Está en la página 1de 4

La palabra inglesa «god» tiene su origen en un término alemán empleado en

el Christian Codex Argenteus, «gudan» («llamar», o «invocar» a un poder). En


español «dios» proviene del latín «deus», derivado del indoeuropeo deiw-
«brillar», deiwos «dios». En las tradiciones occidentales «Dios» es el Dios del
judaísmo, del cristianismo y del islam. Las tres religiones forman parte de las
creencias abrahámicas, debido a que todas afirman que Dios se reveló al antiguo
patriarca Abraham. Las biblias escritas en español diferencian a Dios de todos los
demás dioses con el empleo de la mayúscula inicial D.

Las culturas de la antigüedad


Los antiguos conceptos acerca del universo definían la existencia del cielo (la
morada de los dioses), la tierra (el lugar de los humanos), y el inframundo (la
mansión de los muertos). Los dioses tenían la posibilidad de trascender los tres
niveles. Muchas tribus de la antigüedad promovían a un dios o diosa de la
localidad al estatus de fundador de sus clanes. A algunas divinidades se las
elevaba a diosa o dios supremo, o rey o reina de los dioses, los cuales regían sobre
diversas jerarquías de poder del universo.

EL DIOS DE ISRAEL ACTUÓ SOLO, SIN


CONSORTE FEMENINA, A TRAVÉS DE LA
PALABRA.
Las religiones de la antigüedad también incorporaban mitos sobre la creación, que
describían la manera en que, por lo general a partir del caos, se había engendrado
todo lo que existía en el universo, incluida la formación de los primeros humanos y
de sus sociedades. Los mitos autenticaban las leyes de la época, los rituales, las
formas de comportamiento, y los roles de género, los cuales en su totalidad se
consideraban códigos sagrados, al haber sido generados por los dioses.

Los pueblos de la antigüedad se comunicaban con sus dioses por medio de la


iluminación divina (rituales y prácticas de adivinación). Los oráculos lo mismo
podían ser personas en estado de trance o lugares a través de los cuales se
expresaba una deidad. El equivalente judío del oráculo eran los profetas, a quienes
Dios poseía para hablar a su pueblo y transmitirle mensajes. Las biblias
diferenciaban las palabras de Dios con la introducción de la frase «Así dice el
Señor», y a continuación se les aplicaba una sangría y una estructura poética a las
oraciones.
El Dios de Israel
El libro de Génesis de las escrituras judías elevó a Dios a la posición de deidad
suprema de la futura nación de Israel. Dios creó y puso bajo su dominio a todos los
elementos conocidos del universo y de la tierra. El Dios de Israel actuó solo, sin
consorte femenina, mediante el uso de la palabra: «Y dijo Dios: “Sea la luz…”»
(Génesis 1:3). No era única esta manera de obrar: la religión del antiguo Egipto
afirmaba que Ptah, dios hacedor, creaba a través de la palabra. Dios creó a la
primera pareja humana, Adán y Eva, a quienes ordenó que fructificaran y se
multiplicaran.

En el capítulo 12 de Génesis se describe un momento de suprema importancia en el


que se convoca a Abraham en Ur, Mesopotamia, a ser padre de una gran nación y
a recibir la favorecida tierra de Canaán para sus clanes y rebaños, hito que quedó
marcado por el cambio de nombre de Abram a Abraham. Sus descendientes
gozarían de protección y prosperidad siempre que honraran y obedecieran a este
Dios particular. Dios les ordenó a Abraham y a sus descendientes que se
circuncidaran, lo que serviría como indicativo físico de carácter permanente para
distinguir a este grupo de las demás naciones.
Circuncisión
Lawrence OP (CC BY-NC-ND)

Los pueblos de la antigüedad realizaban contratos con sus dioses, en los cuales se
detallaban las obligaciones de cada parte. De la palabra hebrea «cortar» proviene el
término «convenio», un acuerdo que refleja el ritual de cortar a la mitad al animal
sacrificial, mientras se pronuncia un voto a una deidad. Existen varias historias
acerca de los convenios que el Dios de Israel estableció con su pueblo: los pactos
con Noé, Abraham, Moisés, y con el Rey David.

El
El (en plural: elohim) era una forma común de designar el poder divino en algunos
de los textos más antiguos de la región, escritos e

También podría gustarte