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Hidatosis primaria de la musculatura de la pierna
Willyson Velázquez Velázqueza,*, Abdala Abubacrin Bananib y Naiara Mendieta Gómezc
aResidente de tercer año de Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud de Cascajos. Logroño. España.
bResidente de tercer año de Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud de Cascajos. Logroño. España.
cResidente tercer año de Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud de Cascajos. Logroño. España.
Figura 2. Resonancia magnética de tobillo derecho. Secuencia co- Figura 3. Resonancia magnética de ambas piernas. Secuencia co-
ronal T1 con saturación de la grasa, tras la administración de con- ronal STIR donde se visualiza lesión quística en pierna derecha en-
traste intravenoso, donde se visualiza la masa con realce periférico. tre los vientres musculares del sóleo y flexor común de los dedos,
que se extiende prácticamente hasta el tobillo, en relación con reci-
diva de quiste hidatídico conocido.
dejando períodos de descanso de 14 días entre ciclos. Reali-
za controles cada 3 meses por su médico de atención prima-
ria para control analítico de posible toxicidad hepática.
Comentario
La hidatidosis es una de las zoonosis más importantes, cau-
sada por cestodos del género Echinococcus. E. granulosus
es el más prevalente, sobre todo en áreas rurales y donde el
ganado constituye una actividad importante, y en España se
comporta como endémico. La infestación humana se produ-
ce al ingerir huevos que contaminan el ambiente una vez
eliminados con las heces por los huéspedes definitivos. Al
ser el tubo digestivo su puerta de entrada, el hígado y el
pulmón constituyen las localizaciones primarias más fre-
cuentes de esta enfermedad debido a su papel como filtro Figura 4. Resonancia magnética de ambas piernas. Secuencia
capilar1. La hidatidosis muscular puede presentarse de for- axial STIR donde se visualiza lesión quística en pierna derecha en-
ma primaria (más frecuente) o secundaria. La hidatidosis de tre los vientres musculares del sóleo y flexor común de los dedos,
en relación con recidiva de quiste hidatídico conocido.
localización osteomuscular se produce solo en el 1-4%
de los casos, según datos derivados de las escasas series pu-
blicadas2. Las regiones musculares preferentemente afecta- nifestaciones clínicas, serología, datos epidemiológicos y,
das son: cuello, tronco y zona proximal de las extremida- fundamentalmente, métodos complementarios de imagen.
des. En la literatura internacional, desde el año 1967 hasta Respecto al diagnóstico serológico, se debe realizar la he-
la fecha hay pocos casos publicados de hidatidosis en la maglutinación indirecta para hidatidosis, así como, la deter-
pierna3. Simula un tumor de partes blandas que desplaza los minación de inmunoglobulinas G, A, M y E totales e inmu-
tejidos vecinos, en ausencia de un antecedente traumático noglobulina específica contra E. granulosus por medio del
y/o quirúrgico previo. Su crecimiento y posterior desarrollo test de ELISA.
es lento y complejo, debido a la contracción muscular inter- En cuanto a las técnicas de imagen, en varias publicacio-
mitente y a la acidez láctica presente. Los síntomas, dolor y nes se ha observado que solo en la mitad de los casos las
aumento de volumen, son secundarios a la compresión; en imágenes obtenidas por tomografía computarizada son alta-
caso de complicación, la clave para el diagnóstico son: ma- mente indicativas de enfermedad hidatídica. Así, en las últi-
mas publicaciones se ha observado que en las imágenes obte- de hidatidosis ante una masa muscular silente de lento creci-
nidas por RM presentan mayor sensibilidad y especificidad, y miento, y realizar los test serológicos y las pruebas comple-
en muchos casos puede observarse el signo del anillo, que mentarias necesarias para su diagnóstico y derivación a aten-
aunque no es patognomónico, es útil en el diagnóstico dife- ción especializada, ya que todo esto es imprescindible para
rencial4. realizar la intervención adecuada en un solo tiempo y no reali-
El tratamiento de elección en la actualidad es la combina- zar maniobras diagnósticas agresivas, entre ellas punciones,
ción de técnicas quirúrgicas con tratamiento farmacológico. que pueden acarrear graves complicaciones para el paciente6.
Los quistes asintomáticos, especialmente los calcificados o
inviables, pueden seguir manejo conservador con controles Bibliografía
ecográficos. 1. Sreeramulu PN, Krishnaprasad, Girish Gowda SL. Gluteal region muscu-
loskeletal hydatid cyst: Case report and review of literature. Indian J
La técnica quirúrgica de elección es la escisión con am- Surg. 2010;72(Suppl 1):302-5.
plio margen de seguridad, seguida de lavado con solución 2. Boyaci N, Boyaci A, Karakas E, Altay MA. Primer hydatid cyst of the
salina al 20% y, a continuación, lavado con solución de po- deltoid muscle. BMJ Case Rep. 2013;Aug 28;2013.
3. Karakas¸ E, Cullu N, Altay N, Ozturk IA. Infected primary hydatid
vidona yodada al 50%. La terapia antihelmíntica consiste en cyst located in the Sartorius muscle. Indian J Med Microbiol. 2013;
utilizar albendazol a dosis de 15 ml/kg/día, cuando no es po- 31:412-4.
sible la cirugía radical. En diferentes casos publicados se ha 4. Ghonge NP, Rajan S, Aggarwal B, Sahu AK. Imaging of ruptured endo-
cyst in an isolated intramuscular hydatid cyst–the Scroll appearance.
utilizado una variación de ciclos dependiendo de la clínica y J Radiol Case Rep. 2012;6:17-21.
evolución del paciente1,5. 5. Goswami RP, Pal D, Das S, Ray Y, Rahman M. Multiple intramuscu-
lar and hepatic echinococcosis. J Assoc Physicians India. 2013;61:907-8.
Desde el punto de vista de atención primaria, la importan-
6. Bharati S, Pal M. Primary hydatid cyst in gastrocnemius muscle. Niger J
cia de este trabajo es hacernos pensar en el posible diagnóstico Surg. 2012;18:19-21.