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La Percepción Visual

La mirada no sólo expresa y crea un espacio al proyectar su significación.


También se penetra de cuanto ve, afectando a nuestra sensibilidad en el acto que
llamamos percibir.

La percepción visual empieza cuando un estimulo impresiona nuestra retina,


pasa por el nervio óptico hasta el cerebro, donde registra e identifica la información. La
percepción es un proceso activo de la búsqueda de información, distinción de las
características esenciales de un objeto

Visión Natural o Instintiva

El ojo es el órgano externo de la vista, donde la retina recibe los estímulos


visivos. Las células fotorreceptoras de la retina son sensibles a la luz que transforman
la energía luminosa en impulsos eléctricos inteligibles para el cerebro. El campo visual
de la retina comprende tres zonas:

Zona Periférica.

Insensible a toda forma y color, reproduce solo las sensaciones de blanco y


negro – visión de claro; no posee las sensaciones plásticas del relieve, pero es muy
sensible al movimiento

Zona Intermedia.

Sensible al blanco, al negro, al amarillo y al azul con todos los grados de


saturación y luminosidad.

Zona Central.

Sensible a todos los colores. Es la zona capaz de percibir el relieve y la


plasticidad de los objetos.

El ojo al ver los objetos, obedece una determinada mecánica propia que
corresponde a un principio muy simple e instintivo, común a todos los humanos:
“ningún objeto se percibe como unió y aislado”

El acto de ver un signo o una composición está formado por una composición
rítmica mirar- analizar, que tiene mayor o menor duración según el interés suscitado en
el sujeto que percibe. El vistazo o la mirada está constituido por una primera visión
global, seguida por una visión analítica, a la que sucede todavía una segunda visión
global.

Se ha demostrado que la percepción visual que ejerce el ojo humano, no se


inicia con la observación de los detalles; estos solo aparecen en un segundo tiempo. El
ojo ve globalmente en primer lugar el conjunto signo – composición, ejerce luego un
análisis visual muy rápido, y concluye el proceso con una nueva visión global.

Ver una cosa significa descubrir su existencia, su forma, asignarle el lugar


correspondiente en el ambiente es decir, colocar en el espacio lo percibido, valorando
sus relaciones, sus proporciones, sus dimensiones, su valor, su posición, su dirección…
Un signo puede ser visto bajo infinitas formas diferentes; el observador al verlo, queda
impresionado por diferentes sensaciones, según la forma que considera.

Jerarquización de la Percepción Visual

En primer lugar el ojo advierte la forma en si misma; en un segundo tiempo,


aprecia relaciones con los demás signos, o sea, aparecen las relaciones de influencia.
El ojo intenta siempre mirar y recorrer de nuevo aquello que prefiere, lo que está más
acorde con su estructura física y fisiológica; pero es atraído también, aunque
involuntariamente, por todo lo que constituye grupo en la composición, por aquellos
signos que tienen una atracción recíproca y resaltan por sus propiedades semejantes.
Se dice que la visión de una composición es buena, cuando es evidente la diferencia de
valor, de color, de tamaño y de orientación. Es menos buena, cuando no se aprecian
estos resaltes, por lo que resulta confusa, trastornada y apagada.

Jerarquía de la Percepción de los Signos


La mayor o menor facilidad perceptiva de los signos y la mayor o menor
velocidad respectiva de lectura dependen del carácter del mismo signo, que puede ser:
lineal o de contorno simple y de superficie, o sea, de estructura llena.

En atención a lo anterior, es posible establecer una jerarquía perceptiva de los


mismos, la cual, es evidente, cuando las formas que deben examinarse pueden ser
reducidas a las formas geométricas simples.

1- Signo lineal horizontal: lectura fácil. Corresponde a la posición natural de los


ojos.
2- Signo lineal vertical: lectura difícil y lenta. El continuo ajuste a que debe
someterse el ojo para proceder a la lectura completa del signo, aumenta la
dificultad de la lectura.
3- La visión de las líneas y de las formas alargadas. Constituye un caso particular
de percepción visual, que debe ser principalmente selectiva, puesto que,en caso
contrario, la imposibilidad de procurar una visión global inmediata permitiría sólo
una visión parcial del signo. Para percibir mejor las líneas y las formas alargadas,
el ojo las recorre con un movimiento que corresponde a la dirección global del
signo: preferentemente de izquierda a derecha
4- Signo lineal oblicuo: lectura difícil y lenta.
5- Superficie de estructura llena horizontal: lectura fácil y rápida; si la estructura es
vertical, el proceso resulta más difícil y lento.
6- Superficie simple de contorno lineal: lectura difícil y lenta.
7- Triángulo: lectura difícil y lenta.
8- Cuadrado: lectura fácil y lenta.
9- Círculo: lectura muy fácil, pero lenta.

Visualmente, las líneas curvas resultan menos simples que las líneas rectas; una
línea recta se individualiza más fácilmente que una línea irregular. No obstante, se ha
comprobado que, la percepción tiende espontáneamente hacia la forma global circular,
por cuya razón su lectura resulta muy fácil, pero lenta.
La Visión en el Arte

La ley natural de la atracción central en la visión se ha empleado siempre,


consciente o instintivamente, en todas las formas artísticas que ha desarrollado el
hombre. A esta regla pueden reducirse todas las formas compositivas, tanto las de
ritmo rígido, como las de ritmo libre o suelto.

Ante cualquier anomalía, toda forma irregular tiende a imponerse, a conservarse,


a completarse y a corregirse. Por consiguiente, el principio de la atracción central en la
visión es también una regla de la unidad compositiva.

Al igual que en el ojo, también en el arte, y en el arte gráfico, organizar las


tensiones según la disposición de la sensibilidad ocular (atracción central) es una buena
regla compositiva. La composición que la cumple posee estabilidad, puesto que las
fuerzas se equilibran en el centro.

Cómo se ven varios signos.

Centrado y resalte óptico. En presencia de varias superficies, distintas y


separadas, el ojo tiende instintivamente, a equilibrar las formas situadas en el espacio,
en torno a un punto central de este mismo espacio, denominado Centro Óptico de la
Composición o Centro de Interés. Este centro óptico natural no siempre coincide con el
centro geométrico del espacio comprendido entre las diversas formas.

Además de la forma de los signos, hay también otros elementos que condicionan
la elección del ojo; por ejemplo, el color, la densidad de la estructura, las dimensiones,
la disposición, la dirección, entre otros, que constituyen el resalte óptico y determinan,
al mismo tiempo, el centro de interés.
De las diversas formas que constituyen el paisaje, el ojo se siente atraído por
aquellos elementos que, por su color, forma y posición, prevalecen sobre los demás y
crean la tensión que origina el resalte óptico; la lectura se produce según una ley
selectiva.

Propiedades de Semejanza

1- Varias formas iguales, repetidas a lo largo de una línea imaginaria, recta, curva,
vertical u horizontal, son percibidas por el ojo como una línea única.
2- El ojo, en la lectura, busca los signos semejantes, su densidad según la posición,
su resalte óptico, es decir, empieza por leer los que más sobresalen.
3- Del mecanismo de la lectura, natural o intuitiva, se deduce la continuidad de la
lectura de una forma, aunque ésta esté interrumpida o superpuesta a otras
formas.

Los Principios de Percepción Visual en el Arte

En la Prehistoria.

Del hombre primitivo se conserva, dibujos, pinturas y esculturas. Las obras


realizadas son por lo general naturalistas y con tendencia hacia lo esquemático. Por
medio de signos, casi infantiles, representaban escenas de la vida diaria, ritos y magia.

En la Edad Antigua.

En Egipto, el relieve y la pintura se encuentran íntimamente ligados. Ambos, se


rigen por la Ley de la Torsión, por medio de la cual, unas partes de la figura humana se
presentan de cara mientras otras de perfil. Siempre están de frente el torso y el ojo;
mientras que la cabeza, los brazos y las piernas, están de perfil. Los colores son
planos. No hay degradación de matices, ni de sombras.
En los relieves y pinturas egipcias, se destaca la isocefalia, personajes de igual
jerarquía se encuentran a la misma altura, y la procesionalidad, los personajes están en
series, unos detrás de otros. No conocieron la perspectiva.

En el Arte Griego

Los valores de la Cultura y Arte Griego fueron la base de toda la cultura


occidental. Los griegos establecieron su propia y original idea de la belleza,
relacionándola con la armonía, la proporción, la medida y el número. Los escultores
griegos se basaron en la observación de la naturaleza con un gran sentido idealista.
Buscaron el equilibrio entre la sugestión de la naturaleza y su esfuerzo personal por
presentar prototipos humanos ideales.

En el Arte Romano

Es como la prolongación del arte griego, matizado con aportaciones propias. No


es original. Fue el resultado de la fusión del arte griego con el aporte de los pueblos
primitivos y especialmente el arte etrusco.

En el Arte Medieval

Tuvo un predominio de religiosa espiritualidad. Los cristianos conceden una gran


importancia a lo divino y a lo humano; a lo natural y a lo sobrenatural. El artista cristiano
comenzó a dar a las formas naturales un sentido sobrenatural. Pretenden representar a
los cuerpos sin materia, reducidos a su espíritu.

En el Arte Renacentista

El renacimiento significó un cambio extraordinario en la cultura y en el arte. Es el


renacer de la cultura griega y latina. Es la concepción del mundo desde un punto de
vista humano, naturalista y científico.
Se preocuparon por representar la profundidad y el movimiento en sus obras.
Descubren la perspectiva lineal, la integración de figura y fondo, el esfumato, el
equilibrio de las masas, la subordinación de elementos. Es la época de las creaciones
de obras geniales de arte y de los grandes artistas que ha producido la humanidad:
Leonardo, Miguel Ángel, Rafael, etc

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