Misioneros Josefinos Misioneros Josefinos

1. Jesús está disponible a un amor conflictivo. Precisamente por-

que entiende que el amor es parcial, eficaz y sociopolítico, ¿Qué significa la muerte de Jesús?
esto lo lleva en un primer momento a estar con los oprimidos
y contra los opresores, para en un segundo momento buscar
Viernes Santo
la humanización de todos ellos, hacer de todos ellos herma-
Hay muchas respuestas con respecto al significado de la muerte
nos ya en la historia verificable.
de Jesús pero todas ellas apuntan a lo mismo: la muerte de Jesús
significa que Dios se ha comprometido totalmente con el ser
Desde luego, Jesús se da cuenta que al actuar así, le sobreviene la
humano, tanto así, que asumió incluso el destino de una muerte
conflictividad en forma polémica, lo rechazan, lo persiguen y al fin
violenta.
de cuentas, lo asesinan.
Para poder entender esta afirmación formulemos la pregunta ini-
¿Qué pretendió Jesús y Dios con todo esto? Ofrecer una alterna-
cial de otra manera: ¿para qué murió Jesús?. Sin duda, entre las
tiva al modelo de convivencia y de sociedad en que vivimos.
muchas respuestas que podemos dar, una será la más sobresa-
Frente a la convivencia y a la sociedad basadas en el tener, el po-
liente: Jesús murió para salvarnos/liberarnos de todo aquello
der y el subir, Jesús ofrece la alternativa de la comunidad cristiana,
que nos oprime y nos hace infelices, en otras palabras, de todo
basada en el compartir, el servicio y la solidaridad.
aquello que nos aleja de Dios.
Ahora sí, con toda sinceridad respondamos al llamado que Dios
Estas dos afirmaciones son parte de la raíz de nuestra fe. Como
nos hace a través de la entrega generosa de su Hijo en la cruz.
creyentes, anunciamos la muerte de Jesús al mundo, no la ocul-
tamos, porque en ese hecho trágico es donde Dios se manifestó
plenamente, donde se dio a conocer tal cual es delante de toda
la humanidad. Por eso el Viernes Santo conmemoramos la muer-
te de Jesús, porque es de vital importancia que no nos olvidemos
nunca de ese acontecimiento.

Además, no sólo recordamos la muerte de Jesús, sino que mani-

festamos el llamado que Dios nos hace a los cristianos, a los se-
guidores de Jesús, a entregar la vida junto con él. Por eso Jesús
invitaba a sus amigos: “el que quiera ser mi discípulo, que tome su
cruz y me siga”.
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¿Estás dispuesto a entregar tu vida junto con Je-
sús?
Antes de responder, te invito a que clarifiquemos un poco más las
cosas. En primer lugar, es necesario entender este proyecto de
salvación/liberación de Dios que implicó la muerte de su Hijo, y
más aún, cómo entendió, asumió y vivió Jesús ese proyecto que lo
llevó a entregar su vida. Una vez clarificado esto, ahora sí con ma-
durez plena podremos seguir a Jesús y entregar nuestra vida junto
con él
Jesús discernió la voluntad de Dios
Jesús comprendió en su vida que tenía que ser fiel a la voluntad
de Dios. Su Padre le manifestó un proyecto que Jesús fue descri-
biendo poco a poco conforme iba madurando. Para ello, necesitó
discernir la voluntad de Dios.
Leyendo con mucha atención los evangelios, podemos captar los
pasos que siguió Jesús para lograr este discernimiento
• Discernir la voluntad de Dios es, en primer lugar, esclarecer
quien es realmente Dios y para ello hay que tomar en cuenta
que Dios es siempre mayor a todos los conceptos, imágenes e
ideas que tenemos de él.
• Para encontrar la voluntad de Dios, el lugar privilegiado es el
amor servicial al pobre, al pequeño, al oprimido, en otras pala-
bras, Dios es amor parcial.
• Como seguidores de Jesús, nuestro discernimiento de la volun-
tad de Dios debe tener una estructura semejante a la del dis-
cernimiento de Jesús, es decir, hacerle como Jesús le hizo. ¿Y
cómo le hizo Jesús? ¿Cuál era la estructura de su discernimien-
to? Para responder leamos y reflexionemos en
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• torno a un pasaje del evangelio: Mc 3, 1-6
Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que te-
nía desecada la mano. Estaban al acecho a ver si le curaba en
sábado para poder acusarle.
Dice al hombre que tenía la mano seca: «levántate y ponte ahí
en medio».
Y les dice: «¿Está permitido el sábado hacer el bien o hacer el
mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban.
Entonces, mirándolos con ira, entristecido por la dureza de su
corazón, dice al hombre. «Extiende la mano. » Y la extendió y
quedó restablecida su mano.
Y, en cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los hero-
dianos contra él para eliminarlo.
De lo leído podemos sacar la siguiente estructura, fíjate en ella y
compara si tu búsqueda de la voluntad de Dios es semejante a la
de Jesús:
1. Jesús se encarna parcialmente en la historia. No es un super-
man ni posee una superestructura para cambiar al mundo.
Elige un lugar y unas personas concretas que le encaminan a
Dios: el pobre y el oprimido.
2. Jesús busca la voluntad de Dios buscando soluciones concre-
tas y eficaces. Busca no sólo anunciar una buena nueva, sino
realizarla.
3. La práctica de su amor es sociopolítico, es decir, un amor que
se torna justicia y eso implica, muchas de las veces, luchar por
los derechos de los más desposeídos.