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CONCEPTO
Maffía entiende que es la obligación que incumbe al heredero forzoso que concurre con otros
coherederos, de computar en la masa partible el valor de las donaciones que el causante le hubiese hecho
en vida e imputarlo en su propia porción.
Por nuestra parte siguiendo a Pérez Lasala afirmamos que la colación supone computar en la masa
partible el valor de las donaciones que el causante le ha hecho en vida a un heredero forzoso que concurre
con otros herederos forzosos, e imputar en su propia porción ese valor, para compensar a los demás
herederos en bienes hereditarios equivalentes a los que le fueron donados al colacionante.
FUNDAMENTO
La colación tiene como principal finalidad la igualdad de los herederos forzosos buscando eliminar
cualquier desequilibrio patrimonial que pueda generarse con motivo de una donación entregada por el
causante.
En virtud de esta búsqueda de la igualdad es que la ley presume que la donación entregada al heredero
forzoso, como un anticipo de su porción hereditaria. Dicha presunción puede ser contrarrestada con la
dispensa de colacionar, lo que ocurre cuando el causante expresamente dispone que esa donación no es
a cuenta de su hijuela, sino que debe entregarse como una mejora de a porción hereditaria que por ley le
corresponde.
DIVISIBILIDAD DE LA OBLIGACIÓN
En ese sentido el art. 805 del Código define la obligación divisible como aquella "que tiene por objeto
prestaciones susceptibles de cumplimiento parcial".
Ello significa que, si parte de los coherederos la hubieran reclamado y otros no, el partidor deberá hacer
diferentes operaciones para cargar en la hijuela del obligado la parte proporcional de los accionantes.
Como consecuencia de ello, las obligaciones entre los coherederos se realizan con independencia
entre sí y, además, la interrupción de la prescripción hecha por uno de los comuneros no beneficiará a los
demás (art. 2545).
MODOS DE COLACIONAR
En nuestro ordenamiento se utiliza la colación en valor según el art. 2396 que establece que "la colación
se efectúa sumando el valor de la donación al de la masa hereditaria después de pagadas las deudas, y
atribuyendo ese valor en el lote del donatario".
Se conforma en una mera operación aritmética de contabilidad donde el obligado no debe restituir a la
masa el bien ni su equivalente en efectivo, sino computar su valor para disminuirlo en la hijuela que le
corresponde.
LEGITIMADOS
Por una cuestión metodológica hemos diferenciado a los legitimados pasivos, es decir quiénes son las
personas obligadas a colacionar (art. 2385 párr. 1º) y los legitimados activos, que son aquellos interesados
en pedir la colación (art. 2395).
Legitimación pasiva (personas obligadas a colacionar)
i. Descendientes y cónyuge
El art. 2385 dispone que "los descendientes del causante y su cónyuge supérstite que concurren a la
sucesión intestada deben colacionar a la masa hereditaria el valor de los bienes que les fueron donados
por el causante, excepto dispensa o cláusula de mejora expresa en el acto de donación o en el
testamento".
iii. Momento en que el sujeto activo debe tener el carácter de heredero forzoso
El art. 2388, pone fin a la discusión al disponer que "el descendiente que no era heredero presuntivo al
tiempo de la donación, pero que resulta heredero, no debe colación. El cónyuge no debe colación cuando
la donación se realiza antes del matrimonio".
La norma plantea dos supuestos bien diferenciados:
Por ejemplo, el causante tiene dos hijos A y B y cría en su casa a C. En el año 2001 le realiza una
donación a C y en 2002 lo adopta. En este supuesto, C no está obligado a colacionar ya que no era
heredero al tiempo de la donación.
El art. 2395, establece que "la colación sólo puede ser pedida por quien era coheredero presuntivo a
la fecha de la donación. El cónyuge supérstite no puede pedir la colación de las donaciones hechas por el
causante antes de contraer matrimonio".
Supuestos:
ii. Cónyuge: El cónyuge supérstite no podrá pedir la colación de las donaciones realizadas
por el causante antes de casarse.
iii. Acreedores y legatarios: En el CCyC tanto los acreedores del heredero como los del
causante, y los legatarios, no tienen —en principio- derecho a exigir la colación, por no ser coherederos
presuntivos a la época de la donación (art. 2395).
VALOR COLACIONABLE
El Código Civil y Comercial tiene un criterio diferente al de su antecesor en el art. 3477, disponiéndose
que el valor de los bienes colacionables se determina "a la época de la partición según el estado del bien
a la época de la donación", utilizando la misma solución para el cómputo de la porción legítima para cada
descendiente (art. 2445).
Así, si p. ej., el causante donó a un legitimario un departamento a estrenar, este debe ser valuado al
momento de la división hereditaria, pero con la importante salvedad que la misma debe realizarse en
función del estado que tenía ese departamento en el momento que fue donado, es decir que se deberá
calcular el valor de mercado de ese inmueble a estrenar, al momento particional.
DONACIONES INOFICIOSAS
Sabiendo cómo se determina el valor colacionable, podemos ahora avocarnos a ver cómo se lleva a
cabo esa imputación a la masa hereditaria, y los escenarios que pueden darse dándose tres variantes:
Siguiendo el ejemplo del primer supuesto, si la cuota que le corresponde al heredero es de $ 10.000,
pero el valor colacionable es de $ 15.000, al momento particional el heredero se ha excedido en la suma
de $ 5.000, y nada deberá llevarse de la masa.
Lo que ocurre con la diferencia de ese exceso ($ 5.000) deberá resolverse dependiendo de las cuantías
de las porciones legítimas y las disponibles del caso.
En el art. 2386 se señala que "la donación hecha a un descendiente o al cónyuge cuyo valor excede la
suma de la porción disponible más la porción legítima del donatario, aunque haya dispensa de colación o
mejora, está sujeta a reducción por el valor del exceso". Esta norma debe tenerse presente la remisión
que hace el art. 1565 referido a las donaciones inoficiosas dentro del capítulo del contrato de donación al
establecer que "se considera inoficiosa la donación cuyo valor excede la parte disponible del patrimonio
del donante. A este respecto, se aplican los preceptos de este Código sobre la porción legítima".
Cuando el valor colacionable supera la alícuota hereditaria del heredero-donatario, el excedente ya no
se puede considerarse un anticipo de la herencia, por lo tanto, en la medida del exceso el valor donado
constituye una donación común regida por las reglas de la reducción y si puede imputarse a la disponible
nada deberá reducir.
El exceso de su cuota se deberá compensar con otros bienes sucesorios a los demás herederos
forzosos, y si no hubiere bienes en la herencia, se generará un crédito en dinero por esa diferencia a favor
de los coherederos perjudicados y si éste es insolvente, porque p. ej., enajenó el bien donado, procederá
la acción de reducción y su efecto reipersecutorio por el valor de esa diferencia.
HEREDERO RENUNCIANTE
El heredero que renuncia a la herencia del donante no debe colacionar. Ello según lo previsto en el art.
2301 que establece que el heredero renunciante es considerado como si nunca hubiese sido llamado a la
herencia, no tiene calidad de heredero y es como si fuera un tercero a dicha sucesión.
Por su parte el art. 2387 dispone que "el descendiente o el cónyuge que renuncia a la herencia pueden
conservar la donación recibida o reclamar el legado hecho, hasta el límite de la porción disponible". Ante
ello, los derechos que correspondan al renunciante sobre el bien recibido en donación dependerá de la
porción disponible que del causante.
OBJETO DE LA COLACIÓN
El objeto de la colación comprende todas las donaciones hechas en vida por el causante a un
descendiente o al cónyuge supérstite, es decir según reza el art. 1542 "cuando una parte se obliga a
transferir gratuitamente una cosa a otra, y ésta lo acepta".
El Código Civil y Comercial toma un criterio amplio, hecho que quedó expuesto en los fundamentos del
anteproyecto al señalar que "la inclusión de un precepto relativo a los beneficios hechos al heredero
obligado a colacionar tiende a superar las discrepancias causadas por ciertos actos que benefician al
heredero sin tratarse de donaciones, como el comodato de un inmueble fructífero o la asociación con el
causante que supera las ventajas que derivarían de su aporte social. Se hace expresa exclusión del
fideicomiso constituido en favor de una persona incapaz o con capacidad restringida".
De esta forma, se incluyen dentro del objeto colacionable no sólo las donaciones sino los beneficios
recibidos por el heredero que hayan generado una ventaja y diferencia respecto del resto de los
legitimarios.
Asimismo, el art. 2391 establece que se deben colacionar los beneficios recibidos a consecuencia de
convenciones hechas con el difunto que tuvieron por objeto procurarles una ventaja particular, excepto
dispensa y lo dispuesto para el heredero con capacidad restringida en el art. 2448.
El objeto de ese acuerdo o convención entre causante y heredero, debe ser suficientemente claro como
para poder someterse a colación. A modo ejemplificativo podemos señalar algunos supuestos:
— La cesión en comodato de un bien que produce rentas o frutos;
— Constitución de una sociedad con una importante participación societaria del heredero que supere
el aporte realizado por el heredero;
— Los créditos que el causante haya cedido gratuitamente al heredero y que éste haya percibido;
— Constitución de un usufructo;
— La cesión gratuita de una herencia recibida por el causante;
— Intereses no percibidos por un préstamo del causante a un legitimario.
BENEFICIOS EXCLUIDOS DE LA COLACIÓN
El art. 2392 regula los beneficios que son excluidos de la colación, es decir aquellos actos que por su
particularidad no deben ser colacionados.
Se trata de gastos que responden a imperativos asistenciales o responsabilidades derivadas de la
responsabilidad parental, así como los regalos de cortesía o pagos de seguros de vida; en definitiva como
puede observarse no responden a adelantos de la herencia por parte del causante sino al transcurrir de la
vida diaria.
La mencionada norma señala que no se colacionan:
los gastos de alimentos;
los de asistencia médica por extraordinarios que sean;
los de educación y capacitación profesional o artística de los descendientes, excepto que sean
desproporcionados con la fortuna y condición del causante;
los gastos de boda que no exceden de lo razonable;
los presentes de uso;
el seguro de vida que corresponde al heredero, pero sí por las primas pagadas por el causante
al asegurador, hasta la concurrencia del premio cobrado por el asegurado.
Otros beneficios excluidos son:
el bien que ha perecido sin culpa del donatario. Sin embargo, si éste ha percibido
una indemnización, la debe por su importe (art. 2393).
Supuestos
Del art. 2392 se desprenden diferentes supuestos que, entendemos, son meramente enunciativos y
prevén distintos supuestos considerados no colacionables.
i. Gastos
— De alimentos: surge de la obligación legal correspondiente a cada tipo parental prevista, la marital
y entre parientes.
— De asistencia médica por extraordinarios que sean: proveniente de la responsabilidad parental, entre
esposos y entre parientes. La frase "por extraordinarios que sean" había dado lugar a discrepancias
doctrinarias, pero la nueva redacción viene a zanjar la vieja discusión pues se refiere sólo a gastos
médicos, por lo tanto, debemos entender que deben incluirse las enfermedades, tratamientos,
operaciones quirúrgicas y todo lo referido tratamientos e intervenciones estéticas.
— De educación y capacitación profesional o artística de los descendientes, excepto que sean
desproporcionados con la fortuna y condición del causante: surge de lo señalado en el art. 658 de
responsabilidad parental, y no deben ser desproporcionados (un ejemplo de ello se puede dar si un
hijo estudia en una universidad pública y el otro se lo capacita en una universidad extranjera con
gastos de comida, alojamiento, posgrados, etc., por un período significativo de tiempo).
— De boda, que no exceden de lo razonable: La razonabilidad del gasto tiene relación con el caudal
patrimonial de la familia y con las circunstancias del caso, y en ello se aplica la doctrina de lo
razonable tan conocida en el derecho argentino.
Deben ser entendidos dentro los regalos de costumbre, de uso o de amistad, debiendo de comprender
los impuestos por la costumbre familiar, regalos de uso o de amistad, en oportunidad del matrimonio,
cumpleaños, festividades religiosas, etc. Jurisprudencialmente se ha entendido que los regalos
desproporcionados deben de colacionarse.
El nuevo art. 2391, se deben colacionar los gastos para establecer al coheredero, como p. ej., los que
realiza un progenitor en beneficio de su hijo para abrir un negocio, constituir una sociedad comercial o
comprar el material necesario para el ejercicio profesional
En el mismo sentido, las deudas deben ser colacionadas, salvo las de escaso monto que no afectan ni
perjudican los derechos de las demás coherederos.
PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN
No habiendo un plazo especial, se utiliza al plazo general de la prescripción de las acciones personales
(art. 2560) que establece el término de 5 años.
El plazo comienza a contarse desde el momento de la apertura de la sucesión, es decir de la muerte
del causante.
Si la donación hubiera sido ocultada, para poder ejercerla será necesario, interponer la acción de
simulación. En este caso, un sector de la doctrina afirmaba que el término es siempre el de la colación,
pues en última instancia de eso se trata y no de una simulación.
Oportunamente expresamos que la solución antes dada es discutible porque si bien se trata de una
acción de colación, es necesario previamente demostrar un acto simulado que oculta la donación, y para
esta última acción el Código prevé un plazo de prescripción de dos años.
Coincidimos con quienes sostienen que el "rodeo" dado por el causante es demostrativo de la intención
de dispensar la colación, como sucede en el supuesto del art. 2461.
Un plenario de la Cámara Nacional Civil optó por la primera de las posiciones, considerando que,
cuando la acción de simulación se acumula a la acción de colación, el término de prescripción es de 10
años (art. 4023). Si bien esta sentencia ha sido dictada bajo el régimen del derogado Código Civil,
actualmente debería extenderse sus efectos en función de la modificación de los plazos de la prescripción
que justificaron el pronunciamiento judicial, es decir de 10 años (según el derogado art. 423 del Cód. Civil)
a 5 años (según art. 2560 del CCyC)(6).
COLACIÓN DE DEUDAS
Podemos definir la colación de deudas como una operación contable mediante la cual se imputan en
la respectiva hijuela del heredero-deudor los valores debidos al causante, a los fines de disminuir la parte
que le corresponde en su adjudicación.
Mediante la colación de deudas se protege el equilibrio en la conformación de los lotes entre los
coherederos, al permitir deducir de la hijuela del coheredero deudor, el monto que éste no había abonado
al causante.
La normativa regula la colación de las deudas de manera compensatoria, imputando el importe de la
deuda a la porción que le corresponde adjudicar al heredero-deudor (art. 2402).
El nuevo marco legal determina que deben colacionarse dos tipos de deudas: las deudas con el
causante y las deudas surgidas durante la indivisión.
Son las deudas que tenía el heredero con el causante y que no hayan sido canceladas en forma
voluntaria durante la indivisión hereditaria (2397).
De esta forma el heredero-deudor puede cancelar voluntariamente la deuda y ese importe se integra a
la masa particional, pero en caso de no pagarla durante la indivisión hereditaria, debe colacionarla aunque
no se encuentre vencida.
El art. 2399 dispone que "la colación de deudas se aplica también a las sumas de las cuales un
coheredero se hace deudor hacia los otros en ocasión de la indivisión, cuando el crédito es relativo a los
bienes indivisos, excepto que los segundos perciban el pago antes de la partición".
A nuestro juicio, este artículo muestra que el instituto regulado como colación de deudas, es diferente
al de las donaciones, al disponer que las deudas nacidas con posterioridad al fallecimiento del causante,
en ocasión de la indivisión y relativos a los bienes hereditarios, deben ser colacionados.
Prescripción de la deuda
Si bien el art. 2397 no hace mención a qué tipo de deudas se refiere, entendemos que debe tratarse
de una deuda exigible, es decir la deuda prescripta no deberá ser tenida en cuenta a los fines de ser
colacionada, pues de lo contrario se permitiría que el acreedor de una deuda transmitiría con su muerte
un derecho mejor a sus herederos que el que tenía, lo cual está impedido por el art. 399, y en rigor de
verdad, no existe una excepción especialmente dispuesta para que esta regla no sea aplicable.
Es el criterio utilizado en el Código de Quebec, aunque con la diferencia de señalar que no son
colacionables las deudas que el difunto estipuló su remisión con efectos a la apertura de la sucesión.
Los coherederos no pueden exigir el pago de la deuda antes de la partición. Así lo dispone el art. 2398,
ya que es precisamente en ese momento particional donde se ajustarán las cuentas conforme
corresponda.
Es en la partición se practicará la compensación de lo debido por el heredero con lo que le corresponde
al materializar la alícuota hereditaria y con ello obtener la igualdad en el reparto de los bienes entre los
coherederos.
Intereses
El art. 2400 determina que las deudas colacionables generan intereses, señalando tres momentos bien
diferenciados:
1) Deudas sin pacto de intereses: al no haber acordado intereses entre el causante y el heredero-
deudor, las sumas colacionables producen intereses desde la apertura de la sucesión.
2) Deudas con pacto de intereses: en este caso se deben intereses con fecha anterior a la muerte del
causante, es decir que debe retrotraerse al momento del nacimiento de la obligación. Esta alternativa no
había sido contemplada en el art. 883 del Código de Quebec, lo que resulta una innovación acertada en
el nuevo Código.
3) Deuda surgida durante la indivisión: si la deuda fue generada en ocasión de la indivisión hereditaria,
los intereses son debidos desde el nacimiento de la deuda.
Esta situación se encuentra contemplada en el art. 2401 al señalar que "si el coheredero deudor es a
la vez acreedor, aunque su crédito no sea aún exigible al tiempo de la partición, hay compensación y sólo
se colaciona el exceso de su deuda sobre su crédito".
La norma prevé la compensación cuando el coheredero es, a la vez, deudor y acreedor de del causante
y por ende ello se ha transmitido a la comunidad, ello en función de lo regulado en el art. 921, que define
a la compensación de las obligaciones "cuando dos personas, por derecho propio, reúnen la calidad de
acreedor y deudor recíprocamente, cualesquiera que sean las causas de una y otra deuda".
Es importante señalar que esta compensación se efectúa aun cuando la deuda no sea todavía exigible
al tiempo de la partición y el remanente de esa deuda debe ser colacionado. Si bien no se encuentra
previsto expresamente, entendemos que si el crédito que tiene el heredero tampoco fuera exigible al
momento de la partición, sería igual de compensable.