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Ciencia y humanismo, capacidad creadora y enajenacién Germinal Cocho Instituto de Fisica, Universidad Nacional Auténoma de Mésico José Luis utiérrea Posgrado en Dinémica no lineal y Sistemas Complejos Universidad de ta Ciudad de Mézico Pedro. Miramontes” Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Auténoma de Méstco I. DEL IMPERIALISMO DE LA FISICA Desde finales del Renacimiento la reina de las eien- las ha sido la fisica. A semejanza de Napoledn en Notre Dame, los fisicos tomacon In corona, la coloearon sobre sus eahezas y proclamaron a su diseiplina como el mode lo para el estudio de la naturaleza, Las leyes de la lisiea son enerales; sus teorfas, sélidas; su formulacién mae twmética robusta y elegante. Con base en unos cuantos principios primordiales, sus métodos permiton prodocir €l comportamiento de la materia en un rango que eubre desde lo inconcebiblemente pequefo, In escala de Planck, hasta las pasmosas magnitudes de los objetos edsmivos Aciomais ce que éstas son rezones suficientes para aceptar ‘que la corona esté bien puesta, la revoluei6n intelectual racionalista habia ibrado, para benefieo del intelecte bite nano, ls grandes batallas que legitimaron la coronaci6n, Luego de que la humanided buscara durante miles de afios explicaciones para todo en la voluntad divina, los pensadores dl stiscientos deciden dejar a Dios en el on do, convertirlo en parte del paisaje ideoléico y volverse hhavia sf mismos. Abrevando en las grandes corrientes det ppensamiento griego, recuperan Ia confianzs en su apti- tud para comprender y transformar el mundo. Entre et escubrimiento alileano de las Iunas de Jtipiter y esa “vast inteligencia”de Laplace —capaz de conoce ‘el es tado de todas las particulas del universe y, mediante Tas leyes de Newton, esleular su evolueién presente, pasada y futura— hay doscientos aos en Tos que erece la certeza de que el universo obedece leyes naturales y de que la, rarda, atriito méximo de miestra especio, es eapaz de deseuisrrlas y aprovecharlas en beneficio propio, Eta certidumbve transtorna al mundo en todos sus a pectos; en fase con las aspiraciones de In burguesia ente, pronta a tomarse el poder politico sobre las ruinas cde las instituciones feudales, el culto a la razdn snstituye al de la divinidad e influye cada aspecto de la vida. He- ‘chos a un lado los prejuicios teoldgicos y metafiscos dela Edad Media todo el conacimiento habria de ser recons- truido sobre bases distintas, “electronic addres: pa Hasta entonces, las supensticiones habjan hallado en Ja ignorancis su snejor caldo de cultivo y habien propi- tiado que el poder politico anclado y confandido con el de as Jerarqutas reigiosas, avasallara a los individuos y los sometic a a los poo ex excesox: sob e la base del riedo generalizado a lo sobrenatural, mediante auténti« cos erfmenes contra In humanidad, el aparato de poder hhabia ereado un estado de terror para someter 6 la gente, 1a exaltacién de la razén por encima de los dogmas y su implacable ejerciefoeritico fueron un fermento subver sive cuya accién dio ht ina revolucién de las concien- cas y produjo el racionalistmo como doctrina flosdfica y ‘como actitud ane la vida; arsbas se levantaroa sobre tres prineipios explicativos generales = Fl msterialists: hay un mundo real, independiente de Ia pereepeidn de los sexes humanos: un mundo ‘con cvialidades eseneciales, un universoqie piteie r= ducirse, en dima instancia, a materia, 1 Fl mecanieista: todo lo que sucede acurre mereed 2 fueraas que operansobre los cuerpos y producer ‘movimiento. El espacio y el tiempo son absolutos. El determinista: dado el supuesto anterior, como ls ‘maguinaria no puede desobedecer las leyes que la tigen, todo en el universo est determinado, inde= pendientemente de st puede o no ealeularse. Bn su lucha contra ef antiguo régimen, la ur_uesfa se adued6 del discurso racionalista para minar las bases de Ie estructura feudal y, una vea en el poder, lo utilizé pa- ra porpetuarse en él exacerbando las consecuencias. de ‘sus principios enerales (losdefensores contempordncos fel sistema he eménico de nuestcosdias sélo han refinado Jos mismos argumentos): dese la interpretacién espuria, do os eapitalistas, on la dinamnice social las snereancins Importan més que los seres hurnanos y el méximo valor ws Ta ganancia; los llujos de dinero y las leyes del co- rmorcio determinas cl destino de hombres y rmajeres: los convierten en el vebiculo mediante el cual las mereancias jgarantizan Is procuceién de mas mercancis. Asi, ls bur- guesia conservadora sustituye la voluntad de Dios por la ley de los mercados. ‘Como tantas veces en la historia, la elase revolueio- xa ia impulse p imo o cl cambio, lo da legitimided y lo bandera; después, lo detione y Io traiciona. De si pro ‘grama original, purga Iss componentes revolucionarias, ahora subversivas, para luego evitar mais cambios, eehian do mano de todo lo que esté a su aleance con tal de perpetuanse ea el poder. ol racionalismo, enajenado a su favor por los nuc- vos dite del mundo, se aplicé entoness a postular nor mas para todo: desde el arte hasta la vida fntime de Tas personas; su potencia liberadora fue eneauzada para evi tar quo pudiora servir como imstrumento on contra det corden establecido, del mismo modo en que habis contri buido © socavur Ta autoridad de la Iglesia y le monar- ‘quis, Surge entonees uns nuevs casta sacerdotsl Is de los eientiicos La formacion tipica de un cientifico demands, con fro- ‘cuen ia, dejar fuera cualquier preocupacién ajena a los propios estudios; asf, recibe mn entrenamiento intenso me- dante el cual aprende a investi ar en sts campo con la mayor oficioncia posible: su visién del mundo se restringe conforme acumula distinciones y grados académicos y, fi ralmente, llega a dominar ol estado del arte en su rama de especializacién sin enterarse de otra cosa, Ks asf como mejor sirve al sistema ste proceso reduce tanto la mira del clentifioo que, ‘como los monjes, sélo we al mundo desde 1a estrechex de la ventana de su celda. Por ello, Thomas Kuhn ha dicho ‘que nadie puede ser mas parecido a un teblogo medieval ‘un padire do Ia santa madro iglesia, que un doctor er Giencias. Ademds, la actitud pontifical ¢s la misma, st visién del mundo y sus opiniones devienen dogmas; som los ministros de la nueva religidn, tienen el reconocimien- to social arantizsdo, se ineorporan @ los or anismas det poder constituldo y, cousciente o inconseientemente, sue Ten ext spol los métordos del educeioniseno pa a da oporte ideolSgien al stafuguo sin tomar en cuenta las Tmitaciones de su herramienta conceptual, Proguntemes abora si éste os el camino corrocte ha- Ga la comp eusién dol mando y p eguntemos también ‘con més énfasis, si la pretensién de la fisiea imperial ta es correcta y debe seguirse su ejemplo al estudiar la realidad sociel y las distintas expresiones del espiritu hu: nano. Desde muestra perspectiva, y desde la de los fisicos coldenfeld y Kadanoff la respuesta es negativa: Las ideas que constituyen los cimientos de muestra visién del mundo son en verdad hastante simples: el mundo respeta las leyes yy éstas rigen dondequiera. Todo es simple, ‘itano y se puede expresar en términos ma- temiéticos, ya sea mediante ecuaciones dife- reneiales parciales 1 ordinarias... Todo es sim- ple y didfano, excepto, desde ego, el mundo. (Goldenfeld y Kadanoff, 1999: 87). {Qué hacer entonces? queda claro que los intentos de interpretar los procesos humanos desde la eonciencia de los individuos hasta la historia la evolucién cultural de los pueblos— con la herramienta del reducsionismo 2 mocanicista son un despropésito y empedarse en defer der su validez, una necedad. Bl porqué es simple: hasta 1 Sllitso lereio del si lo XX, la isea se habia construido con base en postulados simplifieadores sin posibilidad de uunalogias vidas en un mundo earacteristicun plejo. I. LA MATEMATICA DEL MUNDO DEL. MANANA Para abordar Ia eomplejidad det mundo impicita en la cita de Goldenfeld y Kadanof, disponemes de los avan~ ces de la fisica tedrica contemporsnea y de su herramien+ ta, lenguaje y método: In mateméltica, Aqui es necesario despejar algunas dudas y aelarar una serie de confusiones muy difundidas averea de la esencia de la misma, Medi es una de Iss operaciones mas primariss para relacionar la realidad fisiea con el mundo de abstzaecioaes que forman el universo matemético, pero restrin ir los aleances de esta ciencia @ la bdsqueda del rigor en Ins ‘ediciones corresponde a la visién positivista baconiana segin la cual sélo lo que puede re istrarse empirieamente (1, medi se) puede eonoee so Ni siguiera en el trabajo galileano, medir tuvo tal ime portancia y cuando a Einstein se le pre untaba por. si laboratorio”, mostraba orgulloso la estilo ré¥ica en el bol- sillo de Ta eamnisa: las grandes teorfas de las cioncia se han construido sobre hases matemtieas, sf, pero e30 no tiene que ver con la protensién de exactitud en las mediciones sino con las posibilidadesde plantesr hipstesis sobre cémo ‘ocurre algo en la naturaleza, deducit las consecuencias en ol Ambito de los formalismos mateméticos y confrontar Jas consecuencias con lo que realmente sucede (en donde, posiblemente, el medir cobre importancia) para refutar 0 no las hipétesis, Bsa es la ram leecién de alileo y, hoy como hace tresciontos eincuenta siios, sigue vigente: Matematizar une disciplina es... penetrar Jos objetos de estudio eon las herramientas para el pensamiento que nos da Ia matemati- a, 68 busear en ellos Io esencial y acotar lo conlingente, es aprender a reconocer las ro- laciones estructurales o dindmicas entre sus diversos elementos para dedueir Io que no es cevidente (Gutiérrez, 1999. 93), Bn efecto, Ia matemdtica no es uns coleccién de téeni« eas para medir y contar; su Gxito como Jen uaje de la ciencia esta direclamente vicculade con su capacidad Inagotable para descubrir pautas y estructuras en don- de Is observacion directa y In estadistics — justificsdora, de pricticamente cualquier cosa— s6lo puede acumular datos. De hecho, le estadistien es el opuesto metodolégico fe las g andes const ueviones teé ieas, en pa tieula de Jos sistemas como instrumentos para conocer el mundo, fem Jos que se hace un corte para considerar las cosas como separadas y para volver a presentarlas ya no como cosas solamente sino como casas interrelacionsdas. Laexi encia de medic con exactitud es, indudablemen- te, importante en la tecnologia pero, ni asi, puede verse ‘como un elemento del método de la ciencia (ai de la trae icional ni de la emer ente). En cambio es parte del cise ‘curso pseudorracionatista del uparato de poder: algunas vve dades a medias, una pila de p ejuicios y ot a de inten- cioncs politieas, kan servide de base para querer eubrir de. cientificidad.*firmaciones insostenibles. No obstante, ese tipo de ar umentaciones. ozan de un reconocimiento social muy alto en algunos cfrculos cientificas, socieda- ides y caeutelas, de la clase sacerdotal. $i un reporte de investigacién no leva pruebas de chi cundrada o regro- siones multiples, podra ser devuelto por las érbitros con tun IneSnico comentario acerca de su falta de objetividad © peor ain, descalificéudolo por poco cientifca, La sobrevaloracién de los métodos estadisticas es itil cen Ia conservacién del poder, lo mismo en los eomités que faprueban programas de investigacién que en las esleras de Ia politics de los estados: recurriendo los “datos ‘duros"de la macroeconomia, por ejemplo, los teenGeratas venden la ides de bonanza econérica mientras Ia ente ‘comin se muere de hambre, Pero, insistimes, nada de festo tiene que ver con el papel de Is matemsi la M1 SOBRE LA CRISIS DEL PARADIGMA DOMINANTE. En Ja escala astronémica, el tiempo y el espacio newto= pianos fueron relativieados por Einstein y, en la atéumica, fue necessrio inventar la mecdniea eudstien, ese “acto de desesperacida”de Planck, pura explicar 1a radiacidn Gel ‘cue po neg o. Pe 0 no po eso las leyes de Newton dejan ron de ser leyes ni por ello se desmoron6 la fisiea clés cca. Rige, como el monarca de Bl Principito, exactamente donde y como le corresponde hacerlo si bien siguiendo ‘con el simnil, sus dominios aleancen s6lo una parcela de la realidad. Con convulsiones perisdicas, la matemética he avane zado a lo lar o de dos mil quinientos aBos a base de co- ‘raj: los pitagdrieos vieron eémo se venia sbnjo Ta dusion, ristica de In conmensu abilidad de dos ma nitudes ena lesquiera; Herén de Alejandaia y siglos después irolamo Cardano, descubrieron un niimero cuyo cusdrado es me- os uno (la raiz imaginatia pura); Galois probs que es imposible resolver por radiesles la eeuscién general de ‘quinto grado; Pierre Lautent Wantzol y Fordiand von Lindemann demostraron la imposibilidad de cuadrar et cireulo, duplicar el eubo y trsectar el ingulo usando séio| re Is y compas; Riemann y Lobachevski construyeron ‘geomelsfas que desafiaban Is intuicidn alterando el quinto postulado de In eometrfa euclideana: Cantor probé que 1 infinito no es ‘inieo sino que se puede fo ma una cae dena infinita en la que el infinito de cada eslabén es iis _gtande que el del anterior; Poincaré ech por tierra la ilue sign de Laplace al deseubrir que el determinismo de las leyes de Newton implica, bajo ciertas condiciones, una 3 imprediclibilidad esencial,.. cada ejemplo signifies una crisis en el pensamiento matemético y, de cada una, la matemética sali fortalecida, Bl teorema de Gédel merece ser considerado aparte Iuogo de casi un si lo de esfuerzos por establecer tun eon junto de axiomas que le die an a toda Ia matem! ‘una base #1 urosa, este matemstieo probs en 1931 que en cualquier sistemalégieo-formal, siempre hay una pro posicidn indecididle; es decir, una proposicidn del siste ‘ma que no puede demostrarse a partir del os postulados inioiales, de manera que no se puede garantizar que €] sismo sistema no implique una contradieeién. Curiosamente, Gédel prueba su resultado dentro de ‘un sistema formal y es vilido porque el aparato ligico- matemdtico que lo sustenta es esencislmente robusto, no importa el oscuro recaveco de ese sistema en el cual se feulte el ndecidible, el ten ema es ve dale o y po ane lo ‘es, e1indociible existe No hay una relacién directa entre el teorema de Adel y las capacidades de la matemética para comprender &] ‘mundo ni se dedueen de él limites insalvables: de hecho, ls cioneia ha erecide matersatiadndose y, en dos mil quinien tos azos de historia matemstics, cada uno de sus randes ssubsisteras —desde la goometria euelideana hasta la to- polo fa 0 le teotia de las probabilidacies— ha sido cons- truido sin haberse encontrado nusea una contradiceién ‘en el cuerpo axiomtico y, si acaso se Hezase a encontrar lun indecidible, se puode siempre agre ar al misino cuerpo yy la barrera, si acaso cabe llamarla asi, se echa siempre mis y més atvés, Por esto, como ol Libro de Arena de Borges o la cadena de conjuntos de cardinalidad transfi- nita de Cantor, Ia mateniética en si misma es ina otable {del enconte6 quo no son imposibles las inconsistencins en Jos cuerpos axiométicos pero, al descubrir sus bimi- taciones, dio también una prueba de Ia grandeza de la matemética, no de su debilidad, Caive entonces pre untarse, si el instrumental ma temitico ln sido hasta hoy ln mejor herramienta de la {isica pero laextonsiéa del inétodo reduecionista —de uli- lidad inogable— es notoriamente insuficiente para com- prender procesos de sistemas colectivas euyas propieda- es no pueden expliearse como el resultado de sumar comportamientos parciales, hay una fisica y una ma- tomitica sdecadas para osta clase do sistemas? Las hay se llaman Fisica de los sistemas complejos y matemsts ca de los sistemas dinémicos no lineales. Bn Un discurso solve las eieneias, Boaventure de Sousa ubiea corrects ‘mente Ia visién del mundo derivada de ellas y desarrolls- dd intenvamente en el timo tercio det siglo XX, como ‘un a ente primordial de la crisis del paradigm eientifico dominance: proviene de los avances del conocimiento en mic ofisica, quimica y biolo ia du ante los iilsimos winte afios. Permitaseme citar, mae ners de ejemplo, los descubrimientos de II- ya Prigogine. Su teorfa de las estructuras di- Sipativas y su principio del ‘orden mediante fluctuates’ exlableis que, en loa sstenas ae funcionan lejos del equlibrio, Is evolu thin oo explica por uslunciones de ener ia due, en ciertos momentos no completamente redocibes,espontincamente geucran reac Giones qie, asa ver, medinnte mreanismos no lincales,presionan al sstran mas ala ds miximo mite de desoqulbri. La situacion do bifuteaciin es det el pasta tienen el cual la minima fictacin pede lever 8 en Intevo estado, representa la potencalidad de log stems para sr trades hacia nn estado de menor entrepia. De este mod, Ia srreversbiidad de los wstomasabiertos sgn fica que son producto de su historia (de Sousa: 24°25), En efecto, frente la visién del mundo del meeanicismo reduccionista, estrechamente enfocada a una sola disel plina en alcances y aplicaciones (eoto de una parte de la ‘clase cientifica sacerdotal), la visidn de las sistemas com plejos provee una tooria transdisciplinaria ¢ integratdora, ccualitativa y dialécties; capar de Lrascender ef estudio de las partes para convertine en un aparato para estudiar la integracién de las partes en la cual lo més importante es ‘comprender Ins propiedades emergentes como resultado de la interacciin, en un sistema de elementos relativar mente simples,de un compo tamiento eolective diff ente del que presentan por separado los elementos del siste= ma. lo ms notable es que, como la teoria de Ta rela- tividad Ia fisica cusntics y el teorema de diel, esta’ nueva visién del mundo es también uta eonsecuencia de lo que hemos llamado el “implacable ojereicio eritico"de la razdn; en particular, ee el resultado de una profur- dda aplicacién de Ia matemética, uno de sus instrumentos més a udos. Asi, el racionaliamo sigue siendo el mejor instrumental que el ser humano ha construido para refle- xiouar sobre sf mismo y su entorno, IV. LA REACCION A inales del XVII, el movimiento oméntico enea- bezarfa la reaccidn contra las tendeneias uniformizado- as del racionslismo neoclésico: del programa original de la revolucién burguesa tomé la bandera de la libertad exalté al Yo y rechseé Ia posibilided de explicar la nati= raleza de manera tinica: sélo es posible que cada individuo la perciba ininitivamente y, en el intento por conocerla, prevalecen lo subjetivo, lo rracional y lo ima inativo. En la Naturphilosophie, Johann G. Fichte y Frederick Vor Schelling, entre otros dan cuerpo a una teoria del cono- ‘Gimiento consonante con aquellas tesis: a los postulados del mate jalismo, oponen un p incipio de unidad ent © naturaleza y expititu bumano; éte, libre y eterno, esca- pa al grosero determinismo mecanieista; és preciso estu- ‘char sus manifestaciones superiores, lo subeonsciente lo sentimental y lo mistieo 4 Desde entonces, y hasta el presente, la actitud ante la cieneia se ha movido entre distintas formss de racions- Jismo y romanticismo: desde la confianza 0 la veneracién complacientes en un extremo de las oscilaciones al rex chazo total y la aftorauza por un pasado miticamente nbieado en una e a ante io a la Edad de la Razén, ene) otro. Se mueve asin entre el culto al sistema de produc cidn cientifica y tecnol6giea sin contexto —es decir, sin uubiear sus tendeneias ke eménicas como resultado de la direceién impnesta por el aparato del poder econémico dominante de nuestros dias— y las posiciones de no po- cos intelectuales que, en sa alaque ciego a la ciencia, han hecho que vuelve por sus fueros la creencia en lo sobre- natural, en supersticiones y mitos cuya difusién, caldo de cultivo de la i norancia.sélo puede servir al mismo aparato. Triste es la dieotomia: [a razén ajena a las emo- tones contra el sentimiento resuelto en misticisma, El pensamiento occidental se ha desarrollado, dquizé desde In Revolucién Francesa, en medio de un conficto entre las eiencias y las humanidades. Estamos convencidos de que, silo que nos importa es la gente y no las mercanefas, es necesario poteneiar la capacidad creadora de los seres humanos sobre I enajenacién de! sistema en favor de la economfa de mercado. Rsto pasa por resolver aque! conflict. Hey, por vez. primera, fempiezan a tenderse puentes para superar las diferencias pero también es hoy cuando la critica neuréticn al racionalismo gana més adeptos Puede se que nos hava tocado vivi una de osas ots pas de cambio rapido en la historia de las ideas en las que todo puede snceder. Nuestra responsabilidad como inte- lectuales no puede ser més grande: debemos contribuir, desde amas riberas, a la constraccién de esos puentes EI primer paso paca hacerlo es, desde luegn, evitar Ins actitudes arrogantes ¢ identifiear nuestras limitaciones, Antes de discutir eémo hacerlo, para allegarnos elemen- tos de juicio y poder deducir tna estrategia adecuada, es preciso referirnos a nuestro contexto hnistérioo y a Ins lencias que, en el mundo de hoy, pueden eontribsir bstaculizar cl intento. V. BL MUNDO HOY: CAMBIO RAPIDO, REVOLUCION PERMANENTE Y ‘OBSOLESCENCIA Bn Ia siltimsa década del siglo XX el mundo expe- rimenté cambios pro undos asociados con el fin de la ‘era geopolitica bipolar: la caida de la Unién Soviet a y el desmoronamiento del lamnado blogue socialis- tagondujeron al dominio absoluto, sin contrapesos, de ls escena politica y econsmica mundial por parte de los E- tados Unidos de América y su capitalisino salvaje. ED + sito al mundo unipola , lejos de alivia las tensiones tcaracteristicas de Ta Guerra Fria, trajo const 0 relacio- nes aberrantes entre naciones, sociedades e individuos El mundo se encuentra inmerso en una erisis generaliza- da y la metrSpoli imperial hace de la guerra el método para resolver los conlictos, El lerrorismo no es slo la accidn desesperada de grupos extremistas minoritarios o fansticos que desalian al poder constituido: es también, y ‘con aleances destructivos inuy superiotes a los de su cor- trupazte, la violencia sistexitica conten pueblos enteros je cida po los estados, como Is nel y Estades Unidos, on el poder suficiente para hacerlo de manera impune. ‘Lag personas viven bajo la presién sostenida de estar cobiigadas a ocuparse primero y casi exclusivamente por sobrevivir; por esto, In gente se encierra en sf misma y busca salidas individuales a sus problemas cotidianos. trabajo enajenante despoja a grupos enormes de sexes bbumanos ce toda posibilidad de reflexién y educacién intelectual; el desempleo, a su ver, las encadena a otra sumisidn: la de la bisqueda cotidianamente incierta de los medios de sustento. Por ejemplo, ene! Oecidente po- bre, la mujer sale de su cass al trahajo no por haberse 1Sherado de la tradicién opresiva que la confina al ho ar y la somete al hombre, sino por Is precariedad del in reso filiar y ln necesidad deasegurar su propia subsistencia ¥ la de los suyos, La sabiduefa y el eonocimiento son rigueza de otro tipo yen relaci6n con ella, se repite el patrén impuesto por el sistema en todo lo demés: “los que sabensom unos ena tos, los que tienen In posibilidad de beneficiarse del bien social que es la ciencia, son menos avin, La ignorancia eu- bre como un velo espeso a las mayorins a quienes les ha sido escamoteado el derecho desarvollarse intelectuale mente. El abismo es, eneracién tras goneracién, cada ver més p ofundo y no se vishumb a uns solucién pues, para empezar, ni siquiera existe conciescia del problema, ‘Los cambios politicos globales del ritimo tercio del s slo XX tuvieron, sobre todo en los pafses del Tereer Mun do, contrapartes domeésticas igualmonte dramaticas. La formacién universitaria, sobre todo Ja relacionada eon las Ciencias ¥ las hamanidsdes, perdis su valor. Hoy, muchos de quienes podirian ser profesores e investi adores deben por menester, emplearse en trabajos ajenos a los de si Orientacién profesional y, cada vex mn, los aparatos estar tales preieren importar conocimiento desde los grandes ccentros de produccién cientica y tecnol6 ica del mundo a impulsar un desarrollo propio. sas abe aciones han p ovnendo una disminuciin de lacreatividad lobal en la sociedad y, notosiamente, de la Libertad individual. Por una parte, los medios de comuni- ‘eacién masiva se arrogan el papel de educadotes ante el abandono deliberado de las tareas educativas por parte de los estados de! eapitalismo, maduro o dependiente, y saturan el éler de entretenimiento banal y de violencia: log horsores de In guerra forman ya parte dela distraceién de las familias en sus horas de descanso: impidicamen- te log noticiarios de le vlevision y la radio los difunden y hace mucho tiempo que Ia gente emperd « creer que se —el de Ins ‘To es emelas hechas polvo ea weva York, el del ejércite israeli asesinando nifios y mmjeres palestinos, el del Consejo de Se uridad de las Naciones Vidas doble éndose una y otra vex ante Ia loeura beli= cista del gobierno estadounidense— es el estado normal de las cosas y que no pueden, por lo tanto, ser de otra VI. {DBSALIENTO © ESPERANZA? La desesperanen conduee a Ta biisqueda de solueiones personales inmediatas y por ello las mayorias se vuelean hacia el misticismo y se refugian en la religidn; reapare- ce el pensamiento magico: la influencia de adivinos, pre- dicadozes y chamanes es cada vex mayor; ante la total Indiferencia de las autoridades educativas y sanitariss, tienen acceso sin restricciones a los medios de communica cidn y dado el deteriora del sistema priblica de salud y Jo Inaccesible que es Ia atencién médica privada para el pueblo~ lz gente les confia su salud fisica y emocional tode tipo de charlatanes; asimismo cree a pies juntillas ‘sus pronésticos y orienta su vida segtin sus recormenda- clones, Como una reaceién ante los males que los aquejas: —rmichos de los cuales, en 1s imaginacién popular, som fruto de ls razén y la ciencia— Ios seres humanos de principios del tereer milenio han vuelto & la supercheria como solueién titima y confiable, Y sin embargo, munca en la Historia tbo mayores po- sibilidades de avceder a la informacién y de educarse ‘usando los medios que Ia tecnologia de las comunieaciones pone al slcance—que en nuestros dias. Uno de los frentes fe conflicto mas a udo es el cel enatzol de esos medios por un lado, sp han convertide en las nuevas riedas de! comercio y Ia setivided financiers sobre las cuales el c= pitalismo mecira e impone sus leyes; por otro, con snimo académico o sin él, cuslquier persona puede sumergitse ‘en la internet —si bien cl que no todos tengan acceso es, hhay en dia, un elemento més de las desigualdades que son rais y frute del capitalismo— y Lener contacto con el conocimiento cientific y el saber humanista de nuestros ‘fas: ab se Gene aeceso a banoos inmensa de datos y es posible ponerse al dia en los evunces de investi acién de eualguice tema, confrontar tesis o easayes, defender ¥ dix fundir movimientos opiniones sociales contrahe eméi- os, etottera. El control de la informacion y del conocimiento es un inst umento de dominacién pe-o tambien puede se un ‘elemento liberador si se actiia eon ingenio y ereatividad. En nuestros dias, el cambio en todos los érdenes de ls vida es mds répido que nunca: la sociedad capitalista t ne una altisima tasa de obsolescencia de la produceién —picnsese, por ejemplo, en la vida itil de an programa para computadors— y la eantided de informacién ise ponible crece exponencialmente dia a dfa, mientras los sodos en Ia red electrénica mundial se multiplican con velocidad similar, Estos son indicios de inestabilidad et tructural y su ieren un estado de crisis. Los nuestros son tiempos que of eeen una covunt a ext a0 dina ia pa a ‘cambiar, Ante la ermbestida por el control de Ia conciencia de la gente, se abre ls posibilidad de aprovechar el cambio répido © impulsar una suerte de revoluciin permanente, sto requiere una estrategia adecuad para contrarestsr In obsolescencia y saber estar al dia a pesar de la rapide ‘con la que el conocimiento de punta”se va sustituyendo: de olz0 modo, ol sistema dominante siempre Vondeé la posibilidad de imponer la enajenacién sobre la eapacidad, ‘ereudora. ‘A medindlos de In déead de los setenta del siglo pasado, 1 embridlogo briténieo Conrad Hal Waddington —uno de los cientificns y filésofos de ls ciencia més destacados dela 6poca _ sostenfa que la tasa de obsolescencia era tan alta, que bastabs con que transcurrieran “unos euantos ‘aos para que una parte considerable (superior al 60% fen algunos campos) de la reserva de conocimientos de la rayoria de la gente perdiera su vi enciar proponia las siguiontes medidas educativas para atender el problems: Presumiblemente, In solucién consiste ‘en ensefar (a) prineipios generales que se ha- aan absoletos sélo muy lentamente; (b) méto- dos de investigacién que permitan encontrar répida y correctamente, informacién factunl actualiada pa apone ca ne sob © aquellos Inesos (los de los prineipios generales..] cusne do sea necesario a fin de apliear (c) méto- os de clasifiescién de la informacién que es tablezea una jerarquizacién en categorias de ‘manera que los asuntos importantes para un contexto particular, puedan destacarse rapi- damente y (a) el ineulear el deseo de conti- must autoeducéndase Ine 0 de que el periodo do educacisn formal haya terminado... (Wade dington, 1977:36-37) Poner en prietica una educaciéa basada en estos prit- cipios apaysdos en las facilidades de acoeso y procesa- rnieuto de la informacion de unestzos dfas, puede sor fur damental si que emos conve ti nos en a entes de * ans formacién del mundo; couscientes de nuesto papel como Cientificos o humanistas, eapaces de defender, eerciénio- Ja nuestra capacidad ereadora, VIL. LAS CULPAS Empero, es preciso volver al confiicte entre ciencias y bhumanidades deserito arriba; on partieular, importa des- lindar la exitica neurética de Ia ciencis de los cuestions- rmiontos validos. Conviene hacerlo porque aguella criti cca es la base de ls tendencia retré rada que alimenta la vuelta a las supersticiones y el pensamiento magico (ubicado aqui bajo el nombre genérico de corriente Ne Age), preludio de la nueva Edad Media anticipada hace ris de una décads por Umberto Feo. Mayor importan- ‘ia tiene el deslinde si se toma en cuenta el hecho de que muchos intelectuales progresistas, kumanistas destacados ¥¥ cientificos comp ometidos con la ente, se han dejado evar por el espejismo de al unas corrientes, eercanas al postmodernismo y el relativismo cultural, de mods en las metrépolis y cuyas posiciones se inspiran en lo New Age fo, en el mejor de los easos, lo rondan de muy cerea. Bl racionalismo y Ia ciencia estén hoyen el banguillo de los acusados. Un poeta, notable por su actuacién politica, ‘expres su punto de vista de le siguiente manera La cafda del comunismo se puede inter pretar como una sefal de que cl ponsamiento modern —basado en Ia premisa de que el mundo es discernible objetivamente y que el conocimiento asi adguirido es susceptible de eneralizacién— ha caido en una erisis Smal (Velav Havel, “E] fn de la era moderna New York Times, lero de marzo de 1992). En este enunciado se reeume con elaridad meridians Ja confusién inmensa gobre la cual se basa In acusacién: Havel es incapaz de distinguir el campo semintico de sus animadversiones politicas det correspondiente a una teoria del conneiziento, Identifienr ef eomunisme eon la burorracia sovigtica es un rosero disparate difndico hasta el cansancio por los medios de comunieacisa masi- vva: que Havel lo repita es propio de sa talante ideol6gico, pero es peor el intento de justificar asf Ia tesis de que e] mundo no es discernible objetivamente, a partir de una. premisa false y sin relacién con la que se quiere infer de oll. Desde lue 0 que el Universo se puede discernir objeti- varsente y el conocimiento adquirido en ese empelio inte- Jectual es susceptible de generalizacién. No otra cosa se hha hecho ex la ciencia durante los euatrocieatos afiosde su existencin; ne arlo es una muestra o de maxima igno- rancia o de pésima intencisn. Nos preguntas si Havel Y quienes comparten su opinién podrian sostener lo que dicen cuando viajan en avién, cuando usan un dispositivo ser 0 cuando vacunan a sus hijos. Bl que este tipo de ‘irmaciones pueda toner oro es Lambién responsabilidad de! sistema que hizo de los ciensfcos una clase sacerdotal, Pero la ciencia es un bien social —eada descubrimiento ha sido finsncisdo indirectamente por el trabajo de ls gente comin mal que le pese al poder financiero— y de- be estar al aleanee de todos. Cada esfuerzo por explicar Jo que es la ciencia, su histo ia, métodas y p oblemas es benéfice para la sociedad, cada dentncia acerca de los peligros de la pseudociencia, un servicio a la civilizacion, Una sociedad de gente informada y eritiea es sna socie- dad més libre y Justa. La i norancia, como en la larga noche medieval, slo avorece a la dorsinacién, Pero seria una necedad certar los ojos ante eriticas le flumas, o obstante, es fil darse exenta de que ésias se refieren a la resposabilidad social de los cientificos 0 & la orientacién incorrecta o perniciosa de su trabajo y no als ciencia misma. Un ejemplo de ls mayor importancia, se da en relaciéa con la tecnologta guerzera, Un recorrido por los numeresos conflictos bélicos del siglo XX es suficente pa a convence nos de que ent ¢ los cientiicos, espeeificamente entre los que voluntariamente se han esociado a Ja industria militar, sbundan erimins- les de guerra que estén al mismo nivel que los condenados en Niiremberg; criminales que han puesta a disposicién de los mandos militares y polities, instrumentos de de- vvastacién y muerte como el gas mostsza, el napalm, la bombs de hidrs eno, los misiles (eledirigides o las ar mas bactetiolS ieas, aparentemente, sin remordimientos ni ersis de concienci, Noes diliel pereatarse de que las Lendencias he eméni- ‘eas empurjan en un sentido opuesto al de la solucién del conflict entre cieutificos y Immanistas y que le. ma n= tud del problema dersanda usa accién concertada entre ambos como parte activa de la conciencia de lasociedad yy de sus propios romios. Se trata entonces de presentar tun frente comin y atreverse a tender puentes entre las coulturas de ambos tipos y, eonjuntamente, participar en la sociedad civil para conisibuir a que el hombre y la mi Jer comiin puedan vivir una vida en Ta que sean duenos “de su propio destino, VII COMPLEJIDAD ¥ CAMBIO POSIBLE Como cientificos, queremos referirnos a las posibilida- des que hoy se an abierto para empezar a tonder esos ppuenies desde nuestra ribera. Sin duda, las oportunida- des do hacerlo estén directamente relacionadas con los ‘cambios en. la cieneia durante los ulsimos cuarenta alos, Boawntura de Sousa Santos les atribuye el producir la sensaci6n de que lo hecho desde el XVII hasta mediados| dol siglo XX es “historia antigua" (de Sonsa, 1992: 9} v de volver a poner en Jaque —Iuezo de las crisis producidas por In mecénica cudntica y la teoria de la relatividad— nuestra “confianza epistemolégica (de Sousa 1992: 11} Estamos abrumaéos por un sentimiento de pérdida irsemediable, més extvafia atin por muestra incertidumbre respecto a qué es exac- tamente lo que perdemos. A veces hasta es posible pre tuntarnos si este sentido de pérdi- a no seré sélo un temor que ascurece los mais retionles avances de nuestra vida individual y colectiva y, de nuevo, siempre hay confusién respecto a qué exactamente se habia anado. ‘La desazén deserita por el socislogo Insitano es legiti- rma: la confanza en nuostras posibilidades de conocer et mundo estaba asentada en el dominio avasallador de la iencia mecanieista que, como todo imperialismo, ocul ‘taba sus defectos pa ada ls imp estén de fo talezs. Sin ‘embargo —una ver mds, desde dentxo de la propia ciencia yy bajo el amparo de le razén— quienes crecieron como “ientificas en el estudio de los sistemas complejos recono ‘Guron le incepacidad del reduccionismo mecaniciste para ‘comprender lo complejo. ‘Ya, en 1972, Phillip W. Anderson (Premio Nobel de fisiea en 197) eseribi: La felacia principal en este tipo de pen samiento es que ln hipétesis reduecionista no impliea, en forma alguna, una (hipdtesis) “construecionista’: Ia habilidad de reducir to- do a leyes fundamentales simples no implica Ja habilidad de empezar desde esas leyes y reconstruir el universo. De hecho entre més anos diven Ios isivos de particulas respecto a la nati aleza de Ins eyes fundamentales, menos importancia parecen tener con respecio a los problemas reales del resto de la ciencia y mu- cha menos con respecto a los de la sociedad (Anderson, 1972: 898). Bn efecto, la visién mecanicista del mundo, consustan- cial al zeduccionismo, es demasiado miope para compres der el comportamiento complejo de ls materia: Ia emer- gencia de patrones geométricos, la aparicién repentina de ormasde uncionamiento coherent, el desarrollo y la evolucién de esas formes, Ia autoorganiaacién, eteétera [Estuciar esta realidad desde Ia perspectiva reduccionista es un despropésito y empefiarse en defender su validez, como ya lo hemos dicho una nevedad. ero fue el desasrollo de la matemtica aplicada et que provocaria in vueleo en Ja década de los setentas del siglo pasado} en cascada, sus consecuencias han ido configuras- do una nueva forma concebir Ia relacién entre realidad, fisica y matemitica; al explorar el camino inverso al re- uccionismo, se descubrié que adn sistemas dindmicas extremadamente seneillos pueden dar lugar a comporta- mivutos complicados y expliear, con base en esto y en {érminos de prineipios primordiales simples, la aparicién ‘esponténea de caracteristicas colectivas que no se hallan, en los agentes individuales que actian en los sistemas ‘cuando Gstos se consideran por separado, Blestuclio de los sisternas dindamicos no lineales ha da- do In ar a conceptes y hezramiontas nuevos y a una t rminologia relacionada con sas propiedades. Kin partir Jar, hoy se sabe que un sistema cuya evolucién temporal ‘est determinada por una dependencia fancional relat vamente simple, puede preseutar transiciones entre dis- Lintos estados y duetuaciones en todas las esealas, y n0 obstante su impredictibilidad intrinseca, es posible ha- lar rogularidades en el comportamiento del sistema que Jo distinguen, sin duda alguna, del azar. Los sistemas ‘complejos no st definen -una definiciga es une (rampa a Ja iqueza conceptual y fenomenolégica de éstos- es me- Jor caracterizarlos por sus propiedaes y, entre éstas, Ins ‘mis relevantes son le autoor snizscién'en zona exitica, Ja frustraciéa y las propiedades emergentes, Desde hace décadss, los fisioos aprendieron areconocer que en los sistemas abiertos, en aquéllos que intercarm- Dian materia, energia o informacién con su entorno, oc3 re el fendmeno de autoorganizacion entendido como la capscidad de tales sistemas de dar ln ar a estructurss y patrones de manera esponténea en auseneia de control ‘extero. Hay muchos ejemplos de autoorganizacisn en Io cotidiano, quizé uno de tos mejo es es el de la fo macibn fe las nubes. Una mente eandotosa se podria preguntar por qué el vapor de ua en la atmésfera no tience, por Gifusién a una distribucidn home énea y uniforme, 0 Jo hace porque la. maquina solar erea gradientes de tem peratura y tos, a su vex, provocan la ruplura del es tado homogéneo (ruptura de simetria) y la organizacion {del vapor Ge agua en las estructuras coberentes y diseer nibles que Hsramos nubes. También hay ejemplos muy ‘lazos de autor anizacida en sistemas sociales: lo ciclos de actividad pe isstica en los ho migue os y te mite 06 sucedea sin control o digeceién centralizada: simpleraen- te son el resultado de una accién colectiva inconcebible fen un individuo (Miramoztes y DeSouza 1996). Los par trones espaciales que sur en de la antoorganizacién de los sistemas se [aman emergentes y no sur en como et resultado de algiin programa o voluntad exégena. La expresién 2ona eritica tiene un significado muy pre= iso en Ia termodinimiea (Jensen, 1998) donde se usa asociaca a los fendimenos de transicién de fase o bifiwrca- ciouss, Cuando un sistema se encuentra en la zona exit ‘ca ocurren fenémenos extraordinarios: se dan estructura cespaciales y fluctuaciones Lemporales perfectamente dis- ‘ce nibles y de todas los tamatios pe 6 cuya dist. fbucién ‘de magnitudes sigue leyes muy precisas, las lamadas le xyes de potencias que, por plantearlo cologuialmente, nos dicen que los eventos pequefios ocurren con frecuencia, los medisnos con re ular abundancia y los enormes com rareza. ‘Tal y como ocuzre eon los tertemotos y con la die tribucién de la riqueza en el mundo de boy: Kn la zona critica, una pequelia perturbaci6a sobre el sistema puede Togar a influir el comportamiento de todos sus eompo- nentes (se dice entonces que existen ahf correlaciones de lar o aleance). En pocas palabras, som sistemas euyo gra do de intog acién es tan elevado, que lo que acontece en tana parte del sistema no le es ajeno al resto (como en ut ‘organismo). En los sistemss fisicos, para llegar a Ia zona critica, es nevesario controlar un parémetro. Por ejem- plo, la temperatura si se habla del disgrams de fases de algiin compuesto. La autoor auizaciSa en zoua critica es Hogar a In zona critica sin necesidad de afinar parémo- tos; es decir, sin controles exdgenos. Este concepto es de importancia capital para intentar comprender los proce- sos que implican la accién colectiva de sistemas éon un gran mimero de componentes o actores. La nociéin de fautoo ganizacién en zona ¢ itiea fue p opueste po Bak, Wiosonieldt y Yerg en 1987 (Bak, Wiesenfeldt y Yens, 1987) y es quizé, un eoneepto que, como las revoluciones ccopernicana y relativista, cambie profundamente nuestra runera de interpretar el mando, Por otra parte, en 1975, Toulouse (Toulouse, 1975) pro- puso el término frustmcidn, Su nombre no puede ser més locuente: se dige que un sistema se eneuentra rustrado silos a entes 0 partes que lo componen no pueden salis- facer simultsneamente todas las restricciones de la tota- dad (para una definici6n preciss, ver D-L. Stein, 1980). Un ejemplo ayuda més que una serie de ecuaciones: en tun sistema social, un cuerpo de leyes no puede satisfac ‘todos os integ antes de Is sociedad; lo que beneficial Dbanquero perjudica al akorrador, lo que ayuda a una cla- se golpes a otra, Hs imposible la satisfaccién simmulténea y total. La sociedad utépiea tendria que encarar este hecho ‘de manera de hacer rorativa la frustracién entre todos los| 8 ‘elementos sociales. In sociedad real resuelve el problema, car ando de frustracién siempre a los pobres, a la smu jezes, alos indios o a minorfas raciales © religiosas, No hemos usado teenicismos, nos interesa destacar la cesenciu de los conceptos y osu formalisimo. Pero es new ‘sa io menciona que el estudio de los sistemas complejos| es una disciplina netamente matemétiea ea Ia eual, como fn Ia ciencia en general, es valido el uso de metéforas y analogias mientras se tenga conciencia de que todo se ‘encuentra perfectamente sustentaco. Las consccuenicias epistemolgicas de los sistemas come plejos son draméilicss y alcanzan las mis diversas esTeras del pensamiento, Existen sistemas cuyos agentes pueden ser de naturaleza muy diversa y, sin embargo, evohucio- nar de manera semejante, Dicho de otto modo: existen sistemas euya base material microscépica es disimbola (étomos, moléculns, amibas, insects, new onas, compa tadoras, etestera) que, sin embargo, tienen manifestacio- res macroscépicas semejantes (estructuras geométricas, redes asociaciones comportamicntas colectives, eteste- ra) Esto permite definir clases de eguivalesela dinsmica ‘mediante la identificacién de todos los sistemas que tie- xen el mismo comportamiento macroseépico aunque st naturalezs microscSpics vea distinta. De ests manera, 1 dimeusiéa de las posibles manifestaciones de la uatuta- Jeza es telativamente pequedia porque, con base ent eyes simples, es posible explicar multitud de comportamieatos complejo. BI proceso de abstraccién que permite idemtiticar se- mejanaas entre muchas y muy variables cosas es uno de ‘os prineipios organizadores sobre los cuales se construye ‘1 conocimiento: esta ex Ia base de las distintas ropreson- taciones de! mundo que los seres hummanos hen constr ido ‘y nos kn permitido superar el pasmo ante Ia diversidad. Hasta muy recientemente, los intentes por aplicar este ‘enfoque en las ciencias de le vida y el estudio de los pro- cexxos sociales habian frecasado 0, calzados a fuerza, pto- ujecon no sélo reservas sino animadversién de parte de Jos estudiosos de esos campos, El desarrollo de la teoris de sistemas dindimicos (cuyos cimientos Tueron tendidos por Henri Poincaré a finales dol siglo XIX) y el deseuri- rmionto de grandes cate orias de dindmicas universales, permite proponer una mieva concepeién del mando en la. ual es posible descubrir, explicar y comprender el com portamiento de sistemas de muy diversa indole con Ins ‘mismas herramientas matematieas y el mismo aparato conceptual puede ser una herramienta importan= te para comprender los fendmenos de evolu- cidny revoluciSn social, asf como el papel ac- tivo y eonsciente del hombre como promotor de eos cambios; en ese sentido, los fenéme- nos de t ansicién que se esbozan tanto a nivel fisico como en el anilisis de In evolucién de la estructura de la clencia, podrian estar presen- tes en todos los niveles[..] Creemos que vale Ja pena afadir que e] entendimiento de las leyes de evolucidn de la materia, a diversos niveles de los fenémenos de transicién y ame plificncisn de flictuaciones, nos puede ayudar 8 comprender la dindmica de los eambios s0- tials revolucionarios hucia una sociedad unis jiusta, asfeome el papel del homb e como m= tor de estos cambios (Cocho, 1975). ‘Como se vo, hace casi treinta alios, se deseubrié que el camino inverso al reduecionistno —la teorfa de sistemas ‘complejos~ nos permite extender con una economia de rmedios semejante a la de la fisiea tradicional, nuestra compronsién del mundo en muchas direcciones y abona laidea de que, por muy divers que pueda ser In realidad, fl conocimiente es uno solo y Ins distintas divisiones de la ciencia, imposturas En particular la teorfa de sistemas complejos contsl- buye a superar la anti ua disputa entre lo que C. P. Snow liamé “las dos culturas” para referirse 9 ls oposicion er le ciencins y humanidades acentuada luego de las atro- ces aplicaciones de la fisica a la teenolo fa de guerra a mediados del siglo XX a las que nos hemos relerido Por ahora, el pensamionto dominante entre quienes by ‘cen la ciencia signe siendo mayoritariamente reduecionis- ta, Sin embar o, en las dltimas tres déeadas, se ha con firmado que con Iss herramnientas de los sistemas dindm cos nolineales es posible abordar y explicar aquellos pro- bblemas de formacidn de patrones en sistemas complejos ‘deseritos arriba para los cuales la fisiea tradicional es to- talmente insnficiente. Bn lo social, ya hemos visto emo los cambios de nuestzos dias ocurren con una rapidee ini rmaginable hace cineuenta ajios. Esto, por sf mismo, no configura une situacién revolucionaria peso sf da opor- ‘unidades de que se geneten crisis de distintos tamafos| fen las ensles tna aceida selarivamente pequeda, ejec- tada en el momento adecuado, puede provocar eambios importantes. Este es el tipo de situaciones en las cuales, dice el refrén chino “una chispa puode incendiar toda la pradera Desde el aparato de dominacién, es claro que la contra: parte hard esfuerzos por impedir aquellas acciones que, montadas en la cresta de las Suetuaciones, puedan dar Ingar a un cambio en las cualidades del sistema. Todo es conflict, como lo establecié Merdelito hace veinticine 0 siglos y es mereed a la Tucha que todo se resuelve: en zona critiea, la sociedad civil puede romper las barreras ‘que el sistema le impone; en tal situacién, los seres n= manos se yuelven agentes de su propia historia duenos de st destino y pueden dejar de ser juguetes ms o me= ‘nos inconscientes de los pos de pode y las fue zas del mercado. Temporalmente, al menos, pueden conduc la rewolucion permanente. IX. CONCLUSION En el predmbulo a la altima sacexin de su ibro de Sousa he escrito que Bajo las condiciones sociales y tegrieas = ign mencionades, la crisis del paradi ma de Jn ciencia moderna no es un triste lodazal de escepticismo 0 irracionalismo. Mis bien, nos vemos unte el cetruto de wna Zamilia intelece ‘nal gande e inestable pe o también c eax tiva y faseinante: en el momento de decis- Te adiés puntos de referencis, ancestrales f dntimos, tanto Leézicos como epistemols cos... un adiés en busca de tins vide mejor cn [algtin lugar de] ios alrededores, donde el optimismo esta mejor fundamentado y ls ra- cionalidad es mas plural y en donde, al fin, el conocimiento seré nuevamente una aventura encantada De Sousa tiene razén cuando perci e a la familia gran de de los cientificos en los umbrales de un cambio de vecindario para reencontrarse con ls aventura encant- a del conocimiento. AI menos parcisimente, el eneanto radica en que, desde nuestra ribera —como lo muestran los ejemplos que hemos presentada y muchos ofnns que pueden hallarse en las abtmdantes referencias que existen hoy sobre sistemas complejos hemos empezado a ror per las dicotomias entre naturaleza y sociedad y entre el todo y las partes; tenemos buenas razones para pene sar que el método de la ciencia podré también contribuir a romper las otras dicotomias que de Sousa seiiala en 2 propuesta imaginativa y aglutinadora del paradi ma “del conocimiento para una vida di na" Estamos se uros de que el racionalismo sigue siendo el Jermento subversive que fue durante la Wustraci6a, anal que les pese a quienes se aduriaron de si diseurso pa- rs someter a los demés. Si nos empeflamos en construir ‘mn futuro di no, mal harfamos en renuneiar a uno de nuestros mejores instrumentos para hacerlo. Lo que hace falta os fortalecer [a componente humanista del queins- cer cientiico; hacer una elencia rigurosa pero emocional- monte comprometida con la ene, eapaz de dejar de ser patrimonio y sirviente de unos cuantes para convertitse ‘on catalizador de ese vida digma que propone de Sousa ¥, asi, contribuie # la felicidad de los seres humenos Ea las formacionos sociales dominanves de auestzos fing, Ia eapacidad e excio a y el potencial libe ado de Jaclencia no alcanza ya a la mayorfa de la poblacién por- ‘que las clases dominantes Ia han enajensdo para si y ls hhan depositado en un reducido grupo de iniviados. En cambio, el sistema promueve Is difusién en los medios de programas insustaneiakes de “contenido cienslico" para e} piiblico en general; com ello apuntale al discurso cientiico camo parte de su soporte ideolégico pero la supericiali- dad de Is informacién produce en Ia. ente o une at cidn aceitica de las bondades de ese discurso o un reehazo suspicaz. y muchas veces bien fundamenteco. F entenesto, la eacriéa de mis de un ¢ upo p og esis- ta ha sido, paraddjicnmente, renccionaria: In satanizacidn de la ciencia y una “vuelta al pasaco”en la que se eonfun- den tendencias eriticas validas y propuestas retr6 radas que, a despecho de las intenciones de quienes las sostie« pon, se convierten en las mejores colaboradoras del apara- to dominante. Le atmésfera intelectual de nuestro tiempo se ba dejado arrastrar por la mare de ln nueva dezecha ‘que prolifers después de la caida de la Unin Soviética, El Ldesinimo se ha materializado com la aceptacisa de dico- ‘tomias que imponen los que dominan el mundo ("..estsn ‘conmigo 0 en mi contra”). Estamos obligadas a recha- ‘ar In cleceién entre Ia ciencia cémaplice del poder y el bumanismo confundide eon lo New Age La labor de Ia ente progresista honesta no es vinica- mente trater de satis acer las necesidades bésicas de los seres humanos para evitarque la busqueda imperiosa por sobrevivir nos esclavice y nos pongs al servicio del sis- toma o de tratar de resolver Ins necesidades bioléicas ‘como el alimento el techo, la salud y lo seguridad. Tam- bin, strata de ejercer el derecho de todos y de todas a la c eatividad como sup ema manifestaciém del espf itu amano, 10 En ese sentido, es preciso aproveehar la dind pleje del cambio socisl en nuestro tiempo y tender los puenles necesarios entze la cienein y el humanismo por que como hemos tratedo de establecer en este ensayo, Ja separavion de ambos campos no s6lo es urtifieial sc no esencinimente e 6nen y engaioss. Const uyamos los puentes para educarnos en una nuova cultura: aprenda- mos a ser ciontifes conscientes de nuestra responsabi- Jidad social y hagaros de la préctiea de la ciencia una forma de ser humanistas. En sentido opuesto, tranférme- se el desencanto de los humanistas en combate a la eri neurstica de la ciencia y recupérese Is confianza en la ca- pocidad racional de la Humanidad para transformar su historia. Desde ambas riberas, es preciso recuperar Ia es- peranza: otra vez como en el Renacimiento y ent la Hus- traciéu, postulemos al ser kumano como In medida de todas las cosas, [2] Anderson, Philip W. (2972): "More is diffrent” Science 177 (40dT) + 395-306 [2] Cocho Gi, Germinal (1975): *Algan aspectes dela tere smodindmica dela vida", en El origen de la vida. Simpo- so coumemorativo en homenaje a Alexander 1. Opati, México, UNAM. [a] De Sousa Santos, Bosventura (1992): “A Discourse ot the Sciences”, en Review, Vol. XV-1: $+. [d] Goldenteid N’y E. Kadanof( 1000): “Simple Lessons from Complexity", Science 28487 89, [5] Gutiézrez Sauchez, José Luis (1900): “Teorfas,sstemasy comprensign del mundo” en Berspectivas en ins teonias de Jos sistemas, México, CEIICH-Sigio XXI (pp. 93-100) (6) Jensen, Henrik Jeldtoft (1908): Selt Organized Critica. lity. 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