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ALFREDO GUINASSI MORAN

tto pu tips Muicid

Autor.

..San Comilo#106
-S.C

General Trinidad Morán

+
1796 Á 1854

Estudios Históricos y Biográficos

-
Toms primero.
Sirven de base para la obra las
Memorias y archivo del General Mo
rán y abarca la guerra de la eman
cipación de Venezuela, Nueva Gra
nada, Ecuador, Perú - Alto y Bajo
la Confederación Perú-Boliviana.

AREQUIPA

TIP. CACERES .-LA MERCED 127 Y 129

1918
1

**
M6G8

MIS IDEAS Y MIS PROPOSITOS

Ingrata tarea es escribir historia para


pueblos sin la cultura suficiente para sobre
ponerse a sus pasiones y prejuicios. La lite
ratura entre nosotros es medio de especula
ción política y de aplauso mutuo, y vivimos
envueltos en la mentira y el error, sostenien
do falsas reputaciones y falsas glorias, don
de una falange poderosa se empeña en ce
rrar el paso a la verdad, al que pretende des
truír convencionalismos, mistificaciones, ido
los de barro. ¡Pobre de mí que, sin haber
me contaminado de adulación, busco la ver
dad, amarga para quienes gustan de sentar
se en tronos de oropel, como reyes de come
dia!
Los pueblos sensatos y viriles aman su
historia, la escudriñan y la depuran, y en la
noble tarea encuentran su propia elevación
y su cultura. Los pueblos que no aman su
pasado son pueblos sin valor, sin anteceden
tes y sin escuela, juguetes de la suerte y dig
nos de todas las catástrofes y de todas las
derrotas. Formar tradiciones, formar histo
ria, es formar pueblos sobre sólidos cimien
tos; es conservar las lecciones del pasado , es
educar, es grabar en libro de oro las leyen
das de la raza que forman una nacionali
dad y una patria; pero si guiados de mez
quinos intereses y de falsos respetos quere
mos mantener la mentira y el engaño, ese
pueblo se educará, no para el heroísmo, si
IV

no como los mercaderes de mala fe para la


especulación y las prevaricaciones.
Si me atrevo a romper la falsa vestidu
ra que cubría las llagas de nuestra historia
republicana, con este ensayo que defiende a
los caídos y levanta anatemas , espero encon
trar no la condena inquisitorial y fanática; no
el desprestigio pregonado por los que se
crean mal servidos ; sino elevación de senti
mientos, desprendimiento , algo de caridad.
Los documentos inéditos que poseo (so
bre todo cartas, que publicaré algún día ) son
de gran valor para la Patria, y de ellos apro
vecharán mañana otros escritores . Al salvar
los de la destrucción a la que han sido con
denados siempre entre nosotros los papeles
de esta clase, por la incuria y la ignorancia
de las gentes, o por menguado interés de
ocultar la verdad, manteniendo vanaglorias,
he cumplido sólo un deber. En ellos he visto
surgir una vida sin mancha, llena de nobles
ejemplos y grandes servicios a una parte de
América, y como fuese aquella una vida que
se extinguió en un cadalso, en medio de las
acusaciones y las calumnias, tras una perse
cución vergonzosa, he querido revivirla, no
por vínculos de sangre, sino por espíritu de
justicia, por veivindicarla , porque sentía en
mí la indignación y la protesta del abuso co
metido.
No he escrito una biografía porque creo
que éstas son soportables cuando tratan de
hombres de tal modo superiores que abarcan
con sus hechos una época, por ejemplo Bolí
var. Tales genios son muy pocos en la especie
humana.
Es por este concepto, para dar interés
a mi libro y aprovechar todos mis documen
tos, que relato las luchas por la libertad
y los desastres de la revolución, insertando
el corto manuscrito del Gral. Morán, pues
viendo cuan grandiosa es la historia de Co
lombia y cuán capaz de fortalecer espíritus
vulgares y vacilantes patriotismos , era un de
lito ocultar la opinión del actor digno de to
da fe.
Al tratar del Perú he querido bosquejar
las primeras luchas por la emancipación pa
ra dar relieve a la campaña del 24 : la obra
genial de Bolívar y la heroicidad de su ejér
V

cito se comprenden sólo conociendo cual fue


nuestro país, cuales sus luchas y sus esfuer
zos, cuales sus fracasos y desiluciones.
En todos estos acontecimientos cabe la
biografia, relatando particularmente la ac
tuación de una persona inconfundible por
sus hechos, como Morán en la heroicidad de
Corpahuaico y en la acción de Ayacucho con
tra el Gral. Valdez.
La Confederación Perú-Boliviana la he
tratado más ampliamente, con mayores de
talles y mayores documentos porque es época
importantísima en la que Chile reveló su po
lítica imperialista, Bolivia y el Perú sus mu
tuos recelos, e internamente ambos dos pai
ses rivalidades, desorganización e insana am
bición, origen de tantos años de revueltas ini
cuas.
El partido confederal debía desaparecer
pues estaba formado en parte por hombres
nuevos en la politica y sanos de espíritu ; te
nían el estigma de no haberse nutrido en
el ambiente dúctil a toda transacción , y de
no sustentar al circulo burocrático que vive
y goza a costa de la nación. Tachados de
extranjeros sus mismas glorias eran un pe
cado, su honradez y propósitos una valla ;
debían dejar el campo a los ungidos del des
tino para manejar la cosa pública, oligarquía
que desde entonces no ha separado sus tentá
culos ávidos, nutriéndose de cupos, luego del
oro, del huano, hoy de impuestos.
Apoderados los restauradores del Go
bierno, Chile domina en el Pacífico y es el
País juguete de la anarquia interior, se au
nan mezquinas luchas y rivalidades exter
nas, que hacen ver que los caudillos encon
traron estrecho el suelo patrio para sus re
yertas.
En esta situación surge la revolución del
54 en la que Morán vuelve a figurar, después
de su ostracismo, y donde encuentra la muer
te como Sucre, como Córdova ..
Los documentos de esta última época no
existen casi. Es seguro que cayeron en poder
de los vencedores interesados en destruirlos ,
pues para hacer menos odioso y repugnante
el crimen era preciso envolver en el misterio
y en la sombra, sino en la calumnia, la alta
personalidad del infatigable soldado de la li
VI

bertad y el bien que murió alta la frente, sin


mancha.
Por la clase de documentos forzosamente
mi relato tiene cierto carácter personal que
a muchos ha de disgustar , y que reconozco no
debe ser la índole de la historia . Esta pu
blicación servirá para normalizar otros li
bros : más tarde se depurará la historia , y por
lo mismo nuestro deber es allegar fundamen
tos, reunir, cimentar.
Mi obra es la voz del partido vencido ; mi
deseo conservar para el futuro, aquí, en es
te medio hostíl, las palabras de las víctimas
para que en no lejano día se justifique a Co
lombia y a la Confederación que tuvieron
ideales puros, principios nobles.
Sé que voy a pugnar con el chauvinismo,
contra esa patriotería insana que aquí, como
en los paises vecinos, ha querido redimir fal
tas y hacerse glorias mistificando hechos, re
clamo engañoso que desmoraliza y degrada,
pero que jamás engrandece ni redime pueblos
ni sociedades.
Veo surgir a mi derredor escritores que
pretenden regenerarnos y confortarnos hála
gando vanidades . Veo la insidia en lugar de
la franqueza ; palpo la sutileza con que se
truncan los hechos ; veo la venganza en vez
de la generosidad y que con ello la hermosa
unión de nuestra época gloriosa se cambia
en odios y desprecios, en críticas y descon
fianzas mutuas .
Hacen años que escribí este trabajo, con
deficiente preparación mía, reducidos me
dios y documentos unilaterales en su mayor
parte, mientras han sido publicadas obras de
las que no he podido aprovechar por no reha
cer o ampliar mi manuscrito. Mi libro inédito
iba envejeciendo sin haber visto la luz, cual
hijo nacido al fondo de las minas de car
bón. Esfuerzos inútiles, rudo trabajo que ve
nía a menos como vieja casa solariega. Y la
tristeza de esta vejez y este abandono me ha
decidido hoy a pagar la impresión de mi li
bro, después de haber sido rechazado en un
boletín de periódico donde yo quise publi
carlo para que fuese leído por el pueblo.
Ahora espero la conspiración del silen
cio, "la peor forma del mal para quien bo
rronea cuartillas," pero con el consuelo de es
VII

ta frase de Rossi : "los vencidos de hoy son


las almas privilegiadas que conservan un
ideal en el corazón , un pensamiento en el ce
rebro ".
A medida que la humanidad se civiliza
es mayor el imperio de la razón y del dere
cho sobre la fuerza. Día llegará que prime la
justicia y que la lucha brutal desaparezca,
porque es absurdo e inconcebible que los
grandes problemas se resuelvan con las gue
rras, como antes en combates singulares, con
el fallo de Dios, los conflictos privados.

El acta de Angostura que en 17 de


Diciembre de 1818 creó a influencias de Bo
lívar Colombia, fue ratificada en la villa del
Rosario de Cúcuta el 12 de Julio de 1821 .
Esta gran república se componía de los
departamentos de Venezuela. Cundinamarca
y Quito. "La fusión de esas dos vastas repú
blicas envuelve el alto pensamiento de pres
tar a la independencia y a la consolidación
del sistema democrático un apoyo tanto más
poderoso cuanto que en él se concertaban
todas las fuerzas que, dispersas antes por la
federación en distintas soberanías, habían si
do fácilmente sojuzgadas por España. Uni
das ahora bajo un solo gobierno, vinculadas
por un solo interés, y uniformadas por unos
mismos principios, adquieren todas las con
diciones necesarias a su engrandecimiento, al
respeto de las naciones extranjeras". (Lasta
rria. Historia Constitucional de Medio Siglo) .
Mas tarde, emancipado al Alto Perú des
pués de una lucha de quince años, Bolívar,
que desaprobó la convocatoria de la Asam
blea por Sucre, quiso federar ambos países,
fel a su política anterior. La desgraciada
Constitución Boliviana fue otro ensayo de
unión, para formar pueblos fuertes contra la
Europa que alzaba el pendón retrógrado del
derecho divino .
Apenado por la estrechez de criterio, des
dén o emulación, palpable en los libelos y li
bros publicados aquí y al sur, he pensado
siempre poner en relieve la obra de Bolívar
inmerecidamente juzgada con rencor.
El Libertador ha sido de modo tal un
VIII

hombre tan superior, que muchas veces he


pensado que fue el instrumento de una Su
prema Justicia para emancipar estos países
de la esclavitud y de la tiranía . Su gran mi
sión, su gran espíritu debería, en mi concep
to, redimir nuestro intelecto del egoísmo, la
envidia y el afán de apocar. No sé que figura
de la historia de la humanidad pueda paran
gonarse con la del caudillo americano ; quien
como él fuerte para lucha y superior a todo
desaliento, como aquellos iluminados márti
res que impusieron el cristianismo a la hu
manidad pagana ; quien como él proclaman
do la libertad, la unión y la ley, como un vi
dente del porvenir, a tal extremo que a me
dida que los años pasan su palabra va ad
quiriendo claridad, revelaciones múltiples de
sabiduría y de grandeza, pues su política y su
ideal es un faro para la humanidad, una luz
en la senda del derecho ; & quien como él im
puso el deber y la razón de la libertad para
los débiles, para los pequeños, redimió me
dio mundo, predicó la confederación de los
pueblos y las razas, no como medio de con
quista, sino a modo de ley y de justicia ?
Si admirables fueron sus victorias, si Ca
rabobo, Boyacá y Ayacucho lo proclaman ge
nio de la guerra, maestro en el arte de diri
gir los esfuerzos del pueblo, de conquistar
voluntades, de sobreponerse a los obstácu
los, a la envidia y al odio , con lo cual se es
digno del triunfo , sus ensueños reflejados en
su cálido verbo , su ideal de libertad, de amor
y de unión, sus enseñanzas políticas, sus jui
cios del pasado y el porvenir reflejados en
sus cartas íntimas, en sus proclamas, en sus
escritos, en sus brindis, por donde él vaya y
por donde el hable, lo muestran como un filó
sofo, como un apóstol. Aquellos que han
escrito contra el Libertador, los que hasta
hoy mal piensan de él, son inteligencias que
no han penetrado al fondo de esa alma de
masiado grande para ser medida con la vul
gar unidad. Errores y malos pasos pudo dar
sin duda, pero su marcha magestuosa fue in
contenible; él sólo hubiera emancipado Chi
le y Buenos Ayres, porque tal era su desti
no, tal era el temple de su alma forjada en
los desastres espantosos de Colombia y en la
anarquía que lo combatió, y como él sus te
IX

nientes fueron probados en la fragua de la


guerra a muerte y en el agua del bautismo
del triunfo de la libertad.
Una frase equívoca, quizás soñadora e
incomprendida, que pudo pronunciar, es la
gota de agua en el mar de sus obras y de sus
ideas; las palabras duras y los retos eran co
mo el látigo que incita al noble corcel, eran
el acicate para útiles reacciones, legitimo
excitante para producir ciertos efectos
Quién mejor que los auxiliares ingleses que
lo acompañaron con lealtad y admiración
para reconocer que el Libertador era inca
paz de la envidia, de la emulación ni del pre
varicato. Mac Gregor, Rook, el legitimo`hé
roe de Vargas, Machinstoch, Illingrot. Wil
son, que habló de él ante su Rey como de otro
rey, O'Connor que dice que gozaba en reco
nocer los servicios de sus subordinados , O'Lea
ry que se lamentaba no haber estado a su la
do la noche nefanda en la que dieron su vida
por él sus edecanes, Fergusson entre ellos :
y muchos otros como Wright, Braun, el mi
nistro plenipotenciario inglés Mr. Canning, cu
yo testimonio sería largo enumerar y que des
mienten con voz noble y generosa las apa
sionadas acusaciones de quienes no habiendo
penetrado en su espíritu, en su obra, tratan de
empequeñecerlo.
Cualquiera alma no sojuzgada por pa
siones bajas, encontró el deslumbramiento
del genio al contacto de Bolívar. Cuando en
el Capitolio , como un soñador inspirado .
plegando su alma a la grandeza de Roma
comprendió que aquella urbe había encerra
do todas las grandezas, las glorias y las con
quistas de la Europa, pero que el grandioso
problema de la humanidad libre había sido
desconocido hasta entonces , juró la emanci
pación de América, diciendo :
"Aquí todas las grandezas han tenido su
lipo y todas las miserias su cuna. Este pue
blo ha dado para todo : severidad para là re
pública; depravación para los emperadores :
catacumbas para los cristianos ; valor para
conquistar el mundo entero ; ambición para
Convertir todos los Estados de la tierra en
arrabales tributarios ; mujeres para hacer
pasear las ruedas de sus carrùajes sobre el
trono destrozado de sus padres ; oradores pa
X

ra conmover como Cicerón ; poetas para sedu


cir con su canto, como Virgilio ; satíricos co
mo Juvenal y Lucrecio ; filósofos débiles co
mo Séneca, y ciudadanos enteros como Ca
tón. Este pueblo ha dado para todo menos pa
ra la causa de la Humanidad .......
... ... Para la
emancipación del espíritu, para la extirpa
ción de las preocupaciones, para el enalteci
miento del hombre y para la perfectividad
definitiva de su razón, bien poco, por no de
cir nada".
He aquí un joven sobre el Aventino , pre
dicando una nueva doctrina.
Va a Londres y el marqués de Welles
ley se siente atraído por simpatía, va a Es
paña y trata al Rey futuro como a un igual.
Vencido en Venezuela va a Nueva Granada
y la grande inteligencia de Torres lo com
prende y los buenos patriotas lo estiman; pa
sa a Haití y Petión lo proteje, Brion le dá
su fortuna y deja admiradores ; llega delan
te de Morillo y demás jefes españoles y sien
ten el influjo de su genio ; San Martín le ofre
ce ponerse a sus órdenes con sinceridad y
noble desprendimiento ; los legionarios in
gleses lo siguen con fidelidad, los pueblos de
Quito, Guayaquil, Lima y el Cuzco aclaman
sus triunfos; O'Higgins lo acompaña como
amigo, hasta Espartero, que sería regente de
España, declara que conociendo a Bolivar se
comprende que debía ser el triunfador. Se
revelan sí, contra él, Piar, Bermudez, Mari
ño; lo odian Castillo , Riva Aguero, Torre
Tagle, lo calumnian con seudónimo otros, lo
mismo que a Cristo lo llevan a la cruz los ju
dios, los fariseos, los comerciantes.
Su más grande ideal y por lo mismo de
difícil realización, que siembra recelos, des
confianzas y oposiciones es la Confederación
de América latina en una sola entidad polí
tica. Convoca a todos los pueblos de Méjico
a Argentina y les habla de las asechanzas del
futuro, de la necesidad de formar un con
glomerado de unión y fuerza capaz de dete
ner a la Europa confabulada en la Santa
Alianza, con ideas retrógradas de conquista
e imperialismo ; entrevé el poder de la Amé
rica del Norte unida y adivina su gran desa
rrollo ; habla de Panamá como el punto cén
rico del mundo, parece que ve artido el
XI

itsmo sirviendo de emporio a la Gran Colom


bia; mas los pueblos no lo entienden , lo con
funden con vulgar obsesión, no aprecian su
ideal sino ven la ambición de mando y creen
fingidas sus protestas de desprendimiento;
no comprenden que un hombre pueda luchar
por un fin de perfección alejado de su propio
encumbramiento y se unen contra él para
deponerlo como a un visionario que preten
de privarlos del manejo de la cosa pública,
de la formación de las diversas nacionalida
des, con sus puestos públicos n sus corcunis
cencias, y la América se divide, lucha entre
sí y sigue no las nuevas y brillantes orienta
ciones, sino las usuales y vulgares.

Todo el furor de la reacción monárqui


ca formó la Santa Alianza de los gobiernos
de Austria, Rusia, Prusia y también Francia.
Enorme poder que derogó la constitución
de Nápoles. Austria invade Lombardia en
una cruzada de despotismo y Francia pros
lituye sus pendones de la gran revolución
para sumergir a España en los abismos del
absolutismo . Sólo Inglaterra se mantiene fue
ra de esa coalición de obscurantismo y ti
ranía .
Sancionado el principio de la interven
ción armada, Bolívar alzó su voz desde Amé
rica a esos pueblos de la vieja Europa que,
esclavos de sus Reyes, se dejaban imponer
el absolutismo. Entonces pregonó la necesi
dad de la unión de toda América para resis
tir a la Santa Alianza.
La reacción contra Napoleón fue funesta
y vergonzosa: el Piamonte y los demás rei
nos de Italia, Portugal, España y Grecia fue
ron las víctimas de la intervención, de modo
que América no podía menos que temer por
su suerte cuando España insinuó el apoyo
de los reyes absolutistas contra sus colonias
de América, y fueron las conveniencias co
merciales de Inglaterra que desviaron el gol
pe que el Libertador temía como la espada
de Damocles .
¡Qué enorme contraste de América li
bre o luchando por su libertad a Europa
oprimida, esclava de esos tres monarcas del
XII

oprobio : Austria, Prusia y Rusia! La aristo


cracia apoyando esta campaña por doquier
hizo ver al mundo una vez más que vivía del
privilegio, de la intolerancia, de la monar
quía y del clero .
Gran lección, singular distingo de la li
beral constitución que acababa de darse la
república de Colombia con el acta tiránica
de la Santa Alianza. América esplendía co
mo la luz del sol mientras Europa quedaba
envuelta en las tinieblas de los tiranos . Aque
lla era el porvenir , el progreso ; ésta el pasa
do, la reacción al crimen y al error.
Y era un hombre, Bolívar, que encarna
ba todo este gran movimiento del nuevo es
píritu; él que inspiraba la constitución a Co
lombia, calcándola en la del pueblo inglés
"en todo aquello que no fuera opuesto a los
principios republicanos". El marqués de
Lansdowne decía a la cámara alta refirién
dose a Bolívar, "cuyo tino en el gobierno ha
dado a Colombia un sistema que parece des
tinado a ser la piedra maestra del gran edi
ficio político en el Nuevo Mundo . La consti
tución de Colombia ha adoptado los princi
pios más justos y sólidos que pueden poner
se por base de un gobierno : la propiedad y
la educación".
Como por castigo, España heróica libre
de las garras de Napoleón y soñando para
ella una constitución, cayó en poder de la
santa Alianza, y dominada por el ejército del
duque de Angulena no podía atender las úl
timas luchas que se realizaban en el Perú
(1823.) Las fuerzas de Riego proclamaron en
España la constitución, cuando debían em
barcarse a América trayendo la esclavitud.
Riego pagó en la horca su protesta contra las
testas coronadas.
La república federal de EE . UU. sin con
ciencia de su deber, ni aún de sus intereses,
para los ibero -americanos, miraron como ex
traña la guerra de la emancipación . Reaccio
nando el presidente Monroe inició política ver
daderamente americana, que fatalmente ha
tomado con el desarrollo de la gran repúbli
ca tintes imperialistas . El 8 de Marzo de 1822
propuso a la cámara de representantes el re
conocimiento de la independencia de los pai
ses constituídos de Sud América, alentado
XIII

por la conducta de Inglaterra que rompió las


barreras comerciales establecidas por Espa
ña, lo que significaba el reconocimiento de la
libertad de comercio de las antiguas colonias.
Luego la espada del gran Washington
fue obsequiada al Libertador, como premio,
como reconocimiento al genio que encarna
ba la revolución.
Tal era el aspecto mundial ante la libertad
cuando el Perú alcanzó su emancipación.
Son los libertadores de América los re
dentores de los pueblos oprimidos ; ellos mar
charon denodados abriendo nueva senda,
nuevo ideal, amplio horizonte a la monárqui
ca y vieja Europa.
La emancipación de América española,
siguiendo el ejemplo de Norte América, ha
enseñado al mundo la democracia que es la
sintesis de la República. La revolución de
Francia vuelta al imperialismo por la ambi
ción de un hombre, ahogada en su propia san
gre, es ejemplo palpable de que los pueblos
estaban lejos de la libertad. Sobre la obra
de los filósofos y pensadores se impone la
tiranía de los reyes, y los pueblos vuelven a
gemir bajo la autocracia del derecho divino .

Así como Inglaterra representó en Eu


ropa la individualidad, la libertad, España
reasume el estancamiento de la edad Media,
la religión y la monarquía, cual si las almas
de Carlos V y Felipe II se hubiesen infiltrado
en el espíritu de sù raza, y debido a estas he
rencias es la lenta adaptabilidad del régi
men republicano aquí, en contra de los des
cendientes anglo sajones. Nada más arraiga
do en un pueblo retrógrado que el desdén
con que recibe nuevas orientaciones ; esos
pueblos parecen circuídos de murallas obs
curas contra los que se estrella la humani
dad. El español tiene estos caracteres a pe
sar de su orgullo y de las conquistas de sus
lercios, tan crueles y desbastadores allá co
mo los que rindieron América . Incapaces de
cambio viven hoy lejos de Europa, pegados
a ideas rancias y preocupaciones, y conten
tos con su estado . Entre nosotros, después de
casi cien años del coloniaje, mantienen sus
XIV

caracteres reaccionarios los americanos de


pura sangre española y son, como antes, or
gullosos, ignorantes, fanáticos u retardarios.
Acostumbrados aquí, americanos y espa
ñoles, al ocio, al fácil vivir de esclavo que
agonizaba en el hambre y la desnudez para
nutrir a sus amos, cuando se impuso el tra
bajo, cuando el país escaso de industrias y con
limitada agricultura, fue forzoso vivir a cos
ta del estado , de impuestos exorbitantes, que
aniquilan las empresas particulares que son
la base del progreso de la nación.
Tras la raza, las ins'ituciones republica
nas se cimentan en la educación individual,
en el orden y respeto a las leyes y a los hom
bres. en el concepto honrado de la naciona
lidad, en el trabajo , en el civismo, en la soli
daridad de un pueblo que marcha por la ru
· ta del progreso respetando aienos derechos.
Este estado moral se consique sólo por la
experiencia de la libertad, por la educación
colectiva de la que están tan leios los conser
vadores como los demagogos libertinos.
Pero, ¿cómo exigir rectitud de juicio e in
dependencia de espíritu conociendo nuestra
fatal herencia de sujeción y de esclavitud ?.
Nacidos de indios, mezclados con negros y
chinos nuestro pueblo está enfermo, raquíti
co. Y si miramos a los blancos y criollos en
contramos que el coloniaje y la república
han embotado aún más las tendencias de la
raza con hábitos de flojera, profunda deja
dez y marasmo que para mejor distinguirlo
no lo calificaré de oriental sino de criollo.
Híbrida mezcla de especulación y de egoís
mo; en ellos aparece muy luego el mandón
brutal y orgulloso , el cacique que esquilma a
su pueblo, el logrero que sólo se acuerda de
su patria para explotarla .
Pocos han heredado la audacia y el va
lor de los conquistadores , virtudes de una ra
za guerrera, muchos el orgullo , el fanatis
mo y el espíritu de revuelta. Las escandalo
sas guerras civiles de los conquistadores re
tratan vivamente nuestras luchas revolucio
narias. Nuestros libros no han sabido hasta
hoy condenar aquellas luchas escandalosas,
aquella inmoralidad del coloniaje porque
aun obran en nuestro criterio idénticas ten
dencias.
XV

Como los vireyes disponían las riquezas


del Perú sosteniendo las guerras de la me
trópoli y el derroche de sus nobles, así he
mos dilapidado el oro del huano , del sali
tre y de las minas.
La inversión femenina del carácter na
cional, la hiperestesia, voluvilidad, hipocre
sía, hábitos de paz, resultados de las mezclas
de las razas, son problemas sociológicos de
masiado palpables en nuestro medio que in
fluirán y han influído en el desarrollo de nues
tra historia, como secretamente predominan
en las pasiones del individuo las costumbres
y tendencias de sus antepasados.
Para mayor desgracia, el mercantilismo
ha cerrado el paso a la generosidad; hemos
aprendido a gozar pero no sabemos sacrifi
carnos.
La política personalista, la oligarquía y
el centralismo han venido a cambiar el
aspecto de nuestra nacionalidad . Ya no tene
mos revoluciones pero sí cadena de autocra
cias. Tenemos la paz del cementerio ; la tran
quilidad del pantano .
El único órgano que funciona es la pala
bra mordáz. Por eso un bonarense ha dicho
bien : "Hombres y pueblos fuertes en palabras
y débiles en brazos, sólo los ideales de ver
dad podrán arrancarnos del énfasis engaño
so de vuestras palabras. Virilizados vuestros
músculos serán más veraces vuestras len
guas" .
Si tales son los caracteres de la raza, los
defectos sociales son aún más marcados . Sin
unión no existe asociación, ni menos fuerza .
Profundamente divorciados por origen,
ideas y costumbres, nuestras clases que de
bían ser hermanos son antagónicas . La rivali
dad ahoga todo esfuerzo común y de aqui
nace el profundo egoísmo, que es la más hon
da y la más palpable manifestación de la psi
cología nacional. La imposibilidad de idea
les que marquen rumbo ha producido la po
litica personalista que hace de nuestro país
una nave al garate, nave sin destino , errante
a través de su vida. Cualquier pendón que
se alce llamando a las masas no eleva la vo
luntad firme de servirlo y apoyarlo ; reune
sólo interés de círculo , jamás al pueblo to
do, a todas sus clases, cualquiera que sean su
XVI

color y su posición . Fuera del interés de par


tido, que es en síntesis la conveniencia de
una secta, no conoce nuestro medio las gran
des orientaciones. Las empresas fracasan ; los
esfuerzos individuales sucumben ante la in
diferencia , sino la oposición de la mayoría,
los ideales provocan la crítica o el desprecio
y sin apoyo no puede surgir ninguna obra
de verdadera y general utilidad, sea en la
industria, sea en la intelectualidad . El odio
mezquino estrecha de tal modo los espíritus
que es imposible reconocer sino pequeñas
lendencias, menguados fines . Desconfianza
hacia todos, desconfianza más intensa mien
tras más vasto sea un proyecto, ha hecho de
nuestro medio un medio de vulgaridad, de
medianía, de pequeñez.
Y así como en las tendencias nacionales
muere todo lo elevado, lo que requiere fe.
esfuerzo general y continuando de generación
a generación, así también socialmente la lu
cha nos agobia, nos degrada. La crítica que
hace brillar defectos en los demás, siembra
la desconfianza y el odio ; la murmuración
no sólo mata el estímulo sino que deshonra,
de modo que el pueblo sólo vé en las esfe
ras altas o dirigentes vicios y menguadas as
piraciones. La maledicencia es el cáncer so
cial y sus consecuencias la desconfianza y el
egoísmo que son peor que la muerte para
el progreso. Odiarse hipócritamente (por
que nuestro odio no tiene los arranques ge
nerosos o vengativos de la pasión intensa)
despreciarse unos a otros, he aquí nuestra
manifestación social.
Sociedad sin grandes pasiones, sin pasio
nes que son esfuerzo, no vive sino que vege
la. El contrapunteo femenil, aún en los hom
bres, es lo único que conmueve los espíritus,
sembrando aquellas pequeñeces que el padre
Coloma debía retratar, cual aquella Flora
Tristán que se llamó paria en su tierra.
Cuando en un país las pasiones y los in
tereses de partido significan más que la na
ción, la ruina es inevitable ; cuando no se vé
al país, entidad suprema, sino al mandata
rio que dispensa favores, el fetichismo nos
acerca a las tribus africanas.
Finalmente toda forma elevada de go
bierno descansa en la capacidad y moral in
XVII

dividual. A mayor número de hombres libres


y fuertes de espíritu corresponde gobiernos
más liberales. De aquí la íntima relación de
las cualidades de un pueblo con sus institucio
nes.
Aunque en el Perú las leyes y las institu
ciones son republicanas no existe ni libertad
ni garantías por la calidad de los hombres
sujetos al medio y a la herencia. Libertad
electoral, sufragio, representación nacional,
todo es la más grosera y vergonzosa farsa.
Libertad individual y religiosa existen a con
dición de tolerar el régimen imperante y en
los pueblos nadie está a cubierto del gamo
nalismo, del gobernador y del cura, tiranue
los sin conciencia. La misma administración
de justicia no está exenta de los vicios gene
rales y del empeño de la política. Los pueblos
son victimas de los gobernantes, y éstos en
lugar del castigo encuentran la amnistía ; la
política encubre asesinatos y crímenes. E!
ejército es la pesadilla del pueblo, cuando en
una república no debían discrepar sus idea
les.
No es la gloria ocupar puestos públicos
y hartarse de vanidades , es la lucha genero
sa por el bien patrio , es surgir noblemente
de entre la multitud por las ideas y las accio
nes grandes, es en una palabra, redimir a la
humanidad, mejorarla , abrir nuevos hori
zontes a las ciegas muchedumbres. Necios y
pobres hombres son los que trajeados de di
plomáticos o generales cargan el peso de su
inutilidad y retardan el progreso de los pue
blos sirviéndoles de dilapidadores.

Arequipa, Enero de 1910.


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G . T
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[1
2
3
8 ]
Páginas históricas y biográficas

LIBRO PRIMERO

LA GRAN COLOMBIA

Doy comienzo a una obra que no sola


mente revivirá el recuerdo de una vida dig
na de la historia, sino que ha de trazar a
grandes rasgos los más culminantes hechos
de las repúblicas libertadas por Bolivar, en
aquel tiempo de la confraternidad america
na.
Al seguir esta vida tendremos que avan
zar con la cruzada libertadora, que, germi
nada en los ardores de la intelectual Caracas,
pasó victoriosa tierras y países, cumbres de
hielo , bosques y ríos, sin conocer fronteras
ni vallas y produciendo hazañas asombro
sas.
¡ Cuán dignas de vivir en el recuerdo son
todas aquellas existencias sacrificadas al ideal
supremo de redención y libertad ! ¡ Cuántas
2 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

penalidades, luchas y heroismos , represen


ta cada paso de ese ejército que produjo a la
América cinco repúblicas libres y millones
de almas redimidas, arrancadas no sólo de
la opresión política sino de la esclavitud mo
ral!
Sin duda América no podrá ya histo
riar páginas semejantes, altísimas y nobles,
como son las cruzadas libertadoras al alien
to de un Bolivar o de un San Martin ; quizás
si nunca ya se reunirán idénticas preclaras
condiciones de desinterés, de unión y solida
ridad con fin más humano y civilizador ; qui
zás si la historia no tiene mejores ejemplos
que citarnos . América estará siempre orgu
Пlosa de esta época ajena a las rivalidades,
luchas mezquinas y aborrecimientos de más
luego ; ajena a las horribles guerras de con
quista y saqueo que odios eternos y profundos
han cavado entre nuestras nacionalidades y
en nuestros corazones ! .....
Qué gloriosa, qué altísima se ve desde es
te punto la obra de un puñado de valientes y
generosos guerreros, que parecían marchar
inspirados a pesar de las catástrofes y las de
rrotas . Y desde aquí se comprende ya, cuán
merecedoras son del recuerdo nuestro todas
y cada una de las unidades que contribuye
ron a formar nuestras nacionalidades, con
holocausto de sus propias vidas e intereses.
Con esta página sola, mal trazada, tie
ne bastante la imaginación para orientarse
en la epopeya americana, a la par rebosante
de amor y de virtud, como de heroismo , y el
corazón tiene también bastante para amar
ese pasado y a esos hombres .

En la ciudad de Tocuyo, de la Capitanía


de Venezuela, del matrimonio de D. Grego
rio Morán y Doña María del Rosario Manza
no, el 26 de Noviembre de 1796, nació Trini
dad Morán.
"De familia distinguida y con sobrados
bienes de fortuna" (1) quizás si entonces no
sospechaba aquella honrada familia las trage

(1 ) De un artículo publicado en Valparaiso por "Un Co


lombiano, " probablemente el Gral. Mosquera.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 3

dias que se cernían sobre sus pacíficas existen


cias dedicadas al cultivo o administración
de sus fincas en el fértil valle de Tocuyo .
Los primeros años del niño fueron los
felices y tranquilos que fácilmente imagina
mos. La educación de aquellas épocas colo
niales, con el tutelaje español que veia todo
conocimiento científico o literario como un
peligro y un avance desmoralizador, no podía
ser pesada carga para el estudiante ni grande
preocupación tampoco para los padres ; pues
se reducía a leer y escribir, estudiar religión ,
algo de aritmética y gramática.
Sin embargo no debemos ignorar que,
no sólo Caracas, sino Venezuela entera, ya por
su posición geográfica más próxima a los
centros de mayor civilización , por el carácter
audaz y vivo de sus habitantes , por su comer
cio de productos agrícolas menos vigilado o
restringido y su única fuente de riqueza en
tonces, y hasta por el abandono, casi desdén
de la madre patria por Tierra-Firme, sin mi
nas ni fáciles tesoros, fue el país hispano ame
ricano que no sólo pudo pensar y leer con
cierta libertad, sino aun contaminarse con las
ideas enciclopedistas y revolucionarias que
imprimieron nuevos rumbos a los pueblos .
Siguiendo con el ardor y entusiasmos tro
picales el movimiento libertador del pueblo
norte americano, que despertó tantas simpa
tías y avivó tantos ideales así en Francia co
mo en América, se saturaba su medio am
biente de vitalidades nuevas.
Y así, aunque hemos de ver a nuestro
colegial partir presto a la lucha sin descanso,
y siempre con el arma lista y el ojo escruta
dor, parece que se había contaminado en su
patria del ansia de saber que conmovió a la
juventud venezolana, y no sé como pudo en
los campamentos aprender algo de francés
para leer más tarde la colosal producción del
siglo XVIII.
En estos años Venezuela, como todos los
países sud americanos, nutría los niños que
habían de hacerla libre y los educaba y los
fortalecía con su propio ambiente hecho pro
clive. Era aquella prodigiosa germinación que
se extendió por el mundo cómo hálito ar
diente, produciendo múltiples acontecimien
4 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

tos, trascendentales, de enorme significación


humana. Las grandes inteligencias al lado
de los más grandiosos sucesos, las luchas más
heroicas, guerras monstruosas, crímenes y al
truismos, pugna de ideas y de principios, he
aquí lo que caracteriza aquellas épocas . Es
época fecunda ; el heroismo parece ley : ¿ qué
país no ostenta con orgullo nombres y glo
rias, luchas y aspiraciones ?
Para Venezuela estas manifestaciones de
fecundidad y de heroismo fueron prodigio
sas ; excediéndose a sí misma la mal mirada
colonia, produce una época gigante en la his
toria de América.
Dejemos atrás las primeras tentativas o
sublevaciones de carácter más o menos libe
ral que conmovieron a Venezuela, para re
cordar especialmente los acontecimientos del
19 de Abril de 1810.
Estos, que principiaron siendo un mo
tín de fidelidad al Rey cautivo ; que siguieron
en Junta de Gobierno, habían de terminar
con la declaratoria de la Independencia, fluc
tuando en su incierta marcha, como prime
ros pasos de pueblo niño, a merced de los
acontecimientos de España y del águila im
perial de Bonaparte .
La discordia intestina fue motivo de la
primera sangre vertida, pues que no toda
Venezuela abrazó la causa de la libertad. Es
ta dualidad de ideas y partidos entre ameri
canos que no debieron tener otra mente que
su emancipación, enseña que no era la mayo
ría la que llegó a comprender el alto signi
ficado de la lucha política empeñada, y que
habían espíritus retardarios, ciegos o igno
rantes, hasta remacharse ellos mismos los gri
llos que los aprisionaban . Esta fue la causa
primordial de la cruenta lucha de estos pue
blos y de los incalculables desastres que su
frieron, pues los bandos realista e indepen
diente derramaban a torrentes sangre ame
ricana : ambos partidos se nutrían del pueblo
y ambos eran insaciables ; pero es digno de
notarse que ningún país como Venezuela to
mó con mayor ardor parte en la lucha empe
ñada ; los ejércitos se destruyeron varias ve
ces, talados como campos por una catástrofe,
y varias veces nuevos hombres y nuevos ejér
ALFREDO GUINASSI MORÁN 5

citos se presentaron a la pelea para morir en


el campo de batalla los unos por el Rey, los
otros por la Patria.
El partido realista disputaba con sangre
americana la posesión de la tierra, y fueron
allá Monteverde , Ceballos, Boves, Morales y
otros los que aprestaban ejércitos americanos
en nombre de España. Sin esto el poder espa
ñol se hubiese derrumbado como viejo y car
comido edificio al primer golpe de las nue
vas nacionalidades .
No debe pensarse ni un momento en que
aquellas provincias afectas al régimen colo
nial lo eran porque reconociesen el "paternal
y buen gobierno español ", sino que hay hom
bres tan insignificantes que temen la mudan
za y se habitúan al yugo ; la luz los deslum
bra, el progreso los hace temblar y se afe
rran a lo malo conocido . Son espíritus retar
darios, legiones con pies de plomo y cerebros
de piedra que tienen la virtud de contaminar
su ilotismo, su idiopatía. La prédica religio
sa, el temor fanático, influyeron muchísimo,
a la vez que ese respeto hacia el derecho di
vino invocado por los tronos y ampulosa
mente defendido en América por sus parcia
les, con discursos medio teológicos, golpes de
escena y aun juegos de manos.
Venezuela no podía sentir amor al ré
gimen impuesto que no tenía siquiera como
fin colonizar, sino la explotación . Olvidada a
causa de no poseer las fáciles riquezas del
Perú o Méjico vivió en el abandono , hasta que
Carlos V cedió el país a un comerciante de
Augsburgo para que se hiciera pago de sumas
que él debía, así como se entrega un fundo
para ser explotado, esquilmado por un acree
dor ávido de su dinero . Piénsese un instante
qué atropello , qué inhumanidad encierra tal
procedimiento : alquilar una nación, sus hom
bres y sus tierras, à un traficante !. Luego que
cayó este régimen de alquiler volvió Tierra
Firme al olvido ; aislada como enfermo con
tagioso, sin comercio libre, sin movimiento ,
encerrada en el círculo de hierro del protec
cionismo, fue pobre la situación de tierras tan
fértiles y mísera la condición de sus habitan
tes, hasta que surgió la Compañía Guipuz
coana que se encargó de negociar y expri
6 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

mir el feudo que España le entregaba, for


mando así su historia una cadena de esclavi
tudes y miserias.
El movimiento de 1810 tiene para Vene
zuela además de su valor intrinseco, político ,
un gran valor que llamaré social : sus hijos
nobles, aquellos que disfrutaban del poder,
la riqueza y posición distinguida, ya por sus
familias o sus méritos, fueron los primeros
en despreciar riquezas, comodidades y títu
los vanos para lanzarse a la lucha sin cuar
tel en la que perdieron vidas y fortunas .
Caracas dio el ejemplo : ¡ hermosa página
de luz y juventud! Y así como la capital, al
gunas provincias se empeñaron en la lucha,
y sus actores fueron no falange de aspiran
tes revoltosos que se empeñan en la mudan
za y el trastorno para pescar o surgir, sino
que fueron los hombres de una idea, que en
señaron al pueblo , sumido en el oscurantismo ,
los nuevos derroteros .
Allá, en la ciudad de Tocuyo , fue D. Gre
gorio Morán, uno de los que encabezó , como
miembro del Cabildo, el régimen de la liber
tad, y murió en el patíbulo, mientras sus hi
jos peleaban en los campos de batalla .

El más tarde general Morán escribió unos


apuntes, que, inéditos y de propia letra con
servo, en los que detalla parte de su vida y de
los acontecimientos de que fue testigo . Ellos
han de guiarme en el presente estudio, y se
rá a menudo que prefiera dejar a la pluma
sobria y clara del soldado el relato de los he
chos ; pues, a parte del interés de lo inédito y
viejo, tienen el valor del testigo presencial. Là
historia de Venezuela ha sido ya lucidamen
te escrita y no pretendo introducir nada que
incluya mérito , en cambio podré llevar, con
estos apuntes salvados del olvido, el concur
so del actor de la mayoría de los hechos ,
como fuente de historia. Sus apreciaciones Y
juicios , aun cuando en algo chocasen con otras
opiniones, serán, quizás, un nuevo rumbo
de estudio .
Estos apuntes, además, me han servido
ALFREDO GUINASSI MORÁN 7

para penetrar al espíritu de quien los escri


bió, pues no es nuevo que el estilo re
trata al hombre. Son pequeños , lacónicos
apuntes de veinte pliegos más o menos que
están muy lejos del título de " Memorias", y
que terminan con la batalla de Pichincha.
No son por cierto como las memorias de Mi
ller, Camba, Díaz o Valdivia, extensas y apa
sionadas, de aplauso propio y en las que se
cuentan aventuras casi increibles, lances, etc. ,
con estilo ampuloso de reclame, repletas de
acusaciones : son una relación sencilla, sin
cera, casi tangible. Las acciones reñidas de
la horrible guerra de Venezuela aparecen con
tadas con sóbrio lenguaje, con su colorido
propio ; desconoce los adjetivos, los térmi
nos sonantes y ponderativos, cual si encon
trase natural el heroismo en la pelea y el pro
pio sacrificio . Convencido de la pureza de su
causa no la discute jamás, tiene la concien
cia de su propia conducta y no vacila un ins
tante, ha dedicado todos sus esfuerzos a la
causa de la libertad y recibe con satisfacción
todo sacrificio . El fusilamiento de su padre,
la confiscación de sus bienes , la muerte de sus
hermanos en la guerra, le afligen, le arran
can ayes de dolor, pero no abandona sus
banderas ni teme a la muerte que cada día
le estrecha con mayor ahinco . No se lee en
esos escritos nada que revele un alma pre
suntuosa ; no un aplauso desmedido a sus
arriesgados lances que citan los mismos par
tes oficiales ; tampoco se ha desatado en in
sultos a los jefes españoles que tantos cri
menes cometieron ; es moderado hasta con
sus enemigos, con el íntimo convencimiento .
de que no se hace guerra con insultos ni pala
bras .

En el curso de la guerra de la indepen


dencia no le agitó jamás la ambición ni nin
guna idea de lucro : estaba para el sacrificio ,
no para el premio. El pobre ejército liberta
dor estaba condenado al hambre, a la desnu
dez y a la intemperie ; casi ningún oficial po
dría esperar días felices, cercados diariamen
te por la muerte y dejando en los campos de
batalla a los hermanos y a los amigos . ¡ Las
ambiciones vinieron para algunos después,
y fueron la sombra de la luz lejana !
8 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Cumplidor de su deber, estuvo siempre


convencido de que la disciplina del soldado
es la unión y la fuerza del ejército ; su lema
como soldado era la fidelidad. Todos sus je
fes, desde el coronel D'Elhuyar hasta el ge
neral Sucre en Ayacucho, lo tuvieron por ami
go, con especial estima . Fiel a Bolívar, tenien
do hacia el cariño , estimación y respeto, for
mó siempre al lado de los partidarios del
genio venezolano . Amigo leal, jamás escuchó
con calma la calumnia empeñada en contra
del grande hombre, Bolívar ; por Sucre ex
puso su vida ; amó y luchó por Arequipa; con
tra el Perú que le tenía proscrito no admi
tió ofertas de Chile ni de Bolivia para llevarle
la revolución, obstáculo a su progreso ; jamás
abandonó la causa que él creía justa ; pudo en
gañarse en el concepto, pero no traicionó ni
abandonó jamás su partido , ni vendió su espa
da ni sus ideales . Obligado a tomar las armas
en 1834 fue el último en deponerlas por ca
pitulación en 1839. Leal y fiel fue siempre ; (1 )
nadie tendrá que afearle su conducta ; su
nombre no se mancha , ni su dignidad se
mancilla, ni nadie podrá acusarle un crímen
en su larga carrera política : es uno de los
pocos hombres salido puro del lodazal de las
revoluciones peruanas. Con el mismo valor
y constancia empeñados en la guerra de la
independencia sirvió al Perú hasta su muer
te : su vida está , para mí, llamada a servir
de revelación y de ejemplo .
Padre de familia fue en su casa el mis
mo hombre amable y tranquilo ; no parecía
crecido en el campo de batalla y entre la gen
te más ruda . Muchos años pasó, y sus años
más felices, en el trabajo, apartado volunta
riamente del servicio . Las crueldades de la
guerra venezolana no endurecieron su co
razón . Era sencillo y parco en sus costumbres,
era siempre el hombre del estilo sobrio , ajeno
a toda ostentación ridicula, a todo inflamien
to ; supo siempre mantenerse en el nivel que
corresponde a un caballero .
Pero en fin, no nos adelantemos, hay que
dejar que los acontecimientos nos retraten
al hombre más palpable y realmente .

(1 ) Califícalo así, también, en el prólogo de su intere


sante libro, el Dr. Leguía y Martinez.
ALFREDO GUINASSI MORAN 9

Desde Abril de 1810 diversos aconteci


mientos tendremos que señalar para mayor
claridad de nuestro relato . Primero la de
posición del Capitán General Emparán y el
nombramiento de una Junta de Gobierno ; la
llegada de Europa del Gral . Fco . Miranda, (1 )
que brillante actuación había tenido en las
guerras de la Revolución bajo Dumouriez ,
y del coronel Simón Bolívar ; la convocato
ria de un Congreso que juró la independencia
el 5 de Julio de 1811 y dio la Constitución .
No fue, cual debía, la mayor atención de
la Junta de Gobierno el ejército, y mucho y
precioso tiempo se perdió en discuciones y
rivalidades mezquinas, delante de los realistas
que no se dormian . Ellos preparaban la reac
ción, y el primer motín, sin plan ni fuerzas ,
estallo en la misma ciudad de Caracas y fue
instantáneamente reprimido y castigado con
demasiado rigor.
"Fuí testigo en mi niñez, escribe el gene
ral Morán, de los primeros aprestos marcia
les dirigidos contra Coro y Maracaibo, bajo
la dirección del marqués del Toro , quien te
niendo todas las prendas de un caballero
le faltaban las que podían constituir un mi
litar. (2) Expedicionó contra Coro, y con la
mitad de las fuerzas que él llevaba lo recha
zaron los jefes españoles, lo persiguieron en
su retirada, la que pudo ejecutar sin gran
pérdida por lo respetable de sus fuerzas que
le ponían a cubierto de todo descalabro , pues
en esta ocasión se necesitaba sólo una cabe
za que supiera hacer buen uso de sus fuerzas
y sus recursos. Estas provincias quedaron
armadas haciendo la guerra al resto de Ve
nezuela ".

Valencia se sublevó luego en nombre del


Rey, y fue recio y sangriento el combate para
rendirla . Mandaba ya el ejército el hábil ge

(1) Soy tan lacónico respecto al Gral. Miranda por tener


de él una obra separada .
( 2 ) El republicano Gral. Toro, tan íntimamente liga
do a Bolívar y educado en España, obtuvo allí sus grados
hasta Coronel . Se distinguió en el cuerpo de Reales Guardias
Españolas y mandó en Tarancona. Posteriormente fué en
viado a Venezuela con el cargo de Inspector General.
10 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

neral Miranda, y en esta lucha se distinguió


por su valor, peleando como soldado, el Corl.
Bolívar. 800 hombres costó a la República la
sublevación de Valencia, la muerte del ca
pitán Buroz y la herida del marqués del Toro ,
de tan fatales consecuencias para él.
"A principios de 1812, el Comandante
español Monteverde con 400 o 500 españoles
hizo una tentativa por Carora. Batió la "Gran
Guardia" nuestra en "Siquisique" precisa
mente momentos antes de que sobreviniera
el terremoto del 26 de Marzo de aquel año ” .
Bolivar indomable, superior al miedo y a
la superstición que hacía dudar a los más fuer
tes espíritus en medio de las ruinas de la ciu
dad destruida, de los lamentos, las impreca
ciones y el terror que debió producir aquella
espantosa catástrofe, obscurecido el sol por
el polvo de los edificios derrumbados, sacu
diéndose la tierra a cada instante, agrietado
el suelo , como surcos de un apero titánico ,
enterradas las tropas en formación debajo
de un muro caído de improviso , violentamen
te, por el ímpetu del cataclismo, cuando el
miedo levanta del fondo del espíritu los fan
tasmas terroríficos dormidos a través de vie
jas generaciones y se alza imperante la idea
religiosa, fanática, loca, perdida la razón, los
ojos y las ideas extraviadas con aquel ins
tinto innato de salvación y con aquel contagio
del miedo que arrastra inconcientemente a las
muchedumbres, el cual si fuese superior a to
dos estos atavismos y debilidades humanas,
alza su voz, alienta, pregona la libertad y con
su desnudo acero impone silencio al clérigo
que anatematiza a los temerosos . Por encima
siempre, Bolívar, de las leyes vulgares su al
tísima alma es inconfundible dentro de la
muchedumbre .
"Gritando clérigos y frailes que aquella
calamidad venida por la revolución, nuestros
soldados botaban las armas, se refugiaban
donde los enemigos pidiéndoles perdón, y si
combatian era tan débilmente, que en algún
encuentro cien hombres batieron a quinientos.
Monteverde se apoderó del territorio de Ve
nezuela. El general Miranda que pudo ha
berlo batido en las inmediaciones de Cara
cas con tropas ya salidas del pavor del terre
ALFREDO GUINASSI MORÁN 11

moto, dejándose llevar más de un capricho


que del patriotismo , se obstinó en alcanzar fa
cultades extraordinarias del Congreso . Hecho
Dictador al fin, entregó el país por una ca
pitulación que fue burlada, siendo él mis
mo una de las víctimas de esta perfidia, pues
en lugar del pasaporte que debía obtener,
fue hecho prisionero en compañía de otros
varios patriotas y llevado a la Península ba
jo partida de registro, concluyendo sus días
en las cuatro torres de Cádiz, manifestando
con su muerte lo que debían esperar los ame
ricanos de la fidelidad de la Metrópoli en
sus compromisos". (1 ) .
U
En esta época fatal Bolívar había per
dido la plaza fuerte de Puerto Cabello ; mas
Miranda, irresoluto y débil , es responsable an
te la historia por haber capitulado, sin com
batir, el ejército republicano que mandaba.
La emigración fué grande, y Curazao y
Nueva Granada recibieron a los Venezola
nos vencidos . Bolívar, de Curazao pasó a Nue
va Granada en Noviembre de 1812, donde
supo captarse las simpatías de muchos pa
triotas granadinos y en especial del Presiden
te de la Unión, el eminente Dr. Camilo To
rres. Reconocido en su grado de Coronel, fue
encargado de la comandancia de Barranca ,
y bien prontó empieza a descollar el que
había de ser Libertador ; toma por asalto
Tenerife, domina el alto Magdalena, bate a
Correa y ocupa Cuenca . El genio impetuoso del
General no se detiene, en la frontera de su pa
tria ansia emprender la campaña y pide per
miso al gobierno granadino para una empresa
colosal que se asemejaba à un imposible, a
una locura. (2) .

(1 ) El Marqués de Rojas tiene una obra documentada


sobre el Gral. Miranda donde se detallan todos los actos y
luchas de su vida, como su prisión que fue obra de sus je
fes, indignados por su conducta, no únicamente de Bolívar,
como por aquí se pretende .
Estos acontecimientos que dejo apenas esbozados ocu
pan casi doscientas páginas de la erudita obra del Gral .
O'Leary. Libro este recién llegado aquí, eleva a la cumbre
de la certeza histórica la gloriosa reputación del Libertador.
He visto la concordancia de algunos hechos relatados en
los lacónicos "Apuntes" del Gral. Morán, y me ha servido de
aliento para difundir entre nosotros la hermosa, la grande
verdad del pasado que por desgracia ignoramos demasiado.
12 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Dos hombres encarnaban en esos días


la naciente revolución : eran Bolívar al fren
de tropas neo - granadinas y varios emigrados
venezolanos, y Mariño y otros emigrados que
en Trinidad habían logrado formar un cuer
po con los servidores y esclavos del mismo
Mariño , a los que éste dio libertad generosa
mente.

El ejército del general Mariño remató


brillantemente su actuación derrotando en
el pueblo de Maturín a Monteverde, que se li
bró milagrosamente de caer prisionero .
La campaña de Bolívar fue a la par ac
tiva, audaz y gloriosa. Sólo quinientos hom 1
bres se atrevieron a franquear la frontera ve
nezolana en busca de los godos que podían
oponerles más de seis mil hombres. "Boli
var llega a la raya venezolana persiguiendo

El libro de O'Leary, (fundador de la patria peruana como


vencedor en Ayacucho ) hemos de mirarlo con cariño y de
admirar la riqueza de su documentación publicada en 30 vo
lúmenes. Estos 30 tomos de preciosos documentos recopila
dos por O'Leary, publicados en Venezuela, forman la más
sólida base que nunca, quizás, tuvo otra publicación histó
rica. Párrafo tras párrafo, las Memorias del Gral. O'Leary
se fundan en documentos inamovibles de donde surge glorio
sa, imperante, la obra de Bolívar y los suyos.
Hasta el año 18 la obra es del historiador, en adelan
te es también del testigo presencial, del actor.
Ante publicación tan meritoria no he querido pasar en
silencio, y por eso pongo a mi libro, hoy que se edita, esta
nota, orientadora de quienes quieran estudiar más ámplia
mente nuestro pasado.
Ya Larrazabal había mostrado a Bolívar superior a la
catástrofe del 26 de Marzo ; ahora O'Leary nos relata como
acalló el fanatismo religioso y realista que pretendía aho
gar la libertad. El nos dice cómo Bolivar supo imponerse a
sus conciudadanos ; cómo más generoso que Miranda iba a
marchar de simple soldado a Valencia, renunciando el man
do de sus milicianos ; cómo enfrentó a Monteverde cuando
le acusaba de haber fusilado a dos espías realistas, y pre
tendía halagarlo con la prisión del Gral. Miranda ; cómo
condenándose a la emigración perdía sus bienes de fortu
na, y de que manera desprendida sacrificaba su heredad có
mo surgía y descollaba en Nueva Granada venciendo la ri
validad mezquina de Labatut y Castillo y de qué manera del
estrecho medio de Barranca logró alzar la ola que triunfa
ría en 1812 en brillantes acciones, sin olvidar de relatar,
tampoco, lo que a los demás corifeos corresponde en la
gran obra de la emancipación de Venezuela.
La ofensiva realista triunfante por la inepcia o ina
daptabilidad de Miranda, las faltas y los errorres, el fa
natismo y el equívoco se palpan. La tiranía de Monteverde ;
las resistencias del medio, las dificultades, el carácter, todo
cuanto forma el libro de este soldado que tenía alma para
escribir las ideas que amó y supo defender.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 13

a Correa, penetra por Mérida a Trujillo , en


donde mi padre, -escribe el general Morán,—
llevado de su patriotismo, en unión de un
hermano mío, nos mandó a incorporarnos
al ejército, recomendándonos a su amigo el
Sr. Terán para que nos presentase al gene
ral Bolívar” .

"En efecto fuimos presentados a este


hombre extraordinario ; nos acogió con mu
cho cariño y nos destinó de aspirantes al 5º.
de la Unión . Mandaba este cuerpo el Tte.
Corl. D'Elhuyar, joven bogotano lleno de las
más elegantes prendas. Al quinto día de nues
tra incorporación fue la declaratoria de la
guerra a muerte, que la notificó en persona
el general Bolívar, a las tropas formadas en
la plaza de Trujillo . Tiramos el guante para
conseguir la independencia de Venezuela y
de toda la América, porque nuestros corazo
nes eran americanos".
"A los dos días de la declaratoria de la
guerra a muerte, marchamos sobre la pro
vincia de Barinas, por Boconó de Trujillo ,
haciendo nuestra marcha por un camino tan
intransitable por las lluvias y con tanta ra
pidez que sorprendimos en la ciudad de Gua
nare a la guarnición y a los españoles que
habían allí, quienes no tuvieron tiempo de
disponer de sus propiedades, y quedaron in
tactos en poder del ejército, sus almacenes ,
tiendas y cuanto poseían . Por el mero hecho
de ser españoles morían en el patibulo".
Mientras tanto Ribas, joven también y pa
riente de Bolívar, que llamaba la atención
por Trujillo , antes de unirse con su jefe en
Guanare, se vió obligado a trabar lucha desi
gual contra el comandante Martí que tenía
más de 900 hombres, mientras él sólo con
taba 350. La acción se empeñó y fueron tales el
vigor y la bizarría de las tropas de Ribas,
que consiguió la brillante victoria de "Ni
quitao" .
"Seguimos inmediatamente a Barinas en
donde se hallaba Tizcar con una división ,
la que se retiró a la villa de Nútrias para
embarcarse, lo que estaban verificando en
el Apure ; mas a nuestra aproximación se les
sublevó un batallón que se incorporó íntegro
en nuestras filas, salvándose la demás tropa
14 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

porque tenía el enemigo multitud de embar


caciones menores y siete lanchas cañoneras
en las que logró embarcarse, bajando el
Apure y luego el Orinoco poniéndose a gran
distancia de nosotros".
"En Nútrias recibió orden del general
Bolívar el coronel Girardot, que mandaba la
división que perseguía a Tizcar, de regresar
a marchas forzadas sobre Caracas, lo que ve
rificamos , en efecto, montando nuestra in
fantería y llevando a retaguardia una reserva
de 1.500 a 2.000 caballos para relevar a los
que se cansasen . Salvamos la distancia inmen
sa desde Nútrias a San Carlos en muy pocos
días ; nos unimos a la división del general Ri
bas y alcanzando en las "Taguanes" las tro
pas de Monteverde las destrozamos en me
nos de una hora, ganando un triunfo tan
completo que fueron muy pocos los que lle
garon a Valencia y menos los que se refugia
ron en Puerto Cabello, donde después se les
sitió".
´Antes de esta completa victoria, ganada
a Izquierdo , que terminó con el poderío de
Monteverde en Venezuela, Ribas había pelea
do una reñidísima acción de seis horas con
tra el coronel Oberto en los "Horcones ", en
tre Barquisimeto y el Tocuyo, ganándola con
su esforzado ejemplo y su coraje.
"Nuestro ejército siguió persiguiendo a
los españoles por todas direcciones y el 7 de
Agosto de 1813 entramos en la ciudad de Ca
racas entre los alborozos de un pueblo enca
denado que veía llegar a sus libertadores.
Cada soldado recibió de las manos de una se
ñorita caraqueña una palma y estos eran los
mejores honores del triunfo que podíamos re
cibir. Al siguiente día de nuestra llegada a
Caracas se reunió el Cabildo y todo el pueblo
y proclamaron al general Bolivar Jefe Supre
mo de Venezuela, condecorándole con el tí
tulo de Libertador, que después le acordó to
do Colombia".
"Poco tiempo permanecimos allí y regre
samos a Valencia para poner sitio a Puerto Ca
bello, en donde encerrados los españoles se
rehacían y esperaban los auxilios que pron
to tuvieron" .
"Los españoles ocupaban lo que se llama
ALFREDO GUINASSI MORÁN 15

puerto-adentro, es decir la parte fortificada,


nosotros sitiábamos a dos cuadras de distan
cia de la fortaleza con muy pocas piezas
de grueso calibre que habíamos tomado en
Valencia. Nos batían los españoles con 150
piezas de 18 y 24 y diez morteros, con los que
incesantemente nos arrojaban bombas . El 30
de Agosto por la noche creyendo los enemi
gos que nosotros emprendíamos un asalto so
bre las fortalezas, rompieron un fuego ho
rroroso con toda su artillería y fusilería y
juzgando nosotros que ellos hacían una salida
hicimos lo mismo ; era tal el fuego que toda
la población estaba iluminada como el día y
a dos leguas de distancia, en un pueblo que
se llamaba Burburata creyeron que sucedía
algún incendio, tal era la columna de fuego
que se levantaba. Duró esto cerca de una ho
ra hasta que se apagaron los fuegos total
mente de una y otra parte".

"A nuestra retaguardia tenían los enemi


gos un fuerte llamado el "Mirador de Sola
no" y habiendo visto su Comandante que
después de un fuego tan vivo sucedió un si
lencio sepulcral dio por hecha la toma del
puerto por asalto. El sanguinario Zuazola que
lo mandaba, lo abandonó en la noche con su
guarnición y se marchó por la costa en direc
ción a Coro, pero la deserción que sufrió y
más que todo su cobardía lo hizo rendirse al
paisanaje del pueblo de Apargatón , que lo
trajo preso a Puerto Cabello y lo entregó al
Libertador. Luego que se esparció en nuestro
ejército que Zuazola estaba prisionero , pocas
eran las personas que no quisieran ver al que
era causa de la pérdida de algún pariente o
cuando menos de un amigo . Calabozo , Aragua,
Barcelona y demás pueblos del llano arriba
fueron víctimas de su ferocidad , y para que
se forme concepto de este hombre referiré
uno de sus hechos".
"Estacionado con una división en los pue
blos de Aragua de Barcelona, hacía salir sus
soldados a los campos a caza de hombres y
cuantos le traían los hacía fusilar. Un día que
trajeron uno sus cazadores, mandó lo pusie
ran en capilla para fusilarlo, después de los
auxilios espirituales, y sabiendo esto un niño
de ocho o nueve años, hijo de este desgracia
16 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

do, fue y se echó a sus pies pidiéndole por la


vida de su padre. Parecía que el llanto del
niño había ablandado a la fiera, y le dijo que
perdonaría a su padre siempre que sufriese
lo que iba a mandarle, pero sin llorar ; la cria
tura se lo ofreció. Llamó entonces a un ayu
dante y le dijo : " Córtale a este muchacho las
orejas". "Cuidado con que llores, porque pier
des", repetía al niño , quien sufrió la mutila
ción sin dar la más pequeña muestra de do
lor, mas el monstruo encolerizado exclamó :
"Si a esta edad hace esto que será cuando
grande, que lo fusilen con su padre, lo que
se ejecutó".
"El Libertador no sabía qué clase de
muerte podría dársele a esta fiera y lo entre
gó al Corl. Girardot para que le hiciera ejecu
lar de un modo que en algo sintiese sus crí
menes ; le hicieron dar quinientos látigos y
que se ahorcara él mismo , sin embargo de
que alegaba tener dos hermanas monjas en
España y que no podía ser condenado a la
horca".
"El sitio de Puerto Cabello continuaba
sin ningún suceso, pues teniendo los enemi
gos cuatro buques de guerra y nosotros nin
guno, con ellos se proveían de víveres de las
Antillas y de las vecinas costas que estaban
por ellos".
"En estas circunstancias llegó al puerto
de La Guaira un convoy español conduciendo
dos mil hombres del Regimiento de Granada
al mando del coronel Salomón . Como ignora
ban los últimos acontecimientos de Venezue
la y veían en las fortalezas de la Guaira el
pabellón español, fondearon en la bahía, y, por
las precauciones que no están demás en estos
casos, mandó Salomón un oficial con veinte
y cinco hombres a tierra a verse con el Go
bernador. A éste, que estaba prisionero, se le
hizo representar papel de tal, y dijo al ofi
cial que podían ir desembarcando y que los
veinticinco hombres que había traído se que
dasen en tierra. Las medidas que se tomaban
y el estado de alarma del pueblo no dejaron de
infundir sospechas al oficial e insistió en
irse a bordo con su tropa ; entonces se le quiso
imponer, y este oficial trató de abrirse paso he
róicamente al oir que un miliciano impru
ALFREDO GUINASSI MORÁN 17

dente y embriagado gritó ¡ viva la patria ! Fue


necesario matarlos a todos, mas con los dispa
ros que se hacían sobre estos hombres los bu
ques cortaron sus cables . Aunque el fuerte
rompió sus fuegos sobre ellos salvaron el con
voy con la pérdida de algunos hombres, y se
fueron a Puerto Cabello donde encontraron
a sus compañeros de armas".
"La noticia del acontecimiento de La
Guaira llegó a Puerto Cabello al mismo tiem
po que llegaba el convoy a unirse con los si
tiados".
"El Libertador formó una alta idea de
aquellas tropas por el hecho de los veinticinco
hombres de La Guaira, y dio inmediatamente
órdenes para levantar al día siguiente el si
tio, lo que efectuamos, pues era necesario
combatir en un punto donde pudiese tomar
parte nuestra caballería que se hallaba allí
anulada y separada del grueso de las tropas,
a cuatro leguas de distancia . Marchamos a Va
lencia y los enemigos tan luego que se arregla
ron marcharon sobre nosotros . Los recibimos
en las llanuras de Guanaguaná y estuvimos
maniobrando algunos días, hasta que habien
do observado que la mayor parte de su ejér
cito se había separado mucho de su reserva,
el Libertador mandó atacarlos en las alturas
de "Bárbula". El ataque se hizo con tal vio
lencia y de un modo tan rápido que no tuvie
ron más tiempo que para huir. El triunfo so
bre esta parte del ejército enemigo fue com
pleto , mas nosotros tuvimos la irreparable
pérdida del coronel Girardot".
"Los españoles que escaparon en “Bár
bula" se reunieron con su reserva, que aun
que menos fuerte que la fuerza batida, ocu
paba posiciones inexpugnables. Mandaron lue
go venir tropas de Puerto Cabello y a los tres
días nos encontramos con ellos nuevamen
te en las "Trincheras de Aguas Calientes".
Empeñamos un combate formidable, disputa
mos el terreno palmo a palmo de una y otra
parte por más de seis horas, hasta que habién
dose empeñado personalmente el general es
pañol Monteverde para sostener el combate,
cayó mortalmente herido y entonces empren
dieron una retirada, que, sin embargo de las
pérdidas que tuvieron les hace honor".
18 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

"Fue en esta batalla de las "Trincheras"


en donde por la primera vez merecí la apro
bación de mis jefes, y fuí recomendado en
el boletín de esta jornada tan gloriosa para
las armas colombianas".
"Cualquiera que haya seguido una pro
fesión y que haya recibido aplausos por su
comportamiento y adelanto, juzgará cómo es
taría yo al verme recomendado por mi valor
a los 16 años ; no pensaba, como me ha su
cedido después en las diferentes campañas,
que es el placer de vencer placer incompara
ble y que no tiene sobre la tierra nada que
se le parezca. Engolfado en estas dulces emo
ciones viene a turbarme la fatal noticia de
los triunfos de los españoles en el oriente
de Venezuela , y que, habiendo entrado éstos
en mi país, habían fusilado a mi padre, junto
con cinco vecinos más de los hombres respe
tables y padres de numerosas familias. Los
Sres. Oropeza, Lozada, Yepes y otros dos fue
ron las víctimas que acompañaron a mi padre
en el patíbulo . Fueron algunos días los que
estuve en la incertidumbre de lo que debía
hacer. Pensé dejar el ejército para ir a con
traerme a mi familia, dejada en la miseria
por la confiscación de sus bienes y saqueo de
cuanto poseían , y a consolar a mi desgraciada
madre ; me resolví a hacerlo y fuí a pedir mi
separación del servicio a mi comandante D'El
huyar, quien me dijo : ¿ "Cree Ud . que los es
pañoles dejarán a Ud. en su casa ?, seguirá Ud .
la suerte de su padre, pues para nosotros no
hay remedio, o la independencia o la muerte”
"Mi natural inclinación a las armas y las ra
zones de este hombre que tanto me aprecia
ba, me hicieron resolver a no dejar las armas
mientras hubiese españoles a quienes comba
tir" .
"Los restos de las fuerzas españolas ba
tidas en "Bárbula" y las "Trincheras" se re
fugiaron nuevamente en Puerto Cabello y los
soldados de Salomón que nos hicieron levan
tar el sitio tuvieron que buscar aquel asilo ".
"A las tropas de Puerto Cabello muy
pronto les llegaron refuerzos de Puerto Rico
y entonces emprendieron por Burburata a
salir por los valles de Aragua, a los llanos,
a reunirse con Boves que había levantado una
ALFREDO GUINASSI MORÁN 19

fuerza en favor del Rey, que consistía en su


mayor parte en caballería que a ellos les fal
taba, más el Libertador que estaba sobre to
do, voló al encuentro de esta fuerza y para
lizó su marcha con combates parciales en "Vi
rigina”, hasta que al tercer día de ellos llegó
mi batallón, el 5°., y sin más tiempo que para
dejar las mochilas, después de haber marcha
do veinte leguas, entramos en combate y arro
llamos cuanto se puso a nuestro frente. Los
españoles quedaron reducidos en este día a
un fortín que habían hecho sobre una altura ,
defendido por seis piezas de batalla. La pér
dida que sufrieron con nuestros ataques fue
considerable, teniendo que regresar nosotros
a nuestras posiciones para decidir el combate
al día siguiente, pero los españoles abando
naron su campo con las piezas y parque, ma
taron a todos sus heridos y regresaron a puer
to Cabello".

Trazado este cuadro de victorias para el


ejército libertador, trataré ahora de diseñar
el fondo negro, las sombras y el pavor de aque
lla época horrenda. El crimen, las muertes
más bárbaras, el saqueo y todo género de de
senfreno era el botín que ofrecían los jefes
españoles por diversos puntos de la Repú
blica para allegarse partidarios ; la reacción
se dejaba sentir poderosa y terrible. Hemos
hecho referencia a Zuazola pero esta hiena
no era una excepción, fueron como él Rosete,
Boves, Cerberiz, Antoñanzas, Morales , Yáñez ,
Monteverde, Lizón, Tizcar, Luna, Calzada,
Puy, Moxó, Aldama, Morrillo , Valdez y War
leta, que comandaban las hordas enfurecidas
que asolaron a Colombia en nombre del Rey.
¿Qué crueldad imaginada por los hombres
desde las épocas de piedra, en las irrupciones
bárbaras, en las matanzas de Nerón o de Ca
ligula o en las bóvedas de la inquisición , no
se puso en práctica en aquella desgraciada
colonia de Venezuela ? Terrible época de bes
tialidad humana en la que, tantísimos hom
bres habían degenerado de su especie y des
conociendo la piedad, la compasión , el res
20 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

peto y el honor, teñían de sangre los lugares


por donde pasaban y asolaban los campos y
las ciudades .
Bolívar y sus tenientes no podían menos
que tomar represalias de estos actos vandáli
cos. En esta guerra de destrucción urgía po
ner fuera de combate el mayor número de
enemigos ; si así no se hubiese hecho por los
independientes hubiesen sido dominados al
fin o muertos todos ; pero si la causa de la
independencia tuvo un Briceño cruel, a quien
Bolívar repugnaba llamándolo el diablo, se
abstenían de crimenes con indefensas muje
res y niños o con ancianos respetables.
"Eran tales los horrores que se cometían
de una y otra parte,-dice en sus apuntes el ge
neral Morán, con los prisioneros y heridos
en la guerra a muerte, que pedían como un
favor la muerte para que no los tomasen vi
vos los enemigos . Todo español que nosotros
tomábamos sufría la muerte y ellos lo hacían
con todo el que tomaban de nuestra parte,
pues ser insurgente bastaba para morir . Sin
embargo de la guerra horrorosa que hacía
mos, nos guardábamos escrupulosamente de
matar ningún americano por criminal que
fuese ; ésta fue la politica del Libertador y
ésta la que nos dió la independencia, pues al
fin los españoles concluyeron por echarse de
enemigos a todos los americanos".
Estamos a fines de 1813, un año de
glorias y triunfos para el ejército patriota.
La figura de Bolívar se eleva ya sobre la mul
titud, descollando con su aureola de genio ,
mas para apreciar todos los hechos del Li
bertador y las amenazas que a su obra se al
zaban es necesario mirar ampliamente el es
cenario de Venezuela. ¡ Cuántos peligros ro
deaban a aquel heroico puñado de generosos
patriotas ! Increíbles parecen sus triunfos : son
como un hombre en lucha con los elementos .
Larrazábal, en su " Vida de Bolivar", ha
descrito asi aquel pulpo que tenía extendidos
por la patria tentáculos ávidos de sangre : "Los
realistas comenzaban a levantar cabeza y hos
tilizar de mil maneras a los patriotas. En los
confines de la Nueva Granada varias guerri
llas favorecidas por Miyares, desde Maracay
bo, hacían estragos , y tenían cortada la comu
ALFREDO GUINASSI MORÁN 21

nicación entre Bolívar y aquellos pueblos li


.bres : los valles de Cúcuta sufrían los asal
tos pavorosos del español Bartolo Lizón (una
furia ! ) que como los bárbaros más bárbaros
bebía sangre ...... Los valles del Tuy pre
senciaban con asombro las fierezas de Rose
te ; y en los Llanos la contra revolución se
avigoraba por los esfuerzos de Boves y Mo
rales de un lado , Yáñez de otro " . Las
fuerzas republicanas al mando de Montilla
habían sido destruídas en Calabozo . Los
pueblos que habían recibido a los patriotas co
mo a sus libertadores se volvían ya contra
ellos ; un sermón del cura menos inteligente
bastaba para hacer cambiar la opinión ."
Bolívar veía formarse la nube cargada de
rayos, y se preparaba a resistir la tempestad.
Al brigadier Urdaneta le confió el mando de
las fuerzas de Occidente y al activo y valero
so Campo Elías le destinó hacia las llanuras
de Calabozo .
El brigadier Ceballos, gobernador de la
provincia realista de Coro, al frente de 1,400
hombres había derrotado a la división de Gar
cía de Sena desbaratando las operaciones que
Urdaneta debía ejecutar en combinación . Ÿá
ñez en San Fernando con dos mil quinien
tos llaneros había limpiado de patriotas Nú
trias, Guanare, Obispos, Barinas y otros pun
tos. Campo Elías y Boves libraron una san
grienta pelea en "Mosquitero ", y si los pa
triotas quedaron dueños del campo, su jefe,
obrando con suma crueldad, contribuyó a des
prestigiar la causa americana entre aquellos
mismos llaneros que tanto convenía atraer al
partido de la República . El comandante Al
dao, en "Bobare", también fue vencido por
Ceballos, quedando descubiertas las líneas de
Valencia y Puerto Cabello .
Monteverde y Salomón se preparaban a
salir de Puerto Cabello instados por Ceba
llos que, a una legua de Barquisimeto , después
de haber sido derrotado por el Libertador,
reorganizó ahí mismo sus tropas, cayendo
de improviso sobre los republicanos que fue
ron dispersados con bastante pérdida.
Bolívar, con estos reveses, sin abatirse
jamás, pues que aprendió a sacar fuerzas de
los desastres, comprendió que debía desarro
22 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

llar su prodigiosa actividad para dominar


la catástrofe que le amenazaba ; comprendió
que debía multiplicarse para crear tropas y
elementos y presenciarlo todo . Y así, vamos
a entrar en aquel año de 1814, pletórico de
acontecimientos, de glorias y desastres sin
cuento, para Bolívar y los suyos .

Hemos hablado ya de los combates de


"Vigirina" donde, llamados por Bolívar, ha
bían llegado Ribas con quinientos jóvenes es
tudiantes en su mayor parte de la Universidad
de Caracas, y D'Elhuyar con su cuerpo que
operó bizarramente en la derecha de la li
nea, mientras Ribas y Bolívar mismo ataca
ban por el centro.
El 1º. de Diciembre revistó el Libertador
tres mi hombres en San Carlos que debían
obrar contra Yáñez y Ceballos, y se puso en
marcha en busca de éstos que, después de
haber estado a su frente, habían tomado po
siciones a la entrada de un bosque, ocultan
do sus tropas con el fin de sorprender a los
patriotas no obstante ser superiores en nú
mero. La vanguardia republicana fue enviada
a efectuar reconocimientos y cayó en las
redes ; 500 hombres más o menos que forma
ban la vanguardia fueron rodeados por los
enemigos, y todos, como un solo hombre he
róico y decidido a morir, se cuadraron delan
te del peligro y murieron luchando ; la infan
tería corrió idéntica suerte. Este golpe podía
ser funesto para el ejército, pues se habían
sacrificado inútilmente los soldados más dies
tros y aguerridos . Sea lo que fuese, no era
tiempo de retroceder y Bolívar alentando con
fianza a los suyos, se empeñó al siguiente dia
en una de las batallas más reñidas y sangrien
tas, la de Araure, que se ganó debido al va
lor de todos y a la hábil dirección del gene
ral en jefe. Fue en este día que un batallón
"sin nombre" conquistó el de "Vencedor de
Araure" reivindicando su orgullo con su de
nodado comportamiento .
Nada restó unido o en pie de guerra del
ejército realista ; el campo quedó cubierto de
ALFREDO GUINASSI MORÁN 23

cadáveres, de armas, cajas de guerra, bande


ras, numerario y prisioneros. Yáñez se em
barcó, después de la derrota, para San Fer
nando ; Ceballos para Guayana.
A pesar de estos triunfos Bolívar decía :
"las fatigas de la guerra no han comenzado
aún". En efecto, dos enemigos formidables
se oponían a la libertad : el espíritu del pue
blo que no era aún republicano y que había
sido reconquistado a fuerza de sermones y
amenazas y aun promesas, y el ladrón de
mar, José Tomás Rodríguez , que, más fiero
que Atila, se llamó Boves, a la cabeza de
sus hordas de llaneros, foragidos y ladro
nes.
Mientras los patriotas no contasen con
los hombres de los llanos, especie de gauchos
o centauros, y con la Guayana que era el re
fugio y el almacén de los realistas y de don
de se proveían de hombres y de elementos,
puede decirse que la libertad era imposible.
El pueblo al fin y al cabo comprendería su
misión y sus intereses, imitando a la parte
sensata, rica e ilustrada de Venezuela que
amaba y lo sacrificaba todo por la libertad,
pero aquellos nómades sin contacto alguno
con la clase social amante de la independen
cia y sin su contagio , ni su ejemplo, necesita
ban otros medios de subyugación o de con
quista que los Yáñez y Boves comprendieron,
sirviendo sus instintos propios.
Bolívar tenía fe pero no se engañaba ;
comprendía que al punto a que las cosas ha
bían llegado era decisivo , que uno de los dos
bandos debía muy pronto quedar dueño de
Venezuela . Mariño , el joven y apuesto mili
tar, educado y rico , que al mismo tiempo que
Bolívar emprendió la reconquista de su pa
tria, tenía en el Oriente un aguerrido ejército
disponible, con jefes tan ilustres como Ber
múdez, Piar, Valdez, Sucre y Armario ; Bolí
var escribió , llamó, suplicó hasta con lisonjas
a su ambicioso amigo para que uniendo sus es
fuerzos y sus tropas, terminasen aquel año la
guerra de la independencia. La suerte estaba
pendiente de la unión de estos jóvenes gene
rales. Santiago Mariño accedió al fin al lla
mamiento, pero lo hizo sin entusiasmo , floja,
y descuidadamente. Llegó demasiado tarde
24 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

a ser luego envuelto en la misma catástrofe .


Boves había ocupado Calabozo al frente
de 4,000 llaneros ; Yáñez con 2,000 ginetes se
apoderaba de Barinas, donde 80 hombres se
habían atrevido a disputarle la plaza, mien
tras García de Sena se retiraba trepando por
Mérida con el grueso de las tropas que se dis
persaron en los intransitables desfiladeros . En
seguida Yáñez puso sitio a Ospino , donde en
contró la muerte, y su sucesor Calzada, redu
jo el pueblo a cenizas, tomando luego a
Araure y amenazando a San Carlos. Toda Ve
nezuela se hallaba cruzada de guerrilleros
realistas que sembraban la desolación y la
muerte, como que eran partidas de bandole
ros sin ley ni conciencia. ¡ Desgraciada nación
que cual ninguna ha sufrido los males de la
guerra !
Volvamos a las memorias .-"El tigre de
Boves, en los llanos, con su sistema de terror
y de licencia engrosaba sus filas día a día.
Contribuyó a ello el coronel Campo Elías
que, mandado por el Libertador hacia los lla
nos, y aunque hombre decidido por la causa
de la independencia, no pudiendo prescindir
de su carácter de español, lejos de ganarse
aquellos pueblos nos los convirtió en enemi
gos, y aunque Boves los trataba peor y con
más rudeza, como lo hacía en nombre del
Rey, por hábito y por ignorancia sufrían y aun
se creían obligados a ello , pues tal es el im
perio de la costumbre. Con las primeras par
tidas que pudo reunir Boves marchó contra
Campo Elías que sin tener con quien hacerle
resistencia, tuvo que abandonar la villa de
Calabozo y demás pueblos del llano y se vi
no a Valencia a pedir auxilios . El Libertador
que jamás abandonaba a un jefe suyo por ha
ber sufrido un revés, le formó una división
de operaciones compuesta del batallón 5º.,
Cazadores de Valencia, 2 escuadrones de ca
ballería y 2 piezas de batalla".
"Marchamos sobre la villa de Cura y de
allá a San Juan de los Moros, en donde no sé
por qué encantos y sin tener nada que espe
rar ni temer, nos estacionamos hasta que los
enemigos nos vinieron a buscar. Luego que
ellos se aproximaron emprendimos nuestra
retirada, y para colmo de desaciertos, cons
ALFREDO GUINASSI MORÁN 25

tando la mayor parte de las fuerzas de Bó


ves de 2,500 a 3,000 hombres de caballería
con quinientos infantes y nosotros 1,500 mag
níficos infantes y sólo 300 caballos, presentó
la batalla en una llanura con una quebrada
a la espalda que sólo tenía un paso por un
desfiladero en el centro . El enemigo dio una
carga con gran parte de su caballería a nues
tra derecha que fue rechazada con alguna
pérdida. Nuestro Comandante General man
dó entonces al medio batallón del 5º. de la
derecha, formando en batalla, a perseguir
los ; marchamos como cinco cuadras tras la
caballería enemiga hasta que se nos mandó
hacer alto y regresar a la línea, siendo este
movimiento el principio de la derrota, pues
cargó la caballería enemiga, envolvió nuestra
derecha y luego todas las alas . Esta pérdida
fue debida a la impericia de nuestro general,
pero tampoco debieron la victoria los espa
ñoles a las combinaciones de su jefe, mas si
creo que a su valor, pues se batían con reso
lución y Boves a su cabeza” .
"Perteneciendo al medio batallón de la
derecha fui uno de los envueltos por la caba
llería enemiga y puedo decir que escapé de las
puntas de sus lanzas, pues algunos sufrieron
la muerte bastante inmediatos a mi . No pu
diendo tomar el camino de la "Puerta", pun
to donde se dio esta batalla, atravesé con al
gunos soldados que me seguían el río Guari
co, algo caudaloso , y por sus orillas fui a salir
al día siguiente a la villa de Cura en donde
reuní algunos soldados más, los hice marchar
de la población en donde probablemente los
hubieran tomado para entregarlos a los ene
migos, pues ya el pueblo se estaba moviendo
en favor de los españoles . Llegué a la Victo
ria con cuarenta hombres que los entregue
al Jefe Militar, y a consecuencia del desorden
que trae toda derrota pasé yo a Caracas sin
contar para hacerlo con permiso ni autoridad
alguna".
"La derrota de Campo Elías en la "Puer
ta" fue uno de aquellos acontecimientos ines
perados que trastornan los planes más sabia
mente combinados . El Libertador estaba en
el Oriente ocupado en aprovechar de las ven
tajas que había obtenido con la batalla de
26 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Araure, cuando le llevaron esta fatal noticia y


que estaba muy próximo a ser presa de los
enemigos el centro de sus operaciones y sus
recursos que era la ciudad de Caracas . El ge
neral Ribas, hombre de un carácter dominan
te, duro, más temido que querido en el ejér
cito, pero afortunado en sus operaciones, reu
nió cuanto pudo en Caracas y marchamos a
hacer frente a Boves que nos amenazaba muy
de cerca. Ocupamos la Victoria antes que los
españoles, y Boves se empeñó en tomarnos
dentro. Dió ataques bruscos sobre nosotros
de los que fué rechazado con gran pérdida,
completando su desaliento ver que, cuando
más se empeñaba en el ataque sobre la plaza,
un pequeño refuerzo que nos venía de Valen
cia, lo atacó por su retaguardia, y sin consi
derar en el número se marchó en gran desor
den a villa de Cura, sin que pudiésemos per
seguirlo ".
"Al día siguiente de este encuentro nos
llamaron de Caracas para hacer frente a un
nuevo caudillo , el español Rosete (1 ) que, con
tres mil hombres, estaba a cuatro leguas de la
capital. Puede decirse que salvamos la dis
tancia y a los tres días de marcha lo derro
tamos". " Dimos la vuelta por el Tuy y nos
fuimos a unir con el Libertador en San Ma
teo, que con las tropas de Occidente ocupa
ba los valles de Aragua teniendo a Boves muy
próximo".
"El 27 de Febrero de 1814 se nos presen
tó Boves en San Mateo con un poderoso ejér
cito, que con los muchos reclutas que había
mandado hacer en los llanos y con la multi
tud de hombres que se le unían, se aumentó
a ocho mil caballos y dos mil infantes . No
sotros apenas pudimos reunir tres mil qui
nientos infantes y quinientos caballos ; te
níamos, sí, un tren de artillería de 6 obuses
de 7 pulgadas, dos cañones de a 8 y cuatro
de batalla. El 28 emprendió un ataque gene
ral ; nosotros nos redujimos a la defensiva
en un fuerte que hicimos en Canta Ranas

(1) Rosete acababa de haber pasado a cuchillo a todos


los habitantes del Ocumare : como el Musulmán bañó su ca
ballo en sangre de sus víctimas dentro del templo. Boves
había destruído las poblaciones desde el Orinoco a Aragua,
asesinando a los habitantes de estas cien leguas que no
podían servir en sus filas.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 27

y el de la casa del Libertador al mando del


teniente coronel Ricaurte . Sostuvimos vein
te y siete días de combates diarios sin suceso
para ninguna de las partes, pues cuando los
rechazábamos no podíamos perseguirlos por
las cargas impetuosas de su caballería que
habían logrado amedrentar a nuestros solda
dos".
"El motivo de permanecer nosotros en
aquella guerra defensiva era para dar tiem
po a que el general Mariño , que venía del
Oriente con cuatro mil hombres, se nos unie
se; esperábamos sobre todo el refuerzo de
su magnífica caballería de Maturín que tanta
falta nos hacía".
"Sabedor el enemigo de la aproximación
del general Mariño , el 26 de Marzo empren
dió un ataque general. Cargó la mayor par
te de sus fuerzas sobre la casa, hecha casti
llo, en la que estaba Ricaurte, quien acosado
por el número y con la mayor parte de su
tropa muerta, sabiendo que los enemigos no
estaban muy abundantes de municiones y que
buscaban las que él custodiaba, no pudiendo
ya defenderse, hizo el último sacrificio a su
patria : se metió en medio del almacén de
pólvora con un tizón en la mano y cuando
entraron donde él estaba le dió fuego y voló
con cuantos se le acercaron ".
"En Canta Ranas hacíamos iguales es
fuerzos por defender los reductos y ellos por
tomarlos. Llegaba a tanto la audacia de es
tos hombres que murieron muchos de ellos
afirmando sus lanzas a la orilla de los fo
sos para saltar las trincheras. Aquí recibí una
herida en la pierna izquierda y fue la prime
ra sangre vertida por mi patria".
"El combate del 26 duró como hasta las 8
de la noche, hora en la que se replegaron los
enemigos a sus posiciones. El 27 no amanecie
ron porque en la noche, emprendió Boves su
retirada y fue a la Villa de Cura donde se
reorganizó para, con la mayor rapidez, salir
al encuentro del general Mariño : fue una ope
ración verdaderamente militar".

La defensa de San Mateo , que dejamos


28 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

apenas diseñada, tiene una importancia y un


significado enormes si se atiende al empeño de
la lucha y al heroismo desplegado por los de
fensores y atacantes. Una batalla que dura un
mes entero, día tras día, parece una fábula
o pelea de titanes. No hay cuerpo humano,
se podría pensar, capaz de resistir semejan
te tarea. El heroismo de jefes y soldados re
sistiendo de cuarto a cuarto y de pared tras
pared a los invasores, cayendo todos, uno tras
otro, abrumados por el número de los ata
cantes, perdida toda esperanza de salir con
vida de aquella casa, hasta que al fin, en el
último reducto, Ricaurte por no entregar
el parque, espera a que la casa se llene de
enemigos para prender fuego al depósito de
pólvora y desaparecer todos : ¡ es la más ho
rrible a la par que la más sublime hecatom
be ! Los demás soldados, generales y jefes,
en el fuerte y los atrincheramientos restan
tes, con la misma, idéntica resolución, están
decididos a morir como Ricaurte antes de ren
dirse a Boves. El mismo Libertador ha mata
do su caballo resuelto a morir : él comenzó
dándoles un ejemplo de desprendimiento ge
neroso situando el ejército en su propia casa,
y viendo destruir su rico patrimonio , la man
sión de sus mayores.
Como dos mil soldados patriotas queda
ron fuera de combate ; ahí murieron Villa
pol y el tercero de los Buroz, con más de
200 oficiales, y las pérdidas de Boves han
debido ser muy superiores ; solamente en el
último ataque perdió cerca de 700 entre muer
tos y heridos. Esta carnicería espantosa no
creo que tenga muchas similares en la his
toria.
Campo Elías, aquel español sin miedo
que jamás usó arma en los combates, alen
taba con su voz y sus ademanes a los defen
sores, atrayendo sobre sí las miradas y el
odio de sus contrarios, hasta encontrar la
muerte.
Por otro lado Ceballos y Cagigal
habían vencido a Urdaneta en Barquisime
to y unidos a Calzada emprendieron el sitio
de Valencia donde se replegaron los indepen
dientes. El Libertador, al recibir las noticias
de Valencia, ordenó a Urdaneta que la defen
ALFREDO GUINASSI MORÁN 29

diese hasta morir, pues en ella estaban los


depósitos de su ejército. La orden fue lite
ralmente cumplida ; la defensa de Valencia
es la página gemela a la de San Mateo . Se
disputó el terreno calle por calle ; los tres
mil hombres que la asedíaban pudieron ser
detenidos en las trincheras, pero llegado tam
bién Boves al frente, tras de un encuentro
infortunado con Mariño en Bocachica, la re
sistencia no podía ser larga. La débil guarni
ción diezmada en la pelea, muertos de sed y
de cansancio los pocos sobrevivientes, no dis
ponían ya sino del recinto de la plaza, feliz
mente la noche, cubriendo tanta miseria y de
sastre, les traería descanso y una esperanza
de ser socorridos . Y así fue, temiendo los rea
listas la llegada de Bolívar y Mariño que se
esforzaban por llegar a Valencia, abandona
ron la plaza dejando a los débiles defensores
de dueños de su postrer reducto .

A pesar de tan caros triunfos, de tanta


sangre, veíanse estrechados cada día más los
patriotas dentro del heroico departamento
o provincia de Caracas. Los diversos cuerpos
realistas se reponían como por encanto de
sus derrotas y volvían con igual impetu y ac
tividad a la pelea, sacando hombres de la
extensa zona que dominaban, sin que los re
publicanos pudiesen aprovechar de sus triun
fos por la debilidad numérica de sus fuerzas
y por la enorme mortandad de cada encuen
tro . En esta ocasión, una vez más propuso el
Dictador canje de prisioneros a los enemigos ;
llegó hasta el arranque orgulloso y la gene
rosidad de ofrecer todos sus prisioneros por
uno solo, el general Jalón, pero no aceptaron
los realistas . Escaso de fuerzas, temeroso de
las conspiraciones , viendo que cada día era
mayor la crueldad brutal de los jefes guerri
lleros, se resolvió el Dictador a la represa
lia y dio orden de hacer fusilar a todos los
españoles que existían en poder de los repu
blicanos : 800 españoles fueron pasados por
las armas, víctimas de la obstinación de sus
connacionales y de su atávica crueldad. Fue
aquello la San Bartolomé de la República,
gesto desesperado , quizás legitima vengan
za.
30 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

"Herido, como tengo dicho, en San Ma


teo .-- continúa Morán, --fuimos todos conduci
en número de ochocientos a Caracas y yo
fui llevado las cuarenta y tantas leguas des
de San Mateo , en una camilla, por los esclavos
del Libertador. El pueblo caraqueño nos reci
bió con las demostraciones de la más viva
compasión, y al acto que escribo estos acon
tecimientos, y sin embargo de haber pasado
ya más de cuatro lustros, siento los más tier
nos y gratos recuerdos de mi alma al acordar
me de los cuidados maternales con los que
las sensibles y cariñosas caraqueñas, desata
ban nuestras heridas y las curaban . El hos
pital militar de Caracas era el punto de reu
nión de las más bellas y afables señoras del
mundo : ¡ recibid amables compatriotas el más
sincero agradecimiento , que os lo tributo a
millares de leguas de vuestra feliz mansión !
Cada uno de nosotros creía tener en estas se
ñoras una madre o una hermana vivamente
interesada en nuestra salud y no me equivoco
en decir que muchos escaparon y deben su
salvación a tan piadosos oficios"
"Mi curación fue muy larga ; hasta el mes
diez días no pudieron sacar la bala y después
de la cicatrización tuve que andar por mucho
tiempo con muletas para afirmar el paso ".
"Mientras nosotros nos curábamos de
nuestras heridas los sucesos se complicaban
en Venezuela . A dos leguas de la Villa de Cu
ra, en Bocachica, encontró Boves al Gral. Ma
riño, lo atacó pero sin éxito ; tuvieron encuen
tros fuertes pero sin resultado decisivo y en
trada la noche ambos combatientes se separa
ron, abandonando el campo en retirada. El
General nuestro por las alturas del Pao a
salir a la Victoria con el designio de unirse al
Libertador, y el General español por el pue
blo de Cagua, a la orilla de las lagunas de
Valencia, a unirse con el brigadier Ceballos
que sitiaba aquella ciudad. Allí este hombre
tenaz dio un nuevo ataque a los sitiados pa
ra ver si podía tomar los recursos que encerra
ba aquella población y de los que él carecía.
Rechazado, Boves entregó sus restos a Ceba
llos y con quinientos caballos escogidos se
ALFREDO GUINASSI MORÁN 31

marchó a los llanos, centro de sus recursos . Iba


a recibir los refuerzos que le llegaban de Gua
yana".
"Cuando el Libertador supo que Boves
iba en retirada hacia Valencia marchó a su
retaguardia , sin esperar la unión con el Gral.
Mariño, pues urgía molestarlo en su marcha.
A su aproximación a Valencia, Ceballos levan
tó el sitio y retrocedió a San Carlos".
"La unión de los ejércitos del Libertador
y del Gral. Mariño se efectuó en Valencia ,
donde permanecieron algunos días. Se distri
buyó el ejército una parte a sitiar Puerto Ca
bello , la más fuerte à perseguir a Ceballos y
el resto para atender a los llanos a donde se
había ido el infatigable Boves".
"El Gral. Mariño a la cabeza de las tro
pas destinadas a perseguir a Ceballos fue a
San Carlos, y a las inmediaciones de esta ciu
dad en el Aroa se dispusieron al combate am
bos ejércitos, se fueron a las manos y en el
choque de las líneas nuestra derecha arrolló
la izquierda enemiga y la del enemigo arro
lló la izquierda nuestra. El General español
abandono el campo de batalla en fuga preci
pitada ; el General nuestro reunió su centro
y su derecha y tomó nuevas posiciones. Uno
de los jefes españoles hizo igual maniobra con
sus tropas, y les tomó la noche ; ambos ejérci
tos retrogradaron, el nuestro en busca de su
artillería de campaña que había dejado a re
taguardia y el enemigo sobre nuevas fuerzas
que estaban en marcha para unírseles, las que
se les incorporaron ".
"El ejército independiente no halló ya
su artillería porque el Corl. Tomás Monti
lla que la conducía, con las primeras noticias
que tuvo de la derrota de nuestra izquierda
lo dio todo por perdido, botó las municio
nes y cañones al río de las Hermanas y que
mó todas las ruedas y cureñas, de modo que
no hallando nuestro ejército ni su artillería
ni sus municiones continuó su retirada hasta
Valencia, habiendo anticipado aviso al Liber
tador".

Bolívar se ocupaba del sitio de Puerto


Cabello pensando rendir la plaza por asalto,
cuando recibió la noticia de la acción de
"Aroa " que se dijo había sido una derrota.
32 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

"Cuando estaban nuestras tropas ocupa


das con Bóves y Ceballos, Rosete amenazó
nuevamente a Caracas. El Gral. Ribas reunió
nuevas tropas apoyado por el gobernador de
Caracas, Corl. Arismendi, que sacaba recursos
extraordinarios bien del patriotismo de aque
llos pueblos, bien por los castigos severos que
imponía al que siquiera se mostrase indiferen
te. Todo lo hacía presentar a los altares de la
patria. Publicó un bando que contenía más
de doce artículos imponiendo en todos pe
na capital para los que no cumpliesen
sus disposiciones , y a fe que sabían aplicar
la pena. Mas, sea lo que fuese, el Gobernador
puso en manos del Gral. Ribas una división
que marchó de Caracas a los valles del Tuy,
y derrotó completamente a Rosete en Ocuma
re, escapando el cabecilla con muy pocos hom
bres .
"Reforzado Ceballos con las tropas que
encontró en su fuga marchó con seis mil hom
bres sobre Valencia ; el Libertador ya estaba
allí y con las fuerzas que sacó del sitio de
Puerto Cabello reunió cinco mil soldados que
eran más que suficientes uniendo a ellas su
genio. Les salió al encuentro y en los campos
de "Carabobo" batió a Ceballos completamen
te, escapando muy pocos soldados españoles ,
porque los nuestros ejecutaban encarnizada
mente la guerra a muerte contra los penin
sulares".

"En la persecución de esta derrota el Li


bertador encontró un español padre de una
familia respetable de Valencia, que siguiendo
los impulsos de su corazón se fue a unir al
ejército español abandonando a su familia.
Cuando lo tomaron y presentaron al Liber
tador viendo sus canas lo dejó al cuidado de
uno de sus edecanes, pero llegando poco des
pués el Corl. Bermúdez que marchaba a la
cabeza de un cuerpo y preguntando quien era
aquel hombre lo informaron, entonces man
do salir cuatro granaderos de su cuerpo y
lo hizo fusilar. El edecán fue luego y dio par
te al Libertador quien hizo llamar al Corl.
Bermúdez y le reconvino por tal desacato y
éste le contestó : "V. E. ha decretado la guerra
a muerte contra todo español y mientras sub
sista esta ley todo español debe morir". El
ALFREDO GUINASSI MORÁN 33

Libertador quedó pensativo y dejó solo a Ber


múdez".
"Derrotadas las tropas españolas en “Ca
rabobo", es decir Cagigal, Ceballos y Calza
da con los restos que les dejó Boves, parecía
concluida la guerra con aquel golpe, pues Es
paña no podía desprenderse de ninguna fuer
za para auxiliar a sus jefes y mientras tanto
podíamos organizarnos para mayores resisten
cias, pero no contábamos con los recursos de
que era capaz el infatigable Boves".
"El Gral. Urdaneta marchó para los pue
blos de occidente con una brillante división
compuesta de tres batallones y un escuadrón
de dragones a destruir los diferentes cabecillas
que se habían levantado y ocupar la provincia
de Coro, que por su opinión en favor de la
causa del Rey era asilo de los jefes españo
les en sus contrastes. Con el resto del ejército
se reforzó el sitio eterno de Puerto Cabello ,
quedando el grueso de las tropas que debían
marchar a los llanos a destruir el ejército que
Boves había ya reunido".
"Pocas veces se reunen en un hombre los
caracteres que en éste, pues a un genio em
prendedor y decidido y un valor bien probado
abrigaba un corazón cruel y sanguinario . En
tregaba los pueblos al saqueo , al estupro y al
degüello".
"Sabedor Boves de la derrota que había
sufrido el Capitán Gral. y Ceballos en " Cara
bobo" lejos de arredrarse se apresuró a mar
char sobre los valles de Aragua y lo efectuó
con cerca de ocho mil hombres. El Libertador
pudo reunir cuatro mil y aun creyó que te
nía suficientes , pues pensaba que Boves a lo
más traería tres mil . Marchó a la villa de Cu

Torrente ha escrito con entusiasmo de prosélito, con fa


natismo español, la historia del año 14 y los triunfos de
Boves. El hombre me asemeja un degollador de ovejas encan
tado en su provechosa tarea ; no le repugna la muerte, ni la
matanza ni el crimen ; habla de lagos de sangre , de monta
ñas de cadáveres, de miles de hombres desaparecidos
en la diabólica orgía de los soldados de Boves, el se
mi-dios realista ; se alegra de ver morir insurgentes has
ta quedar los realistas rendidos de su carnicería en la "Puer
ta" ; de ver pasar a cuchillo todas las fuerzas de Valen
cia y la Cabrera ; 3,200 hombres en ambos. ¡ Cuánto de cruel,
de satánico, de protervo se puede idear, lo cuenta Torren
te en su año 14 que termina con la despoblación de Vene
zuela, el triunfo de "Urica" y la toma de Maturín, donde
pereció la nobleza Venezolana.
34 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

ra y cuando se dirigía sobre San Juan de los


Moros se encontró con el ejército enemigo que
le salía al encuentro . El combate se trabó en
el fatal sitio de la Puerta, donde Campo Elías
había sido derrotado ; la batalla fue sangrien
ta y el triunfo de parte de los españoles com
pleto ; pocos de nuestros soldados escaparon ".
Interpuesto el vencedor entre la línea de
operaciones, atacó a Valencia y amenazó a los
sitiadores de Puerto Cabello ; éstos pudieron
escapar viniendo a La Guayra, però los en
cerrados en Valencia, tras una resistencia su
blime como aquellas de Zaragoza o Cartage
na, estrechados en el último recinto y no te
niendo ya recursos para resistir, aceptaron
la capitulación que Boves les ofrendó. Para
seguridad mayor, creyendo que el español res
petase su religión y su juramento, pidieron
a Boves que entrase en la población, y ante el
Santísimo descubierto en la Iglesia jurase
cumplir las estipulaciones de la capitulación.
La tercera noche de su entrada a Valencia dio
Boves un baile al que convidó a todos los prin
cipales de la ciudad, que eran los rendidos,
con sus familias, y a las doce de la noche los
hizo tomar a todos presos y en las afueras de
la ciudad ofreció a sus soldados la fiesta de
lancear a los patriotas ! ...... Concluído este
atentado, el más horroroso que puede imagi
narse, después de sembrar el llanto y la de
solación en las familias que vieron arrastrar
por las calles los cadáveres semi- desnudos
de los seres más queridos, marchó sobre Ca
racas con 6,000 hombres".

La obra de Bolívar, sus tantísimos triun


fos, sus trofeos de gloria, los heroismos de
San Mateo y Valencia, las cien batallas gana
das, los ríos de sangre y montones de cadáve
res, la libertad y la República, la justicia por
la santidad de su causa, todo, todo, en un solo
golpe, en una sola hora infortunada, caía, se
desplomaba. Ni el genio, ni el heroismo eran
capaces de salvar el desastre : el pueblo, y más
los llaneros, no comprendían aún lo que sig
nificaba patria, y en cambio sentían por sus
ALFREDO GUINASSI MORÁN 35

músculos brutales los lúbricos placeres mez- .


clados en orgías de sangre que Boves y otros
les brindaban .
La horda vandálica amenazaba Caracas.
¿Cómo salvar a la amada tierra, cuna del in
telectualismo y de la libertad ? ¿ quiénes po
drían tomar por ella las armas cuando sus hi
jos a montones habían muerto ya ? ¡ Comprén
dase esta honda desolación y las emociones
de cada alma, más intensas y dolorosas que
las de la muerte !
Los contrastes sufridos, la desesperación
que causa a un pueblo ver perderse tantos sa
crificios, tenía agobiado al de Caracas . Los des
contentos y aspirantes principiaron a criti
car al Libertador y hasta le culparon de cuan
tas desgracias sufrían ; “él solo es responsa
ble, decían, pues no quiere oir al pueblo , al
fin más ven cuatro ojos que dos". ¡ En los lú
gubres momentos, los que temblaban, que eran
los críticos, olvidaron los triunfos pasados,
los titánicos esfuerzos y sacrificios del ejér
cito por él manejado ! ....
"El Libertador reunió a los hombres más
notables de Caracas ; se instalaron en Cabildo
abierto, y ante el pueblo y padres de fami
lia, Bolívar con un discurso verdaderamen
te patriótico depositó la autoridad en sus ma
nos ; ofreciendo servir con la mejor buena
fe y con idéntica constancia bajo las órdenes
del que tuviesen a bien elegir para mandar en
su reemplazo".
"Yo, testigo de esta escena calamitosa,
arrimado a una columna del convento de San
Francisco y apoyado en mis muletas, niño aún,
casi si no podía formarme juicio de lo que
era "el pueblo soberano deliberando". "Mil
candidatos se presentaron pretendiendo el
mando supremo ; los parientes y amigos del
Gral. Ribas hacían presente su fortuna en
los campos de batalla, pero la masa del pue
blo lo rechazaba ; tres días llevábamos de es
tas reuniones populares sin que nadie se en
tendiera y al último ya no había quien discu
rriese con lógica, ni quien mandase, ni tam
poco quienes obedeciesen. La capital de mi
patria era juguete de los partidos, la intriga
y la cábala habían tomado el lugar del pa
triotismo ; el populacho quería ya saqueo di
36 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

ciendo que todos los blancos eran godos, pe


ro el Libertador los contuvo haciendo fusilar
a dos que comenzaron esta "patriótica" ocu
pación. Hecho este ejemplar castigo se pre
sentó Bolivar a la Asamblea y le dio cuenta
de la pena que había impuesto a los crimina
les ; le hizo presente que él no era el Jefe
de la Nación , pero que, como un general , es
taba en el deber de no permitir el desorden,
lo que le atrajo multitud de aplausos. Las
deliberaciones y muchos despropósitos popu
lares seguían, y si el orden no se alteraba en
Caracas era debido a los dos mil soldados que
le quedaban al Libertador, que obedecíamos
y no deliberábamos , que éramos soldados y
no tribunos".
"Cansado el pueblo sensato y más aún
los partidos de vejarse mutuamente en sus
candidatos y sus propósitos, por un movimien
to general aclamaron nuevamente para Je
fe Supremo de Venezuela al Libertador, en
comendándole que salvara la patria, pero
ya no era tiempo . Boves marchaba sobre Ca
racas con un ejército vencedor y sembrando
por todas partes la desolación y la muerte.
Seis mil hombres amenazaban Caracas cuan
do allí no habían más que dos y en mucha
parte restos de los derrotados y convalecien
tes salidos del hospital, se resolvió , pues, aban
donar la Capital ; se mandó sacar la plata la
brada de las iglesias y se envió al puerto de
La Guayra para embarcarla en nuestra es
cuadrilla, compuesta de seis buques menores,
entre bergantines y goletas".
"El 5 de Agosto de 1814 se dejaron ver las
primeras avanzadas de Boves a cuatro leguas
de Caracas, y el 6 abandonamos aquella ciu
dad, casi al año en que habíamos entrado re
cibiendo las bendiciones de la mayoría. Vein
te mil habitantes de ambos sexos y de todas
edades seguían nuestros pasos ; casi toda esta
emigración iba a pie y como el camino de
las montañas de Capaya hacia Barcelona es
lo más fragoso que se puede imaginar, cons
ternaba ver a señoras delicadas que no ha
bían conocido la adversidad y que habían vi
vido en la abundancia y los goces, marchar
con el lodo a las rodillas, sacando fuerzas de
flaqueza, para salvar su honor y su vida ame
ALFREDO GUINASSI MORÁN 37

nazadas por la horda de facinerosos que acau


dillaba Boves . Nuestras tropas les proporcio
naban para aliviarlos cuanto estaba en nues
tras manos, pero no era posible hacerlo con
todos en una emigración tan numerosa y mu
chos perecieron de hambre y de cansancio ,
ahogados en los ríos o devorados por las fie
ras que abundan en aquellos bosques" .
"La caballería de Boves nos persiguió
los primeros días de nuestra retirada, y cuan
ta persona encontraban era lanceada : era el
exterminio de todos los americanos lo que
querían los españoles . Yo he debido ser una
de las víctimas, pues salí a pie y con mis mu
letas arrastrándome a duras penas y adelan
lando muy poco , pero el Libertador que con
su escolta se retiró el último de la capital, al
pasar delante de mi se detuvo y mandó des
montar a un soldado que lo pusieron en un
cuerpo de infantería entregándome el caba
llo . Este hecho quedó eternamente grabado
en mi corazón, y yo mismo me lleno de orgu
llo al recordar que en todo el curso de mi
carrera acompañé al Libertador con lealtad,
estuve con él en sus más grandes peligros, y
le seré constante, mientras viva , haciendo res
petar su memoria”.
Entre los diversos episodios que revelan
la generosidad y grandeza de alma de Boli
var, y que, antes de ahora, la tradición y la
historia han puesto en evidencia y esculpido
en el recuerdo , quizás ninguno más elevado
y más excelente que el arriba descrito . Her
moso cuadro que debería grabarse en bronce :
el Libertador abandonando Caracas, ya ame
nazado por las fuerzas de Boves, y detenién
dose en medio del peligro, sereno y bondado
so, para salvar a un muchacho , soldado de
sus gloriosos propósitos, que, herido, apenas
marchaba.
Este Bolivar a quien la envidia y el par
tidarismo han pretendido menguar llamando
le cruel, egoista, ambicioso y hasta cobarde,
se muestra en esta escena altísimo , destacán
dose puro, altruista, noble, sobre la miseria
humana. Nada más que por publicar este he
cho, encuentro justificada mi obra y premia
do mi trabajo .
"Superando todas las dificultades de una
38 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

larga y penosa marcha llegamos a Barcelona .


El aumento , al duplo, de la población , con
la llegada de los emigrados, trajo la escaces
de víveres y fue necesario que las autorida
des tomasen medidas para proveer esta fal
ta, pues en la plaza y demás puntos públicos
donde vendían los artículos de primera nece
sidad se los disputaban por la fuerza , resultan
do hasta algunos muertos . Llegaron a tal es
tado las cosas que los pueblos de Oriente
odiaban a todos los de Occidente, lo que no
dejó de perjudicar bastante a la causa ge
neral republicana”.
"El Libertador con el Gral. Mariño, a quien
obedecian aquellas provincias, tomaron me
didas muy activas para formar un nuevo ejér
cito . En la villa de Aragua se puso el cuar
tel general y allí se mandaban todos los re
cursos de hombres, armas y caballos. Todo
se organizaba bajo el mando del Gral. Ber
múdez ; allí fui destinado de Subteniente al
Batallón Girardot, y fue en Aragua donde
conoci al que había de ser mi mejor amigo,
al Gral. Sucre, que llegó de Mayor del bata
llón Cazadores de Cumaná. Compuesto todo
mi batallón de indios de las misiones, los lla
mábamos los "guayquerices" ; día y noche tra
bajábamos para disciplinar nuestros soldados,
y cuando teníamos apenas tres mil quinien
tos hombres, se aproximó el enemigo con un
ejército de seis mil, el que dando la vuelta
por los llanos, para no exponerse y sufrir por
el mal camino que hicimos nosotros en nues
tra retirada , se demoró mayor tiempo .
Mandó Boves a la cabeza de él a su segun
do Morales, oriundo de las islas canarias, que
era aún más malo que Boves, pero tenido por
sus mismos soldados como cobarde".
"Con las primeras noticias que tuvo el
Gral. Bermúdez de la venida del ejército ene
migo lo avisó al Libertador y al Gral . Mariño .
El Libertador que estaba en Barcelona es
tuvo en el cuartel general muy pronto , pero
el Gral. Mariño se quedó en Čumaná . A los
tres días de haber llegado el Libertador el
enemigo se puso a la vista. Las opiniones so
bre el modo como debíamos recibirlo esta
ban divididas. La situación de la villa de Ara
gua nos proporcionaba escoger el campo que
ALFREDO GUINASSI MORÁN 39

más nos conviniese para el combate pues el


enemigo que nos buscaba lo aceptaría en cual
quier parte. El pueblo está rodeado de bos
ques en todas direcciones y a poca distancia
de él hay llanuras descampadas cubiertas de
pasto donde no se encuentra un solo árbol .
Temeroso el Libertador de la caballería ene
miga que en tantos encuentros había comba- .
tido con decisión, resolvió esperarla dentro
de la población poniendo en cada bocacalle
una pieza de batalla. El día del combate, a las
cinco de la mañana, rompieron el fuego los
enemigos sobre nuestras avanzadas que vinie
ron en retirada ; a las nueve el combate era
general, por todos lados disputábamos las ca
lles pulgada tras pulgada, perdiendo y retor
nando a nuestros puestos, de modo que a las
dos de la tarde las cargas de infantería y ca
ballería se daban sobre montones de cadáve
res ; nuestra caballería, de la que desconfiá
bamos, hacía prodigios de valor sembrando
el terror por dondequiera que cargase y mu
cho más si estaba a su cabeza el "Tigre en
caramado", jefe de caballería de un valor ex
traordinario . A las tres de la tarde teníamos
sobre las calles ochocientos muertos y en la
Iglesia como mil heridos ; el enemigo estaba
bastante destrozado pero su mayor número
le permitía reforzar sus ataques , que cada
vez eran más esforzados y numerosos. El Li
bertador tomó una columna de cuatrocientos
infantes y 100 caballos y diciendo que iba a
efectuar un movimiento nos dejó empeñados
en la pelea. A las cuatro de la tarde murió
"Tigre encaramado ", el desaliento entró en to
das partes y los enemigos penetraron en nues
tro último baluarte, en la plaza . El Gral. Ber
múdez que permaneció hasta el último mo
mento tomó la calle de salida a la cabeza de
la caballería que nos quedaba , arrojamos un
escuadrón con banderas negras y cala
veras que nos cerraba la retirada y salimos
a la llanura tomando el camino de Urica por
Areo a Maturin . Los enemigos nos persiguie
ron un poco de tiempo pero luego se regresa
ron".

"En los varios encuentros que tuvo mi


cuerpo, recibí una herida leve en el costado
izquierdo, fui a curarme, me contuvieron la
40 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

primera sangre y volví al lado de mis solda


dos que ya habían perdido a sus jefes, co
mo a muchos de los oficiales , muertos o he
ridos. Pocos momentos después mataron al
ayudante mayor de mi cuerpo y yo tomé su
caballo que era magnífico ; al concluír la jor
nada ya mi cuerpo no existía y yo me incor
poré à la caballería ; a estos acontecimientos
debo mi salvación y que pudiese salir acom
pañando al Gral . Bermúdez . Mi herida se hizo
grave por la inflamación, se me hinchó el
brazo izquierdo , pues a pesar de los dolores,
tenía que manejarlo para defenderme en la
retirada".
La defensa de Aragua fue uno de
los hechos más sangrientos de aquella
guerra espantosa ; fue una pelea horri
ble, salvaje . Cuerpos enteros perecieron ;
se puede decir que toda la infante
ría murió. Aquel batallón de jóvenes distin
guidos de Caracas que mandaba Pedro Sálias
desapareció, desde su jefe, integro . El tigre
encaramado era el bravo llanero Čarvajal . Allí
se esforzaban por descollar todos los restos
de los ejércitos de Venezuela, los de oriente
y occidente, los que mandaban Mariño y Bo
lívar, los restos de las pasadas hazañas , los
hombres acostumbrados a desafiar la muerte
se empeñaron ahí, en el postrer rincón libre
de su patria, con el afán de la última esperan
za . Allí estaban los hombres de más valor,
los jefes afamados, Ribas, Bermúdez, Cede
ño, etc. Allí murió la República por segunda
vez a manos de los terribles Boves y Morales,
o mejor, de los mismos inconscientes venezo
lanos .
Morales se apoderó de Aragua. Los niños,
las mujeres y los ancianos refugiados en el
templo, los heridos patriotas , todos fueron
asesinados dentro de la iglesia convertida en
lago de sangre . Tres mil quinientos patriotas
perecieron, dicen los historiadores. ¡ Ah ! ¡ Glo
ria al Rey de España !
"Las tropas que el Libertador había sa
cado fueron de los soldados de occidente y
marchó por el camino de Barcelona a Cumaná.
Yo estaba entre hombres extraños, que eran
para mí los soldados de oriente ; fui con aque
Ila tropa hasta el pueblo de Areo, donde se
ALFREDO GUINASSI MORÁN 41

divide el camino de San Félix por Cumana


coa para Cumaná . Después de haber marcha
do algunas cuadras por el camino de Matu
rín, no se por qué impulso me resolví a irme
a Cumaná, y así lo hice atravesando una ca
rrera de pueblos que hay en el tránsito, hasta
el cerro del Imposible cerca ya de Cumaná ,
donde comencé a encontrar la emigración de
aquella ciudad para Maturín . Pregunté si ha
bían buques en el puerto y me dijeron que
sí, pero no admitían a nadie a bordo ; seguí
mi viaje y llegué a aquella población que es
taba en la mayor consternación por el aban
dono en que quedaban y por la aproximación
de los enemigos. Fui en busca del Corl . D'El
huyar, a quien no veía desde que nos separa
mos de Barcelona, el que dejándome en su
casa fue y me trajo una orden para que fue
se admitido a bordo de la goleta de guerra Cu
lebra".

"Las pocas tropas que el Gral. Mariño


había reunido y las que se iban incorporan
do de los derrotados de Aragua se las entrega
ron al Gral. Ribas, quien se marchó por tie
rra a Cariaco . El Libertador se embarcó con
el Gral. Mariño en el bergantin “Arrogante ".
Pidió trajesen a bordo de aquel buque toda
la plata labrada que se había embarcado en
la Guayra, de las iglesias de Caracas, para
mandar con esta plata a las Antillas en busca
de armamento y demás elementos de guerra.
El jefe de la escuadrilla, que era un aventu
rero Bianchi, mandó diez cajones diciendo
que era la mitad y que la otra parte queda
ba para pagar a su tripulación a la que se
le debía mucho más, que le quedaba una cus
todia de gran valor y que si quería el Liber
tador fuese a bordo o comisionase persona
de su confianza para que tasada la prenda se
viese quien debía quedar con ella. El Liberta
dor no podía castigar a este malvado, porque
los oficiales y tripulación de los mejores bu
ques eran extranjeros o de las Antillas y es
claro que la escuadrilla estaba a su disposi
ción ; por fin el pérfido Bianchi concluyó por
tomar cinco de los buques, que debían ser
los mejores, y se marchó a Norte América
donde los vendió, dándonos una buena lec
ción para que meditásemos en que manos
42 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

poníamos nuestras fuerzas y nuestra suerte ”.


"De Cumaná pasamos a la isla de Mar
garita, donde los emigrados del continente ha
bian levantado una gritería en unión de los
isleños contra el Libertador v el Gral. Mari
ño ; llegamos al puerto de Pampatá donde
estaba de gobernador el Corl. Piar, quien tan
inclinado era a las acciones infames. Lue
go que dio fondo el bergantin "Arrogante ",
que tenía la insignia del Libertador, mandó
hacerle fuego, por la fortaleza de aquel puer
to. El Capitán del buque, Esteves, hijo de la
Guayra, picó el cable y se dio a la vela ponién
dose fuera del tiro de cañón de la plaza, pero
con la muerte de dos o tres marineros . El co
mandante de la goleta “Culebra❞ alzó anclas y
siguió el movimiento del bergantín , como asi
mismo los otros dos buques que tomaron dis
tintas direcciones" .

"Por este acontecimiento de Pampatá se


guimos al pueblo de Carúpano y desembar
camos en el puerto . El Libertador hizo lla
mar al Gral . Ribas ; éste vino de Cariaco y tra
jo en su compañía un escuadrón de carabine
ros con el cual, llegando la noche, puso
preso al Libertador, al Gral. Mariño y a cuan
tos se le vinieron a la mano . Yo escapé de la
pesquisa que se estaba haciendo y me fui a
bordo del "Arrogante " a informar lo que
acontecía . El comandante Esteves desconoció
la autoridad del Gral . Ribas y le reprobó el
atentado que cometía, negándose a entregar la
plata y demás valores que habían a bordo,
hasta que el Libertador no lo mandase y se
pusiesen en libertad a todos los jefes y oficia
les para regresar a sus buques o quedarse en
tierra. Todo se arregló al fin, el Libertador
manifestó al Gral. Ribas que él no le servi
ría de sombra ni de obstáculo en Venezuela,
que se marchaba para Nueva Granada ; el
Gral. Mariño dijo lo mismo, con lo que Ribas
quedó conforme. Después reunieron a todos
los jefes y oficiales que estábamos con el
Libertador para que manifestásemos cuál era
nuestra resolución, si irnos con el Gral. Bo
lívar o quedarnos con Ribas ; de cincuenta
que éramos treinta optaron por quedarse y
veinte, entre ellos yo , seguimos al Libertador.
Se le entregó entonces al Gral. Ribas los seis
ALFREDO GUINASSI MORÁN 43

cajones de plata labrada y nos embarcamos


con destino a Cartagena, sin más equipajes
que lo que teníamos puesto y para todo ran
cho el que podía proporcionarnos quinientos
pesos que mandó invertir el Libertador y que
era cuanto él poseía".

"A los dos días de la salida de Carúpano


y frente a Curazao nos tomó un furioso tempo
ral que nos separó de la goleta "Culebra" y a
los seis días, cuando calmó el tiempo, nos
hallábamos sobre las costas de Maracaibo .
Obscuro aún, en el primer día de bonanza,
después de una pequeña ventolina, queda
mos en calma y se avistó una vela ; nos íba
mos lentamente acercando y unos la tenían
por navío, otros por fragata y el que menos
por corbeta. Cuando amaneció nos hallamos
con que era una goleta mercante española .
Le pedimos su bandera poniendo nosotros la
inglesa y ella contestó con la española, des
pues le tiramos un cañonazo, izando nuestra
bandera venezolana, la golèta se echó a huir
armando remos para ayudarse. Mandamos
dos botes que la abordaron, quedando presa
nuestra . El dueño era un catalán que traía
de Jamaica cincuenta mil pesos ; lo trasborda
mos con su tripulación al buque de guerra
y con un oficial y marineros nuestros tripu
lamos la presa. Como nuestra miseria era tan
ta cada uno de nosotros se creía un poten
tado con la parte que le tocaría . Navegamos
tres días, siguiendo nuestras aguas la presa ;
al cuarto vino sobre nosotros una vela, y aun
que variábamos de rumbo siempre nos seguía,
suponíamos que fuese un buque enemigo,
una fragata que tomaba vela para alcanzar
nos . Nosotros hicimos lo mismo y muy pronto
conocimos que andábamos más que la fragata
pero la presa cada vez se atrasaba y se alejaba
de nosotros . El empeño con el que nos perse
guía la fragata no nos dejaba duda de que
era un buque español, y así como abandona
mos nuestra presa la fragata viró sobre ella
y el oficial que la mandaba se dirigió sobre la
costa, pues ya estábamos inmediatos a Car
tagena, y la baró. Los ingleses echaron sus
lanchas, la sacaron y dos o tres días después
de nuestra llegada entraron también a Car
tagena, seguidos de nuestra presa y aunque
44 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

se la reclamamos contestaron que les pertene


cía por abandonada ".

“La llegada a Cartagena la vimos nosotros


como el punto de salvación después de tan
tos trabajos y mucho más lo creíamos cuando
al pasar por los castillos de Bocachica nos hi
cieron un saludo. Seguimos al puerto y ya las
cosas se presentaron de otro modo . El capi
tán del puerto vino a hacer la visita y dijo que
no desembarcase nadie hasta la orden del
Gobernador ; como desde las ocho de la ma
ñana, en que fondeamos, hasta las dos de la
tarde no vino tal orden , comenzamos a desem
barcar, y al pasar por cerca de los pontones
de prisioneros españoles que habían allí nos
burlaban. Sin embargo en tierra no faltaron
algunos patriotas que nos demostraron defe
rente afecto e hicieron que se nos destinase
una casa y comida por algún tiempo , mien
tras que pudiésemos tomar un partido . El go
bernador Castillo era el único que no tomaba
parte en nuestras desgracias, extendiendo su
resentimiento con el Libertador, por un dis
gusto que tuvo con él cuando marcharon de la
Nueva Granada para Venezuela, y le separó
del ejército en la Grita . Este hombre no nos
proporcionó el más pequeño auxilio , desen
tendiéndose de que una sola era nuestra cau
sa, unos los principios y unos los intereses ;
sus resentimientos bajos y rastreros hacían
desaparecer a su vista lo grandioso de la obra.
Un hombre que poseía tan miserables senti
mientos no merece que se le llame rival del
Libertador".

Volvamos la vista al escenario venezola


no para conocer los postreros esfuerzos de
los jefes independientes y asistir a las últimas
convulsiones del gran cadáver republicano.
por sepultarse juntamente con sus defenso
res .
El mariscal José Félix Ribas, el antiguo
e ilustre campeón que tan afortunado fue
en sus brillantes acciones, con el intrépido
Piar y otros, cometieron el reprochable aten
tado que conocemos contra Bolívar y Mari
ALFREDO GUINASSI MORÁN 45

ño, y quedaron con el mando de los restos


de los ejércitos de oriente y occidente pero en
la más difícil situación ; era remoto o impo
sib'e su triunfo , y sólo la sugestión de sus al
mas de fuego pudo haberlos lanzado a la in
disciplina contra sus jefes para hacerse cargo
de tamaños peligros.
Vimos también a Cumaná abandonada
de sus moradores ; a Mariño en Güiría con
centrando sus fuerzas, y a Piar viniendo de
Margarita con 200 hombres de refuerzo . Ber
múdez estaba , también, en pie con los restos
de aquel horrible día de Aragua ; ( 1 ) y por fin
Urdaneta, en el otro extremo, tratando de
salvar su gente en dirección a Nueva Grana
da, donde él creía que había de aparecer
Bolivar nuevamente .

Boves abrió la campaña contra los úl


timos republicanos . Sabiendo que Piar estaba
en Cumaná con sólo 700 hombres, emprendió
sobre ellos ; la pelea tuvo lugar en el “ Sába
na del Salado" donde Piar fue derrotado per
diendo casi todos sus soldados cuyos restos
se salvaron dirigiéndose a Maturín en lanchas
por el río. Marchando Boves sobre Urica , pa
ra reunirse con su segundo Morales, se en
contró en la fragrosa montaña de Magueyes
con Bermúdez, que al mando de más de mil
hombres había tomado posiciones estratégi
cas, pero el número superó a todos los obstá
culos y Boves obtuvo una nueva victoria. El
5 de Diciembre del fatídico año 14, Boves y
Morales se preparaban para medirse con aquel
afortunado mariscal Ribas que tenía el cuer
po más poderoso de ejército de esas partidas ,
que si se hubiesen reunido quizás si eran su
ficientes para detener a Boves y con él al parti
do realista, pero la indisciplina y la desunión
emanando de la primera falta perpetrada con
tra el Libertador y el Gral. Mariño, producia
sus efectos perniciosos y había de tener eco
y retoños fatales muchos años más tarde. La
batalla de "Urica" fue reñida, peleada con
aquel coraje que hemos visto en las acciones
de esta guerra sin cuartel y ganada a pesar de
la muerte del famoso Boyes, sin duda un

(1) No es fábula ni exageración : en Aragua murieron 800


estudiantes ; quedaron un mil y tantos heridos que hizo de
gollar Morales y otros tantos cadáveres de sólo patriotas en
46 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

valiente guerrero que supo imponerse a los


llaneros y arrastrarlos a pelear en contra de
sus propias conveniencias , hambrientos tal
vez de las orgías y los botines que les regala
ban a costa de los pueblos venezolanos . Bo
ves cayó en el campo de " Urica" atravesado
por una lanza delante de la línea enemiga.
Morales se hizo cargo de las fuerzas rematan
do el triunfo . Pocos días después se dirigió
contra Maturin donde se habían fortificado
los independientes con fuertes y cañones , en
lugar casi inexpugnable, pero todo fue en
vano ; ahí los realistas triunfaron también ;
era el último refugio, la última ciudad no
ocupada por los godos y el último resto de los
gloriosos ejércitos . Aquella emigración que
vimos salir de Caracas con el Libertador,
todos aquellos que huían del enemigo, que
sin otro escondite se acorralaron en Maturin
rogando al Dios de los ejércitos por el triunfo
de sus paladines, todos murieron bajo los
sables del ejército de Morales .
Veamos, para concluir, como traza To
rrente, 66fámulo español, aquel cuadro de Ma
turín : Penetra el Gral. Morales por el
frente del pueblo ; sus enfurecidos soldados
desoyen la voz de sus jefes y se ceban en la
sangre de los sitiados. Todo sucumbe al hie
rro y al fuego ; todas las familias principales
de Čaracas refugiadas en este sitio perecen
las calles ; se degollaron mujeres y niños dentro de los
templos y el caballo de Morales se atolló en sangre humana.
¡ Imaginese cualquiera, qué excesos, qué bestialidades, qué
escenas lúgubres y espeluznantes no se cometerían juntamente
a semejantes matanzas por esos hombres-fieras y sin en
trañas ! La historia que es el espíritu de la justicia y la que
desentierra del pasado los gérmenes del progreso, siempre
mezclados con despojos humanos, qué juicio más terrible
de reprobación y de oprobio no debe lanzar contra este par
tido de la opresión y el obscurantismo, que atropelló todas
las leyes humanas y hasta los sentimientos propios de los
animales, no digo de los hombres. Ah ! El hombre es más
cruel, egoista y despiadado en ciertas épocas históricas
que las fieras indomables del Africa !
Torrente dice que murieron 3,700 insurgentes, y que
quedaron 730 heridos, quizas, con los asesinados después
de la batalla, contando inocentes y desvalidos, se llegue
a la alta cifra que nos pone el cronista godo. "
De Boves dice O'Leary : "Venezuela envuelta en la
sangrienta mortaja legada por él, y llorando la triste suer
te de sus hijos, cuyo heróico pero estéril valor la fortuna
no quiso premiar, fue el sudario de sus crímenes. Sus innu
merables víctimas están ya olvidadas ; borrada está la sangre
que corrió a torrentes en las calles de Valencia y Cumaná,
y apenas se recuerdan las hazañas"" de los libertadores de Co
lombia y el Perú ...
ALFREDO GUINASSI MORÁN 47

con sus esclavos ; nadie sale con vida de tan


mortífera batalla ; las armas, municiones ,
equipajes, despojos y cuanto poseían los úl
timos sostenedores de la revolución, todo ca
yó en poder del vencedor, así como treinta y
seis quintales de alhajas de plata y oro que
fueron devueltas ( ?) por los realistas a las
iglesias de donde habían sido extraídas. Es
te fue el último golpe de importancia dado
a la rebelión de Venezuela, la que entonces
quedó sin más apoyo que el de unas miserables
partidas errantes que a principios del año
siguiente sucumbieron a su fatal destino ".
El general Ribas escapó de Maturin pro
videncialmente con dos oficiales y se refugió
en los montes de Tamanaco, pero su negro
esclavo lo delató ; los españoles lo befaron
y escarnecieron cruelmente : su cabeza fue lle
vada en una pica a Caracas y colocada en
el camino de la Guayra, con el gorro frigio
que usaba aquel gallardo soldado , el Ney
republicano.

Hemos dejado a unos pocos emigrados


venezolanos en Nueva Granada.
Esta capitanía fue más feliz en el
desarrollo de su revolución, comenzada por
Junta de Gobierno . Supieron sus habi
tantes en su solo motin sin sangre y
sin extorsiones realizar su intento ; el ca
rácter popular se manifestó más pacífi
co que en Venezuela y las opiniones me
nos opuestas y apasionadas ; casi todo el te
rritorio abrazó el movimiento revoluciona
rio a excepción de Pasto que se mantuvo
por el Rey, y que tanta sangre y esfuerzos
costó dominarlo, y Santa Marta, con otras
provincias, donde la opinión dividida hacía
fluctuar de un partido a otro la adhesión . La
Junta de Gobierno presidida por el Virrey
no satisfizo a los patriotas que lo prendieron
en 23 de Julio y lo despacharon a España .
Desgraciadamente las rivalidades entre
las provincias, sus divisiones y peleas iban a
ser fatales a la causa de la independencia. Dos
grandes partidos se disputaron la primacia,
los centralistas y los federales, y empeñados
48 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

los hombres y los pueblos en estériles discusio


nes, ahondando cada vez más la discordia,
no se prepararon militarmente . Para mayor
desgracia adoptaron el régimen federal imi
tando a los Estados Unidos del Norte , de mo
do que cada provincia era una pequeña repú
blica independiente que miraba con ojeriza a
sus vecinos ; nada más absurdo e inadecuado
que un gobierno semejante en un pueblo ni
no que necesitaba unión y gran solidaridad
para defenderse . Por todo esto , la república
de Nueva Granada que pudo haber sido el re
fugio , la cuna y el poder defensivo de la li
bertad, por su situación, número de habi
tantes y por la tranquilidad que disfrutó du
rante los primeros años , en los que pudo desa
rrollar sus instituciones , crédito , ejército y
marina, no hizo sino enervar sus fuerzas y de
bilitar su causa con discordias mezquinas y
luchas internas.
Con estos datos volvamos a los emigra
dos venezolanos y veremos la parte que les to
có en los asuntos granadinos, siguiendo el ma
nuscrito de Morán.
"Con los auxilios que le proporcionaron
al Libertador los buenos patriotas, que cono
cían cuanto valía este hombre, nos atendió
a todos para que siguiésemos a Tunja por el
Magdalena. En efecto salimos de Cartagena,
y con sólo salir de sus murallas nos sobró to
do, pues el patriotismo de aquella ciudad
estaba comprimido por la fuerza. Llegamos
a Barranca y de festejo, en festejo , sin embar
go de la pobreza de aquellos pueblos , llegamos
à Mompox ; allí se multiplicaron nuestros re
cursos porque el Sr. Ribons puso a disposición
del Libertador su fortuna ; luego seguimos a
Ocaña, donde permanecimos algún tiempo re
cibiendo una generosa hospitalidad . El capi
tán Bais, edecán del Libertador, marchó a Cú
cuta a tomar noticias de la división del Gral.
Urdaneta, de la cual nada sabíamos desde
que se separó de Valencia después de la bata
lla de Carabobo, y cuyas comunicaciones que
daron cortadas con la pérdida de la batalla
de la "Puerta", que fue el golpe mortal”.
"El Gral. Urdaneta había atravesado el
occidente de Venezuela, dispersando peque
ños grupos que se aumentaban en favor de los
ALFREDO GUINASSI MORAN 49

españoles a medida que nosotros éramos des


graciados ; perseguidos por el Gral . español
Calzada, tuvieron un encuentro en Mucuchio ,
y sin embargo de la desigualdad de fuerzas
no sufrió ninguna pérdida y llegó con todas
sus tropas a Cúcuta. Al pisar el territorio de
la Nueva Granada el Gral. Urdaneta puso a
la disposición de su Gobierno las fuerzas que
llevaba . Se le ordenó que siguiese sus
marchas hasta Tunja, y así lo estaba veri
ficando, cuando llegó la noticia de que el Li
bertador estaba en Ocaña, y que pronto esta
ría reunido a la división. Esta noticia se es
parció en las filas y los soldados rebosaban
de contento".
"Con las primeras cartas que recibió el
Libertador de Páez se puso en marcha para
Pamplona. El Gral. Urdaneta que llevaba
aquel camino para Tunja, dio orden para
que siguiese la división su marcha, pero al
hacerla desfilar, la tropa unánimemente se ne
gó a dar un paso hasta que no llegase el Li
bertador . Sin embargo de esta desobedien
cia tan escandalosa ¿ con quién podía hacerse
respetar el Gral . Urdaneta ? Tuvo que espe
rar la llegada del Libertador y dar cuenta al
Gobierno de este acontecimiento".
"La ciudad de Pamplona está en una
hoyada y por cualquier punto que se descien
da se es visto con mucha anticipación desde
el fondo . El Gral. Urdaneta tenía dada orden
de que tan luego se avistase al Libertador for
masen los cuerpos para hacerle los honores .
A la primera voz que se dio , salieron de los
cuarteles a recibirlo en tropel y sin armas ;
a media cuesta lo sacaron de la mula en
que iba y en hombros lo llevaron hasta la
plaza, disputándose el honor de conducirlo .
Las lágrimas del héroe correspondían a esta
demostración , y si algún día ha derramado
el Libertador lágrimas de verdadero gozo
y enternecimiento fue el día de Pamplona.
"Al siguiente día de nuestra reunión a la
división Urdaneta, mandó el Libertador que
continuase su marcha a cumplir las órdenes
del Gobierno, y nosotros lo verificamos al
tercer día teniendo que alcanzar a los cuer
pos en la villa de Suata, en donde no se can
saron aún los soldados de hacer demostracio
50 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

nes a su General. A los dos o tres días llega


mos a Tunja donde estaba el Congreso Gene
ral de la Nueva Granada".
"El Libertador se presentó ante el Con
greso en audiencia pública, dio cuenta de to
dos los sucesos de la campaña de Venezue
la, así prósperos como adversos , y se puso a
la disposición del Gobierno para lo que tu
viese a bien encomendarle. Al siguiente dia
fue nombrado generalísimo de las fuerzas de
la Unión, y se puso a su disposición cuanto
tenía aquel Gobierno que en suma era muy
poco ; porque, bajo el sistema federal, las pro
vincias obedecian lo que querían y no había
responsabilidad para nada. Circularon las ór
denes y sólo las provincias que no tenían como
contrariarlas las cumplían. La provincia de
Bogotá hacía tiempo que desconocía la au
toridad del Congreso de la Unión y el Liberta
dor fue comisionado con la división Urda
neta y las pocas fuerzas de que disponía el
Gobierno para hacerla entrar en su deber”.
"Fui enviado de parlamentario a Bogo
tá , cerca del Presidente Alvares, a intimar el
reconocimiento del Gobierno Central o no
tificar el comienzo de las hostilidades . Cuan
do entré en la plaza de esta capital hallé reu
nido un pueblo inmenso ; el Presidente me
acogió con suma bondad y me dijo que : "sen
tía ver a los venezolanos empuñando las ar
mas en la guerra civil de la Nueva Granada, y
que la provincia de Bogotá estaba resuelta a
sepultarse en sus escombros antes que obede
cer a un Gobierno como el que estaba en Tun
ja". Los que formaban el partido contra el Go
bierno Central, y muy particularmente los
españoles que atizaban con empeño la guerra
civil, me llenaron de insultos y nos amena
zaban con que nos habían de destruir. Cum
plida mi misión en nombre del Libertador y
notificados de que íbamos a proceder al so
metimiento por la fuerza , me retiré de Bogo
tá, donde estuve ocho horas, pero noté que
había desaparecido el inmenso pueblo que vi
en la plaza. Dando cuenta al Libertador del
resultado de mis gestiones, conté también es
to último y las personas que estaban allí le
informaron que era día de mercado el Vier
nes y que acostumbraban reunirse de todos
ALFREDO GUINASSI MORÁN 51

los pueblos a vender cuanto necesitaban los


habitantes de Bogotá".
"A mi regreso de Bogotá, y a una legua
del primer destacamento que tenían los bogo
tanos, fue donde encontré al Libertador con
el escuadrón Dragones de Venezuela, le in
formé de todo y del destacamento que deja
ba a una legua de allí ; mandó una partida
del escuadrón y a las dos horas estaban todos
prisioneros habiendo sólo escapado el coman
dante que era un Tte. Corl . Barrionuevo".
“Al día siguiente salimos del puente del
Común y nos situamos a media legua del
barrio de San Vitorino . Hicimos un reconoci
miento por la tarde y nos cruzamos algunos
tiros de cañón y algunas granadas ; su ca
ballería, que se formaba de paisanos monta
dos, hizo una salida en número como de cien
hombres y
y con veinte y cinco dragones
fueron acuchillados y les tomaron unos cuan
tos prisioneros, lo que fue suficiente para que
no se presentasen más . El Libertador les hi
zo nueva intimación y ellos contestaron que
nos había de suceder lo mismo que a Baral
ta . Empeñamos a los tres días un ataque ge
neral sobre la ciudad y a las cuatro horas de
combate los teníamos reducidos al círculo de
la plaza ; era tal el terror a nuestros drago
nes que con sólo un escuadrón cubríamos
todo el Norte de Bogotá, inclusive el
barrio de San Vitorino . Por más que habían
entusiasmado a sus soldados haciéndonos apa
recer como herejes enemigos de la religión ,
sin embargo de haber fulminado escomunio
nes, V aun cuando pusieron a sus sol
dados en las gorras y sombreros un pa
pel impreso con letras muy grandes que
decía : "Jesús , María y José" , nada de es
to valió para que al tercer día se rin
diesen y entregaran las armas. Tan luego
que en Tunja tuvieron noticia de que había
mos vencido, el Congreso en masa se puso
en marcha a Bogotá a recibir los honores del
triunfo, se instalaron ahí, y el Libertador só
lo pensó en sacar recursos, para formar un
ejército e ir a hacer la guerra a los españoles
que era lo que nos convenía ” .
"Poco más de un mes fue suficiente para
que tuviésemos cuatro mil hombres , incluso
52 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

en ellos la división venezolana que trajo el


Gral Urdaneta. Se organizó esta fuerza en
cuatro batallones, dos fuertes escuadrones y
una compañía de honor. Mientras se hacían
estos arreglos , en el puerto de Honda se cons
truían balsas y recogían cuantas embarcacio
nes se encontraban, pues teníamos que na
vegar una extensión como de treinta leguas
por el Magdalena, hasta Cartagena."
"El Gral. Castillo , gobernador de Cartage
na, recibió órdenes para que tuviese a disposi
ción del Libertador cuantos elementos para el
ejército hubiesen en aquella plaza, pues tenían
en almacenes como diez mil fusiles . Marcha
mos de Bogotá, depositamos allí las pocas ar
mas que los soldados llevaban, dejando rifles
solamente a los clases ; se vencieron las dificul
tades de la navegación, y en la villa de Mom
póx encontramos al Sr. Marimón que venía a
anunciar al Libertador que el Gral. Castillo
se negaba a dar ningún auxilio y que des
conocía las providencias del Gobierno Ge
neral. Sin embargo seguimos a los puntos de
Barranca y Barranquilla en donde ya tenían
órdenes para hostilizarnos ; pudimos ir to
mando los destacamentos y armando a nues
tros mejores soldados con los rifles que les
quitábamos, pero carecíamos de todo y por
más protestas que el Libertador hacía a Cas
tillo , por más enviados que mandaba cerca de
él para hacerle ver que no deseábamos otra
cosa que tomar Santa Marta y seguir a Ve
nezuela contra los españoles, estos mismos
planes le sublevaban porque sentía sed de ven
ganza, envidia y cuantas pasiones bajas pue
de abrigar un alma vil, que hasta desconoce
el bien y la gloria de la patria".
"Cuando estábamos en los mayores con
flictos llamaron al Libertador secretamente
de la ciudad, invitándole a que se acercara,
pues había un poderoso partido que tramaba
una revolución contra Castillo , para abrir
nos las puertas de la plaza. Confiados en es
to avanzamos de Barranca, nos situamos en
Turbaco y después a la vista de la ciudad en
cerro de la Popa. Nuestros partidarios seguian
trabajando, y cuando estaban para dar el gol
pe fueron descubiertos, puestos presos y en
tre ellos el Corl. D'Elhuyar que fue echado
ALFREDO GUINASSI MORÁN 53

del país para Norte América y se ahogó en la


navegación con sus demás compañeros, sien
do, tal vez, un crimen y no un naufragio . Es
te golpe destruyó todas nuestras esperanzas” .
"Nuestra situación era cada día más ca
lamitosa. Castillo logró levantar en contra
nuestra a todos los pueblos de la provincia ;
las enfermedades atacaron a todos los solda
dos que trajimos del interior, para quienes
el clima de la costa es aún todavía más mor
tífero que para los europeos, y morían a cen
tenares.
"La mayor parte de los jefes que esta
ban en Cartagena, hombres que habían he
cho servicios a la patria, eran los enemigos
más encarnizados del Libertador, y estoy cier
to de que muchos se arrepintieron después,
siendo uno de ellos el Gral. Mariano Monti
lla, entonces coronel, que después fue uno
de los amigos más consecuentes del Liberta
dor ; verdad que no podía esperarse menos
de su talento y de su patriotismo".
"Estábamos en lo más fuerte de nues
tras desavenencias y cavando el abismo en
que tendríamos que sepultarnos, cuando lle
gó una fragata inglesa con la noticia de la
expedición de Morrillo, y que ya estaba so
bre las costas de Venezuela. Entonces el Li
bertador no vio sino la patria, entregó el man
do, se despidió de nosotros y nos dijo : "has
ta se me priva del placer de morir por mi pa
tria al lado de mis compañeros, pero yo soy
el único obstáculo para que hagan este sa
crificio más ", y se embarco para Jamaica".
"Antes de retirarse el Libertador tuvo
una entrevista con el Gral. Castillo ; en ella
convinieron que las tropas que tenía a sus ór
denes el Libertador quedasen bajo las suyas,
pues Bolívar sólo deseaba que se hiciese la
guerra a los españoles. El Gral. Palacios, se
gundo jefe del ejército , debía hacer la entrega.
El Corl. Montilla con un batallón vino como
segundo de Castillo a encargarse de la fuerza .
Formados los cuerpos lo daba a reconocer el
Gral. Palacios, pero todos nos negamos a ad
mitirlo por jefe . Sublevada la tropa tomó pre
so a Montilla, al batallón que trajo y demás
jefes y oficiales, y nos pusimos todos en mar
cha para el interior de la Nueva Granada,
54 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

por las sábanas del Corosal fuimos a Magan


gué buscando modos de seguir nuestra mar
cha, la que ya no podíamos ejecutar porque
los españoles , mientras nosotros nos disputá
bamos en Cartagena, tomaron las fuerzas sú
tiles, el río Magdalena y la villa de Monpóx ,
que fue ocupada por una división al mando
de la Ruz. Estos acontecimientos nos tuvie
ron vagando y cuando Morillo llegó a San
ta Marta fue necesario que nuestras tropas
corriesen a guarecerse en la plaza de Carta
gena y entregarse a ese Castillo causa de tan
tos males".

Es fuerza decir algo de Morillo, y paro


diando a Torrente, que el Soberano español
desde que fue restaurado en el trono de sus
mayores, tendió una mirada cariñosa a sus do
minios de Ultramar, y dedicado con ardien
te solicitud a sanar las llagas de la bárbara
revolución, les envió al Gral. Pablo Morillo al
mando de gloriosas tropas ! ....
La expedición se embarcó en Cádiz, cre
yendo su destino el río de la Plata, pero nó, di
rigían su misión de caridad a Venezuela . Allí
arribaron los setenta buques repletos con más
de diez mil soldados divididos en seis regi
mientos de infantería, dos regimientos de hú
zares y dragones, artillería y zapadores. En
verdad brillantes tropas que salían de aquella
superior escuela de Europa , a raíz de las
guerras de la Revolución, y que se habían me
dido con las legiones del gran Bonaparte ;
diestros y orgullosos soldados que venían,
¡ quien lo creyera !, a ilustrar el triunfo co
lombiano .
Del territorio venezolano no quedaba más
que una isla aun no subyugada por Morales,
era Margarita, en la que el Gral. Bermúdez
y el Corl. Arismendi mandaban 400 hombres.
Los españoles prepararon en contra de aque
lla isla donde, llegado el momento, todos eran
soldados, una expedición de cinco mil realis
tas. En tierra firme apenas si quedaban ham
brientos y en los montes algunos guerrille
ros como Monágas, Rojas y Čedeño .
ALFREDO GUINASSI MORÁN 55

Morillo llegó, pues, a pasear campos arra


sados, ciudades destruídas, trozos de tierra
roja en sangre, pero su corazón de soldado
rudo no se conmovió con el terrible espectá
culo, sino que escribió al Rey que para domi
nar a los insurgentes era necesario extermi
narlos, como se hizo en el tiempo de la con
quista !
Sobre este campo desolado cayó Morillo ;
alojó su tropa en las casas de las ciudades,
violando hogares, en promiscuidad horroro
sa, sin miramiento alguno , y aquellas honra
das familias quedaron reducidas a servir a
la soldadezca y a alimentarla con sus pecu
lios extinguidos. Aquellos campos estériles
debían producir sus frutos y aquellas llanu
ras dar sus ganados porque urgia alimentar
las tropas reales y proveerlas de cuanto ne
cesitasen, pues iban a emprender su misión
de paz a Nueva Granada.
De Puerto Cabello salió Morillo al frente
de ocho mil quinientos hombres y del Santo
Oficio que, en el siglo XIX, debía establecerse
en Cartagena. Por tierra marchaba Morales
al mando de tres mil seiscientos soldados ve
nezolanos, restos de Boves, y entre ambos sub
yugaron y arrasaron, tras el hórrido sitio de
Cartagena, la infeliz colonia.

"Entre los más obstinados enemigos de


Castillo, escribe Morán, puede decirse que ocu
paba el número preferente , sin dejar para
ello de tener causa personal, pues había sufri
do sus desaires a nuestra llegada con el Li
bertador y así fue que no marché a la plaza de
Cartagena y me embarqué para el Cauca con
otros jefes y oficiales que tomaron el mismo
partido . Seguimos el río Zaragoza y pensába
mos atravesar la provincia de Antioquia bus
cando salir a Bogotá. Llegados que fuimos a
la provincia de Antioquia encontramos a aque
llos habitantes deseosos de defenderse ; ha
bían hombres y dinero pero faltos de arma
mento y de oficiales que los condujesen, nos
invitaron a ayudarlos y como esta invitación
estaba con nuestros sentimientos, organizamos
56 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

un batallón y aunque mal armados bajamos


por el río Zaragoza al Cauca, en donde ins
truimos estos soldados al mando del Tte. Corl.
Villapol, hijo del célebre coronel de este ape
llido muerto en San Mateo ".
"Los españoles que habían ocupado toda
la provincia de Cartagena, ayudados por los
habitantes de Santa Marta, vinieron sobre no
sotros con fuerzas muy superiores y sobre todo
con una escuadrilla de fuerzas sútiles y caño
nes de grueso calibre. Nuestra situación era de
lo más antimilitar que podía darse : ocupá
bamos el pueblo de Machi , en forma que nues
tra única retirada teníamos que hacerla atra
vesando el cause del río , donde naturalmente
debían situarse las lanchas cuando atacasen
por tierra. Así sucedió, en efecto , nos atacaron
y arrollaron en muy poco tiempo y cuando
acudimos a salvarnos en nuestras embarcacio
nes, al atravesar el cause nos echaron a pique
y nos tomaron prisioneros en el agua a los
que sabíamos nadar, pues todo el que no supo
se ahogó".

"Cada hora que nos daban de vida los


españoles era un motivo de admiración para
nosotros, pues siendo el tiempo de la guerra
a muerte no teníamos otra cosa que esperar.
El jefe de aquella división era Sánchez Li
ma, hombre bondadoso que nos trató con mu
cha humanidad ; nos remitió en número de
quince oficiales y cien individuos de tropa al
cuartel general de Morillo, nos llevaron a Mon
pox y allí nos entregaron a nueva guarnición
que nos condujo a Cartagena donde estaba
Morillo dispuesto a darnos el trato atroz que
podía esperarse de él . Con los prisioneros que
iban agregando en nuestra marcha llegamos
al cuartel general sesenta jefes y oficiales . A
los tres días de estar ahí, comenzaron un exa
men de todos nosotros en una junta de jefes
presidida por el mismo Morillo ; nos hacían
algunas preguntas, y aun cargos a los que te
nían mayores compromisos con la revolución ;
concluido este interrogatorio, sacaron ocho de
nuestros compañeros y los llevaron donde es
taba la división de Morales y a su presencia
los ejecutaron. Después supimos que los ha
bían degradado a todos y que fueron fusila
dos por la espalda, como traidores por haber
ALFREDO GUINASSI MORÁN 57

sido oficiales en las tropas españolas y habér


seles tomado con las armas en la mano entre
los insurgentes ; uno de los que se hallaba en
este caso fue mi comandante Villapol. La eje
cución se hizo donde estaba Morales , porque
siendo americanos todos los que la componían
querían aterrorizarlos y afirmarlos más aún
en la causa de la metrópoli . Los demás queda
mos en el cuartel general para ser tratados del
modo más despreciable y bárbaro ; destinados
a los oficios más bajos y a disposición de los
criados de Morillo , Montalvo y otros jefes
que nos dedicaban a horrorosas ocupaciones .
Muchas veces empuñé la escoba para barrer
la casa de Morillo ; en mi destino humilde y
por mis pocos años era mi apodo “insurgenti
llo" ; yo sufría mis humillaciones con la espe
ranza de vengarme y con todo mi corazón de
seaba cambiar aquel trofeo por una lanza
más terrible que la de Aquiles, pero la patria
agonizaba en todas partes, las noticias de los
desastres de nuestras tropas llegaban a cada
momento ".

"La plaza de Cartagena se defendía con


heroicidad ; los patriotas que botaban nuestros
compañeros de las fortalezas eran cadáveres,
eran sombras que la Providencia hacía llegar
a los pies de Morillo para que viese sus obras ,
pues fueron pocos los que sobrevivieron des
pués de su llegada al cuartel general . Por una
sorpresa que hicieron los españoles a las fuer
zas sútiles de Cartagena se apoderaron de la
extensión de mar que hay en la entrada de
Bocachica, que estaba sostenida por la guar
nición que había en los castillos, y se interpu
sieron entre estas fortalezas y la plaza. Con
dujeron piezas de grueso calibre para formar
baterías, y entonces nos hicieron marchar a
todos los prisioneros para emplearnos en los
duros y penosos trabajos de hacer las trinche
ras y cerrar completamente el canal para im
pedir la salida de los buques de guerra, sin
embargo de tener al frente de la plaza, más
afuera, una escuadra fuerte al mando de Enri
le. Dichas baterías se hicieron en caño del Oro,
inmediatas al lugar de los lazaretos ".
"Nuestras desgracias se aumentaron
en esta isla desierta ; envidiábamos la
suerte de los encerrados en Cartagena
58 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

que aun cuando estuviesen extenuados por


el hambre, no sufrieron las vejaciones
y malos Iralos que nosotros. Divisába
inos de allí los buques de guerra nues
tros que una tarde desplegaron todas sus ve
las y se vinieron sobre las baterías, rompie
ron estas el fuego y los buques les contesta
ron ; pasaron once buques compuestos de go
letas y bergantines y sólo lograron echar un
palo abajo de una goleta . Nosotros que vimos
pasar y salir ilesos nuestros buques sentíamos
indecible gusto, y tuvimos muy buena opor
tunidad para conocer a nuestros vencedores
que a cada cañonazo que disparaban las na
ves se escondían detrás de las trincheras y ....
los cañones no se cargaban con bala. Los bu
ques salieron aquella noche burlando la escua
dra enemiga, ( 1 ) recogiendo muy pocos hom
bres de los castillos de Bocachica y dejando
a los demás que al otro día se rindieron a dis
creción . Las tropas de Morales fueron a ocu
par las fortalezas y degollaron a cuantos hom
bres, mujeres y aun niños encontraron en los
castillos rendidos ; supimos que el general Mo
rillo lo tuvo a mal, pero se consideró aquello
como una prueba de fidelidad al Rey que da
ban los infames americanos que seguían los
estandartes de sus opresores" .
"Por las noticias que tuvimos después, su
pimos mejor los acontecimientos de la plaza
de Cartagena hasta su abandono . Desde la
aproximación de los españoles, Castillo se pro
puso una traición ; sabia la marcha de éstos
sobre Cartagena día por día, y siendo aquel un
país tan abundante no tomó la más peque
ña medida para proveerse de víveres, de mo
do que cuando los españoles pusieron el sitio
no habían otros que los puramente de consu
mo ordinario . Todos sus planes eran para en
tregar la plaza, pero como habían tantos jefes
comprometidos era muy difícil ejecutarlo ; lo
gró tener algunos prosélitos , pero sus manio
bras no pudieron ser tan ocultas que no lle
gasen a noticia de los buenos patriotas, y así
fue que el general Bermúdez lo depuso del

( 1) Los dos mil fugitivos de Cartagena, entre ellos se


ñoras y niños, perecieron casi todos, ya náufragos, ya en
las costas inhospitalarias de Darien, ya prisioneros de es
pañoles en otras colonias
ALFREDO GUINASSI MORÁN 59

mando y lo arrestó en su casa, tomando a su


cargo la defensa de la plaza. La sostuvo hasta
el último trance, hasta alimentarse con las
cosas más viles que sólo sirven para inmun
dos animales, pero los españoles se destruían
por las enfermedades y si Bermúdez hubiese
tenido más viveres Morillo se habría visto
obligado a abandonar el sitio. Cuando ya los
patriotas no tuvieron recurso alguno , ham
brientos , rodeados de enfermos y de cadáve
res, emprendieron aquella brillante salida que
tanto honor hace a la vida militar de Bermú
dez. Castillo solicitó seguirle embarcándose,
pero Bermúdez se lo negó diciéndole que la
traición preparada debía ser castigada por los
españoles a quienes los había querido entre
gar, y así se cumplió. Los españoles ocuparon
la plaza y aunque Castillo se ocultó en un
convento de Monjas, de allí lo sacaron los
españoles a pagar en un patíbulo sus inconse
cuencias y perfidias".

"Nuestra suerte en nada mejoraba sin


embargo de los triunfos de los españoles . Un
año nos tuvieron entre Caño del Oro y las bó
vedas de los castillos de Bocachica ; al año
nos llevaron a la ciudad y nos tuvieron ba
rriendo las calles de Cartagena y recibiendo
el más infame trato de los soldados del "Re
gimiento de León" y de los del " Batallón del
Rey" que estuvieron en aquella guarnición
hasta mediados del año 1818. El público y los
tribunales se ocuparon de nosotros, condolidos
de situación semejante, y revisadas las causas
no encontraron otra acusación que nuestros
servicios a la patria ; con todo, fuimos destina
dos a servir la causa repudiada de la opresión
como soldados del “Batallón del Rey".
"Como este cuerpo se componía de esos
facinerosos que acaudillaron Boves y Rose
te y demás furiosos que desolaban aquellos
países, en cuanto quisieron llamarlos al or
den conocieron los mismos españoles los hom
bres que mandaban : todos inmorales, grose
ros y estúpidos . Los oficiales que los manda
ban, aunque en su mayoría eran de los sar
gentos de los cuerpos expedicionarios, ascen
didos para ponerlos allí, ansiaban deshacerse
de los clases inferiores y reemplazarlos con
nosotros ; así fue que a los cuatro meses ya
60 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

todos éramos cabos o sargentos y estoy cierto


que más de una vez les cobramos las muchas
maldades que nos hicieron en el tiempo de
nuestra prisión . Como estos hombres eran
tan viciosos, continuamente los estaban casti
gando, y nosotros no dejábamos de hacerles
sentir la ingratitud de los españoles para con
sus servidores, así es que en cada castigo te
níamos un prosélito . Puede decirse que a los
ocho meses el batallón no podía llamarse del
Rey".
"Con las atrocidades que habían cometi
do Morillo , Enrile, Sámaco y cuantos jefes
españoles mandaban en el país se irritaban
más y más los ánimos y así era que en todas
partes no se encontraban sino servidores de
los españoles agraviados y patriotas ultraja
dos . Ĉrecían las conspiraciones y por más
castigos que los realistas imponían más cun
día el rencor” .

⭑ *
Volviendo atrás veamos más ampliamente
el vasto escenario .
Bolivar, Mariño y sus amigos están en el
destierro ; murió Ribas, han caído Bermúdez
y Piar y los varios guerrilleros ; hemos visto
hasta los últimos soldados de Villapol disper
sos o prisioneros, y para cerrar esta época de
heroismo a la inespugnable Cartagena rendir
se por hambre después que perdió seis mil
hombres, que vió su recinto regado diariamen
te con trescientos cadáveres que hacía la esca
sez, y por fin a las dos mil personas que fu
garon de la plaza que van en débiles y reple
tos barcos, juguetes de las olas, en busca de la
muerte o a salvarse en playas lejanas, en bra
zos de la miseria.
En Nueva Granada están los vencedores,
borrachos de sangre, buscando con sus crí-
menes la reacción .
Morillo después de los 4 meses de sitio
a Cartagena se movió contra Santa Fe ; el bri
gadier Porras sobre los pueblos de Magdale
na, y su segundo Warleta tomó a Mompóx y
siguió en triunfo hasta Antioquía ; don Sebas
tián de la Calzada que avanzó de Venezuela
por la provincia de Barinas, siguió hasta Ca
sanare dominando los pueblos y batiendo pe
ALFREDO GUINASSI MORÁN 61

queñas partidas, hasta que reunido a las fuer


zas de La Torre, que eran el batallón Victo
ria y Cazadores, el 1°. y 2º. batallón de Numan
cia y ochocientos lanceros, todos estos sol
dados venezolanos, vencieron a los patriotas
mandados por Rovirá, Santander, Ricaurte
y otros, en la reñida acción de Cachiri, asesi
nando en la persecusión a los vencidos .
La Torre que tenía sentimientos humani
tarios concedió indultos a su entrada en San
ta Fe, conducta que fue desaprobada por el
Gral. en Jefe, cayendo los patriotas en el pér
fido lazo de las promesas castellanas . Los más
ilustres granadinos fueron inmolados, hom
bres de ciencia, sabios y filantropos ; Torres,
Caldas, Gutiérrez Pombo, Tórices, Camacho ,
Lozano, etc.
El brigadier La Torre prosiguió por Ca
sanare destruyendo guerrillas ; y, por fin, el
brigadier Sámaco que había salido de Pasto
obtuvo otro triunfo en Tambo.
Todas estas victorias fueron la ruina del
ejército defensor de la libertad pero no la de
cadencia del espíritu público . Entonces, la
que fue reconocida por los españoles como pa
cífica colonia de índole filantrópica vio, con
todo, elevar cadalsos y realizarse crímenes in
quisitoriales ; teñido a rojo el suelo neo - gra
nadino , el calor del sol levantó de la tierra
vahos de sangre que contaminaron a los man
sos de ayer los instintos vengadores y terri
bles. Nueva Granada comprendió que era la
lucha a muerte ; fecundada la libertad con san
gre reviviría poderosa : las víctimas de Carta
gena, Socorro y Popayán, los 600 americanos
muertos, las hecatombes de Santa Fe, he aquí
el germen de la reacción, que no se podría ex
tinguir ya nunca !
En todos aquellos territorios que igual
suerte corrían, que por los mismos ideales lu
chaban, que tenían iguales aspiraciones e idén
ticos odios, hermanados en la desgracia y ya
cubiertos del luto de sus hijos, principiaría
nuevamente la lucha, tremolando un solo es
tandarte, el de Colombia, país que duró lo que
sus glorias y que sucumbió con Bolívar.
En Venezuela, los patriotas comenzaron
de nuevo la lucha, mientras sus enemigos se
detenían en orgías satánicas.
62 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Bolívar, en Jamaica, había hecho esfuer


zos para auxiliar con víveres la plaza fuerte
de Cartagena, pero su verbo ardiente, sus es
critos de apóstol y su actividad se estrellaron
contra la indiferencia o el poder del Gobier
no de aquella isla arrastrada en la liga de la
Santa Alianza contra la democracia. Fue
en Kingston, Jamaica, el 9 de Diciembre,
donde el odio español armó la mano criminal
del esclavo Pío para que asesinase a Bolívar,
y allí donde Amestoy recibió las puñaladas
destinadas al Libertador. Fue también alli
donde Bolívar se unió al generoso Brion que
se dirigía a auxiliar Cartagena, y Bolívar, `en
camino al recinto de sus enemigos Castillo.
Montilla y otros, supo la pérdida de la plaza
y que un convoy al mando de Luis Aury traía
a los Cayos los restos de la derrota : la tierra
libre de Haiti iba a dar hospitalidad a los
errantes patriotas. Bolívar se fue también a
los Cayos y de ahí a Puerto Príncipe, en bus
ca del Presidente Alejandro Petión que tanta
parte había de tener en la nueva expedición
libertadora.
Tres hombres fueron la providencia de
los patriotas : Luis Brion, el rico comercian
te que puso íntegra su fortuna, sus buques
y su vida al servicio de la libertad ; Alejandro
Petion y Roberto Southerland . Y fue Simón
Bolívar quien inspiró en ellos la idea genero
sa y redentora.
Lista la expedición surgió entre sus cori
feos la discordia. Los principales emigrados
eran Mariño, Piar, Bermúdez, Briceño Mén
dez, Montilla, Ibarra, Soublette, Mac- Gregor,
Zea y con ellos estaban Brion, Aury, Ducon
dray- Holstein, Marimón, Duran, etc. Ber
múdez, Montilla, Aury y Ducondray eran más
o menos enemigos de Bolívar, y no le que
rían por Jefe, pero Mariño, Brion , Zea y los
demás le proclamaron .
Estos jefes, como ciento cincuenta oficia
les y menos de cien soldados formaron la co
horte que amenazaba el poder español en
América del Sur ; éstos que impidieron a Mo
rillo seguir la marcha de conquistas que a lo
Tamerlan se había trazado , de Caracas a Bue
nos Aires . Embarcados en los Cayos , llevando
siete mil rifles con sus dotaciones y una im
ALFREDO GUINASSI MORÁN 63

prenta marcharon para Margarita, insurrec


ta desde algunos meses atrás. ¡ Memorable y
prodigiosa empresa en la que doscientos cin
cuenta hombres desafían a veinte mil !
Mientras en los Cayos se preparaba esta
expedición, en la isla de Margarita, Arismendi
daba el grito de insurrección, llamando a. to
dos los patriotas a luchar contra sus opresores .
Cerca de mil hombres y aun algunas mujeres
tomaron las armas ; esta isla fue la Esparta
americana .
Al saber Morillo, al frente de Cartagena ,
que no bien salido de Venezuela la lucha co
menzaba de nuevo a sus espaldas, reviviendo
de sus cenizas , dictó órdenes más duras a Mo
xó, encontrando ambos un digno intérprete en
el brigadier Pardo , quien , sintiéndose impo
tente para dominar a Arismendi, tuvo la cruel
dad de castigar a la esposa, (que fué remitida
a Cadiz) y al hijo de Arismendi que murió en
la prisión ; y pedía autorización para pri
var de la vida a todas las mujeres y niños de
la isla de Margarita que eran patriotas como
sus padres y sus esposos .
En Noviembre de 1815 comenzó Arismen
di la insurrección, el cuatro de Mayo del año
16, Bolivar desembarcó en Juan Griego y el 7
del mismo fue confirmado como Jefe Supremo
de la República .
Ha principiado , pues, la tercera época de
la guerra por la independencia.

A fines de Mayo los expedicionarios re


forzados con algunas tropas de Margarita, em
prendieron sobre Carúpano en la costa de Cu
maná .
Moxó había puesto a precio las cabezas
de los jefes patriotas ; se ofrecían a diez mil
pesos por cada una de las cinco principales.
Bolivar se apoderó de Carúpano y dispu
so así de sus amigos : Mariño fue enviado so
bre la costa de Güiría ; Piar marchó a Matu
rín y él personalmente obraría desde el pun
to de desembarco . El gobernador de Cumaná
se preparaba para rechazar a Bolívar, y logró
sorprender al Tte . Corl . Alcántara, dispersán
64 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

dole todas sus fuerzas, mientras los guerrille


ros Zaraza, Rojas y Monagas eran igualmente
batidos, quedando así sin efecto el plan del
Libertador de reunirse, derrotas que le obli
garon a variar su actitud, para obrar sobre
el occidente, penetrando a los llanos por los
valles de Aragua , centro de mejores elementos
y donde no sería recibido con frialdad tanta.
Se embarcó, pues, con sus ochocientos solda
dos para desembarcar en Burburata .
Mariño y Piar tuvieron mejor éxito en
sus empresas .
De aquel punto , cercano a Puerto Cabello,
destacó el Libertador a Soublette para que se
apoderara del punto estratégico de la Ca
brera.
Morales, que venía desde Nueva Granada,
Real y Quero amenazaron a Soublette que se
retiró apresuradamente y unido al Liberta
dor, que al tener aviso salió a su encuentro ,
presentaron batalla, fortificándose en Agua
cates, la que fue adversa a los patriotas . De
cididamente el lugar era aciago, lo fue para
Miranda y Bolívar. Las pérdidas, relativamen
te, eran considerables : doscientos hombres.
mil fusiles, municiones y pólvora, elementos
que con tantos esfuerzos pudo el Libertador
conseguir de Petion.
Una falsa noticia dada por un edecán al
Libertador le obligó a embarcarse con el res
to de su parque, mientras las tropas enviadas
a Choroni emprendieron el arriesgado plan
de Bolívar de penetrar por Aragua y atrave
sar el país dominado por los enemigos para
llegar a los llanos , donde los guerrilleros au
mentaban sus fuerzas.
Morales se detuvo en Ocumare cuando
debió seguir sobre Choroni, donde al mando
de Mac- Gregor estaban Anzoátequi, Torres
Salón, Briceño , Soublette y otros jefes que va
lían mucho, y que pudieron ponerse a salvo
con los cuadros para formar ocho batallo
nes de infantería y dos de caballería. Hicie
ron la atrevida y peligrosa marcha de ciento
cincuenta leguas, perseguidos por Morales y
asechados por numerosos enemigos, ma
niobra de proficuos resultados que iba a costar
bien caro a los realistas . Muchos fueron los
encuentros que con tropas enemigas sufrió
ALFREDO GUINASSI MORAN 65

este cuerpo en su retirada, y merecen por su


magnitud especial mención los de "Alacran" y
"Quebrada Honda" donde fueron batidos Ló
pez y Quero .
Mac Gregor llegó a unirse con Monagas
y otros guerrilleros, en San Diego , a media
dos de Agosto y juntos derrotaron completa
mente a Morales en el Juncal, perdiendo este
setecientos hombres y cuantas armas y mu
niciones llevaba su división .

Mientras todas estas cosas se sucedian ,


hemos visto al Libertador dejando las
costas de Ocumare. Al día siguiente qui
so volver sobre Choroni , pero los capi
tanes de los buques no le obedecieron . La ca
sualidad le trajo a Brion, a Bonaire, y él los
obligó a regresar ; era ya tarde, Mac- Gregor
se internaba en Venezuela . El Libertador vuel
ve a Bonaire y de alli sale para Güiría a reu
nirse con Mariño , pero éste, aguijoneado por
Bermúdez, que también acababa de llegar, se
subleva y depone al Libertador, y Bermúdez
arranca su sable contra su Jefe ! …… ... Bolívar
dejó la patria porque la ambición nuevamente
se alzaba contra él y se dirigió a Haití, callan
do su infortunio , que no podía ser mayor.
En Haiti, ni desmayó de su intento ni me
nos olvidó a su patria. Se ocupaba como siem
pre en atraer simpatías a su causa, en buscar
soldados y armas, en dar a conocer lo que la
revolución americana queria y cómo se ma
nejaba. Bolívar preparaba una otra expedi
ción ; Brion, el fiel amigo, estaba de su par
te.
En Venezuela, las rivalidades mezquinas
y las disputas por el mando , tenían divididos
a todos los jefes. Cada cual obraba a su ma
nera y de su cuenta ; la guerra, que es el or
den, la unión y la disciplina no podía superar
ningún gran obstáculo . Los independientes ya
con fuerzas para activar sus operaciones no
pasaban de ser dueños de la tierra que pisa
ban. Faltaba la dirección superior, el jefe que
combina y ordena uniformemente los movi
mientos . Esto lo palpaban todos y fue Aris
66 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

mendi, el General de Margarita, quien prime


ro llamó al Libertador, y en seguida lo lla
maron también los jefes del ejército del Cen
tro enviando al intendente Zea a Haití, y Bo
lívar regresa a la patria, desembarca otra vez
en Margarita y de allí se dirige a Barcelona.
Va a comenzar el año 1817, el año que
con razón se llamó de la anarquía.
Al tener Morillo detaltes, se preocupó de
ella y dio órdenes al Gral. La Torre de diri
girse a Venezuela. Cuando esta división entra
ba en los llanos de Apure, de improviso reci
bió el ataque de aquellos llaneros que al man
do de Páez les daban incesantes cargas. Páez
tuvo la idea de prender fuego a los pastos y
si los realistas salieron con vida del incendio
fue porque casualmente descubrieron un pan
tano al que se metieron. Esta acción se llamó
de Mucuritas .
Páez había sido capitán realista y por un
disgusto dejó los estandartes del Rey para
servir a su patria. Páez que se había conquis
tado la admiración de los llaneros fue el su
cesor de Boves . Estos hombres de coraje in
domable, acostumbrados a una vida semi
errante en las amplias llanuras cubiertas de
pasto y de ganados , eran elemento disponible
para la guerra que miraban como un estado
natural. Al lado de la feraz naturaleza, de
los grandes ríos y bosques, el hombre se for
tifica ; siempre a caballo eran a la par exi
mios ginetes y diestros lanceros, la lucha y la
pelea era su costumbre ; necesitaban solamen
te ser subyugados por un hombre que, casi
de ellos, les mostrase arrojo audaz , valor fiero
e indómito y botín. Boves, cruel e insaciable de
crímenes y sangre, pudo reunir una horda de
los peores entre ellos con la que asoló Vene
zuela. El valiente Páez, joven de 28 años, que
se sostuvo en los llanos, tras mil peligros, al
frente de un puñado de hombres, llegó a sujes
tionar con su actividad y su coraje a esos se
res que solamente comprendían la lógica de
la pelea y los burdos placeres .
Mariño se empeñó en la toma de Cumaná ,
lo que dio lugar a la retirada de Piar a Gua
yana. Piar, joven mulato, audaz, activo y va
liente, quizás si en algo superior a Páez, pero
ambicioso y terco, emprendió la más sustan
ALFREDO GUINASSI MORÁN 67

cial y provechosa de las empresas de aquella


época que era destruir el foco de conspira
ción, la madriguera o refugio de los realis
tas en sus desastres : la Guayana española.
Piar y Páez fueron, pues, los mimados de la
fortuna en este tiempo esquivo a los viejos
capitanes, que no por ello dejaron de ser los
primeros elementos de la revolución, como lo
fueron antes.
En Barcelona, donde llegó el Libertador ,
estaba Arismendi con 400 hombres traídos de
Margarita, y unidos allí con los 300 que el
influyente Gral. Freites había podido reunir,
formaron una corta división con la que Boli
var se propuso obrar sobre Caracas, hacia
donde se movió, mas la acción de Clarines
le obligó a retroceder a Barcelona.
El Libertador estaba rodeado de enemi
gos con numerosas tropas, siendo el cuerpo
al mando del brigadier Real el más numeroso ,
contaba cuatro mil soldados . En tan apurada
situación, Bolívar tomó una resolución deses
perada, la de encerrarse en un convento que
fortificó y que llamaban “ Casa Fuerte" y man
dó a Soublette en demanda de auxilios al
Gral. Mariño : su suerte estaba entregada a
sus enemigos y a sus émulos .
Los realistas dieron un primer ataque en
el que fueron rechazados .
Esta época fue fatal para el Libertador ,
se le hubiese creído abandonado de la fortu
na que en 1813 y 14 guió sus pasos ; pero con
todo, la Providencia resguardaba su vida en
medio de los mayores peligros y amenazas ,
y así, aquel Bermúdez que sacó contra él su
espada fue el primero del ejército de Mariño
en llegar a auxiliar "Casa Fuerte " haciendo
99

que el brigadier D. Pascual Real abandonase el


asedio donde Bolívar habría caído en las ga
rras realistas.
Los ejércitos unidos perdieron un tiem
po precioso en Barcelona y fue en este lugar
donde el Libertador, deseando crear una base
de operaciones a las diversas fuerzas que obra
ban en el país dispersas, formó el plan de mar
char con todos los cuerpos existentes, inclusi
ve Mariño, a la Guayana para unirse con Piar,
que acababa de llamar al Libertador a la
vez que le participaba las ventajas obtenidas,
68 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

y comenzar de ahí nuevas y mejor organiza


das operaciones .
Aceptado el plan en una junta de guerra,
se vio precisado el Libertador a conceder que
se quedase en " Casa Fuerte " una fuerza de
400 hombres al mando del Gral. Freites, que
custodiarían a las personas que se refugiaron
alli ; todos los que, después de una vigorosa
defensa, cayeron en poder de las tropas del
feroz Aldana, que había reemplazado a Real
depuesto por Moxó : 700 hombres, 50 heridos
y 300 o más entre niños y mujeres fueron in
molados ; los soldados reales andaban sobre
cadáveres y parecía salpicado el edificio to
do con manchas de sangre y pedazos huma
nos. Al Gral. Freites, herido, y al intendente
Ribas, los llevaron a Caracas donde Moxó
los hizo ahorcar. La esposa del infortunado
y heroico Gral. Pedro María Freites, Eula
lia Buroz, que cayó prisionera, tuvo que matar
de un pistoletazo a un oficial español que la
faltaba y fue descuartizada por la tropa.
He aquí la descripción del español Torren
te : "Sobre mil cadáveres quedaron tendidos
en este campo de muerte : todos fueron pasa
dos a cuchillo !... Entre los muertos se
contaron los titulados coroneles Mesa, Vélez ,
Morales, Ribas, Reinoso , Hernández, Piñango,
Reyes y más de cincuenta oficiales. Este fue
el resultado de la altanería de aquellos misera
bles ! Fue por lo tanto revelante el mérito
contraído en esta jornada por los jefes" .
Aldana era digno de Rosete, de Morales, de
Oropeza, de Chepito Gonzzlez : horror de la
especie humana .
El Libertador, salvando de mil peligros,
llegó a Angostura, donde se encontró con Piar,
mientras el ejército encomendado a Mariño,
desobedeciéndole, no siguió el rumbo traza
do . No fue siquiera Mariño para auxi
liar a los mártires de "Casa Fuerte" co
mo pudo hacerlo . A causa de la divergencia de
opiniones y de que algunos jefes deseaban se
guir al Libertador, el ejército de Mariño se di
vidió en dos : una parte con Bermúdez, Aris
mendi, Valdez y Armario se dirigió a Guaya
na y la otra con Mariño y Urdaneta a Caria
Co.
Bolívar con el paso del Orinoco se puso
ALFREDO GUINASSI MORÁN 69

a salvo de la amenaza de Morillo , que de re


greso de Santa Fe, y reunido con Aldana
tendría seis mil hombres, que se ocuparon
en fortificar la villa de San Fernando, para
dejar en ella una fuerte guarnición, pues el
Gral. en jefe tenía empeño en reducir la isla
de Margarita. Era este un desacierto de Mori
llo que dictaba el despecho y la cólera que
sentía contra la indómita isla ; iba ardiendo
en deseos de arrasarla ; error funésto que se
convertiría en bien de Colombia.
El Gral. La Torre defendía la ciudad de
Angostura contra los ataques de Bolívar y
Piar, y se pensó que él era bastante para sos
tener la Guayana, pero la llegada del almi
rante Brion y de Díaz con sus buques al Ori
noco, fue la ruina de La Torre y el éxito de
los republicanos. Dueños los independientes
del gran río, la vía de comunicación, pudieron
rendir Angostura y ser dueños de la Guayana .
Morillo, el despiadado jefe español, quién
lo diría, fue a perder su reputación, el crédi
to de su poderoso ejército y hasta la esperan
za de sus grandiosos planes de reconquista
contra aquella isla, a la que no pudo dominar
enteramente. Veamos con calma estos suce
sos marcados en la historia como heroicos .
Morillo salió de San Fernando y se unió
a Aldana. Casi simultáneamente llegó de Es
paña una otra expedición de más de 2.600
hombres al mando del Gral . Canterac, la que,
después de apoyar a Morillo , debía pasar al
Perú. Todas estas fuerzas cayeron sobre Ca
rúpano y las costas de Güiria derrotando los
dos mil soldados de Mariño, y pasaron, refor
zados por algunos errantes patriotas de los
vencidos, a Mangles, en Margarita . Desembar
caron, y parece que hasta las mismas plantas
se opusieron a los invasores que no sabían por
donde marchar en los espesos bosques de tu
nas y arbustos, mientras los patriotas meti
dos dentro de la maleza disparaban certeros
sobre los españoles, que caian impotentes. Cin
co días descansaron los realistas después de
este primer encuentro, y los oficiales optaron
por usar la ropa de los soldados para no ser
las víctimas de preferencia.
Los defensores de la ciudad de Asunción ,
capital de la isla, provocaban a los realistas
70 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

para atraerlos a su madriguera, defendida por


la naturaleza y el arte militar, donde habian
de vender muy caras sus vidas . Allí 600 patrio
tas diezmaron las divisiones de Morillo, Can
terac y Aldana. Describir las escenas de valor
y los accidentes de esta lucha, palmo a pal
mo, sería larga tarea ; baste decir que Mori
llo y los orgullosos peninsulares que se creían
los mejores soldados del mundo por su guerra
contra Napoleón , y que llamaban cobardes a
los americanos, cambiaron de parecer y de
fanfarronadas. Qué serían aquellos "bandi
dos desalmados, gente desenfrenada vil y
atroz," como los llama Torrente, cuando los
reconoce "dignos del templo de la Fama ". El
mismo historiador dice : "difícil es pintar con
propios colores lo reñido y sangriento de es
ta batalla y más difícil todavía hallar otros
600 rebeldes tan furiosos y desesperados" .
Más tarde los patriotas llamaron a este sitio :
Laguna de los mártires margariteños . Expre
sivo, singular nombre .
Morillo no entró en Asunción . Se ha dicho
que el entonces Capitán Gral. de Venezuela ,
Juan Bautista Pardo, le exageró los peligros
que corría en su ausencia el país, el hecho fue
que Morillo y sus ejércitos no pudieron do
minar la isla de Margarita, viéndose obliga
dos a regresar al continente.
En Guayana el bravo Gral. Piar, que ha
bía obtenido los triunfos de San Féliz y el
Juncal, soñando con el supremo mando que
le acordaría el otro disidente Mariño , comen
zó bajas conspiraciones contra el Libertador
que amenazaban la seguridad de los ejércitos.
Bolívar trató de atraer primero y contener des
pués a Piar, pero éste, no acostumbraba de
sistir de sus propósitos y fue necesario lle
gar al extremo de fusilar al benemérito patrio
fa, condenado en Consejo de Guerra unánime
mente. Era preciso detener a los indepen
dientes en el camino de las revoluciones que
tanto mal causaban , cortar la indisciplina,
la anarquía, y las desenfrenadas ambicio
nes de los hombres públicos y militares a la
sombra de los jefes convertidos en caudillos .
Santiago Mariño que estaba en la cons
piración de Piar y, hombre patriota y culmi
nante en primera línea, a quien tanto debe su
ALFREDO GUINASSI MORÁN 71

patria y la libertad, fue a la vez retirado del


ejército y enviado a Margarita.
Nos resta decir algo de las guerrillas de
Cedeño y de Zaraza después que Mac- Gre
gor, a causa de las desavenencias, se retiró de
Venezuela. Su papel se redujo a molestar y
perseguir, amagando los cuerpos del ejército
y las poblaciones realistas . Ellos impedían
las comunicaciones, se adueñaban de los ví
veres, sorprendían las avanzadas o destaca
mentos enemigos ; emboscados en los montes
o encaramados en posiciones estratégicas sor
prendían a los ejércitos en marcha y sin dar
les batallas formales les causaban considera
bles pérdidas . Estas partidas armadas, casi
sin disciplina militar, auxiliaron en mucho
a los patriotas y mantenían el espíritu patrio ,
a la vez que preocupaban a los realistas, pues
con su arrojo y su movilidad, a favor del terre
no que conocían, escapaban siempre de su
total destrucción . Alguna vez se plegaron a
las milicias regulares luchando en batalla
campal y corriendo la suerte de los demás
soldados.
Precisamente con aquellas guerrillas de
Zaraza que carecían de disciplina e ignora
ban la táctica, pensaba el Libertador empren
der ahora mayores acciones ; les envió, pues,
armas y pertrechos, oficiales de su ejército
como instructores e iban a ser engrosados con
tropas de la Guayana, que el mismo Liber
tador llevaría en número de 1,500 hombres
para ponerse a su frente y obrar sobre La
Torre ; pero Zaraza, contrariando las instruc
ciones del Libertador, por mala inteligencia
o por creerse suficiente , se empeñó solo con
tra el Gral. La Torre, que en la acción de la
Hogaza lo derrotó totalmente perdiendo mil
doscientos hombres, armas y cañones.
Al saber el Libertador la mala noticia
de la derrota de Zaraza retrocedió con sus
tropas ; reiteró avisos y órdenes a Páez ; pasó
el Orinoco ; como por encanto reunió más tro
pas y armas y embarcó todo su ejército en
veinte y nueve buques para remontar este
río ; dio órdenes a las guerrillas de Monagas
y Torres para que marchasen por la orilla de
recha del Orinoco a Caicara, y por fin no ol
vidó los restos de las guerrillas de Zaraza y
72 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Cedeño, las que recibieron acertadas instruc


ciones para continuar su retirada, y, todos
estos cuerpos, para formar un solo ejército ,
se reunieron, manejados por el cerebro y la
actividad del genio, en los primeros días de
1818.
El Libertador envió adelante a Páez pa
ra preparar embarcaciones en que pasar el
caudaloso Apure ; al llegar Bolívar y el ejér
cito a la orilla del río , no viendo las barcas
preguntó molesto : -"Gral . Páez ¿ dónde están
las embarcaciones ?-Señor, las tiene el ene
migo . Y Páez, el Corl. Arismendi y cincuenta
llaneros a caballo se meten en el río , las abor
dan, y a la media hora eran dueños de los
barcos de guerra de los realistas. Todo el ejér
cito quedó sorprendido y atónito de tanto arro
jo y tanta destreza en un género de guerra ja
más visto antes . Dominado el obstáculo las
tropas volaban por los llanos y el día 12 de
Febrero, se presentaron delante del enemigo ,
que dudaba de aquella aparición.
La celeridad de los movimientos, la reu
nión de todas las tropas y su marcha a pesar
de las dificultades del terreno para sorprender
a Morillo, causaron asombro a los realistas,
que no comprendían en qué tiempo el Liber
tador había andado tantas leguas y hecho
tantas cosas . Morillo estaba en Calabozo res
guardándose del mal tiempo, cuando Bolívar
estaba sobre él.
Bolívar y Páez rechazaron a Morillo , obli
gándolo a encerrarse en Calabozo . Se re
tiró luego, siendo alcanzado por el Liber
tador en Sombrero, donde se efectuó otro
encuentro, más por el descuido de Yribarren
y otras faltas de sus tenientes logró escapar
el General realista de donde Bolívar lo tenía
envuelto . Aprovechando de estos triunfos
pensó el Libertador ocupar Ortiz, más por el
capricho de los llaneros tuvo que volver a Ca
labozo, donde perdió tropas y tiempo , acor
dándose, finalmente, en una Junta, obrar so
bre los valles de Aragua, lo que equivalía a
una ofensiva, a pesar que la caballería de
Páez, obstinada en San Fernando, no prestó
su cooperación .
Morillo, tras la acción de Sombrero , sal
vó sus tropas en la cordillera, donde quedaba
ALFREDO GUINASSI MORÁN 73

nula la superior caballería independiente,


siendo luego reforzado por los Grals. La Torre
y Aldana y tomando al acto la ofensiva sobre
los patriotas , favorecidos por el abandono de
la Cabrera que Bolívar ordenó fortificar y de
fender .
Los desaciertos de los guerrilleros, la fal
ta de armonía y el empeño de Páez de atacar
San Fernando impidieron terminar, como se
pudo en Calabozo la terrible guerra de Vene
zuela ; por el contrario esta serie de caprichos
y de errores dieron por resultado nuevos fra
casos y derrotas, como la mortífera batalla
de Sémen que destruyó todo el ejército de lí
nea con el que contaba la República, triunfo
que valió a Morillo el título de Marqués de la
Puerta, y que le costó casi la vida, pues reci
bió una herida en el vientre .
Esta no fue la única derrota ; Páez envuel
to también en el desastre perdió el 2 de Mayo
la batalla de Cojedes. En Ĝral. Cedeño fue de
rrotado en Cerro de los Patos . Finalmente el
Libertador sorprendido por López, en rincón
de los Toros, salvó milagrosamente la vida de
las descargas de los españoles enviados para
asesinarlo . Terribles lecciones todas las de este
tiempo . La falta de unión y disciplina entre los
patriotas y sus rebeliones contra Bolívar origi
naron, más que otras causas, los desastres an
teriores, pues si los ejércitos independientes
hubiesen obrado acordes se habrían librado de
ser batidos en fracciones : Bolívar en Sé
men o la Puerta ; Zaraza en la Cabrera ; Páez
en Cojedes, Cedeño en Cerro de los Patos ;
Bermúdez en Puerto de la Madera y por fin
Mariño en Cumanacoa.
Lo que el Libertado quiso hacer con los
realistas lo efectuaron estos con los patrio
tas a causa de sus rivalidades .
En esta acción de Cojedes murió uno de
los hermanos Morán, hijo de Gregorio Morán ,
del Tocuyo , fusilado por los realistas .
El Libertador no retrocede ni se desalien
la, refugiado en Angostura se dedica con ahin
co à preparar nuevos ejércitos, a conseguir
armas y municiones, todo el arsenal de que
necesita un ejército y que se había perdido .
En Angostura se ocupó también de asuntos ci
viles, reune un Congreso, recibe tropas ingle
74 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

sas, hombres generosos que venían a morir


por la libertad, y allí formó nuevos planes, so
ñando llevar sus armas al fin de América es
clava.

*
Ante todo es necesario ver como estaba la
situación de Venezuela , cuando Bolívar, ata
reado con la organización del retazo de país
que sus armas ocupaban, reunía el Congreso
de Angostura, delante del cual leyó el memo
rable mensaje en el que, no sólo retrató el as
pecto social de su patria, y las fuerzas que en
gendraron la revolución, sino que trazaba el
porvenir, fijaba la meta de los comunes sacri
ficios, rechazando los sueños de utópicas liber
tades para establecer gobiernos sólidos, sobre
seguras bases. Desde entoces, muy lejos del
triunfo, muy lejos de la emponzoñadora adu
lación, de los mareos de la victoria, trazó los
fundamentos de una constitución, que, am
pliada más tarde, sería el punto débil para los
ataques de sus enemigos y difamadores .
Desde entonces, también, en íntimo secre
to , acarició la idea de la campaña sobre Nue
va Granada, para lo cual destacó al Corl . San
tander a la frontera, a ese joven que él hizo
general y haría vicepresidente, dándole
preferencia entre muchos antiguos compañe
ros, para que fuese su peor enemigo, el Ju
das del Libertador.
En 1819 ocupaba el benemérito Gral. Ber
múdez Maturín con 600 reclutas y los guerri
lleros Zaraza y Monagas dominaban Barcelo
na, amenazando con sus caballerías la provin
cia de Caracas. El jefe del Apure, Páez.
debía obrar con Bolívar en la nueva campa
ña sobre los llanos , recomendando al Gral.
Mariño, reconciliado y arrepentido, la defen
sa de Angostura .
Morillo desde Calabozo , al frente de 7.000
hombres emprendió la ofensiva; tuvo la suer
te de cruzar sin oposición el Arauca, río de
trescientas varas de ancho , de escarpadas ori
llas o ciénagas profundas. El Gral . Anzoáte
gui se retiró sobre el Orinoco, mientras Páez
acosaba al enemigo atrayéndole hacia los fan
gales que sólo conocían y transitaban los lla
neros, incendiando los pastos, destruyendo los
ALFREDO GUINASSI MORÁN 75

pueblos y retirando los ganados para que los


realistas hicieran su marcha en la mayor pe
nuria.
Morillo, porfiado y valiente , se conven
ció no obstante que él y sus tropas eran im
potentes para luchar con los llaneros , en aque
ilos parajes conocidos y transitables por ellos
solos, a través de los pantanos donde la natu
raleza era su enemiga. Emprendió la retira
da, supo burlar al enemigo, y repasó el Arau
ca.
En estos momentos llegó Bolívar del Ori
noco con un cuerpo de 300 ingleses que man
daba Mackintosh, se reunió a la infantería de
Anzoátegui y movió todo el ejército, muy in
ferior en número, sobre el campamento de Mo
rillo , donde sorprendió un destacamento a
órdenes de Pereyra, retirándose Bolívar, a la
izquierda del Arauca, convencido de la im
posibilidad de dar con éxito una batalla . Fue
en esta situación donde Páez con 150 hombres
atacó a todo el ejército realista y luchó con
él. Acción tan diestra y audaz que la del Corl.
Arismendi, que apresó buques con caballe
ría. Los intrépidos llaneros fueron todos con
decorados con la cruz de los Libertadores .
Todo el ejército patriota, con Bolívar a
su cabeza, ocupó los llanos . Las lluvias iban
a comenzar, innundando de agua aquellas
pampas, por lo que el Gral. Morillo marchó
a sus cuarteles de invierno .

CAMPAÑA SOBRE NUEVA GRANADA


SU LIBERACION

Fue entonces que el Libertador, a quien


no arredraban las lluvias, ni los llanos con
vertidos en lagunas , donde tendrían que mar
char los soldados con el agua a medio cuerpo ,
sin más ración que carne flaca, sin sal, entu
siasmó a sus tropas con la campaña sobre
Nueva Granada. Santander desde Casanare
describía el triste estado de su país tiránica
mente oprimido por el caduco virrey Sáma
co, pensando que la misma opresión levanta
ría los pueblos de allende los Andes cuando
un ejército los apoyase. Mas los obstáculos de
llevar tropas llaneras a las cumbres de hielo
detenían a algunos y el Libertador estaba em
76 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

peñado en conseguir de la caballería , por me


dio de Páez, su cooperación a la campaña .
Estos convinieron al fin, pero desalenta
dos en las cumbres donde no podían respi
rar, viendo morir sus caballos y sus bueyes
y siendo ellos mismos víctimas del soroche,
muchos abandonaron la empresa, como aban
donaron los realistas los llanos pantanosos
que no eran su elemento .
De todo se cuidó el Libertador , todo lo
emprendía , allanó las dificultades mayores ,
dio órdenes e instrucciones detalladas y par
tió con sus tropas debajo de diluvios diarios.
Esta empresa, reveladora del genio de
quien la concibió, vendrá, una vez más, a sal
var al Libertador y a la causa por él defendi
da. Esta idea lo eleva de la tierra mezquina ;
es sencilla y grandiosa al mismo tiempo , la
ha acariciado de atrás : pasar la gran llanu
ra pantanosa y los ríos como mares ; pasar los
Andes con las tropas de que dispone y liber
tar Nueva Granada para de ahí volver so
bre Venezuela. Es una empresa de árdua reali
zación careciendo de medios. La legión inglesa
la ha recibido ya con serenidad y resolución ,
los patriotas con ardimiento .
El imposible fue un hecho ¿ qué importan
las distancias, los bosques y los ríos, qué, que
los Andes se eleven entre ambos países, qué la
falta de ropa y de calzado, y el frío glacial
para los hombres del trópico ?
La dirección de esta campaña salvadora
fue habilisima, pero como no trato de escri
bir una pormenorizada historia, sino única
mente trazar cuadros, a grandes pinceladas,
de los sucesos principales para no dejar al
lector lagunas incomprensibles truncando la
armonía y alterando los hechos realizados,
me he ocupado de los acontecimientos de los
años diez y siete a diez y nueve , dejando atrás
el hilo de mi relato biográfico , que pronto voy
a reanudar.
Tras una marcha de setenta días, por la
ruta más intransitable y fragosa, habiendo
quedado sembrado el camino con los caballos
v ganado, que, menos fuerte que el hombre,
no pudieron soportar el tránsito de la cordi
llera, llegó el ejército, perdidas también mu
chas armas y municiones por falta de anima
ALFREDO GUINASSI MORÁN 77

les de carga, para encontrar un bien provisto


y aguerrido ejército que le salió al encuentro.
El primer choque se realizó en Paya, en
plena cordillera, donde una fuerza de 300
hombres cerraba el paso , en sitio tal que, se
gún escribió Bolívar, cien hombres podian de
tener a diez mil.
Algunos días de descanso repusieron las
tropas libertadoras y mediante algunos cui
dados se incorporaron al ejército muchísimos
soldados que llenaban los barracones des
provistos de todo , que debemos llamar hospi
tales por darles un nombre. Auxiliados más
por la buena voluntad que por elementos de
esos pueblos, el ejército sintióse alentado y
se propuso primero morir que emprender una
retirada por ese mismo camino del que casi
milagrosamente acababa de escapar.
El segundo encuentro de la campaña tu
vo lugar en Bonza, donde una partida de
"Guías" capturó un destacamento realista , no
ticia esta que hizo avanzar al Gral Barrey
ro de Sogamoso con su ejército .
Después de diversas maniobras, situados
los realistas en las alturas de Vargas, posición
defensiva y estratégica, Bolivar, habiendo re
cibido la diezmada tropa inglesa que manda
ba el risueño y optimista Rook, se vió forzado
a atacar la fuerte posición de sus contrarios.
En el primer choque, tras la débil opo
sición de Santander, fueron rechazados los
batallones venezolanos "Barcelona" y Rifles",
pero atacando la legión de Rook y reuniendo
Bolívar los cuerpos dispersos, conducidos por
él, dominaron las alturas enemigas, y refor
zando con la pequeña reserva a Anzoátegui, se
logró vencer, quedando los patriotas aún más
aniquilados que sus contrarios, pero dueños
del campo .

Fue en esta batalla del pantano de Var


gas donde un batallón, "Sin nombre",, obtu
vo la gloria de llamarse "Vargas de la Guar
dia" por su brillante comportamiento, nom
bre que, ilustrado en posteriores batallas, se
hará inmortal, conducido por Morán, en Cor
pahuaico y Ayacucho .
Nuevas escaramusas y movimientos lle
varon a Bolívar a interponerse, cortando la
retirada de Barreyro a Santa Fe . El Gral. Sou
78 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

blette, jefe de Estado Mayor, tuvo la honra de


describir en su oficio la batalla de Boyacá, que
emancipó Nueva Granada y creó Colombia.
Barreyro, joven y bravo militar prote
gido de Morillo, al mando de 3,000 hombres
y el Libertador con 2,000 les cerró el paso en el
puente de Boyacá . Anzoátegui el fiel compa
ñero y amigo de Bolívar, animoso y valien
te como pocos, tuvo aquel día vasto campo de
acción y de gloria.
El sol de la fortuna volvía sobre los hé
roes.
Se tomaron todas las armas, municiones,
caja militar y almacenes del ejército ; el Gral
en jefe Barreyro y su segundo Corl. Jimenes,
jefes y oficiales y la mayoría de la tropa, ( 1,600
hombres) , fueron hechos prisioneros . Fue un
triunfo completo . El virrey Sámaco abando
nó Bogotá que ocupó luego el Libertador.
Los prisioneros fueron tratados con hu
manidad y conducidos a Bogotá, de donde
salió Bolívar para continuar la guerra de Ve
nezuela ; quedando a cargo del gobierno el
Gral. Santander, quien desprestigió la causa
americana haciendo fusilar al Gral . Barreyro
y a treinta y ocho oficiales, en la plaza de Bo
golá. ¡ Acto terrible en un militar destinado al
sacerdocio ! (1 ) .
En Venezuela el Gral . Morillo, marqués
de la Puerta, y los suyos se reían del atrevido
movimiento del Libertador al que supusieron
detenido en su marcha por alguno de los tan
tos obstáculos, que ya estaban vencidos .

Fue en esta campaña que Trinidad Mo


rán pudo volver a las banderas de la li
bertad, después de su terrible cautiverio entre
los realistas que retardó su brillante carrera,
como veremos siguiendo su relato .
"Con la aproximación de Mac-Gre
gor a Río Hacha, nos hicieron salir para
Santa Marta : si él se sostiene un росо
más de tiempo pudo haber contado con cuatro
cientos hombres magníficos de mi cuerpo dis
puestos a pasarse, pues la otra mitad del bata

(1 ) Los españoles, y por ende los que su sangre recibie


ron, saben aunar la religión a la inhumanidad : dicenlo en el
Perú los virreyes devotos y sacristanes, conde de Lemos y
marqués de Avilés.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 79

llón había marchado a Bogotá a reforzar la di


visión Barreyro, mas como este General se
reembarcó antes no efectuó la reunión . Poco
tiempo pasó, hasta cuando tuvimos la
noticia de la aproximación del Libertador a la
Nueva Granada, y nos hicieron marchar al
Magdalena para hacer frente a las fuerzas
patriotas que pudiesen venir por allí . El man
do de esta división, en la que se reunieron
otras tropas venidas de Cartagena, y las fuer
zas sutiles que nos conducían para el Magda
lena, se las dieron al comandante Barreda.
Seguíamos la navegación cuando nos encon
tramos con las fuerzas que mandaba el Tte.
Corl. Masa, que venían parte por tierra y par
te en embarcaciones muy inferiores a las nues
tras . A pesar de esto nos atacaron en Barba
coas de un modo tan elegante y con una bi
zarría tan propia de este jefe que en menos
de media hora los españoles estábamos en
vueltos".
"Yo estaba embarcado en una cañonera
que mandaba un español Candamo, de mucho
renombre por su valor, pero este día fue tal
su atolondramiento que varó su lancha y qui
so abandonarla. No permiti el abandono de
la lancha, y aunque los patriotas concentraban
entonces un fuego horroroso, (pues éramos de
los pocos que faltaban tomar) , echando
los marineros al agua saqué la embarcación
y fuimos a reunirnos al Tte. Corl . Pérez , jefe
del batallón del Rey, que no había estado en
la batalla, porque siendo americano lo se
pararon con una comisión, para que manda
se Barreda como español o canario que era.
Al reunirnos a él ya tenía el mando de las
tropas y Candamo me presentó con un elo
gio extraordinario por mi amor al Rey y por
el valor con que me había comportado ; el
crédito de este jefe y las alabanzas que me
prodigaba dieron de mi un gran concepto y el
Comandante me propuso al Virrey para Sub
teniente del cuerpo. Luego se me encargó del
mando de una lancha pequeña con un cañón
de a ocho con la que me mandaban todos los
dias a hacer la descubierta".
"La confianza que tenían los jefes es
pañoles en mi , hacía ya dudar a mis com
pañeros de mis sentimientos, y aun creyendo
80 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

que yo había variado me objetaban porque no


me entregaba con la lancha en Barbacoas,
cosa que no hubiese hecho porque de este mo
do me unía a mis compañeros como prisio
nero . No tardó mucho tiempo en presentar
se una ocasión favorable y supe aprovechar
la. El campamento nuestro estaba situado en
Badillo, en donde se reunen los dos brazos del
Magdalena, siendo uno el del puerto de Oca
ña. Masa estaba arriba de Simite, y como no
hubiese noticia alguna de su situación me
acompañaron con dos escuchas con cañones
de a cuatro, embarcaciones ligeras, para que
fuese a hacer un reconocimiento . Navegamos
hasta encontrar las tropas patriotas y sin de
cir una palabra a la guarnición y marine
ría me puse a disposición del Comandante
Masa, entregándole las tres embarcaciones.
Sólo estaban en el secreto los que mandaban
las escuchas, y lo más célebre es que apare
cieron como pasados a los patriotas seis u
ocho españoles que estaban en la guarnición
de las embarcaciones".
"Las demostraciones de gusto con que
me recibieron porción de mis compañeros que
se hallaban allí, es uno de los días de satis
facción de mi vida. El comandante Masa me
alojó en su rancho , y allí nos referimos nues
tros trabajos desde el año 14, en que no nos
veíamos, cuando la retirada de Caracas".
"A los dos días me puse en marcha para
Bogotá llevando yo mismo el parte que daba
Masa ; sólo sentía no ir donde estuviese el
Libertador que tanto me conocía y le consta
ban mis servicios, pues estaba de Vice Presi
dente de Cundinamarca el Gral. Santander,
pero mi suerte quiso que llegase de Guayana
a Bogotá dos días después de mi llegada.
El Libertador me recibió con el cariño de un
padre, me hizo elogios delante del Gral. San
tander, mandó que se extendiesen despachos
de Teniente del primer escuadrón del Regi
miento Guías de Apure, ( que existe entre mis
papeles ) que se me diesen cuatro sueldos y
por la Comisaría se me hiciera el uniforme
del regimiento. Diez días estuve viviendo en
Palacio, recibiendo mil demostraciones de to
dos, aunque estas manifestaciones de afecto
las creo originadas en el aprecio que hacía de
mi el Libertador".
ALFREDO GUINASSI MORÂN 81

"Al marcharme de Bogotá para la villa


de Honda, en donde estaba el regimiento de
mi destino, el Libertador y el Gral. Santander
escribieron al Comandante que se dejase lle
var de lo que yo dijese para el arreglo del
cuerpo. Llevé orden de encargarme del de
tall y de su arreglo . El primer escuadrón de
"Guías" era una reunión de ciento cincuen
ta hombres de los más valientes que produjo
la tierra ; su comandante Carvajal, puedo de
cir sin equivocarme que era el hombre de más
valor que he conocido , pero ni él ni sus oficia
les sabían ni una palabra lo que era milicia,
ni idea tenían de que hubiesen libros que la
enseñan. Tan luego que me presenté al cuer
po todos me consideraron, pues sabían las re
comendaciones que había llevado al Coman
dante del Libertador y del Gral. Santander.
Pedi al Comandante que me entregara el de
tall y me dijo que él lo hacía todo ; que allí él
solo arreglaba lo de sus soldados, y así era
que por todo documento se mandaba una car
ta del Comandante al Libertador o al Gral.
Santander en la que les decía tener tantos
hombres y tantos caballos etc., y creía que
no debía entenderse con otros porque sabien
do la fuerza lo dirían al enemigo . Poco me cos
tó el arreglo del cuerpo porque era dócil el
Comandante y deseaba instruirse en las or
denanzas. Los dos capitanes que habían se
unieron mucho conmigo porque con los arre
glos hice ver al Comandante que debía dejar
à éstos la interioridad de sus compañías ; en
fin, todo se organizó y disciplinó y cuando
recibimos la orden de marcha ya era un
cuerpo de línea".

"A principios del año 1820 emprendimos


nuestra marcha al Sur y en la orilla del Ney
va nos reunimos con los batallones Albion
y Neyva al mando del Corl. Mires, segundo
jefe de la división , pues el Comte. Gral . era
el Gral. Valdez. A los ocho días de estar estos
cuerpos reunidos tuvimos noticia de haber
llegado a la ciudad de la Plata la vanguar
dia de la división de Calzada, y sabiendo
que el resto de esta división , que tenia como
cuatro mil hombres, estaba en Popayán, for
zamos dos marchas para atacar la ciudad .
Debíamos pasar antes un río fuerte por el úni
82 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

co puente, defendido, por lo que se puso a


vanguardia la infantería de "Alión", seguida
del primer escuadrón de " Guías” . El batallón
forzó con alguna pérdida el puente y cuan
do lo estaban pasando los primeros hombres
con el Comandante, se desplomó, quedendo d'
vididos y nuestra infantería comprometida
en lucha desigual. Yo que descaba acreditarme
al lado de aquel cuerpo de valientes , les con
vidé a pasar el peligroso río sin embargo del
fuego que se nos hacía desde la orilla opues
ta. Me acompañaron como cuarenta o cincuen
ta hombres, penetramos entre los enemigos a
lanzasos y la victoria fue nuestra por todas
partes. El boletín de esta jornada habla de este
acontecimiento y a mí me sirvió de mucho,
porque los oficiales subalternos del cuerpo
decían en sus reuniones que siendo yo tan me
cánico no podía menos de ser cobarde. Toma
mos muchos prisioneros y entre ellos varios
españoles que los hicimos ejecutar pues aun
seguía la guerra a muerte". (1 )
"A los ocho días de estar en la Plata lle
gó el Gral. Valdez con los batallones "Cundi
namarca", "Cauca" y escuadrón lanceros del
Oriente. Se organizó el Estado Mayor a cargo
del Corl. Manrique ; se hicieron todos los arre
glos del servicio en el efectivo y armas del de
tall de mi cuerpo y se me nombró del Conse
jo Verbal Permanente presidido por el Coman
dante Gral. de Caballería Corl. Francisco Ur
daneta . Todas las cosas tomaron un aspecto
de orden y de organización regular, pues los
conocimientos del Corl . Manrique eran tácti
cos y orgánicos".
"Con la noticia que tuvo Calzada de la
derrota de su vanguardia en la Plata, donde
perdió como ochocientos hombres, y la reu
nión del ejército patriota al Sur, retiró las
fuerzas que había extendido sobre el Cauca
hacia Popayán, para evitar que quedasen di
vididas, pues nosotros maniobrábamos por su

(1) Una de las brillantes acciones del Gral. Paez, que


más renombre y recuerdo ha merecido , es la de "Queseras
del Medio". Paez con 150 de sus lanceros pasó el Aranca
y luchó con la caballería de Morillo . Observemos que am
bas acciones son idénticas en arrojo, valor y destreza, pero
ésta cooperó al triunfo de una batalla. El mismo Libertador
dió la cruz de los Libertadores a los 150 compañeros de
Paez que obligaron, con grandes pérdidas, a Morillo a re
tirarse, como más luego la dió a Morán .
ALFREDO GUINASSI MORÁN 83

flanco derecho . Emprendimos la marcha por


el páramo de Pitayó, en donde perdimos al
gunos soldados por el excesivo frío y lo más
raro fue que de los muertos eran casi
todos ingleses de " Albión", habiéndose atri
buído esto al mucho licor que tomaban pa
ra neutralizar el efecto del frío".
"Al día siguiente y cuando no se habían
acabado de reunir todos los atrazados, porque
fue necesario dejar libres a los soldados de los
diferentes cuerpos para que pasasen como me
jor pudiesen en los difíciles parajes, se pre
sentó el Gral. Calzada con tres mil hombres.
El primer ataque fue impetuoso, nos
llaron parte de los batallones "Neyva y "Cun
dinamarca ", sosteniéndose hasta quema ropa
los batallones "Albión" y "Cauca" y, dando
una carga brillante el escuadrón de "Guías",
la victoria fue completa . El Comandante y el
capitán Jiménez se distinguieron en esta jor
nada, pues en la carga, cuando ya no podían
perseguir al enemigo en sus caballos, echaron
pie a tierra y alancearon a algunos hombres
en los bosques donde se refugiaban. Calzada
salió con muy pocos hombres y hubiese que
dado enteramente nulo si el Gral. Valdez man
da una columna de cuatrocientos o quinientos
hombres a perseguirlo , pero se contentó con el
triunfo . Tomamos el camino del Cauca, en
donde permanecimos un mes, pudiendo ha
ber entrado a Popayán que distaba solamente
veinte leguas del sitio donde dimos la bata
lla, en lugar de marchar sesenta leguas sin ob
jeto ".
"Los dispersos del enemigo, por falta de
persecución, se fueron reconcentrando con su
general Calzada”.
"El Gral. Valdez decía que no podíamos
entrar a Popayán sin llevar recursos pues allí
no había como mantener el ejército . Al fin
marchamos llevando algún ganado , que pron
to se nos acabó, y tuvimos que vivir de lo que
proporcionaba la ciudad, dândo tiempo a que
los pastusos y patianos se reuniesen a hostili
zarnos en todas direcciones, atreviéndose a
llegar a la misma ciudad sus destacamentos en
las noches. Entraba, con esta inercia, el desa
liento en las tropas y comenzamos a tener
deserción, cuando el Gral. Valdez determi
84 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

nó retirarse al Cauca. La conducta de Valdez


en Popayán fue de lo más perjudicial que
podía desearse en contra nuestra , y llegó a
su límite cuando hizo ejecutar de un modo
vil, en el silencio de la noche, a unos padres
de familia, pues aunque eran conocidos de
enemigos el modo como se les castigó simula
ba un crimen. Además las persecuciones y
destierros de gente principal lo hicieron de
testable a él y en algo a nosotros y a nuestra
causa".
"La permanencia del Gral. Valdez en los
pueblos del Cauca no fue menos dañosa, pues
no hubo clase de desórdenes que no tolerase
y él los cometiese, los pueblos tocaban ya
en la desesperación, hasta que una orden ter
minante del Libertador le mandó que se pu
siera en marcha sobre los enemigos, cualquie
ra que fuese el número de tropas que tuvie
sen".
“ En estos días llegó también la noticia
de la revolución de Guayaquil y poco des
pués de la llegada del ejército del Gral. San
Martín a las costas del Perú" .
"El Libertador quería aprovechar una lí
nea de operaciones más extensa al sur pues
estaba en comunicación con Morillo que le
pedía un armisticio por seis meses, y como ca
da uno debía quedar con el terreno que ocu
paba, quería adelantar lo posible y es
trechar a los españoles. Marchamos, pues, so
bre Popayán que ocupamos nuevamente . Aquí
nos alcanzó un oficio con orden del Liberta
dor para que el Gral. Mires pasase a Guaya
quil llevando elementos de guerra como fusi
les, municiones, etc., y cuadros para la for
mación de cuerpos ; disponía así mismo que
yo, con cuarenta soldados de "Guias" fuese
con el Gral. Mires a formar un escuadrón y
que tomase como capitán el mando de la pri
mera compañía. En Popayán me separé de mi
cuerpo con los cuarenta hombres y fuimos al
Cauca a embarcarnos en el puerto de Buena
ventura y llegamos a Guayaquil a fines del
año 1820".
"El Gral. Valdez siguió su marcha bajo
buenos auspicios porque los españoles situa
dos en Quito, que podían auxiliar a Pasto, es
taban ocupados con las tropas que habían
ALFREDO GUinassi MoráN 85

marchado de Guayaquil a las órdenes de Luis


Urdaneta, de modo que no había sino unos
cuatrocientos o quinientos veteranos del ba
tallón "Aragón" y los pastusos, más se cumplió
la exclamación del Dr. Soto , antiguo patriota
que había visto con horror los hechos del Gral.
Valdez y dijo : “ que si había un Dios justo
ese general no debía obtener triunfo ningu
no". Encontró a los enemigos atrincherados
en Genoy, trató de forzarlos empeñando lo
mejor de sus tropas e hizo perecer una bri
llante oficialidad y entre ellos al valiente co
mandante Carvajal de "Guías" que murió
afirmando su lanza para salvar el foso y caer
sobre las trincheras. Alli quedaron varios de
los más esforzados de "Guías". Con tantas pér
didas no pudo hacer otra cosa que retirarse
con los restos que le quedaban, perseguido
dia y noche por los pastusos y patianos ; cuan
do estaba en sus mayores apuros llegaron fe
lizmente los comisionados del gobierno es
pañol y también los nuestros a notificar el
armisticio ".
"Juntamente con los comisionados llegó
el Gral. de brigada Sucre, para hacerse car
go del ejército, pues las quejas contra Valdéz
habían hecho que el Gobierno lo retirase del
mando".
"Después de señalar el río Mayo como
limite nuestro siguieron los comisionados a
Quito y luego a Guayaquil donde se hizo se
mejante demarcación, publicándose y man
dando observar la suspensión de armas y la
regularización de la guerra . En adelante no
veríamos tantos crímenes".
"Al poco tiempo de haberse hecho cargo
el Gral. Sucre de las tropas del Gral. Valdez
se mandó relevarlo con el Gral. Mires y Sucre
recibió orden de marchar sobre Guayaquil,
por donde podía ser tomado Quito sin las difi
cultades que presentaban las terribls posi
ciones de Pasto, y sobre todo sus tenaces ha
bitantes que decididos por la causa del Rey
combatían con fanatismo, siendo aquellos lu
gares el sepulcro de millares de patriotas".
86 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

III CAMPAÑA DEL ECUADOR

También la Capitanía de Quito , saludó al


gran Siglo con sus anhelos y sus luchas por
la libertad .
El Dr. Quiroga, arequipeño , y Morales,
de Santa Fe de Bogotá, ambos de espíritu re
Eelde é inquieto, tramaron una conspiración
en 1808, que los llevó a la cárcel en compañía
de otros altivos americanos redentores de
nuestra abyección colonial .
El 10 de Agosto de 1819 reuniéronse los
conspirados en casa de la Sra. Manuela Cañi
zares, llamada, como era, "la mujer fuerte",
y apoyados en las tropas que mandaba el ca
pitán Salinas, depusieron al Presidente con
de Ruiz de Castilla y á las demás autorida
des, ofreciendo conservar la colonia á “su
amado rey D. Fernando VII ", y eligieron una
"Junta Soberana " compuesta de los marque
ses de Selva Alegre, Orellana, de Salanda y
Miraflores, conde Casa Guerrero , D. Mel. Zam
brano, D. Mel. Mateos y D. Pedro Mortufar,
quienes tenían como ministros á los Drs . Mo
rales y Quiroga.
Así, como en las demás colonias, dando
mucras a Bonaparte, se iniciaba la revolución.
El Virrey del Perú, Abascal, no se dejó enga
ñar por los juramentos de fidelidd a su Rey,
y despachó al mando del Corl . Arredondo
una fuerza que debía imponer á las autorida
des depuestas, de acuerdo con otro destaca
mento enviado de Nueva Granada.
La ineptitud y anarquía de la Junta hi
zo que llamasen al Presidente depuesto, y las
cosas parecían en calma, cuando, la feroci
dad de Arredondo manchó con sangre y per
fidia las primeras páginas de la nueva revo
lución. Apresados todos los comprometidos
en aquellos sucesos, cinco de los conjurados
que lograron fugar, atacaron la guardia del
presidio para libertar á sus compañeros , ori
ginándose un motín de las tropas de Lima y
Santa Fe, que, al grito de "Venganza" no só
lo asesinaron á los presos, sino que salidos á
la calle victimaron á cuantos encontraban ,
sin distinción de edad ni de sexo, saquearon
casas y almacenes, cometiendo todo género
de excesos .
ALFREDO GUINASSI MORÁN 87

La sangre de trescientas personas fué el


fruto de aquella empresa de pacificación, de
orden y justicia. La vida de los americanos
era mirada con desprecio por los sayones del
realismo, que insolentemente se creían supe
riores, llevando el linaje de Quijote . Necio
orgullo que hasta hoy palpamos en nuestro
medio aún no redimido de los hábitos ances
trales. ¡ Ríos de sangre, nobles vidas sacrifica
das sin los anhelados, ubérrimos frutos para
América ibérica.
El 5 de Agosto de 1810 un Cabildo abier
to, presidido por el mismo conde Ruiz de Cas
tilla, en el cual el Iltmo . Obispo sostuvo la
acusación contra los sicarios, acordó expulsar
a las tropas asesinas, y D. Manuel Arredondo
salió de Quito como un réprobo .
Le Junta Central de España mandó a D.
Carlos Montúfar a Quito con amplios pode
res, como aquellos que Goyeneche trajera al
Perú. Montúfar encabezó la segunda subleva
ción y vencido también y fusilado como trai
dor, con otros patriotas, siguió la colonia su
via crucis de luchas, crímenes y sangre.
El corazón de Montúfar y las cabezas de
varios indígenas adornaron la ciudad , hasta
cuando las huestes de Sucre emanciparon
aquel territorio .
El Gral. Montes, el vencedor de Mocha,
pacificó la capitanía de Quito, no sin conde
nar al suplicio a 70 personas, según dice To
rrente .
Poco antes el anciano Ruiz de Castilla fuc
muerto en una asonada del pueblo en Qui
to , no obstante haber sido una de las autori
dades más bondadosas del régimen español .
El 8 de Octubre del año 20 la ciudad de
Guayaquil se declaró independiente, apoyada
por muchos oficiales de la guarnición peruana
y valiosos elementos del pais . El Gobernador y
sus parciales fueron embarcados, eligiendo
una Junta de Gobierno compuesta de tres per
sonas, los Sres. Olmedo , como presidente , Ji
mena y Roca como vocales .
Esta era la Junta que mandaba la ciudad
a la llegada de las tropas colombianas, como
luego veremos siguiendo el manuscrito que
quiero conservar para la futura historia.
"El Gral. Sucre se embarcó en el puerto
88 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y Biográficos

de Buenaventura con los batallones " Santan


der" y "Albión", desembarcó en Santa Elena
y vino a Guayaquil, donde arribaron después
estos cuerpos. Hasta entonces nada habíamos
hecho ni el Gral. Mires, ni nosotros ; pues es
tando aquel Gobierno compuesto de una Jun
ta de tres personas, pocas veces podían po
nerse de acuerdo y nunca dictaron resolucio
nes sujetas a un plan : no podía esperarse más
que desaciertos del triunvirato de un comer
ciante, un militar y un literato . A esta Junta
se le había entrado en la cabeza que no ne
cesitaban de nadie y que podían formar una
república separada sin más elementos "que
un río y una carpintería ", pero los aprestos
fuertes que hacían los realistas en Quito y
Cuenca para la conclusión del invierno y las
fuerzas que Aymerich tenía reunidas les sa
caron de su error. La llegada del Gral. Sucre
con tropas les alentó para tomar medidas en
su defensa ; se aumentaron los batallones de
milicias que tenían con el nombre de Liber
tadores, se formó el escuadrón "Dragones del
Sur" sobre la base que yo había traído de
"Guías" y tomé mi colocación de Capitán de
la primera compañía. La actitud y sagacidad
del Gral. Sucre nos puso en aptitud de abrir la
campaña con cuatro batallones y un escua
drón bastante fuerte ”.
"Los cuerpos estaban acantonados en va
rios pueblos y en el camino que debían seguir
cuando se abriera la campaña, pero acon
tecimientos imprevistos vinieron a trastornar
todo el plan . El Tte. Corl . Nicolás López ha
bía sido tomado prisionero, y por esas consi
deraciones que se tiene los que han estado
en una misma causa, como compañeros de
atrocidades cuando servían a los españoles,
Urdaneta lo mandó a Guayaquil como que se
había pasado ; el crédito de este Jefe y el creer
lo ya comprometido con los patriotas hizo que
el gobierno de Guayaquil lo nombrase coman
dante del primer batallón de "Libertadores”,
en cuyo destino empleó todos los medios de
traición y se ganó a los oficiales , esperando só
lo el momento que se abriese la campaña, que
debíamos principiar al concluirse los seis me
ses del armisticio de Santa Ana hecho con
Morillo. Buscó medios de tomar la vanguardia
ALFREDO GUINASSI MORÁN 89

y por ésto se le situó en el pueblo de Babaho


yo . En los momentos de emprender la marcha
proclamó al Rey; mientras un oficial de ma
rina, Oyague, sublevó las lanchas y se apo
deró de los buques de guerra que acababa de
comprar el Gobierno, que eran la corbeta
"Alejandro" y el bergantin "Bolívar", los tri
puló con parte de la gente de las lanchas,
pues aun no lo estaban, y dueño del río, ha
ciendo traición a su patria, se pasó a la causa
del Rey; el Corl. Arauco que era el Jefe de
las armas debía hacer el movimiento en tierra
con el segundo batallón, pero no logró su
perverso plan por el patriotismo de su coman
dante Peña y sus oficiales, salvándose Gua
yaquil".
"Para batir los buques se situaron algu
nos cañones en el malecón, estos comenza
ron a tirar sobre la población pero con la
primera marea salieron del río , porque ya iban
sufriendo con los fuegos de tierra . En la Pu
ná abandonaron las lanchas y se fueron a Pa
namá".
"El Gral. Sucre que se hallaba en Sam
borondón con los batallones "Albión" "San
tander" y escuadrón "Dragones ", a la pri
mera noticia de la sublevación de López man
dó el escuadrón sobre él, pues no habiendo
conseguido su plan de sublevación en la ciu
dad emprendió marcha con el cuerpo para
Quito . El mayor Castro a la cabeza de los
"Dragones" les dió alcance en la Sabaneta, se
les atacó y la tropa que iba disgustada aprove
I chó este momento para dispersarse . López
con algunos oficiales bien montados escaparon
a Quito llevando consigo la infamia de su trai
ción".
"Sabedor el Gral. Sucre de la revolución
de las lanchas y del estado de exaltación en
que estaba el pueblo de Guayaquil contra el
triunvirato a quien se acusaba de todos es
tos males, porque confiaba en cualquiera
con tal que se mostrase enemigo de las tropas
de Colombia, ( 1 ) medio por el cual lograron
(1) Los patriotas colombianos , con su Gral., sufrieron
las primeras calumniosas acusaciones de ambición en Gua
yaquil. Pretendieron mostrar a Sucre como un agente poli
tico del Libertador los ineptos del triunvirato, y le acusan
de mil faltas y atropellos . Comienza aqui la campaña de odio
a Bolívar y los suyos.
90 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

su confianza los que tramaban conspiracio


nes, marchó con los dos batallones a la ciudad.
sostuvo al Gobierno a pesar de su conduc
ta en contra nuestra, con su política aplacó
las exaltaciones, logrando que la Junta
tuviese más confianza en él, y pusie
ra a su disposición cuantos elementos poseia
para hacer la guerra” .
"Con la llegada de López y los oficiales
a Quito se apresuró la campaña y de la de
fensiva que adoptaron , los realistas tomaron
la ofensiva. Tres mil hombres bajaron por
Guaranda al mando del Gral. Aymerich y
mil al mando del Corl. Gonzales por el Mi
lagro, nuestras fuerzas apenas alcanzarían a
mil seicientos veteranos y doscientos de mi
licias. El Gral . Sucre marchó con esta fuerza
a interponerse entre las dos divisiones ame
nazando a la mayor ; por una marcha rápida,
facilitándonos el río la conducción de la infan
tería, nos pusimos al frente de Gonzales. La
vispera de la batalla se me comisionó para ir
sobre el enemigo a hacer un reconocimiento y
aun cuando fuese con pérdida de seis u ocho
hombres tomase un prisionero ; tuve la suer
te de tomar al oficial que venía de descu
bierta con catorce hombres sin haber perdido
uno ; al día siguiente dimos el combate con só
lo el batallón "Santander" y mi compañia.
mandados por el Gral. Mires, tocandome la
parte de que habla el boletín de esta jornada ."

Boletín de la División del Sur del día 20 de Agosto de


1821 .
"La campaña de Quito debió abrirse el 15 de Julio,
si una complicación de sucesos no hubiera disminuido la
cuarta parte de nuestras fuerzas. La sublevación de las
lanchas, distrayendo nuestra atención para cubrir la capi
tal , y el pase y dispersión del primer batallón de Guayaquil ,
por la traición de sus Jefes, y por el mal acierto de los que
lo crearon. presentaba ya a nuestras operaciones un carácter
apenas defensivo . Vencidos los embarazos con que estos
acontecimientos nos paralizaron, los cuerpos se pusieron en
marcha y se reunieron en Babahoyo el 7 de Agosto .
El enemigo alentado por los sucesos de las lanchas y
del batallón 10. y alentado más que nada por la esperanza
de que no se franquearía a la división los medios de invadir,
por mucho tiempo, se preparó a atacar a Guayaquil por un
movimiento combinado de la columna española de Cuenca
con la división situada en Guaranda, que se presentó sobre
nuestras avanzadas el día 12.
Juzgó el Sr. general Sucre, comandante general de la
división, que los cuerpos de Guaranda, bastante fuertes
por sí para presentar un combate vendrían sobre nuestras
posiciones y salió en consecuencia a recibirlos en las llanu
ALFREDO GUINASSI MORÁN 91

ras de Palolargo. El enemigo hizo dos días alto frente de


las avanzadas, justificando por lo tanto que esperaba la coo
peración de los de Cuenca. Nuestra situación no era en nin
gún sentido ventajosa para esperar por el frente y por la
espalda dos enemigos, superior cada uno de ellos a nuestras
furzas y se hizo preciso que los movimientos rápidos suplie
sen esta inferioridad. El Sr. Comandante Gral. supo que la
columna de Cuenca debía estar en Yaguachi el día 18 , en cu
yo tiempo calculaba que la división de Guaranda ocuparía a Ba
bahoyo. Se hizo frente a esta por unos días, pero se preparó
nuestra marcha para situarnos en Yaguachí el 17 ; y aun
que esta operación parecía abandonar al más fuerte ene
migo la mayor parte de la provincia, la posesión del río
para nuestras maniobras nos daba la facilidad de recuperarla
y de ponernos a la espalda de la división de Guaranda .
si ella pasase de Babahoyo.
Nuestros cuerpos llegaron el 17 por la noche a Yaguachi .
El 18 una compañía de dragones fue destinada bajo mi con
ducta a reconocer al enemigo, de cuya aproximación no se
tenía avisos ciertos, al mismo tiempo que a escoger un me
jor campo de batalla. El comandante general previno a esta
partida tomar a todo trance un prisionero y esta orden
fue satisfecha apresando toda la descubierta enemiga.
El 19 nuestra descubierta encontró la columna de Cuen
ca a tres leguas de Yaguachi : el comandante general dispu
so ocupar el nuevo campo elegido, de que antes no se había
posesionado por falta de agua. Destinó en consecuencia al
Sr. Gral. Mires con el batallón Santander y con la misma
compañía de dragones a mis órdenes para tomar precipita
damente aquel campo, mientras siguiese luego el resto de la
división . El enemigo había apresurado sus marchas tan veloz -
mente, que a poca distancia, el Sr. general Mires se encon
tró con el total de la columna española compuesta de 965
fusileros a las órdenes del Corl . Gonzalez, en un bosque.
cuyo camino apenas permitía cuatro hombres de frente. El
Sr. general Mires creyó deber forzar toda la columna ene
miga, hasta tomar la posición que se había mandado y empe
ñó el combate a las once del día. El enemigo fue rechazado
hasta un punto en que pudo formar el cuadro para atender
a todos los lados del bosque, ocupado por los cazadores
del batallón Santander. El terreno permitió ya también que
el Gral . Mires formase por mitades la primera y segunda
compañía a las órdenes del comandante del cuerpo , bene
mérito mayor Félix Soler, y con ellas marchó al cuadro
del enemigo sostenido por las otras tres compañías en medio
de un fuego el más vivo . Murió en este momento el valiente
Soler por su precipitación a romper las filas enemigas.
El capitán Morán con la primera compañía de dragones .
acompañado entre otros del teniente Agustin Yeaza, hijo
de Guayaquil, y del sargento Curagua, aprovechó la primera
oportunidad que le presentó el terreno para hacer una carga
la más vigorosa, la más audaz y la más mortifera . Los es
pañoles cubiertos de terror plegaron al momento , y la de
rrota fue completa antes de una hora. El batallón Santander
persiguió al enemigo en todas direcciones hasta tres leguas
de distancia en que fue relevado por "Albión" y Libertado
res de Guayaquil, que continuaron la persecución hasta las
7 de la noche que llegaron a Rionuevo . Al amanecer de hoy
se siguió la marcha, e informado de que el Corl. Gonzáles ha
bía pasado por Burros con sólo 120 hombres. han contra
marchado los cuerpos que llegaron en esta tarde .
Los frutos que existen hasta ahora en nuestro poder
por consecuencia de esta brillante jornada, son : 600 pri
sioneros, entre ellos el teniente coronel Tamaris y 12 ofi
ciales, 619 fusiles con sus correspondientes fornituras, 20
cajas de guerra, 22 cornelas. las municiones , equipajes.
botiquines, la mayoría, y en fin todo cuanto correspondía a!
92 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

cuerpo : 76 heridos, entre ellos 3 oficiales que no son prisio


neros, en virtud de la regularización de la guerra ; 152 muer
tos y por último, tan completamente destruida la columna,
que de los 120 hombres escapados a favor de la espesura del
bosque, apenas quedaron miserables reliquias, pues han de
presentarse o perecer en los montes.
Nuestra pérdida está reducida a 1 dragón y 18 muertos
del batallón Santander y 21 heridos ; pero entre los pri
meros lloramos al mayor Soler, que es una desgracia inmen
sa para el ejército Libertador : entre los segundos lo son
el general Mires, contuso en un brazo y el costado derecho ;
el capitán Cabal y los subtenientes Vargas y Quintana lige
ramente heridos ; el aspirante Ariza, hijo de Guayaquil,
quien se ha señalado particularmente, pues habiendo sido
herido en los primeros tiros, apesar de ser muy niño , continuó
en el combate hasta el fin.
Los oficiales y tropas enpeñados en la acción han com
batido con valor heroico : difícilmente podrá recomendarse
a alguno en particular, porque cada oficial, cada soldado
disputaban el honor de vencer. Merecen memoria singular la
bravura del capitán Morán y del teniente Ycaza, la sereni
dad y firmeza de los capitanes Caicedo, Lozano y Cabal como
también las tres compañías de Santander que entraron en
la función sostenidos por las tres compañías que desespe
raban por hallar terreno que permitiese la formación para
entrar en combate. El capitán Mayor Pallarés, tomó el man
do del batallón por la muerte de su comandante y lo dirigió
bizarramente. Los edecanes del Sr. Gral . Mires se han
conducido con mucho valor.
Mañana se ponen en marcha todos los cuerpos sobre
la división de Guaranda establecida en Babahoyo y nos
proponemos un nuevo triunfo , particularmente si ella se
ha avanzado .
La victoria de Yaguachí, habiendo salvado a Guayaquil
de la invasión con que se le ha amenazado es el más gran
de paso a la libertad de Quito. La división del Sur ha ofre
cido sus trofeos a la ciudad de Guayaquil.
Por ausencia del Jefe de Estado Mayor El Ayudante General

(Colección de Documentos, pag XIII , tomo 3º .)

Cayetano Cestaris .

"Conseguido este triunfo perdió en él


Aymerich lo mejor de sus tropas. Se hizo escri
bir a los prisioneros proponiendo canje de
oficiales. Tenían estas comunicaciones por
principal objeto dar a conocer a los contra
rios el golpe que habían sufrido . Como supu
simos el Gral. español emprendió su reti
rada con algunas pérdidas ; pues nosotros ma
niobrábamos siempre a su retaguardia ; pa
só la cordillera y se situó en Riobam
ba, en donde se les unieron los restos de Gon
zales, que sólo llegarían a doscientos hombres
contando a los enfermos que había dejado
en Cauca, pues del campo no escaparon cin
cuenta. Nosotros seguimos la marcha acam
pando entre Guaranda y San Miguel de Chim
bo donde permanecimos algunos días".
ALFREDO GUINASSI MORÁN 93

El renombre de las acciones heróicas


no tiene fronteras , sin embargo, qué pronto y
qué totalmente se olvidan esos hechos y esos
nombres. En las efemérides de "Ambas Amé
ricas", editada en Valparaíso en 1842, se dice,
el 19 de Agosto de 1821 : “El Gral. Sucre , inter
poniéndose hábilmente entre las fuerzas es
pañolas que bajaban de Quito a las órdenes
de Aymerich y las que de Cuenca conducía
Gonzáles para atacar Guayaquil, bate a éste
completamente en Yaguachi con pérdida de
200 muertos y 600 prisioneros . Este triunfo fué
debido principalmente a la brillante, audaz y
oportuna carga que dió el capitán, hoy gene
ral Morán, que obligó a Aymerich a reple
garse sobre Quito ".
El siguiente oficio, con motivo del canje
de prisioneros, va a revelarnos los progresos
de la causa de la libertad y la regularización
de la guerra :

Cuartel general de Guayaquil, a 31 de Agos


to de 1821.

Exmo. Sr. Vicepresidente de Cundinamarca.

En la gaceta que acompaño verá V. E. las


comunicaciones que he dirigido al Gral. Ay
merich para estipular el canje de nuestros pri
sioneros. El Tte . Corl . español D. Francisco Ji
menez ha venido comisionado por dicho Ge
neral para llevarlo a efecto ; se le ha fran
queado dinero y todos los auxilios que ha
pedido para los oficiales ; pero habiendo indi
cado a la tropa prisionera en los pontones el
objeto de su comisión, le han costestado pú
blicamente "que prefieren ser prisioneros de
la república que soldados del ejército espa
ñol." Le han gritado en su presencia repeti
dos vivas a Colombia y excecraciones numero
sas al Rey de España. Este suceso ha compro
metido mis ofertas del canje estipulado , par
ticularmente cuando el mismo Jimenez ha
protestado que no servirá jamás a la tiranía
y se ha alistado bajo las banderas del ejército
libertador, él lo ha anunciado así al general
Aymerich, indicándole la dura lección que ha
recibido de los prisioneros, lo que influirá po
derosamente sobre los restos de las tercera
94 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

división expedicionaria. He resuelto efectuar


el canje de los 12 oficiales que están en mi
poder, y vacilo en la incertidumbre, si de
bo o no sortear de los seiscientos soldados los
que necesitamos para libertar los cien nues
tros que me anuncia estar en las cárceles de
Quito .
Dios guarde a V. E. muchos años, Exmo.
señor.
Antonio José Sucre.

"Sabedor el Gral. Sucre de la buena dis


posición del pueblo quiteño por la causa de
la independencia y de los recursos que po
día sacar de aquella ciudad, hizo un movi
miento para interponerse en Ambato entre
esta ciudad y el ejército enemigo, mandando
al mismo tiempo para que ocupase Quito al
Corl. Illingrot con una columna pequeña que
debía penetrar por el Naranjal . Conocido es
te movimiento por los enemigos se movieron
con mucha rapidez y en las llanuras de Gua
chi, donde se reunen los dos caminos, el que
baja por Santa Rosa y el que viene de Rio
bamba, llegamos al mismo tiempo .
"El Gral. Mires a la vanguardia con el
batallón Santander creyó hacer lo mismo que
en Yaguachi, y se empeñó en el combate contra
las órdenes que tenía".
"Comprometido este cuerpo se le echó en
cima todo el ejército español, que constaba
de dos mil infantes y quinientos caballos ;
siendo necesario auxiliarlo se comprometió
la batalla. El terreno era muy desventajoso
v además nosotros sólo teníamos en el campo
120 hombres de caballería, y por más que se
trabajó para conseguir la victoria nada pudo
hacerse y fuimos completamente derrotados".
"Como los realistas eran tan superiores
en el número de caballería, y a más, mejor
montada que la nuestra, desde el principio
del combate nos cargaban por todas partes.
Cuando se aproximaba el escuadrón de "Ma
ría Luisa", el Gral. Sucre me mandó con mi
compañía a hacerle frente ; logré una carga
feliz y salió disperso el escuadrón, que per
seguí como un cuarto de legua hacia Amba
to, mas advirtiendo que el fuego de nuestra
linea retrocedía dejé la persecución y llegué
ALFREDO GUINASSI MORÁN 95

luego al campo, en el momento en que nos


arrojaban por todas partes . El Gral. Míres y
todos los jefes se replegaban con las fuerzas
que podían a una hacienda que hay en medio
de la llanura y nos llamaban. Yo que había
sido prisionero de los españoles en Cartagena ,
hubiese preferido la muerte a caer en sus
manos e hize esfuerzos para mantener unidos
a mis soldados ; el Gral. Sucre desesperado
pensaba entregarse prisionero, yo lo desanimé,
le dije que me siguiera, que yo rompería por
entre los enemigos . Para hacerlo tenia la ven
taja de que toda la caballería española estaba
dispersa, persiguiendo a los derrotados ; em
prendí al galope con cuarenta hombres por el
centro de la llanura ; rodeado a poco de ene
migos que pretendían cerrarnos el paso, ma
tando con mi propio sable a algunos de ellos
salvé al General y a varios oficiales del esta
do mayor. Luego que ya no habían enemigos
el Gral. Sucre con sus ayudantes, el Corl . Ces
taris jefe del E. M. y algunos oficiales que se
nos unieron, se adelantaron por el mismo ca
mino donde habíamos bajado a Guachi y yo
cubrí la retaguardia haciendo frente a los
españoles que nos persiguieron como hasta 3
leguas del campo . Seguimos toda la noche,
y a las diez del día siguiente llegamos a Gua
randa que ya estaba sublevada ; quisieron ata
jarnos los paisanos pero habiéndolos cargado
y muerto unos cuantos de ellos desistieron de
su empeño, y sólo nos molestaron todo el día
haciéndonos tiros de sobre los cerros . Conti
nuamos nuestra marcha hasta la bodega de
Babahoyo . Este fué el principio de mi estrc
cha amistad con el Gral. Sucre".
"Si los españoles siguen detrás de nosotros
sin duda hubiesen ocupado Guayaquil pues
no teníamos absolutamente con qué hacerles
frente. Habiéndonos derrotado el 12 de Se
tiembre de 1821 , no invadieron hasta fines
de Noviembre, tiempo el menos a propósi
to para comenzar operaciones en aquél pais
y mucho menos para quienes no tenían fuerzas
navales, porque en el invierno todo el país se
aniega. Este tiempo lo aprovechamos en le
vantar un cuerpo al que se le dió el nombre
de "Yaguachi" ; formamos nuevamente el ba
66
tallón Albión" con los oficiales que escapa
96 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

ron de Guachi y los que se fugaban de las pri


siones, auxiliados por los ecuatorianos, y con
ciento y tantos soldados que se habían embar
cado en dos goletas para perseguir la corbe
ta "Alejandro " y el bergantin "Bolivar”, que
regresaron en este intérvalo".
"El resultado es que teníamos como ocho
cientos hombres y armas, antes de la llegada
del batallón "Paya", que se embarcó en puer
to Buenaventura, con los que podíamos defen
der el país, por lo menos durante el invier
no".
"El Corl . Toldrá vino a la cabeza de tres
mil hombres sobre Guayaquil y se situó en la
Sabaneta, el Gral. Sucre en Daule donde a
oco me dejó al frente de los enemigos con
cien soldados veteranos de caballería, que
se habían aumentado hasta este número sobre
los cuarenta que salvé de Guachi, ochenta
fusileros y cuatrocientos más de caballería
todos de milicia, que se prestaron muy gusto
sos a defender el país. Con los milicianos te
nía día y noche incomodada a la división Tol
drá por caminos extraviados enviaba parti
das que hacían fuego de los bosques a sus
tropas, y de noche hasta penetraban en su
campo y se sacaban sus caballos . Hacía como
cinco dias que mandaban una descubierta de
ún escuadrón a la Bodega y se retiraba a la
Sabaneta, al sexto día embarqué mi infan
tería con orden de marchar a cerrarles el pa
so y yo los ataqué oportunamente con el es
cuadrón en la Bodega, quisieron hacer resis
tencia pero notando la fuerza que venía a su
retaguardia salieron en completa dispersión ,
les tomamos prisioneros armas y caballos.
El mismo Toldrá vino al siguiente día con
toda su división y retrocedió a su campo sin
atacarnos, de donde propuso luego una entre
vista al Gral. Sucre que se efectuó en Baba
hoyo, resultando de ella un armisticio por
tres meses, que se cumplió religiosamente de
una y otra parte, mandándonos los españo
les todos los jefes y oficiales que aún tenían
en Quito prisioneros en cambio de los suyos".
"En el tiempo que duró el armisticio con
Toldrá en la Bodega de Babahoyo, el Gral.
Sucre pidió auxilios al Centro de Colombia,
que fueron enviados por Buenaventura, y en
ALFREDO GUINASSI MORÁN 97

virtud de los reclamos que hacían los jefes y


oficiales del batallón "Numancia" para que
se les pidiese al Protector San Martin, pues
querían prestar sus servicios a su patria, mar
chó a Lima el Tte. Corl. Gómez encargado de
esta misión".
"Luego que se presentó Gómez en Lima
exigiendo la repatriación del cuerpo y hacien
do presente al Protector lo urgente que era
el contingente de este cuerpo para las opera
ciones del sur de Colombia, el Gral . San Mar
tín dijo que no podía darlo porque era indis
pensable en su ejército . Sabido ésto por los
numantinos se presentaron al Protector di
ciéndole que estaban resueltos a marchar ; el
Protector les contestó que no lo harían por
que no eran dueños de realizarlo , pues em
plearía la fuerza para contenerlos ; a lo que,
nuestro Tte. Corl. le respondió : "Excelentí
simo señor prepárese V. E. a matar al ba
tallón Numancia y al que ha venido a buscar
lo, porque la amenaza de muerte no será la
que nos intimide en el cumplimiento de nues
tros deberes".
"Retirados de palacio se fueron a pre
parar la marcha . El Gral. San Martín llamó
nuevamente a Gómez y, haciéndole varias re
flexiones, se convino en que marcharía en lu
gar de "Numancia" la división que se formaba
en el norte del Perú, compuesta de dos ba
tallones y dos cuerpos de caballería a las ór
denes del Corl . Santa Cruz , y de este modo
terminó Gómez su misión, llevando las órde
nes para que la división peruana pasase al
Ecuador, mientras él daba cuenta del arre
glo anterior".
Aquí terminan los ligeros apuntes o no
tas del Gral. Morán, escritos en Lima por los
años de 1836 o 38, los que he mantenido en
lo posible en su espíritu y en su forma, intro
duciendo sólo algunos datos ampliatorios de
sucesos que por su entidad no debían ser si
lenciados, pues que hubiesen roto la hilación
de los sucesos . En adelante he de ajustarme a
otros datos y publicaciones del mismo Gene
ral, procurando escribir con documentos pa
ra descartar de la historia, que es grandiosa
y respetable por la verdad, toda alteración o
apasionamiento .
98 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Pretendo que mi libro sea de sanción y


de verdad.

Antes de hablar de las victorias de Pichin


cha y Pasto que decidieron la lucha por la
independencia del Ecuador, volvamos la vis
ta atrás, una otra vez, para asistir a las úl
timas escenas de la gran lucha que Colombia
sostuvo contra España.
Después de la campaña de Nueva Grana
da rematada en "Boyacá”, se ensanchó enor
memente el radio de la guerra. Hemos visto
a Valdez al frente del ejército del sur, desti
nado al Ecuador, y conocemos ya ésta sección
de operaciones. Simultáneamente el Corl.
Córdova obraba sobre Mompóx y Río Hacha ;
el Gral. Montilla sobre la plaza fuerte de
Cartagena y Salón, Maza, Carmano , Lara y
Carreño se movían en distintas direcciones
para dominar integro el territorio .
En Venezuela catorce mil soldados es
pañoles permanecían inactivos mientras Bo
lívar organizaba sus nuevos dominios y sus
ejércitos. El Gral. La Torre en Bailadores no
dió un paso adelante, disculpándose el Gene
ral en Jefe de la inacción de su teniente con la
falta de recursos y de elementos para pasar
la cordillera. El ejército español, doble en
número, teniendo defendido el Sur por los
2,000 hombres de Sámaco y los 3,000 de Cal
zada, sin contar las guerrillas numerosas, no
fue para aplastar al audaz Libertador lle
no de fe en el porvenir con la esperanza de
sus nuevos triunfos.
En España Fernando VII preparaba una
nueva expedición contra América, más aquél
ejército contaminado de liberalismo no qui
so pasar los mares a verter su sangre en nom
bre de la tiranía. Ellos que habían luchado
por la independencia, conspiraban para al
canzar algunas reformas en su vetusta monar
quía. El 1º . de Enero de 1820 D. Rafael Rie
go comenzó la insurrección con su batallón
Asturias", al grito de " Constitución y Liber
tad". Fernando VII se vió obligado a conce
der lo que se le exigía, y el partido real de
América no recibió el contingente esperado ,
ALFREDO GUINASSI MORÁN 99

sino órdenes de zanjar la lucha por concesio


nes y promesas.
Estas noticias que llegaron a Morillo y
los suyos les revelaron el porvenir : quedaban
solos en adelante y como defensores de una
causa reprobada hasta en su misma conser
vadora patria.
El Rey vuelto constitucional pensó enton
ces sujetar a América con la otorgación de sus
gracias y ordenó a sus virreyes y capitanes
que ofreciesen y jurasen la Constitución es
pañola,, y que entrasen en arreglos fraterna
les con sus antiguos colonos . Era demasiado
tarde para tales hermanazgos : la sangre de
rramada formó torrentes infranqueables ; ¡ mi
llones de cadáveres americanos dividían a
España de ultramar !.
Los comisionados venidos más tarde en
tablaron en los diversos países negociacio
nes más o menos desconsoladoras . Fué Co
lombia la que rechazó primero y de plano
todo avenimiento que no tuviese por base el
reconocimiento de la independencia. Pero , si
no se logró una componenda, en cambio su
frió la guerra variaciones esenciales con su
regularización : pasó el tiempo de los crime
nes, de las hecatombes de prisioneros, de las
violaciones, de la muerte del niño y del an
ciano, del desbastamiento de campos y ciuda
des, del remate de los heridos en crueles su
plicios.
Los engreidos jefes españoles recibieron
de mal talante las órdenes de la Metrópoli
para tratar con los insurgentes y hacerles con
cesiones. La jura de la Constitución fue arran
cada con violencia de los corazones de Correa
y Morillo y demás españoles, pero más duro
les fue, sin duda, reconocer como sus igua
les ciudadanos a los despreciados insurgentes .
y tratar de igual a igual a aquellos odiados
jefes patriotas que encarnaban la revuelta, lla
mados Páez, Bermúdez, Zaraza, Monágas ,
Cedeño, Rojas, Montilla, etc., a quienes se en
viaron comisionados .
El Libertador quería aprovechar del tiem
po antes de las negociaciones para extender
su dominio en Venezuela al influjo de
los triunfos en Nueva Granada, y aunque
buscaba y necesitaba el armisticio, se adelan
100 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

tó sobre Mérida , Trujillo y Carache donde, a


punto de llegar a las manos con los contrarios
que le salieron al encuentro , comisionó al bri
gadier Sucre y a los coroneles Briceño Men
dez y Pérez para entenderse con los delega
dos del Gral. Morillo . Acordaron, en efecto,
una suspensión de hostilidades por seis me
ses y el filantrópico tratado de la regulariza
ción de aquella guerra feroz y bárbara.
Sucre llevó la misión de notificar en terri
torio de Colombia la sesación de la guerra a
muerte y el armisticio.
Fue también en el pueblo de Santa Ana
donde el Libertador, aquel hombre odiado y
perseguido cuya cabeza estaba puesta a pre
cio, llegaba casi solo, ante los españoles, para
abrazarse con ese Morillo , sucesor de Bóves,
de Moxó, de Pardo ..... El ingenio de Boli
var brilló ante los soldados íberos y les cau
tivó su viveza y expontaneidad.
Poco después el general Morillo , hecho
Conde de Cartagena, abandonó la tierra vene
zolana encargando del ejército realista_al
cumplido y anciano mariscal de campo La To
rre. Morillo alcanzó títulos y honores y de
jó a La Torre el desenlace con sus desenga
ños . Supo retirarse antes que se disiparan
los espejismos en la corte de España .
La sublevación de Maracaibo a favor de
la independencia vino a romper el armisticio
de Santa Ana, pues el general Urdaneta no
pudo dejar sin apoyo a aquella ciudad que al
fin reaccionaba y el Gral . La Torre recla
mó al Libertador exigiéndole el retiro de las
fuerzas de la plaza . Bolivar no se decidió a
entregar a los sublevados a sus enemigos
viéndose obligado a notificar, dentro del pla
zo convenido, el comienzo de las hostilida
des en todo el vasto territorio de Colombia.
El Gral. Bolívar comenzó sus preparati
vos ; buscó a Páez, dio órdenes a Urdaneta
y a Soublette y él se movió sobre Barrinas.
Las primeras acciones dadas por Bermúdez
en Caracas, tomada y perdida por los pa
triotas y vuelta a tomar luego, como los ama
gos de los generales Zaraza y Monágas, te
nian por objeto distraer al enemigo . El Liber
tador preparaba la campaña que, en un día,
ALFREDO GUINASSI MORÁN 101

dió la libertad a Venezuela y con ella a Colom


bia y al Perú .
Las tropas independientes de Bolivar,
Páez, Cedeño , Soublette y Urdaneta se reu
nieron en San Carlos y buscaron a La Torre,
teniendo ambos ejércitos al derredor de seis
mil hombres. Estaban en "Carabobo ", en el
sitio mismo donde el año 14 Bolivar consi
guió otra brillante victoria. En el corto tiempo
que duró la batalla se hicieron prodigios . No
todas las fuerzas independientes pudieron for
mar en la línea pero suplieron la diferencia
de número con valor : allí murieron el Gral.
Cedeño, el Corl. Plaza y muchos oficiales pa
triotas, pero el desastre enemigo fue enorme,
perdieron inmenso número de soldados muer
tos o prisioneros, armas y municiones ; los
cuerpos de ejército quedaron reducidos a cua
dros. El Batallón 1º. de Valency, español, tuvo
un brillante comportamiento y resistió todas
las cargas enemigas : formado en columna se
retiró hasta Valencia, a pesar de la obstinada
persecución de la caballería, y de ahí si
guió a Puerto Cabello donde se había refu
giado el mariscal La Torre con los restos de
Carabobo, salvo la caballería que se retiró
del campo con Morales en dirección a los lla
nos.
En adelante los españoles no son ya te
mibles ; se puede decir que este día, 24 de
Junio de 1821 , terminó la guerra de Colombia ;
faltaban solamente empresas de menor cuan
tía y la rendición de los Castillos, cuyo sitio
fué encomendado al Corl . Rangel . El Gral.
Mariño, que estuvo encargado de la Vicepre
sidencia interina antes de la reunión del
Congreso de Angostura, quedó al frente del
ejército y el Libertador se adelantó sobre Ca
racas con tres cuerpos y caballería .
El Corl . español Pereyra que fue destaca
do por el Gral. La Torre contra Bermúdez ,
al saber el desastre de Carabobo trató de sal
var sus tropas . Habiendo fracasado en todos
sus intentos se entregó por capitulación al Li
bertador, y sus soldados, en su mayor parte
americanos (2º. batallón de Valency) se pasa
ron a los independientes .
El Libertador repartió entre Mariño ,
Páez y Bermúdez el territorio de Venezuela,
102 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

haciendo a Soublette director de la guerra,


y él se dispuso a dejar su país, para condu
cir a sus fieles soldados a nuevas campañas :
He aquí su ambición : la guerra por la liber
tad ; su sed de mando le hacía repartirlo en
tre sus generales ; sus placeres son en la cam
paña de su vida las luchas y el peligro ; sus
ocios la inquietud y la marcha activa en todas
direcciones. Conocedor y temeroso de algunos
de sus tenientes gustaba siempre de despo
jarse él para colmarlos a ellos, y sin embar
go, ¡ cuánta injusticia y cuánta crueldad han
tenido ciertos pueblos y ciertos hombres pa
ra este soldado generoso , noble y filántropo !
El Congreso reunido en 7 de Septiembre
de 1821 reeligió para Presidente de Colombia
al Libertador y para Vice-presidente al Gral.
Santander, quien en adelante estaría al frente
del Gobierno mientras el Libertador se em
peñaba en las campañas de Quito y el Perú.
Antes de partir recibió el Libertador las
noticias de la entrada de Montilla a Cartagena ,
después de un asedio de catorce meses, de la
toma de Cumaná por Bermúdez y más tarde
de la incorporación del istmo de Panamá a Co
lombia, quedando con esto libre de enemigos
el territorio Neo-granadino .

★ ★

Preparado durante este tiempo el ejérci


to colombiano que debía marchar a Popa
yán, compuesto de los batallones "Neyva " y
"Bogotá", y pronto a llegar al mismo punto
Salón con los escuadrones "Húsares", "Guias ”
y "Cazadores" y los batallones "Rifles" y "Ven
cedor", se dirigió el Libertador a Bogotá pa
ra seguir a Popayán . Su plan era trasladar
se por mar a Guayaquil y ordenó, en conse
cuencia, a dos de sus batallones que siguiesen
al puerto de Buenaventura para embarcarse,
pero habiendo recibido noticias de que los
enemigos disponían de fuerzas navales veni
das con el Gral. Mourgeon , nuevo capitán Gral .
del Reino de Santa Fé, que murió a poco, se
vió obligado a cambiar de ruta, teniendo que
empeñarse contra Pasto, que se cruzaba en
su camino.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 103

La naturaleza, hombres y cosas, se opo


nían al intento del Libertador. Nunca , quizás ,
se habían reunido en contra de una empresa
militar mayor número de obstáculos y dificul
tades . Los pueblos de Pasto y Patía eran fa
náticos y estaban exaltados por las prédicas
religiosas para la defensa del Rey; dirigi
dos por buenos jefes españoles eran diestros
soldados que oponían la táctica, la astucia y
el empeño desesperado del que busca en la
muerte la gloria eterna ; las posiciones ines
pugnables donde se alzan cumbres indómitas
de peña, ríos convertidos en torrentes , bosques
impenetrables y hondas quebradas en revuelto
paisaje, estaban a más defendidos por forti
ficaciones y parapetos militares . El clima in
salubre de esas regiones era otro enemigo
poderoso para las tropas libertadoras , como la
escaséz de víveres a causa de la pobreza y de
las guerrillas enemigas que invadían todos los
rincones y los interceptaban . Todos los ele
mentos parecían conspirados .
A fines de Marzo del 22, el Libertador
pasó con sus diezmadas tropas el Juanambú ;
tenía próximo, detrás del Guaitará, al Corl.
Basilio García con dos mil' hombres, más o
menos los que él llevaba . Atravesó , también ,
este segundo río para tener delante el camino
de Bomboná, dominado por las alturas de
Cariaco donde estaba García. Sitios funestos
de sangre y muerte para los patriotas, que en
tres épocas tuvieron que luchar en ellos.
Todas estas marchas se hacían pelean
do con las guerrillas y emboscadas enemigas.
El Libertador reconoció esas posiciones y las
consideró formidables, pero no era posible
ya ni esperar ni retroceder, era necesario
sacrificarse : mandó al Gral. Valdez pa
ra que trepase el volcán de Pasto y atacase la
izquierda enemiga del Tte. Corl. Castilla,
mientras que el Gral . Pedro León Torres mar
chaba contra la derecha y centro. La acción
de Bomboná, una de las más mortíferas pa
ra el ejército patriota, estaba comenzada ; los
esfuerzos desesperados de la división Torres
se estrellaban en los obstáculos del terreno
y las fortificaciones enemigas, mientras los
soldados realistas hacían certeras punterías
sobre los patriotas que morian a centenares,
104 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

desesperados en su impotencia. Murió el Gral.


Torres, ( 1 ) luego cayó Paris, después heridos
Barreto, en seguida Sanders , Carvajal .. “Ven
cedor" llegó en apoyo de "Vargas" y "Bogo
tá" diezmados , cuando Valdéz con "Rifles"
coronaba las cumbres de Pasto . Al fin los es
pañoles dejaban su campo ; la victoria fué
de Colombia.
El Libertador no pudo aprovecharse del
caro triunfo , ni siquiera seguir contra Pasto ,
que se defendería, y quedó en espera de las
fuerzas que había solicitado , que pedía con in
sistencia y que no llegaban .
Cuando Bolívar ya retirado hacia el Pe
ñol, de las posiciones que le dió el combate de
Bomboná, daba el Gral . Sucre la batalla de
"Pichincha" que fué para el Ecuador lo que
"Carabobo" a Venezuela o lo que “Ayacucho "
al Perú .
El Libertador, ya reforzado, regresó de
nuevo sobre García, a quien hizo ofertas de
capitulación. La noticia de "Pichincha" deci
dió a García a rendirse y trajo como conse
cuencia la toma de Pasto .

Volvamos a las operaciones del Gral. Su


cre, después de terminado el armisticio del
año anterior.
"Las tropas de Sucre, dice Torrente, ha
bían de operar sobre Cuenca en combinación
con las tropas peruanas mandadas por Santa
Cruz, en tanto que Bolivar se presentaba so
bre Popayán y atacaba Pasto, Bolivar fué el
primero que corrió desde Venezuela a dar
principio a estas operaciones, presentándose
sobre el río Juanambú ".
Así sucedió, en efecto, y he hablado de
esta campaña .

(1) Larrazábal cuenta que el Gral. Torres sufrió una


equivocación al oír las órdenes del Libertador, por lo que
se retardó en el ataque . Molesto Bolívar, que temía por el
éxito de la batalla, le mandó que entregase a su segundo
el mando de la división, a lo que el Gral. Torres, respon
dió : "si no soy digno de servir a mi patria como general,
la serviré como granadero ", y así marchaba el noble patriota
en busca de la muerte cuando Bolivar le abrazó emocionado,
volviéndole su puesto.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 105

Las fuerzas del Gral. Sucre tuvieron su


primer encuentro victorioso en "Riobamba"
con las tropas realistas al mando de López.
que se retiraban a Quito . De Riobamba el ejér
cito patriota siguió en activa persecución, ocu
pando las posiciones que dejaban los enemi
gos. El 16 Sucre llegó a los valles de Chillo y
flanqueando las faldas del Puengasi, se pre
sentó frente a Quito . El 22 atraviesa el ejér
cito patriota el llano de Turubamba y asienta
su campo sobre las faldas del Pichincha ; el
23 por la noche se apodera de sus posiciones
y el 24 provoca a la batalla.
La modesta pluma de Sucre da cuenta de
la batalla de “Pichincha” en sobrio estilo . Sin
duda la " caballerosidad de Sucre dá a la his
toria un documento insospechable , que pue
de encontrarse en el tomo 3º., página 158, de
los Documentos relativos a la Vida Pública
del Libertador.
El más tarde Gral. Morán publicó en Are
quipa, bajo el seudónimo de "Un colombiano ” .
por defender la verdad histórica y la memoria
de su amigo el Gral. Sucre, unos "Esclareci
mientos" sobre la campaña de Quito y batalla
de "Pichincha". Muchas razones me hacen
preferir esta publicación al parte oficial : sus
detalles, su novedad y el salvar del olvido una
opinión respetable para la historia . Cualquie
ra por otra parte puede constatar su exacti
tud con los partes oficiales y la corresponden
cia de los libertadores .
Ese artículo dice así :

"La nueva contienda a que da principio


el Mercurio, sobre la campaña de Quito y la
batalla de Pichincha, que, algunos genios
amantes de la discordia han querido hacer
valer como la obra del Gral . Santa Cruz y no
del Gran. Mariscal de Ayacucho , aunque sin
talentos ni motivos para ser escritor, me veo
impulsado en obsequio de la justicia a serlo,
no con la elegancia de los que pueden presen
tarse como tales sino con la verdad y sin dar a
nadie más de lo que le corresponde"
"Después de la batalla de “Guachi ”, cuyo
combate fué obstinado y sangriento , el Gral .
Sucre tuvo que retirarse a Guayaquil, vencido
y con dos heridas, pero dejando a los enemi
gos en estado de no poder continuar su triun
106 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y Biográficos

fo . Situado en las bodegas de Babahoyo , reu


nió en los cantones de Babá y Samborondón
las tropas que habían quedado en el departa
mento de Guayaquil, y el batallón "Paya" que
había desembarcado en la punta de Sta. Ele
na, formando con estos una fuerza igual a la
perdida en "Guachi", por la precipitación del
Gral. Mires " .
"A los dos meses del contraste de "Gua
chi" invadió el Corl. español Toldrá, con una
fuerte división, y llegado a la Sabaneta hacía
sus incursiones sobre Caracol y Babahoyo ,
cuyo último punto había sido abandonado , y el
día que marchó a ocuparlo tuve un encuentro
con su descubierta, la cual salió derrotada,
encontrándose con los dispersos la división
enemiga en el paso de Mona. Regresó el jefe
español a la Sabaneta y pidió al Gral. Sucre
una entrevista, de la cual resultó el armisti
cio que tanto necesitaba Toldrá como el Gral.
Sucre : el primero para retirarse de la difícil
situación en que se hallaba, y el segundo pa
ra preparar la nueva campaña que, los que
han querido lisonjear al Gral. Santa Cruz, la
han atribuído sus combinaciones".
"Cuando el Gral. Sucre llegó a Guayaquil
la oficialidad del batallón "Numancia” le pi
dió los reclamase al Gral . San Martín, pues
deseaban ir a tomar parte aunque fuera en
los últimos acontecimientos de su patria, ya
que su desgracia los había hecho caer en ma
nos de los españoles, para haberse privado
de tantos combates gloriosos a las armas co
lombianas. El Gral. Sucre, sin embargo de
estos justos reclamos, considerando la impor
tancia que el batallón "Numancia" daba al
ejército del Gral. San Martín, los consolaba
con que pronto regresarían a su patria, ex
hortándolos a continuar prestando sus servi
cios, pues los creía allí de más necesidad, ya
que la causa de la independencia en todo el
continente era la misma ; pero habiéndose su
frido el revés de " Guachi " y que los enemigos
por una fuerte recluta en Quíto y Cuenca ha
bian aumentado su ejército, y a más de esto
que el Gral. San Martín había ocupado la
capital del Perú, pidió que le devolviese el
batallón "Numancia" para abrir nuevamente
la campaña ; mas el resultado fué convenir
ALFREDO GUINASSI MORÁN 107

en dar las tropas de nueva creación que se


formaban en Trujillo y Piura bajo la direc
ción del Corl. Urdaneta, que deshacerse del
alma del ejército del Gral. San Martin . De es
tas resultas fue que el Gral . Santa Cruz, en
aquella época Corl. , se encargó del mando de
las tropas que se formaban en el norte del
Perú y tuvo la orden de ponerse a las del Gral.
Sucre."
"Situado el Gral. Santa Cruz en Piura
y habiéndosele reunido el mayor La Valle con
un escuadrón de Granaderos de los Andes, le
mandó el Gral . Sucre el itinerario y plan de
operaciones, hasta que se reuniese en Sara
guro con la división colombiana, cuya reunión
se efectuó en las descubiertas con diferen
cia de horas" .
"Saraguro fué el punto en que peruanos
y colombianos se abrazaron fraternalmente ;
allí juraron morir unidos o ser libres ; allí se
juraron amistad eterna, y allí fue donde al ca
bo de ocho años , génios perversos , enemigos
antiguos de la América, lograron que dispara
sen sus armas, por la primera vez, como
enemigos, dos pueblos que han nacido para
vivir unidos y triunfar del mismo modo”.
"Desde este punto marcharon ambas di
visiones sin ningún acontecimiento, avistan
do sólo algunas partidas de caballería que los
españoles tenían de observación, hasta nuestra
entrada en Cuenca, donde se trató de dar des
canso al ejército, reponer y aumentar nuestros
cuerpos así en hombres como en caballos."
"La división peruana, a las órdenes del
Corl. Santa Cruz, constaba de los batallones
2º y 4º. y de los escuadrones " Cazadores del
Perú y Granaderos de los Andes". Su fuerza
al entrar en Cuenca sería de 900 hombres, por
las deserciones que había tenido . La división
colombiana se componía de los batallones
"Paya”, “Albión”, “Yaguachi" y escuadrón
"Dragones", y su fuerza sería la de 1,500 hom
bres . En este punto se aumentaron los cuerpos
colombianos, en toda la mayor fuerza posible,
y a los del Perú se les reemplazaron sus ba
jas hasta la fuerza de 1,200 hombres en que
habían salido de Piura ”.
"Después de estar en Cuenca aumentan
do y equipando los cuerpos, avanzados los
108 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

batallones número 2°., "Yaguachi " y los "Dra


gones" en el pueblo de Alausí, llegó la or
den al Corl. Santa Cruz de regresar al Perú
y abandonar la campaña ; la comunicó al Gral.
Sucre y éste protestó que no se movería un
solo hombre hasta tanto no estuviese unido a
las tropas colombianas el batallón "Numan
cia", y luego marchó a Lima a hacer igual
protesta al Gral. San Martín , el adjunto al E.
M. capitán Gómez, por lo que fué revocada la
orden, llevándola el capitán Alegre ; mas el
Corl. Santa Cruz no era de la opinión del
Protector".
"A los cuatro días de haberse movido el
cuartel general de Cuenca, encontramos a
los enemigos en el pueblo de Tiesen ; creímos
que sería allí la batalla, pero los españoles la
evitaron retirándose a Riobamba. En las in
mediaciones de esta villa hubo un encuentro
en que sólo el valor de nuestros dragones
pudo habernos salvado : fuimos cargados por
toda la caballería enemiga y flanqueados por
un batallón, teniendo que sostener el último
choque de la caballería pié a tierra. Después
de este encuentro salvamos la difícil quebrada
de San Luis y formado el ejército en la lla
nura de Riobamba, el Corl . Ibarra se adelan
tó con los escuadrones "Granaderos" y "Dra
gones" . El primero marchando como a qui
nientos pasos del segundo encontró un escua
drón enemigo, y lo cargó del modo más bri
Hlante, pero al encontrarse con toda la caba
llería compuesta de cuatro escuadrones del re
gimiento de " Granada" tuvo que retirarse, lo
que efectuó con la mayor serenidad sin em
bargo de venir perseguido por aquella fuer
za hasta unirse con los dragones, y unidos
ambos cuerpos, dignos rivales en la carrera
de la gloria, cargamos a la cabellería españo
la, que fué batida inmediatamente, sin más
pérdida que un sarjento de dragones y un
soldado de granaderos . El encuentro de Rio
bamba, que tanto influyó en la campaña de
Quito , fué obra puramente del bravo Corl .
Ybarra con los escuadrones, pues a la distan
cia en que se hallaba el resto del ejército no
era posible se le pudiese auxiliar con oportu
nidad ni tomar otra medida que la de vencer".
"Pasado el combate de Riobamba, hasta
ALFREDO GUINASSI MORÁN 109

las inmediaciones de Quito no hubo nada


de particular ; todos eran movimientos, en los
cuales, los que componían el ejército, no ha
cían otra cosa que ejecutar las órdenes del
Comandante en Jefe . El Gral. Sucre tiene la
excelente cualidad de consultar y pedir sus
opiniones, no sólo a los jefes, sino hasta a los
subalternos, mas siempre hace lo que mejor
le conviene, y si por esta razón se ha
creído que alguno a las órdenes del Gran Ma
riscal de Ayacucho ha dirigido sus operacio
nes se ha engañado , y hasta se le puede cali
ficar de necio, sin aventurar mucho la opinión "

"La situación de Quito por la parte del


sur es inexpugnable. Estábamos una legua
distantes de la ciudad y por más movimien
los que hacíamos no podíamos sacar al ene
migo a dar la batalla en el llano de Turubam
ba, pero la llegada de unas comunicaciones
del Corl. español D. Basilio García, intercep
tadas por el comandante Cestaris, en las cua
les anunciaba mandar a Quito, en cumpli
miento de las órdenes que se le habían dado.
un batallón y un escuadrón, a pesar de las
circunstancias tan críticas en que se hallaba,
hizo resolver al Gral . Sucre a pasar a la parte
norte, para interponerse entre Quito y Pasto,
y si era posible atacar a los enemigos dentro
de la ciudad, para lo que se reunió una junta
de guerra. El Comandante en jefe comunicó
a todos los jefes su proyecto , en el cual todos
convinieron, y me es sensible decir que, sólo
el Gral. Santa Cruz no fue de esta opinión, y
aun dijo que era " un movimiento a la desespe
rada" ; pero el Gral. Sucre mandaba, y a las
siete de la noche se puso en marcha el ejército .
llevando la vanguardia el Corl. Córdova, con
dos compañía del batallón “Magdalena”, que
se nos habían reunido en Tacunga, y a las
ocho de la mañana del día siguiente ya es
taban todos los cuerpos descansando en la
altura de Pichincha menos nuestro parque y
el batallón "Albión". Los enemigos luego que
supieron nuestro movimiento trataron de opo
nerse, pero ya no era tiempo ; el combate lo
principiaron los batallones número 2º ., "Ya
guachi" y compañía de cazadores de "Paya".
El primer encuentro nos fue adverso, pero ha
biendo cargado "Paya" y "Magdalena" se res
110 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

tableció el combate y la derrota dio principio


en aquella parte. El batallón "Albión", que
llegó con oportunidad, cargó y dispersó del
mismo modo al batallón "Aragón" que ha
bía venido a flanquearnos por la izquierda.
La caballería estaba distante del combate es
cepto la primera compañía de dragones que
se hallaba a retaguardia de la infantería."
"El Corl. Santa Cruz permaneció durante
la acción al lado del Gral. Sucre, ( 1 ) con todos
los demás del E. M., y sólo se separó a lo úl
timo para llevar la orden al comandante del
"Albión" para que cargase con su cuerpo , que
venía avanzando por nuestra izquierda, con
lo que se concluyó la batalla, siguiendo el Corl .
Córdova en la persecución de los enemigos
hasta las calles de Quito, con parte de "Paya”
y "Magdalena", haciendo alto cuando mandó
el Gral. Sucre un parlamentario intimándo
les rendición a los enemigos, de lo cual resul
tó la capitulación de aquella jornada, siendo
el Gral. Santa Cruz uno de los nombrados por
parte del ejército libertador para estipularla”.
"Estos son los acontecimientos de la cam
paña de Quito , y como testigo ocular y expues
to a los mismos riesgos puedo asegurar que
cuanto se salga de ésto es puramente adula
ción, y el Gran . Mariscal Santa Cruz podía
haber hecho callar y avergonzar a los que tra
tan de adularlo diciendo : "yo no he hecho en
esta campaña otra cosa que lo que me mandó
el Gral. Sucre" ; pues el que escribe estos
acontecimientos, con más servicios a la patria
que el Gral . Santa Cruz , no se avergonzaria,
si se viese en el mismo caso , de decir que cuan
to ha hecho por la independencia de América
se lo ha mandado el Libertador" .

La terrible lucha, en sus postreras con


vulsiones, se extinguió más rápida en el Ecua
dor. El desenfreno, la fiereza que se apodera
del hombre en la pelea, como negro fondo de

(1) No obstante el parte oficial de la batalla de Pichin


cha dice : "Paya fue destinado a reconocer las avenidas
lego seguido por el batallón de Trujillo (del Perú ) dirigi
do por el Sr. Corl . Santa Cruz, Comandante Gral. de la
división del Perú.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 111

su espíritu, cual si a través de las edades y


las generaciones surgiesen en él los atavismos
lejanos de épocas salvajes , ya se esfumaba :
parecía que el sol, tras la tormenta y las ne
gras nubes, filtraba sus rayos de bonanza.
Los hombres arrepentidos comienzan a
dejar los crímenes de la anterior guerra a
muerte ; ya no habrán las matanzas, las de
portaciones, la destrucción de propiedades,
en fin , la violación de todas las leyes mora
les y humanas ; la voz de la justicia y la ra
zón se escucha ya : a las resistencias desespe
radas e inútiles vendrán las capitulaciones :
capituló Quito , luego Pasto antes Cartagena, y
finalmente Puerto Cabello ; Bolívar, aquel
hombre que vió sucederse en Venezuela ejér
cito tras ejército , que sobrevivió a Monteverde ,
a Boves, a Morillo y a La Torre, que se alza
como enhiesta cumbre, tiende sus brazos a los
enemigos, que al fin España y América son la
misma familia, con iguales glorias y estigmas,
con idénticos pecados.
He aquí las palabras del Libertador en su
proclama de Junio del 22, palabras repetidas
por donde quiera : “¡ Soldados españoles ! La
capitulación que ha terminado vuestros pade
cimientos, os ofrece dos patrias, España y Co
lombia, escoged : si queréis un suelo libre,
tranquilo y pródigo, sed colombianos ; pero si
queréis llevar vuestras cenizas al sepulcro de
vuestros padres, la España es libre y debe ser
dichosa".
La división peruana que en reemplazo
del batallón "Numancia" asistió a la batalla
de "Pichincha", fué rodeada de especiales con
sideraciones . El Libertador dió un decreto
reconociendo y premiando sus servicios , que
dice :

Art. 19.- La división del Perú a las órdenes del Sr. Corl.
Andrés Santa Cruz es benemérita de Colombia en grado emi
nente .
20.-El Sr. Corl. D. Andrés Santa Cruz gozará en Colom
bia del empleo de general de brigada.
3º. Los demás Jefes y oficiales de la división del Perú,
se recomiendan al Gobierno del Perú para que atienda a los
méritos y servicios que han contraído en la presente campaña.
4º -El Corl . D. Andrés Santa Cruz, jefes, oficiales y
tropa de la división del Perú, llevarán al pecho una meda
lla, de oro los oficiales y jefes y de plata de sargentos para
abajo, con la siguiente inscripción : "Libertador de Quito en
Pichincha", por el reverso : "Gratitud de Colombia a la
división del Perú . La medalla irá pendiente de un cordón o
cinta tricolor, con los colores de Colombia.
112 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

50.-El Gobierno de Colombia se reconoce deudor a la di


visión del Perú de una gran parte de la victoria de "Pichin
cha" .
60. Los individuos de la división del Perú, a las órde
nes del Corl. Santa Cruz, serán todos reconocidos en Colom
bia como ciudadanos beneméritos. El primer escuadrón de
Granaderos montados del Perú llevará el sobre-nombre de
"Granaderos de Riobamba", si el Gobierno se digna confir
marle este sobre-nombre glorioso .
Quito 13 de Junio de 1822 - I20.

SIMON BOLIVAR.

Bolívar entró a Quito con los honores del


triunfo y pasó luego a Guayaquil, donde per
sistía el difícil problema de la incorporación
a Colombia. Guayaquil que había sido excluí
da del armisticio con Morillo, por declaración
de Aymerich de que estaba sujeta al Virreyna
to del Perú, tenía dividida la opinión en dos
fuertes partidos que querían unos adherirse
a Colombia y otros al Perú, diferencias que
pusieron ásperas y tirantes las buenas relacio
nes de ambos gobiernos. Desde atrás, tanto
San Martín como Bolívar, enviaron sus mi
nistros con instrucciones secretas para alcan
zar por todos los medios el éxito de sus pre

(1 ) Uno de los asuntos más bullados, y que dió motivo


a las más acerbas críticas y rencores contra los colombianos.
fue la nacionalización de Guayaquil. Innobles rivalidades
de algunos espíritus pequeños propagaron en Chile y Ar
gentina los atropellos del Libertador en Guayaquil , tanto
que el Sr. La Valle escribió : " El Gral . Bolívar está muy de
sopinado en Buenos Ayres : su conducta en Quito y Guaya
quil es mirada con horror" No cabe en la extensión de mi
libro y de mi propósito refutar ampliamente estas acusacio
nes, más cuando he relatado los hechos como sucedieron.
En el año de 1822 se publicó en Guayaquil un folleto.
llamado : "El Amigo de sus conciudadanos" en el que se re
futa otras publicaciones de quienes entonces pretendieron
erigir a Guayaquil en república independiente , aduciendo
razones. como se pueden aducir para el mayor absurdo y
la mayor locura. Este folleto que bosqueja el estado de la
opinión y sus tendencias , contiene algunos detalles de valor
histórico, sobre todo por los documentos insertados que son:
un oficio del Gral . Sucre instando la necesidad de resolver
el asunto político de Guayaquil, pues al emprender su cam
paña sobre Quito quería dejar cubiertas sus espaldas por
amigos o mejor por paisanos. El 20. documento es un acta
en la que el Presidente .. Alcaldes y Regidores de la ciu
dad declaran en Agosto de 1822 la necesidad de agregarse a
Colombia, en presencia del Gral. Sucre. El 30. es la orden
del Rey de España a su Virrey en el Perú, dada en 24 de
Junio de 1819 para que la ciudad y provincia de Guayaquil
dependiesen del virreynato del Perú en lo militar, pues, "so
lamente le concedía jurisdicción y superioridad en lo respec
tivo a la defensa de la ciudad y puerto de Guayaquil, dicién
dole que, “ su vecindario y el de su vasta provincia sufre el
ALFREDO GUINASSI MORÁN 113

tenciones ; pero los recientes triunfos de Co


lombia, las glorias de su ejército y el influjo
que el Libertador imponía con su elocuencia
y su talento, a raíz de la delirante alegria por
la libertad, decidieron el problema a favor de
Colombia. Las actas de unión de Quito y
Guayaquil, conservadas en los citados Docu
mentos, páginas 165 y 139, denotan la volun
tad de los pueblos . Grande y delirante fué el
entusiasmo ecuatoriano para sus libertadores,
y hasta hoy se palpan las huellas de los le
janos trasportes cristalizados en recuerdos.
por la Gran Colombia y sus héroes .
Estos acontecimientos decidieron la entre
vista entre Bolívar y San Martín, realizada
en Guayaquil. Se trató , también, sobre los

yugo más pesado por estar agregada a ese virreynato en


todos los ramos desde el año 1810 en que vuestro antesesor, el
marqués de la Concordia lo decretó así, separándola de la au
diencia de Quito, que como más inmediata conocía de los
asuntos contenciosos". Decretando finalmente que : "estan
do ya restablecido el virreynato de Santa Fe, y en ejercicio de
sus funciones el Presidente de Quito y su Audiencia. a éste
toca entender en todas las causas civiles y criminales del
gobierno de Guayaquil".
Además este folleto, que parece emanado de fuente
oficial, contiene una relación de que si bien Guayaquil fue
por conquista de Yupanqui y Guaynacapac agregada al
Imperio Inca . los conquistadores de Nueva Granada Velal
cázar y Pacheco la agregaron a Quito , y dice : basta arrojar
una mirada sobre las cartas geográficas para conocer que
Guayaquil está en medio de la antigua demarcación de ese
virreynato de Santa Fe que va a dar hasta el pueblo de
Cugillo en la jurisdicción de Jaen, bañada por el río Gua
cabamba, es decir, cincuenta leguas más al sur de los li
mites de nuestra provincia". etc.
Sin ocuparme de los límites que hasta hoy discute nues
tro país, Guayaquil fue libre de resolver su suerte, y si, ala
gada por los triunfos Y el apoyo de Colombia
se plegó a ella, desechando los deseos del Perú.
ejercitó un derecho , contra el cual no dicen bien
ni los pasquines ni los rencores, rencores y male licencias
que, el "Amigo del País" empezó contra los soldados li
bertadores en aquel año de 1822 , sembrándose desde entonces
semillas de discordias que dieron malos frutos .
Para mayor abundamiento me referiré a las Me
morias de William Bennet Stevenson que, aunque muy su
perficialmente, se ocupa de algunos sucesos de Guayaquil.
Este libro es sobre todo una defensa de lord Cochrane , y
relata sus campañas, teniendo algunos datos y observaciones
útiles, pero sin profundizar ninguna época ni tema, sin se
guir tampoco los hechos de algún país, refere los aconteci
mientos de que fue testigo en los meses que estuvo en los
diversos países del Pacífico . Impugnando a San Martín ha
sabido mantenerse moderado , hasta justiciero en algunos
casos. Libro recién leído por mí, lejos de contradecir mis
juicios los confirma, pudiendo, por consiguiente, apoyarme en
su testimonio de persona contemporánea y más independien
te que los americanos de entonces arrastrados por pasio
nismo extremo .
114 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

auxilios que Colombia había ofrecido al Pe


rú, que irían al mando del Gral. Juan Pablo
Castillo, por haber servido ya a las órdenes de
San Martín . Conversando los dos grandes hom
bres, exponiendo cada cual sus ideas respecto
al gobierno de América, San Martín planteó
sus ideas monárquicas, como de antiguo mi
litar español, y Bolívar, desligado por su fé
rrea voluntad y la misma naturaleza de todo
influjo ajeno y extraño , demostró su ardien
te democracia, su fé republicana de espíritu
nuevo , caldeado con los ideales de su siglo,
demasiado ardientes, utópicos y bellos para
la época y los hombres coloniales. El proble
ma principal sobre. Guayaquil, lo encontró
definido San Martín, ¿ qué podría hacer, có
mo guerreaba el Perú sus pretenciones si no
era independiente todavía ?
San Martín tuvo noticia en Guayaquil de
los acontecimientos de Lima contra su amigo
y ministro Monteagudo y los sintió profunda
mente.
Cumpliendo el Libertador su promesa de
enviar auxilios al Perú se ocupó de equiparlos
y debieron salir en Setiembre de 1822. Se com
ponía esta primera división de los batallones
"Vencedor en Boyacá" "Pichincha" y "Yagua
chi" a los que debía juntarse el "Numancia",
sumando así 2,500 hombres, pero los detuvo la
sublevación de Pasto , que casi simultánea
mente tuvo lugar, cuyos habitantes proclama
ron a Fernando VII. El Gral . Sucre se puso
en marcha contra los reveldes ; los porfiados y
fanáticos pastusos se habían apoderado de
las posiciones formidables que he descrito, y
en donde fué rechazado Sucre en su primer
ataque . Volvió luego con refuerzos, que aca
ban de alcanzarle, y se empeñó contra aque
Hlas cumbres y desfiladeros aciagos que sem
braban la muerte . ( 1 ) .
Pasto, Diciembre 24 de 1822 .- "Tengo la
satisfacción de participar a S. E. el Libertador
que los combates de ayer y hoy, aumentando

(1) Morán, desterrado y proscrito, publicó en Santiago


en 1843 una corta refutación a Obando. De su folleto, que
quizás no sea redivivo, copio lo siguiente. Decía Obando.
hablan o del Gral. Sucre, " que entregó la ciudad de Pasto
a muchos dias de saqueo , de asesinatos y de cuanta iniqui
dad es capaz la licencia armada". No es extraño tal lengua
je en quien se empeñaba en denigrar la noble figura del Maris
cal de Ayacucho, más que Obando había sido sicario del rea
ALFREDO GUINASSI MORÁN 115

la gloria de las armas colombianas, han incor


porado nuevamente a la República esta ciu
dad . Daré a V. E. algunos detalles de los su
cesos que han precedido al triunfo de la divi
sión de mi mando. El 18 verifiqué personal
mente el reconocimiento del paso principal del
Guaitara, que hallé fortificado en tres pun
tos, a la verdad inabordables y destruido el
puente, cuya circunstancia multiplicaba las
dificultades del ataque por esa parie ; pero
los demás pasos atrincherados del mismo mo
do ofrecían iguales obstáculos . Los enemigos
fiados en la especie de guerra que hacen en
esta provincia, tenían los parapetos apenas
cubiertos con 40 hombres y juzgando poder
guarnecerlos oportunamente con rapidéz en
sus marchas . Yo conocí desde luego que un
movimiento audaz y pronto que los sorpren
diese nos facilitaria paso por cualquier punto .
salvando sus fuertes posiciones y ahorrado in
mensa sangre que nos costaría forzarlas . El
21 dirigí sobre el paso de Funes una partida
de las milicias de Ibarra y Turcán, que con
falsos ataques distrajesen al enemigo, mien
tras que con destacamentos de paisanos los
divertía también por el Cid y Chur. El 22,
preparada la división de Tuquerres para con
tinuar la campaña y meditada la operación
que intentaba, moví al medio batallón de "Ri
fles" y el escuadrón de "Lanceros" manda

lismo o montonero cuando los patriotas vencían en la Plata


Pitayo. Morán escribe, entre otras cosas : "Pasto fue toma
do en este año después de combates anteriores , el uno en
Taindala y el otro en Yaguanquer. Posteriormente reunieron
A los pastusos sus fuerzas en la ciudad, y la defendieron calle
por calle y casa por casa : así tomamos la población, y al en
' rar en la plaza, que fué embestida y forzada por todas
partes, viendo el Gral . Sucre que de la torre del convento
de monjas nos habían hecho fuego y que la tropa iba a inva
dirlo, me mandó a que lo impidiera y que intimase a las mon
jas que entregasen aquellos hombres con sus armas. lo que se
verificó".
" Obando, los ecos de vuestras acriminaciones resuenan
en Berruecos pidiendo justicia por la ilustre víctima !" .
Y aunque fuera de lugar quiero insertarlo :
"No dirá Obando que ataco su infortunio, porque ambos
hemos sido desgraciados , con la diferencia de que él aspira
ha a su elevación personal , y a evitar un juicio, y yo cumplía
con mis deberes. El atacó al gobierno de su patria y yo de
fendía al de la mía adoptiva ; él encuentra protección y distin
ciones en los puntos a que lo lleva su desgracia, y yo persect
ciones ; mas no me he extrañado, porque esta es la recompensa
que ha cabido a la mayor parte de los que , como yo , recibieron
el bastismo de sangre en la guerra de la defiendefeld,
el año de 1814 . Di ms) oloim
116 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

do por el Gral. Barreto, y por una marcha


forzada llegamos al Guaitara a las diez de la
noche : el resto de los cuerpos debían seguir
nos por la tarde con el Gral. Salón para reu
nírsenos el 23. Una noche horrible y tempes
tuosa fustró enteramente el proyecto de echar
el puente y pasar a “Rifles" antes de amane
cer, de modo que al llegar el día fue descu
bierta la empresa. No era tiempo de pensar
sino en realizarla a todo trance, y el puente fué
puesto bajo los fuegos enemigos, y tomados
a viva fuerza por la segunda y quinta compa
ñía de " Rifles" las fortificaciones que sobre
las escarpadas rocas del Guaitara ofrecían a
los pastusos una segura victoria".
"La cuchilla inaccesible de Taindala que
detuvo nuestras marchas el 24 pasado , (hoy un
mes) presentaba otra gran dificultad ; fustrada
la sorpresa meditada, y estando prevenidos .
ya los cuerpos para el ataque, el Corl. Sanders
pidió para "Rifles" el honor de vencer don
de antes habían sido rechazadas tres de sus
compañías ; le fue concedido , y teniendo a la
vanguardia las intrépidas 2ª. y 5ª, no dudé del
suceso . El movimiento continuó siempre con
velocidad, y vencida una mitad de la altura
Hlegó toda la fuerza del enemigo a defender
la; pero aturdido por la rapidez de la marcha
y desconcertado ya, fué completamente en
vuelto, y quedó en nuestro poder a costa de
dos heridos una posición que yo temia cos
tara a la división 300 soldados .
"Era superior a las fuerzas humanas hacer
una persecución vigorosa después de la inmen
sa altura que había trepado "Rifles" y de la
inmensa fatiga sufrida la noche anterior y
este día, sin comer la tropa, el enemigo dehid
a estas circunstancias el rehacerse en la que
brada de Yacuanquer. Fue preciso hacer un
alto , y reunir a los cuerpos para recomenzar
el combate ; en tanto se reconoció la quebra
da y se halló flanqueable. El batallón "Bogo
tá" , a las órdenes del Coronel Córdova, fuć
destinado a ocupar los puestos que el enemigo
defendía sobre nuestra izquierda y tomarlo
por la espalda, mientras " Rifles" atacaría por
el frente, quedando la milicia de Quito en
reserva. El Corl. Córdova ejecutó este movi
miento tan intrépida, tan exacta y pronta
ALFREDO GUINASSI MORÁN 117

mente, que, tratando el enemigo de atenderlo ,


y cargado a la vez por "Rifles", todo fué dis
perso ; pero llegada la noche y favorecido de
los bosques pudo salvarse aunque se le per
siguió hasta el puente de la Trocha. La divi
sión retrocedió para dormir en Yacuanquer
y reposarse algo de un combate tan obstinado
este día".
"Al amanecer de hoy mandé al Gober
nador y cabildo de Pasto una seria intimida
ción, que fué desatendida y apresado el con
ductor : ya previendo esto, hice que a la inti
mación siguieran los cuerpos, pero el mal ca
mino imposibilitaba el conservarlos reunidos
y demoraba demasiadamente . Sin embargo a
las 12 del día nos encontramos con el enemi
go que defendía las alturas y quebradas que
rodean la ciudad, y aunque siempre confié
en desalojarlos, senti haber dejado la artille
ría del otro lado del Guaitara, porque con ella
se hubiese logrado a menos costa. A la una
del día la primera y quinta de "Rifles" fueron
destinadas a tomar las dos alturas que el
enemigo ocupaba sobre nuestra izquierda ; el
resto del batallón con su Corl . y el Gral . Barre
to a atacar la principal posición del enemigo
sobre la iglesia de Santiago, que está cercada
de un terreno excesivamente cortado ; " Bogo
tá" quedó sólo en reserva, porque la milicia y
caballería no pudieron venir en tiempo . Com
prometido el combate el enemigo cargó una
fuerte guerrilla sobre la 5. de "Rifles" pero
una de "Bogotá" y un trozo de caballería de los
diversos cuerpos, que con el Corl. Carvajal
y comandante Jimenez llegaron oportunamen
te, fueron conducidos por el Gral . Salón que
marchó a dirigir los movimientos de la iz
quierda, en que logró buenos sucesos . El pi
quete de caballería hizo por esa parte una
brillante carga, y estrechados los enemigos en
todos los puntos se les puso en completa de
rrota, después de hora y media de combate,
ocupando nosotros la ciudad. La mayor por
ción de los pastusos dispersos va hacia Se
bondoy y otra parte hacia el Juanambú”.

Antonio José Sucre.


118 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

El mismo Libertador pasó a Pasto donde


tomó enérgicas medidas de reprensión y cas
tigo para dominar el espíritu rebelde y obs
curo de los pastusos, la nueva Vendée. Hízo
se grande recluta forzosa entre ellos para
llenar las bajas de los cuerpos y enviar re
fuerzos al Perú .
En esta época el Libertador tomó la for
mal resolución de empeñarse hasta la eman
cipación del Perú. Pensó que el poder es
pañol no estaba aun vencido teniéndolos ve
cinos en un país rico y al frente de un ejér
cito numeroso y engreido , que constituía una
constante amenaza para Colombia. Se de
dicó, pues, a reunir soldados, armas, ves
tuarios y todo género de elementos para
equipar las tropas que habían de libertar la
tierra de los Incas. El Gral. Sucre fue envia
do como ministro al Perú y con él Morán, que
desde la campaña de Pasto era su edecán de
campo .
Pero no era ésta sola la preocupación
del Libertador ; temía que con su ausencia
el espíritu ambicioso y revolucionario pro
gresase en su país ; temía las confabulaciones
de España para recuperar sus dominios ; se
preocupaba por las leyes, las instituciones y
aun los hombres que formaban el vasto do
minio emancipado, que no tenían ni la for
taleza, ni la ilustración , ni la estabilidad bas
tantes. Los gérmenes para desunir Colombia
se sembraban ya, bajo el título de innova
ciones se movían proyectos disociadores. Bo
lívar a más de ser guerrero y general era pa
ra su país legislador, político, inspirador y
sostén de la obra libertadora ; enorme traba
jo que minó su existencia.

MIRADA RETROSPECTIVA

En Venezuela dejamos al ejército espa


ñol acorralado en Puerto Cabello con sus
postreros jefes La Torre y Morales, quienes
habían logrado reunir todavía un ejército
numeroso, con el que hacían frecuentes sa
lidas contra sus sitiadores .
La sublevación de la provincia de Coro.
más realista que el rey, alentó a los sitiados
que dejaron en número de 1,200 hombres,
con su Gral. en Jefe, las fortalezas para apo
ALFREDO GUINASSI MORÁN 119

yar este movimiento , empresa que terminó


por capitulación como aparece en los Docu
mentos, tomo III páginas 86 y siguientes .
En este tiempo fue nombrado el mariscal
de campo La Torre Capitán Gral . de Puerto
Rico, nombramiento que tenía por objeto
dejar al Gral . Morales, de la escuela de Bo
ves, al frente del ejército realista en Vene
zuela .
Morales que estaba empeñado en recon
quistar Maracaibo , destinó a esta plaza al
Îte. Corl. Lorenzo Morillo , mientras él hacía
frente a Soublette, pero Morillo no tuvo éxito y
capituló con el Gral. Intendente de Zulia, Li
mo de Clemente, en cuya virtud salieron para
Cuba las tropas que mandaba, 1,000 hombres
más o menos, y Morales se retiró con sus fuer
zas a Pto . Cabello para recibir el mando en
jefe del ejército . Es ahora que Morales de
sea distinguirse y emprende activas y arries
gadas operaciones que brillarán muy poco .
Morales amaga con gruesas tropas Va
lencia, regresa a Puerto Cabello, se embarca,
y con 2,000 soldados se dirige sobre Maracai
bo, que de sorpresa en sorpresa pudo domi
nar, llevando sus armas hasta Trujillo .
El Libertador estaba en Guayaquil, pre
parando las expediciones para el Perú, cuan
do recibió noticias de los primeros triunfos de
Morales y se puso en marcha a Venezuela
por Bogotá (Abril de 1823) pero tuvo aviso
de que Morales, sin atreverse contra Urda
neta en Cúcuta, se había retirado a Maracai
bo, lo que le tranquilizó , dejándole en apti
tud de mirar de nuevo hacia la tierra del Sol.
La retirada fue funesta a Morales ; To
rrente dice "que las tropas realistas llegaron
con 400 hombres de baja, debida a la pro
pensión de los soldados venezolanos a deser
tarse cuando ceden el terreno al enemigo ,
siendo en este caso tan grande su desalien
to como denodado es su espíritu cuando
avanzan a la victoria" . ¡ Dignas tropas que
obligan a sus jefes a pelear el terreno que pi
san !.
Santa Marta, ciudad realista, se sublevó
también en esta época, pero fue pronto redu
cida . Se trató de un motín sin grandes vin
culaciones .
120 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Los patriotas se presentaron de nuevo


delante de Maracaibo en número suficiente
para imponerse a los realistas, mientras la
escuadra republicana frente a la plaza se
disponía a vengar la sorpresa que sufriera
en Puerto Cabello .
En efecto el 24 de Julio a la 1.55 p. m . el
viento y la marca empujaron las naves de Co
lombia contra las de España y formadas en
línea paralela a las contrarias continuaron
sus movimientos . Eran las 3,17 cuando se dió
la señal de abordar y comenzaron los enemi
gos el fuego de artillería y a poco el de fusil
que los nuestros no contestaron hasta estar
muy próximos . Juntos ya, se lanzaron los pa
triotas a las cubiertas de los buques españo
les haciendo en las tripulaciones horrorosa
carnicería con furor ciego . El mar se cubría
de cadáveres, de hombres a nado y despojos
de los buques que volaron. La pérdida de los
patriotas fue de doscientos y tantos hombres
y de los realistas como de novecientos .
Esta vietoria, que bloqueaba a los realis
tas estrictamente sitiados, obligó a Morales a
aceptar la capitulación por la que rindió la
plaza de Maracaibo, el fuerte de San Carlos,
los buques de la bahía y todo su ejército a
Colombia, que en cambio remitiría juramen
tados a la isla de Cuba a los españoles que no
abrazasen el partido de la República. Fue
ratificado el convenio el 3 de Agosto del 23
por D. Francisco Tomás Morales y los ge
nerales Manrique y Padilla.
Quedaba en pie Puerto Cabello . ¡ Estu
pendas murallas, abrigo del despotismo, que
habían presenciado los más atroces sufri
mientos humanos, venganzas y crímenes ate
rradores ! ¡ Muros de inquisición, de muerte
y de guerra, que recuerdan crueldades inau
ditas de edades bárbaras y de generaciones
extinguidas !
Fue en los albores de la vida de Bolívar
que Vinoy traicionó a la patria entregando
las fortalezas a los enemigos, y han transcu
rrido años, y muerto centenares de hombres,
y dádose batallas, y realizado hecatombes, y
arrasados están los campos y las ciudades
mientras los fatídicos muros permanecen im
pávidos, desafiando los ímpetus patriotas y
ALFREDO GUINASSI MORÁN 121

las catástrofes del tiempo y de la lucha. Pe


ro ¡ ah !, constancia humana que todo lo do
mina bajo el sol : les ha llegado la época de
caer y de rendirse. Venezuela, el pueblo que
más ha luchado por la libertad, va a coronar
su obra !
En la noche del 7 al 8 de Noviembre de
1823, 400 hombres del batallón "Anzoátequi"
y 100 lanceros desfilaban en tinieblas dentro
del lodo, frente a los muros siniestros. A las
dos de la mañana fue dividida la columna si
lenciosa para obrar en todas direcciones. En
aquellos momentos supremos, sentidos por
los centinelas, dan la voz de alarma y comen
zó la pelea que trajo como resultado la to
ma de los fuertes de la Princesa y el Prínci
pe, el muelle, la batería Constitución, etc.
Media hora de lucha bastó para dominar
aquel formidable enemigo de tantos años .
Mientras dentro de los muros sucedian
las anteriores escenas, fuera las tropas se afe
rraban contra los muros, pretendiendo enca
ramarse o penetrar por la brecha, y en el mar
las fuerzas sutiles rompían los fuegos de sus
cañones, iluminando las aguas obscuras con
resplandores fugaces y siniestros.
El brigadier Sebastián de la Calzada, el
esforzado realista que desde Quito vino a
Puerto Cabello, ansioso de defensa, cayó pri
sionero .
Las útimas tropas españolas capitularon
delante de Páez el 10 de Noviembre de 1823
y el 15 salieron de Puerto Cabello los porfia
dos realistas convertidos en peregrinos.
Venezuela alcanza, por fin, su libertad .

★ *
El Libertador que había despachado al
Perú nuevas fuerzas desde el Ecuador, y lla
mado él mismo por el Congreso y presiden
te Riva Agüero se disponía a dejar los lími
tes de la Gran Colombia, obra de su esfuer
zo, para agregar a las tierras de la libertad
del Orinoco a Tumbes, las de Tumbes a Ta
rija. Actuación gigantezca, conquista enor
me que nadie ha realizado en la tierra bajo
los pendones de la libertad, que no fueron los
de César ni los de Napoleón. En tan supre
mos instantes, he aquí que vuelve Pasto a in
122 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

surreccionarse ; el águila se detiene un ins


tanta y contempla sombrio las tierras donde
se alberga el obscurantismo. ¡ Los españoles
dejarán para siempre América, pero el espi
ritu díscolo de la ambición y la revuelta per
sistirá, se apodera de los hombres y germina
en las tierras fecundas ! ¡ Los hombres pasan
pero los hábitos y las razas persisten ! .........
Otra vez , aun, las formidables posicio
nes hambrientas de sangre. El Libertador se
encuentra suspenso por falta de tropas ague
rridas que desprecian los obstaculos de la
naturaleza y los dominan con su empuje . Fe
lizmente los pastusos se adelantaron sobre
Ibarra, y para allí marchó el Libertador con
igual número de tropas. A mediados de Julio
se encontraron ambos partidos y después de
una lucha porfiada, en la que perecieron
ochocientos rebeldes, vencedor Bolivar en
tregó las tropas al Gral. Salón , que debía en
cargarse del gobierno de Pasto, y él regresó
a Quito y Guayaquil.
INSERCIONES

Años más tarde en las cámaras de Bogotá, se oían


las siguientes frases : "Ese mismo Pasto, que hoy es el fo
co de la rebelión, ejercitó en otro tiempo el valor y pericia
de lo más selecto de las fuerzas de Colombia, allí se estre
lló el esfuerzo de un Cabal, de un Nariño, de un Bolívar,
de un Sucre, de un Flores y del bizarro y denodado Gral.
Córdova. Prolongando Pasto su resistencia desde el año de
1810 hasta el de 1822, en que triunfó en Bomboná el brillan
te ejército que condujo el mismo Gral. Bolívar contra aquel
baluarte del realismo , al mismo tiempo que, el Gral . Sucre
vencia en Pichincha, y hacía marchar una fuerte división al
nando del valiente Córdova en auxilio del Libertador, pu
so esta circunstancia a Pasto en la necesidad de capitular. ¿Y
qué capitulación obtuvo ? La más ventajosa que ha tenido
jamás una plaza sitiada . Escención perpetua de conscripción
militar, y de tener guarnición veterana : conservación de to
dos los empleos del gobierno español ; escención perpetua de
toda contribución distinta de las que existían bajo dicho go
bierno ; en una palabra, el Gral. Bolívar compró el simple
permiso de pasar por Pasto con su ejército al caro precio
de privilegios inauditos, y quizás de su propia reputación.
Gozab Pasto de un tratado que Colombia observó religio
samente, cuando en Diciembre de aquel año se presentó
oficial Boves escapado de las prisiones de Quito, invocando al
Rey de España : a estas palabras, los pastuzos corren a las
armas. Voló el héroe de Ayacucho con los mejores cuerpos
de la Guardia, y los vencedores de Vargas, Boyacá y Pi
chincha, sufren la mengua de ser rechazados con pérdidas en
la Cuchilla de Taindala por paisanos sin disciplina. Venci
da esta formidable posición a la bayoneta, no por eso deja
ron de defenderse en las calles disputando el terreno palmo
a palmo tomada la ciudad y ocupada por nuestras tropas,
la guerra continuó con vario suceso hasta que en Junio de 1823
los indios de los pueblos inmediatos lograron destruír en el
callejón de Santiago nuestra guarnición mandada por el Gral.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 123

Flores. El Gral. Bolívar se hallaba entonces en Guayaquil


próximo a seguir al Perú con el escuadrón Granaderos mon
tados y dos compañías de Vargas, que por fortuna no habían
podido embarcarse ; buen conocedor de esta clase de peligros
voló en persona con estas tropas y encontramos a los fac
ciosos en Ibarra a doce leguas de Quito el 17 de Julio ; re
sultado de esta batalla fueron 800 cadáveres pastuzos . El
Gral. Salón continuó la marcha sobre Pasto . El 24 de Agosto
siguiente más de dos mil hombres, brotados sin duda de la
tierra con Agualongo a su cabeza, habían atacado nuestra
división en sus mismos cuarteles. Siguióse una serie de com
bates y atrocidades recíprocas hasta 1826".
(El Secretario del Interior y Relaciones Exteriores im
pugnando una ley de amnistía) .

El Gral. Mosquera, refutando el libelo que Obando pu


blicó en "El Comercio" de Lima en 1842 , hizo relación de
los acontecimientos del sur de Nueva Granada, detalles que
no he querido aprovechar por estar lejos del límite de mi
libro. Nos cuenta las crueldades de Sámano, de Calzada y
del Corl. Basilio García que no dió cuartel a los prisioneros
que hizo su batallón el 24 de Enero de 1820 .
De la acción de Pitayó, el 6 de Junio de 1820 , dice : "Cal
zada supo que la división Valdez con cerca de 2,000 hombres
pasaba el páramo de las Moras, y partió a recibirle con toda
su infantería al salir de la cordillera, marchando por escalo
nes. Algunas compañías del batallón Neyva, a órdenes del
capitán Pizarro, resistieron el primer choque y ya cedían
el campo cuando fueron protegidos por 200 hombres del bata
llón Albión y el primer escuadrón de Guías. Nada resistió
al denuedo de las tropas republicanas y fue derrotado López
completamente sin que pudiera favorecerle Calzada ." (Folio
242)
Respecto a Bomboná dice : "Después de haber pasado el
ejército el Junambú se dirigía el Libertador por el camino de
Jenoi, pero temiendo fuese muy sangriento el combate quiso
obrar estratégicamente, y por una marcha forzada ocupar las
posiciones de Consacá y Bomboná, dominar el Guaitara y aca
so ponerse en contacto con Sucre . El movimiento fue feliz,
pues llegó a Consacá antes que el enemigo pudiera ocupar
aquella formidable fortaleza, nombre que debo dar a esa posi
ción. El Libertador dijo al Gral. Torres : "sin que almuerze
la tropa tome Ud. la altura, y voy a apurar las columnas del
centro y retaguardia. El Gral. Torres entendió : "sin que al
muerze la tropa no tome la altura". El error fue funesto. To
rres, reprendido, como antes he dicho, precipitóse con arro
gancia y fue mal herido. La posición, la falta de conocimien
tos prácticos del terreno , todo fue adverso en ese día. Ningu
na batalla ha habido más heróica, ninguna menos gloriosa.
Murieron 536 hombres y hubo más de quinientos heridos".
"Cuasi al anochecer, observó el Libertador, que el je
fe que cubría el flanco derecho del enemigo había ejecutado
་ dos movimientos insignificantes, y ordenó al Gral . Valdez
que hiciese atacar por aquella parte. Este General, Barreto .
varios oficiales, entre ellos el capitán Ramirez , el capitán
Wright, hoy general en el Ecuador, y unos pocos hombres
más tomaron la altura y pusieron en derrota completa a los
españoles que no tenían ya municiones. Como el Libertador
no oía ya el fuego de Rifles mandó averiguar la causa y un
oficial de este batallón dijo al G. de E. M. que el bata
llón se había perdido ; expresóse impropiamente, pues que
ría decir que se había extraviado . Tal noticia fue funesta
al Libertador quien mandó inutilizar los bagajes para em
prender la retirada, cuando recibió el parte del Gral. Val
dez de que había huido el enemigo.
124 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

* *
Cuantos, como Pruvonena, han culpado a Bolívar de la
prisión del Gral . Miranda y de la muerte de Piar.
El Gral . J. D. Monsalve, en el "Ideal Político del
Libertador", dice lo siguiente :
"Para el 29 de Julio, fecha en la que Monteverde ocu
pó Caracas, estaban en aquel puerto listos a expatriarse, Mi
randa, Bolivar, Ayala, Montilla, Castillo, Madariaga y otros.
"Estaba entonces en La Guaira como gobernador político
y subdelegado de Hacienda, el doctor Miguel Peña, ese hom
bre malévolo que años más tarde fue el instigador de las
desaveniencias entre Paez y Santander, que malquistó a Bolí
var con Paez, y que, por último, fue, en gran parte, respon
sable del malogro de la obra del Libertador y de la disolución
de Colombia ; hombre rastrero en sus procedimientos, indig
no en sus ambiciones y en sus venganzas plebeyo, deseoso de
quitarse de encima la superioridad de Miranda fraguó al
día siguiente ( 30 de Julio ) un complot en aquel puerto entre
las autoridades locales y otros individuos para arrestar a
Miranda, quien a las tres de la mañana del 31 de Octubre
estuvo ya preso y encerrado en un castillo ; y como el trai
dor Peña saliese inmediatamente para Caracas a comunicar
le a Monteverde, en el camino encontró al posta que éste
había enviado a cerrar el puerto y la de detención de Miran
da y compañeros. El infortunado generalísimo fue llevado
de prisión en prisión hasta el arsenal de la Carraca de Cá
diz, en donde con un dogal al cuello permaneció sujeto a
una pared hasta el día 14 de Julio de 1816, en que abruma
do de tristeza, expiró".
"Por fortuna, Bolívar estuvo informándolo día por día
sobre aquellos aflictivos acontecimientos con partes oficia
les y cartas explicativas que el ilustre viejo guardaba en sus
archivos y que lograron salvarse ; pero es lo cierto que du
rante más de sesenta años estuvieron esos documentos ig
norados y que durante ese tiempo hubo personas de criterio
extraviadas por el error y la mentira suspicaz.
*
* *
Así se expresan Baralt y Diaz : La ambición y el orgullo
de Piar fueron la causa de que éste se precipitase en el horro
roso proyecto de destruir al Libertador y la república. El Li
bertador usando de clemencia lo llamó a que ocupase su pues
to en el ejército, pero no fue bastante esto y se vió en el
caso de mandarlo prender. Piar al saber esta orden se fugó a
Maturín, donde poniéndose de acuerdo con Mariño y algu
nos otros revoltosos, levantando el estandarte de la rebelión,
aprovechándose del abatimiento de los ánimos a consecuen
cia de la miseria y de la peste producida por el sitio de An
gostura. En ninguna época de su vida ha manifestado Bolívar
más habilidad ni mayor presencia de ánimo que entonces".
"Esta prudente conducta tuvo el efecto que podía desearse y
Piar abandonado por todos se fue a Aragua de Cumaná bus
cando la protección de los descontentos adictos a Mariño.
Tomado preso, sin que se opusiera el cuerpo de caballe
ría que lo custodiaba a órdenes del intrépido Carmona,
"Piar fue luego al punto arrestado y conducido a Angos
tura con todas las atenciones debidas a su clase y a su des
gracia. Principiada luego y sentenciada la causa por sus trá
mites, se reunió el consejo de guerra de oficiales generales,
en el alojamiento del almirante Brion su presidente : eran
vocales los generales de brigada Pedro León Torres y José
A. Anzoátegui, los coroneles José Ucros y José María Carre
ño y los tenientes Corls. Judas Tadeo Piñango y Francisco
Conde, fiscal, el Gral. Carlos Soublette, defensor el Corl. Fer
nando Galindo. El tribunal, según las actas del proceso, dio
su sentencia el 15 de Octubre de 1817 condenándolo unáni
memente a muerte, con degradación militar por los crímenes
ALFREDO GUINASSI MORÁN 125

de inobediencia, sedición, conspiración y deserción . El jefe


supremo la confirmó en su primera parte, no en la segunda".
"Su muerte por más que digan algunos émulos misera
bles de Bolívar, que, se han querido convertir en ecos de los
realistas fue justa e impuesta legalmente. Los hombres que
denunciaron a Bolívar sus proyectos presentando sus cartas ,
habían servido a sus órdenes, pertenecían a su división, y eran
sus amigos o sus hechuras : tales fueron Cedeño y su secreta
rio el Tte. Corl. Olivares, Sanchez, el Corl. Manuel Salado
y otros entre los que compusieron el consejo de guerra,
Brión su paisano, debía tener, y tenía en efecto más de un mo
tivo de simpatía, o por lo menos de consideración ; Torres y
Anzoátegui habían sido ascendidos por él a generales después
de la batalla de San Félix ; estos, los demás vocales y el
fiscal eran hombres de verdad, valor y conciencia, incapaces
de cometer un vil asesinato, la ejecución en fin, fue públi
ca, hecha por sus propios soldados, y en ocasión de ser és
tos mandados por jefes, que, como Benavides, no tenían el
nás pequeño interés en sancionar con su aprobación o su si
lencio aquel terrible escarmiento si hubiese sido injusto".
Para mayor claridad de los sucesos hay que saber que
Venezuela y Nueva Granada, a raíz de la declaratoria de inde
pendencia de aquel país, formaron un convenio de alian
za ofensiva y defensiva . Cuando Bolívar emprendía de Cuen
ca la campaña del año 13, el Congreso de Nueva Granada
envió a Bolívar como auxilio para la campaña de Venezuela
los cuadros de los batallones 3º., 4º. y 5º. de la Unión, y
el Gral. Nariño otra expedición compuesta de 125 hombres,
y, además fusiles, artillería y pertrechos. De estos hombres,
la mayor parte eran jóvenes de lo más selecto de nuestra
sociedad, distinguidos por su ciencia, su valor, su dignidad
personal, su posición social y su riqueza". (J. D. Monsalve) .
*
D. Sebastián Lorente, en su Historia del Perú Bajo los
Borbones, dice que : "Un generoso descendiente de los
Incas, que conocía de cerca la enormidad de las vejaciones
y la esterilidad de las quejas, resolvió con madura delibera
ción, hacer triunfar la justicia por medio de la fuerza. Lla
mábase D. José Gabriel Condorcanqui, y era cacique de Tun
gasuca, en la provincia de Tinta ; pero aspiraba a entrar en
posesión de los derechos, y descendía del infortunado Tupac
Amaru decapitado en el Cuzco de orden del virrey Toledo" .
corresponde

El 4 de Noviembre de 1780 , día en que habían comido


juntos en casa del cura de Yanaoca para celebrar los días
del Monarca, atacó Tupac Amaru al Corregidor en el ca
folio
nota
Esta
130

mino de Tinta, derribándolo de la mula con un lazo echado


al

al cuello ; a la media noche lo llevó secretamente a su casa


propia, lo obligó a confesarse, y el día 10 lo ahorcó en la plaza
pública, delante de un inmenso concurso.
El 18 de Noviembre de 1780 los voluntarios del Corre
gidor de Quispicanchi fueron atacados por las numerosas
huestes sublevadas dentro de la iglesia de Sangarara y pe
recieron ahí quemados junto con el templo ; y dice : " fue aque
llo el desencadenamiento de los odios que la injusticia de
tres siglos había acumulado y tenía violentamente compri
midos. No respetaron las haciendas, porque el derecho de
propiedad no podía aparecer sagrado a los que oficial y pri
vadamente eran sin cesar despojados hasta del precio de sus
jornales ; y no acataron las leyes del pudor por la escandolosa
corrupción, que veían reinar en torno suyo aun en los en
cargados de inspirarles sentimientos virtuosos con la fiel
observancia de sus votos" .
Todo género de crímenes y horrores cometieron contra
españoles y criollos en Caracoto, Tapacari , en el Alto Perú
y ahí donde llegó la revolución, pero no era de estos senti
126 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

mientos Tupac, que ignoraba cuán difícil es contener el in


cendio prendida la primera chispa, y cuán desbordadas son las
pasiones en la multitud. "Algunos de sus capitanes decían.
que para no caer otra vez bajo el yugo era necesario exter
minar a todos los que no fueran de raza india ; otros exten
dían la proscripción a cuantos usaran camisa. Así lo ejecuta
ron en Calca, para vengar su derrota de Guayabamba y Yu
cay, los que no habían podido dominar el amenísimo valle
que forma el jardín de los cuzqueños desde la época imperial".
"Los vecinos de San Pedro de Bellavista, que los habían
resistido con denuedo, extenuados de hambre, sed y fatiga,
se refugiaron en la iglesia y allí fueron degollados en núme
ro de mil, sin que alcanzaran perdón, ni los sacerdotes, ni las
mujeres, ni los niños. Los vecinos de Oruro que habían sim
patizado con el alzamiento hasta el punto de perseguir de
muerte a los chapetones, cambiar los caballeros su lucido
vestido por la camisa de los indios y las señoras su elegante
faldellín por el tosco acso de los naturales, mudaron de
sentimientos". Otro tanto pasó, dice, en Cochabamba.
"Muy diferentes eran las aspiraciones de Tupac Amaru.
Lejos de perseguir, brindaba protección o sus amados crio
llos y se declaraba libertador de todas las razas oprimidas :
sólo hacía guerra mortal a los corregidores e inícuos alcaba
leros, acogiendo bien aún a los europeos, que pudiesen serle
útiles ; según sus cartas y edictos pretendía únicamente abo
lir todas las imposiciones injustas, desagraviar los ofendidos.
enaltecer la religión y los sacerdotes, poner a las cabezas de
las provincias, justicias mayores, hijos del país y de una
integridad incuestionable, crear para el Cuzco un virreynato
con su Audiencia y retirarse a la vida privada".
El obispo del Cuzco, Moscoso, su poderoso enemigo, lo
descomulgó y Pumacahua encabezó la reacción en su misma
raza. El Cuzco, la ciudad santa de sus aspiraciones le fue
hostil, y marchó contra ella a la cabeza de sus huestes.
animados por aquella Micaela Bastidas, mujer de Tupac,
que era la flama, el espíritu de la empresa. Llegado de Lima
el Corl. Avilés con 200 hombres y fusiles, los milicianos que
defendían la ciudad se sintieron alentados y Tupac Amaru
no entró en la Meca.
Este fracaso fue el desaliento, la derrota y la disperción.
Perseguido y abandonado el caudillo , no faltó la traición para
entregarlo .
Vino después la cruelísima sentencia, la maldad que se
goza en el martirio y el dolor. Entre misas y sermones se
llevó a cabo aquel proceso en el que figuró la garrucha , el tor
nillo y el descuartizamiento ejecutado en hombres, mujeres
y niños .
Con la muerte de Tupac Amaru la revolución quedaba
reducida a una lucha de odios y venganzas estériles para la
nación, pero fue entonces que la resistencia comenzó enérgica ;
la pelea se extendió en las serranías y desfiladeros de ambos
Perú , con porfía y todo género de crueldades . Verdadera
guerra de razas, guerra a muerte, sin piedad. Mariano, hijo
de Tupac y su hermano Cristóbal descendían con sus hues
tes armadas desde las cumbres del Vilcanota, Nina Catari
Vilcapasa, Calisaya, Apaza , etc., se enfrentaron a Valle.
Avilés y Arias, hasta la total dispersión de los sublevados,
castigo de los cabecillas y escarmiento de los miseros indi
genas vueltos a la esclavitud.
Justo es decir que Areche mereció la repulsa del Mo
narca español, que lo despidió de su presencia diciéndole :
"te mandé a América a servir reyes, no a matar reyes".
El 7 de Agosto de 1823, después de haber
obtenido el Libertador permiso del Congre
so de Colombia para pasar al Perú, se em
barcó en Guayaquil, rumbo al sur.
LIBRO SEGUNDO

EL PERU

Nuestro país fue en América uno de


los que menos vehementemente sintieron ne
cesidad de la emancipación .
El retardamiento de nuestra indepen
dencia ha sido causa de que algunos histo
riadores hayan emitido juicios semejantes a
éste sobre el Perú : "En ninguna parte la po
blación estaba tan mezclada como en Lima,
en ninguna parte los viajeros habían encon
trado la parte varonil de la población tan de
gradada como en este país . En efecto , los
hombres carecían de educación y estaban a
feminados, sin valor para llevar una vida .
útil y activa ; gastando en lujo insensato ; do
minados por mujeres que eran superiores a
los hombres pero no mejores ; dirigidos por
un clero de la sangre más pura y de las más
impuras costumbres y finalmente con una
nobleza de títulos sonoros y procedente se
gún la tradición de Vizcaya, nobleza igno
rante, apática y acostumbrada a inclinarse
ante la gerarquía de los eclesiásticos y de
los funcionarios y a considerar con menos
precio las clases industriales". (Véase la His
toria de América por D. Mesa y Leonpart,
tomo 1º).
128 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Tanta inquina, en colorido tan ardiente


y vivo, tienen esas páginas, que las amar
gas verdades que pudiesen enseñar estan
desprestigiadas por la pasión que las ha dic
tado. Lima ( 1 ) la gran capital del Coloniaje,
tenía grandes defectos propios de pueblo rico
y culminante, pero también noblezas y vir
tudes. Tenía mucho de faro para América ; la
luz irradiaba al derredor de la sombra.
Diversas causas, amplias y distintas, que
tocarían todos los problemas de nuestras ins
tituciones coloniales e incaicas, nuestras ra
zas y su idiosincrasia, tendrían que tocarse
para explicar esta apatía peruana. A nadie
se le oculta, con todo, que el Perú, favoreci
do por las riquezas legadas por un poderoso
imperio y recibiéndo la mejor emigración es
pañola fué el país que menos sintió la domi
nación, el país más considerado por la me
trópoli ; salvo en la mísera raza indígena, a
gobiada por el peso de su desgracia, de sus
tronos caídos y doblegada de atrás por el im
perio de sus reyes dioses, que sufrió por to
dos inicuas esclavitudes, de las que una vez
habló aquél filántropo fray de las Casas. He
aquí por qué las sublevaciones de esta raza
de vencidos poco valor tenían : ahi Atahual
pa preso por un puñado de audaces ; ahi Tu
pac descuartizado ; ahi los patriotas de Pu
macahua muriendo abandonados en el ca

(1) "Los mal entretenidos eran la peste de la ciudad de


los Reyes . De entre más de treinta mil personas, apenas ha
bian trece mil que tuviesen una profesión útil ; el resto sólo
podía subsistir de ocupaciones precarias."
"Aunque en mucho menor número eran harto más peligro
sos los vagos que de la península venían con el nombre de
polizontes. La esperanza de improvisar una fortuna, la impor
tancia que aquí se arrojaban por sólo tener la cama blanca .
El cáncer de la ociosidad corroia al mismo tiempo la
población y las costumbres. Muchas mujeres venidas de Ica
y Piura, o criadas en buenas familias, lograban en el matrimo
nio la suerte merecida por su virtud y su belleza , pero eran
no pocas las arrastradas a la perdición por falta de honrada
subsistencia y por las corruptoras exigencias del lujo. De
aquí en ciertas clases las faltas representadas con excesiva
viveza y exageración por el satírico Terralla ; de aquí la gran
dificultad de contraer o sostener sin escándalo los lazos con
yugales, y de aquí muchas vocaciones bastardas por la Igle
sia o por el claustro".
"Las ideas de monopolio estaban tan arraigadas, que el
Consulado no se avergonzó de pedir la supresión del puerto
de Arica, a fin de que las intendencias del Sur tuvieran que
surtirse de Lima" . (Lorente, op . cit. )
Esta es una semblanza : lo fue ayer y lo es hoy avivando
el colorido.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 129

dalso y como primeros mártires de la inde


pendencia peruana .
La voz viril de Tupac Amaru ahogada
en un holocausto horrendo solo digno de la
feroz crueldad de Areche, tan fiero que un
Nerón, fué mas una sublevación de raza, de
la humillada y triste raza india. Tupac ab
sorto ante la apagada grandeza del rico im
perio Inca, basto en dominios, quiso redimir
su estirpe de la coyunda y se rebeló con alti
vez de regia sangre, pero las hordas impro
visadas y sin armas, no acostumbradas des
de su origen sino a la tarea sumisa del campo ,
a la obediencia y a la humildad del régimen
autócrata a la vez que semi- socialista de los
incas, no sabían defender la libertad, ni sus
derechos, ni aun siquiera su lugar de hom
bres racionales, y fueron dominados en ma
tanzas horrendas . (1 ) .

No obstante, esta primera rebeldía de la


raza india contra la tiranía hispana debe abrir
todo estudio sobre nuestra emancipación . La
pobre raza agobiada, triste y enferma, no supo
reivindicar sus derechos, y sigue sumisa en
su amarga vida vegetativa, unida a sus es
tepas desoladas, pero con cuanta resignación
soporta su destino , cuanto estoicismo al fon
do de su ser, hasta hacerme pensar que serían
dignos de dominar a sus dominadores, mesti
zos rudos, egoistas y crueles. (2)
Múltiples intentos de revolución surgie
ron en el país que fueron severamente repri
midos A continuar la guerra el Perú hubiese
sido víctima de los famosos tercios que aso
laron Flandes, aunque si miramos las matan
zas de indígenas desde el tiempo de Tupac,
tendríamos que asombrarnos de la crueldad
realista, de las hecatombes y cobardes sacrifi
cios, pero acostumbrados todavía a consida
rar a los indígenas como cosa aparte, cegados
por nuestro propio egoismo, no hemos aprecia.

(1) Descubierta y ahogada en sangre la conspiración de


Farfán era de recelar que otros conspiradores no corrieran me
jor suerte. En la provincia de Chayanta ya hacía tres meses
que los Cataris estaban sobre las armas .
(2) A quienes deseen leer las páginas de más crueldad
en la historia, les recomiendo el capítulo VIII del libro de
Markhan sobre Tupac Amaru, el noble y generoso Inca.
130 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BOGRÁFICOS

do el concurso de esa raza que fue la que más


sangre dio a ambos contendores . ( 1 )
Siguiendo las huellas de Tupac Amaru
(resplandeciente culebra) D. Gabriel de Agui
lar, en 1805, también en el Cuzco, aspiraba a
restablecer el antiguo imperio . Dispuestos a
secundarlo el Dr. Marcos Dongo, Fr. Diego
Barrancos, capellán del hospital de San An
drés, D. Bernardino Gutierrez , Casiguaman,
comisario de los indios nobles, y finalmente
D. Manuel Ubalde que fue el vidente de esta
comparsa, el que, como Mahoma, se creía ins
pirado y tomaba los delirios y sueños de su
mente como revelaciones sobrenaturales, atra
yendo al corregidor D. Mel. Valverde y Am
puero, con la corona que él entreveía. Ď . Ma
riano Lechuga fue el traidor que citando a
su casa a los conspiradores los hizo revelar el
secreto de sus planes, para que el oidor que
se hallaba oculto en la próxima habitación los
escuchase.
El Virrey castigó con crueldad que no
merecían los conspiradores, condenando al
patíbulo a Aguilar y Ubalde ; Barrancos, Gu
tierrez y Valverde a destierro, Dongo a diez
años de presidio como a Casiguaman . ( Véase
Mendiburu, Diccionario Biográfico . Lorente,
Historia del Perú) .
Simultáneamente al triunfo de Guaqui
fue descubierta y develada la conspiración de
Tacna, sostenida por D. Francisco Antonio de
Zela, que fue remitido y encerrado en Chagres.
donde falleció.
"El año 1812 ocurrió la sublevación de
Huánuco, acaudillada por el corregidor Cres
po y Castillo . El intendente de Tarma acu
dió con tropas y derrotó a los rebeldes, cau
sándoles muchas bajas. Este movimiento se
había extendido a los partidos de Panataguas
y Huamalies, que fueron sometidos al orden,
destrozándolos de una manera espantosa en
las inmediaciones de Ambo y haciendo sufrir

(1 ) No bien terminada la pacificación en Junio de 1783,


el cacique Felipe Velazco en Huarochiri encabezó otra cons
piración que unida a la de Marcapata trajo nuevas ejecucio
nes en las que el Corl. Avilés y Mata Linares hicieron con
denar más de sesenta personas. Murieron en la horca Diego
Cristóbal, después de martirizado con tenazas candentes.
Marcelo Castro a quien antes cortaron la lengua , y Simón y
Lorenzo Condori. También Velazco , que tomó el nombre de
Tupac Inca, y Ciriaco Flores subieron al patibulo.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 131

el último suplicio a sus jefes Araos, Casti


lla y Rodriguez .
Finalmente Pallardelli en Tacna fomen
¹ó otra insurrección pero fue vencida en Ca
miara .
*
* *
Los acontecimientos del Alto Perú no
deben confundirse con los nuestros. Aquel
territorio dependiente desde el año 1778 del
virreynato de Buenos Aires, comenzó a lu
char por su independencia desde el año 1809,
arrastrado por el impulso de la nacionalidad
argentina y por el carácter levantisco de su ra
za indígena. Las provincias del altiplano fue
ron teatro de una lucha porfiada en la que
tomaron parte sus dos vecinos, Buenos Ayres
en nombre de la libertad y el Perú en nombre
del Rey .
La historia durante los cinco años trans
curridos hasta la sublevación del Cuzco en
1814 es historia de la hoy Bolivia, y a esta na
ción le corresponden esas glorias y esos es
fuerzos ; pero el Perú, en este lapzo, jugó prin
cipal papel, pues fueron ejércitos peruanos
los que condujeron Goyeneche y Pezuela pa
ra dominar a los alto-peruanos y argentinos,
y fueron por consiguiente triunfos del Perú
colonial las batallas libradas de Guaqui a
Vilcapugio y Vilhuma, para citar las prin
cipales. ¡ Sangre inútilmente derramada, pe
ro sangre peruana, que no ilustró nuestro pa
bellón bicolor sino las insignias del Rey de
España !
He aquí nuestros intereses en pugna con
nuestra conducta ; a nuestros soldados llevan
2 do a otras secciones de América no la liber
tad sino la opresión, a los colonos defendien
do a sus amos . Grandes errores sin duda , pe
ro errores que la historia de la humanidad
ve realizarse por doquier y que no marcan
deshonra a los pueblos que los cometen . Es
tas victorias de las tropas peruanas en el al
to Perú hasta penetrar en territorio argenti
no, salvando todo género de dificultades y
guiadas por jefes como los Goyeneche y los
Tristán, arequipeños, Pumacahua, Choque
huanca y Picoaga de noble estirpe india, han
debido enseñar a los que tan duramente a
132 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

postrofan al Perú y a su raza, que no era un


pueblo cobarde sino un pueblo que sabía lu
char y vencer, aunque extraviado, sin con
cepto de realidad.
El brigadier Goyeneche, que llegó a Bue
nos Aires como delegado para gestionar el
reconocimiento de la Junta de Sevilla, que
fué luego en el Perú un godo absolutista,
partidario de Fernando VII, ( 1 ) se situó en el
Cuzco y allí reunió hombres, los educó para
la guerra, les proporcionó armas y otros ele
mentos y se presentó delante del Desaguade
ro a dominar la sublevación de los paceños
y de otros pueblos que establecieron una
Junta de Gobierno . (2) Murillo murió en la
contienda como un patriota ; (3 ) cayó la ciu
dad de La Paz y Charcas se rindió. Luego, en
1910, las tropas bonarenses dominaron el alto
Perú sembrando sus nuevas doctrinas, pues
hay que repetir que en los sucesos anteriores
juega principal papel la raza indígena que no
podía ser agitada por un concepto republica
no ni un depurado ideal patrio, cosas que
hasta hoy son utópicas . Después fué Castelli,
aquel porfiado luchador. por la libertad, a
quien llamaron el sanguinario, y que hasta su
triste muerte fue tomada como castigo, ex
plotando así el dolor y la desgracia. Tras Cas
ielli vino Puiredon y Belgrano, hombres ilus
tres a los que su patria rinde culto y que se
han elevado al mismo tiempo que ella a la
inmortalidad.
El alto Perú fué en esta época teatro de
asesinatos y matanzas que diezmaron las po
blaciones, sin lograr dominarlas enteramen

(1) Entre otros muchos, dícelo así el deán Funes citado


por Obin : "De manera que corriendo sucesivamente los tea
tros, en Madrid fue bonapartista, en Sevilla fernandista, en
Montevideo aristocrata , en Buenos Ayres puro realista, en
el Perú tirano".
(2 ) En orden cronológico fueron proclamadas la Jun
ta de Caracas el 19 de Abril de 1910 ; la provincial de Buenos
Ayres el 25 de Mayo, las de Bogotá y la Suprema de Qui
to en Julio y la de Chile en 20 de Septiembre.
ཡུན་ (3) " Los que sobrevivieron a la derrota fueron condena
dos a muerte por el inhumano Goyeneche, quien sin sujetar
se a ninguna forma de juicio, hizo ahorcar a nueve de ellos.
He aquí quienes fueron : Pedro Domingo Murillo, presidente
de la Tuitiva , Basilio Catacera , Buenaventura Bueno, Melchor
Jimenez. Mariano Graneros , Juan Antonio Figueroa , Apo
linario Jaen , Eugenio García Luga y Juan Bautista Sagar
naga. Los dos últimos fueron muertos a garrote.." (Mitre.
Gral. Belgrano , tomo 1º . )
ALFREDO GUINASSI MORÁN 133

te. Por su parte los derrotados del Desagua


dero y Sipe- sipe desbandados, cometieron mil
escándalos , robos y choques sangrientos
por efecto, no de instintos perversos, sino por
carencia de medios de subsistencia. Unos y
otros incurrieron en abusos y excesos que die
ron a la guerra carácter inhumano. Era Cas
telli hombre vehemente , versátil y duro y por
lo mismo no supo mantener el orden y la dis
ciplina necesaria en el ejército como en los
funcionarios públicos. Sus compañeros Bal
carce, Viamont, Diaz Vélez y Rivero eran los
principales jefes de los sublevados.
Voy a dar una ligera idea de la manera
como se realizaron aquellos sucesos .
El brigadier D. José Manuel de Goye
neche con la milicia de Arequipa , Puno y
Cuzco, y una compañía del Real de Lima,
habiendo destacado al Corl. Fermín Piérola
a tomar el puente del Desaguadero, venció
en los altos de La Paz a los jefes Indaburu,
Castro e Iriarte y se apoderó de dicha ciu
dad. Destacó a su primo Corl. Domingo Tris
tán a Yungas, donde fueron cogidos por la de
rrota de Irupana uno de los hermanos Lan
za, el cura Medina y otros cabecillas , ahor
cados unos en La Paz y desterrados otros a la
Habana, Filipinas o Cartagena, en número
de cuarenta más o menos .
El año siguiente, debido a la insurrec
| ción de Buenos Aires, tropas al mando del
I
Dr. Castelli y del Corl. Ocampo vencieron al
Gral. Córdova en Suipacha el 14 de Noviem
bre, se apoderaron de Potosí e hicieron fusi
lar a los gobernadores Grals . Nieto , Córdova
y al intendente Sanz, por orden del Dr. Cas
telli, representante de la Junta Gubernativa .
Sublevadas las ciudades de La Paz, Chu
quisaca, Cochabamba y Oruro , el presiden
te del Cuzco, Goyeneche, reunió un nuevo
ejército sur peruano y situándose en Zepita
se ocupó en disciplinarlo, mientras Castelli y
luego Balcarce, a la cabeza del ejército, se
apoderaron del alto Perú .
Poco tiempo después tuvo lugar un ar
misticio de 40 días que no fué cumplido con
honorabilidad. Los realistas han atribuído a
sus enemigos la violación de ese pacto, con
movimientos y providencias tendentes a ase
134 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

gurar sus operaciones militares, cubriendo la


conducta del Gral. arequipeño, y atribuyen
do a sus contrarios las faltas que ellos come
tieron ; pues no cabe duda que a media noche
del 26 de Junio de 1811 levantaron los realis
tas su campamento para sorprender al ama
necer a los patriotas, habiendo destacado al
Corl. Ramirez y Orosco a Jesús de Machaca
con el propósito de copar a sus enemi
gos, confiados en el armisticio aun no fene
cido .
Sorprendidos así y envueltos los ar
gentinos en la batalla de Guaqui, la dis
persión y el triunfo fue consiguiente, pe
ro lo que sorprende y no parece tener ex
plicación es el procedimiento del Gral. Goye
neche de retroceder a su campamento de Ze
pita sin perseguir a sus contrarios .
Díaz Veles reunió en Potosí a los dis
persos y pasó a Cochabamba, donde espera
ha mayores recursos y refuerzos de los pa
triotas, siendo perseguido lenta y debilmen
tc. El 13 de Agosto de 1811 se presentó Go
yeneche en las inmediaciones de Sipe- Sipe,
donde tuvo lugar la segunda acción de esta
campaña, igualmente desgraciada a los pa
triotas, reconquistando los enviados de Abas
cal el territorio del alto Perú .
Cuando los realistas peruanos obtenían
los triunfos de Cochabamba volvió a insu

(1) Con respecto a Guaqui encuentro en las mismas memo


rias del Gral Paz el siguiente párrafo : "Este obsecado ame
ricano ha hecho más mal a su país que lo que se cree general
mente. Ninguno de los generales españoles le ha excedido en
crueldad y si respetó a los prisioneros de nuestro ejército fue
porque temió represalias ; pero es seguro que si se hubiese
asegurado un poco más, nos hubiese tratado del mismo mo
do que a los desgraciados peruanos. Su segunda campaña a
Cochabamba es un monumento de barbarie que tiene pocos
ejemplos".
“Y ¿ qué diré de su mérito militar ? Que era muy limi
tado. Todas sus campañas, todos sus sucesos, todas sus vic
torias más fueron debidas a la impericia de sus adversarios
que a sus propios talentos. La acción de Guaqui es la que
figura en primera línea entre sus hazañas, y todo el mundo
sabe que no hubo acción, ni combate, ni batalla, ni cosa que
se merezca este nombre".
"En Yauricoragua , en donde por nuestra parte mandaba
el Gral. Viamont y por la enemiga el Gral. Juan Ramirez, fue
donde se puede decir que se combatió ese día desgraciado
y en esa acción funesta a que damos generalmente el nom
bre de acción del Desaguadero. La batalla de Amiraya ( Sipe
Sipe) contra los cochabambinos fue una farsa , como lo fue
también después la de Pocona y la toma de la capital de
aquella provincia."
ALFREDO GUINASSI MORÁN 135

rreccionarse la ciudad de La Paz, cortando


las comunicaciones con el bajo Perú, y fué el
cacique de Chincheros, D. Mateo Pumacahua,
enviado por el Virrey a asegurar la posesión
del Desaguadero y dominar la insurrección
de los indios, quien logró restablecerlas .
Díaz Vélez volvió a reunir sus dispersos
y atacó a fines de Diciembre al brigadier Pi
coaga en el marquesado de Yavi, obligándole
a retirarse a Tupiza. Reforzado Picoaga con
el batallón "Abancay", que condujo el Gral.
Pío Tristán, se retiraron los disidentes a los
llanos argentinos .
Insurreccionada nuevamente Cochabam
ba, Goyeneche resolvió salir de Potosí a paci
ficarla : "remitió a Tupiza el batallón de Pa
ria, en cuyo punto dejó a Tristán con 2.000
hombres ; mandó a Picoaga que con su divi
sión pasase a Chuquisaca, a donde se tras
ladó también el Gral. en jefe . Acordada una
combinación terrible contra Cochabamba,
que componían una columna remitida con
tra el partido de Chayanta para maniobrar
con la de Revuelta procedente de La Paz, la

"Cuando la fortuna le volvió la espalda perdió entera


mente el ánimo y la cabeza. Aun después de su retirada a
Oruro no pudo recuperarse de su abatimiento y se retiró del
ejército para pasar a España, en donde habrá gozado de su".
cuantiosa fortuna, pero despedazado de remordimientos ....
Si he copiado estos párrafos de tan dura crítica contra
nuestro paisano es para que se conozca la opinión de los
auxiliares bonarenses, para nivelar los no menos apasiona
dos aplausos de los realistas, y poner a nivel los celebrados
triunfos de las tropas peruanas que, en mala hora, fueron
seducidas por caudillos que más atendieron a su origen que
a la razón y a su deber para la patria.
"Goyeneche, dice el Gral. Paz, aprovechándose hábil
mente de nuestras faltas, había (sin ser tan religioso como
el Gral. Belgrano ) fascinado sus soldados, en términos que
los que morían eran reputados por mártires de la religión,
y como tales, volaban directamente al cielo".
"El Gral. Belgrano, haciéndose superior a críticas insen
satas y a murmuraciones pueriles inutilizó las astucias de
Goyeneche y restableció la opinión religiosa de nuestro ejér
cito. Agregando a estos antecedentes la probidad del Gral .
Belgrano, su pureza en el manejo de los caudales públicos ,
su desinterés, su rectitud, puede decirse que no sólo dio
nervio a la revolución, no sólo la generalizó sino que le dio
crédito y la ennobleció. Sin abandonarse a los estravíos de
una desenfrenada democracia, era sencillo en sus costumbres,
sumamente llano en sus vestidos, parco".
Después de la derrota de Vilcapugio reunió sus restos
y los hizo rezar el rosario . A la virgen de las Mercedes le
dejó su bastón de general : no fue así el vencedor de Guaqui,
quien, según Markham, hizo fusilar a ochenta y seis entre
abogados, sacerdotes y cabecillas de la revolución ; a otros
redujo a prisión, les confiscó sus bienes".
136 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

del Corl. Lombera, la del Corl . Huici y la del


Corl Alvarez de Soto Mayor por Santa Cruz
de la Sierra, el Gral. Goyeneche salió de Chu
quisaca el 13 de Mayo con 1.500 hombres y
ocho piezas de montaña y logró reducirla".
No confiesa García Camba ninguno de
los actos de reprensión ni crueldad ahí come
tidos, asegurando él, que era un militar, con
las palabras del Marqués de la Concordia,
que "el caudillo reunió en sus casas y resti
tuyó al cuidado de sus familias los muchos
dispersos y fugitivos que los habían abando
nado : repobló los desiertos campos, resta
bleció las manufacturas y obligó con su per
suación a los artesanos y traficantes a dar
nueva vida a las artes y al comercio parali
zado en siete meses de anarquía !! ........
Vencedoras las tropas sud peruanas que el
Gral. Goyeneche mandaba, reprimidos con
mano de hierro los patriotas del Alto Perú,
escarmentada Cochabamba como el mismo
Torrente lo declara, vino al teatro de ope
raciones el Gral . Belgrano que, sin más expe
riencia en la milicia que la expedición al Pa
raguay, siendo vocal de la Junta bonarense.
reunía en su alma energía de carácter inque
brantable, patriotismo , honradez y disciplina ,
cualidades que fueron dignas de los triunfos
que obtuvo contra los vencedores .

Situados los argentinos en Tucumán y


habiéndose presentado los invasores al man
do de Tristán, se formó el ejército patriota en
las afueras del poblado con 1.500 hombres de
linea y las milicias, siendo en fuerzas regla
das algo superior la división realista . Al cho
que de las alas fueron arrolladas la izquierda
y centro perú-realistas y en cambio batida
la izquierda argentina, produciéndose en am
bos ejércitos el desorden mayor, efecto de
tropas novicias ; viéndose obligado el Gral.
Tristán a retirarse, pero apoyado en una co
lumna que había enviado a cortar a sus con
trarios hizo alto, presentando nuevo combate,
lo que obligó a los argentinos a retirarse a la
plaza de Tucumán con 150 prisioneros y cin
co cañones .
Ambos ejércitos amanecieron en estas
posiciones sin animarse a resolver su situa
ALFREDO GUINASSI MORÁN 137

ción, pero en la noche del 25 el Gral. Tristán


se retiró a Salta.
En las Memorias del Gral. argentino Jo
sé María Paz se relatan las campañas del Al
to Perú , habiendo llenado con tino y justi
cia un vacío de la historia de América,
pues el libro de García Camba no satisface
del todo, teniendo carácter unilateral.
La situación del Gral . Tristán fue más pe
ligrosa en Salta, en país enemigo y hostil,
mientras los contrarios tenían la libertad de
sus movimientos y fueron reforzados por los
prisioneros de acciones anteriores que se su
blevaron en el campamento realista y pasa
ron a sus filas .
Reforzado el ejército argentino con el re
gimiento de infantería número 1°. y trescien
tos del número 2., se puso en marcha sólo
después de casi cinco meses de la acción de
Tucumán. Logró Belgrano colocarse a reta
guardia de los realistas, y el 20 de Febrero
de 1813 emprendió el ataque del que salió
victorioso, no obstante la resistencia del Real
de Lima y la brillante conducta del Corl. Pi
coaga, Barreda y otros jefes casi todos de
Arequipa y Cuzco . Perseguidos por la van
guardia de Diaz Vélez , que fue herido, que
daron los realistas encerrados en Salta , vión
dose obligado Tristán a mandar un parlamen
tario que consiguió una capitulación, por la
cual se concedió retirarse a los vencidos
con honores militares, pero dejando sus ar
mas, su artillería, parque y banderas y reci
biéndoles juramento de no tomar las armas
contra los vencedores .
Los realistas encontraron, cuando nece
sitaban, quienes los saivasen de estos com
promisos, y por eso se criticó mucho a Bel
grano no haber conservado prisioneros a los
juramentados de Salta, pero la unión y con
versaciones de ambos ejércitos fueron las pri
meras y más elocuentes lecciones de reacción
que las tropas recibieron, regresando al Pe
rú con cimientos de ideales nuevos .
Goyeneche al recibir las funestas noti
cias, ( aunque hubiese podido reforzar a Tris
tán o tomar el mando en los cinco meses
transcurridos ) se retiró de Potosí y Chuqui
saca a Oruro mientras lentamente y por esca
138 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

lones avanzaba Belgrano . Muy pronto llegó


el brigadier D. Joaquín de la Pezuela para
recibir el ejército que Goyeneche dejó a su
segundo, y con él obtuvo los triunfos de Vil
capugio y Ayohuma.
Belgrano descansaba en la seguridad de
que los realistas no le buscarian, pues con el
aumento en sus efectivos por el reclutaje en
Potosí y Chuquisaca disponía de cerca de
cuatro mil hombres y diez y seis piezas de
artillería. Esperaba reunirse al Corl. Zelaya,
que formaba otro cuerpo en Cochabamba.
cuando los enemigos por unas comunicacio
nes interceptadas, se dieron cuenta de la ac
titud de los patriotas y aprovecharon el en
cuentro de Vilcapugio para dar la batalla.
El 1°. de Octubre al medio día se formaron
las alas. Los patriotas tenían a su servicio
tantos indios desarmados como fuerza efec
tiva y a los primeros disparos alarmaron el
campo con su huída a los cerros y sus gritos
de terror, quedando otros tendidos en el sue
lo como muertos. Empeñada la lucha el cen
tro y la derecha patriota arrolló a sus contra
rios, mientras la derecha realista se sostuvo
firme, muriendo de una y otra parte mucha
gente y los coroneles La Hera, Alvarez, Bel
dón y Villegas . Las reservas del brigadier
Pezuela repararon el rechazo de su centro,
logrando el triunfo más completo, pues deja
ron los patriotas sus tiendas armadas en el
campamento, sus equipajes , sus viveres , ca
ñones, etc.
El Gral. Belgrano se retiró sobre los ce
rros de Vilcapugio , haciendo esfuerzos por
reunir sus dispersos, mientras que su segun
do jefe, el Gral. Díaz Velez marchó en direc
ción a Potosí, sin ser perseguido ni por la ca
ballería, que en ese entonces no brillaba por
su destreza .
El brigadier Pezuela no persiguió a sus
vencidos con la celeridad del jefe que sabe
sacar provecho de un triunfo, y debido a
ello pudieron las tropas argentinas reunir
se y reformar sus cuerpos . El pais brindaba
subsistencias y algunos reclutas ; esperaban
los vencidos traer nueva artillería de Jujuy,
unirse a la columna de Díaz Velez que esta
ba en Potosí, y de esta manera quedar en
ALFREDO GUINASSI MORÁN 139

aptitud de disputar el triunfo a sus contra


rios, pero Belgrano por no retirarse compro
metió, quizás, el éxito de la segunda batalla,
que dada prematuramente no podía sino ser
nuevo desastre . ( 1 )
Ayohuma fue, como casi todas , acción
de impericia y de desorden, por lo menos
así la relata el Gral. Paz . El Gral. Belgrano
se aferró a batirse en un sitio y aunque por
una marcha de flanco los contrarios le hicie
ron cambiar de frente, él se mantuvo en su
fatal propósito . "Pezuela nos presentó, dice
Paz, la más bella ocasión de vencerlo, bajan
do tan lenta como estúpidamente una cuesta
que era un verdadero desfiladero , a nuestra
presencia : el Gral . Belgrano no se movió”.
"Si la batalla de Vilcapugio se disputó y hụ
bo lances en que nos sonreia la fortuna, la
de Ayohuma estuvo perdida antes de darse
y no hubo un momento de esperanza".
Emprendida la retirada por Potosi, Ju
juy y Salta, llegaron las tropas a Tucumán
donde se hizo cargo del ejército el Corl . San
Martín, quedando el brigadier Belgrano a car
go del número 1 °. de infantería, por poco
tiempo, pues fue llamado a Buenos Aires . El
Gral. Rondeau reemplazó bien pronto a San
Martín, señalándose una época de decaimien
to en el ejército patriota ya por causa del nue
vo jefe, ya por los sucesos políticos en los que
tomó parte el Gral. Alvear.
Estas derrotas fueron fatales al ejército
argentino y a la noble causa que ellos defen
dían. Se queja el Gral. Paz, de los sacrificios
inútiles de su patria que ni simpatías ni gra
titud alcanzó . No hay tal, ningún país es por
el nuestro más querido ; es tal el afecto del
Perú que yo he creido muchas veces que toca
en adulación humillante , en afecto servil
impropio entre pueblos, hijo sólo de espíri
tus débiles, sin individualidad. Habla de que
su sangre allanó el camino de Bolivar. Para
nosotros que vamos a seguir la historia.
esta pretensión es infundada : jamás el ejér
cito realista fue más fuerte que cuando Bo

(1 ) El gobierno de Buenos Ayres decretó en Diciembre


que la Comisión Directiva de los asuntos del Alto Perú proce
sase al Gral. por ambos desastres. (Manuel Jesús Obín.--
Revolución Sud Americana ) .
140 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

lívar pisó el Perú ; vencidos los patriotas por


donde quiera, en guerra civil, esquilmados,
traicionados y sin fe. De los ejércitos venidos
del sur quedaba pequeño y desmoralizado
resto, pero para quienes se fijen en la histo
ria, y la mediten con clara visión y sano pro
pósito, encontrarán la resolución del proble
ma estudiando la guerra misma , comparan
do la lucha colosa del norte, los esfuerzos y
sacrificios que templaron como acero los po
cos hombres de Bolívar y Sucre que en cor
tos meses aplastaron, arrogantes, el orgullo
de los vencedores .
Para trazar estas ideas, para tener dere
cho de comparar y corregir torcidos crite
rios, es que me he ocupado con mayor ampli
tud de las campañas de Belgrano, el primer
general argentino entonces , descritas por un
bonarense, que no es una opinión tachable
de parcialidad.
Y esos colombianos, después de los pri
meros trasportes de asombro y de loco entu
siasmo, no gozaron del amor de sus liberta
dos, mas bien de la calumnia y del odio , pe
ro tal es la misera condición humana, tal la
ley del Redentor crucificado, y sería locura
pretender cosa distinta de los hombres . Pero,
cuando los años pasan, cuando las pasiones e
intereses desaparecen, entonces resurge_la
conciencia de los pueblos, y jay! de aquellos
adormidos y menguados pueblos que no des
piertan, que no vibran de entusiasmo y de
gratitud ante la contemplación de su pasado.
porque son cadáveres, son sepulcros !.
Brote, pues, entre nosotros, con estudio
y plena conciencia del pasado, surga la ver
dad y con ella el afecto sincero y la fortale
za del mañana.
Dice después el mismo General : ......
"que facilitaron su carrera a los Santa Cruz
y Gamarra, y otros muchos, que hicieron la
guerra más obstinada a esa misma indepen
dencia de que ahora son los grandes dignata
rios y los verdaderos usufructuarios mien
tras los más antiguos soldados arrastran una
penosa existencia en la obscuridad, la pros
cripción, la miseria y el olvido ".
Hay que reconocer, en verdad, que la ma
yoría de nuestros dirigentes, los que culmina
1008 ALFREDO GUINASSI MORÁN 141

laron de los Tristán a La Mar, de Gamarra a


Casti'la, inclusos Cerdeña, Aparicio, Luna Pi
zarro, Vigil, etc., salieron de las filas realis
tas, donde vertieron sangre patriota, pero re
dimidos de su error no debemos culparlos a
e los sino al medio en que nacieron, a esa fu
nesta educación o política que no iba confor
me con los principios de una moral austera,
sino que enseñaba a hacer la corte a los gran
des, ir siempre a nivel de sus deseos, soportar
con paciencia el peso del orgullo , esconder
el alma, y, en fin , emplear el artificio más que
la buena fe ; a esa táctica del Marqués de la
Concordia que armó medio Perú para que lu
chase con el resto . Hasta hoy, triste es palpar
lo, la educación y la política es la misma :
vivimos sumisos a los neo -godos ; utilitarios
y burgueses no tenemos más deslumbramien
to que el oro y la audacia.

Todos los pueblos del globo han teni


do épocas semejantes. América española, co
mo pueblo nuevo pasó y aun pasa tiempos
de anormalidad, de inversión, pero no por
eso debemos renegar de las luchas gloriosas
de la emancipación que son la base de nues
Pa tro futuro . Desesperarse es cobardía. La ambi
ción y la tiranía es la tendencia natural de
los esclavos libertos. América nació a la li
bertad sin ideas de moral, de justicia, de
providad, de honor y fuimos víctimas de la
audacia y de los vicios adueñados de la po
lítica . El caudillaje, época feudal nuestra,
fué nuestro dogal, y aquellos espíritus ele
vados, los pocos hombres distinguidos por
una fecunda y noble tendencia, debieron
forzosamente ser proscritos , ahogados por
la mayoría ansiosa de vivir dominando a
nombre del estado . Desde luego la misión
de la historia, la misión justiciera y vindica
dora, la única que puede enderezar los tor
cidos rumbos es la que purifique el pasado y
enaltezca a los pocos dignos de alabanza .
El caudillaje republicano nos ha sido tan
funesto como la tiranía hispana, y de este
caudillaje aun no está libre nuestra Amé
rica . "Esos caciques que han convertido las
provincias en propiedades suyas y a sus ha
bitantes en rebaños", esos sanguijuelas de
las naciones, esos politiqueros sin concien
142 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

cia y sin rubor que explotan la fantasía de


masas sin educación, esos son el horror de
América, y felices aquellos pocos a quienes
la historia no marque con el estigma de ex
plotadores de las vírgenes nacionalidades .
Cuando me siento descorazonado , escép
tico, es cuando veo la historia envilecida y
mistificada. Es como la profanación de sa
grados despojos, de sagradas tradiciones que
el hombre enloda en su demencia. Nada más
triste que la razón, la inteligencia y la ver
dad proscritas en adulación al vicio y al en
gaño .
Lejos de mí una estrechez de criterio y
un puritanismo fanático , del que se sirven sólo
los reaccionarios dignos herederos del esco
lasticismo ibero . Las faltas y los errores son
naturales, y por grandes y horribles que sean
son humanos en medio de la lucha y de la
acción ; lo que es menguado y despreciable
es el error consciente, el error por lucro, por
vanagloria, por anormalidad.
*
* *
Es en 1814 que el Perú volvió a la lucha
por su libertad. Fue entonces muy crítica la
situación de los realistas amenazados por to
dos sus flancos . El Alto Perú cruzado por
numerosas guerrillas y protegido por los ar
gentinos no pudo ser dominado a pesar de
las batallas ganadas, y Pezuela se hallaba en
difícil situación, como también el virrey
Abascal en el Perú, sin medios para ha
cer frente a la sublevación iniciada en el
Cuzco el 3 de Agosto , que se extendió ha
cia el centro y sur.
Parecía lógico que las tropas peruanas
que obedecian a Pezuela se negasen a pelear
contra sus hermanos, y que mas bien se de
clarasen por la independencia y por crearse
una patria propia y libre ; pero no, esas tro
pas continuaron fieles defensoras de España
y debido a ellas y a su ejemplo volvió a im
perar el pendón colonial.
Los revolucionarios del Cuzco nombra
ron una Junta de Gobierno compuesta de D.
José Angulo, el brigadier Pumacahua, el Dr.
Astete y el Corl . Moscoso, quienes repartie
ron en tres divisiones sus pequeñas e impro
ALFREDO GUINASSI MORÁN 143

visadas tropas, destinando una a Puno y La


Paz al mando del clérigo Muñecas y de Pine
lo, otra sobre Huamanga a órdenes de Men
doza y Béjar, y la tercera con Pumacahua
sobre Arequipa. Estos destacamentos iban
cual peregrinos en busca de adeptos. Tenían
fe en su causa, y la misma esperanza los arras
tró a la muerte. Las poblaciones donde habi
taban blancos y mestizos fueron para ellos
desiertos y sólo encontraban apoyo en las co
munidades indígenes. Sin otras armas que
sus hondas marchaban al sacrificio .
Los patriotas argentinos pensaron apro
vechar del movimiento de Pumacahua para
dar un golpe decisivo, pero esta sublevación
fue efímera y dominada fácilmente, a pesar
de la falta de medios de que disponían los
realistas, y de los primeros triunfos consegui
dos por los sublevados que llevaron sus ar
mas a La Paz ; truncados los bastos planes,
irrealizables además por la desorganización
que trajo al ejército argentino la lucha de pe
queños caudillos .
El Corl. Saturnino Castro, natural de
Salta, que sirvió con distincin a los españoles
y al cual deben en mucho el triunfo de Vil
capugio, trató de sublevar las tropas peruanas
poniéndose en comunicación con el Gral. Ron
deau, pero denunciado a Pezuela y no encon
trando en las tropas el apoyo que necesita
ba, pagó con la vida en Moraya su patriótico
anhelo.
El virrey despachó de Lima al Tte. Corl.
Vicente Gonzáles para que obrase sobre
Huancavelica, Huamanga y pueblos vecinos,
aumentando su corta fuerza con reclutas a los
que armaría con los elementos que sacó de
la capital. Reforzado Gonzáles con algunos
indios, apoyado por los españoles y mes
tizos que consideraban un timbre de orgullo
defender a sus opresores y pertenecer a su
sangre y a sus banderas, obtuvo el señalado
triunfo de Huanta , donde dejaron los infeli
ces insurgentes más de un mil muertos . Mas
tarde, reforzado por tropas realistas que vi
nieron de Ica, consiguió una nueva victoria
en Matará, escarmentando por todas partes
a los amotinados y persiguiéndolos en sus
más ocultas guaridas .
141 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Del cuartel General de Pezuela se se


paró el Gral . Ramirez con una división desti
nada a someter a los sublevados. Los patriotas
que marcharon a Puno y de este punto al
Desaguadero, donde derrotando a la guar
nición realista consiguieron algunas armas y
cañones , avanzaron sobre La Paz, que no obs
tante la esforzada resistencia del marqués de
Valdehoyos tomaron, procediendo a despa
char comisiones a las ciudades de Cocha
bamba y Potosí y al Gral. Rondeau, que era
el jefe de las tropas argentinas, para acordar
las posteriores operaciones, pero sus planes
fueron cortados y detenidos sus progresos con
el avance y triunfo de Ramirez .
Mientras esto sucedía con dos de los des
tacamentos enviados del Cuzco , Pumacahua,
después de vencer en la Apacheta al Gral. Pi
coaga mandado de Lima por el Virrey, se
adueñó de Arequipa, donde estuvo más o me
nos un mes.
El Gral. Ramirez, con mil quinien
tos hombres y artillería, después de derrotar
a los insurgentes en la Paz, marchó sobre Pu
no y Arequipa, que abandonaron los patrio
tas. Ramírez fue recibido en Arequipa con
demostraciones de júbilo y de cariño, y pa
sados dos meses de descanso partió en busca
de los sublevados a los que derrotó en la jor
nada de Humachiri, donde Pumacahua pre
sentó como veinte mil hombres, pero de es
tos sólo quinientos con rifles, y donde murió
el joven y renombrado poeta Melgar, una es
peranza para la patria por su talento . (1 )
La cabeza de Pumacahua fue llevada al

(1 ) Para apoyar mi relato , he aquí lo que dice D. Sebas


tián Lorente en su Historia del Perú Bajo los Borbones.
Los vencedores entraron en la ciudad, (Arequipa) que.
si bien estaba todavía inclinada al bando del Rey, no pudo
menos que admirar la moderación de aquellas huestes sin dis
ciplina, mal vestida y desprovista de recursos . Esta victoria
determinó al pronunciamiento de Moquegua y Chuquibam
ba, causó cierta agitación así en Ica como en Jauja y Lima
estuvo muy inquieta. En el campamento mismo de Pezuela
pudo ocurrir una sublevación formidable ; porque la mayor
parte de los jefes y soldados tenían sus parientes y amigos
entre los cuzqueños, y el valiente Corl. de Dragones, D. Sa
turnino Castro, quería poner todo aquel ejército a dispo
sición del argentino".
"Un plan tan vasto y coronado con sucesos tan rápidos
hubo de fracasar por toda especie de contrastes. "La revolu
ALFREDO GUINASSI MORÁN 145

Cuzco en lo alto de una lanza para dar fe


del paternal gobierno español y servir de
escarmiento a los insurgentes.

El cura Muñecas era el único que aún


peleaba en el interior de Huancané con por
fiada resistencia. Los indígenas, verdaderos
mártires, se sostenían en la lucha desespera
da rindiendo siempre la vida. El nuevo go
bernador de Puno, Gonzales, una fiera, los
atacó en las alturas de Paucarcolla y luego
en Yasaca donde murieron casi 500 indios ,
como saben morir ellos, con profundo estoi
cismo, con desprecio absoluto por la vida, co
mo indús debajo del carro de sus divinida
des. Nuevamente reunidos en Azángaro co
mo tres mil hombres presentaron una acción
de la que, obligados à retirarse, se fortifica
ron en Asillo , donde el jefe español hizo una
carnicería horrenda, una matanza de la que
nos dará una idea San Bartolomé o los ex
cesos de la revolución en Setiembre.

Las persecuciones y matanzas de indios


continuaron durante todo el año quince y
aún en el diez y seis : los campos fueron re
gados con sangre inocente ¡ Qué horrores no
cometerían los realistas con los pobres in
dios a los que consideraban hermanos de los
animales ! ¡Manes de Melgar, de los Angulo ,
Bejar. Muñecas, Mendoza, Tudela, Gonzales,
Becerra, Carreri , Carrión Salinas, Gómez, Vi
llagra, Astete, Chirbeches, Dianderas . San Ro
mán, Bustíos , Alcocer, legión de mártires, y
mil otros más cuyos nombres hasta la historia
ha olvidado !

Esta sublevación pudo ser de fatales con- ·


secuencias para España si hubiese encontra
do apoyo en las clases elevadas del sur del
Perú que pudieron prestar auxilios y dirigir

ción estaba desconcertada, falta de buena dirección y de los


auxilios esperados. Muchos comprometidos del Cuzco se re
traían, retirándose a sus casas y haciendas ; en Tinta se ha
bía intentado una contra revolución, que fue necesario so
focar con violencia".
"El vencedor, no contento con la espantosa carnicería
que acompañó a su triunfo, (en Humachiri) lo deshonró con
ejecuciones crueles hechas a sangre fría",
"Sólo el indomable cura Muñecas pudo sostenerse por
algún tiempo en la provincia de Larecaja que hoy lleva su
nombre".
146 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

el movimiento . (1 ) Las masas de hombres que


sin armas y sin idea de la guerra exponían
sus pechos incautamente hubiesen podido ani
quilar el régimen español en aquellos momen
tos difíciles para el Virrey. Tal vez si el mo
vimiento del Cuzco encuentra algún apoyo y
se mueven los pueblos del norte, el Perú se
hubiese independizado velozmente con su
propio vigor y su propia sangre. Desgraciada
mente la sublevación de los indios, que lle
gó a la enorme cifra de 35 a 40 mil hombres.
no fue sostenida, ni alentada siquiera por los
mestizos y los blancos peruanos que poseían
la fortuna y la mayor capacidad. Estos, egois
tas y retardarios o que no tenían aún el ideal
de su destino, ni clara noción de patria para
empeñarse en la pelea con aquella raza indi
gena que fue la primera en la lucha reden
tora.
Jamás lamentará lo suficiente nuestra
patria la apatía de ayer, de los primeros días
de nuestra nacionalidad, origen de mil ver
guenzas y de mil catástrofes para la repú
blica nacida en manos extranjeras y bauti
zada con ajena sangre, que hace del Perú un
país sin tradición republicana, ligado al vie
jo coloniaje como su única fuente de inspira
ción .
De manera tan infecunda y rápida fra
casó una revolución en la que, según el decir
de un obispo, Dios había protegido con sus
dos manos .
*
**
Reforzado el ejército de Rondeau con
las tropas y prisioneros de Montevideo, tenía
un efectivo de cinco mil hombres, sin contar
las guerrillas de Arenales, Warnes y Güemes.
Esta fuerza era suficiente para haber venci

(1) En "Arequipa Ilustrada " se publicó un documento in


teresante para los anales históricos de esta ciudad. Curioso
es que en esa lista denunciadora de patriotas figuren acre
ditados realistas que sirvieron hasta con las armas la causa
que según Arauzo aparecen repudiando.
Depurando con sano criterio las pocas leales denuncias
del furibundo chapetón, quedan buen número de nombres pa
ra acreditar las tendencias patrióticas de nuestros antepasados.
Como el documento dice : "Esos sujetos fueron de lo prin
cipal de Arequipa ", pero es lástima, y tamaña, que entre tan
tas personas distinguidas que reunían el talento, el dinero.
la pericia militar y la opinión, no hubiesen concertado un
ALFREDO GUinassi MoráN 147

do a Pezuela, mientras la sublevación del Cuz


co, pero la desmoralización que cundió en el
campamento argentino, que dislocó la subor
dinación y la unión de las tropas, a tal punto
que se dispersaron más de dos mil soldados
durante tamaña inacción , en los momentos
más precisos, en los que era inaplazable la ac
ción y la audacia, hizo que se perdiese la me
jor ocasión, no sólo de emprender la campa
ña, sino de libertar los dos Perú.
Tarde, como siempre sucede en estas si
tuaciones, se puso en marcha el ejército , que
sorprendió una avanzada en el Puerto del
Marqués. Sorprendida y pasada a cuchillo
la columna, borrachos los soldados y en me
dio de una orgía espantosa de sangre y crí
menes, que el Gral. Paz ha descrito como sin
cero patriota que no gusta de comedias sino
de realidades, se puede comprender cual se
ría la suerte de la campaña, que debió y pu
do haber coronado de gloria a los nobles y
generosos argentinos que tantos años lucha
ron por nosotros y contra los ciegos y obs
tinados.
La acción o sorpresa de Venta y Media
entre las vanguardias de ambos contendo
res, y la acción de Sipe- Sipe, en las inmedia
ciones de Cochabamba, terminaron con las
fuerzas independientes del Alto Perú .
Esta batalla a la que los realistas lla
man de Viluma, que diò a Pezuela el título

solo hecho real, acción visible que la historia pudiese to


mar en consideración sin alambicamientos patrióticos .
Con respecto a mi bisabuelo D. Buenaventura Zereceda
y su familia, (como el documento dice) signados de patrio
tas, poseo en mi archivo un oficio del Gral. Ramirez, a raíz
de la salida de Pumacahua y ocupación de Arequipa , dán
dole las gracias en nombre del Rey por su fidelidad de ca
ballero vasallo.
Detrás de este documento condenador hay hechos dig
nos de llamar la atención a quienes quisieran estudiar la
conducta de los hombres de nuestro medio. Al retirarse de
Arequipa los verdaderos patriotas, los que supieron exponer
su vida y luchar por sus ideales, mereció D. Buenaventura
la confianza de dejarlo de depositario de crecida suma en en
seres de plata, por no exponerlos en la campaña y creyendo
en su regreso a la ciudad del Misti.
Sea por grangearse el aprecio de Ramirez, por envidia
de que pudiese D. Buenaventura quedar dueño de los cau
dales o por otros motivos, los mismos comprometidos en la
causa soltaron el secreto por la ciudad con variados comen
tarios, y sin duda adivinando el fin de su aventura, se apre
suró a denunciar él mismo el hecho, salvando , gracias al rico
presente, del castigo de su complicidad.
148 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y Biográficos

de Marqués de Viluma, tuvo lugar el 29 de


Noviembre de 1915 y señala el triunfo com
pleto de los realistas.
Los historiadores Camba y Torrente pin
tan esta acción con demasiada pompa en
contra del Gral. Paz que la refiere como un
choque insignificante. De todas maneras el
ejército perú- realista demostró constancia.
disciplina y pujanza, venciendo casi siempre
a las tropas independientes. Así lo confirma
el brigadier García Camba cuando dice : “el
General enemigo ha acreditado su insuficien
cia y la gente que mandaba su inferioridad a
la nuestra".

Finalmente los guerrilleros Arenales, Ca


margo y Zárate fueron vencidos y los Lan
za, Padilla y Centeno, como otros tantos que
sostenían la idea libertadora y el espíritu pú
blico, encontrábanse corridos en las cordille
ras o en los bosques, para emprender nue
vos asaltos y amagos en mejores tiempos .
La lucha de los argentinos en el Alto Pe
rú no estaba exenta de interés, porque uni
do este territorio al virreynato de Buenos
Aires, lo miraban como propio . Además la
tendencia de los gobernantes del Perú de ex
tender a los demás países la reacción ha
cía de esta guerra una necesidad defensiva e
inmediata. Desde esta época los argentinos
comprendieron las tendencias del Alto Pe
rú, de formar un estado independiente. (Me
morias, citas página 340) .
En este tiempo, abandonadas las fronte
ras del Perú, fue la provincia de Salta la de
fensa y el baluarte de la patria contra los
realistas, a pesar que en ella el caudillo Güe
mes comenzó la propaganda de ideas diso
ciadoras, extendidas muy pronto en las de
más provincias, que continuaron con Arti
gas y otros. La demagogía extinguió la lucha
con los verdaderos enemigos. Anarquizadas
a nombre de la libertad las infimas clases so
ciales, mientras en las primeras se sentía mo
vimiento reaccionario hacia la monarquía,
caudillos sin conciencia pero repletos de am
bición, fomentaron la odiosidad de clases, de
posesión y de fortuna, los pobres contra los
ricos, la campiña contra la ciudad, las provin
cias contra la capital, originando aquella es
ALFREDO GUINASSI MORÁN 149

pantosa, casi salvaje lucha civil entre unita


rios y federales, lucha de clase a clase y de
hombre a hombre, que nada respeta y de la
cual el gran poeta Marmol nos dejó una idea
en Amalia.
Gracias a que el Gral. San Martín llama
ba por el sur la atención de los realistas ; gra
cias a su campaña sobre Lima, y finalmente
campaña de Bolivar que el par
a la campaña
tido realista del Perú, apoyado por España ,
que libre de las guerras de Napoleón podía
hacerlo , no invadió por Salta, haciendo retar
dar la emancipación de esta parte de Sud
América.
Nada ha sido más fatal a los pueblos
que la demagogia ; nada es más inicuo que
soliviantar el espíritu del pueblo con teorías
extremas y locos proyectos .

LA GUERRA BAJO SAN MARTIN

En la provincia de Mendoza el Gral . San


Martín formaba el ejército destinado a apo
yar la libertad de Chile, el que más tarde pa
só al Perú . El Gobernador de Mendoza era
un severo disciplinador de ideas en pugna
con su medio desquiciado. Militar de escue
la, deseaba, formar espíritu de cuerpo, pri
vilegio de casta en sus tropas. Fomentaba
cierta tendencia caballerosa y realista, apo
yaba el duelo entre sus oficiales, y para levan
tar la moral americana, cierta arrogancia ;
principios, estos, que en parte eran nece
sarios, pero que chocaban con el exagerado
republicanismo de la revolución. A punto es
tuvo de fracasar la expedición de San Martín
queriendo el gobierno de Buenos Aires em
plearlo en la revolución, pero el General re
sistió las órdenes y los apremios, legando a su
patria renombre imperecedero .
Triunfante el ejército de los Andes y con
seguida la emancipación de Chile, San Mar
tin anhelaba la libertad del Perú, y con igual
constancia supo prepararla . En 5 de Febrero
de 1819 se firmó el tratado entre las repúbli
cas argentina y chilena para auxiliar al Perú ,
y en los seis artículos de ese tratado, lo mismo
que en las instrucciones particulares dadas al
jefe Gra . San Martín, se revela el espíritu al
150 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

truista y liberal de la época. Pero la empre


sa de libertar al Perú requeria una escuadra
para trasportar el ejército . Chile tenía algu
nos buques y entonces se armaron y apresa
ron otros, formándose una regular escuadra
que se entregó al marino inglés lord Cochrane,
con la que hizo una tentativa sobre el Callao
el 22 de Mayo , siendo detenido por los fuegos
de los castillos y de los buques españoles
fondeados aquel día en la bahía para una re
vista del Virrey .
Otra segunda expedición hizo la escua
dra chilena sobre las costas del Perú, llevan
do un destacamento de tropas para desembar
cos a órdenes de Miller. La escuadra regre
só de Guayaquil a fines de Diciembre, tomó
Valdivia y tornó a Valparaiso, calculando la
fecha en que el infatigable Gral. San Martín
tuviese listo el ejército, que se componía de
más o menos 4.000 hombres en su mayoría
argentinos, y que zarpó el 21 de Agosto de
1820 para desembarcar en los primeros días
de Septiembre al norte de Pisco.
De este punto destacó el Gral. San Mar
tín al Corl. Arenales, el indomable guerrille
ro que luchó contra Goyeneche y Pezuela, con
una división a que se internase en el país, y
él marchó a Chincha, regresó a Pisco y se
dirigió por mar sobre Huacho instalando en
Noviembre su campamento en Huaura.
Mientras tanto lord Cochrane y Guise se
apoderaban por sorpresa y abordaje en el
Callao de la fragata española "Esmeralda".
y se hacían señores de los mares.
Arenales a la cabeza de 1,300 hombres
ocupó Ica, donde batió al Corl. Quimper to
mándole prisioneros y armas, pasó los An
des y llegó a Huamanga ; pasó a Huancaveli
ca, batió en Jauja al brigadier Montenegro y
sorprendiendo otros destacamentos marchó
sobre Pasco donde derrotó a las tropas en
viadas por el Virrey a órdenes del brigadier
O'Relly, incorporándose en Supe al Gral. San
Martin. ¡ Brillante y arriesgada marcha !
El paseo triunfal de Arenales tiene un do
ble aspecto, fue feliz y audaz, pero las nu
merosas indiadas de su recorrido que se su
blevaron contra los españoles quedaron aban
donadas a su suerte . Bermudez , después de
ALFREDO GUINASSI MORÁN 151

ser batido por Pardo, reunió diez mil indios


con sólo un puñado de tropas disciplinadas,
con las que hizo frente al brigadier Ricafort
salido de Arequipa con una fuerte división, ( 1 )
que tuvo grandes bajas pero que fue reforza
da por el batallón de Castro, los granaderos
de la Guardia y por algunas tropas enviadas
por el gobernador del Cuzco Gral. Tristán, y
derrotó completamente a los indígenas ha
ciendo en ellos una espantosa carnicería que
contribuyó en mucho a escarmentarlos.
Estos fértiles y ricos lugares, en especial
el valle de Jauja, que acababa de conmover
y sublevar Arenales, debieron ser mirados
detenidamente como almacenes para el ejér
cito patriota y centro de reclutaje.
Hoy en día nuevos escritores tratan de
demostrar que la expedición Arenales fue no
solamente gloriosa síno útil . El escritor argen
tino Salas, dice : " no debe olvidarse que el
Gral. San Martín al despachar la expedición
Arenales al interior se proponía insurreccio
nar y armar las poblaciones". En efecto, in
surreccionadas las poblaciones no fueron ni
armadas ni defendidas, sino destruidas y es
carmentadas por los realistas.
El Perú, al contacto de las tropas
de San Martín, comenzó nuevo resurgi
miento ; se extremeció ante los queri
dos ideales y fueron los jóvenes quie
nes sugestionaron con su ejemplo . Si los rea
listas contaban en el territorio del alto y ba
jo Perú con veinte y tres mil soldados el auxi
liar tenía la escuadra y el país le ofrecía me
dios para igualarlo , como se duplicó, el nú
cleo expedicionario . El grueso del ejército de
San Martín no emprendió operaciones de im
portancia pero halló los medios de debilitar
a los contrarios sin combatir. Tampoco los
realistas peleaban, pero mientras los prime
ros se reforzaban cada día con nuevos ele
mentos, y recibían los desertores enemigos,
los realistas desmoralizaban su ejército en
el campamento de Aznapugio , con el ejem
plo de las discordias entre el Virrey y sus te

(1) Torrente dice : " Ricafort había llegado a formar en Are


quipa una brillante división de 3.000 hombres, denominada
de reserva, pero como se hallaba compuesta de gente de la
costa, naturalmente floja y viciosa, quedó en esqueleto cuando
152 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

nientes, y con la molicie de la enervadora ca


pital.
Los patriotas recibían diarios contingen
fes de hombres, compañías integras de los
contrarios se pasaban a sus filas, y jefes y ofi
ciales americanos iban redimiéndose de su
pecado. El batallón "Numancia" de 800 pla
zas, de aguerridos soldados colombianos, in
tegro se pasó a los independientes, siendo su
mejor refuerzo .
Entre el marqués de Viluma y el Sr. de
La Serna existían no sólo rivalidades, sino
rencores . Canterac, de la nobleza de Francia.
intransigente con las ideas republicanas y Val
dez eran amigos de La Serna, y ambos arras
traron a los demás jefes españoles a deponer
al Virrey, pretextando disgusto por la jura de
la constitución y atribuyendo su inacción a
Pezuela.
Depuesto el Virrey fue elegido y procla
mado D. José de La Serna, de cuyo cambia
miento dieron cuenta a España enviando co
misionados, que alcanzaron la sanción legal
de sus procedimientos.
Lima permaneció espectadora de la con
tienda. Bloqueada por los ejércitos y la es
cuadra Chilena sufría las consecuencias de
las hostilidades y deseaba ver aclarado el
enigma de su suerte, dependiente del éxito
de uno de los dos ejércitos que a sus inmedia
ciones se contemplaban. La atención y el es
píritu público se enerva en tan nerviosa es
pectativa, y así lo demuestran las actas del
municipio y de los notables pidiendo a am
bos beligerantes una componenda amigable.
Con la llegada a Lima del comisionado
real Abreu se empezaron, por tercera vez,
nuevas tentativas de arreglo . San Martín , sea
arrastrado de sus ideas monárquicas, sea por
que comprendiese el teatro donde actuaba.
aquella sociedad con hipos de aristocracia.
con tendencias pedantescas y tan poco ad
hoc para los principios republicanos de igual
dad y de respeto mutuo, y excediéndose en
todo caso de las instrucciones y órdenes im
partidas por los gobiernos de Argentina y Chi
le, estuvo deseoso de transigir en que un prin
cipe español gobernase el Perú emancipado
de España . (Reuniones de Punchauca) Fe
ALFREDO GUINASSI MORÁN 153

liz o desgraciadamente, ¡ quien lo sabe al con


templar nuestra historia republicana y nues
tro territorio hecho girones !, aquellos arre
glos fracasaron, pero la independencia en ta
les condiciones era utópica y un peligro tal
régimen para los vecinos .
Los porfiados indígenas de Jauja, volvie
ron entre tanto a insurreccionarse y para do
minarlos salió el Corl. Valdez que unido a Ri
caford tuvo con ellos varios choques, hasta
la acción de Ataura en la que fueron destrui
dos, "cebándose los vencedores en la sangre
de las hordas desleales ". dice Torrente . Pero
siguiendo en el campo realista la deserción,
la escasez y las enfermedades, no teniendo
medios para levantar el bloqueo y escuadra
para moverse en la árida y extensa costa, de
cidieron marcharse a la sierra, lugar de más
recursos y en comunicación con el Alto Perú .
Lo efectuaron el 6 de Julio , dejando los cas
tillos con una buena guarnición al mando del
Mariscal de campo D. José de la Mar, natural
de Guayaquil .
El Gral San Martín ocupó la ciudad de
los Reyes, y el 28 de Julio de 1821 hizo la
proclamación y la jura de la independencia .
En 3 de Agosto publicó un decreto invistién
dose del supremo mando del Perú, acto ne
cesario que le valió amargas críticas, acusa
ciones de ambición y mil otras acriminacio
nes de los tantos envidiosos e ineptos que que
rían figurar. La manía de la oposición y la
crítica nos es endémica, todos somos aptos e
ingeniosos para herir y burlar pero, desgra
ciadamente, muy pocos para la acción, para
siquiera unir esfuerzos y voluntades desin
teresadamente en provecho de una causa y
de un ideal. El Protector no era hombre para
soportar esa pequeña hostilidad del medio ;
esas resistencias y esas animosidades suble
vaban su delicadeza y su temperamento
franco, leal, sincero, se exasperaba en se
mejante lucha. La creación de la orden del
Sol, el empréstito de Londres, el envío de fon
dos a la escuadra y la suerte que éstos corrie
ron en manos de Cochrane, su ministerio en
su mayoría extranjero, todo en fin, provoca
ba resentimientos o críticas de unos y otros,
fuese por espíritu de oposición en algunos,
154 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

por ambiciones defraudadas en otros, por


manía en el resto .
La división que al mando del Gral. Can
terac bajó de la sierra a proteger los castillos
vino a aumentar las dificultades de los
realistas estrechamente sitiados en aque
lla plaza, teniendo que retirarse tras mil pe
nurias y con la pérdida de 600 hombres que
se pasaron a los independientes . La retira
da de estas tropas fue difícil y penosa, atra
vesando por lugares pertenecientes a los ene
migos, seguidos por un destacamento patrio
ta que protegía la deserción y sostuvo algu
nos encuentros con la retaguardia, hasta que
llegaron a los difíciles pasos de la cordille
ra andina con sus tropas extenuadas.
Consecuencia natural de estos hechos y
del bloqueo del Callao, fue la rendición de los
castillos por el Gral . La Mar, que poco después
pasó al servicio de la emancipación de Améri
ca.
Resulta inexplicable la conducta de San
Martín que con ocho mil hombres no destru
yó la división Canterac de 3.500 . Si como di
ce Markhan, fue plan suyo dejarla llegar a •
los castillos pues con ello se apresuró su ren
dición, no comprendo que razón había para
no atacarla a su regreso a la sierra, sin que
pudiesen salvar un soldado .
Miller censura al Gral . Arenales por no
haber atacado en la cordillera a los realis
tas que se retiraban de Lima, pero disculpa
al mismo tiempo al Gral. San Martín, que te
nía su fuerza parapetada delante de las tro
pas de Canterac, que desfilaban en número
inferior. Dice que las tropas eran reclutas y
sin instrucción, pero, ¿ y el ejército victorio
so en Chile ?, ¿ los cuatro mil y tantos argen
tinos unidos a los mil venezolanos de Nu
mancia no podían atacar a los 3,500 de Can
terac ? Y si eran reclutas, ¿ cuándo se ague
rría ese ejército si evitaba toda acción cam
pal?
No me ocuparía en rebatir a Miller por
que él mismo se contradice ; si lo hago es por
adelantarme a reparos que hoy día se me
harán.
Las ocasiones que se pierden en la gue
rra no vuelven . Si se combate entonces se
ALFREDO GUINASSI MORÁN 155

habrían quizás evitado las dos desastrosas ex


pediciones al sur en las que se sacrificaron po
bre, lamentablemente esos cuerpos dignos de
la victoria ; se habrían evitado tantas páginas
bochornosas de nuestra historia.
Hay cosas claras como la luz que sólo
pueden discutirse por ciegos que no la ven.
Si la realidad de los hechos no sirve ni
para formar criterio , ni para estudiar las si
tuaciones y los hombres, mas valdría sumir
se en el nirvana.
No relato los choques de avanzadas y
destacamentos porque no son acontecimien
tos que influyeron esencialmente en los re
sultados de la magna contienda. Arrojo , as
tucia y valor sí retratan aquellas operacio
nes parciales, que servían admirablemente
dentro del plan de desgaste que había re
suelto el comando . ( 1 ) .
La táctica de San Martín fue estricta
mente defensiva, pecó de prudente. No qui
so fiar a la suerte de las armas un problema
de trascendentales consecuencias . Su políti
ca se basaba en la destrucción del enemigo
por la fuerza de la opinión y los obstáculos
del medio, política que le dió muy buenos
resultados hasta la retirada realista de Li
ma pero que se trocó adversa en adelante.
Una crónica del ilustre Palma ha reasumido

(1) El Gral Miller en sus Memorias tiene relación mi


nuciosa de estos acontecimientos. Ha seguido día a día las
operaciones del ejército y aun da datos biográficos de algunos
jefes, labor de recuerdo muy útil para que un país conozca
los detalles del pasado , pero cuyo relato resultaría cansa
do en una obra general , más de la índole de la presnte.
Miller se queja de no haber querido los chilenos propor
cionar los refuerzos, ni siquiera armas para aumentar su fuer
za, con los muchos voluntarios, con los que pudo tomar Are
quipa. En su relato hay nuevas descripciones de crímenes
realizados por los españoles.
Ese Corl. Santalla, criminal y cobarde, que ofrecía pa
sar a cuchillo a los habitantes de Ica si en el término de
cuatro horas no le proporcionaban 300 caballos, y que dio
pruebas de que sabría ponerlo en práctica ; el incendio del
pueblo de Cangallo y la demolición de sus edificios, que por
lo mismo de ser pueblo de gente indigente es más cruel ; los
fusilamientos en la retirada de Lima de los cansados, enfer
mos y rezagados ; el sacristán de la iglesia de Pisco y su
mujer ahorcados en presencia de sus nueve criaturas ; las pri
siones repletas de infelices engrillados , careciendo de sus
tento todo esto que horroriza , que indigna, es reflejo , aun
que pálido de las matanzas de Venezuela.
156 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

esta tendencia : "Con días y ollas vencere


mos".
No creo que ni las conspiraciones, ni las
sublevaciones, ni la opinión fuesen bastantes
a rendir a los realistas. Conociendo el carác
ter tornadizo de los hispano- americanos, ha
bía que pensar que esa táctica no era prove
chosa ni menos duradera : decayó el entusias
mo, el partido real se reconfortó, pasó la bri
llantez de la jura de la emancipación, los
indios fueron escarmentados y se estaciona
ron los enemigos en su territorio, las suble
vaciones se extinguieron.
Cuando Bolívar, las disposiciones del me
dio estaban tan cambiadas, las derrotas y
pérdidas fueron tantas, que apenas dos mil
peruanos y argentinos quedaban en pie.
La proclamación de la independencia en
Huamanga, el triunfo del Gral. Arenales en
Pasco y la sublevación de esta provincia, la
revolución de Trujillo con el marqués de
Torre Tagle y Orbegoso etc., fueron sucesos
felices, acontecimientos reveladores, que ya
más tarde no se realizaron.
Stevenson escribe :
"La prudencia del Gral. San Martín se
alarmó ante la idea de la efusión de sangre
que debía preceder a tan honrosos re
sultados". "La posición ocupada por las tro
pas reales de Lima y Ancón, en un lugar lla
mado Asnapuquio, es muy pantanoso ; el
número de hombres atacados de fiebres in
termitentes aumentaba diariamente, los hos
pitales de Lima estaban llenos, y la disminu
ción de hombres, tanto por la muerte como
por la deserción, alarmaba grandemente al
Virrey. Las deserciones hubiesen sido más
considerables si la distancia del cuerpo del
Gral. San Martín hubiese sido menor, por
que varios desertores fueron detenidos y fu
silados por los realistas".
"El ejército de San Martín estaba cansado
de su inacción poco gloriosa, sabiendo bien
que para tomar la capital del Perú no había
mas que entrar en ella. Y esa opinión se halla
ba confirmada por todas las noticias que llega
ban de Lima. Sin embargo, la consumada
prudencia de San Martín no le permitía dis
parar un tiro, por temor de que la bala ma
ALFREDO GUINASSI MORÁN 157

tase a un hermano, y mientras que se expre


saba así sus bandas de guerrillas estaban ocu
padas en expediciones tan crueles como aso
ladoras. Cada día eran más ostensibles las
quejas del ejército ".

En ocasión de bajar la división Canterac


el Gobernador de Lima, con el temor de algún
ataque o complicación, creyendo próximo un
combate procedió a embarcar en los buques
fondeados en Ancón los fondos de que dispo
nía el Perú, las alhajas de los templos y aún
caudales de particulares. Apercibida la tripu
lación chilena de la fragata "Lautaro " del
embarque, se indisciplinó exigiendo sus pa
gos atrasados. El almirante Cochrane, que ha
cía por sí y por los suyos iguales demandas, te
miendo que las tripulaciones de los demás bu
ques llevasen su insubordinación a extremos
criminales, tomó la determinación de apode
rarse de esos fondos y los repartió entre los
tripulantes de la escuadra auxiliar chilena . El
Protector al tener conocimiento de tan inco
rrecto y feo proceder tuvo serios disgustos
con lord Cochrane, cruzándose cartas muy
conocidas y que Pruvonena ha querido hacer
valer en contra del Protector, viéndose éste
obligado a notificar al Almirante de las fuer
zas navales chilenas que abandonasen la ba
hia. Cochrane y los suyos, menos algunos ofi
ciales entre los que estaba el benemérito Gui
se que, indignados de tal conducta, protesta
ron de lo acontecido, lo efectuaron así a los
ocho días, llevándose en calidad de presa los
buques y haciendo rumbo a Guayaquil con el
objeto de buscar las fragatas españolas "Prue
ba" y "Venganza" en los mares del norte.
La determinación del Protector venía a
privar a los independientes peruanos del do
minio del mar y de las grandes facilidades
para movilizar las tropas, pero ante todo de
bía estar la disciplina y la dignidad del go
bierno que fue el primero de nuestra nacien
te República y el primero que sufrió la avi
dez araucana .
158 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

**

El Protector palpaba la urgente necesi


dad de sacar de Lima parte del ejército allí
amontonado y llenar sus bajas con reclutas.
Destacó, pues , al Gral. D. Domingo Tristán
y al de brigada Agustín Gamarra, como J.
de E. M., sobre Ica, avanzada que por su po
sición estratégica tenía inquietos a los rea
listas que resolvieron destruirla y desalojar
la.
Los patriotas lograron formar una bue
na división en número sobre los cuadros del
2º. de Chile y 3º. del Perú mandados respecti
vamente por los Corls. Aldunate y Juan Par
do de Zela, pero no terminaron su militari
zación completa y buena disciplina. El efec
tivo de esa fuerza, dos mil hombres, más o
menos, contaba sólo con 600 a 800 soldados
aguerridos . En Lima no se miró tampoco con
gran interés el sostenimiento de ese punto
llamado a trazar el camino a los patriotas,
por la costa, al sur y que amenazaba de flan
co a los realistas en sus acuartelamientos del
interior. Si se atiende a los escritores españo
les los rebeldes estaban tan descuidados que
fue por una sorpresa la fácil victoria de Can
terac, pero según una " Exposición " del Corl.
Agustín Lira, el desastre obedeció a los ma
los planes del Gral . Gamarra y en que perdie
ron lastimosamente el tiempo sin tomar nin
guna determinación activa y salvadora.
El caso fué que habiendo desarrollado los
españoles un vasto plan para atacarlos, con
tropas combinadas de Arequipa a órdenes
de Valdez, de Huancayo a las de Carratalá,
a las que debía unirse el Gral. Canterac des
de Jauja, no tomaron, ignoro por qué, las
providencias acertadas. Parece que Gama
rra quizo primero atacar a Valdez, para des
pués oponerse a Canterac, y aunque Lira cri
tica esta maniobra, era sin duda lo hacedero
y acertado, atacar a ambos enemigos en frac
ciones, pero nada se llevó a cabo, ni se pre
vino el ataque, ni se efectuó la retirada so
bre Lima, ni se pidieron refuerzos, ni se sal
vó el parque.
Los realistas destacaron primeramente al
brigadier Valdez con 600 hombres del ejér
ALFREDO GUINASSI MORÁN 159

cito del sur para que llamase por el frente


la atención de los enemigos, pero con el plan
de correrse por el flanco, hacia el interior,
uniéndose con Canterac por Castro- virreyna.
Mientras Canterac saldría de Jauja con el
grueso de las tropas, según Torrente, 1,200
hombres, 600 caballos y artillería, y según
García Camba 1.400 de los primeros, a mar
chas forzadas, para caer de improviso sobre
los enemigos, tratando de cortarles la retira
da a Lima, lo que no era difícil si se atiende
a las posiciones de cada ejército . Los rea
listas estaban ya encima, materialmente, de
los patriotas cuando comenzaron los grandes
afanes ; los caballos de la división Tristán
pastaban desunidos ; los soldados que salie
ron con Gamarra para hacer frente a Valdez,
burlados llegaban en fracciones, con largos
intervalos ; los ganados del ejército, las ar
mas y pertrechos, todo era una carga en aquel
trastorno. El 6 se acordó defender la ciudad
y se construyeron parapetos, pero en la no
che del 6 al 7 comenzó la retirada sobre
Pisco .
La noche clarísima, alumbrada por la
luna, denunciaba a los patriotas e iba a ilu
minar su desastre ; Canterac era ya dueño
del camino pero había ocultado sus solda
dos , y al salir de Ica, por el camino real,
las tres primeras compañías patriotas fue
ron cruzadas por los fuegos enemigos y pues
tas en dispersión . Se presentó entre tanto el
2º. de Chile que fue cargado por los cazado
res enemigos y por la infantería parapetada .
Inmenso desastre fue para la patria :
1.000 prisioneros, incluso jefes y oficiales, (me
nos Gamarra que salió muy de prisa , y el
Gral. Tristán que logró escapar con pocos
más) el campo sembrado de muertos y heri
dos, las armas y los pertrechos, los ganados
y caballadas, vestuario, cajas militares, todo
en fin cayó en poder de los realistas ; parecía
que la división Tristán, hombres y cosas, co
mo por encanto había desaparecido al ama
necer el sol del 7 de abril de 1822.
¡ Qué ineptitud ! ¡ Qué incapaz dirección !
Desastrosas consecuencias dió esta ac
ción, pues a más de las pérdidas sufridas en
las tropas ese territorio fue ocupado por
160 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

los realistas, privando aún más al ejército de


Lima de lo necesario para su manutención.
La moral del ejército y el entusiasmo públi
co decayeron visiblemente.
El día 8 el escuadrón Lanceros del Pe
rú que venía a unirse con la división Tristán
fue totalmente derrotado .
El historiador Markham dice, refirién
dose a esta derrota o sorpresa que “ el triunfo
fue aparente, pues Canterac se vió obligado
a volverse a la Sierra". Semejante aprecia
ción cuadra bien solamente en un libro de tu
rista : la amarga realidad fue bien distinta. Ca
be, sí, decir, que los soldados nuestros, aun
los bisoños, a pesar de la sorpresa, cumplie
ron su deber, distinguiéndose el segundo ba
tallón de Chile. Exigirles un triunfo en tales
condiciones era pedir imposibles .
Con este triunfo y en el tiempo transcu
rrido los realistas han logrado el aumento de
sus fuerzas, su unificación y fortaleza, han
extendido o mejor arraigado su dominio en
los ricos valles del interior extendiendo sus
tropas por el resto del territorio , a cambio só
lo de la capital con su molicie. El aspecto de
los negocios ha comenzado a cambiar favora
ble a los enemigos ; desde los altos podrán mo
ver sus tropas llegando siempre delante de
sus contrarios para vencerlos.

Este es el punto en que la historia del


Perú comienza a unirse a la de Colombia y
los hombres del trópico a prestar su concurso
de sangre a nuestro país. Ahora que las tro
pas colombianas al mando del Gral. Sucre
acababan de obtener el triunfo de Pichincha,
se acuerda la entrevista de Bolívar y San
Martín. En 26 de Julio se estrecharon los dos
campeones . Bolívar más brillante, más apa
sionado, con su palabra fácil y su elocuen
cia se diferenciaba del sobrio caudillo del
sur ; eran en carácter Francisco I ante Car
los V. Bolívar y San Martín charlaron largo e
íntimamente de sus hechos y de sus países, de
la suerte del Perú, de la forma de gobierno
y de la pelea que era necesaria sostener y ac
tivar. (1)

( 1 ) He caido también, aunque voluntariamente, en la vul


garidad, que dicen, del paralelo de los libertadores, y para
insistir, he aquí otras opiniones : " San Martin cansado por
ALFREDO GUINASSI MORÁN 161

Al derredor de esta entrevista sé han he


cho los más diversos comentarios al capricho
o inclinaciones de cada escritor ; (2) todos le
dan su colorido y deducen a su antojo . La ver
dad es que tres principales problemas se toca
ron : la nacionalidad de Guayaquil, punto que
Bolívar tenía ya resuelto a favor de Colom
bia ; el de las tropas auxiliares con respecto
al batallón "Numancia" y la división Santa
Cruz, y por fin conocer los pensamientos de
Bolívar y sus proyectos respecto a la eman
cipación del Perú. Allí se convino la interven
ción colombiana ; quizás San Martín com
prendió al hombre superior a todo desalien
to, que el escenario del Perú necesitaba, y le
dejó el campo . Bolívar se mostró apasiona
do republicano, soñador aun no desilusio

las dificultades que le oponía el carácter intrigante y ambi


guo de los peruanos ( cierto círculo conocido aunque no di
vulgado, pero no todos los peruanos, digo yo ) no tenía el en
tusiasmo de quien pretende coronar una empresa comenzada,
era calmado y calculador y de imaginación taciturna ; no
le impulsaba el entusiasmo ; ambicionaba el retiro y el repo
so y entraba en la plenitud del desaliento".
"Bolívar tenía el sello propio de su personalidad : era
hombre indomable, obraba por sí mismo, por propias convic
ciones, sin sujeción a nadie".
"Nunca fueron juntados por el destino a colaborar en
la misma obra dos seres más desemejantes que Bolívar y
San Martín. San Martín era un hombre de cuartel y amaba
el licor. Bolívar era un hombre de mundo y amaba a las mu
jeres. San Martín era meticuloso en los detalles, Bolívar de
un golpe abarcaba la síntesis. San Martín hombre de ins
trucción suplementaria, era un silencioso ; Bolívar, hombre
de libros y de viajes, era un tribuno. San Martín era un es
tóico, Bolívar, más bien un epicureo ; San Martín, monárqui
co, buscaba un rey a quien someterse ; Bolívar, republicano,
convocaba congresos, dictaba constituciones y no quiso some
terse, ni que la América se sometiese a nadie sino a la ley ..."
(R. Blanco Fombona.)
(2) Aunque la entrevista entre Bolívar y San Martín
fue privada, sin secretario ni edecanes, se conocen hoy docu
mentos que han disipado el misterio. El Libertador escribió
una carta al Sr. Peñalver ; dictó otra reservada al Secretario
de Relaciones Exteriores de Colombia, publicada por D. José
Manuel Goenaga, los generales Mosquera y O'Leary también
se han ocupado de ella, estando tan en claro la vida del
Libertador, por la publicación de documentos , cartas y pro
clamas, que sólo por negligencia o por ignorancia se puede
equivocar de criterio. Ninguna actuación histórica, ninguna
época, ninguna vida más nítida, más en transparencia que la
del Libertador con las obras de Baralt, de Restrepo , de O'Lea
ry, O'Connor, Blanco Fombona, Villanueva, Larrazábal, Ro
jas, y otros muchos, hoy muy conocidos.
"Respecto a la federación sud-americana, grandioso pro
yecto acariciado por Bolívar, ambos estuvieron de acuerdo
sobre su importancia indicando el Protector que el lugar de
reunión fuese la ciudad de Guayaquil".
162 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

nado ; San Martín el tranquilo soldado, sin


devaneos, educado en los ejércitos del Rey.
El 31 de Julio se publicó el acta de incor
poración de Guayaquil a Colombia ( 1 ) firma
da por todos los miembros de la Asamblea .
Aquel batallón que en poder de los realistas
se apellidaba "Numancia" fue bautizado por
Bolívar con "Voltigeros de la Guardia", se
gún decreto de 22 de Julio, y por fin , San
Martín mismo anunció al Perú como resul
tado de su viaje el primer auxilio del norte,
en las siguientes frases : "El 26 de Julio próxi
mo pasado en que tuve el gusto de abrazar
al héroe del sur fue uno de los días más fe
lices de mi vida . El Libertador de Colombia
no sólo auxilia este estado con tres de sus
bravos batallones, que unidos a la valiente di
visión del Perú al mando del Gral . Santa Cruz,
vienen a terminar la guerra de América, sino
también remite con el mismo objeto un consi
derable armamento . Tributemos todos un re
conocimiento eterno al inmortal Bolívar". San
Martín .
Fe entera merecen las palabras del Pro
tector, y tenemos resueltos los tres puntos
esenciales de la conferencia de Guayaquil.
Entre fiestas e intrigas en Lima se seguía
en los manejos políticos, y en las ambiciones
personalistas . El ejército numeroso, con gran
caballería, reducido a una ciudad esquilmada
por el bloqueo era una carga exorbitante pa
ra el pueblo . Las muchas contribuciones fue
ron motivo de quejas y descrédito, en verdad
injustas e impatrióticas, pero mantenidas por
el elemento contrario. Por fin los abusos de
sensualidad, las extorsiones que se atribuían
a Monteagudo, el espionaje e intransigencias
con el Arzobispo , sembraron odios terri
bles. ¡ Qué tal sería Monteagudo y la situación
creada que Lima preparó una revolución , ella
que soportó con calma la dominación espa
ñola ! Todo esto, sin embargo, no autoriza a

(1) "La llegada del Libertador a Guayaquil produjo un


explosión de entusiasmo incontenible : grandes reuniones po
pulares, multitud de personas de las más altas clases socia
les, numerosos padres de familia y los empleados públicos di
rigieron al Ayuntamiento una enérgica petición en la que se
reclamaba la incorporación de aquella provincia a la nación
colombiana". "El movimiento, dice el historiador, iba dege
nerando en furor . y se temía por la suerte de los que eran de
opinión contraria".
ALFREDO GUINASSI MORÁN 163

Pruvonena a escribir contra el ínclito San


Martín las cosas inicuas y perversas que en
stiro se leen contra él y su gobierno.
A su regreso en el Perú tuvo el Protec
tor los pormenores de la deposición de su
ministro ; se impuso del acta del Municipio
y de los pasquines que corrían ; llegaron a él
las hablillas de la ciudad por la venta de pa
saportes a los españoles que salían desterra
dos, y mil otras cosas ; por otro lado el incre
mento que tomaban los realistas, el aplasta
miento de las sublevaciones con la nueva dis
tribución de las tropas enemigas, la falta de
recursos después de la derrota del Gral. Do
mingo Tristán, y quizás el deseo de dejar a
Bolívar, que tan ardiente se mostró por la
libertad de la tierra del Sol, un campo al
cual podía traer mayores recursos lo hicie
ron resolverse a dejar las playas donde le
habían traído su noble y generoso espíritu .
(1) .
Instado por el marqués de Trujillo, que
quedó a cargo del poder ejecutivo durante
su ausencia en Guayaquil, volvió San Martín
al desempeño de su alto puesto, mas conse
cuente con su deseo apresuró la reunión del
Congreso que tenía convocado, ante el cual
depuso el mando supremo el 20 de Septiem
bre de 1822, para vivir como un particular y
por corto tiempo en la Magdalena.
Una frase de la proclama de San Mar

(1) "Ya es del dominio de la Historia que el Gral . argen .


tino aspiraba a desprenderse del mando y a salir del caos.
confusión y anarquía en que estaban revueltos los descendien
tes de los incas, tan corrompidos por el oro y los esclavos :
también es del dominio de la Historia que San Martín se ha
bia hallado incapaz de poner término a tan deplorable situa
ción". ( J. D. Monsalve ) .
En su entrevista con San Martin, " el protector se que
jó altamente del mando y sobre todo se quejó de sus com
pañeros de armas que últimamente lo habían abandonado en
Lima. (José Gabriel Pérez) .
"Entre tanto , al desembarcar el Gral O'Higgins en la
plaza del Perú , no era éste un país : era el caos y su imagen .
"Pueblo profundamente desmoralizado por el régimen de
la colonia, por el clima, el negro y el oro hasta la médula del
alma, desde que San Martin lo desamparase por un acto in
comprensible de desfallecimiento , todos los furores de la
anarquía se habían precipitado sobre sus pueblos y todos los
pánicos de la derrota sobre sus ejércitos" ( B. Vicuña Macke
na).
He aquí los juicios bochornosos y denigrantes que el
Perú inspira por todas partes debido únicamente a la inep
tieud de sus dirigentes, y a la cobardía y traición de quie
nes sólo miraron su interés y propio encumbramiento.
164 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

tín encierra todas sus quejas . En ella ca


da palabra tiene un sentido profundo : "Es
toy aburrido de oir decir que quiero hacer
me soberano ”.

*
Un feliz acontecimiento vino a propor
cionar al Perú los buques de guerra de que
tanta necesidad tenía. Las fragatas "Prue
ba" y "Venganza" con el bergantín "Alejan
dro", que habían traído a Quito un refuer
zo de tropas españolas, a cuyos dos prime
ros buscaba Cochrane, estaban fondeados
frente a Guayaquil, recibieron propuestas de
compra sus respectivos capitanes del represen
tante diplomático del Perú, Gral. de brigada
Francisco Salazar, llegándose a suscribir el 15
de Febrero de 1822 un convenio formal de ven
ta por el que el Perú se comprometía a abo
nar a los oficiales y tripulantes sus sueldos
devengados, reconociendo a España cien mil
pesos por el valor de las naves, admitiendo a
su servicio a los que quisieran tomar su par
tido o pagándoles su viaje de regreso. La en
trega de los buques encontró resistencia en
parte de la tripulación y oficiales realistas.
pero todo se allanó al hacerles presente que
su fin sería caer en poder de las escuadrillas
de Cochrane o Guise, máxime que el Callao,
su único refugio, estaba en poder de los in
dependientes .
Sabedor Cochrane de estas negociacio
nes entró a Guayaquil y, bajo pretexto de
que se había tomado su nombre para apode
rarse de los buques, intentó quitar a la "Ven
ganza" y a los otros dos el pabellón peruano
para izar el de Chile, pretendiendo la nu
lidad del contrato de compra porque eran
presas suyas . Esto significaba un atentado
contra los gobiernos del Perú y Colombia,
pues este país había intervenido mediante
las autoridades de Guayaquil, mas todo
logró arreglo favorable y pasaron los dos
buques españoles al Perú, no la corbeta
"Alejandro que, habiendo sido fletada
por el Gral. Murgcon, se devolvió a sus pro
pietarios.
El Protector San Martín mandó presentar
al gobierno de Chile un manifiesto acusando
ALFREDO GUINASSI MORÁN 165

a Cochrane por su incorrecta conducta, a lo


que respondió el Almirante sus descargos.
Ambos documentos fueron publicados y sir
ven para compulsar el proceder de éste, que
fue abusivo y poco favorable a los intereses de
nuestra patria y a los fines políticos de aque
lla época.

Aunque brillante, fue el primer Congre


so constituyente del Perú, reunido el 20 de
Septiembre de 1822, imagen de nuestra vida
parlamentaria . Bellos proyectos, leyes altísi
mas aunque utópicas, arranques de calor y
de nobleza con prontas reacciones de debili
dad, intrigas, hondas desavenencias, luchas
personalistas, discursos violentos cual si las
pasiones dormidas surgiesen con ímpetu para
desorganizarlo todo ; loca verbosidad, gasto de
elocuencia, grandes discursos de frases litera
rias no importa si en pugna con la razón, am
pulosidad, he aquí la eterna imagen de nues
tras mejores asambleas .
El año 22 se reunieron en Lima persona
lidades que dan lustre a nuestra historia : alli
Luna Pizarro, que mereció la presidencia, y
que, a la cabeza de la mayoría, fue el árbi
tro de errores grandes a la vez que de gran
des bienes . Alli Olmedo , que cantaría a Ju
nín ; ahí Unánue, hombre de fama en cien
cias y literatura ; Sanchez Carrión, el " Solita
rio de Sayán" ; Mariátequi, el ardoroso tribu
no ; Tudela el hombre sereno que primero al
zó la voz contra los auxiliares; La Mar, Ara
nibar, lo mejor que en el clero, la magistra
tura y la milicia tenía el Perú que era la jo
ya de América.
Diríase que de tan seleccionado e ilustre
cuerpo saldría el acierto y el progreso, y
aunque parezca en mí contradicción, ¡ cuán
tos errores y frutos de inexperiencia produjo
este Congreso !
Primero, creyéndose omnimodo , se hizo
de todos los poderes pretendiendo manejarlo
todo, hasta las cuestiones militares, en am
plias discusiones. Y así, en espantosa promis
cuidad, con sed de dominio y de poder, se
ocupaba de asuntos árduos y difíciles a la par
que de cosas nimias e insignificantes, nombra
166 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

ba empleados , ratificaba, juzgaba, condena


ba. Así, este poder absoluto celoso de la li
bertad, ¡ cuántas veces entregó a manos de la
dictadura y el despotismo el país que ellos
no pudieron ni gobernar ni hacer libre !
Así, cuando en los momentos difíciles la fuer
za armada les impuso un mandatario , lo acep
taron con debilidad para perseguirlo y de
ponerlo con saña. Así alzaron altares a los
vencedores, dieron premios y honores que
luego parecían excesivos , o que resultaban ri
dículos, por prématuros, como cuando la ex
pedición Alvarado y las tres medallas de gra
titud.
Pero, ¿ es acaso un congreso quien puede
cambiar los hábitos de un pueblo , los acon
tecimientos de atrás preparados que al de
senvolverse tienen la fatalidad de las cosas
supremas? No son acaso los hombres y las
instituciones fiel reflejo del estado social de
un pueblo, de un momento histórico , de su
raza y de su medio ? No sólo el Perú, la Amé
rica toda era un mundo en efervescencia, un
mar en pugna de ideas, de principios , de
orientaciones y su Congreso sufría de igua
les fermentos.
Lo que sí apena y aflige cual ninguna
otra cosa es que , a raíz de la jura de la inde
pendencia, al frente del enemigo, las pasio
nes personalistas y las pequeñas ambiciones
no se apagasen ; que la revolución surgiese
a cada paso, que el interés ofuscase la con
ciencia, que los ineptos, que son legión , des
prestigiasen a los patriotas, que la mordaci
dad y la inquina sobrepasasen al mérito .
Las guerras de la conquista y el colonia
je, esas rivalidades, luchas, odios y ambicio
nes que hacían vivir a los españoles en per
petua guerra y morir a casi todos al filo de
las armas, esa su concupiscencia, su orgullo,
todo resurgió y solivianta nuestro medio.
Cuando este Congreso impuso al comercio
extranjero una contribución que no consi
guió fuese cubierta, tuvo un arranque bello :
ellos, en su mayoría pobres, despojándose
de sus prendas personales, de sus propios fon
dos, lograron reunir una gruesa suma para la
expedición al sur. Después, ¿ se ha visto cosa
semejante en nuestra vida republicana ?
ALFREDO GUINASSI MORÁN 167

El libro de “Anales Parlamentarios del


Perú" publicado en 1895 puede servir de am
plio campo de meditación y estudio a quien
desee conocer más a fondo los detalles de
este ramo. En dichos anales, además , se en
cuentran multitud de datos fidedignos para
la historia y documentos importantes que
orientan mejor que nada la tarea de un es
critor que desee hacer justicia a los hombres
y a los acontecimientos y deducir lecciones
de verdad para lo porvenir.
Este Congreso, temiendo un Ejetuvo po
deroso, que era lo más conveniente en días de
guerra, trazó el plan de delegar sus faculta
des a un triunvirato de su seno , que desgra
ciadamente no estuvo a la altura de tan di
fíciles circunstancias. Fueron elegidos el Gral.
La Mar, D. Felipe Antonio Alvarado y D. Ma
nuel Salazar y Baquijano, conde de Vista
Florida.
Cuando ya en pleno Congreso se escu
charon reproches contra los extranjeros, se
tuvo la impolitica idea de nombrar a dos
miembros que no eran peruanos ; el uno un
general que acababa de venir de las filas ene
migas, el otro un comerciante, y aunque am
bos fuesen intachables, como lo era D. Mel.
Salazar, no tenía el triunvirato las prendas
de encrgia, de iniciativa, de fortaleza con los
que era preciso manejar la cosa pública del
Perú, para purificar su ambiente, para diri
gir los esfuerzos hacia una meta, para conte
ner las pasiones que, como el lodo de los la
gos de poco fondo, enturbia las aguas cuan
do se agitan y despiden sus miasmas deleté
reos.
Este triunvirato , pantalla de la asam
blea, no fue realmente un poder. La Mar,
su presidente, carecía de energía y de tac
to político y por ello temeroso , indeciso, de
jábase arrastrar, como los dos vocales suyos,
por la corriente ya fuese en los proyectos mi
litares ya en la administración del país. No
había tampoco unidad en ningún ramo del go
bierno ni menos en la milicia. El ejer
cito carecía de generales peruanos y era
manejado por los auxiliares, lo que hería
las susceptibilidades nacionales y creaba re
sistencias. Entre argentinos y chilenos no
168 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

había tampoco verdadera afinidad ni afec


to , menos con los colombianos que, aca
bados de llegar, querían mantenerse unidos y
obrar por cuenta propia.

LAS DERROTAS, LA ANARQUIA

Y LA TRAICION

La nueva Junta de Gobierno al fin y co


mo pudo preparó el ejército acantonado en
Lima para moverlo , y formó una división de
las tres armas que puso a órdenes del Gral .
Alvarado, que debía obrar sobre el sur. El
novísimo plan y la actividad desplegada hi
cieron renacer la esperanza . Se embarcaron
en el Callao entre el 10 al 15 de Octubre cer
ca de cuatro mil hombres, los que el 28 de
Noviembre comenzaron su desembarco en
Arica. (Paz Soldán dice : llegaron los prime
ros buques de la expedición a Iquique el 11
de Noviembre, y sucesivamente el resto del
convoy al puerto de Arica hasta el 3 de di
ciembre
66 en que arrivó el último buque, la
O'Higgins ") . Esta expedición debía coinci
dir con un despliegue de tropas sobre el va
lle de Jauja, que tenía por objeto impedir
que Canterac con el grueso del ejército rea
lista se reconcentrase al sur.
Antes que navegasen los patriotas, el vi
rrey La Serna impartió sus instrucciones pa
ra oponerse a sus contrarios. El brigadier
Valdez recibió orden de dejar La Paz para
hacerse cargo del ejército que debía obrar
contra Alvarado ; mandó la reconcentración
de tropas sobre Puno, y el envío de parte de
la división Canterac, pero este, excediéndose
de las órdenes recibidas, dejó al cuidado de
Lóriga, con reducida fuerza, el importante
lugar de Jauja. La llegada de Canterac al
teatro del sur se debió a no haberse efec
tuado el amago sobre Jauja, posesión que
jamás hubieran abandonado los realistas.
A fines de Noviembre ya Valdez estaba
situado en los altos de Moquegua y avanzan
do en observación un cuerpo de caballería
que le tenía al corriente de los movimientos
de los contrarios .
ALFREDO GUINASSI MORÁN 169

Alvarado, vergonzosamente inactivo, no


comprendió que la celeridad y la audacia
son prenda de victoria en el que ofende, que
la timidez desmoraliza a los subordinados
y alienta al enemigo ; así permaneció más
o menos un mes estacionado e indeciso en
Arica, pendiente de cosas insignificantes, de
las que carecía, pero dando tiempo a la con
centración de sus contrarios y sin atacar a
Valdez que tenía menos de la mitad de la
fuerza que él.
El Gral. Martínez que al fin fue destaca
do a Tacna se manejó con idéntica apatia
e ineptitud.
El Corl. Miller fue enviado de Arica a
desembarcar en Quilca con una corta parti
da con el objeto de amenazar la ciudad de
Arequipa, atrayendo hacia esa parte la aten
ción de los enemigos. Llegó Miller con sus
tropas a Siguas y pidió la rendición de la
ciudad ; los realistas le opusieron a Carratala
con mil hombres .
Valdez, ardiente e intrépido, se adelantó
con sus inferiores fuerzas hasta Tacna, pro
yectando una sorpresa contra el Gral. Enri
que Martínez, que no pudo efectuarse . Se
retiró seguido por los patriotas sobre la posi
ción de Calama ; de ahí a Pachía y continuó
maniobrando por buenas posiciones escalo
nadas delante de sus enemigos superiores en
número, que no se atrevieron a detenerlo, y
siempre en dirección a Moquegua donde lle
gó el 10 de Enero de 1823. Doble objeto per
seguía Valdez con estas escaramuzas, prime
ro reunirse en Torata con Canterac y segun
do atraer a sus enemigos sobre el terreno que
brado de Moquegua para darle la batalla en
terreno elegido por él, al abrigo de buenas
posiciones y lejos de la escuadra que era la
salvación de los contrarios en caso de derro
ta.
A su vez Alvarado cometió faltas graví
simas, inexplicables ; tras su demora, no ata
car, a pesar de las posiciones de Calama y
Pachía cuando era superior en número , y se
guir a sus enemigos sirviendo sus planes. De
jar escapar al Corl . Amellar, que estaba per
dido , pues le había cortado la retirada, hasta
que unidos en Torata Valdez a Amellar y lue
170 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

go a Canterac, que se hizo cargo del mando ,


la empresa estaba perdida para Alvarado , pe
ro es ahora que se decide a buscar a sus con
trarios superiores en todo .
El día 19 de Enero comenzó la acción de
Torata. Alvarado atacaba las fuertes posi
ciones de Valdez que remataban en los An
des. Las tropas de Valdez disputaban el te
rreno palmo a palmo con la seguridad que a
su espalda llegaba Canterac. Inútil fue el va
lor de los patriotas trepando con denuedo
las alturas, fue necesario dejar el campo a
los realistas que sentían ya las dianas de la
división auxiliar. En tan reñida acción , don
de ambos partidos tuvieron grandes pérdi
das, se distinguió especialmente la Legión Pe
ruana, cuerpo de reciente formación que que
dó a las órdenes del comandante La Rosa. La
retirada de los patriotas sobre Moquegua se
hizo en orden llevando su parque y sus heri
dos .
El 21 del mismo las reforzadas fuerzas
realistas atacaban en sus posiciones próxi
mas a Moquegua a los patriotas que sufrie
ron esta vez una completa derrota, dejando
el campo cubierto de cadáveres y heridos.
Las piezas de artillería, prisioneros, municio
nes, cuanto un ejército puede abandonar en
un desastre cayó en poder de los realistas.
Lo peor fue la dispersión de las tropas que
en todas direcciones corrían en busca de refu
gio, a pesar de la caballería que cubría la
retirada, resistiendo porfiadas cargas que la
diezmaban. Una pequeñísima parte con el
Gral. Alvarado llegó al puerto de Ilo donde
se embarcaron y otra siguió por la costa al
norte.
El ejército de observación, que así se lla
mó el de Arenales, y que tenía por misión
pasar la cordillera para inquietar a los espa
ñoles en Jauja, se adelantó de Lima unas po
cas leguas sin cumplir su cometido . El Gral.
Arenales reclamaba a la Junta los medios
para llevar adelante su expedición y ésta no
pudo o no supo proporcionarlos, dejando así
sin cumplimiento su plan de campaña.
Muchas fueron las quejas contra el go
bierno que formuló no sólo Arenales, sino
Alvarado, que se decían desprovistos de to
ALFREDO GUINASSI MORÁN 171

do género de elementos para lanzar a sus


ejércitos en la cordillera. La apatía de la-Jun
ta, su apocamiento o tibieza influyeron sin du
da en estos desastres, sin disminuir la culpabi
lidad de Alvarado como militar. Entristece
el ánimo contemplar tantos errores, ver inuti
lizado un ejército digno de la victoria y que
acababa de combatir con decisión, y ver que
se enervaba el entusiasmo de estos pueblos ,
que demostraron de mil modos su apoyo al
ejército patriota.
Era tan desesperada la situación de la
patria con estos fracasos que a raíz de ellos
debieron los españoles atacar Lima y termi
nar la revolución abatida en Moquegua . Asi
lo juzgaron los independientes que miraban
con espanto la reconcentración de fuerzas en
Jauja ; mas los realistas descansaban sobre
sus laureles, y en la guerra no se recupera el
tiempo perdido ; parece que la diligencia es
ley de éxito y que la fortuna premia la acti
vidad y la audacia .
Como sabemos Colombia mandó al Pe
rú, a las órdenes del Gral . Paz del Castillo , un
primer ejército . La actuación de estas tropas
ha sido duramente criticada por algunos his
toriadores, entre otros , por Salazar en su Com
pendio y Paz Soldán en su Historia del Perú
Independiente. Dice aquel que esta división se
negó a salir a campaña por lo que fue devuel
ta a su país .
El Gral Paz del Castillo , jefe de la divi
sión colombiana que el Libertador mandó al
Perú de acuerdo con su compromiso verbal
con el Gral. San Martín , que se componía de
los batallones Vencedor en Boyacá, Yaguachi ,
Voltigeros y Pichincha con casi 2,500 hombres ,
tuvo el obstáculo para la campaña del sur de
“estar muy desnuda", según la expresión del
mismo Castillo , pero formó parte de la expe
dición Arenales.
A este respecto, cualquiera puede notar
con cuan poca elevación de miras y conside
ración juzga Paz Soldán, hasta decir : "; Triste
decepción ! casi un año se había mantenido a
Numancia, y se negaba a prestar sus servi
cios " .....Refiriéndose al reemplazo de las bajas
ofrecido por el Protector dice : "hay condicio
nes cuyo cumplimiento no puede exigirse por
172 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

que son opuestas a la humanidad y a la na


turaleza : ¿cómo exigir un tributo de sangre
en beneficio de una nación extraña ?" Pero
si de este modo hubiesen razonado nuestros
auxiliares , ¿ cuál hubiese sido la suerte del
Perú ? ¿ Cómo pedir el concurso de unos ex
tranjeros a los que ya les calificaba en el Con
greso y los altos círculos del modo como lo ha
ce Paz Soldán en su capítulo II ? ¿ Por qué en
cuentra justificados los reclamos y quejas del
Gral, Arenales , y no los de Castillo , siendo
tropas acabadas de llegar, después de una pë
nosa campaña ?.
Otros escritores, Miller, por ejemplo, que
critica a la Junta no acusa a la división co
lombiana ; los jefes del ejército peruano en
sus manifiestos al Congreso relatando las cau
sas de la derrota no acusan tampoco a las tro
pas colombianas , ni hacen gravitar sobre ella
lanta responsabilidad ; Larrazábal no rela
ta en su obra sino el hecho frío y lacónico del
retiro ; los escritores españoles parecen igno
rar el suceso, pero el secreto para los acusado
res consiste en adelantarse, en adivinar ya en
esta época las intrigas de Bolívar y Sucre, y las
ambiciones y siniestros planes del Libertador
que años más tarde cubrieron toda acusación
con ropajes de legalidad.

* *
El fracaso de la división Alvarado trajo
el descontento con el triunvirato y se impu
so un cambio de gobierno . (1 ) Los principa
les jefes del ejército , con fecha 26 de Febre
ro de 1823, formularon un acta pidiendo al
Congreso el nombramiento de D. José de La

(1 ) Pruvonena que ya derramó su veneno contra San


Martín, llamándolo tirano, borracho, ladrón, etc., qué cosas
iguales o peores escribió de Bolívar. Veamos que opinaba
del Congreso la Junta, para que podamos convencernos que
en su criterio sólo fue bueno el "virtuoso " gobierno del "in
mortal" Riva Aguero .
De la Junta dice : "Estos tres individuos eran diputados
suplentes : uno era peruano, otro colombiano (La Mar) y
el tercero de la República Argentina (D. Felipe Alvarado) .
Ninguno de ellos había prestado el menor servicio a la cau
sa de la independencia . ¿ Cómo, pues, con semejantes perso
nas podía esperarse que prosperase la causa de la independen
cia ? Esta Junta se contrajo exclusivamente a destruir todas
las providencias que se habían dictado para asegurar la tran
quilidad interior, tanto con respecto a los realistas como para
con los ladrones que infestaban las poblaciones y los cami
nos. Desde entonces estalló el desórden más completo ; se ha
ALFREDO GUINASSI MORÁN 173

Riva Aguero para presidente de la Repúbli


ca. El Congreso dio una respuesta dilatoria,
después de una larga discusión que duró has
ta media noche, protestando que necesitaba
tiempo y libertad para sus deliberaciones.
El 27 los mismos jefes se reunieron en Balcon
cillo e insistieron en su pedido y el 28 el Con
greso Constituyente tuvo que hacer la elec
ción solicitada.
Miller dice : "una petición sostenida de
tal modo por las armas fue necesariamente
acordada," y en nota al pie : "El segundo ba
tallón de la Legión no formó con el resto del
ejército . La enérgica, juiciosa y arreglada con
ducta del Tte Corl. Valdez no fue aprobada
por los que ejecutaban aquel movimiento , y
cuando verificaron el cambio que deseaban
le quitaron el mando de la Legión, la cual
cayó en desgracia por el hecho mismo que
debió hacerle estimar con preferencia".
El ejército del centro acaba de dar el pri
mer ejemplo funesto de insurreccionarse e
imponer un mandatario. El Gral, Alvares de
Arenales reprobó seguir a la cabeza de una
milicia que así faltaba a sus deberes y se se
paró, quedando al mando de Santa Cruz y

cían levas y se encarcelaban a los ciudadanos más respetables ."


"Parecía que se procuraba por todos los medios que el Pe
rú volviese a la dominación española de la que se considera
ban adictos a dos de los vocales de la Junta”.
Respecto al congreso : " debemos decir que apenas se ins
taló cometió la anomalía de elegir por su presidente al Dr.
Francisco Javier Luna Pizarro , uno de aquellos intrigantes
desprovistos de carácter y de patriotismo que no atiende a
otra cosa que a su provecho particular. Este se declaró in
mediatamente un demagogo frenético y olvidando o querien
do hacer olvidar que él había sido hasta entonces un enemi
go de la independencia, trató de hacerse el árbitrio de los
destinos del Perú. Este primer congreso fue el culpable de
todos los males sufridos por el Perú".
Estas son las opiniones más sensatas y más moderadas de
aquel pasquín que destila hiel, rencor, envidia, y que pare
ce escrito por un desenfrenado ambicioso que veía con odio
toda superioridad ajena, todo encumbramiento y toda reputa
ción. Maligna emulación y pequeñez de espíritu que sólo ve
defectos en los hombres y ciega al extremo de no reconocer
las más nobles acciones de los próceres de una época, cual
si bastase desprestigiar a los demás para encumbrar a quien
uno desea. A cada paso, en cada palabra de ese libro se pue
de ir palpando la intención mezquina, y en su conjunto abi
garrado el desórden del espíritu y la confusión de quien tra
ta de ocultar la luz.
Soy de quienes hubiesen deseado que mi patria se li
bertase por sí sola y con su propio esfuerzo , pero si así no
sucedió no debemos suplantar la historia , desprestigiar en vez
de agradecer a los generosos auxiliares.
174 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

demás jefes que apoyaban la revolución . Los


más influyentes y prestigiosos miembros de
la Convención protestaron de la sedición y
arbitrariedad del ejército , quedando allí mis
mo cimentada la desunión y la anarquía.
El Sr. de La Riva Aguero , tan mariscal
como doctor, tan doctor como gran maris
cal, según un chascarrillo de aquella época,
llegó a la meta de sus ambiciones. El que ja
más fue militar alcanza el más alto puesto mi
litar y político , en los momentos supremos de
la emancipación de su pueblo ; llegó a la más
alta magistratura tras haber desempeñado só
lo un puesto secundario en un Tribunal de
Cuentas. ¿ De qué medios se sirvió, pues, para
encumbrarse ? ¿ cómo era posible que un Ejér
cito , que un Congreso, eligiesen a un señor
sin preparación para dirigir las operaciones
militares y emancipar a un país que nace a
la vida, donde todo había que crearlo y don
de el más vasto y preparado ingenio se sen
tiría abrumado ? ¿ podía ser independiente un
país que carecía de hombres al extremo de
tender la mano al primero que, a título de
su audacia y su intriga se presentaba ? ....
Riva Aguero personifica al hombre des
provisto de cualidades que lo sobresalgan de
los demás pero que logra distinguirse a fuer
za de maña, de constancia para medrar. Am
bicioso, lleno de vanidad a la par que lison
jero, llegó a sugestionarse con su propio va
ler, hasta creerse no sólo superior a todos,
sino el único capaz de manejar el país.
No era republicano de corazón , lo era por
ansia de elevarse ; era más que patriota egois
ta , con manía de distinguirse, pasión insa
na que no tiene freno y que se vale de todos
los medios . Rodeado de un círculo de adu
ladores, sirviéndose de sus relaciones y po
sición social a la vez que de su fortuna, y, so
bre todo , de esa especie de deslumbramiento
de los apellidos sonoros y los títulos nobilia
rios en nuestro medio ridículamente ansioso
de nobleza , logró hacerse visible e imponerse.
Revoltoso e inquieto, siempre aparecía en la
oposición y la rebeldía : siendo prefecto de
Lima acaudilló el movimiento contra Mon
teagudo que exasperó a San Martín , luchó
contra la Junta, contra Sucre, contra el Con
ALFREDO GUINASSI MORÁN 175

greso, contra Bolívar y Torre Tagle y por fin


contra la misma causa de la emancipación
de su patria.
Y si me detengo en esta semblanza es por
que la mayoría de los dirigentes salidos de
las altas clases sociales tuvieron psicología
semejante, mezcla de orgullo y deslealtad ; de
biendo justamente decir que Riva Aguero , no
vel en la administración , fue superior a mu
chos, a un marqués de Torre Tagle, por ejem
plo.
Uno de los primeros actos del nuevo
mandatario fue participar al Libertador Bo
lívar su nombramiento , en cuyo puesto de
cía : "tendré la satisfacción de estrechar las
relaciones entre Colombia y el Perú ", ¡ Cuán
distinta fue la realidad del propósito !
Riva Aguero y Santa Cruz desarrollaron
gran actividad para reparar las pérdidas su
fridas. La situación del país era por demás
crítica : el desaliento y la pobreza como fru
tos de la derrota. Riva Aguero, aunque apro
vechando las gestiones y promesas de los paí
ses vecinos a San Martín y el empréstito de
Londres de García del Río , arbitrió fondos ,
aumentó los cuerpos del ejército peruano,
reconcentró los restos del ejército de Mo
quegua, les dio nueva vida y consiguió re
fuerzos de los países amigos interesados en
la contienda. Y no podía ser más proficua la

En el curso de los acontecimientos, encontramos siempre


a Riva Aguero encabezando las oposiciones y las rebeldías
antes y después de llegar a la presidencia.
En Lima acaudilló el movimiento contra Monteagudo, firmó
el primero las actas pidiendo su deposición y logró aquellas
asonatas y resistencias que exasperaron a San Martín . Luego
en lugar de dar su concurso a la Junta la desprestigió . des
pués luchó contra Torre Tagle, a quien calificaba dura y des
preciablemente ; nueva desaveniencia con Sucre, a quien cree
ambicioso y conspirador ; pelea y división con el Congreso
que puso al país al bordo del abismo, pues en los más difi
ciles momentos, cuando peligraba la suerte de la patria, para
colmo de males tuvo al lado de los desastres y las derrotas
la revolución, y por fin lucha y pelea con el Libertador, mien
tras él tramaba con los realistas .
Y en todas estas y otras desaveniencias no veo yo como
pudiese salir ileso de culpa el Mariscal Riva Aguero , y juz
gándolo por Pruvonena .

El ayudante general del ejército realista publicó en Li


ma un libro de Apuntes el año de 1824 valiéndose de los da
tos oficiales del E. M. Este folleto tiene acusaciones contra
Riva Aguero pulidas más tarde en su obra, dice por ejemplo :
"Los enemigos aterrados en Lima con el fin funesto de Al
176 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

obra de Riva Aguero toda vez que el terri


torio peruano estaba en su casi totalidad ba
jo la dominación española .
En esta época llegó a Lima el Gral. Su
cre, enviado por el Libertador como minis
tro de Colombia. Le acompañaban el Corl.
Heres y el Tte. Corl . Trinidad Morán . Entra
ron a Lima el 1 °. de Mayo de " 1823, según da
to publicado por Morán en un folleto que he
de insertar, y su recepción fue cual debía
esperarse de misión altruista, en medio del
entusiasmo de cuantos amaban el nuevo ré
gimen .
Con fecha 8 de Mayo el presidente Ri
va Aguero comunicó al Libertador el solem
ne voto de gracias decretado por el Congre
so por "el auxilio de sus tropas siempre ven
cedoras", y le reiteró su llamada para que vi
niese a hacerse cargo de la dirección de la
nueva campaña pues el Perú, le decía, "ne
cesita de su talento y de su prestigio para ob
tener su independencia” .
La amenaza vino a servir de aliento y
la proximidad del peligro enseñó actividad
e industria, multiplicó el valor y las fuerzas,
y surgió aquel segundo ejército republicano
que de nuevo iría a sacrificarse al sur. ¡ Te
rrible sacrificio donde perecieron las ener
gías postreras del centro del Perú, desbara
tando, Santa Cruz Como Alvarado , aquellos
ejércitos del año 23 !
Cuatro meses habían transcurrido des
de el fracaso de Moquegua cuando estaba lis

varado trabajaron en desconceptuar a la Junta Gubernativa


que presidía La Mar y aprovechándose de esta coyuntura Riva
Aguero se hizo nombrar presidente de la república por la
fuerza". En el "Anuncio " o boletín del E. M. G. se relata,
a más de los acontecimientos militares que trajeron la ruina
de la expedición Santa Cruz, compuesta en su mayoría de
tropas bisoñas , los acontecimientos de la dispersión de la
mayoría del Congreso, de los cuales algunos se arrepintieron
de su conducta, la deposición de Riva Aguero y los tratos
de éste con los realistas para hacer unidos la guerra a Bolí
var y Torre Tagle. De estos documentos se desprende la in
tención y las tratativas del ex-presidente para abandonar la
causa de la independencia y la república, motivos por los cua
les se le condenó a muerte.
No contento con esto, su espíritu inquieto que no veía
los medios para el logro de sus fines individuales, llegó hasta
escribir a San Martín para que regresase al Perú a hacer
la guerra a Bolívar, olvidándose Riva Aguero de sus
procedimientos contra el Protector, recibiendo del altivo bona
rense una respuesta terrible.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 7 177

ta la expedición al sur, compuesta , según


Pruvonena, "de muy cerca de seis mil hom
bres de tropas peruanas, a las que debía reu
nirse otra de tres mil que simultáneamente
salió de Valparaíso , y operar en combinación
con otra de igual fuerza que se organizaba
en Jujuy y Salta para cooperar al plan de
campaña trazado por el presidente Riva
Aguero. A esta expedición debía seguir el
ejército peruano de reserva que organizó en
los departamentos de Trujillo, Huaylas y Li
ma que constaba como de ocho mil vetera
nos ; y además dos mil guerrilleros de los de
la guerra de la independencia". (Estos efec
tivos de tropas veteranas y guerrilleros son
muy exagerados .)
Al tener noticia el Virrey del plan que
los patriotas preparaban tan en grande, re
forzó las fuerzas realistas del sur, y el Gral.
en jefe del ejército del norte, Canterac , se
preparó a moverse sobre Lima, como vere
mos adelante .
La expedición al sur a órdenes del Gral.
Santa Cruz y de Gamarra, como J. de E. M. ,
que debía unirse a los auxilios de Chile y
obrar de acuerdo con las tropas argentinas
del Alto Perú, mientras el mismo Presidente
se ocuparía de llamar la atención de los rea
listas por el centro , zarpó del Callao el 23 de
Mayo, según Camba , y tenía un efectivo de
más de 5000 hombres : el 17 de Junio estaba
delante de Arica donde desembarcó, y Santa
Cruz se puso en marcha hacia el interior par
tiendo de Ica por Moquegua y Torata, atravesó
los Andes, ocupó . Puno y el Desaguadero,
mientras su segundo , Gamarra, de Tacna, con
la mitad más o menos de las fuerzas, se dirigía
sobre Oruro por Tacora. El 17 de Agosto ocupó
Santa Cruz La Paz y Gamarra se ponía a
frente del brigadier Olañeta, quienes mar
charon frente a frente, maniobrando sin em
prender acción decisiva , pero impidiendo a
Olañeta su marcha a Puno que era su fin .
Las tropas realistas del sur, unidas a
las del Virrey, no eran suficientes para opo
nerse a las de Santa Cruz y Gamarra y se
esperaban los refuerzos que traian Olañeta
y Valdez.
Las marchas del ejército realista son en
178 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

verdad asombrosas : en un país de climas va


rios e inclementes, donde el frío y el calor,
por las diferencias de altura , son excesivos ;
país deshabitado y sin caminos en sus áspe
ras regiones, quebrado cual ninguno en las
serranías desoladas , y árido y plano , con mor
tal aridez de desierto , en sus costas sin llu
via.
El dos de Junio comenzaron los movi
mientos realistas para oponerse a los perua
nos . Canterac debió marchar de Jauja sobre
Lima, pero creyendo su fuerza poca para
atacar la ciudad que a esta fecha contaba
con tres mil aguerridos colombianos y las gue
rrillas y guardias nacionales, exigió al Vi
rrey un refuerzo , que a su pesar tuvo que
conceder y que en realidad era inútil, pues
los patriotas debían obrar en el sur. El Gral.
Valdez se unió al Gral . en Jefe Canterac y
ambos, al frente de 9000 hombres, ocuparon
Lima el 18 de Junio .
El Presidente, el Congreso, el ejército.
todo elemento, en fin, comprometido con la
República se refugió en los vecinos castillos
del Callao, donde al siguiente día 19 se pre
sentaron las tropas realistas extendiendo su
linea de sitio .

**
Desde antes de la emigración al Callao
era efectiva la discordia entre el Congreso
peruano y el Presidente. Con la retirada de
Lima y consecuente encierro , los ánimos se
enconaron, dando lugar a las quejas y a las
acusaciones que pronto llegaron al odio y a
la indisciplina.
Algunos escritores acusan al Gral. Sucre
de haber promovido o alentado esta discor
dia con miras ambiciosas y deseando servir
solamente los intereses de Bolivar. Paz Sol
dán, al contrario, reconoce la caballerosidad
de Sucre y su virtud, pues era el único que
sin mezquindades buscaba la unión de los
partidos desposeyéndose del mando para ha
İlar la armonía y la reconciliación .
El Gral. García Camba inserta la acusa
ción como repetida vulgarmente ; Pruvone
na afirma que Sucre compró con promesas
y dádivas à la mayoría del Congreso, ver
ALFREDO GUINASSI MORÁN 179

gonzosa acusación para el Perú , pues sería


baldón, oprobio , encontrar en un país tan
tos y tan bajos representantes ; de igual opi
nión es Markham. Triste me parece encon
trar mayor hidalguía en los historiadores es
pañoles, quienes, a pesar de su natural en
cono contra Bolívar, que arrancó a España
sus colonias, y contra todos los suyos, tienen
para Sucre frases menos duras, acusaciones
menos humillantes, y en todo mejor criterio .
Leyendo libros y papeles de la época,
¡ cuántas veces he lamentado la pasión que
ofusca, y asqueado la venganza de la lengua,
y la envidia de la inferioridad !
En los "Fastos de la Dictadura ", libro
publicado en Arequipa en 1824, se lee : "Mas
no era posible continuar en este estado cri
tico (refiérese a la permanencia en el Ca
llao ) y era necesario pensar en salir de un
punto que no ofrecía ventaja alguna a las
operaciones del Gobierno : en efecto, después
de algunas sesiones en el Callao, el Congreso
con el poder ejecutivo se embarcaron para
Huanchaco, de donde se trasladaron a la ciu
dad de Trujillo, arribando al primer puerto
el 29 de Junio de 1823".
"Riva Aguero en este tiempo era decla
rado enemigo de la representación nacional ,
y no pudo ocultar el odio que abrigaba su
pecho contra los diputados, luego que desem
barcó en Huanchaco, así es que estando to
davía a bordo la representación nacional,
propuso el presidente Riva Aguero su disolu
ción a presencia . de varios jefes militares
y varios funcionarios públicos . El Corl. La
Fuente con el Gral . Herrera, resistieron esta
medida que les pareció violenta , y se opusie
ron con firmeza a ella creyéndola arrebatada
e inconsulta. Por entonces no tuvo efecto es
ta disparatada resolución, a pesar de que
Riva Aguero no desistió de poner en ejecu
ción este atentado” .
"Efectivamente llegó el día infausto que,
escandalizando el continente Americano ,
manchó con un borrón que desfigurará la
brillante historia de la independencia ....
Se hizo venir de Lima un batallón, mandado
por el hermano del ministro Novoa . Con la
fuerza de este batallón la ejecución del aten
180 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y Biográficos

tado no ofrecía dificultad alguna, pues con


ella se cercó la casa del Congreso y se di
solvió con las bayonetas la representación
nacional, en los momentos mismos que se
ocupaba en suspender las sesiones y cerrar
el santuario de las leyes, hasta que tiempos
de más calma permitiesen volver a empren
der las tareas legislativas. Riva Aguero que
sin prestigio ni opinión y perdido el concep
to público, preveía que se arrancaría por el
Congreso constituyente la autoridad que ejer
cía, para trasmitirla al célebre auxiliar que
vino de Colombia a sellar la independencia
y libertad del Perú".
Si esta relación peca de apasionada
o parcial, recurro al Gral. Miller que, ha
biendo servido al Perú , y ligado a los hom
bres del sur, no tenía motivo alguno de par
cialidad por los auxiliares colombianos y sus
jefes.
Miller escribe :

"Sin embargo de que se había previsto


este movimiento, (la salida del ejército al
sur con Santa Cruz ) al verlo poner en ejecu
ción, se difundió en Lima la más grande alar
ma y consternación ; el gobierno y los miem
bros del Congreso que habían prometido que
defenderían la ciudad o se sepultarían en sus
ruinas sólo pensaban como librarse del pe
ligro que se acercaba ."
"Se reunió en palacio un Consejo de
guerra, compuesto de los oficiales generales
y presidido por Riva Aguero ; nombraron al
Gral. Sucre, enviado de Colombia, para man
dar en jefe todas las tropas y determinaron
abandonar Lima, respecto la gran despro
porción de fuerzas con que el enemigo avan
zaba".
"El Gral. Sucre se retiró bajo el tiro de
cañón del Callao , las fuerzas que mandaba
consistían en unos tres mil colombianos , mil
de Buenos Ayres (resto del ejército de los
Andes) y mil hombres de milicias del Perú".
"El presidente Riva Aguero se retiró con
los miembros del congreso. Después de mu
chas discusiones fue nombrado Sucre supre
mo jefe militar con poderes casi de dictador,
paso que imperiosamente reclamaba la cri
ALFREDO GUINASSI MORÁN 181

tica situación en que se hallaban los patrio


tas”.
"El 22 de Junio depuso el congreso de
su autoridad a Riva Aguero, y decretó que
se le facilitase pasaporte. Sin embargo el
Gral. Sucre le permitió ir a Trujillo, donde
recibieron orden los miembros del congreso
de comparecer". (Véase la obra citada) .
Lo que ha de sincerar siempre a Sucre, a
sus compañeros, y a la misión que se habían
impuesto en el Perú, es la siguiente nota del
día antes de la ocupación de Lima por Can
terac.

Cuartel General de San Borja, a 17 de


Junio de 1823.

Al Exmo . Sr. Presidente de la República del


Perú.
Exmo . Sr.

Después que en mi oficio anterior tuve


la honra de indicar a V. E. la fuerza enemi
ga que intenta invadir la capital, y el núme
ro de la nuestra que puede entrar en forma
ción : y después que V. E. mismo ha presen
ciado la Junta de guerra de oficiales genera
les, nada tengo que añadir. Pronto a obede
cer las órdenes de V. E. en la alternativa de
perder la capital o de librar la suerte del
ejército en una batalla me atrevo a exigir de
V. E. una terminante resolución . De ella de
pende la salud de la Patria y mi ciega obe
diencia es mi mejor garantía, después que
cada vocal de la junta ha pronunciado su
dictámen a presencia de V. E. y que yo por
mi parte he expuesto el mío , que es reducido
a ejecutar lo que el Gobierno disponga.
Dios guarde a V. E. muchos años E. S.

A. J. de Sucre.

*
* *

Al conocerse en Lima los primeros mo


vimientos y los triunfos parciales del ejér
cito expedicionario del sur, Canterac com
prendió la necesidad de amparar el centro
182 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

de operaciones imprudentemente desguarne


cido, lo que pudo ser de fatales consecuencias
si los patriotas hubiesen olvidado sus rivali
dades y discordias obrando de acuerdo y con
celeridad, y destacó a Valdez, que, con una
fuerte división, se apresuró a salir de Lima
el 30 de Junio y en marchas forzadas se diri
gió al Cuzco logrando reunirse al Virrey el 2
de Agosto en Sicuani, para continuar a Pu
no donde ya estaba Carratalá salido de Are
quipa.
Por lo que se ve la campaña del 23 fue
abierta en las mejores condiciones dada la si
tuación de los enemigos y sus varios cuerpos
de ejército divididos por centenares de ki
lómetros, por montañas y ríos : Canterac en
Lima, Olañeta en el Alto Perú y el Virrey re
concentrando en Sicuani sus demás tropas,
estaban en verdad sin cohesión , rota su uni
dad y en situación anti militar, pues los pa
triotas podían interponerse cortándoles su
línea de operaciones .
Santa Cruz había marchado alagado por
la fortuna ; dueño del largo territorio de
su recorrido sembraba el patriotismo y te
nía todo género de recursos . Perdió Santa
Cruz tiempo, primero en Moquegua y des
pués en La Paz, pero no cometió la falta
de Gamarra, que, habiendo sorprendido a
Olañeta que venía a Puno desde Potosí, se
contentó con cerrarle el paso pero sin batir
lo con su ejército superior. Gamarra se unió
al intrépido guerrillero Lanza, infatigable y
diestro conocedor del terreno, que le hubie
se servido de mucho en cualquier empresa
o desastre . Gamarra permaneció en Oruro .
Si Santa Cruz y Gamarra se unen, mar
chando contra los acantonamientos del Vi
rrey, quizas le hubiesen obligado a una pe
lea desigual, sorprendiendo después la fatiga
da división de Valdez . En el peor caso las
tropas reunidas de ambos, que tenían ahora
como seis mil hombres, hubiesen podido pre
sentar batalla contra el Virrey, Valdez y Ca
rratalá .
El Gral. Canterac, inútilmente delante de
los castillos y habiendo sabido el embarque
de Sucre y las nuevas fuerzas que se espera
ban de Chile, se apresuró a dejar la capital
ALFREDO GUINASSI MORÁN 183

para atender su verdadera línea de operacio


nes. En efecto, salió de Lima el 16 de Julio,
17 días después del Gral. Valdéz , picándole
la retaguardia el Gral. Martínez .
La división Sucre se componía de los
batallones Pichincha Vencedor, Voltigeros y
50 hombres de caballería todos colombianos,
130 de caballería, 1 compañía de artillería y
en cuadro el batallón Nº. 4 de Chile y un es
cuadrón peruano . Estas tropas se embarca
ron en el Callao entre el 4 y 9 de Julio . El
20 del mismo el Gral . Sucre delegó sus po
deres al marqués de Torre Tagle, embar
cándose para asumir el comando de las tro
pas en su calidad de Gral . en Jefe. De Chala,
donde expresamente tocó el Gral. Sucre, en
vió avisos al Gral. Santa Cruz insinuándole
la conveniencia de combinar las posteriores
operaciones, dándole noticia de los movi
mientos de Canterac y de los sucesos políti
cos, y continuó su viaje al sur esperando ha
llar, como en efecto halló , en camino para
Arequipa, noticias oficiales del ejército pa
triota .
Sucre comprendió que Santa Cruz desea
ba obrar solo, que ambicioso de gloria eludía
dejarle el mando ; también entre Santa Cruz
y Gamarra había emulación y discordia que
iban a producir la derrota y retardar la eman
cipación del Perú.
Reunidas en Arequipa las tropas de Su
cre se preparaban para marchar al interior,
a pesar de las comunicaciones recibidas por
Sucre de Santa Cruz en las que le decía no
tener necesidad de refuerzos .
Entre tanto el Gral. Valdez, a quien de
jamos en Puno, adelantó su camino ponién
dose frente a Santa Cruz . Valdez hizo un re
conocimiento sobre el Desaguadero, y sa
biendo que las tropas independientes sali
das de La Paz venían en su busca, retroce
dió, tomando posiciones en Zepita. Aquí le
atacaron los patriotas el 25 de Agosto ; la ba
talla fue reñida, la caballería guiada por
Brandzen , Aramburu y Soulange, dispersó a
los realistas y la Legión peruana a órdenes del
Tte. Corl. Cerdeña ( colombiano) se portó con
heroismo y Cerdeña fue herido, pero dejado
en el campo por muerto cayó en poder de los
184 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

realistas que se manejaron caballerosamente


con él. Después de seis meses Cerdeña vol
vió a las filas patriotas: (Apuntes para la Bio
grafía del Gran Mariscal D. Blas Cerdeña por
José Vicente Camacho, Lima, 1854) .
La acción de Zepita, con todo el brío de
una batalla campal, que ha sido disputada
como una victoria por ambas partes, fue se
ñalado triunfo de los patriotas aunque no
decisivo, pero ambos ejércitos se retiraron,
Valdez a Pomata para esperar las tropas que
venían con el Virrey, salidas de Sicuani el
18 de Agosto, y Santa Cruz camino a Oruro
en busca de Gamarra .
Simultáneamente, es decir el 30 de Agos
to, Sucre entraba en Arequipa , pero era ya
imposible auxiliar a Santa Cruz que se ha
bía empeñado en Zepita y que andaba en di
rección a Oruro . En todas estas campañas
se deja sentir la falta de una cabeza directo
ra, que concuerda y ordena, que impone la
disciplina y la unión en los diversos jefes que
ahora buscan más su renombre y su éxito que
el triunfo de la causa nacional.
El Virrey se resolvió a no empeñar otra
batalla sin unirse a Olañeta, a cuyo intento
maniobraba detrás del Desaguadero . Por su
parte Santa Cruz y Gamarra se reunieron el
8 de Setiembre en Oruro . El 11 muy tempra
no llegó el Virrey a las inmediaciones de esta
ciudad, dirigiéndose en seguida sobre Sepul
turas para reunirse con Olañeta , lo que con
siguió el 14 solamente. Cabe preguntarse,
¿qué hicieron Santa Cruz y Gamarra desde
el 8 al 14 ? ¿ no era un deber atacar al Virrey
antes de su reunión con el brigadier Olañe
ta que traía como 2,500 hombres de refuer
zo ? El Gral. en Jefe dijo que los enemigos
eludían el combate. Al día siguiente comenzó
la inconsulta retirada, que fue una huida tris
tísima, de fatales consecuencias ; todo se hizo
atropelladamente, los soldados a pelotones se
quedaban rendidos en los montañosos cami
nos, botaban sus armas y equipajes y perdida
la moral, la valiente tropa de Zepita se lanza
ba sobre el puente del Inca, en el Desaguade
ro, ¡ para continuar hasta la costa ! ....
Muchos caminos pudo elegir Santa Cruz
después de Zepita, llamar a Gamarra sobre
ALFREDO GUINASSI MORAN 185

Viacha, como dice Miller, dirigirse por Poto


sí hacia Salta donde estaban con fuerzas Ur
dininea y el Gral . Arenales, o presentar una
batalla escogiendo posiciones ya que tenía las
fuerzas suficientes. Cualquier cosa habría sido
mejor que aquella huída desordenada, peor
que una derrota, que fue una verguenza, re
tirada absurda que no se comprende como
pudo ponerse en ejecución. El anuncio del E.
M. Gral. realista , firmado por Valdez, termi
na así : "El Virrey camina aceleradamente
sobre Puno, ansioso de encontrar enemigos
menos cobardes que los que sin disparar ape
nas un fusil acaba de destruir" . El gran mal es
tuvo en no haber aceptado la cooperación
ofrecida por Sucre . Tarde pretendía Santa
Cruz llegar a Puno para reunirse a los colom
bianos que no estaban siquiera en comunica
ción con él, ni avisados de lo que acontecía al
ejército peruano . Poco después supo Sucre, co
mo todo Arequipa , las infaustas nuevas, cuan
do ya Canterac le tenía cortado el paso y el
mismo Virrey marchaba apresuradamente
tras los fugitivos . El Gral . Sucre, con todo, se
dirigió a Moquegua para ver si aún algo podía
hacer en defensa de las tropas de Santa Cruz,
pero el desastre era de tal magnitud que
apenas mil hombres llegaron a Ilo. Sucre re
gresó a Arequipa y dió órdenes a sus tropas
de retirarse a Quilca ; fue entonces que la ca
ballería a órdenes de Raulet sostuvo en las
calles de la ciudad un choque con la caballe
ría de Ferraz, (Véase en Paz Soldán, la comu
nicación oficial del Gral. Sucre detallando es
tos acontecimientos) .

Siendo tan vasto plan todo se dislocó pa


ra impedirlo, por falta de armonía y acertada
dirección. Rivalidades en el ejército, entre
Santa Cruz y Gamarra, entre Valdez y Martí
nez, rivalidades entre argentinos y chilenos ,
celos de los peruanos , desconfianzas , falta de
unidad en el alto comando que pasaba de
mano a mano, y por fin pretensión de Santa
Cruz al no proceder de acuerdo ni con Su
cre, ni con las tropas de la frontera argen
tina. La división auxiliar que se esperaba
de Chile, llegó tarde, después de la disper
sión del ejército ; la expedición que el Gral .
Colombiano Valdez debía conducir hasta
186 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Jauja, quedó paralizada por la desunión y di


ficultades que nacieron del caos de la Repú
blica. Elementos , fuerzas y medios para ven
cer hubieron, pero faltaba armonía, quien su
piese ordenar y dirigir tan opuestos compo
nentes para lograr el fin.
El orgullo de los realistas en el Perú lle
gó a la embriaguez y al delirio , se creían
invencibles, soñaban con la reconquista de
las demás colonias de España, sumaban sus
ejércitos vencedores y sus trofeos contra los
auxiliares, no existían casi las tropas de San
Martín y las de Bolívar eran un puñado de
hombres mal queridos. Como Morillo, con sus
peninsulares, pensó marchar desde la Guai
ra a Buenos Ayres, así La Serna y sus tenien
tes veían sus huestes conquistadoras extendi
das desde Chiloé a Méjico !.
Para terminar el año 23 hay todavía que
referir acontecimientos fatales . La división
auxiliadora de Chile, la que debía obrar se
gún los planes en unión del ejército de San
ta Cruz, compuesta de dos mil quinientos
hombres, que llegaba recién, se regresó a su
país. Las tropas argentinas que habían de
obrar sobre el Alto Perú al saber los desastres
de Santa Cruz se volvieron igualmente. La
guerra civil existía ya entre el Congreso y Ri
va Aguero. Y se perdieron elementos, dinero,
hombres, fe en el éxito y faltaba sobre todo
solidaridad, desprendimiento y abnegación
que hacen al hombre superior a todo desastre.
La dispersión del ejército peruano en la
segunda campaña del sur fue con antelación
prevista por el Libertador en una carta escri
ta al Gral. Sucre desde Guayaquil. Aquella
mirada de águila que desde tan lejos miraba
la situación real del Perú auguraba las causas
del desastre : aplaudió el plan de campaña
que era bueno, pero pensó cómo había de fra
casar.

Era un deber, una necesidad inaplazable


para los países vecinos la libertad de este vi
rreynato , y Bolívar que había ofrecido des
de Cuenca sus tropas, que mandó con igual
propósito a Urdaneta y Sucre, recibió a su
ALFREDO GUINASSI MORÁN 187

vez al Gral. Mariano Portocarrero de nuestro


plenipotenciario en 18 de Marzo del 23.
El 13 del mismo se habían embarcado tres
mil soldados. Esta precipitación fue más tar
de motivo de acerbas criticas, que cabría
contestar con las palabras de Simón Rodrí
guez en su exótico libro "El Libertador del
Medio día de América", ¿ fue un abuso la pre
cipitación de Bolívar ?, ¿ es un crimen hacer
el bien y adelantarse al favor solicitado ?"
El 26 de Abril, el marqués de Villa Fuer
te y el Corl. Francisco Mendoza llegaron, co
misionados por el Presidente, a solicitar del
Libertador que se trasladase al Perú a dirigir
la guerra. Los mensajeros llevaron cartas de
Riva Aguero, Santa Cruz, Gamarra. Salazar,
Herrera, ministro de la guerra, y el Libertador
contestó aceptando la demanda y solicitó per
miso del Congreso colombiano . (Documen
tos referentes a la vida del Libertador, tomo
III, folios 270, 271 , 274, 275 y 280, 283 , 284.
La segunda delegación del Congreso pe
ruano pidiendo al Libertador viniese al Pe
rú, la presidió el señor Joaquín Olmedo y se
entrevistó con él a fines de Julio . El 7 de Agos
to, teniendo en sus manos el decreto del Con
greso autorizándolo para ausentarse del terri
torio colombiano , Bolívar se embarcó con
rumbo al Callao .
En tan cortos meses la derrota y la anar
quía habían herido de muerte la causa de la
emancipación . Sabía Bolívar donde mar
chaba y cuantos obstáculos y luchas lo aguar
daban, pero aleccionado por los desastres y
revueltas de su patria no se arredraba su es
píritu de acero . Impúsose a sí mismo desde
Roma la tarea libertadora y su alma no ve
ía las convencionales divisiones territoriales :
Venezuela , Nueva Granada, Ecuador , Perú
eran para él la empobrecida y humillada
América colonial que era preciso redimir.
Mientras tanto Riva Aguero , retirado en
Trujillo por la condescendencia del Gral. Su
cre desconoció la soberania del Congreso y
atentó contra su existencia, como antes rela
té copiando los Fastos de la Dictadura .
El siguiente decreto muestra claramente los fundamen
tos y propósitos del ex-presidente :
"Debiendo considerarse como un crimen contra la patria
disimular por más tiempo la conducta sediciosa de muchos
188 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

de los diputados del Congreso, que sin reparar en los vicios


de su personería se avanzan a todos los excesos, alteran la
paz de los pueblos, promueven la guerra intestina, y tratan
por todos los medios de producir la anarquía y el desorden,
bajo cuya sombra aspiran a empresas indignas del nombre
de peruanos ; particulares que representados repetidamente
a este supremo Gobierno no han tenido curso por sus esfuer
zos para conciliar los ánimos y evitar motivos de escándalo,
sofocando de este modo y acaso con los perjuicios de los
derechos comunes, el clamor popular dirigido a la cesación del
Congreso, y contentándose con hacer sólo enunciativas so
bre la utilidad de ella, que han sido despreciadas altamen
te por el particular interés que hay en su permanencia. Con
siderando que la tolerancia y disimulo sólo producen ya re
petición de los mismos excesos, dimanados en mucha par
te de adhesión al sistema español, por el cual trabajan abier
tamente en el mero hecho de procurar la división en un tiem
po en que, invadido el territorio por un enemigo astuto, de
bía reinar la mejor armonía y unión más estrecha, olvidan
do las personalidades, que hacen el móvil de las operaciones
de dichos diputados : considerando igualmente que puesto a
la cabeza de la república por la voluntad de los pueblos y del
ejército, soy responsable ante Dios y los hombres de la con
servación del orden ; y autorizado por la misma naturaleza
del destino a remover los obstáculos que a él se opongan, co
mo que conspiran contra la común felicidad de que estoy en
cargado, nicuyendo también contra la independencia del Pe
rú, que debo sostener a costa de los sacrificios más grandes,
y tal vez contra la de las demás secciones independientes
de América a quienes sería indudablemente trascendental la
subyugación del Perú : condescendiendo finalmente con las
instancias públicas suprimidas hasta aquí por el temor y
desconfianza de no hallar asilo en el Gobierno y ser vícti
mas inútiles de los nuevos representantes de los pueblos :
oídos sobre el particular los dictámenes que oportunamente
se publicarán, y confirmándome con ellos he venido en de
cretar lo siguiente :
10. Queda desde este acto disuelto el Congreso , y los
diputados sin el uso de atribución ni privilegio alguno de
los que se habían arrogado .
20. Conforme a la voluntad de la parte sana de los
pueblos independientes se establecerá un senado compuesto
de 10 vocales elegidos de entre los mismos diputados ac
tuales, uno por cada departamento .
3º. El sueldo de los senadores, sus atribuciones y pree
minencias se detallarán en decreto separado .
4º. Los diputados que anteriormente obtenían empleos
volverán al ejercicio de ellos ; salvo que el Gobierno crea
útil a los intereses del Estado darles otra comisión o destino.
5º. Intimado este auto a los referidos diputados se pu
blicará por bando para que llegue a común noticia y tenga
este noble vecindario la satisfacción de ver realizadas sus
miras y apagada la tea de la discordia que tanto influía en que
se temiesen resultados funestos contra la causa de América.
Por lo tanto ordeno y mando se guarde, cumpla y ejecu
te por quien convenga. Dado en Trujillo a 19 de Julio de 1823.

Riva Aguero.

Los fundamentos de este decreto expli


can el por qué del atentado que cometía el
Presidente contra el Congreso, contra todo lo
que no le estuvo sumiso, sea instituciones,
ejércitos auxiliares, representantes y con ellos
ALFREDO GUINASSI MORÁN 189

la soberanía nacional. ¿ Con qué facultad crea


ba por sí un senado ?
Yo no discuto el procedimiento del Con
greso al deponer al presidente poco ha elegi
do por él, por más que esta mudanza redun
dase en bien patrio, pero nada podrá jamás
atenuar la responsabilidad del ex-presidente
que, valiéndose de su corto ejército , se em
peñó contra la representación nacional, dis
persando y aun desterrando violentamente
miembros de un poder del que había recibido
el mandato de que disfrutaba, en los momen
tos que sólo podían salvar al país las tropas
auxiliares y los comunes esfuerzos y sacrifi
cios.
Los siete representantes desterrados del
país lograron desembarcar en Chancay, y fue
ron recibidos en triunfo en Lima por los de
más diputados expulsados de Trujillo que fue
ron reuniéndose en la capital, donde se insta
laron nuevamente el 6 de agosto , declarando
faccioso a Riva Aguero y enemigo de la inde
pendencia, sin faltar también esta vez actas
suscritas por notables de Lima apoyando a la
representación nacional .
Si Riva Aguero en esta coyuntura acata
su deposición y continúa el servicio de su país,
dejando un lado sus venganzas y sus odios,
lo creería realmente hombre superior ;
luchando contra el Congreso su posición era
falsísima y antipatriótica y más próxima a
los realistas que a la patria : su camino tenía
tal pendiente que no le había de ser posible
detenerse, más lanzado por el orgullo y la
ambición.
El marqués de Torre Tagle fue nombra
do por el Congreso provisoriamente para ejer
cer el poder ejecutivo, y facultado para com
batir la facción de Trujillo .
Los ánimos se agriaban día a día y la tor
menta tomaba cuerpo y era ya amenazante .
Riva Aguero y los suyos formaban nuevas tro
pas, mientras en Lima el Congreso y el nuevo
Presidente reunían también las suyas, y los
realistas miraban con fruición esta anarquía
que dejaría a su Rey de dueño de la colonia
sin más esfuerzos ni sacrificios de su parte.
El ex- presidente tenía la esperanza de
que con la llegada del Libertador sería inves
190 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

tido de todas sus preeminencias anteriores,


incluso la suprema dirección del ejército, por
esto lo solicitaba con porfía y lo aguardaba
con ansia.
El Libertador llegó a Lima el 1º. de Se
tiembre. Jamás había visto la metrópoli del
coloniaje español demostraciones semejantes
de júbilo y de esperanza. El pueblo, el
ejército y las corporaciones se apiñaban al
derredor de aquel ungido por la libertad de
tres repúblicas. ¿ Quién como él, en América,
habíase sobrepuesto al infortunio y a la de
rrota hasta dominar los obstáculos, las pasio
nes y los desastres ?
Bolivar pisaba Lima en momentos difí
ciles, no sólo de conflicto sino de ruina. La
discordia sembró odios, la sed de mando in
quietudes y celos, la guerra civil la injuria
mutua y el deseo de sangre hermana. El Pe
rú tenía don congresos, dos presidentes, va
rios generales en jefe y sus ejércitos desuni
dos e indisciplinados ; mientras que tras los
Andes amagaban los realistas con sus veinte
y tantos mil hombres orgullosos de lo pasado
y ansiosos del risueño porvenir. Todo estaba
desquiciado y enfermo, desgarrado por la
desunión, el mal ejemplo, la injusticia y la
desobediencia : inmenso piélago, lóbrego,
donde el sentido común y la cordura se habían
extraviado cual débiles barcos ..
Y pronto todo este espíritu revuelto y
obscuro se había de alzar contra el duro dis
ciplinador, que, enemigo de la anarquía y el
desórden quería detener la avalancha, la pa
sión de mando y de fácil renombre, retenien
do a cada cual dentro del margen de su des
tino, en la tarea hermosa aunque difícil del
cumplimiento del deber, que Îlega hasta el
sublime sacrificio .
El dos de Setiembre el Congreso dio un
decreto autorizando al Libertador para ter
minar la disención sostenida por Riva Agua
ro después de su deposición del mando . (Do
cumentos, tomo 4°. pags. 8. 9 y 12. )
El 10 del mismo mes le otorgó al Liber
tador la suprema autoridad política y mili
tar, conservando siempre al frente del po
der ejecutivo al mariscal Torre Tagle.
Hasta estos días en nada había mejora
ALFREDO GUINASSI MORÁN 191

do la causa ni la situación patria . El ejército


acantonado en Lima se componía de cerca
de tres mil colombianos, como un mil entre
chilenos y argentinos y menos de mil qui
nientos peruanos restos de los antiguos cuer
pos, policías y destacamentos diversos que
fueron alli reconcentrados . En Trujillo y sus
inmediaciones estaba el ejército del ex- pre
sidente que sumaba dos mil hombres reclu
tas en su mayoría. Los realistas trazaban va
sus planes de invasión a Lima y el Gral . Can
terac, con este objeto, preparaba sus fuer
zas. Todo amagaba próximos y mayores con
flictos a los postreros defensores de nuestra
libertad .
El Libertador salió de Lima con parte
del ejército en dirección al norte a media
dos de Noviembre. Convencido de que era
imposible todo progreso, manteniéndose la
guerra civil en el corto espacio territorial po
seído por la República, marchaba dispues
to a cortar la inmoral contienda por cual
quier medio , pero enfermó gravemente en
Pativilca. Próximo a la muerte, estuvo pen
diente de su salud la suerte de la libertad
americana, que hubiese comenzado en el
Perú su desastre en medio de la anarquía.
Las fiebres y el delirio se apoderaron de
aquel cerebro activo e impetuoso, pero no
laxaron ni su carácter, ni disminuyeron su
fe. Hasta en medio de sus delirios sentiase
lleno de sus pensamientos que abarcaban la
escena toda desde Panamá à Salta ; tenía de
lante la insubordinación y la guerra civil que
tan funestamente le había hecho sentir´su
hálito ; le rodeaba la calumnia y la inventiva
que alzaba contra él montañas de acusacio
nes y dicterios. La guerra civil que era ne
cesario terminar le traería molestias y odios
irreconciliables y eternos que sembrarían a
través del tiempo terribles acusaciones con
tra su honor y su fama, a lo largo de todas
aquellas tierras testigos de su obra, de sus
luchas, sus penas y sus victorias.
El Gral . Mosquera , en esta época pleni
potenciario de Colombia en el Perú, ha de
jado una viva relación del tiempo que duró
la enfermedad del Libertador. El Gral Mos
quera recibió del Libertador aquella célebre
192 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y Biográficos

respuesta cuando él, encontrándole acurru


cado y pensativo y viendo a su juicio todo
perdido, le preguntó qué meditaba , "pienso
en vencer" le respondió .
En "El Mercurio " de Valparaiso se inser
tó una bella carta de Bolivar fechada en Ene
ro del 24 en Pativilca, con un precioso comen
tario ; ambos escritos los considero dignos de
revivir para la historia : la hermosa carta del
Libertador al Gral. Sucre donde se palpa el
noble espíritu del héroe ya lastimado por
la ingratitud, lastimado y sin ilusiones, co
mo él dice, ha de avergonzar sin duda a mu
chos de aquellos que se empeñan en ofuscar
la limpia memoria del hombre generoso, y
el comentario reconoce a Bolívar como la
primera personalidad que América ha pro
ducido .
El Libertador comenzó una activa co
rrespondencia con el dicidente, aún su ami
go, en la que tocaba todos los medios pa
ra atraerlo al bien entendido servicio
de la patria y al reconocimiento del Con
greso . Nada fue bastante, ni promesas ni
el ardiente decir, ni las frases del pa
triota, para una franca reconciliación, pe
ro no pudiendo ser sordo del todo a
las instancias del Libertador, después de di
versas comunicaciones, de varios delegados de
una y otra parte comisionó Riva Aguero al
Corl . D. Antonio Gutiérrez de la Fuente para
que fijase las bases de un acuerdo, como resul
tado de estas gestiones.
La Fuente pasó al Libertador un plie
go conteniendo doce artículos que éste acep
tó en parte, modificándolos en cuanto esta
ban fuera del acatamiento del Congreso y del
reconocimiento de Torre Tagle. Bolívar con
sintió en dejar a Riva Aguero a la cabeza
del ejército o darle una misión diplomáti
ca en Europa, si éste quería retirarse de mu
tuo propio. Los militares y empleados en la
división disidente continuarían en sus pues
tos al servicio de la República y en cuanto
a los miembros del congreso dejaba a la Cons
tituyente la resolución .
En tanto que se hacían estas gestiones
con los patriotas el Corl. Remigio Silva per
seguía un arreglo con los realistas en contra
ALFREDO GUINASSI MORÁN 193

de Bolívar y Torre Tagle, a quien Riva Ague


ro no quería reconocer, de lo que me ocupa
ré en seguida. Descubiertos por La Fuente
estos arreglos del ex-presidente con el ene
migo se resolvió a tomarlo preso, contando
con el apoyo del regimiento de Coraceros que
mandaba .
El Corl. La Fuente publicó en Trujillo
en 1824, a raíz de los sucesos, un "Manifies
to" sobre los motivos que le obligaron a de
poner a Riva Aguero, y Pruvonena en su li
bro se hace sordo y ciego a esta, como a las
publicaciones posteriores documentadas . En
1829 amplió La Fuente aquel documento in
sertando varios comprobantes, que fueron
originales depositados en la alcaldía de Li
ma para su popular revisión , no obstante la
confrontación del alcalde de entonces , D. Jo
sé Antonio de Cobián y de su secretario P.
Piñeiro .

En el curso de su vida La Fuente no se


mostró arrepentido de su conducta, que si
fue poco leal resolvió la difícil situación y
salvó a su país. Veamos como se expresa : "Re
gresado de mi comisión ( ante el Libertador )
y alarmado por la sospecha de que Riva
Aguero traicionaba los intereses de la patria
y vendía la libertad de ella y de los mismos
que la defendían, espiaba sus pasos. Descu
biertos sus pérfidos planes y posesionado de
los documentos incontestables que los mani
fiestan nada quedaba que esperar, así como
no había instante que perder. Para aprove
charlos hize que el regimiento de Coraceros
se aproximase a esta capital, en la que entre
sólo el 24 en la tarde ; reconocí el terror y la
consternación propios del crimen, y forman
do el plan más adecuado para no aventurar
un golpe tan interesante y evitar toda resis
tencia que pudiese traer desórdenes, me sali
a dormir a la cabeza del valiente regimiento ,
a cuyo honor estaba confiada la gloria del
cambiamiento, y apenas rayó la aurora mar
ché con él y apoderándome simultáneamen
te de las portadas, que hize custodiar, se di
rigieron varias partidas gruesas a las órde
nes de oficiales de confianza a arrestar a D.
José Riva Aguero y detener en su alojamien
to a aquellos que la opinión pública señalaba
194 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

como sus más íntimos amigos y presuntos


cómplices" .
"Realizado mi plan en esta parte convo
qué a este heróico y benemérito pueblo a un
cabildo abierto al que me presenté con el ca
rácter de Corl. del regimiento de Coraceros,
les presenté los documentos que acusando
atrozmente al preso justificaban mi resolu
ción ; invíté a que en uso de los derechos que
acaba de reasumir nombrasen una adminis
tración pública que provisionalmente toma
se las riendas del gobierno entre tanto que
el supremo gobierno y el soberano congre
so resolvían lo que estimase justo y conve
niente, asegurándole al mismo tiempo que la
fuerza que había tenido la gloria de sofocar
los partidos, extinguiendo la anarquía, esta
ba pronta a respetar y sostener las medidas
que en aquellas circunstancias se adoptasen”.
Se ha dicho que el Libertador influyó en
el Corl. La Fuente, otros han llegado a supo
ner que éste fue sobornado. Semejantes supo
siciones son gratuitas o difamatorias y expar
cidas por los interesados en ocultar su con
ducta o sostener aquel orden de cosas. En los
manifiestos de La Fuente no se hace la más
ligera alusión al Libertador, no se dice que
él tenga la menor participación, y el único
que podía saberlo y que debió decirlo era La
Fuente . Hay más todavía, pocos días antes,
en la profusión de ascensos para hacerse pro
sélitos que se acostumbró en las revolucio
nes, recibió de Riva Aguero La Fuente el de
general de brigada que le devolvió y más tar
de se dijo con perfidia que Bolívar pagó a
La Fuente con el generalato de brigada. Tan
ignorante estuvo el Libertador de lo que acon
tecía en Trujillo que despachó a su edecán
Santa María con nuevas propuestas y llegó
a Trujillo cuando Riva Aguero estaba embar
cado para Guayaquil.
Toda América sabe, y lo refieren los his
toriadores españoles, que al Libertador le
presentaron días antes del apresamiento de
Riva Aguero las comunicaciones casualmen
te interceptadas de Silva a Lóriga y del ex
presidente a Herrera y a la vista de ellas y
con repugnancia se resolvió por las medidas
violentas, que como hemos visto no tuvo oca
ALFREDO GUINASSI MORÁN 195

sión de emplear, pero, ¿ qué hacía él tras los


razonamientos y las súplicas, como concilia
ba su extranjerismo , su misión y su deber ?
Estudiando la conducta de Riva Aguero
no podremos menos que convencernos que
él hacía la guerra a los patriotas y no a los
realistas . Depuesto el Congreso, que fue bue
no cuando lo eligió presidente y lo hizo ma
riscal pero apócrifo , venal y protervo cuando
lo depuso, creó por sí un senado de diez ami
gos suyos y principió la guerra con los dipu
tados nuevamente reunidos en Lima y lue
go con la Convención, que dió al Perú su pri
mera constitución el 13 de Noviembre.
Se ocupó de sitiar Lima y privar no sólo al
ejército patriota sino a los habitantes todos
de los artículos más precisos para la vida, su
miendo a sus paisanos en la miseria y la de
sesperación. Los periódicos, sus cartas y sus
agentes diplomáticos esparcían a los cuatro
vientos las más terribles acusaciones en con
tra del Congreso , del presidente Tagle, del
Gral. Sucre y de todos los que permanecían
sin someterse a sus caprichos. Cuando el Con
greso con fecha 8 de Agosto , antes de la lle
gada de Bolívar, lo declaró reo de traición
era, desde luego , el mayor enemigo de la pa
tria, pues era entonces la patria aquel puña
do de tropas, esos pocos representantes y el
estrecho territorio que defendían sus armas
y tremolaban nuestro pabellón . ¡ Qué alagos
y cuánto no hizo para atraer a su causa a
su amigo Santa Cruz, pero cuando éste se ple
gó con sus restos del sur a los patriotas en
tonces fue el cobarde e inexperto general que
perdió las tropas formadas por él. Sus cartas
e instrucciones a sus comisionados, entre otros
al Corl . Orbegoso, hacer ver que pretendía
dejar en abandono la campaña del sur para
apoyar en ese ejército sus pretenciones .
El Gral. García Camba escribe lo siguien
te : "Por otra parte, la situación a que estaba
reducida esta ciudad, (Lima ) la severidad de
las órdenes de bloqueo dictadas por Riva
Aguero, aumentaba el descontento que en na
da disminuían las resoluciones del Congreso
proscribiendo solemnemente a dicho jefe y
recomendando a Bolívar extinguir la anar
quía que el rebelde ex -presidente provocaba
196 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

y sostenía" . "No desconocía (Riva Aguero)


el peligro que le amenazaba con la liga de
Torre Tagle, del congreso de Lima y de Bo
livar. Para conjurar tamaña tempestad con
taba con los progresos de su paisano y ami
go Santa Cruz . Además se había dirigido
también al virrey La Serna a fines de setiem
bre acompañándole un ejemplar del conve
nio celebrado a mediados de este año entre
los comisionados de S. M. C. y el gobierno
de Buenos Ayres, proponiendo se hiciera ex
tensivo al Perú, entendiéndose la autoridad
española con él como legítimo presidente de
la República" .
"El Gral. Lóriga que mandaba en el va
lle de Jauja, recibió esta comunicación y la
mandó sin demora al Gral. Canterac, para
que pudiese llegar a manos del virrey. Riva
Aguero escribía al propio tiempo al jefe su
perior de los primeras tropas realistas, que
era el mismo Lóriga, manifestando que en ca
lidad de comisionado por su parte enviaba
al Corl. Silva plenamente autorizado. El con
ductor de los referidos pliegos de Riva Ague
ro hasta los puestos españoles avanzados al
norte fue un oficial europeo muy conocido
llamado D. N. Heros, que había pertenecido al
regimiento de la Concordia de Lima, y a
quien su mala suerte había llevado al poder
de los enemigos. Este oficial escribió al Gral.
Lóriga desde Tarma que juzgaba de suma
importancia el que le permitiese hablarle, y
en esta virtud fue inmediatamente conduci
do a Huancayo. Aquí descubrió confidencial
mente que uno de los pensamientos de Riva
Aguero y de algunos de sus principales par
tidarios, era celebrar con el virrey una alian
za contra Bolívar considerándolo como ene
migo común. Con este antecedente no dudó
Lóriga escribir al Corl. Silva haciéndole
oportunas reflexiones sobre los riesgos que
amenazaban a su partido y dejándole co
nocer el deseo que le animaba de contribuir
por su parte a adelantar un convenio de
alianza ofensiva y defensiva contra Bolívar."
"Lóriga cumplió fielmente su promesa
dando pronto dirección a la contestación del
Virrey, en la que ofrecía a Riva Aguero y a
sus partidarios seguridad y protección en el
ALFREDO GUINASSI MORÁN 197

territorio de su mando y que estaba dispues


to a tratar con el mismo Riva Aguero siem
pre que no sirviese de base el reconocimien
to de la independencia y no interviniese nin
guna nación extranjera. Esta comunicación
fue interceptada por los partidarios de Boli
var en movimiento ya contra Riva Aguero ,
quien sin jefes a propósito para mandar la
fuerza que le obedecía en aquellas singula
res circunstancias, menguada su reputación
y favorable prestigio por la violencia de las
medidas que había adoptado en provecho
propio". etc.
"Canterac a su regreso al valle de Jau
ja, sabedor de que las contestaciones del vi
rrey a Riva Aguero habían caido en poder
de sus adversarios se apresuró a enviarle los
duplicados, enviando con este fin al Cerro de
Pasco el 7 de diciembre una expedición al
mando del General Lóriga, encargado de dar
le de ahí la más segura dirección . Este prefi
rió el medio de remitir los pliegos a Guzmán ,
partidario de Riva Aguero, que se hallaba a
tres leguas de Pasco con 300 hombres ; pero
todo era ya en vano , porque interpuesto Bo
lívar con sus tropas y en movimiento sobre
Trujillo " . ....
Torrente en su Historia de la revolución
Americana es mucho más lacónico a este res
pecto , pero dice : ...... “ La irritación contra
dicho Riva Aguero creció con haber adopta
do algunas medidas antipopulares, cuales
fueron la supresión del mismo congreso de
Trujillo y las negociaciones entabladas con
el virrey La Serna para zanjar amistosamen
te los negocios de aquel reino' .
Larrazábal dice : "Cuando el Libertador
adquirió pruebas tan claras de la apostasia
de Riva Aguero y de sus intimos amigos , que
pretendían vender la patria a sus tiranos y
destruir las tropas de Colombia venidas en
auxilio de la independencia del Perú deter
minó obrar con su actividad acostumbrada".
No me refiero a Paz Soldán, aunque en
lo esencial coinciden nuestras apreciaciones,
porque Paz Soldán, influído por la época en
que escribió, tiene esa ductivilidad de opinión
que caracteriza el espirito peruano ; no juzga
los hechos con la inflexibilidad de la línea rec
198 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

ta y si critica no condena, no elige, no resuėl


ve. Paz Soldán, como todos los que dominaron
con la Restauración, era del partido anti- co
lombiano, pues por diversas afinidades eran
los confederados amigos de Bolívar : este espí
ritu subsiste como herencia, culminando en
la época del Mariscal soldado .
El Libertador tuvo que ir en persona
a la cabeza de las tropas porque Sucre se ne
gó resueltamente a tomar el mando de las
fuerzas contra Riva Aguero . El decía que de
ningún modo convenía la intervención de los
auxiliares en aquella lucha, e infinitamente
menos la suya propia, porque se le creía ene
migo personal de Riva Aguero y su compe
tidor al mando, política quizás muy generosa
pero inadmisible porque la anarquía era peor
que la guerra extranjera ; el caos peor que la
tiranía y la desmoralización reinante. Aca
llar la maledicencia , desterrar la ambición,
infundir fe y vencer la revolución fue la pri
mera y quizás la más meritoria obra de Bo
lívar : hecho esto la victoria era posible.
Entre las infinitas acusaciones que Riva
Aguero hizo a Bolívar en sus publicaciones
de Valparaiso, Buenos Ayres y Europa le acu
sa de haber dictado el decreto de muerte que
existía desde antes de su llegada al Perú sin
reconocer siquiera que La Fuente se resistió
a fusilarlo y que el Libertador lo hizo poner
en libertad mediante esta orden al Gral. in
tendente de Guayaquil : "Ponga Ud . en liber
tad a Riva Aguero . Es peruano , su delito fue
cometido en este territorio y no tiene jueces
competentes en Colombia".
Podría seguir en estas citas, que si va
rían en la forma, todas tienen un fondo pa
recido , más la trascendental cuestión que nos
ocupa fue más lejos . El Congreso y el Presi
dente tomaron una actitud extrema, que pu
do costar la vida a los prisioneros de La
Fuente . Ya sabemos que el Congreso de
claró а Riva Aguero reo de alta trai
ción . (8 de Agosto ) . Al recibir el oficio del
Corl. La Fuente que participaba la prisión de
Riva Aguero , resolvió : "que si S. E. el Li
bertador y el gobierno en sus respectivos ca
sos procedieran contra ellos según los decre
tos anteriormente expedidos y en uso de las
ALFREDO GUINASSI MORÁN 199

facultades conferidas. (Decreto del 1º. de Di


ciembre de 1823 ) .
"En consecuencia S. E. el Presidente de
la república, en virtud de lo prevenido en el
soberano decreto de 8 de Agosto último , ha
resuelto que a las seis horas de notificada
esta determinación a los reos de alta traición
D. José de la Riva Aguero, D. Manuel Pérez
de Tudela, D. José María Novoa, D. Manuel
Anaya, D. Toribio Dávalos , D. José de la To
rre Ugarte y D. Ramón Novoa, como igual
mente D. Ramón Herrera, sean pasados por
las armas en lugar secreto , sin formalidad
ni proceso alguno por interesar extraordina
riamente la ejecución de lo mandado y que
el capellán Fray Eusebio Casaverde sea des
tinado a un presidio fuera del estado del Pe
rú por toda su vida, dando U. S. cuenta con
el documento más solemne de haberse así
verificado .
Tengo la honra de suscribirme, etc. Una
rúbrica de S. E. Juan de Berindoaga.-- Sr . Gral.
de Brigada, Prefecto del Departamento de
Trujillo D. Antonio Gutiérrez de La Fuente.
Felizmente las ejecuciones no tuvieron
efecto, mas, ¿ quiénes cargan con las respon
sabilidades y los odios de estas extremas me
didas, hijas del odio político, la intransigen
cia, la falta de cultura y amor patrio ? .....
Aunque parezca absurdo e injusto los paga
nos fueron el Libertador y los colombianos :
ellos expían hasta hoy los errores y las faltas
ajenas a pesar de su obra generosa.
Desterrado Riva Aguero y disuelto su se
nado quedaron algunas guarniciones fieles
que fueron rindiéndose al nuevo gobierno,
no así el comandante Ramón Castilla que,
con un pequeño cuerpo de caballería, no obe
decía ley ni orden alguna y subsistía a fuer
za de las violencias que sus tropas cometían.
Verdaderos montoneros, casi bandoleros,
mandóse contra ellos al batallón " Rifles" a
órdenes del Corl. Morán y fueron reducidos ,
enviándose preso a este jefe al cuartel del
Libertador.
Casi como esta fueron, en aquella época,"
las partidas que atacaban las haciendas ; que
penetraban a las ciudades a vivo fuego e in
festaban los caminos. ¿ Y eran estas tropas
200 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

capaces de luchar y vencer en nombre de la


libertad ? …..
Además, acontecimientos semejantes nos
explicarán mejor muchos actos de nuestra
política, muchas de las odiosidades a los hom
bres del norte, la poca simpatía a los extran
jeros y nuestra morbosidad republicana que
convirtió el erario en Caja de saqueo .
Si demasiado extenso he sido tratando
de la conducta y caída de Riva Aguero, es la
causa la porfiada insistencia de éste, no pa
ra sincerarse, sino para culpar a sus enemi
gos . El llenó los periódicos de América y
Europa de crónicas y anónimos ; él escribió
e hizo publicar libros ; él formó partido de
oposición obscureciendo la verdad y destru
yendo las huellas de los hechos, a tal punto
que, dejar su vida en las tinieblas equival
dría a obscurecer también la historia ; a sos
tener la falsa tradición que en el Perú pre
tende usurpar el sitio a la verdad.
Estos hombres que se enorgullecían con
los títulos de Castilla más que con sus mé
ritos reales, se pasaron del bando realista al
independiente no por convicción sino por an
sia de figurar al frente del estado, por eso,
casi todos, en los momentos de apremio y de
sengaño volvieron de nuevo a sus banderas.
El influjo de los nombres sonoros y los
títulos ha tenido tamaña participación en
nuestra política ; el caudillaje y la vana glo
ria suplantaron al verdadero patriotismo, y
hoy el mercantilismo triunfa sobre todo otro
sentimiento . De aquí nació y nace la apatía :
lo que no se compra no se mueve. No me can
so de repetirlo : la historia debe ser una es
cuela de corrección para los pueblos ; fran
ca y dura, amplia y noble, debe mirar el por
venir con entereza, con el valor del hombre
de carácter que se educa a sí mismo .
Los ineptos, los incapaces del esfuerzo,
del entusiasmo y de la acción son en mi con
cepto mil veces más culpables y criminales
que los extraviados en el fragor de la lucha.
Fueron miles los indiferentes que, escudados
en su egoismo, en su marasmo , miraban negli
gentes la contienda que iba a redimirlos. Ese
mal de escepticismo y de indiferencia que tan
hondo se arraiga en nuestro medio es la causa
ALFREDO GUINASSI MORÁN 201

principal de decadencia y de desastre, nadie


que no se temple como el hierro por el fuego
tiene derecho a lanzar la primera piedra. Los
tempranos escepticismos significan para mi
una debilidad ingénita, un extravío de la
raza y de las facultades juveniles, un sintoma
de pobreza, de desequilibrio .
Cuán distinta, cuán grande sería hoy la
antigua tierra incaica, la sede colonial, si
sus hijos hubiesen luchado cumpliendo sus
deberes para con la patria.

De este caos, de la nueva Babilonia, ha


bía de hacer el Libertador baluarte contra los
aguerridos y victoriosos enemigos. De su co
rrespondencia obtengamos algunos juicios su
yos referentes a la tamaña empresa : "Nece
sitamos de mucha política y de mucha mode
ración para que el pueblo no se haga ente
ramente godo. Por lo mismo el dinero es más
que necesario para que supla las contribucio
nes que no podemos ni debemos echarles a
estos desgraciados hombres ; pues aquí la épo
ca de la patria ha sido la época del crimen
y del saqueo . La gente de este país es muy
sana, pero muy enemiga del servicio militar,
y así será muy difícil formar un ejército en
todo el Bajo Perú . Están estos hombres co
mo al principio del mundo . En el lugar de
San Marcos, las mujeres han quitado los hom
bres que llevaban para reclutas. El país es pa
triota, pero no quiere el servicio, es bueno
pero apático ; tiene víveres y bagajes pero no
mucha gana de darlos ".
"A la verdad es obra magna la que tene
mos entre manos : es un campo inmenso de
dificultades, porque reina un desconcierto que
desalienta al más determinado . El campo de
batalla es la América meridional : nuestros
enemigos son todas las cosas y nuestros sol
dados son los hombres de todos los partidos
y de todos los países, que cada uno tiene su
lengua, su color, su ley y su interés aparte.
Sólo la Providencia puede ordenar este caos
con su dedo omnipotente".
"Mucho tengo que trabajar : esta empresa
es casi superior a mis fuerzas ".
202 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y Biográficos

"El negocio de la guerra del Perú, requie


re una contracción inmensa y recursos ina
gotables . Sobre todo yo ruego a Ud., mi que
rido general ( Sucre) que me ayude con toda
su alma a formar y llevar a cabo el plan. Si
no es Ud. no tengo a nadie que pueda ayu
darme con auxilios intelectuales. Por lo con
trario reina una dislocación de cosas, de hom
bres y principios que me desconcierta a cada
instante. Llego a desanimarme a veces .....
Tan sólo el amor a la patria me vuelve el
brío que pierdo en contemplar los obstácu
los. Por una parte se acaban los inconvenien
tes, por otra se aumentan".

¿Son juicios duros, hieren nuestra sus


ceptibilidad ? Deber amargo es conocerse.
Nunca el Libertador en la terrible y azarosa
guerra del norte, en los peligros y derrotas
y asechanzas, había escrito cartas semejan
tes a las que he extraído las frases anteriores.
A pesar de todo Bolívar trabajaba porfiada
mente en su amplio teatro ; se ocupaba de la
organización de las tropas, de su moral, de
sus pertrechos, de su ropa y rancho ; de los
caballos y las mulas, de su alimento y sus
herrajes ; de relaciones internacionales ; de
la política de Colombia ; de los descontentos
del Perú, de leyes y reglamentos ; de amagos
y planes de campaña ; de escribir cartas y
atraerse partidarios, opinión y medios, pero
su gran preocupación era detener a los rea
listas, para adormecerlos en sus acantona
mientos .

El Libertador pidió al presidente Torre


Tagle que entablase negociaciones con los rea
listas para contener el progreso de sus pla
nes sobre Lima y el norte . Le exitó pa
ra que, con poderes suyos, marchasen so
bre Jauja delegados especiales. Las instruc
ciones secretas que dió el Libertador por me
dio de su secretario, D. José de Espinar, fue
ron publicadas por el marqués de Torre Ta
gle en su manifiesto del año 24, así como la
carta original de aquel fechada en Pativilca
a 11 de Enero del mismo año . Se ve por ellas
que Bolívar no quería aparecer directamente
en negociaciones con los realistas, para no
darles a conocer el estado real de su fuerza,
mostrando debilidad, y menguando el pres
ALFREDO GUINASSI MORÁN 203

tigio que los enemigos y aún el mismo ejér


cito peruano mantenían . El Corl . Heres fue
enviado a Lima para manejar la negocia
ción del armisticio por seis meses, que no lle
gó a pactarse.
Con este motivo marchó a Jauja el Gral.
Juan de Berindoaga, ministro de la guerra,
no siendo recibido por el Gral. Canterac, sino
por Lóriga que carecía de facultades e ins
trucciones, por lo que regresó a Lima el 3 de
Febrero de 1824.
Mas lo humillante para el país, aquello
que no sólo demuestra la debilidad de los
hombres sino la corrupción donde se vive es
que, por lo bajo, ocultamente, Torre Tagle, y
el Vice presidente elegido también por el Con
greso, D. Diego Aliaga, habían ya entablado
negociaciones con los realistas con el fin de
votar del país al Libertador y a su ejército ,
dejando al Perú en poder de España.
El Gral. Camba, da cuenta en sus Memo
rias de los pormenores de este asunto, co
mo testigo presencial, y nos retrata con la si
guiente frase el sesgo que la negociación iba
tomando :
"Si, amigo Berindoaga, influyan Ud. y
Torre Tagle, como puedan, en que nos una
mos de buena fe y pondremos en posta a
Bolívar al otro lado del Juanambú". (G.
Camba 2º. 103 | 13 ) .

En tan corto tiempo se ha dificultado


aún más la situación del Perú. El Almirante
Guise y la escuadra apoyaron hasta el últi
mo instante al gobierno proscrito por las cá
maras. Tal actitud y la observada por él
mismo con Cochrane originó el ruidoso asun
to Guisse del que detalladamente se ocupa
Paz Soldán .
El 6 de Febrero las tropas que guarne
cían los castillos del Callao se sublevaron
capitaneadas por el sargento Moyano, un mu
lato argentino. Apresaron al gobernador Gral .
Alvarado y a varios jefes. Reclamaban sus
pagos atrasados y trasportes para ser con
ducidos a sus países, Argentina y Chile . “El
Capt. Correa tuvo una entrevista con los amo
204 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

tinados en los castillos pero las moderadas


proposiciones que trasmitieron por su con
ducto fueron tan equivocadamente recibidas
por el Congreso, y los esfuerzos del Gral Co
rrea tan debilmente secundados por el Go
bierno, que las tentativas para someterlos
resultaron inútiles".
El Gral. Miller hace gravitar toda la cul
pa de esta gran pérdida en la flojedad o in
diferencia del Gobierno, en su falta de tino
y en las órdenes sin acierto que él y el Con
greso dictaron. Pero los enemigos del Liber
tador, no han querido desperdiciar esta oca
sión para acusarle de maquiavélicos planes.
Alguien ha llegado hasta suponer la infamia
de que Bolivar buscó esta catástrofe para
perder a Torre Tagle, otros aseguran que las
tropas argentinas y chilenas estaban descon
tentas de las preferencias que se hacían a las
tropas de Colombia y de la supremacía del
jefe venezolano ; hay quienes miran como un
mal sintoma que el Libertador hubiese or
denado, pocos días antes, que el batallón Var
gas, de la guardia colombiana, que formaba
la guarnición de los castillos, saliese para la
sierra, debiendo ser relevados por dos cuer
pos de tropas argentinas y chilenas.
El envío del batallón “Vargas" a la sierra
tenía por objeto aclimatar a los soldados de
los trópicos con los climas de la cordillera y
proveer a su restablecimiento ; llevaba además
la misión de destruir las partidas de monto
neros que merodeaban por el centro y norte,
partidarios de Riva Aguero que se negaban
todavía a reconocer el nuevo orden de cosas.
En los castillos estaban encerrados la ma
yor parte de los realistas prisioneros, quie
nes ganaron algunas tropas, entre ellos a los
sargentos Moyano y Oliva, que convirtieron
el movimiento en provecho de los realistas,
izándose solamente el 18 la bandera españo
la.
El 14 de Febrero en la tablada de Lu
rin dos escuadrones del regimiento Granade
ros de los Andes, que, cumpliendo órdenes,
se retiraban de Cañete sobre Lima, depusie
ron a sus jefes y se pasaron a los realistas,
presentándose en el Callao. Estos dos escua
drones se distinguieron pronto por sus crimi
ALFREDO GUINASSI MORÁN 205

nales asechanzas en los alrededores de la ca


pital . ¿ Qué demonio de inconciencia y de
traición se había apoderado de los espíritus ?
¿era odio temprano a Bolívar y a sus tropas ?
¿ éra, quizás, la falta de esperanza en nues
tra moribunda causa ; era el miedo al derrum
be del edificio de la libertad que amenaza
ba aplastarlo todo ?. Yo no lo sé, más veo so
lamente firmes a los hombres que tenían fe
en el Libertador.
Al recibir el Libertador noticia de lo que
pasaba en el Callao, comprendió de una sola
ojeada el mal grande que sufría, apurando
aun más su peligrosa situación. Se apresu
ró a impartir las órdenes más estrechas e im
periosas al Gral. Martínez para que sacase
de Lima y sus alrededores, por grado o por
fuerza, cuantas cosas pudiesen servir a las
tropas, inutilizando lo que quedaba ; que se
tomasen todos los caballos y mulas ; los artí
culos de guerra, víveres y los géneros que
pudiesen servir para vestuarios ; los útiles de
maestranza, de movilidad, etc., autorizándole
a usar de la fuerza para tomar o destruir
cuanto pudiese aprovechar a los realistas,
a quienes no se tardaría en ver adueñados
de la capital. El ejército recibió orden de po
nerse en pie de marcha con todo el parque y
sus dependencias, destacando guerrillas en
observación . Al vice almirante Guisse le man
dó instrucciones para que penetrase en la ba
hía del Callao a sacar o que incendiase los
buques allí fondeados . (Apéndice . Véase el
parte oficial) .
El Gral. Martinez, al recibir las órdenes
del Libertador se empeñó en obtener antes el
visto bueno del Presidente ; éste, incapaz de
resolverse por sí propio, consultó al Congre
so, quien suspendió las providencias del Li
bertador, nombrando una comisión para es
tudiar con él los medios de salvar la situa
ción. Bolívar violentado por la tardanza y
viendo los peligros mandó al Gral. Gamarra,
pero éste se detuvo también ante los temo
res del Presidente y del Congreso . El tercer
enviado fue el Gral . Necochea, que al fin prin
cipió a ejecutar con tino las acertadas aun
que extremas providencias.
Todo era en Lima trastorno y confusión ;
206 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

la disciplina del ejército que quedaba en la


Capital estaba dislocada ; las oficinas públi
cas abandonadas ; el vecindario escondido o
huyendo ; pero lo más triste, lo que quisiera
que no fuese verdad, es que el presidente
marqués de Torre Tagle, el conde, ministro
de guerra, el Gral. Portocarrero, y otros se
pasaron a los españoles, entregándose al Gral.
Monet y brigadier Rodil, mandados por el
Virrey a recibir las fortalezas que el Corl.
Casarriego y los traidores entregaban a Es
paña. (Véase en otros a Torrente, tomo 3º .
pags. 443 6 y 7. )
El ex-presidente Tagle nos ha dejado un
documento inmortalmente triste, pero reco
nozco en él siquiera la franca declaración de
sus errores ; fue también depuesto por el
Congreso , que entregó al Libertador el su
premo mando con todas las facultades de
Dictador ; este desengaño canceló la fidelidad
del ex-presidente , que dió a los pueblos la si
guiente proclama :
Peruanos : "Ya es tiempo de que
desterréis el error. El tirano Bolívar, y
sus indecentes satélites , han deseado en
corvar al Perú, y a este país opulento ,
bajo el dominio de Colombia ; pero se han
engañado . El Gobierno está en manos de
hombres perfectamente adecuados para re
sistir agresiones cobardes y destructoras y
nada habría podido alterar el plan que ha
bía formado para vuestra felicidad . Mis de
seos han sido veros unidos con los españo
les , como la única alternativa que podía evi
tar vuestra ruina ; mas mi conducta siempre
ha sido guiada por el honor, y sin otro objeto
que vuestro bien : Bolívar me ha invitado
secretamente a abrir negociaciones con los
españoles en el Perú a fin de ganar tiempo
para traer a él nuevas fuerzas , destruirlos y
envolver a los peruanos en sus cadenas . Yo
me aprovecho de esta oportunidad para pro
porcionaros una unión ventajosa con los es
pañoles y evitar vuestra ruina".
"Ninguna parte he tenido en las tran
sacciones de los castillos del Callao . Bolívar
había retirado sus tropas, que guarnecían las
fortalezas designando al mismo tiempo los
cuerpos que debían reemplazar sus guarnicio
ALFREDO GUINASSI MORÁN 207

nes . Eran éstas, tropas de Buenos Ayres y


nada tenía yo que hacer con ellas . Su objeto
fue destruir el ejército peruano y para vol
verlo odioso era menester hacer que parecie
ra como traidor. También era su objeto des
truir vuestras fortunas ; pero yo no habría
permitido haceros miserables. Deseaba él
abandonar la capital ; pero yo jamás hubiese
consentido en veros sumergidos en la amar
gura. El quería, en una palabra, asesinarme
a mí y a otros muchos más habitantes res
petables amigos vuestros, pero el Cielo nos
ha resguardado de su rabia cruel. La ver
dad de todo será manifestada al mundo por
medio de los documentos auténticos que po
seo".
" Peruanos ! Bolivar es el mayor mons
truo que jamás ha existido sobre la tierra :
es enemigo de todo hombre de bien ; y de
cuantos se oponen a sus miras ambiciosas .
El ejército nacional os ofrece una seguridad
permanente ; las primeras autoridades y las
personas más respetables del país por sus
virtudes y servicios, todas se han acogido a
aquel ejército para su protección y seguridad"
" Soldados del Perú ! Vosotros que ha
béis hecho tantos sacrificios por el amor a la
libertad venid ahora a gozar de la verdadera
y única, que se encuentra en los brazos de
vuestros hermanos : los de Bolívar sólo se
abren para sofocaros . Hombres de todas cla
ses que habitais el Perú, uníos y servid una
patria que Bolívar desea convertir en desier
to . Seguid el ejemplo de un ciudadano ho
nesto .
El Marqués de Torre Tagle.

Tal es el documento que pregona la trai


ción de Torre Tagle . Inútiles serían los co
mentarios, inútiles los reproches : cada día
de nuevas llagas surgia puz ...
En medio de este trastorno y de este pá
nico el Congreso se resolvió a dictar facul
tades extraordinarias, a suspender el impe
rio de las leyes, para entregar a Bolívar el
agónico cuerpo del Perú.
¡ Bolívar debía revivir al enfermo, y a
pesar de todos los contagios e infecciones,
él lo salvará ! ¡ Así entró Bolívar a la dicta
208 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

dura, cuando le amenazaban todas las mor


bosidades y todos los males ! (Véase Camba,
tomo 2º. págs . 124 y 5. )
El decreto de diez de Febrero del año
1824, invistiendo al Libertador con la dicta
dura, que incertaré en el Apéndice, ponía en
receso al Congreso, que por otra parte no po
día ya existir, pues el Gral. Monet, destacado
del cuartel general de Canterac, marchaba
sobre Lima, donde llegó el 29.
Se ha dicho que los diputados no estaban
en número legal para dictar medidas de tal
magnitud. ¿ Y qué hacer entonces ?, ¿ se deja
ba abandonado a su suerte y sin gobierno el
país ?, ¿ quién se hubiese hecho cargo con pe
ricia de este navío , cuando la tempestad arre
ciaba ?. Necios quisquillosos , necios cargos son
estos, sin duda nacidos de aquellos acostum
brados a pisotear leyes. ¿ Por qué, en fin, to
dos los diputados no estaban en su puesto,
como debían, en el momento del peligro, pa
ra defender su patria con sus sabios dictáme
nes . En la hora más árdua, en la hora extre
ma y difícil aceptó Bolívar la dictadura ; ¿ era
acaso la hora propicia a los deleites, a las
ambiciones, a las ansias embriagadoras del
mando y la ostentación ? No , era el momen
to de peligro , de lucha, cuando veinte y tan
tas mil bocas de fuego buscaban el pecho del
audaz caraqueño , que desafiaba en medio de
las ruinas su orgulloso poder.
"¡Cómo puede olvidarse el estado en que
estuvo el Perú a principios de 1824, (escri
be Vidaurre, enemigo furibundo de Bolívar) .
¡ El Perú ! no había Perú . El cobarde español
pudo haber concluido con sus miserables res
tos cuando contaba con un ejército de 23.000
hombres. No hay duda : Bolívar mereció el
título de Libertador !".
"Quizás nada de cuanto hizo Bolívar en
el Perú, dió más títulos a su gloria que su
conducta en los críticos momentos que si
guieron a la sublevación del Callao ; por su
firmeza, actividad y oportunos ejemplares
cortó el progreso a las defecciones, y obtuvo
el respeto y entera confianza de todo buen
patriota. A su nombre acompañaba un cier
to encanto , y era considerado como el único
hombre capaz de salvar la república : a la
ALFREDO GUINASSI MORÁN 209

verdad no desmintió las esperanzas que ha


bían formado de él, pues en menos de un
año quedó asegurada definitivamente la in
dependencia de la América del Sur. (Gral .
Miller tomo 2º pag. 103. )
El 1º. de Marzo quedó el brigadier Ro
dil a cargo de los castillos . ¡ Quién le había
de decir que dentro de diez meses sólo él es
taría en pie defendiendo el pabellón de Es
paña !. El Gral. Monet se encargó del gobier
no de Lima mientras llenaba las comisiones
que le dictó el Gral. en Jefe, que expresamen
te le recomendaba el pronto regreso a la sie
rra, después de abastecer los castillos .
Los pasados del bando patriota, entre
los que se encontraban además de D. Carlos
Podemonte, presidente del Congreso, varios
diputados, 240 entre oficiales y jefes y el J.
de E. M., impusieron a los realistas de la si
tuación en que se encontraba la causa de la pa
tria, siendo generosos en traidores detalles,
exactos y desastrosos, que tentaron a los ene
migos con un pronto y decisivo ataque sobre
los restos de tropas que capitaneaba Bolívar ;
(Camba, tomo 2. pag. 128) pero la suerte
quiso salvar al Perú dejando al Libertador
un corto tiempo de tregua, con los sucesos
del alto Perú.
El Gral. Canterac insistió en sus órde
nes ; gustaba de ser obedecido, y no molestó
a los patriotas. Teniendo el Gral. Monet que
salir de la capital ofreció el gobierno de Li
ma al marqués de Torre Tagle, y como éste
no lo aceptase se hizo cargo del alto puesto el
conde de Villar de Fuentes . El 18 de Marzo
Monet, retirándose por la quebrada de San
Mateo, hizo ejecutar a dos inocentes prisio
neros patriotas para castigar la huida de otros
dos . (1)
El día antes, los comandantes Navajas
y Ezeta, con los lanceros peruanos y los de
la Guardia, insurreccionados apresaron al
coronel colombiano Carlos María Ortega y
al Comte. Felipe Silva y se pasaron al briga
dier Rodil que en nombre del Rey concedió

(1) El coronel Espinosa en su libro "La herencia espa


ñola de los americanos", publicado en Lima en 1854 , relata
detalladamente este episodio que ennoblece nuestra historia,
sirviéndose del relato de los oficiales sobrevivientes.
210 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

ascensos, medallas y dinero a estos pobres


tránsfugas de la causa nacional.
¿A qué iba Monet a Jauja debiendo él y
Canterac marchar al Norte ? Era la orden su
prema del destino o la menguada ley del ren
cor y la discordia que arrastraba a los jefes
españoles a reconcentrar sus fuerzas para lu
char, no con el enemigo, sino con el compa
ñero ; con aquel americano llamado Olañe
ta, que se atrevía a desconocer la autoridad
del Virrey y a encararse a los orgullosos pe
ninsulares creyéndolos, en su fanatismo, aun
poco realistas y poco cristianos .

Ocupado de los grandes acontecimientos,


vuelvo ahora a mi estudio biográfico .
He aquí como relata el Gral. Morán sus
servicios a la causa del Perú, durante la épo
ca entre su llegada al país y la memorable
campaña de Ayacucho . (Folleto publicado
en Arequipa en 1850) .
"Mi ingreso al Perú el 1º. de Mayo de 1823,
de Edecán del Gral. Sucre, y antes de un mes
de hallarme en Lima, de acuerdo con el pre
sidente Riva Aguero, fui encargado de un
parlamento al ejército español, proponiendo
suspensión de armas ; medida con la cual el
Gral. Sucre se proponía ganar tiempo, para
que los auxilios de Colombia, que se movían
en la vasta extensión de aquella república,
llegasen al Perú. A las inmediaciones de Tar
ma encontré los primeros cuerpos españoles
mandados por el Gral. Lóriga, quien notició
al Gral . Canterac los objetos de mi comisión.
El Gral. Canterac no convino en las propo
siciones, diciendo estar el ejército español
en los momentos de emprender su marcha
sobre Lima ; y que debía quedar yo detenido,
comisionando para que me condujese al va
lle de Jauja a su edecán el Corl. Nadal (de
actual residencia en el Cuzco ) quien me es
coltó hasta la ciudad de Jauja, y de allí por
el cuerpo del Corl . Villagra, fui llevado a
Huancayo99 en donde permanecí por más de
un mes.
“Ocupada la capital por el ejército espa
ALFREDO GUINASSI MORÁN 211

ñol, el Gral. en Jefe, mandó la orden para


que marchase a su cuartel, lo que verifiqué
atravesando todo el territorio desde las inme
diaciones de Huancayo a Lima por medio de
partidas que con sus guerrillas lo ocupaban .
El ejército español, se hallaba acantonado al
frente del Callao en donde me presenté al
Gral. Canterac, quien me dijo que tendría que
permanecer todavía con ellos, porque cuan
do llegué a Tarma los encontré en movi
miento avanzado, y estaban para retirarse,
Me mandó a Lima para que permaneciese
con el Gral. Rodil, y efectuada la retirada,
me llevaron hasta Lurín en donde me sepa
ré del ejército español, con una carta del Gral.
Canterac para el Gral. Sucre llena de civili
dad, en que se excusaba de mi detención. De
bo hacer justicia a los jefes españoles, que,
en cerca de dos meses que estuve entre ellos,
recibí demostraciones de aprecio, a que tuve
placer de corresponder, sirviéndoles en cuan
to pude, cuando fueron nuestros prisione
ros".

La misión que el Teniente Corl. Morán


desempeñó ante el Gral. en Jefe Canterac,
de acuerdo y orden del presidente Riva Ague
ro, a raíz , casi , de la partida del ejército de
Santa Cruz, solicitando una suspensión de
hostilidades , viene a arrojar mayor luz so
bre esta situación histórica : hay que conven
cerse que el presidente Riva Aguero, a pesar
de cuanto decía y publicó sobre la expedición
de sus tropas al sur, no tenía la fe, la certe
za del éxito por él afirmada, ya en su manifies
to, ya en la obra de Pruvonena. Una suspen
sión de armas tenía forzosamente que para
lizar las operaciones del Gral. Santa Cruz, y
me choca a tal extremo tal conducta que en
cuentro contradicción, reveladora del desór
den, entre este armisticio y las intrucciones
dadas por el Presidente y por él, más tarde,
defendidas. En efecto , el éxito de la división
Santa Cruz estaba, en mi concepto , en la ce
leridad de los movimientos para sorprender
la amplia línea de operaciones de los contra
rios, o en caer sobre Olañeta y apoderarse
del Alto Perú : en cualquiera de los dos casos
era perjudicial el armisticio .
Quedando Santa Cruz sobre la costa del
212 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Perú, al sur, su situación hubiese sido crí


tica faltándole, como tendrían que faltarle
víveres para un ejército de seis mil hombres,
y forrajes para sus caballadas, en las áridas
costas.
Hay que notar, asímismo, el marcial re
conocimiento que hace Morán de las finezas
de sus enemigos ; él que había recibido de los
realistas las más crueles heridas de su alma,
en el primer favor obtenido responde su al
ma con nobleza . ¡ Ya no eran ní los tiempos
ni los hombres de Monteverde y Boves !
"Reunido al Gral. Sucre en el Callao, me
embarqué con él para la campaña de inter
medios, y en esta ciudad, (Arequipa) tomé
el mando del batallón "Vencedor". Los suce
sos de esta campaña no tienen más de nota
ble que la pérdida de nuestra reducida caba
llería, cuyos restos se salvaron, refugiándose
en Uchumayo al batallón "Vencedor", hasta
donde los persiguieron los españoles, que a la
vista del batallón retrocedieron . Emprendi
la retirada, teniendo la satisfacción de lle
gar al puerto de Quilca, sin la pérdida de un
soldado . Embarcados en Quilca seguí con
medio batallón de mi mando por los puertos
del norte, para desempeñar algunas comisio
nes como se verá en uno de los documentos
que se insertan". (Documentos que conser
vo originales . )

Uchumayo, Octubre 2 de 1822.

Sr. Comandante del batallón Vencedor :

El Exmo. Sr. General en Jefe, al separar


se para Moquegua, me advierte que el bata
llón de su mando con la caballería que que
da en Arequipa debe obrar bajo las inme
diatas órdenes del Sr. Gral. Pinto . Lo ad
• vierto a Ud. para su inteligencia.
Dios guarde a Ud.

Rudecindo Alvarado .

Arequipa, 3 de Octubre de 1823.

Queda en mi poder la apreciable comu


nicación de Ud . en que me participa la or
ALFREDO GUINASSI MORÁN 213

den que ha recibido del Sr. Gral. Alvarado


para poner el batallón de su mando situado
en Uchumayo a mis órdenes, las que comu
nicaré a Ud. oportunamente. Con este mo
tivo tengo la complacencia de ofrecer a Ud .
los sentimientos de mi más distinguido apre
cio . -F . A. Pinto.—Sr. Comandante de Ven
cedores D. Trinidad Morán .

Arequipa, 1 °. de Octubre de 1823 .

Mi querido Morán :

Voy a la madrugada para Moquegua ; pa


rece que hemos salvado tres mil hombres del
Ejército y voy a pensar que hago según el
estado en que estén . Me dicen que hay qui
nientos hombres de caballería salvados . Pi
da Ud. al Corl . Pardo Zela lo que necesite pa
ra Vencedor y tenga el batallón pronto para
la primera orden de marcha. En Tiabaya pue
de Ud. hacer comprar pan, si no lo mandan
de aquí, y papas, etc. Pida Ud. dinero para
comprarlo al Corl. Pardo Zela Lo que impor
ta es que el batallón esté bien asistido y esto
lo dejo al cuidado y responsabilidad de Ud .
En seis días estoy de vuelta y creo que en
tanto no habrán bajado los godos, sin embar
go ojo alerta. Salude a los compañeros y soy
suyo. Sucre.

A bordo del Balcarse en Quilca , a 19 de


Octubre de 1823.

Al Tte. Corl . Trinidad Morán :

Pasará Ud. al puerto de Ocoña con las


comisiones siguientes : 1 °. Entregará la adjun
ta orden al Sr. Corl . Pardo Zela, tomando re
cibo . 2. Tomará Ud. a bordo del Protector
sesenta hombres de caballería que trajo el
Corl. Videla de Chuquibamba los cuales están
en Ocoña o a bordo de la Dolores . También
tomará Ud . toda la recluta que esté allí veni
da de Chuquibamba y Majes que no corres
ponda a la 3a . compañía del número 3.-3º.
Recibirá Ud . del comandante Sobervi o del
Corl. Pardo Zela cuatro mil pesos del emprés
tito de Majes , los cuales le serán entregados
214 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

por cualesquiera de los dichos señores , a vis


ta de esta orden que será suficiente para el
efecto .--4° . El pliego adjunto para el Gral.
Miller lo dirigirá Ud . por el mejor conducto
a Carabelí, y el duplicado que también es ad
junto, lo remitirá por diferente vía, pero se
guro , a Carabelí o Chala. - 5º.—Adquirirá to
das las noticias del enemigo , que probable
mente estará con sus fuerzas en todo , situado
ayer en Camaná. De las noticias que tenga
dará aviso al Sr. Gral. Miller.-6°. Verifica
das todas sus comisiones con la mayor breve
dad posible, Ud. navegará al puerto de Pis
co, donde espará Ud. órdenes. Dios guarde
a Ud.-A. J. de. Sucre.
"El ejército de intermedios al mando del
Gral. Sucre se reunió en Pisco ; la división
chilena, al mando del Gral . Pinto se marchó
a su pais ; los cuerpos colombianos se embar
caron para el norte, tocando en el Callao, don
de desembarqué para verme con el Liberta
dor, que deseaba mucho le informase sobre
el ejército español, de lo que había notado
durante mi permanencia entre ellos ; escuchó
mi informe, que en parte estaba en oposición
con las opiniones del Gral. Sucre, que estaba
presente, y decía que yo me hallaba alucina
do por lo que hacía a la caballería españo
la, pues el Gral. Lóriga me la hizo pasear y
verla en formación en una revista general.
Sostuve siempre mi modo de pensar ; des
pués de la batalla de Junín , en Ĵauja, me di
jo el Libertador que había tenido razón, pues
la caballería española había cargado sobre
la nuestra, de un modo tan brillante, que ni
en parada lo hubiesen ejecutado mejor, y
agregó : "sólo el valor personal de nuestros
soldados ha podido darnos la victoria".
"La disidencia que se había entablado
entre el congreso reunido en Lima y el Presi
dente Riva Aguero, que estaba en Trujillo,
hizo que el congreso autorize al Libertador
para someterlo. Seguimos a desembarcar en
Pativilca, y de allí a Huaráz . El Libertador en
persona, con sólo los batallones Rifles y Ven
cedor y el Regimiento Húsares de Colombia,
marchó sobre las fuerzas del Presidente Ri
va Aguero, y cuando llegamos al pueblo de
Santiago de Chuco, encontramos la noticia de
ALFREDO GUINASSI MORÁN 215

la revolución hecha por el Corl. La Fuente ,


que puso término al escándalo de la guerra
civil, y todos los esfuerzos se reunieron con
tra el enemigo común" .

"Después de algún tiempo de acantona


miento en los pueblos de Huamachuco y Ca
jabamba, nos dirijimos a la ciudad de Tru
jillo y el Libertador tuvo a bien comisionarme
para que con cincuenta hombres escogidos del
batallón Rifles , fuese a la provincia de Piura
a desempeñar diversas comisiones, siendo una
de ellas la de someter una partida de caba
llería, que dependiendo de las tropas del ge
neral Riva Aguero , no tenía otra obediencia
que la voluntad del que la mandaba y los piu
ranos se quejaban de los excesos que cometía.
El jefe de esta tropa desbandada era el Te
niente Coronel D. Ramón Castilla : llevaba ór
denes para que se pusiera a las mías ; si lo ho
cía, lo remitiese preso con un par de grillos
al cuartel general ; si resistía, lo batiese y to
mado que fuese lo fusilase . Castilla hizo lo pri
mero y tomando yo todas las medidas de segu
ridad y prudencia, lo aparté de su tropa y lo
mandé preso, no con el rigor que se me pres
cribía, sino haciéndolo acompañar con el Te
niente Salgar (avecindado hoy en Sucre) exi
giéndole antes al Comandante Castilla su pa
labra de honor de que marcharía con él. Lle
gado Castilla a Trujillo lo pusieron en un
calabozo con un par de grillos y aun hubic
ra sido fusilado si el Gral. La Fuente que go
zaba del más alto influjo en el ánimo del Li
bertador no se hubiera interpuesto, hasta lo
grar que lo pusieran en libertad . Referir va
rios de los hechos del Sr. Castilla en esta épo
ca, que supe por informaciones de los vecinos
de Piura, se creería que es cargar la paleta
con coloridos desagradables para herir al que
cuando se ha visto protegido por el puesto
que ocupa en aptitud de dañarme no ha per
donado medio para ejecutarlo. (Téngase pre
sente que esto escribía el Gral. Morán cuando
el Gral. Castilla ocupaba la presidencia de
la República y observó con su antiguo favore
cedor y amigo una conducta desleal, como
veremos más adelante) . Los demás objetos de
mi comisión fueron llenados en muy poco
tiempo, debido en su mayor parte al patrio
216 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

tismo de los piuranos y a la esperanza que te


nían de que los sacrificios que hacían por la
patria no serían estériles en las manos del Li
bertador".
"El Corl. Torre Valdivia fue a relevarme,
y recibió órdenes de marchar con la fuerza e
incorporarla en su cuerpo ; que yo siguiera a
Huaráz a encargarme del mando del batallón
Vargas para hacer la campaña a la cabeza de
éste cuerpo , dejando el que tenía antes que
era Vencedor. Encargado de Vargas, marché
con él a acantonarme en la provincia de Caja
tambo, hasta el movimiento general del ejér
cito".
He aquí la activa parte de servicios que
tocó el Teniente Corl. D. Trinidad Morán du
rante la época de los gobiernos de los Maris
cales Riva Aguero y Torre Tagle y de las
campañas llamadas de intermedios.

**

Hemos visto ya cuales fueron los princi


pales obstáculos con los que tuvo que luchar
Bolívar y de qué modo , sobreponiéndose a
los acontecimientos adversos, consecuencia de
los pasados errores y debilidades, impone el
triunfo de su causa. Parece que se hubiera
querido rodear sus últimos pasos con toda
clase de pruebas y contrariedades para reve
larnos el temple de su espíritu, convencién
donos que no es sólo la suerte y la pujanza
del guerrero su única fuerza . En ciertas épo
cas, que marcan rumbo a la humanidad, se
ve que los grandes peligros y aun los desas
tres provocan el ardor y afirman el entusias
mo, es sobre ruinas que se levantan nuevos
edificios y sobre instituciones viejas, nuevas
sociedades con mejores leyes y mejores propó
sitos .
Los departamentos del norte fueron los
sostenedores del nuevo ejército ; ellos lo pro
veyeron de elementos, vívires y movilidad;
allí se instalaron factorías y se hacían montu
ras y vestuarios , se componían armas y re
puestos de todo género , allí se reclutaban
hombres y se les enseñaba a ser soldados su
periores a la fatiga y al desaliento y, en fin, de
ALFREDO GUINASSI MORAN 217

ese pedazo de tierra peruana surgió generosa


la cruzada libertadora.
Por otro lado era preciso moralizar, dis
ciplinar, uniendo a la tarea del soldado la del
filósofo, y sea concediendo licencias del ser
vicio, castigando a otros, atrayendo a los de
más con ese tino que caracterizó a Bolivar
para apreciar a los hombres, reunió a su de
rredor iefes y soldados dignos de la empresa
y movidos por un sólo ideal. Fue debido a es
ta unión que en el día de la prueba todos com
batieron con igual esfuerzo y todos compartie
ron idénticas penurias.
"El ejército independiente estuvo acam
pado los primeros meses de 1824 en diversos
pueblos distantes como en Trujillo, Cajatam
bo, Pativilca, Huaráz, Conchucos , Huamachu
co, etc. Sin duda esta necesidad de repartir
el ejército fue una necesidad de vida pero un
peligro en todo caso, pues si Canterac se hu
biese movido con sus tropas de Jauja obligan
do a los patriotas a una rápida concentración
les hubiese quitado los medios de subsisten
cia y de instrucción . Con la llegada de la se
gunda expedición de tropas de Colombia com
puesta del batallón "Zulia" con más de 1,000
plazas, de los escuadrones " Dragones de Ve
nezuela", venido del Istmo, y "Guías" saca
do de la guarnición de Pasto , cuerpos todos
que habían sobresalido en los últimos acon
tecimientos de la guerra del norte, estuvo el
Libertador en aptitud de abrir la campaña .
"Cuando se escriba la historia y se hable
de la última campaña que terminó la guerra
de la independencia con la batalla de Ayacu
cho, nada hay a mi modo de ver en que se
reconozca la alta capacidad del Gral. Sucre
que la reunión del ejército en el centro de
los Andes, a las inmediaciones de un enemi
go poderoso y engreido de sus triunfos , cuer
pos que se hallaban como a doscientas le
guas del punto dado y que se reunieron en
un mismo día y por diversas direcciones en
el término de dos horas, efectuándolo en la
llanura del Diezmo, donde cada cuerpo en
contró su alojamiento y sus provisiones"
Torrente dice : "inconcebible parece co
mo en tan poco tiempo hubieron logrado los
insurgentes poner en campaña una fuerza
218 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

tan numerosa y bajo un pie tan respetable de


arreglo y buena dirección ; abundaban las
provisiones de guerra y boca, el armamento ,
vestuario, medios de trasporte y cuantos ele
mentos guerreros se necesitan para abrir una
importante campaña ”.
Las guerrillas de Lauricocha al mando
del Gral. Miller sirvieron como de vanguar
dia a los independientes ; hostilizaban de mil
maneras a los enemigos e interceptaban sus
comunicaciones , de tal suerte que los rea
listas ignoraban cuanto hacía el ejército pa
triota, lo que favoreció muchísimo en el pa
so de la cordillera.
Llegó al fin el mes de Julio, y convencido
el Libertador de que era preciso comenzar
las operaciones dió a los diferentes cuerpos
las órdenes de marcha, por sus respectivos
itinerarios , para abrir la campaña sobre Can
terac, amodorrado e inmóvil en el valle de
Jauja.
Para esto era preciso pasar la cordille
ra de los Andes por sus más fragosas y escar
padas cumbres, a miles de metros sobre el
mar, que parecen tocarse con las nubes . Ba
rrancos profundos, arenales, desfiladeros,
donde se siente el vértigo de la altura y por
la rarificación del aire las más terribles an
gustias que agitan el corazón y parecen re
ventar el cerebro . Son estas las fatigas del
soroche que laxan los músculos y agotan la
energía. Y estas fatigas las sufrió el ejérci
to no sólo con resignación sino con entusias
mo y con bravura.
Reunida ya la inmensa caravana prin
cipió a desfilar hacia la cumbre de la cordi
llera, andando lentamente por esos páramos,
trepando cada día cientos de pies como para
una lenta ascensión aérea, pero acampando
al raso, con un frío de polo y sobre una al
fombra de hielo . Horrible cambio para esos
hombres en su mayoría del trópico , de las
fértiles y caldeadas llanuras, que se hacían
heróicos en su fatiga. Los cuerpos desfila
ban silenciosos y lentamente por los estre
chos caminos bordeados ya de murallones in
mensos cortados a pico , que parecen amena
zantes al peregrino, ya de precipicios,
aquel desfile debió parecer una fantásti
ALFREDO GUINASSI MORÁN 219

ca procesión medioeval o un aquelarre so


ñado en una noche de fiebre.
Los soldados de cada cuerpo y de cada
división , uno a uno , debieron formar inter
minable hilera de peregrinos medio asfix
iados, jadeantes por la altura y la fatiga e
hinchados por el viento helado que azota las
serranias . Y así, tras los infantes la caballe
ría en mulas, conduciendo en la diestra ma
no el caballo de pelea, como a un niño mi
mado ; después la escasa artillería, las seis
mil cabezas de ganado ; el parque, los víve
res y los forrajes en 300 mulas de carga, de
biendo viajar más de cincuenta leguas sólo
de Huaráz a Pasco por los parajes desiertos .
Y toda esa mole que se movía silenciosa,
sufridamente, era acompasada como un re
loj y exacta como una operación matemática.
El dos de Agosto tenían cita en los campos
del Diezmo y Sacra Familia y todos acudian
como leales caballeros .
Reunidos ahí todos los soldados de Amé
rica española, de Venezuela a Argentina, to
dos hermanados en una sola causa y con el
mismo ideal, trazó América la primera pági
na de su más bella y querida historia . Sus
mejores hijos, los que la ofertaron su sangre,
oyeron a Bolivar que les decía estas hermo
sas frases :
"Soldados : vais a completar la obra
más grandiosa que el cielo ha encarga
do a los hombres, la de salvar un mundo en
tero de la esclavitud"
"Los enemigos que debeis destruír se jac
tan de catorce años de triunfos : ellos, pues,
serán dignos de medir sus armas con las vues
tras que han brillado en mi combates" .
"Soldados : el Perú y la América toda
aguardan de vosotros la paz hija de la victo
ria, y aun la Europa liberal os contempla con
encanto porque la libertad del nuevo mundo
es la esperanza del Universo. ¿ La burlaréis ?
No. Vosotros sois invencibles !"
Este ejército, con un total de cerca de
nueve mil combatientes, estaba compuesto por
tres divisiones de infantería a órdenes de los
generales La Mar, Lara y Córdova y una de
caballería a las órdenes de Necochea. El Gral.
Sucre era J. de E. M. G.
220 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Piénsese cuán fácil hubiera sido a los


realistas dar un golpe a sus contrarios mar
chando, como era forzoso hacerlo por la cor
dillera, pero Canterac poco diligente en
esta ocasión no los inquietó . Las noti
cias que luego fueron llegando al campo
realista cada vez más precisas y repeti
das, decidieron al Gral. Jefe Canterac a
salirles al encuentro con su ejército com
puesto de ocho batallones, divididos en
dos divisiones a órdenes de los mariscales
Maroto y Monet, con mil trescientos caballos
a las del brigadier Bedoya y 9 piezas de arti
llería. El 2 acamparon en Tarma Tambo y el
5 llegaron a Carhuamayo de donde se ade
lantó el Gral. en Jefe con sólo la caballería .
Los patriotas marcharon los días 2 al 5
de Agosto por la falda oriental de la cordi
llera por un terreno escabroso pero escalo
nado de poseciones estratégicas, precaución
muy lógica para el descenso, de modo que se
interponía entre ambos contendores la laguna
de Lauricocha. Estos primeros movimientos
pusieron a los realistas en peligro de ser cor
tados a retaguardia, siendo el pensamiento
del Libertador interponerse entre Canterac
y el valle de Jauja, cortándole su único ca
mino hacia el Virrey.
Miller ha criticado al Libertador dicien
do que el día de la batalla de Junín debió ser
el último de la opresión ; que ese día las tro
pas de Canterac pudieron, sin los peligros y
las sozobras de la campaña posterior, haber
quedado destruídas. Más este pensamiento
que Miller presenta como suyo no sólo fue
concebido en el ejército patriota sino que aun
movió a las tropas libertadoras los días an
tes de Junín , pero la reconocida celeridad de
los realistas acostumbrados a las marchas y
al clima, las ventajas del terreno que ellos
transitaban en su contramarcha, ya el te
mor de verse envueltos en los planes enemi
gos o la misma aptitud de ese ejército descan
sado y bien provisto lo hiecieron llegar al
punto preciso con una hora y media de anti
cipación, siendo imposible una acción gene
ral si los españoles no querían detenerse .
Junín mismo no fue otra cosa que una
tentativa de los patriotas para atraer a la
ALFREDO GUINASSI MORÁN 221

lucha a sus contrarios u hostilizarlos en su


retirada. Canterac aceptó el reto porque le
urgía proteger su retirada, por la confianza
que él tuvo siempre en su arma favorita, la
caballería, y desde luego la parte más bri
llante del ejército español, que le hizo creer
en un fácil triunfo .
He dicho ya que el 5 de Agosto llegó el
ejército realista a Carhuamayo de donde se
adelantó el mariscal Canterac con la caba
llería dejando el grueso de sus tropas al man
do de Maroto en dicho punto . En la tarde
del mismo día tuvo la desagradable certeza
de que los patriotas marchaban por su flan
co y pudiéndolo cortar en su base de opera
ciones se dirigían a Jauja. Canterac y su ca
ballería volvieron bridas a todo galope sobre
su infantería, y esa misma noche todo el ejér
cito del norte desandaba lo andado con la ce
leridad y el temor de sufrir un fracaso .
El día 6 por la tarde pasaban los realis
tas por los llanos de Reyes y los patriotas por
los estériles y altos peñascos entre la cordi
llera y el lago del mismo nombre. Debió ser
más o menos las cuatro de la tarde cuando
los de la altura, desde un punto que se abría
el horizonte, descubrieron las nubes de polvo
y luego las columnas enemigas a su vanguar
dia y como dos leguas adelante, y todos gri
taron : "los godos".
Alcanzarlos era ya imposible. Bolívar
mandó hacer alto a su infantería , lista al com
bate, y dispuso que inmediatamente la caba
llería cambiase sus mulas de camino por sus
caballos de pelea y descendiese al llano pa
ra perseguir a los contrarios.
Al verlos Canterac, lleno de gozo , retro
cedió rápidamente con sus mil trescientos ca
ballos, mientras la infantería seguía adelan
te. Su maniobra fue rápida y hábilmente dis
puesta para caer sobre el frente y los costa
dos de los independientes que recién baja
ban a la llanura. Bolívar se aprestó a la
batalla. Mandó que los dos regimientos de Co
lombia y el escuadrón de granaderos de los
Andes formasen la línea, en tanto que el res
to de la caballería descendía, destinando al
regimiento Húsares de la Legión a atacar
en columna el flanco derecho de los realistas .
222 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

El campo de batalla deberá explicarnos


el desarrollo de la acción, pues en Junín la
topografía del terreno y el valor e iniciati
va de los oficiales influyeron grandemente
en el resultado . Ese campo , limitado por la
laguna de Lauricocha o Reyes y los cerros,
dejaba un estrecho paso por el cual forzo
samente debía desfilar la caballería patriota
antes de poder desplegarse .
Los dos regimientos de Colombia forma
dos y a pie firme, esperaban, con sus largas
lanzas enristradas, el ataque de los cuatro re
gimientos realistas que, suspensos, casi dete
nidos un instante por la novedad de esa valla
de aceradas puntas dirigidas a la altura de
los pechos, que parecían anciosas de los que
quisiesen prenderse en ellas. Pero, bien pron
to, repuestos de la sorpresa, se hizo la pelea
terrible ; los sables reemplazaron а las
alabardas de los llaneros, y chocando con fu
ria formaban una algazara de chillidos dis
cordantes . El sol oblicuo en el horizonte
arrancaba fugaces rayos de los aceros que se
gaban vidas humanas como una tempestad
sobre un rebaño . El doble número y en em
puje de los contrarios abrumaron a los pa
triotas que fueron perdiendo terreno, habien
do, no obstante, sobrepasado parte de los lan
ceros, por no haber podido el ataque enemigo
obligarlos a cejar, hasta que detenidos por
los pantanos que tenían a su retaguardia y
auxiliados por los cuerpos formados en co
lumna, que salían de la angostura o terreno
a
practicable entre el pantano y los cerros,
la vez que el regimiento de Húsares de la Le
gión, mandado por el Tte. Corl. Suarez y con
ducido por el Gral. Miller, que estaba desti
nado a flanquear la derecha realista y que
había logrado salir de la encañada hacía tan
oportuna y brillante carga que permitió re
formarse a los cuerpos rechazados, volvien
do todos con energía y decisión, hasta poner
en completa derrota a los realistas .
El Gral. Necochea, que herido al comien
zo de la acción, permaneció no obstante has
ta recibir siete heridas, era conducido prisio
nero y fue rescatado por una partida de gra
naderos de Colombia. El mayor Brown, al
servicio de Colombia, tuvo actuación sobre
ALFREDO GUINASSI MORÁN 223

saliente y el capitán Camacaro, con una sec


ción de su cuerpo, cuando la primera carga
arrolladora de los godos, rompió, sobrepasó
las líneas enemigas, atacando de vuelta por
las espaldas.
Trescientos cuarenta muertos y 80 prisio
neros quedaron en el campo, entre los pri
meros 19 oficiales .
Fue la batalla de Junín un combate si
lencioso, un duelo antiguo al arma blanca .
Los dos mil hombres que se disputaron con
ahinco el triunfo durante algo más de media
hora, debieron parecer centauros alocados y
furiosos que se mataban con los destellos de
sus sables, a la hora del crepúsculo , en una
meseta a unos doce mil pies de altura.
Esa caballería fue notable. En Venezuela
se formaban los cuerpos de caballería entre
los llaneros nómadas que vivían como los gau
chos argentinos siempre a caballo en los ex
tensos anos cubiertos de pasto, manejando
la lanza con destreza y habituados a los asal
tos y las luchas. En el Perú , al norte, en las
grandes haciendas la gente de color son ji
netes de nuestros ágiles y briosos caballos ,
y por esto Mr. Lafond escribió : " la caballería
peruana era la mejor del mundo ; verdade
ros centauros los gauchos , los llaneros y los
guasos, podían con ventaja habérselas con
99
cualquier enemigo .
Sobre el campo mismo el Libertador elo
gió la conducta de la caballería, dando al Re
gimiento de la Legión el nombre de Húsa
res de Junín . Justo era recordar a los Lance
ros de Colombia, que, como veremos en el
parte de Canterac, esperaron a pie firme el
ataque ; justo era y por eso Bolívar lós citó,
no significando gran cosa para mí la sola opi
nión del Gral . Miller en cartas o libros, cuan
do el Libertador fue apasionado de las aje
nas glorias como lo reconocen O'Leary y
O'Connor en sus memorias. Necochea, Čar
bajal, Miller, Silva, Camacaro, Brown y Bruíx
se distinguieron sobresalientemente en la ac
ción, y murieron Sovversby, Lizárraga, Ur
bina y Cortés y tantos otros.
En el boletín No. 2 del ejército unido se pu
blicó el parte de la batalla de Junín , que copiaré
en seguida. En la misma hoja se insertó el parte
224 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

que el Sr. Gral. Canterac pasó al brigadier Rodil ;


este documento dice :
"Los enemigos tenían dos escuadrones for
mados en batalla y los demás , hasta el nú
de ocho, en columna por mitades entre
un cerro y un pantano que impedía a estos
poder desplegar. Cargué de frente con los escua
drones de Húsares y Dragones del Perú .....
Los escuadrones enemigos que estaban en colum
na al ver la carga volvieron grupas y se desorde
naron completamente ; los que estaban en batalla
fueron atacados de frente y flanco, por haber es
tos aguardado la carga a pie firme, y estaban ya
en desorden cuando volvió grupas nuestra caba
llería y se dió a una fuga vergonzosa" .
Este es el parte de los patriotas :
"El ejército libertador reunido en las cer
canías del mineral de Pasco emprendió sus ope
raciones el dos corriente a tiempo que el enemi
go, erguido por sus anteriores sucesos, dejó en los
primeros días de este mes sus acantonamientos de
Jauja y Tarma para buscarnos. Mientras que el
ejército español marchaba por el camino de Re
yes el ejército unido se movía por la derecha del
río de Jauja, con el objeto de tomarlo por la espal
da. En la segunda jornada se recibieron los prime
ros partes de la marcha del enemigo y no obstante
se continuó la nuestra por la misma ruta que llevá
bamos, con la mira de interceptarnos en caso de
que contramarchase informado de nuestra direc
ción . S. E. el Libertador supo ayer en Conocau
cha que todas las fuerzas españolas compuestas
de ocho batallones, nueve escuadrones y nueve
piezas de campaña al mando del Gral. Canterac
se hallaban en Carhuamayo . S. E. dispuso ha
cer una marcha forzada y directa a Reyes donde
los enemigos debían tocar en su retirada, pen
sando celebrar hoy el aniversario de "Boyacá"
con la libertad del Perú, porque S. E. contaba
con dar una batalla, puesto que el enemigo la
procuraba. Por precipitado que fue nuestro mo
vimiento no pudimos lograr esta ventaja ni sa
tisfacer los deseos del ejército : los españoles ha
bían vuelto sobre sus pasos con una velocidad in
decible. Al llegar a la altura que domina estas
llanuras observó el Libertador que el ejército ene
migo seguía rápidamente para Tarma estando aun
nuestra infantería distante dos leguas del campo
de Junín . En consecuencia trató de retardarles
ALFREDO GUINASSI MORÁN 225

la marcha presentándoles algunos cuerpos de ca


ballería. Siete escuadrones mandados inmediata
mente por el intrépido Gral. Necochea, coman
dante Gral. de caballería, se adelantaron a las cin
co de la tarde al trote hasta la llanura donde es
taba el enemigo . El Gral . Canterac confiado en la
superioridad de su caballería, o bien obligado a
batirse por no ser desordenado en su retirada, for
mó tres cuerpos y por una brillante maniobra
cargó al galope la nuestra por el frente y por el
flanco izquierdo. Aunque inferiores en número
e impedidos por la naturaleza del terreno para
desplegar nuestra caballería resistió la carga con
el mayor denuedo . El choque de estos dos cuer
pos fue terrible porque ambos estaban satisfe
chos de su bizarría. Ambos empezaron a acuchi
llarse y por el momento ellos arrollaron algunos
de nuestros escuadrones , a tiempo que los grana
deros de Colombia que formaban la cabeza de la
columna y estaban en batalla, estimulados por el
heróico ejemplo de su comandante accidental ma
yor Felipe Brown rompieron la izquierda del ene
migo . Los húsares de Colombia al mando de su
Corl. Laurencio Silva y el primer regimiento del
Perú a las del Gral. Miller sostuvieron el centro
y la derecha. "
"El enemigo empezó a desordenarse y los
nuestros lo cargaron y lo acuchillaban por todas
partes . Sus escuadrones que poco antes contaban
ufanos con destruirnos dispersos por una inmen
sa llanura ofrecían la más completa idea del de
sorden" .

"La caballería española fue destrozada y per


seguida hasta las mismas filas de su infantería,
que durante el combate estuvo en inacción y des
pués se puso en completa fuga . La pérdida del
enemigo ha sido de dos jefes muertos , dies y sie
te oficiales y trescientos cuarenta y cinco hombres
de tropa, ochenta prisioneros, más de cuatrocien
tos caballos ensillados, la mayor parte de sus ar
mas, muchos dispersos y gran número de heridos.
La nuestra ha consistido en cuarentaicinco muer
tos y noventa y nueve heridos . Entre los prime
ros el capitán Urbina de granaderos de Colom
bia ; el teniente Cortez del primer escuadrón del
Perú y el sargento mayor Lizárraga edecán del
Sr. Gral . Miller ; de los segundos el Sr. Gral.
Necochea, el comandante Sowersby, el capitán
Vargas y alferez Rodríguez del regimiento del
226 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Perú el alferez Ferrer de granaderos de "Colom


bia" el teniente Allende de granaderos de los
"Andes" y el capitán Peraza, teniente Tapia y al
ferez Lanza de Húsares de "Colombia" .
"Toda la caballería enemiga ha quedado re
ducida a un tercio de su fuerza y su infantería
fugitiva ha sufrido mucha dispersión dejando en
el tránsito algún armamento y varios útiles" .
"Ayer debió ser completamente destruído el
ejército español , si una tan larga como penosa
jornada no hubiera privado a nuestra infantería
de llegar a tiempo para completar la más brillan
te victoria y si la noche, caminos difíciles y un te
rreno desconocido no impidieran haberlos perse
guido".
"Tal ha sido el primer suceso de la campaña :
algunos de nuestros escuadrones solamente han
destruído la orgullosa caballería española y toda
la moral de su ejército" .
"S. E. el Libertador testigo del valor he
róico de los bravos que se distinguieron en el
día de ayer, recomienda a la admiración de Amé
rica el Sr. Gral. Necochea que se arrojó a las fi
las enemigas con una impetuosidad heróica hasta
recibir siete heridas ; el Sr. Gral. Miller que con
el primer regimiento del Perú flanqueó al enemi
go con mucha habilidad y denuedo ; al Sr. Corl.
Carbajal que con su lanza dió muerte a muchos
enemigos ; al Sr. Corl . Silva que en medio de la
confusión del combate rehizo parte de su cuerpo
que estaba en desorden y rechazó los escuadro
nes que lo envolvían ; al Sr. Corl. Bruíx que con
el capitán Pringles , algunos oficiales y granade
ros de los Andes se mantuvo firme en medio de
los peligros ; al comandante del primer escuadrón
del regimiento de caballería de línea del Perú, Suá
rez que condujo su cuerpo con la destreza y re
solución que honrarán siempre a los hijos del
Perú : al comandante Sowersby del segundo es
cuadrón que gravemente enfermo se arrojó a las
lanzas enemigas hasta recibir una herida ; al co
mandante Blanco del tercer escuadrón ; al ma
yor Olavarría ; al bravo comandante Medina ede
cán de S. E. el Libertador y al capitán Allende
del primer escuadrón del mismo regimiento del
Perú; al capitán Camacaro de húzares de Colom
bia que con su compañía tomó la espalda de los
escuadrones enemigos y les cortó el vuelo de
su instantáneo triunfo ; a los capitanes Escobar y
ALFREDO GUINASSI MORÁN 227

Sandoval de granaderos y a los capitanes Jime


nes y Peraza de húzares de Colombia ; a los te
nientes Segovia y Tapia y alferez Lanza que con
el mayor Brown persiguieron a los escuadrones
enemigos hasta su infantería. Sería, en fin , nece
sario nombrar a todos nuestros bravos de caballe
ría si hubiésemos de mencionar a los que se dis
tinguieron en este combate memorable que ha
decidido ya de la suerte del Perú.- Cuartel ge
neral en Reyes a 7 de Agosto de 1824. El Gral .
Andrés Santa Cruz.
Tal fue la acción de Junin, de grandes
consecuencias no sólo para el Perú sino para
América española. Allí la orgullosa caballe
ría peninsular sufrió el inesperado y terrible
golpe que acabó para siempre con su presti
gio ; alli creyeron conseguir un nuevo triun
fo para su larga serie y por lo mismo la derro
ta les fue insufrible y amarga. La caballería
realista al refugiarse a sus infantes, llegan
do ante ellos en completo desorden, sin ar
mas, como sombras arrastradas por el te
rror, comunicaron el pánico a sus compañe
ros que sin reflexionar sa lanzaban a una hui
da desesperada, arrojando armas y municio
nes a lo largo del camino. La obscuridad im
pidió perseguir los contrarios, pero no a
estos continuar su acelerada marcha du
rante toda aquella noche, sin sentir si
quiera el cansancio de jornadas superiores
a las fuerzas humanas, y que sólo pueden ex
plicarse como una sobre-exitación nerviosa .
Solamente el diez y siete de Agosto se dieron
reposo aquellos hombres, después de vadea
do el Pampas y cortado el puente, pero lle
gaban extenuados fisica y moralmente, ren
didos cual puede imaginarse después de se
mejante esfuerzo y de tamañas impresiones.
Cuando las emociones del terror han hecho
presa en un cerebro se borran ya difícilmen
te, y cualesquier acontecimiento las provoca
de nuevo siendo incontenibles, inconscientes .
Quizás ninguna emoción es de contagio tan
rápido y de efectos tan desastrozos anulan
do toda otra facultad .
Todo lo perdieron los realistas en su fu
ga : armas, municiones, pertrechos ; dejaban
sus heridos y enfermos de Jauja ; abandona
ron su parque, las tiendas de campaña, hos
228 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

pitales, medicinas y víveres acopiados en sus


campamentos, y lo que era peor iban sem
brando su larga ruta de rezagados y rendi
dos que en su mayor parte servían para au
mentar las filas patriotas ; en fin, tuvieron
numerosa deserción principalmente de los
soldados del país. Lástima fue que el ejér
cito libertador no hubiese seguido más de
cerca y más a prisa sobre las huellas enemi
gas, que así se habría acrescentado la dis
persión y todas las dificultades, pero la ver
dad es que ningún ejército hubiese podido
picar la retaguardia de aquellos andarines
que parecían arrastrados por el huracán.
Esta retirada fue mal mayor que la ac
ción de Junín y con ella perdieron los realis
tas muchos más elementos y prestigio. Seme
jante huida era innecesaria, absurda, y parece
un castigo para quienes hicieron escarnio y
amarga chacota del ejército de Santa Cruz y
Gamarra el año 23 en la campaña que ellos
llamaban del talón. En aquella vez los inde
pendientes no tenían otro refugio que sus bu
ques a miles de leguas, la naturaleza los ago
bió como una terrible nevada y venían no só
lo perseguidos sino amenazados de ser en
vueltos, mientras ahora era el fantasma del
miedo que hacía huir.
De las posiciones de Chincheros conti
nuaron los realistas al otro lado del Apuri
mac donde, como he dicho, sentaron su cam
po apoyándose en la cordillera occidental.
Alli recibieron el refuerzo de mil quinientos
hombres que les envió el Virrey, al saber la
derrota de Junín. La división Canterac te
nía entonces cinco mil hombres de los nue
ve mil que sacó de Jauja y sè contrajo a con
seguir nuevos reclutas y disciplinar el ejér
cito , mientras el Virrey, que tenía estable
cido su cuartel general en Limatambo, to
maba medidas para reconcentrar sus fuer
zas y ponerse en la actitud respetable que
antes siempre gozó.
Los patriotas siguieron por la misma ru
ta, ocuparon Tarma el 9 y luego Jauja, re
cogiendo los despojos de sus contrarios, y
siguieron por Huancayo y Huanta a Huaman
ga, donde situaron su campamento en los
últimos días de Agosto, de cuyo punto se ade
ALFREDO GUINASSI MORÁN 229

lantaron sobre la margen derecha del Apu


rimac, quedando ambos contendores frente
a frente, y extendiendo sus guerrillas los pa
triotas a órdenes del Corl. Carreño , hasta
Abancay, hacían sus excursiones por la mar
gen izquierda del río divisorio, prestando los
servicios de avanzadas e inspección sobre los
contrarios . Situados los patriotas en Chall
huanca estaban al sur de los realistas , pega
dos a la cordillera , tenían expedito su pa
so a Ica, ocupando por consiguiente una gran
extensión de territorio que les ofrecía cómo
da subsistencia, y habiendo reducido a los
realistas al Cuzco, con su comunicación fran
ca por Puno al Alto Perú .
El Libertador estuvo a la cabeza del ejér
cito hasta Challhuanca, pero habiendo re
conocido las posiciones de ambos ejérci
tos e inspeccionado casi todo el curso del
Apurimac, pensó que las operaciones de la
guerra iban a sufrir una paralización a cau
sa de las próximas lluvias que aumentarian
considerablemente el caudal de los ríos ha
ciéndolos invadeables, y considerando que
ninguno de los dos ejércitos estaba en apti
tud de buscar al enemigo en sus posiciones,
para lo que hubiesen necesitado doble fuer
za, resolvió regresar a Lima, dejando en su
lugar al jóven Gral. Antonio José de Sucre,
que le merecía un especial afecto y de cu
yas aptitudes tuvo gran idea.
Para apoyar mi relato voy a copiar a tro
zos las comunicaciones oficiales del ejérci
to unido .
Cuartel general de Huanta a 27 de Agos
to de 1824.
"Desde el suceso del 6 en Junín los ene
migos han continuado su retirada sin parar
en ninguna parte. A esta fecha han perdido
seis provincias y más de la mitad de su fuer
za. A proporción que nuestros cuerpos avan
zados se acercan a los enemigos, van éstos
dejando cuanto no pueden seguirlos con la
precipitación que llevan ; hasta el día han
tomado muchas cargas de efectos militares .
El ejército libertador aumenta diariamente
con los desertores del enemigo . El Virrey
se ha unido al Gral. Canterac en Andahuay
lillas con sólo su guardia de alabarderos. El
Gral. Valdez se halla más allá de Potosí con
230 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

dos o tres mil hombres en observación del


Gral. Olañeta situado en Tupisa con cuatro
mil. Un cuerpo nuestro que se dirigió por
Huancavelica a Huamanga ha tomado a los
enemigos cuatrocientos setenta y dos fusiles
ingleses"..
"La libertad del Perú quedará fijada en
este año, porque el ejército libertador lo ase
gura irrevocablemente ... . . . . . etc.”
Cuartel general en Chuquibamba a 4 de
Octubre. "A la fecha somos dueños del Apu
rimac. S. E. el Libertador en persona ha re
corrido y paseado toda la costa de aquel río
y ha dejado ordenada la preparación de al
gunos puentes y balsas".
"Pero es notable, Sr. Ministro , y digno
de que se haga pública la conducta de nues
tros enemigos . Ál dejar el país que tiraniza
ban ; ellos han fusilado a todos sus soldados
cansados, a las mujeres que han podido to
mar en defecto de algunos otros y aún a los
mismos enfermos de los hospitales que no
han sido capaces de seguirlos . Hemos visto
más de doscientos muertos sobre el tránsito
de ellos, y los vecinos de este pueblo nos han
informado del asesinato de nueve hospitala
rios que había en él, y de otros cinco en Aban
cay” .
“De un día a otro esperaba el intendente
de Guayaquil, del Istmo , 4.000 hombres y 8.000
fusiles ingleses. La corbeta “Limeña” ha con
ducido de Panamá a Guayaquil el célebre es
cuadrón lanceros de Venezuela y dos mil fu
siles ingleses . Este cuerpo y armamento de
be arribar ya a estas costas en conformidad
a las órdenes comunicadas a dicho inten
dente".

Mientras estos acontecimientos se suce


dían, en el Alto Perú llegaron a las manos
los ejércitos de Olañeta y Valdez. Las accio
nes principales tuvieron lugar en Torabuqui
llo y Salo adversas para Valdez y Carrata
lá , y la de Lava entre los dos Valdez, en la
que obtuvo un triunfo D. Gerónimo , el último
de su brillante carrera. Todos estos sucesos
han sido ampliamente descritos por los his
toriadores Gral. García Camba y Torrente,
ALFREDO GUINASSI MORÁN 231

pareciéndome fuera de mi propósito entrar


en mayores detalles . Después de la porfia
da lucha en Lava, recibió el Gral. Valdez no
ticias del triunfo conseguido por Bolívar, de
la retirada desastrosa de Canterac y las ór
denes apremiantes del Virrey llamándolo en
su auxilio . Valdez reconcentró sus fuerzas y
con aquella actividad proverbial jamás des
mentida se puso en marcha, llegando al Cuz
co el 11 de Octubre .
El Libertador lanzó una proclama el 13
de Agosto en Huancayo, halagando la vani
dad y la ambición del disidente del Alto Pe
rú, para ver si lo conquistaba a la causa na
cional, como americano que era. Le ofrecía
una salida del atolladero en que se había me
tido, abriéndole las puertas de la patria al
escribir : "El Gral . Olañeta y sus ilustres com
སྐ་ pañeros son dignos de la gratitud americana
y yo los considero como eminentemente be
neméritos y acreedores a las mayores recom
pensas. Así, el Perú, y la América toda, de
ben reconocer en el general Olañeta a uno
de sus libertadores" . Bolívar escribió par
ticularmente a Olañeta sin lograr decidirlo
En contraste que choca, y que tiene pa
ra mí muchas enseñanzas, está la proclama
de Espartero contra Olañeta . Espartero , el fu
turo duque de la Victoria y regente de Isa
bel II, no fue mas que uno de los muchísi
mos "ayacuchos" que en tan altas posiciones
jugaron papel principal en la madre patria.
Al leer su proclama, respirando rencor, sus
palabras insultantes, el estilo ardoroso que
le arrastra a la procasidad, he recordado
siempre las proclamas de veinte años más
tarde, en las épocas de nuestras revueltas,
con iguales insultos, con idénticas pasiones
e instintos, con la misma odiosidad que ca
racterizó las luchas desde Pizarro hasta Ola
ñeta, y me he dicho : he aquí como revive en
tre nosotros la antigua sangre y los viejos há
bitos.
Cuánta semejanza a través de los años ,
cual retoños de una misma planta, en los
ocultos pliegues de la herencia, mezcla de
pasiones y fanatismo de los antiguos lu
chadores ibéricos con la molicie fatalista de
nuestros indios .
"Viva el Rey y la Nación . Peruanos ! El in
232 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

fame Olañeta infatuado con las decoraciones


que obtuvo, a las que nunca pudo conside
rarse digno, acaba de cometer la traición más
horrible. El no obedece a la suprema autori
dad del Perú : no pertenece, ni quiere perte
necer a la heróica nación española ; quiere
unirse con los insurgentes del Río de la Pla
ta y sumergir a los pueblos en el caos de ma
les en que aquellos se miran. La divina Pro
videncia, que visiblemente nos protege, ha
permitido que por la casualidad más rara
Îlegue a noticias del Exmo . Sr. Virrey las tra
mas inicuas de este hipócrita que para com
prometernos tiene la osadía de escudarse con
el nombre sacrosanto de nuestra religión . El
pretende haceros creer que le desprecian los
jefes beneméritos que tantas pruebas os han
dado de sus virtudes ; los supone enemigos
de nuestro adorado monarca el Sr. D. Fer
nando VII, y nadie como vosotros pueden
desmentir a este impostor inícuo . A vosotros
apelan estos varones ilustres que viven tran
quilos en la seguridad de que se les hará la
justicia que tanto merecen".
"El ladrón más descarado , el contraban
dista público , el más ratero estafador y, en
fin, el traidor Olañeta desaparecerá muy en
breve de entre nosotros, y os veréis libres de
los males que os prepara. El más virtuoso de
los virreyes, el inmortal La Serna, marcha a
la cabeza de nuestros bravos batallones y es
toy seguro, que, tan luego como se aviste, co
rrerán a implorar su perdón los alucinados
con las promesas del más infame de los hom
bres que sirven hoy de instrumento a sus
crímenes. El traidor huirá cargado de con
fusión y oprobio y sus inmundas plantas no
volverán a manchar este suelo".
" Peruanos ! Ya restan muy pocos dias
para que sepáis hasta que punto se extienden
las maquinaciones de un traidor hipócrita. El
Exmo. Sr. Virrey os manifestará con la fran
queza y verdad que le son características la
trama horrenda que disponía aquel pérfido.
Quien os habla es impulsado del amor que
profesa a los habitantes del Perú, y la deci
sión con que ha defendido los derechos de
la nación española, los del Rey y los de la
Religión. Potosí, etc. -- El brigadier Bal
domero Espartero .
ALFREDO GUINASSI MORAN 233

Ya que conocemos el suceso de Olañeta ,


volvamos la vista al Libertador y a su obra .

El éxito de una batalla es muchas veces


juego de la fortuna, pero al encadenamien
to de los sucesos los rige una ley fatal como
la de un cuerpo que rueda por un plano . Es
más fácil ganar una batalla que administrar
un pueblo, que preparar los elementos que
dan los triunfos, en fin, que ponerse en apti
tud de dominar y de vencer. He aquí lo que
a Bolivar preocupaba al frente de los enemi
gos : lo preocupaba el día de mañana segui
do a un desastre cualquiera en la campaña.
¿ Quién hubiese sido capaz de levantar un
nuevo ejército , si éste era vencido, y proveer
lo de armas y viveres, de espiritu guerrero
superior a la derrota ; de dirección hábil y
enérgica que acallase el descontento y detu
viese el temor? Para semejante obra sólo te
nía América un hombre : era Bolívar ; sólo él
que habia encadenado la anarquía en Colom
bia y el Perú ; sólo él que supo levantar por
tres o más veces, de la nada, la empresa li
bertadora ; sólo él que superó todos los obs
táculos, las derrotas, hasta los cataclismos de
la naturaleza que desmoralizaron a los pri
meros soldados en el año doce ; solo él, en fin ,
podía pedir al norte nuevos soldados y ha
blar a los pueblos, no quiero que sea con su
renombre ni con la realidad de sus hechos ,
sino con la fe de su apostolado .
Y sea conscientemente o sea arrastrado
de la intuición del genio para emplear sus
esfuerzos, dejó a Sucre la dirección de la
pelea y él se retiró como la única reserva de
la patria para ser de nuevo la valla del de
sastre, trocando lo brillante por lo humilde.
Estaban con él los hombres 1 que mejor
hubiesen podido ayudarle en la empresa, en
tre otros : O'Higgins y Santa Cruz. El uno po
día infiuir en Chile, el otro en ciertos cír
culos peruanos y en el Alto Perú de donde
era oriundo .
Bolívar llegó a Jauja y el 28 de Octubre
formó nuevamente su ministerio, compuesto
del Dr. Sanchez Carrión para el despacho
de
234 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Heres para guerra, interinamente, y el Dr. D.


Hipólito Unanue para hacienda.
Antes de llegar a Lima se encontró con
el primer fracaso, cual si su espíritu lo hu
biese adivinado : Urdaneta a quien dejó en
cargado el sitio del Callao fue derrotado por
el brigadier Rodil en una de sus salidas de la
plaza. Reunió estas fuerzas, les buscó algu
nos refuerzos y de nuevo empezó el asedio
de las fortalezas. Al mismo tiempo gestiona
ba con la gran Colombia el envío de nuevas
tropas, dictándoles los medios para reunir
las y aviarlas, pedía nuevos reclutas en los
pueblos ocupados por sus armas y principió
a formarse el ejército de reserva . A sus ins
tancias dió el Congreso Colombiano el 6 de
Mayo de 1824 un decreto llamando a las ar
mas a cincuenta mil ciudadanos, parte de
ellos debían pasar al Perú, conforme al de
creto del mismo congreso en igual fecha, y
a cuyos dos mandatos puso el "cúmplase"
el vicepresidente Santander el 11 , (Documen
tos tomo cuarto ) pero estos decretos para
no ser letra muerta necesitaban que el mis
mo Libertador los sustentase con órdenes, sú
plicas y reclamos, como lo hizo reciéntemen
te cuando el restablecimiento del poder ab
soluto de España y las hostiles delaraciones
de la Santa Alianza contra la emancipación
de América.
A los pocos días de la separación de Bo
lívar se tuvo noticia en el ejército de la mar
cha de Valdez, que podía cambiar con su
arribo al campamento enemigo la faz de los
acontecimientos . Sucre, para proceder mejor
y consultando las instrucciones deiadas por
el Libertador, reunió un Consejo de Guerra
en el cual se discutieron las diversas opinio
nes, acordándose la retirada en caso que el
ejército enemigo los atacase ; pero antes de
proceder quiso el mismo Gral. Sucre hacer
un reconocimiento sobre el campo contrario.
Al efecto dispuso que una columna del ba
tallón del Perú N. 1 , del regimiento Húsares
de Junín y escuadrón granaderos de los An
des, se dirigiese a órdenes inmediatas del
Gral. Miller hasta Oropesa . Recorriendo esta
zona se informó de que los enemigos tenían
todo preparado para abrir la campaña, sin
esperar a que pasaran los meses de lluvias,
ALFREDO GUINASSI MORAN 235

y que aguardaban solamente dar descanso a


los soldados de Valdez, habiendo reunido
fuerzas superiores a las que él podía oponer
les.
La retirada tenia por principal objeto
dar tiempo al Libertador para el envío de
los refuerzos que tuvo seguro recibir del nor
te, y que luego le faltaron, para no dar una
batalla en condiciones dudosas, ofreciendo
nuevos triunfos a los realistas con los que
prestigiarían y consolidarian su dominio en
el Perú .
Los peninsulares dispusieron su ejérci
to para la campaña en tres divisiones de in
fantería : la primera, llamada de vanguar
dia, a órdenes del mariscal Valdez y del bri
gadier Somocurcio, segundo jefe, compues
ta de los batallones del “Imperial", "Canta
bría", "Centro" y "Castro", la segunda del
mariscal Monet y brigadier Pardo con el 1 °.
de Burgos, Infante, Victoria, el 2°. del pri
mer regimiento y Guías ; y la tercera con el
mariscal Villalobos y brigadier Ramirez
compuesta de los batallones 1° y 2° de Gero
na, 2º del Imperial Fernandinos y 2° del pri
mer regimiento. La caballería al mando del
brigadier Ferraz se dividía en dos brigadas
a órdenes de los brigadieres García Camba
y Bedoya, con los dos regimientos de Fernan
do VII, Dragones de la Unión y Lima, los es
cuadrones de la Guardia, Alabarderos y San
Carlos . La columna de artillería la manda
ba el brigadier Cacho y se componía de diez
y seis piezas de campaña. El Virrey tenía el
supremo mando con el teniente general Can
terac de jefe de E. M. G. y por subjefe al
mariscal Carratalá . El brigadier Vigil reco
nocido primer ayudante del Virrey La Ser
na, y el de igual clase Atero comandante de
zapadores . Estos cuerpos, bajos de su efec
tivo reglamentario , sumaban más de diez mil
infantes y mil quinientos caballos y rompie
ron su marcha a fines de Octubre bajando el
Apurimac para vadearlo por Accha y to
mar el camino transversal sobre Huaman
ga, amenazando por el flanco derecho a los
patriotas, para subir en seguida desde Sa
quiera, Challhuanca a Rajay y Huamanga, de
modo que, plegándose a la cordillera les in
terceptaban, como lo hicieron, las comuni
236 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

caciones con Lima, quedando a la izquierda


y retaguardia de los enemigos .
Esta primera maniobra denunció los pla
nes del Virrey de no atacar de frente a los pa
triotas en las posiciones que hubiesen elegido
sino de interponerse para cortarles los recur
sos y refuerzos , de sorprenderlos por la espal
da, lo que no era fácil ahora que el ejército na
cional tomaba todas las precauciones dictadas
por el arte y la pericia. La vanguardia subió
inútilmente hasta Huamanga, donde tomaron
algunos prisioneros y elementos, para contra
marchar en seguida pues sus contrarios, sin
cansar a sus tropas, a esta fecha estaban en
Andahuaylas.
Los independientes reunidos en Lambra
na comenzaron su retirada el 7 de Noviem
bre sobre Andahuaylas . En los choques de las
descubiertas fue hecho prisionero el Corl. AI
tahus, y pocos días después tomaron los ene
migos parte del equipaje del Gral. Sucre y su
uniforme de parada lo dieron, haciendo
escarnio, al tambor mayor para que lo lu
ciera. Tanta altanería para con un hombre
superior en todo, en corazón y cabeza a los
La Serna y Canterac, la pagaron bien pronto .
Las retiradas son las más difíciles ma
niobras de la guerra y las que demuestran la
disciplina y pericia de los ejércitos que las
efectúan con orden . La que hizo el ejército
unido merece especial recuerdo en la histo
ria de la humanidad ; quizás ninguna más ar
dua, por los terrenos más difíciles y quebra
dos, en la cordillera inclemente y solitaria,
con ríos de fuertes corrientes, faltos de fo
rrajes y víveres y perseguidos por un enemi
go doble en número y expedito, que sabía
aprovecharse de las sinuosidades del cami
no en sus hondas quebradas y altas cumbres
que ofrecían sorpresas y riesgos a cada pa
so . Aquellos jóvenes generales y jefes de Ve
nezuela eran sin embargo viejos guerreros
llenos de experiencia, Sucre tenía 30 años,
Córdova 28, Morán 27 y todos llevaban cator
ce o más años de constante campaña y seña
lados triunfos sea contra las huestes de Bo
ves o contra los aguerridos peninsulares de
Salomón, Morillo y Canterac, vencedores de
las águilas imperiales. Aquel ejército de mu
chachos, jefes y soldados, demostraron su peri
ALFREDO GUINASSI MORÁN 237

cia, su constancia para sufrir y su pujanza


para vencer a jefes que, como La Serna y
Valdez , trajeron reputación europea figuran
do casi todos, más tarde y en primera línea,
en el viejo mundo. Bien ha hecho el ilustre
Gral. Mitre en ensalzar sus maniobras y ad
mirarse con encanto en su estudio y descrip
ción, pues si brillante y heróica fue la con
ducta del ejército el 9 de Diciembre fue há
bil y diestra , activa, enérgica y sufrida aque
lla retirada.
A este respecto escribió el Gral. Ml. Ig
nacio Vivanco refiriéndose a Sucre : "No es
su sabia operación para descabezar el Apu
rimac, tras del cual maniobraban catorce mil
españoles ; no su habilidad para reunir y con
centrar su ejército , cuando éstos pasando
aquel río se arrojaron rápidamente ; no su
destreza para restablecer su línea de comu
nicación y ponerse de nuevo en contacto con
su base de operaciones, cuando el enemigo
alentándose a pasar el Pampas cortó la una
y le separó de la otra ; no su sangre fría para
fustrar el impetuoso y bien combinado ata
que de Colpahuaico . En la retirada que hizo
desde la margen izquierda del Apurimac has
ta las inmediaciones de la ciudad de Hua
manga, ¿ cómo pudo ejecutar en buen orden
tantas y tan dilatadas marchas ? ¿ cómo logró
conservar sus fuerzas casi sin mengua ? ¿ có
mo supo mantener a presencia de un enemi
go poderoso y superior en número que le se
guía los alcances, la disciplina , la moralidad
y el ardor del soldado ? Esto es lo que el vul
go no aplaudirá jamás y lo que siempre cau
tivará la admiración de los hombres de la
profesión. Debiólo a la calma, tino y oportu
nidad con que aprovechaba de las localida
des y accidentes del terreno para acampar y
descampar, para emprender o suspender los
movimientos, para ofrecer o rehusar el com
bate, conteniendo siempre la prepotencia del
enemigo ; debiólo a la confianza que por estos
medios supo inspirar a sus tropas ; debiólo al
esmero y diligencia con que cuidaba de su
subsistencia y bienestar y al amor que de sus
resultas le profesaban ; finalmente a su ta
lento, a su firmeza, a su prudencia, a su be
. nignidad". ( Cartas en defensa de Sucre. Lima
1850. )
238 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Después de varios días de descanso en


Andahuaylillas el ejército unido ocupó las
posiciones de Uripa el 19 de Noviembre, de
cuyo lugar divisaron a las avanzadas enemi
gas, que traín el designio de tomar el mismo
punto, situadas sobre los altos de Bombón,
donde tuvieron un choque ambas fuerzas de
vanguardia, y rechazados los realistas, repa
saron el Pampas para situarse en Concep
ción, quedando así frente a frente ambos ejér
citos divididos por el río y la profunda que
brada, que forma el estrecho valle que le sir
ve de curso, en espectativa durante 3 días, sin
que se determinasen a salvar el obstáculo y
las formidables alturas que uno y otro ocu
paban.
En esta situación trazaron los realistas el
plan de atraer a Sucre aparentando una re
tirada sobre sus acantonamientos del Cuzco,
pero con el propósito de sorprenderlo durante
el paso del río Pampas o en el valle de Po
macochas, operación que debía ser larga y
peligrosa. En consecuencia levantaron su
campo a vista de sus contrarios, pero pasó
sólo la división del Gral. Valdez a la
derecha del río amenazando la izquierda del
ejército unido para forzarlo a ocupar la
banda opuesta . Durante la marcha sos
tuvieron choques con las guerrillas pa
triotas de los Corls . Carreño y Plasencia. Su
cre ocupó las alturas de Bombón e hizo va
dear el río, cuyas aguas llegaban al pecho de
sus soldados, que salvaron las dificultades del
terreno con prontitud y orden admirables,
antes que el Virrey hubiese llegado a su fren
te, de modo que su plan fracasó logrando el
Gral. Sucre abrir el camino de su retirada y
recuperar su comunicación con Lima.
Los patriotas continuaron su marcha y
el 2 de Diciembre ocupaban la hondonada de
Matará, donde está situado el pueblo del mis
mo nombre. Poco más tarde los españoles
ocuparon las alturas próximas al campamen
to enemigo . Allí frente a frente unos de otros,
los defensores del coloniaje y los fundadores
de las nuevas nacionalidades sudamericanas,
tomaron su escasa ración sin alterar la for
mación de sus cuerpos y con las armas al la
do, mientras el Gral. Sucre y su estado ma
yor reconocían el terreno y se acercaban al
ALFREDO GUINASSI MORÁN 239

pie de los collados para ver si eran accesibles,


pero encontrándolos inatacables volvió a su
campo, ordenó sacar el ejército fuera del pue
blo y formarse en batalla, mas los contra
rios en vez de aceptar el desafio retrocedie
ron, siempre por las cumbres, como tres cuar
tos de legua : La Serna esperaba su división
de vanguardia, que como tuviese que repa
sar el Pampas y hacer un camino de diez y
seis leguas para unirsele aun no estaba a la
vista y llegó rendida, desecha por la penosa
travesía, aquella noche . Tal vez si el Virrey
se proponía atacar a sus contrarios en el for
midable paso que forzosamente tenían que
hacer para salir de Matará.
Sucre llevaba el propósito de retirarse
hasta Jauja esperando recibir refuerzos u
órdenes, salvo si la ocasión se le presentaba
favorable a la pelea, y por lo tanto tenía que
seguir adelante su marcha, disponiéndolo to
do la tarde del dos para atravezar el desfila
dero de su frente.
Corpahuaico es un barranco tan extenso
como profundo, cubierto de breñas y piedras
que dificultan la marcha ; los cerros de sus
costados son los formidables que la natura
leza volcánica dió al Perú en sus elevadas y
ásperas serranías y parecen dos enormes mu
rallones amenazando desplomarse . A pesar
de la obscuridad, en las primeras horas del
tres, se puso en marcha el ejército patrióta
con dirección a Tambo- Cangallo , por divi
siones y con intervalo de una a otra para dar
lugar al lento y pesado desfile. El ejército
unido iba en tres divisiones, la de vanguar
dia a órdenes del Gral. Córdova, la peruana
del Gral. La Mar llevaba el centro, seguida
de toda la caballería a las del Gral. Miller, y
cerraba la retaguardia la división Lara.
Durante la mañana y el día habían lo
grado desfilar la 1a y 2a división del ejérci
to patriota, pero un poco antes de las 5 de la
tarde una división a órdenes del Gral. Val
dez, compuesta de los batallones Cantabria,
Castro, Burgos, Victoria e Infante y cuatro
cuerpos de caballería, consiguió adelantarse y
caer bruscamente sobre la retaguardia del
ejército unido, compuesta de los batallones
"Vencedor", "Vargas" y "Rifles", mientras que
el resto del ejército realista fue llegando al
240 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

obscurecer y los patriotas se detenían en las


cumbres a espectar aquella lucha porfiada de
dos bandos del cual uno tenía en su contra
las desventajas todas del número y del terre
no pero en cambio heroísmo. Atacados los
republicanos por el flanco izquierdo y reta
guardia se defendieron bizarramente contra
los cuerpos enemigos . "Rifles sufrió los pri
meros ataques, mientras alcanzaban a "Ven
cedor" y "Vargas" que sucesivamente entra
ban a la pelea, siendo diezmados por los fue
gos enemigos a quema ropa. Largo rato re
sistieron el formidable ataque pero abruma
dos comenzaban a dispersarse, cuando el co
mandante Morán de "Vargas" con heroismo
logró reunir su cuerpo, dándoles ejemplo es
caló con sus soldados los muros de su dere
cha y desplegándolos ordenó hacer nutrido
fuego sobre los españoles que comenzaron a
pagar la mortandad que antes hicieron sobre
sus contrarios, logrando salvar no sólo las
reliquias de los dos cuerpos compañeros sino
proteger con sus disparos la retirada de la
caballería que lo verificó por Chonta, al oes
te de Corpahuaico.
El comportamiento de Morán aquella tar
de le valió los aplausos y felicitaciones del
ejército que dió libertad al Perú y la paz a la
América española ; pero él sólo una vez hi
zo mérito de su acción , esperando la hidal
guía del país para reconocerla.
Veamos como se expresaba Morán veinte
y seis años más tarde cuando borrado del
escalafón peruano y sin goce alguno en el
ejército reclamaba su reivindicación : "El pri
mer encuentro serio que tuvimos fue el de
Matará en la quebrada de Corpahuaico, en
donde el batallón Rifles, cargado por cin
Co batallones enemigos, fue arrollado, y
cuando los españoles victoriosos seguían so
bre nosotros les hizo frente el batallón Var
gas, y no sólo tuve la satisfacción de conte
nerlos sino que después de dos horas de com
bate fuesen rechazados. Los que se han ha
llado en esta campaña son testigos de esta
obstinada y brillante resistencia, y pueden
decir si al siguiente día no fue saludado el
batallón "Vargas" como el salvador del ejér
cito".
No se si deba presentar otras pruebas
ALFREDO GUINASSI MORÁN 241

de este hecho una vez que la ha dado el ilus


tre D. Ricardo Palma en su tradición "Pan ,
queso y raspadura”, una sabrosa página que
relata las últimas jornadas de Ayacucho, pe
ro sin embargo voy a copiar del serio e ilus
trado periódico, "El Museo de Ambas Amé
ricas” editado en 1842 en Valparaiso, la efe
méride correspondiente al 3 de Diciembre de
1824 : "El español cae sobre la retaguardia
del ejército independiente, bate al batallón
Rifles, uno de los mejores cuerpos colombia
nos y prosigue sus ventajas hasta que le sa
le al frente el batallón Vargas a las órde
nes del teniente coronel Morán . Contiene és
te al enemigo, y después de un combate re
ñido de más de dos horas son rechazados los
españoles con alguna pérdida, y el batallón
"Vargas" y su bizarro jefe reciben los más
entusiastas aplausos y el justo homenaje de
admiración que les tributan sus compañeros
de armas por su brillante y feliz comporta
ción".
El Dr. Valentín Ledesma publicó en Li
ma 1853 un interesante y útil folleto relatan
do las campañas del ejército Perú-colombia
no y dice, después de describir la acción de
Corpahuaico : "Vargas comenzaba a disper
sarse cuando su denodado jefe logró resta
blecer el orden y salvando la quebrada for
mó en el otro lado, desde donde con vivo fue
go contuvo a los enemigos y protegió la re
tirada de la caballería que la verificó por
Chonta" .
Miller en sus Memorias se ha insinuado
como autor de este hecho, lo que no es ex
traño si se mira la índole y forma de su libro ,
que llegó a sublevar a un paisano suyo, mili
tar al servicio de la patria, que hizo en el
Cuzco una violenta publicación .
El comportamiento de Morán aquella
tarde salvó la patria ; destruída la tercera
división la inferioridad numérica imposibili
taba el triunfo , y seguir la retirada era casi
imposible.
"Vargas", fue aquel renombrado batallón
"Sin nombre" que ganando la reñida acción
del pantano de "Vargas ", mereció este nom
bre glorioso. En adelante cada año recibió
Morán una nota de felicitación del E. M. del
Libertador, recordando la efeméride notable
242 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

y reiterándole los aplausos que en ese día de


1824 le tributó el ejército unido.
Sucre dijo oficialmente que el encuentro
de Corpahuaico valió la libertad del Perú.
Efectivamente, la moral del ejército se enal
teció : un batallón , a pesar de la sorpresa ,
supo contener y batir a toda la división que
era la flor del ejército enemigo . Aquella lec
ción de heroismo y firme voluntad, llevó ven
cidos al campo de Ayacucho. Digan lo que
quieran los historiadores españoles no pudie
ron sentirse alentados : Junín y Corpahuaico
los hirieron de muerte.
Dice Palma : "El desastre habría sido pa
ra ellos más trascendental si el batallón Var
gas, mandado por el comandante Trinidad
Morán, no hubiese desplegado heróica biza
rría, dando con su resistencia tiempo para
que el ejército acabase de pasar el peligroso
desfiladero :
" Triste burla de la suerte ! Treinta años
después, el 3 de Diciembre de 1854, el gene
ral D. Trinidad Morán, era fusilado en la
plaza de Arequipa, en el mismo día aniver
sario de aquel en que salvó al ejército pa
triota, y con él acaso la independencia de
América. Y refiriéndose a Ayacucho dice : "Y
tan furiosa fue la arremetida sobre la divi
sión Villalobos, en la cual venía el Virrey, que
el batallón "Vargas" no sólo alcanzó a de
rrotar el centro enemigo, sino que tuvo tiem
po de acudir en auxilio de La Mar, cuyos
cuerpos empezaban a ceder terreno ante el
bien disciplinado coraje de los soldados de
Valdez".
Paz Soldán refiere también que Morán
sostuvo la retirada hasta el otro lado de la
quebrada y que el valor de su resistencia y
el orden y parsimonia de su retirada ense
ñó a los contrarios la prudencia que necesi
taban para atacarlos .
Para terminar las citas voy a copiar de
una publicación hecha en el Comercio de Li
ma del 15 de Diciembre de 1893 lo que
Morán se refiere : "La caballería pasó por
Chonta protegida por los fuegos de "Vargas".
pero el parque y los batallones Vencedor y
Vargas se encontraban aun de tránsito en el
desfiladero, a cuyos bordes, desplegado en ti
radores, con intrepidez extraordinaria " Ri
ALFREDO GUINASSI MORAN 243

fles" protegía la retirada . "Vargas" y "Ven


cedor" escalaron , diremos así, las paredes
de la quebrada sirviéndose de las bayonetas
que enclavaban en los naturales muros pa
ra servirse de ellas como estribos o puntos
de apoyo, que recíprocamente se iban ponien
do y retirando. El comandante Trinidad Mo
rán fue el héroe ilustre de esta jornada ; sin
él, la tercera división se habría perdido en
su mayor parte, como se perdió el parque en
lo absoluto . Jamás un ascenso se confirió con
tanta justicia como el que con gloria obtu
vo Morán a coronel, en el campo del honor".
"Empero, ¿ qué es de esos próceres su
blimes ? ¿ qué es de esos astros del arte de la
guerra? ¿ cuál la suerte de tan inclitos capi
tanes ?
Sucre ....fue asesinado en Berruecos .
La Mar. murió en el ostracismo en
Costa Rica.
Córdova ...fue ultimado en el santuario .
Morán ..... fue fusilado en Arequipa .
¡ Prerrogativa cruel de los redentores de
la humanidad, ser víctimas de la ingratitud
de los hombres !
Todos estos acontecimientos formaron
aquel espíritu indomable y heróico, superior
al desaliento y a la muerte, que hizo del ejér
cito unido un cuerpo invencible, cual si fue
se con una sola alma y una sola voluntad. Re
sueltos a sacrificarse o a vencer debían con
seguir una victoria, que ya moralmente ha
bian impuesto a sus contrarios .
La acción de Corpahuaico costó al ejér
cito libertador la pérdida de cerca de 300
hombres muertos y como doscientos entre
heridos y prisioneros, todo su parque, las mu
niciones, caja militar, equipajes, uno de los
dos cañones que tenían y la imprenta.

El 4 el ejército enemigo destacó al Gral .


Monet con cinco batallones y seis escuadro
nes a amagar por la izquierda, tomando co
mo siempre las alturas. Sucre levantó su cam
po y se situó en Tambo Cangallo , lugar apa
rente para dar la batalla que los españoles no
querían librar prefiriendo las maniobras y
choques parciales .
244 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Este día llegó al campamento el coman


dante Medina, edecán del Libertador , con la
orden de que se diese la batalla. Bolívar to
mó esta determinación extrema en vista de
las dificultades para auxiliar a Sucre, como
fue su propósito al retirarse a Lima, pues las
tropas que ofrecían el ejecutivo y las cáma
ras de Colombia no llegaban. Era pues aquel
un duelo desesperado, y así lo comprendió
el ejército .
En la noche del 4 al 5 ocupó el ejército 1
unido al pueblo de Huanchao, pasando la
profunda quebrada de Acroco, y dejando el
camino de Huamanga, acampó en Acos - Vin
chos, teniendo siempre a su frente a los ene
migos situados en Tambillo . El 6 la vanguar
dia de Valdez marchó sobre el pueblo de Qui
nua, pero ya los independientes se habían
adelantado y lo ocupaban con todas sus fuer
zas ; Valdez retrogradó, moviéndose enton
ces el Virrey sobre las formidables alturas
de Pacaicasa y al siguiente dia 7 desfilaron
por Huamanguilla a cuyo punto destacó Su
cre a La Mar con su división para hacer con
los realistas lo que ellos hicieron el tres con
los patriotas, pero llegó a tiempo que los con
trarios terminaban su desfile y que tenían es
tablecida la primera división para apoyar
los por lo que se retiraron después de un li
gero tiroteo. Finalmente los realistas ocupa
ron el enorme cerro del Condorcunca a tiro
de cañón del campo enemigo .
El pueblo de Quinua que acampó por
tres días a los independientes fue teatro de
varios acontecimientos en épocas antiguas ,
que omito detallar. Fue en Quinua donde se
dice, que el Gral. Córdova invitó a su tienda
a los generales del ejército y a algunos je
fes de cuerpo para en común pedir al Gral.
en jefe que diese la batalla pues el ejérci
to iba disminuyendo diariamente en los cho
ques parciales y a causa de las privaciones de
todo género en aquellas regiones inclemen
tes . Sucre tuvo conocimiento de esta junta
y seguido de sus edecanes se dirigió al alo
jamiento de Córdova y con su inalterable se
renidad se presentó delante de éste, turbu
lento e irracible, que estaba en compañía de
Lara, Plaza, Aparicio Leal y otros y le pre
guntó : es una junta de guerra la que aqui
ALFREDO GUINASSI MORÁN 245

se reune ? Si lo es, contestó, para averiguar


por qué V. S...... " Impongo a Ud. silencio
Sr. Gral." replicó Sucre con voz de mando
que retrata voluntad entera y no admite ré
plica ; "ninguna junta de guerra se puede reu
nir en este campamento que no sea presidida
o autorizada por mí, señores generales, seño
res jefes de batallón, id a poneros a la cabe
za de vuestros cuerpos respectivos". Todos
obedecieron .
El día ocho reunió Sucre al consejo de
guerra de generales y jefes para resolver si
se daba la batalla y en que sitio. Esta junta
no era más que un formulismo pues en el de
seo y en la conciencia de todos estaba que
el día de la pelea había llegado y que no
podía retardarse. Así se acordó y el ejército
se movió al este acampando al raso al pie
del Condorcunca y a la cabeza, diré, del pe
queño llano de Ayacucho, término de una
lucha de cuatro lustros y punto de parada de
aquellos hombres que venían de los extre
mos del continente a vencer a los opresores .
Sucre, su estado mayor y algunos jefes reco
rrieron el campo y lo inspeccionaron en to
" das direcciones, mientras compañías de am
bos bandos se tiroteaban en los flancos de
la elevada mole. Por la noche mandó el Gral.
Sucre una compañía a situarse como a un ter
cio de la altura del Condorcunca para que
tirotease a los contrarios temeroso de que
pudieran descender durante la noche sobre
los enemigos que tenían debajo de sus ca
ñones .
Ahora, qué refinamiento cruel y sabio al
mismo tiempo del destino , de reunir para el
combate en un campo exprofeso sin salida
a los orgullosos defensores de un régimen ti
ránico y a los paladines de las nuevas nacio
nalidades . Aquel pequeño llano a doce mil
pies de altura, de algo más de un kilómetro
cuadrado de superficie , limitado por cerros
y laderas que arrancan del Condorcunca y
por dos barrancos laterales , iba a convertirse
por tercera vez en campo de Marte.
La retirada de los patriotas hubiese sido
ahora más difícil con la sublevación de los
indios de Huanta y Magoy que apoderándose
de los desfiladeros y las cumbres se prepara
ban a hostilizar a los patriotas, quitándoles
246 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

del tránsito los víveres y ganados de los que


ya carecían . Los indios de Huancavelica , mo
vidos también y apoyados por los realistas,
se sublevaron ocupando las alturas próximas
a Quinua, de modo que el ejército unido
marchaba por un país enemigo y ocupado
por tribus que hubiesen perseguido a sus sol
dados. A su vez los realistas estaban , para el
caso de una derrota, en apurada situación
por la carencia absoluta de víveres y la este
nuación de sus tropas. Retroceder desde Aya
cucho hasta el Cuzco por aquellas desoladas
y montañosas regiones era imposible casi,
más si se atiende a que sus tropas, en su ma
yoría peruanas, vislumbraban el horror de su
pecado y se dispersaban en cada ocasión, ne
cesitando los realistas usar de rigor para con
tenerlas, medidas que al fin y al cabo los ha
cían odiosos.
La lucha era, lo repito , desesperada pa
ra ambos partidos. Unos y otros pelea
ban a miles de leguas de sus hogares, unos
y otros se habían aguerrido en las campa
ñas y estaban acostumbrados a mirar la muer
te cara a cara, si bien los patriotas tenían fe
en la nobleza de su misión, tenían el entu
siasmo de los ideales republicanos que dieron
pujanza a muchos ejércitos ; tenían la virtud
de su desprendimiento al luchar en suelo aje
no por amor a una causa adornada con todas
las cualidades, a través de su optimismo .
Las tropas plegadas a las banderas triun
fantes del Imperio, por el genio de Napo
león, eran menos unidas, menos hermana
das que estos soldados de América que ha
bían corrido los riesgos de la guerra en sus
victorias y desastres ; que tenían los mismos
sentimientos y propósitos ; que embriagados
por los sueños de la libertad y la justicia se
veían, a través de las edades, aclamados co
mo padres de la patria ; que sentían el amor
y heroismo de sus jefes y la despiadada cruel
dad de sus contrarios si los hubiesen vuelto a
aplastar en el coloniaje. Y así, como un hom
bre consciente de su deber y firme en su vo
luntad, pero con el ardor propio de la juven
tud y el calor del trópico, entraron a la pelea.
Nunca más la historia de América po
drá escribir iguales páginas, porque la liber
tad no se cambia por la tiranía . Aquella so
ALFREDO GUINASSI MORÁN 247

lidaridad fue fatalmente corta cual la luz del


bólido que apenas cruza la atmósfera y la
ilumina, para perderse en lo infinito del espa
cio .
Ayacucho significa la paz de América y
el sello a la emancipación de las diversas re
públicas ; ella levantó con la victoria un mo
numento eterno a todos los que antes ha
bían Tuchado, regando con sangre de todas las
naciones las tierras del Perú. Ayacucho es
la fiesta internacional de América latina ; el
gran día, si grande es la libertad ; el noble
día, si noble fue el concurso para alcanzarla .
Amaneció resplandeciendo el sol el 9 de
Diciembre tras una noche frígida, y ambos
contendores se prepararon a la lucha. El Gral.
Sucre dispuso su línea en ángulo, ocupando
la derecha la segunda división de Colombia
con los batallones "Bogotá " al mando de su
Corl. León Galnido ; "Voltigeros " del Tte. Corl.
Pedro Guas ; "Pichincha" con su Corl . José
Leal y "Caracas" del Tte. Corl. N. León, ba
jo las órdenes inmediatas del Gral. de briga
da José María Córdova. La izquierda la for
maba la división peruana al mando del ma
riscal José La Mar, ecuatoriano, con los ba
tallones "Legión" mandado por el Corl. José
María Plaza, argentino ; N°. 1°. a órdenes del
Tte. Corl. Pedro Bermúdez , peruano, No. 2°.
del Tte. Corl. N. Gonzales, chileno , y N°. 3°.
del de igual clase Miguel Benavides, espa
ñol. La caballería a las inmediatas órdenes
del Gral. de brigada Guillermo Miller, inglés
con los dos regimientos de "Granaderos de
Colombia", mandados por los Corls. Lucas
Carbajal y v Laurencio Silva, colombianos,
"Húsares de Junín" del Tte . Corl . Isidoro Sua
res, argentino, y de los comandantes Olava
ría y Blanco y del escuadrón "Granaderos
de los Andes" a órdenes del Corl. N. Bogado ,
argentino como sus tropas. La primera divi
sión colombiana, llamada de la Guardia, for
maba la reserva al mando del Gral. de bri
gado Jacinto Lara, compuesta de los batallo
nes "Rifles" del Corl. Arturo Sandes, inglés,
"Vargas" a órdenes del Tte . Corl. Trinidad
Morán, y "Vencedor" del Corl. Ignacio Lu
que, colombiano . La única pieza de artillería
estuvo al cuidado del Cmte. La Fuente.
Era J. de E. M. G. el Gral de brigada
248 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

Agustín Gamarra y segundo jefe el Tte. Corl .


O'Connor , irlandés al servicio de Colombia .
El efectivo de las tropas formadas para
la batalla era 4.500 colombianos, 1.200 perua
nos y 80 argentinos, en número redondo cin
co mil ochocientos hombres.
Los enemigos a su vez repartían sus tro
pas adelantando al Gral. Valdez con la livi
sión de vanguardia compuesta de cuatro ba
tallones, dos escuadrones y 6 piezas de arti
llería para que tomase a los patriotas su flan
co izquierdo ; el Gral. Monet con sus cinco
batallones ocuparía el centro , pasando por
el barranco de su frente, y la división Villa
lobos tendría la izquierda de su línea debien
do montar cinco cañones. La reserva se com
ponía de los batallones "Gerona" y "Fernan
do VII". La caballería tenía que descender a
pie del Condorcunca para penetrar al cam
po de pelea por la abertura entre las divisio
nes Monet y Villalobos, única entrada que
permitían los barrancos .
Como se ve la lucha tenía que ser de
frente, pues Sucre había llegado a situarse en
un terrono que cubría sus flancos y retaguar
dia, aunque no completa y seguramente, cam
po ad hoc para el número de las tropas y pa
ra las cargas de caballería. Formó su línea
desde las ocho de la mañana para espectar
la bajada de sus enemigos que tendrían que
formår en su presencia lo que es una desven
taja ; la caballería enemiga tendría que re
tardarse en la bajada y desfilar luego antes
de poderse desplegar lo que era otra dificul
tad, como lo fue para los patriotas en Junín .
Sucre en todo cumplió su ardua misión de
jefe y puso a sus tropas en condiciones de
vencer. Parte de esa mañana se empleó en
fuegos de artillería y de cazadores avanza
dos en las líneas , mientras tanto el Gral. en
jefe reunió a los comandantes de división pa
ra darles sus instrucciones, y dirigiéndose a
los cuerpos, cuando las tropas realistas con
ducidas por el Virrey y Canterac descendían
a la llanura, exclamó : "Soldados : ¡ De los
esfuerzos de hoy pende la suerte de la Améri
ca del Sur ! (y señalando las columnas espa
ñolas, ) ¡ otro día de gloria va a coronar vues
tra admirable constancia !"
Aquellos mal vestidos soldados aclama
ALFREDO GUINASSI MORÁN 249

ron con entusiasmo a su General, y en me


dio de las músicas y los vivas contemplaban
el rápido descenso de sus enemigos, vestidos
de parada, con sus armas relucientes al sol
y conducidos por jefes y oficiales ataviados
a la europea, caballeros en fogosos corceles.

Notable discrepancia existe en las des


cripciones de la batalla de Ayacucho, al punto
que algunos, como Miller, a quien sigue Paz
Soldán, colocan la división Villalobos al cen
tro de la línea . Guiándome yo por el parte
oficial del Gral. Sucre, que concuerda con el
Gral. Camba, que como militar y actor su
opinión es autorizada, comprendo que Val
dez con los cuatro batallones de su vanguar
dia, 4 piezas de artillería y dos escuadrones
de caballería tomó el ala derecha realista ;
el mariscal Monet con 5 batallones, había de
montar 7 piezas de artillería, esperando que
la derecha iniciase la acción . La caballería,
penetrando al campo entre las divisiones Mo
net y Villalobos , atacaría recibiendo órdenes .
La división Valdez llegó delante del ba
rranco y de unos galpones donde estaban si
tuados los cazadores peruanos, y desplegando
en guerrilla el batallón “ Centro " obligó a los
enemigos a replegarse detrás del barranco, si
guiéndose un fuego nutrido . Entre tanto el in
trépido español Črol . Rubén de Celis se ade
lantó con su cuerpo provocando a nuestra de
recha. Sucre dió en el acto la orden de car
garlo al Gral. Córdova. Este, gallardo y au
daz, bajándose del caballo que montaba, co
mo renunciando al derecho de salvarse, ex
clamó entusiasta : " división de frente ; armas
a discresión, paso de vencedores". Carga a
la bayoneta y a su empuje, el batallón fue
arrollado desecho, y Ĉelis rindió la vida .
Igual suerte corrió el batallón del "Imperial”,
y el resto de la infantería del ala izquierda .
Los dos batallones de Gerona, conducidos por
Canterac para reparar el desastre, y los es
cuadrones de la Unión, de la Guardia y San
Carlos que acababan de descender desfilaban
a la entrada de la llanura ; Córdova los es
pera a pie firme y a cien pasos de ellos rom
pe los fuegos mientros los granaderos y Hú
sares de Colombia al mando de Miller y Silva
los estrechan y rechazan tras porfiada pelea.
250 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y Biográficos

Viendo el victorioso avance de los pa


triotas, la división del centro conducida
por el mariscal Monet, comienza a pa
sar la quebrada de su frente. Vargas, de la
división Lara, recibe orden de marchar so
bre ellos y en rápida y arrogante carga lo
efectúa. El batallón Guías esparcido en gue
rrilla disparaba sus fuegos sobre los colom
bianos, pero éstos alcanzan a los batallones
enemigos conforme van saliendo de la que
brada y luchan a la bayoneta, en momentos
que el Corl. Silva cargando con sus húsares
por el flanco hacen retroceder a los contra
rios que envuelven en su desastre a los que
aún marchaban por el barranco, y toda la
gruesa división del centro se dispersa, domi
nada de terror ante las bayonetas colombia
nas, que a su vez pasan el barranco y los per
siguen haciendo terrible mortandad sobre
ellos . "Rifles " llega a ultimar el combate.
En la izquierda la batalla no seguia el
mismo rumbo de audaz avance al arma blan
ca, que está visto que no sabían resistir los
realistas . Alli Valdez, después de desalojar a
los cazadores, logró desorganizar el ala pe
ruana, pero lo que Córdova tenía de arro
gante lo tenía La Mar de imperturbable y se
reno, y reuniendo sus soldados los hizo recu
perar el terreno perdido, apoyado por el ba
tallón "Vencedor" . Siguió la pelea largo ra
to hasta que de nuevo el esforzado Valdez
hacía perder terreno a nuestra ala izquier
da. Viéndolo Sucre y considerando la derro
ta de las otras alas y del grueso de la caballe
ría realista, vió que era necesario terminar
con aquella resistencia y mandó oblicuar al
batallón "Vargas" apoyado por los Húsares
de Junín y Granaderos de los Andes. La de
recha realista pasaba ya el barranco y se in
terponía entre ésta y el centro con dos bata
llones en masa y dos escuadrones, Vargas rom
pe sus fuegos sobre Valdez y lo contiene, pero
estando ya casi juntos manda Morán usar la
bayoneta a sus soldados, cuando el resto de la
división en perfecto orden embiste de nue
vo, y arrojan a Valdez que repasa al barran
co en completa derrota . Al mismo tiempo los
Húsares y Granaderos por los flancos, recha
zan los cuerpos contrarios que para salvarse
se ponen en dispersión a pesar de los esfuer- .
ALFREDO GUINASSI MORÁN 251

zos de sus jefes, que aun hacen resistencia


con algunas tropas.
El Virrey y Canterac con un resto de ca
ballería y a la cabeza de Fernando VII pre
tenden contener a los fugitivos y proseguir el
combate, igualmente se empeñan Monet, aun
que herido, y los demás jefes, pero era
imposible en medio de aquel desorden
espantoso y todo cede delante de los
patriotas que ascienden el Condorcunca ha
ciendo prisioneros y rindiendo a los contra
rios ; el Virrey es herido y luego prisionero,
en momentos que el cabo Villaroel iba a ul
timarlo porque no quería entregarle su espa
da. El sargento de Húsares de Junín , Barao
na lo salvó gritándole : "no lo mate que es
el Virrey".
Fue en estos instantes que la derecha
realista se ponía en dispersión . "Rifles" con
el Gral . Lara tomó por el centro ; la divi
sión Córdova recibió orden de detenerse y
descansar, quedando las divisiones La Mar,
Lara y Miller para ultimar el combate. Estos
supieron aprovechar de los instantes, se apo
deraron de las alturas vecinas y habiendo
cortado la retirada, los realistas no tenían
más recurso que rendirse , con los tres mil
soldados que reunieron sobre la cumbre del
Condorcunca.
Canterac propuso a La Mar por medio
de su ayudante un armisticio que fue recha
zado , concediéndole una capitulación , de
acuerdo con Sucre, documento que se firmó
poco después sobre el mismo campo .
La Serna fue llevado a presencia de Su
cre. Aquel le saludó diciendo : "Gloria al ven
cedor" y éste le contestó "Honra al vencido",
negándose a recibir la espada que el espa
ñol le presentaba.
La batalla de Ayacucho costó a los rea
listas 1.400 heridos con 6 jefes y muchos ofi
ciales, 700 muertos, dos generales y tres je
fes, sus cañones, armas y municiones, tien
das y vestuario y como dos mil prisioneros .
Los patriotas tuvieron como trescientos se
tenta muertos y seiscientos nueve heridos, se
gún el parte oficial de la acción. La capitula
ción les entregó, a más del prisionero Vi
rrey La Serna, a los mariscales Canterac
Valdez, Carratalá, Monet y Villalobos ; a los
252 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

brigadieres Bedoya, Ferraz, Camba, Somo


curcio, Cacho, Atero, Landázuri, Vigil, Par
do y Tur, con 16 coroneles, 68 tenientes coro
neles, 484 mayores y oficiales.
Todos estos datos y detalles pueden ha
cernos juzgar del mérito y errores de aque
lla sangrienta acción, donde una cuarta par
te del efectivo quedó fuera de combate . Re
salta la intrepidez de las tropas y su valor sea
atacando o resistiendo en la izquierda ; luego
la pericia y tino del Gral. Sucre para haber
aprovechado sin pérdida de tiempo los lan
ces felices, reparando los adversos ; el em
pleo y combinación de las tropas apoyándose
mutuamente, de tal modo que con seis ba
tallones y dos regimientos hizo atacar la iz
quierda, centro y reserva de los realistas, ven
ciendo con ellos a dobles fuerzas y causándo
les mayores pérdidas ; las oportunas cargas
de la infantería y caballería, en fin , toda la
acción durante la batalla fue a la par diestra
y heróica, y el último golpe para los ven
cidos haberlos encerrado el destino en el cam
po de su desastre sin esperanza alguna de re
troceder ni huír.
En cambio los realistas quedaron muy
por lo bajo de su fama y de sus antiguas vic
torias. La dirección de la batalla y de las di
versas divisiones fue mal dirigida por los
orgullosos peninsulares , que tal vez no creye
ron tener al frente quien sabría aprovechar
se de sus errores . Valdez y Rubin de Celis
fueron los primeros en empeñarse del todo
en su ataque sin ver que las masas de su cen
tro no estaban formadas aún y que la caba
llería no había concluído de bajar ; la iz
quierda se adelanta imprudentemente , sola
y sin punto de apoyo, para ser destrozada ; no
se montaron las siete piezas de artillería, ni
toda la caballería disponible fue enviada a
oponerse a la enemiga, de modo que presen
tándose en igual número fue rechazada ; lue
go Monet, que tenía el grueso del ejército,
a vista de Canterac y del Virrey, comete la
falta de ir pasando el barranco por cuerpos
y presentándolos así al enemigo que los re
chazaba en detal, cuando con todas sus fuer
zas pudo formar a uno u otro lado del ba
rranco una muralla impenetrable ; por último
la reserva es conducida demasiado tarde,
ALFREDO GUINASSI MORAN 253

cuando ya no podía reparar los desastres y


había sido contagiada de desaliento con ver
fracasar a todos los demás cuerpos. ¿ Y sobre
quiénes recaen estas culpas ? Por cierto que so
bre los jefes. Sin embargo los peninsulares han
acusado de la derrota a los soldados . Los des
mienten los dos mil hombres puestos fuera
de combate que demuestran de que manera
se peleo aquel día.
Pasado poco tiempo , las pasiones politi
cas, la ingratitud o la envidia han querido
cambiar el aspecto y la verdad de las cosas,
borrando de la historia nombres inmortales ,
trocando los acontecimientos o atribuyendo
los falsamente a quienes no los ejecutaron,
pero es ya tiempo de que la verdad flote so
bre la pasión y la mentira. En diversos li
bros y muchos papeles públicos, para obscu
recer la memoria de Sucre, han inventado fá
bulas diciendo que La Mar hizo todo , que La
Mar obligó a dar la batalla, que La Mar di
rigia las marchas, que La Mar escogió el ala
derecha, cual si fuese adivino , para "enten
derse con el loco Valdez", podria contestarles
imitando a Napoleón : Sucre es como el Sol,
desgraciado quien no lo vea.
Algunos años más tarde el Dr. Vidau
rre pronunciando un discurso a La Mar, que
era presidente del Perú, lo llamó el vence
dor de Ayacucho . Al terminar la arenga adu
ladora dijo La Mar : "yo no soy el vencedor
de Ayacucho, este titulo corresponde úni
camente al Gral. Sucre a cuyas ordenes me
honra haber servido ".
A Canterac, que al fin no era español ,
le atribuyeron también en la peninsula, que
se había vendido ¿ qué extraño es que asi pa
gasen los españoles a Canterac cuando cul
pan a las tropas americanas que les dieron
fama y victorias y que se inmolaron en Aya
cucho ?
De igual modo se dijo que Suarez fue el
vencedor de Junín y su cuerpo el único que
se batió con bravura, pero estos dichos deño
tan emulación , pequeñez, y mucho más que
no quiero calificar. Así también dice Torren
te que Bolivar se fugó del campo de Junín ....
Sobre el campo de Ayacucho fueron as
cendidos por su bizarro comportamiento a
generales de división los de brigada Córdo
254 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

va y Lara. Al grado inmediato el Corl. gra


duado José Leal ; el Tte. Corl. Trinidad Mo
rán, el Tte. Corl. graduado Pedro Guas, y el
de igual clase Jorge Brown.

El edecán del Gral. Sucre, capítán Alar


cón, condujo la capítulación y una nota para
S. E. el Libertador, quien al dar a conocer
en Lima el triunfo de Ayacucho lanzó una
proclama, quizás el documento más franco
y más duro de su pluma que escribía con fue
go. Estas declaraciones le valieron el odio de
algunos y la antipatía de muchos, pero el qui
so dar al mismo tiempo del aplauso la cen
sura. Su proclama es la siguiente :
Peruanos : "El ejército libertador a las
órdenes del intrépido y experto Gral. Sucre
ha terminado la guerra del Perú y aun del
Continente Americano, por la más gloriosa
victoria de cuantas han obtenido las armas
del nuevo mundo . Así el ejército ha llenado la
promesa que a su nombre os hize, de com
pletar en este año la libertad del Perú.
Peruanos : Es tiempo que os cumpla yo
la palabra que os dí de arrojar la palma de
la dictadura el día mismo en que la victoria
decidiese de vuestro destino . El Congreso del
Perú será, pues, reunido el 10 de Febrero
próximo, aniversario del decreto en que se
me confió esta suprema autoridad, que devol
veré al cuerpo legislativo que me honró con
su confianza. Esta no ha sido burlada.
Peruanos : El Perú había sufrido grandes
desastres militares . Las tropas que le queda
ban, ocupaban las provincías libres del nor
te y hacían la guerra al Congreso. La marina
no obedecía al gobierno . El expresidente Ri
va Aguero , usurpador, rebelde y traidor a la
vez, combatía a su patria y a sus aliados. Los
auxiliares de Chile, por el abandono lamen
table de nuestra causa nos privaron de sus
tropas ; y las de Buenos Aires sublevándose
en el Callao contra sus jefes entregaron aque
Ila plaza a los enemigos. El presidente Torre
Tagle llamando a los españoles para que ocu
pasen esta capital completó la destrucción
del Perú .
La discordia, la miseria, el descontento
ALFREDO GUINASSI MORAN 255

y el egoismo reinaban por todas partes. Ya


el Perú no existía : todo estaba disuelto . En
estas circunstancias el Congreso me nombró
Dictador para salvar las reliquias de su es
peranza.
La lealtad, la constancia y el valor del
ejército de Colombia lo han hecho todo . Las
provincias que estaban por la guerra civil re
conocieron al gobierno legitimo y han presta
do inmensos servicios a la patria, y las tropas
que las defendian se han cubierto de gloria
en los campos de Junín y Ayacucho . Las fac
ciones han desaparecido del ámbito del Pe
rú. Esta capital ha recobrado para siempre
la hermosa libertad. La plaza del Callao se
rá sitiada y debe rendirse por capitulación .
Peruanos : La paz ha sucedido a la gue
rra ; la unión a la discordia ; el órden a la
anarquía y la dicha al infortunio : pero , no
olvideis jamás, os ruego, que a los inclitos
vencedores de Ayacucho lo debeis todo .
Peruanos el día que se reuna vuestro
Congreso será el día de mi gloria ; el día en
que se colmarán los más vehementes deseos
de mi corazón : no mandar más.

Bolivar.

Imprenta administrada por J. María Con


cha, Lima 1824.
Si no fuese hacer demasiado extensa mi
obra copiaría la interesante comunicación del
Libertador al Ejecutivo de Colombia, la ca
pitulación y el parte de Ayacucho y otros
más que apoyan mi relato, pero sí me voy a
permitir insertar la caballerosa carta del
Gral. Canterac al Dictador :

Exmo. Sr.:

"Como amante de la gloria, aunque ven


cido, no puedo menos de felicitar a V. E. por
haber terminado su empresa en el Perú, con
la jornada de Ayacucho. Con este motivo tie
ne el honor de ofrecerse a sus órdenes, sa
ludarle en nombre de los generales españo
les este su afectísimo y obsecuente servidor
Q. B. S. M.José Canterac. Huamanga 12
de Diciembre de 1824.
Cumplidos por el vencedor los deberes
256 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

de humanidad sobre el campo de batalla, en


vió una división a vanguardia a las órdenes
del Gral. Gamarra para que ocupase la ciu
dad del Cuzco . Otra columna fue despacha
da a órdenes del Corl. Morán, compuesta de
su batallón Vargas y del regimiento húsares
de Colombia al mando del Tte. Corl . Herrán
para dominar o pacificar los pueblos circun
vecinos, que como los de Iquichua y Huanta
estaban sublevados contra los patriotas y
amenazaban ser centro de alguna reacción.
Morán supo desempeñar con tanto tino
su comisión que no sólo los atrajo a su par
tido, sino que años más tarde su amistad le
sería útil en otra campaña, la de la Confede
ración .
El Gral. Alvarez tuvo noticia de la de
rrota de Ayacucho por el comandante Garcia
que llegó al Cuzco el primero y reunió una
junta militar para acordar los medios de de
fensa, eligiendo para Virrey interino al ma
riscal de campo Don Pío Tristán que se ha
llaba en Arequipa. Las fuerzas realistas del
sur y la división fiel de Maroto , al otro lado
del Desaguadero , tendrían muy cerca de cua
tro mil hombres, pero careciendo unos de dis
ciplina y otros de fe en la causa, no ofrecían
peligro, y fueron disolviéndose o se insurrec
cionaban medida que llegaban a sus canto
nes fuerzas que los apoyasen. A Tristán le du
ró la ilusión de resistir a los victoriosos muy
pocos días ; sus esfuerzos eran inútiles, care
cía de medios y el prestigio de su causa
había muerto en el campo de batalla. D. Pio
Tristán optó por escribir a Bolívar y por fuer
za se vieron obligados a admitir la capitu
lación de Ayacucho que se hacía extensiva a
todo el virreynato del Bajo Perú. Los jefes
españoles que por algo habían dominado el
país largos años, comprendieron el fondo del
carácter nacional impresionable o tornadi
zo a tal extremo que una derrota impone
otras, y cunde el desaliento. El Perú parece
un país de fatalistas que inclina la cabeza
a lo desconocido ; así lo han dicho muchos de
los que lo juzgaron .
Los jefes capitulados se embarcaron pa
ra España en Enero de 1825. Dejaban sólo
al brigadier Rodil en el Callao obcecado en
ALFREDO GUINASSI MORÁN 257

defender la moribunda causa y a Olañeta en


el altiplano .


Olañeta se adelantó con sus fuerzas a La
Paz y destacó a Valdez a Puno para ver si
servía de centro de reunión a los restos del
ejército del Perú ; se puso en comunicación
con Tristán y Alvarez , mas viendo lo infruc
tuoso de su propósito y amenazándole las
guarniciones que intentaban sublevarse di
vidió sus fuerzas para dominar a las guar
niciones de La Paz y Cochabamba , y se puso
en retirada a Oruro y de ahí a Potosí .
Consecuencia del triunfo de Ayacucho
fueron no sólo las sublevaciones de Cocha
bamba el 26 de Enero , las de Valle Grande y
La Paz, encabezada por el Gral. Lanza, sino
la desmoralización del ejército de Olañeta,
que reunido podía formar cuando menos cin
co mil hombres . Este falsísimo e intrigante
general, que mantenía comunicaciones a la
vez con Bolívar y el Virrey, que alentaba a
Tristán y en lo íntimo pensaba anularlo, pro
curaba ganar tiempo para ver si recibía re
fuerzos españoles y armas que le permitieran
luchar contra los vencedores, razón por la
que era inaplazable la presencia del ejérci
to unido en el Alto Perú, pero al mismo tiem
po que tal cosa proponía el Mariscal Sucre
al Libertador en oficio del día siguiente de
Ayacucho, 10 de Diciembre, comprendió con
intuición maravillosa que el pasar el Desagua
dero era el paso más trascendental que iba a
dar el ejército de Colombia.
Por tres veces Sucre solicitó amplias ins
trucciones para esta comisión "tan fácil en
cuanto a expulsar a los enemigos como em
brol'ada para arreglar el país". Habiéndole
contestado el Libertador que tratase con Ola
ñela conforme a las bases de Sañaica, es
decir, reconociendo la independencia, y que
rigiese las poblaciones del Alto Perú como
emancipadas por las armas del Perú, Sucre
se puso en marcha y con fecha 3 de Febrero
anunciaba al Libertador que tan pronto lle
gase a La Paz pensaba dar un decreto po
niendo en manos del pueblo su futura suer
te .
Así fue, en efecto, y Sucre, apresurada
.258 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

mente, sin haber tenido tiempo de recibir


respuesta del Libertador, arrastrado por sus
ideales y su sinceridad, no creyendo herir
intereses ajenos sino cumplir misión de li
bertad, dió el decreto de 9 de Febrero que en
realidad fundó, creó, la más luego repúbli
ca Bolívar, decreto que Bolivar desaprobó co
mo veremos más luego .
El Mariscal Sucre, al frente de la divi
sión peruana y la de Córdova, se preparaba
a salir de La Paz para terminar con Olañe
ta, que, habiendo reunido un Consejo de gue
rra había resuelto continuar las hostilidades.
No obstante, algunos de los mismos oficiales
que en él tomaron parte pronto pasaron al
lado de los independientes. Al mismo tiempo
se movían de Salta los incansables argenti
nos con una división al mando del Gral. Are
nales, habiendo adelantado а Urdininea
sobre Tupisa, y estrechado así el Gral. Olañe
ta vino a terminar su carrera de ambición ,
perseguido de sus paisanos, odiado y mal
comprendido hasta por aquellos a quienes
defendía, en el combate de Tumusla el 1°. de
Abril de 1825 luchando contra el Corl. Car
los Medinaceli, que el día anterior se había
pronunciado a favor de la independencia.
El fanatismo que ofusca la razón y aun
la conciencia, que hizo creer a Olañeta que
la constitución española daba origen a ata
ques a la religión , le aconsejó un crimen vil
y cobarde para defender su causa. Estando
el Gral. Sucre en Oruro cayó prisionero un
capitán Ecles, al servicio de los realistas, a
quien encontraron cuatro cartas firmadas por
Ölañeta y sospechosas por su contenido . El
capitán declaró que iba encargado de enve
nenar al Gral. Sucre y al Gral. Lanza, el an
tiguo guerrillero, y efectivamente se le en
contró un pomo que contenía una mezcla de
arsénico y opio. Sucre, con aquella energia
que aprendió en la guerra del norte, dictó
una medida capaz de detener semejantes bár
baros atentados, y era que, serían pasados
por las armas todos los españoles no adep
tos a la independencia del pueblo o lugar
donde un jefe ú oficial del ejército patrio
ta resultase envenenado . Con todo, más tar
de indultó generosamente al que hubo de ser
su asesino.
ALFREDO GUINASSI MORÁN 259.

Con respecto a los sucesos de la guerra


dice Sucre : "El 8 de Febrero llegué a esta
ciudad ; sus habitantes me han recibido con
las más vivas demostraciones de patriotis
mo ; es el país donde han mostrado más agra
decimiento y amistad a las tropas colombia
nas . Este país que fue la cuna de la libertad, ha
sido puesto por nuestros bravos en posesión de
su independencia" . Al día siguiente de mi lle
gada mandé al Corl. Ortega a tomar el man
do de esas partidas de fuerzas colombianas
que dispuse vinieran a Oruro, y con guerri
llas se continuase molestando a Olañeta ; todo
ha correspondido perfectamente a las medi
das tomadas y el país está casi todo libre sin
derramar una gota de sangre". (1 ) .
“La guarnición española de Valle grande
se sublevó el 12 de Febrero y prescindiendo
del Gral. Aguilera (que lo han enviado acá)
proclamó la independencia, incorporándose
al ejército Libertador un escuadrón de dra
gones. El 14 la guarnición de Santa Cruz si
guió el ejemplo de Valle grande y el 22 el
escuadrón de Charcas que cubría la ilustre
ciudad de Chuquisaca se pronunció también
por la independencia”.

"En un mes que estoy en estas provin


cias se han reunido al ejército libertador mil
ochocientos hombres en los cuerpos enteros
que se nos han pasado y más de setecientos
en los desertores que hemos recibido . Cua
tro departamentos libres y un millón de ha
bitantes que respiran el aire de vida que les
ha dado el ejército son el resultado de nues
tras maniobras. Sólo Potosí está aun opri
mido por Olañeta con 1.400 hombres de tro
pa, pero cada día pierde de sus fuerzas y las
operaciones que vamos a emprender dejarán
muy en breve a Potosí en libertad. Yo marcho
mañana para Oruro a ponerme a la cabeza
de tres mil soldados peruanos que he reuni
do alli para hacer esta campaña. Aquí que

(1 ) Con relación a este tiempo nos cuenta O'Connor que,


estando el teniente Salaverry en un banquete, hizo una declara
ción que fue cual oráculo de su futuro, dijo : " que me hagan
coronel y yo me haré todo lo demás".
Efectivamente nueve años más tarde Orbegoso lo hizo
coronel, y sublevándose contra él se hizo jefe supremo y dic
tador, trayendo a los dos Perú la situación más complicada
de su vida.
260 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

da el señor general Córdova descansando con


su división, que empezó a llegar el 22 de
Febrero y acabó de entrar el 8 del corriente.
"AI Sr. Gral. Lara con su división lo he
mandado a Arequipa para que tambien re
pose la tropa en aquel hermoso departamen
to ".
"La división Córdova sufrió una fuerte
nevada en el paso de la cordillera de Vilca
nota y perdió setenta y seis hombres muer
tos y doscientos se enfermaron ; de los muer
tos eran setenta y cinco de los nuevos desti
nados en Ayacucho . Los enfermos van lle
gando restablecidos del todo ".
En su comunicación de Potosí del 3 de
Abril de 1825 el Gral. Sucre inserta el par
te de la acción de Tumusla dada por el ma
riscal Olañeta el día anterior contra su te
niente el Corl. Carlos Medinaceli que liber
tó esa provincia. En ella Olañeta rindió
la vida a manos de sus mismos soldados que
dispararon contra él.
Quedaba sólo el Corl. Valdez, llamado el
Barbarucho, aquel que peleara con tanto em
peño contra el general del mismo nombre, y
que tuvo luego que arriar su pabellón. To
da la América española era libre ; empresa
grandiosa que conocemos a grandes rasgos,
que son hermosos, como hermosos y herói
cos son los detalles : unos perdidos para siem
pre en el olvido y otros que irán reviviendo
para orgullo de la naciente América.

Así como al sur de Chile quedó Chiloé,


el Perú tuvo el castillo del Callao, para per
petuar aun más la lucha. Los castillos abriga
ron el encono y el despecho de los vencidos
y con furia inhumana y tesón se defendieron ;
allí estaban los refugiados de Lima, los tráns
fugas de la causa patria, los soldados infie
les y los traidores, y como siempre algunos
inocentes que sufrieron cual los criminales .
Y parece que esas obstinadas murallas de
fendiéndose no hacían otra cosa que sumir
en la miseria y el dolor, cada día más hondo.
a aquellos infelices. Las pestes, el hambre y
la guerra fueron el azote de los obstinados .
Cuantas veces fueron necesarios terribles cas
ALFREDO GUINASSI MORÁN 261

tigos en las tropas para evitar sublevacio


nes ; en una ocasión Rodil hizo fusilar trein
ta y seis soldados americanos para imponer
su férrea voluntad. El como español y sol
dado , extremaba su vanagloria, pero no ig
noraba que una plaza sitiada y sola, sin es
peranza de auxilio, debe rendirse.
Desde la llegada del Libertador a Lima,
poco antes de la batalla de Ayacucho, comen
zó formalmente el sitio del Callao . Su guar
nición se redujo, a medida de los contrastes
de las armas de Fernando , siendo unos dos
mil hombres los que Rodil tenía bajo sus ór
denes después de la capitulación repartidos
en los cuerpos "Infante" y "Arequipa", un
escuadrón de artillería volante y dos colum
nas de artillería y caballería . Los choques de
avanzadas eran frecuentes entre los sitiados
y sitiadores, principalmente cuando éstos sa
lían a forrajear su caballada o proveerse de
agua, mereciendo especial recuerdo el choque
del 16 de Febrero, en el que se empeñaron
con todas las fuerzas de los castillos habiendo
sufrido fuertes pérdidas por ambas partes, pe
ro escarmentados los realistas no volvieron a
aventurarse fuera de sus murallas.
Los patriotas hubiesen podido dar un
asalto a la plaza, a pesar de todas las segu
ridades y defensas de que Rodil supo ro
dearse, pero esta empresa, a más de lo in
segura, hubiese costado mucha sangre pa
triota a cambio de muy poca enemiga, y por
eso se resolvió rendir los castillos a costa de
tiempo y no de vidas. El Gral. Salón fue ele
gido por el Libertador para dirigir el sitio
y llegó a reunir delante del Callao cerca
de cuatro mil hombres, que formaban la li
nea de circunvalación , sin parapetos, pero
lejos del alcance de los cañones de la pla
za. Levantaron baterías con cañones de 24 en
el lugar de Bellavista ; luego otra, apoyada en
una casa, que sirvió para proteger el camino
contra los castillos. En la playa de mar bra
va se alzó la defensa más próxima a la pla
za con cañones grandes, que era apoyada por
los buques de la bahía, lo mismo que a la de
recha y otros puntos, de tal modo que los
castillos llegaron a estar rodeados de bocas
de fuego y morteros instalados a presencial
del enemigo y a pesar de sus disparos. Sa
262 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

lón y sus jefes acreditaron su pericia en to


das estas obras, su constancia y serenidad.
Por mar estaba confiado el sitio al almi
rante Guise con la fragata "Protectora" y cua
tro buques más, que constantemente mortifi
caban a los sitiados y que a la vez eran ata
cados por las fuerzas sútiles de la plaza. Par
te de la escuadra chilena, al mando de su al
mirante Blanco Encalada vino en apoyo del
Perú, y a la vez flameaba en la bahía el pa
bellón de Colombia, sobre un buque de gue
rra, de modo que el Callao ofrecía el hermoso
espectáculo de reunir al amor de una sola
causa los estandartes de los países del Pací
fico.
Los dos últimos buques llegados de Es
paña, el navío “Asia" y bergantin “Aquiles",
anclados en el Callao el 12 de Setiembre del
24, y que sostuvieron este día y otros poste
riores combates con la escuadra peruana, con
la noticia de Ayacucho alzaron anclas del mar
Pacífico ; sus marinerías se sublevaron y fue
ron a dar el uno a Méjico y el otro a Chile, pa
ra servir, pocos años más tarde en el vergon
zoso ataque del Callao por esta nación (1836) .
Sitiados, como dejo dicho , por mar y
tierra los castillos del Callao tenían que ren
dirse o perecer todos sus defensores . Cada
día la miseria era mayor ; los allí refugiados
murieron en las mayores angustias, y los so
brevivientes eran espectros. Las pocas tropas
que no habían muerto en los cambates por
las enfermedades aun se sostenían con la
mentida esperanza de una reacción o de un
auxilio que jamás llegó. El Libertador que
había puesto por un decreto fuera del dere
cho de las naciones a los obstinados defen
sores del Callao, por haber desconocido la
capitulación de Ayacucho extensiva a ellos,
les dió mayor aliento en la defensa, pues
veían también la muerte si caían en poder
de sus enemigos .
Llegó un día en el que por falta de com
batientes fue imposible el sostenimiento del
Castillo de San Rafael, que queda separado
de las otras fortalezas, de modo que Rodil
se vió precisado a abandonarlo , cayendo en
poder de los patriotas antes que lo hubiesen
volado como era su intento . Esta pérdida fue
el último golpe a los esforzados jefes realis
ALFREDO GUINASSI MORÁN 263

tas que no habían desmayado en el trascurso


de un año .
Todos los documentos relativos a la ren
dición del Callao se publicaron el año 1826, en
Lima, en un folleto que tengo a la vista. De
los oficios que pueden servir al historiador
para apreciar los hombres y las pasiones,
es notable, por su incultura y arrogancia, el
de Rodil, en respuesta al que le dirigió el
Gral. Bartolomé Salón el 15 de Julio de 1825
lleno de humanidad y de civismo .
Pasados seis meses Rodil propuso tratar
con sus contrarios bajo la mediación del Co
modoro inglés y en vista de la propuesta del
almirante chileno D. Manuel Blanco Enca
lada. El Gral. Salón tomó consentimiento de
la Junta de Gobierno, encargada del ejecuti
vo por ausencia del Libertador, quien, por
medio del ministro de guerra D. Juan Sa
lazar, aceptó el nombramiento de los comi
sionados que fueron, por los patriotas, el je
fe de las escuadras unidas Corl. Juan Illingrot,
el Tte. Corl. Manuel Larenas y como secreta
rio, sin voto, el sargento mayor Francisco Gál
vez ; y por los realistas los Ttes. Corls . Fran
cisco Duro y Bernardo Villazón, y secretario
el Tte. Manuel Dominguez. La primera di
ficultad surgió porque los realistas exigían
entrevistarse a bordo de nave extranjera y
la garantía del gobierno inglés, cosa que re
chazaron los patriotas diciendo Salón que
"era innecesaria la elección de un punto neu
tral bajo pabellón extranjero persuadido de
que hace muy poco honor a V. S. y a mí cuan
do existen aun entre españoles y americanos
relaciones que ofrecen seguridad, y que el
tiempo no ha desmentido jamás por nuestra
parte". En otra nota le dice : "tendré el sen
timiento de que nuestros intentos se vean
fustrados , porque repito que el gobierno inde
pendiente no ha necesitado nunca de este re
quisito para cumplir religiosamente cuanto
ha ofrecido, y por si acaso le asiste alguna
duda, puede V. S. remitir algún oficial a bor
do de la fragata "Briton", con el objeto de
que se imponga si las capitulaciones de Aya
cucho han sido cumplidas más allá de lo que
podían esperar los comprendidos en ellas ".
Rodil aceptó tratar sin garantía extranjera,
lo que prueba que no era desconfianza o te
264 ESTUDIOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS

mor sino deseo de herir.


Me he extendido en este incidente para
contestar a Torrente con palabras oficials sus
aseveraciones de que los independientes fal
taron a sus compromisos.
El texto de la capitulación la acordaron
los comisionados españoles con su jefe. y los
delegados patriotas modificaron a acataron
su tenor conforme a sus intereses e instrucio
nes. Como es de uso en estos tratados debían
ser revisados y ratificados por las autorida
des competentes, quienes, por parte de los pa
triotas, negaron la aceptación a los artículos
6º. y 21 °. pero Rodil quiso hacerse firme en su
tenor como cosa terminada. Esta argucia no
tenía valor pero vino a entorpecer el cuerdo,
no obstante la buena disposición de los re
publicanos. El gobernador del Callao, por
un resto de orgullo para aquellos a los que
no quería considerar sino como insurgentes,
pretendía no hacer personalmente la entrega,
embarcarse y ratificar en el buque inglés los
tratados. Semejante conducta era, a más de
incorrecta, impropia, pues esa plaza estaba
bajo su responsabilidad y los vencedores no
tenían porque sufrir desdenes de los venci
dos. Rodil tuvo que someterse . El artículo 21
exigía el reconocimiento por parte de la Re
pública de las deudas contraídas por el Go
bernador desde la rendición de Ayacucho, que
él desobedeció . Este artículo quedó negado y
así se terminó la capitulación.
El 23 de Enero de 1826 se alzó sobre los
torreones de las fortalezas, que en adelante
se llamarían de la Independencia, la bandera
nacional.
Cuatrocientos seres existían aun en los
castillos pero débiles, agotados. No quedaban
víveres sino para pocos días de modo que
con un mes que trascurriese habrían pereci
do todos. La honrosa capitulación fué, pues,
como la de Ayacucho, acto de nobleza que
los contrarios no han reconocido todavía.
Con este hecho el Perú, libre de enemí
gos, reconocido como país autónomo, pasó
de la menguada condición de colonia a for
mar entre las naciones, siendo quizás el pri
mer país de Sud América por su desarrollo,
comercio, agricultura y riqueza, por la ilustra
ción de sus hijos y la cultura de sus pueblos.

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