible, en su parte interna, discurre el canal
operador o de trabajo (excepto en los broncoscopios
neonatales). L os últimos 2,5 cm del broncoscopio son de
angulación dirigible, lo cual permite la visión desde
diferentes ángulos. Tanto el diámetro externo del tubo
flexible como el del canal de trabajo son variables según el
tipo de broncoscopio. L os más utilizados son los de 3,5 y
2,8 mm. L a FB C permite, sin precisar intubación ni
anestesia general, una visión anatómica y funcional directa
de cada una de las distintas estructuras que componen las
vías aéreas (FB C exploradora) y obtener muestras biológicas
para estudios microbiológicos o anatomopatológicos (FB C
diagnóstica).
1388
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4.1. Indicaciones
En general su realización está indicada ante la existencia de
síntomas o signos respiratorios persistentes o cuando sea
necesaria la obtención de muestras biológicas para el
diagnóstico de determinadas enfermedades respiratorias
(Tabla I). L as indicaciones de FB C más relevantes en
nuestro medio son: atelectasias persistentes, estudio
microbiológico en neumonías de evolución tórpida o en
inmunodeprimidos, revisión de la vía aérea (lesión por
1389
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intubación, sospecha de traqueomalacia o sospecha de
coágulos/tapones mucosos o cuerpo extraño). También se
utiliza en la intubación de paciente con via aérea difícil.
Dentro de las posibles aplicaciones terapéuticas se encuentra
la limpieza y aclaración de las vías respiratorias,
instilaciones de fármacos, fluidos, material adhesivo para
fístulas, extracción de cuerpos extraños o dilataciones
endoscópicas de estenosis bronquiales con un catéter
provisto de balón hinchable.
1390
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la succión durante la inserción del broncoscopio para evitar
la contaminación del canal de trabajo en la vía aérea superior.
L a biopsia bronquial tiene en pediatría la desventaja de la
escasa cantidad de material recuperado, principalmente en las
transbronquiales.
4.2. Sedación
Para una cómoda y exitosa FB C es importante una adecuada
elección de la sedación, especialmente en niños. El uso de
analgesia tópica (lidocaína) es fundamental para una correcta
realización de la técnica, prevenir el reflejo tusígeno, el
broncoespasmo y la hipersecreción bronquial (máximo 4
mg/kg por riesgo de arritmias). L a administración
intravenosa (iv) de benzodiacepinas (midazolam) y opiáceos
(fentanilo) ha sido hasta ahora la combinación más
generalizada, ya que tiene un rápido inicio de acción y
proporciona una sedación profunda con amnesia
anteroretrógrada. Se dispone además de antídotos para su
reversión (flumacenilo y naloxona, respectivamente) en caso
de producirse depresión respiratoria. Una estrategia
alternativa es la asociación de remifentanilo iv en perfusión
continua (opiáceo con extraordinaria corta vida media) y
bolos iv intermitentes del sedante hipnótico propofol, si la
sedación con remifentanilo no es suficiente. En pediatría no
existe experiencia publicada con el uso de fospropofol como
alternativa al propofol para procedimientos cortos, pero la
experiencia en adultos es prometedora. El uso de ketamina
con frecuencia comporta un incremento de la secreción
bronquial que puede dificultar la técnica. A diferencia de la
mayoría de las UCIP, en los quirófanos y salas de
endoscopia, los anestesistas suelen utilizar anestesia general
inhalada (Fig.3).
1391
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1392
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Figura 3. Guía rápida para la realización de una fibrobroncoscopia.
SAOS: síndrome de apnea obstructiva del sueño; FIO2: fracción
inspirada de oxígeno; EtCO2: presión parcial espirada de dióxido
de carbono; TET: tubo endoraqueal; PEEP: presión positiva al final
de la espiración; h: hora (s).
4.3. Complicaciones
En 2012, se publicó un estudio retrospectivo sobre la
seguridad y efectividad de la FB C en pacientes con estatus
asmático intubados; en este estudio no se observaron escapes
aéreos ni desaturaciones graves atribuibles al procedimiento.
Aunque se observó una reducción estadísticamente
significativa en el tiempo medio de ventilación mecánica,
ésta solo era de 10 horas. Dado que el paciente asmático
grave puede presentar moldes mucosos que ocupen
segmentos bronquiales importantes, la FB C y remoción de
los tapones mucosos debería considerarse en el manejo de
estos pacientes difíciles de ventilar.
1393
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Capítulo 31
Cuidados de enfermería en
niños con ventilación mecánica
Julio García-Maribona Rodríguez-Maribona (1)
Diana Díaz Suárez (1)
Paula Álvarez Mendiola (1)
Lucía Villa Alonso (1)
Raquel Del Arco Leon (2)
1 Enfermera especialista en Pediatría de la UCIP. Hospital
Universitario Central.
Asturias. España
2 Departamento pediátrico. Nuestra Señora de Candelaria Hospital
Universitario. Santa Cruz de Tenerife. España
Se entienden como tales todos aquellos cuidados dirigidos a
aumentar la eficacia de la ventilación mecánica (VM ), evitar
y prevenir los efectos indeseados que se derivan de esta
modalidad terapéutica, y proporcionar el máximo nivel de
confort a los pacientes pediátricos sometidos a VM . A los
cuidados contemplados en este capítulo se deberán añadir
los correspondientes al paciente encamado, lesiones oculares
por éxtasis lacrimal y ausencia de parpadeo, higiene diaria y
alimentación.
1. Medidas generales
Todos los pacientes sometidos a VM en cualquiera de sus
modalidades deben disponer de las siguientes medidas
generales:
1404
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1.1. Monitorización
Al menos los siguientes parámetros: saturación transcutánea
de oxígeno (SpO2), frecuencia respiratoria (Fr) y frecuencia
cardiaca (Fc), y habría que valorar la conveniencia de
monitorizar el dióxido de carbono (CO 2) transcutáneo o
espirado (EtCO2).
1405
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1.5. Medicación para intubación
Atropina, sedante, analgésico y relajante muscular. L a
medicación debe de estar dispuesta para poder ser
administrada de inmediato, cargada en jeringas cerradas con
tapón, protegidas de la luz, debidamente identificadas y
rotuladas con la equivalencia de la dosis del fármaco por
cada ml de solución, con la fecha de preparación y dentro del
período de validez.
1406
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técnica se mantendrán fuera del campo de acción,
colaborando sin estorbar.
1407
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1.9.1. Apósitos hidrocoloides de efecto suave o similares
Se aplican cubriendo las zonas que quedarán sometidas a
apoyo o roce permanente de las fijaciones del tubo
endotraqueal (TET). L as zonas sobre las que se apliquen
deben estar íntegras, en su defecto se utilizarán los apósitos,
en función del el grado de lesión de la zona sobre los que se
vayan a aplicar y los protocolos de cada unidad.
1408
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1409
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2. Intubación oronasotraqueal
Si el paciente no ha permanecido en dieta absoluta al menos
4 horas antes de la intubación, será necesario habrá que
valorar la conveniencia de hacer un sondaje gástrico de
descarga para prevenir vómitos durante el procedimiento.
2.1. Material
L as personas que intervienen deberán proveerse del material
recomendado en las normas de higiene y antisepsia
comentadas en el punto 1.7. de M edidas generales (Fig. 1).
1410
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Figura 1. Algoritmo de higiene y antisepsia.
1411
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la cabecera de la cama protegida con
empapadores o toallas. L a cabecera de la
cama debe ajustarse a la altura de la persona
que va a intubar y el área de actuación debe
quedar adecuadamente iluminada.
2. Administrar la medicación adecuada para la
intubación (ver caps. 2 y 5) A partir de este
momento, el paciente pierde su autonomía y
capacidad de respiración espontánea,
quedando totalmente dependiente de la
actuación del equipo que le atiende.
3. Ventilar con bolsa de resucitación con
mascarilla conectada a O 2 hasta lograr el
mejor nivel de SpO2 posible.
4. Aspirar minuciosamente las secreciones
orales, nasales y faríngeas.
5. Valorar la necesidad de aspirar el contenido
gástrico.
6. L a persona que realizará la intubación se
sitúa a la cabecera del paciente, se dispone el
TET, pinza de M agill, laringoscopio, pala y
fiador a su alcance, y es quien marca las
pautas y ritmo de trabajo.
7. Si precisa, lubricar el exterior del extremo del
tubo con precaución de no impregnar el resto
del TET; si fuera necesario, introducir el
fiador.
8. Intubar por nariz o boca, según el caso,
teniendo especial cuidado que el uso de las
pinzas de M agill no dañen el balón de
neumotaponamiento.
9. Desconectar la mascarilla de la bolsa de
resucitación (no el filtro antibacteriano),
conectar ésta al TET e hiperventilar hasta
1412
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recuperar la SpO2. Comprobar que el tórax se
expande simétricamente con cada insuflación
y que la auscultación detecta murmullos
ventilatorios en los dos pulmones. A partir
de entonces una persona de las que interviene
se encarga exclusivamente de mantener el
TET en su marca hasta que se fije
provisionalmente de forma segura, a la
espera de la confirmación radiográfica de su
situación correcta.
10. Si el TET dispone de balón de
neumotaponamiento, inflarlo hasta la
presión adecuada, entre los 15 y los 25
cmH 2O en niños pequeños y entre 20 y 30
cmH 2O en mayores. Presiones próximas a
los 60 cmH 2O producen lesiones
inmediatas de la mucosa traqueal y, en
cualquier caso, siempre se recomienda
mantener la presión del balón por debajo de
45 cmH 2O. Una vez inflado el balón, se
mantiene el manómetro conectado durante
unos segundos para comprobar si la presión
desciende. Esta debe oscilar sensiblemente
con las insuflaciones, pero en espiración
debe estar en los niveles recomendados.
11. Aspirar secreciones endotraqueales si
procede, conectar el TET al ventilador y,
junto con las tubuladuras, disponerlos de
modo que el ventilador permanezca frenado,
seguro y próximo al paciente, permitiendo
que las tubuladuras queden holgadas, las
trampas de agua en el punto más declive de
la tubuladura y mediante el ajuste del brazo
articulado, el TET entre en la vía aérea sin
presionar, tensionar o apoyarse sobre partes
sensibles del paciente (encías, labios, fosas y
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aletas nasales, etc.). Además se debe
propiciar el drenaje de las condensaciones de
agua del interior de las tubuladuras hacia las
trampas de agua (ver Figs. 3 y 4).
12. Corregir la posición del paciente elevando la
cabecera de la cama a 35 – 40º, alineando la
cabeza del paciente con su eje sagital y
ajustando la extensión del cuello usando
rodetes. L a posición del cuerpo se debe
corregir cuantas veces sea necesario para
facilitar los movimientos torácicos y
diafragmáticos usando, además, medidas de
contención o sujeción (muñequeras,
cinturones, etc.), si fuera necesario. No es
conveniente cubrir el tronco del paciente
pues impide ver los movimientos torácicos.
13. Comenzar a infundir sedantes y analgésicos
intravenosos en perfusión continua (a criterio
médico), que faciliten la adaptación del
paciente a la ventilación mecánica.
14. Solicitar radiografía de control de posición
del TET.
15. Una vez comprobada o corregida la adecuada
situación del TET, se fija definitivamente
según protocolos de cada unidad (ver
Cuidados específicos).
16. Restaurar el entorno, desechar el material
fungible y ajustar las alarmas a la nueva
situación del paciente.
17. Anotar en la hoja gráfica el nº de TET, la
marca de la profundidad en la que se deja, la
fecha de intubación, la medicación usada y
cualquier incidencia que haya surgido
durante la intubación.
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Figura 2. Algoritmo de intubación oronasotraqueal. TET: tubo
endotraqueal; FIO2: fracción inspiratoria de oxígeno; VM:
ventilación mecánica.
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Figura 3. Sujeción orotraqueal con bigotera y sistema de aspiración
cerrado.
Figura 4. Sujeción con cinta de retorta con almohadillas protectoras
de mejillas.
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ventilatoria.
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3.1.1. Material
Además de los indicados en la Tabla I del punto 1.10. de
las M edidas generales, pueden ser necesarios sistemas y
elementos que refuercen y complementen los sistemas de
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sujeción, como almohadillas en las mejillas o protectores
empapadores en la nuca.
3.1.2. Procedimiento
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7. Aplicar las fijaciones y comprobar su
firmeza.
8. Volver a inflar y comprobar que la presión
del balón de neumotaponamiento quede
ajustada entre 15 y 30 cmH 2O.
9. Colocar al paciente en la posición adecuada:
decúbito supino, prono o lateral, con la
cabecera elevada a 35 – 40º.
10. Ajustar las tubuladuras y el ángulo de
entrada del TET en la boca mediante el
brazo articulado del ventilador o sistema
similar, evitando que apoyen sobre los labios
y encías.
11. Restablecer y ajustar las alarmas a la nueva
situación.
3.2.1. Material
El material debe quedar dispuesto próximo al paciente,
distribuido ordenadamente y sin que interfiera en las
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maniobras.
3.2.2. Procedimiento
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aspiración continua. Con una
jeringa administrar en la fosa
nasal una cantidad de solución
tibia de clorhexidina que variará
según el tamaño del paciente
entre 1 y 5 ml. Se debe repetir
este aspirado en la fosa nasal
opuesta.
Aspirar minuciosamente las
secreciones bucales, tras la cual,
introducir una sonda hasta
faringe y mientras se mantiene
una aspiración continua, con una
jeringa se administra una
cantidad abundante de solución
de clorhexidina en la cavidad
bucal, que será aspirada por la
sonda situada en faringe.
Posteriormente, con un hisopo o
una gasa empapada en
clorhexidina tibia, limpiar
minuciosamente la boca,
incidiendo especialmente en el
espacio entre mejillas y encías, la
zona subglótica, la superficie
papilar de la lengua y los dientes
(según protocolos, proceder al
cepillado dental). Con ayuda de
la linterna y el depresor,
inspeccionar la cavidad bucal en
busca de posibles lesiones de la
mucosa por presión o roce del
TET.
Si el TET dispone de balón de
neumotaponamiento y sistema de
aspiración integrado, aspirar las
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secreciones subglóticas. Estas
aspiraciones pueden ser
puntuales o continuas. En el
primer caso, se conecta el tubo
de aspiración del TET a un
sistema de vacío que no supere
los 100 mmH g, aunque es más
aconsejable hacerlo aspirando
suavemente con una jeringa. En
el segundo caso, se conecta el
tubo de aspiración a un sistema
de vacío permanente que no
supere los 20 mmH g. Una vez
se haya aspirado, se debe
mantener el tapón del tubo de
aspiración cerrado, comprobando
su permeabilidad cada 8 horas
mediante el insuflando de una
pequeña cantidad de aire.
3. M ientras que un asistente sujeta el TET y lo
mantiene en su marca, deshinchar el balón
de neumotaponamiento y desatar las
fijaciones. Ésta es una operación que entraña
un riesgo importante pues al deshinchar el
balón, se alteran las presiones intratorácicas,
pueden provocarse reflejos vagales y
movilizar gran cantidad de secreciones
intratorácicas.
4. Una vez liberado el TET, cambiarlo de
posición llevándolo hasta la comisura
opuesta a la que estaba, teniendo en cuenta
que la lengua debe de cambiar también de
posición para que el TET no quede cruzado
sobre ella y la lesione. El número de la
profundidad adecuada del TET impreso
sobre la superficie debe quedar situado en la
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comisura del labio. Al dejar libre la zona
donde había estado situado el TET,
ayudados con la linterna y un depresor,
inspeccionar el estado y posibles lesiones de
la comisura del labio, las encías (niños sin
dientes, con dentición incompleta o a los
que les falten piezas), lengua y paladar
blando. En caso de que el paciente presente
una superficie papilar reseca, puede
aplicársele una fina capa de vaselina sobre la
lengua.
5. Aplicar vaselina en los labios, teniendo
especial cuidado en las zonas de las
comisuras.
6. Proceder a la fijación permanente como se
indicó anteriormente, teniendo especial
cuidado en mantener seca y desengrasada la
zona de aplicación de la fijación al TET.
7. Aprovechando las condiciones necesarias
para esta manipulación, el paciente puede ser
sometido a los cambios posturales que
requiera y una vez acomodado en la postura
deseada, se ajusta la posición del ventilador y
las tubuladuras, como ya se ha comentado en
el punto 11 de Procedimiento de intubación
oronasotraqueal.
1424
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B ásicamente se dispone de dos tipos de fijaciones: mediante
cinta de esparadrapo adherida al labio superior o sobre la
nariz (Figs. 5, 6 y 7) y mediante bigotera (ya comentada); en
algunos hospitales utilizan también sistema de fijación con
cinta de retorta.
1425
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fosa nasal con un cierto grado de inclinación caudal respecto
a su eje sagital, evitando presionar sobre el cartílago del
orificio nasal.
3.3.1. Material
Ver Tabla I del punto 1.10. de M edidas generales.
3.3.2. Procedimiento
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producirán rápidamente lesiones.
6. Secar minuciosamente el punto del TET
sobre el que se va a pegar la cinta de
esparadrapo.
7. Comprobar la correcta posición del TET y
fijarlo.
8. Acomodar al paciente en la posición en la
que vaya a quedar en las siguientes horas y
ajustar el ventilador mecánico y las
tubuladuras para evitar lesiones y accidentes,
como se indica en el punto 11 de
Procedimiento de intubación
oronasotraqueal.
3.4.1. Material
Al material indicado en la Tabla I del punto 1.10. de
1427
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M edidas generales habrá que añadirle esparadrapo de tela
hipoalérgico, linterna, depresor de lengua, hisopo y jeringa
de 20 ml.
3.4.2. Procedimiento
1428
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comentado, teniendo especial cuidado en que
la salida del TET de la fosa nasal no fuerce
o presione sobre el borde del orificio, ni
mantenga una tensión excesiva sobre las
fijaciones.
6. Aplicar ácidos grasos, crema barrera e
hidratante, siguiendo los criterios indicados
en el punto 1.9. de M edidas generales.
7. Acomodar al paciente en la posición más
adecuada (posición Fowler) respetando la
secuencia de los cambios posturales.
8. Ajustar el ventilador mecánico y las
tubuladuras como ya se ha descrito en los
puntos 11 de Procedimiento de intubación
oronasotraqueal y el punto 9 de M edidas
generales.
1429
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En casos de transporte aéreo de pacientes con TET o cánula
con balón de neumotaponamiento, o en el caso de que el
paciente requiera tratamiento en cámara hiperbárica, el
volumen y la presión del aire de inflado del balón variarán
con las presiones externas, por lo que es conveniente
sustituirlo provisionalmente por un fluido como sustancia
de inflado. El uso de agua destilada tiene el inconveniente
de actuar como irritante de la mucosa traqueal en el caso de
que se produjesen fugas. El uso de suero salino, más
respetuoso con la mucosa, puede dañar la pared del balón.
L a utilización de líquido en vez de aire será puntual, solo
mientras exista la posibilidad de variaciones de presión
ambiental; una vez superada esta situación, debe sustituirse
de nuevo el líquido por aire.
1430
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prevenir la extubación accidental.
3.6.1. Material
Además del material descrito en la Tabla I del punto 1.10.
de M edidas generales, en caso de usarse un sistema de
aspiración cerrado, debe tenerse preparada una jeringa estéril
cargada con 5 ml de suero salino fisiológico (SSF).
3.6.2. Procedimiento
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bolsa de resucitación conectada a
una fuente de O 2 abierta a 15
L /m. Una vez conectada al
TET, se insufla aire provocando
una frecuencia y una distensión
del tórax similar a la que venía
haciendo el ventilador mecánico,
hasta alcanzar la SpO2 más alta
posible en cada caso. En
aquellos casos en los que se esté
ventilando con presiones altas,
puede acoplársele al resucitador
una válvula de PEEP.
H iperoxigenación
semiautomática con VM ,
mediante el ajuste manual de la
F IO2 que ofrece el VM . En caso
de neonatos y lactantes
pequeños, se aumenta la F IO2 de
aire ofrecido por el ventilador
hasta un 0,3 de la F IO2 de base.
En lactantes y pacientes mayores,
se aumenta la F IO2 por encima
del 0,85. Este método supone
que tras la aspiración habrá que
volver a los niveles de F IO2
anteriores y esto en ocasiones
exige una reducción paulatina,
escalonada y lenta.
H ay modelos de ventiladores
mecánicos que disponen de un
modo de aspiración programado
mediante el que, además de la
hiperoxigenación preaspiración
adecuada a la edad del paciente,
permite y corrige la desconexión
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del TET y proporciona
automáticamente un período de 3
minutos de hiperoxigenación
postaspiración, antes de volver
paulatinamente a la F IO2 de
base.
3. L a persona que aspira, provista de guantes
estériles sujeta la sonda estéril que le ofrece
el asistente mientras que con la mano no
dominante la conecta a la manguera del
aspirador (a partir de entonces pierde su
esterilidad) y acciona la válvula de
aspiración, comprobando su correcto
funcionamiento. Seguidamente se procede a
la aspiración por TET según el sistema de
que se disponga:
Con sistema abierto. El
asistente, a indicación del que
aspira, desconecta las
tubuladuras y le ofrece la boca
del TET, a la vez que sujeta el
tubo en su posición. Es
conveniente que el asistente
compruebe la existencia de agua
en las tubuladuras y las drene
hacia las trampas de agua del
sistema.
L a persona que aspira introduce
la sonda teniendo en cuenta que
si hay secreciones visibles en el
TET deberá entrar aspirando y
sin aspirar si no las hay. L a
sonda se introduce sin forzar,
hasta sentir un tope; se retira 1
cm y se comienza a sacar del
TET aspirando a la vez que se le
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imprime a la sonda un
movimiento de rotación. Si no
hay una causa que lo justifique,
la aspiración no debe sobrepasar
los 5 segundos en niños
pequeños y 15 en los mayores.
Una vez retirada la sonda, el
asistente conecta la bolsa de
resucitación y vuelve a ventilar, o
en su caso, conecta las
tubuladuras y ventila con el
respirador. L a persona que aspira
retira y desecha la sonda
utilizada, manteniendo la
esterilidad de la mano dominante
y valora la necesidad de una
nueva aspiración. En cualquier
caso no se recomiendan más de
tres aspiraciones consecutivas.
Si se aspira en bronquios, por la
angulación fisiológica, si el
paciente tiene la cabeza alineada
la sonda tiende a entrar en
bronquio derecho y para aspirar
el izquierdo, o bien se usan
sondas de bronquio izquierdo
(anguladas en su extremo), o se
hace una contrarrotación de la
cabeza hacia la derecha del
paciente, siempre y cuando la
patología y los dispositivos que
requiera el paciente lo permitan.
Una nueva aspiración solo podrá
llevarse a cabo cuando el estado
del paciente lo permita y esto en
ocasiones requiere un tiempo,
1434
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durante el que quien aspira y
quien lo asiste deben permanecer
atentos al lado del paciente.
Con sistema valvular. Consiste
en una pequeña abertura situada
en el conector de la tubuladura
con el TET cerrada con una
válvula elástica que permite el
paso de la sonda a través de ella
sin que el sistema pierda
presiones (Fig. 8 A y B ). Este
sistema está ideado para
hiperoxigenar con el ventilador
mecánico, aunque también
podría hacerse con bolsa de
resucitación.
L a persona que aspira aplica
antiséptico de acción rápida en la
válvula y espera a que se evapore.
Se pone unos guantes estériles,
con la mano dominante coge la
sonda estéril que le ofrece el
asistente y valora la conveniencia
de lubricar la parte distal de la
sonda con productos específicos,
como la silicona aerosolizada.
L a persona que asiste, a
indicación de la persona que
aspira, le ofrece la válvula
mientras que a la vez sujeta el
TET en su posición.
L a persona que aspira introduce
la sonda por la válvula y por el
TET, aspirando o no según lo
ya comentado, progresando hasta
1435
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sentir un tope, la saca 1 cm y
comienza a aspirar mientras retira
la sonda. Una vez terminado,
debe valorar la conveniencia de
una nueva aspiración en el
mismo bronquio o en el
opuesto, según lo comentado en
la aspiración con sistema abierto.
1436
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permite la entrada hacia el TET de una
sonda permanente especial, protegida en
una funda externa de plástico, que termina
en una válvula de accionamiento y un
conector a la manguera del sistema de
aspiración (Fig. 9). H asta la pequeña
cámara del orificio de entrada de la sonda
hacia el TET llega un tubo con tapón que
permite lavar la sonda una vez utilizada.
Este sistema está ideado para mantener
presiones endotraqueales más estables y
manipular con menos frecuencia las
tubuladuras, pero son voluminosos,
costosos y su efectividad en la prevención
de neumonía asociada a ventilación
mecánica (NAVM ) es discutida.
L a persona que aspira, retira la vaina del
conector de la sonda y lo conecta a la
manguera de aspiración, activa la válvula de
aspiración e introduce la sonda en el TET
(aspirando o no, como ya se ha comentado)
a la vez que pliega la funda externa de
plástico en el punto más próximo al TET
(Fig. 10). L a sonda se introduce hasta la
marca que aconseja el fabricante o hasta
llegar a un tope, y entonces se retira la
sonda aspirando hasta que su extremo
quede alojado en la cámara de lavado de la
carcasa o conector y se valora la necesidad
de efectuar una nueva aspiración.
Una vez se han aspirado las secreciones,
con el extremo de la sonda alojado en su
cámara de lavado, se introducen 5 o 10 ml
de agua estéril o SSF con una jeringa
conectada al tubo de lavado para limpiar la
sonda (Fig. 11). Seguidamente se
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desconecta el sistema de aspiración del
conector de la válvula de la sonda, se
coloca el pulsador en posición cerrada y se
recubre con su vaina.
1438
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desaparecido o en su defecto reducirse
ostensiblemente. L os niveles de presión en
la vía aérea deberían disminuir o los
volúmenes aumentar, según el modo de
control de ventilación. L a SpO2 del paciente
también debería mejorar y la frecuencia
cardiaca y la tensión arterial normalizarse.
1439
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1440
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Figuras 9, 10 y 11. Secuencia de aspiración del tubo endotraqueal
por sistema cerrado.
El procedimiento de aspiración del TET se resume en la
figura 12.
1441
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4. Extubación programada
El paciente debe tener el grado de consciencia y fuerza
suficiente no solo para poder mantener su vía aérea abierta y
permeable, sino también para poder realizar respiraciones
espontáneas eficaces.
1442
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L as personas que intervienen directamente en la extubación
deben ir provistas de mascarilla, guantes y bata si procede.
4.1. Material
Además del material que se describe en el punto 1.10. de
M edidas generales, se debe de disponer de:
1443
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2. Ajustar las alarmas del monitor adaptándolas
a la nueva situación en que quedará el
paciente.
3. Colocar el empapador sobre la zona alta del
tórax del paciente.
4. Aspirar minuciosamente las fosas nasales,
boca y faringe, con lavado previo con
solución de clorhexidina tibia al 0,12 –
0,2% , como ya se ha descrito.
5. Aspirar minuciosamente las secreciones
endotraqueales a través del TET y si este
dispone del sistema específico, aspirar las
secreciones subglóticas.
6. Elevar la cabecera de la cama a 45 – 60º.
7. Preparar los apoyos laterales y refuerzos de la
postura del paciente para favorecer una
respiración más cómoda y eficaz:
Rodetes en ambos flancos para
centrar el tronco del paciente. En
niños pequeños, para evitar que
se deslicen hacia la parte más
baja de la cama, los extremos
superiores de los rodetes laterales
deben quedar situados en las
axilas del paciente sirviéndole de
apoyo. De esta forma el tronco
queda descargado de su misión
de mantenerse erguido y permite
una mejor función de los
músculos intercostales y un
movimiento diafragmático más
amplio.
Rodetes a ambos lados de la
cabeza, centrándola, evitando la
rotación del cuello y favoreciendo
1444
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la alineación de la tráquea.
Rodete discreto en la parte
posterior del cuello que distienda
la cabeza suavemente abriendo la
vía aérea. . Éste debe ser menos
acusado cuanto más pequeño sea
el paciente ya que la
hiperextensión del cuello en
niños pequeños puede ocluir la
vía aérea.
Rodete bajo las rodillas del
paciente para forzarle a una semi-
genuflexión que facilite una
adecuada relajación de los
músculos abdominales,
permitiendo una respiración
diafragmática más eficaz.
Apoyo lumbar que favorezca la
lordosis e impida que el tórax se
hunda sobre el abdomen,
favoreciendo excursiones
diafragmáticas más amplias.
8. H iperventilar aumentando la F IO2 por
encima del 0,85, o incrementándola un 0,3
en neonatos y lactantes pequeños.
9. Deshinchar totalmente el balón de
neumotaponamiento aspirando su contenido
con una jeringa de 10 ml hasta que el balón
de la válvula quede totalmente colapsado,
seguidamente retirar la jeringa.
10. Retirar fijaciones del TET. Una vez liberado
de sus fijaciones, un asistente debe sujetar el
TET en su lugar hasta que llegue el
momento de extubarlo.
11. Desconectar el TET del ventilador y ventilar
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con el resucitador conectado a O 2: se debe
procurar mantener la misma frecuencia que la
que el paciente tenía conectado al respirador.
12. M ientras que una persona ventila con el
resucitador, otra tiene preparada la sonda de
aspiración de calibre grueso y el sistema de
nebulización.
13. Si el paciente colabora, invitarle a que a
nuestra indicación haga una espiración
forzada y prolongada.
14. Retirar el TET de la vía aérea. Esto puede
hacerse de dos formas:
Retirada del TET en inspiración
o presión positiva. En una
insuflación convenida entre los
participantes, mientras se
mantiene presionado el balón del
resucitador, es decir, en
inspiración, se extrae con
decisión el TET unido al
resucitador. El resucitador debe
permanecer presionado durante
todo el tiempo que dure la
retirada del TET para evitar la
broncoaspiración de las
secreciones que el TET arrastre
tras él; además, al dejar aire
insuflado en la vía aérea del
paciente, este puede toser
inmediatamente con eficacia,
expulsando las secreciones
movilizadas en la maniobra, sin
tener que inspirar previamente.
Retirada del TET en aspiración
o presión negativa. Se desconecta
1446
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el resucitador y a través del TET
se introduce una sonda estéril
conectada a una fuente de vacío.
M ientras se aspira, se retira el
TET con la sonda activada en su
interior, de tal forma que elimine
las secreciones que se movilicen,
arrastren o estimulen por la
extracción del tubo. La
aplicación de esta modalidad de
extubación en pacientes
pediátricos pequeños (con un
volumen residual escaso) puede
causar el aspirado de todo o gran
parte del aire contenido en su vía
aérea, incluso del aire residual,
colapsando los pulmones y
provocando atelectasias que
complicarán la postextubación.
Además, la aspiración de todo el
aire deja al paciente sin volumen
suficiente para poder producir
una tos eficaz inmediata a la
extubación.
15. Inmediatamente a la extracción del TET, se
aspiran las secreciones de la vía aérea que
puedan haber sido arrastradas durante las
maniobras y si procede, se le ayuda
aplicándole nebulizaciones de suero salino
isotónico u otra medicación prescrita,
mediante mascarilla y cámara nebulizadora.
16. Cuando el estado del paciente lo permita,
proporcionar al paciente sistemas de ayuda o
apoyo a la respiración espontánea, tales
como gafas nasales, sistema Venturi,
mascarilla con bolsa “no-rebreathing”, etc.
1447
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17. Si el paciente colabora, animarle e invitarle a
que tosa con energía e intente mantener una
respiración rítmica y eficaz. Se debe corregir
la postura del paciente cuantas veces sea
necesario para favorecer un patrón
respiratorio adecuado que permita el menor
consumo de energía posible y un buen nivel
de confort.
18. Durante los siguientes 20 minutos es
imprescindible mantener al paciente
sometido a la atención y vigilancia continua
llevada a cabo por personal cualificado y
capacitado para asumir una reintubación
urgente.
19. H abrá que vigilar y anotar la aparición de
signos de fracaso de la extubación, tales
como disnea, quejido espiratorio o
inspiratorio, agitación o estupor,
intervención de músculos respiratorios
accesorios, tos paroxística, hipotensión,
desaturación, taquicardia o bradicardia,
taquipnea o bradipnea, ritmo respiratorio
errático, signos de distrés respiratorio, crup,
etc. considerándose fracaso de la extubación
cuando el paciente debe ser reintubado en el
período de las 72 horas posteriores a la
extubación.
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Figura 13. Algoritmo de montaje del sistema de ventilación mecánica
no invasiva. O2: oxígeno; FIO2: fracción inspiratoria de oxígeno.
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esté consciente, colaborador y con fuerza suficiente para
mantener un patrón respiratorio eficaz.
1450
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interfase, según modelos.
4. En el caso de usar un respirador específico
de ventilación invasiva (ventilador
convencional) con módulo de VNI y doble
tubuladura, no se debe intercalar válvula
espiratoria o utilizar interfases ventiladas.
5. Si el modelo de ventilador elegido dispone
de segmento de presión proximal
independiente, éste se conecta por un
extremo a su salida específica del cuerpo del
ventilador y por su otro extremo a la toma de
presión de la interfase o de la válvula
espiratoria, según modelos.
6. Si el modelo de ventilador no dispone de
toma específica para O 2, esta puede
improvisarse intercalando al sistema una
conexión en «T» conectada a un caudalímetro
de O 2. L a posición en la que esta se
intercala se decide teniendo en cuenta los
siguientes aspectos:
Si se intercala en la parte más
próxima al ventilador se obtiene
un flujo de aire en la interfase
más homogéneo, pero al diluirse
el flujo del O 2 en el que el
ventilador impulsa por la
tubuladura, la F IO2 que se ofrece
al paciente es muy variable.
Si se intercala en la parte más
próxima a la interfase se
consigue una F IO2 más estable y
controlable, pero se producen
grandes turbulencias en el flujo
de aire que llega al paciente, lo
que puede proporcionarle un
1451
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cierto grado de incomodidad.
7. Seleccionar la interfase más adecuada a la
patología del paciente y la que junto con el
arnés se adapte mejor a su morfología y a las
necesidades del modo de ventilación elegido.
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5.2. Preparación del paciente
L a preparación previa a la instauración de la VNI se
estructura en un acondicionamiento del paciente, su
acomodación, educación e integración.
1453
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pliegues, velcros, rebordes
rígidos, etc.
Zona del mentón sometida a
roce o presión de la banda
mentoniana en arneses que
dispongan de ella.
Zonas sometidas a roce de la
tubuladura sobre el cuerpo del
paciente: tórax y abdomen.
Zonas sometidas a contacto,
presión o rozamiento de otros
dispositivos que forzosamente
queden entre la interfase o el
arnés y la piel del niño, tales
como sondas, catéteres, drenajes,
etc. (Fig. 15).
1454
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Para la protección de estas zonas se recomienda utilizar
apósitos hidrocoloides o hidrocelulares de efecto suave (Fig.
16), que además de proporcionar un discreto acolchado y
evitar el contacto directo de la interfase con la piel, tienen
como principal cometido prevenir la aparición de lesiones.
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ventilación durante las cuales poder
administrar los cuidados que el paciente
precise, tales como alimentación, higiene,
aspiración de secreciones, administración de
medicación, curas o limpieza, reposición y
mantenimiento de los componentes del
equipo que lo precisen, control y protección
de las zonas de roce y de los puntos de
apoyo de los elementos del sistema sobre la
piel del paciente, alternancia de interfases,
etc. L as pausas tienen como objetivo evitar
en lo posible que los cuidados interfieran en
la terapia ventilatoria y es uno de los puntos
clave de la asistencia a estos pacientes. Su
frecuencia y duración se deben ajustar a cada
caso, según su tolerancia.
3. Si el tratamiento con VNI se efectúa en
unidades de cuidados intensivos o similares,
puede valorarse la posibilidad de administrar
una sedación suave mediante perfusión
intravenosa continua en los primeros
estadios de la instauración del tratamiento.
1456
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auxiliares, tales como las descritas en el punto 7 de
Procedimiento en la extubación programada.
1457
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Figura 18. Corrección de la postura que favorece los movimientos
respiratorios.
5.3. Educación
Tanto el paciente como sus cuidadores deben conocer las
maniobras necesarias y adquirir los hábitos precisos que
prevengan la aparición de las complicaciones inherentes a la
VNI, tales como:
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forzada, oclusión laríngea y contracturas
diafragmáticas coordinadas con relajación
glótica; es muy importante que la tos no sea
dolorosa y habrá que utilizar analgesia
apropiada. En los pacientes con patologías
neuromusculares habrá que recurrir a técnicas
de tos inducida mediante maniobras manuales
o mecánicas.
Prevención y alivio de la distensión
abdominal que pueden provocar, vómitos,
regurgitaciones, dolor y meteorismo. En los
niños que necesiten períodos de VNI muy
largos es conveniente enseñarles a detectar su
distensión gástrica y ejercitarles en la descarga
controlada de esta (eructos).
Control del sellado de la interfase. El
paciente y los cuidadores deben entender la
importancia de mantener un adecuado sellado
de la máscara sobre la piel y evitar que se
produzcan fugas. Para que colabore habrá que
enseñarle la forma correcta de ajustarse las
cintas de sujeción y evitar las tracciones sobre
la máscara o las tubuladuras, usando si es
necesaria una sujeción de seguridad que fije
los tubos a su ropa y amortigüe la repercusión
sobre la interfase.
Prevención de la aparición de otitis y sinusitis
mediante el ejercicio frecuente de maniobras
de Valsalva, para mantener permeables las
trompas de Eustaquio. B ásicamente consisten
en dos maniobras sucesivas:
Con la boca cerrada y la nariz
pinzada, expulsar el aire hacia las
fosas nasales aumentando la
presión de la orofaringe hasta
1459
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sentir que las trompas de
Eustaquio se han abierto. Al
entrar aire en el oído medio el
paciente siente como un
chasquido.
M anteniendo la nariz pinzada y
con la boca cerrada, se traga
saliva, el bolo de deglución al
discurrir hacia el esófago
producirá una presión negativa en
la orofaringe que volverá a abrir
las trompas y compensará la
diferencia de presión.
1460
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momento se desarrollen (luz intensa y directa
para actividades, suave para descansos y
oscuridad o penumbra para dormir), cuidando
la decoración del entorno, facilitándole y
respetando su intimidad, respetando su pudor
y proporcionándole juegos y distracciones
adecuadas para su edad (Fig. 19).
Fomentando su confianza hacia el equipo que
lo atiende. L a primera toma de contacto con
el paciente debe hacerse con amabilidad,
movimientos suaves y seguros, mirándole
directamente al hablarle y fijando nuestra
mirada en un punto imaginario situado
ligeramente por encima de sus ojos,
procurando colocarnos a su altura, hablándole
en un tono medio evitando afectaciones.
Presentarnos a él indicándole nuestro nombre
y cuál es nuestra misión en sus cuidados,
invitarle a que diga cómo se llama y
dirigirnos a él siempre por su nombre.
Cuando se haya establecido un primer clima
de confianza, se debe potenciar el contacto
físico.
Reforzando los comportamientos de
colaboración con los procedimientos,
mediante premios, conductas y frases de
ánimo.
1461
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Figura 19. Proporcionar confort y reducir los factores estresantes
aumenta la capacidad de colaboración del paciente.
1462
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Permeabilidad de las vías aéreas: indicando la
presencia, cantidad, consistencia y aspecto de
secreciones nasales, orales y traqueales.
Estado respiratorio: describiendo el tipo de
cianosis, existencia de disnea y presencia de
signos de trabajo respiratorio como
respiración paradójica, utilización de
músculos accesorios, hundimiento xifoideo,
bamboleo abdominal, aleteo nasal, etc.
Estado mental: indicando la presencia de
agitación, angustia, depresión, confusión o
estupor, capacidad para colaborar y entender,
etc.
Diámetro abdominal: indicando la existencia
o aparición de signos de distensión
abdominal y vómitos.
Estado de la piel: indicando la existencia,
localización y grado de lesiones cutáneas
incipientes y consolidadas, así como el grado
de hidratación tópica y sistémica del paciente.
Para la prevención y tratamiento de las
lesiones cutáneas resulta muy útil la
utilización de escalas estandarizadas, como la
de B radem y B radem-Q.
Signos de conjuntivitis y otitis.
1463
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desplazarse y quede adecuadamente situada
en la cara del paciente.
2. Poner en funcionamiento el ventilador,
conectarlo a una fuente de oxígeno si
precisase.
3. Aplicar la interfase a la cara del paciente.
Para eso se deben seguir dos secuencias:
Conectar la interfase elegida a la
tubuladura y aplicársela al
paciente. Se debe advertir al
paciente advertirle que por la
interfase comenzará a salir un
considerable flujo de aire y un
ruido que puede asustarlo.
Siempre que su estado lo
permita, es aconsejable que el
propio paciente sujete la interfase
a su cara y ejerza la presión
necesaria para conseguir un
adecuado sellado del sistema,
consintiendo un cierto nivel de
fugas de aire que más adelante se
irá corrigiendo. Posteriormente
se fija la interfase al arnés. De
esta forma el paciente se
acostumbrará a la interfase y sus
efectos, perderá el miedo,
disminuirá su ansiedad y se
adaptará mejor al sistema.
Fijar la interfase a la cara del
paciente antes de conectarla al
ventilador. De esta forma se
propicia un ajuste más
meticuloso, reduciendo
ostensiblemente la necesidad de
1464
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rectificar posteriormente su
posición y sellado; además,
mientras que se ajusta y adapta la
interfase el paciente no sufre los
efectos de los mecanismos de
compensación de fugas del
respirador. Si las maniobras de
ajuste y conexión al ventilador se
dilatan, se debe conectar un flujo
alto de O 2 a uno de los puertos
de la interfase.
4. Una vez que se haya logrado la mejor
adaptación inicial del paciente a la interfase,
debe de reajustar cuantas veces sea necesario
para evitar fugas y daños, considerando como
norma general que el mejor ajuste será aquel
que consiga el mejor sellado con la menor
tensión de fijación de la interfase.
En el caso de las interfases nasales y
buconasales, la mejor adaptación se obtiene
cuando se empieza fijando primero las cintas
que sujetan la parte inferior de la mascarilla
a la barbilla del paciente y después las de la
raíz nasal o frontal.
El ajuste final debe dejar la interfase bien
centrada en la cara del paciente y
convenientemente apoyada sobre las
protecciones contra úlceras por presión.
5. Progresivamente se irán modificando los
parámetros de ventilación hasta conseguir
una adecuada reducción del trabajo
respiratorio, y la mejora de las constantes
vitales. En nuestra experiencia, los efectos
que se producen en estos primeros
momentos son fundamentales para prever el
1465
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éxito o fracaso de este modo de ventilación,
de ahí que durante este período la vigilancia
intensiva y por tanto, la carga asistencial que
conlleva, hayan de ser muy altas y deben
mantenerse durante las primeras 12 horas.
1466
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corregirse y no se deben tener en cuenta a la hora de valorar
el éxito o fracaso hasta haber pasado al menos 1 hora de su
instauración. L a corrección de la acidosis y la hipercapnia
pueden requerir varias horas.
1467
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mediante los cambios cada 72 horas de los
filtros antibacterianos, lavado diario de las
interfases y eliminación frecuente de las
condensaciones que se produzcan en las
tubuladuras.
9. Prevenir la aparición de complicaciones
gástricas mediante la auscultación de
borborigmos en epigastrio, percusión
timpánica abdominal y el control del
aumento del diámetro abdominal.
10. Prevenir la aparición de otitis mediante la
hidratación periódica de las fosas nasales con
suero salino isotónico y la aspiración de
secreciones, ofreciendo frecuentemente
líquidos en pequeñas cantidades y
estimulando la práctica de las maniobras de
Valsalva.
11. Administrar al paciente una higiene corporal
adecuada a su estado y edad, con una
frecuencia mínima diaria, mediante agua
tibia y jabones neutros.
12. Proporcionar una alimentación adecuada a
cada caso concreto, adaptándola a las pausas
pautadas de VNI. En los períodos agudos
de insuficiencia respiratoria es aconsejable
usar alimentación enteral a débito continuo
por sonda (a ser posible transpilórica).
13. Integrar e implicar al paciente en los
cuidados que se le administra.
14. Proporcionarle el mayor confort posible.
15. Administrar la medicación y cuidados
prescritos en cada caso.
1468
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interfase Helmet
L a preparación previa del paciente y del equipo, básicamente
sigue la pauta y secuencia ya propuesta anteriormente en
VNI, aunque obviando las protecciones nasales y faciales
requeridas para la utilización de interfases nasales,
1469
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que la zona de unión de los tirantes del arnés
vaya a coincidir con el periné del paciente.
2. Colocar al paciente sobre el arnés y fijar las
cintas dorsales a la parte posterior del
H elmet. En el caso de paciente mayores o
de gran envergadura, está indicado el uso de
cintas o bridas axilares; los extremos
dorsales de estas se fijan a la parte posterior
del H elmet antes de colocárselo.
3. L a introducción de la cabeza del paciente en
el H elmet debe hacerse entre dos personas,
utilizando sus dos manos para dilatar lenta y
progresivamente la lámina del orificio de
entrada o collar hasta que permita pasar
holgadamente la cabeza del niño. Al
introducir el H elmet se deben evitar
tracciones sobre la sonda nasogástrica,
catéteres o cualquier otro dispositivo que
pueda verse implicado. En los modelos que
disponen de cremallera se debe tener especial
cuidado con los bordes afilados y las
lesiones que puedan provocar al paciente
durante esta maniobra.
4. Ajustar y fijar los tirantes anteriores o las
bridas axilares a la parte anterior del helmet,
de forma que la lámina del collar se extienda
por todo el perímetro de la parte baja del
cuello y hombros del paciente, manteniendo
una franja de contacto de unos 4 a 6 cm en
toda su extensión; esto permitirá un
adecuado sellado del sistema y que las
sondas, catéteres y otros dispositivos, salgan
del H elmet entre la lámina del collar y la
piel sin que se produzcan fugas de presión
(Fig. 21). El H elmet deberá quedar situado
de modo que no se produzcan fugas por la
1470
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lámina del cuello, las cintas no queden
excesivamente tensas, la vía aérea del
paciente quede en el mismo plano que la
entrada de aire y la salida hacia la válvula de
PEEP. Si dispone de aro rígido, este debe
quedar situado a unos 2 cm por encima de
los hombros. En caso de utilización de
cintas o bridas axilares, los protectores
acolchados deben quedar situados en las
axilas y las cintas deben cruzarse
simétricamente en el torso y en la espalda,
de modo que equilibren la tensión en ambas
axilas y estabilicen el H elmet.
5. Colocar la almohadilla de forma que
favorezca una discreta extensión del cuello y
una postura confortable. Si el modelo
dispone de ella, inflar la almohadilla
reductora.
6. Si procede, sacar las sondas, catéteres y otros
dispositivos a través del orificio del collar
siempre y cuando no comprometan la
estanqueidad del sistema. También pueden
sacarse a través de los puertos estancos.
7. En el modo CPAP, conectar la rama
inspiratoria al ventilador o fuente de flujo y
la válvula de PEEP a la rama espiratoria;
cerrar el H elmet y presurizarlo hasta alcanzar
la CPAP pautada. En los modelos que
dispongan de ella, para presurizar el H elmet
habrá que accionar la válvula antisofoco. L os
indicadores de presión incluidos en algunos
modelos, solo ofrecen datos aproximados y
para un control más exhaustivo se precisa
usar un manómetro más exacto.
8. Cuando se aplica el H elmet con ventilador
1471
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mecánico de doble tubuladura, conectar las
ramas inspiratorias y espiratorias del
ventilador a sus respectivas conexiones en el
H elmet, cerrarlo y ponerlo en
funcionamiento. El H elmet debe inflarse
hasta alcanzar el nivel de presión pautada y
oscilar suavemente con cada ciclado del
ventilador.
9. Durante la primera hora se debe mantener un
control intensivo sobre el grado de
adaptación del paciente a la técnica, su
evolución y a la aparición de signos y
síntomas de un potencial fracaso.
1472
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Figuras 21: Secuencia de colocación del Helmet.
1473
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Figura 22. Algoritmo de cuidados de enfermería al paciente
sometido a ventilación mecánica no invasiva con Helmet. CPAP:
presión continua en la vía aérea, PEEP: presión positiva al final de la
espiración.
1474
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teniendo en cuenta que para conservar los
efectos beneficiosos de esta técnica a corto,
medio y largo plazo, al menos en los
estadios iniciales, el número de
interrupciones deben de reducirse a las
imprescindibles, lo que requiere una
programación meticulosa y bien coordinada.
2. Asegurar la apertura y permeabilidad de la
vía aérea como ya se ha comentado en los
apartados correspondientes.
3. Controlar y corregir las posibles fugas del
sistema.
4. Controlar y corregir la posición del H elmet
poniendo especial cuidado en variar las zonas
de contacto entre el paciente y los elementos
más agresivos del dispositivo, tales como
aristas, rebordes, pliegues, etc.
5. Corregir la postura del paciente cuantas veces
sea necesario para permitirle mantener el
mejor patrón respiratorio posible y
proporcionarle el mayor grado de confort que
se pueda, siguiendo las pautas ya
comentadas para la VNI.
6. Controlar y adecuar el grado de humedad,
condensación y calor del aire que se ofrece.
7. Aplicar medidas para prevención de vómitos.
En caso de producirse, tras atender al
paciente, limpiar el interior del H elmet con
jabón suave e inodoro, aclarándolo con
abundante agua para evitar que permanezca el
olor en su posterior utilización.
8. Control periódico de la válvula de
PEEP/CPAP y el nivel de presión.
9. Prevención y cuidados de lesiones de la piel
1475
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causadas por:
Contacto con aro rígido en los
modelos que dispongan de él.
Apoyo o contacto sobre costuras
o pliegues.
Contacto prolongado con
plástico y material no
transpirable que macere y lesione
la zona de incidencia.
Apoyo sobre almohadillas, tanto
si estas son excesivamente
grandes para el paciente como si
por exceso de humedad o
sudoración permanecen húmedas.
Tensión del arnés sobre la zona
perineal y sobre el pañal.
Presión y rozamiento de las
cintas del arnés en la espalda,
tórax, abdomen y axilas, según el
modelo utilizado.
10. Cuidados de los ojos derivados del efecto
desecante e irritante de los altos flujos y del
aire rico en O 2. Procediendo como se ha
comentado en el apartado 3 de Cuidados de
enfermería.
11. Cuidados de las mucosas. El mismo efecto
desecante e irritante lo experimentan los
labios y las mucosas nasal y bucal, por lo
que la higiene y prevención han de tener las
mismas medidas ya comentadas para la
VNI.
12. Cuidados de la vista. Derivados de la
utilización de plástico transparente no
óptico, con lo que la incidencia de una luz
1476
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potente sobre ellos tiende a producir
difracción difusa y grados de luminosidad
excesivos para los ojos de un niño,
causándole incomodidad e incluso lesiones.
13. Cuidados del oído. Dependiendo del tipo de
gas que se ofrezca, el H elmet puede actuar
como cámara que magnifique los sonidos
que llegan al paciente o como amortiguador
de ellos. Es importante tener en cuenta estas
situaciones y tener especial cuidado con el
ruido que producen las válvulas de PEEP
cuando se utilizan flujos altos.
1477
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Bibliografía
1478
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Capítulo 32
Ecografía pulmonar
Ana Coca Pérez (1)
José Luis Vázquez Martínez (1)
Irene García Hernández (2)
1 UCIP. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid. España
1479
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1. Principios básicos de la ecografía
pulmonar
Existe una gran diferencia en la impedancia acústica y la
velocidad de propagación de los ultrasonidos entre los
tejidos y el aire. Es importante recordar que el pulmón
normal está lleno de aire, lo que dificulta la propagación de
los ultrasonidos, generando imágenes de difícil definición
así como una serie de artefactos que es necesario saber
identificar. Cualquier patología que altere la normal relación
aire/líquido pulmonar será detectada por la ecografía,
muchas veces como una simple pérdida de los artefactos que
existen en condiciones de normalidad.
1480
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esternón y el omóplato) actúa como una barrera al
ultrasonido, generando una sombra acústica que limita el
acceso ecográfico al pulmón, parcialmente solventada con las
excursiones pulmonares con el ciclo respiratorio; sin
embargo, en casos de escasa movilidad del mismo, como en
el síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), la
exploración queda claramente dificultada. Otra limitación
ocurre cuando las zonas alteradas son centrales, con lo que al
estar rodeadas de aire no se pueden visualizar.
Afortunadamente, la mayoría de los procesos que afectan al
pulmón y que son de interés para el intensivista, se
extienden hasta la periferia del pulmón. Todos los casos de
neumotórax y derrame pleural llegan a la pleura, así como el
98,5% de las consolidaciones. El síndrome intersticial es un
fenómeno difuso, y por lo tanto también alcanza la pleura
visceral.
1481
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intercostal.
1482
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El estudio ecográfico del pulmón incluye tanto imágenes
estáticas como dinámicas, así como los modos 2D y M .
1483
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3.1. Signo del murciélago (bat sign)
Con la sonda colocada longitudinal y perpendicular entre
dos espacios intercostales, se obtendrá una imagen
ecográfica estática en la que se puede distinguir:
1484
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Figura 2. Imagen y esquema de un patrón normal pulmonar: bat-sign,
con líneas A y B.
1485
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pleuras, parietal y visceral, están adheridas entre sí, y por lo
tanto descarta la existencia de líquido o aire entre ellas.
1486
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atelectasia. También se objetiva en casos de apnea o ausencia
de ventilación pulmonar. En modo M se puede visualizar la
transmisión rítmica de los latidos cardiacos. Se objetiva un
patrón predominantemente lineal-lineal, pero con zonas
granulares que coinciden con los latidos cardiacos (Fig. 4).
1487
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deslizamiento pulmonar es muy útil para descartar
neumotórax, pero su ausencia no lo diagnostica.
1488
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Figura 5. Esquema ecopulmonar bidimensional.
L as líneas B son líneas perpendiculares a la pleura con las
siguientes características:
1489
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Se generan por elementos de alta impedancia acústica en
relación con estructuras vecinas. Se producen en caso de
edema pulmonar o cualquier proceso fibrótico que afecte al
intersticio del pulmón (engrosamiento de septos
interlobulillares). En sujetos sanos es normal ver 2 o 3
líneas B por plano, localizadas en campos medios y bases
pulmonares. En los neonatos también pueden verse,
inmediatamente después al nacimiento, e irán
progresivamente desapareciendo a favor de la presencia de
líneas A. L a presencia de más de 3 líneas B indica patología
subyacente que se correlaciona con la presencia de patrones
patológicos alveolares o intersticiales en la TAC. L a
presencia de 3 o mas líneas B en un mismo plano ecográfico
(entre dos costillas) se conoce como patrón B , y es un dato
de edema intersticial.
Figura 6. Líneas A y B.
Estas líneas deben diferenciarse de otros artefactos, como
son las líneas Z y E (Fig. 7). L as líneas E son artefactos
cortos, superficiales a la pleura, y se ven en casos de
enfisema parietal o cuerpos extraños parietales. L as líneas Z
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son líneas verticales que salen de la pleura con las siguientes
características:
Anchas.
M enos ecogénicas que la línea pleural.
M al definidas.
Cortas (desaparecen tras 2 – 4 cm), no
alcanzan el final de la pantalla.
No borran las líneas A.
No se mueven con el deslizamiento del
pulmón.
Figura 7. Líneas E y Z.
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Existen una serie de signos básicos en ecografía pulmonar,
gracias a los cuales, y dependiendo de su patrón
predominante en las imágenes ecográficas, se obtienen
sensibilidades y especificidades cercanas al 100% para el
diagnóstico o exclusión de patología pulmonar. L os doce
signos básicos en ecografía pulmonar son:
1492
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3.4.1. Signo del cuadrado (quad sign)
Imagen ecográfica en 2D consistente en la presencia de una
imagen cuadrada (Fig. 8), limitada por arriba por la línea
pleural (pleura parietal), lateralmente por las sombras de las
costillas e inferiormente por la línea pulmonar (pleura
visceral). El borde profundo del cuadrado siempre es regular.
1493
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Figura 9. Signo del sinusoide (indica derrame pleural no
encapsulado).
Estos dos signos son expresión universal de la existencia de
derrame pleural, independientemente de sus características
ecogénicas. Con el signo del sinusoide se detectan
cantidades muy pequeñas de derrame pleural, aunque puede
estar ausente en caso de derrames pleurales muy espesos o
encapsulados.
1494
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flóculos, apreciándose imágenes hiperecogénicas flotando en
el seno del derrame (signo del plancton) (Fig. 10). También
es frecuente el signo de la medusa, que es el pulmón
atelectasiado flotando en el derrame.
1495
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Si las estructuras bronquiales que airean la zona de pulmón
afectada por el patrón alveolar están patentes, pueden verse
rellenas de aire que ecográficamente se representa como
focos hiperecogénicos. Estos focos pueden presentar un
refuerzo inspiratorio de la ecogenicidad, expresando
movimiento del aire dentro de los bronquios con los ciclos
respiratorios (signo del broncograma aéreo dinámico), en
contraste con el broncograma obstructivo de una atelectasia
(broncograma estático) donde no se aprecia dicho refuerzo.
El hallazgo de consolidación con ecografía se correlaciona
de manera estrecha con los mismos resultados en TAC.
1496
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Figura 11. Consolidación (broncograma aéreo) y signo shred.
1497
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pleural que sí hay movimiento, dan una patrón granular
(signo de la orilla del mar).
1498
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Figura 12. A. Signo de la estratosfera (izquierda). B. Signo punto-
pulmón (derecha).
4.1. N eumotórax
L a ecografía pulmonar tiene una sensibilidad y especificidad
muy similar a la TAC torácica (gold-standard) para el
diagnóstico de neumotórax. Permite un diagnóstico de
exclusión rápido y preciso aunque el diagnóstico definitivo
1499
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es más difícil, ya que la ausencia de deslizamiento pulmonar
no es específico (cualquier circunstancia que reduzca de
manera importante la entrada de aire en el pulmón, puede
conllevar una disminución o ausencia del deslizamiento
pulmonar); sí es patognomónico encontrar el punto pulmón.
4.1.1. Técnica
Es preferible usar una sonda lineal (vascular) de alta
frecuencia (> 5H z). En un niño en supino, un neumotórax
libre se acumulará en la parte anterior del tórax. L os
neumotórax posteriores floculados, los mediastínicos y los
apicales pueden ser difíciles de ver, precisando un examen
completo de las zonas anterior, lateral y posterior,
observando en cada punto al menos un ciclo respiratorio.
1500
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Pulso pulmón (-): en el caso de apnea, la
presencia del signo pulso pulmón en modo
M es indicativa de que ambas pleural están
adheridas, descartando por lo tanto la
existencia de un neumotórax.
1501
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de derrame pleural que la radiografía convencional, pudiendo
detectarse cantidades tan pequeñas como 3 – 5 ml; además,
permite su diferenciación con atelectasias o consolidaciones,
detectar partículas en movimiento o incluso septos,
sugerentes de pus o sangre y es de gran ayuda para guiar la
toracocentesis. En caso de pacientes politraumatizados la
búsqueda de derrame pleural (hemotórax) se realiza de forma
simultánea con el protocolo E-FAST.
4.2.1. Técnica
L os derrames pleurales deben ser examinados,
preferiblemente, con una sonda de superficie pequeña, que
quepa fácilmente entre dos espacios intercostales. L a sonda
ideal es una sonda sectorial o convex con una frecuencia de 2
– 5 H z.
1502
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compresiva (si el derrame es grande) o por
condensación.
4.2.2. Toracocentesis
Una de las aplicaciones de la ecografía pleural es servir de
guía para las toracocentesis. Para evitar la interposición de
algún órgano vital, deben observarse varios ciclos
1503
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respiratorios. Se debe localizar el punto de punción, y una
vez localizado, no cambiar al paciente de posición para evitar
la movilización del líquido y pérdida de la ventana óptima,
siendo el ángulo de inserción de la aguja el mismo que tenía
la sonda al localizar el derrame pleural. Siguiendo estas
indicaciones es seguro realizar toracocentesis diagnósticas y
terapéuticas.
4.3. Consolidación
Para el diagnóstico de consolidaciones se usa una sonda
convex convencional de baja frecuencia (3,5 – 5 H z). L as
zonas a explorar serán la zona lateral y posterior. Es
relativamente fácil confundir el hígado o el bazo con una
consolidación y viceversa. Por ello es importante delimitar el
tórax del abdomen localizando el diafragma, esto se
consigue generalmente a nivel de la línea medioclavicular.
1504
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Figura 14. Consolidación: shred, hepatización y broncograma.
El diagnóstico ecográfico de las consolidaciones alveolares
permite clarificar la causa de una insuficiencia respiratoria,
guiar la realización de otras técnicas, como punción de un
absceso o broncoscopia, y valorar el grado de aireación como
medida de eficacia terapéutica (efecto de presión positiva al
final de la espiración [PEEP] o antibiótico sobre una
consolidación, en función del cambio de aireación, de menor
a mayor).
1505
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L os pulmones edematosos, examinados ecográficamente,
dan un patrón característico de líneas B . Si la separación
entre líneas B es de 7 mm se habla de edema intersticial
(engrosamiento de septos interlobulillares); si es de 3 mm,
edema alveolar. El número y la intensidad de líneas B
aumentan con la pérdida de aireación pulmonar.
< 5: no edema.
5 – 15: leve.
15 – 30: moderado.
> 30: grave.
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Figura 15. Síndrome alveolo-intersticial.
1507
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por lo tanto, engrosamiento de los septos
interlobulillares.
Tipo 3, pulmón negro: debido a un
predominio de líneas A, no B , siendo
expresión, por lo tanto, de un pulmón
normal.
1508
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Figura 16. Esquema de una ecografía pulmonar de un recién nacido
con taquipnea transitoria del recién nacido (TTRN). Punto doble
pulmón. Izquierda: pulmón blanco (zonas pulmonares inferiores);
derecha: pulmón negro (zonas pulmonares superiores) A la derecha,
la radiología convencional de la TTRN.
1509
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mediante ultrasonidos, unas sensibilidades del 93,3% y
95,6% , y unas especificidades del 96,5% y 94,4%
respectivamente.
1510
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Los patrones de aireación se miden en cada una de los 6 regiones de
exploración de cada hemitórax (anterior y posterior a línea media
clavicular, superior, media e inferior), antes y después (tras un
tiempo obligado de equilibrio) de efectuar la maniobra de
reclutamiento.
Otra alternativa consiste en contar todas las líneas B
existentes en todos los espacios intercostales (en vez de
definir distintos patrones de aireación) y así evaluar su
disminución tras un reclutamiento efectivo. M ás sencillo
que esto, puede ser la medición de la superficie (mediante
planimetría) de las zonas de consolidación (patrón C)
exclusivamente en zonas declives generalmente, zona
posterior e inferior del hemitórax derecho.
1511
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para monitorizar la sobredistensión pulmonar inducida por
una PEEP inapropiada.
1512
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tubo endotraqueal.
1513
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El esófago es un órgano que se dispone lateral y a la
izquierda de la tráquea a este nivel. Dado que es una cavidad
virtual en condiciones normales, no se detecta
ecográficamente, a menos que esté intubado o
patológicamente dilatado.
1514
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Figura 19. Control ecográfico de la intubación traqueal. Superior:
tráquea normal. Inferior: intubación esofágica (imagen real y
esquema).
1515
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Figura 20. Vista sagital. Intubación endotraqueal.
1516
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Figura 21. Valoración de la posibilidad de estridor postextubación
(vista transversal a nivel de espacio subglótico) La deflación del
manguito incrementa la anchura de la columna de gas, siempre y
cuando no exista estenosis del espacio.
1517
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aprecian como dos estructuras triangulares hipoecoicas que a
nivel medial se dibujan por unas líneas hiperecoicas que
corresponden a los ligamentos vocales (Fig. 22). Se puede
observar su movilidad (apertura y cierre con la respiración)
descartando la existencia de paresias vocales unilaterales.
8. Motilidad diagragmática
L a motilidad del diafragma depende de la integridad
funcional del nervio frénico, el cual puede resultar lesionado
a consecuencia de traumatismos directos (caso de cirugía
1518
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cardiaca), pero también algunos enfermos críticos presentan
un cierto grado de fatiga diafragmática. L a ecografía permite
comprobar cómo es el grado de la amplitud del movimiento
de cada hemidiafragma.
1519
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Figura 23. Valoración ecográfica de la movilidad diafragmática.
1520
booksmedicos.org
Bibliografía
1521
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10 Chandra S, Narasimhan M . Pleural ultrasonography.
Open Crit Care M ed J. 2010;3:26-32.
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induced lung recruitment. Am J Resp Crit Care M ed.
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lung recruitment in a young infant with ARDS. Paediatr
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Stefanidis K, Dimopoulos S, Tripodaki ES et al. L ung
sonography and recruitment in patients with early acute
respiratory distress syndrome: a pilot study. Crit Care.
2011;15:R185.
1523
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Capítulo 33
Resumen y algoritmos
Javier Pilar Orive (1)
Alberto Medina Villanueva (2)
Alexandra Scheibl (3)
1 UCIP. Hospital Universitario de Cruces. Baracaldo. Vizcaya.
España
2
UCIP. Hospital Universitario Central. Asturias. España
3 UCIP. Hospital Vall d’Hebrón. Barcelona. España
Fisiología (Capítulo 1)
Presión transpulmonar (PTP): diferencia
estática de presión entre el alveolo y el
espacio pleural (P TP = P alv – P pl).
Presión transcaja (PTC): diferencia estática de
presión entre la presión pleural y la presión
atmosférica (P TC = P pl – P atm).
Complianza (C): Volumen corriente/Presión
meseta – Presión positiva al final de la
espiración [Vc/(P plat – PEEP)], cambio de
volumen que produce cada cambio en la
presión transpulmonar. Su valor normal en
toda la edad pediátrica es 1 – 2
ml/kg/cmH 2O.
Resistencia (R): Presión pico – Presión
meseta/Flujo; [(PIP – P plat )/Flujo].
Constante de tiempo: C × R = [Vc/(P plat –
PEEP)] × [(PIP – P plat )/Flujo];
1524
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(L /cmH 2O) × [cmH 2O/(L /segundos)] =
segundos (s).
1525
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1526
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Tamaño de los tubos endotraqueales sin balón para lactantes y
niños. Para tubos traqueales con neumotaponamiento se debe
utilizar un tamaño 0,5 mm más pequeño
1527
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VAD: vía aérea difícil.
1528
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VAD: vía aérea difícil; ML: mascarilla laríngea; VL:
videolaringoscopio; FBC: fibrobroncoescopio; PTT: punción
transtraqueal; PCT: punción cricotiroidea.
Escala de Mallampati
1529
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Algoritmo de emergencia para el manejo de situaciones críticas
de un niño con traqueostomía
1530
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1531
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DSG: dispositivos supraglóticos. MF: máscara facial. ML: máscara
laríngea. TET: tubo endotraqueal. VA: vía aérea. VAD: vía aérea
difícil; O2: oxígeno.
1532
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Gases medicinales: oxígeno y Heliox
(Capítulo 3)
Oxigenoterapia
1533
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Formas de administración
1534
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Oxigenoterapia de alto flujo (OAF)
1535
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(humedad relativa del 100% y temperatura de 34 – 40ºC).
1536
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VN500 (Dräger® ) (www.draeger.com).
1537
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1538
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Indicaciones de intubación y ventilación mecánica
1539
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Modos y programación de la ventilación
mecánica (Capítulos 7 y 8)
Diferencias entre la ventilación controlada por volumen y
presión
1540
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ventilación mandatoria intermitente (IMV o VMI)
1541
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Presión soporte (PS) (Capítulo 9)
Algoritmo de programación de la presión de soporte (PS)
partiendo de una PS mínima
1542
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PS: presión de soporte; PEEP: presión positiva al final de la
espiración; Ti: tiempo inspiratorio; Vc: volumen control; PIP:
presión pico o pico de presión; PC: presión control; VC: presión
control , Pplat: presión plateu o presión meseta; Fr: frecuencia
respiratoria; Fc: frecuencia cardiaca.
1543
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que exista autodisparo y pautar una PS
mínima para vencer las resistencias de las
tubuladuras y el tubo endotraqueal.
2. Pautar la rampa adecuada valorando la
existencia de un Ti adecuado.
3. Pautar el trigger espiratorio que consiga el
Ti más adecuado.
4. Valorar el Vc alcanzado con los anteriores
parámetros.
5. Ajustar la PS, teniendo en cuenta los valores
de presión pico (PIP) o presión meseta
(P plat ) previos y valorando el Vc conseguido.
Se debe tener en cuenta que la diferencia
entre la P plat o la PIP y la PEEP para fijar
la PS debe ser meramente orientativa ya que
en PS la actividad de los músculos
inspiratorios producen una presión negativa
que contribuye a generar una presión
transpulmonar (P TP) que no aparecía cuando
el paciente estaba dormido. Esto implica
que la PS que se debe pautar para conseguir
el mismo Vc será menor a esa diferencia
siempre y cuando se pauten adecuadamente
la rampa y el trigger espiratorio, tal como se
ha explicado previamente, y se consiga un Ti
adecuado. Por ello puede resultar más difícil
programar la PS partiendo de presiones altas
que comenzando por presiones mínimas.
1544
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Correlación de los valores del cociente saturación de oxígeno de
la hemoglobina/fracción inspirada de oxígeno de la
hemoglobina (S/F) y el cociente presión parcial arterial de
oxígeno de la hemoglobina/fracción inspirada de oxígeno (P/F)
1545
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según los distintos trabajos publicados
1546
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Factores que modifican la CO2 espirada
1547
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Evaluación de los trastornos ácido/base
1548
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H+: hidrogeniones; PCO2: presión parcial de dióxido de carbono;
CO3H-: bicarbonato real.
1549
booksmedicos.org
Monitorización curvas (Capítulo 13)
Causas más frecuentes de alteración de dinámica respiratoria de
origen obstructivo o restrictivo
1550
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Sistemática de monitorización de un paciente en ventilación
mecánica en la que se especifican los diferentes parámetros a
observar en el paciente, el respirador y la monitorización
clínica, analítica y radiográfica. Importante tanto en la
programación inicial como en los cambios clínicos o de
programación
1551
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Regla mnemotécnica ¿DÓNDE? Orientación para la resolución
de problemas en pacientes sometidos a ventilación mecánica
1552
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Hallazgos característicos en las gráficas de monitorización en
diferentes situaciones clínicas
1553
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Monitorización de la complianza,
resistencia, atrapamiento (Capítulo 14)
Valores normales de complianza y resistencia según la edad
1554
booksmedicos.org
Asincronías (Capítulo 15)
Tipos de asincronía paciente-ventilador (APV) según el
momento del ciclo donde se producen
1555
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Factores que afectan a la sincronía paciente-ventilador
1556
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Resumen de asincronías paciente-ventilador (APV)
1557
booksmedicos.org
Extubación (Capítulo 17)
Requisitos necesarios para realizar una prueba de respiración
espontánea
1558
booksmedicos.org
Criterios de fracaso de la prueba pre-extubación
1559
booksmedicos.org
Algoritmo general de uso de ventilación no invasiva
1560
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1561
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Contraindicaciones de la ventilación no invasiva (VNI)
1562
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VNI: ventilación no invasiva; S/T: ventilación
espontánea/temporizada; PS: presión de soporte; FIO2: fracción
inspirada de oxígeno; SpO2: saturación transcutánea de oxígeno;
IPAP: presión positiva inspiratoria; EPAP: presión positiva
espiratoria; CPAP: presión positiva continua; Fr: frecuencia
respiratoria; Fc: frecuencia cardiaca; Ti: tiempo inspiratorio; PEEP:
presión positiva al final de la espiración; Vc: volumen corriente; P/F:
cociente presión parcial arterial de oxígeno/fracción inspirada de
oxígeno; S/F: cociente saturación transcutánea de oxígeno/fracción
inspirada de oxígeno; SDRA: síndrome de distrés respiratorio
agudo; EAP: edema agudo de pulmón;
1563
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s: segundos.
1564
booksmedicos.org
Lista de chequeo sistemático ante la posibilidad de fracaso de la
ventilación no invasiva (VNI)
1565
booksmedicos.org
1566
booksmedicos.org
VAFO (Capítulo 20)
Protocolo inicial de ventilación de alta frecuencia oscilatoria
(VAFO) aplicable a pacientes pediátricos con síndrome de
distrés respiratorio agudo (SDRA)
1567
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minuto; Hz: hercios; Ti: Tiempo inspiratorio: m: minuto (s).
1568
booksmedicos.org
Ventilación neonatal (Capítulo 21)
Resumen de programación convencional neonatal
1569
booksmedicos.org
Resumen de programación de ventilación de alta frecuencia
1570
booksmedicos.org
Estrategias ventilatorias en síndrome de aspiración meconial,
hernia diafragmática congénita e hipertensión pulmonar
persistente neonatal
1571
booksmedicos.org
Ventilación de transporte (Capítulo 22)
Material respiratorio para el transporte pediátrico
1572
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1573
booksmedicos.org
Cálculo del consumo de gas para un niño con volumen minuto
de 4 L/m, consumo interno del respirador utilizado de 1 L/m,
tiempo de traslado previsto de 5 horas
1574
booksmedicos.org
Ventilación mecánica domiciliaria
(Capítulo 23)
Patologías en pacientes pediátricos candidatos a ventilación
mecánica domiciliaria (VMD)
1575
booksmedicos.org
1576
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Criterios de insuficiencia respiratoria crónica
1577
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Criterios clínicos para indicar ventilación mecánica
domiciliaria (VMD) electiva
1578
booksmedicos.org
Material necesario para ventilación mecánica a domicilio (a
valorar en cada paciente)
1579
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1580
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Técnicas de ventilación mecánica a domicilio
1581
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Ventilación en patrón obstructivo
(Capítulos 24, 25 y 28)
1582
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Pauta de tratamiento del estatus asmático
1583
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Algoritmo de ventilación mecánica en el estatus asmático
pediátrico
1584
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Ventilación en patrón restrictivo (Capítulos
25 y 26)
Definición de Berlín del síndrome de distrés respiratorio agudo
1585
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Sugerencia de esquema diagnóstico-terapéutico aplicable al
síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA)
1586
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S/F: saturación transcutánea de oxígeno/fracción inspirada de
oxígeno; CPAP: presión continua en vías aéreas; BLPAP: ventilación
no invasiva en dos niveles de presión; VM: ventilación mecánica; PC:
ventilación controlada por presión; VC: ventilación controlada por
volumen; Vc: volumen corriente; PEEP: presión positiva al final de la
espiración; Pplat: presión meseta; ΔP: presión diferencial; VAF:
1587
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ventilación de alta frecuencia; iNO: óxido nítrico inhalado; ECMO:
oxigenación con membrana extracorpórea; m: minuto (s).
1588
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incrementos de PEEP de 5 en 5 cmH 2O cada 2 minutos,
con un descenso igual que el descrito previamente.
1589
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1590
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Efectos respiratorios del flujo pulmonar aumentado o
disminuido
1591
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Ventilación mecánica en la fístula
broncopleural (Capítulo 29)
Medidas para reducir la probabilidad de neumotórax
1592
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Manejo ventilatorio en pacientes con fístula broncopleural
1593
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1594
booksmedicos.org
Cuidados de enfermería en ventilación
mecánica
(Capítulo 31)
Algoritmo de higiene y antisepsia
1595
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Algoritmo intubación oronasotraqueal
1596
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TET: tubo endotraqueal; FIO2: fracción inspirada de oxígeno; VM:
ventilación mecánica o ventilador mecánico.
1597
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TET: tubo endotraqueal.
1598
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O2: oxígeno; FIO2: fracción inspirada de oxígeno.
1599
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Algoritmo de aplicación de la ventilación mecánica no invasiva
1600
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VM: ventilación mecánica; VNI: ventilación no invasiva.
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Índice
Portada 2
Diseño y maquetación 3
Abreviaturas 4
Autores 15
Prólogo 22
Cita 24
Índice 25
Capítulo 1 Fisiología 69
Capítulo 2 Vía aérea 136
Capítulo 3 Gases medicinales 193
Capítulo 4 Respiradores 232
Capítulo 5 Analgesia, sedación y relajación 276
Capítulo 6 Principios de VM 326
Capítulo 7 Programación 398
Capítulo 8 Modos convencionales 431
Capítulo 9 Presión de soporte 469
Capítulo 10 Otros modos 498
Capítulo 11 Pulsioximetría y capnografía 540
Capítulo 12 Gasometría 572
1604
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Capítulo 13 Monitorización gráfica 610
Capítulo 14 Monitorización C, R,
687
atrapamiento, VD, WOB
Capítulo 15 Asincronías 721
Capítulo 16 Complicaciones 760
Capítulo 17 Destete 800
Capítulo 18 Humidificación 826
Capítulo 19 VNI 866
Capítulo 20 VAFO 915
Capítulo 21 VM neonatal 960
Capítulo 22 VM en transporte 1013
Capítulo 23 VM domiciliaria 1039
Capítulo 24 Asma 1093
Capítulo 25 Bronquiolitis 1133
Capítulo 26 SDRA 1164
Capítulo 27 VM en cardiopatías 1216
Capítulo 28 VM en obstrucción crónica 1271
Capítulo 29 VM en fuga aérea 1314
Capítulo 30 T écnicas complementarias 1362
Capítulo 31 Cuidados de enfermería 1404
Capítulo 32 Ecografía 1479
1605
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Capitulo 33 Resumen y algoritmos 1524
Contraportada 1603
1606
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