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El conocimiento como tecnología de poder (1)

l. Gris es toda teoría


Había una vez un aprendiz de brujo que se sentía humillado ante el saber, el poder y la soberbia
de su maestro. El discípulo estaba ansioso por descubrir los artilugios de las mezclas exóticas.
Quería combinar colas de lagartijas con pelos de sirenas vírgenes, trozos de azufre con polvo de
diamante, limaduras de hierro con pancitas de sapo. Quería que de esas mezclas surgieran
pócimas mágicas o seres extraordinarios como los que se decía que producía el brujo, gracias a
su dominio de las fuerzas naturales y sobrenaturales. Sin embargo, el discípulo debía
conformarse con barrer y baldear el gabinete de su amo, quien tenía poder sobre los elementos
de la naturaleza y no se cuestionaba la legitimidad ética de sus conocimientos.

Hasta que un día el aprendiz se rebeló, pero no tanto. Simplemente aprovechó la ausencia del
hechicero para utilizar sus retortas y sus ungüentos, tratando de producir una especie de robot. Y
lo logró. Produjo una escoba mecánica capaz de trasladarse hasta un arroyo cercano y acarrear
agua para baldear la gruta del maestro. Pero tal vez hubo un error en las medidas o en la
articulación de ciertos conjuros; lo cierto es que, en lugar de aparecer una escoba, se sucedieron,
dos, tres, diez, cientos y cientos de indomables escobas reproduciéndose al infinito.

He aquí una metáfora del conocimiento científico convertido en mera tecnología. El sabio
hechicero es semejante al científico moderno que conoce los secretos de la naturaleza y, en
función de ello, aspira a dominarla. No se pregunta, por cierto, por las implicancias éticas ni por
las consecuencias humanas y ecológicas de tal dominio. El científico moderno se considera
moralmente neutral respecto de los conocimientos que produce y delega toda la responsabilidad
en quienes manipulan los productos de su saber. Por su parte, el aprendiz de brujo es semejante
al técnico o al empresario que reproducen los logros científicos sin preocuparse tampoco por sus
posibles efectos. Pero es innegable que, a veces, la tecnología "se le va de las manos" al
hombre.

En la década de 1940, el ratón Mickey representaba el papel de aprendiz de brujo en la película


Fantasía de Walt Disney. Esta película es uno de los cantos de cisne de una época histórica que
estaba concluyendo, la modernidad. El episodio de Mickey representa una parábola de la tecno
ciencia, ese gran invento moderno, y se muestra a través de una forma de arte propia de la
modernidad tardía: el cine de animación. La modernidad apostaba al futuro aunque, tal como se
deja ver en el episodio del aprendiz de brujo, comenzaba a ser consciente de sus propios
excesos.

El tercer milenio se inició, entre otras megas manifestaciones, con una versión postmoderna del
clásico de Disney. La nueva película se llama Fantasía 2000. En la nueva versión de Fantasía se
utiliza uno de los inventos que iniciaron esta época histórica: la tecnología digital, partera del
futuro. Se recicla al ratón Mickey, representante del pasado. Y se proyectó por primera vez
durante el pasaje al tercer milenio, ante un público multitudinario, mientras una de las
principales filarmónicas del mundo interpretaba el acompañamiento musical, en vivo, como
indiscutible afirmación del presente. Éste es un claro ejemplo de la multiplicidad de tiempos
propio de la postmodernidad que, si bien apunta al futuro, también rescata el pasado y trata de
reafirmar el presente.
A partir de manifestaciones como éstas, cabe preguntarse si realmente estamos ante una nueva
época histórica (postmodernidad) o si se trata sólo de otra "vuelta de tuerca" de la modernidad.
Pues 'moderno' es sinónimo de nuevo. Por lo tanto, todo lo nuevo entraría en las características
de la modernidad. Considero que los cambios acaecidos, fundamentalmente a partir de la mitad
del siglo XX, no son solamente cuantitativos, en el sentido de más producción económica, más
manipulación de la naturaleza, más información, sino también cualitativos, porque responden a
otras formas de producción, de manipulación y de información.

Uno de los paradigmas de la modernidad fue la ciencia, tal como se la ha concebido desde los
siglos XVI y XVII. Pero, desde hace aproximadamente cien años, ese conocimiento comenzó a
conmoverse. Sus leyes ya no son tan absolutas (como se pretendió entonces), tan deterministas
ni tan reversibles. Ahora bien, no es casual que justamente para la misma época en que
comienza la crisis de la ciencia moderna, comience también la reflexión sobre ella, es decir, la
epistemología. Ésta, como rama específica de la filosofía, surge en los albores del siglo XX. La
filosofía comienza a reflexionar sobre lo ya acaecido y crea un nicho teórico para pensar sobre
aquello que comienza a perder su verdor.

La ciencia moderna fue pensada desde una epistemología "gris", esto es, formalista y
pretendidamente a histórica. Esa epistemología, preocupada fundamentalmente por la
reconstrucción racional de las teorías científicas, predominó hasta la década de 1960.
Actualmente se la denomina "concepción heredada". En ella la ciencia es reducida a
conocimiento científico sin considerar las prácticas sociales que, entrelazadas con los
enunciados, constituyen la empresa científica. Actualmente existen "nuevos formalismos" que
continúan equiparando, epistemología con "justificación lógica de las teorías". Pero surgen al
mismo tiempo filosofías de la ciencia que, además de considerar las estructuras formales de las
teorías científicas, las relacionan con las prácticas concretas y con su inserción histórica. A esta
nueva manera de pensar la ciencia -a la que adhiero- la denomino "pos epistemología" o
"epistemología ampliada a lo histórico-social". Se trata de un intento de matizar con pinceladas
de color el irremediable gris de la teoría.

2. ¿Qué es la Posciencia?

En el siglo XVI, los primeros estudiosos que se atrevieron a desafiar los dogmas establecidos
por la entonces reinante física aristotélica medieval fueron revolucionarios. Hombres como
Johannes Kepler, Nicolás Copérnico, Giordano Bruno y Galileo Galilei, entre otros,
estremecieron un saber milenariamente aceptado. Y lo hicieron desde prácticas y discursos
marginales respecto de las verdades oficiales. Lograron así un nuevo dominio de saber: el
físico-matemático. Pero, tan pronto como la ciencia newtoniana se convirtió en el conocimiento
oficialmente reconocido, asumió el poder y se convirtió en ideología (en el sentido de discurso
hegemónico).

Sin embargo, en el siglo xx la ciencia ha debido aceptar la inestabilidad, el azar, la


indeterminación, los procesos irreversibles, la expansión del universo, la discontinuidad, la
evolución de las especies, las catástrofes, el caos, así como el estudio riguroso de los sistemas
simbólicos, del inconsciente y de los intercambios humanos.

En 1811 Jean Joseph Fourier enunció la ley de la conservación del calor (primer principio de la
termodinámica). Hasta ese momento la materia se comprendía según los principios
newtonianos. El edificio científico de la modernidad se había construido sobre leyes
conservatistas, reversibles y deterministas, en las que se pretendía que el tiempo no afectaba las
trayectorias de los cuerpos.

El segundo principio de la termodinámica estipula que la energía está afectada de entropía,


tiende a la degradación, a la incomunicación, al desorden. En nuestro siglo, los procesos
irreversibles son retomados, entre otros, por Ilya Prigogine. Se trata de un modelo de análisis
que puede ser aplicado a distintas disciplinas (física, química, biología, ciencias sociales) y
representa una perspectiva científica optimista. Pues en una situación caótica, la conducta de un
elemento del sistema en crisis puede orientar una evolución hacia la comunicación y el
establecimiento de un nuevo orden. La degradación no necesariamente conduce al exterminio.

Además, Prigogine destaca la artificialidad de los procesos pretendidos reversibles, pues en los
acontecimientos naturales el tiempo corre en una sola dimensión. Podemos recordar el pasado
pero no podemos "recordar" el futuro. Estamos en el tiempo, estamos por lo tanto en los mismos
procesos que estudiamos. El científico, a partir de su nueva ubicación en el cosmos, deberá
declinar el moderno dominio de la naturaleza e intentará, más bien, dialogar con ella.

Ya Albert Einstein había socavado al observador absoluto imaginado por Isaac Newton. La
determinación de la velocidad de la luz como constante universal indica que no es posible
transmitir señales a una velocidad mayor que la de la luz en el vacío. La relatividad modifica las
ideas modernas de objetividad y universalidad; sin embargo, insiste aún en perseguir una
descripción completa de la naturaleza.

Por su parte, la biología evolucionista también le fue poniendo historia a las leyes de las
ciencias naturales. Las especies interactúan con el medio y, en función de ello.

Tiene historia asimismo el ADN, una historia del individuo al que pertenece, una especie de
Narciso, en la que todo mi ser está representado en una molécula.

La matemática, por su parte, se manifestó como un sistema incompleto. Kurt Gödel, en 1931,
mostró que todo sistema logístico razonablemente rico contiene por lo menos un enunciado o
teorema que no es decidible en el sistema mismo. Esta revelación, les inyectó energía. Se estaba
entonces en la informática.

La aparición de las primeras computadoras digitales electrónicas ocurrió en plena Segunda


Guerra Mundial. El primer prototipo (el ENIAC) se utilizó fundamentalmente para el cálculo de
proyectiles y para el proyecto que culminó con la fabricación de la bomba atómica. Ése fue el
momento crucial en el que la tecnología dejó de ser secundaria en la ciencia y pasó a ocupar el
lugar prioritario. La tecnología marca hoy los derroteros de la ciencia. Marca asimismo un
cambio de rumbo respecto de los cánones impuestos por la ciencia moderna, no sólo porque la
tecnología digital con su enorme potencialidad atraviesa absolutamente todas las disciplinas
científicas sino también porque la informática surgió directamente como tecnología. Este
acontecimiento representa una ruptura con lo que entendió la modernidad por ciencia e instaura
una nueva forma de conocer el mundo y relacionarse con él. A esta nueva forma de saber la
denomino 'posciencia".
La economía, gracias a la aplicación de la racionalidad científica, se expande de manera
totalizante a todas y cada una de las regiones del planeta. Lo importante es que cada vez hay
más riqueza, pero lo alarmante es que cada vez está en menos manos. En la economía ocurre
como en la tecno ciencia y en la ética. En economía se reproducen las ganancias, desde la
tecnología se reproducen las moléculas y en el terreno ético se reproducen los códigos morales.
El mundo globalizado es un mundo que esculpe sus valores éticos al ritmo de los medios
masivos de comunicación. Un mundo conectado por haces de luz. Casi como una reacción
atómica en cadena, casi como la saturación informática que envuelve el planeta. Estos
fenómenos indican que el saber-poder contemporáneo ya no reviste las características distintivas
de la ciencia moderna, en función de ello se puede hablar de posciencia, comprendiendo en esta
expresión no sólo una nueva manera de conocer sino también de modificar (o interactuar con) la
naturaleza y la sociedad.

Las sociedades se han dividido siempre entre los poderosos y los carenciados, los que saben y
los ignorantes, la elite y las masas. A lo largo de la historia se ha segregado a las personas por su
casta, su clase, su religión, su color de piel, sus ideas o su sexualidad, entre otras exclusiones
posibles. Ahora, con la aparición de la ingeniería genética, la sociedad contempla la posibilidad
de una nueva y más grave forma de segregación: la que se basa en el genotipo. Es decir, en el
conjunto de información genética que posee un individuo. A partir de esa información se
discrimina, por ejemplo, a quienes tienen propensión a determinadas enfermedades
excluyéndolos de ámbitos laborales y sociales en general.

Por otra parte, sin tecnología de base no se produce investigación científica ni se pueden poner a
prueba las hipótesis. Pero la tecnología requiere fuertes inversiones económicas. Obviamente,
esas inversiones se recuperan con creces cuando quienes invierten en investigación logran que
sus aplicaciones tecnológicas se coloquen en el mercado.

3. El principio no fue el Logos

Los sofistas, en esa especie de “posmodernidad” antigua que fue el siglo V a C, tenían
pocas posibilidades de ganar la batalla contra los filósofos. Mientras éstos últimos ofrecían
mundos verdaderos, estables, universales e indestructibles, los sofistas hablaban de la no
existencia de la verdad a no ser como consenso, de inestabilidad, de relativismo y de cambio. Es
obvio que los sofistas no pertenecían a la clase social más privilegiada (necesitaban ganarse un
salario); aunque tampoco estaban tan mal (tenían tiempo y ganas de estudiar y debatir). Platón,
en cambio, estaba casi siempre en las cercanías del poder o quería estarlo. De este modo, su
doctrina desarrollaba conceptos restauradores de la unidad perdida, aristocráticos y
hegemónicos. Pero Platón ha sido uno de los pensadores más preclaros de Occidente. Al menos
uno de los más exitosos. Construyó un Mundo de Ideas trascendentes, que nadie ve, ni escucha,
ni toca, ni huele, ni degusta. Sin embargo, ese mundo, en contra de toda evidencia, pasó a ser el
mundo verdadero, mientras este mundo concreto, sólido, perceptible y obvio es sólo un
simulacro.

Pero la coparticipación hace a los entes semejantes entre ellos porque replican, de manera
imperfecta, la perfección de la forma pura. Ella, además, es la razón de ser de todos y cada uno
de los entes. Esta doctrina pudo reinar en una Grecia corroída por la incertidumbre de una
unidad política que se estaba perdiendo (fin del siglo V y siglo IV a.C.) y volvió a reinar con el
cristianismo triunfante (siglo V de nuestra era). La iglesia, para fundamentar sus premisas,
“purificó” y “bautizó” la teoría platónica primera y aristotélica después. Al mismo tiempo las
relacionaba con sus propios dogmas y las instrumentaba comunitariamente para instaurar un
rígido control social, en nombre de la moral y el orden.

La teoría de Platón reina en épocas político-sociales en las que se le otorga preferencia a


la razón sobre la sensación. Este filósofo “beatificado” por la Iglesia como el gran negador del
cuerpo desarrolla una idea: el armazón de este mundo es del orden de lo formal, de lo abstracto,
de lo matemático.

Si lo que hay que descubrir son formas, entonces no se alienta la investigación empírica.
Lo empírico es propio de esclavos, no de los amigos de Sofía que casualmente son también los
amigos de Platón.

Platón sienta las bases para que su discípulo Aristóteles le otorgue “seriedad académica”
al pensamiento de su maestro. “Académica”, obviamente, en sentido moderno. Es decir, un
pensamiento desarraigado de las metáforas poéticas, del amor por los cuerpos bellos y de las
apelaciones al mito, con los que todavía se permitían deleitarse en la Academia de Platón. Con
Aristóteles se borran del escenario del pensamiento occidental los últimos vestigios del deseo,
del cuerpo y del amor. Porque se los clasifica y tipifica “tan científicamente” que se los
desencarnan hasta el aburrimiento.

Para Aristóteles la finalidad de la ciencia es revelar las causas de los entes. La


teleología, es decir la orientación hacía un fin último y perfecto en la naturaleza, es inmanente a
los objetos. En la naturaleza no existe el azar o la casualidad, sino el orden y la regularidad. El
mundo sublunar está constituido por cosas particulares y concretas. Esta modificación se mide
en tiempo, que es un accidente de la sustancia. El tiempo no posee ser en sí, es la medida del
cambio, es una categoría. Pero el cambio afecta únicamente al mundo sublunar: un mundo
imprevisible, incierto, corruptible; también un mundo feraz, productor, generativo. Sobre esta
sinfonía de generación y muerte existe otra realidad, la de los cuerpos celestes. Ellos están
constituidos por una materia incorruptible, el éter. Es el quinto elemento. Los cuerpos celestes
solo experimentan el movimiento de rotación, ignoran otros cambios como la alteración de la
sustancia, la forma o la cantidad. Son siempre iguales a sí mismos. El tiempo no los afecta.

En el universo de Aristóteles la Tierra inmóvil es el centro de rotación de la trayectoria


circular de los astros. Las estrellas inmutables ocupan la esfera exterior del sistema .Ese
universo es finito. Más allá de las estrellas no hay nada. Pero más acá hay todo, es decir el
universo es pleno, no existe el vacío. El mundo sublunar está “lleno” con los cuatro elementos y
el mundo celeste, con el éter. Sabido es el “horror al vacío” de los aristotélicos

Aristóteles dice que los cuerpos celestes son siempre iguales a sí mismos, no cambian,
no mueren, son eternos, en fin, son las ideas platónicas travestidas en planetas y estrellas.
Aristóteles jerarquizó los entes sublunares, les dio la posibilidad de ser reales. He aquí una de
las condiciones de posibilidad de la investigación empírica. Sólo los cuerpos celestes gozan la
dicha del más perfecto de los movimientos, el circular, el que no empieza ni termina en ninguna
parte, como el poder de los gobernantes absolutos o de un Dios imperecedero.

Sólo el motor inmóvil es perfecto. Mueve sin ser movido. Atrae hacia sí a toda la
naturaleza. Es acto puro, sin materia. Es objeto de amor, nos seduce, mejor dicho, seduce
indiscriminadamente a todo lo existente. Pues como todo aspira a la perfección y la perfección
está en ese Dios, es por amor a él que se desarrolla desde el más humilde de los hombres hasta
el más sabio de los filósofo, es decir, el que piensa, el que usa la razón que, para Aristóteles, es
la más preciada de las facultades humanas.
Todo lo que hace el hombre en el plano moral lo hace porque lo considera un bien.
Existe la posibilidad de equivocarse y hacer el mal. No obstante, para Aristóteles, no elegimos
el mal por el mal mismo, sino porque creemos erróneamente que estamos eligiendo lo mejor, es
decir, el bien. Existen distintos tipos de bienes: los que son medios para otros fines y los fines
últimos. Se detiene en el bien que le da sentido a todos los demás bienes. Se trata de la felicidad,
de aquello que elegimos siempre por sí mismo y nunca por otra cosa. La mayor felicidad es la
que está referida a lo racional, la que tiene que ver con el pensamiento. Todas las conductas
morales tienden pues hacia la perfección del fin último.

LOS SIGLOS MEDIOS Y EL ANTROPOCENTRISMO

La Baja Edad Media se perfila una corriente de opinión que tiende a


imponer las ideas del exhumado Almagesto de Ptolomeo, es decir, la concepción
geocéntrica del universo. En ella la Tierra soberana es circundada por el Sol, la
Luna y los planetas. Mil estrellas le sirven de corona.

Esta teoría tenía grandes complicaciones, pero ofrecía algunas ventajas, por
ejemplo, “salvaba las apariencias”.

Para quienes regían los destinos de los hombres, para quienes manejaban las
redes del poder, era importante conocer los designios celestes. Se profesaba tal fe en la
escritura de los cielos que si las predicciones astrológicas fallaban, se consideraba que
había una deficiencia en los cálculos.

El modelo ptolemaico ofrecía la posibilidad de leer el movimiento de los astros


y, al mismo tiempo, interpretar los signos del destino. Además, en una cultura como la
medieval, que consideraba que la semejanza era el modo válido de acceso al
conocimiento (Foucault, 1976), se establecían analogías entre el mundo material y el
espiritual. Mientras que en la Antigüedad, la concepción aristotélica quería que la
perfección fuera el incentivo para el movimiento natural y para la acción moral, en el
Medioevo, una visión centralista querrá que el universo y Dios estén al servicio del
hombre. Se buscan entonces semejanzas y diferencias entre la divinidad y el resto de la
creación, así como entre los distintos seres de la creación misma. Los hombres pueden
dedicarse tranquilos a tales entretenimientos cognitivos porque, en última instancia, la
divinidad se hace cargo de los yerros humanos.

El hombre medieval es un gran hermeneuta, Dios escribió para él. Se trata de


descifrar los signos con los que el creador escribió con un lenguaje en la Biblia y con
otro en la naturaleza.

Considero que la Edad Media fue una época centrista en lo científico, por su
visión del universo y antropocéntrica en la autovaloración humana. El hombre vivía en
el centro de una especie de útero cósmico. Estaba rodeado por los astros. Estos le
marcaban sus destinos. Además, cuando ese hombre -culpable desde el nacimiento-
muriese, sería recibido por el padre celestial. El modelo centrista alcanza su máxima
expresión estética en la Divina Comedia, en la que la Tierra, sede de los mortales, está
rodeada por nueve esferas astrales y coronadas por el paraíso celestial. El cielo protector
abraza al hombre desde el éter. Dios y el Sol los ilumina cada día. A partir de este
imaginario y, sin negar los distintos modos de conocimiento medievales, se podría
afirmar que los problemas de relación entre el hombre y Dios se dirimen a favor del
hombre. Dios hace todo por el hombre y para el hombre, hasta ubicó la Tierra (sede de
su mimada criatura) en el centro del universo.

El señor feudal “protegía” a su siervo. Este retribuía con su trabajo, con su


cuerpo, con su familia y a veces con su vida El señor desarrollaba sus estrategias
tratando de que el siervo se dijera a sí mismo: ¿qué menos puedo hacer por un señor
que arriesga la vida para protegerme, casi de la misma manera en la que Dios dio su
vida por salvarme? Y si el vasallo no se lo decía, el amo se ocupaba de imponérselo.

3. EL PROYECTO MODERNO

Galileo exhuma una antigua creencia que la estructura de la realidad era


matemática. También para Galileo, el lenguaje de la naturaleza está escrito en caracteres
matemáticos. He aquí el origen de la rigidez de las leyes naturales modernas. Las leyes,
las relaciones invariables entre fenómenos, son más fiables que los fenómenos que ellas
relacionan.

Algunos científicos de la “ciencia normal newtoniana” (en sentido kuhniano)


todavía se pliegan a la concepción de que el tiempo es reversible.

La mecánica de las trayectorias concebía fenómenos ideales: péndulos, inercia,


movimiento perenne, reversibilidad. Esta ciencia, tal como lo señala Heidegger (1960),
se originó a espalda de los hechos: primero la ley, luego el experimento. Gracias a la
legalidad, los hechos adquieren claridad. Las leyes se han elaborado a partir de la
naturaleza. Pero al haberles dado la exactitud del cálculo se constituye una
representación anticipadora que ha de ser “llenada” con la confrontación empírica.

Laplace imagina un genio que, conociendo la posición y el momento de cada


uno de los puntos del universo en un instante determinado, podría retrodecir todo el
pasado y predecir el futuro. El edificio científico de la modernidad se construye sobre
leyes conservativas, reversibles y deterministas.

Desde la filosofía, Kant le otorga el máximo status a esta concepción intentado


apuntalarla con el rigor de su pensamiento. Por un lado, marca la necesidad y la
universalidad de las leyes naturales, leyes soberanas y absolutas que sustentan
fenómenos particulares y contingentes. Y por otro, estipula que el tiempo no es una cosa
en sí, sino una forma pura del entendimiento. Kant sostiene una postura aparentemente
contraria a la de Newton que consideraba el tiempo como una realidad subsistente. En
Newton, el tiempo es una variable reversible y no determina a los procesos. Resulta
mucho más coherente entonces que el tiempo no sea algo en sí mismo, sino una forma
pura del entendimiento. Kant “mejora” la hipótesis newtoniana acerca de la naturaleza
del tiempo.

En la Crítica de la razón pura, Kant había establecido que el sujeto es una


constitución apriorística en el que se dan las condiciones de posibilidad del
conocimiento. Los principios deben ser racionales, ya que su cumplimiento depende de
la voluntad y ésta es una facultad de la razón. La determinación de la voluntad se hace
según la forma (el deber), así como la determinación científica del mundo se produce a
según las relaciones invariantes entre ellos (las leyes). En el dominio de la naturaleza
todo está condicionado según leyes causales. El dominio de la moral, en cambio, se rige
por la libertad. Pero sus leyes también son universales. Así como en la naturaleza las
leyes se cumplen con el acontecer de los fenómenos, en la moral, las leyes se cumplen
cuando las conductas responden al deber.

Esta visión científico ética encuentra su correspondencia en el imaginario social


de la modernidad. Pues la burguesía ascendiente estaba imponiendo un orden absoluto
al que todo integrante de la población debía someterse. El que no lo hacía era encerrado
(Foucault, 1976). La razón moderna se constituye excluyendo. Para ello se vale no solo
de las leyes científicas, a nivel del conocimiento, sino también de las leyes morales, a
nivel de la ética y de las leyes del buen orden burgués, a nivel de los dispositivos de
poder.

Verdad e Historicidad – Rubén Prado

Cada etapa histórica tiene una noción de lo que es el conocimiento en sentido estricto, lo
que hoy entendemos por científico tiene su origen en la modernidad. Si a un griego del
siglo V antes de Cristo le explicaremos lo que hoy entendemos por ciencia, éste lo
identificaría con ¨ saber empírico ¨, ¨ conocimiento técnico ¨ pero no ¨ ciencia

Características de la cientificidad

Descriptivo, explicativo y predictivo mediante leyes: Se buscan leyes por medio del
cual describir la realidad. Buscar las relaciones entre fenómenos y da cuenta de los
hechos y finalmente un control sobre dicho fenómeno y así predecirlo. Fundamentación.

Carácter crítico: Carácter problemático y cuestionador que presupone preguntas hacia lo


no sabido y construye una racionalidad estructurada en torno a la pregunta y respuesta.
Los griegos consideraban el doxa, la opinión el principal obstáculo para el saber,
Episteme.

Saber fundamentado, pone énfasis a una dimensión lógica y otra empírica. La primera
relacionada con la coherencia entre las proposiciones de la teoría y la segunda son las
ciencias que estudian los hechos y justifican los enneciados.

Metódico- Reglas para alcanzar un objetivo, la exclusión del error mediante la


comprobación. Un conocimiento científico para ser considerado con tal, debe seguir
ciertos pasos, determinados éstos por la comunidad científica a la que el conocimiento
se encuentra vinculado.

Sistematicidad: El conocimiento científico es un cuerpo de proposiciones relacionados


entre sí lógicamente. Sistema es un conjunto ordenado de elementos, por lo tanto la
sistematicidad aluda al orden consistente y no contradictoria de los saberes.

Comunicable mediante lenguaje preciso: Se apunta a la construcción de un lenguaje


ideal, que sea plenamente exacto y tenga un único sentido posible.
Pretensión de objetividad: El conocimiento científico pretende ser objetivo, el
investigador debe superar el condicionamiento histórico y subjetivo para adoptar el
punto de vista de un observador neutral.

Ciencia en sentido amplio – concepto epocal.

Paradigma pre moderno: Antigüedad y la Edad Media Siglo XV. El mundo griego es
fundacional del proyecto racionalista de Occidente, dónde se proponen dos tipos de
conceptos, el logos y el mythos, una tenía era un discurso explicativo y demostrativo, el
otro, el mito era un discurso que no residía en la verificación. El logos, al igual que la
ciencia descansa en la fundamentación. También a partir de la oposición entre doxa
(opinión), Episteme (saber) se puede rastrear nuestro actual concepto de ciencia.

DOXA( OPINION) EPISTEME(SABER)


Es un saber no fundamentado Es un saber fundamentado
Se obtiene espontáneamente Requiere esfuerzo y reflexión
Es asistemático Es sistemático
Se mueve en la verosimilitud Pretende instalarse en la verdad
Es acrítico Es critico

Paradigma moderno: A partir de la revolución científica del siglo XVI. Se da en esta


etapa un proceso de secularización, la orientación de la cultura moderna ya no será lo
divino sino la resolución de problemas práctico-teóricos originados por los cambios
sociales. La esencia de la modernidad está dada por el ideal de una racionalidad plena.

- El mundo posee un orden racional-matemático: Galileo dice la naturaleza está escrita


en caracteres matemáticos y esa ha de ser la clave interpretativa de la realidad.

- El poder de la razón: Se suscita la idea de que es posible adquirir todo conocimiento


mediante la razón.

- El proyecto moderno de la racionalización plena de la realidad conlleva dos ideales,


alcanzar un conocimiento universal y necesario del mundo y lograr una ética de validez
universal.
- Creencia en el progreso social como consecuencia del desarrollo científico: Trae los
supuestos de que todo avance es alcanzado por toda la sociedad y de que todo avance
científico es beneficioso. Luego de siglos de este paradigma ya no resulta tan claro que
sea positivo.

De la crisis del paradigma moderno surge el Paradigma actual o posmoderno:


Construido en él siglo XX que no difiere totalmente de la modernidad pero guarda
diferencias. Proceso de fragmentación del sentido.

- Se rechaza cuestiona o se rechaza la idea de verdad - Critica y rechazo de los ideales


éticos y del progreso social. - Cuestionamiento a la ciencia y al cientificismo. Cuál es el
fin de la ciencia.
Paradigma actual
Se hace referencia a la posmodernidad como un proceso de fragmentación del sentido
que se despliega en:

-Caída de los ideales de conocimiento de la modernidad, se dice que no hay verdades


universales, necesarias o definitivas sino bien verdades provisorias.
-Critica y rechazo de los ideales éticos y del proceso social inherente a la modernidad, la
posmodernidad es sostener que en ella adviene el fin de las utopías o de los grandes
relatos o de ideologías.
-Algunos cuestionamientos a la ciencia y al cientificismo, la posmodernidad comporta
la aparición de ciertas críticas tanto al desarrollo ilimitado de la ciencia cuanto a la
adoración esta, lo que da lugar a la reducción de la razón a mera racionalidad científica.

Fundamentos filosóficos de la modernidad

La ciencia moderna se funda en la pre comprensión del sentido en aquello que puede ser
calculado y medido, lo real será lo ¨ calculable ´. El pre comprensión de lo real en
sentido matemático conlleva una forma de relación con la naturaleza, una idea de razón
y de hombre. El mundo se convierte en objeto de cálculo, algo que está ahí para un
sujeto (el hombre) cuya función será la de calcularla, indagar, disponer del objeto para
mediante control y manipulación transformarla en recurso, en dominio disponible. El
proyecto moderno de una racionalización de la realidad deviene en un programa de
dominio tecnológico. Esto sugiere la conversión del hombre en sujeto del proceso y la
naturaleza en objeto, lo cual es la estructura del conocimiento. Esto significa que es el
supuesto de objetividad el que sostiene la ambición de racionalidad de la modernidad.
La idea de razón en la que desemboca la modernidad es la de razón instrumental.

Clasificación de las ciencias

Cuando se trata de clasificar a las ciencias se toma generalmente como referencia cuatro
criterios:
- El objeto de estudio: Sector o ámbito de la realidad estudiada.
- La metodología: Procedimientos
- La clase de enunciados: Analíticos, sintéticos
- El tipo de verdad: Formal, de coherencia lógica o contingente y fáctica, dependiente de
la validación empírica.

Ciencias formales: Matemática y la lógica

Ciencias fácticas: Informan de la realidad extralingüística, suelen dividirse entre


naturales y sociales

Criterios Ciencias formales Ciencias fácticas

Objeto Entre ideales, signos vacios, Entes empíricos, hechos y procesos


carentes de contenidos
Enunciad Analíticos Sintéticos
o
Verdad Necesarias y a priori Contingente y a posteriori
Método Demostración lógica, Contratación empírica
fundamentación de un
enunciado a partir de su
deducibilidad de otros
Ejemplos Lógica y matemáticas Ciencias naturales y sociales

Relación entre la ciencia y lo histórico

Mientras que nadie duda que el quehacer de la ciencia tiene siempre un lugar de manera
inevitable en un tiempo especifico, la cuestión de si este contingente histórico ¨ afecta¨
el valor de las verdades científicas no es claro.

El paradigma científico moderno creció afincado a la presunción de que sus verdades


son universales y objetivas, por lo tanto transhistórico, pero el quiebre de la revolución
científica del siglo XX puso en jaque estos supuestos.

Contexto de descubrimiento y de justificación/historia externa e interna

Historia interna, abstrae la incidencia de lo social y relata la lógica de las ideas


científicas, se vincula al contexto de justificación.

Historia externa, da cuenta del acontecer científico en relación con el contexto de


descubrimiento.

La facticidad, la historicidad por un lado y la verdad por otro lado. Esta jugada, la
salvaguarda de la pureza objetiva de las verdades científicas del influjo histórico,
delimita dos ámbitos de pertenencia.

INVESTIGACION BASICA, TECNOLOGIA Y SOCIEDAD.


KUHN Y FOUCAULT.

1. Investigación científico-tecnología.
Investigar es buscar. En el caso del conocimiento científico, suele dividirse en distintas
etapas:

 Investigación básica pura


 Investigación básica orientada
 Investigación aplicada
 Tecnología

Investigación básica es una búsqueda original, que se realiza con la finalidad de obtener
nuevos conocimientos. El único fin que perseguiría, seria la búsqueda del conocimiento
por el conocimiento mismo. No tiene en cuenta, sin embargo ninguna aplicación de lo
que se propone investigar.
Investigación básica pura, se produce al arbitrio del científico individual. El
investigador elige su tema libremente, es decir, nadie orienta si búsqueda hacia algún
objeto de estudio.

La investigación básica orientada, está encaminada hacia algún campo de interés


señalado por la institucion que financia el proyecto de investigación. Tampoco existe la
actividad de aplicar el conocimiento a la realidad. Pero el investigador recibe
indicaciones respecto del objeto a estudiar.

La investigación aplicada, también es una búsqueda original, pero dirigidos ahora hacia
algún objeto práctico. Se trata del uso de teorías científicas. Se constituyen proyectos y
planes que si se aplican a la realidad, la modificarían, también se diseñan prototipos que
podrían llegar a influir en la naturaleza y n al sociedad.

La tecnología es la aplicación concreta del conocimiento. El desarrollo tecnológico es el


uso del conocimiento científico para producir materiales, artefactos, productos, etc.
Aquí los técnicos, transforman los modelos teóricos en tecnología propiamente dicha:
televisores, misiles, vacunas, etc. Esta tecnología modifica la realidad, y la técnica es la
instrumentación concreta de medios para obtener ciertos objetivos.

La investigación pura corresponde a la tarea de los científicos que realizan estudios


sobre la astrología y la trayectoria de los astros y lo realizaron por su cuenta. Pero
cuando una institución se interesa por ese estudio y la existencia de planetas
desconocidos y convoca a expertos se inicia la etapa de la investigación orientada. Una
vez que se corrobora la existencia de nuevos planetas, se ha obtenido gran cantidad de
astros respecto a la realidad espacial. Eso, unido a grandes desarrollos en otros
conocimientos, se genera el envió de objetos al espacio. Las empresas financian
investigaciones científicas y así comienza la etapa de la investigación aplicada. Aquí el
conocimiento se desarrolla con un fin práctico.

Finalmente, se decide instrumentar los planes diseñados y esto significa que los
productos de la investigación se materializan en sondas espaciales, satélites y posibilita
la vida en los cielos. Pero se habitar modifica la realidad (ejemplo, mejora el
internet) .He aquí la tecnología. La ciencia es realimente aplicada a la realidad física y
humana, es decir se transforman los cielos y la tierra, se modifica al hombre.

2. El progreso científico en Kuhn.

En la estructura de las revoluciones científicas, Kuhn propone explicar a qué obedece


los cambios de la ciencia y no acepta que la ciencia progrese de modo indefinido.
Prefiere analizar el fenómeno de la ciencia dese su devenir histórico. Pues considera que
ante ciertos problemas suele surgir distintas hipótesis que intentan explicarlos. Pero por
un tiempo, a veces prolongado, ninguna de ellas logra la aceptación de expertos. Kuhn
denomina, Preciencia a ese momento de indefiniciones e imprecisiones científicas.
Cuando finalmente logra imponer una explicación unánime, se inicia entonces una etapa
de ciencia normal. En esta etapa se despliega bajo el reino de un paradigma vencedor.
Un paradigma se constituye a partir de las realizaciones científicas universalmente
reconocidas, las que durante un tiempo proporcionan modelos de conocimiento a una
comunidad científica determinada.

Comprende supuestos teóricos, leyes, técnicas, et. Ahora bien, cuando ciertos ejemplos
contradicen la teoría vigente es abrumadora, el paradigma presenta conflictos. Si se
comienzan a producir cambios en la aplicación del paradigma reinante, se produce
entonces un periodo de crisis de la ciencia. Durante la crisis se intentan nuevas
soluciones. En función a esto se produce un choque entre teorías rivales. Esto es lo que
Kuhn denomina revolución científica.

Una vez que las teorías llegan a imponerse a las demás, se establece un nuevo orden. La
teoría ganadora impone su propio paradigma, instituyendo as un periodo de ciencia
normal

Kuhn dice que la teoría que prevalece lo logra porque tiene más fuerza que otras. EL
triunfo de una teoría depende de la decisión de la comunidad científica. Al afirmar que
gana la teoría que tiene más fuerza. Tiene éxito, aquella teoría que posee defensores que
gozan de mayor prestigio, reconocimiento y capacidad de difusión, en fin, de mayor
poder.

3. La racionalidad en Foucault

Michel Foucault es un filosofo de la cultura, el analiza acontecimientos históricos y


culturales. La actividad científica conforma un dispositivo de saber-poder alabado por la
racionalidad de sus discursos y sus prácticas. Se trata de una racionalidad contenida de
principios lógicos y abarca en sus límites toda la realidad.

Para Foucault no existe verdad inamovible. Las prácticas sociales de una época, generan
saberes considerados sólidos, serios y confiables. A partir de ellos se constituyen nuevos
objetos de estudio, nuevos conceptos, etc. Estos elementos configuran nuevos sujetos de
conocimientos.

La postura de este autor, es la de intentar señalar que la razón y la verdad no son


sustancias eternas y trascendentales sino construcciones históricas e inmanentes. La
racionalidad se extiende a lo político-social. Cumple leyes requeridas para que un
discurso produzca efectos de verdad.

En la modernidad, se impuso una racionalidad a imagen y semejanza de la razón


científica, en la que no existía lugar para el azar, el caos, la capacidad de elegir, etc. Esa
racionalidad estableció un territorio que se denomina Episteme Moderna.

Episteme, hace referencia a las condiciones de posibilidad de los saberes sólidos


contenidos en una época histórica determinada. Por ejemplo, en el Medioevo, la magia
formaba parte de la Episteme de la época. Pero entre esa Episteme y la moderna se
produjo una fractura o ruptura epistémica.
Otro ejemplo, es el agua, formado por volumen de oxigeno e hidrogeno. Pero en
algunos pueblos arcaicos, el agua era una divinidad. Pero el agua no cambio, sino la
comprensión sobre ella. En una Episteme científica, el agua es H2O y en una Episteme
religiosa es objeto de culto. Se trata de un cambio de perspectiva en la manera de verla.

Para Foucault, la Episteme modernas caracteriza por considerar que la representación es


el modo de acceder a cualquier tipo de conocimiento solido, es decir, el conocimiento
moderno cree que la realidad es tal como representa o refleja en conocimiento
científico.

4. Kuhn y los paradigmas, Foucault y las Episteme.

Kuhn dice que los paradigmas se construyen en el ámbito de las comunidades


científicas. Ellas son las que obligan a la naturaleza entrar en los cuadros conceptuales
proporcionados por la educación profesional. A este autor le importa la historia interna
de la ciencia, pero abarca en ella a la comunidad científica y relaciona la historia interna
con la externa.

Foucault en cambio, no privilegia el estudio de la decisión de los científicos para su


análisis. A partir de su postura, las luchas por el poder en la comunidad científica son
similares a cualquier otra estrategia en la que interactúan los sujetos.

Se puede decir que la Episteme de Foucault correspondería a los paradigmas de Kuhn.


Ambos son epocales, porque la Episteme es científico y social, en cambio el paradigma
es solo científico. También existe una relación entre la revolución científica de Kuhn y
las rupturas epistémica de Foucault. Pero Kuhn piensa en las revoluciones en el ámbito
de lo científico, mientras que el otro lo hace como el pasaje de una época histórica a
otra.

Tanto para un autor como para el otro, consideran que no hay mayor racionalidad en una
teoría que vence a otra. El éxito corresponde más bien a un cambio de paradigma.

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