distinguirlas de las palabras y gestos de tantos otros que en nada
contribuyeron para la formación del pueblo ni para la animación de la
fe y de la práctica de la justicia. Fue un largo proceso. Mucha gente
colaboró. Todo el pueblo se interesó.
Pues bien, la Biblia fue surgiendo del esfuerzo comunitario de toda la
gente. Surgió poco a poco, mezclada con la historia del propio pueblo
de Dios.
Resumiendo: la Biblia nació de la voluntad del pueblo de ser fiel a
Dios y a sí mismo, y de la preocupación por transmitir a los demás y
a nosotros esta misma voluntad de ser fiel. Ellos decían: "Las cosas del
pasado sucedieron para servir de ejemplo y fueron escritas para
advertir a los que nos toca la llegada de la plenitud de los
tiempos" (1Cor 10,11). Por eso, los que la escribieron no pensaban en
la Biblia como “Palabra de Dios”. Sólo más tarde el propio pueblo
descubrió allí la voluntad de Dios y la presencia de su palabra santa.
Entonces ¿Cómo leer la Biblia?
Al leer la Biblia se constata que existe una enorme distancia temporal y
cultural entre el mundo actual y el mundo antiguo del texto. Desde el
horizonte en que cada quien vive hay que entrar en diálogo con la
realidad de la cual trata el texto. Comprender un texto bíblico es
descubrir semejanzas entre sus palabras y nuestra experiencia, entre el
mundo pasado que allí se expresa y el mundo que nosotros
conocemos. Se trata de poner a dialogar el pasado y el presente.
Toca a cada lector buscar una apropiación simpática y creativa de la
Biblia en este mundo actual que está bastante alejado del mundo de
los escritores y lectores originales. Poner a dialogar el mundo del texto
y el mundo actual, y tratar de lograr una fusión de horizontes entre
ambos, es algo prometedor y propio de la tarea de interpretar la Biblia
Escritura nosotros
! ↔ ! mandato urgiendo que algo se haga o deje de hacer.
su contexto nuestro contexto
¿Qué es y cómo se formó
la Biblia?
Libro de la humanidad
Al abrir la Biblia estás abriendo uno de los libros más leídos de toda la
historia de la humanidad. Antes de ti, millones de personas buscaron
ahí dentro un sentido para su vida, y muchos lo encontraron.
¿Cómo hacer para descubrir en la Biblia un sentido para nuestra vida?
La Biblia es como un coco de cáscara dura. Esconde y protege un agua
que mata la sed del caminante cansado. Caminantes y peregrinos
somos todos, y cansados también. Vamos a buscar el machete que nos
quiebre la cáscara de este coco.
La Biblia es una biblioteca.
Estamos tan acostumbrados a ver en la Biblia un libro que se nos
olvida que, originalmente, la Biblia era una “biblioteca”. En su origen la
Biblia constaba de 73 "libros" distintos; tan distintos el uno del otro
como los libros de cualquier biblioteca. En la Biblia hay libros de
historia, de poesía, de cartas, de himnos, de refranes, de sermones, de
crónicas; hay el registro civil de todo un pueblo y también el registro
de la propiedad de ese pueblo.
Imagina que la Biblia es como un periódico en el que hay secciones de
sentido tan distinto como las noticias internacionales, los editoriales, los
anuncios comerciales, poesías, anuncios de cine o TV, caricaturas, tiras
cómicas, edictos judiciales, etc.
Las noticias internacionales no tienen nunca el mismo sentido que un
anuncio de cine o comercial. Exactamente igual, un trozo de carta de
Pablo no tiene nunca el mismo sentido que un salmo del Antiguo
Testamento; una poesía bíblica, como toda poesía, intenta transmitir un
sentimiento y contagiarlo; no tiene nunca el mismo sentido que un
La Biblia no cayó del cielo.
La Biblia surgió de la tierra, de la vida del pueblo de Dios. Surgió como
fruto de la inspiración divina y del esfuerzo humano. Quienes la
escribieron fueron mujeres y hombres como nosotros. Ellos fueron los
que tomaron pluma y papel y escribieron lo que estaba en su corazón,
a partir de su experiencia en la comunidad. La mayor parte de ellos
no tenía conciencia de que estaba hablando o escribiendo bajo la
inspiración de Dios. Solamente querían prestar un servicio a los
hermanos en nombre de Dios. Ellos eran personas que hacían parte
de una comunidad, de un pueblo en formación, donde la fe en Dios y
la práctica de la justicia eran o debían ser el eje de la vida.
Preocupados por animar esta fe y promover esta justicia. ellos hablaban
y argumentaban para instruir a los hermanos, para criticar abusos, para
denunciar desviaciones, para recordar el camino ya recorrido y apuntar
a nuevos rumbos. Algunos de ellos llegaron a escribir sus palabras al
pueblo. Otros ni siquiera sabían escribir. Solo sabían hablar y animar la
fe con su testimonio.
De boca en boca
Entonces, para que la Sagrada Escritura apareciera como tal se necesitó
primero de la transmisión oral. Las palabras de aquellos fueron
transmitidas oralmente, de boca en boca. durante muchos años. De
padres a hijos se trasmitían en cada familia la genealogía familiar (que
equivalía al registro civil de una persona), las tradiciones de la vida
nómada, las reglas de vida, las confesiones de fe que debían ser
recitadas por la tribu, etc. Todo eso era transmitido de viva voz y
aprendido de memoria. Sólo mucho más tarde otras personas
decidieron conservar esta sabiduría por escrito.
No todo lo primero es lo primero
Aunque actualmente una Biblia se comienza por el libro del Génesis y
se acaba con el libro del Apocalipsis, no fue así como comenzó a
ponerse por escrito todo lo que se trasmitía. Lo primero que se
comenzó a escribir fue aquello más significativo e importante para el
pueblo. Probablemente lo primero en pasarse de la literatura oral a la
palabra escrita fueron las confesiones de fe para ser recitadas en las
ceremonias anuales de renovación de la Alianza religiosa y las
genealogías de las familias israelitas.
Quizá los primeros trozos en pasar de la palabra hablada a la escritura
fueron pedazos como Deuteronomio 26,5-10. Un trozo como ése
puede haber dado origen a muchos otros relatos del Antiguo
Testamento y hasta ir juntando libros enteros. Por ejemplo, alguien
preguntaba: ¿Por qué dicen que nuestro padre era un arameo? Y eso
daba origen a un relato largo sobre el origen arameo de Jacob o Israel.
Alguien más preguntaba: ¿Por qué dicen que era errante? O, ¿por qué
bajó a Egipto, por qué se estableció allí? ¿Cómo fue que se hicieron
numerosos en Egipto nuestros antepasados y cómo vivieron en Egipto?
¿Por qué se dice que Dios hizo obras portentosas para sacarnos de
allí? ¿Cómo nos trajo Dios aquí, por qué se dice que Dios nos dio esta
tierra que mana leche y miel? Como se puede ver a simple vista, una
sola confesión de fe tan importante como ésa podría haber dado
origen a libros como el Génesis, el Exodo o Josué.
Así como en el Antiguo Testamento hay trozos que han dado origen a
libros enteros, en el Nuevo también los hay. De todo el Nuevo
Testamento quizá los trozos más importante en ese sentido están en
Hch 2, 22-38 y Col 1,15-20. Libros tan importantes como los
Evangelios pueden haber nacido alrededor de estos relatos-
confesiones de fe. Si uno de los testigos primeros de la fe quería
explicar a alguien cada una de las frases contando algo de lo que había
presenciado y que garantizaba cada una de las afirmaciones contenidas
en ese trozo, iba creando, de hecho, relatos o discursos acerca de Jesús
que expresaban la fe de la comunidad acerca de Él.
Libro del recorrido del pueblo
Las palabras habladas o escritas de todos aquellos hombres y mujeres
que dieron forma a la Biblia contribuyeron a formar y organizar al
pueblo de Dios. Por eso, el pueblo se acordó de ellas y se interesó por
las mismas. No permitió que cayeran en el olvido. Se preocupó por