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30/05/2023 03:23 Episodio posible | Escritos Juveniles

1.11

Episodio posible
José Carlos Mariátegui

         1Mientras el señor don Manuel Bernardino Pérez razona ladina, lerda y
refraneramente en la Cámara de Diputados; mientras discurre por las aceras de la calle de
Espaderos mirando codiciosamente a las ricas hembras; mientras discute con una frutera
aborigen y grávida, su “caserita”, el precio de la palta ritual, blanda y carachosa del
almuerzo; mientras se conchaba con el señor Pardo para gobernar los destinos de la
hacienda pública; mientras acomoda los papeles viejos de la arcaica y criolla corporación
llamada Beneficencia y presidida por otro de los señores Pérez de la nación; mientras
satisface de éstas y otras maneras sus deberes de funcionario, de leader, de ciudadano y
de patriarca obeso, hay un peligro muy grave, muy avieso y muy taimado que amenaza su
ventura, su bienestar, su sosiego, su integridad y su gordura.
        Acontece que los servidores del Estado son gente rencorosa y terrible. Y que esta
gente se halla hondamente enojada contra el señor Pérez por su hostilidad a los reintegros
destinados a darles alguna holganza y a repararles pasadas estrecheces y miserias. Y que
el encono de esta gente puede pasar de íntimo y callado sentimiento a agresiva y temeraria
acción. Y que esta gente piensa que habiendo a su juicio semejanza y parentesco entre el
ánima del señor Pérez y el ánima de Sancho, le toca al diputado por Cajamarquilla un
castigo igual al que en una famosa ocasión sufriera el escudero inmortal.

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30/05/2023 03:23 Episodio posible | Escritos Juveniles

        Parece que los empleados públicos quieren a todo trance mantear al señor Pérez.
Mantearlo sin respeto a sus atributos de leader del parlamento nacional. Mantearlo sin
miramiento a sus años ni a su sabiduría dicharachera. Mantearlo sin consideración a su
obesidad. Mantearlo hasta dejarlo tan molido y golpeado como dejó a Sancho la
manteadura legendaria.
        Protestan las personas sensatas y tranquilas contra este descomedido propósito de
los servidores de la nación:
        —¡No es permisible que se conspire así contra el señor don Manuel Bernardino Pérez!
¡Tenemos que defenderlo de la gente desmandada y procaz! ¡Tenemos que protegerlo con
el escudo de la gratitud nacional!
        Y los servidores de la nación se callan. Pero, sigilosamente, se confirman en sus
malas intenciones, se confabulan y se coluden. Y se dice que le falta a la historia del señor
Pérez el risueño episodio de una manteadura que le muestre a la posteridad que todo no
fue paz ni fue regalo en la vida de este sustancioso, típico y representativo personaje de la
política, de la jurisprudencia y de la literatura peruanas.
        No habrá quien torne indulgentes a los empleados públicos. No habrá quien los
induzca al arrepentimiento y a la contrición.
        No habrá quien los haga abandonar sus oscuros planes. Aunque no los azuza ni los
espolea la palabra ácida del señor Secada, los empleados públicos se muestran
implacables.
        Gritan que el señor Pérez no tiene autoridad para estorbar sus reintegros. Que el
señor Pérez debía acordarse de la prisa y de la instancia con que solicitó que se le
reintegrasen sus sueldos de servidor de la Beneficencia. Que el señor Pérez es el único
enemigo de los empleados públicos. Único pero tremendo.
        Alarmados por la posibilidad de que el señor Pérez sea tan duramente agredido,
nosotros nos apuramos a denunciar desde estas columnas el peligro que lo acecha, para
que el señor Samuel Sayán y Palacios, nuestro solícito ministro de gobierno, lo tome bajo
su protección, lo rodee de gendarmes y lo libre del feo y doloroso episodio de una
manteadura traidora.

REFERENCIAS

1. Publicado en El Tiempo, Lima, 16 de marzo de 1918.

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