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Los elementos son sustancias que no se pueden dividir en sustancias más simples por
medio de reacciones químicas ordinarias. Cada elemento tiene un símbolo químico: en
general la primera letra o las primera y segunda letras del nombre del elemento en inglés o
en latín. Por ejemplo, O es el símbolo del oxígeno, C del carbono, H del hidrógeno, N del
nitrógeno, y Na del sodio (de la palabra en latín natrium). Sólo cuatro elementos, oxígeno,
carbono, hidrógeno y nitrógeno, son responsables de más del 96% de la masa de la mayoría
de los organismos. Otros, tales como calcio, fósforo, potasio y magnesio, están también
constantemente presentes, pero en cantidades más pequeñas. Algunos elementos, como el
yodo y cobre, se conocen como oligoelementos, ya que sólo son necesarios en cantidades
muy pequeñas.
Un átomo se define como la parte más pequeña de un elemento que conserva sus
propiedades químicas. Los átomos son demasiado pequeños para ser visibles bajo el
microscopio óptico. Sin embargo, con técnicas sofisticadas (como la microscopia de efecto
túnel, se hacen amplificaciones tan grandes como 5 millones de veces) los investigadores
han podido fotografiar las posiciones de algunos átomos en las moléculas grandes. Los
componentes de los átomos son pequeñas partículas de materia (todo lo que tiene masa y
ocupa espacio), conocidas como partículas subatómicas. Los físicos han descubierto una
serie de partículas subatómicas, pero para nuestros propósitos necesitamos considerar sólo
tres: electrones, protones y neutrones.
En la tabla 1, se observa cada uno de los elementos químicos básicos que conforman a
los seres vivos, con una breve descripción de su función en la vida.
Un electrón es una partícula que porta una unidad de carga eléctrica negativa; un
protón porta una unidad de carga positiva, y un neutrón es una partícula sin carga. En un
átomo eléctricamente neutro, el número de electrones es igual al número de protones. Los
protones y los neutrones agrupados conforman el núcleo atómico. Sin embargo, los
electrones no tienen una ubicación fija y se mueven rápidamente a través del espacio casi
vacío que rodea el núcleo atómico
Cada elemento tiene un número fijo de protones en el núcleo atómico, conocido como
el número atómico. Se escribe como un subíndice a la izquierda del símbolo químico. Así, 1 H
indica que el núcleo del hidrógeno contiene 1 protón, y 8 O significa que el núcleo del
oxígeno contiene 8 protones. El número atómico determina la identidad del átomo y define
el elemento correspondiente.
La masa de una partícula subatómica es muy pequeña, demasiado pequeña para que
pueda expresarse convenientemente en gramos o incluso en microgramos. Estas masas se
expresan en términos de la unidad de masa atómica (uma), también llamada dalton en
honor a John Dalton, el químico inglés que formuló una teoría atómica a principios de 1800.
Una uma es aproximadamente igual a la masa de un solo protón o de un solo neutrón. Los
protones y los neutrones conforman casi toda la masa de un átomo. La masa de un electrón
es tan sólo 1/1800 de la masa de un protón o de un neutrón.
La mayoría de los elementos consisten de una mezcla de átomos con diferente número
de neutrones y por lo tanto de masas diferentes. Estos átomos se llaman isótopos. Los
isótopos de un mismo elemento tienen el mismo número de protones y electrones, sólo varía
el número de neutrones. Los tres isótopos de hidrógeno, 1 H
1 (hidrógeno común), 1
2 H
(deuterio), y 1
3 H (tritio), contienen 0, 1 y 2 neutrones, respectivamente. Debido a que tienen
el mismo número de electrones, todos los isótopos de un elemento dado tienen
esencialmente las mismas características químicas. Sin embargo, algunos isótopos son
inestables y tienden a desintegrarse, o a decaer, en un isótopo más estable (convirtiéndose
por lo general en un elemento diferente); estos radioisótopos emiten radiación durante el
proceso. Utilizando instrumentos sofisticados, los científicos pueden detectar y medir esta
radiación.
Electrones y Orbitales:
Los electrones se mueven en regiones del espacio tridimensional (3-D) del átomo,
denominadas orbitales. Cada orbital presenta un máximo de 2 electrones. Puesto que es
imposible conocer la ubicación de un electrón en un momento determinado, los orbitales se
describen con mayor precisión como “nubes de electrones”, áreas sombreadas, cuya
densidad es proporcional a la probabilidad de que un electrón está presente allí en un
momento determinado. La energía de un electrón depende del orbital que ocupa. Se dice
que los electrones que se encuentran en orbitales con energía similar, están en el mismo
nivel de energía principal, y conforman una capa electrónica.
En general, los electrones en una capa electrónica con una distancia promedio mayor
desde el núcleo tienen mayor energía que los que están en una capa cercana al núcleo. La
razón es que se requiere energía para mantener alejado a un electrón (cargado
negativamente) del núcleo (cargado positivamente). Se dice que los electrones más
energéticos, conocidos como electrones de valencia, ocupan la capa de valencia. La
capa de valencia se representa como el anillo exterior concéntrico en el modelo de Bohr.
Un electrón se puede mover a un orbital más alejado del núcleo al recibir más energía, o
puede ceder la energía y caer a un nivel de energía más baja, en un orbital más cercano al
núcleo. Los cambios en los niveles de energía de los electrones son importantes en la
conversión de energía de los organismos. Por ejemplo, durante la fotosíntesis, la energía
luminosa absorbida por las moléculas de clorofila hace que los electrones se muevan a un
nivel superior de energía.
Imagen I: Movimiento del electrón en el orbital del núcleo de
un átomo. Cada orbital se representa como una “nube
electrónica”. Las flechas etiquetadas como x, y, z forman
los ejes imaginarios del átomo
Reacciones químicas:
Compuestos y Moléculas:
Dos o más átomos pueden combinarse químicamente. Cuando se combinan los átomos
de diferentes elementos, el resultado es un compuesto químico. Un compuesto químico
consta de átomos de dos o más elementos diferentes combinados en una proporción fija.
Por ejemplo, el agua es un compuesto químico formado de hidrógeno y oxígeno en una
proporción de 2:1. La sal de mesa común, cloruro de sodio, es un compuesto químico
formado por sodio y cloro en una proporción 1:1. Dos o más átomos pueden estar unidos
fuertemente formando una partícula estable llamada molécula. Por ejemplo, cuando se
combinan químicamente dos átomos de oxígeno, se forma una molécula de oxígeno. El
agua es un compuesto molecular, y cada molécula consta de dos átomos de hidrógeno y
uno de oxígeno. Sin embargo, como se verá, no todos los compuestos están formados por
moléculas. El cloruro de sodio (la sal común de mesa) es un ejemplo de un compuesto que
no es molecular.
Una fórmula química es una expresión abreviada que describe la composición química
de una sustancia. Los símbolos químicos indican los tipos de átomos presentes, y el número
de los subíndices indican las proporciones entre los átomos. Existen varios tipos de fórmulas
químicas, cada tipo proporciona información específica.
En una fórmula simplificada (también conocida como una fórmula empírica), los
subíndices indican la mínima proporción de números enteros de átomos presentes en un
compuesto. Por ejemplo, la fórmula simplificada para la hidracina es NH2, que indica una
proporción de 1:2 de nitrógeno a hidrógeno. (Observe que cuando está presente un átomo
de un tipo, el subíndice número 1 no se escribe).
En una fórmula molecular, los subíndices indican el número real de cada tipo de átomo
por molécula. La fórmula molecular de la hidracina es N2H4, lo que indica que cada
molécula de la hidracina está compuesta de dos átomos de nitrógeno y cuatro átomos de
hidrógeno. La fórmula molecular del agua, H2O, indica que cada molécula está formada
por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno.
Una fórmula estructural muestra no sólo los tipos y número de átomos en una molécula,
sino también su disposición. Por ejemplo, la fórmula estructural del agua es H-O-H.
Masa Molecular:
El concepto de mol también permite hacer comparaciones útiles entre las disoluciones.
Una disolución 1 molar, que se representa por 1 M, contiene 1 mol de sustancia que se
disuelve en un volumen total de 1 litro (L). Por ejemplo, se puede comparar 1 L de una
disolución 1 M de glucosa con 1 L de una disolución 1 M de sacarosa (azúcar de mesa, una
molécula más grande). Se diferencian en la masa del azúcar disuelto (180 g y 340 g,
respectivamente), pero cada una de éstas tienen 6.02 X 1023 moléculas de azúcar.
Ecuaciones químicas:
En este ejemplo, las flechas se dibujan con diferentes longitudes para indicar que
cuando la reacción alcanza el equilibrio, habrá más reactivos (CO2 y H2O) que productos
(H2CO3).
Enlaces Químicos:
Los átomos se mantienen unidos por fuerzas de atracción llamadas enlaces químicos.
Cada enlace representa una cantidad dada de energía química. La energía de enlace es
la energía que se necesita para romper un enlace químico. Los electrones de valencia
establecen cuantos enlaces se pueden formar de un átomo. Los dos tipos principales de
enlaces químicos fuertes son los enlaces covalentes y los enlaces iónicos.
Enlace Covalente:
Los enlaces covalentes implican compartir electrones entre átomos de manera que
cada átomo queda con su capa de valencia completa. Una molécula consta de átomos
unidos por enlaces covalentes. Un ejemplo sencillo de este tipo de enlace covalente es el
que une a dos átomos de hidrogeno en una molécula de hidrogeno gaseoso, H2. Cada
átomo de hidrogeno tiene 1 electrón, pero se requieren 2 electrones para completar su
capa de valencia. Los átomos de hidrogeno tienen igual capacidad para atraer electrones,
de modo que no se donan electrones entre sí. En cambio, los dos átomos de hidrogeno
comparten sus únicos electrones, así que el par de electrones compartidos son atraídos
simultáneamente por los 2 protones de cada núcleo de hidrogeno. Los 2 electrones giran
alrededor de ambos núcleos atómicos, formando así el enlace covalente que une los dos
átomos. Del mismo modo, se pueden enlazar átomos diferentes con enlaces covalentes
formando moléculas, el resultado es un compuesto covalente.
Enlaces Iónicos:
Algunos átomos o grupos de átomos no son eléctricamente neutros. Una partícula con 1
o más unidades de carga eléctrica se llama ión. Un átomo se convierte en un ion si gana o
pierde 1 o más electrones. Un átomo con 1, 2, o 3 electrones en su capa de valencia tiende
a ceder electrones a otros átomos. Este átomo entonces se carga positivamente, porque su
núcleo tiene más protones que el número de electrones orbitando alrededor del núcleo.
Estos iones con carga positiva se denominan cationes. Los átomos con 5, 6 o 7 electrones de
valencia tienden a aceptar electrones de otros átomos y se convierten en aniones, con
carga negativa.
Se forma un enlace iónico como consecuencia de la atracción entre la carga positiva
de un catión y la carga negativa de un anión. Un compuesto iónico es una sustancia que
consta de aniones y cationes unidos por sus cargas opuestas.
Enlaces de Hidrogeno:
Muchas de las conversiones de energía que ocurren en una célula implican reacciones
en las que se transfieren electrones de una sustancia a otra. La razón es que la transferencia
de un electrón también implica la transferencia de energía de ese electrón. Esta
transferencia de electrones se conoce como una oxidación-reducción, o reacción redox. La
oxidación y la reducción siempre se presentan juntas. La oxidación es un proceso químico
en el que un átomo, ion o molécula pierde uno o más electrones. La reducción es un
proceso químico en el cual un átomo, ion o molécula gana uno o más electrones. (El
término se refiere al hecho de que la ganancia de un electrón resulta en la reducción de
cualquier carga positiva que pudiera estar presente).
Las reacciones redox son simultaneas, porque una sustancia debe aceptar los electrones
que pierde la otra. En una reacción redox, un componente, el agente oxidante, acepta 1 o
más electrones y se reduce. Se conocen otros agentes oxidantes distintos del oxígeno, pero
el oxígeno es tan común que dio el nombre al proceso. Otro componente de la reacción, el
agente reductor, cede 1 o más electrones y se oxida.
Ácidos y Bases:
Las moléculas de agua tienen una ligera tendencia a ionizarse, es decir, disociarse en
iones hidrógeno (H+) y iones hidróxido (OH−). El ion H+ se combina inmediatamente con una
región de carga negativa de una molécula de agua, formando un ion hidronio (H3O+). Sin
embargo, por convención, se utiliza H+, en lugar del H3O+ que es más preciso. En el agua
pura, un pequeño número de moléculas de agua se ionizan. Esta ligera tendencia del agua
para disociarse es reversible por la tendencia de los iones hidrógeno e hidróxido de unirse
para formar agua.
Debido a que cada molécula de agua se separa en un ion hidrógeno y un ion hidróxido,
las concentraciones de los iones hidrógeno y de hidróxido en agua pura son exactamente
iguales (0.0000001 o 107 mol/L para cada ion). Se dice que esta disolución es neutra, es decir,
ni ácida ni básica (alcalina).
Una base se define como un aceptor de protones. La mayoría de las bases son
sustancias que se disocian en un ion hidróxido (OH−) y un catión cuando están disueltas en
agua. Un ion hidróxido puede comportarse como una base al aceptar un protón (H+) para
formar agua. El hidróxido de sodio (NaOH) es una base inorgánica común. Algunas bases no
se disocian directamente en iones hidróxido. Por ejemplo, el amoniaco (NH3) se comporta
como una base al aceptar un protón del agua, para formar un ion amonio (NH4+) y liberar un
ion hidróxido.
pH:
El grado de acidez de una disolución se expresa generalmente en términos del pH, que
se define como el logaritmo negativo (de base 10) de la concentración de iones hidrogeno
(expresada en moles por litro):
pH = −log10[H+]
Los corchetes indican concentración, por lo tanto, el termino [H+] significa “la
concentración de iones hidrogeno”, que se expresa en moles por litro, porque corresponde
a la medida de mayor interés practico. Debido a que el rango de valores posibles de pH es
amplio, el uso de una escala logarítmica (con una diferencia de 10 entre unidades sucesivas)
es más conveniente que el de una escala lineal. El pH tiene una escala de medida de 0 a 14,
siendo la escala de 7 el pH neutro.
Imagen III: Valores de pH de algunas disoluciones
comunes.
Compuestos Orgánicos:
Una razón del gran número de compuestos posibles que contienen carbono, es el hecho
de que los mismos componentes se pueden unir siguiendo más de un patrón, con lo que se
genera una variedad aun mayor de formas moleculares. Los compuestos con la misma
fórmula molecular pero estructuras diferentes y por tanto, con propiedades distintas, se
llaman isómeros. Los isómeros no tienen propiedades físicas o químicas idénticas y pueden
tener diferentes nombres comunes. Las células pueden distinguir los isómeros, ya que por lo
general solo uno de ellos es biológicamente activo. Los isómeros pueden ser de tres tipos:
estructurales, geométricos y enantiómeros.
Son moléculas que no pueden ser hidrolizadas en moléculas más simples. Se clasifican
de acuerdo con la longitud de las cadenas de carbono, las cuales tienen desde tres
carbonos (triosas), tales como el gliceraldehido; azucares con cuatro carbonos (tetrosas),
azucares con cinco carbonos (pentosas), azucares con seis carbonos (hexosas), etc. Entre
los monosacáridos más conocidos están la glucosa (C6H12O6), la fructuosa y la galactosa.
Los monosacáridos pueden contener en su estructura grupos funcionales como aldehídos
CHO (aldosas) o cetosas.
Disacáridos u oligosacáridos:
Están formados por dos monosacáridos unidos por un enlace glucosídico. Al unirse dos
moléculas de azúcar, se pierde una molécula de agua. La sacarosa (azúcar común) está
ampliamente distribuida en la naturaleza y se usa en la alimentación. Otro disacárido
familiar es la lactosa que se encuentra presente en la leche de los mamíferos (incluyendo
al hombre). La maltosa es el disacárido que está formado por la unión de dos moléculas de
glucosa y aparece en nuestro tubo digestivo cuando iniciamos la digestión de los alimentos.
SACAROSA MALTOSA
LACTOSA
Polisacáridos:
Alanina A Metionina M
Cisteína C Asparadina N
Ácido Prolina
D P
aspártico
Ácido Glutamina
E Q
glutámico
Fenilalanina F Arginina R
Glicina G Serina S
Histidina H Treonina T
Isoleucina I Valina V
Licina K Triptofano W
Leucina L Tirosina Y
Proteínas:
Las cadenas poli peptídicas que forman una proteína se pliegan para formar una
macromolécula con una conformación o forma 3-D especifica. Algunas cadenas
polipeptídicas forman largas fibras. Las proteínas globulares están plegadas de forma muy
compacta formando estructuras más o menos esféricas. Existe una relación muy estrecha
entre la conformación de una proteína y su función. Por ejemplo, una enzima típica es una
proteína globular con una forma determinada que le permite catalizar una reacción
química específica. De manera similar, la forma de una hormona proteínica le permite unirse
a los receptores en sus células objetivo (las células sobre las que actúa la hormona). Los
científicos reconocen cuatro niveles de organización principales en las proteínas: primario,
secundario, terciario y cuaternario.
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