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ÁTOMOS, ISÓTOPOS, IONES
Y MOLÉCULAS…
En su nivel más fundamental, la vida está conformada por la materia. La materia es
cualquier sustancia que ocupa espacio y tiene masa. Los elementos son formas únicas de
materia con propiedades químicas y físicas específicas que no se pueden descomponer en
sustancias más pequeñas mediante reacciones químicas ordinarias. Hay 118 elementos,
pero sólo 92 ocurren de forma natural. Los elementos restantes se sintetizan en
laboratorios y son inestables.

Cada elemento es designado por su símbolo químico, que es una sola letra mayúscula o,
cuando la primera letra ya está “tomada” por otro elemento, una combinación de dos
letras. Algunos elementos siguen el término inglés para el elemento, como C para carbono
y Ca para calcio. Los símbolos químicos de otros elementos derivan de sus nombres
latinos; por ejemplo, el símbolo para el sodio es Na, refiriéndose al sodio, la palabra latina
para sodio.

Los cuatro elementos comunes a todos los organismos vivos son oxígeno (O), carbono
(C), hidrógeno (H) y nitrógeno (N). En el mundo no vivo, los elementos se encuentran en
diferentes proporciones, y algunos elementos comunes a los organismos vivos son
relativamente raros en el conjunto de la tierra, como se muestra en la Tabla 2.1.1. Por
ejemplo, la atmósfera es rica en nitrógeno
y oxígeno pero contiene poco carbono e
hidrógeno, mientras que la corteza
terrestre, aunque contiene oxígeno y una
pequeña cantidad de hidrógeno, tiene
poco nitrógeno y carbono. A pesar de sus
diferencias en abundancia, todos los
elementos y las reacciones químicas entre
ellos obedecen las mismas leyes químicas y físicas independientemente de que formen
parte del mundo vivo o no vivo.

LA ESTRUCTURA DEL ÁTOMO


Para entender cómo se unen los elementos, primero debemos discutir el componente o
bloque de construcción más pequeño de un elemento, el átomo. Un átomo es la unidad de
materia más pequeña que conserva todas las propiedades químicas de un elemento. Por
ejemplo, un átomo de oro tiene todas las propiedades del oro en que es un metal sólido a
temperatura ambiente. Una moneda de oro es simplemente un número muy grande de
átomos de oro moldeados en forma de moneda y que contienen pequeñas cantidades de
otros elementos conocidos como impurezas. Los átomos de oro no se pueden
descomponer en nada más pequeño sin dejar de conservar las propiedades del oro.

Un átomo está compuesto por dos regiones: el


núcleo, que está en el centro del átomo y contiene
protones y neutrones, y la región más externa del
átomo que mantiene sus electrones en órbita
alrededor del núcleo, como se ilustra en la Figura
2.1.1. Los átomos contienen protones, electrones y
neutrones, entre otras partículas subatómicas. La
única excepción es el hidrógeno (H), que está
hecho de un protón y un electrón sin neutrones.

Los protones y neutrones tienen aproximadamente la misma masa, aproximadamente 1.67


× 10 -24 gramos. Los científicos definen
arbitrariamente esta cantidad de masa como una
unidad de masa atómica (UMA) o un Dalton,
como se muestra en la Tabla 2.1.2. Aunque
similares en masa, los protones y neutrones
difieren en su carga eléctrica. Un protón está
cargado positivamente mientras que un neutrón
está sin carga. Por lo tanto, el número de
neutrones en un átomo contribuye significativamente a su masa, pero no a su carga. Los
electrones son mucho más pequeños en masa que los protones, pesan solo 9.11 × 10-28
gramos, o aproximadamente 1/1800 de una unidad de masa atómica. De ahí que no
contribuyan mucho a la masa atómica general de un elemento. Por lo tanto, al considerar
la masa atómica, se acostumbra ignorar la masa de cualquier electrón y calcular la masa
del átomo basándose únicamente en el número de protones y neutrones. Aunque no
contribuyen significativamente a la masa, los electrones sí contribuyen en gran medida a
la carga del átomo, ya que cada electrón tiene una carga negativa igual a la carga positiva
de un protón. En los átomos neutros no cargados, el número de electrones que orbitan el
núcleo es igual al número de protones dentro del núcleo. En estos átomos, las cargas
positivas y negativas se cancelan entre sí, conduciendo a un átomo sin carga neta.
Contabilizando los tamaños de protones, neutrones y electrones, la mayor parte del
volumen de un átomo, mayor del 99 por ciento, es, de hecho, espacio vacío. Con todo este
espacio vacío, uno podría preguntarse por qué los llamados objetos sólidos no se limitan a
atravesar unos a otros. La razón por la que no lo hacen es que los electrones que rodean a
todos los átomos están cargados negativamente y las cargas negativas se repelen entre sí.

NÚMERO ATÓMICO Y MASA


Los átomos de cada elemento contienen un número característico de protones y electrones.
El número de protones determina el número atómico de un elemento y se utiliza para
distinguir un elemento de otro. El número de neutrones es variable, dando como resultado
isótopos, que son diferentes formas del mismo átomo que varían sólo en el número de
neutrones que poseen. En conjunto, el
número de protones y el número de neutrones
determinan el número de masa de un
elemento, como se ilustra en la Figura 2.1.2.
Obsérvese que la pequeña contribución de
masa de los electrones no se tiene en cuenta
en el cálculo del número de masa. Esta
aproximación de masa se puede utilizar para
calcular fácilmente cuántos neutrones tienen
un elemento simplemente restando el número
de protones del número de masa. Dado que los isótopos de un elemento tendrán números
de masa ligeramente diferentes, los científicos también determinan la masa atómica, que
es la media calculada del número de masa para sus isótopos naturales. A menudo, el
número resultante contiene una fracción. Por ejemplo, la masa atómica del cloro (Cl) es
35.45 porque el cloro está compuesto por varios isótopos, algunos (la mayoría) con masa
atómica 35 (17 protones y 18 neutrones) y algunos con masa atómica 37 (17 protones y 20
neutrones).

ISÓTOPOS
Los isótopos son formas diferentes de un elemento que tienen el mismo número de
protones pero un número diferente de neutrones. Algunos elementos, como el carbono, el
potasio y el uranio, tienen isótopos naturales. El carbono-12 contiene seis protones, seis
neutrones y seis electrones; por lo tanto, tiene un número de masa de 12 (seis protones y
seis neutrones). El carbono-14 contiene seis protones, ocho neutrones y seis electrones; su
masa atómica es 14 (seis protones y ocho neutrones). Estas dos formas alternas de carbono
son isótopos. Algunos isótopos pueden emitir neutrones, protones y electrones, y alcanzar
una configuración atómica más estable (menor nivel de energía potencial); estos son
isótopos radiactivos, o radioisótopos. La desintegración radiactiva (carbono-14 que pierde
neutrones para finalmente convertirse en carbono-12) describe la pérdida de energía que
ocurre cuando el núcleo de un átomo inestable libera radiación.

El carbono normalmente está presente en la atmósfera en forma de compuestos gaseosos


como el dióxido de carbono y el metano. El carbono-14 (C14C14) es un radioisótopo
natural que se crea en la atmósfera a partir de la atmósferaN14N14 (nitrógeno) por la
adición de un neutrón y la pérdida de un protón a causa de los rayos cósmicos. Este es un
proceso continuo, por lo que siempreC14C14 se está creando más. Como organismo vivo
incorporaC14C14 inicialmente como dióxido de carbono fijado en el proceso de
fotosíntesis, la cantidad relativa deC14C14 en su cuerpo es igual a la concentración
deC14C14 en la atmósfera. Cuando un organismo muere, ya no está ingiriendoC14C14,
por lo que la relación entreC14C14 yC12C12 disminuirá a medida queC14C14 decae
gradualmente aN14N14 por un proceso llamado decaimiento beta, la emisión de
electrones o positrones. Esta decadencia desprende energía en un proceso lento.
Después de aproximadamente 5,730 años, la mitad de la concentración inicial
deC14C14 habrá vuelto a ser convertidaN14N14. El tiempo que tarda la mitad de la
concentración original de un isótopo en decaer de nuevo a su forma más estable se llama
su vida media. Debido a que la vida media deC14C14 es larga, se utiliza para fechar
objetos anteriormente vivos como huesos viejos o madera. Al comparar la relación de
laC14C14 concentración encontrada en un objeto con la cantidad deC14C14 detectada en
la atmósfera, se puede determinar la cantidad del isótopo que aún no se ha descompuesto.
Sobre la base de esta cantidad, la edad del material, como el mamut pigmeo que se
muestra en la Figura2.1.32.1.3, se puede calcular con precisión si no es mucho mayor que
alrededor de 50,000 años. Otros elementos tienen isótopos con diferentes vidas medias.
Por ejemplo, K40K40 (potasio-40) tiene una vida media de 1.25 mil millones de años,
yU235U235 (Uranio 235) tiene una vida media de aproximadamente 700 millones de
años. Mediante el uso de la datación radiométrica, los científicos pueden estudiar la edad
de los fósiles u otros restos de organismos extintos para comprender cómo han
evolucionado los organismos a partir de especies anteriores.

LA TABLA PERIÓDICA
Los diferentes elementos se organizan y muestran en la tabla periódica. Ideada por el
químico ruso Dmitri Mendeleev (1834—1907) en 1869, la tabla agrupa elementos que,
aunque únicos, comparten ciertas propiedades químicas con otros elementos. Las
propiedades de los elementos son responsables de su estado físico a temperatura ambiente:
pueden ser gases, sólidos o líquidos. Los elementos también tienen reactividad química
específica, la capacidad de combinarse y unirse químicamente entre sí.

REACCIONES QUÍMICAS Y MOLÉCULAS


Todos los elementos son más estables cuando su caparazón más externo está lleno de
electrones de acuerdo con la regla del octeto. Esto se debe a que es energéticamente
favorable que los átomos estén en esa configuración y los hace estables. Sin embargo,
dado que no todos los elementos tienen suficientes electrones para llenar sus capas más
externas, los átomos forman enlaces químicos con otros átomos obteniendo así los
electrones que necesitan para lograr una configuración
electrónica estable. Cuando dos o más átomos se unen
químicamente entre sí, la estructura química
resultante es una molécula. La familiar molécula de
agua, H 2 O, consiste en dos átomos de hidrógeno y
un átomo de oxígeno; estos se unen para formar agua,
como se ilustra en la Figura 2.1.8. Los átomos pueden
formar moléculas donando, aceptando o compartiendo
electrones para llenar sus capas externas.

Las reacciones químicas ocurren cuando dos o más átomos se unen para formar moléculas
o cuando los átomos unidos se rompen. Las sustancias utilizadas al inicio de una reacción
química se denominan los reactivos (generalmente se encuentran en el lado izquierdo de
una ecuación química), y las sustancias que se encuentran al final de la reacción se
conocen como los productos (generalmente se encuentran en el lado derecho de una
ecuación química). Normalmente se dibuja una flecha entre los reactivos y los productos
para indicar la dirección de la reacción química; esta dirección no siempre es una “calle
unidireccional”. Para la creación de la molécula de agua mostrada anteriormente, la
ecuación química sería:

2H+O→H2O

Un ejemplo de una reacción química simple es la descomposición de las moléculas de


peróxido de hidrógeno, cada una de las cuales consiste en dos átomos de hidrógeno unidos
a dos átomos de oxígeno (H 2 O 2). El reactivo peróxido de hidrógeno se descompone en
agua, que contiene un átomo de oxígeno unido a dos átomos de hidrógeno (H 2 O), y
oxígeno, que consiste en dos átomos de oxígeno unidos (O 2). En la siguiente ecuación, la
reacción incluye dos moléculas de peróxido de hidrógeno y dos moléculas de agua. Este
es un ejemplo de una ecuación química equilibrada, en donde el número de átomos de
cada elemento es el mismo en cada lado de la ecuación. De acuerdo con la ley de
conservación de la materia, el número de átomos antes y después de una reacción química
debe ser igual, de tal manera que ningún átomo sea, en circunstancias normales, creado o
destruido.

2H2O2 (hydrogenperoxide) → 2H2O (water)+O2 (oxygen)

A pesar de que todos los reactivos y productos de esta reacción son moléculas (cada
átomo permanece unido a al menos otro átomo), en esta reacción solo el peróxido de
hidrógeno y el agua son representantes de los compuestos: contienen átomos de más de un
tipo de elemento. El oxígeno molecular, por
otro lado, como se muestra en la Figura 2.1.9,
consiste en dos átomos de oxígeno doblemente
unidos y no se clasifica como un compuesto
sino como una molécula mononuclear.

Algunas reacciones químicas, como la


mostrada anteriormente, pueden continuar en una dirección hasta que todos los reactivos
se agotan. Las ecuaciones que describen estas reacciones contienen una flecha
unidireccional y son irreversibles. Las reacciones reversibles son aquellas que pueden ir
en cualquier dirección. En las reacciones reversibles, los reactivos se convierten en
productos, pero cuando la concentración de producto va más allá de cierto umbral
(característico de la reacción particular), algunos de estos productos se convertirán de
nuevo en reactivos; en este punto, se invierten las designaciones de productos y reactivos.
Esto de ida y vuelta continúa hasta que se produce un cierto equilibrio relativo entre los
reactivos y los productos, un estado llamado equilibrio. Estas situaciones de reacciones
reversibles a menudo se denotan por una ecuación química con una flecha de doble punta
apuntando tanto hacia los reactivos como hacia los productos.
Por ejemplo, en sangre humana, el exceso de iones de hidrógeno (H +) se unen a iones
bicarbonato (HCO 3 -) formando un estado de equilibrio con ácido carbónico (H 2 CO 3).
Si se agregara ácido carbónico a este sistema, parte del mismo se convertiría en
bicarbonato e iones hidrógeno.

HCO−3+H+↔H2CO3

En las reacciones biológicas, sin embargo, rara vez se obtiene equilibrio debido a que las
concentraciones de los reactivos o productos o ambos cambian constantemente, a menudo
siendo un producto de una reacción un reactivo para otra. Para volver al ejemplo del
exceso de iones de hidrógeno en la sangre, la formación de ácido carbónico será la
dirección principal de la reacción. Sin embargo, el ácido carbónico también puede salir del
cuerpo como gas dióxido de carbono (vía exhalación) en lugar de convertirse de nuevo en
ion bicarbonato, impulsando así la reacción a la derecha por la ley química conocida como
ley de acción masiva. Estas reacciones son importantes para mantener la homeostasis de
nuestra sangre.

HCO−3+H+↔H2CO3↔CO2+H2O

IONES Y ENLACES IÓNICOS


Algunos átomos son más estables cuando ganan o pierden un electrón (o posiblemente
dos) y forman iones. Esto llena su capa de electrones más externa y los hace
energéticamente más estables. Debido a que el número de electrones no es igual al número
de protones, cada ion tiene una carga neta. Los cationes son iones positivos que se forman
al perder electrones. Los iones negativos se forman ganando electrones y se llaman
aniones. Los aniones son designados por su nombre elemental siendo alterado para
terminar en “-ide”: el anión del cloro se llama cloruro, y el anión de azufre se llama
sulfuro, por ejemplo.

Este movimiento de electrones de un elemento a otro se conoce como transferencia de


electrones. Como 2.1.10 ilustra la Figura, el sodio (Na) solo tiene un electrón en su capa
externa de electrones. Se
necesita menos energía para
que el sodio done ese electrón
que para aceptar siete
electrones más para llenar la
capa externa. Si el sodio
pierde un electrón, ahora tiene
11 protones, 11 neutrones, y sólo 10 electrones, dejándolo con una carga general de +1.
Ahora se le conoce como un ion de sodio. El cloro (Cl) en su estado de energía más baja
(llamado estado fundamental) tiene siete electrones en su capa externa. Nuevamente, es
más eficiente energéticamente que el cloro gane un electrón que perder siete. Por lo tanto,
tiende a ganar un electrón para crear un ion con 17 protones, 17 neutrones y 18 electrones,
dándole una carga neta negativa (—1). Ahora se le conoce como un ion cloruro. En este
ejemplo, el sodio donará su único electrón para vaciar su caparazón, y el cloro aceptará
ese electrón para llenar su caparazón. Ambos iones ahora satisfacen la regla del octeto y
tienen conchas más externas completas. Debido a que el número de electrones ya no es
igual al número de protones, cada uno es ahora un ion y tiene una carga +1 (catión sodio)
o —1 (anión cloruro). Tenga en cuenta que estas transacciones normalmente solo pueden
realizarse simultáneamente: para que un átomo de sodio pierda un electrón, debe estar en
presencia de un receptor adecuado como un átomo de cloro.

Se forman enlaces iónicos entre iones con cargas opuestas. Por ejemplo, los iones de sodio
cargados positivamente y los iones de cloruro cargados negativamente se unen para hacer
cristales de cloruro de sodio, o sal de mesa, creando una molécula cristalina con carga neta
cero.

Ciertas sales son referidas en fisiología como electrolitos (incluyendo sodio, potasio y


calcio), iones necesarios para la conducción del impulso nervioso, contracciones
musculares y equilibrio hídrico. Muchas bebidas deportivas y suplementos dietéticos
proporcionan estos iones para reemplazar los perdidos del cuerpo a través de la sudoración
durante el ejercicio.

ENLACES COVALENTES Y OTROS ENLACES E INTERACCIONES


Otra forma en que se puede satisfacer la regla del octeto es compartiendo electrones entre
átomos para formar enlaces covalentes. Estos enlaces son más fuertes y mucho más
comunes que los enlaces iónicos en las moléculas de los organismos vivos. Los enlaces
covalentes se encuentran comúnmente en moléculas orgánicas basadas en carbono, como
nuestro ADN y proteínas. Los enlaces covalentes también se encuentran en moléculas
inorgánicas como H 2 O, CO 2 y O 2. Uno, dos o tres pares de electrones pueden ser
compartidos, formando enlaces simples, dobles y triples, respectivamente. Cuantos más
enlaces covalentes entre dos átomos, más fuerte es su conexión. Así, los enlaces triples
son los más fuertes.

La fuerza de los diferentes niveles de enlace covalente es una de las principales razones
por las que los organismos vivos tienen dificultades para adquirir nitrógeno para su uso en
la construcción de sus moléculas, aunque el nitrógeno molecular, N 2, es el gas más
abundante en la atmósfera. El nitrógeno molecular consiste en dos átomos de nitrógeno
triples unidos entre sí y, como con todas las moléculas, la compartición de estos tres pares
de electrones entre los dos átomos de nitrógeno permite el llenado de sus capas externas
de electrones, haciendo que la molécula sea más estable que los átomos de nitrógeno
individuales. Este fuerte triple enlace dificulta que los sistemas vivos rompan este
nitrógeno para usarlo como constituyentes de proteínas y ADN.

La formación de moléculas de agua proporciona un ejemplo de unión covalente. Los


átomos de hidrógeno y oxígeno que se combinan para formar moléculas de agua están
unidos entre sí por enlaces covalentes, como se muestra en la Figura2.1.82.1.8. El electrón
del hidrógeno divide su tiempo entre la capa externa incompleta de los átomos de
hidrógeno y la capa externa incompleta de los átomos de oxígeno. Para llenar
completamente la capa externa de oxígeno, que tiene seis electrones en su capa externa
pero que sería más estable con ocho, se necesitan dos electrones (uno de cada átomo de
hidrógeno): de ahí la conocida fórmula H 2 O. Los electrones se comparten entre los dos
elementos para llenar la capa externa de cada uno, haciendo que ambos elementos sean
más estables.
ENLACES COVALENTES POLARES
Existen dos tipos de enlaces covalentes: polares y no polares. En un enlace covalente
polar, mostrado en la Figura2.1.112.1.11, los electrones son desigualmente compartidos
por los átomos y son atraídos más a un núcleo que al otro. Debido a la distribución
desigual de electrones entre los átomos de diferentes elementos, se desarrolla una carga
ligeramente positiva (δ +) o ligeramente negativa (δ —). Esta carga parcial es una
propiedad importante del agua y da cuenta de muchas de sus características.

El agua es una molécula polar, con los átomos de hidrógeno adquiriendo una carga
positiva parcial y el oxígeno una carga parcial negativa. Esto ocurre porque el núcleo del
átomo de oxígeno es más atractivo para los electrones de los átomos de hidrógeno que el
núcleo de hidrógeno para los electrones del oxígeno. Así, el oxígeno tiene
una electronegatividad mayor que el hidrógeno y los electrones compartidos pasan más
tiempo en las proximidades del núcleo de oxígeno que cerca del núcleo de los átomos de
hidrógeno, dando a los átomos de oxígeno e hidrógeno cargas ligeramente negativas y
positivas, respectivamente. Otra forma de afirmar esto es que la probabilidad de encontrar
un electrón compartido cerca de un núcleo de oxígeno es más probable que encontrarlo
cerca de un núcleo de hidrógeno. De cualquier manera, la electronegatividad relativa del
átomo contribuye al desarrollo de cargas parciales siempre que un elemento sea
significativamente más electronegativo que el otro, y las cargas generadas por estos
enlaces polares pueden ser utilizadas para la formación de enlaces de hidrógeno basados
en la atracción de opuestos cargos parciales. (Los enlaces de hidrógeno, que se discuten en
detalle a continuación, son enlaces débiles entre átomos de hidrógeno ligeramente
cargados positivamente y átomos ligeramente cargados negativamente en otras
moléculas). Dado que las macromoléculas a menudo tienen átomos dentro de ellas que
difieren en la electronegatividad, los enlaces polares a menudo están presentes en las
moléculas orgánicas.
ENLACES COVALENTES NO POLARES
Se forman enlaces covalentes no polares entre dos átomos del mismo elemento o entre
diferentes elementos que comparten electrones por igual. Por ejemplo, el oxígeno
molecular (O 2) es no polar porque los electrones estarán igualmente distribuidos entre los
dos átomos de oxígeno.

Otro ejemplo de un enlace covalente no polar es el


metano (CH 4), también mostrado en la Figura2.1.11.
El carbono tiene cuatro electrones en su caparazón
más externo y necesita cuatro más para llenarlo.
Obtiene estos cuatro de cuatro átomos de hidrógeno,
cada átomo proporciona uno, haciendo una capa exterior estable de ocho electrones. El
carbono y el hidrógeno no tienen la misma electronegatividad pero son similares; así, se
forman enlaces no polares. Cada uno de los átomos de hidrógeno necesita un electrón para
su capa más externa, que se llena cuando contiene dos electrones. Estos elementos
comparten los electrones por igual entre los carbonos y los átomos de hidrógeno, creando
una molécula covalente no polar.

ENLACES DE HIDRÓGENO E INTERACCIONES DE VAN DER WAALS


Los enlaces iónicos y covalentes entre elementos requieren energía para romperse. Los
enlaces iónicos no son tan fuertes como los covalentes, lo que determina su
comportamiento en sistemas biológicos. Sin embargo, no todos los enlaces son enlaces
iónicos o covalentes. También se pueden formar enlaces más débiles entre las moléculas.
Dos enlaces débiles que ocurren con frecuencia son los enlaces de hidrógeno y las
interacciones de van der Waals. Sin estos dos tipos de vínculos, la vida como la
conocemos no existiría. Los enlaces de hidrógeno proporcionan muchas de las
propiedades críticas de mantenimiento de la vida del agua y también estabilizan las
estructuras de las proteínas y el ADN, el bloque de construcción de las células.
Cuando se forman enlaces covalentes polares que contienen hidrógeno, el hidrógeno en
ese enlace tiene una carga ligeramente positiva porque el electrón del hidrógeno es
arrastrado más fuertemente hacia el otro elemento y lejos del hidrógeno. Debido a que el
hidrógeno es ligeramente positivo, se sentirá atraído por las cargas negativas vecinas.
Cuando esto sucede, se produce una interacción débil entre el δ + del hidrógeno de una
molécula y la δ — carga en los átomos más electronegativos de otra molécula,
generalmente oxígeno o nitrógeno, o dentro de la misma molécula. Esta interacción se
llama un enlace de hidrógeno. Este tipo de enlace es común y ocurre regularmente entre
las moléculas de agua. Los enlaces individuales de hidrógeno son débiles y se rompen
fácilmente; sin embargo, ocurren en cantidades muy grandes en el agua y en los polímeros
orgánicos, creando una fuerza importante en combinación. Los enlaces de hidrógeno
también son responsables de unir la doble hélice de ADN.

Al igual que los enlaces de hidrógeno, las interacciones de van der Waals son débiles
atracciones o interacciones entre moléculas. Las atracciones de Van der Waals pueden
ocurrir entre dos o más moléculas cualesquiera y dependen de ligeras fluctuaciones de las
densidades de electrones, que no siempre son simétricas alrededor de un átomo. Para que
estas atracciones sucedan, las moléculas necesitan estar muy cerca unas de otras. Estos
enlaces, junto con los enlaces iónicos, covalentes y de hidrógeno, contribuyen a la
estructura tridimensional de las proteínas en nuestras células que es necesaria para su
correcto funcionamiento.
Los químicos farmacéuticos son los responsables del desarrollo de nuevos fármacos y de
tratar de determinar el modo de acción tanto de los medicamentos antiguos como de los
nuevos. Están involucrados en cada paso del proceso de desarrollo de medicamentos. Los
medicamentos se pueden encontrar en el medio natural o pueden sintetizarse en el
laboratorio. En muchos casos, las drogas potenciales que se encuentran en la naturaleza se
cambian químicamente en el laboratorio para hacerlas más seguras y efectivas, y en
ocasiones las versiones sintéticas de las drogas sustituyen a la versión que se encuentra en
la naturaleza.
Después del descubrimiento o síntesis inicial de un fármaco, el químico desarrolla
entonces el medicamento, tal vez alterándolo químicamente, probándolo para ver si el
medicamento es tóxico, y luego diseñando métodos para una producción eficiente a gran
escala. Entonces, comienza el proceso de obtener el medicamento aprobado para uso
humano. En Estados Unidos, la aprobación de medicamentos es manejada por la
Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) e implica una serie de experimentos
a gran escala con sujetos humanos para asegurarse de que el medicamento no sea dañino y
trate de manera efectiva la afección que pretende tratar. Este proceso suele llevar varios
años y requiere la participación de médicos y científicos, además de químicos, para
completar las pruebas y obtener la aprobación.
Un ejemplo de un medicamento que fue descubierto originalmente en un organismo vivo
es Paclitaxel (Taxol), un medicamento anticanceroso que se usa para tratar el cáncer de
mama. Esta droga fue descubierta en la corteza del tejo del Pacífico. Otro ejemplo es la
aspirina, originalmente aislada de corteza de sauce. Encontrar drogas a menudo significa
probar cientos de muestras de plantas, hongos y otras formas de vida para ver si se
encuentran compuestos biológicamente activos dentro de ellos. A veces, la medicina
tradicional puede dar pistas a la medicina moderna sobre dónde se puede encontrar un
compuesto activo. Por ejemplo, el uso de la corteza de sauce para hacer medicina se
conoce desde hace miles de años, que se remonta al antiguo Egipto. No fue hasta finales
del siglo XIX, sin embargo, que la molécula de aspirina, conocida como ácido
acetilsalicílico, fue purificada y comercializada para uso humano.
Ocasionalmente, se encuentra que los medicamentos desarrollados para un solo uso tienen
efectos imprevistos que permiten que estos medicamentos se usen de otras formas no
relacionadas. Por ejemplo, el medicamento minoxidil (Rogaine) se desarrolló
originalmente para tratar la presión arterial alta. Cuando se probó en humanos, se notó que
las personas que tomaban el medicamento crecerían cabello nuevo. Eventualmente la
droga fue comercializada a hombres y mujeres con calvicie para restaurar el cabello
perdido.

LEY PERIÓDICA…
La ley periódica es la base de la tabla periódica de los elementos. Esta ley señala que las
propiedades químicas y físicas de los elementos tienden a repetirse de manera sistemática
a medida que se incrementa el número atómico. La tabla, por lo tanto, es una especie de
esquema que se encarga de ordenar los elementos químicos de acuerdo al orden creciente
de los números atómicos.

Un químico británico llamado John Alexander Reina Newlands (1838–1898) fue uno de
los precursores de este concepto al proponer la ley de las octavas, que indicaba que cada
ocho elementos se encuentran propiedades similares. Bajo esta idea, Newlands elaboró
una tabla periódica en 1863.
EL APORTE DE MEYER
El químico alemán Julius Lothar Meyer (1830–1895) se basó en estas nociones para
descubrir los volúmenes atómicos de los elementos.
Tras calcular los diferentes pesos atómicos y realizar gráficos con dichos valores, este
experto logró demostrar que el aumento del peso atómico se correspondía a un incremento
de las propiedades físicas. Los trabajos de Meyer respecto a la ley periódica fueron
publicados en 1870.
LA TABLA DE MEDELEIEV Y LA LEY PERIÓDICA
El químico ruso Dmitri Mendeleiev (1834–1907), sin embargo, es quien se ha quedado
con el mérito histórico como creador de la tabla periódica de los elementos. Su trabajo
consistió en ordenar los elementos de acuerdo a su masa atómica y situar en unas mismas
columnas aquellas que tenían algo en común. Su tabla,
presentada en 1869, se basó en la alteración manual de las
propiedades químicas.

Las columnas verticales de la tabla periódica se conocen


como grupos e incluyen elementos con idéntica valencia
atómica (y que, por lo tanto, presentan propiedades
parecidas entre sí). Las filas horizontales, por su parte,
reciben el nombre de periodos y agrupan los elementos con propiedades que son
diferentes pero cuyas masas resultan similares.

EL TRABAJO DE MOSELEY
Esta ley empírica, cuya autoría pertenece al físico de origen británico Henry Moseley en el
año 1913, define que cuando un átomo emite un rayo X existe una relación de tipo
sistemática entre su número atómico y la longitud de onda.
La importancia de dicha ley reside en que dejó atrás la noción de que el número atómico
fuera simplemente la representación del puesto que tenía cada elemento en la tabla
periódica, el cual había sido asignado casi sin motivo específico por Mendeleiev.

A partir de entonces, Moseley emprendió un número de experimentos para confirmar el


modelo del átomo de Bohr (propuesto también en 1913 por el físico danés de nombre
Niels y que plantea que los electrones pueden orbitar de manera estable alrededor del
núcleo atómico, entre otras cosas de gran importancia) en energías de rayos X, partiendo
de la medición de las frecuencias que se originan en las transiciones electrónicas que
sufren los átomos pesados.
LA MESA EN FORMA DE TABLA PERIÓDICA
Mientras que la tabla periódica representa una pesadilla para muchos estudiantes de
secundario, genera en otras personas una fascinación más allá de lo imaginable. Es el caso
de Theodore Gray, cofundador de Wolfram Research, una de las más respetadas
compañías de software e innovación científica y técnica, quien en el año 2002 construyó
una mesa con forma de tabla periódica, que contiene muestras de cada elemento ubicadas
de acuerdo a la distribución de Dmitri Mendeleiev.
Su trabajo no terminó allí, sino que comenzó a distribuir distintos diseños de su creación a
museos y escuelas, haciendo especial hincapié en la importancia de apreciar los elementos
en vivo y en directo, al contrario de simplemente ver su nomenclatura en un papel.
Aunque este hombre no cuente con la fama de un cantante popular, su activa colaboración
con la ciencia es muy reconocida entre las personas que gustan de esta rama del
conocimiento, y en Internet existe muchísima información acerca de él y sus
descubrimientos.

PROPIEDADES
PERIÓDICAS…
Ya sabemos que algunas propiedades físicas y químicas se repiten con cierta regularidad a
lo largo de los grupos y los períodos. La razón de su
regularidad reside en la configuración electrónica y
en el número atómico del elemento. La carga
nuclear efectiva sobre el electrón más externo reúne
estas dos características y facilita el estudio de la
variación de las propiedades periódicas de los
elementos al aumentar su número atómico. Las
propiedades periódicas más importantes son: el
radio atómico y el radio iónico, la energía de
ionización, la afinidad electrónica, la electro
negatividad y el carácter metálico.

RADIO ATÓMICO…
El tamaño del átomo es difícil de definir por dos razones básicamente:

• Se trata de un sistema dinámico de partículas muy influenciado por los átomos que le
rodean.

• Los orbitales que componen la corteza electrónica no tienen unas dimensiones definidas.

No obstante, como los átomos no suelen presentarse aislados, el valor que se asigna en la
práctica al radio atómico es la mitad de la distancia entre los núcleos de dos átomos
iguales enlazados entre sí. Al adoptar este concepto práctico de radio atómico, se
diferencia su valor fácilmente, ya que los metales se presentan formando redes
tridimensionales de átomos iguales, y los no metales forman moléculas.
Es importante resaltar que cuando los átomos enlazados no son iguales, el radio atómico
varía dependiendo del tipo de enlace, por lo que el valor de esta magnitud física debe
considerarse relativo, con la única finalidad de comparar entre sí átomos diferentes.

• En un período, al aumentar el número atómico, disminuye el radio atómico.

Al aumentar el número atómico de los elementos de un mismo período, se incrementa la


carga nuclear efectiva sobre el electrón más externo y el número de niveles ocupados no
varía. En consecuencia, aumenta la intensidad de la atracción entre el electrón y el núcleo,
por lo que disminuye la distancia entre ellos.

• En un grupo, al aumentar el número atómico, aumenta el radio atómico. Al aumentar el


número atómico de los elementos de un grupo, se incrementa el número de niveles
ocupados, mientras que la carga nuclear efectiva sobre el electrón más externo es la
misma. En consecuencia, aumenta el radio atómico.

RADIO IÓNICO…
Esta propiedad es importante cuando se estudian compuestos iónicos, ya que la estructura
tridimensional de éstos depende exclusivamente del tamaño de los iones involucrados. En
general, se puede decir que:

• Los cationes son de menor tamaño que los átomos de los que proceden.

• Los aniones son de mayor tamaño que los átomos respectivos. Este hecho también se
explica fácilmente al estudiar la carga nuclear efectiva sobre el electrón más externo.

• En el caso del catión, el menor número de electrones respecto del átomo neutro da lugar
a un menor apantalla miento y, por lo tanto, el electrón más externo del catión está sujeto
a una carga nuclear efectiva mayor: el radio del catión es menor que el del átomo neutro,
ya que el electrón más externo está sujeto a una atracción nuclear más in tensa.
• Respecto al átomo neutro, el anión está constituido por mayor número de electrones, por
lo que su apantallamiento sobre su electrón más externo es mayor; como la carga nuclear
es la misma en ambos, el resultado es que la carga nuclear efectiva sobre el electrón más
externo es mayor en el átomo que en su anión. Como consecuencia, el radio del anión es
mayor que el del átomo neutro.

ENERGÍA DE IONIZACIÓN…
Al suministrar suficiente energía a un átomo neutro, se consigue arrancarle un electrón y
obtener el correspondiente ion positivo o catión.
La energía de ionización, I, es la mínima energía necesaria para que un átomo neutro de
un elemento X, en estado gaseoso y en su estado electrónico fundamental, ceda un
electrón de su nivel externo y dé lugar a un ion mono-positivo X+, también en estado
gaseoso y en su estado electrónico fundamental.
X (g) + I → X+ (g) + 1e- Esta energía se puede interpretar como la energía con que el
átomo re tiene al electrón. La siguiente gráfica muestra el valor de la primera energía de
ionización de los elementos respecto al número atómico, hasta el lantano (Z = 57).
Se aprecia que en todos los casos se trata de un valor positivo, lo que es lógico pues
cualquier átomo constituye un sistema estable y el arranque de un electrón de su capa más
externa requiere un cierto aporte energético. Comprueba que los elementos alcalinos
presentan el menor valor de los elementos de su período, y los gases nobles, el mayor.
Se dan dos tendencias claras según se trate de los elementos de un período o de un grupo.
• Al aumentar el número atómico de los elementos de un mismo período, se incrementa la
atracción nuclear sobre el electrón más externo, ya que disminuye el radio atómico y
aumenta la carga nuclear efectiva sobre él.
Por ello en un período, al aumentar el número atómico, se hace mayor la energía de
ionización.
• Al aumentar el número atómico de los elementos de un mismo grupo, disminuye la
atracción nuclear sobre el electrón más externo, ya que aumenta el radio atómico, mientras
que no varía la carga nuclear efectiva sobre él.

AFINIDAD ELECTRÓNICA…
Un átomo puede aceptar un electrón y transformarse en un ion negativo o anión, con el
consiguiente intercambio de energía.
La afinidad electrónica, A, es la energía intercambiada en el proceso por el que un átomo
neutro X, en estado gaseoso y en su estado electrónico fundamental, recibe un electrón y
se transforma en un ion mononegativo X-, también en estado gaseoso y en su estado
electrónico fundamental.
X(g) + 1e- → X- (g)
Este proceso puede ser endotérmico o exotérmico, dependiendo de que requiera energía
para llevarse a cabo o que la desprenda. El valor de la afinidad electrónica informa de la
tendencia a formar el anión; cuanta más energía se desprenda en su proceso de formación,
más fácilmente se constituirá el anión.
A partir de los valores de la afinidad electrónica, se observan algunas regularidades que, al
igual que la energía de ionización, encuentran explicación en la configuración electrónica:
• Los elementos halógenos son los que forman aniones X- con mayor facilidad. Todos
ellos tienen una estructura electrónica de valencia ns2 np5 y, por lo tanto, al aceptar el
electrón, alcanzan estructura electrónica externa de gas noble, ns2 np6 que es
especialmente estable.
• Los elementos alcalinotérreos y los del grupo 15 presentan una mínima tendencia a
aceptar un electrón. Esto es debido a que sus estructuras electrónicas externas son ns2 y
ns2 np3 respectivamente, que confieren estabilidad adicional al sistema.
La afinidad electrónica de cualquier anión es positiva, es decir, los aniones no presentan
tendencia a aceptar electrones, lo que no significa que los aniones con más de una carga
negativa sean inestables; la estabilidad de un ion —catión o anión— depende sobre todo
de los enlaces químicos en los que participa.
El oxígeno (Z = 8) constituye un ejemplo muy ilustrativo: la afinidad electrónica del
átomo de oxigeno es negativa (-142 kJ/mol) y la del anión mononegativo formado es
positiva (780 kJ/mol):
O (g) + e- → O(g) ∆H = -142 kJ/mol
O(g) + e- → O2(g) ∆H = +780 kJ/mol
No obstante, en los compuestos iónicos en los que participa el oxígeno es común
encontrarlo en forma de ion oxido, O2-, que se encuentra estabilizado por los cationes
vecinos.

ELECTRONEGATIVIDAD…
La energía de ionización mide la tendencia de un átomo a ceder electrones, y la afinidad
electrónica, la tendencia del átomo a aceptarlos. Estas dos tendencias contrapuestas
pueden combinarse en una sola magnitud que es la electronegatividad.
La electronegatividad de un elemento se define como la tendencia relativa de sus átomos
para atraer los electrones de otros átomos con los que están enlazados.
En 1939 L. Pauling (1901-1994) estableció una escala arbitraria de electronegatividades,
asignando al átomo más electronegativo, el de flúor, el valor 4,0 y, a partir de él, el de
todos los demás.
Como es habitual, los valores de la electronegatividad a lo largo de la Tabla Periódica
presentan una variación clara en los elementos representativos, que no lo es tanto en los
elementos de transición.
En general, en los períodos, la electronegatividad se incrementa al aumentar el número
atómico, mientras que, en los grupos, aumenta al disminuir el número atómico. Debes
notar que los gases nobles carecen de valor de la electronegatividad, lo que es lógico si
consideramos que estos elementos se caracterizan por su mínima tendencia a formar
enlaces con los demás elementos.
Esta magnitud es muy útil cuando se trata de predecir el tipo de enlace que formarán dos
átomos: si la diferencia de electronegatividades es muy grande, el enlace será iónico,
mientras que, si es pequeño, será covalente, más o menos polarizado, con arreglo a la
diferencia de electronegatividad entre los átomos.
Para ilustrar este concepto vamos a comparar el flúor y el potasio.
• El flúor tiene elevada electronegatividad, ya que la primera energía de ionización (1680
kJ/mol) indica escasa tendencia a perder un electrón, y la afinidad electrónica (-333
kJ/mol) indica facilidad de aceptar un electrón.
• El potasio, por el contrario, tiene baja electronegatividad. Su primera energía de
ionización (418,7 kJ/mol) indica que pierde un electrón con facilidad, y su afinidad
electrónica (-48 kJ/mol) denota escasa tendencia a aceptar un electrón.
Si los dos elementos se enlazan, los electrones del enlace se encontrarán más cerca del
flúor que del potasio, debido a que el flúor es más reticente a ceder electrones y, a su vez,
exhibe mayor tendencia a atraer un electrón adicional. En definitiva, el flúores más
electronegativo que el potasio.

CARÁCTER METÁLICO: METALES, NO METALES Y


SEMIMETALES…
La distribución actual de los elementos en la Tabla Periódica los separa en metales y no
metales.
Los metales y los no metales se distinguen entre sí por sus propiedades físicas y químicas,
que varían gradualmente a lo largo de la Tabla Periódica, desde las propias de los metales
a la izquierda de la tabla, hasta las que definen a los no metales a la derecha.
Esta variación gradual de las propiedades hace que algunos elementos no correspondan
exactamente con metales ni con no metales, por lo que reciben el nombre de semimetales.
Los semimetales son los elementos que aparecen en la zona marcada a la derecha de la
Tabla Periódica a partir del B (Z = 5). Son los siguientes: B, Al, Si, Ge, As, Sb, Te, Po y
At.
El hidrógeno (Z = 1) no dispone de una posición clara en la Tabla Periódica, ya que
corresponde al grupo I, alcalinos, por su configuración electrónica, 1s1 y su capacidad
para formar catión H+. También tiene cabida en el grupo VII, halógenos, por su capacidad
para formar anión H-.
Los gases nobles forman un grupo aparte caracterizado por su gran estabilidad, ya que no
forman compuestos con otros elementos. Hoy día sabemos que esta propiedad no se
cumple estrictamente, puesto que el kriptón y el xenón forman algunos compuestos con
los elementos más electronegativos, el flúor y el oxígeno.
Las propiedades que definen y diferencian a los elementos metálicos de los no metálicos
se resumen en la tabla 2, siguiente:

NÚMEROS CUÁNTICOS…
La propuesta de Schrodinger , considerado como el 5° modelo atómico, radica en describir
las características de todos los electrones de un átomo, y para ello uso lo que conocemos
como números cuánticos.
Los números cuánticos se denominan con las letras n, m, l y s y nos indican la posición y
la energía del electrón. Ningún electrón de un mismo átomo puede tener los mismos
números cuánticos.
El significado de los números cuánticos es:
n = número cuántico principal, que indica el nivel de energía donde se encuentra el
electrón, asume valores enteros positivos, del 1 al 7.
l = número cuántico secundario, que indica el orbital en el que se encuentra el electrón,
puede ser s, p, d y f (0, 1, 2 y 3).
m = número cuántico magnético, representa la orientación de los orbitales en el espacio, o
el tipo de orbital, dentro de un orbital especifico. Asume valores del número cuántico
secundario negativo (-l) pasando por cero, hasta el número cuántico positivo (+l).
s = número cuántico de spin, que describe la orientación del giro del electrón. Este número
tiene en cuenta la rotación del electrón alrededor de su propio eje a medida que se mueve
rodeando al núcleo. Asume únicamente dos valores +1/2 y -
En resumen los números cuánticos se expresan:
N: Nivel de energía (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7)
L: Orbital (s=0, p=1, d=2 y f=3) del =0 (orbital s) hasta n - 1.
m: magnético (m=-l ,0 +1) desde -l, pasando por cero, hasta +l.
s: spin (-1, + 1).
Los números cuánticos sirven a su vez para entender la información que aporta la
configuración electrónica
De esta forma se pueden obtener los números cuánticos de los electrones de los niveles
superiores. Para mayor facilidad se presentará una tabla para asignar los números
cuánticos correctos, conociendo la configuración electrónica y la localización exacta del
electrón.
1s2-2s2-2p6-3s2-3p6-4s2-3d10-4p6-5s2-4d10-5p6-6s2-4f14-5d10-6p6-7s2-5f14-6d10-
7p6
El número que precede al orbital es igual al número cuántico principal, por ejemplo para
los electrones que están en el orbital 4p, el nivel = 4.
El número cuántico secundario se establece observando el orbital referido, por ejemplo
para el orbital 4p, el subnivel es el orbital, l = 1 (p)
Existen tres tipos de orbitales p (px, py y pz) por lo que se dice que hay tres espacios
donde se acomodan dos electrones en cada uno, esos espacios o tipos de orbitales reciben
el número cuántico magnético de -1, 0 y +1. Es decir para el orbital p existen 3 números
cuánticos magnéticos.
Si nos referimos al cuarto nivel de energía, 4s23d104p6? , y se menciona al orbital 4p, el
superíndice indica el total de electrones de ese orbital, si se sabe que el orbital p siempre
tiene los números cuánticos m (-1, 0, +1), entonces se agrupan de dos en dos, es decir 2
electrones para cada número cuántico magnético.
De tal manera que dos electrones (los apareados) diferirán únicamente del número
cuántico s o de spin, ya que uno tendrá s = - 1/2 y el otro s = + 1/2.
CONFIGURACIÓN ELECTRÓNICA…
La configuración electrónica del átomo de un elemento corresponde a la ubicación de los
electrones en los orbitales de los diferentes niveles de energía. Aunque el modelo de
Scrödinger es exacto sólo para el átomo de hidrógeno, para otros átomos es aplicable el
mismo modelo mediante aproximaciones muy buenas.
La manera de mostrar cómo se distribuyen los electrones en un átomo, es a través de la
configuración electrónica. El orden en el que se van llenando los niveles de energía es: 1s,
2s, 2p, 3s, 3p, 4s, 3d, 4p. El esquema de llenado de los orbitales atómicos, lo podemos
tener utilizando la regla de la diagonal, para ello debes seguir atentamente la flecha del
esquema comenzando en 1s; siguiendo la flecha podrás ir completando los orbitales con
los electrones en forma correcta
Para escribir la configuración electrónica de un átomo es necesario:
 Saber el número de electrones que el átomo tiene; basta conocer el número
atómico (Z) del átomo en la tabla periódica. Recuerda que el número de electrones
en un átomo neutro es igual al número atómico (Z = p+).
 Ubicar los electrones en cada uno de los niveles de energía, comenzando desde el
nivel más cercano al núcleo (n = 1).
 Respetar la capacidad máxima de cada subnivel (s = 2e-, p = 6e-, d = 10e- y f =
14e-).
Ejemplo:
Los orbitales se llenan en orden creciente de energía, con no más de dos electrones
por orbital, según el principio de construcción de Aufbau.
Litio (Z = 3). Este elemento tiene 3 electrones. Empezaremos llenando el orbital de
menor energía con dos electrones que tendrán distinto spin (ms). El electrón
restante ocupará el orbital 2s, que es el siguiente con menor energía:
La flecha indica el valor del cuarto número cuántico, el de spin: para +1/2: y para –1/2,
respectivamente:
También podemos describir la distribución de electrones en el átomo de litio como:
Los electrones que tienen números de espín opuestos cancelan los efectos magnéticos y se
dice que sonelectrones apareados. Un ejemplo son los dos electrones que ocupan el orbital
1s en el átomo de Litio. De manera similar decimos que el electrón que ocupa el orbital 2s
orbital está desapareado.
En la tabla a continuación vemos como se distribuyen los electrones de los átomos en
orden creciente a su número atómico Z.

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