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EL FERROCARRIL

Definición.

Un ferrocarril se puede definir como la vía provista de guías paralelas, denominadas rieles, sobre las
cuales se deslizan una serie de trenes movidos por tracción mecánica.

Constitución de la vía.

La vía de un ferrocarril se compone de dos partes principales: las terracerías o infraestructura y la


superestructura.

o Terracerías: Conjunto de obras formadas por cortes y terraplenes para llegar al


nivel de subrasante, y a la superestructura.

o Superestructura: parte que va arriba de la terracería y la forman dos hileras de


rieles sujetos a piezas transversales llamadas durmientes, que a su vez descansan
sobre un lecho de material pétreo denominado balasto, a lo que hay que agregar los
accesorios de la vía tales como placas, planchuelas, tornillos, etc.

El riel.

Viene designado por el número de libras de peso por cada yarda de longitud o calibre. En el caso de
T.F.M. se utilizan los calibres de 100,112, 115 lb/yd. Está formado por tres partes que son: la cabeza
u hongo del riel, el alma y el patín.

El riel y sus partes

La superficie de rodadura de los rieles no es plana sino combada con el fin de reducir el desgaste
recíproco entre rueda y riel. El alma de los rieles es la parte que ha sido diseñada con el fin de
absorber los efectos de corte como también los efectos flectores que se producen por la acción de
cargas transversales. El patín debe darle al riel su resistencia máxima y una superficie contra las
fuerzas transversales que provocan su volteo.

Los rieles son normalmente laminados de 12 m (30 pies) de longitud. Los rieles se fijan a los
durmientes por medio de clavos que se ponen contrapeados para que no se raje el durmiente.
Los durmientes.

Se llaman durmientes o traviesas a las piezas que se colocan transversalmente sobre el balasto para
proporcionar a los rieles de la vía un soporte adecuado. Los durmientes no solo soportan los rieles
sino que además, proporciona un medio para que los rieles se conserven con seguridad a la distancia
correcta del escantillón.

La mayor parte de los durmientes que se emplean en los ferrocarriles son de madera. También
existen los durmientes de concreto, metal, concreto con piezas de metal o de madera insertadas;
siendo algunos de ellos deseables y económicos cuando se trata de servicios especiales, pero es
dudoso que estos puedan competir ventajosamente con los durmientes de madera.

Se han hecho diferentes estudios para determinar los factores que afectan la vida de los durmientes
de madera. Los tres principales resultados de estos estudios son:

1. El desarrollo del conocimiento científico acerca de la pudrición de la madera,


2. el desarrollo de procesos definidos para tratar químicamente los durmientes con la finalidad
de evitar su pudrición y alargar la vida,
3. El desarrollo de placas para durmientes y otros medios de sujeción correctamente diseñados
para usarse entre la base y el riel y el durmiente con miras a retardar el desgaste mecánico
del durmiente debido al riel.

En México, las dimensiones reglamentarias de los durmientes son de 7 pulgadas de grueso, 8


pulgadas de ancho y 8 pies de largo (7" * 8" * 8´).

El esparcimiento de los durmientes en la vía varía de acuerdo a su tamaño y la intensidad de


transito. Para permitir un calzamiento correcto con herramientas de mano, se requiere un espacio
libre de 25 cm. entre los durmientes adyacentes. En vías troncales algunos ferrocarriles emplean un
espaciamiento mínimo de 25 cm. entre durmientes. Aún en ramales poco importantes, la práctica
usual es limitar al espacio entre durmientes a 45 cm.

Placas para Durmientes

Una placa de asiento bien diseñada y bien colocada en el durmiente evitará el desgaste debido a la
acción del riel. Las placas de diseño moderno se hacen de espesores comprendidos entre un mínimo
de ½" y un máximo de 5/16", de acuerdo con el peso del riel y el volumen de transito a soportar. La
anchura promedio es de 7.5" y la longitud de 10 a 14".

Las placas para durmientes pueden dividirse en dos tipos:

a. Placas que se sujetan rígidamente a los durmientes.


b. Placas que quedan sueltas sobre los durmientes.

Generalmente se emplean dos métodos para sujetar las placas a los durmientes. El primer método
emplea clavos completamente independientes del riel. El segundo, usa clavos que sujetan la placa,
pero el gancho de su cabeza queda librando el patín del riel en 1/16". Las placas pueden ser con 4, 6
u 8 agujeros. Estos pueden ser cuadrados o circulares.

El balasto

Se llama balasto a cierta clase de material escogido, tal como piedra triturada, grava, escoria,
cenizas, etc. que se coloca sobre las terracerías compactadas para dar apoyo y estabilidad a los
durmientes o traviesas. El balasto mantiene a los durmientes alineados y nivelados, permitiendo
arrojar el agua fuera de ellos y haciendo posible el alineamiento, nivelación y elevación de la vía o
bien la renovación de los durmientes sin tocar el lecho. Cuando se coloca correctamente y tiene
suficiente espesor, el balasto proporciona un soporte firme y uniforme a los durmientes y distribuye
por igual la presión causada por el peso y el empuje de los trenes que transitan por la vía.

El material que llena mejor los requisitos de un balasto ideal es la piedra triturada. La piedra caliza,
el granito y la lava volcánica son las variedades mas empleadas. T.F.M. especifica para su uso como
balasto piedra triturada de origen basáltico de ¾" a 2" y es traído del Sur.

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