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El punto de vista formal desde el cual se estudia la norma jurídica se enfoca en su estructura independientemente de su contenido. Toda norma presenta problemas estructurales que se resuelven sin
considerar su contenido específico. Así como la estructura lógico-lingüística de un juicio es válida para diferentes proposiciones, la estructura de la norma "Si es A, debe ser B" se aplica a diversas
prescripciones. El estudio formal de las normas jurídicas se centra en su estructura lógico-lingüística, sin excluir otras formas de considerar el derecho. No debe confundirse con el formalismo jurídico,
ético o científico, ya que no busca ser una teoría exclusiva de la justicia, el derecho o la ciencia jurídica, sino un enfoque para comprender integralmente la experiencia jurídica.
Desde el punto de vista formal, una norma jurídica se considera una proposición, y un código o una Constitución son conjuntos de proposiciones. El objetivo es determinar el estatus de las
proposiciones que componen estos documentos legales. Según la tesis defendida, las normas jurídicas son parte de las proposiciones prescriptivas. La investigación se desarrolla en cuatro fases:
1. Estudio de las proposiciones prescriptivas 2. Examen y crítica de las principales teorías 3. Estudio de los elementos específicos 4. Clasificación de las prescripciones jurídicas.
y su diferencia con otros tipos de basadas en la estructura formal de la norma de la norma jurídica como prescripción Se distingue entre proposiciones y enunciados,
proposiciones jurídica considerando que una misma proposición
puede tener diferentes enunciados, y un
mismo enunciado puede expresar distintas
proposiciones en diferentes contextos.
Además, se enfatiza que una proposición falsa sigue siendo una proposición con significado, y el criterio de significación difiere del criterio de verdad o validez para distinguir proposiciones
legales válidas o inválidas.
FORMAS Y FUNCIONES
En el punto de vista formal, las proposiciones se pueden distinguir según su forma gramatical y función. Existen declarativas, interrogativas, imperativas y exclamativas. Aunque el mandato es
una función particular, puede expresarse en diferentes formas gramaticales, siendo la imperativa la más común. Sin embargo, un mandato también puede manifestarse como una proposición
declarativa o interrogativa en determinados contextos. Por ejemplo, en los artículos de las leyes o en las "interrogaciones" parlamentarias, donde la intención es inducir al destinatario a
modificar su comportamiento. Asimismo, una misma forma gramatical puede expresar diferentes funciones; por ejemplo, una proposición declarativa puede ser una afirmación o una norma
jurídica, dependiendo del contexto y la intención del emisor.
El lenguaje puede cumplir tres funciones fundamentales: descriptiva, expresiva y prescriptiva. Estas dan lugar a tres tipos de lenguaje: científico, poético y normativo. Nos interesa
especialmente la función prescriptiva, que se refiere a dar órdenes, consejos o advertencias para influir en el comportamiento de otros. Los diferentes tipos de discurso pueden combinar
estas funciones, como en un sermón que busca suscitar sentimientos y persuadir a cumplir ciertas acciones. La prescripción a menudo se acompaña de proposiciones descriptivas o expresivas
para reforzar su impacto y lograr el cumplimiento de la acción deseada.
Las proposiciones prescriptivas se distinguen de las descriptivas en tres aspectos principales: su función es influir en el comportamiento de los demás, mientras que las descriptivas buscan
informar; la aceptación de las proposiciones prescriptivas se muestra en su cumplimiento, mientras que en las descriptivas se basa en creencias; y finalmente, las prescriptivas no son
verdaderas ni falsas como las descriptivas, sino que se evalúan según su justicia o validez, basándose en criterios materiales y formales. Estas diferencias residen en que las proposiciones
prescriptivas se relacionan con valores y emociones, mientras que las descriptivas se basan en observaciones objetivas.
MANDATOS Y CONSEJOS
En este fragmento se aborda la distinción entre imperativos (o mandatos) y consejos, destacando que los imperativos tienen una mayor fuerza vinculante, generando obligaciones para la persona
a quien van dirigidos. Los consejos, en cambio, son recomendaciones que tienen una influencia más suave o menos vinculante en el comportamiento de los demás. Se plantea que esta distinción
puede servir para diferenciar el derecho de la moral, y se presentan argumentos a favor y en contra de esta diferenciación. Entre los argumentos mencionados, destaca la importancia de la
facultad del destinatario para seguir o no seguir un consejo, mientras que un mandato implica una obligación. También se discute la autoridad del sujeto activo y el contenido de los imperativos y
consejos como elementos diferenciadores.
Los consejos son prescripciones que tienen menos fuerza vinculante que los mandatos, ya que su función es guiar o dirigir el comportamiento ajeno, pero las personas no están obligadas a seguirlos.
Los órganos consultivos en un ordenamiento jurídico cumplen esta función imperativa y su prestigio es menor en comparación con aquellos que tienen función imperativa. Además, se diferencia entre
el consejo y la exhortación, indicando que mientras el consejo busca modificar el comportamiento de otros mediante hechos o razones, la exhortación busca lograr el mismo efecto apelando a los
sentimientos. En general, las exhortaciones no parecen tener relevancia directa en el derecho.
MANDATOS Y PETICIONES
Las peticiones como un tipo de prescripción con menor fuerza vinculante que los mandatos. Se diferencia entre los consejos y las peticiones, señalando que los consejos se dan en interés del
aconsejado, mientras que las peticiones se expresan en interés de la persona que las hace. Además, se menciona que un ordenamiento jurídico contempla diversas especies de peticiones, como las
instancias, las solicitudes y las súplicas, entre otras. Mientras que el poder de aconsejar se atribuye a los órganos públicos, el poder de proponer peticiones se atribuye a los particulares. Se destaca
que las peticiones pueden inspirarse en modelos informativos o emotivos, siendo las invocaciones o súplicas ejemplos de peticiones de tipo emotivo.