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DEBER JURIDICO

1. INTRODUCCIÓN
En esta introducción, se plantea el problema central de la teoría jurídica: la
relación entre la normatividad, la obligatoriedad del derecho y su vínculo con la
moral y el poder coactivo. Se menciona que la resolución de este problema es
fundamental en cualquier teoría del derecho, ya sea postulando una
obligatoriedad específicamente jurídica o reduciéndola a razones morales o al
poder coactivo estatal.

El concepto de deber jurídico se relaciona con la individualización, estructura y


tipología de las normas jurídicas, y se considera como una posición normativa
elemental dentro de la teoría de las situaciones jurídicas subjetivas.

Se destaca la idea de un deber jurídico derivado exclusivamente de las normas


jurídicas positivas, independiente de cualquier deber moral. Esta concepción se
relaciona con el positivismo jurídico y difiere de la noción anterior que consideraba
el deber jurídico como una subclase del deber moral.

Se menciona que la distinción entre deber jurídico y deber moral como


obligaciones externas e internas, respectivamente, tiene un alcance más allá de lo
conceptual y busca establecer límites a la acción legítima del poder estatal para
proteger la vida interior de los individuos.

La discusión sobre el deber jurídico surge cuando se asume la separación


conceptual entre el derecho y la moral, es decir, dentro del marco de una
concepción iuspositivista.
2. LA SEPARACIÓN ENTRE EL DERECHO Y LA MORAL LOS ENUNCIADOS DE DEBER
COMO ENUNCIADOS EMPIRICOS
El texto aborda la separación entre el derecho y la moral, así como la relación entre los
enunciados de deber y los enunciados empíricos. Sugiere que el derecho y la moral
comparten un vocabulario básico y que existe cierta conexión entre las exigencias que
surgen de normas jurídicas y las que provienen de reglas morales. Sin embargo, se
argumenta que es importante despojar los términos legales, como "deber", de
connotaciones morales y tratarlos como enunciados empíricos descriptivos de hechos.
El análisis propuesto busca evitar concepciones metafísicas y anclar los enunciados de
deber en la realidad. Según esta perspectiva, afirmar la existencia de un deber jurídico
no implica comprometerse con entidades suprasensibles o necesariamente tener una
razón moral para cumplir con lo que se exige legalmente.

Existen dos enfoques principales en el análisis de los enunciados de deber jurídico: el


psicologista y el predictivista. Desde la perspectiva psicologista, la obligatoriedad
jurídica se basa en los sentimientos de constricción o compulsión que experimentamos
en relación con ciertas conductas. Desde el punto de vista predictivista, la
obligatoriedad se deriva de la probabilidad de sufrir castigo o sanción por realizar una
conducta opuesta.

La estrategia analítica propuesta considera que los enunciados de deber jurídico son
equivalentes o traducibles a enunciados descriptivos de hechos. Sin embargo, existen
diferentes variantes de esta estrategia, como la combinación de elementos
psicológicos y predictivos, o la idea de que la emisión de una prescripción por parte de
alguien con ciertos atributos determinados es el hecho relevante para determinar la
verdad de un enunciado de deber jurídico.

Es importante tener en cuenta que los enunciados de deber en general, incluyendo los
de deber jurídico, suelen ser ambiguos. Algunos expresan juicios prácticos o
normativos, mientras que otros son proposiciones normativas que describen la
existencia de normas o la calificación de acciones según un sistema normativo. Estas
distinciones han sido abordadas por varios filósofos del derecho y la moral.

En resumen, el texto plantea la separación entre el derecho y la moral, abogando por


un análisis de los enunciados de deber jurídico despojado de connotaciones morales y
anclado en enunciados empíricos descriptivos de hechos. Se presentan diferentes
enfoques analíticos, como el psicologista y el predictivista, y se discute la ambigüedad
inherente a los enunciados de deber en general.
3. DEBER Y SANCIÓN
En el texto mencionado, se aborda la relación entre el deber jurídico y la sanción.
Se plantea que la pertenencia de una norma al sistema jurídico puede
determinarse a través de una serie de hechos sociales complejos o mediante la
identificación de una "constelación de principios" según la perspectiva de Dworkin.
El problema de la individualización de las normas dentro del sistema jurídico se
refiere a cómo se descompone el material normativo en unidades independientes
y qué criterios se utilizan para reconocer y determinar los deberes jurídicos
específicos que surgen de esas normas.

Una posible respuesta a este problema es apelar al concepto de sanción. Según


esta perspectiva, un enunciado externo que establece que alguien tiene el deber
jurídico de hacer algo es verdadero cuando se estipula una sanción en caso de
comportamiento contrario. Esta teoría, promovida por Kelsen, sostiene que los
deberes se individualizan a partir de las sanciones impuestas.

Sin embargo, esta teoría ha sido objeto de críticas. Por un lado, se argumenta que
existen deberes sin sanción en sistemas jurídicos reales, lo cual desafía la idea de
que la sanción es necesaria para la existencia de un deber jurídico. Por otro lado,
se plantea un argumento lógico que sugiere la existencia de una cadena infinita de
deberes y sanciones en un sistema finito de normas.

Para superar estas objeciones, se propone que una norma puede establecer el
deber de sancionar la transgresión de otras normas, incluyendo el deber de
sancionar a sí misma. Esto cortaría la supuesta cadena infinita de deberes y
sanciones.

En resumen, el texto plantea que la teoría de la individualización de los deberes


jurídicos a partir de las sanciones presenta dificultades y ha sido objeto de críticas.
La relación entre el deber jurídico y la sanción es compleja, y la forma en que se
individualizan los deberes dentro del sistema jurídico es un problema
interpretativo que depende de diferentes enfoques teóricos.
4. DEBER Y OBLIGACIÓN
El texto aborda la distinción entre "deber" y "obligación" en el ámbito jurídico.
Algunos argumentan que estas expresiones son equivalentes, mientras que otros
sostienen que hay una diferencia significativa entre ellas.

Una interpretación plantea que el "deber" se refiere a una mera obligación de


hacer algo, que tendría su lugar en el ámbito de la moralidad. Por otro lado, la
"obligación" sería una situación de sumisión o sujeción a un poder coercitivo, lo
que implica ser responsable y estar sujeto a consecuencias coactivas. Según esta
perspectiva, el derecho generaría obligaciones y no deberes. En otras palabras, en
sentido estrictamente jurídico, no se diría que "se debe" algo, sino que
simplemente "se es responsable".
Sin embargo, esta distinción puede ser criticada desde diferentes puntos de vista.
En primer lugar, como análisis de los enunciados normativos internos de deber,
sería inaceptable, ya que equivaldría a concebirlos como enunciados empíricos. En
segundo lugar, como análisis de los enunciados descriptivos o externos de deber,
implicaría asociar los deberes únicamente con las sanciones, lo cual es
problemático. Estos enfoques pueden llevar a confusiones conceptuales y no
abordan adecuadamente la motivación de las personas para cumplir con el
derecho.

Una forma de superar estos prejuicios es ofrecer un análisis convincente de los


enunciados normativos internos de deber. Además, desde otra perspectiva, se
puede distinguir entre deber y obligación como conceptos jurídicos con diferente
nivel de complejidad. Según este enfoque, los conceptos básicos que identifican
diferentes clases de situaciones jurídicas subjetivas deben ser analizados como
meros vehículos lingüísticos para expresar el contenido de las normas del sistema
jurídico.

Desde este punto de vista, el "deber" se refiere a la modalidad o posición


normativa más elemental, donde una conducta debida es aquella prescrita o
exigida por una norma de conducta. Tener un deber significa ser destinatario de
esa norma. Por otro lado, la "obligación" se refiere a una modalidad o posición
normativa compleja, como la combinación de dos deberes o la correlación entre
un derecho patrimonial y una posición normativa compleja correspondiente.

En resumen, existen diferentes perspectivas sobre la distinción entre "deber" y


"obligación" en el ámbito jurídico. Algunos argumentan que son equivalentes,
mientras que otros sostienen que hay una diferencia basada en la complejidad de
las situaciones normativas. La comprensión precisa de estas distinciones requiere
un análisis profundo de los enunciados normativos y de las relaciones entre los
diferentes conceptos jurídicos.

5. EL ENUNCIADOS DE DEBER COMO ENUNCIADOS NORMATIVOS Y LA ESTRUCTURA


DEL RAZONAMIENTO JURÍDICO JUSTIFICATORIO
El debate sobre la naturaleza de los enunciados normativos o internos de deber
jurídico se ha intensificado en los últimos años. Estos enunciados son aquellos que
expresan juicios prácticos y actúan como premisas en el razonamiento jurídico
para justificar acciones y decisiones. En el centro de este debate se encuentra la
naturaleza de las normas y su relación con las razones para actuar, así como la
posibilidad de separar el discurso jurídico justificatorio del discurso moral general.
A grandes rasgos, se pueden identificar dos posturas fundamentales en este
debate. La primera postura sostiene que para justificar acciones es necesario
utilizar una norma, lo que implica más que simplemente mencionarla o afirmar su
existencia. Sin embargo, la idea de "usar" una norma no está lo suficientemente
definida, ya que incluso aquellos que reflexionan hipotéticamente sobre las
acciones justificadas a la luz de una norma también "usan" esa norma de alguna
manera, sin comprometer necesariamente su aceptación efectiva de la misma.
Desde esta perspectiva, la justificación implica el uso de una norma que se acepta
efectivamente, es decir, adoptarla como razón justificativa para la acción. Según
este modelo teórico, una norma puede ser aceptada por razones de diferentes
clases, lo que implica que las razones para aceptar una norma no tienen que ser de
la misma clase que las razones para proceder a su aceptación. En este sentido, uno
podría aceptar una norma moral por razones prudenciales, una norma jurídica por
razones morales, etc. La cualificación de una norma como "jurídica" no depende de
las razones por las que alguien la acepta, sino de que cumpla los criterios de
pertenencia al sistema jurídico correspondiente. Por lo tanto, en la justificación
jurídica, las normas jurídicas serían premisas normativas suficientes, y suscribir
sinceramente un enunciado normativo o interno de deber jurídico implicaría
simplemente aceptar razones jurídicas para la acción. Bajo esta perspectiva, podría
haber tantas clases de justificación como clases de premisas normativas se utilicen,
lo que llevaría a una pluralidad de justificaciones inconmensurables.

La segunda postura argumenta que la aceptación de enunciados normativos o


internos de deber jurídico implica en última instancia la aceptación de razones
morales, lo que implicaría que el razonamiento jurídico justificatorio es en realidad
un razonamiento moral con una estructura especial. Para quienes sostienen esta
postura, justificar jurídicamente no consiste únicamente en usar una norma como
criterio de evaluación de conductas porque es jurídica, sino usarla precisamente
porque es jurídica. Desde esta perspectiva, si una norma se acepta por su
contenido y se utiliza para justificar acciones, resulta inapropiado calificar esa
justificación como "jurídica" únicamente porque la norma cumple con los criterios
de pertenencia al sistema jurídico. En cambio, se argumenta que la justificación
jurídica implica aceptar y utilizar las normas jurídicas por razones morales. Esta
postura sostiene que el razonamiento jurídico justificatorio tiene una estructura
más compleja

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