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Derecho de Opción
Esta posibilidad que tiene la persona que ha sido llamada a suceder, por ley o por un
testamento, de aceptar o renunciar la herencia que le ha sido deferida es lo que
constituye el Derecho de Opción
Caducidad del Derecho de Opción: Este derecho de opción tiene un plazo de caducidad
que surge del art. 2288 C.C.C.N. “El derecho de aceptar la herencia caduca a los diez años
de la apertura de la sucesión. El heredero que no la haya aceptado en ese plazo es tenido
por renunciante…”
De acuerdo con esta norma el heredero tiene un plazo de 10 años contados desde la
muerte del causante para manifestar su voluntad de aceptar la herencia, o realizar actos
que la impliquen, vencido dicho plazo sin que lo haya hecho, la ley ipso iure lo considera
renunciante. Se trata de un plazo de caducidad, es decir que el derecho se extingue por no
ejercerse en el plazo señalado por la ley; por lo tanto, si un heredero guarda silencio, una
vez vencido dicho plazo se transformará en renunciante.
1 Maffía, Jorge O., Manual de Derecho Sucesorio, T. I, Lexis Nexis, Bs. As. 2005, pag. 125
Transmisión del Derecho de Opción: El derecho de opción se transmite a los herederos del
llamado a la sucesión. El art. 2290 prevé “Si el heredero fallece sin haber aceptado ni
renunciado la herencia, el derecho de hacerlo se transmite a sus herederos…” Puede
ocurrir que esta persona que falleció sin manifestarse sobre la herencia que le había sido
deferida tenga, a su vez, varios herederos. En este caso, si no hay acuerdo entre ellos para
aceptar o renunciar la herencia, cada uno puede actuar libremente y los que la acepten,
adquirirán la totalidad de los derechos y obligaciones que le correspondían a su causante
en aquella herencia.
Intimación para aceptar o renunciar a la herencia: Si bien los herederos cuentan con un
plazo de diez años para ejercer su derecho de opción, los terceros interesados pueden,
antes de ese plazo, intimarlos para que se expidan sobre la decisión de aceptar o
renunciar. Esto se encuentra reglamentado en el art. 2289 del C.C.C.N.
El plazo de la intimación judicial no puede ser menor de un mes ni mayor de tres meses, el
cómputo es de días corridos. Una vez vencido el plazo otorgado por el juez en la
intimación, pueden darse tres situaciones:
La Aceptación de la Herencia
Características de la aceptación
Formas de la Aceptación
a) Expresa, surge del art. 2293 C.C.C.N., tiene lugar cuando el heredero toma la
calidad de tal en un acto otorgado por instrumento público o privado. Se trata aquí
de un negocio jurídico unilateral (de los previstos en el art. 295 del C.C.C.N.),
puesto que es una declaración de voluntad expresa dirigida a producir
determinados efectos jurídicos.
b) Tácita, se produce cuando el heredero realiza un acto que supone necesariamente
su intención de aceptar y que no podría haberse realizado sino en calidad de
heredero (art 2293 segunda parte C.C.C.N.)
El código contiene, en el art. 2294, una lista meramente enunciativa de actos que
implican aceptación de la herencia, es decir que pueden existir otros, además de
los mencionados en la norma, bastando con que respondan al criterio sentado por
el art. 2293 en su última parte.
A su vez, al tratarse la enumeración de los actos tácitos de una mera enunciación,
el código en el art. 2296 explicita una serie de actos que NO implican aceptación
de la herencia, la cual tampoco es taxativa.
(A fin de no hacer demasiado extenso este trabajo, no se incluirán aquí dichas
enumeraciones, pero los alumnos deben conocerlas y estudiarlas)
c) Forzada, está prevista en el art. 2295 C.C.C.N. como una especie de sanción para el
heredero que oculta o sustrae bienes de la herencia. Cuando el heredero realiza
estos actos que acarrean una aceptación forzada son:
- Se agrava su responsabilidad hereditaria, que pasa a ser ilimitada, es decir que
responde por las deudas del sucesorio con su propio patrimonio.
- Pierde la posibilidad de renunciar a la herencia, y se lo considera aceptante.
- Se lo priva del derecho a tener parte en los bienes que ha sustraído u ocultado.
- Debe restituir el bien sustraído u ocultado, y si ello no fuera posible, su valor
estimado al momento de la restitución.
Nulidad de la Aceptación
Teniendo en cuenta que la aceptación es un acto jurídico voluntario, deben aplicarse los
principios generales en materia de nulidad (art. 382 C.C.C.N. y siguientes) y los referidos a
los vicios de la voluntad (art. 265/278 C.C.C.N.) así como también lo señalado respecto a la
representación de las personas incapaces o con capacidad restringida de ejercicio de sus
derechos.
La nulidad podrá ser solicitada por el propio aceptante, por sus sucesores universales y
por sus acreedores por vía subrogatoria, si la aceptación les causara un perjuicio a sus
derechos.
Se trata aquí de una nulidad relativa, por lo que si el heredero hubiera percibido frutos de
la herencia, cobrado o pagado deudas o vendido algún bien de la sucesión, regirán los
principios generales contenidos en los arts. 390 a 392 C.C.C.N., referidos a la restitución de
los bienes, a la buena o mala fe y a los derechos de los terceros subadquirentes de buena
fe y a título oneroso de bienes registrables.
La Renuncia de la Herencia
La renuncia es una declaración expresa de voluntad en la cual el heredero llamado a la
herencia manifiesta, en la forma dispuesta por la ley, que no quiere asumir los derechos y
obligaciones hereditarios.2
Características de la Renuncia
● Es expresa y formal tal como surge del art. 2299 C.C.C.N. debe ser realizada
mediante Escritura Pública o en acta judicial incorporada al expediente judicial.
● Tiene efectos retroactivos, sus efectos se retrotraen al momento de la muerte del
causante, por lo que se considera como si el renunciante nunca hubiera sido
heredero.
● Es retractable, en los términos del art. 2300 C.C.C.N.
Oportunidad de la Renuncia
Formalidades de la Renuncia
2 Perez Lasala, José Luis, Tratado de Sucesiones, T. 1 Parte General, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2014, pag.
510
Tal como ya dijimos, la renuncia es un acto formal, no cabe la renuncia tácita. La
formalidad de la renuncia la exige el art. 2299 C.C.C.N. a través de cualquiera de estos
dos medios: escritura pública y acta judicial incorporada al expediente judicial siempre
que el sistema informático asegure la inalterabilidad del instrumento.
Tal como la aceptación, la renuncia puede realizarse mediante apoderado, para lo cual
será necesario un poder especial que contenga facultades expresas (art. 375 C.C.C.N.)
Retractación de la Renuncia
Conforme surge del art. 2300 C.C.C.N. el heredero puede retractarse de la renuncia en
tanto no haya caducado su derecho de opción, si la herencia no ha sido aceptada aún
por otros herederos ni se ha puesto al Estado en posesión de los bienes (a causa de la
vacancia). Es decir que son necesarios dos requisitos que deben darse conjuntamente
para que sea posible la retractación:
- Que no haya caducado el derecho de opción, o sea que no hayan pasado diez
años desde la apertura de la sucesión (muerte del causante)
- Que la herencia no haya sido aceptada por otros o el Estado (vacancia)
Nulidad de la Renuncia
Al igual que lo dicho sobre la aceptación, al ser la renuncia un acto jurídico voluntario,
deben aplicarse los principios generales en materia de nulidad (art. 382 C.C.C.N. y
siguientes) y los referidos a los vicios de la voluntad (art. 265/278 C.C.C.N.) así como
también lo señalado respecto a la representación de las personas incapaces o con
capacidad restringida de ejercicio de sus derechos.
La nulidad puede ser solicitada por el propio renunciante, por sus sucesores universales y
por sus acreedores personales, en los términos del art. 2292, tal como lo explicamos en el
punto siguiente.
- Que estemos frente a un heredero que haya renunciado, con las formalidades
de la ley.
- Que los acreedores que pretenden ejercer este derecho sean de fecha anterior
a la renuncia.
- Que la renuncia le haya ocasionado un perjuicio al acreedor, lo que se probará
acreditando la insolvencia del heredero deudor.