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Brandon Emmanuel Chang Pereira
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Oratoria forense
Oratoria: La Oratoria es el arte de hablar con elocuencia; dé deleitar, persuadir,
conmover por medio de la palabra.
La Oratoria nos enseña a usar el lenguaje oral, a hablar con elocuencia y constituye "el
enlace que por medio de la palabra se establece entre el pensamiento, los sentimientos
y la voluntad del que habla, y el pensamiento, los sentimientos y la voluntad de el o los
que escuchan"
Por medio de la oratoria convencemos, persuadimos, instruimos, informamos,
emocionamos y sugestionamos. Fundamentalmente, la oratoria es una relación con los
otros para persuadirlos, enseñar, deleitar, conmover,agradar,como otros medios que el
orador halla concurren a la persuacion,de aquí que se la conceptúe como un arte
practica dirigida a persuadir.
Huxley decía que el silencioso no presta testimonio contra sí mismo; Amado Ñervo
sostiene que el que sabe callar es el más fuerte, y Ramón y Cajal nos indica que, de
todas las reacciones posibles ante la injuria, la más hábil y económica es el silencio. El
silencio de Jesús ante Herodes, como nos lo recordaba hace pocos días Julio Anguita,
es uno de los discursos más elocuentes de toda la Historia de la Retórica
el primer defecto de la elocuencia es la locuacidad o verborrea: esa diarrea o
incontinencia verbal y esa falta de control y de moderación para expresar todo lo que
se piensa o se siente, sin tener en cuenta las consecuencias de sus palabras ni la
sensibilidad de los que las escuchan. Los lenguaraces cuentan todo lo que saben y, a
veces, lo que no saben, y se defienden diciendo que son francos, claros, sinceros y
espontáneos.
La fuerza de las propuestas políticas depende, en gran medida, de la habilidad del
político para explicarlas y de su destreza para lograr que los destinatarios acepten las
propuestas y se identifiquen con los líderes y con los mensajes.
Este planteamiento supone el análisis de los discursos políticos desde perspectivas
psicológicas, éticas y retóricas. Por eso juzgamos necesario y urgente abrir un espacio
de reflexión, de diálogo y de debate en el que los especialistas de las diferentes
Ciencias Humanas y los políticos en ejercicio intercambien ideas y contrasten sus
respectivas experiencias.
De todas las clases de oratoria, aquella cuyos discursos tienen una mayor proyección
en los conjuntos de receptores es la oratoria política, de tal modo que puede
considerarse que los auditorios de los discursos políticos son configurados por los
oradores como auditorios potencialmente ilimitados.
El discurso político, aunque está principalmente vinculado al género deliberativo, no
está limitado a éste, ya que hay discursos políticos de género epidíctico, en relación
con los cuales los oyentes no deciden; hay, incluso, discursos políticos de género
judicial, con respecto a los cuales los oyentes deciden sobre hechos pasados.
Los medios de comunicación
Los medios de comunicación cooperan en la comunicación de los discursos retóricos.
Entiendo que son dos las formas básicas de relación entre discurso retórico y medios
de comunicación. Por un lado, existe una relación primaria o directa, que es la que se
da cuando el discurso retórico es pronunciado solamente a través de los medios de
comunicación de carácter audiovisual, como la radio y la televisión. Por otro lado, hay
una relación derivada, secundaria o indirecta, que se produce cuando el discurso
retórico es pronunciado ante un auditorio y, además, pero de manera derivada, es
comunicado por un medio de comunicación.
En otro lugar me he ocupado de las tecnologías aplicadas a la retórica y a la
comunicación como prótesis, como instrumentos que se ponen delante del discurso,
entre éste y los receptores.
Esta consideración de prótesis comunicativa es válida también para una explicación de
la función de los medios de comunicación en relación con los discursos retóricos, tanto
en el caso de relación primaria como en el caso de relación secundaria entre éstos y
aquellos.
Los medios de comunicación hacen posible la configuración y la consolidación de
auditorios amplios o la ampliación de auditorios que no serían tan amplios sin la acción
de aquéllos. Así, los medios de comunicación extienden e intensifican la poliacroasis, la
audición, recepción e interpretación múltiple del discurso oratorio.
Ejemplo de discurso políticos:
El discurso de Adolfo Suárez tiene una estructura de partes orationis que sigue la
organización canónicamente establecida en la retórica para el discurso de género
judicial pero ampliada a la construcción de los discursos de género deliberativo e
incluso de género epidíctico. El discurso cuenta con un exordium (exordio) muy breve,
que, si bien no es imprescindible en el discurso de género deliberativo, contribuye a
que éste no comience abruptamente, de acuerdo con Quintiliano (Institutio oratoria, III.
8. 6; Albaladejo, 2002). El exordio está formado por el fragmento inicial del discurso, en
el que el orador justifica su discurso:
«Buenas noches. Me presento ante todos ustedes para darles cuenta del proyecto de
ley para la reforma política, para decirles, sencillamente, cómo propone el Gobierno
que sea nuestro futuro y para convocar a todo el pueblo español a una tarea de
protagonismo y solidaridad. Hablar de política para un presidente del Gobierno quiere
decir intentar despejar incógnitas y clarificar los objetivos que perseguimos.» (Suárez,
1976: 6).
La narratio (narración) del discurso es muy breve, va desde «A partir de hoy mismo...»
hasta «...dar la palabra al pueblo español» (Suárez, 1976: 6). La narración consiste en
la exposición de los hechos a propósito de los cuales se construye y pronuncia el
discurso. El orador se refiere a la elaboración del proyecto de ley para la reforma
política y a su aprobación por el Consejo de Ministros, hechos que han permitido llegar
a «la recta final de este proceso iniciado hace tiempo» La metáfora «recta final»,
relacionada con el lenguaje del deporte, significa de manera muy expresiva la parte
última del proceso, en el que habrá de pronunciarse el pueblo español.
La argumentatio (argumentación), que es la parte más amplia de este discurso, se
extiende desde «Pienso que la democracia debe ser...» hasta «...el miedo al miedo
mismo»
Finalmente, la peroratio (peroración) abarca desde «El Gobierno está dispuesto..,»
hasta la última frase del discurso: «La soberanía del pueblo español» (Suárez, 1976:
8). Como toda peroración, constituye una recapitulación de los elementos temáticos
más importantes del discurso, que son así reiterados a los oyentes.
Más adelante dice: «Cuando este pueblo haga oír su voz se podrán resolver otros
grandes problemas políticos, con la autoridad que da la representatividad electoral.»
(Suárez, 1976: 6).
Así, en la narración, Suárez plantea la metáfora «la recta final», antes mencionada:
«creemos haber llegado a la recta final de este proceso iniciado hace tiempo, del modo
más racional y congruente con la sinceridad democrática: dar la palabra al pueblo
español.» (Suárez, 1976: 6).
Ya en la argumentación, esta constante es formulada como sigue:
«Reconocido en la declaración programática del Gobierno el principio de que la
soberanía nacional reside en el pueblo, hay que conseguir que el pueblo hable cuanto
antes.» (Suárez, 1976: 6).
Tras anunciar que habrá elecciones a Cortes, las vincula a la voz del pueblo:
«De esta forma, el pueblo participa en la construcción de su propio futuro, puesto que
se manifiesta, elige a sus representantes y son éstos los que toman decisiones sobre
las cuestiones que afectan a la comunidad nacional.» (Suárez, 1976: 6).
Más adelante dice:
«Cuando este pueblo haga oír su voz se podrán resolver otros grandes problemas
políticos, con la autoridad que da la representatividad electoral.» (Suárez, 1976: 6).
El orador está propiciando la polifonía, tanto del pueblo en su conjunto, en su función
de cuerpo electoral, como de los representantes políticos que surjan con tal
representación de las elecciones.
La polifonía es la forma y la consecuencia de expresar las distintas posiciones
ideológicas de los ciudadanos y sus representantes parlamentarios en las sociedades
democráticas. Para Suárez es el pueblo el que tiene que expresarse mediante su
participación en las elecciones, de las que salen sus representantes, en los cuales
delega su voz.
En resumen, podemos decir que los políticos han de ser unos elocuentes oradores y
unos eficientes comunicadores, han de poseer capacidad para explicar sus propuestas
y habilidad para responder a los adversarios; han de dominar las técnicas oratorias que
facilitan el planteamiento adecuado de sus tesis y la refutación de las propuestas
contrarias.